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PASTOREO
INTRODUCCIÓN
Según la literatura consultada, se considerarán como vacas de alta producción, aquellas cuyas
producciones alcanzan los 25 kg/d o más en la lactancia temprana y 20 kg/d o más en lactancia
tardía.
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dieta, no suplen los requerimientos alimenticios en vacas de alta producción (Delahoy et al.,
2003; Kolver, 2003).
Dos factores que limitan la producción de leche en sistemas basados sólo a pastoreo son el bajo
consumo de materia seca (MS) y un alto contenido de proteína altamente degradable en el rumen
(PDR) en relación a los carbohidratos no estructurales (CNE) contenidos en el forraje. Esta
situación resulta en una pobre captura del N proveniente de la pradera por parte de los
microorganismos ruminales. Altos consumos de proteína cruda en la dieta son responsables de
incrementar la excreción de N por la orina, con el consecuente gasto energético por parte del
animal para dichos efectos en desmedro de la producción y el incremento en la contaminación
ambiental.
El contenido de carbohidratos fermentables, los cuales son el mayor recurso energético para los
microorganismos ruminales y para el animal, son bajos en la mayoría de las praderas comparada
con las necesidades de la vaca en producción. Por otra parte, el nivel de fibra efectiva de las
praderas puede ser muy bajo, particularmente en primavera y otoño, teniendo poca capacidad
para estimular una adecuada rumia y salivación. La tasa y la extensión de la digestión de la fibra
bajo estas condiciones pueden cambiar con los pastoreos, debido a la alta calidad y humedad de
la pradera. Asimismo, el contenido de diferentes minerales, puede ser inadecuada en muchas
praderas, presentándose déficit, excesos o desbalances en las distintas épocas del año (Kolver,
2003).
En consecuencia, estos desequilibrios pueden generar una rápida degradación de los nutrientes en
el rumen, un rápido pasaje de éstos produciéndose pérdidas en las fecas, reducción en la
producción de leche y porcentaje de grasa y además obtener una baja condición corporal (CC) en
el animal (Muller et al., 2003).
Disponibilidad de la pradera
Bargo et al. (2003) empleando la metodología descrita por St-Pierre (2001), confeccionó en base
a datos obtenidos de 7 trabajos, una ecuación por regresión para calcular el consumo de MS de
pradera (CMSP), pudiéndose estimar la disponibilidad (DP) que es requerida para maximizar este
consumo.
Apoyándose en esta ecuación, la disponibilidad óptima para maximizar el consumo (21,87 kg/d)
es de 110 kg MS/vaca/d, aumentando este consumo en 0,26 kg/kg de aumento en la
disponibilidad de pradera mayores a 110 kg MS/vaca/d.
El manejo de la pradera para lograr un alto consumo, no está exento de problemas. Esta situación
puede resultar en un deterioro en la calidad de ésta en la estación siguiente, ya que la altura
residual se ve incrementada. Estudios recientes indican que el consumo máximo de MS de
pradera es logrado cuando la disponibilidad es de 3 a 5 veces el consumo de MS, lo que
concuerda con la regresión cuadrática antes descrita.
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Se ha señalado, que el aumento en la cantidad de forraje ofrecido es una factor menos eficaz que
el aporte de concentrado para elevar la productividad individual bajo condiciones de pastoreo. En
condiciones normales, con una altura de residuo de 6 cm es necesario ofrecer entre 4 a 5 kg de
MS de forraje adicional por vaca/día para obtener 1 kg adicional de leche. Esta situación genera
una altura de residuo mayor en la pradera, siendo esta perjudicial para el rebrote y persistencia de
la misma.
COMPORTAMIENTO EN PASTOREO
El consumo diario de MS (CMS) que realiza una vaca a pastoreo se puede expresar de la
siguiente manera:
Donde TP es tiempo de pastoreo; TB es tasa de bocado y PB, peso de bocado. (Holmes et al.,
2002).
En un resumen de 8 trabajos realizado por Bargo et al. (2003), observaron al suplementar con
concentrado que no se vio afectada la TB o el PB, pero se redujo significativamente el tiempo de
pastoreo en comparación a dietas sólo en base a praderas.
Cuadro 1.- Relación entre el PB y la TS de concentrado por pradera en vacas lecheras (Leaver,
1985).
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La tasa de sustitución es calculada de la siguiente manera:
La TS es uno de los principales factores que explican la variación que se observa en la respuesta
en leche a la suplementación (Bargo et al., 2003), debiéndose considerar además, el efecto final
en el consumo de nutrientes, el cual estará dado por la TS y por la concentración de nutrientes del
suplemento y del alimento suplementado, en este caso la pradera.
