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ISBN 84-206-0744-4
El libro de bolsillo
Alianza Editorial 9 788420 607443
ganzl912
Maurizio Mamiani;
Alianza
Introducción a Neinton;
Editorial; Madrid; 1995.
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Capítulo 1
Vida en familia y primeros estudios en Grantham
1. La biblioteca de Newton
Títulos %
A. Libros científicos
1. Alquimia, 138, y química, 31 169 9,5
2. Matemáticas 126 7
3. Medicina y anatomía 57 3,3
4. Física (y óptica, 15) 52 3
5. Astronomía 33 1,6
6. Otros (entre los cuales, obras generales, 28;
historia natural, 18; zoología, 7; botánica, 6;
mineralogía, 3) 101 5,6
B, Libros no científicos
1. Teología (entre los cuales, obras generales,
205; biblias, testamentos y estudios bíbli
cos, 99; padres de la iglesia, 61; historia de
la iglesia, 28; controversias religiosas, 28;
ritos y costumbres hebraicos, 24 477 27,5
2. Clásicos griegos y latinos 149 8,6
3. Historia, 114 (general, 5; antigua, 19; mo-
derna, 90), cronología, 22 y biografía, 7 143 8,3
4. Obras de consulta y periódicas (de las cua-
les, diccionarios, 43; gramáticas, 11; penó-
dicas, 18) 90 5,3
5. Viajes, 46; geografía, 30 76 4,5
6. Literatura moderna (de los cuales, inglesa,
40; latina, 10) 58 3,3
7. Filosofía (antigua, 9; moderna, 24) y lógica, 6 39 2
8. Derecho, 22; política, 15 37 2
9. Economía (y valores, 10) 31 1,6
10. Otros (entre los cuales, antigüedades,!8;
numismática, 10; medallas, 6) 114 6,5
2. La carrera académica
35
36 Maurizio Mamiani
4 MS. Add, 3996, f. 9Q\ M cGuire, Tam ny, 1983, págs. 346-4?.
s MS. Add, 3996, f, 90r, Ib id ., págs. 344-45.
Introducción a Newton 39
1 Ibid.
46 Maurizio Mamiani
sensación ondas
Sound Vision
sonido visión
Sapors Vevitables
sabores vegetales
1. La gravedad
* La voz O f G ra v ity & L e v ity com ienza con una cita de Descartes,
Principia, TV, 22, y todo su desarrollo subsecuente, a semejanza de m u
chas otras, está elaborado com o una serie de reflexiones, objeciones y
reet abo raciones libres del p unto inicial de partida. N ew ton procede de
este m odo —eo ra o se ha dicho— en la voz Conjurtctiart o f body$ y en
muchas otras. El prolijo com entario de M cGuire y T am ny resulta com
pletam ente descaminado por la ausencia de reconocim iento de la fuente
cartesiana.
50 Maurizio Mamiani
4 MS. Add. 3996, f. 97r. M cGuire, Tam ny, 1983, págs. 362-63.
4 Ibid.
Introducción a Newton 51
1 Ibid,
Introducción a Newton 53
* ¡b u l
10 Véanse los excelentes com entarios de M cG uire y Tam ny sobre el
significado de densidad y de masa en esta fase del pensam iento de N ew ton
(M cG uire, Tam ny, 1983,pág. 283). Desgraciadamente am bos historiado*
res se equivocan al añadir que las conclusiones de N ew ton dependen es
trictam ente del D iálogo de Galileo, en concreto de la idea de que el peso
de un cuerpo está en proporción a tas partes que lo integran. Galileo usa
este argum ento para refutar la teoría aristotélica de la caída de los cuerpos.
54 Maurizio Mamiani
2. Los colores
Que los colores oscuros parezcan más lejanos que los lumi
nosos puede provenir de lo siguiente: que los rayos pierden
poco de su fuerza al reflejarse en un cuerpo blanco, por no ser
fuertemente rechazados, pero un cuerpo oscuro, a causa de la
disolución de sus partes, deja entrar un poco de luz y la refleja,
aunque débilmente. Y así las reflexiones procedentes del blanco
alcanzarán más rápidamente el ojo. O también porque el blanco
envía los rayos con más fuerza hacia el ojo y lo golpea con fuer
za mayor1*.
