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1 Introducción
Una radiación se entiende como ionizante, cuando al interaccionar con la materia produce la
ionización de los átomos de la misma, es decir, origina partículas con carga eléctrica (iones). Su
origen es siempre atómico, pudiendo ser corpusculares o electromagnéticas.
Hay dos conceptos fundamentales que caracterizan a las radiaciones ionizantes: su capacidad de
ionización es proporcional al nivel de energía, y la capacidad de su penetración es inversamente
proporcional al tamaño de las partículas.
٭Radiaciones alfa (α): Son núcleos de helio cargados positivamente. Presentan un alto poder de
ionización y una baja capacidad de penetración.
Átomo radiactivo
٭ Radiaciones beta + (ß+): La emisión de un positrón, partícula de masa igual al electrón y de
carga positiva, es conocida como desintegración ß +. Es el resultado de la transformación
de un protón en un neutrón y un positrón. Todas las radiaciones ß
tienen un poder de ionización algo inferior a las γ y un mayor poder de penetración.
٭Radiaciones gamma (γ): Es la emisión de energía en forma no corpuscular del núcleo del
átomo. Son radiaciones electromagnéticas. Presentan un poder de ionización relativamente
bajo y una gran capacidad de penetración
٭Los neutrones, son liberados durante los procesos de fisión de los núcleos de uranio. No
poseen carga eléctrica y su masa es la unidad, no son detenidos por interacción a distancia,
sino solamente por choque directo con los núcleos de la materia atravesada. Es muy difícil
y complejo producir neutrones sin acoplamientos de rayos γ y rayos X.
Medicina
Medicina nuclear.
Radiodiagnóstico.
Radioterapia.
Análisis
.
Industria
Radiografía.
Centrales nucleares.
Equipos analíticos, medidas de espesores le láminas
Otros
Medidas de contaminación ambiental.
Medición de caudales, velocidades, etc.
Transporte de sedimentos.
Fechado de eventos geológicos o artísticos.
Restauración de objetos.
Conservación de alimentos.
Mejora cultivos agrícolas.
Erradicación de plagas
Las radiaciones ionizantes no pueden ser vistas, ni sentirse, ni siquiera percibirse por el cuerpo. El
daño que produce al tejido humano depende de la energía absorbida por el tejido como
consecuencia de la ionización.
La unidad manejada para la dosis es el Gray (Gy); en protección radiológica la unidad más utilizada
es el Sievert (Sv).
La radiación neutrónica sólo puede detectarse utilizando medidores de tasas de dosis especial.
DOSIS ABSORBIDA (X), se define como la energía que deposita una radiación en la unidad de
masa del material irradiado. La correspondiente unidad, en el Sistema Internacional es el julio de
energía absorbida por kilogramo de sustancia irradiada, a la que se llama Gray y se representa por el
símbolo Gy.
Por sus efectos biológicos sobre los seres visos, y tal como se detallará más
adelante, un Gray representa una dosis relativamente intensa, por lo que se
usa frecuentemente el miligray (mGy) e incluso el microgray (Gy).
Tradicionalmente se venía usando el Rad equivalente a la centésima de
Gray.
La dosis total absorbida de una radiación, ha sido definida independientemente del tiempo
que haya durado la irradiación. Un individuo puede recibir una dosis total de 10 mGy en un minuto,
por hallarse accidentalmente en un campo de radiación muy intenso, o en varios años vivir en un
campo de radiación débil como es el de la radiación natural ambiente. Se define por ello la tasa de
dosis como la dosis recibida por unidad de tiempo y se suele expresar en Grays/hora o en
mGy/hora. Trabajando por ejemplo en un ambiente donde exista un nivel de radiación de 0,1
mGy/hora, durante 40 horas semanales, se recibirá una dosis de 4 mGy, valor normalmente
superior, como se verá más adelante, al legalmente admitido en las normas vigentes.
DOSIS EQUIVALENTE (H) , las radiaciones ionizantes al ceder energía a los tejidos de los
organismos vivos que atraviesan, perturban el comportamiento químico de los constituyentes de las
células afectadas, algunas de las cuales pueden autorregenerarse, mientras que otras resultan
irreparablemente dañadas.
