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1. Las capitulaciones de Santa Fe.

Las Capitulaciones de Santa Fe son un documento escrito por los Reyes Católicos el 17 de
abril de 1492 en la localidad de Santa Fe, a las afueras de Granada, que recoge los acuerdos
alcanzados con Cristóbal Colón relativos a su expedición planeada por el mar hacia occidente.
En el documento se le otorgan a Cristóbal Colón los títulos de almirante, virrey y gobernador
general de todos los territorios que descubriera o ganase durante su vida. También se le concedió
un diezmo de todas las mercaderías que hallase, ganase y hubiese en los lugares conquistados. El
texto fue redactado por el secretario Juan de Coloma y el original, hoy perdido, fue firmado por
los dos monarcas. Las Capitulaciones de Santa Fe significaron un reparto anticipado entre Colón
y los Reyes Católicos de los beneficios que reportaría la conquista de lo que después se
llamaría América. Con esos beneficios, Colón logró un rápido ascenso social, al pasar a formar
parte de la nobleza cortesana.
Existe controversia sobre varios aspectos de las Capitulaciones. Durante los pleitos colombinos se
discutió su naturaleza jurídica: mientras que los herederos de Colón afirmaron que representaba
un contrato vinculante, la Corona defendió que se había tratado de una mera merced revocable; la
cuestión sigue siendo debatida hoy día. Por otra parte, el encabezamiento del documento afirma
que Colón «ha descubierto» ciertas tierras, lo cual ha dado argumentos a los partidarios de un pre-
descubrimiento de América anterior a 1492. Otros aspectos del texto que han suscitado
interpretaciones encontradas son el tratamiento de «Don» otorgado a Colón y la concesión de los
títulos de manera inmediata, que contrastan con una merced posterior, la Real Provisión del 30 de
abril de 1492, que condiciona los títulos al hallazgo efectivo de nuevas tierras y no utiliza el Don
al mencionar a Colón. Esto ha dado pie a la teoría de que el documento pudo ser modificado en
1493 tras el retorno de Colón de su primer viaje a las Indias.

2. Los Viajes de Cristóbal Colon.


Cristóbal Colón, en representación de los Reyes Católicos de Castilla y Aragón, reinos españoles,
realizó cuatro famosos viajes desde Europa a América en 1492, 1493, 1498 y 1502. En el primero de
ellos llegó a América el 12 de octubre de 1492, a una isla de las Bahamas llamada Guanahani.

A partir del segundo viaje de Colón, descubrimientos, conquista militar, e invasión progresaron
conjuntamente. Durante los veinte años que separan 1499 de 1519, cuando empezó la empresa
de Fernando de Magallanes, tuvieron lugar los llamados «viajes de descubrimiento y rescate» «viajes
menores» o «viajes andaluces», capitulados por la corona española con empresarios privados
quebrando el discutido monopolio colombino. En el primero de estos participó Américo Vespucio, a
quien se ha atribuido ser el primer europeo en proponer que las tierras a las que Colón había llegado
no eran en realidad parte de Asia, sino de un continente desconocido para los europeos y de cuyo
nombre de pila deriva el nombre de «América».

3. Descubrimiento de la isla.
La isla Hispaniola, donde se ubica la República Dominicana, fue descubierta por Cristóbal
Colón, durante su primer viaje al Nuevo Mundo, el 5 de diciembre de 1492. Fue colonizada
por los españoles, quienes dejaron su huella manifestada a través de monumentos,
fortificaciones, iglesias, así como el exterminio de la raza taina, que se extinguió por completo
en menos de trece años, siendo reemplazada por esclavos africanos utilizados en la industria
azucarera. Luego vino la colonia Saint Domingue en la parte occidental de la colonia de Santo
Domingo, cuyas relaciones se caracterizaron por constantes luchas por el dominio territorial.
La nueva colonia quiso apoderarse de la parte oriental y cuando logró liberarse de Francia en
1804, invadió la colonia de Santo Domingo hasta que obtuvo su independencia el 27 de
febrero del año 1844 y nació como nación bajo el nombre de República Dominicana.

