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CLASE 08 DE ABRIL DE 2021

Profesor: Sebastián Mastropasqua

e-mail: sebastian.mastropasqua@um.edu.ar

UNIDAD 2

Puntos:

4. Fin de la existencia de las personas naturales. La muerte como hecho jurídico (art. 93 CCC).
Eutanasia. Prueba de la muerte (arts. 94, 96, 97 CCC). Conmoriencia (art. 95 CCC)

5. La simple ausencia: concepto, legitimación, juez competente, juicio y sentencia (arts. 79, 80,
81, 82 y 83 CCC). Presunción de fallecimiento. Distintos casos y términos (arts. 85 y 86 CCC).
Día presuntivo (art. 90 CCC). Efectos en cuanto a los bienes y el matrimonio (art. 91CCC).
Prenotación (arts. 91 CCC). Reaparición del ausente (art. 92 CCC).

FIN DE LA EXISTENCIA DE LAS PERSONAS (Art. 93 ccc)

Partimos el análisis en referencia a la muerte de la persona humana diciendo que estamos en


presencia de un Hecho Jurídico (independientemente de que la muerte en primer término es
un hecho biológico) que supone por un lado la extinción de relaciones extrapatrimoniales de la
persona fallecida (aquellas que carecen de un contenido económico) y produciendo la
modificación, transformación o extinción de relaciones patrimoniales (de contenido pecuniario
o económico).

Decimos que la “muerte” es el cumplimiento del ciclo vital de la persona humana, cualquiera
sea el supuesto que la motivare, ya sea enfermedad, muerte violenta (catástrofe , accidente,
homicidio, etc.), o por el simple hecho del agotamiento de las funciones vitales (ancianidad).-
Por otro lado nuestro código regula además la declaración judicial de muerte presunta,
supuesto que llega a producir en principio los mismos efectos a nivel legal salvo algunas
excepciones, aunque no indefectiblemente desde el punto de vista biológico, tema que
analizaremos más adelante.

Conforme lo expuesto, cabe configurar que la muerte es un hecho jurídico, por tanto un
acontecimiento susceptible de producir el nacimiento, la modificación o la extinción de
relaciones jurídicas; siendo algunas de rango extrapatrimonial como los atributos de la
persona, los derechos personalísimos, los derechos derivados de las relaciones de familia, etc.
y otras de contenido patrimonial como los derechos reales, personales e intelectuales, en los
que generalmente se produce el nacimiento o modificación, salvo casos excepciones que por
la propia naturaleza del derecho, por más que sea patrimonial, se produce la extinción, por
ejemplo: obligaciones contraídas intuito personae, como es el caso de un pintor famoso que
se lo contrata para pintar un cuadro o cuando se extingan por disposición de la propia ley
como en el caso del derecho real de usufructo, el mandato, la renta vitalicia, etc.-

EUTANASIA

La eutanasia implica un procedimiento voluntario que realiza un médico u otra persona para
acelerar la muerte de un paciente que padece una enfermedad terminal e incurable. Ello a
solicitud del paciente o de sus familiares y con el fin de terminar con el sufrimiento.

En nuestro derecho positivo se encuentra penada la eutanasia, siempre que ello implique la
realización de actos positivos que lleven a la muerte.

No obstante, si está permitido que el paciente solicite el cese de tratamientos terapéuticos, en


cuyo caso implica un no hacer, una conducta negativa, por parte del médico o asistente del
enfermo (familiares o responsables legales según en caso), que ante solicitud de éste, dejan de
brindarle ayuda para el prolongamiento de su vida.

En nuestra legislación tenemos la ley de muerte digna N° 26.742 del año 2012, por la que se
permite a los pacientes con enfermedades terminales el derecho a rechazar procedimientos
para prolongar artificialmente la vida en casos de sufrimiento.

