Está en la página 1de 11
Una TE Gti) H prola dt babast: "lo povek hhungutros t4 Lor Mewes prtitieos us LACONFORMACION DEL MUNDO CONTEMPORINEO RO SXIr, Ur Ploeg oka (DiS) EL wud Coalajerwaen:btria, <1 producto nacional que, casi con toda seguridad, habia descendido en relacién con la participacidn de los propietarios y profesionales. El trabajador medio siguié estando muy préximo al nivel de subsistencia, en una época en a que stata rodea- do de testimonios evidentes del aumento de lariqueza nacional. Gran parte de ella cra, a todas luces,fruto de su propio trabajo y pasaba, también con toda transpa- rencia, a manos de sus patrones. En términos psicol6gicos, esto se vivia en forma ‘muy parecida a un descenso de los niveles de vida” (Thompson, 1989) El debate atin continta, sin que una posicién haya triunfado sobre le otra en forma definitiva. En general los trabajos de los historiadores cuantitatvistas de la New Economic History han reforzado la posicién optimista. Entre ellos, Peter Lindere Jeffrey Williamson (1983) han propuesto una nueva periodizacion a par- tirde sus céleulos sobre salaris. Afirman que entre 1790 y 1820 los salarios reales permanecieron estancados, y que para este perfodo sus conclusiones estén a mitad de camino entre las de los pesimistas las de los optimistas. Al mismo tiempo, sostienen que entre 1820 y 1850 los salarios reales pricticamente se duplicaron y que ello consistié en un incremento mucho mayor que lo que cualquiera de los ‘optimistas hubiera supuesto hasta ahora, Pero las posiciones pesimistas también han encontrado nuevos defensores. Joel “Moly (1988) ha demostrado mediante un andlisis econométrico que las tenden- cias en el consumo de ciertos bienes importados como el tabaco, el atiar y el té no parecen respaldar la tesis de un aumento de los salarios reals sino que sugieren rmejoras muy limitadas en el nivel de vida de la mayoria de los obreros hast media- dos del siglo XIX. Discute también los eriterios usados por Lindert y Williamson (1983), que consideran los salarios de los varones adultos con trabajo jl rime, dejando fuera de su estudio a importantes segmentos de la clase trabajadora Por otra parte, diversos autores (O’Brien y Quinault, 1993) coincides en afir- ‘mar que hubo fuertes variaciones regionales, y que también deben considerarse las fluctuaciones econémicas de corto plazo asi como el impacto de las guerras a la hhora de hacer el balance de las consecuencias dela revolucién industrial en el nivel de vida de los rabajadores. Los optimistas han enfatizado que en el largo plazo la industrializacin permitio un incremento del bienestar para el conjunto de la so- ciedad, no sélo una mayor abundancia y variedad de bienes sino también mejores condiciones sanitarias y educativas y un aumento sostenido de la expectativa de vida. Los pesimistas, en cambio, aun reconociendo esta realidad, sostienen que ella no puede ocultar ni hacernos olvidar los altisimos costos sociales que se paga- ron en los primeros tiempos de la industralizaci6n, costos pagados por personas dde-carne y hueso de varias generaciones. cee: Tibia. priiher, Proiceloun - AAS , 2004. bu acer Van Rud di bo Rordcion roma ak Ero ppt Qa IDEM. Captruto 2 Las revoluciones burguesas y los sistemas politicos del siglo XIX Judith Casali de Babot y Luciano de Privitellio La aceleracién de la historia, producida particularmente en el denominado por Eric J. Hobsbawm “siglo 20 corto”, ascurece Ia importancia del siglo XIX en la configuracién de nuestro tiempo. Olvidamos que somos herederos de ese pasado, “pesada herencia que, sin que lo sepamos, querimoslo o no, sigue siendo no de los Factores decisivos y constantes de nuestras acciones” (Febvre, en Morazé, 1967). or lo general, ls estudiosrelativos al siglo XIX parten de.1815, fecha reconocida ‘como hito en los enfoques de este