En Madrid, a 15 de diciembre de 2022

Me dirijo a ustedes porque sé que España es un país de derecho,

comprometido a respetar la ley internacional, y la dignidad de todas las personas. Con
esta carta quiero pedir que se me permita hacer una solicitud de derecho de asilo y
protección internacional subsidiaria en España. Mi nombre es HIVIS NAHIW
IZAGUIRRE APLICANO, de nacionalidad hondureña, tengo 29 años y temo por mi vida y
mi salud.

En Honduras las “maras” son una pandilla organizada, violenta, que llevan a
cabo actividades delictivas. Se organizan en grandes estructuras como son las maras
“Salvatrucha” y “Barrio 18” llevan su función en tres países centroamericanos:
Honduras, El Salvador y Guatemala. Se autofinancian con el robo, el secuestro,
extorsión económica, narcotráfico, trata de personas, y venta y distribución de armas.

Esta pandilla persigue a los jóvenes para que entren a trabajar con ellos;
extorsionan a los que ellos consideran más pudientes y; castigan hasta la muerte a las
personas que no colaboran con ellos y no acatan su autoridad, incluso a sus familiares.
Ellos tienen a muchos colaboradores en los territorios que desarrollan su actividad,
estos colaboradores pueden ser voluntarios o involuntarios. Estas pandillas violan y
cometen homicidios es parte de su rito para poder empezar en la pandilla o lo que es
lo mismo para poder formar parte de esta.

Además, muchas veces entre ellos se enfrentan para lograr ostentar el control
en exclusiva de su territorio. Incluso, este enfrentamiento llega a ser con las fuerzas de
seguridad. Las victimas no denuncian los delitos de las maras a la policía porque temen
las represalias que les pueda causar y no confían en las autoridades porque estas son
ineficaces. La causa principal es la corrupción que se da en las diferentes Fuerzas del
Estado y las consecuencias colaterales en la sociedad de parte del crimen organizado.

En mi país trabajaba en uno de los territorios de las maras en los que ellos
querían imponer sus reglas incluso me quisieron reclutar para que yo trabajara para
ellos y querían que hiciera el rito para poder iniciar en la pandilla. Yo trabajaba en esta

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zona en un pequeño puestito en la que vendía muchas cosas artesanales entre ellas
pulseras, collares, cuadros para decorar, incluso adornos de cerámica.

Para dirigirme a mi puesto de trabajo me iba y volvía andando todos los días. En
una tarde noche de las que venia de mi puesto de trabajo vi a un hombre que se dirigía
todo el rato hacia donde yo iba, intente desviarme de mi camino habitual y el común
para todos los transeúntes. Sin embargo, al cambiar de ruta es cuando me percato de
que me sigue esta persona.

En el intento de reaccionar ante la situación aparece otro hombre en una moto,

este se baja de la misma y me amenaza con un cuchillo volviendo a repetirme que me
unirá a su pandilla que si no me obligaría a tener que pagarle una cuota cada cierto
tiempo.

Ese día se llevaron todo el dinero que llevaba encima que era prácticamente el
dinero que había hecho durante todo el día en el trabajo. Además, me quitaron el
resto de los productos que tenía del trabajo y que no había logrado vender.

Y en caso de que yo no respondiese o en caso de no tener la cantidad solicitada

por ellos me darían una paliza y si seguía sin responder a la cantidad que me pedían
pasarían de la paliza a tener que darme un ultimátum con mi familia.

Y efectivamente, así sucedió. La primera cuota si la pude pagar, incluso la

segunda con el ahorro que tenía, no obstante, las posteriores no pude pagarlas. Todo
ello porque no tenía productos para vender, había dado ya mis ahorros y porque ya me
tenían fichado. No querían que trabajara en la zona donde me habían visto porque no
me quería unir a ellos, así que no podía vender en esa zona. También tenía en contra el
tiempo, no podía vender hasta que pasara cierto tiempo porque yo era el que se
encargaba de hacer estos productos artesanales. Ellos no podían esperar, el día que
me decían que tenia que pagar ese día debía cumplir porque sino empezaban las
represalias.

Como dije el primer y segundo pago pude hacerlo con mis ahorros, el resto no.
Entonces fue cuando empezaron a hacerme la vida imposible. Me perseguían a todas
horas no tenia una vida normal y cotidiana. Me espiaban fuera de casa, incluso me
insultaban. También si me veían con algunos amigos o familiar se metían con ellos.
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 A mi familia la amenazaban diciendo que si yo no pagaba la cantidad que “yo
les debía” que cada uno de mi familia lo terminaría pagando con su vida. La situación
para mí ya se tornó insoportable, ya que nadie de mi familia se sentía seguro ni
siquiera en nuestra propia casa.

Aquel día era de noche por lo que no logre identificarles. También sabía que,
aunque le hubiese visto y descrito ante la policía no iban a hacer nada ante lo ocurrido,
debido a que los delincuentes y los policías tienen un acuerdo preestablecido para salir
ganando las dos partes. Además, la principal razón por la que no interpuse denuncia
ante la Policía fue porque estaba atemorizado porque este criminal me dijo que si
denunciaba me mataría a mí y a mi familia.

Por estas razones, quiero solicitar derecho de asilo y protección internacional

subsidiaria en España porque vivo con el miedo de ser asesinado, debido a las
constantes amenazas, las cuales no han parado. En esta situación de vulnerabilidad
deseo que se me conceda el derecho a solicitar el derecho de asilo y protección
internacional subsidiaria, el cual es un derecho humano básico por la situación que
estoy viviendo.

Solo quiero recuperar una vida digna y un futuro. Por estas razones me gustaría
continuar contribuyendo a la sociedad de alguna forma y tener un trabajo digno. Solo
pido ayuda ya que temo por mi vida y confió que España me pueda ayudar.

Firmado