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Nómadas (Col)

ISSN: 0121-7550
nomadas@ucentral.edu.co
Universidad Central
Colombia

Torre, Renée de la
CRISIS O REVALORACIÓN DE LA IDENTIDAD EN LA SOCIEDAD CONTEMPORÁNEA
Nómadas (Col), núm. 16, abril, 2002, pp. 76-85
Universidad Central
Bogotá, Colombia

Disponible en: http://www.redalyc.org/articulo.oa?id=105117941007

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CRISIS O
REVALORACIÓN
DE LA IDENTIDAD
EN LA SOCIEDAD
CONTEMPORÁNEA
Renée de la Torre *

El presente artículo tiene el propósito de reflexionar sobre The present article has as its purpose to reflect on some of
los cambios que las nuevas tecnologías de comunicación in- the changes that new communicative technologies introduce
troducen en los procesos de creación de las identidades con- in processes of creation of contemporary identities. This new
temporáneas. Estas nuevas identidades se construyen tanto identities are constructed as much by their belonging to a so-
por pertenencia a un espacio social, como por referencia sim- cial space, as by their symbolic reference to the universe of
bólica al universo de imágenes mass mediáticas con las que mass media images with which it interacts daily. In this new
interactúa cotidianamente. En este nuevo escenario: ¿Qué scenario, what types of identities are being generated? This
tipos de identidades se están generando? Este ensayo se cen- essay is centered on the debate between the homogenization
tra en el debate sobre la homogeneización o la diversificación or the diversification of identities, which are portrayed in three
de las identidades, que se escenifican en tres imágenes contrasting images: the masses, the superindividuals, and the
contrastantes: las masas, los superindividuos y las tribus. A tribes. Through them one can appreciate the risks represented
través de ellas se pueden apreciar los riesgos que representa la in the radical dramatization of each one of them for the
dramatización radical de cada una para la construcción de la contruction of identity, and the necessary equilibrium in the
identidad, y el equilibrio necesario en la relación con la dife- relation with difference and alterity.
rencia y la alteridad.

* Profesora investigadora del Centro de Investigación y Estudios Superiores en Antropología


Social (CIESAS) de Occidente (Guadalajara, México). Nivel II en el Sistema Nacional de
Investigadores. Estudió licenciatura y maestría en Comunicación por el ITESO y es doctora
en Ciencias Sociales, con especialidad en Antropología Social, por el CIESAS/Universidad
de Guadalajara. adelator@udgserv.cencar.udg.mx.

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E l avance tecnológico de la co-
municación ha transformado la na-
duo, de la comunidad y de la so-
ciedad. La identidad está referida
grados de libertad subjetivos en la
conformación de la personalidad y
turaleza de los procesos de interacción a comprender la manera en que se los roles, códigos y convenciones
social, ha multiplicado los canales de construyen y se relacionan las impuestos por la estructura social
producción y transmisión cultural, ha concepciones del yo (mantenien- (Sciolla 1983); pero también nos
reposicionado al individuo en esca- do la distinción de Mead (1934) permite atender lo social en el su-
las de interacción planetarias, ha entre el mi social y el yo singular), jeto (los roles y estatus que la so-
ensanchado la concepción de nues- el nosotros que sitúa los procesos de ciedad les asigna), y lo subjetivo en
tro mundo y ha achicado las distan- socialización a partir de los cuales lo social (la voluntad humana de
cias que separaban el aquí y el allá. se generan las representaciones transformar y apropiarse los valo-
Para entender la cultura y los proce- colectivas (Berger y Luckmann res, reglas y recursos sociales). La
sos a través de los cuales se construye 1986), y los ellos basados en la identidad es tanto autoconcepción,
el juego de las identidades, es nece- necesidad de demarcación de la di- como heteroconcepción, se nutre
sario atender la interacción entre los ferencia y las fronteras de la iden- de la alteridad y requiere ser reco-
procesos mass mediáticos y las prácti- tidad (Goffman 1993). nocida por los otros. Por tanto, es
cas cotidianas, para lo cual se vuelve un concepto que atiende la interac-
necesario atender los efectos que la La identidad no está contenida ción de las representaciones socia-
comunicación de masas tiene en la en el individuo, aunque sí nos ha- les que configuran la conciencia
construcción de las identidades con- bla de cómo se genera la personali- interiorizada y la representación pú-
temporáneas. dad. Tampoco es la comunidad o el blica del yo, el nosotros y los otros,
grupo, ni son los emblemas con los ajustadas a escalas micro y macro
La identidad es un concepto cuales se representan los grupos. La sociales.
útil para examinar los efectos del identidad es más que nada un con-
juego de relaciones que nos permi- cepto relacional, que se gesta en las Si bien existe un consenso en
te conjugar simultáneamente las prácticas intersubjetivas entre los torno al concepto de identidad, el
representaciones en singular y plu- individuos y la sociedad; por un papel que los medios y las tecnolo-
ral: la representación del indivi- lado, atiende la dialéctica entre los gías de la comunicación tienen en los
Poussin