4. El proceso de conquista de la isla.


La conquista de América fue el proceso colonialista a través de la sucesión de guerras y conflictos
militares ocurridos en el continente americano emprendidos por las monarquías europeas, o en su
nombre, con el propósito de incorporar dichos territorios y los indígenas a sus dominios. Para ello se
emplearon voluntarios y mercenarios armados organizados por empresarios militares, que podían
emplear huestes reales, y que actuaban en nombre de la corona, generalmente sin que dichas
organizaciones formaran parte del ejército del rey. La exploración, conquista
militar y asentamiento del denominado Nuevo Mundo comienza con Cristóbal Colón en 1492, a favor
de Castilla, lo que luego sería España, y seguidamente la emprendieron otras potencias atlánticas
como Portugal, Inglaterra, Francia u Holanda.
Estos conflictos militares tuvieron su justificación en unas llamadas «causas justas» de la guerra contra
los indígenas basadas en las doctrinas del Derecho natural europeo, y cuyos pilares eran la
superioridad de los estados europeos, la inobservancia de ley natural por los indígenas, la predicación
de la fe religiosa, y la preservación frente a los sacrificios humanos. Este proceso colonial dio lugar a
regímenes virreinales y coloniales, que resultaron en la asimilación cultural de la mayor parte de
poblaciones indígenas, y su sumisión ante las potencias conquistadoras.
Las riquezas de América permitieron que toda Europa creciera, no solo España y Portugal. Este
proceso dio lugar a la importación de nuevos productos agrícolas en Europa como el tomate, el maíz,
la papa o el cacao, productos que tuvieron un gran impacto también en la economía y en los hábitos
europeos de otros continentes. Igualmente, la llegada de las variedades agrícolas y diversidades
ganaderas de Eurafrasia produjo un cambio en el paisaje productivo y alimentario del continente
americano. La introducción de minerales americanos impulsó enormemente la economía europea, pero
al mismo tiempo creó situaciones de alta inflación. En los siglos posteriores, el oro y
la plata desempeñaron una función importante en el nacimiento del capitalismo, principalmente en los
Países Bajos, el Reino Unido y Francia. Este fue un proceso casi permanente, ya que algunas
sociedades indígenas opusieron una resistencia constante mientras que otras nunca fueron asimiladas
completamente.
España fue la que empezó la conquista y descubrimiento de la mayor parte de América, debido a que
fue el país que obtuvo el patrocinio para este viaje y hazaña por medio de los Reyes Católicos.
Mediante una bula del papa Alejandro VI, se declaró legítima la posesión española de todas las tierras
encontradas más allá de trescientas leguas al oeste de las islas Azores. Más tarde, una ligera
modificación repartió el continente americano entre las potencias de España y Portugal, lo cual
quedaría ratificado en el Tratado de Tordesillas. Sin embargo, otras potencias europeas emprendieron
una conquista y colonización en América posteriormente, a menudo compitiendo entre ellas y con los
imperios ya existentes. Entre ellas se encuentran: Francia, Holanda, Inglaterra, e incluso Dinamarca-
Noruega, Rusia o Suecia.
Los pueblos originarios americanos dominantes intentaron oponerse a la ocupación de los europeos, a
pesar de encontrarse en desventaja desde el punto de vista de la tecnología bélica. Las armas y las
técnicas de guerra españolas y de las otras potencias europeas eran más avanzadas respecto a las
indígenas. Los europeos conocían la fundición, la pólvora y contaban con caballos y vehículos de
guerra. Los americanos, en cambio, contaban con una tecnología lítica y carecían de animales de
carga, a pesar de ser superiores en número y en conocimiento del territorio. No obstante, el
establecimiento de alianzas de los capitanes españoles con líderes nativos fue decisivo para equilibrar
el número de combatientes. Las enfermedades que los europeos llevaron a América —para las cuales
los indígenas carecían de defensas— cobraron cientos de miles de vidas y fueron un factor que debilitó
las sociedades americanas que, en medio de la guerra, tuvieron que enfrentarse también con el desastre
epidemiológico. La historia de este proceso ha sido relatada principalmente desde el punto de vista de
los europeos. Salvo en el caso de los mesoamericanos, la gran mayoría de los pueblos indígenas
desconocían la escritura. De hecho, los registros de los hechos desde la perspectiva indígena consisten
principalmente en relatos recuperados algunos años después por los propios europeos. Se cuenta con
ellos en los casos de Nueva España, Perú y Yucatán.