Reducidas TS han sido informadas con calidades bajas a medias de pradera, y se sugiere que la
TS es minimizada cuando el consumo de energía es bajo comparado con los requerimientos de
energía de una vaca lechera de alta producción. De esta manera, este resultado se puede atribuir a
que las vacas no suplementadas entran en balance energético negativo, infiriendo que el consumo
energético puede ser limitante para la producción de leche en las vacas a las cuales no se
suplementó con concentrado.
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Asimismo, otros estudios realizados bajo condiciones de pastoreo, han evaluado el efecto de la
disponibilidad de pradera, TS y respuesta en leche en vacas de elevada producción. Estos
informan que la TS aumenta en la medida que la disponibilidad de la pradera también aumenta,
pero a su vez existe una disminución en la respuesta en producción láctea, dejando clara la
relación negativa que existe entre esta respuesta y la TS. La alta TS que se observa cuando los
animales pastorean praderas de gran disponibilidad se puede explicar en parte debido a que los
animales pueden realizar un pastoreo más selectivo (Bargo et al., 2003).
El consumo total de MS de praderas, es menor que el que puede lograrse cuando los concentrados
comprenden una proporción importante de la dieta. Lo anterior se ha asociado con limitaciones
físicas, tales como la cantidad máxima de tiempo disponible dentro del día para llevar acabo el
pastoreo, la rumia y reposo. Por otro lado, factores como: la tasa a la cual el material ingerido es
removido desde el rumen y el consumo de agua asociado con el forraje (70 a 90 kg/d,
aproximadamente), son importantes, los que no deben ser subestimados (Kolver, 2003).
En trabajos realizados se indica que la suplementación en primavera, puede ser ventajosa sólo
cuando el consumo de pradera es bajo. Situación que puede suscitarse cuando la carga animales
es demasiado alta (3.7 vacas Frisonas/ha) o cuando el consumo de pradera es menor a 10 y 12 kg
MS/vaca/d en animales Jersey y Frisones, respectivamente.
El logro de un alto consumo individual en base a pastoreo, sólo será factible en la medida que se
propicie una baja utilización de la pradera, surgiendo la interrogante de maximizar la respuesta
por vaca o antagónicamente la productividad por unidad de superficie. Al respecto, se señala que
la obtención de una máxima productividad por hectárea se logra con un detrimento de un 10 a 20
% de las producciones máximas individuales factibles de obtener sólo a pastoreo (Viglizzo,
1981).
El bajo consumo de MS, por lo tanto, ha sido identificado como el factor más limitante para la
producción de leche de vacas de alta producción en sistemas a pastoreo. Al respecto, se indica
que las vacas lecheras pueden consumir entre el 3,0% y 3,5 % de su peso vivo como MS cuando
son alimentadas con praderas de alta calidad.
Al observar el Cuadro 2, se puede inferir que una pradera de buena calidad, es capaz de sustentar
los requerimientos de un animal de tamaño medio más bien que de uno pesado que produzca
altos niveles de leche, demostrándose así que este último tipo de animal en sistemas pastoriles
debe ser suplementado para que pueda expresar todo su potencial genético en cuando a
producción láctea (Kolver, 2003).
Asimismo, la cantidad de energía neta requerida por animales de alta producción, puede ser
ingerida sólo durante unas pocas semanas en primavera, cuando la digestibilidad de la pradera es
alta, siendo necesaria la suplementación para compensar esta limitante.
Investigadores, hacen referencia que a partir de los 15 kg/d de leche producida, el 59 a 52% de
cada kg de leche esperado, puede ser generado en base a la pradera, según los trabajos realizados
por estos autores con animales sólo a pastoreo. Esto significa que un animal en lactancia
intermedia, puede alcanzar una producción láctea de 40 kg/d, siendo capaz de producir 30 kg/d
sin ningún aporte de concentrado. Esta cantidad de leche producida en base a pradera es llamada
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por estos investigadores como “leche permitida por la pradera”, la que es generada de la
capacidad que tiene ésta de suplir cerca del 60% de los requerimientos suplementarios de la vaca
por kg de leche. Además, señalan que en condiciones normales de pastoreo, la suplementación
con concentrado provoca una reducción de la cantidad de pradera ingerida, pero a su vez se
aumenta la ingestión total de MS y de energía.
Cuadro 2.- Requerimientos de nutrientes y consumo de MS para vacas de 550 o 650 kg de peso
vivo*. (Kolver, 2003)
* Predicciones utilizando CNCPS, asumiendo que no existen pérdidas ni ganancias de peso vivo. La energía requerida por
movimientos en 1 km día está incluida.