11 MS, Add. 3996, f. 105'. M cGuire, Tam ny, 19S3, págs. 388-89. Véa
se, asimismo, Mamiani, 1986, pág. 52.
19 R. D escartes, O pere sc ten tifkh e , editadas por E. Lojacono, vol. II,
T urín, 1983, pág, 219; O eu vres, A T, VI, pág, 103.
I
60 Maurizio M amia ni
hacen que éstos estén como atenuados, e impiden que sean re'
flejados hacia e! exterior copiosamente, o sea, con considerable
fuerza o movimiento*21.
MS. Add. 3996, f. 122“. M cGuire, Tam ny, 1983, págs. 432-33. Véa
se, asimismo, M amiam, 1986, págs. 78-82.
Introducción a Newton bb
17 Ibid.
w Ibid.
66 Maurizio Mamiani
1 L niversíty Library, Cam bridge, MS. Add. 3968, f. 85. Véase Ma-
miani, 1976, pág. 24.
introducción a Newton 71
primer caso, las relaciones de causa y efecto pueden ser fondo muchísimos de sus fenómenos, y por ello su uso ensegui
medidas con certeza, en el segundo, no. Si existiese alguna da comienza a resplandecer máximamente y por tanto la certeza
esperanza de conocer la naturaleza de nuestros sentidos, de sus principios es confirmada, no me molestará incluso ¡lus
trar abundantemente las proposiciones con experimentos, de
ésta dependería de la posibilidad de conocer la de los
modo tal, sin embargo, que este género de discusión más libre,
cuerpos. dispuesta en escolios, no se confunda con lo anterior, tratado
La confianza de N ew ton en el experimento como ins por los Lemas, proposiciones y corolarios6.
trumento cognoscitivo va acompañada de una confianza
pareja en el conocim iento sensible. D e nuevo N ew ton Este pasaje puede ser considerado una inteligente inter
baraja las cartas y mezcla libremente las sugerencias que pretación del modo de proceder de Galiíeo en los Discorsí
le llegan de la lectura de Descartes, con las que le ofrece e dimostrazioni matematiche intorno a due nuove scienze,
Boyle. pero sobre el joven N ew ton influyen también las lecturas
Este aspecto «cartesiano» de la filosofía científica de de las obras experimentales de Boyle y, cada vez más, sus
N ewton es mucho menos conocido que el otro, el de la fe dudas acerca de las explicaciones hipotéticas de Descartes.
experimental, junto al cual, no obstante, e indudablemen La distinción entre los dos métodos, el matemático y el
te, nació. Así, las abstracciones de las cualidades sensibles experimenta], correspondía a la clásica separación entre
se convierten en condiciones del conocimiento cierto: co ciencias matemáticas y filosóficas: las primeras, ciertas,
noceremos de forma tanto más segura, cuanto más nos li aunque no verdaderas (no concordantes con el mundo),
beremos de las sensaciones, que son modos de nuestra las segundas, verdaderas —al menos program áticam en
mente. Y hay dos vías para abstraer a partir de la cualidad te—, aunque no ciertas, puesto que se basan en hipótesis.
sensible: las matemáticas, y el experimento basado en las Es significativo que N ew ton insista en la certeza de los
operaciones recíprocas entre los cuerpos. principios geométricos, pero es algo extraño que manten
N o mucho después de las anotaciones de las Quaestio- ga que pueden ser confirmados.
nes, N ew ton comienza a escribir el tratado D e gravitado - ¿Qué significa confirmar una certeza? Significa, como
ne et aequipondio fhtídorum (MS. Add. 4003), que que después veremos, sobrepasar los confines de la matemáti
dará inacabado. Éste es el breve prólogo que ilustra el ca, atribuyendo a sus principios un valor filosófico.
método seguido por el joven Newton: El punto de partida de N ew ton es la orientación p re
dom inante en la interpretación de Copérnico, especial
Conviene tratar la ciencia de la gravedad y del equilibrio de
los fluidos y de los sólidos en fluidos, con dos métodos. En la mente en Italia. Bruno y Galileo no se habían dejado en
medida en que pertenece a las ciencias Matemáticas, es justo que gañar p o r el prefacio de Osiander al D e revolutionibus;
yo abstraiga cuanto sea posible a partir de la contemplación Fí Galileo, sobre todo, había demostrado en los Discorsí, el
sica. Por este motivo, he decidido demostrar rigurosamente camino a recorrer.
