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Alas de águila

«Ustedes han visto lo que yo hice con los egipcios, y cómo los he traído a ustedes a donde
yo estoy, como si vinieran sobre las alas de un águila» (Éxodo 19: 4).
¿Te imaginas cómo sería viajar sobre las alas de un águila? Debe ¿ser una experiencia
espectacular. El versículo de hoy dice que el pueblo de Israel volaba, mientras sus
enemigos caminaban, pues contaba con la protección que Dios.
Las características del águila son asombrosas. Desde la antigüedad esta ave ha sido
relacionada con el valor y la fuerza. El águila protege de forma muy especial a sus
polluelos. Cuando estos apenas tienen cuarenta y cinco días de haber nacido, los toma sobre
sus alas para emprender el vuelo. Mientras los polluelos permanezcan aferrados a sus alas
nada malo les ocurrirá, estarán seguros y tendrán alimento. El águila puede atravesar negros
nubarrones, tormentas, relámpagos y sobrepasarlos, pues alcanza una altura de diez
kilómetros. De tal manera que vuela por encima de la tormenta y recibe así los rayos del
sol.
Cuando las águilas tienen hambre, pueden divisar a su presa a kilómetros de distancia.
Entonces descienden en picada a una velocidad de hasta cien kilómetros por hora. Si la
presa es menor de cinco kilos, la lleva hasta su nido para degustarla con tranquilidad, si no,
el banquete ocurre en el mimo sitio. Construyen sus nidos en huecos rocosos de difícil
acceso, en las partes más elevadas de imponentes árboles; así brindan protección y evitan
que algún animal se convierta en una amenaza. Cuando los polluelos tienen un año de vida
son capaces de emprender el vuelo solos.
Dios nos anima a emprender el vuelo sin que eso signifique que nos abandonará. En
realidad, solamente él puede conducir nuestro vuelo a alturas y logros inimaginables. En su
sermón de despedida, Moisés retomó la figura del águila como símbolo de Dios y del
constante cuidado que había tenido a favor de su pueblo desde la salida de Egipto hasta los
límites de Canaán: «Como águila que revolotea sobre el nido y anima a sus polluelos a
volar, así el Señor extendió sus alas y, tomándolos, los llevó a cuestas» (Deuteronomio
32:11).
DEVOCIÓN MATUTINA PARA MENORES 2023
SIGUIENDO LAS HUELLAS DE LOS GRANDES PERSONAJES DE LA BIBLIA
César Sánchez Murillo
Lecturas Devocionales para niños 2023

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