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Concepciones y modelos
sobre las altas
capacidades y el
desarrollo del talento
Índice
Esquema 3
Ideas clave 4
1.1. Introducción y objetivos 4
1.2. Algunos mitos sobre las altas capacidades 5
1.3. Concepción psicométrica de las altas capacidades
9
© Universidad Internacional de La Rioja (UNIR)
A fondo 25
Test 28
Esquema
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El colectivo formado por las personas con altas capacidades ha sido objeto de
numerosas investigaciones y, por tanto, concepciones y modelos que perviven y se
simultanean. A las personas con altas capacidades se les ha considerado desde
siempre individuos que destacan por su nivel intelectual frente al resto de individuos
de su misma edad. Sin embargo, muchas veces, a la hora de hablar de inteligencia,
de capacidad intelectual, no sabemos concretar a qué nos estamos refiriendo. En este
tema presentaremos las concepciones y modelos más destacados en el campo de
las altas capacidades. A partir de una concepción actualizada de las altas
capacidades, acorde a la academia y a los estudios de investigación más sólidos a
nivel internacional, se describen los modelos más importantes en el campo de las
altas capacidades, prestando especial importancia a los modelos centrados en el
desarrollo del talento de gran relevancia desde el punto de vista educativo.
Los objetivos que perseguimos en este primer tema son los siguientes:
Existen algunos mitos en el campo de las altas capacidades que siguen determinando
la comprensión y conceptualización social de este fenómeno. Estos mitos se
remontan a la concepción psicométrica tradicional de las altas capacidades y siguen
teniendo un impacto negativo sobre cómo identificamos y desarrollamos el talento
de los estudiantes más brillantes y con más potencial. Estos mitos siguen operativos
en la sociedad y son compartidos por muchos miembros de la comunidad educativa.
Tourón (2012) los recoge y explica, por lo que será a este autor a quien tomemos de
referencia.
Por otro lado, hay quienes sostienen que el ambiente de desarrollo es realmente
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Mito dos. Los niños con alta capacidad académica lo son en todas las
áreas escolares
Esta presunción olvida que existen diversos tipos de talentos y de capacidades, y que
pueden combinarse de múltiples maneras. Por ello, Tourón (2012) señala que es más
correcto hablar de perfiles de competencia. En este sentido, a menudo los niños de
alta capacidad destacan exclusivamente en ciertos dominios académicos concretos,
pudiendo incluso experimentar dificultades en otros.
Apoyando este mito, ignoramos las necesidades educativas específicas que puedan
tener estas personas y que vienen precisamente derivadas de su alto potencial,
impidiéndoles así desarrollarse.
Mito cuatro. Los niños de alta capacidad están mejor ajustados, son más
populares y felices que los alumnos medios
En primer lugar, no debemos olvidar que no hay un grupo de niños con alta
capacidad, sino que se trata de un colectivo heterogéneo con diversidad de
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Tratar de crear una vinculación entre la alta capacidad y la clase social es incurrir en
una falsedad. La alta capacidad surge en cualquier ambiente social, si bien es cierto
que la escasez de oportunidades educativas que podemos encontrarnos en niveles
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Ceñirse al criterio de edad implica negar que cada niño tiene un proceso de
desarrollo madurativo diferente. En el caso de los niños con altas capacidades,
frecuentemente van a presentar conductas y aptitudes cognitivas y afectivas
superiores a las que les corresponderían según su edad cronológica. Los sistemas
educativos sujetos a un currículo nacional fuertemente graduado se basan en el
criterio de edad y resultan de escaso interés para los alumnos con alta capacidad.
Mito diez. Lo único que se consigue con una educación diferenciada para
alumnos de alta capacidad es crear elitismo, aumentando y
pronunciando de manera evidente las diferencias entre las personas
Esta perspectiva considera las altas capacidades como un sinónimo de poseer una
alta inteligencia evaluada mediante un test psicométrico. En su mayoría, los primeros
investigadores en el campo de las altas capacidades estudiaron las bases científicas
de este fenómeno desde una perspectiva generalista, usando los vocablos «dotado»,
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Aunque el hombre tiene inteligencia desde los inicios de su especie, y es esta una
capacidad diferencial respecto al resto de animales, pasaron miles de años hasta que,
creyéndola como una causa principal en las diferencias de pensamiento y conducta
entre los individuos, se decidió abordarla de un modo científico. Hablamos de finales
del siglo XIX y concretamente, del científico inglés Francis Galton. El estudio de la
inteligencia comenzó a cobrar relevancia en las modernas sociedades de occidente,
en las que el desarrollo individual (esto es, el valor para la sociedad del uso adecuado
de las diferencias entre sus componentes) potenció el estudio de las características
diferenciales que hacían a cada sujeto válido para un papel, para un cometido útil.
