Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
Untitled
Untitled
E D IC IÓ N
MANUAL PARKLAND
DE TRAUMATOLOGÍA
tercera
E D IC IÓ N
MANUAL PARKLAND
DE TRAUMATOLOGÍA
E DITA DO POR
A lexander L. E astm an, M D
Chief Resident in General Surgery
Parkland Memorial Hospital
Department of Surgery
University of Texas Southwestern Medical Center
Dallas, Texas
David H. Rosenbaum , M D
Chief Resident in General Surgery
Parkland Memorial Hospital
Department of Surgery
University of Texas Southwestern Medical Center
Dallas, Texas
ERRNVPHGLFRVRUJ
Am sterdam Barcelona Beijing Boston Filadelfia Londres M adrid
ELSEVIER M éxico M ilán M unich O rlando Paris R om a Sidney Tokio Toronto
ELSEVIER
Edición en español de la tercera edición de la obra original en inglés
Parkland Trauma Handbook
Copyright © MMIX by Mosby, Inc., an imprint of Elsevier Inc.
Revisión científica
Dra. B lanca G a rcía Salaverri
Especialista en Traumatología
Hospital Royo Villanova, Zaragoza
A dvertencia
La medicina es un área en constante evolución. Aunque deben seguirse unas
precauciones de seguridad estándar, a medida que aumenten nuestros cono
cimientos gracias a la investigación básica y clínica habrá que introducir cam
bios en los tratamientos y en los fármacos. En consecuencia, se recomienda
a los lectores que analicen los últimos datos aportados por los fabricantes
sobre cada fármaco para comprobar la dosis recomendada, la vía y duración
de la administración y las contraindicaciones. Es responsabilidad ineludible del
médico determinar la dosis y el tratamiento más indicado para cada paciente
en función de su experiencia y del conocimiento de cada caso concreto. Ni los
editores ni los directores asumen responsabilidad alguna por los daños que
pudieran generarse a personas o propiedades como consecuencia del conte
nido de esta obra.
El editor
Colaboradores
Robert V. Rege, M D
Chair, Department of Surgery
The University of Texas Southwestern Medical Center
Dallas, Texas
Prefacio
ERRNVPHGLFRVRUJ
educación con el continuo patrocinio de nuestros servicios las 24
horas del día, los 3 6 5 días del año, en el Parkland Memorial Hospital.
Esperamos que la novísima reedición de este libro sirva para preparar a
hombres y mujeres que, cuando se les necesite, se pongan manos a la
obra y se dirijan a la sala de traumatología con la cabeza bien alta.
ERRNVPHGLFRVRUJ
Prólogo
a la primera edición
James Carrico, MD
Professor and Chairman
Department of Surgery
UT Southwestern Medical Center
Dallas, Texas
ERRNVPHGLFRVRUJ
ERRNVPHGLFRVRUJ
Prefacio
a la primera edición
Miguel A. Lopez-Viego
ERRNVPHGLFRVRUJ
Índice de contenidos
6 M ecanism os lesiónales 24
James A. Chambers, MD, M PH & TM
9 Shock 43
Hema Thakar, MD, y Jennifer Blumetti, MD
10 Terapia transfusional 50
Harshal Broker, MD, y Samuel Jacks, MD
12 Ecografía en traumatología 71
Radha Iyengar, MD
13 Catéteres y sondas 75
Lauren Kane, MD
ERRNVPHGLFRVRUJ
xvi índice de contenidos
24 Traumatismos gástricos 1 88
Lance E. Stuke, MD, y Kousta I. Foteh, MD
28 Traumatismos esplénicos 2 2 5
S co ff Brakenridge, MD, y Christopher Bell, MD
ERRNVPHGLFRVRUJ
índice de contenidos xvii
ÍNDICE DE CONTENIDOS
36 Principios del tratamiento de las fracturas y luxaciones 287
Richard M. Gillespie, MD, y Joshua L. Gary, MD
45 Mordeduras 397
Marc Labat, MD
ERRNVPHGLFRVRUJ
xviii índice de contenidos
ERRNVPHGLFRVRUJ
Epidemiología
de los traumatismos
James A. Chambers, MD, M PH & TM
I. INCIDENCIA
DE LOS TRAUMATISMOS
1. Los traumatismos constituyen la cuarta causa principal de muerte en
conjunto (— 1 5 0 .0 0 0 muertes/año) y la causa principal de muerte
en la población de 1 a 4 4 años. En la población de 1 a 3 4 años se
producen más muertes por traumatismo que por todas las otras causas
combinadas.
2. Además, se valora a 2 8 m illones de personas (— 10% de la población
de EE.UU.) cada año en los departamentos de urgencias por
traumatismo, e Ingresan en el hospital 1,5 millones.
B. Los traumatismos constituyen también un problema Importante y en
crecimiento en el resto del mundo, fundamentalmente por lesiones
intencionales (violencia). Conforme aumenta el número de países
EPIDEMIOLOGÍA
Industrializados, lo hace también el de lesiones accidentales.
1. Violencia:
a. Cada año en todo el mundo se producen 1,6 millones de muertes por
violencia. Las lesiones Intencionales constituyen la causa principal de
muerte entre las personas de edades com prendidas entre los 15 y los
4 4 años en todo el mundo. El 14% de todos los varones y el 7% de
todas las mujeres fallecen como resultado de una lesión violenta.
b. Aproximadamente un 50% de las muertes violentas se debe a suicidios,
un 33% corresponde a homicidios y un 20% a conflictos armados.
c. Los varones jóvenes (con edades entre 15 y 2 9 años) presentan el
riesgo máximo de hom icidio (1 9 ,4 /1 0 0 .0 0 0 ) y los varones de más
de 6 0 años de suicidio (4 4 ,9 /1 0 0 .0 0 0 ).
d. Existen importantes variaciones geográficas y culturales:
I. En África y en América los hom icidios son tres veces más
com unes que los suicidios.
¡i. En el sureste asiático y en Europa los suicidios son dos veces
más habituales que los homicidios,
ili. En los países del Pacífico occidental los suicidios son casi seis
veces más frecuentes que los homicidios.
2. Lesiones accidentales:
a. En los países en desarrollo los mecanismos de lesión que se ven
tradlclonalmente Incluyen las quemaduras y las lesiones relacionadas
con las actividades simples no Industriales, pero con el aumento de las
tecnologías los accidentes de vehículos a motor se están convirtlendo
rápidamente en una causa Importante de morbilidad y mortalidad.
A. Edad/sexo.
1. Más de tres cuartas partes de las visitas a los servicios de urgencias, la mitad
de las hospitalizaciones por traumatismo y la mitad de los fallecimientos por
traumatismo se producen en personas de menos de 4 5 años.
2. Los pacientes mayores de 6 5 años presentan el mayor riesgo de sufrir lesiones
que precisan hospitalización o resultan en muerte. Los pacientes mayores de
75 años presentan un riesgo particular de muerte debida a lesiones.
3. El sexo m asculino supone un factor de riesgo para sufrir traumatismos
hasta los 6 5 años, edad a la cual las mujeres sobrepasan en riesgo a los
varones. En conjunto, los varones presentan un riesgo un 40% mayor
que las mujeres de sufrir lesiones significativas.
B. Mecanismos (de acuerdo con las adm isiones en el Parkland Memorial
Hospital).
1. Muertes:
a. Vehículos a motor: 31% .
b. Armas de fuego: 19%.
c. Envenenamientos: 13%.
d. Caídas: 9%.
e. Pediátricas específicas:
I. En los pacientes preadolescentes los ahogamientos y las
quem aduras constituyen la segunda causa de muerte, por detrás
de las colisiones de vehículos a motor.
f. Cronología de las lesiones mortales:
I. Un 50% fallecen en la escena del accidente o durante el traslado
al hospital.
ii. Un 30% mueren como resultado de una lesión neurológica
dentro de las 2 4 a 4 8 horas siguientes a la lesión.
Iil. Un 20% fallecen por Infecciones o fallo multiorgánico a los
pocos días de la lesión.
2. Lesiones no mortales (un 93,6% son accidentales; el índice de lesiones
no mortales/mortales es de 200:1):
a. Caídas.
b. Choques de vehículos a motor.
c. Armas de fuego.
C. Causas.
1. Colisiones de vehículos a motor: 4 2 .5 0 0 muertes, 3 5 0 .0 0 0
hospitalizaciones y 4 millones de visitas a los servicios de urgencias cada
año se deben a accidentes de vehículos a motor. Se está asistiendo a una
lenta disminución de los índices de mortalidad entre todos los grupos,
excepto en los pacientes ancianos móviles de más de 8 5 años. Los
varones presentan una probabilidad dos veces superior de sufrir una lesión
fatal, excepto de 15 a 4 4 años, edades en las que la probabilidad de
muerte por un accidente de vehículo a motor resulta tres veces superior:
a. Los factores incluyen velocidad, inestabilidad del vehículo, frenos,
diseño de las carreteras e Intoxicaciones:
I. Los cinturones de seguridad de sujeción de hombro y los de dos
puntos de fijación dism inuyen las muertes de los ocupantes del
asiento delantero en un 45% ; además, los airbags reducen aún
más la mortalidad.
ERRNVPHGLFRVRUJ
IV. Prevención 3
DE LOS TRAUMATISMOS
3. Caídas:
a. Aunque correspondieron únicamente a un 9% de las muertes
por lesiones en 1 9 9 9 , justifican más de un tercio de todas las
hospitalizaciones por lesiones y un cuarto de todas las visitas a los
servicios de urgencias relacionadas con lesiones.
b. Las caídas constituyen la causa principal de lesiones no fatales en
niños con menos de 5 años.
c. Los varones menores de 4 5 años sufren la mayoría de las lesiones
producidas por caídas, pero después de esa edad son las mujeres las
que presentan con mayor frecuencia lesiones importantes por caídas.
Las caídas se encuentran entre las causas más com unes de lesiones
EPIDEMIOLOGÍA
no fatales en las personas de edad avanzada y representan casi el
80% de las adm isiones en traumatología de pacientes ancianos.
D. Factores.
1. Violencia:
a. En EE.UU. se producen 2 millones de lesiones violentas (intencionales)
cada año; un 31% de las muertes se debe a traumatismos resultado
de violencia. La violencia en el ámbito urbano se correlaciona de forma
independiente con la depresión socioeconómica:
i. Un 63% se deben a suicidios, un 57% de ellos con armas de fuego,
il. Un 37% son por homicidios, un 64% de ellos con armas de fuego.
2. Ocupación:
a. Anualm ente se producen 6 .0 0 0 muertes relacionadas con el trabajo,
ELSEVIER. Fotocopiarsin autorización es un delito.
I. IMPACTO
En EE.UU . se producen más muertes antes de los 7 5 años debido a
traumatismos que por cualquier otra causa.
Los costes totales sobrevenidos por traumatismos en EE.UU. se estiman en
2 6 0 .0 00 millones de dólares (en dólares estadounidenses de 1995) anuales.
Los costes en calidad de vida/pérdida de productividad son difíciles de cuantificar.
IV. PREVENCION
A. La prevención debe tener en cuenta:
1. Las tres partes de la tríada epidemiológica (huésped, agente y ambiente).
ERRNVPHGLFRVRUJ
V. Lecturas recomendadas
V. LECTURAS RECOMENDADAS
Blum RW, Nelson-Mm arl K: The health of young people in a global context.
J Adolesc Health 20 0 4 ; 3 5 (5 ):4 0 2 -18 .
Centers for Disease Control and Prevention: National Injury Surveillance
S y s t e m - A ll Injury Program (NEISS-AIP). M M W R 2 0 01; 5 0 (1 7 ):3 40-6.
Centers for Disease Control and Prevention: Web-Based Injury Statistics
Query and Reporting System (WISQARS). www.cdc.gov/nclpc/wisqars
(most recent data from 2002).
Clnat ME, Wilson SE, Lush S, Atkins C: Significant correlation of trauma
epidemiology with the econom ic conditions of community. Arch Surg
20 0 4 ; 1 3 9 :1 3 5 0 -5 .
Hansen KS, Mori Id I, Engesaeter LB, Viste A: Epidemiology of severely and
fatally injured patients In western part of Norway. Scand J Surg 20 04;
9 3 :1 9 8 -2 0 3 .
Kobuslngye O, Guwatudde D, Lett R: Injury patterns in rural and urban
Uganda. Injury Prevent 2 0 0 1 ; 7 :4 6 -5 0 .
Moore EE, Feliciano DV, Mattox KL: Trauma, 5 th ed. McGraw-Hill: New
York; 2 0 0 3 .
Otleno T, Woodfield JC, Bird P, Hill AG: Trauma in rural Kenya. Injury 2004;
3 5 :1 2 2 8 -3 3 .
Siellng BA, Beem K, Hoffman MT, et al.: Trauma In nonagenarians and
centenarians: Review of 137 consecutive patients. Am Surg 2004;
7 0:793 -6 .
World Health Organization: Global Strengthening of Care for the Wounded.
Bull World Health Organ 20 0 4 ; 82(4).
World Health Organization: The World Health Report 2 0 0 3 - Shaping the
Future. W HO: Geneva; 2 0 0 3 .
World Health Organization: World Report on Violence and Health. WHO:
Geneva; 2 0 0 2 .
ERRNVPHGLFRVRUJ
Sistemas de atención
traumatológica
Alexander L. Eastman, MD
I. DESARROLLO HISTÓRICO
T R A U M A T O LÓ G IC A
paciente traumatizado:
a. El porcentaje de muertes evitables en el condado de Orange era
aproximadamente del 73% , en contraste con una muerte evitable en
San Francisco.
b. Tras la puesta en marcha de centros de traumatología en el condado
de Orange, el índice de muertes evitables bajó al 9% (tabla 2-1).
DE ATENCIÓN
TRAUMATOLÓGICA
traumatología.
3. Aplicación de las recomendaciones del American College of Surgeons a
los centros de traumatología.
4. Realización de la inspección de los centros de traumatología por parte
de un equipo de auditoría externo.
5. Limitación del número de centros de traumatología diseñados basándose
en las necesidades de la comunidad.
6. Obligatoriedad de la existencia de criterios escritos que determinen el
priorlzación del hospital.
7. Evaluación y monltorizaclón continua de los centros de traumatología.
8. Disponibilidad de los centros de traumatología estructurada basándose
en el nivel estatal o regional.
C. Los hospitales incluidos en un sistema de traumatología deben
proporcionar atención y recursos proporcionales al nivel que se les ha
designado.
ERRNVPHGLFRVRUJ
8 IV. Criterios revisados de verificación
ERRNVPHGLFRVRUJ
IV. Criterios revisados de verificación 9
23. El banco de sangre tiene que ser capaz de realizar el tipaje y de cruzar
sangre, y debe tener una provisión de concentrados de hematíes,
plasma fresco congelado, plaquetas, crloprecipitado y de los factores
de coagulación apropiados que puedan precisarse para el tratamiento
de los pacientes traumatizados.
24. El servicio de traumatología retiene la responsabilidad de los pacientes
y coordina las decisiones terapéuticas apropiadas a su nivel. Se debe
mantener informado al traumatólogo de todas las decisiones sobre el
tratamiento.
25. Las instalaciones de hospitalización de los pacientes del nivel I tienen
cobertura continua de personal médico de presencia física para
cuidados intensivos.
26. La UCI ha de disponer del equipamiento necesario para monitorizar
y reanimar a los pacientes y de personal de enfermería cualificado
disponible las 2 4 horas para proporcionar atención en la UCI.
ERRNVPHGLFRVRUJ
10 V. Lecturas recomendadas
V. LECTURAS RECOMENDADAS
ERRNVPHGLFRVRUJ
Mejora del rendimiento
en traumatología y seguridad
del paciente
Christina Roland, MD, Jorie Klein, RN, y Clifann McCarley, RN, BNS
II. DEFINICIONES
organización de la institución).
I. PROTOCOLO
ERRNVPHGLFRVRUJ
III. Protocolo 13
ERRNVPHGLFRVRUJ
14 V. Revisión de los registros de traum atología
ERRNVPHGLFRVRUJ
IX. Lecturas recomendadas
VI. DOCUMENTACION
A. Toda la documentación sobre mejora se coordina en un archivo específico.
B. Todas las revisiones de casos, documentación y documentación de
seguimiento se organizan, mantienen y guardan en la oficina del director.
C. Todos los documentos producidos para los informes deben estar
numerados para su seguimiento y ser devueltos. Todas las copias
distintas de la original son destruidas con la trituradora de papel.
P ACIEN T E
V II. M ONITORIZACION
A. El personal de los servicios de traumatología monitoriza los estándares
de funcionam iento del sistema definidos por el Consejo asesor regional
(CAR) de traumatología del centro y norte de Texas (North Central Texas
DEL
Regional Trauma Advisory Council).
B. Los detalles definidos como variaciones respecto a las guías de actuación
Y SEGURIDAD
del CAR se remiten al comité de mejora del funcionamiento del sistema
del CAR utilizando las normativas y los formularios definidos de derivación.
C. Los gerentes de los servicios de traumatología completan los formularios
de revisión del sistema y los remiten al director de enfermería de
traumatología para que prepare la revisión por el CAR.
D. Los temas remitidos se siguen para su cierre.
EN TRAUMATOLOGÍA
E. Todos los asuntos se tratan durante las reuniones de mejora del funcionamiento
del servicio de traumatología para su revisión y definir un plan de acción.
Chicago, 1 999.
Fitzpatrick M K, M cM aster J: Performance Improvement in Trauma Care,
Trauma Nursing: From Resuscitation Through Rehabilitation, 3rd ed. W B
Saunders, Philadelphia, pp 3 4 -4 7 .
Joint Commission on Accreditation of Healthcare Organizations: Joint
Commission Accreditation Manual. JCAHO, Oakbrook Terrance, IL, 1998.
Society of Trauma Nurses: Trauma Outcomes Performance Improvement
Course. Society of Trauma Nurses, Chicago, 2 0 0 4 .
ERRNVPHGLFRVRUJ
Soporte vital avanzado
en traumatología
Adam C. Aider, MD
I. HISTORIA/INTRODUCCIÓN
ERRNVPHGLFRVRUJ
V. Lecturas recomendadas
I. HABILIDADES NECESARIAS
A. El objetivo principal del curso de ATLS es la valoración Inmediata, precisa
e inicial, y la toma de las medidas terapéuticas Inmediatas apropiadas.
Las habilidades que se consideran críticas son las siguientes:
1. Rápida valoración Inicial.
2. Reanimación y estabilización de forma organizada.
3. Determinación de la necesidad de derivación a un centro de traumatología.
4. Organización del traslado interhospltalarlo.
5. Proporción de la atención óptima al paciente traumático.
EN T R A U M A T O LO G ÍA
IV. BIBLIOGRAFIA
1. Ali J, Adam R, Pierre I: Comparison of performance two years after the
old and new (Interactive) ATLS courses. J Surg Res 2 0 0 1 ; 9 7 :7 1 -7 5 .
Este estudio prospectivo de cohortes comparaba el rendimiento en
relación a conocimientos y habilidades clínicas de los médicos que
habían completado el curso de ATLS actual y los anteriores. No se
encontraron diferencias significativas entre las puntuaciones de
rendimiento en conocimientos pero en las partes de ECEO (exploración
introducción de una ordenanza que exigía que todos los médicos que
proporcionan atención traumatológica tuviesen un certificado de ATLS.
V. LECTURAS RECOMENDADAS
Van Olden GD, M eeuwis D, Bolhuls HW, et al.: Advanced trauma Ufe
support study: Quality of diagnostic and therapeutic procedures.
J Trauma 20 0 4 ; 5 7 :3 8 1 -8 4 .
Estudio prospectivo de cohortes de los Países Bajos que compara la
adecuación de los procesos relacionados con la reanimación de los
pacientes traumatológlcos antes y tras el inicio del entrenamiento en
ATLS entre los profesionales sanitarios. Estos autores informan que los
procedimientos eran más adecuados, excepto el uso de oxígeno y la
exposición completa, que eran equivalentes, tras el inicio del ATLS.
ERRNVPHGLFRVRUJ
Sistemas de puntuación
en traumatología
Jennifer L. McDougal, MD
I. CONCEPTOS GENERALES
TABLA 5-1
ESCALA DE COMA DE GLASGOW
Apertura ocular
Espontánea 4
A la voz 3
Con el dolor 2
Ninguna 1
Respuesta verbal
Orientada 5
Confusa 4
Palabras inapropiadas 3
Sonidos incomprensibles 2
Ninguna 1
Respuesta motora
Obedece órdenes 6
Localiza el dolor 5
Retira por el dolor 4
Flexión ante el dolor 3
Extensión por dolor 2
Ninguna 1
18 20 1 0 . Elsevier España, S.L. Reservados todos los derechos
ERRNVPHGLFRVRUJ
II. Principales sistem as de puntuación en traum atología 19
TABLA 5-2
PUNTUACIÓN REVISADA DE TRAUMATOLOGÍA
Valoración Método Codificación
Frecuencia respiratoria Cuente el número total de 10-29 = 4
respiraciones en 15 segundos y >29 = 3
multiplíquelo por 4 6-9 = 2
1-5 = 1
0 = 0
Presión arterial sistólica Mida la presión sistólica de manguito >89 = 4
en cualquier brazo mediante 76-89 = 3
auscultación o palpación 50-75 = 2
1-49 = 1
0 = 0
Escala de coma de Glasgow
EN TRAUMATOLOGÍA
(v. tabla 5-1)
Escala de conversión de
la GCS:
13-15 = 4
9-12 = 3
6-8 = 2
4-5 = 1
<4 = 0
SISTEMAS DE PUNTUACIÓN
de 0 a 4 (tabla 5-2). En el ámbito extrahospitalario, cualquier categoría
con una puntuación menor a l l precisa la derivación a un centro de
traumatología. Como herramienta intrahospitalaria, la RTS ha mostrado
una buena correlación con los resultados de los pacientes (flg. 5-1).
ERRNVPHGLFRVRUJ
20 II. Principales sistem as de puntuación en traumatología
FIGURA 5-1
Probabilidad de supervivencia (Ps) frente a Puntuación revisada de traumatología. (De
Champion H, Sacco W, Copes W: Trauma scoring. En: Moore EE, Mattox KL, Feliciano
DV [eds.]: Trauma, 3.a ed. Stamford, CT, Appleton & Lange, 1996, págs. 53-67.)
TABLA 5-3
PUNTUACIÓN DEL SÍNDROME DE RESPUESTA
INFLAM ATORIA SISTÉMICA
Variable puntuable Puntos
Fiebre o hipotermia (temperatura >38 o <36 °C) 1
Taquicardia (frecuencia cardíaca >90) 1
Taquipnea (frecuencia respiratoria >20, 1
PaCÜ2 < 3 2 m m H g)
Recuento de leucocitos anormal (>12.000 mm3 o 1
<4.000 mm3, o 10% cayados en banda)
Puntuación total máxima del SIRS ** (SIRS definido 4
como >2)
ERRNVPHGLFRVRUJ
II. Principales sistem as de puntuación en traum atología 21
TABLA 5-4
EJEMPLO DE CÁLCULO DE PUNTUACIÓN DE GRAVEDAD DE LA LESIÓN
Región corporal Lesión Puntuación AIS ISS
Abdomen Bazo roto 2
Tórax Fracturas costales 2 22 + 22 + 32 = 17
Extremidades Fractura de fémur 3
EN TRAUMATOLOGÍA
componentes: peso, vía aérea, PAS, sistema nervioso central, heridas
abiertas y lesiones esqueléticas. A cada componente se le asigna
una puntuación entre -1 y + 2. En general, los pacientes con un PTS
inferior a 8 se benefician de la derivación a un centro de traumatología
pediátrico.
SISTEMAS DE PUNTUACIÓN
ELSEVIER. Fotocopiarsin autorización es un delito.
'Q
o.” 0,1
\ P acien te <55 añ o s
£ 0,6 — V -------------------------------------
0,4
P acien te >55 a ñ o s \
O-. ,-o
o
£ 0,2
0- - 9-
1 -8 9 -1 5 1 6 -2 4 2 5 —40 4 1 -4 9 5 0 -7 4 75
P u n tu ación de gravedad de la lesión (ISS)
FIGURA 5-3
Probabilidad de supervivencia frente a Puntuación de gravedad de la lesión en
pacientes con lesiones penetrantes. (De Champion H, Sacco W, Copes W: Trauma
scoring. En: Moore EE, Mattox KL, Feliciano DV [eds.]: Trauma, 3.a ed. Stamford, CT,
Appleton & Lange, 1996, págs. 53-67.)
ERRNVPHGLFRVRUJ
IV. Lecturas recomendadas 23
EN TRAUMATOLOGÍA
IV. LECTURAS RECOMENDADAS
SISTEMAS DE PUNTUACIÓN
ELSEVIER. Fotocopiarsin autorización es un delito.
ERRNVPHGLFRVRUJ
Mecanismos lesiónales
James A. Chambers, MD, M PH & TM
I. ASPECTOS GENERALES
ERRNVPHGLFRVRUJ
III. Traum atismos penetrantes 25
Ii. Impacto lateral: las lesiones en tórax y abdomen son las más
com unes en las colisiones con impacto lateral.
¡ii. Vuelcos: lesiones variadas, con patrón aleatorio.
iv. Impacto trasero: hiperextensión del cuello.
v. Eyección: la mortalidad aumenta, ya que no está disponible
el vehículo para absorber energía. Se asocia a mayores
puntuaciones de ISS, lesiones del sistema nervioso central y
mayor frecuencia de ingresos en la UCI.
2. Atropellos:
a. El patrón de lesiones está relacionado con la altura relativa del peatón
y del parachoques del vehículo. La mayoría de las ocasiones la
fuerza máxima impacta sobre las rodillas, encontrándose a menudo
menor número de lesiones de cabeza y tronco y costales, salvo que la
MECANISMOS LESIONALES
persona sea lanzada sobre el capó o el parabrisas del coche.
3. Caídas:
a. La gravedad de la lesión aumenta con la altura de la caída y varía
dependiendo de la posición de la persona en el momento del impacto,
así como de la superficie donde aterriza. Se deben sospechar lesiones
ortopédicas, especialmente traumatismo de la colum na vertebral, así
como lesiones por cizallam iento y compresión toracoabdominales.
4. Traumatismos pediátricos:
a. Los niños tienen una cabeza de tamaño proporcionadamente mayor
que la de los adultos y sufren lesiones craneoencefálicas y de la
colum na cervical con más frecuencia que los adultos.
b. El traumatismo ortopédico pediátrico presenta diferencias debido
a la presencia del cartílago de crecimiento (fisis) y de huesos más
maleables. Se precisa relativamente mayor cantidad de energía para
que se produzca una fractura en un niño.
c. En los casos en los que se presente discordancia entre la historia
de la lesión y la presencia de quemaduras, fracturas múltiples o
espirales, hemorragias retinianas o daño de órganos Internos sin que
mediante la historia clínica se sospeche un claro mecanismo, se debe
sospechar siempre maltrato o abandono infantil.
5. Traumatismos en la población geriátrica:
a. En los pacientes geriátricos se dan más tipos de traumatismos que en los
pacientes más jóvenes (p. ej., caídas), y una mortalidad significativamente
ELSEVIER. Fotocopiarsin autorización es un delito.
TRAUMATISMOS PENETRANTES
A. En comparación con los traumatismos contusos, la afectación de
órganos en los traumatismos penetrantes está más en función de la
superficie del área o del volumen que de las características inherentes de
los tejidos o la fijación anatómica. De ah í que las lesiones penetrantes
abdom inales afecten más a menudo al intestino que al bazo o al hígado.
B. Balística.
1. Existen cuatro factores determinantes del daño producido por un proyectil:
a. Masa.
b. Velocidad del proyectil:
i. Como energía cinética = mv2, la energía se incrementa
exponencialmente con la velocidad, pero únicamente de forma
lineal con la masa.
ERRNVPHGLFRVRUJ
26 IV. M iscelánea
IV. M ISCELÁNEA
A. Lesión por onda expansiva.
1. Primaria: las fuerzas aplicadas a través de planos de tejidos de diferentes
características físicas producen tensiones de compresión y de cizallamiento.
Las tensiones llevan a lesión vascular, arrancamiento de órganos y
perforación de membranas. Se citan de forma común los ejemplos de
neumotorax, rotura intestinal y perforación de la membrana timpánica.
2. Secundaria: las lesiones pueden producirse por objetos del medio que
son acelerados por la onda de choque e ¡mpactan contra los tejidos.
3. Terciaria: se refiere al movimiento del cuerpo por una fuerza de onda de
choque que produce aplastamiento, laceraciones y otras lesiones.
ERRNVPHGLFRVRUJ
IV. M iscelánea
MECANISMOS LESIONALES
3. Proyectiles de saquitos de arena, que se pueden disparar desde una
escopeta y a una distancia de unos 6m , que imparten un momento de
fuerza de 4 a 5 Newtons, comparable al de una pelota de béisbol lanzada a
mano a 9 m (habitualmente, los golpes de bate son de 7 a 11 Newtons).
4. TASER (dispositivo de conducción de energía); los nuevos TASER más
avanzados han evolucionado de forma significativa desde las iniciales
«pistolas paralizantes» de la década de los 7 0 que aplicaban una
frecuencia muy alta (con alto voltaje y baja intensidad) para detener los
comportamientos agresivos. Las lesiones en voluntarios sanos son raras
y las publicaciones que revisan las muertes asociadas al uso de TASER
presentan casi uniformemente casos de personas que habían utilizado
drogas ilícitas (especialmente cocaína o fenciclidina) y habitualmente
habían sufrido otros traumatismos físicos antes del arresto; varias ofrecían
historia previa de enfermedad cardíaca. Así, no se ha relacionado nunca
definitivamente la casualidad con la muerte de ningún paciente. Sin
embargo, a veces se remite a los pacientes al servicio de urgencias para
retirar las puntas de alambre. Más allá, se ha relacionado de forma
anecdótica el uso del TASER durante el embarazo con abortos.
5. En EE.UU . el empleo de los sprays de pimienta (capsaicina) es legal y
existe también una forma empaquetada de spray para juegos de guerra
con «pistolas de pintura».
C. Quemaduras.
1. Con frecuencia las quemaduras térmicas están com plicadas con
ELSEVIER. Fotocopiarsin autorización es un delito.
ERRNVPHGLFRVRUJ
28 V. Lecturas recomendadas
V. LECTURAS RECOMENDADAS
Bleetman A, Steyn R, Lee C: Introduction of the TASER into British policing:
Implications for U K emergency departments: An overview of electronic
weaponry. Emerg Med J 2 0 0 4 ; 2 1 (2 ):1 3 6 -40 .
Coupland RM: The Red Cross classification of war wounds: The EXCFVM
scoring system. World J Surg 1992; 16(5):910-7.
Galbraith KA: Combat casualties in the first decade of the 2 1 s’ century - new
and emerging weapon systems. JR Army Med Corps 2001; 147(1):7-14.
Gugala Z, Lindsey RW: Classification of gunshot injuries in civilians. Clin
Orthop 20 0 3 ; 4 0 8 :6 5 -8 1 .
Helling TS, W atkins M, Evans LL, Nelson PW, et al.: Low falls: An
underappreciated mechanism of injury. J Trauma 1999; 46(3 ):4 5 3 -6.
Kenny JM , Heal S, Grossman M: (Pennsylvania State University Applied Research
Laboratory): The Attribute-Based Evaluation (ABE) of less-than-lethal, extended-
range, impact munitions. State College, PA: Pennsylvania State University; 2001.
Lewer N, Davison N: Non-lethal technologies - an overview. Disarmament
Forum 20 0 5 ; 1:37-51.
Mahajna A, Aboud N, Harbaji I, et al.: Blunt and penetrating injuries
caused by rubber bullets during the Israeli-Arab conflict in October, A
retrospective study. Lancet 20 0 0 ; 3 5 9 (9 3 2 0 ):1 7 9 5 -8 0 0 .
Moore EE, Feliciano DV, Mattox KL: Trauma, 5"1 ed. McGraw-Hill: New York; 2003.
Orange County Sherriff’s Office: Taser Task Force Medical Findings. Orange
County Sherriff’s Office: Orange County, FL; 2 0 0 4 .
Ricks RC, Berger ME, O'Hara FM: The Medical Basis for Radiation Accident
Preparedness: The Clinical Care of Victims. Taylor & Francis: Philadelphia; 2002.
Santaniello JM , Luchette FA, Esposito TJ, et al.: Ten year experience of
burn, trauma, and combined burn/trauma injuries com paring outcomes.
J Trauma 20 0 4 ; 5 7 (4 ):6 9 6 -70 1 .
Sharma OP, Oswanski MF, W hite PW: Injuries to the colon from blast effect
of penetrating extra-peritoneal thoracoabdominal trauma. Injury 2004;
3 5 (3 ):3 2 0 -24 .
Tuggle DW: Blast injury. J Okla State Med Assoc 2 0 0 3 ; 9 6 (9 ):4 1 9 -21 .
US Department of Defense Air Sea Land Application Center: Multiservice
Procedures for the Tactical Employment of Nonlethal Weapons (FM 90-
40, M C R P 3 -1 5 .8 , N W P 3 -0 7 .3 1 , USCG P U B 3 -0 7 .3 1 ); Oct 1998.
US Department of Defense, M ilitary Medical Operations Office, Armed
Forces Radiobiologlc Institute: Medical Managem ent of Radiological
Casualties Handbook. US Department of Defense; Bethesda; 1999.
ERRNVPHGLFRVRUJ
Preparación y control
ante catástrofes
A le xa n d e r L. Eastm an, M D
I. GESTION DE CATASTROFES
PLANES DE CATASTROFES
Eastman AL, Rinnert KJ, Nameth IR, Fowler RL, Minei JP: Alternate site
surge capacity in times of public health disaster maintains trauma center
and emergency department integrity: Hurricane Katrina. J Trauma 2007;
63 :2 5 3 -5 7 .
ERRNVPHGLFRVRUJ
Valoración inicial
del paciente traumático
Severn Barloco, MD, y Hemangini Thakar, MD
ERRNVPHGLFRVRUJ
I. Valoración inicial: el A B C de la asistencia traum atológica 33
T R A U M Á T IC O
realiza en el ámbito prehospítalarlo. Se trata de un dispositivo de
vía aérea supraglótica diseñado para su colocación a ciegas. El tubo
consta de dos luces y dos globos que se utilizan para proteger la vía
aérea (v. fíg. 8-1). Está contraindicado en los pacientes de talla inferior
a 1 5 2 cm y en aquellos con un reflejo nauseoso intacto, con patología
esofágica o con ingestión de cáusticos conocida. En el Parkland
Memorial Hospital cam biam os estos tubos por un tubo endotraqueal
DEL PACIENTE
oral cuando el paciente está estable en el departamento de urgencias.
11. Cricotiroldotomía: su aspecto más difícil es identificar y mantener las
referencias anatómicas. La siguiente técnica reduce esa dificultad:
a. El cirujano debe identificar en primer lugar la membrana
crlcotíroidea (flg. 8-2), que inmoviliza entre el pulgar y el dedo
medio de su mano no dominante, colocando el índíce sobre la
INICIAL
escotadura tiroidea (fíg. 8-3).
b. El cirujano no debe mover nunca la mano durante todo el
procedimiento; de este modo, la membrana cricotiroídea siempre
VALORACIÓN
está localizada.
c. Se hace una incisión hasta la membrana cricotiroídea con un bisturí
con la mano dominante (fig. 8-4). La hoja del bisturí se debe deslizar
en un movimiento hacia arriba, alejándose del cirujano, haciendo
una incisión transversa a través de la membrana cricotiroídea. A
continuación se puede introducir de nuevo la hoja en la herida para
extender la incisión una corta distancia hacia el médico. El objetivo de
ELSEVIER. Fotocopiarsin autorización es un delito.
ERRNVPHGLFRVRUJ
34 I. Valoración inicial: el A B C de la asistencia traum atológica
FIGURA 8-1
Inserción del Combitube. (Adaptado de Miller RD [ed.]: Anesthesia, 6.a ed. Filadelfia,
Saunders, 2005.)
ERRNVPHGLFRVRUJ
I. Valoración inicial: el A B C de la asistencia tra u m a to lo g ía 35
Cricotiroidotomía quirúrgica.
ERRNVPHGLFRVRUJ
36 I. Valoración inicial: el A B C de la asistencia traum atológica
FIGURA 8-3
Véase el texto.
ERRNVPHGLFRVRUJ
I. Valoración inicial: el A B C de la asistencia traum atológica 37
T R A U M A T IC O
DEL PACIENTE
INICIAL
VALORACION
ELSEVIER. Fotocopiarsin autorización es un delito.
Véase el texto.
ERRNVPHGLFRVRUJ
38 II. Valoración secundaria
E. Exposición.
1. Mediante una exposición completa y una exploración meticulosa del
cuerpo del paciente se puede dim inuir la incidencia de diagnósticos
tardíos de lesiones significativas en los pacientes traumáticos.
2. Durante este paso hay que retirar toda la ropa del paciente, se le rota
sobre sí mismo, se le hace una exploración rectal y se retira la tabla.
3. Hemos identificado que las zonas pilosas, como axilas, perineo y cabeza,
son importantes y con alto riesgo de lesiones penetrantes no diagnosticadas.
4. Un objetivo adicional debe ser evitar la hipotermia, especialmente en los
pacientes quemados, ya que no poseen la homeostasia normal de la piel.
5. El recalentamiento se ha de realizar inicialm ente mediante el uso de
mantas de calentamiento o de sistemas de aire caliente.
6. Todas las salas de reanimación de traumatología del Parkland Memorial
Hospital se mantienen a un m ínim o de temperatura de 23 ,8 °C (75°F).
F. Otros aspectos de la valoración inicial.
1. Reanimación con fluidos intravenosos seguida de transfusión de sangre,
si está indicada.
2. Colocación de una sonsa nasogástrica.
3. Sonda de Foley: análisis de tiras de orina.
4. HemoCue: se obtiene en cada paciente a su llegada al departamento
de urgencias; en los pacientes sin indicación urgente de cirugía (p. ej.,
pacientes con hem odinám ica normal), se obtienen lecturas de HemoCue
a los 10 y 2 0 m inutos desde su llegada, mientras se está realizando la
reanimación con líquidos intravenosos.
ERRNVPHGLFRVRUJ
II. Valoración secundaria 39
C. Signos vitales.
1. Una onda de pulso estrecha y taquicardia son los signos precoces de
hlpovolemia.
2. Pulso: se monltorlzan los cam bios ortostáticos, taquicardia y arritmias.
3. La hipotensión constituye un signo de hlpovolemia tardío.
4. Respiración: observe si existe apnea o taqulpnea.
5. Temperatura: busque hipotermia o hlpertermia.
D. Cabeza.
1. Cráneo: realizar la inspección y la palpación en busca de fracturas
craneales y hacer exploraciones neurológicas seriadas.
2. Ojos: explorar tamaño de las pupilas y posible existencia de hemorragias
conjuntlvales o en el fondo de ojo, luxaciones del cristalino, hifema, lentes
de contacto, signo del mapache, atrapamiento del globo ocular y nistagmo.
T R A U M Á T IC O
Se puede realizar un chequeo visual rápido pidiéndole al paciente que lea
con cada ojo las letras de una bolsa de solución Intravenosa.
3. Oídos: comprobar si existen hemotímpano, perforaciones, pérdida de
líquido cefalorraquídeo (LCR) o signo de Battle.
4. Nariz: verificar si hay pérdida de líquido cerebroespinal, desviación del
tabique nasal, hematoma septal o fracturas.
5. Boca: comprobar aspiración, hemorragia, laceraciones, lesiones
DEL PACIENTE
dentarias y cuerpos extraños.
E. Maxilofacial.
1. Los traumatismos maxilofaclales se asocian a dos condiciones de riesgo
vital: obstrucción de la vía aérea y hemorragia.
2. Los pacientes con fracturas medlofaciales también pueden presentar
fracturas de la lámina criblforme, por lo que se les debe colocar la sonda
INICIAL
gástrica únicamente por vía oral (p. ej., sonda orogástrica).
F. Columna cervical y cuello.
1. Principios:
VALORACIÓN
ERRNVPHGLFRVRUJ
40 II. Valoración secundaria
G. Tórax.
1. Valoración:
a. Observar si existen excursiones simétricas, deformidades, tórax
plano, retracción, heridas penetrantes, heridas torácicas aspirantes,
contusiones y hematomas.
b. Auscultar la zona anterior alta del tórax en busca de un posible
neumotorax y la zona baja de la región posterior del tórax por
hemotórax; buscar dism inución de los ruidos respiratorios y ruidos
cardíacos apagados. Con frecuencia se auscultan mejor los ruidos
respiratorios en la axila.
c. Palpar cada costilla y cada una de las dos clavículas por separado en
busca de crepitación o fracturas.
2. Técnicas diagnósticas y terapéuticas:
a. Radiografía de tórax.
b. Descompresión pleural (toracostomía con tubo torácico).
c. Toracocentesis con aguja.
d. Pericardiocentesis (utilizada en raras ocasiones).
e. Valoración mediante ecografía abdom inal enfocada para
traumatología (Focused Abdom inal Sonography for Trauma [FAST])
de un posible taponamiento cardíaco.
H. Mama.
I. La exploración de las mam as se realiza en todas las pacientes como
parte de la evaluación secundaria.
2. Durante la colocación del tubo de toracostomía se debe evitar la cola
axilar de Spence.
I. Abdomen.
1. Principios:
a. El abdomen puede presentar un desafío diagnóstico incluso para el
clínico más experimentado.
b. La distensión abdominal es un signo tardío. Un cam bio en el contorno
abdominal de 1 cm puede representar hasta 3 I de pérdida de sangre.
c. La exploración inicial y una reevaluación frecuente son de
importancia capital en el tratamiento del traumatismo abdominal.
2. Valoración:
a. Buscar heridas penetrantes, hemorragias, hematomas, contusiones y
distensiones.
b. Auscultar ruidos intestinales y soplos.
c. Palpar en busca de dolor, signo del rebote, crepitación, masas y
frémito palpable.
3. Estudios diagnósticos:
a. FAST:
I. Su utilidad se encuentra en su capacidad para detectar líquido (p. ej.,
sangre) en el pericardio o abdomen con una alta sensibilidad,
ií. Es más sensible en los pacientes con heridas precordiales/
transtorácicas y en pacientes con traumatismos abdom inales
contusos.
Iil. Su capacidad para diagnosticar lesiones de órganos sólidos o
para valorar las estructuras retroperítoneales es limitada,
iv. Las fracturas de las costillas Inferiores, la presencia de aire
subcutáneo y el hábito corporal del paciente pueden interferir
con la exploración.
ERRNVPHGLFRVRUJ
II. Valoración secundaria 41
b. Lavado peritoneal:
i. Se debe considerar en los pacientes con alteraciones del nivel de
consciencia debidas a traumatismos, alcohol o drogas.
ii. Se debería considerar en los pacientes que van a ser
sometidos a anestesia por otros procedimientos (ortopédicos o
neuroquirúrgicos), porque la exploración abdominal no es fiable.
iii. Está indicado en los pacientes con inestabilidad hemodinámica
con FAST negativa.
c. Exploración local en heridas por arma blanca de la pared abdominal
anterior.
d. TC con contraste intravenoso pero sin contraste oral.
e. Laparotomía exploradora, si está indicada.
J. Recto y perineo.
T R A U M Á T IC O
1. Principios:
a. Es una exploración que se debe realizar en todos los pacientes.
b. Se hace habitualmente durante la valoración primaria mientras se
gira de lado al paciente para m inim izar su movilización.
2. Valoración:
a. Tono del esfínter anal.
b. Sangre rectal.
DEL PACIENTE
c. Integridad de la pared abdominal.
d. Situación de la próstata.
e. Sangre en el meato uretral.
f. Hematoma escrotal o perineal.
g. Integridad de la pared vaginal.
3. Tratamiento:
INICIAL
a. Sonda de Foley, si no existen sangre en el meato uretral, próstata en
situación alta ni hematoma escrotal o perineal.
b. Cuando está presente cualquiera de esos signos, antes de colocar la
VALORACIÓN
ERRNVPHGLFRVRUJ
42 III. Lecturas recomendadas
N. Vascular.
1. Valoración:
a. Se deben palpar o explorar mediante eco Doppler todos los pulsos de
las extremidades, pero tener en cuenta que la presencia de pulso no
descarta una lesión arterial.
b. Anotar todos los detalles de la exploración vascular.
c. Relleno capilar.
d. Signos de lesión vascular:
I. Sangrado.
ii. Hematoma expansivo.
Iil. Soplo audible o palpable.
iv. Pulso anormal en la exploración.
v. Circulación distal comprometida.
e. Evaluación de un posible síndrome compartimental:
I. Dism inución de la sensibilidad.
i¡. Dolor en aumento.
f. Reevaluación continua.
2. Tratamiento:
a. Determinación de los indices de presión de las extremidades.
b. Anglografía cuando se sospecha una lesión arterial en un paciente
con normalidad hemodlnámica.
c. Fascíotomías, en caso indicado.
d. Amputación, en caso indicado.
e. Generalmente es útil obtener evidencia fotográfica y una segunda
opinión bien documentada.
0. Resumen.
1. Valoración primaria:
a. Vía aérea.
b. Respiración.
c. Circulación.
d. Incapacidad funcional.
e. Ambiental/exposición.
f. Estabilización y reanimación simultáneas.
2. Valoración secundarla:
a. Anam nesis y exploración física completas.
3. Estudios adicionales.
4. Príorizaclón del tratamiento.
5. Reevaluación y priorízación.
ERRNVPHGLFRVRUJ
Shock
Hema Thakar, MD, y Jennifer Blumetti, MD
I. DEFINICION
SHOCK
II. VALORACION INICIAL
Una vez establecidas las adecuadas vía aérea y ventilación, se debe realizar
una evaluación del sistema circulatorio. Los signos vitales y la exploración
física, junto con una historia clínica pertinente que se obtiene de manera
simultánea, son fundam entales en el diagnóstico y tratamiento del shock.
A. Acceso vascular.
1. Se debe obtener un acceso vascular periférico con dos vías intravenosas
de gran calibre (16 o mayor). Nuestra primera zona de elección para el
acceso vascular es la fosa antecubltal, bllateralmente.
2. En el paciente hipotenso en la UCI, nuestra práctica Incluye la
colocación de catéteres de acceso venoso central en la vena subclavia.
Previamente se realizaban con mayor frecuencia disecciones venosas
de la vena safena cuando no se podía conseguir acceso venoso en las
extremidades superiores, técnica que aún continúa siendo útil. Para los
protocolos de estas técnicas, consúltese el capítulo 13.
3. Los catéteres de gran calibre y corta longitud proporcionan el método
para una administración más rápida de fluidos intravenosos. Por esta
razón, en la reanimación inicial no se utilizan los catéteres venosos
centrales de doble o triple luz. El tamaño de la vena no tiene efecto
clínico sobe la velocidad de administración de líquidos.
4. Los sistemas de infusión rápida, como el «Level One», permiten la
administración de hasta 1 1de líquidos calientes por minuto.
B. Test de infusión de líquidos.
1. La reanimación inicial con fluidos comienza con la infusión de un bolo
de 21 de solución de Rlnger lactato. Generalmente, se utiliza ésta debido
a que es una solución salina balanceada. Los pacientes cuyo sangrado
ha cesado tienden a responder a la reposición de líquidos, pero los
pacientes que responden de una forma transitoria pueden presentar una
pérdida sanguínea continuada.
C. Transfusión.
1. Durante la colocación de los catéteres Intravenosos se obtiene sangre
para tipo y pruebas cruzadas. Sin embargo, el paciente en shock puede
precisar la transfusión inmediata de productos sanguíneos sin cruzar.
TABLA 9-1
CARACTERISTICAS DE LOS ESTADOS DE SHOCK
Cardiogénico
Signo fisiológico Hipovolémico Miocárdico Mecánico Neurogénico Séptico
Pulso + + + ni o - +
Presión arterial - - a ni - - -
Frecuencia + + ++ ni /+ ++
respiratoria
Diuresis — — — — —
Venas del cuello Colapsadas Distendidas Distendidas Colapsadas Colapsadas
Temperatura piel Fría Fría Fría Caliente Caliente
Sensación piel Húmeda Húmeda Húmeda Seca Húmeda/
seca
índice cardíaco +/- - - + /- ++
Presión venosa - + ++ - nl/+
central
Presión capilar - ++ + - -/ n i
pulmonar de
enclavamiento
Resistencia ++ ++ ++ - -
venosa sistémica
Respuesta a la +++ - + + +
administración de
volumen
- =d¡sm¡nuc¡ón; -f = incremento; ni = normal.
ERRNVPHGLFRVRUJ
IV. Tipos de shock 45
SHOCK
a. Hemorragia de clase I: pérdida de hasta el 15% del volumen sanguíneo.
b. Hemorragia de clase II: pérdida del 15 al 30% del volumen sanguíneo,
aproximadamente de 8 0 0 a 1 .5 0 0 mi para un paciente de 7 0 kg.
c. Hemorragia de clase III: pérdida del 3 0 al 40% del volumen
sanguíneo, aproximadamente 2 .0 0 0 m l.
d. Hemorragia de clase IV: pérdida superior al 40% del volumen sanguíneo.
4. Tratamiento del shock hemorrágico:
a. El tratamiento inicial se dirige a la corrección y detección de la causa
subyacente de la hemorragia. El control de la hemorragia externa se
realiza mediante presión digital directa.
b. La reanimación se inicia con 1 a 21 de solución de Ringer lactato:
í. La reanimación con cristaloides reduce la necesidad de
transfusión sanguínea en los pacientes con shock de leve a
moderado.
ii. Los pacientes con sangrado activo pueden responder inicialmente
al bolo de líquidos, pero se deterioran subsecuentemente salvo
que se controle el origen de la hemorragia.
TABLA 9-2
SHOCK HEMORRÁGICO3
Signo fisiológico Clase 1 Clase II Clase III Clase IV
Pérdida sanguínea >15 15-30 30-40 >40
(% volumen)
ELSEVIER. Fotocopiarsin autorización es un delito.
ERRNVPHGLFRVRUJ
46 IV. Tipos de shock
ERRNVPHGLFRVRUJ
IV. Tipos de shock 47
SHOCK
c. Se requiere una monitorización continua mediante electrocardiografía
para detectar arritmias que acompañan a la contusión o a los infartos
miocárdicos, que se deben tratar de forma inmediata.
C. Shock obstructivo.
1. Definición: se produce cuando existe una obstrucción al flujo de la sangre
al corazón. La obstrucción mecánica al gasto cardíaco tras un trauma se
da más debido a taponamiento cardíaco o neumotorax a tensión.
2. Fisiopatología:
a. La obstrucción produce un inadecuado llenado diastólico o una
disfunción sistólica por un incremento de la poscarga.
b. El taponamiento cardíaco provoca una alteración del llenado
diastólico secundario a un aumento de la presión pericárdica:
i. Se caracteriza por hipotensión, apagamiento de los tonos
cardíacos, estrechamiento de la presión del pulso y distensión
de las venas del cuello, acom pañados de taquicardia, pulso
paradójico y cianosis central.
ii. Se da más a menudo tras un trauma torácico penetrante, aunque
en algunas ocasiones se encuentra en un paciente con lesiones
contusas del tórax.
iii. Las herramientas diagnósticas incluyen la exploración mediante
ecografía abdominal enfocada para trauma (FAST) y la
radiografía de tórax.
c. El neumotorax a tensión puede producir un incremento de la presión
ELSEVIER. Fotocopiarsin autorización es un delito.
ERRNVPHGLFRVRUJ
48 IV. Tipos de shock
ERRNVPHGLFRVRUJ
V. Lecturas recomendadas 49
SHOCK
con ACTH. Se inyectan 250^ g i.v. de ACTH y se determinan
los niveles de cortisol a los minutos 0, 3 0 y 60. Un incremento
del cortisol inferior a 9 |xg/dl es indicativo de insuficiencia
suprarrenal.
iv. Cuando se confirma la insuficiencia suprarrenal, se debe iniciar
inmediatamente el tratamiento, que consiste en 1 0 0 mg i.v. de
hidrocortisona 3 veces al día durante 7 días. Mientras se está
realizando el test de ACTH se puede adm inistrar al paciente
dexametasona, ya que no interfiere con los resultados del test.
Una vez que se dispone de los resultados del test, se puede
cam biar el tratamiento por hidrocortisona.
v. En el Parkland Memorial Hospital los esteroides se utilizan
únicamente si existe una insuficiencia suprarrenal diagnosticada.
E. Shock medular.
1. No se trata, salvo que el paciente esté sintomático.
2. La elevación de las piernas del paciente puede proporcionar cierta
autotransfusión.
3. Los vasopresores se administran únicamente si las medidas anteriores
fracasan.
V. LECTURAS RECOMENDADAS
ERRNVPHGLFRVRUJ
Terapia transfusional
Harshal Broker, MD, y Samuel Jacks, MD
I. INTRODUCCIÓN
II. INDICACIONES
ERRNVPHGLFRVRUJ
II. Indicaciones 51
TERAPIA TRANSFUSIONAL
por encima de 100.000/|j,l. Una vez completada la reanimación del
paciente, se aceptan recuentos plaquetarios de 2 0 .0 0 0 a 4 0.000/nl,
siempre que no exista sangrado activo.
• Plasma fresco congelado (PFC): valores de tiempo de protrombina
(TPVcociente internacional normalizado (International Normalized
Ratio [INR]) o de tiempo de trombloplastina parcial (TTP) mayores
a 1,5 veces lo normal Indican la necesidad de PFC. También se
puede utilizar como adjunto la vitam ina K. Se debe tener en cuenta
que los valores de TP/INR y TTP no son exactos en el paciente
ELSEVIER. Fotocopiarsin autorización es un delito.
FIGURA 10-1
Corrección de los estudios de coagulación anormales. HC, hemograma completo; TF¡
tiempo de protrombina; TTF¡ tiempo de trombina parcial.
ERRNVPHGLFRVRUJ
52 III. Productos sanguíneos
ERRNVPHGLFRVRUJ
IV. Complicaciones de la transfusión de productos sanguíneos 53
TERAPIA TRANSFUSIONAL
y activación plaquetarla. Mejora la generación de la trombina sobre
las plaquetas activadas y, por tanto, puede ser beneficioso al ofrecer
hemostasia en los pacientes con sangrado profuso o con una
alteración de la generación de trombina.
• En el Parkland Memorial Hospital, el factor rVlla está incluido en el
protocolo de transfusión masiva.
PRODUCTOS SANGUINEOS
Producto sanguíneo Características
Sangre completa (500 mi); 35-40% hematocrito (Hto); sin plaquetas ni factores
de la coagulación activos; no suele estar disponible
Concentrado de (300mi); 65-80% Hto; sin plaquetas, leucocitos ni plasma;
hematíes las transfusiones en los niños se suelen realizar en
volúmenes de 10-ml/kg
Hematíes pobres en (300mi); 65-80% Hto; 70% de los leucocitos eliminados;
leucocitos para pacientes con reacciones febriles frecuentes
ELSEVIER. Fotocopiarsin autorización es un delito.