5. Resistencia indígena a la conquista.


Las diversas manifestaciones de lucha de los grupos indígenas por evitar la desarticulación social,
poblacional, territorial y cosmogónica de sus respectivas sociedades, durante el violento proceso de
conquista y colonización española se ha denominado “Resistencia Indígena”.

Estas acciones en defensa de los territorios y la identidad sociocultural de los pueblos indígenas, dieron
muestra de valor y coraje. Expresando con determinación la forma más efectiva de defensa de lo propio, la
resistencia armada.

La heroica resistencia de los pueblos indígenas asentados en los actuales territorios de la República de
Nicaragua, manifestó una arraigada tradición de lucha: inteligente, tenaz, valiente y combativa, la cual se
prolongó en el tiempo, tomó diversas expresiones y mantuvo su firmeza al rechazar siempre la esclavitud
y la sumisión como opción de vida.

Destaca entre las expresiones de la resistencia indígena la creativa “huelga de úteros” desarrollada por las
mujeres indígenas, que consistió en la negativa de las mismas a continuar procreando hijos para no darle
más esclavos al conquistador español.

El doctor Alejandro Dávila Bolaños en su obra “El Güegüense”, reflexiona respecto a la huelga de úteros
y manifiesta: “Singular protesta, única en su género, que nos demuestra el temple y la calidad moral de
las indígenas, que preferían renunciar al instinto primario de perpetuarse en el espacio-tiempo, antes de
traer hijos que vivieran en la indignidad humana».

Estas manifestaciones de resistencia indígena se constituyeron en expresiones motivadoras que marcaron


la conciencia combativa de los grupos autóctonos, en pro de la justicia y la libertad, anhelos que estuvieron
presentes en diversos momentos de la historia nacional y particularmente en los pueblos de León, Masaya,
Granada y Rivas, impulsando las acciones pre independentistas entre los años 1811 y 1812.

6. Fundación de la villa de la Isabela y de la ciudad


de santo domingo.
Para evitar las represalias de los pobladores originarios de la isla, los indios tainos, Colón decidió fundar
una nueva colonia en una ensenada más al este, en la costa norte de la actual República Dominicana. La
nueva colonia fue llamada La Isabela, en honor a la reina Isabel I de Castilla, y tuvo también una vida
efímera al quedar despoblada pocos años después. La Isabela es considerada la primera ciudad fundada por
los españoles en el nuevo mundo ya que, a diferencia del Fuerte Navidad, tenía características de ciudad,
con edificios en piedra, una iglesia y un hospital, así como lo relató Bartolomé de las Casas.
En 1496 Colón vuelve nuevamente a España, dejando su hermano menor Bartolomé Colón como
gobernador de la isla. Bartolomé empezó a explorar la parte sur de la isla, en particular la desembocadura
del río Ozama donde el 5 de agosto 1496 fundó La Nueva Isabela, que más tarde tomará el nombre de
Santo Domingo. La Nueva Isabela fue fundada en la orilla oriental del río Ozama y al ser destruida por
un huracán en 1502, fue refundada en la orilla opuesta por el Gobernador Nicolás de Ovando.

Bajo el gobierno de Nicolás de Ovando y sucesivamente de Diego Colón, hijo de Cristóbal, Santo Domingo
empezó a desarrollarse y fueron construidos algunos de los esplendidos edificios que todavía son
parte de la ciudad.