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procesos de interacción intersub- mensajes y realidades mass mediáticas, rencia a las tendencias que marcan
jetiva y de producción y circulación y que funcionan como marcos de la moda y la cultura global.
de la cultura, nos hacen que tenga- interacción comunicativa con los
mos que replantear las preguntas otros. Las industrias culturales y los Si la comunicación cara a cara se
esenciales: ¿Cuáles son los referentes medios de comunicación producen y determina por producir interacciones
de sentido a partir de los cuales los distribuyen registros culturales (mo- de ida y vuelta, por ser dialógica y
individuos construyen su auto repre- delos para imitar, marcas de identi- realizarse en un espacio físico próxi-
sentación? ¿Cuáles son los espacios dad, formas de vida, lenguajes para mo, en la interacción mediada por
de interacción comunicacional a par- usar, gustos, modas, valores y creen- las tecnologías las fuentes de produc-
tir de los cuales se conforman las so- cias) que constituyen referentes de ción y los canales de distribución de
ciedades? ¿Cuáles son los espejos a identificación individual y grupal, y la cultura no son localizables en el
través de los cuales nos miramos, que se actualizan en las actividades entorno inmediato, pues la comu-
como diferentes o semejantes? ¿Cuá- diarias en los contextos donde se lo- nicación, revolucionada por las nue-
les son los parámetros vas tecnologías de la
para construir la no- información, se ha con-
ción de lo propio y lo vertido en un poder in-
ajeno? ¿De dónde vie- visible e inaccesible,
nen, por dónde circu- una comunicación uni-
lan y cómo se disputan direccional, pero al
las categorías y marcas mismo tiempo omni-
culturales que nos per- presente en cada cultu-
miten valorar o despre- ra y sus mundos de
ciar una forma de ser en vida, ya que cada vez
relación con otra? tiene más presencia en
¿Cuáles son las escalas los espacios y ámbitos
temporales y territoria- privados de la vida
les en las que se cons- familiar (Thompson
truye la relación del 1998).
yo-nosotros-los otros?
¿Cuáles son los nuevos Un buen número de
rituales a partir de los “La lección de anatomía del profesor Tulp”, Rembrandt, 1632, La Haya las identidades contem-
cuales se consagran las poráneas se nutren de
sociedades? caliza la actividad social de los indi- registros culturales que se producen
viduos. más allá de las instituciones, las re-
giones, las civilizaciones culturales,
Los registros mass Gran parte de las aspiraciones, de los territorios y los ámbitos familia-
mediáticos y las los modelos de ser y parecer, de los res. Esto se debe a que ciertas identi-
identidades lenguajes que utilizamos para comu- dades se gestan a través de las
referenciales nicarnos con los demás, e incluso de mediaciones comunicativas, que
los temas de las charlas cotidianas, acortan las distancias geográficas,
Ver televisión, asistir al cine o ver han cobrado vida más allá de las pan- culturales e históricas para poner a
películas en casa, escuchar la música tallas y se actualizan y resignifican en disposición de la sociedad marcos
pop, navegar o chatear por internet, el juego de las actividades de la vida referenciales que antes eran muy le-
son algunas de las actividades que diaria. Cobran rostro y cuerpo en janos e incluso eran inexistentes para
cotidianamente realizamos y que se nuestras formas de ser, actuar y pare- ciertas culturas locales. Sin embargo,
incorporan como parte de la expe- cer. Las pantallas no sólo transmiten los sucesos distantes que se transmi-
riencia habitual del ser humano con- imágenes, sino que sirven también de ten por los medios de comunicación
temporáneo. Son prácticas cotidianas espejo a través del cual podemos re- y las redes de información se integran
que nos ponen en conexión con conocer si se está In o out con refe- a la experiencia individual y grupal