—more Gcometrarum— cada una de sus proposiciones, a partir N ew ton escoge un aspecto común a los dos métodos,
de principios abstractos y suficientemente conocidos para el lec
tor. A continuación, puesto que esta doctrina se considera, de
algún modo, afín a la Filosofía natural, por aplicarse a estudiar a 6 Hall, Boas Hall, 1978, pág. 90.
76 Maurizio Mamiani
7 f b i d pág. 91,
¡i
introducción a Newton 77
La g ra d u a l e lim in a c ió n d e d u d a s m e c o n d u jo fin a lm e n te al
! U .L.C . MS. Add. 3975, f. 12. McGuire, Tanm y, 1983, pág, 478. Véa
se también, Mamiani, 1986, págs. 124-36.
9 Véase Mamiani, 1976, págs. 88, 125-26; y Mamiani, 1986, pág. 124.
Introducción a N ew ton 79
Ti
Telescopio de Newton
11 lb id .t págs. 3-4,
82 MaurizioMamiani
habéis ido mucho más lejos en este campo de cuanto yo diferente masa) había llevado a Newton a subrayar la co
lo haya hecho [...]») 7, y proponía una correspondencia rrespondencia entre el grado de refrangibilidad (abstracta
privada («Este modo de discutir creo que es más filosófi y, p or tanto, matemáticamente considerado) y el color, y a
co [■■■»'• . .... . la subsiguiente propuesta de abandonar las hipótesis y
La respuesta de N ewton es igual de conciliadora —si es considerar la ciencia de los colores, matemática. El méto
que no más— y contiene la famosa frase «si he alcanzado do de N ew ton seguía siendo malinterpretado.
a ver más lejos es porque estaba sobre los hombros de gi Pero el aspecto más paradójico de la respuesta de N ew
gantes». ton es otro. Dejando a un lado la idea corpuscular de las
Pocos días después, N ew ton recibe una carta de O l- Quaestiones (los glóbulos de Descartes), p o r influencia de
denburg (perdida) en que le informa acerca de la reunión H o o k e (los impulsos ondulatorios), N ew ton hace una
de la Royal Society del 3 de febrero, en la que se habían contrapropuesta, que es ésta:
discutido las Observations. De la respuesta de N ew ton se
desprende que durante la sesión se había planteado esta Pienso que es mucho más natural suponer que los impulsos
cuestión: «si no se podría razonablemente decir que los son igualmente veloces y que difieren sólo en tamaño ( « b ig -
rayos de luz que, aun cuando inciden de igual modo so n e s s» ), puesto que así sucede en el aire, y las leyes de la ondula
bre el mismo medio, muestran, empero, colores distintos, ción son sin duda las mismas en el éter que en el aírel0.
realicen esa exhibición de diferentes colores, debido a los
diferentes grados de velocidad de sus impulsos, antes que Traducido en términos modernos, este pasaje tiene un
—como piensa el Sr. N ew ton— a distintos grados de re sólo significado: los impulsos de la luz coloreada tienen la
frangibilidad innatos en los propios rayos. El Sr. H ooke misma frecuencia (son igualmente veloces por unidad de
era de la opinión de que el primero de esos modos era su tiempo), pero diversa amplitud de onda (tamaño). Pero se
ficiente para proporcionar una buena explicación de la di trata sólo de una hipótesis.
versidad de los colores»’.
¡La Royal Society, y con ella Hooke, habían llegado fi
nalmente, remontándose hacia atrás, a la hipótesis de la di
ferente velocidad de los rayos que, en 1664, en las Quaes-
dones, había llevado a N ew ton a su descubrim iento!