Los edificios coloniales más importantes de la ciudad incluyen entre otros: la Catedral de Santa María La
Menor, llamada Catedral Primada de América; el Alcázar de Colón, primer castillo de América y residencia
del Virrey de las Indias, don Diego Colón; el Monasterio de San Francisco, las ruinas del primer monasterio
en América; el Museo de las Casas Reales, el antiguo Palacio del Gobernador General; la Fortaleza Ozama,
la más antigua fortaleza en América; el Panteón de la Patria, un antiguo edificio jesuita que acoge los restos
de varios insignes representantes de la Orden de los Dominicos; y la Iglesia del Convento Dominico, el
primer convento en América.

En 1990 la zona colonial de Santo Domingo ha sido declarada Patrimonio de la Humanidad por la
Organización de las Naciones Unidas para la Educación y la Cultura (UNESCO) y en la actualidad se
encuentra en un amplio proceso de remodelación para preservar el importante patrimonio histórico que
representa.

7. La factoría Colombina.
La factoría colombina fue una forma de intercambiar bienes entre la Corona española y sus colonias en el
nuevo continente. Comenzó como un intercambio comercial cuyo nombre proviene de Columbus o Colón.

Colón fue el navegante genovés que, buscando la ruta más corta para llegar a la India, se topó con las tierras
del luego llamado continente americano.

El principal motivo por el que Europa estaba interesada en las nuevas tierras era puramente económico. Por
ese motivo, Colón se abocó a conseguir oro desde su llegada. Las primeras islas a las que arribaron los
exploradores fueron La Española (actual República Dominicana y Haití), Cuba y Jamaica.

Los pobladores eran gentes amistosas y les dieron la bienvenida a los exploradores. A pesar de ello, no
toleraban el abuso ni el maltrato de los recién llegados, respondiendo violentamente a estos para defender
sus tierras y sus vidas.

Primer periodo de la factoría colombina


En un principio los españoles ofrecían a los taínos artefactos y objetos europeos y los intercambiaban por
oro.

Esto duró mientras los indígenas estuvieron dispuestos a realizar el trueque y les divertía obtener objetos
que para ellos eran exóticos y desconocidos. Además, el oro no tenía para los aborígenes ningún valor
especial.

Enseguida comenzaron a llevar a los aborígenes a Europa engañados y se lucraban con su venta como
esclavos en Europa.

Todo esto ocurrió durante el primer año después de la llegada a las nuevas tierras, entre los años 1493 y
1494.
8. Las Bulas papeles.
Las bulas son unos archivos que tratan comúnmente asuntos políticos o religiosos, en la situación de
contener sello papal se sabe como bula papal o bula pontificia. Estas son expedidas por la Cancillería
Apostólica Papal sobre asuntos de la gestión clerical e inclusive civil. El sello papal es una pequeña
medalla de plomo con una cruz en medio y una representación de San Pedro y San Pablo y en el
reverso el nombre del papa del instante y el año de pontificado.

Bulas Alejandrinas es el nombre colectivo que se da al grupo de documentos pontificios: 5 manuscritos


en latín sobre pergamino, los cuales tienen dentro las bulas papales concedidas en 1493 por el papa
Alejandro VI, con las cuales se sientan las bases del derecho universal. En 1493, a partir del primer
viaje de Colón, se originaron una secuencia de disputas entre los reinos de Portugal y España, ya que
el Monarca Juan II de Portugal reclamaba todos los países descubiertos por Colón. Para Terminar con
ese altercado, los Reyes Católicos, Fernando e Isabel, solicitan la participación del nuevo Papa
Alejandro VI.

9. Posición de sectores de la iglesia Católica frente a


la situación de los Aborígenes.
La Iglesia Católica ha decidido tomar un rol más activo para la defensa de los derechos humanos de los
pueblos indígenas y no indígenas en Latinoamérica frente a los impactos de las actividades extractivas. De
esta manera puede resumirse el tenor de la audiencia temática del último 19 de marzo solicitada por un
conjunto de organizaciones religiosas católicas reunidas en la Red Eclesial Pan Amazónica ante la
Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH). Esta fue la oportunidad para que un grupo de
obispos, liderados por monseñor Pedro Barreto (arzobispo de Huancayo), plantee ante este organismo
internacional una serie de casos, demandas y propuestas relacionados a afectaciones de derechos y
condiciones de vida de pueblos indígenas y no indígenas consecuencia de actividades extractivas.