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desde contextos tradicionales. Las mediática, desde las aspiraciones diversidad de identidades sociales
identidades primarias (familia, etnia, particulares de sujetos con posición cuya intermediación complejiza
comunidad) lejos de disolverse en los histórica y social, y con los referen- nuestra capacidad de comprensión
procesos de urbanización y globali- tes simbólicos y valorales propios de de las identidades contemporáneas.
zación cultural, siguen siendo vigen- las comunidades primarias locales a La interacción entre las identida-
tes en la generación de las identidades las que pertenecen. des de pertenencia y las identifica-
colectivas y operan como marcos a ciones mediáticas, multiplica los
partir de los cuales se incorporan, se Ante este panorama se vuelve registros y recursos simbólicos con
moldean y modulan los referentes un imperativo construir puentes y los que un individuo se relaciona.
identitarios globales mediante con- mediaciones que nos permitan ir El individuo contemporáneo tiene
sumos culturales diferenciados (De la más allá de las afiliaciones forma- acceso a una diversidad de registros
Peña y De la Torre 1994). les y más acá de las afiliaciones ima- culturales, provenientes tanto de su
ginarias, a fin de poder trazar las entorno inmediato como de su ex-
En este sentido, la identi- periencia mediática, que
dad contemporánea se cons- sería casi imposible de in-
truye tanto por pertenencia ventariar –como lo hacía la
(como colectivo institucio- antropología clásica–. Por
nalizado con matriz socio-te- eso, el rasgo principal de la
rritorial), como por referencia cultura actual es la comple-
a marcos de producción y dis- jidad de su organización:
tribución simbólica global
(comunidades místicas o La multifuncionalidad de co-
imaginarias, nuevas tribus municaciones en combina-
ción con la abierta naturaleza
urbanas, estilos de vida de los recursos culturales con-
influenciados por modelos de temporáneos, crea oportuni-
consumo, comunidades emo- dades de construcción de
tivas, etc.) (Giménez 1993). matrices mucho más variadas
Esto constituye un nuevo reto y densas de “nichos” de iden-
para el estudio de las identi- tidades y estilos de vida
grupales que parecen formas
dades, pues significa atender de un habitus dinámico,
de manera simultánea y en mediáticamente influenciado
interacción los marcos de y moderno (Lull 2001).
identidades de pertenencia
con los registros referenciales Sin duda una buena
de las nuevas identificaciones, descripción de la complejidad
“El príncipe Felipe Próspero”, Velázquez, 1659, Viena
y las nuevas identidades que cultural de nuestros días es la
dicha interacción produce. que nos ofrece Alain Tou-
Ibáñez considera que para entender nuevas identidades sociales en la raine, quien señala que la diversidad
el fenómeno cultural contemporá- jerarquía del entramado simbólico de manifestaciones culturales se debe
neo se requiere una mirada transver- de un universo cultural específico. en gran parte a la confrontación en-
sal, que atienda “la cadena vertical tre la homogeneización funcionalista
fija (sobre la que) se trenzan las fili- y la múltiple fragmentación de los re-
granas de una trama horizontal va- ¿Homogenización o ferentes de sentido (Touraine 1992).
riable. La cadena de las filiaciones y diversificación de las En los términos de Ulf Hannerz
la trama de las afiliaciones” (Ibáñez identidades? (1993,) lo que caracteriza a la cultu-
1990: 12). Para atender este nuevo ra contemporánea es la dialéctica
fenómeno requiere observar la ma- La cultura contemporánea se entre los procesos de homogenei-
nera en que los grupos sociales orga- distingue por la coexistencia de la zación y los procesos de diversifica-
nizan, re-sitúan y usan la cultura masificación de la cultura y de la ción de los significados sociales.