Justamente la dificultad de justificar esta hipótesis (junto a
la de atribuir a los corpúsculos la misma velocidad, pero *1
M
106 Maurizio Mamiani
Tan absorto, tan inmerso en sus estudios, que come con gran
parquedad, es más, a menudo se ha olvidado por completo de
comer, de tal forma que al ir a su habitación he encontrado su
plato intacto. Cuando se lo hacía notar, respondía, «ya como»,
y acercándose a la mesa comía uno o dos bocados de pie [...].
Las rararas veces en que quería comer en el refectorio, daba la
vuelta a la izquierda y salía a la calle, donde se paraba, cuando se
daba cuenta de su error, y volvía corriendo, aunque a veces en
vez de ir al comedor, regresaba de nuevo a su habitación
Cuando alguna vez paseaba [en e! jardín], se paraba de repente,
se giraba y corría por las escaleras gritando eureka, como otro
Alquímedes [sic], se precipitaba a escribir en la mesa quedándo
se de pie, sin darse tiempo para acercar una silla y sentarse \
ingenio sutiJ y dialéctico, no el pedante esfuerzo del mate da. Y N ew ton debería estar satisfecho, sobre todo, por
mático. haber demostrado con el tercer libro «cuál es el valor de
N ew ton, como hemos visto, era de la opinión total la matemática para la filosofía natural» ’3 al cual no había
mente contraria: ya su proyecto de fundar una ciencia estado dispuesto a reconocer su valor en la doctrina de
matemática de los colores suponía la propuesta de un los colores.
nuevo método de investigación filosófica, que, entre otras La reacción furiosa de N ew ton en su enfrentamiento
cosas, no reconocía ningún valor a las hipótesis. La ferti con H ooke denuncia explícitamente la situación de mino
lidad de este m étodo recibía ahora una im presionante ría intelectual en que hasta entonces, incluso los filósofos
confirmación con la publicación de los Principia. mecánicos, habían confinado el trabajo de los matemá
La contraposición, que no era sólo la de dos hombres, ticos:
sino que implicaba a toda la sociedad científica de la épo
ca, se revela con claridad, tanto en 1672 como en 1686, ¡Qué bonito! Los matemáticos que descubren, resuelven y
tras el hastío, los desdenes y las amarguras personales. hacen todo el trabajo han de contentarse con no ser más que ári
El rol del matemático y el del filósofo estaban entonces dos y aplicados calculadores, y otro, que no hace nada pero pre
(y seguirán estándolo posteriormente) totalmente separa tende aprovechar todo, arrampla con todas las invenciones, tan
to las que le han precedido, como las que le seguiránl4.
dos, y es justam ente H alley quien señala el verdadero
quid de la cuestión cuando invita a N ew ton a desistir de
H ooke había tirado a dar, y no sólo: había hecho algo
su intención de no publicar el tercer libro (el libro «filo
aún más mezquino publicando con su propio nombre la
sófico»):
hipótesis de Borelli (¿acaso no había hecho lo mismo con
Señor, debo de nuevo rogaros que no permitáis que vuestro la teoría cartesiana de ía luz?). La verdadera dificultad en
resentimiento sea tan grande que nos prive de vuestro tercer li el caso de la ley del inverso del cuadrado no consistía tan
bro, en el que la aplicación de vuestra doctrina matemática a la to en enunciarla (cualquier matemático podría haberlo
teoría de los cometas, y diversos curiosos experimentos, que, hecho después de la publicación p or Huygens de la fór
como deduzco de lo que escribís, deberían hacerse, lo hará in mula para calcular la fuerza centrífuga), cuanto en de
dudablemente aceptable para aquellos que se autodenominan fi mostrarla. N ew ton no ve ninguna diferencia cualitativa
lósofos sin matemáticas, que son, con mucho, ía mayor parte12. en una hipótesis: ésta es siempre arbitraria, hasta no ser
demostrada; pero entonces no es ya una hipótesis.
Halley, que muestra no saber exactamente qué conten Sus reflexiones metodológicas habían hecho entrar a
drá el tercer libro, se da cuenta, sin embargo, que éste es N ew ton en conflicto con uno de los aspectos más com
el verdadero objetivo de la doctrina matemática expuesta partidos de la ciencia de su tiempo. Huygens, que reco
en los dos primeros libros, y que sin él, la fuerza innova nocerá el valor matemático de los Principia, juzgará «ab-
dora de los descubrimientos de N ew ton quedaría mutila
t!l MS. Add. 40005, f. 25. Hall, Boas Hall, 1978, pág. 521.
