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TEMA 3

Extracción de
la leche
materna
La mayoría de madres en algún momento
de su lactancia van a necesitar extraerse
leche por una u otra razón. En este dossier
facilitamos información sobre la extracción
y transporte de leche materna que podrás
completar con los informes de
suplementación y conservación.

Motivos para
sacarse la leche
Los motivos para sacarse la leche son
numerosos, y entre ellos cabe destacar:

Provocar el reflejo de
eyección para ayudar al
bebé a tomar
adecuadamente el pecho.

Al principio de la lactancia,
si el bebé es prematuro o
está enfermo.

Para aliviar la ingurgitación.

Para extraer la leche cuando


no es posible dar de mamar
en una toma determinada.

Para mantener la
producción cuando no es
posible dar el pecho.

Para guardar la leche y


dársela al niño en otro
momento.

Para donarla, o donarla a un


banco de leche.

Para extraer y desechar la


leche temporalmente
mientras se toma un
determinado fármaco.

Para ayudar a drenar el


pecho en caso de
obstrucción, mastitis, …

Para iniciar y establecer la


producción de leche en
caso de relactación o
lactancia inducida.

Consideraciones
previas
Antes de empezar una sesión de extracción
de leche, indiferentemente de que ésta se
realice de forma manual o mecánica (con
sacaleches) es importante tener en cuenta:

Lavarse siempre las manos


antes de manipular el
pecho.

Efectuar un masaje en el
pecho.

La liberación de oxitocina y la eyección de


la leche mejoran con estímulos externos: el
llanto del bebé, una foto del niño o el suave
masaje del pecho. La liberación de
prolactina y la producción de leche se
producen por la succión del bebé o por la
estimulación del pecho.

Una vez la madre ha encontrado una


posición cómoda para sentarse
tranquilamente, se descubre el pecho y lo
aprieta suavemente con las puntas de los
dedos desde la periferia hacia la areola. A
continuación se realiza un suave masaje
según los siguientes dibujos:

Al finalizar, frotar suavemente el pezón y la


areola, con el pulgar y el índice, para ayudar
a desencadenar el reflejo de eyección.

Tipos de
extracción
La extracción de la leche puede realizarse
de manera manual o mecánica, según las
preferencias o las posibilidades de la
madre.

Extracción manual
Es un técnica utilizada en todo el mundo
que permite a la mujer familiarizarse con su
pecho y perder el miedo a realizar la
extracción. Para realizar la extracción
manual tan solo es necesario aprender la
técnica sin que se requiera nada más.

Este tipo de extracción es ideal para los


primeros días de postparto, ya que las
cantidades de calostro producidas son muy
pequeñas y así se pueden recolectar en una
cucharita y ofrecerlas al niño.

No muchas mujeres consiguen grandes


volúmenes sin ayuda de un extractor
eléctrico, pero aún así son bastantes las
que prefieren este método, en vez de usar
sacaleches.

Para realizar la extracción manual colocar la


mano en el pecho, para la mayoría de las
mujeres es ser más fácil con una mano
encima de la areola y la otra debajo.

La zona sobre la que hay que apretar está a


unos 3 cm. desde la base del pezón lo que
no siempre coincide con el borde de la
areola. Hay que apretar hacia la pared
torácica y después comprimir el pecho
entre el pulgar y los otros dedos. Seguir
comprimiendo el pecho mientras se separa
la mano de la pared torácica, en una acción
de “ordeño” hacia el pezón, sin deslizar los
dedos sobre la piel.

No hay que estirar, aplastar ni frotar el


pecho. Repetir este movimiento de forma
rítmica a una velocidad que resulte cómoda
y no abrasiva. La mano debe rotarse
alrededor de la mama para masajear y
apretar todos los cuadrantes.

Cada madre desarrolla su propio estilo


natural, por lo que seguir rígidamente un
método puede ser contraproducente. La
eficacia se mide por la comodidad con que
se extrae la leche.

Una sesión de extracción manual puede


durar de 20 a 30 minutos, alternando los
pechos cada 5 o 10 minutos. Puede ser útil
inclinar el cuerpo hacia delante y sacudir el
pecho suavemente.

Extracción mecánica
Tener éxito mediante este procedimiento
dependerá principalmente de la elección de
un buen sacaleches y la complicidad que
se consiga con el aparato, puesto que en
ocasiones el ruido y la situación intimida a
algunas madres. Para elegir un sacaleches
hay que tener en cuenta:

Su eficacia.

Facilidad de uso.

Riesgo de traumatismo en el
pecho.

Facilidad de acceso.

Precio.

Un buen sacaleches debe ser capaz de


drenar el pecho y de estimular la
producción. Debe ser limpio, sin materiales
contaminantes, fácil de usar y atraumático.

