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Tamerlán

(Timur Lang o Timur el Cojo; Kesh, Transoxiana, Asia Central, 1336 - Otrar, 1405)
Caudillo mongol. Este noble musulmán de origen turco llegó a ser el ministro principal del
virrey de Transoxiana, que gobernaba aquella región occidental del imperio mongol. En
1363 se rebeló contra él y le arrebató el poder. Y en 1370 se proclamó rey independiente,
alegando su condición de heredero de Gengis Kan, de quien probablemente descendía su
padre por línea materna.

Partiendo de su capital en Samarkanda, inició entonces una sucesión de campañas militares


que le llevaron a conquistar toda el Asia central (1370-96). Demostró una gran capacidad
de conquista, pues una vez dominado el Turquestán, se anexionó también Irán, Irak,
Armenia y Georgia. Las disputas internas entre los príncipes del kanato de la Horda de Oro
le permitieron también intervenir en aquel reino establecido por los mongoles en Rusia
(1370-95).

Luego dirigió sus fuerzas hacia la India (que sometió en 1398, en una sola campaña en la
que arrasó Delhi), Siria (con la toma de Damasco, Alepo y Bagdad, saqueadas y
arrebatadas a los mamelucos en 1400) y Asia Menor (donde obtuvo un gran triunfo en la
batalla de Angora, que sometió a vasallaje a los otomanos en 1402 y permitió subsistir casi
un siglo más al Imperio Bizantino, librándole del acoso otomano).

Sus campañas militares, realizadas en nombre del Islam y caracterizadas por una crueldad y
un afán destructor que aterrorizaba a sus enemigos, fueron todas victoriosas y le
proporcionaron sucesivas anexiones territoriales. Pero Tamerlán no fue capaz de organizar
un sistema político y administrativo eficaz, de manera que no creó un imperio unificado.
Murió cuando se disponía a llevar la «guerra santa» a China, y el conglomerado de países
que había sometido se disgregó por sucesivas divisiones entre sus hijos y nietos
(los timúridas).

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