Introducción a N ew ton 121
tividad juvenil. De todas maneras, contrariam ente a lo sultar de utilidad leer las páginas dedicadas a N ew ton por
que se piensa, el intento no fracasó en absoluto. En las el erudito alemán Brucker en su Historia critica philosop-
Queries, y en otros borradores manuscritos, encontramos hiae (Leipzig, 1744)L
intuiciones de gran Interés sobre la naturaleza de la elec En el Escolio general N ew ton expone sus concepcio
tricidad y sobre la teoría atómica de la materia. El micro nes metafísicas sobre Dios, sobre la naturaleza, y sobre
cosmos ejercía en ese momento sobre él la misma fascina las relaciones entre ambos. En él se aventura en la metafí
ción que el macrocosmos en su juventud. sica cartesiana, como en libros anteriores había hecho con
En esta época se intensificaron de nuevo las controver la física. N ew ton niega el dualismo cartesiano entre pen
sias: primero con Flamsteed, después la conocidísima con samiento y materia, porque lo considera un astuto expe
Leibniz, sobre la que ya se ha dicho codo cuanto podía diente para asegurar la autonomía de esta última y porque
decirse. de este modo, el pensamiento de Descartes, como el de
Para la segunda edición de los Principia (1713), New- Leibniz con su «armonía preestablecida», dejan al mate
ton preparó un Escolio general que expone directamente rialismo el camino libre y lo legitiman. El concepto de
sus concepciones metafísicas, retomándose algunas de és naturaleza de D escartes3 es rechazado: el caos y las leyes
tas en el Commercium epistolicum. El Escolio pudo pare de la naturaleza no son suficientes para dar forma al m un
cer a los contemporáneos una especie de añadido postizo, do. N ew ton afirma:
pero no lo es. Sus raíces ahondan en la personalidad de
N ew ton y se sueldan a sus concepciones religiosas. Lo De una ciega necesidad metafísica, que es idéntica sin duda
que N ewton hizo público es solamente un aspecto de su siempre y en cualquier parte, no nace una variedad de cosas.
intensa actividad de investigación, y posiblemente, para Toda la diversidad de las cosas, ordenada según los lugares y los
tiempos, solamente pudo nacer de las ideas y de la voluntad de
él, no el más importante. Esto no nos autoriza a conside
un ente necesariamente existente4.*
rarle una especie de esquizofrénico — como con frecuen
cia se ven obligados tácitamente a asumir los intérpretes
m odernos—, dividido entre las denom inadas ciencias
exactas, las cuestiones religiosas, la alquimia y la adminis 1 Véase, M. Mamiani, «Studi sul concetto di spazio in etá moderna:
tración de la Casa de la Moneda, problem i di m éto d o e linee di ricerca», R iv ista d i filo so fía , 14, 1979,
N ewton fue un filósofo del siglo xvn, y el campo en el págs. 269-80.
que ejerció su reflexión no es ni menos amplio, ni muy * «Considérese pues, en prim er lugar, que p o r naturaleza no entiendo
alguna divinidad o algún o tro tipo de potencia imaginaria, sino que u ti
diferente de aquel en que se movió Descartes. El motivo lizo esta palabra para indicar la materia misma, en tanto dotada de todas
por el cual actualmente encontramos en los manuales de las cualidades qu e le he atribuido, todas ellas reunidas, y con la condi
historia de la filosofía a Descartes y raramente (o de fo r ción de que D ios continúe conservándola del m ismo m odo en que la ha
ma breve) a N ew ton es tan complejo, tan ligado a los su creado. P orque sólo de ahí, que continué conservándola, se sigue nece
sariamente que los diversos cambios que deberán darse en sus partes, no
cesos históricos posteriores que llevaron a la separación podrán atribuirse a la acción de Dios, puesto que ésta no cambia, sino
entre ciencia y filosofía, que aquí ni siquiera empezaré a que se atribuirán a la naturaleza», Descartes, 1983, pág. 53.
discutirlo. A quien quiera buscar las razones le puede re H Principia, 1972, vol. II, pág. 763; pág, 784 de la traducción española.