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Tanto la cultura global como la Las identidades de ma de la convivencialidad en un
local interactúan dialécticamente, hoy: ¿masas, tribus o mundo multicultural?
produciendo los efectos de identi- super individuos?
dad más diversos y contrastantes. a) Las identidades masa
Por un lado, hay quienes definen Una de las principales preocupa-
la cultura de la modernidad tardía ciones por la identidad en los tiem- La idea de identidades masa nos
como crisis de los valores universa- pos de la modernidad tardía es la lleva a pensar en la homogeneización
les y universalizantes de la moder- planteada por Manuel Castells de las identidades. Nos remite al
nidad clásica, argumentando que las (1999), quien formula su pregunta modelo de Aldea Global desarrollada
promesas de la ciencia, de la razón por la identidad contemporánea por McLuhan hasta el Homo Videns
y el progreso lejos están de respon- enmarcada en la tensión entre la de Saritori. El concepto masa se opo-
der a los ideales y necesida- ne, por un lado, al concepto
des de los individuos. Hay de identidades particulares,
otros que hablan de la crisis pues conlleva la idea de que el
de las identidades sociales, poder de las industrias cultu-
caracterizada por una insegu- rales reside en imponer una
ridad ontológica, una cultu- cultura de consumo, que tien-
ra sobre la cual los actores de a estandarizar las identida-
sociales han perdido puntos des sociales. La tendencia a
de referencia sólidos y acce- uniformar a las culturas aten-
sibles y la capacidad de con- ta contra la diversidad cultu-
trol sobre las fuentes de su ral. Su máximo exponente
experiencia es cada vez más sería la hegemonía del Ameri-
inabordable. Sin embargo, can Way of Life, que se difun-
hay quienes enfatizan en la de como la pauta cultural que
crisis de la alteridad, cuyos permite acceder a la moderni-
síntomas son el regreso al dad y a la conexión con el
integrismo y al fundamen- mundo, es la base de códigos
talismo, manifestación de la de identificación necesaria
exacerbación de los particu- para adquirir una identidad
larismos culturales sean lo- cosmopolita. La cultura de ma-
cales, nacionales o religiosos sas se propone como modelo
(Laplantine 1996). cultural transnacional, que a
su paso, mediante la imposi-
Esta tensión está presen- ción de prácticas de consumo
te en las preocupaciones por “Don Sebastián de Morra”, Velázquez, s.f. Madrid, El Prado uniformadas a escala plane-
la identidad contemporá- taria, va desdibujando las
nea. Ante este panorama cabe pre- Sociedad Red y el yo. Las nuevas tec- particularidades de las culturas tradi-
guntarnos si en la sociedad actual nologías de la comunicación intro- cionales, regionales y nacionales. La
¿las identidades son más anónimas ducen la necesidad de repensar qué cara buena de la cultura de masas es
o más personalizadas?, ¿existe cri- tipo de identidades produce: ¿identi- que, en la medida en que ho-
sis de identidad grupal o asistimos dades anónimas y uniformes mode- mogeneiza y uniforma a las identida-
a la revaloración de lo comuni- ladas por las tendencias a la des, también debilita las distinciones
tario?, ¿las identidades son más masificación del mercado y del con- clasistas entre alta cultura y cultura
opcionales o más impuestas?, ¿la sumo?, ¿identidades individualizadas, popular, vulgarizando la cultura y
tendencia de la cultura apunta a hechas a la medida y necesidades de poniéndola a disposición de las ma-
uniformar a las identidades o a cada individuo? O ¿fragmentación de yorías. Por otro lado, lo masivo tam-
liberarlas de los roles y coerciones identidades en múltiples tribus y bién se opone a la personalización e
institucionales? microgrupos, que plantean el proble- individualización de la identidad. La