Hematíes lavados (300 mi); 65-80% Hto; 85% de los leucocitos y 99% del
plasma son eliminados; para pacientes con reacciones
alérgicas a las proteínas del plasma de la sangre donante
Hematíes congelados (250 mi); 65-80% Hto; 3 años de almacenamiento en casos
de grupos sanguíneos raros o de células de donaciones
autólogas
Plaquetas (40-70 mi); 5,5 x 103 plaquetas por unidad. Cada unidad
debería elevar el recuento de plaquetas 5.000-10.000; se
suelen administrar 6-10 U cada vez
Plasma fresco (180-300ml); cada unidad contiene 200 U de factor VIII y
congelado 200-400 mg de fibrinógeno; se debe utilizar en las 6 horas
inmediatas desde la descongelación; precisa compatibilidad
de tipo ABO; es una fuente adecuada de todas las proteínas
de la coagulación
Crioprecipitado >80 U de factor VIII (VlIhC); buena fuente de factor VllhvW F y
de fibrinógeno en <15 mi de plasma
ERRNVPHGLFRVRUJ
54 IV. Com plicaciones de la transfusión de productos sanguíneos
ERRNVPHGLFRVRUJ
IV. C o m p lica c io n e s de la transfusión de productos san gu íneos 55
TERAPIA TRANSFUSIONAL
e. Virus del Nilo occidental: 1/1 millón en áreas endémicas.
f. Citomegalovirus (CMV): es el virus transmitido con mayor frecuencia
por las transfusiones en EE.UU . Ya que es endémico, no se realiza
el screening rutinario. Sin embargo, la transmisión del C M V por
transfusión requiere la transferencia de leucocitos Infectados y, con
las transfusiones de sangre pobre en leucocitos, cada vez es menos
com ún la transmisión de CMV.
• Los pacientes ¡nmunocomprometidos (p. ej., los pacientes
trasplantados) deberían recibir productos sanguíneos pobres en
leucocitos o con desplstaje de CMV.
2. La contaminación bacteriana por unidad transfundida com unicada
como:
a. Transfusión de productos sanguíneos con contaminantes bacterianos
(p. ej., sífilis, malaria, Yersinia enterocoütica, Babesia microti y
Trypanosoma cruzi): 1/5 millones.
b. El inicio de fiebre, escalofríos e hipotensión poco después de la
transfusión puede hacer difícil diferenciar entre una reacción alérgica
aguda y una reacción hemolítica. Esos pacientes pueden estar muy
graves y precisar tratamiento con agentes antlm icrobianos de amplio
espectro y de soporte.
D. Complicaciones metabólicas.
1. Potasio:
a. Los CH contienen de 3 0 a 4 0 mEq por unidad antes de 3 sem anas
ELSEVIER. Fotocopiarsin autorización es un delito.
ERRNVPHGLFRVRUJ
56 IV. Com plicaciones de la transfusión de productos sanguíneos
4. Hipotermia:
a. Definida como una temperatura central < 3 4 °C (los CH se almacenan
con 1 a 6 °C y tienen una vida de almacenamiento de 3 5 días).
b. La infusión de productos sanguíneos fríos aumenta la pérdida de
calor producida por la exposición y presenta varios efectos deletéreos,
entre los que se incluyen:
i. Acidosis.
ii. Desplazam iento a la izquierda de la curva de disociación de la
hemoglobina.
iii. Aumento de la afinidad por el oxígeno.
iv. Alteración de la función plaquetarla.
v. Depresión miocárdica.
vi. Arritmias.
vii. Depresión respiratoria.
c. Así, cuando se transfunden grandes cantidades de productos
sanguíneos, se debe utilizar un calentador de fluidos
intravenosos.
E. Coagulación intravascular diseminada (CID).
1. El difosfato de adenosina (ADP) de los hematíes y las fosfolipoproteínas
de la membrana activan el sistema procoagulante a través del factor
XII y del complemento. Se produce una trombosis microvascular difusa
que consum e plaquetas y factores de la coagulación. La fibrinólisis
simultánea libera productos de degradación de la fibrina
a la circulación:
a. La etiología de la CID incluye:
I. Transfusión masiva.
ii. Sepsis.
iii. Lesiones por aplastamiento.
iv. Lesiones múltiples.
b. Los hallazgos clínicos incluyen:
I. Fiebre.
ii. Hipotensión.
iii. Acidosis.
iv. Proteinuria.
v. Hipoxia.
c. Los hallazgos de laboratorio incluyen:
i. Trombocitopenia (< 8 0 .0 0 0 /m m 3).
ii. Dism inución del fibrinógeno (0 ,8 g/l).
iii. Prolongación del TP y del TTP
iv. Aum ento de los productos de degradación de la fibrina o del
D-dímero.
v. Hematíes fragmentados en el frotis sanguíneo.
d. El tratamiento debe consistir en soporte hemodinámico agresivo
y en la elim inación de la causa subyacente (transfusión de CH
compatibles lavados). Si estas medidas fracasan, hemos utilizado
la infusión intravenosa de heparina ajustada para mantener un INR
entre 1,1 y 1,5, antitrombina III o ácido epsilonaminocaproico, con
resultados variables. El inicio de la CID augura un mal pronóstico. La
mortalidad es alta, y se debe fundamentalmente a daño y fracaso de
órganos diana.
ERRNVPHGLFRVRUJ
V. Protocolo de transfusión masiva 57
TERAPIA TRANSFUSIONAL
posiblemente, multiparidad.
4. El segundo elemento consiste en la activación de esos neutrófilos
activados, lo que produce un incremento de los radicales libres de oxígeno
que provoca un aumento de la permeabilidad capilar y edema pulmonar.
5. El tratamiento es de soporte y presenta unos resultados mejores que
los de la mayoría de las otras causas de edema pulmonar agudo. El
tratamiento debería guiarse con el uso de un catéter de arteria pulmonar
(CAP) que demuestre que no se precisan líquidos con una presión
en cuña normal. Debe descartarse una sobrecarga de volumen para
diferenciar la LPART de otros fenómenos, como el shock pulmonar o el
síndrome de dificultad respiratoria del adulto tras una transfusión masiva.
6. El índice de mortalidad puede ser tan alto como del 5 al 8%.
G. Síndrome de dificultad respiratoria aguda (SDRA).
1. Este síndrome se produce con una incidencia media de 0,02% por
unidad de sangre transfundida.
2. Se puede dar con cualquier producto sanguíneo que contenga plasma,
apareciendo los signos habitualmente durante la transfusión o en las
siguientes 3 -4 horas.
3. Los signos clínicos incluyen fiebre, escalofríos, hipotensión y una
insuficiencia respiratoria progresiva.
4. La hipoxemia es refractaria al suplemento de oxígeno. Se puede
evitar el SD RA mediante la transfusión de CH lavados a los pacientes
sintomáticos.
ELSEVIER. Fotocopiarsin autorización es un delito.
ERRNVPHGLFRVRUJ
58 VII. Consejos útiles y errores com unes
TABLA 10-2
PROTOCOLO DE TRANSFUSION MASIVA
Envío CH PFC Plaquetas CrioP rVlla
la 5 (O-Neg) 2 (AB)
Ib 5 2
2 5 2 1 2,4 mg
3 5 2 10
4 5 2 1 2,4 mg
5 5 2
6 5 2 1 10 2,4 mg
7 5 2
8 5 2 1
9 5 2 10
10 5 2 1
ERRNVPHGLFRVRUJ
VIII. Lecturas recomendadas 59
TERAPIA TRANSFUSIONAL
ERRNVPHGLFRVRUJ
Métodos de diagnóstico
en el departamento de urgencias
Makram Gedeon, MD
I. RADIOGRAFÍAS SIMPLES
ERRNVPHGLFRVRUJ
I. Radiografías sim ples 61
TABLA 11-1
ANOMALÍAS RADIOGRÁFICAS E INDICIOS ASOCIADOS A LESIONES
DE LOS GRANDES VASOS TORÁCICOS_____________________________________
Fracturas
Esternón
Escápula
Múltiples de las costillas izquierdas
Clavícula en pacientes con lesiones multisistémicas
Primera costilla
Indicios m ediastínicos
Obliteración del contorno aórtico
Ensanchamiento mediastínico (> 8 cm)
Depresión del bronquio principal >140° desde la tráquea
Pérdida de la línea pleural prevertebral
ERRNVPHGLFRVRUJ
II. Ecografía 63
DE URGENCIAS
7. Se debe realizar una RM de la colum na cervical en los pacientes con
déficit neurológicos referidos a la colum na cervical.
8. Los pacientes con dism inución del nivel de consciencia (o sedados) se
considera que presentan una colum na cervical estable si tanto una serie
de tres proyecciones de la colum na cervical como una TC de corte fino
con reconstrucción sagital a través de C l y C2 son normales.
9. El collarín cervical se mantiene en el paciente Intoxicado y en el
EN EL DEPARTAMENTO
paciente con dolor importante, intentando descartar lesión en el cuello
clínicam ente más tarde, cuando el paciente esté alerta y orientado,
momento en el que se investigará y tratará la causa del dolor.
II. ECOGRAFIA
FAST en heridas torácicas penetrantes. (Adaptado de Moore EE, Feliciano DV, Mattox
ICL: Trauma, 5.a ed. Nueva York, McGraw-Hill, 2003, pág. 318.) DU, Departamento
de urgencias.
ERRNVPHGLFRVRUJ
III. Lavado peritoneal diagnóstico 65
DE URGENCIAS
EN EL DEPARTAMENTO
MÉTODOS DE DIAGNÓSTICO
ERRNVPHGLFRVRUJ
66 III. Lavado peritoneal diagnóstico
ERRNVPHGLFRVRUJ
IV. Tomografía com putarizada 67
DE URGENCIAS
d. Imposibilidad de realizar una exploración confiable del paciente
(p. ej., paciente intoxicado, sedado o intubado).
2. La TC craneal se realiza sin contraste.
3. Si no se puede conseguir una exploración física confiable, hay que
descartar lesión cervical mediante una TC en vez de confiar únicamente
en radiografías simples.
B. Cuando el mecanismo de la lesión o la exploración física sugieren fracturas
EN EL DEPARTAMENTO
faciales, se ha de obtener una TC craneofacial. En ocasiones se debe
posponer esta exploración hasta que se haya descartado una lesión de
la columna cervical, ya que algunos escáneres precisan realizar una
exploración coronal para poder llevar a cabo la reconstrucción de imágenes.
C. Angio-TC cervical.
1. Es un tipo de TC de corte fino realzada con contraste que se utiliza
para la exploración de lesiones cerebrovasculares contusas (carótida/
vertebral). Algunos criterios deben alertar al cirujano de una posible
lesión cerebrovascular cerrada (tabla 11-3).
D. TC/angio-TC torácica.
MÉTODOS DE DIAGNÓSTICO
ERRNVPHGLFRVRUJ
68 VII. Diagnóstico por imagen en urología
V. ANGIOGRAFÍA
A. Riñón.
1. La TC con contraste Intravenoso es más sensible que el pielograma
intravenoso (PIV) en el diagnóstico de las lesiones renales. Se obtiene
cuando está presente una hematuria franca.
2. El PIV tiene su papel durante los procedimientos quirúrgicos para
demostrar la función del riñón contralateral cuando se considera realizar
una nefrectomía.
B. Uréteres.
1. Se obtienen imágenes espirales de TC, con retraso de 5 a 8 m inutos tras
la inyección de contraste intravenoso.
2. El fallo de opacificación de los uréteres o la extravasación del contraste
deberían hacer sospechar una lesión.
ERRNVPHGLFRVRUJ
VIII. Miscelánea
C. Vejiga.
1. Se sospecha una lesión de la vejiga cuando existen hematuria franca,
fracturas de la pelvis o líquido libre en ella.
2. La clstografía de estrés convencional y la cisto-TC presentan una
sensibilidad equivalente.
3. La clstografía de estrés se realiza llenando la vejiga de forma retrógrada
a través de la sonda de Foley con contraste yodado hasta un volumen
estándar de 3 0 0 -4 0 0 mi y obteniendo posteriormente una radiografía
simple.
4. De forma alternativa, se realiza una clstografía por TC. .
D. Uretra.
1. Esta lesión se sospecha en varones cuando existe sangre en el meato
uretral, cuando en la exploración digital rectal la próstata es anormal (en
DE URGENCIAS
situación alta), cuando está presente un hematoma perineal o escrotal, o
cuando resulta difícil Insertar una sonda de Foley.
2. En mujeres, la presencia de sangrado vaginal debe alertar ante la
posible presencia de una lesión de la uretra.
3. Se debe realizar un uretrograma retrógrado.
4. Se Introduce parcialmente en la uretra distal un aspirador de perilla.
5. Se inyectan 3 0 mi de contraste yodado.
EN EL DEPARTAMENTO
6. Se obtiene una radiografía simultáneamente a la inyección
del contraste.
V III. MISCELANEA
(fascia posterior de los rectos por arriba y fascia transversalis por debajo
de la línea arcuata), existe la posibilidad de una penetración en el
peritoneo y de lesión intraabdomlnal.
B. Ecocardiografía y electrocardiograma.
1. La ecocardiografía está indicada cuando la exploración FAST es dudosa
en un paciente con una herida precordial penetrante.
2. Si se sospecha una lesión contusa del miocardio, se debe obtener un
electrocardiograma de 12 derivaciones.
C. Esofagograma.
1. Se obtiene cuando se sospecha una lesión esofágica.
2. En primer lugar se utiliza contraste hidrosoluble, seguido de bario
diluido.
ERRNVPHGLFRVRUJ
70 IX. Lecturas recomendadas
Advanced Trauma Life Support for Doctors, Student Course Manual, 6th ed.
American College of Surgeons: Chicago; 1 997.
Cameron JL: Current Surgical Therapy, p. 9 0 4 -9 , 9 2 5 -3 1 , 8th ed. Mosby:
Philadelphia; 2 0 0 4 .
EAST Trauma guidelines, Identifying Cervical Spine Injuries Following
Trauma, www.east.org, Year 2 0 0 0 Update.
Eastman AL, et al.: CTA screening for blunt cervical vascular injury: It's
ready for primetime. J Trauma 2 0 0 6 ; 6 0 (5 ):9 2 5 -29 .
Hoff WS, et al.: Practice management guidelines for the evaluation of blunt
abdominal trauma: The EAST Practice Management Guidelines Work
Group. J Trauma 2 0 0 2 ; 5 3 :6 0 2 -1 5 .
Moore EE, Feliciano DV, Mattox KL: Trauma, Cap. 15, 16, 25, 28, 29, 37,
5th ed. McGraw-Hill: New York; 2 0 0 3 .
Schneidereit NP, et al.: Utility of screening for blunt vascular neck injuries
with computed tomographic angiography. J Trauma 2 0 0 6 ; 6 0 :2 0 9 -1 6 .
Stassen NA, et al.: Reevaluation of diagnostic procedures for
transmediastinal gunshot wounds. J Trauma 2 0 02; 5 3 :6 3 5 -3 8 .
ERRNVPHGLFRVRUJ
Ecografía en traumatología
Radha Iyengar, MD
EN TRAUMATOLOGÍA
A. Principios esenciales.
1. Efecto piezoeléctrico: los cristales piezoeléctricos se expanden y
contraen para interconvertir energía eléctrica y mecánica.
2. Principio pulso-eco: cuando las ondas ultrasónicas contactan con un
órgano, algunas se reflejan y otras se transmiten a través de los tejidos.
Las ondas reflejadas vuelven hacia el transductor y generan impulsos
eléctricos que se convierten en las imágenes que vemos en el monitor.
B. Definiciones básicas.
1. Frecuencia: número de ciclos por segundo. A mayor frecuencia, mayor
resolución. Los transductores de alta frecuencia ( a 5 MHz) son mejores
ECOGRAFÍA
para la visualización de las estructuras superficiales, mientras que los de
baja frecuencia penetran mejor en las estructuras profundas.
2. Ecogenicidad: grado en el cual los tejidos reflejan (eco) las ondas de
ultrasonidos. Las sustancias anecoicas no muestran eco y por lo tanto
aparecen oscuras (p. ej., sangre y fluidos). Las sustancias hiperecoeicas
aparecen más brillantes que los tejidos que las rodean (p. ej., cálculos
biliares).
3. Atenuación: describe la dism inución en amplitud e intensidad de
una onda conforme viaja a través de un medio. Está afectada por la
absorción, dispersión y reflexión.
4. Artefacto: error en la Imagen. Ejemplos de artefactos son las sombras y
la reverberación.
C. Ventajas y desventajas de la ecografía.
1. Ventajas:
a. No invasiva.
b. Rápida.
c. Portátil.
d. Proporciona datos en tiempo real.
e. Se puede repetir con facilidad.
2. Desventajas:
a. Dependiente del explorador.
b. Puede pasar por alto las colecciones líquidas pequeñas.
c. No puede detectar las lesiones del intestino delgado.
d. Técnicamente difícil en pacientes obesos.
e. El enfisema subcutáneo ensombrece la exploración.
A. Generalidades.
1. Permite la valoración sistemática de pericardio, fondo de saco de
Morrison, espacio esplenorrenal y fondo de saco de Douglas.
2. Se puede realizar en <1 min.
3. Generalmente se hace tras haber completado la valoración secundaria y
antes de colocar una sonda de Foley.
4. Se puede efectuar simultáneamente a la reanimación.
5. En la mayoría de los pacientes adultos se emplea un transductor
curvilíneo de 3 ,5 MH z, en los pacientes obesos se utiliza un transductor
de 2,7 MH z, y en los pediátricos, de 5 MHz.
B. Zonas de exploración (v. fig. 12-1).
1. Pericardio: en primer lugar se visualiza esta zona, de forma que se
pueda usar la sangre contenida en el corazón como un estándar con el
cual ajustar la ganancia. Se coloca la sonda en una orientación sagital
en la posición subxifoidea. A veces puede ser difícil conseguir una vista
subxifoidea (en pacientes obesos o muy altos); en tales casos, para
valorar el pericardio puede ser útil emplear una proyección paraesternal
izquierda con la sonda orientada en un plano transverso.
2. Cuadrante superior derecho: a continuación se visualiza esta zona. Se
utiliza para valorar el espacio hepatorrenal o fondo de saco de Morrison.
Se coloca el transductor en la línea medioaxliar derecha, entre las
costillas 11 y 12, con orientación sagital. Con frecuencia hay que barrer
con la sonda en un plano transverso para lograr una buena ventana.
Ésta es la localización donde se acum ula líquido más a menudo que se
pueda detectar con la ecografía, independientemente del origen.
3. Cuadrante superior izquierdo: evalúa el espacio esplenorrenal. Se
orienta el transductor de forma sagital, colocándolo entre las costillas
9 y 11, en la línea axilar posterior izquierda. A menudo es preciso
para conseguir una buena ventana barrer con la sonda en un plano de
anterior a posterior. Si no se logra una buena imagen debido a la sombra
producida por las costillas, se puede pedir al paciente que haga una
inspiración profunda lenta, lo que permite que el bazo se coloque en
una mejor vista conforme el diafragma se desplaza hacia abajo.
4. Pelvis: evalúa el espacio rectoveslcal/rectouterino. Se coloca el
transductor con una orientación transversa de 2 a 4 cm por encima
de la sínfisis del pubis y se barre hacia abajo. Para una visualización
óptima, la vejiga debe estar llena, con lo que se ha de posponer la
colocación de una sonda de Foley hasta que se haya obtenido la
visualización de la pelvis.
C. Interpretación de los resultados. Un test positivo refleja líquido en el
espacio.
1. Una exploración pericárdica positiva en un traumatismo contuso debería
sugerir una evaluación adicional con una ventana pericárdica en el
quirófano.
2. Una vista pericárdica positiva en un traumatismo penetrante debería
apuntar hacia una intervención quirúrgica inmediata con una
esternotomía media en el quirófano antes de que el paciente se
descompense.
ERRNVPHGLFRVRUJ
II. Valoración con ecografía enfocada al traum atism o (Fast) 73
EN TRAUMATOLOGÍA
ECOGRAFÍA
FIGURA 12-1
Las cuatro posiciones para la valoración ecográfica traumatológica: pericárdica,
cuadrantes superiores derecho e izquierdo y pelvis. (De Cameron JL: Current Surgical
Therapy, 8.a ed. Filadelfia, Mosby, 2004.)
ERRNVPHGLFRVRUJ
74 III. Lecturas recomendadas
ERRNVPHGLFRVRUJ
Catéteres y sondas
Lauren Kane, MD
I. CATÉTERES ARTERIALES
A. Indicaciones.
1. Monitorización hemodinámica en pacientes inestables (presión arterial
media < 8 0 m m H g ).
2. Toma de muestras de sangre arterial en pacientes que precisan una
evaluación frecuente de los gases arteriales (ventilación mecánica y
reanimación en la fase aguda del traumatismo).
CATÉTERES Y SONDAS
B. Zonas de inserción.
1. La arteria radial es la zona más frecuente debido a su relativa
seguridad, facilidad de inserción, flujo sanguíneo dual y confort óptimo
del paciente. Su desventaja radica en que resulta poco fiable en los
estados de bajo flujo.
2. En los pacientes sin pulso palpable puede ser difícil canular una línea
arterial femoral. Generalmente resulta fácil de insertar y permite
unas lecturas de presión fiables. Entre sus inconvenientes se incluyen
la incomodidad del paciente y el riesgo de infección. En el Parkland
Memorial Hospital rara vez se utilizan las líneas arteriales femorales.
3. La arteria braquial no se usa debido a la incidencia de com plicaciones
isquém icas de la extremidad superior.
C. Contraindicaciones.
1. Test de Alien positivo: se ocluyen de forma simultánea las arterias radial
y cubital. Se solicita al paciente que abra y cierre el puño hasta que la
palma aparece pálida. A continuación se libera la arteria cubital. Si no
se produce el enrojecimiento de la palma en 7 segundos, el test de Alien
es positivo, lo que indica una circulación colateral cubital inadecuada.
En esta situación está contraindicada la cateterización de la arteria radial
o de la braquial por el aumento del riesgo de isquemia distal.
2. Enfermedad arterial oclusiva de la extremidad inferior: en los
pacientes con enfermedad arterial conocida de la extremidad inferior,
la cateterización de la arteria pedia está relativamente contraindicada
debido a la Incidencia de com plicaciones isquémicas.
3. Anticoagulación: la cateterización se puede com plicar con aumento del
sangrado y formación de un hematoma, especialmente en las arterias
braquial y femoral.
D. Técnica de inserción.
1. Arteria radial:
a. Dorsiflexionar la muñeca a 60°.
b. Palpar el pulso de la arteria radial inmediatamente proximal a la
cabeza del radio.
c. Lim piar y preparar la zona con una técnica estéril.
d. Anestesiar la piel suprayacente con lidocaína al 1%.
e. Resulta útil hacer una incisión puntiforme con una aguja de calibre
18 en la piel en el punto de inserción para evitar que el catéter se
enrede al pasar a través de la dermis (opcional).
f. Introducir un catéter de calibre 2 0 con un ángulo de 30° respecto a la piel.
2 0 1 0 . Elsevier España, S.L. Reservados todos los derechos 75
ERRNVPHGLFRVRUJ
76 II. Disección quirúrgica de la vena safena
A. Indicaciones.
1. La indicación principal es el fracaso en conseguir un acceso venoso en
la extremidad superior.
2. Cuando se logra un acceso venoso en la safena, se evita el retraso en
la reanimación que se produce mientras se busca una vena adecuada
en la extremidad superior. Esta técnica la puede realizar con relativa
facilidad un médico con experiencia.
B. Anatomía.
1. Debido a su fiable localización y a su curso subcutáneo, la vena safena
está Idealmente diseñada para un acceso vascular rápido mediante la
técnica de disección quirúrgica. El punto de máxima accesibilidad se
encuentra en el tobillo, l,5 c m anterior y cefálico al maléolo interno. A esta
altura se puede exponer con una disección mínima. Es la zona clásica de
disección quirúrgica (cutdown) en el paciente pediátrico (fig. 13-1).
C. Equipamiento:
1. Mosquito curvo.
2. Tijeras de iris curvas.
3. Separador automático.
4. Bisturí con hojas de los números 11 y 15.
5. Pinzas sin dientes pequeñas.
6. Portaagujas.
7. Suturas para ligaduras de seda (4-0 y 3-0).
ERRNVPHGLFRVRUJ
II. Disección quirúrgica de la vena safena 77
CATÉTERES Y SONDAS
3 c m de vena. Se puede emplear un separador automático para una
mejor exposición.
5. Movilizar la vena de los tejidos circundantes pasando un mosquito por
debajo de la vena y dos ligaduras de seda alrededor de la vena, una
proximal y otra distal (fig. 1 3 -1 B).
6. Manteniendo una tracción suave sobre la ligadura proximal, hacer
una incisión sobre el vaso con un ángulo de 4 5 ° a través de un tercio a
la mitad de su diámetro utilizando una hoja de bisturí del número l i o
tijeras de iris (fig. 13-1C).
7. Introducir un catéter de grueso calibre en la luz de la vena con unas
pinzas o con la técnica de Seldinger (flg. 1 3 -1 D).
8. De forma alternativa, se puede introducir un conjunto de catéter
intravenoso con aguja Introductor a través de una incisión puntiforme
separada (fig. 1 3 -1 E).
9. Una vez avanzado el catéter, se permite que la sangre fluya hacia
atrás por la cánula que se conecta a continuación a un equipo
intravenoso.
ELSEVIER. Fotocopiarsin autorización es un delito.
FIGURA 13-1A
Técnica de disección quirúrgica de la vena safena. Véanse los detalles en el texto.
ERRNVPHGLFRVRUJ
78 II. Disección quirúrgica de la vena safena
Vena safena
Proximal Distal
B
FIGURA 13-1B Y C
Técnica de disección quirúrgica de la vena safena. Véanse los detalles en el texto.
FIGURA 1 3 -1 D Y E
Técnica de disección quirúrgica de la vena safena. Véanse los detalles en el texto.
ERRNVPHGLFRVRUJ
III. Cateterización venosa central 79
FIGURA 13-1F
CATÉTERES Y SONDAS
Técnica de disección quirúrgica de la vena safena finalizada.
A. Indicaciones.
1. Monitorización de reanimación y de la presión venosa central.
2. Ocasionalmente se puede usar para la reanimación con volumen.
B. Anatomía.
ELSEVIER. Fotocopiarsin autorización es un delito.
1. Vena subclavia:
a. Comienza com o continuación de la vena axilar en el borde externo de
la primera costilla y seguidamente se une a la vena yugular Interna
para convertirse en la vena innominada.
b. Yace en contacto directo con el borde posterior del tercio medio de la
clavícula.
c. En este punto es donde el acceso a la vena subclavia es más fácil y
seguro a través de los abordajes supraclavicular o infraclavicular
(fig. 13-2).
d. Las ventajas del acceso venoso central a través de la vena subclavia
son: mayor estabilidad del catéter, mayor comodidad para el paciente
y mejor facilidad para los cuidados del catéter.
2. Vena yugular interna:
a. Emerge por debajo del vértice de las dos cabezas del m úsculo
© esternocleldomastoideo en la zona alta de la cara lateral del cuello.
ERRNVPHGLFRVRUJ
80 III. Cateterización venosa central
FIGURA 13-2
Vena subclavia y anatomía local.
b. Continúa hacia abajo para unirse con la vena subclavia por detrás del
tercio medio de la clavícula.
c. En la región cervical inferior, que es donde se debe conseguir el
acceso, la arteria carótida común se encuentra medial y profunda a
la vena yugular interna, en situación paratraqueal.
d. Las ventajas del acceso a la vena yugular Interna son que no
interfiere con la reanimación cardiopulm onar y que ofrece una vía
directa al corazón.
3. Vena femoral.
a. Se encuentra localizada lc m medial a las pulsaciones de la arteria.
Si no existe pulso palpable, localizar la vena femoral en el punto
medio entre la espina ilíaca anterosuperior y el tubérculo del pubis.
C. Catéteres venosos centrales: existen tres tipos principales de sistemas
de acceso intravenoso.
1. Técnica de catéter sobre aguja: esta técnica presenta dos desventajas:
a. En primer lugar, una vez que se consigue retorno venoso en la aguja,
puede que el catéter en realidad se encuentre fuera del vaso, lo que
hará que el catéter empuje la vena situada frente al catéter y nunca
logre penetrar en la luz del vaso.
b. En segundo lugar, un catéter de calibre 14 precisa una aguja
introductora de calibre 14, lo que es menos que ideal a la hora de
acceder a vasos en las zonas del tórax y cuello.
2. Técnica de catéter a través de la aguja: su principal inconveniente es
el riesgo de cizallam iento del catéter y de em bolism o si se intenta retirar
el catéter a través de la aguja.
ERRNVPHGLFRVRUJ
III. Cateterización venosa central 81
CATÉTERES Y SONDAS
c. Alinear el bisel de la aguja hacia inferior para dirigir la guía metálica
hacia la vena innominada.
d. Colocar el índice izquierdo en la escotadura supraesternal para facilitar
como punto de referencia para la dirección de la aguja (fig. 13-3).
e. Introducir la aguja introductora, por el punto de punción
aproximadamente 2 cm por debajo de la clavícula, apuntando hacia
la cara superior del índice izquierdo. Generalmente se produce un
flujo retrógrado de sangre a una profundidad de 3 a 4 cm . En este
punto, desconectar la jeringa, teniendo cuidado de cubrir el conectar
de la aguja con el pulgar para evitar un em bolism o aéreo.
f. A continuación, avanzar la guía metálica en J por dentro de la
aguja utilizando el conectar del introductor. La guía metálica debe
deslizarse con suavidad hasta que al menos un cuarto de la guía se
encuentre dentro de la vena subclavia.
ELSEVIER. Fotocopiarsin autorización es un delito.
FIGURA 13-3
Posición de la mano durante la venopunción de la vena subclavia.
ERRNVPHGLFRVRUJ
82 III. Cateterización venosa central
ERRNVPHGLFRVRUJ
III. Cateterización venosa central 83
CATÉTERES Y SONDAS
FIGURA 13-4
Se puede realizar la punción de la unión de la vena subclavia con la vena yugular
Interna por via supraclavicular avanzando la aguja medial al borde interno de la
primera costilla. Esta unión es mayor que cualquiera de las dos venas por separado
y se puede distender aún más pidiéndole al paciente que realice una maniobra
de Valsalva en una fase de espiración forzada. Se avanza gradualmente la aguja
manteniendo una presión negativa constante en la jeringa. Una vez obtenido el reflujo
de sangre, se estabiliza la aguja para evitar un avance posterior con entrada en el
espacio pleural. A continuación se introduce el catéter. Esta técnica se ha de evitar en
el lado izquierdo en pacientes cirróticos.
ELSEVIER. Fotocopiarsin autorización es un delito.
ERRNVPHGLFRVRUJ
84 III. Cateterización venosa central
FIGURA 13-5
Abordaje central de la vena yugular interna. (A) Relaciones del músculo
esternocleidomastoideo al tórax. (B) Trayecto de la vena yugular interna; obsérvese su
trayecto sagital.
ERRNVPHGLFRVRUJ
III. Cateterización venosa central 85
CATÉTERES Y SONDAS
FIGURA 13-6
Ilustración que muestra la punción de la yugular interna desde el borde posterior del
músculo esternocleidomastoideo. El cuello se gira 45° hacia el lado contralateral.
Se introduce la aguja por el borde posterior del músculo esternocleidomastoideo y
se avanza con un ángulo de 45° respecto a la superficie del cuerpo. Una presión
negativa suave y constante creada por la jeringa unida a la aguja mostrará el
momento de entrada en la vena (posición 1).
ERRNVPHGLFRVRUJ
86 III. Cateterización venosa central
ERRNVPHGLFRVRUJ
III. Cateterización venosa central 87
CATÉTERES Y SONDAS
b. En un hemomediastino o hidromediastino pueden estar indicadas
la observación, angiografía o exploración quirúrgica en caso de un
hemomediastino progresivo. La mayoría de los casos se resuelven de
forma espontánea sin necesidad de intervención.
c. Perforación traqueal: observación si no existe compromiso de la vía
aérea.
d. Perforación del globo del tubo endotraqueal: se debe cam biar el
tubo endotraqueal si existe pérdida de aire que comprometa una
ventilación adecuada.
e. Fragmentación intratorácica del catéter: precisa la retirada del
fragmento mediante fluoroscopia.
3. Complicaciones infecciosas:
a. Sepsis generalizada y celulitis local; precisan la retirada del catéter y
el tratamiento con los agentes antim icrobianos apropiados.
b. Osteomielitis y artritis séptica; requieren desbridamiento, drenaje y
un tratamiento antim icrobiano adecuado.
c. La sepsis relacionada con el catéter es la com plicación más frecuente
del uso del catéter a largo plazo. Su incidencia varía en dependencia
de la definición de infección de catéter. Los cam bios rutinarios de
catéter cada 72 horas junto con el uso de un protocolo de cuidados
del catéter pueden reducir la Incidencia de Infecciones del catéter.
No obstante, esto debe valorarse dado el riesgo de com plicaciones
m ecánicas debidas a las múltiples inserciones de catéteres. En el
ELSEVIER. Fotocopiarsin autorización es un delito.
ERRNVPHGLFRVRUJ
88 III. Cateterización venosa central
ERRNVPHGLFRVRUJ
V. Sondas nasogástricas 89
A. Indicaciones.
1. Monitorlzación frecuente de la diuresis.
2. Descompresión de la vejiga previa al lavado peritoneal.
3. Lesión neurológica que impida la micción espontánea.
4. Recolección de orina para facilitar el diagnóstico de hematuria (véase
Contraindicaciones).
CATÉTERES Y SONDAS
B. Tipos de catéteres.
1. La sonda de Foley es el catéter urinario más común. En los adultos se
utilizan con mayor frecuencia los tamaños 16 y 18 French. A mayor
número, mayor tamaño (1 French equivale a 0 ,3 3 mm).
2. Las sondas de punta acodada se usan principalm ente para sortear los
casos dificultosos de uretra prostática masculina cuando una sonda de
Foley de punta redondeada no pasa con facilidad y se sospecha una
hipertrofia prostática.
C. Contraindicaciones al sondaje uretral en los pacientes traumatológicos.
1. Signos de sospecha de lesión uretral, como hematoma escrotal, sangre
en el meato uretral masculino o próstata de situación alta o flotante
libremente en la exploración rectal.
2. Fractura conocida o sospechada del anillo pélvico inferior.
3. Hematomas perineales: en los pacientes que presenten cualquier
posibilidad de lesión uretral siempre se debe realizar una exploración
rectal antes de la colocación de una sonda urinaria.
D. Errores comunes.
1. Antes de inflar el globo de la sonda se debe visualizar la orina en el
tubo de la sonda.
2. Se aconseja la introducción de la totalidad de la longitud de la sonda
para garantizar que se encuentra dentro de la vejiga y evitar el inflado
del globo en la uretra prostatomembranosa.
3. En el paciente no circuncidado hay que volver a colocar el prepucio
ELSEVIER. Fotocopiarsin autorización es un delito.
V. SONDAS NASOGASTRICAS
A. Indicaciones.
1. Descompresión gastrointestinal para prevenir la aspiración.
2. Identificación de lesiones al tracto gastrointestinal superior.
3. Descompresión del estómago previa al lavado peritoneal.
B. Contraindicaciones.
1. Fractura mediofacial conocida o sospechada: la sonda nasogástrica se
podría introducir a través de una fractura de la lámina cribiforme en la
cavidad craneal.
ERRNVPHGLFRVRUJ
90 VI. Drenaje cerrado con tubo de toracostomía
A. Indicaciones.
1. Neumotorax: si no se dispone inmediatamente de la posibilidad de
realizar una radiografía de tórax, ante un traumatismo en un lado del
tórax con dism inución o ausencia de ruidos respiratorios o hipotensión,
se debe tratar de forma inmediata mediante toracocentesis con aguja o
mediante la colocación de un tubo torácico.
2. Hemotórax.
3. Empiema.
4. Quilotórax.
B. Técnica para la colocación de un tubo torácico.
1. Lugar de inserción: identificar el quinto o sexto espacio intercostales
en la línea medioaxilar. Palpar el espacio entre los músculos pectoral y
dorsal ancho. Esta maniobra se puede realizar de forma rápida y situará
el tubo consistentemente por encim a del diafragma.
2. Preparar la piel con solución yodada y colocar los paños de forma estéril.
3. Anestesiar la zona con lidocaína al 1-2% con adrenalina. Hacer en primer
lugar un habón cutáneo para marcar la zona y, a continuación, infiltrar en
abanico sobre el tejido subcutáneo y el reborde superior de la costilla elegida.
4. Con un bisturí hacer una incisión de un tamaño suficiente para
introducir un dedo y el tubo torácico (fig. 13-7A).
5. Tunelizar hacia arriba una o dos costillas desde el margen
(especialmente importante en los pacientes delgados) para crear una
cobertura de partes blandas que ocluirá el orificio cuando se retire el
tubo torácico.
6. Disecar sobre el reborde superior de la costilla seleccionada con una
pinza de Kelly grande (fig. 13-7B). Una vez penetrado en los músculos
intercostales y el espacio pleural, abrirlo ampliamente. Esta maniobra
puede precisar la aplicación de una importante presión. Si existen tórax
inestable o fracturas de múltiples costillas, se pueden emplear unas tijeras
curvas de Mayo resistentes en lugar de las pinzas de Kelly para penetrar
en el espacio pleural. Se debe introducir el dedo índice para confirmar
que se ha entrado en el espacio pleural, romper posibles loculaclones o
adhesiones y demostrar que el curso del trayecto es adecuado.
7. A continuación, colocar el tubo torácico en la pinza de Kelly, con la que
se guía hacia dentro del espacio pleural (fig. 13-7C). Pinzar el extremo
distal del tubo para evitar el escape de líquido.
ERRNVPHGLFRVRUJ
VI. Drenaje cerrado con tubo de toracostomía 91
CATÉTERES Y SONDAS
FIGURA 13-7
Técnica de toracostomía de tubo cerrado. Véase el texto para más detalles.
10. Cerrar la incisión y fijar el tubo a la pared torácica con puntos de seda
o nailon de 2/0. Colocar un apósito estéril.
11. Monitorizar diariamente el sistema comprobando volumen drenado,
fuga de aire, presencia de fluctuaciones con la respiración y si se
precisa aspiración continua.
C. Retirada del tubo torácico.
1. Materiales: kit de retirada de suturas, gasas de 10 x 10, gasas con
vaselina y esparadrapo ancho.
2. Técnica: antes de tirar del tubo torácico para retirarlo, preparar un
apósito con esparadrapo y gasas de 10 x 10 con vaselina. Cortar las
suturas que fijan el tubo al paciente y pedirle que haga una Inspiración
profunda y la mantenga mientras se retira con rapidez el tubo. Cubrir
inmediatamente el punto de entrada con el vendaje previamente
preparado para evitar que se produzca un nuevo neumotorax. Tras la
retirada del tubo, obtener una radiografía de tórax.
ERRNVPHGLFRVRUJ
92 VII. Lecturas recomendadas
D. Complicaciones y tratamiento.
1. La lesión del pulmón se trata mediante la retirada del tubo y su
recolocación.
2. La lesión del diafragma es una indicación de tratamiento quirúrgico y
reparación.
3. La lesión de órganos sólidos intraabdominales (p. ej., hígado y bazo) se
trata con la retirada del tubo. SI se produce una hemorragia persistente
del órgano lesionado, se ha de tratar mediante reparación quirúrgica.
4. La retención de un hemotórax o de un empiema es una com plicación
frecuente del drenaje inadecuado de un tubo torácico. Si el fluido
retenido es accesible, se podría conseguir un drenaje completo a
través de un segundo tubo torácico. Sin embargo, la mayoría de esas
colecciones está loculada o coagulada, en cuyo caso se precisan una
toracoscopia o una toracotomía y decorticación. La presencia de fiebre
y leucocitosis asociada con una colección torácica no drenada es una
indicación de toracoscopia o toracotomía.
5. Neumotorax persistente o fuga aérea: en ausencia de cualquier fuga
del tubo y del sistema de conexión, se debe con mayor probabilidad a
un neumotorax inadecuadamente evacuado, a fugas parenquimatosas
debidas a lesiones pulmonares o a lesiones de las vías aéreas grandes.
Las fugas aéreas se pueden tratar con tubos torácicos adicionales; sin
embargo, si no se consigue sellar esas fugas, se requerirán toracoscopia
y reparación de las lesiones parenquimatosas.
6. Las fracturas costales curarán con un adecuado control del dolor.
ERRNVPHGLFRVRUJ
Cirugía de control del daño
Craig Olson, MD, y Alexander L. Eastman, MD
I. INTRODUCCIÓN
ERRNVPHGLFRVRUJ
IV. Fases del control del daño 95
DEL DAÑO
1. Recalentamiento:
a. Se emplean una temperatura cálida en la habitación y otras medidas
de calentamiento por convección, como mantas de calentamiento y
lámparas, para mantener una temperatura corporal > 35°C.
b. Es obligatorio el uso de calentadores de fluidos durante la
DE CONTROL
administración de los cristaloides para la reanimación y de los
productos sanguíneos
c. En ocasiones se realiza el recalentamiento arteriovenoso continuo
(RAVC) cuando la temperatura corporal es inferior a 35°C.
2. Reanimación con fluidos prudente:
a. La reanimación se puede guiar utilizando de forma precoz un catéter
CIRUGÍA
de arteria pulmonar.
b. Si se reanuda el sangrado masivo, se vuelve a llevar al paciente
inmediatamente al quirófano para intentar detenerlo o realizar la
ligadura quirúrgica.
c. Evitar la reanimación excesiva.
d. Monitorizar la presión intravesical. Las presiones vesicales
> 2 0 m m H g deberían alertar de una hipertensión intraabdominal
(HIA), y si son > 3 0 m m H g , de un síndrome compartimental
abdominal (SCA).
3. Soporte ventilatorio:
a. Se deben mantener, si es posible, volúm enes corrientes de 6m l/kg
peso corporal ideal.
ELSEVIER. Fotocopiarsin autorización es un delito.
ERRNVPHGLFRVRUJ
96 V. Lectura recomendada
V. LECTURA RECOMENDADA
Sugrue M, et al.: Damage control surgery and the abdomen. Injury 2004;
3 5 :6 4 2 -4 8 .
ERRNVPHGLFRVRUJ
Traumatismos neurológicos
Kelly Schmidt, MD
I. INTRODUCCIÓN
NEUROLÓGICOS
1 0 .0 0 0 casos nuevos de lesión medular sin LCT cada año.
C. La lesión cerebral primaria se produce como resultado directo del
traumatismo inicial y únicamente se puede influir sobre su incidencia
mediante agresivas medidas de salud pública y cam pañas de prevención.
D. La lesión cerebral secundaria ocurre como resultado de hipoxla,
hipotensión, isquemia cerebral, alteraciones del flujo cerebral, edema
cerebral o hipertensión intracraneal (HIC). Todas las m odalidades de
tratamiento (que deben com enzar en el ámbito extrahospitalario) se
TRAUMATISMOS
deben dirigir a prevenir esas lesiones secundarias.
E. En 2 0 0 0 la Fundación para los traumatismos cerebrales (Braln Trauma
Foundation) actualizó sus guías de práctica sobre el tratamiento de la
LCT basadas en la evidencia.
1. Únicamente tres recomendaciones están apoyadas por evidencia de
clase I, necesaria para poder etiquetarlas com o estándar de práctica.
Dichas recomendaciones son:
a. Se debe evitar el tratamiento mediante hiperventilación prolongada
(PaC 0 2 < 2 5 m m H g ).
b. Los esferoides no mejoran el resultado ni reducen la PIO en los
pacientes con lesión cerebral grave.
c. La profilaxis anticonvulsiva con fármacos no previene el desarrollo de
una alteración convulsiva postraumátlca.
TABLA 15-1
ESCALA DE COMA DE GLASGOW
Reacción Puntuación
Apertura de ojos
Espontánea 4
A la orden verbal 3
Al dolor 2
Sin respuesta 1
Mejor respuesta motora
Obedece órdenes verbales 6
Localiza el dolor ante un 5
estímulo doloroso
Retirada en flexión 4
Flexión anormal 3
Extensión 2
Sin respuesta 1
Mejor respuesta verbal
Conversación orientada 5
Conversación desorientada 4
Palabras inapropiadas 3
Incomprensible 2
Sin respuesta 1
Puntuación total 3-15
ERRNVPHGLFRVRUJ
III. Estudios de imagen 99
NEUROLÓGICOS
tamaño con una reactividad lenta a la luz pueden constituir
un signo precoz de herniación. Este hallazgo precisa una
investigación inmediata:
a) La midriasis traumática es una lesión ocular pura
que produce una pupila dilatada fija secundarla a un
traumatismo local sobre la órbita y el globo ocular.
¡ii. PC III, IV y VI (oculomotor común, patético y externo,
respectivamente): son los nervios responsables de los
TRAUMATISMOS
movimientos extraoculares en los seis cam pos visuales cardinales
de la mirada. La lim itación de movilidad ocular puede sugerir un
atrapamiento de un m úsculo extraocular, especialmente en los
pacientes con traumatismos faciales importantes.
iv. PC VII (facial): se encuentra a menudo en riesgo de lesión
periférica, que produce debilidad facial en los pacientes con
fracturas del hueso temporal.
v. PC VIII (vestibular): también se haya en riesgo de lesión periférica
en los pacientes con fracturas del hueso temporal o de otros
huesos craneales, y puede producir tinnitus o pérdida de audición.
vi. PC IX, X, XI y XII (glosofaríngeo, vago, espinal accesorio e
hipogloso): los pacientes que sufren fracturas de la base del
cráneo tan graves para afectar a estos PC bajos generalmente
fallecen debido a las lesiones craneoencefálicas.
2. Una meticulosa exploración de cuero cabelludo, cráneo y cara
ELSEVIER. Fotocopiarsin autorización es un delito.
I. ESTUDIOS DE IMAGEN
ERRNVPHGLFRVRUJ
100 IV. Tratamiento inicial
ERRNVPHGLFRVRUJ
IV. Tratamiento inicial 101
N EU R O LO G IC O S
contribuir a la hipotensión, por lo que hay que asegurarse de que
se ha producido una reanimación adecuada con líquidos antes
de adm inistrar el manitol.
ii. Ante un deterioro neurológico rápido, se puede utilizar una dosis
alta de manitol (de 1,2 a 1 ,4 g/kg) como medida temporal previa
a una intervención neuroquirúrgica.
iii. En los casos de incrementos de la PIC refractarios al tratamiento,
se pueden usar bolos de manitol (de 0 ,2 5 a 1 g/kg).
TRAUMATISMOS
d. Suero salino hipertónico:
i. El mantenimiento de los niveles de sodio sérico de 1 4 5 a
155m m ol/l mediante la administración en bolos o perfusión
continua de suero salino al 3% trata la elevación de la PIC y
además previene la hiponatremia, que produce un incremento
del edema cerebral, HIC y convulsiones.
4. Profilaxis de las convulsiones:
a. Un 2 0-25% de los pacientes con LCT graves (con o sin hemorragia
intracraneal) sufre al menos una convulsión postraumática.
b. Las convulsiones pueden agravar la LCT, producir un incremento
transitorio de la PIC y confundir el cuadro clínico con una exploración
con depresión neurológica en el período postictal.
c. La frecuencia de convulsiones postraumáticas tempranas se reduce
de forma significativa mediante la administración de fármacos
antiepilépticos (FAE):
ELSEVIER. Fotocopiarsin autorización es un delito.
ERRNVPHGLFRVRUJ
102 V. Lesiones específicas
B. Monitorización de la PIC.
1. Se recomienda la colocación de un monitor de PIC en los pacientes con
una G CS de 3 a 8 y alguno de los siguientes:
a. TC patológica.
b. TC normal con dos de los siguientes hechos a la admisión:
i. Edad > 4 0 años.
ii. Presión arterial sistólica < 9 0 m m H g .
iii. Posición motora unilateral o bilateral.
2. Los pacientes con una G CS > 8 generalmente presentan una exploración
motora que se puede evaluar con exploraciones neurológicas seriadas,
por lo que no precisan la monitorización de la PIC.
3. Para la monitorización de la PIC se requiere la colocación a la cabecera
de la cama del paciente de un catéter ventricular o de un alambre
de transducción. Se prefiere el uso del catéter ventricular, ya que
proporciona la posibilidad de tratar un incremento de la PIC mediante el
drenaje del LCR.
4. Una vez colocado el dispositivo de monitorización, se puede realizar el
tratamiento del aumento de la PIC (> 2 0 m m H g ) de la forma descrita
previamente. Otras intervenciones adicionales consisten en sedación
y analgesia, relajación muscular, drenaje del LCR, inducción de coma
barbitúrico y craneotomía descompresiva.
V. LESIONES ESPECÍFICAS
ERRNVPHGLFRVRUJ
V. Lesiones específicas 103
C. Hematoma subdural.
1. A menudo se produce como resultado de la rotura de una vena cortical o
emlsaria.
2. En la TC tiene un aspecto característico con forma de sem iluna con el
hematoma extendiéndose sobre la convexidad del cerebro.
3. Los hematomas subdurales generalmente están asociados a una
importante lesión del parénquima subyacente, lo que explica la tasa de
mortalidad del 50% a pesar de que se realice una evacuación rápida.
4. La evacuación quirúrgica de un hematoma subdural está indicada
en las lesiones de gran tamaño o en las asociadas a un importante
desplazamiento de la línea media o a un déficit neurológico importante.
D. Contusiones.
1. Las contusiones del parénquima encefálico se producen generalmente sobre
N EU R O LÓ G IC O S
las prominencias óseas (polos frontal, temporal y occipital) como resultado
de una desaceleración brusca de la cabeza durante el traumatismo:
a. La lesión por golpe-contragolpe describe contusiones directamente
debajo del punto de impacto (golpe), así como dirigidas en el punto
opuesto al punto de Impacto (contragolpe).
2. Habitualmente se pueden tratar las contusiones de forma conservadora,
aunque tienden a evolucionar en las diferentes TC seriadas. Se deben
vigilar particularmente las lesiones del lóbulo temporal para evitar
TRAUMATISMOS
que se desarrolle en los controles de imagen seriados un efecto masa
potencialmente fatal.
3. Los procedimientos quirúrgicos no urgentes, no neuroquirúrgicos,
conllevan un alto riesgo de exacerbar las contusiones hemorrágicas y se
deberían evitar siempre que sea posible en el período en fase aguda.
E. Edema.
1. El edema que acompaña a la lesión cerebral grave no está bien
comprendido. Es probable que se produzca debido a mecanismos
citotóxicos y vasogénicos.
2. Debido a que la bóveda craneal tiene un volumen fijo, la aparición
de un edema importante puede elevar de forma dramática la PIC,
especialmente en los compartimentos delimitados por reflexiones de
la duramadre (p. ej., hoz del cerebro entre los hemisferios cerebrales y
tienda del cerebelo entre los compartimentos supra e infratentoriales).
F. Lesión axonal difusa (LAD).
ELSEVIER. Fotocopiarsin autorización es un delito.
1. Se debe pensar que existe una LAD en los pacientes con puntuaciones
bajas de la G CS y exploraciones neurológicas malas a pesar de encontrar
hallazgos en la TC m ínim os o nulos.
2. La LAD es la lesión principal entre las craneoencefálicas por aceleración/
desaceleración que producen un efecto de cizallam iento de los tractos
profundos de la sustancia blanca (particularmente, en el cuerpo calloso
y en la parte rostral del tronco cerebral).
3. El diagnóstico se puede confirmar mediante RM.
G. Lesiones penetrantes.
1. Las heridas por arma de fuego en la cabeza constituyen la mayoría de
las lesiones cerebrales penetrantes. También son las más letales:
a. La lesión cerebral se produce por:
I. Lesiones de las partes blandas de cuero cabelludo y cara,
il. Lesiones óseas con fracturas con fragmentos conm inutos y
© deprimidos.
ERRNVPHGLFRVRUJ
104 VI. Tratamiento quirúrgico
ERRNVPHGLFRVRUJ
V il. Lesiones de la médula espinal
NEUROLOGICOS
postoperatoriamente en la UCI.
A. Principios generales.
1. Las fracturas de la colum na vertebral pueden estar asociadas a casi el
10% de las otras lesiones traumáticas.
TRAUMATISMOS
2. La colum na cervical se debe tratar siempre com o si estuviese lesionada,
incluso aunque la sospecha sea baja. Las consecuencias de no
diagnosticar una lesión de la colum na cervical pueden resultar en la
posibilidad de una de las lesiones iatrogénicas más devastadoras.
3. Las radiografías sim ples de la colum na vertebral han sido reemplazadas
esencialmente por la TC como modalidad de imagen de evaluación de
elección:
a. Todos los pacientes que no responden deben tratarse como si
tuviesen una fractura de la columna. Cuando se le está realizando al
paciente la TC craneoencefálica inicial, se puede obtener una TC de
toda la colum na vertebral de forma rápida y fácil.
b. En los pacientes despiertos y que responden, únicamente se precisa
una TC de las regiones de la colum na vertebral en las que presente
dolorimiento a la palpación o una deformidad palpable.
4. El 20% de los pacientes con una fractura identificada de la columna
ELSEVIER. Fotocopiarsin autorización es un delito.
vertebral tiene una fractura en otra localización (que puede ser no contigua).
5. Los pacientes deben permanecer con estrictas precauciones espinales hasta
que se efectúe una completa evaluación de la columna vertebral. A la llegada
al departamento de urgencias, se debe retirar de forma rápida la camilla
rígida, pero hay que mantener en todo momento la columna axial en línea
y se debe colocar un collarín cervical rígido. Para ladear al paciente como
un tronco bajo precauciones espinales completas se requieren al menos tres
personas: una para controlar la cabeza y el cuello, otra para controlar los
hombros y el torso, y otra para controlar las extremidades inferiores.
6. Descartar una lesión de la columna cervical (p. ej., retirada del collarín
cervical) requiere prueba de que no existe lesión ósea ni de los ligamentos:
a. En el paciente despierto, que responde, que no está intoxicado y que
no presenta lesiones dolorosas en otras zonas, se puede descartar la
lesión cervical mediante la clínica. Se requieren para retirar el collarín
cervical la palpación de la colum na cervical posterior sin dolorimiento
ERRNVPHGLFRVRUJ
106 VII. Lesiones de la médula espinal
TABLA 15-2
DETERMINACIÓN DEL NIVEL DE UNA LESIÓN CERVICAL
Vértebra Motor Sensitivo Reflejo
C5 Deltoides Zona sobre el Bíceps
deltoides
C6 Bíceps Pulgar e índice Braquiorradial
C7 Tríceps y muñeca Dedo medio Tríceps y extensores de
la muñeca
C8 Flexión de los dedos Anular y meñique Ninguno
ERRNVPHGLFRVRUJ
V il. Lesiones de la médula espinal 107
NEUROLÓGICOS
paciente con disminución del nivel de consciencia, con alteraciones en las
radiografías simples o en los que existe una alta sospecha clínica de lesión.
3. En la fase aguda, la RM queda reservada a los pacientes cuya
exploración neurológica es consistente con lesión medular. La RM
resulta útil en la identificación de herniación traumática de discos
intervertebrales y en los hematomas epidurales de la columna, así como
para delimitar la extensión de señales anormales de la médula espinal.
La RM diferida es útil en la identificación de lesiones de los ligamentos
TRAUMATISMOS
cervicales para permitir descartar lesiones y retirar el collarín cervical.
4. En los pacientes con fracturas vertebrales cervicales diagnosticadas se
realiza una angio-TC para valorar si existen lesiones vasculares traumáticas.
D. Tratamiento.
1. Para evitar la aparición precoz de lesiones en la piel se debe retirar
al paciente lo antes posible de la cam illa rígida (aunque se haya
diagnosticado una fractura o un déficit neurológlco).