A la propuesta científica de la supervivencia del más fuerte que defendía por aquel
entonces Charles Darwin, sumó sus fuerzas Francis Galton, primo del biólogo. Galton
quiso medir al hombre, estaba convencido de la herencia de los rasgos humanos,
incluso de los sociales, que equiparaba al color de piel o a la estatura. Si estaba claro
que existían diferencias entre unos y otros, midiéndolas se conseguiría predecir y
valorar el rendimiento de los individuos, seleccionando a los más aptos.
Galton intentó recoger la inteligencia (dado que en su opinión era un rasgo biológico)
de las manifestaciones más elementales del comportamiento en el que interviniera
cualquier proceso mental. Por eso, se basó en procesos cognitivos muy elementales
como eran:
En todas ellas destacarían los individuos con mayor inteligencia, obteniendo mejores
puntuaciones en las capacidades discriminativas y una respuesta más rápida y eficaz.
Aparte de las críticas evidentes a los rasgos extrateóricos de Galton, como la
discriminación social, sexual o racial de los individuos, los científicos se quedan con
el primer intento por parte del inglés de medir las capacidades intelectuales de un
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modo científico.
A principios del siglo XX, en Francia, se aprobó una ley por la cual todos los niños
debían ir a la escuela. Algo tan innovador, al tiempo que positivo, trajo consigo que
los maestros se encontraran con un rango de diferencias intelectuales insospechado.
El Ministerio de Educación francés decidió encargar a Alfred Binet y Théodore Simon
un test objetivo para identificarlos sin prejuicios ni sesgos ideológicos.
Binet defendía que la diferencia intelectual entre los individuos no se debía tanto a
cuestiones genéticas y de raza, sino a una mayor o menor rapidez en el desarrollo
intelectual que, de por sí, seguiría un mismo patrón en todos los niños. Los niños más
desarrollados simplemente estarían en un nivel mental equivalente a una edad
mayor a la suya, los más retrasados estarían en un nivel de desarrollo propio de una
edad menor. Con esta perspectiva, Binet desarrolló el concepto de edad mental.
Esta sería la edad de desarrollo intelectual que se le supone a un niño después de
contestar a las preguntas de su test.
Por este mismo camino siguió Charles Spearman (1963-1945) con su propuesta del
factor G. Si para Terman y Stern el CI era un concepto único con el que se recogía la
capacidad intelectual del ser humano, Spearman postuló el factor G.
En este punto, las teorías sobre inteligencia, dada la insuficiencia de las propuestas
monolíticas por abarcar la complejidad de la inteligencia, evolucionaron hacia nuevas
propuestas introducidas ya por la intención factorial de Spearman, hacia los modelos
que se conocen como factorialistas.
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Thurstone
Thurstone, tras llevar a cabo un análisis factorial múltiple, llegó a la conclusión de que
no existía una única puntuación (como proponía Spearman), sino que las
puntuaciones variarían dependiendo de las diferentes aptitudes específicas.
Guilford
Carroll
Gagné propone un modelo según el cual las altas capacidades son una aptitud
natural que tras el aprendizaje y el entrenamiento pueden transformarse en
competencias desarrolladas sistemáticamente a un alto nivel en, como mínimo, un
campo de la actividad humana. Este autor es el primero en diferenciar entre altas
capacidades (dotación y aptitudes naturales) y talento (competencia desarrollada).
Las altas capacidades residen, por tanto, de manera natural en los niños y con los
catalizadores adecuados pueden desarrollarse a un alto nivel. Se produce pues una
transformación sistemática y se conciben las altas capacidades como el reflejo de una
valoración del desarrollo evolutivo.
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Este modelo reivindica que la administración out of level de test (los diseñados y
baremados para alumnos más mayores) a alumnos brillantes (que tienen un
rendimiento entre 3-5 % superior tras la aplicación de test in level de acuerdo a su
edad y curso) es capaz de superar el efecto techo de los test in level y, por tanto,
aporta una información mucho más clara y rica sobre el potencial y las aptitudes
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Este modelo cuenta con apoyo empírico sobre la validez predictiva de su sistema de
identificación (Olszewski-Kubilius, 2004). De este modo, se ha expandido a nivel
internacional con programas de verano, de fin de semana y online a aquellos alumnos
En primer lugar, Renzulli diferencia entre dos tipos de altas capacidades o dotación.