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identidad de masas nos hace imagi- sistema de comodidades, que se ad- contribuyen a la individualización de
nar una sociedad pasiva, sin rostro ni quiere sin necesidad de esfuerzos de las identidades. La tecnología de las
voz propia, sin memoria, una especie comprensión cultural (Ulf Hanerz comunicaciones ha variado sus dise-
de sociedad conformada por zombis, 1992),y que tan sólo se requiere el ños para hacer de ella un uso cada
que actúan mecánicamente, sin vo- poder de su firma. Existe a nivel glo- vez más particularizado. La tenden-
luntad propia. bal una franja cultural de homoge- cia a hacer portátil casi todo aparato
neización estética, de lenguajes, de de telecomunicación, facilita que
Dentro de los estudios sobre los costumbres y rituales, y de valores in, sean usados a cualquier hora y en
efectos de los medios masivos de la que constituyen elementos de iden- cualquier lugar (el teléfono ha cedi-
comunicación muchas veces se tificación social a partir de los cuales do paso al celular, las grabadoras a los
refuerza esta concepción –aunque construimos ciertas semejanzas que walkman, el aparato de sonido al
aquí se recrea de manera diskman, la computadora al
caricaturesca–, que parte de pocket book). La televisión ha
analizar los contenidos de diversificado su programación
los mensajes y sus poten- y contenidos y el control re-
ciales de producción y dis- moto instauró la cultura del
tribución, y atribuirles un zaping, las tecnologías como sus
determinismo tecnológico a mensajes ceden para ser cada
partir del análisis de la pro- vez más interactivas con los re-
ducción ideológica, de su ca- ceptores, con lo cual el usua-
pacidad de distribución de rio es capaz de construir una
largo alcance, sin apreciar las programación personalizada y
capacidades creativas, de fragmentaria. Hoy en día las
resignificación y uso, e hibri- industrias culturales han mul-
dación que se dan a nivel de tiplicado sus ofertas y de igual
las prácticas cotidianas. manera se han diversificado los
consumos.
Si bien este paradigma ha
sido superado –y ampliamen- Por su parte los individuos
te criticado—podemos cons- han adquirido la capacidad cre-
tatar que aunque el mundo ciente de selectividad del con-
está cada vez más conectado, sumo acorde a sus perspectivas
éste continua siendo plural. personales. Los individuos de
Sin embargo, no es comple- hoy en día construyen sus pro-
tamente desechable, pues pios itinerarios de recepción y
quienes han tenido la expe- “El bufón don Diego de Acedo”, Velázquez, 1644, El Prado consumo. Las ofertas han pa-
riencia de viajar por las ca- sado de la imposición a la se-
rreteras de Estados Unidos de una nos permiten sentirnos parte de una ducción nos dice Lipovetsky, quien
ciudad a otra, no escapan a la sensa- aldea global. reflexiona sobre el impacto que la
ción de entrar y salir al mismo lugar. tecnologización de la comunicación
De viajar sin destino ni retorno: los b) El hedonismo individualista tiene en la cultura actual:
mismos restaurantes, cafés, supermer-
cados, plazas comerciales, jugueterías, En contraposición con el proyec- “La seducción construye nues-
calles y pobladores. Paisajes idénti- to globalizador que tendía a homo- tro mundo y lo remodela en un
cos se repiten en otras ciudades y la- geneizar las identidades en una proceso sistemático de perso-
nalización que consiste esen-
titudes. Hospedarte en un hotel Hyat, sociedad de masas, se plantea que los cialmente en multiplicar y
Marriot o Meliá, permite transitar por medios de comunicación, cada vez diversificar la oferta, en propo-
distintos territorios culturales, bajo más especializados y con una oferta ner más para que uno decida
un mismo techo, un mismo estilo, un más diversificada y personalizada, más, en substituir la sujeción

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uniforme por la libre elección, ducción social ya no se da de manera creyente de una religiosidad a la car-
la homogeneidad por la plu- causal, ni en un ordenamiento racio- ta, sobre la base de un cristianismo
ralidad, la austeridad por la nal, sino que está mediada por la heredado, se puede tomar un poco de
realización de los deseos” (Lipo-
vetsky 1986). reflexividad del individuo, la cual filosofía Zen, combinado con el amor
más que ser una motivación a reali- y respeto por la naturaleza, más la
La identidad del hombre moder- zar acciones para alcanzar fines, se práctica diaria de la consulta de orá-
no cada vez es menos impuesta por orienta hacia la construcción creativa culos, y el ejercicio de la meditación
las agencias de socialización moder- de futuros posibles. Esta reflexividad trascendental. La búsqueda del per-
nas. La Iglesia, el Estado, la Escuela del individuo es una búsqueda cons- feccionamiento personal, de la in-
y la familia han perdido su poder de tante de la autoidentidad; posee una trospección individual, es la ruta del
gestores autorizados de la cultura es- conciencia autobiográfica que inte- encuentro de lo sagrado. La religio-
pecializada que caracterizaba a la gra el tiempo pasado con el presente sidad Nueva Era promueve una idea
modernidad capitalista. Más que ha- y diseña sus futuros posibles. La crea- holística de universo, donde lo par-
blar de identidades, lo que se vislum- tividad de los individuos y sus ticular se conecta con el todo, donde
bra es el ejercicio permanente de la implicaciones en los cambios de la la especificidad de la experiencia re-
identificación. Los sistemas globales vida diaria son hoy en día el factor ligiosa es equivalente a la totalidad,
de distribución cultural representan más importante de transformación de donde el encuentro con lo divino ya
una diversidad de estilos de vida que las instituciones. Mientras que las no se da en la relación de alteridad