2. Los pacientes con lesiones medulares presentan un alto riesgo de
desarrollo de trombosis venosa profunda (TVP). La profilaxis de la TVP
con heparlna de bajo peso m olecular se debe iniciar a las 2 4 a 72 horas
de la lesión si no existen otras contraindicaciones. En los pacientes
en los que no se puede realizar la anticoagulación, se puede colocar
un filtro de vena cava inferior (VCI), aunque no se recomienda como
profilaxis de primera línea de la TVP.
3. Siempre que sea posible, hay que hacer exploraciones neurológicas
ELSEVIER. Fotocopiarsin autorización es un delito.
ERRNVPHGLFRVRUJ
108 VIII. Lecturas recomendadas
E. Shock medular.
1. El sistema nervioso sim pático regula la frecuencia cardíaca y la presión
arterial. Las neuronas motoras sim páticas están localizadas en la
médula torácica.
2. Las lesiones de la médula cervical pueden lesionar las com unicaciones
entre el cerebro y esas neuronas motoras simpáticas, lo que puede
producir hipotensión y bradicardia.
3. Es importante diagnosticar el shock medular, ya que la hipotensión
asociada a este estado generalmente no responde a la reanimación con
líquidos. La infusión continua de bolos de líquidos puede provocar una
sobrecarga de volumen.
4. Se deben utilizar vasopresores de forma precoz para mantener una
presión arterial sistólica > 9 0 m m H g y una PAM de 7 5 a 9 0 m m H g .
F. Función pulmonar.
1. Existen diversos factores que sitúan a los pacientes con lesiones
medulares en riesgo de sufrir com plicaciones pulmonares:
a. Las lesiones cervicales bajas y las torácicas producen pérdida de
inervación de los músculos intercostales. Las lesiones cervicales altas
pueden provocar pérdida de inervación del diafragma, conduciendo a
una dependencia del ventilador.
b. En esta población de pacientes es frecuente la formación de
em bolism o pulmonar.
c. Una reanimación con líquidos agresiva puede llevar a una sobrecarga
de volumen.
2. Para prevenir que se desarrollen com plicaciones pulmonares, se deben
utilizar: lavado pulmonar agresivo, adecuado soporte ventilatorio, terapia
respiratoria y profilaxis de la TVP de forma precoz, junto al uso de camas
rotatorias en la fase aguda.
G. Cirugía.
1. En los traumatismos medulares, los objetivos de la cirugía son
la descompresión de los elementos neurales y la restauración de
la estabilidad de la colum na vertebral mediante instrumentación
y artrodesis. La cirugía, además, mejora el dolor y permite una
movilización precoz para prevenir las com plicaciones pulmonares y
acelerar la transferencia a una unidad de rehabilitación.
2. Las indicaciones de cirugía de urgencia son pocas:
a. Déficit neurológico incompleto con hematoma epidural o herniación
traumática de un disco intervertebral.
b. Déficit neurológico progresivo.
ERRNVPHGLFRVRUJ
Lesiones de las partes blandas
de la cara
Hema Thakar, MD, y Jennifer Blumetti, MD
I. ANATOM ÍA
Frontal
Supraorbitaria
Glabelar Frente
Temporal
Región
cantal
externa -COrbitaria
Oy
Región Auricular
cantal
/ Nasal Preauricular
interna
Apófisis
Infraorbitaria / Labial Bucal
mastoides
Maxilar Trapecio
,Vientre
posterior
MentonianaX del
Triángulo esternoclei-
submental domastoideo
Prominencia
laríngea £/ \ Fosa
suVaC'aV
18// Menorr\\ MaVor
C\a'*g!.'2--------------
FIGURA 16-1
Anatomía superficial de la cara y el cuello.
ERRNVPHGLFRVRUJ
III. Clasificación de las heridas y tratam iento básico 111
FIGURA 16-2
Anatomía superficial de la nariz.
A. Tipos de heridas.
1. Contusión:
a. Producida por un traumatismo contuso que rompe los vasos
subcutáneos sin rotura de la piel suprayacente, provocando edema,
equim osis y hematoma.
b. Cuando se encuentra un hematoma en párpados, tabique nasal o
pabellón auricular, se debe drenar.
ERRNVPHGLFRVRUJ
112 III. Clasificación de las heridas y tratam iento básico
Hélix
(superior)
Fosa escafoidea Surco
(scapha) 1 auriculotemporal
Incisura
Apófisis
intertrágica Lóbulo mastoides
FIGURA 16-3
Anatomía superficial del pabellón auricular.
2. Abrasión:
a. Avulsión del epitelio y de la dermis papilar que se produce por la
aplicación de fuerzas de cizallam iento que exponen la capa reticular
de la dermis como una capa cruenta, sangrante.
b. Se reepitelizará a los 7 a 10 días.
c. Irrigar la herida y aplicar pomada antibiótica dos veces al día durante
4 días.
d. Si la herida se extiende en profundidad hasta la capa termal, se
puede producir una cicatriz importante. Si la herida es profunda, hay
que desbridar. Las opciones de cierre incluyen el cierre primario o un
injerto de espesor total.
3. Laceración:
a. Puede ser simple, lineal, con picos o estrellada. Los márgenes
pueden estar abrasionados, contundidos o aplastados.
b. Irrigar y desbridar la herida: el cierre se debe efectuar por capas. Se
han de utilizar suturas de monocryl 4/0 para los puntos en la dermis
enterrados y colocar suturas de prolene o nailon de 6/0 en la piel.
Las suturas cutáneas se retirarán a los 3 a 5 días.
c. Para evitar la necesidad de retirar las suturas, se pueden usar suturas
de absorción rápida de 6/0 en la piel (apropiadas en niños o en
pacientes no confiables que pueden no volver para la retirada de las
suturas).
d. Aplicar una pomada antibiótica dos veces al día durante 4 días.
4. Avulsión:
a. En los casos de pérdida de piel de espesor total, con frecuencia
se encuentra la aparente pérdida de tejidos en forma de bordes
enrollados y/o como retracción de los bordes.
ERRNVPHGLFRVRUJ
IV. Anestesia 113
bucal
Rama temporal
Rama cigomática
Rama mandibular
FIGURA 16-4
Las ramas del nervio facial.
ERRNVPHGLFRVRUJ
114 IV. Anestesia
D ivisión m axilar V
D ivisión
m an d ib u lar V
A u ricu la r m ayor
FIGURA 16-5
Anatomía sensitiva de la cara y el cuello.
ERRNVPHGLFRVRUJ
V. Técnicas de cierre de las heridas
A. Cierre primario.
1. Líneas de tensión de la piel relajada (LTPR):
a. Las LTPR o líneas de Langer siguen los pliegues que se forman
cuando la piel está relajada.
b. Están basadas en la orientación de las fibras de la capa reticular de la piel.
ERRNVPHGLFRVRUJ
116 VI. Reparación de las estructuras faciales
A. Cuero cabelludo.
1. Las capas del cuero cabelludo (fig. 16-6):
a. Piel.
b. Tejido subcutáneo.
c. Galea aponeurótica.
d. Tejido areolar laxo.
e. Periostio.
2. Las laceraciones del cuero cabelludo pueden sangran de una forma
muy importante debido a su alta vascularización y a la inelastlcidad del
tejido subcutáneo, que evita que los vasos puedan retraerse cuando son
lesionados.
3. Tratamiento:
a. Hemostasia.
b. Desbridamiento e irrigación.
c. Suturar la galea con puntos sueltos de vicryl 2/0.
d. Suturar la piel con grapas, que son menos traumáticas para los
folículos pilosos que las suturas.
e. Colocar suturas de colchonero horizontales con prolene de 3/0 o 4/0
si la hemostasia no es adecuada.
4. Las avulsiones Importantes precisarán la reparación mediante colgajos
de rotación o un injerto de piel diferido.
B. Cejas.
1. No se deben afeitar, ya que se puede producir una distorsión de la
anatomía que impediría la correcta alineación durante el cierre.
ERRNVPHGLFRVRUJ
VI. Reparación de las estructuras faciales 117
P ie l y
tejido
celu la r R etin ácu lo s
su bcu tá n eo V asos y
G a le a nervios
aponeurótica G a le a
Tejido ap oneurótica
su ba p o n eu - Periostio 16
rótico laxo H u e so
m úsculo elevador.
b. Reparar el m úsculo elevador con puntos de monocryl 6/0 para
restablecer el pliegue palpebral y la función del párpado.
4. Las laceraciones sim ples de los párpados se pueden cerrar en una única
capa:
a. Utilizar prolene/nailon/catgut rápido de 6/0 para aproximar la piel.
b. Evitar colocar suturas a través del septum, lo que produciría un
ectropion cicatricial.
5. Las laceraciones marginales afectan al margen del párpado:
a. Usar prolene/nailon de 6/0 para aproximar en primer lugar la línea
de las pestañas, las glándulas de M eibom io y la línea gris (zona de
unión de la piel y la mucosa). Las suturas marginales se deben dejar
largas y se fijan con esparadrapo a la superficie cutánea para evitar
que se produzca una abrasión corneal.
© b. Para aproximar la fascia, utilizar monocryl de 6/0.
ERRNVPHGLFRVRUJ
118 VI. Reparación de las estructuras faciales
Músculo frontal
Almohadilla
grasa
de la ceja
Tabique
Grasa
preaponeurótica
Aponeurosis del
elevador
Orbicular
recto superior
Músculo de Müller
Lámina tarsal
Glándulas de
FIGURA 16-7
Capas anatómicas de los párpados. A. Párpado superior.
ERRNVPHGLFRVRUJ
VI. Reparación de las estructuras faciales 119
2. Laceraciones transfixivas:
a. Reparar la mucosa con puntos sueltos de catgut cróm ico de 4/0.
b. Reaproximar el cartílago con puntos sueltos de monocryl 4/0.
c. Suturar la piel con prolene/nailon/catgut rápido de 6/0. Para una
correcta orientación, alinear las referencias anatóm icas conocidas
(p. ej., reborde a la r y punta nasal).
3. Opciones para los defectos por avulsión:
a. Fijar el colgajo cutáneo si está presente y es viable.
ELSEVIER. Fotocopiarsin autorización es un delito.
ERRNVPHGLFRVRUJ
120 VI. Reparación de las estructuras faciales
FIGURA 16-8
Reparación de una laceración del labio a través del borde bermellón.
ERRNVPHGLFRVRUJ
VI. Reparación de las estructuras faciales 121
ERRNVPHGLFRVRUJ
122 VIII. Lecturas recomendadas
ERRNVPHGLFRVRUJ
Fracturas faciales I. Esqueleto
facial superior
Avron Lipschitz, MD, y Brian Oleksy, DDS, MD
I. PERSPECTIVA HISTÓRICA
FACIAL SUPERIOR
mejorado con la realización de un tratamiento definitivo precoz mediante
una amplia exposición, movilización y estabilización rígida de los
fragmentos de las fracturas.
C. Los avances en la tecnología de m iniplacas y tornillos, junto al uso
precoz de injertos para los defectos importantes del esqueleto facial, han
facilitado el tratamiento de las fracturas faciales.
ERRNVPHGLFRVRUJ
Fracturas del seno frontal
F R A C T U R A S D EL S E N O FRONTAL
•No cirugía
No •Antibióticos durante •Reducción y
desplazada 7 días fijación de la
Fractura
de la •Seguimiento fractura
pared •Antibióticos
anterior ° " durante 7 días
Desplazada- •Seguimiento
•Obliteración del
conducto nasofrontal
•Obliteración del seno
•Reducción y fijación
FACIAL SUPERIOR
de la fractura
•Antibióticos durante
7 días
• No cirugía
No - . •Antibióticos durante 7 días
* •Seguimiento
No Fístula • No cirugía
desplazada de LCR •Antibióticos Fístula de L C R
\
Desplazada-
X
Fístula
•Se puede tratar mediante cranealización
•Antibióticos durante 14 días
•Seguimiento
•Reducción y fijación
de la fractura
v
* d e LCR •Antibióticos durante
^• No-
Lesión ^ 7 días
•Seguimiento
No - -p, del
conducto •Obliteración del
frontonasal' ' V conducto frontonasal
ELSEVIER. Fotocopiarsin autorización es un delito.
FIGURA 17-1
Algoritmo de tratamiento de las fracturas del seno frontal. (Adaptado de Yavuzer R,
Sari A, Jackson IT y cois.: Management of frontal sinus fractures. Plast Reconstr Surg
115[6], 2005.)
ERRNVPHGLFRVRUJ
126 III. Fracturas nasales
FIGURA 17-2
Cranealización de la fractura del seno frontal con conminución de la pared posterior.
Se extirpa la tabla posterior, se rellena el conducto nasofrontal con músculo
temporal y se reduce y estabiliza la pared anterior con fijación rígida, suplementada
si es preciso con injerto óseo. (De Luce EA: Frontal sinus fractures: Guidelines to
management. Plast Reconstr Surg 80:500, 1987.)
E. Tratamiento posquirúrgico.
1. Descongestionantes sístémicos.
2. Cabecera de la cama elevada de 3 0 a 40°.
3. Monitorización de la rinorrea de LCR.
4. Instruir al paciente para que evite soplar por la nariz y estornudar.
5. Sí se han colocado stents nasofrontales, la Irrigación diaria con
suero fisiológico dism inuye la incidencia de infección y mantiene la
permeabilidad del stent.
6. Existe polémica sobre el uso rutinario de antibióticos. La decisión de
administrar antibióticos en el postoperatorio la debe tomar el cirujano.
A. Anatomía.
1. Tres bóvedas:
a. La bóveda superior está formada por los dos huesos nasales y los
procesos frontales del maxilar.
b. La bóveda media está formada por los cartílagos laterales superiores,
la mayor parte del tabique nasal y el proceso frontal del maxilar.
c. La bóveda inferior contiene los cartílagos laterales inferiores o alares y
el extremo inferior del tabique.
2. Vascularización:
a. Artería carótida interna (a través de la arteria oftálmica).
b. Arteria carótida externa (a través de la arteria facial y de la maxilar
interna).
ERRNVPHGLFRVRUJ
III. Fracturas nasales 127
3. Inervación:
a. Sensitiva a través de la primera y segunda divisiones del nervio
trigémino (PC V).
b. Sensitiva de la parte externa de la nariz a través de los nervios
intraorbitario, etmoidal anterior e infratroclear.
c. La inervación interna de la nariz se realiza a través de los nervios
etmoidal, esfenoidal y nasopalatino.
B. Presentación clínica.
1. Tumefacción y equim osis con posibles laceraciones en la parte externa
de la nariz.
2. Dolor a la palpación.
3. Epistaxis.
4. Desviación/deformidad nasal con o sin deformidad en escalón.
FACIAL SUPERIOR
5. Hematoma del tabique.
6. Obstrucción nasal.
7. Epifora, Indicativa de lesión u obstrucción nasolagrimal.
8. Palpación de los huesos nasales explorando si existe movilidad o
crepitación.
9. Presencia o ausencia de LCR (prueba del anillo o análisis de
transferrina f)2 en las secreciones nasales).
10. Se debe medir la distancia intercantal (para descartar una posible
fractura nasoetmoidoorbitaria).
ERRNVPHGLFRVRUJ
128 IV. Fracturas del com plejo nasoetm oidoorbitario (NEO)
A. Introducción.
1. Son fracturas que afectan a los huesos nasales, así como a los procesos
nasales del hueso frontal y a los procesos frontales del maxilar superior.
FIGURA 17-3
Reducción de una fractura nasal.
ERRNVPHGLFRVRUJ
IV. Fracturas del com plejo nasoetm oidoorbitario (NEO) 129
FACIAL SUPERIOR
etmoidales.
4. En la zona posterior está formado por el cuerpo del esfenoides, situado
inmediatamente enfrente del agujero óptico.
5. El sistema nasolagrimal es parte del complejo NEO debido a que
descansa en la fosa situada entre las crestas lagrimales anterior y
posterior de la pared orbitaria medial.
6. La estructura más importante es el segmento central del hueso, en el
que se inserta el tendón del canto interno (inserción del orbicular de los
párpados).
ERRNVPHGLFRVRUJ
130 IV. Fracturas del com plejo nasoetm oidoorbitario (NEO)
ERRNVPHGLFRVRUJ
V. Fracturas orbitarias 131
FACIAL SUPERIOR
a. Pérdida del soporte dorsal.
b. Obstrucción de la vía aérea.
c. Puede precisarse una rinoplastla secundaria.
V. FRACTURAS ORBITARIAS
A. Anatomía.
1. Existen siete huesos orbitarios: frontal, lagrimal, etmoides, maxilar
hipoestesia de la mejilla.
5. Diplopia binocular.
6. Enoftalmos.
7. Atrapamiento de los músculos extraoculares que produce una
dism inución del arco de movilidad ocular.
C. Patomecánica de las fracturas orbitarias.
1. Las fracturas del techo son raras en los adultos, pero más frecuentes en los
niños debido a que el cráneo de un niño es proporcionalmente mayor que
el de los adultos y el seno frontal no está completamente neumatlzado.
2. Las fracturas de la pared orbitaria externa son generalmente secundarias
a fracturas cigomáticas.
3. Las fracturas del suelo y de la pared interna suelen estar producidas por
la transmisión indirecta de fuerza a través del reborde orbitario o por la
transmisión directa de presión desde el globo ocular o los contenidos
intraorbltarios al suelo, produciendo las fracturas orbitarias por estallido.
ERRNVPHGLFRVRUJ
132 V. Fracturas orbitarias
FIGURA 17-4
Fractura por estallido. La imagen coronal de la órbita muestra una fractura deprimida
del suelo de la órbita izquierda con herniación del tejido graso infraorbitario y del
músculo recto inferior.
FACIAL SUPERIOR
Fractura por colapso. La imagen coronal de la órbita con ventana ósea muestra una
fractura en el techo de la órbita izquierda con un fragmento de fractura deprimido
A. Introducción.
1. Traumatismo contuso de alta energía sobre un lado de la cara,
típicamente durante la colisión de un vehículo a motor, una caída o
violencia interpersonal.
2. La forma convexa prominente del hueso cigomático la hace
particularmente vulnerable a la lesión.
3. El arco cigomático es delgado y se fractura con facilidad solo o junto al
complejo cigomaticomaxilar.
B. Anatomía.
1. El hueso cigomático es un tetrápodo (fig.17-6).
2. Se articula con: ala mayor del esfenoides, hueso frontal, hueso
temporal y maxilar.
C. Presentación clínica.
1. Equim osis subconjuntival.
2. Equim osis y edema periorbitarios.
3. Hipoestesia de la mejilla por lesión del nervio infraorbltario.
4. Diplopia e hipoftalmos.
5. Enoftalmos.
6. Trismo.
7. Pérdida de la prominencia de la mejilla (malar).
8. Defectos en escalón de las regiones óseas lateral y del reborde infraorbitario.
D. Valoración radiográfica.
1. La TC es el estándar de oro.
2. Las radiografías sim ples no constituyen una evaluación adecuada en el
ámbito de la traumatología moderna.
E. Tratamiento.
1. Objetivos:
a. Estabilización del arco cigomático.
b. Restauración del contorno normal y de la proyección de la
prominencia malar.
2. Técnica:
a. Reducción cerrada en las fracturas sim ples sin conm inución.
b. Reducción abierta si existen trismo, com plicaciones orbitarias o
asimetría facial.
ERRNVPHGLFRVRUJ
VI. Fracturas del com plejo cigom aticom axilar 135
FACIAL SUPERIOR
FRACTURAS FACIALES I. ESQUELETO
Articulaciones del hueso cigomático con los huesos mediofaciales. El cigoma forma la
parte anterolateral de la órbita interior.
ERRNVPHGLFRVRUJ
136 VII. Lecturas recomendadas
ERRNVPHGLFRVRUJ
Fracturas faciales II. Fracturas
maxilares, mediofaciales
y mandibulares
Avron Lipschitz, MD, y Brian Oleksy, DDS, MD
FIGURA 18-1
Vista frontal del cráneo.
ERRNVPHGLFRVRUJ
I. Fracturas maxilares y m ediofaciales 139
ERRNVPHGLFRVRUJ
140 I. Fracturas maxilares y m ediofaciales
FIGURA 18-3
Patrones frecuentes de fracturas mediofaciales. Existen diversas variaciones de los
patrones clásicos. Las fracturas aisladas tipos Le Fort I, II y III son la excepción,
más que la regla.
ERRNVPHGLFRVRUJ
I. Fracturas maxilares y mediofaciales
ERRNVPHGLFRVRUJ
142 II. Fracturas de la m andíbula
A. Introducción.
1. La mandíbula desempeña un importante papel en los procesos de
comer, hablar y respirar. Debido a su situación en la cara, presenta una
alta susceptibilidad a las fracturas, que representan de un 10 a un 25%
de todas las fracturas faciales.
ERRNVPHGLFRVRUJ
II. Fracturas de la m andíbula 143
© FIGURA 18-4
Clasificación anatómica de las fracturas de la mandíbula (incidencia relativa).
ERRNVPHGLFRVRUJ
144 II. Fracturas de la m andíbula
ERRNVPHGLFRVRUJ
II. Fracturas de la m andíbula 145
c. En todas las fracturas que afecten a las zonas de los dientes se debe
instaurar inmediatamente un tratamiento antibiótico (penicilina o
clindam lcina), ya que son fracturas abiertas.
3. Técnica:
a. Tratamiento conservador:
i. Puede estar indicado cuando existe evidencia radiográfica de un
desplazamiento m ínim o o nulo, una oclusión normal y un arco
de movilidad mandibular normal.
ii. Dieta: blanda o líquida durante, al menos, 6 semanas.
¡ii. Fisioterapia (ejercicios de la mandíbula),
iv. Mantener una buena higiene oral.
b. Reducción cerrada:
i. Cuando la fractura no está desplazada o el desplazamiento es
ERRNVPHGLFRVRUJ
146 II. Fracturas de la m andíbula
ERRNVPHGLFRVRUJ
III. Lecturas recomendadas 147
Bruce RA, Ellis E III: The second Chalmers J Lyons Academ y study of
fractures of the edentulous mandible. J Oral Maxillofac Surg 1993;
51:90 4.
Ellis E III, Scott K: Assessm ent of patients with facial fractures. Emerg Med
Clin North Am 2 0 0 0 ; 18:411.
Forrest CR, Antonyshyn OM: Acute management of com plex midface
fractures.. OperTech Plast Reconstr Surg 1998; 5(3):188.
Gruss JS, Phillips JH: Complex facial trauma: The evolving role of rigid
fixation and immediate bone graft reconstruction. Clin Plast Surg 1989;
16(1):93.
Manson PN, Clark N, Robertson B, et al.: Subunit principles in midface
ERRNVPHGLFRVRUJ
Lesiones oculares
Fiemu E. Nwariaku, MD
I. PRINCIPIOS GENERALES
II. EXPLORACIÓN
ERRNVPHGLFRVRUJ
II. Exploración 149
LESIONES OCULARES
FIGURA 19-1
Sección horizontal del globo ocular. Obsérvense sus tres capas: externa o fibrosa
(esclerótica y córnea), media o vascular (coroides, cuerpo ciliar e iris) e interna o
retina. Los cuatro medios reflectivos son córnea, humor acuoso, cristalino y cuerpo
vitreo. Las flechas indican el flujo del humor acuoso desde la cámara posterior hasta
la anterior. El humor acuoso es un medio poco espeso, acuoso, formado en la cámara
posterior por los procesos filiares. (De Moore K: Clinically Oriented Anatomy, 3.a ed.
Baltimore, Williams & Wilkins, 1992.)
ELSEVIER. Fotocopiarsin autorización es un delito.
4. Los defectos del cam po visual que se ven con frecuencia en los
pacientes con traumatismos Incluyen:
a. Desprendimiento de retina.
b. Hemorragia vitrea.
c. Lesiones cerebrales.
C. Movilidad ocular extrínseca.
1. Hay que explorar cuidadosamente las seis posiciones cardinales de la
mirada.
2. El nervio oculomotor común (PC III) inerva los músculos recto superior
(RS), recto interno (RM), recto Inferior (Rl), oblicuo inferior (01) y el
m úsculo elevador del párpado superior.
3. El nervio patético o troclear (PC IV) inerva el m úsculo oblicuo
superior (OS).
4. El músculo recto externo (RE) está inervado por el nervio oculomotor
externo (PC VI).
ERRNVPHGLFRVRUJ
150 II. Exploración
ERRNVPHGLFRVRUJ
II. Exploración 151
Papila lagrimal
(punto lagrimal)
Lago lagrimal
Carúncula lagrimal
19
Ángulo medial
del ojo
LESIONES OCULARES
Fórnix conjuntival
Pliegue semilunar
Conjuntiva palpebral conjuntival
(glándulas
FIGURA 19-2
Párpado inferior derecho y ángulo medial. (De Clemente CD. Anatomy: A Regional
Atlas of the Human Body, 3.a ed. Filadelfia, Lea & Febiger, 1967.)
ERRNVPHGLFRVRUJ
152 II. Exploración
G. Conjuntiva y esclerótica.
1. Exploración:
a. Se debe explorar la existencia de hemorragia subconjuntivai,
inyección, laceraciones, abrasiones o cuerpos extraños.
b. Fluoresceína: em papar una tira con fluoresceína, aplicarla libremente
y colocarla en la superficie conjuntival. Con una lámpara de Wood
o de hendidura se apreciarán con claridad las zonas desprovistas de
epitelio corneal. Se debe explorar la totalidad del globo ocular. Si se
aprecia humor acuoso filtrándose a través de la fluoresceína, existe
una rotura del globo ocular (v. sección IV, C, Rotura del globo ocular).
2. Tratamiento:
a. La hemorragia subconjuntivai, que puede existir sin la presencia de
patología adicional, se resolverá aproximadamente a las 2 semanas.
Cuando está presente y se extiende hacia atrás o está presente en
360°, se debe descartar una hemorragia retrobulbar (v. sección IV,
Hemorragia retrobulbar).
b. La inyección ocular puede indicar congestión venosa secundaria a un
fenómeno obstructivo.
c. Las laceraciones conjuntivales se deben explorar con la lámpara
de hendidura, si es posible, para descartar una afectación de
la esclerótica. Con frecuencia se suelen dejar sin reparar las
laceraciones pequeñas, aunque se precisa la cobertura antibiótica.
H. Córnea.
I . Exploración:
a. Evaluar transparencia, presencia de cuerpos extraños, laceraciones o
abrasiones.
b. Transparencia: una córnea turbia habitualmente es el resultado de
un edema estromal agudo que se ve con la elevación de la presión
intraocular.
c. Fluoresceína (v. sección II, Conjuntiva y esclerótica).
2. Tratamiento:
a. Cuando se encuentra un cuerpo extraño superficial incrustado en la
córnea, se puede retirar con un bastoncillo de algodón, una lanceta
de cuerpos extraños (una aguja roma) o una aguja de callbe 3 5 tras
la aplicación de anestésico tópico.
b. Pomada de bacitracina (u otras pomadas no esteroideas): se puede
aplicar cuatro veces al día.
c. Cuando la abrasión presenta un alto riesgo de infección es mejor
evitar los apósitos oculares compresivos.
d. Se pueden aplicar gotas de ciclopléjicos (ciclopentolato al 2%). El
paciente debe ser visto al día siguiente por el oftalmólogo.
e. Laceraciones (v. sección IV, Rotura del globo ocular).
I. Cámara anterior.
1. Exploración:
a. Evaluar la existencia de hipema, células, brillos y profundidad. Una
cámara anterior aplanada se ve en la rotura del globo ocular.
b. Resulta difícil explorar la cámara anterior sin una lámpara de hendidura.
2. Tratamiento:
a. Si se encuentra sangre en capas (hipema) en la cámara anterior
(CA), se debe consultar el tratamiento con un oftalmólogo. Dicho
tratamiento incluye habitualmente:
i. Reposo en cama.
ERRNVPHGLFRVRUJ
II. Exploración 153
ii. Atropina.
iii. Esteroides tópicos.
iv. Fármacos para el control de la presión intraocular.
b. La cirugía puede estar indicada en los hipem as grandes, de
resolución lenta o si producen pigmentación corneal.
c. En todos los pacientes de piel oscura se debe realizar un despistaje
de drepanocitosis.
J. Iris.
1. Exploración:
a. En la iritis traumática se aprecian células en la CA.
b. El paciente suele presentar una fotofobia extrema.
c. En las lesiones penetrantes se pueden encontrar irregularidades (v.
sección II, Pupila).
LESIONES OCULARES
2. Tratamiento:
a. Si no existe evidencia de patología adicional, se puede iniciar
tratamiento con ciclopentolato al 2% cuatro veces al día.
b. Antes de iniciar el tratamiento con esteroides tópicos es conveniente
consultar con un oftalmólogo.
K. Cristalino.
1. La disrupción del material del cristalino generalmente produce una
catarata traumática.
2. En algunas ocasiones el cristalino se puede luxar.
3. Los pacientes con traumatismos que afectan al cristalino presentan un
alto riesgo de endoftalmitis.
L. Humor vitreo y retina.
1. Exploración:
a. La exploración dilatando la pupila se debe diferir hasta que el
paciente presente una situación neurológica estable.
b. Cuando existe una hemorragia vitrea, el reflejo rojo puede aparecer
oscurecido.
c. En los pacientes con sospecha de neuropatía óptica traumática
resulta imperativo explorar el fondo de ojo para descartar la presencia
de una hemorragia vitrea que pueda producir un DPA y una
dism inución de la agudeza visual.
d. La mayoría de los desprendim ientos de retina no se ve mediante
oftalm oscopla directa (y sin dilatar), aunque con toda seguridad
puede producir un DPA.
e. El paciente que aqueja un inicio reciente de moscas volantes y
destellos de luz presenta un alto riesgo de desprendimiento de retina.
f. Algunos pacientes refieren una mancha negra en la región afectada.
g. En un desprendimiento de retina se puede observar la presencia de
«polvo de tabaco» (pigmentos flotando que se aprecian en la cámara
posterior).
2. Tratamiento:
a. Los pacientes con hemorragia vitrea generalmente precisan reposo
constante en cama con la cabecera de la misma elevada unos 30°.
b. Se debe lim itar la actividad (evitar doblarse y levantar pesos
importantes) y hacer seguimiento por un oftalmólogo en caso preciso.
c. Puede precisarse una exploración con ecografía para determinar si
existe un desprendimiento de retina concomitante.
d. Cuando existe un desprendimiento de retina, puede requerirse cirugía
inmediata o no.
ERRNVPHGLFRVRUJ
154 IV. Las em ergencias que ponen en peligro la visión
ERRNVPHGLFRVRUJ
IV. Las em ergencias que ponen en peligro la visión 155
2. Tratamiento:
a. El uso de dosis altas de corticoides en la neuropatía óptica traumática
es controvertido.
b. En muchos casos de traumatismos con heridas sucias y fracturas
abiertas las dosis altas de esteroides pueden estar relativamente
contraindicadas.
c. Esos casos se deben tratar de forma individualizada y consultar con
oftalmología.
C. Rotura del globo ocular.
1. Habitualmente se visualizan las laceraciones corneales y esclerales con
la exploración con la linterna.
2. Si existe una laceración obvia, la exploración se da por finalizada;
se cubre la herida con gasas estériles, pendiente de reparación en el
LESIONES OCULARES
quirófano.
3. Entre los hallazgos adicionales que se pueden encontrar con la
lámpara de hendidura se incluyen:
a. Hemorragia subconjuntivai.
b. Aplanam iento de la cámara anterior.
c. Hipema.
d. Protrusión del iris a través de la córnea.
e. Irregularidad pupilar.
4. Las lesiones contusas pueden producir laceraciones, lo que puede
ocurrir por debajo o adyacente a los músculos rectos.
5. La aplicación liberal de fluoresceína es útil para el diagnóstico.
6. La fluoresceína se debe aplicar sobre las zonas sospechosas. Si existe
una laceración mínima, se puede ver el humor acuoso filtrándose a
través de la zona teñida por la fluoresceína.
7. Si se encuentra un objeto atravesando el globo ocular, no se debe retirar.
D. Hemorragia retrobulbar.
1. Dos signos deberían poner en alerta al explorador sobre la presencia
de una hemorragia retrobulbar:
a. Proptosis.
b. Hemorragia subconjuntivai.
2. La proptosis que muestra resistencia a la retropulsión (no se debe
intentar la retropulsión hasta que se haya descartado completamente
la presencia de rotura del globo ocular) puede estar asociada a la
ELSEVIER. Fotocopiarsin autorización es un delito.
hemorragia retrobulbar.
3. Otros signos incluyen un incremento de presión intraocular y
congestión venosa:
a. En algunos casos, la presión puede llegar a ser tan alta que produzca
una oclusión de la arteria central de la retina.
b. Si en la exploración fundoscópica se observa un flujo arterial pulsátil, la
oclusión de la arteria central de la retina (OACR) puede ser inminente.
c. Para aliviar la presión se precisa una cantotomía externa con
cantólisis.
E. Otras patologías oftalmológicas que constituyen una emergencia.
1. Herniación uncal y aneurisma: puede mostrar afectación de la pupila y
parálisis del PC III.
2. Fístula carotidocavernosa: ojo congestivo con soplo ocular.
3. Patología del seno cavernoso: anom alías de los M EO con afectación
© concomitante del PC V.
ERRNVPHGLFRVRUJ
156 VI. Lecturas recomendadas
ERRNVPHGLFRVRUJ
Lesiones cervicales
Jennifer L. McDougal, MD
I. INTRODUCCIÓN
LESIONES CERVICALES
D. El compromiso de la vía aérea debido a las lesiones laringotraqueales junto
con las hemorragias continuadas debidas a lesiones de los vasos principales
producen la mayoría de la mortalidad debida a lesiones cervicales.
FIGURA 20-1
Zonas anatómicas del cuello. (De Moore EE, Mattox KL, Feliciano DV [eds.]: Trauma.
East Norwalk, CT, Appleton & Lange, 1987, pág. 306.)
ERRNVPHGLFRVRUJ
IV. Lesiones vasculares 159
LESIONES CERVICALES
diagnosticadas entre la exploración quirúrgica y la valoración no
quirúrgica mediante angiografía, broncoscopia y esofagografía:
I. El tratamiento quirúrgico presenta ventajas en relación a los
costes y la baja morbilidad, por lo que en el Parkland preferimos
la exploración quirúrgica.
3. La zona III se extiende desde el ángulo de la m andíbula hasta la base
del cráneo, y contiene estructuras vasculares que incluyen la arteria
carótida interna y las arterias vertebrales:
a. La exposición quirúrgica suele ser limitada y el control distal de las
lesiones vasculares a menudo constituye un desafío, especialmente
en las lesiones altas de la carótida.
b. En los pacientes estables, el método de valoración preferido en el
Parkland es la angio-TC.
c. Diversas maniobras pueden ayudar a mejorar la exposición
quirúrgica, como la subluxación mandibular, maniobra que se debe
realizar antes de hacer la incisión en el cuello.
ERRNVPHGLFRVRUJ
160 IV. Lesiones vasculares
ERRNVPHGLFRVRUJ
VI. Lesiones de la laringe 161
LESIONES CERVICALES
anticoagulación si no hay contraindicaciones para la heparinización.
1. Aunque la reparación quirúrgica a cielo abierto continúa siendo el estándar
de oro, en el Parkland se utilizan actualmente las técnicas de tratamiento
mínimanente invasivas, como la colocación de stents intravasculares.
H. La mayoría de las lesiones vertebrales se puede tratar de forma
conservadora, siempre que no se ponga en peligro la vida.
I. M uchas de esas lesiones, especialm ente las fístulas arteriovenosas
distales altas, se tratan mediante em bolización si existe una circulación
colateral adecuada.
2. Las lesiones proximales de la arteria vertebral se pueden tratar
mediante ligadura quirúrgica proximal y distal.
V. LESIONES FARÍNGEAS
ERRNVPHGLFRVRUJ
162 VIII. Lesiones del esófago
ERRNVPHGLFRVRUJ
IX. Lesiones m usculoesqueléticas 163
F. Técnicas diagnósticas.
1. Aunque los estudios diagnósticos, tales como las radiografías con contraste
y la endoscopia, son bastante fiables, presentan falsos negativos.
2. La endoscopia flexible es mucho menos fiable en la identificación de
lesiones esofágicas cervicales:
a. Una serie mostró que la endoscopia flexible presenta una
sensibilidad únicamente del 38% , en comparación con un 89% de
la esofagoscopia rígida.
G. Aspectos quirúrgicos.
1. Estas lesiones pueden ser difíciles de localizar durante la intervención
quirúrgica en el quirófano, por lo que se debe realizar una cuidadosa
búsqueda, que incluye la cara posterior.
2. Las lesiones esofágicas se deben reparar en dos capas, y se deben
LESIONES CERVICALES
utilizar drenajes por aspiración cerrada y profilaxis antibiótica.
3. Las reparaciones poco seguras se han de reforzar con un colgajo pleural
o muscular.
4. Las lesiones masivas pueden precisar resección o exclusión con ligadura
distal, colocación de una sonda de gastrostomía y derivación proximal,
como esofagostomía.
H. Complicaciones.
I. Las lesiones no diagnosticadas pueden producir com plicaciones
infecciosas tales com o mediastinitis, abscesos cervicales y sepsis, pero
los problemas más frecuentes que se aprecian tras la reparación de
estas lesiones son la formación de fístulas y dlsfagia.
2. Las fístulas esofágicas se atribuyen a un inadecuado desbridamiento,
una mala técnica quirúrgica durante la reparación de la lesión y la
desvascularización de la pared.
3. La incidencia de fístulas esofagocutáneas es de alrededor del 10 al 30% .
4. Antes de iniciar la dieta oral, se debe realizar en todos los pacientes un
estudio con contraste.
ERRNVPHGLFRVRUJ
164 XII. Lecturas recomendadas
Britt LD: Neck injuries: Evaluation and management. En: Moore EE, Mattox
KL, Feliciano DV (eds): Trauma. M c-Graw Hill: New York; p. 4 4 5 -5 7 .
Leopold DA: Laryngeal trauma. Arch Otolaryngol 1983; 1 0 9 :1 0 6 .
Weigelt JA, Thai ER, Synder W H III, et al.: Diagnosis of penetrating cervical
esophageal injuries. Am J Surg 1987; 1 5 4 :6 1 9 .
ERRNVPHGLFRVRUJ
Traumatismos torácicos
Adam W. Beck, MD
I. INCIDENCIA
II. ANATOM ÍA
TRAUMATISMOS TORÁCICOS
1. Vasculares: corazón, aorta, vena cava, vasos pulmonares e
innominados, subclavia, carótida común, yugular y vasos vertebrales.
2. Nervios: plexo braquial, vagos, nervios recurrentes laríngeos, nervios
frénicos y médula espinal.
3. Pulmones y árbol traqueobronquíal.
4. Esófago.
5. Conducto torácico.
6. Vértebras torácicas.
B. Referencias de superficie.
1. Ángulo de Louis: segundo espacio intercostal.
2. Mamilas: cuarto espacio Intercostal.
3. Punta de la escápula: séptimo espacio intercostal.
4. «Caja»: zona limitada lateralmente por las mamilas, la escotadura
esternal y el apéndice xifoides. Una lesión penetrante en esta zona precisa
la exploración subxifoidea o una ecocardiografía (si no existe hemotórax
izquierdo) para descartar una lesión del corazón y de los grandes vasos.
5. El plano delimitado por las m am ilas por delante y la punta de la
escápula por detrás representa la excursión superior del diafragma. Las
lesiones penetrantes por debajo de esta altura deben alertar sobre la
sospecha de una lesión intraabdominal.
C. Heridas por arma blanca de la región toracoabdominal.
1. Sí se ha descartado una lesión abdominal, se puede realizar la
valoración del diafragma mediante cirugía toracoscópíca asistida por
vídeo (CTAV), laparoscopia o exploración abdominal.
D. Heridas por arma de fuego en la zona toracoabdominal.
1. Hay que efectuar una exploración abdom inal en los pacientes que
cum plan los siguientes criterios:
a. La herida o localización del proyectil están situadas por debajo del
cuarto espacio Intercostal por delante, sexto espacio intercostal
lateralmente o séptim o espacio intercostal (punta de la escápula) en
la zona posterior.
A. Lesión contusa.
1. Se asocia con mayor frecuencia con colisiones de vehículos a motor y
caídas.
© 2 0 1 0 . Elsevier España, S.L. Reservados todos los derechos 165
ERRNVPHGLFRVRUJ
166 V. Diagnóstico
A. ABC.
1. Se debe establecer una vía aérea adecuada con ventilación apropiada y
la adecuada reanimación con volumen a través de dos vías periféricas
de gran calibre en las extremidades superiores.
B. Colocación de un tubo torácico.
1. Está indicada antes de realizar una radiografía de tórax cuando
existe insuficiencia respiratoria o dism inución de los ruidos aéreos,
especialm ente si se sospecha un neumotorax a tensión.
C. Ecocardiografía.
1. A los pacientes con lesiones penetrantes precordiales que no presentan
indicación de toracotomía urgente inmediata se les realiza una
exploración inmediata con ecocardiografía para valorar si hay derrame
pericárdico.
D. Toracotomía en el servicio de urgencias.
1. En general está reservada a los pacientes con traumatismos penetrantes,
evidencia de actividad cardíaca o signos vitales e Inconscientes.
2. La posibilidad de salvación en los pacientes con traumatismos contusos
es funesta, por lo que no se suele realizar la toracotomía de emergencia
en esta población de pacientes.
V. DIAGNÓSTICO
A. Anamnesis.
1. Se ha de obtener la historia del m ecanismo de lesión: desaceleración,
eyección, uso del cinturón de seguridad o rotura del volante.
2. Los síntomas preocupantes incluyen:
a. Dolor torácico.
b. Dificultad respiratoria.
c. Ronquera.
d. Hemoptisis.
e. Estridor.
3. Antecedentes médicos: especialm ente cualquier patología
cardiorrespiratoria.
ERRNVPHGLFRVRUJ
VI. Estudios específicos 167
B. Signos físicos.
1. Abrasiones.
2. Contusiones.
3. Fracturas evidentes.
4. Marcas del cinturón de seguridad.
5. Localización de la lesión penetrante (proximidad).
6. Tríada de Beck: distensión yugular, apagamiento de los tonos
cardíacos e hipotensión.
7. Estrechamiento de la presión del pulso.
8. Pulso paradójico.
9. Desviación traqueal.
10. Ruidos aéreos dism inuidos o ausentes.
11. Movilidad paradójica del tórax.
TRAUMATISMOS TORACICOS
12. Dolorimiento puntual, crepitación o deformidad.
13. Pulsos asimétricos.
A. TC del tórax.
1. Cuando en las radiografías de rutina se observa alguna de las siguientes
condiciones se debe realizar una TC torácica espiral realzada con
contraste:
a. Ensancham iento mediastínico (de más de 8 c m o por la percepción
del explorador de que el mediastino está ensanchado o anormal,
relativamente sensible de la lesión).
b. Fractura de la primera costilla.
c. Arco aórtico anormal.
d. Refuerzo apical.
e. Hemotórax izquierdo.
f. Ensancham iento de la franja paraespinosa.
g. Desplazamiento de la tráquea hacia la derecha.
h. Desviación de la sonda nasogástrica.
i. Depresión de bronqulo principal izquierdo,
j. Pérdida de la ventana aortopulmonar.
k. Ensancham iento de la franja paratraqueal.
I. Heridas por arma de fuego transm ediastínicas para descartar lesiones
ELSEVIER. Fotocopiarsin autorización es un delito.
ERRNVPHGLFRVRUJ
168 VIII. Consideraciones respecto a la exposición
A. Hemorragia torácica.
1. Drenaje inicial del tubo torácico de 1 .0 0 0 a 1 .5 0 0 mi de sangre.
2. 2 0 0 ml/h durante > 2 h.
B. Taponamiento cardíaco o hemopericardio.
C. Herida transmediastínica con inestabilidad hemodinámica.
D. Hemotórax residual de gran tamaño tras la colocación perfectamente
correcta de dos tubos torácicos de 3 6 Fr.
E. Fuga masiva de aire con insuficiencia respiratoria.
F. Lesión parenquimatosa pulmonar penetrante grave.
G. Disrupción traqueal o bronquial.
H. Perforación o disrupción esofágica.
I. Lesión aórtica o de los grandes vasos.
J. Émbolo por proyectil central.
K. Colocación de derivación atriocava por lesiones venosas retrohepáticas
(raro).
L. Fístula quilosa crónica.
M. Empiema secundario a traumatismo a distancia (la alternativa es CTAV).
A. Anterolateral izquierda.
1. Incisión más versátil.
2. De fácil realización.
3. Rápida.
4. La mayoría de las lesiones cardíacas y aórticas se pueden tratar a través
de esta incisión.
B. Esternotomía media.
1. Se utiliza para algunas lesiones cardíacas aisladas y para determinadas
lesiones vasculares centrales (v. más abajo).
2. No puede exponer el mediastino posterior, por lo que esta técnica no
está indicada en las lesiones aórticas.
C. Posterolateral estándar.
1. No se usa en los pacientes con inestabilidad hemodinámica.
2. Ofrece la mejor exposición de las lesiones parenquimatosas.
D. Toracotomía derecha.
1. Es útil para las lesiones del parénquima pulmonar del lado derecho y
para las lesiones traqueales.
ERRNVPHGLFRVRUJ
X. Tratamiento postoperatorio 169
TRAUMATISMOS TORÁCICOS
uso limitado en las lesiones traumáticas por la contam inación potencial.
Este problema resulta menor en las lesiones torácicas que en las
abdominales:
a. En el Parkland Memorial Hospital, la autotransfuslón se utiliza en
muy raras ocasiones.
X. TRATAMIENTO POSTOPERATORIO
ERRNVPHGLFRVRUJ
170 XI. Procedim ientos invasivos
A. Tubo de toracostomía.
1. Principios de inserción:
a. Indicado en neumotorax o hemotórax.
b. Localización habitual en el quinto o sexto espacio intercostal y la
línea medioaxilar.
c. Hay que elevar al paciente colocando una sábana enrollada.
d. Se preparan y colocan los paños en el campo.
e. Se usa lldocaína al 1% para infiltrar piel, tejido subcutáneo, fascia,
músculos Intercostales, borde superior de la costilla y pleura. Se
puede añadir bicarbonato sódico (1 m l/10m l de lidocaína) para
m inim izar las molestias producidas por la infiltración de la lidocaína.
f. En las situaciones que no constituyen una emergencia se pueden
realizar bloqueos costales antes de la inserción del tubo.
g. Se realiza una incisión transversa (de 2 a 3 cm) sobre la sexta o
séptima costillas.
h. Se tuneliza hacia arriba y hacia atrás para entrar en el espacio pleural
sobre el borde superior de la sexta o séptima costillas.
i. Se explora digitalmente la herida para comprobar que se entra en la
cavidad torácica y no en la abdominal.
j. El objetivo es colocar el tubo en el vértice posterior de la cavidad
torácica.
k. Se introduce un tubo de 3 6 Fr en dirección superior y posterior,
rotándolo periódicamente conforme se va insertando (si no gira con
facilidad, el tubo se ha doblado) para comprobar que no ha entrado
en una cisura pulmonar.
I. Se comprueba que el orificio más proximal se encuentra dentro del tórax.
m. Se coloca el tubo en aspiración de pared a 2 0 c m H 20 en un sistema
de recolección cerrado.
n. Se sutura el tubo a la piel.
o. Se aplica un vendaje estéril.
p. Una zona alternativa de inserción para un neumotorax puro es el
segundo espacio intercostal en la línea medioclavicular.
2. Cuidados del tubo torácico:
a. Se debe mantener la aspiración de 2 0 c m H 20 en el tubo torácico hasta
que el pulmón se ha expandido completamente durante 2 4 horas.
b. Entonces, se suspende la aspiración y se coloca el tubo en un sello
de agua.
c. Si el pulmón permanece expandido en la exploración radiográfica
subsecuente, se puede retirar el tubo.
d. Un neumotorax recurrente se puede tratar colocando el tubo torácico
de nuevo en aspiración de 2 4 a 4 8 horas y repitiendo el ciclo.
e. La incapacidad de mantener la reexpansión del pulmón debe hacer
sospechar una lesión parenquimatosa o bronquial que no cicatriza.
f. Se utilizan de forma rutinaria sistemas com erciales cerrados de
aspiración y recolección que se pueden conectar a cámaras de
autotransfusión (fig. 21-1).
g. El uso profiláctico de antibióticos en los pacientes con tubos torácicos
es un tema en debate. Basta una dosis de una cefalosporina de
primera generación en el momento de la colocación del tubo
(preferentemente antes de la incisión).
ERRNVPHGLFRVRUJ
XI. Procedim ientos invasivos
D e sd e la
cavidad A la
pleural asp iración
\\ ((
C á m a ra C á m a ra de
C á m a ra de sello control de —► V entilación
atm osférica
BlÜfc éim
T O R ACICO S
TRAUMATISMOS
20 cm
FIGURA 21-1
ELSEVIER. Fotocopiarsin autorización es un delito.
ERRNVPHGLFRVRUJ
172 XI. Procedim ientos invasivos
B. Pericardiocentesis.
1. En el Parkland Memorial Hospital no realizamos este procedimiento, ya
que podemos efectuar inmediatamente una toracotomía en el servicio
de urgencias o trasladar inmediatamente al paciente al quirófano para
tratamiento.
2. La pericardiocentesis pretende ser únicamente una medida temporal
en preparación para el tratamiento quirúrgico.
3. Se preparan y colocan paños en la región xifoidea.
4. Se usa una jeringa de 3 0 mi y una aguja de 4 c m de calibre 18 o 20
(no una aguja espinal).
5. Se entra en la región paraxifoidea derecha con la aguja colocada a 45°
respecto al plano de la pared torácica anterior y a 45° respecto al plano
sagital (inclinada hacia el hombro izquierdo).
6. Se avanza la aguja mientras se mantiene la aspiración hasta que
aparezca sangre.
7. La sangre aspirada no debe coagular, y el estado hem odinám ico del
paciente debería mejorar inmediatamente.
8. La retirada de una cantidad tan pequeña com o 2 0 -3 0 mi puede aliviar
el taponamiento cardíaco.
9. Se repite si es preciso, o se introduce un catéter de silastic de cola de
cerdo, que puede servir como drenaje hasta la cirugía.
C. Toracotomía de reanimación.
1. Se preparan y colocan paños en todo el tórax.
2. Se hace una incisión desde el esternón hasta la línea axilar posterior
en el pliegue inframamario izquierdo hacia la axila (siguiendo el curso
de la quinta costilla).
3. Se entra en la cavidad pleural a lo largo del margen superior de la
quinta costilla procurando no lesionar el pulmón; hay que vigilar la
arteria mamaria interna, de situación paraesternal.
4. Se coloca un separador costal automático y se separa el pulmón para
exponer el pericardio.
5. Si es preciso, se extiende la toracotomía a través de la línea media.
6. Se realiza una valoración del pericardio en busca de taponamiento; si
hay, se hace una am plia incisión en el pericardio en la parte anterior y
por encim a del nervio frénico.
7. Si existen lesiones cardíacas aparentes, se extrae el corazón del pericardio
con cuidado, teniendo cuidado de no impedir el retorno venoso.
8. Se localiza la herida y se repara con una sutura con bolitas de descarga
o se controla la herida digitalmente en tanto se traslada al quirófano
mientras se continúa con la reanimación con volumen del paciente.
9. El pinzamiento aórtico está indicado si el alivio del taponamiento
y la reanimación continuada con volumen no mejoran la situación
hemodinámica.
10. Se palpa el mediastino posteriory se identifica la aorta; aunque la aorta
completa tiene un diámetro de unos 2 cm, puede ser difícil palparla en el
paciente hipotenso con un gasto cardíaco m ínimo o ausente; una sonda
nasogástrica ayuda a identificar la aorta debido a su íntima asociación
con el esófago, que es medial e inmediatamente anterior a la aorta.
11. Se diseca la aorta circunferencialmente de forma que se pueda colocar
una pinza vascular y se aplica presión.
12. Se ajusta la presión de forma que la presión sistólica del paciente no
sea mayor de 1 20m m H g.
ERRNVPHGLFRVRUJ
XII. Lesiones específicas 173
TRAUMATISMOS TORÁCICOS
5. Se diseca de forma roma el pericardio de la cara posterior del esternón,
teniendo cuidado de permanecer directamente bajo el esternón. Se
expone el pericardio despegando la grasa prepericárdica.
6. Se agarra el pericardio con pinzas de Allis.
7. Con el cam po quirúrgico seco, se abre el pericardio entre las pinzas y
se observa la naturaleza del fluido: si es sanguinolento, se realizan una
esternotomía media o una toracotomía anterior izquierda; si es claro, se
puede cerrar la herida.
E. Bloqueo nervioso intercostal.
1. Se utiliza para analgesia de fracturas costales o para la colocación del
tubo torácico.
2. Con el paciente en posición sentada y ligeramente inclinado hacia
adelante, se identifican los ángulos de las costillas que se van a bloquear
y se preparan y colocan los cam pos quirúrgicos en esta zona (fig. 21-2).
3. Se usa una mezcla 1:1 de lidocaína al 1% y bupivacaína al 0,5%
haciendo en primer lugar un habón cutáneo con una aguja fina.
4. Se infiltra el periostio de la costilla y se pasa con la aguja por debajo del
borde Inferior de la costilla, donde se avanza ligeramente mientras se
intenta aspirar.
5. Se debe tener precaución para no penetrar en el espacio pleural ni en
los vasos intercostales.
6. Una vez que la aguja se encuentra en la escotadura de la costilla, se
intenta de nuevo la aspiración y, si no se encuentra sangre, se inyectan
de 3 a 5 mi de la mezcla anestésica.
7. Cuando se realiza un bloqueo intercostal por fracturas costales, se
bloquean un espacio superior y otro inferior a las costillas fracturadas.
8. Cuando hay fracturas costales múltiples hay que evitar superar la dosis
máxima recomendada de lidocaína y de bupivacaína (lidocaína con
adrenalina: 7mg/kg; bupivacaína: 2mg/kg).
ERRNVPHGLFRVRUJ
174 XII. Lesiones específicas
FIGURA 21-2
Localizaciones preferidas para el bloqueo intercostal. Las Inyecciones más mediales
tienen un riesgo mayor de introducir el fármaco en el canal dural.
ERRNVPHGLFRVRUJ
XII. Lesiones específicas 175
TRAUMATISMOS TORÁCICOS
d. Se realiza una derivación arterial desde la aurícula derecha hasta
la arteria femoral o desde la aurícula hasta la aorta distal con una
bomba centrífuga Biomedicus.
e. Con este sistema de circulación asistida se debe mantener una
presión arterial distal de 6 0 a 8 0 m m H g .
f. Para conseguir una exposición adicional, se puede colocar una pinza
proximal entre la arteria carótida izquierda y la subclavia izquierda.
g. Se colocan lazos vasculares alrededor de las arterias intercostales y
se cierran temporalmente; no hay que seccionar dichas arterias.
h. En determinadas ocasiones, se puede reparar una rotura parcial de
la aorta con suturas de polipropileno de 3/0 o 4/0 con torundas de
descarga. En caso contrario, para la reparación será preciso utilizar
un segmento corto de dacron entrelazado precoagulado.
i. Hay que considerar el uso de hipotermia moderada (32 °C), aunque
se debe sopesar esta decisión con la posibilidad de las com plicaciones
hemorrágicas inherentes asociadas al uso de la hipotermia.
j. En los pacientes que sobreviven al quirófano la mortalidad es del
15%, y del 5 al 7% presenta paraplejía.
