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personas que conocía las letras, los señores y las
señoras del pueblo lo buscaban para que les
leyera las cartas que les enviaban sus parientes o
los periódicos que llegaban al rancho en las
envolturas de las semillas, ¡uy las noticias ya
estaban bien atrasadas, pero era la única manera
de saber lo que sucedía en otros lugares! Mi
papá decía que el conocía muchos sitios a través
de las cartas y los periódicos.
EUGENIA (CANSADA) Voy a sentarme un rato, ya me
cansé de planchar, a ver má' présteme tantito el
libro del abuelo.
ROSA Y ahora ¿qué te pasa? si tú le tienes mala fe a
ese libro.
EUGENIA Es para entretenerme un rato, mientras
descanso.
AGUSTÍN ¿Para entretenerte? Los libros son para estudiar,
no pa' descansar.
EUGENIA Pues yo veo al Juanito, que cuando está aburrido
o quiere descansar agarra este libro. (COMO SI
REVELARA UN SECRETO) viera pa' se
acuesta en el petate o en el pasto, boca arriba,
mirando al cielo o tirado de panza; otras veces,
se sienta en una piedra cerca del arroyo o debajo
de un árbol y está lee y lee, ¡se ve tan feliz mi
hermano!
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siempre me sentía mal, sin ganas de vivir, pero
cuando me compró el abuelo y me trajo al
campo me llené de energía, no importa que
ahora esté un poco maltratado.
EUGENIA (HOJEANDO EL LIBRO) Miren a propósito de
cartas aquí hay una historia que se llama "La
carta" ¿Quieren que se las lea, mientras ustedes
siguen trabajando?
AGUSTÍN (BROMEANDO) ¿A poco sabes leer?
EUGENIA (ORGULLOSA DE SÍ MISMA) Claro, por eso
voy a la escuela.
AGUSTÍN Anda pues, te escuchamos, a ver si es cierto que
lees.
OP. CORTINA
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CRIADO Su Majestad ¿para qué quiere usted la canasta?
En el monte no hay ningún mercado donde
comprar, ¡no entiendo!
REY No te traje para opinar, te traje para cumplir una
misión que puede cambiar el futuro de nuestro
reino.
EUGENIA Luego de un rato encontraron una pequeña
cabaña en medio de una gran arboleda, tocaron
la puerta y les abrió una señora de aspecto
modesto, la cual al ver de quien se trataba dijo
sorprendida:
MUJER ¡Su majestad! ¿A qué debo el honor de su visita?
REY Supe por un sabio que este niño será mi yerno,
vengo por él para educarlo en el palacio.
EUGENIA La mujer muy triste le entregó el niño al rey,
pensando que lo trataría bien, en cambio el
criado metió al pequeño en la canasta y lo tiró al
río.
REY Ja, ja, ja, ya me deshice de ti, ya no te casarán
con mi hija.
OP. MÚSICA TRISTE CON EFECTO DE AGUA, MIX DE TRACK
003 Y TRACK 004
EUGENIA Pero, en vez de hundirse, la canasta iba como
barco encima del agua y la corriente la acercó a
donde vivía un matrimonio sin hijos. El señor
sacó la canasta y vio al niño.
SEÑOR ¡Mira mujer qué bonito niño!
MUJER ¡Por fin, por fin, vamos a tener un hijo!
EUGENIA Y así fue, tuvieron un hijo que creció fuerte y
sano, pronto se convirtió en un joven muy
atractivo, pero inevitablemente pobre, aunque
muy trabajador. Ayudaba a sus padres cazando
animales en el bosque. Al igual que él, pero no
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por necesidad, sino por afición, el rey gustaba
de la cacería, era de esperarse pues que un día se
encontraran.
El monarca quedó admirado de la puntería del
muchacho.
REY Eres muy buen tirador, ¿eres de otro lugar?
Porque nunca te había visto por aquí...
JOVEN Soy de este reino, vivo a la orilla del río con mis
padres.
EUGENIA Como no conocía el lugar. el rey quiso ir a la
casa del muchacho, éste lo llevó con gusto
creyendo que sería un honor para sus padres
tener como invitado al rey, eso no se daba todos
los días.
OP. ENTRA MÚSICA DE TRANSICIÓN TRACK 005 Y FO. Y
QUEDA AMBIENTE.
EUGENIA Ya en la casa del muchacho.
REY Su hijo es un gran tirador, los felicito, ha de
haber heredado de usted esa gracia, señor.
PADRE Es verdad, mi hijo es buen tirador, pero no lo
heredó de mí, a usted no le puedo mentir... hace
años lo trajo el río en una canasta y nosotros,
como no podemos tener hijos, lo adoptamos y lo
hemos criado, haciendo de él un buen hombre.
