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Hacer el amor es melancólico, permanecemos un poco húmedos entre el filo de la cornisa y

crecemos como hongos blancos. La vista es apartada del mar y solo queda el hielo de las sombras
que cosquillean ante la luz escurriéndose desde el pequeño reflejo de una luciérnaga ebria de
energía y repleta de caos en su interior. La sinceridad de nuestros gemidos se replica cada vez más
por las grietas de nuestras carnes ajadas por la sal de tus ojos, lloras como si suplicases la muerte,
lloras como si quisieses la vida, lloras confundida por el dilema de tenernos, paradoja venenosa
que condena como un cáncer avanzando a cada estornudo de azúcar y trazo de lápiz.

Solo en la alcoba reclusorio puedo encontrar tantos imaginarios como para desaparecer, apaga la
luz dice mi mente en vos baja a la conciencia, dejo solo que tu nombre fluya como un vino que
jamás se borra entre los dedos, pesados los parpados carcajean los saltos del tiempo, la lluvia
suele avisar el frío y el recuerdo- nunca dura más de un día la lluvia- pretendo el morir dentro del
magnetismo de estas letras, dando vueltas entre lo que fue y será de la condena de tus piernas,
tan solo un salto me espera al entrar entre tus labios, verdaderos y negros como la pupila de mis
ojos. Rompecabezas tus cabellos, ayudan a armar mi deseo como si estuviera equivocado. La miel
es mal y dulce cuando cruza tus piernas entre abiertas, tus vellos creciendo al ritmo de la cólera, la
música y el vinagre.

Quieres saber de mi y lo propio es el detenerme como un esqueleto en el agua repleto de musgos


y peces de colores revistiendo mi olor a formol, solo tiempo y desesperación a través de los ojos.
los espejos que rodean las colinas pesan kilos, kilos de tiempo, como si la locura fuera hermana de
la nada y la noche es castigada por mi recuerdo, el lago repleto de truenos, repleto de danzas, los
cisnes graznan y no puedo pasar por el frío del lodo repleto de mis gusanos. Esta estúpido ser de
la niebla haz que aparezca la sonrisa desde tus ojos de perro ciego, coraza imaginaria de plumas,
disfruta la botella de vino que será tu sangre la que la remplace, estalla desde un instante a la
codicia de ser hombre, deseaste el morir y elegiste la vida, replicas como una ola sorda por el
barco de vapor, viejo tren, camisa sin abotonar, estas repleto de lo que somos y serás en la
eternidad.

Es la condena de un hombre con sombra impar, juega a la ruleta de hielo como si el fuego
estuviera cargado de su ira y nada más, no debe a la eternidad su presencia, corrió mas allá de lo
que se llama la autoridad.

Como maquina estalla el compas de los árboles y el copo de nieve crece hasta estrellarse en la
madera de pino. La muerte: veterana herida de hace un siglo repleto de escritos de botella y
cloro de color perfumado de jazmín siempre llegas tarde pequeño amigo venenoso, maldito
recuerdo de mi cerebro… beso de elefante maquillado.

Los enanos se escaparon de tu closet, pequeña blanca nieves terrestre, atrápalos antes de que te
asesinen, los he visto envenenar la fruta prohibida son “serpientes” todos los dedos lo son, por
eso desconfía pequeña nievecita que pronto lloverá y jamás podrás volver a ver el fuego arder,
mata a los enanos de tu pecado, hazlos pagar su condena de plomo de no crecer jamás.
El vidrio dejó de cantar, esperando el llanto de la niña que sonríe a lo lejos desde el puente de la
villa verde. Eres como el viento blanco un dragón de vino y pan, leche que derramas a cada paso
dame de tu gracia, haz que este veneno desaparezca, disuélveme entre tus caricias hállame a lo
lejos en un callejón de gatos, zapatos rotos es lo que llevo, regálame lo que debo ser, bate y
desgarra contra las hojas tu frescura pequeña Venus de papel, bésame, encuéntrame un cueva en
donde avistar tu silencio imaginario de la muerte un poco de tus labios.

Corre pequeño colibrí de mis manos y hazte humo entre los cigarrillos y abanos, retoma vuelo
entre los labios de las personas, déjate respirar la mirada con la gracia de una estrella. Hay
pequeños pensamientos dentro de ti como una medusa ahogada entre los de su especie, el barco
ya paso llevaba prisa por la lluvia de abril, hoy es abril pero no llueve. Déjame aquí pequeño colibrí
exploto soy un planeta y lo devoraste como una manzana prohibida. Eva desaparece de una vez
entre la hierba y dime que dios es quien nos castiga y no tu con tu cuello perfecto, Hazte la
pregunta de si serás feliz, seguro la leíste cuando dibujaba un recuerdo del espejo amarillo de tus
ojos, pequeño colibrí dame la mano y palpita a más de un millón de años, vamos a casa que
explotare de nuevo en tu visión de cielo azul repleto de nubes, repleto de aire, repleto de ráfagas
equinocciales.