se ofertan a través de artículos de agencias sociales van perdiendo su con un dios distinto del individuo,
consumo al conjunto de la sociedad, capacidad de imposición y credibili- sino que el individuo forma parte de
y a partir de los cuales moldean sus dad, el individuo cada vez es más li- lo divino y lo experimenta a partir
propias identidades en la selección de bre para hacer él mismo su propia de la auto exploración y de la perfec-
sus consumos. Los contenidos de la identidad. ción alcanzada por sí mismo. La na-
televisión tienden a enaltecer los turaleza, el hombre y la divinidad
valores hedonistas: el culto por el La nueva sociedad ofrece la opor- forman parte de una energía cósmi-
cuerpo perfecto, por la salud, la be- tunidad de auto construir la identi- ca, de un principio holístico, circu-
lleza, el confort, el ocio, etcétera. dad. Por ejemplo en el ámbito de la lar, que desvanece las fronteras de la
identidad religiosa, ésta se ha hecho diferencia.
El individuo contemporáneo ya cada vez más opcional que obligato-
no está sujeto ni a las tradiciones ria. Las nuevas religiosidades a la car- La identidad hiperindividuali-
heredadas por la sociedad, ni a los ta, privilegian la soberanía individual zada se apropia de la diversidad de
roles impuestos por sus padres, ni a sobre la regulación social de las igle- ofertas culturales para conformar su
las normas transmitidas por la Igle- sias. La diversidad de ofertas religio- identidad autobiográfica, esto pone
sia, el Estado y la Escuela. Baudrillard sas encuentra sentido unitario en los en crisis la relación de la diferen-
plantea el problema de la fragmenta- marcos de apropiación individuales. cia, la diferenciación entre lo uno
ción del yo, por la constante relación Las creencias trascendentales ya no y lo otro, y la capacidad de distin-
del individuo con los mensajes sólo se adquieren asistiendo a los tem- guir entre lo particular y la totali-
mediáticos, que construyen un simu- plos, sino que se pueden conformar a dad. La concepción holística hace
lacro de la realidad. El yo pierde su través de itinerarios de consumo en perder de vista los ejes de la dife-
referente de realidad y de coherencia las tiendas esotéricas y en los centros rencia, ya que plantea que el yo es
unitaria (Baudrillard 1978). Por su de desarrollo personal. Mediante un parte del todo y la totalidad está
parte, Giddens observa que la repro- gesto se puede constituir un menú presente en el yo.

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c) La era de las tribus relaciones sociales”. De acuerdo con delar el ser, diseñan marcas para re-
esta definición se contemplan las tri- conocerse entre pares y para distin-
Como una alternativa para pen- bus transnacionales, constituidas por guirse del resto. Por ejemplo, los
sar la identidad en riesgo por la elites profesionistas e intelectuales gustos musicales generan marcas
masificación cultural o tendiente a que comparten valores éticos, códi- identitarias entre rockeros, metaleros,
un individualismo autista, se plan- gos de comportamiento, temarios y rastas, bandas, darks, punks. Estos
tea que las identidades en la sobre contenidos especializados pero colec- atributos no sólo representan estilos
modernidad se configuran a partir de tivamente compartidos (Hannerz estéticos, sino que van generando
la multiplicación de microgrupos, 1992:111). Aquí se pueden incluir los modos de vida, con territorios pro-
llamados nuevas tribus. Éstas, a dife- nuevos movimientos sociales, agru- pios, dialectos exclusivos que sólo
rencia de las comunidades tradicio- pados en redes transnacionales para pueden ser descifrados por sus miem-
nales, son más inestables y se defender problemas sociales que no bros, visiones del mundo y de la so-
caracterizan por un “arraigo dinámi- sólo atañen a su comunidad natural ciedad (Reguillo 2000). Las tribus
co” (la gente puede moverse de una o a su entorno nacional; por ejemplo juveniles pueden constituirse con un
a otra, o pertenecer simultáneamen- los ecologistas, los globalifóbicos, las fuerte arraigo espacial o pueden ser
te a más de una tribu), producen ONGS defensoras de derechos huma- nómadas. Por ejemplo, las bandas y
diferentes tipos de socialidad: me- nos, constituyen tribus transnacio- pandillas de los barrios se apropian
nos normativo y obligatorio y más nales en torno a una agenda ética y de las calles, esquinas y bardas para