capitulo, No obstante, un tratamiento de las revo- Juciones burguesasrequiere partir indefeciblemente de ls dos grandes revoluciones del siglo XVM, la Revolucién norteamericana y la Revolucién francesa que, como gounes, se encuentran en la base del mundo contemporineo en generale inician junto la Revoluci6n Industrial el proceso de transicién hacia los cambios sociopo- Iiticos que marcarin las grandes corrientes del siglo XIX. Este siglo verésu fin con la ‘Gran Guerra que, por sus profundos efectos, cambiar la forma y la sustancia misma de la historia europea e incluso de la historia universal. Dada su importancia se dari ‘mayor tratamiento a ls dos primeras revoluciones burguesasy se analizarén en forma ‘comparativa los grandes problemas politicos del siglo xr. Estamos en presencia de una época compleja en la que se superponen y con- fanden componentes econémicos, sociales, culturales, ideol6gicos y politicos di- vversos. Si bien no debemos atribuir a la época una racionalidad que no posee, es posible extraer algunas lineas de fuerza que nos permitan comprender, interpretar y explicar este proceso histérico desde el angulo de lo politico. Ello requiere pre- cisar epistemolégica y metodolégicamente lo que entendemos por bistoria politica, Ia cual no se identifica con la historia tradicional de ls ideas politcas o dela “his- toria batalla” sino que “pretende comprender desde el interior las certezas, las dudas o las cegueras que gobiernan la accién y la imaginacién de los hombres” ‘(Rosanvallon, 1992). Esto no implica tampoco rechazar la historia social sino pensar “que los datos de la historia social s6lo tienen sentido restituidos, insertados en una historia mas 20 {LA CONFORMACION DEL MUNDO CONTEMPORANEO conceptual. Los confictos entre hs fuerza de progreso yreacci6n, el pueblo yas Saas craonas de abajo ys cerentadores de poder, el chogue de interests y see i Ren sibien forman oeotiian del historia ques configu através 2 te rsnes de libertad y de opresign, no adquiere un sentido especifico sino ta aaron la ranaformacin de as insiuciones y de los modos de pensamicn= as stra de lo poltco o puede ser comprenda como un desarrollo nat conquisasyfraccss se suceden para conduci hacia un fin de 1k fine jemocraci clebrada o libertad orgunizada [..] en realidad la esencia de sae ettico conse en un solapanient de lo Flséficoy de lo arrativo en ot 1 Petes lo socal en lo conceptual y en una tentativa permanente de invent porveniedisociando lo viejo de lo nuevo” Rosanvalon, 1992) Tl abjeuvo de ste cnptvoes realizar una sitesi erica del period desde ei uit de vine, Con tal finalidad,l politico en torno del. cual aca Pane SE fucaa, deste las revoluciones de 1776 y 1789 hasta a erss del aa an renocrdtcor liberal, eel de la marcha progresista hacia I demoerasia. Fo otras palabras, el proceso prot “que se nica desde Ia conquista del ory gr I burguesin en as revoluciones bers hasta el advenimiento debs rors repllianos de mragio universal Nos detendremos previmente cp arene aid social y nacional inéita de los movimientos de 1848. Este recorside ese teeteraca no Se hizo sn sobresaltosy sin violencia. Asediada po as fueras [ease pore tradicionalsmo y el conservadurismo, I tendencia democré- Sexe coat om ese cseneizme sip con éxito, pertur ea nbien por sus propios tenores entre los “desbordes” de las mases ‘Las tendencias que marchan, algunas “incronicamenté como el nacional mort ours diaeronicamente ~como la democraiay el socialise vidas en sali pra Burop ocidental no operan igual ena Europa cena y oven weet remo del mondo, dominado por las potencias colonies. ‘Dende el punto de vista polio, podemos tener este siglo por progrsist. Sin emivsans el na implica desconocer que la fuerte iropein dela segunda revol~ ae peccl capitaliomo fnancieroy el imperalismo, la wnificacion de Telia Alemania particolarmente