130 Maurizio Mamiani
Por ello entiendo no todos los que dicen ser cristianos, sino
¡os demás, personas sueltas que Dios ha escogido, que sin que el
interés, la educación o la autoridad les guíe, pueden ponerse sin
cera y ardientemente a la búsqueda de la verdad10.
zar a otra disposición, y así como una persona acepta lo que un siguiente en dignidad, y las estrellas, al resto de la Corte.
autor trata de decir por intrincado que esto sea cuando ve las La Tierra y el Mar indican la condición de los hombres
palabras construidas u ordenadas según las leyes de la gramáti de bajo rango. Una montaña representa a una ciudad, es
ca, a pesar de que exista la posibilidad de forzar las palabras a pecialmente cuando destaca en el bien o el mal, como Je-
otra construcción cualquiera más discordante, así una persona rusalén y Babilonia. El Tem plo de Salomón, en una
debería, por idéntica razón, aceptar la construcción de estas estructura visible, daba expresión a esta admirable p ro
profecías cuando ve sus partes ordenadas según su conveniencia
porción, exactamente como los antiguos templos egipcios
y según las características impresas en ellas con este fin11.
lo hacían. El Tabernáculo es un símbolo de los cielos, y el
fuego, en medio del pritaneo, una alegoría del Sol: «Éstos
N o hay duda de que estas palabras se pueden aplicar
[los antiguos] reconocían que todo el cielo era e) verdade
igualmente para describir el método científico de N ew-
ro y real templo de Dios» í2.
ton, su propuesta de utilizar la razón y los experimentos
como un todo único. Aquí, pues, N ew ton presenta una Com o en un juego de espejos que reproducen la misma
imagen hasta el infinito y, dilatándola o constriñéndola, la
réplica de la estructura m etodológica de los Principia,
hacen sublime o grotesca, así el Reino se encarna y se
adaptándola al objeto profético: reglas de interpretación,
definiciones, proposiciones. Y probará estas últimas exac hace visible también en animales como el León, el O so o
el Dragón:
tamente como en la O ptkks, de dos maneras: mediante
las reglas y las definiciones (equivalentes a los principios
poniendo sus cabezas, más de una, para representar otras tantas
matemáticos), y haciendo referencia directa al texto sa
partes de éste [el Reino o e! universo], colaterales o sucesivas;
grado (equivalente a la confrontación con los fenómenos, ios Cuernos sobre cada Cabeza, los Reyes o Reinos subordina
a los experimentos). dos que pertenecen a esa cabeza. Los ojos [representan] habili
Al principio de su tratado sobre el Apocalipsis, N ew ton dad política o previsión; la boca, el poder de mandar y de hacer
enumera una serie de 69 definiciones, que constituyen el leyes; los dientes, los Capitanes y otros Comandantes, Los Pies,
vocabulario del lenguaje figurado de las profecías. Las re los Ejércitos; la Cola, también los ejércitos siempre que sea en
glas son la gramática. En las definiciones N ew ton hace forma de serpiente de modo que la bestia pueda combatir con
explícitos sus conceptos teológicos fundamentales, algu ella, si no, [indica] solamente un séquito de siervos; y el cuer
nos de los cuales están presentes en el Escolio general de po, el resto del reino que es custodiado y gobernado por estas
partesl3.
los Principia y en el C o m m e r c i u m epistolicum.
Encontramos, pues, un desarrollo notable de la idea de
Esto p o r lo que respecta a las definiciones. La analogía
Dios como rey y señor. El universo es como un reino: las
es la guía principal para determinar el significado de los
partes del primero corresponden a las del segundo en una
símbolos tras los que se esconden las profecías, del mis
proporción determinada y cognoscible. Así, el Sol repre
mo modo que sucede con los fenómenos que caen bajo
senta, en las profecías, al Magistrado Supremo; la Luna, al
14 íbid., f.14r.
Introducción a Newton 139
,s lbid.
140 Maurizío Mamiani
'* Opticks, 1952, págs. 543-44; pág. 350 de la edición española. C ursi
vas añadidas.
17 E. T u m or, Coiiections for the History [...} of Grantham, Londres,
1806, pág. 173.