A efectos de que se aplique este procedimiento, se requiere de un Consentimiento Informado,


en donde se le debe informar entre otras cosas al paciente, de manera precisa y clara: su
estado de salud, los procedimientos médicos que debe realizarse, sus beneficios, sus molestias
y efectos adversos, las consecuencias de su no realización, etc.-

COMPROBACION DE LA MUERTE (art. 94 ccc)

No corresponde al derecho determinar o conceptualizar a la muerte como un hecho biológico,


por lo que en torno a ello deberemos adecuarnos a lo dispuesto por las ciencias biológicas o
médicas, a las que les corresponde establecer los estándares para inferir cuando una persona
humada ha dejado de existir como ser vivo.
No obstante, tenemos que diferenciar la comprobación de la muerte (acreditación del hecho
biológico del cese de la vida), con la prueba de la misma (acreditación jurídica de ésta, para
que ello derive en los efectos jurídicos que le son inherentes), cuyo análisis y regulación si
corresponde al derecho y consta analizado más adelante.

CONMORIENCIA (art. 95 ccc)

No referimos en este supuesto a cuando haya dos o más personas, las que entre sí tienen
vocación sucesoria (o sea, son herederos o legatarios entre sí), y fallecen en un mismo evento,
o bien en circunstancias distintas, pero sin que se pueda saber a ciencia cierta cual de ellas ha
fallecido primero. Por ende, en estos supuestos y con el fin de evitar transmisiones sucesorias
entre ellos, es que se presume que todas han fallecido simultáneamente.

Para que tenga lugar la conmoriencia tendrán que darse los siguientes recaudos:

- El fallecimiento múltiple (2 o más personas)


- Vocaciones sucesorias recíprocas (herederos o legatarios uno/s de otro/s)
- Indeterminación de quien falleció primero

Un ejemplo claro en este sentido, lo vemos en el supuesto cuando ambos cónyuges pierden la
vida en un accidente sin dejar descendientes (hijos o nietos); por lo que si uno de ellos
sobrevivió al otro, aunque sea unos instantes, lo hereda, y por lo tanto al producirse su
muerte, unos instantes después, sus bienes (tantos los propios, como los que le hubieren
correspondido por haberlos heredado de su cónyuge), pasan a sus familiares y no a los
familiares de su cónyuge pre-fallecido (parientes por afinidad).- En otro sentido y en caso de
tener lugar la CONMORIENCIA, hace que cada familia herede lo que le correspondía a su
pariente consanguíneo, evitando así la clara injusticia que provocaría la situación opuesta.-

La presunción a que se refiere el artículo (de que ambos murieron en el mismo instante), es
una presunción iuris tantum, por lo que admite prueba en contrario, debiéndose presentar el
material probatorio en tal sentido por quien pretenda sostener que ello no es así.

PRUEBA DE LA MUERTE (art. 96 ccc)

La prueba principal de la muerte de las personas, la constituye las PARTIDAS, expedidas por el
Registro del Estado Civil y Capacidad de las Personas.
Decimos que éstas partidas son un instrumento público ya que emanan de un oficial público,
por lo que hacen plena fe en sí mismas. Las partidas son los asientos en los distintos libros del
registro civil (ya sean libros de nacimientos, matrimonios, defunciones, etc.) en los que se
anotan tales acontecimientos, por el oficial del registro y con las formalidades legales
requeridas. Se denominan partidas tanto a las anotaciones en los libros, como a las copias
certificadas de los mismas. Siendo estas copias las constancias que quedan en poder de los
particulares y que revisten también el carácter de instrumentos públicos.

Al referirnos al Registro Civil decimos que es un registro nacional (con sede en la capital federal
y en distintos puntos de cada provincia), cuya función primordial es la de identificar, inscribir,
clasificar y procesar la información atinente a todas las personas humanas que habiten el
territorio nacional y a todos los argentinos, cualquiera sea el lugar donde se domicilien.

En cuanto al registro de las defunciones, deben inscribirse además de las ocurridas en el


territorio argentino, las siguientes: aquellas cuyo registro sea ordenado judicialmente (que se
da en casos de desaparición de personas o cuando no se ha identificado el cadáver), aquellas
que resulten cuando haya declaración judicial de fallecimiento presunto, las sentencia que
declaren el fallecimiento forzado de personas, las defunciones que sucedan en buques o
aeronaves de bandera argentina y se denuncien ante el oficial público competente en el
primer puerto o aeropuerto argentino de arribo y demás defunciones que ocurran en lugares
bajo jurisdicción nacional, como embajadas y consulados en el extranjero.