emotivo y opcional. Las nuevas tri- política que demanda cambios socia- marcar los dominios de la tribu; tras-
bus se pueden conformar tanto por les a nivel global. pasar las fronteras marcadas por los
afinidades reagrupadas en un mismo otros produce peleas entre las tribus
territorio, que conforman cadenas de Pero las nuevas tribus no son sólo por el territorio. La tribu local lucha
socialidad y de comunicación coti- globales, sino que también incluyen por imponer las reglas del juego en
diana cara a cara, que constituyen a múltipes grupos, a veces minúscu- sus territorios, por controlar las ca-
redes de amistad y sentidos compar- los, que a través de rituales cotidia- lles, la violencia, pero también los
tidos en rituales específicos nos van edificando fronteras de recursos simbólicos. También existen
(Maffesolli 1990: 38). También por identidad y a su paso van apropián- tribus nómadas, que no pertenecen a
nuevas tribus, se incluyen las enti- dose de territorios, marcando un jue- un lugar particular y cuyos territorios
dades transnacionales, conformadas go incesante de identidades de pueden ser ocasionales. Jesús Martín-
por sujetos situados en puntos dis- inclusión de sus miembros y exclu- Barbero define como tribu a “El gru-
persos en el espacio, pero que con- sión de los otros. Sin duda, el ejem- po que en un momento dado decide
forman redes y comparten códigos plo que mejor ilustra la conformación convertir una discoteca, una calle o
comunes y valores culturales de de estas nuevas tribus se da en el uni- una esquina o la plaza de un pueblo
identificación del nosotros (Field verso de las identidades juveniles que en “nuestro” lugar. En ese momento,
1971, citado en Hannerz 1992). se gestan en torno a los consumos la tribu de jóvenes marca el lugar con
culturales especializados: las modas su graffiti, ellos ponen en alto sus
Una definición de las nuevas tri- del vestir, los géneros musicales y la símbolos y se posesionan del
bus es la dada por el antropólogo Ulf afición por los deportes, en la prácti- lugar”(Martín-Barbero 1997: 115).
Hannerz, para quien se configuran ca no sólo son diversiones, entrete-
por “personas comprometidas con nimientos o pasatiempos, sino que Estas nuevas tribus no necesa-
una cultura ajena, que forman por constituyen micro culturas que crean riamente comparten un pasado, ni
preferencia conjuntos separados de modelos de actuar y pautas para mo- una memoria histórica, ni un lina-

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je heredado, aunque muchas pue- “Entre la homogeneización virtual identidad siempre es selectiva,
den ser interpretadas como ritos de del conjunto total (los espacios de integradora y creativa. De igual ma-
pasaje, otras luchan por su perma- circulación y de comunicación vin- nera podríamos diseñar el slogan de
nencia en el tiempo, a fin de ga- culados con la expansión mundial del dime quién consume y te diré qué
rantizar continuidad, muchas veces liberalismo económico) y la “indivi- identidad recrea. Pero la cosa es mu-
se inventan una identidad históri- dualización de las cosmologías”, lo cho más compleja, y no se deja ence-
ca a través de la apropiación híbrida que pierde su base simbólica es la re- rrar en un slogan publicitario. Lo que
de tradiciones, e incluso se ligan a lación con el otro, que sin embargo sí es un hecho es que la interacción
una tradición creyente, construyen- es constitutiva de la identidad mediática ha provocado la disyun-
do nuevas identidades cuasi religio- individual”(Augé 1995:86). ción de la correspondencia del estar
sas que producen novedosos y el ser como conjunción de
bricolages (Hervieu-Léger variables que daban como re-
1996). sultado la identidad. Por ello
habrá que revisar si es conve-
Nos enfrentamos más bien niente seguir hablando de
a una aldea global que, si bien identidades o si sería mejor
contribuye en una masifi- empezar a hablar de dinámi-
cación de la cultura de consu- cas de identificación, o de tra-
mo, se encuentra cohabitada yectorias de identidad, cada
por la diversidad de nuevas vez más cercanas a los proce-
tribus identitarias que se con- sos fluctuantes y dinámicos de
forman mediante ritos com- construcción de maneras de
partidos, cuya novedad reside reconocernos e incluirnos en
en que sus referentes de iden- nuevas coordenadas donde el
tificación tribal no correspon- nosotros puede generarse por
den única y unívocamente identificación con el otro le-
con las formas tradicionales de jano –incluso con el otro vir-
organización social localizadas tual–, o se pueden constituir
en el espacio físico y el tiem- las diferencias mediante ritua-
po convencional, sino que se les que crean la otredad al
encuentran referidas a regis- interior mismo de las comu-
tros de identificación mass nidades existentes.
mediáticos que, por un lado,
conectan y reubican a las Todo proceso de repre-
identidades individuales con sentación del yo-nosotros-los
las redes de la globalización, “El fuego”, Arcimboldo, 1566, Viena otros, se conforma mediante
pero que por otro lado, a tra- tres actividades: la identifi-
vés de los rituales los apropian y Reflexiones finales cación, la diferenciación y la
relocalizan generando fronteras de alteridad (Augé 1995). Acerca de
identidad en los espacios sociales lo- Podríamos decir que detrás de los efectos que tienen los medios
cales de interacción cotidiana, que cada identidad está la lógica del mer- electrónicos de comunicación sobre
demarcan territorios de inclusión y cado, o más simplificado concluir que la identidad, hemos propuesto tres
exclusión. la identidad contemporánea se crea paradigmas discursivos: el que pri-
a partir del consumo: dime qué con- vilegia la tendencia de las socieda-
La emergencia de una sociedad sumes y te diré quién eres. Si bien des a convertirse en masas resalta
conformada por múltiples identida- los medios de comunicación y las tec- la crisis de los particularismos
des tribales desmiente la tesis de la nologías informáticas crean vínculos identitarios (individual, regional,
crisis de identidad, pero pone de culturales entre el mercado y las iden- tradicional o nacional); el que con-
manifiesto la crisis de la alteridad: tidades locales, también lo es que la fiere un rasgo prominente al hedo-