Por un lado, las altas capacidades escolares (schoolhousegiftedness) que se asocian
a solvencia y brillantez en cuestiones académicas y se reflejan en puntuaciones
destacas en test de inteligencia. Por otro lado, existen las altas capacidades
productivo-creativas (creative-productive) asociadas a solvencia y brillantez en
problemas reales sin exigir cortes elevados de CI. Estas últimas tienen un mayor
impacto en la sociedad fruto de sus aportaciones.
Ambos tipos de altas capacidades se desarrollan bajo el modelo de los tres anillos de
este autor. Dicho modelo sostiene que la base para el desarrollo de las altas
capacidades requiere la intersección de tres componentes:
1.5. Conclusiones
Tras observar los intentos por medir la inteligencia como el CI o el factor G (conceptos
aún en uso) y viendo las limitaciones que esto suponía al apartar de esta concepción
características y habilidades propias de la inteligencia y no medibles, así como
amparándose en estudios transculturales, la inteligencia comienza a evaluarse
desde un cariz práctico y termina por definirse como algo bastante más alejado de
los primeros intentos de Galton. Aunque es necesario recordar, aun actualmente, que
persisten tres mitos en torno a las altas capacidades.
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Ana con 8 años, cursa 3.º de Primaria. Desde que comenzó su escolarización
mostraba características propias de alta capacidad. Por lo que, al iniciar la etapa de
Primaria, se decidió realizar una evaluación psicopedagógica en la que se determinó
que su CI era de 137.
Aida con 8 años, cursa 3.º de Primaria. Siempre ha sido una niña muy trabajadora y
apasionada en sus tareas. En términos de rendimiento, podemos decir que es la
mejor alumna de la clase junto con Ana, aunque Aida se esfuerza mucho más. Realiza
todas las tareas voluntarias y en determinados temas solicita al profesor información
y tareas extra.
Borja con 8 años, cursa 3.º de Primaria. Su rendimiento es irregular, muy bueno en
las materias que más le interesan y bastante ajustado en el resto. Suele entregar sus
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tareas en plazo, aunque se rige por la ley del mínimo esfuerzo. Sin embargo, cuando
un tema le apasiona muestra un rendimiento propio del mejor alumno de la clase.
Además, frecuentemente interviene en clase con razonamientos brillantes.
Borland, J. H. (2005). Gifted education without gifted children: The case for no
conception of giftedness. En R. J. Sternberg y J. E. Davidson (eds.), Conceptions of
Giftedness (2ª ed., pp. 1-19). Nueva York: Cambridge University Press.
Galton, F. (1869). Hereditary genius: An inquiry into its laws and consequences.
Londres: Macmillan.
Tourón, J. (2012, febrero 22). ¿Repasamos los mitos sobre los alumnos más capaces?
Javier Tourón. https://www.javiertouron.es/repasamos-los-mitos-sobre-los-
alumnos/
Tourón, J. (2013, marzo 22). Francoys Gagné en My Friends' corner. Javier Tourón.
https://www.javiertouron.es/francoys-gagne-en-my-friends-corner/
Tourón, J. (2015, abril 20). Re-pensando las altas capacidades: una aproximación
evolutiva. Javier Tourón. https://www.javiertouron.es/re-pensado-las-altas-
capacidades-una/
UNIR | La Universidad en Internet. (2017, julio 24). Altas capacidades: Los viejos mitos
nunca mueren | UNIR OPENCLASS [Vídeo]. YouTube.
https://www.youtube.com/watch?v=_a5RKVnZ3bo
En esta masterclass, el profesor Javier Tourón presenta los principales mitos sobre
las altas capacidades, destacando que la alta capacidad no es un rasgo real ni algo
equivalente a un CI superior a 130.
a23968f5ef11/re-pensando-las-altas-capacidades-pdf.pdf
The Brainwaves Video Anthology. (2016, mayo 12). Joseph Renzulli - What is Giftedness?
[Vídeo]. YouTube.
https://www.youtube.com/watch?v=L8OlKSNQAIU&list=PLkLdrGoHACsg5Zw-
_nUcNgxrZT34UrL4u&index=7
En esta entrevista, el profesor Pfeiffer presenta su modelo tripartito sobre las altas
capacidades y las consecuencias que se derivan del mismo para la atención educativa
de este alumnado.
Accede al vídeo a través del aula virtual o desde la siguiente dirección web:
https://www.youtube.com/watch?v=bYIF-RpEIgU
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C. Renzulli.
D. Subotnik.
10. Señala la afirmación correcta cobre el modelo tripartito de las altas capacidades:
A. Consta de tres ingredientes: inteligencia, creatividad y motivación.
B. Solamente hay una forma de ver a los alumnos más capaces.
C. Enfocan la identificación, evaluación y categorización de estos alumnos.
D. Surge de la reflexión teórica.
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