D. Arteria y vena innominadas.
1. El abordaje se realiza a través de una esternotomía media.
2. La reparación se hace de la siguiente forma:
a. En primer lugar, se abre el pericardio para garantizar un adecuado
control proximal.
b. Se sutura el injerto de derivación a la aorta ascendente.
c. Se consigue el control vascular de la arteria innominada distal.
d. Se emplea una anastomosis término-terminal con el injerto de derivación.
e. Se usa una aortorrafia lateral a la salida de la arteria innominada.
f. Se retira todo coágulo o cuerpo extraño mediante sangrado retrógrado.
g. En las lesiones penetrantes, la reparación lateral controla las lesiones
de pequeño tamaño, pero la sección completa precisa anastomosis.
h. En los casos de lesiones traqueales y esofágicas asociadas a
reparación vascular, se interpone m úsculo esternocleidomastoideo o
tlrohiodeo entre la reparación de la lesión de la tráquea o el esófago y
la reparación vascular.
I. La vena innom inada no suele precisar reparación y se puede ligar
sin grandes consecuencias (existen com unicaciones anecdóticas de
déficit neurológicos tras su ligadura, presumiblemente debido a un
aumento de la presión venosa cerebral).
ERRNVPHGLFRVRUJ
176 XII. Lesiones específicas
ERRNVPHGLFRVRUJ
XIII. Situaciones especiales 177
TRAUMATISMOS TORÁCICOS
A. Lesiones múltiples en pacientes con ensanchamiento mediastínico.
1. Hemodinámicamente estable:
a. Si los resultados del lavado peritoneal diagnóstico o de la ecografía
son negativos, se debe valorar la aorta mediante una TC torácica o
una aortografía.
b. Si la exploración abdominal muestra una hemorragia y el paciente
precisa cirugía, hay que valorar la aorta tras la laparotomía.
2. Hemodinámicamente inestable:
a. Con hallazgos de hemorragia abdominal positivos, se realiza una
laparotomía inmediata, seguida de una TC torácica y/o aortografía.
b. La laparotomía de control del daño consiste en un control rápido y
sim ple de la hemorragia y un control de la contaminación seguido del
cierre temporal de la incisión abdominal.
c. Se valora la lesión aórtica con aortografía (si no se había hecho
antes) o toracotomía.
d. Una vez completada la reparación de la aorta, si es preciso se puede
reabrir la laparotomía.
e. El objetivo del control del daño es prevenir la exanguinación por
sangrado abdominal mientras se trata la lesión aórtica.
B. Fracturas de las costillas.
1. En las radiografías de tórax, las series costales presentan tasas de falsos
negativos de hasta un 30-50% .
2. Las radiografías de tórax verticales en inspiración/espiración pueden
ELSEVIER. Fotocopiarsin autorización es un delito.
ERRNVPHGLFRVRUJ
178 XIII. Situaciones especiales
ERRNVPHGLFRVRUJ
XIV. Lecturas recomendadas 179
T O R ÁCICO S
3. Más arriba se enumeran las indicaciones de toracotomía.
G. Lesiones del conducto torácico.
1. Un antecedente de cirugía reciente retroperitoneal, mediastínica posterior
o cervical debe alertar de la sospecha de lesión del conducto torácico.
2. Derrame o drenaje del tubo torácico quilosos (mancha grasa positiva o
alto nivel de triglicéridos).
TRAUMATISMOS
3. Las radiografías de tórax pueden mostrar el derrame pleural.
4. La TC puede evidenciar una colección de líquidos mediastínica.
5. La linfangiografía puede ayudar a la localización preoperatoria.
6. Tratamiento:
a. La mayoría de las fístulas de quilo son autolimitadas y responden al
tratamiento conservador (dieta baja en grasas, drenaje o nutrición
parenteral total).
b. Si se deja que el quilo se acum ule en la cavidad pleural, se puede
desarrollar un fibrotórax.
c. Si durante la intervención quirúrgica inicial se diagnostica la lesión
del conducto torácico y existen m uchas colaterales, hay que realizar
la ligadura del conducto torácico.
d. Cuando se va a hacer una ligadura diferida tras el fracaso del tratamiento
conservador, puede resultar útil para la identificación intraoperatoria la
administración de grasas pesadas (mantequilla o nata) con colorante.
e. Si no se puede localizar el conducto lesionado a través de una
toracotomía posterolateral derecha, se deben realizar ligaduras múltiples
ELSEVIER. Fotocopiarsin autorización es un delito.
ERRNVPHGLFRVRUJ
Lesiones diafragmáticas
David H. Rosenbaum, MD
I. ANATOM ÍA
A. Inserciones.
1. Anterior: esternón y cara posterior del apéndice xifoides.
2. Posterior: cuerpos de las vértebras lumbares primera a tercera.
3. Lateral: sexta costilla por delante, duodécima costilla por detrás.
B. Excursión.
1. Inspiración: margen costal.
2. Espiración:
a. Cuarto espacio intercostal por delante.
b. Quinto espacio intercostal lateralmente.
c. Séptimo espacio intercostal por detrás.
C. Inervación: nervio frénico (C3-C5).
D. Vascularización: arterias intercostales.
E. Retorno venoso: venas frénicas.
II. INCIDENCIA
III. MECANISMOS
A. Traumatismos penetrantes.
B. Traumatismo primariamente contuso como resultado de impactos
laterales en colisiones de vehículos a motor o caídas.
C. Mecanismos teóricos.
1. Cizallam iento de una membrana estirada.
2. Arrancamiento de las inserciones.
3. Incremento brusco de la presión intraabdominal.
ERRNVPHGLFRVRUJ
Vil. Tratamiento: lesión aguda 181
V. LESIONES ASOCIADAS
VI. DIAGNÓSTICO
TABLA 22-1
CLASIFICACIÓN DE LAS LESIONES DIAFRAGMÁTICAS DE LA AMERICAN
ASSOCIATION FOR THE SURGERY OF TRAUM A
1 Contusión
II Laceración <2 cm
III Laceración 2-10 cm
IV Laceración > 1 0 cm con pérdida de
tejidos de < 2 5 cm2
V Laceración con pérdida de tejidos de
>25cm 2
ERRNVPHGLFRVRUJ
182 IX. Lecturas recomendadas
ERRNVPHGLFRVRUJ
Traumatismos esofágicos
Richard Hershberger, MD, y Stacey Woodruff, MD
I. ETIOLOGÍA
II. VALORACIÓN
A. Signos y síntomas.
1. Presentes en un 6 0 a un 80% de las lesiones.
2. Los signos y síntomas dependen de la localización de la lesión, tamaño
del defecto, extensión de la contam inación y tiempo transcurrido desde
la lesión.
3. Odinofagia.
4. Disfagia.
5. Hematemesis.
6. Hemoptisis.
7. Crepitación cervical.
8. Aire prevertebral.
9. Ensanchamiento del mediastino.
10. Ronquera.
11. Disnea.
12. Crujidos y crepitación audibles en el mediastino (signo de Hamman).
B. Valoración radiográfica.
1. Las radiografías sim ples son útiles para determinar la trayectoria de los
proyectiles.
2. Radiografía lateral del cuello:
a. Los signos útiles para el diagnóstico incluyen la presencia de
aire prevertebral, enfisema subcutáneo, aire en el mediastino y
ensancham iento mediastínico.
b. El aire prevertebral se encuentra presente en un 39% de las lesiones
esofágicas.
C. Esofagografía.
1. Presenta una sensibilidad del 93% .
2. En primer lugar se utiliza gastrografín, salvo que se sospeche la
presencia de una fístula traqueoesofágica.
3. Un estudio negativo debería llevar a la realización de estudios
adicionales si la sospecha clínica continúa siendo alta.
D. Esofagoscopia.
1. Cuando se com bina con la esofagografía se alcanza una sensibilidad de
casi el 100% .
2. Puede ser flexible o rígida:
a. El aire que se utiliza para insuflación cuando se emplean
endoscopios flexibles puede agravar un neum omediastino o un
neumotorax preexistentes.
III. TRATAMIENTO
IV. PRONÓSTICO
ERRNVPHGLFRVRUJ
V. Ingestión de cáusticos 185
B. Mortalidad.
a. Las heridas por bala presentan una mortalidad del 7 al 23% .
b. El resultado suele venir determinado por las lesiones concomitantes.
V. INGESTIÓN DE CÁUSTICOS
A. Incidencia.
1. En EE.UU . se producen anualmente más de 2 0 0 .0 0 0 exposiciones a
cáusticos.
2. La mayoría de las ingestiones accidentales se da en lactantes y niños
(80%), mientras que, en los adultos, la mayor parte de las ingestiones
de cáusticos corresponde a intentos de suicidio.
B. Agentes.
ESOFÁGICOS
1. Álcalis (sosa cáustica):
a. 95% de los casos.
b. Hidróxido de sodio y potasio: lim piadores de drenajes y de hornos,
blanqueadores y detergentes.
c. La forma sólida se adhiere a las membranas mucosas, lo que
produce una mayor lesión orofaríngea.
TRAUMATISMOS
d. La forma líquida es más fácil de tragar, lo que provoca más lesiones
esofágicas y gástricas.
e. Rápida penetración y necrosis por licuefacción.
f. Es frecuente la regurgitación al esófago.
g. Se producen estácelos de las mucosas a los 4 a 7 días y deposición de
colágeno a las 2 a 3 semanas; es frecuente la formación de estenosis.
2 . Ácidos:
a. 5% de los casos.
b. Ácidos sulfúrico, hidroclorhídrico y fosfórico: limpiadores del inodoro,
compuestos anticorrosivos, líquidos de baterías y limpiadores de piscinas.
c. Producen rápidamente coagulación y necrosis; la escara resultante
limita la penetración.
d. El 80% de las quemaduras por ácidos respeta el esófago.
C. Clasificación.
1. Grado 0: mucosa normal.
2. Grado 1: edema, hiperemia de la mucosa y descamación.
3. Grado 2: penetración hasta la muscularis mucosa, friabilidad, ampollas,
ELSEVIER. Fotocopiarsin autorización es un delito.
erosiones y ulceraciones.
4. Grado 3: penetración transmural y necrosis extensa; puede conducir a
mediastinitis o peritonitis.
D. Evaluación.
1. Signos y síntomas agudos:
a. Disfagia.
b. Odinofagia.
c. Dolor epigástrico.
d. Dolor perioral.
e. Sangrado gastrointestinal alto.
f. Estridor.
g- Fiebre.
h. Vómitos.
i. Salivación.
j. Quemaduras en labios y orofaringe.
ERRNVPHGLFRVRUJ
186 V. Ingestión de cáusticos
ERRNVPHGLFRVRUJ
VI. Lecturas recomendadas 187
b. Dilatación:
i. Se recomienda com enzar a las 2 a 3 sem anas de la quemadura
si se desarrolla una estenosis.
ii. La dilatación muy precoz puede producir perforación o acelerar
la fibrosis.
iii. Se deben pasar una guía o una sonda nasogástrica para
mantener la luz para las dilataciones posteriores.
c. Stents:
i. Si se colocan durante la cirugía, se han de retirar a las 3 semanas.
ii. Pueden mostrar cierto beneficio cuando se colocan
endoscópicamente tras la dilatación para mantener la permeabilidad.
G. Complicaciones.
1. Mediastinitis.
ESOFÁGICOS
2. Neumonitis.
3. Edema laríngeo.
4. Perforación.
5. Fístula traqueoesofágica.
6. Estenosis: del 2 0 al 30% .
7. La estenosis antral aparece tan pronto como a la quinta o sexta semana.
TRAUMATISMOS
El tratamiento se realiza mediante vagotomía con gastroenterostomía o
piloroplastia.
8. Carcinoma de esófago:
a. Incremento de 1 .0 0 0 -3 .0 0 0 veces el riesgo de carcinoma epidermoide.
b. No existe evidencia de un incremento de riesgo de carcinoma gástrico.
9. La mortalidad es del 3 al 37% .
Gastroenterol 1 0 (1 9 ):2 8 4 6 -4 9 , 2 0 0 4 .
Moore E, Feliciano D, Mattox K (eds.): Trauma, 5th ed. New York;
McGraw-Hil: 2 0 0 4 .
Naude GP, et al.: Gunshot injuries to the lower oesophagus. Injury
29(2):95 -9 8, 1998.
Ramaswamy K, Gumaste W : Corrosive ingestion in adults. J Clin
Gastroenterol 3 7 (2 ):1 1 9 -2 4 , 2 0 0 3 .
Sm akm an N: Factors affecting outcome in penetrating oesophageal trauma.
B r J Surg 9 1 :1 5 1 3 -1 9 , 2 0 0 4 .
W eim an DS: Noniatrogenlc esophageal trauma. Ann Thorac Surg 5 9 :8 4 5 -
50, 1995.
Westaby S, Adell J (eds.): Cardiothoracic Trauma. London; Arnold
Publishers: 1999.
Zwischenberger JB , Savage C, Bidanl A: Surgical aspects of esophageal
© disease: Perforation and caustic injury. Am J Respir Crit Care Med
16 5(8 ):1 0 3 7 -4 0 , 2 0 0 2 .
ERRNVPHGLFRVRUJ
Traumatismos gástricos
Lance E. Stuke, MD, y Kousta I. Foteh, MD
I. EPIDEMIOLOGÍA
II. ANATOM ÍA
ERRNVPHGLFRVRUJ
IV. Diagnóstico 189
TRAUMATISMOS GÁSTRICOS
A. Traumatismos gástricos penetrantes.
1. En el Parkland Memorial Hospital, a todos los pacientes con heridas
abdom inales por arma de fuego se les realiza una laparotomía.
2. Los pacientes con heridas por arma blanca abdominales se tratan de la
siguiente forma:
a. Los pacientes que se presentan con peritonitis, evisceración o
inestabilidad hemodinámica se llevan Inmediatamente al quirófano
para una laparotomía exploradora sin realizar ningún estudio
diagnóstico adicional.
b. En los pacientes estables, la exploración local de la herida está
indicada en las heridas abdom inales localizadas anteriores a la línea
axilar, y en los que no se puede determinar si se ha producido la
penetración en profundidad, a la fascia. Si la exploración es equívoca
o positiva (p. ej., si se ha identificado la penetración fascial o si no
se ha podido identificar el final del trayecto), se realiza un lavado
peritoneal diagnóstico (LPD) o se traslada directamente al paciente
al quirófano, dependiendo del médico responsable. Si el LPD es
positivo, se efectúa una laparotomía exploradora.
c. Si la exploración de la herida es negativa, se lava concienzudamente
la herida y a continuación se cierra.
ELSEVIER. Fotocopiarsin autorización es un delito.
ERRNVPHGLFRVRUJ
190 VI. Tratamiento
V. LESIONES GÁSTRICAS
VI. TRATAMIENTO
ERRNVPHGLFRVRUJ
V il. Tratamiento postoperatorio 191
TRAUMATISMOS GÁSTRICOS
g. Las lesiones graves (grado V) pueden requerir una gastrectomía
total con una esofagoyeyunostomía en Y de Roux.
h. Cuando junto a la lesión gástrica se produce una lesión
diafragmática, se debe tener cuidado en no contaminar el espacio
pleural con contenido gástrico.
5. Si se sospecha una lesión de la unión gastroesofágica, se debe esperar
la existencia de lesiones de la aorta o del plexo celíaco:
a. Si se identifican estas lesiones, hay que realizar un aislamiento
vascular antes de exponer la unión gastroesofágica.
b. También se ha de considerar si existe una lesión del nervio vago y,
si es preciso, llevar a cabo una piloroplastia.
6. Las lesiones antrales dlstales se reparan con un cierre sim ple en dos
planos. Si la lesión es extensa, está indicada una vagotomía junto con
un procedimiento de Billroth I o II, dependiendo de la viabilidad del
duodeno proximal.
7. Durante el cierre se debe tener cuidado en no ocasionar una estenosis
de la luz del píloro o de la unión gastroesofágica.
8. Durante la cirugía se administran antibióticos, que se deben continuar
durante 2 4 horas.
9. En las lesiones gástricas aisladas es aceptable el cierre primario de la
incisión de laparotomía.
10. Las zonas frecuentes de lesiones gástricas no detectadas que pasan
inadvertidas incluyen la unión gastroesofágica, las curvaturas mayor
ELSEVIER. Fotocopiarsin autorización es un delito.
ERRNVPHGLFRVRUJ
192 IX. Lecturas recomendadas
O'Neill PA, Kirton OC, Dresner LS, et al.: Analysis of 1 62 colon injuries
in patients with penetrating abdominal trauma: Concom itant stomach
injury results in a higher rate of infection. J Trauma-lnjury Infection Crit
Care 20 0 4 ; 5 6 (2 ):3 0 4 -12 ; discussion 3 1 2 -3 .
Salim A, Teixeira PG, Inaba K, et al.: Analysis of 1 7 8 penetrating stomach
and small bowel injuries. World Surg 2 0 0 8 ; 3 2 (3 ):4 7 1 -5.
Watts DD, Fakhry SM. EAST Multi-Institutional Hollow Viscus Injury Research
Group: Incidence of hollow viscus injury in blunt trauma: An analysis from
2 7 5 .5 5 7 trauma admissions from the East multi-institutional trial, erratum
appears in J Trauma, 203; 54(4):749. J Trauma 2003; 54(2):289-94.
ERRNVPHGLFRVRUJ
Traumatismos pancreáticos
y duodenales
Adam W. Beck, MD
I. EPIDEMIOLOGIA
PANCREÁTICOS Y DUODENALES
II. ANATOM IA DEL PANCREAS
A. Mecanismos lesiónales.
1. Aproximadamente dos tercios de todas las lesiones pancreáticas son el
resultado de traumatismos penetrantes.
2. Las lesiones contusas son, generalmente, secundarias a la compresión
del páncreas contra la colum na vertebral.
3. Los siguientes mecanism os de lesión se asocian con los traumatismos
pancreáticos:
a. Golpes directos a la parte superior del abdomen: los Impactos con el
volante son los responsables del 60% de las lesiones pancreáticas
tras colisiones de vehículos a motor.
b. Lesión por el m anillar de la bicicleta.
c. Lesión por el cinturón de seguridad de dos puntos situado demasiado
alto.
B. Lesiones asociadas.
1. La mayor parte de la morbilidad y mortalidad precoz está relacionada
con la exanguinación debida a lesiones vasculares asociadas del hígado
o del bazo.
2. En aproximadamente un 40% de los pacientes con traumatismos
contusos pancreáticos se producen lesiones vasculares mayores.
3. Las lesiones de órganos asociadas más frecuentes son las siguientes:
a. Hígado.
b. Estómago.
c. Arterias y venas principales.
C. Diagnóstico.
1. Traumatismos penetrantes:
a. Si la condición hemodinámica del paciente es estable, se obtiene
una radiografía abdominal preoperatoria que puede proporcionar
información útil para la localización del proyectil.
b. El diagnóstico de lesión pancreática penetrante se realiza en el
momento de la exploración abdominal.
c. Las pistas que sugieren esta lesión potencial incluyen las
siguientes:
i. Hematoma retroperitoneal central.
ii. Hematoma peripancreático o del saco menor o transcavidad de
los epiplones.
iii. Bilis en transcavidad, retroperitoneo o cavidad peritoneal.
ERRNVPHGLFRVRUJ
IV. Lesiones pancreáticas 195
2. Traumatismos cerrados:
a. En los pacientes con claras indicaciones de laparotomía exploradora
(p. ej., peritonitis, ecografía abdominal enfocada a la traumatología
[FAST] positiva con inestabilidad hemodinámica o lavado peritoneal
diagnóstico positivo) no se precisan estudios adicionales.
b. Los signos físicos y síntomas relacionados con la lesión pancreática
incluyen:
i. Dolor epigástrico desproporcionado respecto a los hallazgos en la
exploración física en un paciente confiable.
ii. Contusión o abrasión en el abdomen superior.
iii. Separación de las costillas o los cartílagos costales inferiores.
c. La amilasa sérica, con o sin fraccionamiento, no ha demostrado
ningún beneficio en el diagnóstico.
PANCREÁTICOS Y DUODENALES
d. En las radiografías abdominales, los siguientes hallazgos sugieren
lesión pancreática cuando se encuentran:
I. Aspecto en vidrio deslustrado de la parte medía del abdomen,
indicativo de la presencia de líquido o edema en la transcavldad
de los epíplones.
ii. Aire retroperitoneal.
iii. Obliteración de la sombra del psoas.
e. El lavado peritoneal diagnóstico es habitualmente una mala
modalidad para diagnosticar lesiones retroperitoneales.
3. La ecografía abdominal puede sugerir lesión pancreática cuando se
encuentran los siguientes hallazgos:
a. Líquido libre en el fondo de saco de Morrison.
b. Líquido líbre en el retroperítoneo.
4. La TC abdominal presenta una especificidad y sensibilidad de,
aproximadamente, el 80% para las lesiones pancreáticas. En dichas TRAUMATISMOS
lesiones se pueden ver los siguientes hallazgos:
a. Disrupción del parénquima pancreático.
b. Áreas de dism inución del realce pancreático.
c. Líquido líbre peripancreático.
d. Líquido entre el páncreas y la vena espléníca.
e. Líquido en el trasfondo de la cavidad de los epiplones.
f. Engrasamiento de la fascia renal anterior izquierda (fascia de Gerota).
5. La colangiopancreatografía retrógrada endoscópica (CPRE) se utiliza
en raras ocasiones en el Parkland Memorial Hospital. Se puede realizar
en los pacientes estables y puede ser beneficiosa en las siguientes
situaciones:
a. Cuando la TC ha identificado una lesión pancreática con una
integridad cuestionable de los conductos y el paciente no presenta
otras lesiones que precisen exploración abdominal.
b. Si el paciente se encuentra intraoperatoríamente inestable (hipotenso,
hipodérmlco y con coagulopatía) antes de que se haya completado
una evaluación del sistema ductal, se puede realizar la CPRE
postoperatoriamente, una vez estabilizado el paciente.
D. Evaluación quirúrgica.
1. Se debe exponer completamente la glándula.
2. Las siguientes maniobras pueden facilitar la exposición:
a. La apertura del saco menor expone la superficie anterior del
páncreas.
ERRNVPHGLFRVRUJ
196 IV. Lesiones pancreáticas
ERRNVPHGLFRVRUJ
IV. Lesiones pancreáticas 197
PANCREÁTICOS Y DUODENALES
d. Se debe preservar, al menos, un 20% de tejido pancreático
funcional, si es posible.
e. Hay que proporcionar un adecuado drenaje interno y externo de las
lesiones o resecciones pancreáticas:
i. El drenaje interno se realiza restaurando la anatomía
gastrointestinal y ductal, cuando sea posible.
ii. La mejor forma de proporcionar drenaje externo es mediante un
drenaje de aspiración de sistema cerrado. Si es preciso, también
se puede usar un drenaje colector.
iii.La mayoría de las complicaciones se producen por un fracaso
en la identificación y el control de las lesiones ductales; es
primordial un drenaje adecuado.
2. Lesiones de grados I y II:
a. Constituyen el 80% de todas las lesiones pancreáticas.
b. Únicam ente precisan hemostasia y un adecuado drenaje externo. TRAUMATISMOS
c. Los drenajes se suelen dejar de 7 a 10 días, con los siguientes
criterios para su retirada:
i. El paciente tolera la alimentación oral.
ii. El drenaje produce < 2 0 0 ml/día.
iii. La amilasa del drenado < amilasa sérica.
d. Se debe considerar la yeyunostomía para nutrición en cualquier paciente
con traumatismos múltiples, incluso con lesiones pancreáticas menores.
3. Lesiones de grado III:
ELSEVIER. Fotocopiarsin autorización es un delito.
ERRNVPHGLFRVRUJ
198 IV. Lesiones pancreáticas
4. Lesiones de grados IV y V:
a. Es fundamental la evaluación del conducto pancreático y billar común.
b. El mejor tratamiento de las lesiones proximales de la glándula sin
lesión del conducto es el drenaje externo.
c. Las lesiones proximales de la glándula y el conducto que no afectan
a la ampolla y el duodeno se pueden tratar de la siguiente forma:
i. Pancreatectomía distal cuando se puede conservar
aproximadamente un 20% de la glándula.
ii. Transección del páncreas en la zona de la lesión, ligadura
proximal del conducto y pancreatoyeyunostomía distal en Y de
Roux si existen dudas sobre si la glándula proximal es capaz de
cum plir las funciones exocrinas y endocrinas necesarias (p. ej.,
tamaño de la glándula proximal < 20% ).
G. Complicaciones.
1. En los pacientes con lesiones pancreáticas la lesión del conducto
pancreático es el factor único determinante más importante del pronóstico.
2. El 30% de las muertes en traumatismos esplénicos se produce por
fracaso multiorgánico y sepsis.
3. Fístula:
a. Es la com plicación más frecuente: se produce en el 10 al 35% de las
lesiones pancreáticas importantes.
b. La mayor parte es menor (< 2 0 0 ml/día) y se resuelve
espontáneamente a las 2 a 4 semanas.
c. Las fístulas de alto drenaje (> 7 0 0 ml/día) son raras y pueden
precisar intervención quirúrgica para su resolución.
d. Si la fístula de alto drenaje persiste más de unos pocos días, está
indicada la C P R E para determinar si la causa es una obstrucción del
conducto.
e. La somatoestatina a dosis de 5 0 pig s.c. cada 12 horas presenta
una respuesta variable en la dism inución de la producción del
drenaje de la fístula. Sin embargo, no ha demostrado ser útil para
conseguir el cierre de las fístulas. Únicam ente se debe utilizar una
vez descartadas la obstrucción del conducto y la infección com o otras
posibles causas de persistencia de fístula.
4. Absceso:
a. Se produce en el 10 al 25% de los pacientes con traumatismos
pancreáticos.
b. Es esencial el drenaje precoz, sea quirúrgico o percutáneo.
c. La tasa de mortalidad de estos pacientes se acerca al 25% .
5. Pancreatitis:
a. Se produce en el 8 al 18% de los pacientes tras cirugía pancreática.
b. Se trata mediante descompresión nasogástrica, reposo intestinal
y soporte nutricional.
c. Si existe cualquier duda respecto a la existencia de tejido pancreático
necrótico, puede necesitarse repetir la exploración y el desbridamiento.
d. La presencia de una pancreatitis hemorrágica puede venir indicada
por drenaje sanguinolento o dism inución de la hemoglobina sérica,
así como por los signos de Grey-Turner (equimosis en flanco) o
de Cullen (equimosis perium bilical). El índice de mortalidad de la
pancreatitis hemorrágica se aproxima al 80% .
e. Puede presentarse una hemorragia secundaria que precise una
transfusión:
ERRNVPHGLFRVRUJ
V. Lesiones duodenales 199
PANCREÁTICOS Y DUODENALES
drenaje percutáneo.
e. Si el conducto está lesionado o estenosado, las opciones de
tratamiento incluyen:
i. Reexploración y extirpación parcial del páncreas (preferido).
ii. Drenaje en Y de Roux interno del seudoquiste.
iii. Colocación de un stent transpapilar en el conducto lesionado.
V. LESIONES DUODENALES
A. Mecanismos lesiónales.
1. Aproximadamente el 85% de las lesiones duodenales se produce como
resultado de traumatismos penetrantes, y el 15% por traumatismos
abdom inales cerrados.
2. Las lesiones contusas de duodeno se dan por alguno de los siguientes
TRAUMATISMOS
mecanismos:
a. Se produce una lesión por aplastamiento cuando un traumatismo
directo a la parte superior del abdomen aplasta el duodeno contra la
colum na vertebral.
b. Las lesiones por estallido se dan cuando la presión intraabdomlnal
es mayor que la resistencia de la pared intestinal (p. ej., obstrucción
de un asa de intestino producida por el cinturón de seguridad).
c. Las lesiones por cizallamiento se originan cuando la fuerza de la
desaceleración excede las fuerzas que estabilizan el duodeno a la
ELSEVIER. Fotocopiarsin autorización es un delito.
ERRNVPHGLFRVRUJ
200 V. Lesiones duodenales
ERRNVPHGLFRVRUJ
V. Lesiones duodenales 201
PANCREÁTICOS Y DUODENALES
E. Tratamiento.
1. La duodenorrafia es un tratamiento adecuado en el 7 0 al 85% de todas
las heridas duodenales.
2. Laceraciones de grado I:
a. Cierre primarlo con sutura en un plano para evitar el estrechamiento
de la luz.
b. Se prefiere la sutura monofllamento reabsorbible.
3. Laceración de grado II:
a. Se trata mediante cierre primario tras un desbridamiento m ínim o de
los tejidos desvitalizados.
b. Si se utiliza un cierre en dos planos, el plano interno se sutura con
una sutura reabsorbible continua y la capa externa con una sutura
no reabsorbible con puntos sueltos (nota: es aceptable la sutura en
un plano).
c. Es preferible el cierre transverso de las laceraciones para evitar la TRAUMATISMOS
estenosis de la luz duodenal.
d. Cuando la lesión dicta el cierre longitudinal, el uso de una sutura en
un plano que incorpore serosa, muscularis y submucosa puede prevenir
el estrechamiento. Este cierre en un plano no incluye la mucosa.
4. Hematomas de grado l/ll:
a. Cuando se diagnostican en el preoperatorio y constituyen una lesión
aislada, el tratamiento no es quirúrgico, sino que se emplean las
siguientes medidas: descompresión nasogástrica, nutrición parenteral
ELSEVIER. Fotocopiarsin autorización es un delito.
ERRNVPHGLFRVRUJ
202 V. Lesiones duodenales
ERRNVPHGLFRVRUJ
VI. Lecturas recomendadas 203
F. Tratamiento postoperatorio.
1. Sigue las m ismas normas que el de las lesiones pancreáticas.
2. Antes de reiniciar la alimentación oral hay que estudiar la reparación
duodenal con un estudio gastrointestinal alto.
G. Complicaciones.
1. En los pacientes con lesiones duodenales son frecuentes las
com plicaciones postoperatorias; únicamente un tercio de los pacientes
presenta una recuperación sin incidencias.
2. La fístula duodenal es una de las dos com plicaciones principales
encontradas tras la lesión:
a. Generalmente se presenta después del quinto día postoperatorio,
aunque puede aparecer de forma tan tardía como al noveno día.
b. Los siguientes signos indican la existencia de una fístula:
PANCREÁTICOS Y DUODENALES
i. Drenaje bilioso por la zona de drenaje.
ii. Deterioro del estado del paciente con fiebre, hipotensión y
aumento del dolorimiento abdominal.
c. El diagnóstico se hace con una serie gastrointestinal superior
en los pacientes con un píloro intacto o a través de la sonda de
duodenostomía.
d. El tratamiento es inicialm ente no quirúrgico, si se ha establecido un
drenaje duodenal, con reposo intestinal y una adecuada nutrición.
e. Cuando se precisa una intervención quirúrgica, se pueden emplear
las siguientes técnicas:
i. Exclusión duodenal.
ii. Drenaje en Y de Roux.
iii. Diverticularización duodenal.
3. La obstrucción duodenal es la otra com plicación mayor que se puede
encontrar tras la lesión duodenal: TRAUMATISMOS
a. La obstrucción parcial precisa tratamiento no quirúrgico durante, al
menos, 3 a 4 semanas.
b. Obstrucción completa:
i. Inicialmente, tratamiento no quirúrgico.
ii. Si no se observa mejoría en 1 semana, se debe considerar la cirugía.
iii. Se utiliza con mayor frecuencia la gastroyeyunostomía.
4. La tasa de mortalidad global de las lesiones duodenales es de alrededor
del 20%:
ELSEVIER. Fotocopiarsin autorización es un delito.
ERRNVPHGLFRVRUJ
Traumatismos del intestino
delgado
Barbra S. Miller, MD
I. EPIDEMIOLOGÍA
A. Las lesiones contusas del intestino delgado son poco frecuentes (1,2%
de las adm isiones por traumatismos contusos); se observa perforación
en el 0,3% . El intestino es el tercer órgano en frecuencia que se lesiona
en los traumatismos contusos (la viscera hueca que más se lesiona).
B. En las heridas por bala, la incidencia de lesión del intestino delgado
supera el 80% (lo que hace obligatoria la laparotomía exploradora),
mientras que en las lesiones por arma blanca es aproximadamente
del 30% (lo que implica una aproximación más selectiva).
C. En conjunto, el estómago y el intestino delgado representan los órganos
que se lesionan más a menudo en los traumatismos penetrantes.
II. ANATOM ÍA
ERRNVPHGLFRVRUJ
IV. Diagnóstico 205
DELGADO
con la oclusión de esos segmentos de intestino proximal y distal, creando
un asa de intestino seudocerrado.
3. Lesiones por aplastamiento: una fuerza brusca en el abdomen puede
aplastar el intestino entre un objeto firme, como la colum na lumbosacra.
4. Síndrome del cinturón de seguridad:
DEL INTESTINO
a. Se caracteriza por lesiones del intestino delgado.
b. Puede producir fracturas lumbares de tipo espontáneo (fracturas de
orientación transversa a través de las vértebras).
c. Se pueden originar ocasionalmente lesiones gástricas o del colon.
d. La presencia de equim osis en la pared abdominal anterior en la zona
del cinturón de seguridad se conoce como «signo del cinturón de
seguridad».
A. Traumatismos penetrantes.
1. A todos los pacientes con heridas por bala en el abdomen se les debe
realizar una laparotomía exploradora una vez completada la valoración
mediante soporte vital avanzado en traumatología (ATLS) y obtenidas
radiografías de tórax y abdomen (para valorar la presencia de hemo o
neumotorax y potencialmente localizar los proyectiles). Para realizar
las radiografías se colocan marcadores radiológicos en las zonas de las
ELSEVIER. Fotocopiarsin autorización es un delito.
heridas penetrantes.
2. En los pacientes asintomáticos y hemodinámicamente sanos con heridas
por arma blanca abdominales anteriores se hace una exploración local.
Si es positiva (penetración de la fascia abdominal posterior) o dudosa
(por la Imposibilidad de visualizar la fascia posterior), indica la realización
de un lavado peritoneal diagnóstico (LPD). Si los criterios de LPD son
positivos, se realiza una laparotomía exploradora.
3. La laparotomía exploradora está indicada, sin necesidad de estudios
diagnósticos adicionales, en los pacientes con evisceración, peritonitis
o inestabilidad hemodinámica.
B. Traumatismos contusos.
1. Resulta difícil la evaluación de las lesiones contusas del intestino delgado.
2. En el paciente inestable se utiliza la ecografía abdominal enfocada
a la traumatología (FAST) para identificar líquido (p. ej., sangre) en la
cavidad peritoneal.
ERRNVPHGLFRVRUJ
206 V. Principios del tratam iento
ERRNVPHGLFRVRUJ
V. Principios del tratamiento 207
TA B LA 2 6 -1
CLASIFICACION DE LA GRAVEDAD DE LAS LESIONES DEL INTESTINO DELGADO
DE LA AAST
Grado* Tipo de lesión Descripción de la lesión ICD-9 AIS-90
1 Hematoma Contusión o hematoma sin 863,20 2
desvascularización
Laceración Espesor parcial, sin perforación 863,20 2
II Laceración Laceración < 50 % de su 863,30 3
circunferencia
III Laceración Laceración >50% de su 863,30 3
circunferencia sin transacción
IV Laceración Transección del intestino delgado 863,30 4
V Laceración Transección del intestino delgado 863,30 4
con pérdida segmentaria de tejidos
DELGADO
Vascular Desvascularización de un segmento 863,30 4
'En lesiones múltiples hay que avanzar un grado, hasta el grado III.
DEL INTESTINO
F. Se extrae el intestino del abdomen hacia el lado derecho y se explora
meticulosamente en su totalidad.
G. No se debe realizar la reparación de las lesiones hasta que se haya
examinado completamente todo el intestino delgado y todo el intestino
grueso. Las lesiones que se encuentren pueden precisar su resección si
hay otras lesiones en estrecha proximidad o afecta a la vascularización
de ese fragmento de intestino.
TRAUMATISMOS
H. Hay que controlar un sangrado mesentérico activo mediante una
cuidadosa ligadura con sutura. Los hematomas de la raíz del mesenterio
se deben examinar meticulosamente por la preocupación de que se
comprometa el flujo sanguíneo de una importante parte del intestino. Los
hematomas pequeños que no están en expansión se han de reevaluar a
intervalos frecuentes para comprobar que son estables. Los hematomas del
mesenterio adyacentes a las asas intestinales se deben abrir con cuidado,
valorando la cara mesentérica del intestino en busca de una posible lesión.
I. Se puede resecar casi todo el intestino delgado, conservando 50cm,
sin que se comprometa totalmente la función intestinal. Es más
importante conservar el íleon distal que el yeyuno.
ELSEVIER. Fotocopiarsin autorización es un delito.
ERRNVPHGLFRVRUJ
208 VIII. Consejos útiles y errores com unes
V II. COMPLICACIONES
ERRNVPHGLFRVRUJ
IX. Lecturas recomendadas 209
DELGADO
increased incidence of abdominal injury. Ann Surg 1997; 10:885.
Cunningham MA, et al.: Does free fluid on abdominal computed
tomographic scan after blunt trauma require laparotomy? J Trauma
1998; 4 4 :5 9 9 -6 0 3 .
Dlebel LN: Stomach and small bowel. En: Mattox KL, Feliciano DV (eds.):
DEL INTESTINO
Trauma. Appleton & Lange: East Norwalk, CT; 199 6 . p. 6 8 7 -7 0 6 .
Fakhry SM , et al.: Current diagnostic approaches lack sensitivity In the
diagnosis of perforated blunt small bowel injury: Analysis from 2 7 5 .5 5 7
trauma adm issions from the EAST Multi-Institutional HVI Trial. J Trauma
2003; 5 4 :2 9 5 -3 0 6 .
Fakhry SM , et al.: Relatively short diagnostic delays (< 8 hours) produce
TRAUMATISMOS
morbidity and mortality in blunt small bowel injury (SBI): An analysis
of time to operative Intervention In 1 98 patients from a multi-center
experience. J Trauma 2 0 0 0 ; 4 8 :4 0 8 -1 5 .
Hackam DJ, et al.: Effects of other intra-abdominal injuries on the
diagnosis, management, and outcome of small bowel trauma. J Trauma
2000; 4 9 :6 0 6 -1 0 .
Killeen KL, et al.: Helical computed tomography of bowel and mesenteric
injuries. J Trauma 2 0 01; 5 1 :2 6 -3 6 .
Ledgerwood AM: Sm all Intestine. En: Thai ER, Weigelt JA, Carrico CJ (eds.):
Operative Trauma Management: An Atlas, 2 nd ed. McGraw-Hill: New
York; 2 0 0 2 . p. 1 8 4 -2 0 1 .
Malhotra AK, et al.: Blunt bowel and mesenteric injuries: The role of
ELSEVIER. Fotocopiarsin autorización es un delito.
ERRNVPHGLFRVRUJ
Traumatismos del hígado
y de las vías biliares
David Curtís, MD
I. INFORMACIÓN GENERAL
II. ANATOM ÍA
ERRNVPHGLFRVRUJ
IV. Tratamiento inicial
ERRNVPHGLFRVRUJ
212 V. Diagnóstico y valoración
TABLA 27-1
SISTEMA DE CLASIFICACIÓN DE LAS LESIONES HEPÁTICAS DE LA AMERICAN
ASSOCIATION FOR THE SURGERY OF TRAUM A
Grado*__________________ Descripción
1 Hematoma Subcapsular, < 10 % de área de la superficie
Laceración Rotura capsular, < lc m de profundidad en el parénquima
II Hematoma Subcapsular, 10-50% de área de la superficie
Intraparenqu imatoso, <10cm de diámetro
Laceración Rotura capsular, 1-3cm de profundidad en el
parénquima, <10cm de longitud
III Hematoma Subcapsular, > 50 % de área de superficie o rotura
subcapsular o hematoma parenquimatoso
Hematoma intraparenquimatoso >10cm o expansivo
Laceración >3 cm de profundidad en el parénquima
IV Laceración Disrupción del parénquima que afecta al 25-75% de un
lóbulo hepático o 1-3 segmentos de Couinaud
V Laceración Disrupción del parénquima que afecta a > 75 % de un
lóbulo hepático o >3 segmentos de Couinaud en un
único lóbulo
Vascular Lesiones venosas yuxtahepáticas; p. ej., vena cava
retrohepática o central, venas hepáticas principales
VI Vascular Avulsión hepática
*En lesiones múltiples hay que avanzar un grado, hasta el grado III.
E. Tras marcar las heridas de entrada y salida, puede ser útil realizar una
radiografía exploradora para localizar la presencia del proyectil.
F. La exploración ecográfica FAST se puede utilizar como adjunta a la
exploración física para dirigir los estudios y el tratamiento. También
resultan útiles en casos de traumatismos directos las imágenes
epicárdica y torácica para ayudar a enfocar el tratamiento.
V. DIAGNÓSTICO Y VALORACIÓN
ERRNVPHGLFRVRUJ
V. Diagnóstico y valoración 213
ERRNVPHGLFRVRUJ
214 VII. Tratamiento quirúrgico
ERRNVPHGLFRVRUJ
V il. Tratamiento quirúrgico 215
ERRNVPHGLFRVRUJ
216 VII. Tratamiento quirúrgico
ERRNVPHGLFRVRUJ
V il. Tratamiento quirúrgico 217
Omento pedicuiado en la arteria gastroepiploica derecha tras taponamiento de DEL HÍGADO Y DE LAS VÍAS BILIARES
una hepatotomía. (De Pachter HL, Liang HG, Hofstetter SR: Liver and biliary tract
trauma. En Moore EE, Mattox KL, Feliciano DV [eds.]: Trauma, 2.a ed. East Norwalk,
TRAUMATISMOS
ERRNVPHGLFRVRUJ
218 VII. Tratamiento quirúrgico
ERRNVPHGLFRVRUJ
Vil. Tratamiento quirúrgico
Taponamiento interno de una lesión hepática penetrante con una sonda de goma roja DEL HÍGADO Y DE LAS VÍAS BILIARES
y un drenaje de Penrose. (De Morimoto RY, Birolini D, Junqueira AR Jr, et al.: Balloon
TRAUMATISMOS
tamponade for transfixing lesions of the liver. Surg Gynecol Obstet, 164:87-88, 1987.)
ERRNVPHGLFRVRUJ
220 VII. Tratamiento quirúrgico
FIGURA 27-4
Derivación atriocaval utilizando un tubo torácico de 36 Fr. (De Pachter HL, Liang
HG, Hofstetter SR: Liver and biliary trauma. En Moore EE, Mattox KL, Feliciano DV
[eds.]: Trauma, 2.a ed. East Norwalk, CT, Appleton & Lange, 1991, pág. 450.)
ERRNVPHGLFRVRUJ
IX. Lesiones de la vesícula biliar 221
V III. COMPLICACIONES
ERRNVPHGLFRVRUJ
222 X. Lesión del conducto biliar extrahepático
TABLA 27-2
SISTEMA DE CLASIFICACIÓN DE LA AMERICAN ASSOCIATION
FOR THE SURGERY OF TRAUM A__________________________________________
CLASIFICACIÓN DE LESIONES DEL ÁRBOL BILIAR EXTRAHEPÁTICO__________
Grado*______ Descripción__________________________________________________
I Contusión/hematoma de la vesícula biliar
Contusión/hematoma de la tríada portal
II Avulsión parcial de la vesícula biliar del lecho hepático; conducto
cístico intacto
Laceración o perforación de la vesícula biliar
III Avulsión completa de la vesícula biliar del lecho hepático
Laceración del conducto cístico
IV Laceración parcial o completa del conducto hepático derecho
Laceración parcial o completa del conducto hepático izquierdo
Laceración parcial del conducto hepático común (<5 0% )
Laceración parcial del conducto biliar común (<5 0% )
V Transección > 50 % del conducto hepático común
Transección > 50 % del conducto biliar común
Lesiones combinadas de los conductos hepáticos derecho e izquierdo
Lesiones de los conductos biliares intraduodenales o intrahepáticos
*En lesiones múltiples hay que avanzar un grado, hasta el grado III.
ERRNVPHGLFRVRUJ
XIII. Lecturas recomendadas 223
A. Las lesiones del hilio hepático (porta hepatis) son raras y están
B IL IA R E S
asociadas habitualmente con lesiones intraabdominales múltiples.
Presentan una alta mortalidad (50% ) y morbilidad (un 80% precisa
reintervención).
B. La vena porta es la estructura del hilio hepático que se lesiona con
Y DE LAS VÍAS
mayor frecuencia, seguida por los conductos biliares y, por último, de
la arteria hepática. Las lesiones com binadas son casi universalmente
fatales.
C. Cuando se ha lesionado la arteria hepática (y no la vena porta) la
solución más rápida es ligarla.
D. Si también se ha lesionado la vena porta, se deben reparar la vena, la
DEL HÍGADO
arteria o ambas. Las lesiones de la vena porta se deben reparar mediante
una venorrafia lateral, siempre que sea posible; sin embargo, cuando no
es posible, el tratamiento consiste en la ligadura de la vena. Esto produce
un secuestro de sangre en el territorio esplácnico, con lo que se debe
monitorizar estrechamente el estado de volumen de los pacientes.
TRAUMATISMOS
ERRNVPHGLFRVRUJ
224 XIII. Lecturas recomendadas
ERRNVPHGLFRVRUJ
Traumatismos esplénicos
Scott Brakenridge, MD, y Christopher Bell, MD
I. HISTORIA
ESPLÉNICOS
D. 1 9 0 0 -1 9 5 0 : la esplenectomía total por lesión traumática es el
tratamiento estándar. La mortalidad quirúrgica com unicada oscila entre
el 3 0 y el 40% . La mortalidad del tratamiento conservador es tan alta
com o del 90% . (Nota: esto era anterior a la detección de lesiones
esplénicas clínicam ente ocultas pero radiográficamente detectables.)
E. Década de 1950: prim eras com unicaciones sobre la susceptibilidad a
TRAUMATISMOS
infecciones fulm inantes en la población pediátrica.
F. Décadas de 1 9 7 0 -1 9 9 0 : comienzan a aparecer estudios sobre infecciones
postesplenectomía fulminantes en la población adulta traumática.
G. 20 0 5 : reparaciones de salvamiento esplénico utilizando em bolización
mediante arteriografía.
FIGURA 28-1
Localización del bazo y sus estructuras relacionadas. (De Thai ER, Weigelt JA,
Carrico CJ. En Thai ER, Weigelt JA, Carrico CJ [eds.]: Operative Trauma
Management, 2.a ed. Nueva York, McGraw-Hill, 2002.)
ERRNVPHGLFRVRUJ
IV. Diagnóstico 227
ESPLÉNICOS
EPIDEMIOLOGIA
TRAUMATISMOS
deportes de contacto. Las fuerzas de deceleración producen avulsiones
de ligamentos o de la cápsula y fracturas del órgano. También pueden
originar lesiones esplénicas punzantes por costillas fracturadas.
B. Traumatismos penetrantes: las fracturas esplénicas, laceraciones y
lesiones hiliares pueden estar producidas por lesiones penetrantes en
el cuadrante superior izquierdo del abdomen; entre ellas se incluyen
lesiones producidas por armas de fuego, armas blancas y metralla.
C. Intraoperatorias/iatrogénicas: una tracción excesiva durante la
m ovilización del bazo, estómago o colon puede producir una lesión
por avulsión vascular, y también una rotura capsular de un bazo
previamente lesionado.
IV. DIAGNOSTICO
A. Manifestaciones clínicas.
1. La historia de la lesión puede incluir un traumatismo en el abdomen
ELSEVIER. Fotocopiarsin autorización es un delito.
ERRNVPHGLFRVRUJ
228 V. Sistem a de clasificación de la gravedad de las lesiones
ERRNVPHGLFRVRUJ
VI. Posibilidades de tratamiento
TABLA 28-1
SISTEMA DE CLASIFICACIÓN DE LA GRAVEDAD DE LAS LESIONES ESPLÉNICAS
DE LA AMERICAN ASSOCIATION FOR TH E SURGERY OF TRAUMA
Grado Lesión______ Descripción
1 Hematoma Subcapsular, <10% de área de superficie
Laceración Rotura capsular, < lc m de profundidad en el parénquima
II Hematoma Subcapsular, del 10 al 50% de área de superficie; hematoma
intraparenquimatoso < 5 cm de diámetro
Laceración Profundidad en el parénquima de 1-3cm, no afecta a un vaso
trabecular
III Hematoma Subcapsular, >50% área de superficie o expansivo; hematoma
subcapsular roto; hematoma intraparenquimatoso > 5 cm o
expansivo
Laceración > 3 cm de profundidad o que afecta a vasos trabeculares
E S P L É N IC O S
IV Laceración Laceración que afecta a vasos segmentarios o hiliares que
producen una desvascularización importante (>25% del bazo)
V Laceración Bazo completamente deshecho
Vascular Lesión vascular hiliar con desvascularización del bazo
TRAUMATISMOS
3. Existe una correlación entre el grado de lesión esplénica establecido
mediante los hallazgos en la TC y la frecuencia con la que se precisa
una Intervención quirúrgica. Sin embargo, esta clasificación en grados
tiende a subestimar el grado de lesión esplénica en comparación con la
que se encuentra durante la intervención quirúrgica.
B. La clasificación en grados de las lesiones esplénicas resulta útil en la
estandarización de las descripciones de las lesiones esplénicas y puede
ayudar a guiar el tratamiento. Sin embargo, la decisión de realizar un
tratamiento quirúrgico frente al conservador debe determinarse en
última instancia por el estado clínico del paciente.
quirúrgico inmediato.
1. La laparotomía comienza con una incisión en la línea media desde
el xifoides hasta la región infraumblllcal que permite una exposición
adecuada del bazo y de otros órganos ¡ntraabdominales. Se retrae con
cuidado el bazo con la mano no dom inante mientras se seccionan las
inserciones ligamentosas. El ayudante proporciona contratracción de
la pared abdominal izquierda mientras se crea un plano por detrás del
bazo y la cola del páncreas y enfrente de la fascia de Gerota (fig. 28-2).
2. Una vez m ovilizados hacia medial el bazo y la cola del páncreas, se
obtiene el control vascular. Para ello, hay que com prim ir los vasos entre
el pulgar y el índice de la mano no dominante. A continuación se suele
realizar la ligadura de los vasos esplénicos de forma sucesiva desde un
abordaje posterior.
3. La esplenectomía está indicada cuando existen pérdida sanguínea
significativa (>1.000 mi), lesiones asociadas importantes, afectación
del hilio, coagulopatía o disrupción esplénica masiva.
ERRNVPHGLFRVRUJ
230 VI. Posibilidades de tratam iento
FIGURA 28-2
Movilización del bazo mediante la incisión de sus ligamentos de inserción. (De
Moore FA, Moore EE, Abernathy CM: Injury to the spleen. En Moore EE, Mattox KL,
Feliciano DV [eds.]: Trauma, 2.a ed. East Norwalk, CT, Appleton & Lange, 1991.)
TA B LA 2 8 - 2
FACTORES QUE CONTRIBUYEN A LA ELECCIÓN DEL TRATAMIENTO
QUIRÚRGICO________________________________________________________
In dicacione s de sa lva m e n to q u irú rg ic o del bazo In d ica cio n e s de esp le nectom ía
Pérdida sanguínea <500m l Pérdida sanguínea >1.000ml
Lesiones asociadas mínimas Lesiones asociadas significativas
Ausencia de afectación hiliar Afectación del hilio
Grado de lesión esplénica mínima o moderada Disrupción esplénica masiva
Ausencia de coagulopatía Coagulopatía
ERRNVPHGLFRVRUJ
VI. Posibilidades de tratamiento 231
E S P L É N IC O S
TRAUMATISMOS
FIGURA 28-3
Esplenorrafia con malla. Cuando se ha perdido la cápsula, se puede recubrir el bazo
con una malla de ácido poliglicólico trenzado. (De Moore FA, Mattox EE, Feliciano DV
[eds.]: Trauma, 2.a ed. East Norwalk, CT, Appleton & Lange, 1991.)
ERRNVPHGLFRVRUJ
232 VII. Com plicaciones postoperatorias
FIGURA 28-4
La malla se sutura a lo largo de la cara anterior del bazo. (De Moore FA, Mattox EE,
Feliciano DV [eds.]: Trauma, 2.a ed. East Norwalk, CT, Appleton & Lange, 1991.)
ERRNVPHGLFRVRUJ
VIII. Infección fulm inante postesplenectom ía (IFPE)
ESPLÉNICOS
les debe adm inistrar aspirina.
TRAUMATISMOS
esplenectomía por patología hematológica o neoplásica que tras la
esplenectom ía por traumatismo. Aunque el inicio puede ser en cualquier
momento, del 5 0 al 70% de las IFPE se produce en un período de
menos de 2 años tras la esplenectomía.
B. El síndrome consiste en el rápido desarrollo de una grave sepsis con
hipotensión, coagulación intravascular diseminada, insuficiencia
respiratoria y coma a las pocas horas de la presentación. A menudo
viene precedida por 1 a 2 días de una fase de pródromos con fiebre,
escalofríos y otros síntom as de infección no específicos. La neumonía y
meningitis son las más frecuentes, aunque en > 50% de los pacientes
no se encuentra un foco identificable de Infección.
C. La mortalidad es del 50 al 70% en los pacientes que se presentan
con una IFPE plenamente florida, incluso con tratamiento agresivo con
antibióticos y cuidados en la UCI; más del 50% de los pacientes fallece
en las prim eras 4 8 horas. La morbilidad entre los supervivientes es muy
importante, e incluye estancias hospitalarias prolongadas, gangrenas o
amputaciones, sordera y endocarditis.
ELSEVIER. Fotocopiarsin autorización es un delito.
ERRNVPHGLFRVRUJ
234 IX. Lecturas recomendadas
ERRNVPHGLFRVRUJ
Traumatismos del colon
y el recto
Josh Roller, MD
I. INTRODUCCIÓN
Y EL RECTO
lugar, únicamente por detrás de las lesiones por bala del intestino
delgado. Las lesiones abdom inales por arma blanca ocupan el tercer
lugar, después de las lesiones del intestino delgado y del hígado.
D. En los traumatismos abdom inales cerrados con frecuencia coexisten con
las lesiones del colon otras lesiones intra y extraabdominales.
DEL COLON
1. Las lesiones intraabdominales asociadas más frecuentes son:
a. Hígado (del 3 7 al 64%).
b. Bazo (del 5 0 al 55%).
c. Mesenterio (del 13 al 50%).
2. Las lesiones extraabdominales asociadas más a menudo son:
TRAUMATISMOS
a. Esqueléticas (53%).
b. Faciales (33%).
c. Neurológicas (32%).
d. Torácicas (10%).
E. Las lesiones graves se producen más en el colon sigmoideo, colon derecho
y ciego, por rotura franca o desvitalización por compromiso vascular.
F. Las lesiones por aplastamiento se asocian a las fracturas de la pelvis.
G. El retraso en el diagnóstico puede ser secundario a una perforación de
hematomas del colon días o semanas tras la lesión inicial. También se puede
producir una rotura amplia en el mesenterio con la consiguiente necrosis del
intestino y perforación horas e incluso días después de la lesión Inicial. Los
pacientes presentan claros signos de peritonitis, acidosis y sepsis.