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nismo como maximizador de la GIDDENS, ANTHONY (1994). Moderni- MAFFESOLLI, MICHEL (1990). El tiempo
dad e identidad del yo, Barcelona: Pe- de las tribus. Barcelona. Icaria.
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GIMÉNEZ, GILBERTO (1993). “Cambios redando el futuro. Pensar la educación
te del discurso que plantea la de identidad y cambios de profesión re- desde la comunicación”, en Revista
proliferación de tribus neo locales ligiosa” en Bonfil Batalla (coord.) Nue- Nómadas, No. 5, Septiembre, Santafé
enfatiza la crisis de la alteridad. A vas identidades culturales en México, Bogotá, pp. 10-22.
México: Consejo Nacional para la Cul-
simple vista, cada modelo podría ser tura y las Artes.
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una fase de un mismo proceso, o Society, Chicago. University of Chicago
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puede ser resultado de la sobreabun- Buenos Aires. Amorrortu Editores
dancia que caracteriza a la moder- REGUILLO, ROSSANA (2000) Emergen-
(cuarta reimpresión).
cia de culturas juveniles. Estrategias del
nidad tardía y que produce efectos HANNERZ, ULF (1992a) Cultural com- desencanto, Buenos Aires. Editorial
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Press.
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Yo prefiero pensar que ante un (1992b) “Cosmopolitas y loca- Turín: Rosenberg & Sellier (traducción
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Alteridades, México. UAM Xochimilco,
revolucionado por las tecnologías y pp.107-115. THOMPSON, JOHN B. (1999). Los media
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los alcances del mercado global, que HERVIEU-LÉGER, DANIÉLE (1996). “Por dios de comunicación, Barcelona. Paidos.
multiplica los repertorios y conteni- una sociología de las nuevas formas de
TOURAINE, ALAIN (1993). Crítica de la
dos de las culturas, y que transforma religiosidad: algunas cuestiones teóri-
modernidad, Madrid. Temas de Hoy.
las coordenadas (temporales y espa- cas previas” en Gilberto Giménez
(comp.) Identidades religiosas y sociales
ciales) que nos permiten anclar y si- en México, México. IFAL/IIS/UNAM,
tuar las identidades, lo que está en pp. 23-46.
juego no es la crisis de identidad, sino IBAÑEZ, JESÚS (1990). Prólogo al libro
por el contrario la revaloración de la de Michel Maffesolli El tiempo de las
tribus. Barcelona. Icaria pp. 9-19.
necesidad de apropiación reflexiva de
los procesos de identificación, que LAPLANTINE, FRANÇOIS (1996) “Iden-
tidad, modernidad y religión” en
plantean la búsqueda urgente de re- Leticia I. Méndez. Mercado (coord.)
generar el sentido del yo social y de Identidad: análisis y teoría, simbolismo,
encontrar, por distintas vías, nuevas sociedades complejas, nacionalismo y
etnicidad. II Coloquio Paul Kirchhoff,
respuestas a la pregunta de quién soy México. UNAM. pp.89-97.
en relación con los demás.
LIPOVETSKY, GILLES (1986) La era del
vacío. Ensayos sobre el individualismo
contemporáneo, Barcelona.
Anagrama.
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simulacro, Barcelona: Kairós.
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MANN (1986). La construcción social
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información. Economía sociedad y cultu-
ra, Tomo I y II, México. Siglo XXI.
DE CERTAU, MICHEL (1996). La inven-
ción de lo cotidiano. 1 Artes de hacer.
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