Introducción * N ew ton 141
fundamentales de la dinámica, desde Galíleo hasta New- dos y p o r haber intentado ofrecer una síntesis completa.
ton, con capítulos dedicados a H uygens y Leibniz, re En mí opinión, no lo consiguió p or dos motivos: el «es
sulta también de gran interés para los historiadores de la tilo newtoniano» de que habla Cohén se presenta como
filosofía. una característica literaria (estilística o retórica, como un
Una excelente síntesis histórica, también de R. S. West- cliché de género), más que filosófica; en consecuencia, la
fall, se presenta en la im ponente biografía de N ew ton, idea de que exista un «método» filosóficam ente cons
N ever at Rest, C am bridge, 1980. La obra de W estfall, ciente en la obra de N ew ton es combatida hasta el punto
avalada por una extensa colección de manuscritos inédi de que C ohén se niega a considerar la Optica como un
tos, representa uno de los puntos más elevados y convin tratado matemático «legítimo». Mis trabajos (Mamiani,
centes alcanzados por la historiografía científica anglosa 1976, 1986) y los de Shapiro, 1984 (véase Bibliografía,
jona. U na obra de planteamiento diferente es la atractiva 4.2) alegan pruebas, directa o indirectamente contrarias a
biografía de N ew ton escrita por Frank E. Manuel, A por- esa tesis.
trait o f Isaac Newton, Cambridge, Mass,, 1968. Manuel El gran fervor de los estudios newtonianos en los años
adopta el análisis freudiano con N ewton, pero mantiene más recientes no parece que vaya a apagarse, pues todavía
siempre un excelente rigor histórico y documental. hay numerosos manuscritos inéditos, y no se puede decir
O tra biografía amplia, anterior a estas dos, es la de | que la comprensión histórica del pensamiento de N ew ton
L. T. More, Isaac N ew ton, Nueva York— Londres, 1934 esté acabada. Además, la comprensión de la ciencia m o
(reedición anastáltica en 1962), que se sirve de numerosos derna y de sus problemas no puede sino beneficiarse de la
manuscritos. En el siglo pasado, el biógrafo de N ew ton ■ cada vez más profunda investigación acerca de una de las
más acreditado fue Sir David Brewster, quien escribió en figuras que más han contribuido a separar las luces de las
primer lugar una breve biografía, Life o f Sir I. N ew ton, sombras.
Londres, 1831, y posteriormente las amplias Memoirs o f
the Ufe, writings and discoveries o f Sir I. N ew ton (2 vols.),
Edim burgo, 1855, reeditadas anastálticam ente con un
prólogo de R. S. Westfall (Nueva Y ork-Londres, 1965).
Brewster pudo disponer de los manuscritos de la Ports-
m outb collection antes de que fuese dividida (véase Bi
bliografía, III. Fuentes manuscritas).
Entre los estudios más recientes, el volumen de Hall,
1980 (véase Bibliografía, 4.3), reconstruye de m anera
ejem plar la disputa L eibniz-N ew to n sobre el análisis,
siendo una contribución que debería poner punto final al
tema.
El extenso libro de Cohén, 1980 (véase, Bibliografía,
4.1) se distingue por la vasta gama de los problemas trata-
Bibliografía
t. Reseñas bibliográficas
tr a d u c to r e s , c u y a s o lu c i ó n r e s u lta a m e n u d o in s a t is f a c t o r ia ,
ta n to d e sd e el p u n to d e v ista lin g ü ís tic o , c o m o h is tó r ic o .
E n tre las e d ic io n e s m ás r e c ie n te s d e la Opticks, d e sta c a m o s: la
e d ic ió n c o n p r ó l o g o d e A . E i n s t e i n e in t r o d u c c ió n d e E .T .
W h itta k er (L o n d r e s , 1 9 3 1 ), la e d ic ió n a c a r g o d e I. B ern ard C o
h é n ( N u e v a Y o r k , 1 9 5 2 ) y ¡a d e la U n iv e r s id a d d e C h i c a g o
(C h ic a g o , 1952).