H. Las lesiones del recto representan únicamente del 3 al 5% del total de las
lesiones del colon, pero se consideran las más graves de todas las lesiones
intestinales debido a la localización extraperitoneal y a la rápida propagación
de la infección perirrectal a través del retroperitoneo pélvico y del abdomen.
I. Clasificación de las lesiones del colon de la AAST (American Association
for Surgery of Trauma) (v. tabla 29-1).
TABLA 29-1
CLASIFICACION DE LAS LESIONES DEL COLON DE LA AAST
Grado_________ Tipo de lesión______ Descripción de la lesión
1 Hematoma Contusión o hematoma sin desvascularización
Laceración De espesor parcial, sin perforación
II Laceración < 50 % de la circunferencia
III Laceración > 50 % de la circunferencia
IV Laceración Transección del colon
V Laceración Transección del colon con pérdida segmentaria
de tejidos
ERRNVPHGLFRVRUJ
III. Evaluación y diagnóstico 237
TRAUMATISMOS
13. El diagnóstico de las lesiones rectales extraperitoneales mediante
proctoscopia resulta útil a la hora de la toma de decisiones
intraoperatorias (uso de colostomía de derivación y drenajes
retrorrectales cuando se aprecia una lesión por debajo de la reflexión
peritoneal). En las mujeres ha de realizarse una exploración vaginal
para descartar lesiones concomitantes del sistema urogenital.
B. Traumatismos colorrectales cerrados.
1. AB C de la reanimación.
2. Si la exploración física muestra un sangrado Intraperitoneal y/o Irritación
peritoneal, se debe realizar una laparotomía exploradora. En menos del
30% de los pacientes hay signos clínicos de lesión intestinal (peritonitis)
y, por tanto, se ha de mantener un alto índice de sospecha para
ELSEVIER. Fotocopiarsin autorización es un delito.
ERRNVPHGLFRVRUJ
238 V. Tratamiento quirúrgico: lesiones del colon
ERRNVPHGLFRVRUJ
V. Tratamiento quirúrgico: lesiones del colon 239
Y EL RECTO
de desbridamiento (CLC de I a III), mientras que la lesión destructiva
precisa una resección segmentaria (CLC IV y V).
2. Todas las zonas del colon son susceptibles de reparación primaria.
3. Las opciones de tratamiento incluyen la reparación primaria, resección
primaria y anastomosis, y la reparación o resección con construcción de
una colostomía.
DEL COLON
4. Los factores de riesgo de aumento de morbilidad y mortalidad incluyen
hipotensión persistente, retraso en el diagnóstico de más de 12 horas,
contaminación fecal mayor (derrame franco en más de un cuadrante
del abdomen, índice de traumatismo penetrante abdominal [ITPA] e ISS
> 2 5 ) y transfusión sanguínea de más de 6 U.
TRAUMATISMOS
5. Lesiones no destructivas del colon: en los pacientes con una CLC de
I a III se puede realizar la reparación primaria de forma segura:
a. Tras el adecuado desbridamiento del tejido desvitalizado, se realiza
un cierre sim ple para garantizar una buena vascularización de la
reparación libre de tensión.
b. Se puede utilizar una técnica de cierre en uno o dos planos. Para
la capa interna se usa una sutura reabsorbible (simple, continua o
continua autobloqueante) y suturas permanentes de Lembert con
seda para la capa externa.
6. Lesiones destructivas del colon: aunque existe un am plio debate sin
un claro consenso, a los pacientes con lesiones del colon destructivas
tradlcionalmente se les puede realizar una resección y anastomosis de
ELSEVIER. Fotocopiarsin autorización es un delito.
ERRNVPHGLFRVRUJ
240 VII. Cuerpos extraños rectales
ERRNVPHGLFRVRUJ
IX. Com plicaciones de las lesiones colorrectales 241
TRAUMATISMOS
en la zona de la reparación. En todos los pacientes hay que realizar una
preparación intestinal antes del cierre de la colostomía, y se les deben
administrar antibióticos sistém icos en el perioperatorio.
E. En algunos casos cuidadosamente seleccionados, cuando se ha
exteriorizado la lesión en forma de colostomía, se puede realizar un
cierre precoz de la colostomía con buenos resultados en pacientes que
se recuperan satisfactoriamente con heridas cicatrizando y sin evidencia
de sepsis.
ERRNVPHGLFRVRUJ
242 X. Lecturas recomendadas
X. LECTURAS RECOMENDADAS
ERRNVPHGLFRVRUJ
Traumatismos renales
Lance Walsh, MD, PhD
I. EPIDEMIOLOGÍA
RENALES
frecuencia del bazo, hígado, tórax, colon e intestino delgado). Las
lesiones renales por heridas por arma blanca y por bala se asocian
a otras lesiones Intraabdominales en un 3 0 -7 0 % y 77-1 0 0 % ,
respectivamente.
TRAUMATISMOS
A. El riñón se encuentra en el retroperitoneo rodeado por la grasa
perlrrenal, la fascia de Gerota y el grupo principal de músculos:
posteriormente, el psoas y el cuadrado lumbar; lateralmente, el dorsal
ancho y el serrato posterior, y por arriba, el diafragma.
B. El riñón derecho se encuentra posterior al hígado, con el colon situado
anterior y el duodeno anteromedial.
C. El riñón izquierdo está lateral al estómago, inferior al bazo y posterolateral
al yeyuno y páncreas. El colon cruza anterior a ambos riñones.
D. La cola del páncreas se halla a menudo en la zona hlllar del riñón.
E. Los siguientes son los cinco compartimentos del retroperitoneo en el
área del riñón:
1. Espacio perirrenal anterior, entre el peritoneo posteriory la fascia de
Gerota.
2. Espacio perirrenal posterior, entre la fascia de Gerota y la fascia
transversalis posteriormente.
3. Espacio central, que contiene la aorta, la vena cava y sus ramas.
4. Espacio perinéfrico.
5. Espacio subcapsular.
A. Traumatismos penetrantes.
1. Las heridas por arma blanca y por bala tienden a ser menos predecibles
y más graves que los traumatismos cerrados.
2. Las heridas abdom inales anteriores por arma blanca presentan mayor
probabilidad de producir lesiones de estructuras renales vitales, tales
como pelvis, hlllo y pedículo renal. Las heridas en el flanco posteriores
a la línea axilar anterior presentan mayor probabilidad de lesionar
estructuras renales periféricas no vitales, como el parénquima.
IV. CLASIFICACIÓN
V. VALORACIÓN INICIAL
TA B LA 3 0 - 1
CLASIFICACION DE LAS LESIONES RENALES DE LA AMERICAN ASSOCIATION
FOR THE SURGERY OF TRAUMA
Grado Tipo__________ Descripción
1 Contusión Hematuria microscópica o macroscópica; estudios
urológicos normales
Hematoma Subcapsular, no expansivo, sin laceración del parénquima
II Hematoma Hematoma perirrenal no expansivo confinado al
retroperitoneo renal
Laceración < lc m de profundidad del parénquima de la corteza renal
sin rotura del sistema colector ni extravasación de orina
III Laceración > lc m de profundidad del parénquima de la corteza renal
sin rotura del sistema colector ni extravasación de orina
IV Laceración Laceración del parénquima que se extiende a través de la
cortical renal, la médula renal y el sistema colector
Vascular Lesión de una arteria o vena renal principales con
hemorragia contenida
V Laceración Riñón completamente estallado
Vascular Avulsión del hilio renal que desvasculariza el riñón
ERRNVPHGLFRVRUJ
VI. Tratamiento 245
RENALES
hematíes por campo de alto aumento) asociada a hipotensión
(presión arterial sistólica < 9 0 m m H g ), que indica la necesidad de
realizar técnicas de imagen del tracto genitourinario.
b. El grado de hematuria no está correlacionado con la gravedad de la
lesión renal.
TRAUMATISMOS
2. El hematocrito es útil a la hora de seleccionar un tratamiento quirúrgico
frente al tratamiento no quirúrgico en los traumatismos renales.
3. Cuando la creatinina está elevada, puede sugerir la presencia de una
enfermedad renal preexistente, lo que puede cambiar el planteamiento de
la exploración radiográfica y la aproximación del tratamiento quirúrgico.
D. Evaluación radiográfica de las lesiones renales (v. Urorradiología en el
cap. 31). Las indicaciones de las técnicas de imagen genitourinaria son
las siguientes:
1. Lesiones penetrantes asociadas con cualquier grado de hematuria o si el
trayecto de la herida indica una posible afectación genitourinaria.
2. Traumatismos contusos asociados con:
a. Hematuria franca.
b. Hematuria microscópica asociada a hipotensión o antecedentes de
hipotensión (presión arterial sistólica < 9 0 m m H g ).
c. Lesiones cerca de las estructuras urogenitales (fracturas de parte
inferior de la columna vertebral, costillas, apófisis transversas y pelvis).
3. Lesiones por deceleración importantes (p. ej., caída desde altura).
4. Todos los pacientes pediátricos con cualquier grado de hematuria.
VI. TRATAMIENTO
ERRNVPHGLFRVRUJ
246 VI. Tratamiento
ERRNVPHGLFRVRUJ
VI. Tratamiento 247
2. Tejido no viable:
a. El tratamiento expectante de un parénquima significativamente
desvitalizado puede llevar a com plicaciones a corto plazo tales como
formación de abscesos, hemorragia diferida y morbilidad a largo
plazo (p. ej., hipertensión arterial).
b. En las lesiones de grados 3 y 4 con fragmentos desvitallzados
y lesiones concomitantes de órganos intraperitoneales, se ha de
realizar una reparación quirúrgica inmediata. Existe un incremento
de dos veces la incidencia de com plicaciones urológicas cuando hay
fragmentos desvitalizados junto a otras lesiones intraabdominales.
c. La exploración renal precoz puede ser beneficiosa en los pacientes
con fragmentos grandes no viables y extravasación de orina o
hemorragia retroperitoneal, incluso sin lesión intraparenquimatosa.
RENALES
3. Estadificación incompleta:
a. Si la lesión renal no se ha clasificado de forma precisa en el preoperatorio,
se debe realizar un pielograma intravenoso de disparo único. Cualquier
alteración que se observe puede precisar exploración quirúrgica.
4. Lesión vascular:
TRAUMATISMOS
a. Las lesiones renovasculares requieren la reparación quirúrgica
inmediata. Las excepciones incluyen trombosis de la arteria renal
con retraso en el diagnóstico, trombosis segmentarias arteriales y
laceraciones arteriales segmentarlas.
b. La reparación quirúrgica de la arteria renal principal se debe realizar
dentro de las prim eras 6 horas desde la lesión.
c. La conservación de una función renal significativa se ha conseguido
únicamente en el 15 al 30% de las revascularizaciones a pesar de
un diagnóstico precoz y de la reparación de la trombosis arterial. Si se
diagnostica más tardíamente, suele precisarse la nefrectomía, aunque
no se requiere que la exéresis se haga como un procedimiento de
urgencia, ya que habitualmente se seguiría por atrofia e hipertensión.
Cuando el diagnóstico de trombosis de la arteria renal principal
se realiza de forma diferida, se debe efectuar la nefrectomía en el
momento de la laparotomía exploradora por lesiones asociadas.
d. En los casos de trombosis aislada de la arteria renal sin necesidad
de exploración se puede realizar el tratamiento de forma segura
mediante observación.
ELSEVIER. Fotocopiarsin autorización es un delito.
ERRNVPHGLFRVRUJ
248 VII. Tratamiento postoperatorio
ERRNVPHGLFRVRUJ
VIII. Lecturas Recom endadas
RENALES
hipertensión puede precisar una nefrectomía cuando es refractaria al
tratamiento médico.
B. Las complicaciones diferidas incluyen sangrado, hidronefrosis,
formación de cálculos, pielonefritis crónica, fístulas arteriovenosas y
seudoaneurismas.
TRAUMATISMOS
V III. LECTURAS RECOMENDADAS
ERRNVPHGLFRVRUJ
Evaluación radiológica del tracto
genitourinario en traumatología
Lance Walsh, MD, PhD
ERRNVPHGLFRVRUJ
II. Estudios diagnósticos 251
EN TRAUMATOLOGÍA
urinoma cincunferencial).
C. Series urológicas en trauma: reanimación en trauma/área del
departamento de urgencias.
1. Se deben realizar los siguientes estudios:
a. TC de abdomen y pelvis con contraste Intravenoso no Iónico
(2 ml/kg).
b. Cistograma mediante TC: 3 0 0 mi de contraste diluido por la sonda de
Foley, pinzando la sonda a continuación.
c. TC de drenaje: se despinza la sonda de Foley y se realiza otra
exploración mediante TC de la pelvis con la vejiga vacía.
ERRNVPHGLFRVRUJ
252 II. Estudios diagnósticos
ERRNVPHGLFRVRUJ
Lectura recomendada
31
EN TRAUMATOLOGÍA
DEL TRACTO GENITOURINARIO
RADIOLÓGICA
ELSEVIER. Fotocopiarsin autorización es un delito.
EVALUACIÓN
ERRNVPHGLFRVRUJ
Traumatismos genitales
y perineales
Meredith Miller, MD
I. TRAUMATISMOS PENIANOS
ERRNVPHGLFRVRUJ
I. Traum atismos penianos 255
ERRNVPHGLFRVRUJ
256 II. Traum atism os escrotales y testiculares
D. Estrangulación peniana.
1. Se debe habitualmente a bandas constrictivas o anillos metálicos.
2. Hay que retirar inmediatamente el material que produce la
estrangulación, lo que puede precisar anestesia y cirugía, junto al uso de
instrumental de corte de metal.
3. Incluso aunque Inicialmente el pene distal puede presentar un aspecto
no viable, en ocasiones se consiguen resultados satisfactorios mediante
el tratamiento conservador.
E. Traumatismos penianos penetrantes.
1. Generalmente son por heridas de bala o por arma blanca.
2. Precisan UGR, especialm ente en las lesiones próximas a la uretra y/o
con sangre en el meato.
3. Está indicada la exploración quirúrgica, con reparación de los cuerpos y
de la uretra en caso necesario.
F. Mordeduras humanas, lesión por la cremallera o rotura del frenillo
prepucial.
1. Responden bien a las curas locales. Con frecuencia hay que dejar
que las heridas cicatricen por segunda intención debido a infecciones
producidas por la flora oral.
2. Se requiere profilaxis antibiótica, ya que existe una alta incidencia de
celulitis postraumática.
3. Las lesiones del frenulum suelen estar relacionadas con el coito, y se han
de diferenciar del sangrado meatal en los pacientes no circuncidados.
Hay que retraer el prepucio para explorar y diferenciar estas lesiones, ya
que estos pacientes casi siempre no están circuncidados.
A. Traumatismos contusos.
1. El 85% de las lesiones testiculares es resultado de traumatismos
contusos.
2. A pesar de los antecedentes de traumatismo y de que el paciente aqueja
dolor, se debe descartar la posibilidad de una tumoración testicular
maligna y, por tanto, considerar la posibilidad de una torsión testicular
inducida por el traumatismo, una epididim ltis o una rotura testicular.
3. La exploración física puede ser difícil debido a la inflamación y el dolor.
4. La ecografía es una herramienta diagnóstica útil. En el análisis de orina
puede aparecer piuria por la epididimitis. Puede precisarse una gammagrafía
testicular con radionúclidos para descartar una torsión testicular.
5. Rotura testicular:
a. La exploración puede mostrar equimosis testicular, pérdida del contorno
testicular palpable y marcado dolor o dolorimiento a la palpación.
b. La ecografía con un transductor de 7 ,5 M H z muestra un hematocele
agudo, que requiere exploración. Con frecuencia también se pueden
observar laceraciones de la túnica albugínea testicular o pérdida del
contorno normal con extrusión del tejido parenquimatoso, aunque
una ecografía normal no descarta una disrupción testicular. La
fiabilidad global de la ecografía en el diagnóstico de una rotura
traumática del testículo es la siguiente: especificidad del 75%,
sensibilidad del 64% , valor predictivo positivo del 78% y valor
predictivo negativo del 60% . SI la sospecha clínica es alta, está
indicada la exploración quirúrgica.
ERRNVPHGLFRVRUJ
II. Traum atism os escrotales y testiculares 257
ERRNVPHGLFRVRUJ
258 V. Lecturas recomendadas
V. LECTURAS RECOMENDADAS
ERRNVPHGLFRVRUJ
Traumatismos vasculares
de las extremidades
Damon S. Pierce, MD
I. EPIDEMIOLOGÍA
IV. EVALUACIÓN
A. Anamnesis.
1. Cantidad de sangre en la escena de la lesión.
2. Tipo de sangrado: pulsátil (arterial) frente a flujo constante (venoso).
3. Déficit neurológicos.
4. Lesiones asociadas.
5. M ecanism os lesiónales.
B. Exploración física.
1. Debe ser meticulosa e incluir características de pulso, calibre, índice de
tobillo braquial (ITB), índice de presión arterial OPA) y una completa
evaluación de la extremidad lesionada.
2 0 1 0 . Elsevier España, S.L. Reservados todos los derechos 259
ERRNVPHGLFRVRUJ
260 IV. Evaluación
TABLA 33-1
SIGNOS DE LESIÓN ARTERIAL
Signos definitivos Signos orientativos
Déficit circulatorio Hematoma pequeño, estable
Isquemia Lesión nerviosa adyacente
Déficit de pulso Shock (no debido a otras causas)
Soplo Proximidad a estructuras vasculares mayores,
< lc m desde la posición anatómica del vaso
Hematoma pulsátil o expansivo Diferencia en el índice tobillo-braquial >0,15
en la extremidad lesionada
Sangrado arterial
ERRNVPHGLFRVRUJ
V. Tratamiento
A. Preparación preoperatoria.
1. Se deben administrar antibióticos intravenosos, especialmente que
cubran cocos grampositivos. Hay que considerar el uso de antibióticos
de am plio espectro según el grado de contaminación.
2. El área que se ha de preparar debe incluir:
a. Toda la extremidad lesionada.
b. En las lesiones de la extremidad superior, todo el tórax.
c. Una extremidad inferior sana como zona donante de un injerto
venoso autólogo.
B. Técnica quirúrgica para las lesiones arteriales.
1. Se utiliza una incisión generosa que permita el control proximal y distal, que
se debe conseguir antes de la exploración directa de la lesión sospechosa.
2. Una vez logrado el control proximal y distal del vaso con lazos
ELSEVIER. Fotocopiarsin autorización es un delito.
ERRNVPHGLFRVRUJ
262 V. Tratamiento
ERRNVPHGLFRVRUJ
V il. Lecturas recomendadas 263
M ullenix PS, Steele SR, Andersen CA, et al.: Limb salvage and outcomes
among patients with traumatic popliteal vascular injury: An analysis of
the National Trauma Data Bank. J Vase Surg 2 0 0 6 ; 4 4 (1 ):9 4 -1 0 0 .
Subramanlan A, Vercruysse G, Dente C, et al.: A decade's experience with
temporary intravascular shunts at a civilian Level I trauma center.
J Trauma Inj Infec 20 0 8 ; 6 5 (2 ):3 1 6 -26 .
Woodward EB, Clouse WD, Eliason JL, et al.: Penetrating femoropopllteal
injury during modern warfare: Experience of the Balad Vascular Registry.
J Vase Surg 2 0 0 8 ; 4 7 (6 ):1 2 5 9 -6 5 .
ERRNVPHGLFRVRUJ
Lesiones vasculares
abdominales
Stephen Smith, MD
I. INTRODUCCIÓN
A. Aspectos generales.
1. Traumatismos contusos: del 5 al 10% presenta una lesión vascular
abdominal.
2. Traumatismos penetrantes: del 15 al 20% presenta una lesión vascular
abdominal.
3. Los traumatismos vasculares abdom inales constituyen el 2 0 -30% de
todos los traumatismos vasculares comunicados: el 18% de todas las
lesiones arteriales y el 48% de todas las lesiones venosas.
4. Más del 75% de los pacientes con lesiones vasculares penetrantes se
presenta en shock.
B. Mecanismos lesiónales.
1. Causas de los traumatismos contusos:
a. Lesiones por avulsión de pequeñas ramas de vasos principales.
b. Roturas de la íntima con trombosis secundaria (p. ej., arteria renal en
lesiones por cinturón de seguridad).
c. La mayoría de las lesiones de la vena hepática y un tercio de las
lesiones de la arteria renal.
2. Causas de los traumatismos penetrantes:
a. Efecto de onda expansiva, colgajos intímales y trombosis secundaria.
b. Defectos de la pared externa.
c. Transección completa con sangrado libre o trombosis.
d. Fístulas arteriovenosas.
e. Embolización por proyectiles (raro).
II. EVALUACIÓN
A. Valoración inicial.
1. Protocolo de ATLS: valoración primaria (ABODE) y secundaria.
2. Exploración vascular: pulsos, frémito, soplos e índice tobillo braqulal.
3. Mantener al paciente caliente y cam biar los fluidos intravenosos fríos por
soluciones templadas.
4. En el Parkland Memorial Hospital, el objetivo es que el paciente
inestable con una lesión penetrante en el torso esté en el quirófano a los
5 minutos de su llegada al hospital.
5. La reanimación con fluidoterapia se ajusta al estado mental o para
conseguir una presión arterial normal, lo que se consiga primero.
6. Lesiones abdominales contusas:
a. Las m odalidades de diagnóstico Incluyen la ecografía abdominal
enfocada al trauma (FAST), el lavado peritoneal diagnóstico (LPD) y
la TC (en el paciente estable).
ERRNVPHGLFRVRUJ
III. Tratamiento inicial 265
A. Laparotomía exploradora.
1. Comprobar disponibilidad de sangre para transfusión, instrumental
vascular, esponjas hemostáticas y suturas vasculares.
2. Preparar al paciente despierto. Preparar cam pos quirúrgicos desde el
ERRNVPHGLFRVRUJ
266 IV. Exposición y tratam iento de las lesiones
ERRNVPHGLFRVRUJ
IV. Exposición y tratam iento de las lesiones 267
ERRNVPHGLFRVRUJ
268 IV. Exposición y tratam iento de las lesiones
ERRNVPHGLFRVRUJ
IV. Exposición y tratam iento de las lesiones 269
ERRNVPHGLFRVRUJ
270 IV. Exposición y tratam iento de las lesiones
ERRNVPHGLFRVRUJ
IV. Exposición y tratam iento de las lesiones 271
ERRNVPHGLFRVRUJ
272 VI. Lecturas recomendadas
b. Arteria hepática:
i. En esta zona la arteria hepática es de pequeño calibre y puede
precisar ligadura o reconstrucción con una derivación autógena o
angioplastla con parche.
ii. La ligadura es bien tolerada en los pacientes jóvenes en ausencia
de lesiones concomitantes de la vena porta.
iii. La ligadura selectiva aislada de la arteria hepática derecha
requiere una colecistectomía. La ligadura selectiva de ramas
de la arteria hepática y de la vena porta de un lóbulo produce
necrosis de dicho lóbulo, por lo que se precisa hepatectomía.
A. Morbilidad.
1. Infección.
2. Fístulas aortoentéricas.
3. Trombosis.
4. Aneurism as falsos.
5. Coagulopatía: suele ser el resultado de hipotermia, transfusiones
m últiples y acidosis.
B. La mortalidad está afectada por diversos parámetros.
1. Localización de la lesión:
a. Aorta suprarrenal: 70%.
b. VCI: del 5 0 al 70%.
c. AMS: del 4 0 al 50% .
d. VMS: del 3 0 al 40% .
e. Vena/arteria ilíaca: 30% .
f. Vena porta: 20% .
2. Presentación del paciente: hipotenso o normotenso.
3. Número de lesiones viscerales asociadas.
4. Número de lesiones vasculares asociadas (la lesión vascular asociada
con más frecuencia es la de la VCI).
5. La presencia de coagulopatía, hipotermia y acidosis metabólica explica
el 80% de las muertes.
ERRNVPHGLFRVRUJ
Lesiones térmicas, químicas
y por frío
Robert Garza, MD
A. Prehospitalaria.
1. El objetivo es prevenir las lesiones adicionales y limitar la contaminación
microbiana.
2. Para proteger las quemaduras se deben utilizar sábanas lim pias o
apósitos absorbentes de gran tamaño.
3. La aplicación de agua fría sobre las quemaduras de espesor parcial
en los primeros m inutos tras la lesión puede reducir el calor residual
en la herida, lo que ayuda a prevenir la extensión del daño tisular. Sin
embargo, se puede producir una hipotermia debido a un enfriamiento
excesivo del paciente.
4. En todos los pacientes se han de considerar la protección de la vía aérea
y el inicio de la reanimación con líquidos intravenosos, en dependencia
del tiempo de transporte anticipado y de las condiciones del paciente.
B. Departamento de urgencias.
1. Hay que usar el protocolo de ATLS estándar para valorar a los
pacientes quemados cuya historia o mecanism os lesiónales sugieran
un traumatismo, dada la incidencia de estos procesos concomitantes
(aproximadamente, un 7%). En todos los pacientes con quemaduras
mayores hay que colocar una sonda de Foley y una nasogástrlca.
TABLA 35-1
CRITERIOS DE DERIVACIÓN A UNA UNIDAD DE QUEMADOS___________________
1. Quemaduras de espesor parcial de más del 10% de SCT
2. Quemaduras que afecten a cara, manos, pies, perineo o articulaciones principales
3. Quemaduras de espesor total en cualquier grupo de edad
4. Quemaduras eléctricas, incluidas por rayo
5. Quemaduras químicas
6. Lesiones por inhalación
7. Quemaduras en pacientes con comorbilidades significativas
8. Pacientes con traumatismos mayores concomitantes
9. Quemaduras en niños en hospitales sin recursos o equipamiento para tratamiento
pediátrico
10. Quemaduras en pacientes que precisan intervención social, emocional o
rehabilitación a largo plazo
De Guidelines for the Operation of Burn Units, Resources for Optimal Care of the Injured Patient:
Committee on Trauma. American College of Surgeons: Chicago; 2006, págs. 79-86.
TABLA 35-2
CARACTERISTICAS DE LAS QUEMADURAS SUPERFICIALES, DE ESPESOR
PARCIAL Y DE ESPESOR TOTAL
Superficial__________ Espesor parcial________ Espesor total
Mecanismo Quemadura solar, Escaldadura, Exposición
quemadura por quemadura por flash, prolongada a llama
llama o flash menor, algunas quemaduras o agentes químicos,
escaldadura menor por llama, algunos quemadura eléctrica
agentes químicos
Color Rosa claro o rojo Rosa o rojo moteado Blanco perlado y
gris, traslúcido; rojo
oscuro en lactantes
Textura Seca o ampollas Ampollas o superficie Seca, trombosis
pequeñas húmeda, rezumante de los vasos
superficiales;
necrosis esponjosa
en las quemaduras
por álcalis
Sensibilidad Dolorosa Dolorosa Insensible
Cicatrización 3-6 días 10-21 días (puede Precisa injertos
ser más larga en las
quemaduras dérmicas
profundas)
Adaptado de Mozingo DW y cols.: Acute resuscitation and transfer management of burned and
electrically injured patients. Trauma Quarterly 11(2):96, 1994.
ERRNVPHGLFRVRUJ
III. Reanim ación de los pacientes quemados 275
diazepam (0,1 mg/kg) con asistencia con mascarilla y ventilación con bolsa
hasta que se tolere la intubación. No se suele utilizar la parálisis muscular
farmacológica, ya que la apnea y el colapso de la vía aérea pueden convertir
un procedimiento electivo en una vía aérea quirúrgica de emergencia.
5. Una vez garantizada una adecuada vía aérea, con ventilación
espontánea o mecánica, se ventila con oxígeno al 100% como
tratamiento presuntivo de una intoxicación por monóxido de carbono.
6. Hay que insertar dos vías intravenosas de gran calibre para la
reanimación con líquidos, especialm ente a través de piel no quemada.
Esto puede incluir vías intravenosas con catéteres intravenosos
periféricos de calibre 14 o 16 y/o disección quirúrgica de la vena safena.
No se deben utilizar vías venosas centrales para la reanimación inicial,
salvo que no existan alternativas. Se pueden colocar los catéteres a
quemadura.
b. 1 ml/kg por % SCT quemada administrado en las segundas 8 horas
tras la quemadura.
c. 1 ml/kg por % SCT quemada administrado en las terceras 8 horas
tras la quemadura.
d. 0,1 ml/kg por % SCT quemada de albúm ina al 25% en las primeras
4 horas del segundo día.
e. 1 ml/kg por % SCT quemada de glucosalino al 0 ,4 5 al día como
fluidoterapia de mantenimiento.
2. La fórmula de Parkland se emplea únicamente como guía para la reani
mación. Se debe realizar una reevaluación continuada del paciente
mediante las constantes vitales. Es obligatorio el uso de una sonda de
Foley, ya que la diuresis constituye el mejor indicador de una adecuada
reanimación. La fluidoterapia de reanimación se ha de ajustar para mantener
una diuresis entre 0,5 y 1 ml/kg por hora (de 3 0 a 50ml/h en adultos).
ERRNVPHGLFRVRUJ
276 III. Reanim ación de los pacientes quemados
R egistro de qu em ados
Fe(:ha:
?\ /Altura: Peso:
[y 0 +3.° = %
i ' i
1
1
v i ^ Espesor
^ parcial
■ Espesor
l i l i Porcentaje de área de superficie
■ total quemada (fórmula de Berkow)
J 1
1-4 5-9 10-14 15
Área 1 año Adulto 2.° 3.°
años años años años
Cabeza 19 17 13 11 9 7
Cuello 2 2 2 2 2 2
Cara anterior del tronco 13 13 13 13 13 13
Cara posterior del tronco 13 13 13 13 13 13
Nalqa derecha 2/4 2/4 2/4 21/4 2Vz 21/2
Nalqa izauierda 21/2 2/4 2/4 21/2 21
/2 2Vz
Genitales 1 1 1 1 1 1
Brazo derecho 4 4 4 4 4 4
Brazo izquierdo 4 4 4 4 4 4
Antebrazo derecho 3 3 3 3 3 3
Antebrazo izauierdo 3 3 3 3 3 3
Mano derecha 21/4 2/4 2/4 21/2 2Vz 21/2
Mano izauierda 21/2 2/4 2/4 21/2 21
/2 21/2
Muslo derecho 514 6/4 8 81/2 9 91/2
Muslo izauierdo 514 6/4 8 81/2 9 91/2
Pierna derecha 5 5 5/4 6 6/4 7
Pierna izauierda 5 5 51/2 6 6/4 7
Pie derecho 314 3!4 3/4 31/2 31
/2 31/2
Pie izauierdo 314 3!4 3/4 31/2 31
/2 31/2
Total
FIGURA 35-1
Fórmula de Berkow. (Cortesía del Dallas County Hospital District, Dallas, Texas.)
ERRNVPHGLFRVRUJ
III. Reanim ación de los pacientes quemados 277
posterior.
2. La restricción de la movilidad de la pared torácica debida a edema
hasta el punto de que comprometa la ventilación (presión pico de la
vía aérea elevada) es una indicación para escarotomía de la pared
torácica.
3. Las incisiones de las escaras de una extremidad quemada se hacen
con electrobisturí. Las incisiones se deben efectuar a lo largo de las
líneas mediolateral y mediomedial, extendiéndolas a lo largo de toda la
zona quemada. Las incisiones han de profundizar toda la escara hasta
la fascia superficial, a una profundidad suficiente que permita que se
separen los bordes cortados de la escara.
4. Las escarotomías se realizan en la UCI. Se requieren Intubación,
sedación y analgesia adecuadas.
5. Las Indicaciones de fasciotomía en las lesiones eléctricas de alto voltaje
© son las m ismas que para los traumatismos de huesos largos, pérdidas
ERRNVPHGLFRVRUJ
278 III. Reanim ación de los pacientes quemados
FIGURA 35-2
Técnica de las escarotomías. (Adaptado de Schwartz SI y cols.: Principles of Surgery,
7.a ed. Nueva York, McGraw-Hill, pág. 228.)
ERRNVPHGLFRVRUJ
V. Tratamiento quirúrgico 279
V. TRATAMIENTO QUIRÚRGICO
A. Escisión.
1. Las quemaduras de espesor total precisan la extirpación y cobertura con
ELSEVIER. Fotocopiarsin autorización es un delito.
ERRNVPHGLFRVRUJ
280 VI. Nutrición
VI. NUTRICIÓN
A. Metabolismo.
1. El índice metabólico se eleva en proporción a la extensión de la lesión, y
puede alcanzar niveles de hasta dos veces el de los Individuos sanos.
2. El estado de hipermetabolismo posquemadura se manifiesta por un
aumento de consum o de oxígeno, gasto cardíaco, ventilación minuto y
temperatura central, un desgaste de la masa corporal y un incremento
de la excreción urinaria de nitrógeno.
B. Requerimientos.
1. Los requerimientos proteicos se calculan como l,5 g / k g de proteínas/día.
2. La proporción de calorías no proteicas a gramos de nitrógeno es de 150:1.
3. Los requerimientos nutricionales se pueden calcular con la ecuación
de Harris-Benedict para calcular el gasto energético basal (GEB). Las
necesidades nutricionales recomendadas se derivan m ultiplicando el
G EB por 2.
ERRNVPHGLFRVRUJ
V il. Com plicaciones de las lesiones por quemadura
A. Neumonía.
1. Es la infección más com ún en el paciente quemado. Se ve con mayor
frecuencia a los 3 a 5 días de una lesión por inhalación.
2 . El diagnóstico se basa en la aparición de un nuevo infiltrado en
las radiografías de tórax, leucocitosis y aumento de las secreciones
traqueales.
3. El lavado broncoalveolar puede Identificar los microorganismos y ayuda
a orientar el tratamiento antibiótico.
4. El tratamiento consiste en soporte ventilatorlo, cuando esté indicado,
lavado pulmonar y antibióticos de am plio espectro, que se cambiarán
tras la identificación de los microorganismos responsables con el cultivo
y antlbiograma.
B. Infección de la quemadura.
1 . Ha dism inuido de forma dramática en gravedad e Incidencia en la
última década. Sin embargo, puede producir un am plio espectro de
com plicaciones, como conversión a una quemadura de espesor total,
decoloración de la herida o hemorragia o estácelos de la escara.
2 . La mayoría de las quemaduras se coloniza por microorganismos.
Algunas se convierten en Infecciones locales, produciendo celulitis, y
algunas pocas originan una Infección slstémica y sepsis evidente.
ELSEVIER. Fotocopiarsin autorización es un delito.
ERRNVPHGLFRVRUJ
282 VIII. Quem aduras eléctricas
A. Características.
1. Se caracterizan por presentar quemaduras cutáneas y daño m uscular en
profundidad.
2. La mortalidad depende del tamaño de las quemaduras, traumatismos
asociados y grado de daño a los tejidos musculares.
3. Las lesiones por contacto pueden parecer engañosamente pequeñas,
incluso aunque esté presente un daño extenso a los tejidos profundos.
4. Aproximadamente el 14% de los pacientes con lesiones eléctricas
presenta lesiones traumáticas asociadas que precisan tratamiento.
B. Alto voltaje/bajo voltaje.
1. Las lesiones eléctricas producen 1 .0 0 0 muertes/año en EE.UU . y el
50% está causado por lesiones por bajo voltaje.
2. Los traumatismos por alto voltaje (> 1 .0 0 0 V, generalmente desde
fuera de las líneas de alta tensión) producen contracciones musculares
bruscas y violentas.
3. Los traumatismos de bajo voltaje ( < 1 .0 0 0 V, a menudo por la corriente
en el dom icilio) pueden provocar tetania, lo que prolonga la exposición a
la corriente eléctrica.
ERRNVPHGLFRVRUJ
VIII. Quemaduras eléctricas 283
ERRNVPHGLFRVRUJ
284 X. Lesiones por frío
la cabecera del paciente para valorar los posibles cam bios visuales. La
exploración del fondo de ojo y con la lámpara de hendidura también
puede mostrar cambios.
J. Lesiones por rayo.
1. Las lesiones cutáneas térmicas producidas por un rayo pueden presentar
patrones únicos serpiginosos o arborizantes por la propagación de la
electricidad por la piel.
2. Tras la caída de un rayo se puede producir la muerte por una arritmia
cardíaca o por apnea.
3. Se deben iniciar inmediatamente la reanimación cardíaca y el soporte
vital básico.
4. El cuidado posterior de las quem aduras por rayo se realiza de forma
sim ilar al de cualquier lesión térmica.
5. Las lesiones por rayo pueden producir un importante vasoespasmo en
las extremidades, y es posible la aparición de la extremidad cianótica,
fría y sin pulso. Sin embargo, habitualmente se resuelve completamente
de forma espontánea en unas horas.
6. No suele haber lesiones de tejidos profundos o quemaduras importantes.
7. Tras la caída de un rayo se pueden producir perforaciones de los tímpanos.
A. Daño tisular.
1. Un problema importante con las quemaduras quím icas consiste en
reconocer y tratar la destrucción progresiva de los tejidos.
2. El factor más importante en el tratamiento inicial de una quemadura
quím ica es la dilución con una copiosa cantidad de agua.
3. La neutralización del agente quím ico no suele estar indicada debido a
que la reacción exotérmica que se puede producir agravaría aún más la
destrucción de los tejidos.
B. Tratamiento.
1. Debe incluir la retirada de toda la ropa y ropa de cama, y un lavado
inmediato copioso con agua durante al menos 15 minutos, que ha de
continuar en el departamento de urgencias hasta un total de 2 horas,
utilizando un jabón suave y agua corriente del grifo.
2. El ácido hidrofluórlco (HF) es un agente quím ico único que produce
graves quemaduras y daños a los tejidos subyacentes:
a. El H F se une al calcio en los tejidos.
b. El HF se neutraliza con gluconato cálcico usado tópicamente,
en infusión local y/o en solución intraarterial, dependiendo de la
extensión de la quemadura. También se pueden em plear carbonato
cálcico o cloruro cálcico.
3. Hay que utilizar precauciones universales para proteger al personal
médico de la exposición a químicos.
A. Características.
1. Lesiones por congelación (frostbite).
2. Lesiones por frío sin congelación (pie de inmersión y pie de trinchera).
3. Hipotermia generalizada.
ERRNVPHGLFRVRUJ
XI. Quem aduras pediátricas 285
A. Incidencia.
1. Aproximadamente un tercio de las adm isiones en una unidad de
quemados corresponde a niños de menos de 15 años.
2. Aproximadamente el 10% de las quemaduras pediátricas es el
resultado de abuso deliberado por parte de los adultos, y otro 10-20%
corresponde al resultado de abandono.
B. Piel: los niños tienen áreas de superficie mayores en relación a la masa
corporal y pueden poseer cabezas de mayor tamaño y piernas más
pequeñas que los adultos.
C. Fluidoterapia de mantenimiento.
1. En los niños pequeños (menos de 2 años), las necesidades de
fluidoterapia de mantenimiento en no quemados son de 5 a 10 veces
las del adulto (por kilogramo de masa corporal). Se deben añadir
esos requerimientos de mantenimiento basales a la fluidoterapia de
reanimación.
ERRNVPHGLFRVRUJ
286 XII. Lecturas recomendadas
ERRNVPHGLFRVRUJ
Principios del tratamiento de las
fracturas y luxaciones
Richard M. Gillespie, MD, y Joshua L. Gary, MD
ERRNVPHGLFRVRUJ
Lecturas recomendadas
I. LECTURAS RECOMENDADAS
Bosse MJ, M acKenzie EJ, Kellam JF, et al.: A prospective evaluation of the
clinical utility lower-extremity injury-severity scores. J Bone Joint Surg
(Am) 20 0 1 ; 8 3 -A (l):3 -1 4 .
Petrisor BA, Poolman R, Koval K, et al.: Evidence-Based Orthopaedic
Trauma W orking Group: Managem ent of displaced ankle fractures.
J Orthop Trauma 2 0 06; 2 0 (7 ):5 1 5-8.
Scalea TM , Boswell SA, Scott JD, et al.: External fixation as a bridge to
intramedullary nailing for patients with multiple injuries and with femur
fractures: Damage control orthopedics. J Trauma 2 0 0 0 ; 4 8 (4 ):6 1 3 -21 .
ERRNVPHGLFRVRUJ
Complicaciones
de los traumatismos
musculoesqueléticos
Lee Ann Lau, MD
I. ENFERMEDAD TROMBOEMBÓLICA
ERRNVPHGLFRVRUJ
I. Enfermedad trom boem bólica 291
MUSCULOESQUELÉTICOS
pacientes. A menudo se presentan disnea, sensación de «falta de aire»,
dolor torácico o «tirantez» torácica. Es frecuente la presencia de hipotensión
y taquicardia. También puede haber hipoxia moderada y disminución de
la Pao2 y del gradiente Aa de oxígeno. Los hallazgos electrocardiográficos
pueden incluir una desviación del eje a la derecha, pero a menudo son
inespecíficos (se ha descrito S i Q3T3). Las radiografías de tórax pueden
mostrar el signo de Westermark (hipertransparencia debido a la oclusión
arterial), pero lo más frecuente es que sólo evidencien atelectasias.
2. En algunos pacientes puede resultar útil realizar gammagrafías de
ventilación/perfusión (VQ). Sin embargo, una gammagrafía que se
interpreta como «probabilidad intermedia o baja de EP» deja sin
responder la pregunta con una posibilidad de EP del 15 al 85% . Las
DE LOS TRAUMATISMOS
gammagrafías de VQ se alteran con las patologías cardiopulmonares y se
deben interpretar con un índice de sospecha pretest.
3. La angio-TC helicoidal es prácticamente la única prueba que se emplea
en el Parkland Memorial Hospital. Presenta una sensibilidad del 70%
y una especificidad del 70% y generalmente detecta la mayoría de los
em bolism os pulmonares clínicam ente significativos.
4. La arteriografía pulmonar es el método de referencia, aunque se asocia
con mayores costes y riesgos que otras pruebas.
F. Tratamiento de la enfermedad tromboembólica.
1. Trombosis venosa profunda: una vez diagnosticada, el tratamiento consiste
COMPLICACIONES
ERRNVPHGLFRVRUJ
292 II. Síndrom e com partim ental
ERRNVPHGLFRVRUJ
II. Síndrom e com partim ental 293
Je rin g a de 20 mi
MUSCULOESQUELÉTICOS
m ercu rio p a so s cerrada
ERRNVPHGLFRVRUJ
294 II. Síndrom e com partim ental
Nervio, arteria y
ven a tib iales an teriores
(peroneo profundo)
A nterior
V en a safena
Incisión
Incisión anterolateral
posterom edial N ervio
peroneo
P osterior su perficial
profundo Lateral
P osterior
Arteria, nervio y
su perficial
ven a tib iales
p osteriores
A rte ria y
ven a p ero n e as
FIGURA 37-2
Compartimentos fasciales de la pierna.
3. Técnica; antebrazo:
a. Existen cuatro compartimentos: volares superficial y profundo, dorsal
y posterior (masa móvil o mobile wad ) (flg. 37-4). Para descom prim ir
los compartimentos volares y el posterior se realiza una Incisión
volar. Comienza a unos 2 cm proximal al epicóndilo y se prolonga de
forma oblicua a través de la fosa antecubltal hasta el lado radial del
antebrazo. Se lleva la incisión hacia distal y se hace una Incisión en
la fascia del compartimento flexor de forma longitudinal con tijeras.
La muñeca se cruza de forma oblicua, y se deja un colgajo cutáneo
para cubrir el nervio mediano tras la liberación del túnel del carpo
(fig. 37-5).
b. Se hace una incisión recta en la parte media del compartimento
dorsal del antebrazo y otra en la fascia subyacente en línea con la
incisión cutánea (figs. 3 7 -6 y 37-7).
4. Técnica; muslo:
a. Se descomprim en en primer lugar los compartimentos anterior
y posterior por medio de una incisión lateral desde la línea
intertrocantérea al epicóndilo lateral. Se profundiza la Incisión a
través de la banda iliotibial. Se retrae el vasto externo hacia fuera del
tabique intermuscular. A continuación, se hace una incisión en el
tabique intermuscular lateral en toda la longitud de la incisión.
b. Se comprueban las presiones intracompartimentales medialmente;
no suele precisarse la descompresión de este compartimento tras la
ERRNVPHGLFRVRUJ
III. Síndrom e de em bolia grasa 295
MUSCULOESQUELÉTICOS
DE LOS TRAUMATISMOS
lateral. La incisión se realiza a medio camino entre la diáfisis del peroné y la cresta de
ELSEVIER. Fotocopiarsin autorización es un delito.
ERRNVPHGLFRVRUJ
296 III. Síndrom e de em bolia grasa
FIGURA 37-3B
Para acceder a los compartimentos profundos superficial y posterior se utiliza una
incisión posteromedial ligeramente distal a la incisión previa y 2cm posterior al margen
tibial posterior. Marcando la incisión en esta localización, se evita la lesión a la vena y
el nervio sáfenos que transcurren por el margen posterior de la tibia en esta zona.
ERRNVPHGLFRVRUJ
IV. R abdom iólisis 297
MUSCULOESQUELÉTICOS
C. Tratamiento: como la fislopatología del síndrome de em bolism o graso
no se conoce bien, los tratamientos descritos en la bibliografía son con
frecuencia no específicos y de soporte.
1. Se debe administrar inmediatamente oxígeno.
2. Se administran, según se precise, líquidos Intravenosos.
3. Pueden requerirse intubación y ventilación mecánica (10%).
4. En el tratamiento del síndrome de embolia grasa se han usado etanol,
heparina, glucosa hipertónica y corticosteroides; sin embargo, en el
Parkland Memorial Hospital no se emplean dichos tratamientos.
D. Prevención: se ha demostrado de forma consistente que la estabilización
precoz (< 2 4 horas) de las fracturas de huesos largos en los pacientes
DE LOS TRAUMATISMOS
con traumatismos múltiples previene las com plicaciones pulmonares,
incluido el síndrome de em bolia grasa. Así, la prevención mediante
la estabilización precoz supone el método primario para combatir la
embolia grasa en el Parkland.
ERRNVPHGLFRVRUJ
298 IV. Rabdom iólisis
FIGURA 37-4
Compartimentos del
antebrazo: secciones
transversas a través del
antebrazo a varios niveles.
ERRNVPHGLFRVRUJ
IV. Rabdom iólisis 299
Músculo
Músculo extensor Radio Músculo extensor
cubital del carpo común de los dedos
Músculo extensor
Cúbito radial corto
Vena braquial del carpo
MUSCULOESQUELÉTICOS
Vena radial
Nervio mediano
Arteria, vena y Vena cubital medial
nervio cubitales
Músculo extensor
Arteria, vena y cubital del Músculo extensor
nervio interóseos de los dedos
posteriores Músculo extensor
Músculo (común) de los dedos
flexor
DE LOS TRAUMATISMOS
profundo de
los dedos largo del carpo
Arteria, vena y
nervio cubitales Músculo pronador
redondo
Músculo flexor
cubital del carpo Músculo
braquiorradial
Músculo palmar
Arteria, vena y
menor
Arteria, vena y nervio radiales
nervio medianos Vena cefálica
Músculo flexor Músculo flexor
COMPLICACIONES
Músculos extensor
radial largo y
Músculo extensor corto del carpo
cubital del carpo
Músculo pronador
Músculo flexor cuadrado
cubital del carpo Arteria, vena y
nervio radiales
Músculo flexor
Nervio Arteria Nervio radial del carpo
cubital cubital mediano
ERRNVPHGLFRVRUJ
300 IV. R abdom iólisis
FIGURA 37-5
Diversas incisiones en la piel para realizar una fasciotomía volar del antebrazo.
FIGURA 37-6
Para descomprimir los compartimentos dorsal y de la masa móvil se deben hacer
incisiones rectas, ya que de esta forma se lesionan menos venas.
ERRNVPHGLFRVRUJ
IV. Rabdom iólisis 301
MUSCULOESQUELÉTICOS
DE LOS TRAUMATISMOS
COMPLICACIONES
ELSEVIER. Fotocopiarsin autorización es un delito.
FIGURA 37-7
Para la descompresión del antebrazo se utilizan las incisiones dorsal y volar
curvilínea. Es preferible la incisión volar curvilínea debido a que proporciona
exposición de nervios principales, arteria braquial y masa muscular móvil.
6. Positivo de sangre en las tiras de orina, pero sin hematíes (50% de los
pacientes).
7. También se pueden encontrar fiebre, taquicardia y malestar general.
C. Tratamiento.
1. Revertir la causa subyacente de la necrosis m uscular cuando es posible
© (p. ej., restaurar la perfusión, aliviar el síndrome compartimental, etc.).
ERRNVPHGLFRVRUJ
302 V. Lecturas recomendadas
V. LECTURAS RECOMENDADAS
ERRNVPHGLFRVRUJ
Fracturas de la pelvis
y el acetábulo
Arsalla Islam, MD, y Jarrod King, MD
I. FRACTURAS DE LA PELVIS
A. Anatomía.
1. Anatomía musculoesquelética: la pelvis es un anillo compuesto por los
dos huesos innom inados y el sacro. En la zona anterior, la sínfisis del
pubis mantiene unidas las dos hemipelvis. La sínfisis está compuesta
por ligamentos superiores e inferiores, con un fibrocartílago en forma
ERRNVPHGLFRVRUJ
I. Fracturas de la pelvis 305
ERRNVPHGLFRVRUJ
306 I. Fracturas de la pelvis
TA B LA 3 8 - 2
SISTEMA DE CLASIFICACIÓN DE YOUNG-BURGESS
Mecanismo y tipo Características Desplazamiento Estabilidad
de la hemipelvis
Compresión AP, Diástasis del pubis Rotación externa Estable
tipo 1 <2,5 cm
Compresión AP, Diástasis del pubis Rotación externa Inestabilidad
tipo II >2,5 cm; disrupción rotacional,
de la articulación SI estabilidad
vertical
Compresión AP, Tipo II más disrupción Rotación externa Inestabilidad
tipo III posterior de la rotacional,
articulación SI inestabilidad
vertical
Compresión Fractura ipsilateral en Rotación interna Estable
lateral, tipo 1 banda del sacro,
fractura ipsilateral
horizontal de ramas
púbicas (o disrupción
de la sínfisis con
acabalgamiento de los
huesos púbicos)
Compresión Tipo 1más fractura Rotación interna Inestabilidad
lateral, tipo II ipsilateral del ala ilíaca rotacional,
o disrupción posterior estabilidad
de la articulación SI vertical
Cizallamiento Fracturas verticales de Vertical (craneal) Inestabilidad
vertical las ramas del pubis, rotacional,
disrupción de la inestabilidad
articulación SI + / - vertical
fracturas adyacentes
ERRNVPHGLFRVRUJ
I. Fracturas de la pelvis 307
Y EL A C E T Á B U L O
de forma rápida a la pelvis para «cerrar el libro» de la pelvis en los
pacientes hemodinámicamente inestables. De este modo, se reduce
el volumen de la pelvis y se puede taponar el sangrado proveniente de
los vasos pélvicos. La estabilización del anillo anterior y la reducción
del volumen de la pelvis a menudo constituyen todo lo que se necesita
para restaurar la estabilidad hemodinámica. Se puede realizar la
laparotomía exploradora con el fijador colocado. Las agujas del fijador
externo se pueden utilizar para facilitar la reducción de las lesiones de la
DE LA PELVIS
articulación SI durante la colocación posterior de los tornillos iliosacros.
3. Tornillos iliosacros: se colocan tornillos canulados de gran tamaño (de
6 ,5 o 7,3 mm) de forma percutánea para estabilizar las disrupciones
de la articulación SI o las fracturas del sacro, una vez conseguida la
reducción. La colocación de estos tornillos de una forma segura precisa
cierta experiencia tanto por parte del cirujano com o del técnico de
radiología. Por este motivo, los tornillos Iliosacros se colocan de forma FRACTURAS
electiva, de forma que todos los miembros del equipo quirúrgico estén
disponibles. En el Parkland Memorial Hospital generalmente se colocan
dos tornillos en los cuerpos de S I y S2.
4. Fijación mediante placa de la sínfisis: se usa para estabilizar las
disrupciones del pubis. La disección abierta puede alterar un hematoma
fracturario y producir un sangrado masivo. Por esta razón se suele diferir
la fijación mediante placa de la sínfisis unos 3 días tras la lesión. Si
se requiere la estabilización anterior para controlar la hemorragia, se
ELSEVIER. Fotocopiarsin autorización es un delito.
ERRNVPHGLFRVRUJ
308 I. Fracturas de la pelvis
ERRNVPHGLFRVRUJ
I. Fracturas de la pelvis 309
Y EL A C E T Á B U L O
mantenerse en reposo absoluto en cama de 3 a 5 días, realizándose
a continuación la fijación con placa. Si existe una alteración de la
articulación SI, se debe estabilizar con tornillos iliosacros.
3. Las fracturas por cizallamiento vertical se tratan de la misma forma que
las fracturas por CAP tipo III. Habltualmente, la com binación de tracción
esquelética de la extremidad inferior de la hemipelvis que está elevada
junto con la aplicación de un inm ovlllzador pélvico puede estabilizar al
paciente hasta que se realice la fijación definitiva con fijación percutánea
DE LA PELVIS
con tornillos o RAFI (reducción abierta y fijación interna). Con frecuencia
se precisan agujas de Schanz en el ilion para conseguir la reducción.
4. Las fracturas de tipos mecánicos combinados se han de tratar de
acuerdo con el patrón de lesión particular que se encuentre.
G. Situaciones especiales.
1. Hemorragia: en las fracturas pélvicas puede provenir de los extremos
fracturados del hueso, de pequeñas arterias o venas rotas o de arterias FRACTURAS
grandes, conocidas. Es más probable que se produzca un sangrado
importante en las lesiones de tipo CAP, C L III o CV. El tratamiento inicial
para controlar este sangrado debe ser algún tipo de cierre del «libro
abierto pélvico» para taponar el sangrado. El inm ovlllzador pélvico es
fácil de utilizar y se debe colocar en el lugar del accidente o durante
el transporte. La forma definitiva de cerrar el «libro abierto» pélvico en
los pacientes hemodinámicamente inestables es mediante un fijador
externo. SI el estado hem odinám lco del paciente no mejora después
ELSEVIER. Fotocopiarsin autorización es un delito.
ERRNVPHGLFRVRUJ
310 II. Fracturas del acetábulo
ERRNVPHGLFRVRUJ
III. Lecturas recomendadas 311
de las fracturas del acetábulo son los mism os que los de otras fracturas:
restaurar la alineación anatómica y la estabilidad para prevenir el
desarrollo de una artritis postraumática y la movilización precoz para
prevenir la rigidez. Cualquier incongruencia articular superior a 2 mm
en la zona de la cúpula del acetábulo que soporta la carga se debe
tratar con reducción abierta y fijación interna. (Los pacientes ancianos
gravemente enfermos no son buenos candidatos para la cirugía de las
fracturas del acetábulo, que pueden ser de larga duración y asociarse
con una pérdida hemática significativa.)
E. Tratamiento perioperatorio: la cirugía se debe diferir de 3 a 5 días
después de la lesión para evitar que se produzca un sangrado excesivo.
Hay que emplear la tracción esquelética para mantener la reducción
cuando la cadera está luxada. La tracción previene también la
I. LECTURAS RECOMENDADAS
ERRNVPHGLFRVRUJ
312 ill. Lecturas recomendadas
Reinert CM , Bosse MJ, Poka A, et al.: A modified extensile exposure for the
treatment of com plex or malunited acetabular fractures. J Bone Joint
Surg (Am) 1988; 7 0 :3 2 9 -3 6 .