de et ima, elambio de poder en 3 polites oe aera y ka paz armada, roducen tna separacin ~hacia 1870-1880— entre rao de tendenciaigualtra tanto sociales como politicos en el interior de ee eres tna politica exterorultranacionalists,xendfoba, host, que prepara Ituerra inchs genera corsentesreacionarias, nacionalistas biologists y =~ cdstas en el seno mismo de ls sociedades, 1. La primera revolucion burguesa: la independencia norteamericana” Probablemente la trascendencia y Tos alcances indiscutibles que tuvo la Revo Jucige rancesa para la historiscontemporsnea impidieon valoraren su just di inonsién ly importancia de la Revolucién norteamericana, que involuera, en un + Por Jat Casal de Babot 54 Parlamento de la segunda mitad del siglo. As. amplio proceso, la guerra y la independencia. Podemos desis qe poliicamente aa, brumaca de construir un Eseado-nacidn enfrentando un pis colonialsta Fegembnica en elsigloXVILy con ello emostrar el poder de reverdr lasoberania peat doble proceso: ante un poder arbitrario y colonial. Sr okie eomprender Ia Revolucdn sin insertarla en el mundo angie del oul provino un determinado tipo de hombre y de eaura. Como 36:in8 allan del evar orion ra, 1995) "A donde quera que foeron los colonizadore Ye Nein een tora los derechos de los britnicos libres de nacimient, herd wre wadiciones de la lucha inglsa por liberal”. No obstante, el espacis £0 {I que se encuentran, sin perder Ia impronta primera, modiGca y Gard una mueva 2 perk el pueblo nosteameriano. Unmedio ambiente host pres seereatta auenomo ¥ ua aprendizae politico. Ente las trece oon (Virginia, Maryland, Nueva Inglaterra, Masschusets, Rhode Island, Nucra ‘Hampshire, Nue~ waa. Nueva Jersey, Carolina del Nore, Carolina del Sue, Georgia, Cones) TPenalvana) que se conforman, desde 1607 hasta 1732 aproximadament & £0 Pensivania) eu organizacion dela terra como porla mayor o menor faclidag a uferarasy el comerio, dos zonas de caraceristicas diferencia 0) hai ae va a prevalece a pequea ¥ medana propiedad, yl el su donde 5° aor ye una eeonomia de plantain, latifundisay exclavna, diversdad 4-51 tases laboracign dea teoria politic yen I aplicacén de és en el ile Nave, una elas razones dela emigraién inglesa obedecis ala Désque= dada cael y bert cligins, fra sistancl por donde penetran is er ei aca cntre los primeroscuestonamientos poder asolupsectcoen, tadespolGestvovienen de pensadores protestanes. Ademds el Blo XV Spam “Chemo fae escenario de importantes correntes de pensamies} oh saeeTeprasna Thomas Hobbes, enl proceso de iain del per ys 22 $eea Poste con su concepein dels derechos naarals individual © viene, AEE de contrat y de soberania popular. Conceptos que no queen ot ae ci tora sino que se comprometieron en Ia ucha politic entre Corre ‘oncepciones como limitacén det Fe mporania dea represented igada ono ala claboraciin dictade ree cp comma al consentimieno en elmo delorinpoctnag, estan macy de las eis, colonos, entre los que predominaba la clase media, Ss ct con el erecnient de as orients nigra espe (dor dela Thustracién en Europa con su “fe en la rand y en a perfectibilidac huma sr enrolo de ls prensy el ejecicio politico del astogobierno due va) wa raen cl aprenizaje de un sistema representatvo yconsiucona ne oo apo les brindan los fundamentos terieos yjurdicns paral =¥0l9 cana vanteite, a pesar de aus diferencias y de las earacerstica peewaves¢ cg ee frfdca con la metz6policolonas reales de propctaris yd arts aise de manifesto relcionespoltias divers, as colonia poly tt jue pons. Mme fepresenatvo que consagraba la propiedad y que conced I: burguesi (entcadase por éta “notables con pode econt a eericnc dea iquezainmueble o mueble) ya lec de asabeas diputados encargadas de vota las ley. Inglaterra les habia impuesto un conse.o y un gobernador, cuyasrelaciones con tos colonos variaban generando