En cuanto a cómo se debe probar ante el Registro el hecho biológico de la muerte, decimos
que con el correspondiente Certificado Médico.

MUERTE OCURRIDA EN EL EXTRANJERO (art. 97 ccc)

Cuando la muerte de una persona (siendo las mismas reglas para el nacimiento) ocurre fuera
de nuestro país, su prueba se rige por las constancias de los instrumentos que estén previstas
en el lugar donde el hecho acontece; tales copias deben venir legalizadas o autenticadas
conforme las convenciones internacionales lo dispongan.

Por otro lado si la muerte acaeció en el extranjero y se inscribió en los registros consulares
argentinos, tales inscripciones operan con análogos efectos probatorios a los asientos del
Registro Civil, pudiendo extraerse de tales inscripciones las partidas correspondientes.
FALTA DE REGISTRO O NULIDAD DEL ASIENTO (art. 98 ccc)

Aquí estamos ante el supuesto de que no consta registrada la defunción (también aplicándose
esta regla al nacimiento) de una persona o bien el asiento donde la misma consta anotada es
nulo, motivo por el cual no podemos acceder a la partida correspondiente. En este caso
decimos que el hecho de la muerte (o del nacimiento) puede acreditarse por otros medios,
siempre que generen suficiente fuerza de convicción para el Juez, para que éste pueda tener
por acaecido el suceso en un tiempo y lugar determinados y ordene en consecuencia la
inscripción registral, de la cual derivará el posterior otorgamiento de la partida
correspondiente.

Para el caso de no lograrse la certeza suficiente del hecho de la muerte una persona, deberá
acudirse al procedimiento de declaración de fallecimiento presunto (tratado más adelante) el
cual no analiza la certeza, sino la probabilidad de la muerte.

LA SIMPLE AUSENCIA (art. 79 ccc)

No referimos al supuesto en que una persona se ausente de su domicilio, debiendo darse dos
recaudos para ello: que se ausente del lugar de su residencia habitual por un tiempo razonable
generando preocupación en sus allegados y que ésta persona tenga bienes que se vean
afectados por su falta de administración.

Por ello decimos que la declaración de ausencia atiende prioritariamente a una situación
patrimonial del ausente y no a la personal, teniendo una connotación provisoria, hasta tanto el
ausente aparezca y retome la administración de tales bienes.

El requerimiento legal conforme lo expuesto es que haya bienes que necesiten atención y que
el ausente no haya dejado apoderado para que se encargue de los mismos, o bien que
habiendo apoderamiento, las facultades plasmadas en el mismo sean insuficientes.

LEGITIMADOS (art. 80 ccc)

En virtud de que la simple ausencia requiere de una declaración judicial para que tenga
operatividad y como lo que se pretende resguardar es el patrimonio del ausente, decimos que
podrá instar la acción judicial toda persona que acredite un interés legítimo sobre el
patrimonio, o sobre algún bien en particular del mismo, por ejemplo: un socio o condómino
que necesita que el bien siga produciendo, o bien un acreedor (ya que el patrimonio de una
persona es la garantía común para el cobro de su crédito), el titular de un derecho real
desmembrado del derecho de dominio que tiene el ausente sobre un determinado bien (por
ej: el usufructuario), el mandatario del ausente siempre que su apoderamiento sea insuficiente
para la administración de los bienes, el Ministerio Público si hubiere intereses de menores o
incapaces comprometidos, etc.

JUEZ COMPETENTE (art. 81 ccc)

El código establece dos pautas para determinar la jurisdicción que corresponderá resolver
sobre la ausencia de una persona: en primer término, decimos que será competente el juez en
lo civil del domicilio real del ausente, y en caso de que éste no tuviere domicilio en el país o el
mismo no sea conocido, será competente el juez del lugar donde existan bienes cuya
administración justifique la promoción de la acción. Además, se establece que para el caso de
que el ausente tenga varios bienes en distintas jurisdicciones, será competente el juez ante el
cual se haya promovido la primera petición de declaración de simple ausencia.