T a m b ié n para las tr a d u c c io n e s d e esta o b r a re su lta n v á lid a s
las c o n s id e r a c io n e s h e c h a s r e s p e c to a las d e lo s Principia, si se
e x c e p tú a la e d ic ió n fr a n c e sa d e P ierre V a r ig n o n (P a r ís, 1 7 2 2 ).
É sta in c lu y e d ib u j o s p r e p a r a d o s e x p r e s a m e n t e p ara e lla p o r
N e w t o n , q u ie n ta m b ié n s u p e r v is ó el te x to . U n fa c sím il d e esta
e d ic ió n , c o n in tr o d u c c ió n d e M . S o io v in e fu e r e c ie n te m e n te p u
b lic a d o (P a r ís, 1 9 5 5 ). L a tr a d u c c ió n ita lia n a e stá in c lu id a en
Scritti di ottica, a c a r g o d e A . P ala (T u r ín , 1 9 7 8 ), q u e ta m b ié n
p resen ta u n a tr a d u c c ió n p arcial d e las Lectiones Opticas — en
gran m ed id a n o m u y fia b le y n o c o n tr a sta d a c o n el t e x to m a
n u sc r ito — a d em a s d e la tr a d u c c ió n d e la Nueva teoría sobre la
luz y los colores y de a lg u n a s cartas a O ld e n b u r g , e n tr e la s q u e
figu ra la M e m o r ia d e 7 d e l d ic ie m b r e d e 16 7 5 .
D , T , W h ite s id e se e n c a r g ó d e la r e p r o d u c c ió n fa c sím il e n d o s
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La r e c o p ila c ió n c o n tie n e tr a d u c c io n e s in g le s a s d el s ig lo x v n d e
las c o r r e s p o n d ie n t e s e d ic io n e s la tin a s d e N e w t o n . E l tr a b a jo
m ás im p o r ta n te , e im p o n e n te , d e D . T . W h ite s id e es la r e c o p ila
c ió n d e las o b r a s in é d ita s d e te m a m a te m á tic o , q u e a v e c e s s o n
m ás c o m p le ta s q u e la o b ra im p r e sa c o r r e s p o n d ie n te , c o m o e n el
c a s o d e la Arithmetica Universalis. La r e c o p ila c ió n , en o c h o v o
lú m e n e s , c o n t ie n e ta m b ié n l o s t e x t o s la t in o s y s e titu la The
Mathcmatical Papers o f Isaac Newton (C a m b r id g e , 1967, 19 6 8 ,
1969, 1971, 1 9 7 2 , 1974, 1 9 7 6 , 1 9 8 1 ). W h ite s id e s u p e r v is ó a d e
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y la Opticks) m e d ia n te a r g u m e n to s , e n m i o p in ió n , c o m p le t a
m e n te e q u iv o c a d o s . L o s d o s « m é t o d o s » s u p o n d r ía n a m b o s
u n a rea cció n a la filo s o f ía n atu ral y a la m eta física ; el p r im e r o
h ab ría te n id o é x it o p o r ser a d e c u a d o a la fís ic a m a te m á tic a ■-
(q u e n a ció d e s p u é s d e N e w t o n , m ie n tr a s q u e a n tes era f i lo s o - I
fica ) y n o a la ó p tic a m ix ta ( q u e ta m b ié n n a c ió d e s p u é s d e '
N e w t o n , s ie n d o a n te s o f ilo s ó f ic a o m a te m á tic a ), H a k f o o r t
d e m u e str a c o n o c e r m á s a C o h é n y K u h n q u e a N e w t o n y su \
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171
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Introducción a Newton 173
Capítulo 2. E n C a m b r i d g e . N e w t o n e s t u
d i a n t e ..................... 19
1, La biblioteca de N ew ton................. 23
Capítulo 3. E n C a m b r i d g e .P r i m e r o s i n t e
reses ...................... 27
1. Primeras reflexiones acerca de la
gravedad.......................................... 30
2. La carrera académica......... 32
Capítulo 5. «QUAESTIONES»............................ 43
1. La gravedad........................................ 49
2. Los colores...................................... 58
175
176 Maurízio Mamiani
Capítulo 8. L o s «P h il o s o p h ia e n a t u r a l is
PRIN CIPIA M A TH EM A TIC A » ..................... 102