Aunque la leche recogida mediante este


procedimiento tiene un mayor riesgo de
contaminación, éste se minimiza si se
procede a una limpieza cuidadosa
posteriormente a cada uso.

También es importante que el frasco


colector pueda usarse para alimentar al
bebé, o para almacenar la leche,
reduciendo al mínimo imprescindible el
número de manipulaciones de la leche
materna.

Hay dos grupos de sacaleches: eléctricos


(algunos se puede usar también a pilas) y
manuales.

Sacaleches eléctricos
hospitalarios
Son usados en las unidades hospitalarias
pero también se pueden alquilar para su
uso domiciliario. Son más eficaces que los
manuales o eléctricos simples, pero
también más caros.

Aunque sus características varían en


función del modelo, sus mayores ventajas
son que estimulan y mantienen la
producción, y que pueden aplicarse a los
dos pechos a la vez.

Entre sus desventajas estarían el ser más


grandes, pesados y más incómodos de
transportar que los otros.

Son ideales en las situaciones en que el


bebé no está en condiciones de colaborar
adecuadamente en la estimulación de la
producción: bebés prematuros,
hospitalizados, lactancia inducida, etc …

Si se trata de sacarse la leche de manera


ocasional o en el lugar de trabajo, otros
tipos de sacaleches serán más adecuados.

Sacaleches eléctricos
dobles
Estos sacaleches son la adaptación de los
sacaleches hospitalarios para un uso
domestico. Su principal característica es la
capacidad de extracción de ambos pechos
a la vez. Lo que consigue aumentar la
eficiencia de la extracción y disminuir el
tiempo que la madre emplea en conseguir
la leche.

Pueden recrear la succión que hace el bebé


para extraer la leche e imitar sus ciclos de
succión para simular de una manera muy
precisa la extracción realizada por un niño.

Tienen un tamaño más reducido que los


hospitalarios, permite a la madre tener un
sacaleches óptimo en casa o en el trabajo.

Su única desventaja es el precio, son


sacaleches bastante caros.

Son ideales en diversas situaciones en que


la madre está en casa o en el trabajo y tiene
que sacar un volumen de leche en poco
tiempo o para conseguir estimular el pecho
para aumentar la producción: niños
prematuros, hospitalizados, lactancia
inducida, relactación… o simplemente para
las madres que quieran optimizar sus
extracciones.

Sacaleches eléctricos
o a pilas individuales
(minieléctricos)
No son tan eficaces como los eléctricos
hospitalarios o dobles para estimular
adecuadamente el pecho, por lo que están
principalmente indicados para mujeres con
la lactancia plenamente establecida y que
necesitan sacarse leche de manera
ocasional o en el lugar de trabajo.

Caben en el bolso y tienen la ventaja, sobre


los manuales, de que no requieren ningún
tipo de esfuerzo físico, y que a la madre le
queda una mano libre para hacer masaje en
el pecho y estimular el reflejo de eyección.
Cuando la leche sale bien, la mano queda
libre para hacer otras cosas como leer,
llamar por teléfono o escribir, una ventaja
no desdeñable para una madre que trabaja
y da el pecho.

También puede usarse en un pecho


mientras el bebé mama del otro. Al igual
que los eléctricos, tienen un dispositivo
para graduar la potencia. Al empezar la
extracción es conveniente ponerlo al
mínimo, e ir aumentando poco a poco la
potencia, hasta encontrar el punto en que la
succión sea más eficaz sin ser agresiva.

Sacaleches manuales
Al igual que los de pilas, los sacaleches
manuales están indicados para
extracciones ocasionales, en casa o en el
trabajo.

Cuentan con la ventaja de ser más fáciles


de encontrar y también más baratos, pero
su utilización requiere que la madre utilice
las dos manos y también que realice un
cierto esfuerzo al tener que bombear con la
mano o el brazo.

Sacaleches de bocina
Comprenden sobretodo los sacaleches de
bocina de bicicleta.

Los peligros de este sacaleches son


muchos pero pueden resumirse diciendo
que es difícil de limpiar, que la leche se
contamina, que un chorro de leche puede
entrar directamente en la perilla de goma
donde se acumulan las bacterias, que hay
que interrumpir la extracción para vaciarlo
continuamente, y que resulta muy
traumático para el pezón, la areola y el
pecho. Por si esto fuera poco no es en
absoluto eficaz. Es el menos recomendable
pero, desgraciadamente, se sigue
vendiendo.

Una modificación de este sacaleches


consiste en colocar un recipiente colector
separable en lugar de la concavidad, así la
leche no refluye y no hay que interrumpir la
extracción para vaciar la bomba, pero el
tubo y la perilla pueden albergar bacterias
porque son difíciles de limpiar. Aunque
puede ser suficiente para un uso temporal,
su eficacia deja mucho que desear.