Para el caso de que el ausente tuviere domicilio en un país extranjero, se entiende que tiene
que estar ausente de ese domicilio y no solamente de nuestro país.

PROCEDIMIENTO (art. 82 ccc)

Tendrá lugar un procedimiento judicial abreviado para declarar la simple ausencia (proceso de
plazos breves), para lo cual debe acreditarse como requisito previo la competencia del juez
interviniente y la legitimación activa del promotor de la acción (que se acredite la ausencia, la
falta de noticias sobre el paradero, la realización de intentos razonables para ubicarlo y el
interés legítimo del solicitante). Luego se citará al ausente mediante publicaciones de edictos
por 5 días en el boletín oficial de la jurisdicción o en un periódico del lugar; y para el caso de
que el ausente no apareciere se le designará un defensor (defensor general o uno designado
judicialmente de la lista de abogados de la matrícula) para que lo represente durante el
proceso velando por la regularidad del mismo, quien a su vez representará al ausente en el
caso de que se promuevan acciones legales en su contra.
Además, se necesita la participación necesaria en el proceso del Ministerio Público (en su rama
fiscal), justificándose ello por el interés social de que no se abandonen bienes comprometidos,
siempre entendiéndose que el ausente no es un incapaz, ya que en el caso de que el ausente
sea incapaz deberá darse intervención necesaria al Ministerio Pupilar de menores e incapaces.

Por otro lado, la norma prevé para casos de urgencia (bienes que requieran la inmediata
administración a riesgo de sufrirse un perjuicio inminente y grave) que se designe un
administrador provisorio de ellos (quien mantendrá su cargo hasta que se designe uno
definitivo), o bien que se adopten medidas que las circunstancias aconsejen, siempre
discriminadas por el juez (por ejemplo: cautelares).

SENTENCIA (art 83 ccc)

El procedimiento judicial de declaración de simple ausencia culmina con la sentencia, que bien
puede rechazar el pedido (si no se acreditan los recaudos requeridos, si aparece el ausente o si
se acredita fehacientemente la muerte de éste), o bien puede aceptar el pedido y declarar la
ausencia simple. Ocurrido esto último se designará un curador definitivo para la
administración de los bienes, pudiendo además el juez autorizar otros actos que fueren
necesarios, por ejemplo: la disposición de algún/os bien/es. Por otro lado, decimos que el
producido por la administración debe aplicarse a la subsistencia de la familia directa del
ausente (descendientes, ascendientes, cónyuge, conviviente); siendo lógico también que se
aplique al mantenimiento y conservación de los mismos bienes.

Cabe destacar que el curador deberá rendir cuenta de la administración, pudiéndosele fijar
una paga a tales efectos. En cuanto a la designación del curador, el juez deberá discernir que
persona se encuentra más apta para ello (entre cónyuge, conviviente, hijos, padres,
hermanos), teniendo en consideración la idoneidad moral y económica.

CONCLUSION DE LA CURATELA (art. 84 ccc)

Como la simple ausencia busca la protección del patrimonio del ausente, la misma tiene
naturaleza tutelar y transitoria, ya que atiende exclusivamente a una problemática puntual,
que es la masa patrimonial del ausente que requiere ser administrada durante el lapso en que
se indaga y resuelve la situación personal del titular. En tal sentido la presentación del ausente,
su muerte biológica (fehacientemente acreditada) o la declaración judicial de fallecimiento
presunto pondrá fin a la curatela establecida en la sentencia.

En el primer caso de reaparición del ausente, decimos que éste debe aparecer en su domicilio
real o en un lugar que le sea apto para retomar la administración de su patrimonio, o bien
otorgue a alguien apoderamiento suficiente para ello mediante instrumento público.