Rockwood CA, Green DP, Bucholz RW, Heckman JD (eds.): Fractures of
the pelvic Ring. En: Rockwood & Green’s Fractures in Adults, 4 th ed.
Lippincott-Raven Publishers; Philadelphia; 2 0 0 5 .
Routt M LC, Kregor PJ, Sim onian PT, et al.: Early results of percutaneous
Iliosacral screws placed with the patient in the supine position. J Orthop
Trauma 1995; 9 :2 0 7 -1 4 .
Surgery.mc.duke.edu, Managem ent of Pelvic Fractures, revised 11/04.
Tile M: Pelvic ring fractures: Should they be fixed? J Bone Joint Surg (Br)
1988; 7 0 :1 -1 2 .
Vermulin B, et al.: Prehospital stabilization of pelvic dislocations. Swiss
Surge 1999; 5(2):43-46.
ERRNVPHGLFRVRUJ
Fracturas y luxaciones
de la extremidad inferior
Krishna Venkatesh, MD
I. LUXACIONES DE LA CADERA
A. Incidencia.
1. Las luxaciones de la cadera se producen habitualmente tras colisiones
de vehículos a motor o caídas.
2. Pueden pasarse por alto en los pacientes con lesiones múltiples que
ERRNVPHGLFRVRUJ
II. Fracturas de la cadera
MUSCULOESQUELÉTICOS
c. La NAV es rara después de las luxaciones anteriores (prevalencia del
8%). La tasa es mayor en las luxaciones posteriores (del 6 al 40%).
3. Artrosis postraumática:
a. Es la com plicación a largo plazo más frecuente.
b. Generalmente, se produce debido a lesiones asociadas de la cabeza
femoral o a fracturas del acetábulo.
c. También se puede producir si la NAV produce incongruencia
articular. Hasta un tercio de las luxaciones anteriores puede mostrar
cam bios artrósicos en el futuro.
d. La artrosis se ha com unicado en el 17 al 30% de los pacientes con
luxaciones posteriores.
e. El mejor tratamiento de esta com plicación es la prevención mediante
DE LOS TRAUMATISMOS
una reducción congruente y estable de la cadera.
1. Las fracturas del cuello del fém ur y del área intertrocantérea son,
principalmente, lesiones de las personas de edad avanzada.
2. Frecuentemente se producen tras traumatismos menores, y
generalmente son lesiones aisladas.
3. Aunque habitualmente las fracturas son bastante simples, el
COMPLICACIONES
ERRNVPHGLFRVRUJ
316 III. Fracturas del cuello del fémur
ERRNVPHGLFRVRUJ
III. Fracturas del cuello del fémur 317
MUSCULOESQUELÉTICOS
v. Fracaso reciente de fijación interna de una fractura del cuello del
fémur.
b. Los criterios previos son indicaciones relativas. Se debe considerar el
caso de cada paciente de forma individualizada.
3. La artroplastia primaria de la cadera está indicada en los pacientes con
una fractura del cuello femoral con artrosis previa, tales como en la
artritis reumatoide.
D. Tratamiento no quirúrgico.
1. La tracción ha ofrecido tradicionalmente malos resultados en el
tratamiento de las fracturas de cadera.
2. Únicam ente se deben tratar mediante tracción los pacientes gravemente
enfermos que no es probable que sobrevivan a la cirugía.
DE LOS TRAUMATISMOS
E. Complicaciones.
1. Falta de vascularización:
a. La fractura con el consiguiente desplazamiento del cuello femoral
interrumpe toda la vascularización, excepto la que va a través del
ligamento redondo.
b. La situación intracapsular de la cabeza femoral im plica que no se
formará callo de fractura por fuera de la fractura para ayudar a la
consolidación.
c. El líquido sinovial producirá la lisis de cualquier coágulo que se
forme, lo que hace que la fractura del cuello femoral dependa
COMPLICACIONES
ERRNVPHGLFRVRUJ
318 V. Fracturas subtrocantéreas del fémur
a. Su prevalencia tras una fractura del cuello femoral varía del 11 al 84%.
b. La prevalencia de colapso segmentario varía entre el 7 y el 35% .
c. Los colapsos segmentarios del hueso infartado producen
incongruencia articular y artritis postraumática.
d. Este colapso segmentarlo se puede originar tan tardíamente como de
2 a 5 años después de la fractura.
4. Fenómeno tromboembólico:
a. Se produce en el 3 0 al 50% de los pacientes, pero únicamente del
7 al 12% es asintomático.
b. Todos los pacientes en espera de cirugía deben recibir profilaxis de la
trombosis venosa profunda.
A. Incidencia.
1. Se pueden producir tras accidentes de alta energía en pacientes jóvenes
o después de traumatismos m ínim os en pacientes ancianos. El 10% de
las fracturas subtrocantéreas de alta energía se debe a lesiones por bala.
ERRNVPHGLFRVRUJ
VI. Fracturas de la diáfisis femoral 319
MUSCULOESQUELÉTICOS
a. Diversos autores han com unicado unos resultados aceptables
usando yesos de cadera en espiga con una bisagra en la rodilla. Sin
embargo, los índices de mala consolidación y de seudoartrosls son
altos cuando se emplean estos métodos de tratamiento conservador,
com o el yeso.
b. Debido a estos problemas, los yesos y la tracción no se utilizan, salvo
que el paciente esté demasiado enfermo para tolerar la cirugía.
c. Las fracturas subtrocantéreas en los pacientes con lesiones múltiples
se deben estabilizar Inmediatamente para prevenir com plicaciones
pulmonares.
2. Técnica quirúrgica:
a. El objetivo del tratamiento es la estabilización anatómica de la
DE LOS TRAUMATISMOS
fractura para permitir una movilización precoz. El tipo de implante
empleado se ha de elegir según el patrón de fractura, e incluye:
i. Dispositivos ¡ntramedulares (IM) (clavos de primera o de segunda
generación).
ii. Clavos placa.
iii. Tornillos condilares dinámicos.
iv. Tornillos dinám icos de cadera con placas laterales largas.
b. Es importante la restauración de la cortical medial, ya que las fuerzas
compresivas a través de la región subtroncantérea medial son muy
altas (2 o 3 veces el peso corporal en la fase de apoyo de la marcha):
COMPLICACIONES
A. Incidencia.
1. Son lesiones de alta energía.
ERRNVPHGLFRVRUJ
320 VI. Fracturas de la diáfisis femoral
ERRNVPHGLFRVRUJ
VI. Fracturas de la diáfisis femoral 321
MUSCULOESQUELÉTICOS
el cam bio de clavo y la colocación de un clavo de mayor diámetro.
b. En caso necesario se pueden utilizar injertos óseos.
c. Las consolidaciones viciosas en rotación se tratan mediante la
retirada del clavo y una osteotomía con una sierra IM. A continuación
se puede corregir la deformidad mediante la desrotación y un
enclavado dinám ico encerrojado.
3. Lesiones nerviosas:
a. Son poco frecuentes, ya que los nervios femoral y ciático están
recubiertos por músculos en toda la longitud del muslo.
4. Lesiones vasculares:
a. En el muslo, el síndrome compartimental se produce únicamente
cuando se ha dado un sangrado significativo.
DE LOS TRAUMATISMOS
b. La lesión de la arteria femoral se puede producir debido a las
adherencias de la arteria en el hiato aductor.
F. Situaciones especiales.
1. Fracturas abiertas:
a. La estabilización rápida del fémur puede prevenir las com plicaciones
pulmonares y lim itar el tiempo de estancia en la UCI y en ventilación
mecánica.
b. La mayoría de las fracturas abiertas del fémur se puede tratar
de forma segura mediante un enclavado IM inmediato tras un
concienzudo lavado quirúrgico y desbridamiento (fracturas abiertas
COMPLICACIONES
de grados I, II y Illa).
ELSEVIER. Fotocopiarsin autorización es un delito.
ERRNVPHGLFRVRUJ
322 VI. Fracturas de la diáfisis femoral
ERRNVPHGLFRVRUJ
VII. Fracturas supracondíleas del fémur 323
MUSCULOESQUELÉTICOS
A. Al Igual que las fracturas subtrocantéreas, las fracturas supracondíleas
del fémur pueden producirse por traumatismos de alta energía en
pacientes jóvenes o de baja energía en ancianos.
B. Evaluación.
1. Radiografías A P y lateral de la rodilla y de todo el fémur.
2. En algunas ocasiones pueden ser útiles las proyecciones oblicuas para
delinear el patrón de la fractura.
3. La TC puede Identificar líneas de fractura en el plano frontal y ayudar en
la planificación operatoria.
4. En las luxaciones de la rodilla está indicada la angiografía. El 40% de
estas lesiones se asocia a una lesión vascular.
C. Clasificación.
DE LOS TRAUMATISMOS
1. La más utilizada es la de la AO:
a. Tipo A: fracturas extraarticulares (fig. 39-2).
b. Tipo B: fracturas unicondíleas (fig. 39-3).
c. Tipo C: fracturas intercondíleas (fig. 39-4).
2. Cada tipo se subclasifica como 1, 2 o 3, de acuerdo con la conm inución
presente.
D. Tratamiento.
1. No quirúrgico:
a. Las formas de tratamiento no quirúrgico que se usan en el Parkland
Memorial Hospital son la prohibición del apoyo y los yesos articulados.
COMPLICACIONES
ERRNVPHGLFRVRUJ
324 VII. Fracturas supracondíleas del fém ur
FIGURA 39-2
Fractura distal del fé m u r de tip o A .
ERRNVPHGLFRVRUJ
V il. Fracturas supracondíleas del fémur 325
MUSCULOESQUELÉTICOS
DE LOS TRAUMATISMOS
COMPLICACIONES
ELSEVIER. Fotocopiarsin autorización es un delito.
FIGURA 39-3
Fractura distal del fémur de tipo B.
ERRNVPHGLFRVRUJ
326 VII. Fracturas supracondíleas del fém ur
ERRNVPHGLFRVRUJ
VIII. Fracturas de la rótula 327
3. Seudoartrosis:
a. Es poco frecuente debido a la abundante vascularización y la
predominancia del hueso esponjoso.
b. Se produce más a menudo en los pacientes de edad avanzada.
c. Algunos autores han recomendado el injerto óseo primario para
mejorar las tasas de consolidación.
A. Incidencia.
1. Se suelen producir por golpes directos a la parte frontal de la rodilla.
2. Con las fracturas de la rótula se asocian lesiones de los ligamentos de la
rodilla, de la diáfisis o distales del fémur, y luxaciones posteriores de la cadera.
MUSCULOESQUELÉTICOS
B. Evaluación.
1. Se deben realizar proyecciones AP y lateral de la rodilla, así como
axiales de la rótula bilaterales.
2. Hay que explorar la capacidad del paciente para extender la rodilla.
C. Clasificación.
1. Las fracturas se clasifican habitualmente como:
a. Transversas.
b. Verticales.
c. Del polo superior o del inferior.
d. Conminutas.
e. Estrelladas.
2. Las fracturas más com unes son las conm inutas del polo inferior.
DE LOS TRAUMATISMOS
D. Tratamiento.
1. No quirúrgico:
a. Puede utilizarse en las fracturas no desplazadas o con un
desplazamiento m ínim o (escalón máximo de 2m m ), siempre que el
m ecanismo extensor del paciente permanezca intacto.
b. En el Parkland Memorial Hospital se coloca a esos pacientes un yeso
cilindrico durante 6 sem anas y se les mantiene en apoyo parcial.
2. Quirúrgico:
a. Es preferible cuando existe desplazamiento o una rotura del aparato
extensor.
COMPLICACIONES
ERRNVPHGLFRVRUJ
328 IX. Fracturas de la meseta tibial
A. Evaluación.
1. Se deben realizar radiografías AP y lateral.
2. También son útiles las proyecciones oblicuas.
3. Para mostrar la extensión completa de la depresión de la superficie
articular hay que realizar una TC.
4. Se ha de valorar la estabilidad de los ligamentos en el quirófano bajo
anestesia o tras la infiltración de anestésico local en la rodilla.
5. Si existe dism inución de los pulsos distales, se debe hacer una
arteriografía.
B. Clasificación: en el Parkland se utiliza la de Schatzker (figs. 3 9 -5 A y
39-5B).
1. Schatzker I: fractura del platillo lateral.
2. Schatzker II: fractura-hundimiento del platillo lateral.
3. Schatzker III: hundimiento del platillo lateral.
4. Schatzker IV: fractura del platillo medial.
5. Schatzker V: fractura bicondílea de la meseta.
6. Schatzker VI: fractura de la meseta, con fractura asociada de la unión
metafisodiaflsaria.
C. Tratamiento.
1. Al igual que en las dem ás fracturas articulares, los objetivos del
tratamiento son una reducción anatómica estable, movilización precoz y
la prevención de la artrosis postraumática.
2. La exposición limitada com o adjunto a la fijación externa supone una
forma de tratamiento aceptable.
3. Puesto que, habitualmente, se aceptan de 2 a 3 m m de desplazamiento
como una reducción adecuada de otras fracturas articulares, también se
aceptan para las fracturas de la meseta tibial. Un desplazamiento mayor
habitualmente constituye Indicación para la reducción quirúrgica.
4. La inestabilidad en varo o en valgo de más de 10° también resulta una
indicación de estabilización quirúrgica.
5. No quirúrgico:
a. Las fracturas de la meseta tibial no desplazadas o con un
desplazamiento m ínim o evolucionan bien con el tratamiento con
yesos articulados.
b. Una m ovilización rápida produce rigidez, y la prohibición del apoyo
previene un desplazamiento posterior.
ERRNVPHGLFRVRUJ
IX. Fracturas de la meseta tibial 329
MUSCULOESQUELÉTICOS
DE LOS TRAUMATISMOS
FIGURA 39-5A
Clasificación de Schatzker de las fracturas de la meseta tibial.
COMPLICACIONES
ELSEVIER. Fotocopiarsin autorización es un delito.
ERRNVPHGLFRVRUJ
330 IX. Fracturas de la meseta tibial
ERRNVPHGLFRVRUJ
IX. Fracturas de la meseta tibial 331
MUSCULOESQUELÉTICOS
fracturado y mantener la longitud de la tibia.
iii. La fijación externa también puede obviar la necesidad
de inm ovilización con yeso. Es una técnica muy versátil,
especialm ente útil en las fracturas abiertas o con compromiso de
las partes blandas. Las tasas de Infección son bajas.
iv. Al igual que en las fracturas supracondíleas del fémur, los cirujanos
del Parkland Memorial Hospital emplean fijadores externos
para puentear la rodilla de los pacientes con heridas amplias,
contaminadas o hemodinámicamente inestables. El fijador externo
se puede aplicar de forma rápida y permite una buena reducción.
d. Híbridos de fijación externa y fijadores en anillo:
i. Los fijadores externos en anillo (fijadores de tipo llizarov) se pueden
DE LOS TRAUMATISMOS
utilizar para suspender los fragmentos articulares conminutos.
ii. Los anillos distales, anclados en la diáfisis tibial estable,
proporcionan la plataforma para que el anillo mantenga la
meseta elevada.
iii. Al igual que con la fijación externa, los fijadores en anillo
limitan el despegamiento de los tejidos blandos, con lo que es
menos probable que se com pliquen con fracasos de la herida e
infección. También se pueden reforzar con una fijación interna
limitada con tornillos canulados.
iv. Los fijadores «híbridos» usan clavos estándar de fijadores externos
COMPLICACIONES
ERRNVPHGLFRVRUJ
332 X. Fracturas diafisarias de la tibia
X. FRACTURAS DIAFISARIAS DE LA T IB IA
A. Incidencia.
1. Las fracturas de la tibia están entre las lesiones más habituales de los
huesos largos que se ven en los centros de trauma.
2. Puesto que gran parte de la tibia es subcutánea, las fracturas abiertas
son muy comunes.
3. Las lesiones de partes blandas y las pérdidas de hueso pueden ser
extensas.
4. Las piernas con graves destrozos constituyen unas de las lesiones más
difíciles de tratar.
B. Evaluación.
1. Se deben obtener proyecciones A P y lateral de tobillo, rodilla y tibia.
2. Hay que hacer una meticulosa exploración de las partes blandas y de
las estructuras neurovasculares para evitar pasar por alto alguna lesión.
C. Clasificación.
1. No existe una aceptada de las fracturas de la tibia.
2. La mayoría de los cirujanos describe las fracturas de acuerdo con su
localización (tercio proximal, medio o distal), patrón (transversa, oblicua,
en mariposa o conminuta) y desplazamiento.
D. Tratamiento.
1. No quirúrgico:
a. Puede ofrecer buenos resultados funcionales en m uchas fracturas de
tibia de baja energía.
b. El tratamiento comienza con un yeso largo, con la rodilla ligeramente
flexionada durante unas 4 semanas.
c. A continuación, se cambia por un yeso de soporte del tendón rotullano.
d. Se permite el apoyo progresivo cuando se aprecia el callo de fractura
en las radiografías.
e. La Inmovilización con yeso se continúa hasta la consolidación de la
fractura. La unión suele tardar, habltualmente, de 3 a 5 meses en las
fracturas de tibia (más en fumadores).
f. El mantenimiento de la reducción puede ser difícil.
g. Se precisan monitorización estrecha y radiografías frecuentes.
h. En ocasiones se requiere remanipular o cortar cuñas del yeso para
m ovilizar la fractura.
i. Las siguientes indicaciones del tratamiento con yeso se admiten
habltualmente:
I. < 5° de mala alineación en varo o valgo,
ii. < 10° de angulación anterior o posterior.
¡ii. < 1 cm de acortamiento,
iv. < 5 o de mala rotación.
2. Quirúrgico:
a. La fijación quirúrgica proporciona una excelente estabilización y el
mantenimiento de la reducción.
b. Las siguientes son las indicaciones para el tratamiento quirúrgico
habltualmente citadas:
I. Fractura ipsilateral del fém ur (rodilla flotante),
ii. Fractura segmentaria de la tibia.
¡ii. Lesión vascular concomitante que precisa reparación.
iv. Síndrome compartimental concomitante.
v. Paciente con lesiones múltiples.
ERRNVPHGLFRVRUJ
X. Fracturas diafisarias de la tibia 333
MUSCULOESQUELÉTICOS
iv. La vascularización endostal, que es destrozada por el fresado, se
ha demostrado que se recupera a las 6 semanas.
v. Aún se colocan clavos del tipo sin fresado (clavos Delta), pero
tras fresar.
vi. Los clavos sin fresado son más estrechos y se pueden colocar
tras menos pases con las fresas.
vii. El enclavado IM es el tratamiento de elección de la mayoría de
las fracturas cerradas de tibia.
e. Fijación externa:
i. Resulta útil para la estabilización de las fracturas abiertas de la
tibia que no se pueden tratar con un clavo IM.
ii. Permite un cuidado posterior de las heridas y no altera el foco de
DE LOS TRAUMATISMOS
fractura.
iii. En las fracturas sin cobertura de partes blandas evita la
contam inación del canal medular, lo que puede ser una posible
com plicación del enclavado.
E. Complicaciones.
1. Seudoartrosis o retraso de la consolidación:
a. Más frecuente tras las lesiones graves.
b. En las fracturas por alta energía se suele realizar un injerto óseo
profiláctico 6 a 8 sem anas después de la lesión, ya que de forma
predecible su consolidación será muy lenta.
COMPLICACIONES
4. Pérdidas de hueso:
a. Son frecuentes después de las lesiones de alta energía.
b. Se deben tratar una vez cicatrizada la cobertura de partes blandas.
c. El tratamiento puede consistir desde un sim ple injerto óseo de cresta
ilíaca hasta transportes óseos utilizando fijadores externos en anillo
de tipo llizarov.
5. Síndrome compartimental:
a. Resulta frecuente tras las fracturas de la tibia, especialm ente las
abiertas.
b. Hasta un 10% de las fracturas de tibia lo desarrolla.
c. Se precisa una fasclotomía de los cuatro compartimentos.
Rozycki GS, Tremblay LN, Feliciano DV, et al.: Blunt vascular trauma in
the extremity: Diagnosis, management, and outcome. J Trauma 2 0 03;
55 (5 ):8 1 4 -24 .
Rudloff U, González V, Fernández E, et al.: Chirurglca taurina: A 10-year
experience of bullfight injuries. J Trauma 2 0 06; 61(4 ):9 7 0 -4.
ERRNVPHGLFRVRUJ
Lesiones de los ligamentos
de la rodilla
Krishna Venkatesh, MD
I. EVALUACIÓN
A. Anamnesis.
1. Investigar el m ecanismo de la lesión (tabla 40-1).
2. Preguntar sobre sensaciones: pop audible, localización del dolor,
sensación de inestabilidad, cronología y características del derrame.
TABLA 40-1
MECANISMOS FRECUENTES DE LESIONES DE LA RODILLA
Mecanismo de lesión (posición de la
rodilla)* Lesión de ligamentos
Valgo
Estirada, bostezo medial Ligamentos colateral tibial y capsulares*
Rotación externa Estructuras mediales, menisco interno,
cruzado anterior(«tríada desgraciada»)
Varo
Estirada, bostezo lateral Ligamentos colateral peroneo y capsulares*
Rotación interna Ligamentos laterales y cruzado anterior
Rotación externa Ligamentos laterales y cruzado posterior
Hiperextensión Cápsula posterior y cruzado posteriori
Golpe directo llevando la tibia hacia atrás Cruzado posterior
Golpe directo llevando la tibia hacia Cruzado anterior
adelante
*La tibia se mueve con el fémur fijo.
f Un bostezo importante implica una lesión a uno o los dos cruzados.
*La hiperextensión grave también puede lesionar el ligamento cruzado anterior.
A. Laxitudes aisladas.
1. Insuficiencia del ligamento cruzado anterior (LCA):
a. El test de Lachm an en flexión de 30° es la prueba más sensible
(fig. 40-1). Se debe observar la calidad del tope final (firme o blando) y
comparar con el lado contralateral.
b. La prueba del fenómeno de resalte (pivot shift) describe la
subluxación anterior de la meseta tibial en extensión rotando en
reducción durante la flexión de la rodilla.
c. La prueba del cajón anterior es menos sensible que la de Lachman
(fig. 40-2).
d. Antes de determinar que existe una laxitud anterior hay que
comprobar que la tibia se encuentra en posición neutra al Inicio de
cualquier prueba. Si la tibia está luxada hacia posterior debido a una
ERRNVPHGLFRVRUJ
Pruebas de estabilidad
medial:
a. Prueba de valgo forzado (fig. 40-3):
I. La retención principal en esta prueba es el LCM, con refuerzos
adicionales proporcionados por los estabilizadores secundarlos
(p. ej., ligamentos cruzados, ligamento oblicuo posterior y
cápsula posteromedial).
ii. El LCM se debe probar forzándolo en 0 y en 30° de flexión.
iii. En la flexión de 30° los estabilizadores secundarlos están
relajados, y las fibras superficiales y profundas del LCM en
tensión.
iv. En la extensión completa, la laxitud medial im plica una lesión
del LCM y de los estabilizadores secundarios, produciéndose así
una instabilidad rotacional anteromedial o posteromedial.
4. Insuficiencia del ligamento colateral lateral (LCL) con varo o laxitud
s lateral:
ERRNVPHGLFRVRUJ
338 III. Pruebas de estabilidad
FIGURA 40-2
La prueba del cajón anterior determina la Inestabilidad del cruzado anterior. Flexlone la
rodilla hasta 90° y estabilice el pie. Obsérvese el desplazamiento anterior de la tibia.
a. El test del varo forzado (p. ej., prueba de estrés en varo o aducción)
se realiza de la forma previamente descrita, en extensión completa y
en 30° de flexión.
b. La sección aislada de los ligamentos posterolaterales se demuestra
por un cam bio m ínim o (de 1 a 4 o) en la rotación en varo en todos los
ángulos de flexión con una rotura completa del LCL.
c. Un incremento adicional de la laxitud en varo o una diferencia
entre los dos lados en la rotación externa de > 1 0 ° indica una
lesión del complejo posterolateral con afectación habitualmente
de LCL, poplíteo, complejo ligamentoso arcuato, cabeza lateral del
gastrocnemlo o cápsula posterolateral.
ERRNVPHGLFRVRUJ
Pruebas de estabilidad
B. Laxitudes combinadas.
1. Complejo posterolateral con deficiencia del LCA, que se evalúa mediante
el test de recurvatum y rotación externa:
a. Se realiza con el paciente en posición de decúbito supino.
b. Se agarra y levanta el dedo gordo, levantando toda la pierna de la
mesa.
c. SI la tibia rota hacia fuera y la rodilla cae en hlperextensión y varo,
está presente una lesión com binada del complejo posterolateral y del
LCA.
d. Este diagnóstico se puede corroborar por la presencia adicional de
diferencias entre los dos lados en la rotación externa y con el test de
Lachman a 30°.
2. Deficiencia del complejo posterolateral y del LCP:
a. Prueba de rotación externa en prono (o supino):
© I. Se realiza en flexión de 3 0 y de 90°.
ERRNVPHGLFRVRUJ
340 IV. Tratamiento de las lesiones de los ligamentos de la rodilla
A. Principios generales.
1. Reposo, hielo, compresión y elevación, junto al tratamiento sintomático,
son suficientes hasta que se haya resuelto la fase inflamatoria en varias
semanas.
2. Se deben realizar ejercicios de movilización activa y pasiva suaves tan
pronto como se toleren para prevenir el desarrollo de rigidez y atrofia.
3. Pueden ser útiles muletas y ortesis.
B. Lesiones de los ligamentos colaterales.
1. Grados I y lia:
a. Se tratan con una rodillera articulada con movilización en arco de
movilidad completa hasta que sea no dolorosa y clínicamente estable.
b. La rehabilitación se ha de concentrar en el fortalecimiento de
cuádriceps, isquiotibiales y aductores.
2. Grado III:
a. El mismo tratamiento que en el caso previo, pero con mayor duración
para permitir la cicatrización.
b. Las roturas del LCM asociadas a las lesiones de los ligamentos
cruzados pueden, o no, repararse. Es un tema en controversia y se
debe dejar a la elección individual del cirujano.
c. Las roturas del complejo posterolateral se han de reparar de forma
aguda o reconstruir en los casos crónicos.
C. Lesiones del LCA.
1. Tratamiento conservador:
a. Se trata con una rodillera articulada y se instruye para realizar
ejercicios de movilización completa hasta que se resuelva la
inflamación aguda.
b. La rehabilitación debe enfocarse al fortalecimiento de isquiotibiales y
cuádriceps, así como a la consecución de un arco de movilidad completo.
c. En los pacientes que realizan actividades atléticas o trabajos que requieren
giros de rodilla o escalada hay que utilizar una rodillera funcional.
d. El tratamiento no quirúrgico puede incluir cirugía artroscópica para el
tratamiento de roturas de los meniscos o desbridamiento del muñón
del LCA para conseguir un arco de movilidad completo.
2. Tratamiento quirúrgico:
a. Se debe realizar la reparación abierta o artroscópica cuando el
ligamento ha arrancado un fragmento óseo de la tibia o del fémur
(con más frecuencia el primero) y es inestable. Las reparaciones
primarias presentan malos índices de resultados, y hay que
ERRNVPHGLFRVRUJ
V. Luxaciones de la rodilla 341
V. LUXACIONES DE LA RODILLA
lesión vascular.
3. El tiempo de isquem ia caliente no debería superar las 6 a 8 horas:
a. Los Intentos de reparación arterial después de las 8 horas de la lesión
suelen precisar a menudo una amputación posterior debido a la
presencia de tejidos no viables distales a la articulación de la rodilla.
4. En estas lesiones se puede producir un síndrome compartimental. Hay
que tratarlas de forma apropiada con fasclotomías.
D. Lesiones nerviosas.
1. La incidencia de lesión del nervio peroneo oscila entre el 16 y el 43% .
Es más frecuente tras las luxaciones posterolaterales de la rodilla.
2. El pronóstico respecto a la vuelta de la función debe ser reservado.
E. Lesiones de los ligamentos.
1. Generalmente se rompen los dos ligamentos cruzados y uno o más de
los colaterales.
ERRNVPHGLFRVRUJ
342 VI. Lecturas recomendadas
2. Son com unes las fracturas por arrancamiento de la inserción del LCP y
del LCA, por lo que una posibilidad es la reparación.
3. Cuando la reparación primaria resulta poco resistente, se han de realizar
un reforzamlento con sem itendinoso y grácil o una reconstrucción
formal.
F. Tratamiento.
1. La exploración física que documente la presencia o ausencia de pulsos y
la exploración neurológica son de una importancia fundamental.
2. Hay que reducir la luxación de forma urgente y colocar una férula en
ligera flexión. La mayoría de las luxaciones se puede reducir de forma
cerrada.
3. Se debe reexplorar al paciente después de la reducción por una posible
lesión vascular y, a continuación, evaluar la arteria poplítea con una
arteriografía.
4. En las luxaciones abiertas se ha de realizar:
a. Irrigación y desbridamiento inmediato.
b. Exploración vascular con la posible reparación.
c. Estabilización con fijador externo, férula u ortesis.
5. Para obtener los mejores resultados se debe hacer la reparación o
reconstrucción de los ligamentos en los 7 a 10 días posteriores a la
lesión. Cuando esto no es posible, el tratamiento no quirúrgico con una
rodillera articulada o un yeso puede ofrecer resultados satisfactorios.
6. La rehabilitación se ha de concentrar en la terapia mediante
movilización en el arco de movilidad completo y en el fortalecimiento del
cuádriceps y de los Isquiotibiales:
a. Los datos actuales sugieren que, después de las luxaciones de la
rodilla, tanto la rigidez como el dolor de la rodilla son mucho más
frecuentes que la insuficiencia de los ligamentos.
b. Por tanto, la rehabilitación es de la máxima importancia.
7. Los métodos quirúrgicos ofrecen mejores resultados que los
conservadores.
ERRNVPHGLFRVRUJ
Lesiones del pie y del tobillo
Taylor Smith, MD, y H enry Ellis, MD
I. INTRODUCCIÓN
Cuando se evalúa una lesión del pie o del tobillo, se deben determinar y
documentar la localización, el mecanismo y el momento de la lesión, el
estado general del paciente y cualquier Incapacidad funcional que pueda
presentar. Siempre hay que acom pañar la exploración física con una
completa exploración neurovascular.
A. Exploración física.
1. Inspección visual circunferencial de cualquier defecto cutáneo que
pueda indicar la presencia de una fractura abierta o de una apertura de
la articulación que pueda precisar desbridamiento quirúrgico.
2. Inspección y documentación de las zonas de deformidad o desplazamiento.
3. Palpación proximal y distalmente a la zona de la deformidad para
valorar la presencia de posibles lesiones ocultas antes de realizar las
radiografías. La palpación del peroné proximal puede indicar una
fractura de Maisonneuve (fractura del maléolo Interno del tobillo con
disrupción de la slndesm osis tibloperonea).
4. Valoración del arco de movilidad del tobillo y de las articulaciones
subastragalina, medioastragalina y metatarsofalánglcas.
5. Exploración vascular, incluida la comparación bilateral de los pulsos
tibial posterior y pedios. También se puede valorar el relleno capilar y
documentar el color del pie y del tobillo.
6. Exploración neurológica que Incluya:
a. Sensibilidad: dorso del pie (peroneo superficial), primera comisura
(peroneo profundo), borde externo del pie (sural) y planta del pie
(tibial posterior); se puede utilizar la exploración al toque ligero y
discrim inación agudo/romo.
b. Motora: las flexiones dorsal y plantar de los dedos suelen ser aceptables.
B. Estudios radiográficos.
1. Radiografías iniciales:
a. Tobillo: proyecciones anteroposterior (AP), lateral y de la mortaja.
b. Pie: proyecciones AP, lateral y oblicua.
2. La tomografía computarizada se utiliza para valorar las fracturas del
calcáneo y algunas fracturas del pilón y del medlopié.
A. En todos los pacientes con lesiones del pie y del tobillo se deben
elevar las extremidades lesionadas por encim a del nivel del corazón tan
pronto como sea posible para prevenir la formación de edema.
B. En el tratamiento de la inflamación de los tejidos blandos son útiles los
dispositivos de compresión del pie.
ERRNVPHGLFRVRUJ
V il. Fracturas del pie 345
ERRNVPHGLFRVRUJ
346 X. Síndrom e com partim ental
X. SÍNDROME COMPARTIMENTAL
ERRNVPHGLFRVRUJ
XII. Lecturas recomendadas 347
ERRNVPHGLFRVRUJ
Fracturas y luxaciones
de la extremidad superior
Taylor Smith, MD, y H enry Ellis, MD
I. LUXACIONES ESTERNOCLAVICULARES
ERRNVPHGLFRVRUJ
IV. D isociación acrom ioclavicular 349
movilidad.
C. Existen tres proyecciones estándar del hombro:
a. Proyección A P en el plano de la escápula.
b. Proyección lateral en el plano de la escápula.
c. Proyección axilar.
D. Sistema de clasificación:
a. Tipo I: esguince del ligamento AC sin alteraciones radiográficas.
b. Tipo II: rotura del ligamento AC con esguince del ligamento
coracoclavicular. Las radiografías muestran una ligera elevación de la
parte distal de la clavícula con ensancham iento de la articulación AC.
c. Tipo III: rotura de los ligamentos A C y coracoclavicular con
ensancham iento de coracoclavicular en las radiografías.
d. Tipo IV: tipo III con desplazamiento posterior de la clavícula distal.
e. Tipo V: tipo III con importante desplazamiento de la clavícula.
f. Tipo VI: luxación de la AC con desplazamiento inferior de la clavícula.
ERRNVPHGLFRVRUJ
350 VI. Luxaciones glenohum erales
E. Tratamiento:
a. Tipos I a III:
I. Tratamiento conservador con reposo, hielo y un cabestrillo para
la comodidad del paciente,
ii. En los trabajadores de actividades que requieren grandes esfuerzos
y en deportistas puede estar indicado el tratamiento quirúrgico.
b. Tipos IV a VI:
I. Reducción abierta y fijación.
ii. Reparación de los ligamentos coracoclaviculares.
V. FRACTURAS DE LA ESCÁPULA
A. Las fracturas más frecuentes son las que se producen a través del
cuerpo de la escápula.
B. Están más asociadas con politraumatismos.
C. Lo más com ún es que se encuentren de forma incidental durante los
estudios diagnósticos de un pol¡traumatismo.
1. Sirven como marcadores de un traumatismo torácico de alta energía,
con múltiples lesiones asociadas.
2. Se asocian a menudo a lesiones pulmonares, entre las que se incluyen
contusión pulmonar y neumotorax.
3. También se pueden asociar a lesiones cerebrales traumáticas y a
fracturas de la colum na cervical y del cráneo.
D. La valoración radiográfica debe incluir tres proyecciones del hombro
con una proyección escapular en Y. Para una evaluación posterior de la
fractura se puede utilizar también la TC.
E. No es frecuente la presentación de un síndrome compartimental,
aunque se precisa descartarlo debido a los músculos supraespinoso e
infraesplnoso subyacentes.
F. Generalmente, es suficiente con el tratamiento sintomático para una
fractura del cuerpo de la escápula, con un cabestrillo de hombro y el
inicio precoz de los ejercicios de movilización.
G. Las fracturas complejas que afectan a glenoides, cuello o espina de la
escápula pueden requerir fijación interna.
ERRNVPHGLFRVRUJ
V il. Fracturas del húmero proximal 351
c. Lesiones vasculares:
i. Habltualmente, se ven asociadas a enfermedad arterosclerótica
avanzada.
ii. Pueden llevar a una amputación cuando no se diagnostican de
forma precoz.
6. Tratamiento; habitualmente, reducción cerrada:
a. Técnica hipocrática: el médico coloca su pie en la axila del paciente
y aplica tracción a la extremidad.
b. Tracción-contratracción: envolviendo el tórax del paciente con una
sábana y otra alrededor del antebrazo flexionado del lado afectado,
el médico aplica tracción mientras un ayudante proporciona la
contratracción.
c. En las luxaciones crónicas o con lesiones asociadas puede
ERRNVPHGLFRVRUJ
352 V il. Fracturas del húmero proximal
ERRNVPHGLFRVRUJ
IX. Fracturas del húmero distal 353
E. Tratamiento.
1. Fracturas de un fragmento: cabestrillo e inicio precoz de la movilización.
2. Fracturas de dos fragmentos: pueden precisar reducción abierta y
fijación interna cuando fracasa la reducción cerrada o se requiere debido
al patrón de la fractura.
3. Fracturas de tres fragmentos: reducción abierta y fijación interna.
4. Fracturas de cuatro fragmentos: pueden requerir la sustitución
protésica debido al riesgo de necrosis avascular de los fragmentos.
ERRNVPHGLFRVRUJ
354 X. Luxaciones del codo
ERRNVPHGLFRVRUJ
X. Luxaciones del codo
Posterior A n terior
Divergente
FIGURA 42-2
Luxaciones del codo.
E. Tratamiento.
1. La reducción posterior se puede realizar mediante tracción del
antebrazo con contratracción del brazo.
2. Para la reducción de las luxaciones mediales y laterales puede
precisarse la aplicación de una tracción sostenida.
3. Pueden requerir tratamiento quirúrgico.
F. Tras la reducción.
1. Hay que confirmar la reducción con radiografías y la exploración física,
documentando el arco de movilidad y cualquier Inestabilidad residual.
2. Se debe colocar el codo en una férula a 90°, bien alm ohadillada y no
apretada para que pueda reducirse la importante Inflamación esperable.
ERRNVPHGLFRVRUJ
356 XII. Fracturas de la cabeza del radio
ERRNVPHGLFRVRUJ
XIV. Fracturas del radio distal 357
ERRNVPHGLFRVRUJ
358 XIV. Fracturas del radio distal
FIGURA 42-3
Tip o s de fractu ras de M on teggia del tercio proxim al del cu b ito con lu xa ción de la
cabeza del radio.
ERRNVPHGLFRVRUJ
XIV. Fracturas del radio distal
TABLA 42-1
CLASIFICACION DE FRYKMAN DE LAS FRACTURAS DEL RADIO DISTAL
Fractura del cúbito distal
Fractura Ausente Presente
Extraarticular 1 II
Intraarticular con afectación de la III IV
articulación radiocarpiana
Intraarticular con afectación de la V VI
articulación radiocubital
Intraarticular con afectación de las VII VIII
articulaciones radiocarpiana y radiocubital
42
ERRNVPHGLFRVRUJ
360 XV. Lecturas recomendadas
Canale ST, et al.: Cam pbell’s Operative Orthopaedics, 11th ed. Mosby:
Philadelphia; 2 0 0 8 .
Koval KJ, Zuckerman JD: Handbook of Fractures. 2nd ed. Lippincott
W illiam s & W ilkins: Philadelphia; 2 0 0 2 .
Thompson JC: Netter’s Concise Atlas of Orthopaedic Anatomy. Icon
Learning Systems: Yardley, PA; 2 0 0 2 .
ERRNVPHGLFRVRUJ
Lesiones e infecciones de la mano
Rohit K. Khosla, MD, y Tif Siragusa, MD
DE LA M AN O
II. EXPLORACION FISICA
A. Inspección.
1. Observar la posición en reposo de la mano y los dedos. Las laceraciones
E INFECCIONES
de los tendones pueden producir asimetría de los dedos en la posición
de reposo.
2. Inspeccionar la posible decoloración de las partes blandas, abrasiones,
laceraciones, heridas puntiformes, eritema, edema y grado de contaminación.
B. Palpación.
1. Palpar si existe crepitación o laxitud articular.
C. Arco de movilidad.
LESIONES
1. Movilidad activa y pasiva de la muñeca y de todos los dedos:
a. Exploración del flexor profundo de los dedos (FPD) (fig. 43-1).
b. Exploración del flexor superficial de los dedos (FSD) (flg. 43-2).
c. Efecto de tijeras: se produce cuando los dedos se solapan en flexión. Indica
una fractura significativa de un metacarpiano o de las falanges (fig. 43-3).
d. Efecto de tenodesis: hay que extender y flexlonar la muñeca de forma
pasiva. La extensión produce una flexión normal de los dedos por el
estiramiento de los flexores, y la flexión normalmente una extensión
de los dedos debido al estiramiento de los extensores. Cuando en esta
exploración se encuentran hallazgos anormales, puede Indicar una
laceración tendinosa. Esta prueba es útil cuando se explora a niños o a
pacientes que no pueden colaborar con la exploración (p. ej., pacientes
¡ntubados, sedados o con alteración del estado de consciencia).
D. Exploración vascular: se valoran los pulsos o la señal Doppler radial
y cubital, se exploran con Doppler el arco palmar y el relleno capilar
(normal < 2 segundos) y la señal Doppler de cada una de las dos
arterias digitales de cada dedo.
1. El test de Alien mediante Doppler valora el flujo a través de las arterias
radial y cubital en la muñeca:
a. Se ocluyen ambas arterias en la muñeca.
b. El explorador libera la presión en una arteria cada vez para valorar el
flujo en la arteria liberada.
c. Si el arco palmar es permeable, se debe detectar inmediatamente
una señal Doppler. El test de Alien es positivo si no existe flujo en la
mano tras liberar una arteria. Esto indica una lesión de la arteria.
© 2 0 1 0 . Elsevier España, S.L. Reservados todos los derechos 361
ERRNVPHGLFRVRUJ
362 II. Exploración física
FIGURA 43-1
La flexión activa de la articulación interfalánglca distal mientras se estabiliza la articulación
interfalángica proximal valora la integridad del tendón del flexor profundo del dedo (FPD).
d. Se realiza una técnica sim ilar con las arterias digitales para valorar la
permeabilidad de los vasos digitales.
E. Exploración sensitiva.
1. Valorar la discrim inación entre dos puntos en todos los dedos: la normal
es de 2 a 5m m .Para ello se puede utilizar el extremo abierto de un clip
de papel, separando los extremos de 2 a 5m m .
FIGURA 43-2
La flexión activa de la articulación interfalángica proximal mientras se mantienen
los dedos adyacentes completamente extendidos prueba la integridad del tendón del
flexor superficial de los dedos (FSD).
ERRNVPHGLFRVRUJ
Exploración física
43
DE LA M AN O
E INFECCIONES
LESIONES
ELSEVIER. Fotocopiarsin autorización es un delito.
El efecto de «tijeras» indica una mala rotación de las fracturas de los metacarpianos
o falanges. A, Normalmente todos los dedos apuntan hacia la región del escafoides
cuando se cierra el puño. B, La mala rotación a la altura de la fractura hace que el
dedo afectado se desvíe.
ERRNVPHGLFRVRUJ
364 V. Técnicas anestésicas
V. TÉCNICAS ANESTÉSICAS
A. Lidocaína al 1-2% sin adrenalina.
B. Bloqueos de la muñeca: se inyectan de 5 a 7 mi en cada localización
con una aguja de calibre 25.
1. Bloqueo del nervio mediano (fig. 43-4):
a. Introducir la aguja con un ángulo de 45° en el túnel del carpo, entre
los tendones del palmar menor y del flexor radial del carpo a la altura
del pliegue proximal de la muñeca.
b. Si se producen parestesias, retirar ligeramente la aguja para evitar la
inyección directa en el nervio.
2. Bloqueo del nervio cubital (fig. 43-5):
a. Introducir la aguja con un ángulo de 45° inmediatamente cubital al
tendón del flexor cubital del carpo a la altura del pliegue proximal de
la muñeca.
3. Rama superficial del nervio radial:
a. Hacer un habón subcutáneo sobre la estiloides radial e infiltrar a
través de la cara dorsal de la muñeca hasta la línea media.
ERRNVPHGLFRVRUJ
V. Técnicas anestésicas 365
DE LA M AN O
E INFECCIONES
Bloqueo del nervio mediano. La inyección se realiza en el túnel del carpo con un
ángulo de 45° entre los tendones del palmar menor y del flexor radial del carpo.
LESIONES
ELSEVIER. Fotocopiarsin autorización es un delito.
Bloqueo del nervio cubital. El nervio se encuentra entre la arteria cubital y el tendón
© del flexor cubital del carpo.
ERRNVPHGLFRVRUJ
366 V. Técnicas anestésicas
FIGURA 43-6
Abordajes a través de la comisura y volar para el bloqueo de los nervios digitales.
ERRNVPHGLFRVRUJ
VI. Anatom ía 367
VI. ANATOM ÍA
A. Tendones flexores (fig. 43-8).
1. Cada dedo tiene un tendón del FPD y otro del FSD con un intrincado
sistema de poleas.
2. El sistema de poleas ancla los tendones, mejora la potencia y evita el
ERRNVPHGLFRVRUJ
368 V il. Lesiones tendinosas
FIGURA 43-8
Componentes de la vaina del tendón flexor y el sistema de poleas.
ERRNVPHGLFRVRUJ
V il. Lesiones tendinosas 369
erra de nadie» 43
DE LA M AN O
E INFECCIONES
J J r ig e n de l<5s
lum b ricales
Túnel del
carp o
LESIONES
P roxim al al
túnel del carp o
FIGURA 43-9
Las cinco zonas flexoras de la mano.
ELSEVIER. Fotocopiarsin autorización es un delito.
ERRNVPHGLFRVRUJ
370 VII. Lesiones tendinosas
FIGURA 43-10
Las nueve zonas extensoras de la mano.
ERRNVPHGLFRVRUJ
X. Lesiones de los ligamentos
ERRNVPHGLFRVRUJ
372 X. Lesiones de los ligamentos
C. Articulación IFP.
1. Es la lesión de ligamentos más frecuente de la mano.
2. Puede ser una luxación dorsal, lateral o volar.
3. Una articulación Inestable puede indicar una fractura luxación.
4. La mayoría se puede tratar mediante reducción cerrada y ferulizaclón en
30° durante 2 sem anas, seguido de fijación mediante sindactilia a un
dedo vecino y movilización.
5. Cuando está afectada más del 40% de la superficie articular, se debe
realizar la reducción abierta con enclavado para restaurar la superficie
articular.
D. Articulación MCF.
1. Generalmente, es una luxación dorsal.
2. Se ve más en el dedo índice.
3. Hay que distinguir entre luxación sim ple (subluxación) y compleja
(completa):
a. Simple: reducción, con flexión de la muñeca y aplicando presión
sobre el dorso de la falange proximal en dirección hacia volar.
b. Compleja:
i. Irreducible: la cabeza del metacarpiano se introduce en ojal
entre las estructuras volares y evita que se pueda realizar la
reducción.
ii. Reducible: hiperextensión de la articulación (de 6 0 a 80°) con
la falange luxada directamente sobre la cabeza del metacarpiano.
La articulación suele estar en extensión y puede encontrarse
ligeramente angulada, con plegamiento de la piel volar. Se realiza
una reducción cerrada, con una férula de bloqueo de la extensión
dorsal en posición neutra. Se comienza una movilización precoz
y reducción abierta e inm ovilización en 30° de flexión durante
2 semanas, seguido de una férula de bloqueo dorsal a 0° durante
otras 2 semanas.
E. Articulación carpometacarpiana.
1. La mayoría es dorsal.
2. La más afectada es la quinta articulación.
3. La reducción cerrada bajo bloqueo de la muñeca suele tener éxito
cuando se realiza menos de 12 horas desde la lesión.
4. Se flexlona la muñeca y se aplica tracción con presión dorsal sobre la
base del metacarpiano desplazada, seguido de extensión de la cabeza
del metacarpiano. SI es inestable, se puede mantener en su sitio con
una aguja de Kirschner y un yeso durante 4 semanas.
5. Puede precisar reducción abierta.
F. Articulación MCF del pulgar.
1. Dorsal:
a. Se aplica presión dorsal sobre la base de la falange proximal con la
muñeca y los metacarpianos en flexión y aducción.
b. Se inm oviliza en 25° de flexión durante 4 semanas.
2. Lateral:
a. Se asocia a lesión del ligamento colateral cubital (pulgar del
esquiador o del guardabosques).
b. Se explora la articulación de forma forzada bajo un bloqueo
anestésico; si existen > 30° de laxitud, hay rotura completa; una
laxitud de < 30° indica una rotura parcial.
ERRNVPHGLFRVRUJ
XII. Am putaciones 373
DE LA M AN O
XI. LESIONES DEL LECHO UNGUEAL
A. Anestesia mediante bloqueo digital.
B. Se retira la uña y se abre de forma suave una pinza de hemostasia
pequeña o un desperiostizador de Freer por debajo de la uña.
C. Se explora el lecho ungueal y se desbridan las laceraciones. Las
E INFECCIONES
laceraciones del lecho ungueal se reparan con catgut sim ple de 6/0.
D. Se perfora un orificio en la uña para drenaje, una vez que se recoloca.
E. Se recoloca la uña por debajo del pliegue eponiquial, lo que mantendrá
este espacio abierto y permitirá el crecimiento de una nueva uña y
evitará el desarrollo posterior de una deformidad de la uña. Se fija la uña
con una sutura de nailon o catgut cróm ico en su extremo distal.
F. Si no se dispone de la uña, se fabrica un espaciador con una pieza de
alum inio estéril del envoltorio de la sutura. LESIONES
G. El crecimiento completo de la nueva uña puede llevar de 2 a 5 meses.
XII. AM PUTACIONES
A. Amputaciones de la punta del dedo.
1. Constituyen el tipo de lesión por amputación de dedo más frecuente en
la extremidad superior.
2. Se lim pia y desbrida bajo bloqueo digital.
ELSEVIER. Fotocopiarsin autorización es un delito.
ERRNVPHGLFRVRUJ
374 XIV. Fracturas
X III. REIMPLANTES
A. Su objetivo consiste en restaurar la función del dedo.
B. Indicaciones para el reimplante.
1. Múltiples dedos.
2. Pulgar.
3. Am putación a través de la palma o de la muñeca.
4. Am putación en un niño.
C. Contraindicaciones para el reimplante.
1. M ecanism o de aplastamiento o avulsión grave.
2. Lesiones a m últiples alturas.
3. Contam inación extrema.
4. Lesiones concomitantes que suponen una amenaza para la vida.
5. Tiempo de isquem ia caliente > 6 horas.
6. Tiempo de isquem ia fría > 1 2 horas.
7. Casos de automutilaclón o pacientes psicóticos.
8. Pacientes que no pueden resistir una rehabilitación postoperatoria extensa.
D. Transporte de la parte amputada.
1. Hay que envolver la parte en compresas húmedas, colocarla en una
bolsa y poner ésta en hielo.
XIV. FRACTURAS
A. Cabeza del metacarpiano (intraarticulares).
1. Fractura simple de dos fragmentos: reducción abierta; fijación Interna
con tornillos.
2. Fractura conminuta:
a. Cerrada: inm ovilización durante 2 semanas, seguido de movilización
agresiva
b. Abierta: Incisión e Irrigación inicialmente, seguido de fijación externa. La
artrodesis de la articulación se considera un procedimiento de salvamento.
B. Cuello del metacarpiano (fractura del boxeador).
1. Angulaclón aceptable del cuello:
a. Dedos índice y medio (15°).
b. Dedo anular (de 3 0 a 40°).
c. Meñique (de 5 0 a 60°).
ERRNVPHGLFRVRUJ
XIV. Fracturas 375
ERRNVPHGLFRVRUJ
376 XV. Lesiones de la muñeca
ERRNVPHGLFRVRUJ
XV. Lesiones de la muñeca 377
ERRNVPHGLFRVRUJ
378 XVII. Infecciones
8. Hueso ganchoso:
a. Las fracturas más frecuentes son las que afectan al gancho; se ven
en deportistas que juegan con raqueta; se aprecian mejor en la
proyección del túnel del carpo.
b. Inmovilización con yeso en los casos agudos.
c. Férula de 4 a 6 sem anas en las fracturas no desplazadas del cuerpo.
XVII. INFECCIONES
A. Mordeduras humanas.
1. Se debe realizar una agresiva irrigación y desbridamiento en el
quirófano, dejando la herida abierta.
2. Puede existir una lesión a las articulaciones M C F o IFP cuando se ha
golpeado en la boca con el puño cerrado.
3. Los antibióticos de elección son las penicilinas de am plio espectro
intravenosas.
4. El fárm aco oral de elección es la am oxicilina-ácido clavulánico.
5. Los organismos más frecuentes son cocos grampositivos y anaerobios
(p. ej., Eikanella corrodans).
ERRNVPHGLFRVRUJ
XVIII. Lecturas recomendadas 379
B. Mordeduras de animales.
1. Los microorganismos habituales en las mordeduras de perros y gatos
son los cocos gramposltivos y Pasteurella multocida.
2. El antibiótico de elección es am oxicilina-ácido clavulánlco.
C. Panadizo herpético.
1. Es frecuente en el personal médico y en dentistas y personal que trata la
zona orotraqueal (p. ej., fisioterapeutas respiratorios).
2. Infección por herpes simples: parche de vesículas de contenido líquido
claro a menudo con un halo de eritema.
3. El período de incubación vital es de 2 a 14 días. La infección resulta
autolimitada.
4. No hay que realizar Incisión y drenaje, sino tratar con una férula y
elevación.
Philadelphia, Mosby; 2 0 0 8 .
Green DP, Hotchkiss RN, Pederson W C (eds): Green's Operative Hand
Surgery. 5th ed. Philadelphia, Churchill Livingstone; 2 0 0 4 .
Gutowski KA: Hand II: Peripheral nerves and tendon transfers: Selected
readings in plastic surgery, Vol 9, N° 33. Dallas, University of Texas
Southwestern Medical Center and Baylor University Medical Center; 2 003.
Hill NA: Fractures and dislocations of the carpus. Orthop Clin North Am
1:27 5-8 4 , 1970.
Masson JA, Hand I: Fingernails, infections, tumors and soft-tissue
reconstruction. Selected readings in plastic surgery, Vol 9, N° 32. Dallas,
University of Texas Southwestern Medical Center and Baylor University
Medical Center; 2 0 0 2 .
Seiler JG: Essentials of Hand Surgery. Philadelphia, Lippincott W illiam s &
W ilkins; 2 0 0 2 .
ERRNVPHGLFRVRUJ
Fracturas en los niños
Am y Brazda, MD, y Kevin Crawford, MD
I. ETIOLOGÍA
4 4 n ^ ís lo P A T O L ^ G Í A
A. Patrones incompletos.
1. Fractura en «rodete» (o en caña de bambú):
a. Se trata de una fractura por impactación que afecta principalm ente a
la metáfisis.
b. Es una lesión estable que se presenta como dolor sin deformidad.
2. Fractura en tallo verde:
a. Se ve con frecuencia en el cúblto y el peroné; en ella, la cortical
está incompletamente fracturada, con una deformidad plástica de la
cortical remanente intacta y del periostio.
b. Suele producir una deformidad angular que precisa conversión a una
fractura completa para corregir la deformidad.
3. Longitudinal:
a. Se produce a lo largo del eje mayor del hueso.
b. Se puede asociar con otros patrones de fractura.
B. Patrones completos.
1. Transversa.
2. Oblicua.
3. Espiral.
4. Conminuta.
C. Lesiones epifisarias y apofisarias.
1. Fracturas por avulsión (p. ej., apófisis tibial, estiloides cubital, etc.):
a. Partes blandas resistentes (p. ej., ligamentos) que arrancan un
fragmento del hueso.
380 2 0 1 0 . Elsevier España, S.L. Reservados todos los derechos
ERRNVPHGLFRVRUJ
IV. Principios del tratam iento de las fracturas pediátricas 381
IV. P R IN C IP IO S D E L T R A T A M I E N T O D E L A S F R A C T U R A S
P ED IÁ TR IC A S
A. En los niños son raras las lesiones de los ligamentos, mientras que las
fracturas de la fisis resultan frecuentes.