Las luces caen en esta pequeña casa de madera y las latas crujen por el calor, desnuda te vez muy
bien, todo se dobla cuando estoy de cabeza a tus pechos, estuve loco cuando acepte el vivir y
estoy loco viviendo. Nuestra pequeña casa de juguete y nosotros su fichas son el escenario para
que afuera de nuestros soplos y ventanas copulan las arañas, el agua corre desde nuestro tanque
a la calle, se hacen competencia de veleros miniatura y tu eres su juez, querida mira! que nuestra
casa de madera se cae, pero sigues desnuda como envuelta de inocencia, no te preocupes si la
inciendes en la cama, no temo el morir de sed.

Lucecitas desveladas por tus ojos, sueños embelesados por tus pensamientos.

Tócame la suerte y quizás el destino depare lo que este fuera de control como un remolino en
nuestro baño, el moho camina y yo también pero estoy cojo, gota a gota crece la humedad y no
puedo más, desparezco entre un color negro y marrón es el lodo de la vida lo que me rodea desde
que inicie.

Los palomos hacen coro a los claxon de las calles repletas de ira repletas de falsa realidad en este
ciego mudo.

Enmudece la mirada ante el grito de un bolígrafo sin tinta y la locura de la escritura por placer
sexual, derribando la columna vertebral del cerebro que flota en el imaginario de los niños

La crisis de un escrito es el no encontrar castigo para sus dedos y el cumplir su condena de


escribano hasta de lo invisible

El encontrar un café demasiado dulce y tibio


El desamor del mar en su cuerpo que lo abandona dejando un espíritu de sal que se cristaliza con
el sol

Que su lápiz se quiebre ante la excitación de un poema a las prostitutas

El desvanecer entre los lunares de la prostituta mas pulcra

Al desenvainar su pene y encontrarlo vigoroso pero no lubricado

El escupir el agua doraba de sus orines y el no ver peces plateados que pueda cambiar por una
habitación pues le talla la puntilla de su corral

Que se le desaten los cordones y de paso alguien recoja sus poemas y los quiera por las razones
diferentes a las que fue escrito

El amar su obra por unos segundos para luego odiarla toda la vida

No demasiado acido deben ser tus labios o despareceré, permite abrir tu blusa con el viento de un
cumplido repleto de calor y café, tomare un segundos tu cabellos mientras paso mi lengua por el
borde de tu nuca. Castiga mi respiración con tus gemidos arrulladores de mi compostura e
invítame a ser el toro de tus pensamientos, arrasando la tierra y llenando mis cuernos de flores y
sangre, tatuando la mañana en un poema irreconocible para los sobrios, excitado hasta las estepas
de mi reino, destapando la niebla con el lápiz de tus piernas cristalinas a lo lejos. Redobla el bajo
su martillo cuando caes de repente entre pinos, derrapando el frío por la espalda, la cera está
caliente y te veo a los ojos, jugando siempre al azar ya se acabara la máscara de los miedos en una
fugaz noche de muerte al lado de tus figura tan fatal amor espejismo.

Hay un alma que se apodera de mí. Tiene olor a cebolla y bebe a sorbos mi café. Está repleto de
imágenes como un tríptico colgado en un museo vacio que llora. Las pinturas de esta alma son
iguales a las mías, solo la firma es diferente, con el tiempo a cuestas parece desaparecer pero
cuando le pregunto ¿quién es? siempre se convierte en mi sombra donde ocurren los episodios de
destello cristalino pues solo en la oscuridad estalla la luz. He armado un batallón de armadillos y
dos luciérnagas para atacar aquella alma que se baña con el mismo jabón de mandarina, los
armadillos terminaron perdidos entre lo que es mi identidad y el espejo, y las luciérnagas hicieron
el amor en mi olvido y ambas se consumieron como velas de domingo como un dirigible mientras
el alma se apodera cada vez mas de mis huesos pero también se desvanece, se convierte en frío y
lealtad, es el alma que acepte un diciembre de amistad y yo me encontraba en la calle entre las
sobras y villancicos distorsionados por el pasar de los carros debajo del puente.

Maquillaje perfecto barniz hecho de mafle, camuflaje perfecto entre las estrellas hoy sale el humo
de un hormiguero que se cae desde la visita del sol con forma de oso, la arena roja controla tus
mejillas enrojecidas del aceite de las almendras un refrán y magia. Caminando entre lo que puede
ser una rosa y el agua merta de un jarron como el humo desaárece entre los soplos de una ruga en
el estomago de un gorriom y las mirlas batallas por el sol, las palomas son mas blancas pero
defecane entre las ratas, como puede ser limpio algo que respire el veneno y luego pueda el besar
el amor de una vida tan instacta y sincera de una eros sutil por el maquillaje de la naturaleza.