EUGENIA Al oír eso, el rey se dio cuenta que era el mismo
niño que él tiró al río. Se quedó pensando en
cómo matarlo, porque no quería verlo casado
con su hija. Ya era de noche cuando se le ocurrió
algo.
REY Me gustaría quedarme esta noche con ustedes,
pero me preocupa la reina ¿puedo mandarle una
carta con su hijo?
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PADRE Claro que sí, él la llevará.
EUGENIA El joven salió rumbo al palacio, después de unas
horas ya estaba fatigado, por eso se acercó a una
casa para descansar un rato, explicando a la
dueña que llevaba un mensaje para la reina.
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estas horas de la noche?
JOVEN ¡Quiero ver a la reina, traigo un mensaje del
Rey!
EUGENIA La reina leyó el mensaje y en sus labios se
dibujó una sonrisa, de inmediato llamó a la
princesa para anunciarle:
REYNA Hija, tienes que casarte ahora mismo, tu papá
manda a este joven para que sea tu esposo.
EUGENIA Los jóvenes se miraron sorprendidos y, el
anuncio, no les pareció mala idea, pues
quedaron flechados, ja, ja, ja.
REINA ¡Preparen todo, hoy se casa la hija del rey!
OP. MÚSICA DE FESTEJO REAL
EUGENIA Aunque organizaron rápido la boda, la
ceremonia estuvo muy bonita. Hubo música
hasta que salió la luz de la mañana.
OP. CROSS A EFECTO DE PÁJAROS Y MÚSICA AL AMANECER
GUARDIA Abran la puerta la puerta está llegando su
majestad, el Rey.
OP. EFECTO DE CABALLOS
REY (SORPRENDIDO) ¿Qué pasa, por qué tanta
alegría?
REINA Porque estamos cumpliendo las órdenes que nos
enviaste en tu carta.
REY (TURBADO) Pero... pero... a ver enséñame esa
carta.
EUGENIA El mensaje decía: “En cuanto llegue este joven,
cásenlo inmediatamente con mi hija. Cumplan
mis órdenes aunque yo no esté. Mañana quiero
verlos casados”.
REINA ¡Nosotros cumplimos tus órdenes al pie de la
letra!
EUGENIA El Rey se dio cuenta de que ya no podía hacer
nada, luego de abrazar a su hija y a su yerno,
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exclamó:
REY ¡Qué siga la fiesta!
EUGENIA Así se cumplieron las palabras del sabio, a pesar
de todo los esfuerzos del Rey por cambiar el
destino de su hija y su reino. (SUSPIRANDO)...
¿Qué les pareció eh? Ay papá, pero si hasta dejo
de barrer para escuchar en qué terminaba la
historia.
AGUSTÍN Es que 'ora si me sorprendiste Eugenia, lees
muy bien, hasta parece que estaba yo viviendo
esa historia.
EUGENIA Y de seguro usted era el rey enojón, que no
dejaba casar a su hija, pero ya ve pa' el destino
es el destino, y aunque usted no me deje tener
novio, estoy segura que un día me voy a casar...
¿Qué creen que haría si conociera un muchacho
guapo y valiente?
ROSA (BROMEANDO) Pues, si fuera como el joven
del cuento, seguro lo primero que harías sería
enseñarle a leer.
EUGENIA ¡No mamá!.. (DUDANDO) Bueno, sí, sí le
enseñaría a leer, pero después me casaría con él.
ROSA ¡Ay hija, tú no haces otra cosa que pensar en
novios y en casorio! Con el matrimonio no se
juega, es algo muy serio...
AGUSTÍN (INTERRUMPE CON TIMIDEZ) Oigan
ustedes creen que saber leer sea tan importante,
algo así como de vida o muerte.
ROSA Por lo menos para el muchacho de la historia sí
fue cuestión de vida o muerte, ¿Te imaginas si
hubiera entregado a la reina la carta tal y como
el rey la había escrito?
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EUGENIA No hubiera habido un final feliz... Y usted pa’
¿por qué no aprende a leer y a escribir?
AGUSTÍN Pos' no sé, yo ya no puedo ir a la escuela a mi
edad.
ROSA Si puedes, acuérdate que la maestra de Juanito
les está dando clases a las personas grandes del
pueblo.
AGUSTÍN No, a mí me da mucha pena, aunque sería bueno
que cuando vaya a otro pueblo o a la ciudad, ya
no tuviera que preguntarle a las demás personas
a dónde va tal o cual camión, (EMOCIONADO)
¡Uy sería bien suave!
EUGENIA Pues anímese papá, si quiere, nosotros le
podemos enseñar ¿Verdad mamá?
ROSA Claro Agustín, también Juanito, podría ayudarte.
AGUSTÍN Está bueno, pero ahorita no le digan nada a mi
hijo, quiero darle la sorpresa.
OP. ENTRA RÚBRICA DE SALIDA.