las diferertes reivindicaciones, pero ninguna esta, ba dispuesta a ceder su derecho a participar en la elaboracin de las leyes, accidn jurfdica 0 sentimiento difuso dels legitimidad del poder, asimilado a lo largo de siglo y medio, lo que las guiaré, oportunamente, a resistir cuando Inglaterra pre > tends desconocer ese grad de autonomit i blen el Padasenco tee ~ tenia el derecho de hacer Bvieyes, en is colonia come vomee eee nes hhabfa unido con el concepto juridico de representatividad, es decir, con el eercicio de la soberania, pl ntcttninto anglo-ants a Guede los Siete Aon 1756-176) sult6 desencadenante de la Revolucidn norteamericana. De la Paz de Paris le 1763, Inglaterra salié como la primera potencia colonial y maritima del mundo, pero el mismo caricter tan completo del runfo biténico prepars el terreno para la Revolucién americana” (Jones, 1996). Las consecuencias econémicas de esta guerra generan el proceso hacia la inde~ Pendencia, porque tanto el grado de endewdamiento como el crecimiento del im. Perio levarin a Inglaterra a tomar medidas tendentes a paar ese gasto, a reorga. nizar y centralizar sus dominios. Esta politica debia enfrentarla indefectiblemeste ala prictica de un gobierno auténomo y alas intereses econdmicos de las eclonins Segrin Braudel (1968), el fin del Imperio ancés en América dio lugar a que la ayuda inglesa se volviera mucho menos necesariay, en cambio, la exigencias dela ‘metrépoli mucho mas insoportables. a Guerra de los Siete Aiios dej6 ast des consecuencias importantes: por una ~~ paste a conviccion de los colonos de su sutosufcienci; por ota, Ia necesidad inglesa de ajustar la politica fiscal. Del choque de ambos factoressldria el conflic- ‘opolitica, En otras palabras, las causa econémicasunidas a una ideologiaya tna pprictica politica en las colonias conducen alas transformaciones revolwcionarine Por ello coincidimos con Adams (1984) en que “la Revolucion americana no foe, pues el limo acto desesperado de resistencia de los colonos expletadem sin0 Drimer acto de defensa de las posiildades de desarollo de una nueva economi’! °f) !acional. Una cadena de colonas europeasen ultramar se agrupabs pars tone una comunidad econémica cuyo centro de decisin, por vez primera, no se encon traba en Europa y cuya productividad no redundaba ya inmediatamente en bene. ficio de una economia nacio pea"! Podemos decir entonces que la Revol ¢n norteamericana fue protagonizada por una burguesia consciente de sus prvi_ legios y derechos. y= is — Por ello, dean problema fiscal se pasé altema esencial de la representatividad ¥ de la legitimidad, a cuestionar el poder del arlamento inglés de dicta leyes no emanadas de representantes norteamericanos; esto explica la violencia de In veae, dal- origina una crisis general agravada por el tatado de libre comercio con Gran Seen eda de franca en lager dela ndependencia noreae- ae et cuoos gst dela core Prem aesastuaain ol Estado respon- dene erties ndscomin eriant:naplasin amucrs impasos Jo que scfm alee piso detect en ls Cab de dane Noa cule expesiones fata y fenalinmo!concenes de a die vendo sedate y dea reactaizaion dea poémia acerca de sila {LAS REVOLUCIONES BURGUESAS 1 Revolucién francesa puso fin al sistema feudal o si te ya habia desaparecido po: Incrisis de ls siglos XIV y XV. Al respecto, si bien la poscura marxsta sostenida po: A Sobou, F Gauthier, M. Vovelle, R. Hilton, R. Pastor, A. Guerreau, P. Vila, e: citicada por autores como R. Furet, A. Cobban, J. Renouard, F. L. Ganshof, R Boutruche, L. Génicot, resulta esclarecedor reproducir el concepto de uno de lo: juristas mis importantes del perfodo revolucionario, Merlin de Douai, quien, < través del Comité de Derechos Feudales creado por la Asambles Constituyente sefialaba el4de septiembre de 1789: “Aunque esta palabras, derechos feudales, er sentido estricto