En los otros dos supuestos, que se relacionan con la muerte de la persona (natural o presunta),
se da lugar al inicio del proceso sucesorio a efectos de transmitir los bienes a los herederos o
legatarios, o bien a quien resulte beneficiario en caso de tratarse de una herencia vacante.

PRESUNCION DE FALLECIMIENTO

Acá entramos a analizar tres distintos supuestos, uno ordinario y dos extraordinarios, que
llevan al juez a declarar como presuntamente fallecida a una persona, sin tener La certeza de
ello en virtud de que no podemos contar con un cuerpo, con testigos u otras pruebas que nos
den la certeza de que una persona ha fallecido. Frente a ésta situación se busca que el juez
declara la muerte presunta de una persona, con los distintos efectos que ello conlleva, tanto
desde el punto patrimonial como extrapatrimonial.

CASO ORDINARIO (art. 85 ccc)

En este supuesto se supedita la declaración de presunción de fallecimiento al elemento


temporal, o sea el transcurso de un lapso de tres (3) años.

Debemos diferenciar este caso ordinario de la declaración de simple ausencia, en cuanto a que
ésta última lo que busca es resolver los problemas que plantea la existencia de bienes de una
persona que necesiten ser administrados; mientras que en el supuesto ordinario de
presunción de fallecimiento se busca dar solución a una problemática mayor, que es
determinar si una persona está viva o se le puede tener por fallecida, con todas las
proyecciones personales y patrimoniales que esa declaración implica.

Decimos entonces que el caso ordinario no tiene en cuenta las circunstancias que llevaron a la
desaparición de la persona (cosa que si ocurre en los otros dos supuestos extraordinarios), sino
que tiene en consideración el tiempo transcurrido desde que se tuvo la última noticia de la
persona, que es de tres años. Este plazo se computa desde que la persona está ausente (si es
que nunca se ha tenido noticias de ella desde la ausencia) o bien desde la fecha de la última
noticia que se tuvo de ella. Además, decimos que es indiferente que la persona haya dejado o
no apoderado de sus bienes, ya que la declaración judicial de muerte presunta, no busca
principalmente la protección de los bienes, sino resolver sobre la existencia misma de la
persona.

Cabe aclarar que los tres años son un plazo mínimo, ya que nada obsta a que el requerimiento
judicial se inste después de ese plazo.

CASOS EXTRAORDINARIOS (art. 86 ccc)

El artículo prevé dos supuestos, los cuales no dependen solo del transcurso del tiempo sino
también agregando un componente circunstancial, que nos permite inferir que el fallecimiento
ha ocurrido. Se trata de un evento o situación que objetivamente ha podido causar la muerte
de la persona; haciendo inclusive que el plazo legal para promover el proceso judicial de
declaración sea inferior.

Hay que distinguir así, dos supuestos distintos para estos casos extraordinarios:

- CASO ESTRAORDINARIO GENERICO: que implica que la persona se encontraba


presente en un evento o suceso susceptible de ocasionar la muerte, ya sea un
incendio, un terremoto, una guerra, un tsunami, una avalancha, etc. Para este
supuesto necesitamos la certeza de que el evento sucedió y de que la persona se
encontraba en él. En estos casos se requiere que no se tengan noticias de la persona
por el lapso de dos (2) años de que el suceso ocurrió o pudo haber ocurrido.

- CASO EXTRAORDINARIO ESPECIFICO: aquí aparece potenciada la probabilidad del


fallecimiento, ya que el supuesto requiere que una persona se encontrare en un buque
o aeronave naufragada o perdida (desaparecida). En este caso se reduce
notablemente el plazo legal para solicitar la declaración de muerte presunta, ya que la
ley exige el transcurso de seis (6) meses desde que se tiene conocimiento que el
suceso ocurrió o desde la última noticia que se tuvo de la nave o aeronave.
LEGITIMADOS (art. 87 ccc)

Nos referimos a las personas que se encuentran habilitadas por la ley para iniciar el proceso
judicial de declaración de fallecimiento presunto, entendiendo que puede serlo cualquiera que
acredite fehacientemente tener un derecho subordinado a la muerte del ausente. Debiendo
además acreditarse la ausencia, las circunstancias o causales correspondientes según el
supuesto en que nos encontremos y haber realizado las razonables e infructuosas
averiguaciones para dar con el paradero de la persona en cuestión.