B. Las radiografías de estrés y otras técnicas de imagen pueden delinear
con claridad una sospecha de fractura a través de la fisis.
C. L esio n e s v ascu la re s.
1. Se producen asociadas a las fracturas en los niños, aunque son raras.
2. Son fundam entales el reconocimiento y el tratamiento precoces.
3. Se ven más asociadas a las fracturas supracondíleas del húmero.
D. En la población pediátrica también se producen sín dro m es
c o m p a rtim e n ta le s, especialmente en las fracturas dlstales del húmero y
de la tibia.
ERRNVPHGLFRVRUJ
382 VI. Fracturas abiertas en los niños
V. M A L O S T R A T O S I N F A N T IL E S
VI. F R A C T U R A S A B I E R T A S E N L O S N IÑ O S
ERRNVPHGLFRVRUJ
VIII. Fracturas y luxaciones de la extremidad superior 383
VII. A M P U T A C I O N E S
A. En niños se tiene que hacer todo lo posible para salvar las extremidades
amputadas.
B. Incluso en las lesiones de tipo MIC, que en el adulto pueden ser
indicación de amputación, se debe intentar conservar, en caso posible.
C. Se ha de conservar la longitud, dado el potencial de crecimiento.
D. Al igual que los pacientes traumáticos adultos, los niños con lesiones
múltiples se benefician de la estabilización precoz de las fracturas y del
ELSEVIER. Fotocopiarsin autorización es un delito.
tratamiento definitivo de todas las fracturas tan pronto como estén estables.
VIII. F R A C T U R A S Y L U X A C I O N E S D E L A E X T R E M I D A D S U P E R I O R
A. Mano.
1. Principios básicos:
a. La incidencia de fracturas de la mano presenta un pico sobre los
13 años.
b. Casi todas las fracturas de la mano en niños se pueden tratar mediante
reducción cerrada e inmovilización con una férula de 3 a 4 semanas.
c. No son aconsejables los intentos repetidos de reducción de las
fracturas de la flsis.
d. Se deben realizar radiografías de control a los 5 a 7 días para
confirmar el mantenimiento de la reducción.
ERRNVPHGLFRVRUJ
384 VIII. Fracturas y luxaciones de la extremidad superior
ERRNVPHGLFRVRUJ
VIII. Fracturas y luxaciones de la extremidad superior 385
ERRNVPHGLFRVRUJ
386 VIII. Fracturas y luxaciones de la extremidad superior
ERRNVPHGLFRVRUJ
VIII. Fracturas y luxaciones de la extremidad superior 387
ERRNVPHGLFRVRUJ
388 VIII. Fracturas y luxaciones de la extremidad superior
3. Tratam iento:
a. Las fracturas no desplazadas se tratan con un yeso braquiopalm ar de
3 a 4 semanas.
b. Las fracturas con un desplazamiento superior a 5 m m , inestabilidad
de la articulación del codo o con un fragmento incarcerado en la
articulación, requieren reducción abierta y fijación interna.
c. Antes de iniciar el tratamiento se debe documentar la situación del
nervio cubital.
d. Las fracturas del epicóndilo lateral son muy poco frecuentes, y se
tratan de la misma forma que las del medial.
G. F ractu ras del c ó n d ilo externo.
1. Corresponden al patrón tipo V de Peterson (tipo IV de Salter-Harris).
2. El m ecanismo de lesión es frecuentemente la extensión del codo con
una fuerza en valgo.
3. Las fracturas no desplazadas se tratan con un yeso braquiopalm ar de
3 a 4 sem anas con radiografías de control a los 3 o 4 días para
comprobar el mantenimiento de la reducción.
4. En las fracturas desplazadas resulta fundamental la reducción anatómica:
a. Si se consigue la reducción anatómica, es aceptable la reducción
cerrada con osteosíntesis con agujas percutáneas.
b. La mayoría de estas fracturas precisa reducción abierta y
osteosíntesis con agujas.
H . F ractu ras del có n d ilo m edial.
I. Son lesiones relativamente infrecuentes en los niños.
2. C lasificació n :
a. El tipo I de Milch es un patrón tipo V de Peterson (tipo IV Salter-Harris).
b. El tipo II de M ilch es un patrón tipo II de Peterson (tipo II
Salter-Harris).
c. También se clasifican según el desplazamiento, que puede ayudar a
determinar el tratamiento apropiado:
i. Tipo I: línea de fractura desde la metáfisis del cóndilo medial
extendiéndose hacia la fisis; generalmente no desplazada.
ii. Tipo II: línea de fractura desde la metáfisis del cóndilo medial
extendiéndose hasta la fisis del cóndilo medial.
iii. Tipo III: fragmento desplazado y rotado.
3. Tratam iento:
a. Tipo I: el mejor tratamiento consiste en la inm ovilización con una
férula o un yeso braquiopalm ar de 3 a 4 semanas.
b. Tipos II y III: en el Parkland Memorial Hospital se tratan mediante
reducción abierta y osteosíntesis con agujas.
I. F ractu ras de la ca b e za y del c u e llo del radio.
1. Se asocian con frecuencia con otras fracturas o luxaciones.
2. La angulación superior a 30° precisa un intento de reducción cerrada.
3. Los peores resultados se asocian con la angulación inicial mayor de 30°
o con translocación superior a 3 -4 m m .
4. Tratam iento:
a. En las fracturas con angulación menor de 30° y sin traslación suele
ser adecuada la inmovilización con yeso braquiopalmar de 7 a 10 días
seguida de movilización precoz.
b. La angulación superior a 30° precisa manipulación cerrada seguida
de inm ovilización con yeso braquiopalm ar de 1 a 2 semanas.
ERRNVPHGLFRVRUJ
VIII. Fracturas y luxaciones de la extremidad superior 389
ERRNVPHGLFRVRUJ
390 VIII. Fracturas y luxaciones de la extremidad superior
ERRNVPHGLFRVRUJ
IX. Fracturas de la pelvis y del acetábulo 391
ERRNVPHGLFRVRUJ
392 X. Fracturas y luxaciones de la extremidad inferior
ERRNVPHGLFRVRUJ
X. Fracturas y luxaciones de la extremidad inferior 393
ERRNVPHGLFRVRUJ
394 X. Fracturas y luxaciones de la extremidad inferior
ERRNVPHGLFRVRUJ
X. Fracturas y luxaciones de la extremidad inferior 395
ERRNVPHGLFRVRUJ
396 XI. Lecturas recomendadas
ERRNVPHGLFRVRUJ
Mordeduras
Marc Labat, MD
I. INTRODUCCIÓN
ERRNVPHGLFRVRUJ
V il. Tratamiento antibiótico 399
MORDEDURAS
B. Hay que obtener la historia de alergias a los anestésicos locales y otros
fármacos, así com o la Inmunidad ante el tétanos y la rabia.
C. Se han de anotar los datos importantes de los antecedentes médicos,
incluidos historia de esplenectomía, diabetes, infección por VIH,
enfermedad hepática, neoplasias o tratamiento inmunosupresor.
D. Se debe realizar una meticulosa exploración neurovascular, haciendo
énfasis en el tipo y la profundidad de la herida, así como en la posible
afectación de tendones, ligamentos, huesos o articulaciones.
E. Hay que documentar el arco de movilidad inicial y tras la lesión, y el
nivel de malestar.
F. Se deben obtener radiografías para descartar afectación ósea o articular,
así como para determinar si existen cuerpos extraños (p. ej., dientes) en
la herida.
G. En todas las heridas infectadas se han de obtener tinciones de Gram
y cultivos antes del tratamiento, ya que en el 90% de las heridas por
mordedura de perro infectadas se encuentran bacterias patógenas.
H. Se debe irrigar con 6 ,7 5 kg de presión utilizando un angiocatéter de
calibre 18 o 20, una jeringa de 6 0 m l y un m ínim o de 1 5 0 mi de suero
fisiológico. La irrigación a presión reduce de forma significativa el inoculo
bacteriano y puede dism inuir las tasas de infección hasta 2 0 veces.
I. Se ha de aplicar hielo, inm ovilizar y elevar la zona de la herida.
J. Las mordeduras hum anas en la mano, las de primates o las de gato no
se deben suturar, porque es frecuente la infección secundaria.
ELSEVIER. Fotocopiarsin autorización es un delito.
ERRNVPHGLFRVRUJ
400 VIII. Indicaciones de ingreso en el hospital
ERRNVPHGLFRVRUJ
X. Rabia
X. RABIA
MORDEDURAS
resultado de infección por rabia.
B. La transm isión se realiza habitualmente a través de la saliva de una
mordedura o un arañazo de un anim al infectado. Los anim ales salvajes
constituyeron el 93% de los 7 .3 6 9 casos de rabia com unicados en
anim ales en EE.UU . en 2 0 0 0 .
C. Los vectores salvajes frecuentes, en orden decreciente, incluyen
mapaches (37,7% ), mofetas (30,2% ), murciélagos (16,8% ) y zorros
(6,2%), además de otros.
D. Los principales vectores domésticos incluyen gatos (3,4%), perros (1,6%)
y ganado (1,1%). Se debe remarcar que los roedores se identifican muy
infrecuentemente como causa de transmisión de la rabia.
E. La necesidad de profilaxis tras una exposición depende de la localización
del incidente, del tipo de anim al y de si la exposición fue provocada o
no. Todos los ataques no provocados han de considerarse de alto riesgo,
especialm ente los que afectan a la mano y la cara.
F. Se debe considerar la profilaxis postexposición siempre que se produzca
un contacto de alto riesgo con un anim al salvaje. Si se capturan los
anim ales salvajes o los perros perdidos o vagabundos, deben ser
sacrificados y refrigerados. Hay que examinar el cerebro en busca de
cuerpos de Negri.
G. Los perros o gatos domésticos sanos se deben confinar para observación
durante 10 días. Si muestran comportamiento agresivo, han de sacrificarse
y hay que examinar el tejido cerebral en busca de signos de rabia.
ELSEVIER. Fotocopiarsin autorización es un delito.
H. Una vez sacrificado el anim al, se debe Iniciar la primera dosis de vacuna
antirrábica (vacuna de células diploides hum anas [VCDH] o vacuna
adsorbida de rabia [VAR], 1 mi i.m. en la región deltoidea), junto con
la administración alrededor de la herida de ¡nmunoglobulina antirrábica
(20 Ul/kg). Cualquier volumen restante que pueda quedar se debe
administrar intramuscularmente en cualquier otra zona con una jeringa
diferente de la utilizada para la vacuna.
I. SI el animal presenta rabia, hay que administrar dosis adicionales de
vacuna en los días 3, 7, 14 y 28. SI no la presenta, se puede suspender la
administración de la vacuna. En los casos en los que el animal ha escapado,
se debe contactar con los oficiales de salud pública o con los Centers for
Disease Control and Prevention para las recomendaciones específicas.
J. Los pacientes previamente vacunados contra la rabia no precisan
¡nmunoglobulina, pero deben recibir una dosis de vacuna antirrábica en
los días 0 y 3.
ERRNVPHGLFRVRUJ
402 XI. M ordeduras de serpientes
ERRNVPHGLFRVRUJ
XII. Tratamiento 403
XII. TRATAMIENTO
MORDEDURAS
C. Los estudios de laboratorio recomendados tienen que incluir un recuento
hematológico completo, TP, TTP, PDF, tiempo de sangría, C P K y análisis
de orina con mioglobinuria.
D. Grados de envenenamiento por crotálidos:
1. Ninguno: marcas de los colm illos, ausencia de efectos adversos
sistém icos o una mordedura seca.
2. Leve: dolor e infamación local (hasta 15 o 3 0 c m de las marcas de los
colmillos) sin afectación sistémica.
3. Moderado: inflamación progresiva desde las marcas de los colm illos
( > 3 0 cm) con algunos síntomas sistémicos, entre los que se incluyen
vómitos, sudoración, hemoconcentración y coagulopatía leve.
4. Grave: inflamación rápida y marcada de la extremidad, coagulopatía
grave, hipotensión, alteración de consciencia y edema pulmonar.
E. El antiveneno que se utiliza actualmente, Crofab, es una mezcla de
fragmentos Fab de ¡nmunoglobulina derivada de la oveja contra la
cottonmouth y diversas serpientes de cascabel que se encuentran en EE.UU.
El antiveneno está indicado en los envenenamientos de moderados a graves.
F. El tratamiento recomendado consiste en la administración de 4 a 6
viales de Crofab inicialmente, que se repiten según se precise para
controlar la progresión de la inflamación local, los signos de toxicidad
sistémica y la coagulopatía. Cada vial se debe diluir en 2 5 0 mi de
cristaloide e infundir lentamente en unos 10 m inutos (el tiempo total de
infusión es aproximadamente de 1 hora). Hay que monitorizar y estar
ELSEVIER. Fotocopiarsin autorización es un delito.
ERRNVPHGLFRVRUJ
404 XIII. Lecturas recomendadas
ERRNVPHGLFRVRUJ
Traumatismos en la paciente
embarazada
Ju lie Grimes, MD, y Frances Rosenbaum, MD
I. INTRODUCCION
A. Etiología.
1. Los traumatismos constituyen la causa más frecuente de muerte en las
mujeres menores de 3 5 años.
2. Uno de cada 12 embarazos se asocia a traumatismos. La mayoría
EN LA PACIENTE EMBARAZADA
de los traumatismos importantes durante el embarazo se produce por
accidentes de vehículos a motor, caídas y agresiones.
B. Para proporcionar un cuidado precoz y adecuado a la paciente
obstétrica lesionada no sólo se precisa conocer la anatomía específica
y los cam bios fisiológicos que se dan durante el embarazo, sino la
cooperación de todo el equipo de traumatología, incluidos traumatólogo,
obstetra, médico del servicio de urgencias y pediatra.
1. Los objetivos del tratamiento se deben dirigir hacia la evaluación y
estabilización de las lesiones maternas.
2. La atención a la valoración fetal durante la fase aguda puede desviar la
atención a lesiones que pongan en peligro la vida de la madre.
ERRNVPHGLFRVRUJ
IV. Valoración secundaria 407
EN LA PACIENTE EMBARAZADA
concentración de oxígeno sanguínea y la reserva del feto.
3. La S a 0 2 materna se debe mantener por encima del 92% .
C. Circulación.
1. Debido al incremento de volem la durante el embarazo, la pérdida
sanguínea de la paciente puede ser muy Importante antes de que se
manifiesten los signos de shock:
a. Una pequeña dism inución de volumen puede derivar
el flujo sanguíneo de la placenta y comprometer el flujo sanguíneo
fetal.
b. Se deben colocar dos vías Intravenosas periféricas de grueso calibre
para una infusión generosa de cristaloides.
c. En la paciente embarazada pueden necesitarse grandes cantidades
de líquidos y sangre para conseguir una adecuada reanimación
debido a la expansión del volumen plasmático que presenta.
2. Hay que colocar a la paciente embarazada de más de 2 0 sem anas en la TRAUMATISMOS
que se ha estabilizado la colum na vertebral en decúbito lateral izquierdo
para evitar el síndrome de hipotensión supina:
a. El síndrome de hipotensión por el decúbito supino consiste en
hipotensión, mareos, palidez, taquicardia, sudoración y náuseas.
b. Al final del embarazo el útero grávido dificulta el retorno venoso al
corazón y, por tanto, se da una dism inución del gasto cardíaco en la
posición de decúbito supino.
c. El útero también puede com prim ir la aorta y producir una reducción
ELSEVIER. Fotocopiarsin autorización es un delito.
ERRNVPHGLFRVRUJ
408 V. Tratamiento quirúrgico
V. TRATAMIENTO QUIRÚRGICO
ERRNVPHGLFRVRUJ
VI. Em ergencias obstétricas en la paciente traum atológica 409
EN LA PACIENTE EMBARAZADA
6% de las lesiones menores y más del 50% de las lesiones más graves:
a. Debe encabezar la lista de diagnósticos diferenciales cuando una
paciente embarazada que ha sufrido un traumatismo se presenta con
shock, coagulación intravascular disem inada, dolor a la palpación del
útero, sangrado vaginal, rotura de membranas fetales o sufrimiento o
muerte fetales.
2. En algunos casos puede no haber sangrado vaginal u otros hallazgos
físicos, y se puede confundir el desprendimiento con el parto.
3. La monitorización fetal electrónica es el método más sensible de detección
del desprendimiento fetal y de los signos leves de sufrimiento fetal:
a. En las mujeres con fetos de edad gestacional estimada (EGE) de
20 a 2 2 semanas, la monitorización debe com enzar lo antes posible
tras la estabilización materna.
b. Habitualmente se monitoriza a las mujeres al menos durante 4 horas. TRAUMATISMOS
c. La presencia de contracciones o de una frecuencia fetal
intranquilizadora indica un período de monitorización extendido al
menos 2 4 horas.
4. Se deben hacer extracciones para pruebas de laboratorio (hemograma
completo, TP/TTP, D-dímero, tinción de Kleihauer-Betke, flbrinógeno,
grupo y cribado, y un tubo para coágulo de fibrina) mientras la paciente
se encuentra en el box de urgencias.
5. Constituye una de las causas más frecuentes de coagulopatía de
consum o obstétrica:
ELSEVIER. Fotocopiarsin autorización es un delito.
ERRNVPHGLFRVRUJ
410 VII. Lecturas recomendadas
ERRNVPHGLFRVRUJ
V il. Lecturas recomendadas 411
ERRNVPHGLFRVRUJ
Traumatismos pediátricos
Ian M itchell, MD, y Kshama Jaiswal, MD
A. Vía aérea.
1. La obstrucción o el compromiso de la vía aérea pueden estar
producidos por una alteración de la consciencia que permite que la
ERRNVPHGLFRVRUJ
IV. Valoración prim aria
PEDIÁTRICOS
3. La intubación se realiza sin extensión cervical, utilizando un tubo
endotraqueal sin manguito:
a. El tamaño del tubo debe ser, aproximadamente, el del anular de niño
o de su narina.
b. El tamaño del tubo también se puede calcular mediante la ecuación:
(edad + 16)/4.
4. En los niños de menos de 7 años se puede realizar una traqueostomía.
TRAUMATISMOS
5. En los niños de más de 7 años se puede hacer una cricotiroidotomía de
forma segura.
6. Las vías aéreas quirúrgicas rara vez suelen precisarse.
7. Colocación de una sonda naso u orogástrica tan pronto como sea
posible.
B. Respiración.
1. Siempre está indicada la administración de oxígeno, esté el paciente
intubado o no.
2. Volúmenes corrientes de 10 a 15 ml/kg, con frecuencia respiratoria
variable dependiendo de la edad (v. tabla 47-1).
C. Circulación.
1. Una frecuencia cardíaca normal junto con un buen relleno capilar son
signos de un adecuado volumen circulatorio.
2. No se debe confiar únicamente en la medición de la presión arterial.
3. El volumen sanguíneo total es de 75 a 80 ml/kg.
4. Accesos vasculares preferidos:
ELSEVIER. Fotocopiarsin autorización es un delito.
ERRNVPHGLFRVRUJ
414 V. Lesiones específicas
TABLA 47-2
ESCALA DE COMA DE GLASGOW ADAPTADA PARA NIÑOS
Verbalización:
Apropiada para la edad, fija y sigue, sonrisa social 5
Llora, pero es consolable 4
Persistentemente irritable 3
Agitado, letárgico 2
Ninguna 1
Motor:
Movimientos espontáneos 6
El resto de puntuaciones motoras y de apertura ocular es igual que en el adulto.
V. LESIONES ESPECÍFICAS
A. Lesiones cerebrales.
1. Constituyen la causa principal de muerte y de incapacidad en los niños.
2. La mayoría corresponde a traumatismos cerebrales con hematomas
intraparenquimatosos y/o lesión axonal difusa.
3. Una vez completada la valoración neurológica, las indicaciones de TC
incluyen:
a. Pérdida de consciencia.
b. Defecto neurológico.
c. GCS < 1 5 .
d. Cefalohematoma de gran tamaño.
4. Con una puntuación en la G CS Inferior a 8 a pesar de una adecuada
reanimación, se debe colocar un monitor de presión intracraneal con
el objetivo de mantener una presión de perfusión cerebral (PPC) de
6 0 m m H g . (PPC = presión arterial media - presión intracraneal.)
ERRNVPHGLFRVRUJ
V. Lesiones específicas 415
PED IÁ T R IC O S
sim ples o TC, y la valoración de los ligamentos.
4. La posición neutra de la columna en los niños menores de 5 años se
consigue levantando los hombros de 2 a 2 ,5 c m con una alm ohadilla de
espuma o una manta.
5. La presencia de dolor sin déficit neurológico y con pruebas de imagen
normales requiere la valoración de los ligamentos interespinosos
mediante flexión/extensión o con resonancia magnética (RM).
TRAUMATISMOS
6. La presencia de un déficit neurológico persistente o de una exploración
poco fiable y de pruebas de imagen normales indica la realización de una
RM para la valoración de posibles lesiones de ligamentos.
7. Lesiones de la columna lumbar (fracturas de Chance): se deben
descartar en los niños con lesiones por el cinturón de seguridad de
dos puntos.
C. Tórax.
1. Aun en ausencia de fracturas costales, pueden existir contusión
pulmonar, neumotorax y hemotórax. Cuando están presentes estas
fracturas, se debe mantener un alto índice de sospecha de las lesiones
previas, así como de contusión cardíaca, lesión aórtica y lesiones de
órganos sólidos abdominales.
2. De todas las lesiones torácicas penetrantes, únicamente el 2% de los
neumotorax y el 10% de los hemotórax tratados mediante drenaje con
tubo torácico precisan una toracotomía.
3. Cuando se necesita un tubo de toracostomía, su tamaño debe ser
ELSEVIER. Fotocopiarsin autorización es un delito.
ERRNVPHGLFRVRUJ
416 V. Lesiones específicas
ERRNVPHGLFRVRUJ
VI. Lecturas recomendadas 417
PED IÁ T R IC O S
fracturas antiguas.
5. Cuando se sospecha malos tratos se ha de notificar a las autoridades
competentes.
6. Los pacientes con malos tratos físicos deben ser sometidos a estudios
completos de lesiones, al igual que los que han sufrido agresiones.
TRAUMATISMOS
VI. LECTURAS RECOMENDADAS
Acierno SP, Jurkovlch GJ, Nathens AB: Is pediatric trauma still a surgical
disease? Patterns of emergent operative intervention in the injured child.
J Trauma 20 0 4 ; 5 6 (5):960-4; discussion 9 6 5 -6 .
Grisoni E, Stallion A, Nance ML, et al.: The New Injury Severity Score and
the evaluation of pediatric trauma. J Trauma 20 0 1 ; 5 0 (6 ):1 1 0 6 -1 0 .
ELSEVIER. Fotocopiarsin autorización es un delito.
ERRNVPHGLFRVRUJ
Traumatismos geriátricos
Severn Barloco, MD
I. ASPECTOS DEMOGRÁFICOS
ERRNVPHGLFRVRUJ
III. Tratamiento 419
III. TRATAMIENTO
A. Priorización.
1. Existe suficiente evidencia para sugerir que debe haber un bajo umbral
en la clasificación de los pacientes de edad avanzada con lesiones
traumáticas para derivarles directamente a un centro de traumatología.
2. En el Parkland Memorial Hospital, el equipo de traumatología valora
G ER IÁ T R IC O S
a los pacientes de una edad Igual o superior a 7 0 años con cualquier
m ecanismo de lesión traumática diferente al paciente que se ha caído
desde la posición de pie sin ningún otro signo de lesión.
B. Tratamiento inicial.
1. Aunque la reanimación inicial de un paciente de edad avanzada no
es diferente de la de otros pacientes (ABC), se requiere una estrecha
monitorización y considerar la reserva fisiológica; se deberían reconocer
TRAUMATISMOS
de forma precoz los signos sutiles de descompensación.
2. Debido a que los pacientes geriátricos tienden a presentar una reserva
fisiológica limitada en respuesta a la lesión traumática, no se suele
recomendar el tratamiento no quirúrgico de las lesiones contusas de
órganos sólidos importantes.
3. Las com plicaciones posteriores a la lesión son significativamente peor
toleradas en los pacientes traumáticos geriátricos, y se han asociado
a resultados adversos; se debe dar prioridad a la prevención de tales
complicaciones.
C. Monitorización.
1. El uso de monitorización invasiva precoz en la UCI con un catéter
de arteria pulmonar puede mejorar la supervivencia en los pacientes
geriátricos que han sufrido traumatismos contusos.
2. Puede que pacientes que parecen hemodinámicamente estables en
realidad tengan gastos cardíacos peligrosamente bajos tras la colocación
del catéter de arteria pulmonar; se han de optim izar la perfusión
ELSEVIER. Fotocopiarsin autorización es un delito.
ERRNVPHGLFRVRUJ
420 IV. Lecturas recomendadas
ERRNVPHGLFRVRUJ
Anestesia en traumatología
Nabil N. Dagher, MD
I. PREPARACIÓN PREOPERATORIA
EN TRAUMATOLOGÍA
Todos los pacientes con lesiones graves deben considerarse en riesgo
de aspiración, lesiones traumáticas de la colum na cervical y cerebrales,
hipovolemia, abuso de alcohol y posibilidad de intubación difícil.
B. Quirófano destinado: debe estar siempre disponible un quirófano bien
equipado.
1. El equipamiento estándar de anestesia de este quirófano de
traumatología debe incluir lo siguiente:
a. Aparato de anestesia, comprobado y operativo, sistema de aspiración
y monitores.
b. Equipamiento de manejo de la vía aérea: tubos endotraqueales de
ANESTESIA
varios tamaños.
c. Laringoscopio y palas (amplia variedad de tamaños).
d. Otros equipamientos de manejo urgente de la vía aérea
(intercambiador de tubos y fibrobroncoscoplo).
e. M ascarillas laríngeas (de rescate y de intubación).
f. Instrumental de cricotiroidotomía y de traqueostomía.
g. Sistemas de infusión de fluidos intravenosos de alta capacidad,
calentadores de sangre (p. ej., Level I) y sistemas de transfusión
automática (p. ej., recuperador celular).
h. Fármacos vasoactivos y agentes anestésicos (clasificados y
etiquetados con claridad).
i. Dispositivos de calentamiento para el paciente, así como temperatura
templada en el quirófano.
j. Personal adecuado.
C. Fármacos anestésicos.
1. Agentes de inducción/sedación:
a. Etomidato (0,2 mg/kg).
b. Ketamlna (de 1 a 2 mg/kg).
c. En los pacientes hemodinámicamente estables que no muestran
signos de hipovolemia se pueden utilizar otros agentes para la
inducción (p. ej., tiopental sódico y propofol).
2. Bloqueantes neuromusculares:
a. Succinilcolina (de 1 a 2 mg/kg):
I. Puede producir bradicardia con las dosis repetidas,
especialm ente en la población pediátrica,
ii. Puede provocar hiperpotasemia y colapso cardiovascular en los
pacientes con quem aduras graves, lesiones medulares, lesiones
de la motoneurona superior o distrofia muscular.
2 0 1 0 . Elsevier España, S.L. Reservados todos los derechos 421
ERRNVPHGLFRVRUJ
422 II. Técnicas ¡ntraoperatorias y consejos útiles
A. Técnica anestésica.
1. En la mayoría de los pacientes traumáticos está indicada la anestesia
general, especialmente en los pacientes con lesiones múltiples.
2. Las técnicas anestésicas regionales pueden ser apropiadas
en las lesiones aisladas de las extremidades en los pacientes
hem odinám icam ente estables, aunque dichas lesiones no son frecuentes
en el Parkland Memorial Hospital.
B. V ía aérea.
1. Los pacientes hipotensos con frecuencia llegan al quirófano ya
intubados.
2. La intubación endotraqueal (IET) se debe confirmar mediante la
auscultación de ruidos ventilatorios bilaterales y la evidencia de C 0 2
teleespirado en la capnografía.
ERRNVPHGLFRVRUJ
II. Técnicas intraoperatorias y consejos útiles 423
EN T R A U M A T O LO G ÍA
es la siguiente:
a. Adm inistrar antiácidos particulados, 3 0 mi v.o., y preoxigenar con
oxígeno al 100% durante 5 minutos.
b. Retirar la parte anterior del collarín cervical y hacer que un asistente
mantenga la estabilización de la colum na cervical manualmente.
c. Hacer que otro asistente mantenga presión cricoldea, que se debe iniciar
durante la inducción y se continúa hasta que se haya confirmado la IET.
d. Realizar la larlngoscopia directa e introducir el tubo endotraqueal con
un m ínim o movimiento de la cabeza.
e. Confirmar la IET y volver a colocar el collar cervical.
ANESTESIA
f. SI fracasan los intentos de IET en presencia de inestabilidad
hemodinámlca y/o hipoxia, realizar directamente una
cricotiroidotomía de urgencia.
C. Mantenimiento de la anestesia.
1. Durante o previo a la inducción se coloca un catéter arterial que resulta
útil para la monitorización continuada de la presión arterial y para las
determinaciones seriadas de gasometrías arteriales y hematocritos.
2. Los catéteres venosos centrales se deben evitar si es posible, aunque
resultan útiles en los pacientes más críticos.
3. Oxígeno, relajantes musculares y loracepam (benzodiacepinas) pueden
ser los únicos agentes anestésicos utilizados hasta que se resuelva la
hipotensión/hipovolemia.
4. Es fundamental la com unicación entre todos los miembros del equipo
quirúrgico.
5. La prevención agresiva de la hipotermia resulta crucial para combatir la
«tríada viciosa traumatológica»: hipotermia, acidosis y coagulopatía. Las
medidas que se emplean en el Parkland Memorial Hospital para evitar la
hipotermia son:
a. Quirófano templado previamente a la llegada del paciente.
b. Monitorización de la temperatura central del paciente (sonda
esofágica).
c. Calentamiento de todos los líquidos intravenosos y productos
sanguíneos.
d. Uso de un humlficador calentador de los gases inhalados.
e. Empleo de mantas de calentamiento en la mesa del quirófano y de
un calentador de aire forzado (BAIR Hugger) en cualquier zona del
paciente por fuera del cam po quirúrgico estéril.
f. Si los Intentos previos de calentamiento fracasan, se puede
considerar el recalentamlento continuo arterlovenoso (RCAV).
ERRNVPHGLFRVRUJ
424 II. Técnicas intraoperatorias y consejos útiles
TA B LA 4 9 - 1
PROTOCOLO DE TRANSFUSIÓN MASIVA
Envío CH PFC Plaquetas CR rVlla
la 5(0-Neg) 2(AB)
Ib 5 2
2 5 2 1 2,4 mg
3 5 2 10
4 5 2 1 2,4 mg
5 5 2
6 5 2 1 10 2,4 mg
7 5 2
8 5 2 1
9 5 2 10
10 5 2 1
ERRNVPHGLFRVRUJ
/ 1P a 0 2/Fi0 2 <300? f
No
Sí
G A 15 minutos después
Incluir al paciente
de cada cambio de
en el protocolo de
volumen corriente o de
bajos volúmenes
frecuencia respiratoria
I G A 15 minutos después
EN TRAUMATOLOGÍA
de cada cambio de
Disminuir el V t en 1 ml/kg
volumen corriente o de
de PCI a intervalos de
frecuencia respiratoria Resultados
<2 horas hasta que el
V t = 6 ml/kg PCI de la G A
I
(máximo de 4 horas para
=t
conseguir 6 ml/kg P CI)
f
i ( pH >7,45 ) ( pH <7,25)
¿Presión Sí Mantener
I IT
ANESTESIA
meseta <30 ------- > V t a 6 ml/kg
cmH20 ? PCI Si la P C O 2
>25, aumentar
No la frecuencia
respiratoria:
Disminuir el V t en incrementos máximo,
de 1 ml/kg PCI hasta un mínimo FR 35
de 4 ml/kg para mantener una
presión meseta <30 cmH20
¿pH <7,25
y FR = 35
No Mantener y
¿Presión meseta
V t a 4 ml/kg PCOo <25? ,
<25 eni H20 ?
PCI
Sí
ELSEVIER. Fotocopiarsin autorización es un delito.
Considerar infusión
Aumentar el V t en incrementos
de HCO-3
de 1 ml/kg P CI hasta que la
presión meseta = 25-30 cmH20
O
V t = 6 ml/kg PCI
f ¿pH <7,15
Aumentar Vt 1 ml/kg PCI y
hasta pH >7,15 (la presión FR = 35
meseta puede superar y
los 30 cmH20 ) f administración \
de H C 0 3?
FIGURA 49-1
Protocolo de bajos volúmenes para los pacientes con LPA-SDRA del Parkland
Memorial Hospital. (Cortesía del Respiratory Care Department del Parkland Memorial
Hospital, Dallas, Texas.)
ERRNVPHGLFRVRUJ
426 IV. Lecturas recomendadas
ERRNVPHGLFRVRUJ
Soporte y tratamiento
cardiovascular en la unidad
de cuidados intensivos
Sean Dineen, MD, y Paul Schumacher, MD
arritmias agudas.
3. Su desarrollo refleja una compleja interacción entre el corazón, la
circulación periférica y la mala adaptación de los mecanism os de
compensación.
4. Su presentación clínica es consecuencia de hipoperfusión periférica,
incremento del tono adrenérglco e incapacidad del corazón para
acomodar el retorno pulmonar o el venoso sistémlco.
5. El shock cardiogénico por compresión (u obstructivo) se produce por
una compresión extrínseca del corazón que dificulta el llenado diastólico,
reduciendo así la precarga y, por tanto, el volumen sistólico y el gasto
cardíaco. El taponamiento pericárdico y las causas que producen un
incremento de presión intratorácica, como neumotorax a tensión,
© 2 0 1 0 . Elsevier España, S.L. Reservados todos los derechos 427
ERRNVPHGLFRVRUJ
428 I. Sh ock y sus etiologías
TABLA 50-1
HALLAZGOS FÍSICOS EN EL SHOCK HEMORRÁGICO
Clase 1 Clase II Clase III Clase IV
Pérdida hemática (mi) <750 750-1.500 1.500-2.000 >2.000
Pérdida hemática Hasta el 15% 15-30% 30-40% >40%
Frecuencia cardíaca <100 >100 >120 >140
Presión arterial Normal Normal Disminuida Disminuida
Presión del pulso Normal Disminuida Disminuida Disminuida
(mmHg)
Frecuencia respiratoria 14-20 20-30 30-40 >35
Diuresis (ml/h) >30 20-30 5-15 Nula
SNC/aIteración de la Levemente Moderadamente Ansiedad, Confusión,
consciencia ansioso ansioso confuso letárgico
De Nathens AB, Maier RV: Shock and resuscitation. En Norton JA y cols, (eds.): Surgery: Basic
Science and Clinical Evidence. Nueva York, Springer-Verlag, 2001.
ERRNVPHGLFRVRUJ
I. Shock y sus etiologías 429
SOPORTE Y TRATAMIENTO
ERRNVPHGLFRVRUJ
430 II. Medida y estim ación de la función cardíaca y de la perfusión
ERRNVPHGLFRVRUJ
II. Medida y estimación de la función cardíaca y de la perfusión 431
b. Las dism inuciones del Vo2 pueden indicar una dism inución de la
utilización periférica de oxígeno, com o en la sepsis.
c. Los aumentos del Do2 intentan conseguir un Vo2 independiente del
flujo (dependiente únicamente del índice metabólico y no
del D o 2).
d. El Vo2 normal es de 115 a 1 6 5m l/m in/m 2.
ERRNVPHGLFRVRUJ
432 IV. Soporte cardíaco: un algoritmo
A. Fisiopatología.
1. Todas se producen como resultado de una reentrada o un aumento de la
automaticidad.
2. Las arritmias por reentrada se dan por un retraso de conducción
relacionado con isquemia miocárdica, necrosis o fibrosis.
3. Las causas del aumento de la automaticidad incluyen:
a. Fármacos.
b. Hipoxemia.
c. Estados hiperadrenérgicos.
d. Dilatación o hipertrofia cardíaca.
e. Alteraciones electrolíticas, especialmente hipopotasemla e
hipercalcemia.
B. Valoración y tratamiento.
1. Durante la valoración de un paciente que presenta una arritmia aguda
es menos importante identificar la alteración precisa del ritmo que
reconocer de forma rápida varios rasgos clínicos que determinan el
tratamiento inicial.
2. Se deben garantizar una vía aérea permeable y segura, y una adecuada
ventilación y oxigenación. Cuando están indicadas, hay que hacer
compresiones torácicas efectivas y la desfibrilación en el momento
preciso. Después de identificar el ritmo eléctrico, preferiblemente con un
electrocardiograma de 12 derivaciones, se deben administrar de forma
precoz los fármacos vasoactivos indicados mientras se investigan las
causas reversibles.
3. Se refiere al lector al ACLS Provider Manual (20 0 8 ) para una
descripción más extensa y detallada del tratamiento de las arritmias.
Dicho texto proporciona una visión global del tratamiento de
determinadas arritmias frecuentes.
PAM = GC x RVS
ERRNVPHGLFRVRUJ
IV. Soporte cardíaco: un algoritmo 433
ERRNVPHGLFRVRUJ
IV. Soporte cardíaco: un algoritmo
FÁRMACOS VASOACTIVOS Y ACTIVIDADES SOBRE LOS RECEPTORES EN EL TRATAMIENTO DEL SHOCK
Presión Gasto Frecuencia Inotropo a Inotropo a Flujo sanguíneo Flujo sanguíneo
Clase y fármaco arterial RVS cardíaco cardíaca baja dosis alta dosis renal coronario Svo2
Únicamente alfa
Fen ilefrina TTT TTTT III III m i ± TT T
Alfa y beta
Norepinefrina TT TTT II ij± T T m i TT TT
Adrenalina T± T± TT TTT TT TTT i± TT TTT
Dopamina TT TT TT T ± TT TTT TT TT
Únicamente beta
Isoproterenol T± II TTTT TTTT TTT TTTT ± TTT TTTT
Dobutamina ii III TTT TT TTT TTT ± TTT TTT
^-bloqueantes
Propranolol +i + III lili II n i 1 II III
Metoprolol n i 1 II III II n i ± II II
Otros
Nitroglicerina ±i II TT + + + ±T l II
Hidralazina n i III TT TT ± ±T l II
Prazosina in II TT + ±T l II
Nitroprusiato a III TTT ±T ± TT ± Ü
De Cobb JP: Critical care: A system-oriented approach. En Norton J A y cols, (eds.): Surgery: Basic Science and Clinical Evidence. Nueva York, Springer-Verlag, 2001.
V. Lecturas recomendadas 435
V. LECTURAS RECOMENDADAS
Holmes CL, Walley KR: The evaluation and management of shock. Clin
Chest Med 2 0 0 3 ; 2 4 :7 7 5 -8 9 .
Hotchkiss RS, Karl IE: The pathophysiology and treatment of sepsis. N Engl
SOPORTE Y TRATAMIENTO
J Med 20 0 3 ; 3 4 8 :3 8 -1 5 0 .
Levi L, Wolf A, Belzberg H: Hem odynam ic parameters in patients with
acute cervical cord trauma: Description, intervention, and prediction of
outcome. Neurosurgery 1993; 3 3 :1 0 0 7 -1 7 .
Moscucci M, Bates ER: Cardiogenic shock. Cardiol Clin 1995; 13:391-406.
Nathens AB, Maier RV: Shock and resuscitation. En: Norton JA, et al.
(eds.): Surgery: Basic Science and Clinical Evidence. Springer-Verlag:
New York; 2 0 0 1 .
Shoemaker WC, Appel PL, Kram HB, et al.: Prospective trial of supranormal
values of survivors as therapeutic goals In high-risk surgical patients.
Chest 1988; 9 4 :1 1 7 6 -8 6 .
ERRNVPHGLFRVRUJ
Procedimientos realizados
a la cabecera del enfermo
en la unidad de cuidados
intensivos quirúrgicos
Steven A. Vela, MD, y Kousta I. Foteh, MD
I. LAPAROTOM ÍA DESCOMPRESIVA
ERRNVPHGLFRVRUJ
II. Fibrobroncoscopia 437
EN LA UNIDAD DE
b. Para el cierre abdominal temporal existen dispositivos comerciales,
más caros.
G. Complicaciones.
1. Lesiones Intestinales.
2. Hemorragia.
3. Pérdida de derecho a «domicilio».
4. Fístulas enterocutáneas.
5. Muerte.
DEL ENFERMO
II. FIBROBRONCOSCOPIA
A. Sus Indicaciones.
1. Vía aérea difícil para la intubación.
2. Atelectasias.
PROCEDIMIENTOS REALIZADOS A LA CABECERA
3. Hemoptisis.
4. Fístula broncopleural.
5. Aspiración de cuerpos extraños.
6. Diagnóstico y tratamiento de lesión por inhalación.
7. Obstrucción aguda de la vía aérea superior.
B. Materiales.
1. Cánula de aspiración deYankauer.
2. Monitorización de ECG, presión arterial y pulsioximetría.
3. Broncoscopio adaptado para el tubo endotraqueal.
ELSEVIER. Fotocopiarsin autorización es un delito.
4. Laringoscopio.
5. Anestesia regional y/o sedación (p. ej., propofol, morfina, midazolam y
lorazepam, fentanilo, utilizados solos o en combinación).
6. Fibrobroncoscopio.
7. El uso de la broncoscopia asistida por vídeo puede presentar ventajas
frente a la tradicional gracias a su mejor resolución de imagen.
C. Técnica.
1. Antes de realizar la broncoscopia, el cirujano debe comprobar que está
disponible todo el equipo y que funciona correctamente.
2. Para hacer una broncoscopia de forma satisfactoria es fundamental
una correcta anestesia:
a. Los objetivos de la anestesia son inhibir el reflejo de la tos,
proporcionar amnesia, limitar una respuesta sim pática excesiva e
inhibir los reflejos protectores de la vía aérea superior y del árbol
traqueobronqulal.
ERRNVPHGLFRVRUJ
438 III. Recalentam iento continuo arteriovenoso (RCAV)
ERRNVPHGLFRVRUJ
IV. Lecturas recomendadas 439
D. Descripción.
1. El primer paso consiste en canular la arteria femoral, en cualquiera
de los dos lados, con un catéter de diálisis de 8 ,5 o 10 French. Este
procedimiento se realiza utilizando la técnica de Seldinger modificada.
2. A continuación se emplean la vena femoral contralateral o las venas
subclavia o yugular interna homolaterales para el acceso venoso de
forma similar.
3. Se conecta el catéter arterial al lado del Influjo del sistema de
recalentamiento utilizando la conexión tipo Luer-Lok y el sistema de
infusión intravenosa.
4. A continuación se conecta el lado venoso a la salida del sistema de
calentamiento con la conexión tipo Luer-Lok y el sistema de infusión
intravenosa.
EN LA UNIDAD DE
5. Un puerto lateral situado en el catéter de hemofiltración arterial permite
al operador conectarlo a una línea de infusión intravenosa.
6. La sangre arterial y los líquidos intravenosos se mezclan en la cámara
de calentamiento del dispositivo de recalentamiento (permite un
calentamiento rápido de la sangre).
7. A continuación se devuelve al organismo la sangre recalentada
a través del catéter de acceso venoso, produciendo así un rápido
recalentamiento del cuerpo, con el consiguiente incremento de la
temperatura corporal central.
DEL ENFERMO
8. El RCAV se detiene una vez que la temperatura central alcanza los
3 6 °C.
9. Una vez completado el recalentamiento, se pueden pinzar los
catéteres, se retiran y se aplica una presión digital firme sobre los sitios
de punción durante, al menos, 2 0 minutos.
10. Los catéteres se pueden dejar colocados hasta que se corrijan las PROCEDIMIENTOS REALIZADOS A LA CABECERA
posibles alteraciones de la coagulación presentes.
11. Siempre se debe explorar si existe sangrado o hematomas en la zona
de punción.
12. Una vez lograda la hemostasia, se coloca sobre las zonas de punción
un apósito estéril.
13. La temperatura central se ha de monitorizar continuamente, incluso
tras el recalentamiento.
E. Complicaciones.
ELSEVIER. Fotocopiarsin autorización es un delito.
ERRNVPHGLFRVRUJ
Enfermedades pulmonares
Makram Gedeon, MD
I. FISIOLOGÍA RESPIRATORIA
C a 0 2 = (1,34 x Hb x S a 0 2) + (0,003 x P a 0 2)
D 0 2 = GC x (1,34 x Hb x S a 0 2) x 10
V 0 2 = GC x 13,4 x Hb x (Sa02 - S v 0 2)
0 2ER = V 0 2/D 0 2
PULMONARES
pulmones mediante difusión a través de membrana alveolocapilar.
d. La ventilación minuto (VE) es el volumen de aire que se mueve hacia
y desde los pulmones en 1 minuto y dicta la elim inación del C 0 2
desde el alvéolo. Está definido por el producto del volumen corriente
(VC) por la frecuencia respiratoria (FR). Sus valores normales están
entre 5 y 81/min. Cuando el VE es superior a 1 0-12 l/min, resulta
difícil para el paciente la respiración espontánea.
ENFERMEDADES
B. Equilibrio ventilación-perfusión (V/Q): este índice describe el equilibrio
entre la ventilación pulm onar y el flujo sanguíneo capilar en los
pulmones. El índice V/Q normal es de 1. Las discrepancias entre la
ventilación y la perfusión conducen a una diferencia en V/Q con un
inadecuado intercambio gaseoso.
1. La ventilación del espacio muerto describe la situación en la que la
ventilación excede la perfusión. Esta situación resulta en una ratio V/Q
mayor de 1. Este exceso de ventilación no participa en el intercambio de
gases. Presenta dos componentes:
a. El espacio muerto anatómico describe el volumen de gas en las vías
aéreas de conducción (p. ej., tráquea y bronquios). Este volumen
no entra en contacto con los capilares alveolares y, por tanto, no
contribuye al intercambio de gases.
b. El espacio muerto fisiológico describe el volumen de alvéolos
ventilados pero no perfundidos.
c. La ventilación del espacio muerto normalmente consigue del 2 0 al
ELSEVIER. Fotocopiarsin autorización es un delito.
ERRNVPHGLFRVRUJ
442 I. Fisiología respiratoria
Qs/Qt = (C c0 2 - C a 0 2) / (C c0 2 - C v 0 2)
Gradients A-a = P A 0 2 - P a 0 2
ERRNVPHGLFRVRUJ
II. Modos de ventilación m ecánica 443
PULMONARES
Normalmente se produce un aumento de la V E para com pensar el
incremento de producción de C 0 2. Sin embargo, en los pacientes con
enfermedades pulmonares subyacentes se acum ula el C 0 2, con lo
que se produce hipercapnia.
D. Las Indicaciones para la intubación endotraqueal incluyen, aunque no
están limitadas:
• Protección de la vía aérea: en el ámbito de la traumatología, incluye a
ENFERMEDADES
pacientes con una dism inución de la puntuación de la Escala de coma
de Glasgow < 8.
• Amenaza de compromiso de la vía aérea: los pacientes quemados con
superficies quemadas muy extensas en los que es esperable la administración
de grandes cantidades de líquidos Intravenosos para la reanimación.
• Aumento del trabajo respiratorio.
• Fallo respiratorio agudo, indicado por los resultados de la gasometría arterial.
ERRNVPHGLFRVRUJ
444 II. Modos de ventilación m ecánica
ERRNVPHGLFRVRUJ
II. Modos de ventilación mecánica 445
PULMONARES
protección pulmonar).
3. La frecuencia respiratoria (FR) es la cadencia preseleccionada en la
que el ventilador entrega las respiraciones, generalmente 8 -1 6 resp/min.
Se ajusta para mantener la Pco2 dentro de los valores normales.
4. El soporte ventilatorio controlado por presión es la presión prefijada
que apoya cada respiración iniciada espontáneamente por el paciente,
generalmente de 5 a 2 0 c m H 20.
ENFERMEDADES
5. La presión positiva teleespiratoria (PEEP) es la presión de la vía
aérea al final de la espiración; mantiene los alvéolos abiertos y es,
generalmente, de 5 a 1 5 c m H 20:
a. Los niveles altos de PEEP pueden reducir el GC, lo que resulta
especialmente pronunciado cuando existe hipovolemia o disfunción
cardíaca.
b. Se pueden utilizar altos niveles de PEEP durante cortos intervalos
de tiempo para abrir alvéolos atelectásicos (maniobras de
reclutamiento).
6. El I:E se mantiene habitualmente en 1:2-4:
a. Se puede cam biar a 2-1:1, lo que se denom ina «ventilación de ratio
inversa».
D. Estrategia de protección pulmonar.
1. Tradicionalmente, en la ventilación controlada por volumen se utilizaban
grandes volúm enes de insuflación (de 10 a 15m l/kg del peso corporal
ideal [PCI]) para dism inuir el colapso alveolar, mejorar la oxigenación y
ELSEVIER. Fotocopiarsin autorización es un delito.
ERRNVPHGLFRVRUJ
446 III. Pautas de desconexión o destete de la ventilación mecánica
ERRNVPHGLFRVRUJ
IV. Alteraciones m isceláneas 447
PULMONARES
2. Soporte ventilatorio bajo o ausente (de 0 a 1 0 c m H 20).
3. La prueba se considera positiva si se tolera durante más de 1 20
minutos.
D. La tolerancia de un SB T se define mediante valoraciones tanto objetivas
como subjetivas:
1. Valoraciones objetivas:
a. Adecuado intercambio de gases: Spo2 > 8 5 al 90% , Po2 > 5 0 a
ENFERMEDADES
6 0 m m H g , pH > 7 ,3 2 e incremento de la Pco2 < lO m m H g .
b. Estabilidad hemodinámica: frecuencia cardíaca < 1 2 0 o 1 4 0 o con
un cam bio no superior al 20% , presión arterial sistólica < 1 8 0 a
2 0 0 y > 9 0 , cam bios de presión arterial no superiores al 20% y sin
necesidad de vasopresores.
c. Patrón de ventilación estable: FR < 3 0 a 3 5 o con un cam bio inferior
al 20% .
2. Valoración subjetiva:
a. Cam bios en el estado de consciencia (p. ej., som nolencia y coma).
b. Inicio o empeoramiento de la disnea.
c. Diaforesls.
d. Aumento del trabajo respiratorio (uso de músculos accesorios de la
respiración y respiración paradójica).
e. Se debe considerar a los pacientes aptos para la extubación si:
i. Pasan un SBT.
ii. Presentan una vía aérea permeable, evidenciada por una fuga
ELSEVIER. Fotocopiarsin autorización es un delito.
del manguito.
iii. Son capaces de proteger su vía aérea, es decir, tienen una
puntación de la GCS > 8 y presentan un adecuado reflejo
tusígeno.
ERRNVPHGLFRVRUJ
448 IV. Alteraciones m isceláneas
4. Pao2/Fio2 a 200.
Se considera que hay lesión pulm onar aguda cuando el cociente Pao2/
Fio2 es inferior a 3 0 0 .
B. M uchas condiciones pueden predisponer al SDRA; algunas, como las
neumonías, pueden producir una lesión directa de los pulmones; otras,
como la sepsis, representan una condición más sistémica. En general,
se considera que el SD RA representa una manifestación localizada
(pulmonar) de una enfermedad sistémica (tabla 52-2).
C. El SD RA se caracteriza clinicopatológicam ente por tres fases:
1. La fase aguda o exudativa se manifiesta por un rápido inicio de fallo
respiratorio con hipoxemia arterial y aparición de infiltrados parcheados
bilaterales. Los hallazgos histopatológicos Incluyen daño alveolar difuso
con disrupción del epitelio alveolar, pérdida de surfactante y alvéolos
rellenos de un fluido rico en proteínas, membranas hialinas y células
inflamatorias. El resultado final es atelectasia, pérdida de distensibilidad
pulmonar, shunt pulmonar e hipoxemia.
2. La fase de alveolitis fibrosante se manifiesta por hipoxemia persistente
y una dism inución adicional de la distensibilidad pulmonar debida a
la fibrosis progresiva. Las radiografías de tórax muestran opacidades
lineales y, ocasionalmente, bullas. Histopatológicamente se encuentran
fibrosis y resolución parcial del edema. Se puede desarrollar hipertensión
pulm onar por la obliteración de los lechos capilares. Algunos pacientes
no entran en la fase de alveolitis fibrosante y continúan con la resolución
de su lesión pulmonar aguda.
3. La fase de recuperación se manifiesta por la resolución gradual de
la hipoxemia y de la alteración de la distensibilidad pulmonar. Las
alteraciones radiográficas se resuelven. La función pulmonar vuelve a la
normalidad a los 6 a 12 meses, con una leve alteración residual de la
mecánica pulmonar.
D. El tratamiento del SD RA está enfocado a la investigación y el tratamiento
de la causa subyacente y al adecuado tratamiento de mantenimiento del
paciente.
TA B LA 5 2 - 2
ENFERMEDADES ASOCIADAS AL DESARROLLO DEL SÍNDROME DE DIFICULTAD
RESPIRATORIA AGUDA_____________________________________________________
Lesión pulmonar directa________________ Lesión pulmonar indirecta_____________
Causas fre cu en te s Causas frecu entes
Neumonía Sepsis
Aspiración de contenido gástrico Traumatismos graves con shock y
transfusiones múltiples
Causas m enos frecu entes C ausas m enos frecu entes
Contusión pulmonar Bypass cardiopulmonar
Embolismo graso Sobredosis de drogas
Ahogamiento incompleto Pancreatitis aguda
Lesión por inhalación Transfusión de productos sanguíneos
Edema pulmonar por reperfusión tras
trasplante pulmonar o embolectomía
pulmonar
ERRNVPHGLFRVRUJ
IV. Alteraciones misceláneas 449
PULMONARES
E. Tromboembolismo pulmonar (TEP).
1. La trombosis venosa profunda (TVP) y el TEP constituyen una
importante causa de morbilidad y mortalidad en los pacientes de cirugía
general y de traumatología:
a. Aproximadamente 1 5 0 .0 0 0 pacientes fallecen cada año debido a
TEP.
b. La tasa de mortalidad com unicada a 3 meses tras un TEP se ha
ENFERMEDADES
estimado en un 17,5% .
c. La TVP y el TEP se han de considerar partes del mismo proceso
fisiopatológlco.
d. El 40% de los pacientes con TVP tiene evidencia de TEP en las TC.
e. El 30% de los pacientes con TEP presenta una exploración
ecográfica anormal de las extremidades inferiores.
f. El pronóstico tras un TEP depende tanto del tamaño del émbolo
como de la reserva cardiopulm onar del paciente.
2. Fisiopatología: daño endotelial, hipercoagulabilidad y estasis venosa
(tríada de Virchow) conducen a la trombosis de las venas profundas
de las extremidades inferiores. Conforme el émbolo se propaga hacia
proximal, todo o parte se puede soltar y em bolizar centralmente en la
circulación pulmonar:
a. La serotonina liberada por las plaquetas produce vasoconstricción
pulmonar. Esto, junto a la obstrucción producida por el trombo,
conduce a un aumento de las resistencias vasculares pulmonares
que provoca una sobrecarga del ventrículo derecho.
b. La broncoconstrlcción refleja incrementa la resistencia de la vía
aérea.
c. Se produce una discordancia entre ventilación y perfusión, que
resulta en hipoxia, taquipnea e hiperventilación alveolar.