s6lo designan los derechos derivados del contrato de feudo |. en el uso comin su significaciGn se hace extensiva a todos los derechos que, en: contréndose ordinariamente en muchos de los sefiores, forman en conjunto [ un complerum feudale. De esta forma aunque las rentas sefioriales, los impuestor sobre las gavilias, las banalidades ..],representativas de antiguas servidumbres nc sean, propiamente hablando, derechos feudales, no dejaremos de ocuparnos de cllas,¢ incluso me atrevo a decir que dejarlas aparte seria desvireuar los objetivos dela Asamblea Naciona?” De este modo, la Revolucién se nutre de la auténtiea sustancia dela historia: la vida material, los actores 0 las clases sociales, las ideas, la mentalidad, y surge er gran medida de un imaginario cuyo universo simblico persistiré en la culturs politica hasta el siglo XX que construye un derecho sin el eval es inconcebible toda vida politica. ‘Nacida de la abundancia Jean Jaurés) o de la miseria Jules de Michelet), en realidad de ambas ala vez, de la riqueza de una burguesia productiva privada del poder politico (segrin el hicido andlisis al significado de la Revolucién que hiciera Antoine Barnave en su Introduction la Révolution Franaie, en 1791), de a miseria | dem campesnie unkind por heer fem de mare empobrei doy desetasido por una economia prowindustrialy por la crisis general la Revo- Jucin sue desde sus comienzos la presién de a tensién entre libertad igualdad. “Tensién que pareciera nacer de un equivoco en el lenguaje y que se relaciona con «30s dos mundos ~el de la riqueza y el de la pobreza cuya escsion se anuncia con el ingreso violento de las masas en el conficto, entre el [4 de julio yel 5 de agosto, yse torna irreversible a partir de la Comuna del 10 de agosto de 1792. Conceptualizada como revolucién burguesa y liberal tanto por sus objetivos como por sus efectos, indudablemente pretendia a libertad frente al poder despé- tico de una monarquia autocritica, lo eval se conseguirfa con la creacién de una _ monarquia constitucional y una declaracin de ls gerantias individuals; pero tam- bin hay una aspiracin a la igualdad,alajgualdad ante ale, ante el impuesto, es decir, a la igualdad civil. Asi se va co o esta realidad politica que seri la ‘obra de la Asamblea Consticuyent& (1789-179 Drpero sobre un equivoco, puesto ‘que cuando en los Cabiers de doléancer politico como lo prioritario en todos los sectores sociales, mientras las quejas de la burguesia giran en torno de la revolucién juridica el pueblo apunta en general al cambio gubernamental y cons titucional del que espera la sofucién a sus problemas reales, desu vida cotidiana: el hhambre, ls privaciones, la caresta, el agobio fiscal y la falta de tierras. Para las clases populares esto es la libertad y la igualdad enmarcades, con na \ 0 LA CONFORMACION DEL MUNDO CONTEMPORANEO, sabiduriainstintiva, en la esfera de lo politico. Esun equivoco que nace también de no discernir claramente el amplio espectro soxioeconémico del Tercer Estado, que se extiende desde una alta burguesfa muy -iea de comerciantes, armadores, “industriales”, “capitalistas” (grupos dindmieos proclives al librecambio), no liga dos al régimen, hasta un pequefio campesino al borde de la pauperizacin, y del “cuarto estado”, pasando por los profesionales imbuidos de la filosoffa politica (a de Locke, Rousseau, Montesquieu) y un artesanado que pronto se convertiré en Jos sans-culote, adherido a un sistema proteccionista y opuesto ~como el campe- sinado bajo a las fuerzas nuevas del eapitaismo. ‘Como en un juego de espejos, ete abanico de aspiraciones que se encierran bajo los términos libertad’ igualdad? se reflejaray abrird entre 1789 y 1794 hasta que el abanico se repliegue en Termidor, en la resceiéntermidoriana, con el retor- no dell alta y la media burguesia al poder. Napoleén seré la imagen