Por lo expuesto y a modo ejemplificativo, podrán instar la acción: los herederos o legatarios,
los acreedores de los herederos (por vía de la acción subrogatoria), los titulares de un derecho
de dominio desmembrado del que presunto fallecido sea usufructuario o usuario, el deudor de
un contrato de renta vitalicia a favor del ausente, el Ministerio público si los presuntos
herederos fueran incapaces, el beneficiario de un seguro de vida del ausente, el cónyuge o
conviviente del ausente, etc.

Por otro lado, decimos que el Juez competente ante quien debe instarse la acción es el Juez en
lo civil de la jurisdicción en que tenga el último domicilio el ausente.

PROCEDIMIENTO. CURADOR A LOS BIENES (art. 88 ccc)

En cuanto al procedimiento judicial de la declaración de presunción de fallecimiento decimos


que es similar a la de la simple ausencia, con algunas diferencias.

En primer lugar, la designación del defensor es previo a la citación por edictos del ausente,
pudiendo nombrarse a un defensor oficial o a uno particular designado por sorteo de la
nómina de abogados de la jurisdicción. Este defensor cumplirá el rol de administrador ad-litem
de los bienes del ausente durante el proceso; siendo la ausencia de éste defensor, una causal
de nulidad del proceso.

El ausente será citado por edictos, en el boletín oficial o en un diario del lugar, una vez por mes
durante seis meses (diferencia considerable con los edictos en los casos de simple ausencia).
En tales edictos no solo se citará al ausente sino a cualquier persona que tenga noticias de su
paradero para aportar al juzgado la información pertinente.

El Ministerio Público no es parte necesaria del proceso, ya que solo deberá actuar en el caso
que haya intereses en juego de menores o incapaces.
En caso de que haya bienes relictos, la designación de un curador a los bienes es obligatoria,
siempre que no haya mandatario o existiendo éste, sus funciones sean insuficientes o bien no
ejerza adecuadamente la manda.

DECLARACION DE FALLECIMIENTO PRESUNTO. DIA PRESUNTIVO DEL FALLECIMEINTO. (art. 89


y 90 ccc)

Una vez acreditados todos los presupuestos legales exigidos según el caso de que se trate (en
virtud de la evaluación que hará el magistrado de la prueba ofrecida y recibida) y habiendo
sido aceptada la competencia judicial, la legitimación del solicitante y los recaudos para
encontrar al ausente, además de cumplido el plazo de publicación de edictos (6 meses), el juez
declarará el fallecimiento presunto.

Deberá el juzgador establecer el día presuntivo del fallecimiento y en el caso en que las
circunstancias lo permitan, establecer también la hora del fallecimiento, todo ello por razones
de seguridad jurídica, por la determinación de la ley aplicable, la competencia judicial, la
aptitud sucesoria de los herederos y otros supuestos que puedan tener lugar como la filiación
de un hijo en gestación, la conmoriencia, etc.

Se establece un criterio diferenciado para la determinación; así, en el primer supuesto (caso


ordinario) el día presuntivo de fallecimiento será el último día del primer año y medio de que
se ausentó la persona o bien desde que no se tuvo más noticias de ella; respecto al caso
extraordinario genérico, hay que determinar si el suceso o evento productor de la muerte
ocurrió en un día determinado, por ejemplo: el día del terremoto, o bien si el suceso tuvo lugar
durante varios días, por ejemplo: un tsunami (inundación) que dure varios días o el caso de
una guerra, en cuyo caso el día presuntivo del fallecimiento será en el término medio en que el
suceso ocurrió. Por último, para el caso extraordinario específico se establece como día
presuntivo de fallecimiento el de la última noticia que se tuvo de la nave o aeronave.