El tiempo lo lleva como nombre pero son las estrellas quienes adornan un poco su gracia de
fantasma cideral, como un soplo de vida despliega sus abanicadas manos recogiendo el
excremento del espacio, dejando a salvo el paso de los asteroides en busca de caricias, los pegasos
transitan entre sus ojos y las andromedas como recuerdos. Repleto de fuerza infinita limpia las
luces apagadas en el espacio, tan solo brotan del planeta tercero lo que será el veneno de una
serpiente por ello el besa la atmosfera de las oscuridad y produce fuego, lunares que devoran la
maleza del tiempo, dando pasos agigantados cambia lo repleto y obsoleto por el vacio y el aire,
porque los planetas respiran la ausencia del otro, resisten la fuerza y el deseo de desaparecer
estallando al hacer el amor. Su aliente reviste de negro lo prostituido por los hombros, a veces
hace juguetes para los dioses de mas allá de la oscuridad y canta mientras revuelca las galaxias, los
calamares vuelven otra vez y dejan sus estrellas, desaparecen y pronto volverán , en el espacio el
deberá con su pecho el consumir el mal y de nuevo dejar la brisa de la nada intacta, la que permite
la creación el big bang, el orgasmo entre el hombre y dios.

Saliendo de repente entre tus cosquilla hay una barcarola de color rosa como tus pechos,
desafiantes en la cera de mi saliva, siempre revelando el lado oscuro de tus piernas elegantes en la
noche, robame la sabia que yo sere sabio en nuestro silencios erótico. Con el dulce de tu sueños te
veo desvelar lo sensual de mi imaginación, respiras la mirada de un hombre tan bestial como yo,
pequeña mujer de papel, escarcha del cielo, relámpago de acero, dáñame la razón para que pueda
rejuvenecer en tus latidos candidos que permiten esta obsecación en la que desnudo me
preguntas si soy real y te cayo con un golpe de mis labios, preguntame si sufro y hundiré mis
manos en mi espalda, dime que me olvidaras para sujetarte del cuello, susurra que no existes y te
penetrare el sexo con mis versos, mujer de cera y sal, somo como pequeñas velas en la carretera
pequeñas a punto de extinguirse por el paso de los carros, con luces en los ojos solo podemos
encontrarnos en lo sincero del cuerpo, húmedo, caluroso pero siempre dispuesto a estallar como
una carta de fuego en una noche de invierno, talla mi mano tus piernas les deja secas pues tengo
sed, el desierto es claro en la oscuridad de mis gritos.

Una imagen repleta de alegorías pasadas es mi fotografía instantánea en mi pupila, los perros
ladran y los entiendo, las gallinas cacarean y gimo, escucho llorar a los hombre y pienso, tan solo
es una aguja en mi pecho pero duele, es de oro quizás no exista pero lleva tu nombre, creando
cataratas de vino en mi papel. Mis letras pasan van buscando quien les castigue en su prosa o en
su verso, aquellas son prostitutas son solo utiles una vez el recordarlas solo podre cuando te
vuelva a tener con el café amargo convirtiéndose en dulce por tus pies marcados de truenos con
forma de venas.

Metal y madera en la casa de mi pajarito amarillo apunto de volar sin recuerdos va a volar, la
puerta esta abierta pero ya no es la libertad a quien dejo ir sino mis recuerdos, conservo la jaula
porque ella es mi alma repleta de firmeza pero también de paz acá no entras los gatos ni podre
morir ahogado pór el agua solo por mi aleteo desesperado de pájaro inmemorio. De repente
saldrá volando mi mente pero jamás volverá, jamás debío haber estado aquí y jamás sabra si
deberá estar allá el primer erros fue el haber nacido sin memoria ye con el dolor el aprender que
la memoria esel pájaro y mi alma la jaula..perdi mucho tiempo.

Una veleta de rojo y blanco se posan como pequeñas hojas de un sauco ya enfermo devorado por
orugas imaginarias que tu estanque deja salir al igual que los palomos con banderas plata hacia
una tierra de distintas horas pero un mismo color en donde la gracia es virtud y tu imaginación la
realidad del hombre que se deleita y derrite ante el cuerpo y sus caricias al viento así como los
gemidos de perro azul que lanza a lo lejos de un camino escrito por una estrella ciega pero que
igual besa lo invisble y a la vez infinito del universo atrapado en tu ojos.

Lenta respiración con aroma a café pequeño cronopio, haz vuelta de pagina cuando duermas y
comienza una nueva realidad, mas bella, mas siniestra porque es propio de nosotros el que la
desgracia eb lka vida de los otros hombres reine pero tu pequeño cronopio besas la imaginación,
haces el amor con cada respiro de ave y mueres a cada eructo de los hombres,

Verte desnuda es una ofrenda a ti atu silencio mientras la nada se aleja porque cuando tengo tu
cuerpo, torneado de dorado por el sol me corre l veneno desde mis ojos a la punta de mis dedos,
mi sexo, hacer el amor es lo único que llena aquella impaciencia pero ya he visto salir a la luna a
lasdos de la tarde no llena, no completa pero lo suficiente para creer que se aman y se besan a
escondidas de los hombres si aquel amor imposible se puede porque el de nosotros, que crecemos
entre el humo de cigarrillo ocasinal, en un pequeño rancho como los hongos en el meson de la
cocina el amarnos tan voras mente como la mordida de los murciélagos enamorados? Sangría de
mi vida, vino rojoa, vino añejo.

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