deformada de este espejo, pero imagen al fin, salida de la Revelucién a la que afirmaré y negaré ‘muevamente en un juego con ese lenguaje ambiguo de la liberead y la igualdad. deolégica y politicamente podemos identificar en este proceso, en forma neral y pecando de esquematismo, un periodo liberaK(1789-1791) uno democri- tico (1792-1794) y un nuevo periodo liberal (1794-1799) que, con la llegada de [Napolesn al poder, se escinde ideolégicamente entre un iberalismo politico silen- ciado y un liberalismo econémico que en Ia pricica significa igualmente el domi- nio de los notables. Desde la simbdlica toma de La Bastia, en julio de 1789, cuando el pueblo sguiado por el miedo busca las armas para evitar la represiGn real y pretende des- ‘9 tir “materialmente” el despotism, el movimien:o popular irrumpe con una fuerza inusitada imprimigndole ai una tendencia a la revolucién. Al problema ~miedo se agrega el del hambre. Con una clara conciencia de las injusticiassufridas, aunque sin lograr precisar en un lenguajejuridico sus objetivos, ls masasvislum bbran que el causante de su situaci6n ese sistema imperante de las exacciones seio- riales. Ello provoca la ola de faror que arrasa los campos y quema los casillos, los graneros y los ttulos de los derechos seforales. Desde el punto de vista estrictamentejuridico, institucional y constitucional ~es decir, concerniente tanto al sistema politico coro al sistema de poder-el primer periodo estaria representado por la destruccién del Antiguo Régimen y -como in ‘eamos antes— la construccién del Estado liberal a través de la obra de la Asamblea ‘Constituyente, cuyatisima expresin sla Consitucion de 1791. A partir de 1789 los siitos se convierten en ciudadanos, Francia sabre la vida politica, la Revolu- cid se nacionaliza y se construye no sélo el Estado sino el Estado-nacién como, cteacién voluntaria originada en la soberania popular, que dejar una improntainde- leble en el futuro hasta su crisis actual. Aunque incompletas, la bertad y la igualda ‘comienzan a cobrar sentido: en esta etapa se produce la supresignrde a servidumbre- personal en ls noche deal 5 de agosto de 1789), de los prvilegios formals y reales, se establece la igualdad ante la ley pero también la consagraciSn dé Ta propiedad individual, derecho que, exceptuadas las enperiencis socialistas, permanecerdinchu- ‘me hasta hoy. Asimismo la burguesia impone la libertad econdmica al prohibir la formacin de asociaciones y coaliciones de producires. ~astaués dela democrasizaciGn.de los ces y.de los dirigentes ms radializa LAS REVOLUCIONES BURGUESAS BL En cuanto al poder politico, la Constitucién de 1791 establece una monarquia limitada -con lo cual la burguesia pretende asegurar la estabilidad frente al “des- control” de las masas~y la division de poderes: el Poder Bjecutivo con derecho al veto suspensivo, el Legislative constituido por una cimara (débil concesién a la democracia) de caricter censitario, can lo que se consagra el poder del dinero y el talento pues, como dice Rosanvallon (1992), es impensable el sufragio universal en aquella época, tanto como un poder judicial independiente. La Constitucién -al contrario de la de Estados Unidos~ es encabezada por una declaracién de derechos y consagra una serie de derechos individuales esenciales para la vida politica. En {este aspecto es necesario insstr en la importancia de la libertad de expresion oral y escritay la de reunidn, sin las cuales resulta inconcebible la opinién publica y la sociabilidad politica. Relacionado con esto, la proliferacién de la prensa y del libro “ya existente, pero limitada por la censura y la actividad de los chubes explican y rmuestran el bullir de una vida politica que afecta a la sociedad toda, incluso al campesinado. También esta construccién insticucional abarca una mayor raciona- lidad administrativa, que