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«¡Viva el rey de los judíos!

» Le escupían
en la cara, y con la caña le golpeaban en
la cabeza. Cuando terminaron de
Jesús compareció ante el gobernador, y burlarse de él, le quitaron la capa de
éste comenzó a interrogarlo. Le soldado, le pusieron de nuevo sus ropas
preguntó: «¿Eres tú el rey de los y lo llevaron a crucificar. Por el camino se
judíos?» Jesús contestó: «Tú eres el que encontraron con un hombre de Cirene,
lo dice.» Los jefes de los sacerdotes y las llamado Simón, y le obligaron a que
autoridades judías lo acusaban, pero cargara con la cruz de Jesús. Cuando
Jesús no contestó nada. Pilato le dijo: llegaron al lugar que se llama Gólgota (o
«¿No oyes todos los cargos que Calvario), o sea, «calavera», le dieron a
presentan contra ti?» Pero Jesús no dijo beber vino mezclado con hiel. Jesús lo
ni una palabra, de modo que el probó, pero no lo quiso beber Allí lo
gobernador se sorprendió mucho. Con crucificaron y después se repartieron
ocasión de la Pascua, el gobernador entre ellos la ropa de Jesús, echándola a
tenía la costumbre de dejar en libertad suertes. Luego se sentaron a vigilarlo.
a un condenado, a elección de la gente. Encima de su cabeza habían puesto un
De hecho el pueblo tenía entonces un letrero con el motivo de su condena, en
detenido famoso, llamado Barrabás. el que se leía: «Este es Jesús, el rey de
Cuando se juntó toda la gente, Pilato les los judíos.» También crucificaron con él a
dijo: «¿A quién quieren que deje libre, a dos ladrones, uno a su derecha y el otro
Barrabás o a Jesús, llamado el Cristo?» a su izquierda. Los que pasaban por allí
Porque sabía que le habían entregado a lo insultaban; movían la cabeza y decían:
Jesús por envidia. Mientras Pilato «¡Vaya! ¡Tú que destruyes el Templo y lo
estaba en el tribunal, su mujer le mandó levantas de nuevo en tres días! Si eres el
a decir: «No te metas con ese hombre Hijo de Dios, líbrate del suplicio y baja de
porque es un santo, y anoche tuve un la cruz.» Los jefes de los sacerdotes, los
sueño horrible por causa de él.» jefes de los judíos y los maestros de la
Mientras tanto, los jefes de los Ley también se burlaban de él. Decían:
sacerdotes y los jefes de los judíos «¡Ha salvado a otros y no es capaz de
persuadieron al gentío a que pidieran la salvarse a sí mismo! ¡Que baje de la cruz
libertad de Barrabás y la muerte de el Rey de Israel y creeremos en él! Ha
Jesús. Cuando el gobernador volvió a puesto su confianza en Dios. Si Dios lo
preguntarles: «¿A cuál de los dos ama, que lo salve, pues él mismo dijo:
quieren que les suelte?», ellos Soy hijo de Dios.» Desde el mediodía
contestaron: «A Barrabás.» Pilato les hasta las tres de la tarde todo el país se
dijo: «¿Y qué hago con Jesús, llamado el cubrió de tinieblas. Hasta los ladrones
Cristo?» Todos contestaron: que habían sido crucificados con él lo
«¡Crucifícalo!» Pilato insistió: «¿Qué ha insultaban. A eso de las tres, Jesús gritó
hecho de malo?» Pero ellos gritaban con fuerza: Elí, Elí, lamá sabactani, que
cada vez con más fuerza: «¡Que sea quiere decir: «Dios mío, Dios mío, ¿por
crucificado!» Al darse cuenta Pilato de qué me has abandonado?» Al oírlo,
que no conseguía nada, sino que más algunos de los presentes decían: «Está
bien aumentaba el alboroto, pidió agua llamando a Elías.» Uno de ellos corrió,
y se lavó las manos delante del pueblo. tomó una esponja, la empapó en vinagre
Y les dijo: «Ustedes responderán por su y la puso en la punta de una caña para
sangre, yo no tengo la culpa.» Y todo el darle de beber. Los otros le decían:
pueblo contestó: «¡Que su sangre caiga «Déjalo, veamos si viene Elías a
sobre nosotros y sobre nuestros hijos!» salvarlo.» Pero nuevamente Jesús dio un
Entonces Pilato les soltó a Barrabás. fuerte grito y entregó su espíritu. En ese
Mandó azotar a Jesús y lo entregó a los mismo instante la cortina del Santuario
que debían crucificarlo. Los soldados se rasgó de arriba abajo, en dos partes.
romanos llevaron a Jesús al patio del La tierra tembló, las rocas se partieron,
palacio y reunieron a toda la tropa en los sepulcros se abrieron y resucitaron
torno a él. Le quitaron sus vestidos y le varias personas santas que habían
pusieron una capa de soldado de color llegado ya al descanso. Estas salieron de
rojo. Después le colocaron en la cabeza las sepulturas después de la resurrección
una corona que habían trenzado con de Jesús, fueron a la Ciudad Santa y se
espinos y en la mano derecha le aparecieron a mucha gente. El capitán y
pusieron una caña. Doblaban la rodilla los soldados que custodiaban a Jesús, al
ante Jesús y se burlaban de él, diciendo: ver el temblor y todo lo que estaba
pasando, se llenaron de terror y decían:
«Verdaderamente este hombre era Hijo
de Dios.

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