10. La Rebelión de Francisco de Roldan y la


destitución de Cristóbal Colon Gobernador de la
isla.
A las rebeliones de Bernal Diaz de Pisa y de Pedro de Margarit hay que sumar una nueva, y tan sólo en 5
años de gobierno de los Colón. Esta vez fue una persona de confianza de Cristóbal Colón, Don Francisco
de Roldán, natural de Torredonjimeno (Jaén-España). Trabajó en su servicio doméstico durante muchos
años, y poco a poco gracias a su astucia y dedicación fue ocupando distintos cargos, siempre bajo el
paraguas protector del almirante, hasta llegar al tercer cargo más importante entre los españoles de la
isla: alcalde mayor de la Española.

En 1497 la situación en la Isabela era desastrosa, llevaban más de un año sin recibir víveres y no había
noticias del almirante ni de ningún barco español. Tras el disgustado regreso de Boyl y Margarit se pensó
que las acusaciones de éstos contra Colón habrían provocado su condena y su más que probable ejecución.
Con más razón pensando en las pesquisas que hizo el juez Juan de Aguado en las que el almirante no
quedaba muy bien parado.
En la isla estaban al frente el adelantado Bartolomé Colón como gobernador y Francisco Roldán como
alcalde mayor de la Española. La forma de llevar las cosas y la dureza con que trataba a los españoles
levantó muchas protestas y desencantos. Ante este estado de cosas Roldán comenzó a recabar la opinión de
distintas personas de su confianza con la idea de salir de la isla lo antes posible o por lo menos de emprender
medidas que mejorasen la situación, siendo una de las primeras la de retirar del poder a los Colón.
El detonante de la rebelión fue la solicitud de Roldán de reflotar una carabela que habían sacado del mar
los Colón en la Isabela, probablemente como medida de precaución para que no fuera tomada por los
rebeldes, y así volver a Castilla. Diego Colón denegó la petición argumentando que el buque no tenía
cuerdas ni el equipo necesario para el viaje. Lo curioso es que dicho barco acababa de regresar
de Xaragua de recoger el tributo (algodón y cazabe) de Behechio y de transportar estas mercancias hasta
la Isabela. Esta situación de encierro y de no poder salir de la isla les convenció definitivamente de que
había que hacer algo. Diego Colón se los quiso quitar de encima enviándoles a la Vega para exigir un
tributo a unos indios que se negaban a pagarlo. Para Roldán ésta fue la excusa perfecta para perderse por la
isla y buscar apoyos.

el 23 de agosto de 1500, llegó a la ciudad de Santo Domingo, el comendador Francisco de Bobadilla, quien
había sido nombrado por la Corona Española, Gobernador de la colonia de Santo Domingo.

Francisco de Bobadilla sustituyó a Cristóbal Colón, quien fue enviado preso a España, luego de que su
administración y la de su hermano Bartolomé, fuera cuestionada por acciones deshonestas.

En el año 1496, se produjo la rebelión que encabezó el Alcalde Mayor de la Isabela, Francisco Roldán. En
ese momento Cristóbal Colón se encontraba en España en busca de apoyo para nuevas misiones de
descubrimiento.

La rebelión de Roldán fue una expresión de rechazo a la gestión de Cristóbal Colón y su hermano
Bartolomé, quienes eran acusados de aprovecharse de sus posiciones oficiales en la Colonia de Santo
Domingo.

Por ello, en el año 1500 Cristóbal Colón fue detenido en Santo Domingo y enviado a España para que
respondiera las acusaciones.

Francisco de Bobadilla estuvo en funciones hasta julio de 1502 cuando entregó la Gobernación a Nicolás
de Ovando, quien entre sus primeras medidas dispuso el envío a España de Francisco de Roldán y sus
allegados.

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