Conforme se expuso, si el juez tiene precisiones para ello, deberá también fijar la hora del
fallecimiento, caso contrario la hora será: la medianoche (24 hs) del día en cuestión.

Una vez declarado el fallecimiento presunto de la persona, ello cumplirá efectos similares a los
de la muerte natural, con las excepciones propias que este instituto comprende, en razón de la
mutabilidad que puede acaecer motivo de la presunción. Por ende, decimos que la declaración
de fallecimiento presunto no hace cosa juzgada, ni respecto a la muerte misma (ya que puede
reaparecer el ausente o tenerse noticias fehacientes de que está vivo), ni en torno a la
determinación del día presuntivo de fallecimiento (ya que se puede modificar por el
surgimiento de pruebas en tal sentido).

Por otro lado, se producen efectos de índole patrimonial, como la extinción de la sociedad
conyugal para aquellos matrimonios que se hallaban sometidos al régimen de comunidad de
bienes, o el traspaso de los bienes a los herederos o legatarios, etc. con las particularidades
que se verán en el punto siguiente. Por otra parte, también se producirán efectos en cuanto a
relaciones extrapatrimoniales como en relación a la filiación que es causal de suspensión del
ejercicio de la responsabilidad parental para el caso de que el ausente tuviere hijos menores y
en cuanto al vínculo matrimonial decimos que la declaración lo extingue, por lo cual el viudo
adquiere nuevamente aptitud nupcial.

ENTREGA DE BIENES. INVENTARIO (art. 91 ccc)

Una vez declarado el fallecimiento presunto quedan habilitados todos los efectos sucesorios
como en el caso de la muerte natural, salgo algunas excepciones.

Se podrá así iniciar el proceso sucesorio, recibiendo los herederos y legatarios los bienes
integrantes del acervo hereditario, naciendo en ese momento un periodo de tiempo llamado
de PRENOTACION en el que solo se podrán administrar los bienes, sin poder enajenarlos o
gravarlos salvo autorización judicial expresa que se otorgará solo ante causales que lo
justifiquen, ya que si el ausente reaparece, el derecho de dominio sobre los bienes que se
recibieron por la herencia, quedará revocado (de ahí a que decimos de que se adquiere un
dominio revocable).

Previo a recibir los bienes los herederos o legatarios, es obligatoria la confección de un


inventario de los mismos, siendo lo más conveniente que su redacción sea a través de un
instrumento público. Además, en cuanto a los bienes registrales, por ejemplo: los inmuebles o
los automotores, deberá dejarse constancia registral de la prenotación, operando ésta
registración como publicidad para los terceros respecto a la situación en que se encuentra el
bien. Por otro lado, respecto a los bienes no registrables, el inventario operará como
resguardo de su inenajenabilidad, cargo que pesa sobre el heredero que recibió el bien.

CONCLUSION DE LA PRENOTACION (art. 92 ccc)


Para concluir, nos referimos al plazo de vigencia de la prenotación, teniendo que distinguir dos
posibilidades: el término de cinco (5) años desde la fecha fijada del fallecimiento presunto u
ochenta (80) años desde el nacimiento del ausente (o sea que en este último supuesto caduca
la prenotación el día que el ausente hubiera cumplido los 80 años), lo que ocurra primero.

Una vez concluida la prenotación, se equiparán los efectos a los de la muerte natural,
pudiendo los herederos disponer de los bienes sin limitación alguna. No obstante, como en
este caso la declaración de fallecimiento es una presunción y se habla de un dominio revocable
que tienen los herederos o legatarios, se puede dar la situación de que reaparezca el ausente,
circunstancia ésta que dará derecho a éste, a reclamar que se le restituyan los bienes, con las
siguientes particularidades:

- Recibirá los bienes en el estado en que se encuentren,


- Si los bienes hubieren sido vendidos, podrá recibir los bienes que han sido adquiridos
con el valor de aquellos,
- También respecto a los bienes que hayan sido vendidos, tendrá derecho a cobrar el
precio pendiente de cobro,
- Podrá reclamar los frutos no consumidos.

FIN

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