Sacaleches de cilindro, a
presión o de palanca
Los hay de varios tipos:

Unos son dos simples


cilindros, uno de los cuales
termina en un embudo y
tiene un anillo de caucho o
nilón en la base, el otro
embudo hace la función de
recipiente colector.

Otros, algo más


sofisticados, disponen de
un recipiente colector
independiente de los dos
cilindros que también puede
usarse para administrar o
guardar la leche; este
recipiente puede ser
substituido por una bolsa
para congelación.

Otros disponen también de


recipiente colector pero en
vez de accionarse mediante
un cilindro lo hacen
mediante una palanca o a
presión.

Son sencillos, fáciles de limpiar y su


resultado es bueno en manos de una madre
hábil y experimentada. La duración de una
sesión de extracción mecánica es la misma
que la manual, pero en ambos casos hay
que tener en cuenta de que se trata de
recomendaciones generales.

Muy pronto, una madre que empiece a


sacarse leche, observará que los periodos
en que la leche fluye en gran cantidad y con
fuerza, se alternan con otros en los que el
flujo es lento y más o menos escaso.
También puede ser útil aprovechar éstos
últimos para cambiar de pecho sin estar
rigurosamente pendiente del reloj.

Copas de los
extractores
Un aspecto a tener en cuenta a la hora de
usar el sacaleches es verificar que la
medida de la copa que se va a utilizar sea
la correcta.

Algunas de las marcas que fabrican


sacaleches cuentan con diferentes medidas
de copa, por defecto cuando se adquiere
un sacaleches la copa es la talla mediana.
Pero dependiendo de la medida del pezón
será necesario adquirir una talla más o
menos para facilitar la extracción de leche y
evitar las posibles lesiones en el pezón.

Para conocer la talla de copa óptima es


necesario medir la cara del pezón de
extremo a extremo y sumar 2mm al
resultado obtenido. Una vez la copa
colocada sobre el pezón este debe quedar
libre, sin tocar los bordes del embudo y
permitir la entrada de una pequeña porción
de areola dentro del mismo. Si el pezón
roza con las paredes del embudo o bien
entra demasiada areola en su interior
podemos entorpecer la extracción y acabar
con lesiones o abrasiones en los laterales
del pezón o en la base del mismo.

¿Cómo extraer la
máxima cantidad
de leche?
Para conseguir optimizar la extracción
existen un par de trucos que nos pueden
ayudar a conseguirlo:

Realizar un masaje sobre el


pecho, previo a la
extracción.

Si el sacaleches es
individual hacer dos ciclos
en cada pecho: primero uno
hasta que deje de salir
leche, el segundo hasta que
deje de salir leche, vuelta al
primero hasta que deje de
salir leche y finalizar la
extracción en el segundo.

Mientras se extrae leche


comprimir con la mano la
parte superior o lateral del
pecho intentando que la
copa no pierda el vacío, en
el caso que el pecho se
pequeño este movimiento
puede ser complicado.

Terminar la extracción de
manera manual en ambos
pechos.

Transporte de la
leche materna
Si la extracción se realiza fuera del
domicilio (por ejemplo, en el lugar de
trabajo) puede ser útil disponer de una
pequeña nevera portátil. En el mercado
pueden encontrarse neveras específicas
que incluyen un departamento para el
sacaleches, pero cualquier nevera de playa
realizará la misma función y probablemente
será más económica.

La madre puede introducir cada mañana


una bolsa o bloque de hielo en la nevera y
llevársela al trabajo. Después de extraerse
la leche y depositarla en los recipientes
para transportarla (El mismo colector del
sacaleches, bolsa de plástico, potecitos de
análisis, recipientes específicos,…) éstos se
guardan dentro de la nevera en la que
viajan de regreso al domicilio. Una vez allí
pueden guardarse en el frigorífico para
consumirse en los días siguientes o bien
congelarse si no se van a usar.

Si el bebé va a ser alimentado en una


guardería, la madre puede disponer de una
segunda nevera. Cada mañana puede
sacar los recipientes con leche extraída del
frigorífico y tras depositarlos en esta
nevera, transportarlos hasta la guardería.
Con toda probabilidad la guardería
dispondrá de frigorífico propio donde
almacenar la leche hasta que se la den al
bebé, pero de no ser así también puede
guardarse en la misma nevera en la que ha
sido transportada.

Aunque cuanto más refrigerada esté y


menos cambios de temperatura sufra la
leche tanto mejor, si en el lugar de trabajo o
guardería existe frigorífico y la temperatura
ambiente no es excesivamente alta, el
transportarla dentro de una nevera puede
no ser necesario.

Resumen basado en:

Ruth A. Lawrence: La Lactancia Materna:


Una guía para la profesión médica. Mosby,
1996

Artículo redactado por Alba Padró. Asesora de


Lactancia de ALBA. IBCLC.
Revisado por Eulàlia Torras. Asesora de
Lactancia de ALBA.

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Tema 3 Temario

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