emana de lo politico y es esperada por todos, asi como la libertad religiosa. ers BeOS ‘Contribuye a la agitacién politica la existencia de partidos, no én el sentido rmoderno del término pero s{de tendencias y agrupaciones que serin decisivas en Ja radicalizacion del proceso revolucionario:fuldenses, girondinos, jacobinos, he- bertistassalidos de las fas de los sans-culote se despliegan en cada periodo de la Revolucién y asumen un liderazgo segtin la presin de ls mass, de las ideologias ¥ de los intereses de los grupos sociales de los que surgen. Hacia 1791 zha terminado la Revolucin o comienza el dérapage-sefialado por Furet y Richet(1971)~ provoeado por las fuerzas “oscuras e instintvas” del pue- blo? El hambre que moviliza alas masas populares, la traicién del rey y a guerra, profundizan el proceso y conducen a la etapa demoerdtica! ala Repablica, al terror yala dictadura jacobina. Entry una importante evolucién politica de las masas, sobre todo de las urbanas. En este sentido, la Comuna del 10 deagosto de 1/Y2 65a expresion politica de la madurea de los sa-eudort logra: ~ ys objetivos sefialan abora una muprara con Jaaltahurgussia liberal. Adheridos ‘la Republica y al sufragio universal, recelosos de los sistemas representativos y ‘mis temerosos ain de sistema econdmica liberal, se volcardn.a laaccion dinecta y al establecimiento del control estatal de la economia, EI trigo recobra su caricter simbolico no ya contra el Antiguo Régimen sino contra la burguesia gobernante y propietaria. El rey y la corte, convencides del verdadero sentido de la Revoluci6n —la destruccién de la sociedad en sus cimien- tos-, traicionan y lientan la guerra apoyados por la burguesia acomodada de Los girondinos; cuando ésta se desata en abril de 1792 la suerte de la Revolucidn esti ‘echada, y con ella las aspiraciones de la burguesia liberal Elmovimientojacobino nacido de aquel espectro de fuerzas qu al compés del desarrollo revolucionario se abrey se radicaliza, se perfila cada vex mis como un movimiento democritico no menos ambiguo: sus objetivos de sufragio universal “Conquista bisa casi mica de “un hombreruavoto"7 del valor del hombre por rey LA CONFORMACION DEL MUNDO CONTEMPORANEO si mismo~y de democracia social conducen al interrogante bésico de los aleances de la propiedad. Pregunta que puede sacudir uno de los pilares méximos del régi- “mer burgués: La democracia socal exige ~como lo plantea Robespierre~ el limite impuesto por el bien comin als propiedad individual. {Hasta dénde podré llegar eljacobinismo sin entrar en las contradicciones existentes entre el sistema liberal y Ia igualdad social? El limite ser el limite rousseauniano de la pequefia propiedad, el suefio (gilusorio?) de una democracia antigua de base campesina. Para el jacobi- nismo la propiedad “dignifica” al in y crea las condiciones morales para la vida politi Por fin, entre 1793 y 1794 Yee la dictadurajacobina en la Convencién, aye sre Constinrsion df 1793) que no lleg6 a aplicase, aunque Florence ‘Gauthier (1980) opina quest MBtaukef la préctica politica. Con eta convencién se insula 61 Republica Hranoza cpa ua seamblessurgida dl suegio universal n derechOWepropiedadliimitaderpor el derecho social y, aparte de las garantias propias de la Constitucién de 1791, una serie de conquistasjurdicasy sociales como la edu- cacién piiblica, gravita y lace, derechos de la zejer, a la salud, y-un derecho al trabajo inédito en un cuerpo constitucional, Era la igualdad en la libertad. En cuanto la vida paridaria de la Convencion girondina y la jaeobiaa, el golpe de Estado de junio de 179% elimina al grupo girondino y luego, ala derecha del partido, a Georges Danton ya la inquierda extrema de Jacques Roux y Jacques-René ‘Hebert. Entonces el silencio de una oposicién mutilada y resentia explican la reac-

También podría gustarte