3. Factores de riesgo: son los m ism os que para la TVP, e incluyen los
siguientes:
a. Historia de TVP previa.
b. Inmovilización prolongada.
c. Cirugía que precisa > 3 0 m inutos de anestesia.
d. Traumatismos.
e. Enfermedad médica grave (p. ej., accidente cerebrovascular, infarto
de miocardio reciente y síndrome nefrótico).
f. Estrógenos exógenos.
g. Neoplasias.
ERRNVPHGLFRVRUJ
450 IV. Alteraciones m isceláneas
ERRNVPHGLFRVRUJ
IV. Alteraciones misceláneas 451
PULMONARES
anticoagulación con heparina intravenosa; el mayor riesgo de recurrencia
se produce en las primeras 4 8 horas tras la aparición del TEP:
i. La anticoagulación está dirigida al tratamiento de la TVP
asociada, y se debe iniciar tan pronto como exista una sospecha
clínica moderada o alta de TEP.
ii. Se administra un bolo inicial de 8 0 U /k g I.v. de heparina no
fraccionada, seguido de una Infusión de 1 8 U /kg para conseguir
ENFERMEDADES
un objetivo de TTP de 6 0 a 80. Los normogramas de heparina
facilitan los ajustes de dosis posteriores.
iii. Los efectos adversos de la heparina incluyen hemorragias y
trombocitopenia inducida por la heparina (TIH).
iv. En los pacientes hemodinámicamente estables se pueden
administrar heparinas de bajo peso molecular con una seguridad
y eficacia comparables.
b. Una vez que se consigue el TTP terapéutico, se inicia el tratamiento
con warfarina oral, con un INR diana de 2 a 3 que se debe continuar
de 3 a 6 meses en los pacientes con un primer episodio de TEP.
c. Puede estar indicada la colocación de un filtro de vena cava
inferior en los pacientes en los que está contraindicada la
anticoagulación, en aquellos que desarrollan una com plicación de la
anticoagulación y en los que fracasa la anticoagulación (p. ej., TEP
recidivante a pesar de la anticoagulación terapéutica).
d. En los pacientes que muestran inestabilidad hemodinámica durante
la presentación del TEP se debe considerar el tratamiento con
trombolíticos:
i. Mejoran la perfusión p u lm o n a ry la función del ventrículo
derecho al disolver los trombos. Se pueden adm inistrar por vía
intravenosa o mediante infusión directa por cateterización. No
existen datos que demuestren que un método de administración
es superior a otro.
ii. Son más efectivos cuando se administran en los primeros 14
días tras el TEP.
¡Ii. Su utilidad es dudosa en los pacientes que presentan disfunción
del ventrículo derecho pero una presión arterial estable.
e. En los pacientes hemodinámicamente inestables con
contraindicaciones para la terapia trombolítica, las opciones de
tratamiento incluyen em bolectomía con catéter, trombofragmentación
percutánea y embolectomía quirúrgica.
ERRNVPHGLFRVRUJ
452 IV. Alteraciones m isceláneas
6. Prevención:
a. Mecánica:
I. Deambulación postoperatoria precoz,
il. M edias de compresión gradual.
¡ii. Dispositivos de compresión Intermitente y bombas de pie:
estos sistemas Incrementan el retorno venoso en las piernas y
estimulan el endotelio vascular, activando la fibrinólisis endógena.
b. Farmacológica:
i. Dosis bajas de heparina no fraccionada subcutánea
adm inistradas como 5 .0 0 0 U dos o tres veces al día:
a) Reduce la Incidencia de T E P fatal en dos tercios.
b) La primera dosis se administra 2 horas antes de la cirugía.
c) Entre los riesgos se incluye la TIH.
ii. Heparinas de bajo peso molecular:
a) Reducen el riesgo de TIH.
b) Presentan una eficacia sim ilar a la heparina no fraccionada
en los pacientes de cirugía general y una eficacia superior
en los pacientes de traumatología.
iii. Hirudina:
a) Inhibidor directo de la trombina (lia).
b) Se utiliza como profilaxis de la TVP en pacientes con TIH.
F. Neumonía asociada al ventilador (NAV): se define com o la neumonía
que se produce a las 4 8 horas o más de la intubación endotraqueal. Se
da en el 9 al 27% de los pacientes intubados y conlleva un alto riesgo
de mortalidad.
1. La incidencia de NAV aumenta con la duración de la ventilación
mecánica y se ha estimado aproximadamente en un 3%/día en los
primeros 5 días de Intubación, un 2%/día entre los días 5 y 10 y un
1%/día en los días subsiguientes.
2. La neumonía bacteriana representa la mayoría de los pacientes con
NAV. Las etiologías viral y fúngica son poco frecuentes.
3. Los patógenos bacterianos específicos que se han de considerar en
las NAV son bacilos aeróbicos gramnegatlvos, como Pseudomonas
aeruginosa, Klebsiella penumoniae, Acinetobacter spp. y cocos
grampositivos, com o Staphylococcus aureus, la mayoría de los cuales es
resistente a la meticilina (SAMR):
a. Las NAV de inicio tardío (después de 5 días) se asocian a mayores
tasas de microorganismos resistentes a los antibióticos y a altas tasas
de mortalidad.
b. El proceso de NAV comienza con la aspiración de microorganismos
orofaríngeos o con la fuga de secreciones alrededor del tubo
endotraqueal hacia la parte inferior del árbol traqueobronquial. Las
fuentes de infección incluyen dispositivos sanitarios, personal médico
y el ambiente. Se sigue de la colonización del epitelio respiratorio
y, finalmente, de la superación de los mecanism os de defensa del
huésped, que producen la infección.
4. Diagnóstico: se debe sospechar ante los hallazgos clínicos de fiebre,
secreciones purulentas, leucocitosis y disminución de la oxigenación, o por
la aparición de nuevos infiltrados pulmonares en la radiografía de tórax. En
los pacientes con SDRA, cualquier deterioro de la situación hemodinámlca
del paciente o de la oxigenación debe hacer sospechar una NAV:
ERRNVPHGLFRVRUJ
IV. Alteraciones misceláneas 453
PULMONARES
aeruginosa.
b. En los pacientes que han estado en la UCI más de 5 a 7 días o
en tratamiento antibiótico el tratamiento debe incluir cobertura de
S. aureus metillcín resistente (SAMR) (p. ej., vancomicina).
c. La cobertura antibiótica se puede ajustar a continuación a los
microorganismos específicos aislados en el cultivo del LBA.
ENFERMEDADES
SISTEMA DE PUNTUACIÓN DE INFECCIÓN PULMONAR CLÍNICA (CLINICAL
PULMONARY INFECTION SCORE [CPIS]) DEL PARKLAND MEMORIAL HOSPITAL
CPIS: Variable Puntuación
1 . T e m peratura (°C)
>36,5 y <38,4 0
>38,5 y <38,9 1
>39 y <36,5 2
2 . R ecu ento de leucocitos
>4.000 o <11.000 0
<4.000 o >11.000 1
<4.000 o >11.000 y bandas o cayados >50% 2
3 . S ecreciones traqueales
Nula o mínima 0
Presencia de secreciones no purulentas 1
Presencia de secreciones purulentas 2
© ELSEVIER. Fotocopiarsin autorización es un delito.
4 . O xigenación (P a o 2/F io 2)
>240, SDRA o contusión pulmonar 0
<240 y sin SDRA 2
(SDRA se define como p/f <200, PEAP <
18mmHg e Infiltrados bilaterales agudos)
5 . R adiografía de tórax
Sin Infiltrados 0
Infiltrados difusos o parcheados 1
Infiltrados localizados 2
Puntuación total de las 5 variables CPIS total Acción
< 6 y baja sospecha de NAV Evaluar la presencia de otros
posibles orígenes de Infección
< 6 y alta sospecha de NAV Evaluar como si CPIS >6
>6 Ordenar cultivo de catéter de LBA
e iniciar tratamiento antibiótico
ERRNVPHGLFRVRUJ
454 V. Lecturas recomendadas
V. LECTURAS RECOMENDADAS
ERRNVPHGLFRVRUJ
Alteraciones
de la termorregulación en
la unidad de cuidados intensivos
Jason Hall, MD
II. HIPOTERM IA
A. Etiología.
1. Hipotermia accidental primaria: estos pacientes presentan mecanismos
homeostásicos normales y la hipotermia se debe a una excesiva
exposición ambiental.
2. Hipotermia accidental secundaria: resulta más frecuente que la
hipotermia primaria y conlleva un pronóstico más letal. Se produce
cuando los pacientes pierden la capacidad de regular su temperatura
corporal en un ambiente en el cual los pacientes sanos no se afectan;
puede producirse por diversas causas:
a. Cirugías intraabdominales prolongadas.
b. Bypass cardiopulmonar.
c. Sepsis.
d. Diversas alteraciones metabóllcas pueden contribuir o producir
ALTERACIONES DE LA TERMORREGULACIÓN
ERRNVPHGLFRVRUJ
II. Hipotermia 457
ERRNVPHGLFRVRUJ
458 II. Hipotermia
ERRNVPHGLFRVRUJ
III. Hiperterm ia 459
c. Endocrino:
I. A temperaturas inferiores a 3 0 °C no se debe tratar la
hiperglucemia, ya que se puede producir una hipoglucemia de
rebote durante el recalentamiento.
A. Hipertermia maligna.
1. Se produce en 1 /1 5 .0 0 0 episodios de anestesia general.
2. Se trata de un trastorno hereditario (autosómico dominante).
3. Sin tratamiento, la mortalidad es —80% .
4. Se produce debido a una excesiva liberación de calcio del retículo
sarcoplásm ico del m úsculo esquelético de forma secundaria a los
© anestésicos volátiles (halotano, enfluorano, isofluorano y relajantes
musculares despolarizantes como la succinilcolina).
ERRNVPHGLFRVRUJ
460 III. Hiperterm ia
ERRNVPHGLFRVRUJ
III. Hiperterm la 461
ERRNVPHGLFRVRUJ
462 V. Lecturas recomendadas
IV. FIEBRE
V. LECTURAS RECOMENDADAS
ERRNVPHGLFRVRUJ
Alteraciones del equilibrio ácido-
base, líquidos y electrólitos
Sean Dineen, MD, y Paul Schumacher, MD
B. Requerimientos de electrólitos.
1. Sodio: de 1 a 2m Eq/kg/día para los adultos; 1 mEq/día en el caso de los
niños.
2. Cloruro: de 1 a 2m Eq/kg/día para los adultos; 1 mEq/día en el caso de
los niños.
3. Potasio: de 0 ,5 a 1 mEq/kg/día.
ERRNVPHGLFRVRUJ
V. Hipernatrem ia 465
ERRNVPHGLFRVRUJ
466 VII. Hiperpotasem ia
VI. HIPONATREM IA
V II. HIPERPOTASEM IA
ERRNVPHGLFRVRUJ
VIII. Hipopotasem ia 467
V III. HIPOPOTASEMIA
A. Etiología.
1. Pérdidas gastrointestinales: los pacientes que presentan una función
renal normal son capaces de reducir la excreción urinaria de potasio a
menos de 20m Eq/día. Cuando supera dicha cifra, puede haber algún
grado de fracaso renal o de hiperaldosteronismo.
ELSEVIER. Fotocopiarsin autorización es un delito.
ERRNVPHGLFRVRUJ
468 X. H ipocalcem ia
IX. HIPERCALCEM IA
X. HIPOCALCEM IA
ERRNVPHGLFRVRUJ
XII. Hipom agnesem ia 469
XII. HIPOMAGNESEMIA
A. Causas.
ELSEVIER. Fotocopiarsin autorización es un delito.
ERRNVPHGLFRVRUJ
470 XV. Alteraciones del equilibrio ácido-base
X III. HIPERFOSFATEMIA
XIV. HIPOFOSFATEM IA
A. Causas.
1. Pérdidas gastrointestinales.
2. Pérdidas renales.
3. Malnutriclón.
4. Inadecuado reemplazo durante la nutrición parenteral total.
5. Uso de antiácidos que se unan al fosfato.
B. Signos y síntomas.
1. Rabdomiólisis.
2. Debilidad.
3. Disfunción eritrocitarla.
4. Insuficiencia respiratoria.
5. Cardiomiopatía.
C. Tratamiento.
1. Los déficit graves se deben corregir con fosfato sódico o potásico,
dependiendo de la com posición electrolítica.
2. Los déficit menos graves se pueden corregir con fármacos orales.
ERRNVPHGLFRVRUJ
XV. Alteraciones del equilibrio ácido-base 471
4. Excreción renal de H C 0 3.
D. Las gasometrías arteriales son fundam entales para identificar las
alteraciones del equilibrio ácido-base (p. ej., pH), para ayudar en la
identificación del tipo de alteración (respiratoria o metabólica) y para el
control del seguimiento de las Intervenciones terapéuticas.
E. Las causas de las alteraciones de equilibrio ácido-base en los pacientes
de traumatología son shock, hemorragias y transfusiones masivas.
F. Alteraciones respiratorias.
1. Acidosis respiratoria:
a. Se produce por una inadecuada ventilación, que produce retención
de C 0 2. Las causas incluyen lesiones cerebrales, intoxicaciones,
sedación excesiva y estadios agónicos.
b. El pH dism inuye 0 ,0 8 por cada lO m m H g de aumento de la P aC 0 2.
ERRNVPHGLFRVRUJ
472 XVI. Fracaso renal agudo
A. Clasificación.
1. Fracaso renal agudo oligúrico: diuresis inferior a 4 0 0 mi en 2 4 horas.
2. Fracaso renal agudo no oligúrico: diuresis superior a 4 0 0 mi en
2 4 horas. La mortalidad de este fracaso es la mitad de la del fracaso
renal oligúrico.
B. Etiología.
1. Prerrenal:
a. La dism inución del volumen Intravascular es frecuente en los
pacientes traumáticos debido a hemorragias, pérdidas de líquidos al
tercer espacio o drenajes de líquidos.
b. Alteración de la función cardíaca.
c. Obstrucción vascular renal.
ERRNVPHGLFRVRUJ
XVI. Fracaso renal agudo 473
2. Renal:
a. Estados prerrenales o posrenales prolongados.
b. Lesiones parenquimatosas de los glomérulos o los túbulos debidas a
neurotoxinas tales como aminoglucósidos, anfotericina B y contrastes
radiológicos:
I. Es más frecuente que se produzca un fracaso renal agudo tras
la administración de contrastes radiológicos cuando el paciente
es diabético o presenta fracaso renal crónico preexistente,
dism inución del volumen intravascular, hipertensión o
enfermedad vascular periférica, o es un paciente de avanzada
edad o se utilizan concomitantemente otros fármacos
nefrotóxicos.
ii. La mioglobina precipita en los túbulos renales produciendo
poco notables:
I. Osmolaridad de la orina mayor de 5 0 mOsm.
ii. Na de la orina inferior a 1 0 mEq/l.
e. Los pacientes con fallo renal intrínseco presentan:
i. Proteinuria.
ii. Piuria.
iii. Cilindros en la orina (proteínas, leucocitos y células epiteliales).
iv. La osmolaridad de la orina es igual a la plasmática.
v. Na en la orina mayor de 1 0 mEq/l.
f. Los pacientes con fallo posrenal presentan:
I. Análisis de orina sin alteraciones importantes.
ii. Electrólitos en la orina sin alteraciones importantes.
iii. Estudios de imagen que confirman el diagnóstico.
g. Los pacientes con rabdom iólisis dan positivo para sangre en las tiras
© de orina, pero sin la presencia microscópica de hematíes.
ERRNVPHGLFRVRUJ
474 XVI. Lecturas recomendadas
D. Tratamiento.
1. Prerrenal:
a. Restauración del volumen intravascular.
b. Corrección del gasto cardíaco.
c. Corrección de la perfusión vascular renal.
d. Puede estar indicado un catéter de Sw an-Ganz para la monitorización
hemodinámlca.
e. Instauración de la diuresis.
2. Renal:
a. Hay que retirar los agentes neurotóxicos.
b. La miogloblnuria precisa una intensa administración de líquidos
hasta que la orina esté libre de mloglobina:
i. Se administra manitol para conseguir una diuresis osmótica.
ii. La alcalinización de la orina se consigue con bicarbonato
(5 0 m E q /5 0 m l).
3. Posrenal: se debe corregir la obstrucción urinaria.
E. Actitud.
1. Hay que conseguir diuresis (de 0 ,5 a 1 ml/kg/h).
2. Se deben optim izar el volumen intravascular y el estado hemodinámico
para una apropiada perfusión renal.
3. Se han de usar diuréticos osmóticos para aumentar la diuresis o para el
manejo de fluidos.
4. Se debe prevenir la hiperpotasemia.
5. Diálisis en caso de fracaso renal agudo:
a. Acidosis.
b. Sobrecarga de volumen.
c. Hiperpotasemia (y otras alteraciones electrolíticas).
d. Ingestión de toxinas.
e. Signos y síntomas de uremia.
6. El tratamiento estándar para el fracaso renal agudo es la hemodiálisis
intermitente.
7. Diálisis peritoneal:
a. No es adecuada tras una laparotomía reciente.
b. Riesgo de peritonitis.
c. En pacientes seleccionados presenta ventajas, como no necesidad de
anticoagulación, técnica fácil y menor asociación con hipotensión.
8. La hem odiálisis venovenosa continua y la hem odiálisis arteriovenosa
tienen ciertas ventajas sobre la hem odiálisis Intermitente.
a. Ventajas:
i. Control preciso metabólico y de líquidos.
ii. Menor hipotensión accidental.
iii. Incapacidad de adm inistrar soporte nutricional.
b. Desventajas:
i. Necesidad de anticoagulación prolongada.
ii. Necesidad de vigilancia continua.
ERRNVPHGLFRVRUJ
XVI. Lecturas recomendadas 475
Australian and New Zealand Intensive Care Society (ANZICS) Clinical Trials
Group: Low dose dopam ine in patients with early renal dysfunction: A
placebo-controlled randomized trial. Lancet 2 0 0 0 ; 3 5 6 :2 1 3 9 -4 3 .
Kellum JA, Decker JM : Use of dopam ine in acute renal failure: A meta
analysis. Crit Care Med 2 0 0 1 ; 2 9 :1 5 2 6 -3 1 .
Mehta RL, Pascual MT, Soroko S, Chertow GM for the PICARD Study Group:
Diuretics, mortality, and nonrecovery of renal function in acute renal
failure. JA M A 2 0 02; 2 8 8 :2 5 4 7 -5 3 .
M ullins RJ: Shock, electrolytes, and fluid. En: Townsend CM (ed.): Textbook
of Surgery: The Biological Basis of Modern Practice, 17th ed.. Saunder:
Philadelphia; 2 0 0 4 . p. 6 7 -1 1 2 .
O’Brien WJ: Fluids and electrolytes. En: Berry SM (ed.): The Mont Reid
Surgical Handbook, 4 th ed.. Mosby: St Louis; 1 9 9 7 . p. 17-31.
ERRNVPHGLFRVRUJ
Infecciones en la unidad de
cuidados intensivos quirúrgicos
Alan E. Harzman, MD
I. INTRODUCCIÓN
A. Infección.
1. Diagnóstico microbiológico.
B. Síndrome de respuesta inflamatoria sistémica (SRIS).
1. Es la respuesta inflamatoria sistém ica a diversas agresiones clínicas.
2. Consenso del American College of Chest Physicians (ACCP) y de la
Society of Critical Care M edicine (SCCM )1:
a. Dos o más de los siguientes criterios:
i. Temperatura superior a 3 8 °C o inferior a 3 6 °C.
ii. Frecuencia cardíaca mayor de 9 0 Ipm.
iii. Frecuencia respiratoria mayor de 2 0 o Paco2 menor de 3 2 mmHg.
iv. Recuento de leucocitos (WBC) mayor de 1 2 .0 0 0 o menor de
4 .0 0 0 o cayados (bandas) de más del 10%.
3. La fase inicial está caracterizada por un aumento del gasto cardíaco y
una dism inución de las resistencias vasculares sistémicas.
4. En las fases avanzadas el gasto cardíaco se encuentra por debajo de la
normalidad; precede al fallo cardíaco.
C. Sepsis.
1. SRIS + infección = sepsis.
2. Respuesta hipermetabólica asociada a un incremento de la demanda de
oxígeno.
3. Inflamación sistémica en respuesta a la infección.
D. Shock séptico.
1. Sepsis + (hipotensión, hipoperfuslón o disfunción de órganos) = shock
séptico.
2. Se asocia a una dism inución de la extracción de oxígeno de los tejidos y
de la deuda de oxígeno, con aumento de la Svo2.
3. Los signos pueden incluir acidosis láctica, oliguria o cam bios en el
estado mental.
E. Síndrome de disfunción multiorgánica (SDMO).
1. La sepsis y el SRIS son factores predisponentes.
2. Alteraciones funcionales de más de un sistema orgánico; no se puede
mantener la homeostasia sin soporte.
3. La fisiopatología está relacionada con una superación de las defensas
del huésped.
4. Teorías del SD M O (bajo investigación actualmente)2:
476 © 2 0 1 0 . Elsevier España, S.L. Reservados todos los derechos
ERRNVPHGLFRVRUJ
IV. Evaluación de la respuesta febril 477
a. Intestino:
i. La hipoperfusión esplácnica durante el SRIS/sepsis puede
producir liberación de citoquinas, que provocan una exacerbación
del SRIS/sepsis y, posteriormente, permiten la translocación de
bacterias durante el período de inmunosupresión relativa.
b. Hipótesis del doble impacto:
i. Tras el cebado del sistema inm une por la primera agresión,
cualquier agresión adicional puede producir una respuesta
exagerada que conduzca al SDMO.
A. Temperatura.
1. Temperatura oral normal: 3 7 °C.
2. Variación diurna: 1,3 °C mayor de 4 a 6 PM.
3. La temperatura central es 0 ,5 °C más alta que la oral.
ELSEVIER. Fotocopiarsin autorización es un delito.
ERRNVPHGLFRVRUJ
478 IV. Evaluación de la respuesta febril
ERRNVPHGLFRVRUJ
V. Etiología de la hipertermia 479
V. ETIOLOGÍA DE LA HIPERTERMIA
A. Infección/inflamación.
1. Se comenta en el resto del capítulo.
B. Trombosis venosa profunda (TVP)/embolismo pulmonar (EP).
1. Hasta un 11% de las TVP se producen en las extremidades superiores
(los factores de riesgo son las vías venosas centrales y neoplasias).
2. La TVP precipita una reacción inflamatoria local, mientras que los
efectos perjudiciales del EP están asociados con una lesión inflamatoria
sistém ica aguda.
3. El diagnóstico de TVP se basa en la exploración Doppler del sistema
venoso según indique la exploración física.
4. El diagnóstico de EP se confirma mediante una angio-TC o una
gammagrafía de ventilación-perfusión y/o angiografía pulmonar, dirigidas
Q U IR Ú R G IC O S
según los factores de riesgo, anam nesis y presencia o ausencia de
inestabilidad hemodinámica.
5. El tratamiento de ambos procesos precisa anticoagulación, salvo que
esté contraindicada.
6. De forma opcional, se pueden colocar de modo profiláctico dispositivos
de filtro de la vena cava en las poblaciones de alto riesgo con
INTENSIVOS
contraindicaciones a la anticoagulación o si el tratamiento subsecuente con
terapia anticoagulante fracasa. En algunas raras ocasiones hemos colocado
filtros de vena cava superior en pacientes con TVP de las extremidades
superiores en los que la antlcoagulación estaba contraindicada.
7. La posibilidad del uso de filtros recuperables permite la protección a
DE CUIDADOS
corto plazo hasta que cese la contraindicación para la anticoagulación.
C. Reacciones transfusionales3.
1. Menores:
a. Reacción frente a los antígenos leucocitarios del donante.
b. El tratamiento consiste, principalmente, en medidas de soporte para
mejorar las condiciones del paciente.
EN LA UNIDAD
2. Mayores:
a. Habitualmente, reacciones hemolíticas asociadas con
incom patibilidad ABO o Rh.
b. La mayoría están relacionadas con errores administrativos.
c. Precipitan una reacción inflamatoria sistémica. Son posibles shock,
ELSEVIER. Fotocopiarsin autorización es un delito.
ERRNVPHGLFRVRUJ
480 V. Etiología de la hipertermia
b. Neoplasias.
c. infartos (accidente cerebrovascular).
d. Hemorragia (hipertensión).
F. Endocrino/metabólico.
1. Tormenta tiroidea:
a. Manifestación extrema de tirotoxicosis asociada con fiebre,
taquicardia desproporcionada en relación a la fiebre y alteraciones
del sistema nervioso central.
b. Los factores desencadenantes incluyen manipulación del tiroides,
infección, traumatismos, cetoacidosis diabética, infarto de miocardio
y fármacos.
c. El diagnóstico se basa en la realización de pruebas de función tiroidea.
d. El tratamiento se dirige a dism inuir las hormonas tiroideas y al
control agudo de los efectos hem odinám icos del exceso de la
hormona tiroidea mediante bloqueo (3.
2. Insuficiencia suprarrenal:
a. La fisiopatología está relacionada con la disfunción corticosuprarrenal
con dism inución de la producción de glucocorticoides.
b. Las causas primarlas son de origen suprarrenal, e incluyen
traumatismos, hemorragias, infartos y neoplasias.
c. Las causas secundarias están asociadas a la supresión del eje
hipotálamo-hipofisario-suprarrenal por administración de esteroides
exógenos.
d. La clínica puede incluir hipertermia e hipotensión refractaria.
e. El diagnóstico se basa en las pruebas de estimulación de ACTH para
documentar la producción de cortisol en respuesta a la administración
exógena de hormona. Hay que comprobar el cortisol sérico. Se
administran 2 5 0 |¿g i.v. de ACTH y se repite la determinación de
cortisol a los 3 0 y 6 0 minutos. Un incremento del cortisol superior a
9(ig/dl es indicativo de una función suprarrenal normal4.
f. La TC craneoencefálica puede ser útil para descartar alteraciones del
sistema nervioso central.
g. El tratamiento consiste en esteroides intravenosos y medidas de
soporte; puede ser necesario ocasionalmente apoyo inotrópico.
h. Cuando se sospecha, en los pacientes en shock se debe iniciar el
tratamiento con dexametasona. A continuación se pueden hacer
las pruebas de estimulación con ACTH, con la conversión posterior
del tratamiento a hidrocortisona de 2 0 0 a 300m g/día, divididos en
dos o tres dosis al día o en infusión continua durante 7 días.
(La dexametasona no interfiere las pruebas de cortisol.)
i. Si la prueba de estimulación con ACTH es normal, se suspende
inmediatamente el tratamiento con esteroides.
j. Tras los 7 días se debe considerar la dism inución progresiva de la
dosis de esteroides hasta la supresión.
3. Gota:
a. Se manifiesta por un incremento del urato sérico junto a artritis, con
mayor frecuencia en las primeras articulaciones metatarsofalángicas.
b. El tratamiento es de mantenimiento.
G. Cardíaco.
1. Infarto agudo de miocardio.
H. Abstinencia de drogas.
I. Etanol:
ERRNVPHGLFRVRUJ
VI. Etiología de la infección/inflam ación 481
A. Catéteres intravasculares.
1. Periféricos,
a. Patogenia:
ERRNVPHGLFRVRUJ
482 VI. Etiología de la infección/inflam ación
ERRNVPHGLFRVRUJ
VI. Etiología de la infección/inflam ación 483
Q U IR Ú R G IC O S
a. Patogenia:
i. Infección invasiva rápidamente progresiva de las partes blandas.
ii. La patogénesis está relacionada con la inm unocom petencia del
huésped y la agresividad del microorganismo.
iii. Los factores de riesgo incluyen inmunosupresión, diabetes,
edad avanzada, malnutrición, esteroides exógenos, radiación y
quimioterapia.
INTENSIVOS
iv. Tipos de infección:
a) Polimicrobiana.
b) Clostridial: produce una mionecrosis progresiva.
c) Estreptocóclca: exotoxinas y enzim as lítlcas que separan los
planos prefasciales; se asocia a una Infección que avanza
DE CUIDADOS
rápidamente.
b. Signos y síntomas:
i. Fiebre, dolor y síntom as de shock.
ii. Dolorimlento a la palpación, eritema, decoloración de la piel,
am pollas y crepitación.
iii. Las infecciones por Clostridium se asocian con el característico
EN LA UNIDAD
viables.
il. Se debe iniciar tratamiento con antibióticos de am plio espectro,
incluida una dosis alta de penicilina (contra Clostridium y
estreptococos) y clindam icina.
C. Pulmonar/torácica.
1. Neumonía:
a. Prevención:
i. Lavado de manos entre pacientes.
ii. Cabecera de la cama elevada & 30°.
¡il. Evitar la sobredistensión gástrica.
iv. Higiene oral de rutina.
b. Patogenia:
© i. Adquirida en la com unidad (< 7 2 horas tras el ingreso); con
mayor frecuencia grampositivos.
ERRNVPHGLFRVRUJ
484 VI. Etiología de la infección/inflam ación
TA B LA 5 5 -1
SISTEMA DE PUNTUACIÓN DE INFECCIÓN PULMONAR CLÍNICA
(CLINICAL PULMONARY INFECTION SCORE [CPIS])____________
Puntos
Te m peratura (°C)
Entre 36,5 y 38,4 0
38,5 a 38,9 1
Menos de 36,5 o más de 39 2
R ecu ento leucocitario
Entre 4.000 y 11.000 0
Menos de 4.000 o más de 11.000 1
Menos de 4.000 o más de 11.000 y más del 50% de 2
bandas (cayados)
Secreciones traq u eales
Nula o mínima 0
No purulenta 1
Purulenta 2
O xigenación (P ao2/F io 2)
Más de 240, SDRA o contusión pulmonar 0
Menos de 240, sin SDRA 2
(SDRA definido como Pao2/Fio2 menor de 200, PEAP de
18mmHg y presencia de infiltrados agudos bilaterales)
R adiografía d e tórax
Sin Infiltrados 0
Infiltrados difusos (o parcheados) 1
Infiltrados localizados 2
PEAR Presión enclavada de la arteria pulmonar; SDRA, síndrome de dificultad respiratoria aguda.
ERRNVPHGLFRVRUJ
VI. Etiología de la infección/inflam ación 485
ERRNVPHGLFRVRUJ
486 VI. Etiología de la infección/inflam ación
d. Tratamiento:
i. Mediastinitis anterior: cobertura de grampositivos (vancomicina).
ii. Desbridamiento quirúrgico con cobertura con colgajo de pectoral
mayor.
iii. Mediastinitis posterior: cobertura de am plio espectro.
iv. Reparación o exclusión esofágica.
5. Pericarditis:
a. Patogenia:
i. Postesternotomía, uremia y viral.
b. Signos y síntomas:
i . Fiebre y dolor torácico.
c. Evaluación diagnóstica:
I. Radiografía de tórax.
ii. La ecocardiografía está indicada cuando se sospecha un derrame
importante.
d. Tratamiento:
i. De mantenimiento.
ii. Antiinflamatorlos.
iii. Drenaje percutáneo o subxifoideo ante la sospecha de pericarditis
purulenta o de taponamiento pericárdico.
D. Tracto urinario.
1. Patogenia:
a. Los microorganismos migran a lo largo del catéter uretral.
b. Constituyen del 3 5 al 40% de las Infecciones nosocomiales.
c. Predominan los microorganismos grampositivos.
2. Signos y síntomas:
a. Fiebre y disuria.
b. Dolor a la palpación en el flanco y/o suprapúbico.
3. Evaluación diagnóstica:
a. Análisis de orina: recuento de leucocitos, esterasa leucocitaria y nitritos.
b. Cultivo de orina.
4. Tratamiento:
a. Retirada de la sonda de Foley lo antes posible.
b. Antibióticos que cubran los patógenos grampositivos (com binación de
penicilina más Inhibidor de las (3-lactamasas).
E. Intraabdominal.
1. Abscesos intraabdominales:
a. Patogenia:
i. Perforación de una úlcera, diverticulitis, apendicitis y colecistitis.
ii. Poslaparotomía.
¡ii. Lesión traumática no diagnosticada.
b. Signos y síntomas:
i. Fiebre, dolor abdominal, náuseas y vómitos.
ii. Dolor abdominal a la palpación (dolorimlento local y peritonitis
difusa) y masas.
c. Evaluación diagnóstica:
i. La radiografía de tórax puede mostrar aire libre o derrame pleural
simpatético.
ii. La radiografía de R U V se analiza para descartar obstrucción.
iii. La TC abdominal es la mejor prueba diagnóstica individual;
presenta altas tasas de sensibilidad y especificidad.
ERRNVPHGLFRVRUJ
VI. Etiología de la infección/inflam ación 487
d. Tratamiento:
I. Antibióticos de am plio espectro que cubran especialmente
patógenos gramnegativos y anaerobios.
ii. Drenaje percutáneo guiado por TC.
iii. Drenaje quirúrgico.
2. Colecistitis (acalculosa):
a. Patogenia:
i. Factores predisponentes: quemaduras, traumatismos, isquemia,
estasis biliar y obstrucción del conducto cístico.
b. Signos y síntomas:
i. Fiebre, dolor abdom inal, náuseas y vómitos.
ii. Dolor abdominal a la palpación en el cuadrante superior derecho
(hipocondrio derecho).
esfinterotomía.
¡ii. Colecistostomía percutánea o abierta en los pacientes que no son
candidatos a la CPRE.
iv. Drenaje transhepático percutáneo.
4. Pancreatitis:
a. Patogenia:
i. Los factores asociados incluyen la obstrucción del
conducto, alcohol etílico, traumatismos, isquemia, fármacos
y antibióticos.
b. Signos y síntomas:
i. Dolor abdominal epigástrico, náuseas, vóm itos y fiebre.
ii. Dolor a la palpación abdominal en el epigastrio, signos de shock
consistentes con infección necrotizante o abscesos.
c. Evaluación diagnóstica:
© i. Am ilasa, llpasa y pruebas de función hepáticas.
ERRNVPHGLFRVRUJ
488 VI. Etiología de la infección/inflam ación
ii. Ecografía del CSD para descartar una obstrucción del conducto
biliar común o colelitiasis.
iii. TC abdominal para valorar la posible existencia de flemones o
abscesos.
d. Tratamiento:
I. Antibióticos de am plio espectro.
ii. Drenaje y/o desbridamiento quirúrgico de infecciones
necrotizantes o abscesos.
iii. Medidas de soporte; puede precisarse un intenso soporte con
volumen.
F. Entéricas.
1. Enterocolitis seudomembranosa:
a. Patogenia:
i. Sobrecrecimiento entérico de Clostridium difficile con producción
de seudom embranas y enterotoxinas.
ii. Los factores predisponentes están relacionados con el tratamiento
antibiótico previo.
iii. Se asocia a un aumento de riesgo de megacolon tóxico.
b. Signos y síntomas:
i. Fiebre, dolor abdominal y diarrea.
ii. Dolor a la palpación abdominal.
c. Evaluación diagnóstica:
I. Análisis de heces: toxina de C. difficile y leucocitos en las heces.
ii. Radiografía de R U V para descartar distensión del colon
(megacolon tóxico).
iii. Endoscopia del tracto digestivo inferior: visualización de las
seudom embranas y cultivos/o biopsias.
d. Tratamiento:
i. El de elección consiste en metronidazol parenteral o enteral. La
vancom icina enteral se reserva para los casos refractarios.
ii. El megacolon tóxico puede precisar intervención quirúrgica.
G. Senos paranasales.
1. Sinusitis:
a. Patogenia:
i. Relacionada con la obstrucción de los ostia de los senos
paranasales.
ii. Entre los factores predisponentes se incluyen fracturas de los
senos paranasales, intubación nasogástrica o nasotraqueal
prolongada y taponamiento nasal.
b. Signos y síntomas:
i. Fiebre, cefalea y dolor facial.
ii. Dolor a la palpación maxilar o frontal y rinorrea.
c. Evaluación diagnóstica:
i. Serle radiográfica facial.
ii. TC de cara y senos paranasales.
iii. Aspiración de los senos (más de 1 0 3/ml organismos indica
infección).
d. Tratamiento:
i. Antibióticos.
ii. Drenaje de los senos maxilares a través de un abordaje de
Caldwell-Luc.
ERRNVPHGLFRVRUJ
VI. Etiología de la infección/inflam ación 489
ERRNVPHGLFRVRUJ
490 VII. Tratamiento de la infección/inflam ación
ERRNVPHGLFRVRUJ
V il. Tratamiento de la infección/inflam ación 491
F. Productos sanguíneos4.
1. En ausencia de hipoperfusión tisular, enfermedad arterial coronaria
significativa, hemorragia aguda o acidosis láctica, únicamente se debe
utilizar la transfusión de hematíes cuando la hemoglobina es menor de
7 g/dl. Hay que transfundir para conseguir una hemoglobina de 7 a 9g/dl.
G. Control de la glucemia7.
1. Después de la estabilización inicial se debe mantener estrechamente la
glucem ia entre 8 0 y 110m g/dl mediante un protocolo de infusión de
insulina con una estrecha monitorización.
H. Control quirúrgico de la infección/inflamación.
I. Profilaxis de la T VP7:
a. Con bajas dosis de heparina no fraccionada o con heparinas de
bajo peso molecular. En los pacientes con contraindicaciones a la
heparina se utilizan medios mecánicos (dispositivos de compresión
© Intermitente o medias de compresión gradual).
ERRNVPHGLFRVRUJ
492 VIII. Tratamiento antibiótico
A. Principios generales.
1. Bacteriostático:
a. La acción del antibiótico inhibe el crecimiento y la división celular
bacteriana.
b. A continuación, las bacterias son elim inadas por las defensas del
huésped.
2. Bactericida:
a. Antibióticos que ejercen un efecto directo sobre el microorganismo
produciendo la muerte celular efectiva.
b. Forma crucial de tratamiento en el huésped inmunocomprometldo.
3. Sinergia:
a. Com binación de antibióticos que actúan por diferentes mecanismos.
4. Resistencia:
a. Asociada a antibióticos; las penicilinas y las cefalosporinas son
especialm ente susceptibles debido a las mutaciones bacterianas que
confieren un aumento de la resistencia a las (3-lactamasas.
5. Complicaciones:
a. Alergia/hipersensibilidad.
b. Fiebre.
c. Nefrotoxicidad (p. ej., aminoglucósidos).
d. Convulsiones (p. ej., imipenem).
e. Toxicidad de la médula ósea.
6 . Tratamiento empírico:
a. Antlfúngicos azólicos o tratamiento antibiótico de am plio espectro.
b. Indicaciones:
i. Pacientes inestables o en deterioro progresivo con sepsis clínica o
síndrome de respuesta Inflamatoria sistémica (SRIS).
ii. Véase también más adelante la sección sobre tratamiento antifúngico.
7. Profilaxis antibiótica:
a. Instauración de tratamiento antibiótico previo a procedimientos
quirúrgicos para dism inuir las infecciones de la herida quirúrgica.
b. Los antibióticos se administran en el preoperatorio, de 3 0 a 6 0
minutos antes, para conseguir adecuados niveles tisulares en el
momento de la Incisión quirúrgica.
c. Morbilidad de la herida asociada al tipo de procedimiento:
I. Lim pia (p. ej., hernia, toracotomía, etc.): del 1 al 2%.
¡i. Limpia-contaminada (p. ej., biliar, esofágica y gástrica): del 2 al 5%.
iii. Contaminada (p. ej., colon no preparado): del 5 al 30% .
iv. Infectada (p. ej., absceso intraabdominal): > 30% .
B. Aminoglucósidos.
1. Espectro: aerobios gramnegativos y anaerobios facultativos.
2. Ejercen la muerte bacteriana mediante inhibición de la síntesis de
proteínas.
ERRNVPHGLFRVRUJ
VIII. Tratamiento antibiótico 493
ERRNVPHGLFRVRUJ
494 VIII. Tratamiento antibiótico
3. Monobactámicos:
a. Aztreonam:
i. Espectro: aerobios gramnegativos, incluidas especies de
Pseudomonas.
ii. Indicaciones:
a) Tratamiento sinérgico antiseudomonas.
b) Cobertura para gramnegativos en pacientes con
contraindicaciones a los aminoglucósidos.
4. Carbapenems:
a. Imipenem:
I. Espectro: penicilina de espectro de cobertura más amplio,
ii. Indicaciones:
a) Sepsis intraabdominal.
b) Neum onías resistentes.
c) Cobertura sinérgica antiseudomonas.
E. Glucopéptidos.
1. Vancomlcina:
a. Espectro: grampositivos, incluidos S. epidermidis, SA M R y especies
de Enterococcus.
b. Indicaciones:
i. Enterocolitis seudomembranosa (elección de tercera línea).
ii. Infecciones de la herida esternal y mediastinitis posbypass
arterial coronario.
iii. SAM R.
Iv. Staphylococcus coagulasa negativos,
v. Enterococos resistentes a la am plcilina.
c. Indicaciones selectivas para prevenir la emergencia de especies de
enterococos resistentes a la vancomicina.
F. Quinolonas.
1. Espectro: amplia cobertura de gramnegativos, incluidas especies de
Pseudomonas:
a. Cobertura intermedia de grampositivos.
2. Indicaciones:
a. Neumonía nosocomial.
b. Sepsis intraabdominal.
c. Infecciones del tracto urinario.
G. MacróNdos.
1. Espectro: organismos grampositivos.
2. Bacteriostáticos a bajas concentraciones y bactericidas a altas
concentraciones.
3. Indicaciones:
a. Preparación preoperatoria del colon por vía oral.
b. Com binación sinérgica frente a organismos grampositivos
resistentes.
H. Sulfamidas.
I. Espectro: bacilos gramnegativos.
2. Indicaciones:
a. Infecciones del tracto urinario.
b. Infección por Pneumocystis carinii.
ERRNVPHGLFRVRUJ
VIII. Tratamiento antibiótico 495
I. Tratamiento antifúngico8.
1. Factores de riesgo de infección fúngica diseminada:
a. Mayores:
i. Estancia hospitalaria de 7 o más días o estancia en la UCI de 3 o
más días.
ii. Tratamiento apropiado con antibióticos de amplio espectro
durante 5 o más días sin respuesta.
b. Menores:
i. Inmunosupresión:
a) Traumatismos y quemaduras.
ii. Disfunción sistémica multiorgánica.
iii. Vía venosa central.
iv. Nutrición parenteral total.
ERRNVPHGLFRVRUJ
496 IX. Bibliografía
2. Ganciclovir:
a. Citomegalovirus (CMV):
i. Postrasplante.
ii. VIH.
0. Interferon.
1. Inmunomodulador potencialmente útil frente a virus de la hepatitis (VHC
> VH B).
P. Análogos de los nucleósidos.
1. Inhiben la transcripción inversa de virus VIH.
2. Limitan la repllcación viral y la síntesis proteica de los retrovirus.
Q. Ribavirina.
1. Virus respiratorio sincitial.
2. Hepatitis viral.
IX. BIBLIOGRAFÍA
ERRNVPHGLFRVRUJ
Metabolismo y nutrición
Radha Iyengar, MD
TABLA 56-1
RESPUESTAS METABÓLICAS A LA INANICIÓN
Parámetro metabólico Inanición Estado hipermetabólico
(lesión)
Gasto de energía en reposo Aumentado Aumentado
Cociente espiratorio 0,7 (las grasas son el Más de 0,8 (las proteínas
combustible preferido) son el combustible preferido)
Metabolismo de la glucosa Hipoglucemia Hiperglucemia
Metabolismo proteico Mínimas pérdidas de Balance nitrogenado
proteínas negativo
Metabolismo graso Los ácidos grasos libres son Incremento de la lipólisis
el combustible primario
VI. NUTRICIÓN
A. Objetivos.
1. Proporcionar un adecuado sustrato para el estado hi percata ból ico
poslesional.
ERRNVPHGLFRVRUJ
VI. Nutrición 499
METABOLISMO Y NUTRICIÓN
5. En todas las poblaciones de pacientes se puede comenzar la nutrición
parenteral total (NPT) de forma precoz tras la lesión (en los casos en los
que no es posible la nutrición enteral), idealmente una vez completada la
reanimación y si el paciente no va a ser un candidato para nutrición enteral.
C. Indicaciones para la alimentación precoz (< 4 8 horas).
1. Lesiones craneoencefállcas mayores.
2. Traumatismos abdom inales mayores.
3. Traumatismos ortopédicos mayores.
4. Traumatismos torácicos mayores.
5. Cirugía gastrointestinal mayor que impide la ingesta oral durante > 5 días.
6. Quemaduras superiores al 20% de superficie corporal total.
7. Pacientes con malnutrición crónica:
a. Albúm ina menor de 2,5.
b. Pérdida de peso reciente superior al 10%.
c. Peso Inferior al 80% del peso corporal Ideal.
8. Reserva fisiológica limitada.
a. Patología crónica pulmonar, hepática o renal.
b. Edad superior a 7 0 años.
D. Vía de administración.
1. Parenteral frente a enteral:
a. Los pacientes con lesiones abdom inales contusas y penetrantes
presentan menos com plicaciones sépticas cuando se les administra
nutrición enteral en relación a la parenteral.
ELSEVIER. Fotocopiarsin autorización es un delito.
ERRNVPHGLFRVRUJ
500 VI. Nutrición
ERRNVPHGLFRVRUJ
VIII. M onitorización del soporte nutricional 501
3. Complicaciones:
a. Hiperglucemia.
b. Com plicaciones relacionadas con la línea intravascular o con el
acceso; especialmente, infecciones. Pueden constituir una importante
causa de morbilidad poslesional.
c. Deficiencia de ácidos grasos esenciales: es rara cuando del 2 al 4%
se administra en forma de grasa.
d. Deficiencia de zinc: resulta rara cuando se administran al menos
5mg/día.
e. Hígado graso.
METABOLISMO Y NUTRICIÓN
A. Para determinar el gasto basal de energía se utiliza la fórmula de Harris-
Benedict. Dicha ecuación estima el gasto energético basal (GEB) en el
estado de ayuno, reposo y sin estrés:
ERRNVPHGLFRVRUJ
502 X. Lecturas recomendadas
A. Indicaciones.
1. Ventilación mecánica.
2. Infección.
3. Esteroides.
4. Diabéticos.
B. El nivel objetivo de glucem ia capilar se encuentra entre 8 0 y 100m g/dl.
C. Método de control.
1. Dosificación intermitente de insulina:
a. Podría ser apropiada Inicialmente para el control de la glucemia,
aunque es cuestionable.
b. Si tras 4 horas las glucem ias capilares son superiores a 110, hay
que cam biar a una infusión de insulina.
2. Perfusión de insulina:
a. Se ajusta la dosis para mantener las glucem ias capilares en el rango
deseado.
b. Para conseguir un control óptimo se debe comprobar la glucemia
capilar cada hora.
X. LECTURAS RECOMENDADAS
ERRNVPHGLFRVRUJ
Donación de órganos
y manejo del donante
de órganos
Matthias Pettz, MD
I. INTRODUCCIÓN
DE ÓRGANOS Y MANEJO
esenciales para la vida (corazón, hígado y pulmones) oscila entre el 10 y
el 25% . La mortalidad en conjunto de la lista de espera es del 7,5% .
E. Puesto que las lesiones craneoencefálicas graves constituyen la causa
principal de muerte de los donantes de órganos, es importante que el
cirujano de trauma pueda reconocer a los pacientes como potenciales
donantes y los refiera a la apropiada agencia de procuración de órganos.
ERRNVPHGLFRVRUJ
V. Consentim iento para la donación 505
A. Definición legal.
1. Una persona se considera muerta legalmente cuando se produce el cese
irreversible de las funciones espontáneas de respiración y circulación.
2. Cuando se utilizan medios de soporte artificiales, una persona se
declara muerta si existe un cese irreversible de todas las funciones
espontáneas del cerebro y del tronco cerebral. De este modo, se
declara la muerte antes de que se detengan los medios de soporte.
B. Criterios generales de muerte cerebral.
1. Se debe definir la etiología del coma.
2. No han de existir alteraciones importantes de estado ácido-base,
electrólitos séricos o metabolismo de la glucosa.
DE ÓRGANOS Y MANEJO
determinación la realiza el neurólogo que atiende al paciente, un
neurocirujano o un intensivista.
9. Pruebas de confirmación: cuando existen factores que se pueden
prestar a confusión, com o determinadas drogas, la ausencia de
circulación cerebral se puede confirmar mediante angiografía cerebral,
exploraciones con radionucleótidos, gammagrafías de perfusión
cerebral o silencio completo en el electroencefalograma (EEG):
a. Nota: esas pruebas de confirmación se pueden utilizar también
para acortar el intervalo de 6 horas previamente descrito.
10. Los pacientes pediátricos parecen más resistentes a las lesiones
DONACIÓN
A. La Uniform Anatomical Gift Act permite a los adultos donar todo o partes
de su cuerpo para investigación, educación o trasplante. Los centros
ERRNVPHGLFRVRUJ
506 VI. Manejo del donante de órganos
ERRNVPHGLFRVRUJ
VI. Manejo del donante de órganos 507
DE ÓRGANOS Y MANEJO
( < 7 ,5 c m H 20) y las presiones pico inspiratorias p (< 3 0 c m H 20), y el
uso de volúm enes corrientes pequeños (de 6 a 8 ml/kg).
2. Apoyar la función pulm onar para proporcionar una saturación arterial de
oxígeno de, al menos, el 90% para proporcionar soporte al metabolismo
oxidativo de los otros órganos.
3. M inim izar el edema pulm onar mediante un cuidadoso reemplazo de
volumen si el paciente es un potencial donante pulmonar. La presión
venosa central se debe mantener a un nivel de 8 c m H 20 o inferior.
4. Continuar proporcionando un agresivo lavado pulmonar, incluido el
empleo de la flbrobroncoscopia para tratar las atelectasias graves.
DONACIÓN
ELSEVIER. Fotocopiarsin autorización es un delito.
E. Sistema renal.
1. Mantener una adecuada perfusión renal y un apropiado transporte de
oxígeno.
2. Evitar las nefrotoxinas. Sin embargo, en ocasiones pueden precisarse
estudios de contraste para valorar la idoneidad para el trasplante cardíaco.
F. Sistema hepático.
1. Mantener la perfusión hepática, aunque el hígado puede ser
relativamente más resistente a los cam bios hem odinám icos asociados
con la muerte cerebral que otros órganos.
2. Tratar de forma agresiva la hipernatremia hasta < 1 5 5 m E q /l, ya que los
injertos hepáticos parecen ser bastante sensibles al incremento de los
niveles de sodio.
G. Sistema neuroendocrino.
1. La diabetes insípida se produce en un 75-80% de los donantes.
© Los pacientes pueden desarrollar también el síndrome de secreción
ERRNVPHGLFRVRUJ
508 VI. Manejo del donante de órganos
ERRNVPHGLFRVRUJ
V il. Lecturas recomendadas
DE ÓRGANOS Y MANEJO
DONACIÓN
ELSEVIER. Fotocopiarsin autorización es un delito.
ERRNVPHGLFRVRUJ
índice alfabético
Nota: Los números de página seguidos de la letra f hacen referencia a las figuras; los
seguidos de la letra t se refieren a las tablas.
511
ERRNVPHGLFRVRUJ
512 índice alfabético
ERRNVPHGLFRVRUJ
índice alfabético 513
ERRNVPHGLFRVRUJ
514 índice alfabético
ERRNVPHGLFRVRUJ
índice alfabético 515
ERRNVPHGLFRVRUJ
516 índice alfabético
ERRNVPHGLFRVRUJ
índice alfabético 517
ERRNVPHGLFRVRUJ
518 índice alfabético
ERRNVPHGLFRVRUJ
índice alfabético 519
ERRNVPHGLFRVRUJ
520 índice alfabético
ERRNVPHGLFRVRUJ
índice alfabético 521
Gastrointestinales, cambios
en hipotermia, 457 Harrls-Benedict, fórmula para nutrición
en la paciente embarazada traumática, de, 501
406 Hematoma
Gato, enfermedad por arañazo del, 398 epidural, 102
Gato, mordeduras, 397-398. V. también subdural, 102-103
Mordeduras. Hematopoyétlcos, cambios, en la
Género, riesgo de traumatismos paciente embarazada
asociados con el, 2 traumática, 406
Genitales, lesiones químicas, eléctricas y Hemobilia, tras traumatismos hepáticos,
térmicas, 258 221
Genitourinarios, cambios, en la paciente Hemodiálisis, para fracaso renal agudo,
traumática embarazada, 474
406 Hemolíticas, reacciones, relacionadas
Genitourinarios, traumatismos con transfusión, 54
estudios diagnósticos, 250-253 Hemoneumotórax, 178-179
técnicas de Imagen en, indicaciones Hemorragia
de, 250 en fracturas de la pelvis, 309
Geriátricos, traumatismos, 25 recurrente, tras traumatismos
cambios fisiológicos asociados con, hepáticos, 221
418-419 retrobulbar, 155
epidemiología, 418 Hemorrágica, pancreatitis, 198-199
tratamiento, 419 Hemorrágico (hlpovolémico), shock,
Gilíes, abordaje de, en fracturas 44-46, 45t, 427, 428t
cigomaticomaxilares complejas, Hemotórax traumático, ecografía en, 74
135 Heparina no fraccionada en
Glasgow, escala de coma, 97-99, 98t tromboembollsmo pulmonar,
Glasgow, puntuación de coma, 18, 18t 451
adaptada para niños, 414t Hepática, arteria
Glenohumeral, luxación de la lesión, reparación, 271
articulación, 350-351 ligadura de, 217
Globo ocular, rotura, 155 Hepática, vena, traumatismos hepáticos
Glucemia, control, en infección/ y, 218-219
inflamación, 491 Hepático. V. también entradas Hígado,
Glucopeptídlcos, en infección/ sistema, tratamiento en el donante de
inflamación, 493-494 órganos, 507
Glucosa, metabolismo, durante estrés y traumatismo, 210-221
agresión, 498 clasificación, 210, 212t
Golpe de calor, 460-461 complicaciones de, 221
complicaciones, 461-462 consejos útiles y errores comunes
Golpe-contragolpe, lesión por, 103 en, 223
Goma, balas de, 27 diagnóstico y valoración de, 212-
Gota, 480 213
Grandes vasos, lesión, 174 lesión simple en, tratamiento
alteraciones radiográficas asociadas quirúrgico de, 215
con, 61t lesiones complejas en, tratamiento
Graso, metabolismo, durante estrés y la quirúrgico de, 215-216
lesión, 498 tratamiento
Graso, síndrome de embolismo, inicial, 210-212
295-297 no quirúrgico, 214
Grey-Turner, signo, 198 quirúrgico, 214-221, 217f, 219f
ERRNVPHGLFRVRUJ
522 índice alfabético
ERRNVPHGLFRVRUJ
índice alfabético 523
ERRNVPHGLFRVRUJ
524 índice alfabético
ERRNVPHGLFRVRUJ
índice alfabético 525
ERRNVPHGLFRVRUJ
526 índice alfabético
ERRNVPHGLFRVRUJ
índice alfabético 527
ERRNVPHGLFRVRUJ
528 índice alfabético
ERRNVPHGLFRVRUJ
índice alfabético 529
ERRNVPHGLFRVRUJ
530 índice alfabético
ERRNVPHGLFRVRUJ
índice alfabético 531
ERRNVPHGLFRVRUJ
532 índice alfabético
ERRNVPHGLFRVRUJ
índice alfabético 533
ERRNVPHGLFRVRUJ
534 índice alfabético
ERRNVPHGLFRVRUJ
índice alfabético 535
ERRNVPHGLFRVRUJ
536 índice alfabético
ERRNVPHGLFRVRUJ
índice alfabético 537
ERRNVPHGLFRVRUJ