Por otra parte, el contenido de MS de pradera influencia fuertemente el consumo que al animal
puede efectuar de ésta. En vacas estabuladas se ha medido una disminución en el consumo de
hasta 1 kg cada 4% de caída en el contenido de MS bajo un valor crítico de 18%. En condiciones
de campo, las precipitaciones intensas relacionadas con un aumento en el peso del forraje, se ha
relacionado como un factor adverso para el consumo. La reducción en éste puede deberse a
limitaciones físicas debido a la presencia de un exceso de agua en el rumen o a una disminución
en la tasa de consumo de MS debido a la gran dilución de ésta en el material ingerido. Por
último, el agua en la superficie de la pradera podría reducir la palatabilidad de ésta.
Meijs y Hoekstra (1984) en la década de los ´80, señalaban que cuando la pradera está disponible
en calidad y cantidad adecuada, la suplementación con concentrado produce baja respuesta en
términos de producción de leche por vaca/d (0,3 a 0,4 kg leche/kg concentrado). Sin embargo,
hacen referencia a que los nutrientes requeridos para mantención y producción por parte de los
animales de los ensayos consultados eran bajos, debido a la limitada producción láctea de los
mismos (10 a 20 kg/vaca/d).
En los años ´90, se informa que con aportes de concentrados de entre 0 y 8 kg vaca/d, la
producción de leche por unidad de concentrado tiende a disminuir desde alrededor de 1,2 kg por
kg de grano para el primer kg de concentrado hasta cerca de 0,6 kg para niveles más altos de
suplementación.
Los trabajos realizados al respecto, han concluido que la producción de leche generada por vacas
de alta producción en lactancias tempranas, aumenta linealmente a medida que el consumo de
MS de concentrado aumenta hasta 10 kg/d con una respuesta promedio de 0,89 a 1 kg leche/kg de
concentrado. Pero en lactancias tardías, la producción de leche aumenta a medida que la cantidad
de concentrado se incrementa pero con una menor respuesta marginal por kg de concentrado
(Bargo et al, 2003).
Se ha informado que para producciones lácteas entre 23 y 25 kg/d, siendo la pradera el único
alimento, la respuesta en leche a la suplementación con granos en vacas de alta producción sería
alrededor de 0,8 a 1,2 kg/d de leche por cada kg de grano aportado. Asimismo, indica que una
respuesta a la suplementación de animales a pastoreo, en un sistema eficiente, se traduce en
aproximadamente 50 a 100 g de sólidos lácteos extra por kg extra de MS.
No se recomienda suplementar con niveles mayores al 50% del consumo de MS total de la dieta y
considerando este límite, se advierte que la reducción en la respuesta marginal tradicionalmente
descrita no ocurriría en este tipo de animal de alta producción (Bargo et al., 2003).
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Trabajos efectuados en e área, informan una disminución de 14,5 kg de leche en vacas de alto
mérito genético (producción de 45 kg/d) alimentadas sólo en base a pradera sin suplementación
con concentrados, en comparación a animales alimentadas con una ración completa constituida
por 50% de forraje. Por otra parte, cuando se proporciona pradera más concentrado a vacas con
alto mérito genético, la producción láctea es más baja que la típicamente encontrada en sistemas
de alimentación en confinamiento basados en una ración nutricionalmente balanceada y mezclada
(TMR) donde el consumo de MS y producción de leche son maximizados (Bargo et al., 2002 a).
Se ha reportado que con vacas de alto mérito genético producciones cercanas a 30 kg/d
alimentadas sólo en base a pastoreo, consumiendo 16,9 a 19,0 kg de MS de pradera/d. Debido a
lo anterior se postula que producciones por sobre 30 kg/vaca/d con una dieta basada sólo en
pastoreo es muy difícil de obtener con el potencial genético de los animales que actualmente
existen. Por lo tanto, bajo condiciones de carga animal alta y/o en rebaños de nivel de producción
superior a los 30 kg/d, la suplementación en pastoreo puede generara una respuesta importante
en lt leche/kg de concentrado. Además, existe un aumento en la producción láctea, a pocos días
luego de iniciada la suplementación, esta respuesta es conocida como “respuesta inmediata”.
Otro efecto asociado a la suplementación con concentrado, es que la composición de los ácidos
grasos de la grasa láctea también se modifica. Existe una disminución sistemática y lineal de los
ácidos grasos poliinsaturados de cadena larga (ej. C:18:3).
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