Para tratar de evaluar cuantitativamente el daño biológico producido por una radiación, se hace
preciso definir una nueva magnitud, ya que dicho daño no depende solamente de la energía cedida
por la radiación a la masa de tejido irradiado, sino que depende también del tipo de radiación, así
como de la parte del organismo afectada.
El distinto daño biológico que produce una misma dosis absorbida de distintas radiaciones se
expresa a través del llamado factor de calidad Q, característico de cada tipo de radiación y que viene
dado en la tabla que se muestra a continuación.
Se define la dosis equivalente resultante de una irradiación del organismo, como el producto de la
dosis absorbida, por el factor de calidad de la radiación incidente. En el Sistema Internacional la
unidad de dosis equivalente es el Sievert (Sv), correspondiente a la dosis absorbida de 1 Gray,
multiplicada por el factor de calidad Q.
Así pues, se tiene:
Dosis equivalente (Sieverts) = Q x Dosis absorbida (Grays)
La tasa de dosis equivalente, o dosis por unidad de tiempo, se expresa generalmente en
Sv/hora. La antigua unidad tradicional de dosis era el Rem que equivale a 10 mSv.
Como se ha señalado anteriormente, las radiaciones ionizantes no son accesibles directament a los
sentidos. Siendo necesario equipos que nos avisen de su presencia y además nos permitan
cuantificarla.
Lo importante es determinar la dosis que produce la irradiación, evitando la que existe en el
ambiente de trabajo y en el entorno laboral. Para ello puede hacerse mediante:
Monitoreo ambiental o de área; existen distintos tipos de monitores (monitores personales,
de medición portátil y de medición no portátil). Si se tiene en cuenta el fenómeno de
interacción de la radiación con la materia se
pueden clasificar en :
Detectores de centelleo.
Detectores semiconductores.
Detectores de cámara de gas: cámaras de ionización,
contadores proporcionales, contadores Geiger – Müeler.
Detectores de termoluminiscencia.
Dosimetrías personales.
Equipos de medida
Se pueden clasificar en:
Equipos de medida de nivel de radiación o tasa de dosis, pueden ser fijos o
portátiles y miden en unidades de tasa de exposición o tasa dosis.
Equipos de medida de contaminación superficial, pueden ser fijos en especial
para medidas de herramientas y personas, o portátiles para superficies, suelos,
materiales diversos, etc. Miden en unidades c.p.s. – Cuentas impulso por
segundo.
Equipos de medida de contaminación ambiental, son fijos y miden partículas,
aerosoles o gases radiactivos en el aire. Se mide en unidades c.p.s.
Para la vigilancia radiológica individual se emplean tres tipos de dosímetros:
Dosímetros de bolsillo, se lleva a cabo mediante ligeros dispositivos que generalmente se
prenden de las ropas de trabajo y que proporcionan, a posteriori las dosis de radiación
absorbida durante el tiempo de exposición, que puede ser de horas, días o semanas. Tales
dispositivos llamados personales o de bolsillo, pueden ser de tres tipos: de ionización, de
película fotográfica y de termoluminiscencia.
Dosímetro de película
Dosímetros de película fotográfica, se basan en que las emulsiones fotográficas se
ennegrecen u oscurecen por la radiación ionizante. Midiendo la intensidad del
ennegrecimiento, tras el revelado, se puede deducir la dosis de radiación que ha alcanzado a
la película fotográfica.
Dosímetro de película
Dosímetros termoluminiscentes. La radio - termoluminiscencia es la propiedad que poseen
algunos cristales como el LiF o CaF 2, que emiten luz sensibles al calentarlos después de
haberlos expuesto a radiaciones ionizantes. La intensidad o cantidad de luz emitida por
estos cristales es proporcional a la radiación recibida. Es de mayor precisión que los
dosímetros fotográficos, es también un método rápido, sensible, requiere medidas de
precisión aunque es un poco caro.
Para este tipo de dosímetros es muy importante la colocación y manutención cerrada. Se emplean
para evaluar la dosis individual del personal expuesto. Es conveniente que sean de reducido tamaño,
fuertes y económicos, permitiendo una lectura rápida y simple.
1.4 Interacción con el organismo. Efectos biológicos
El daño biológico producido tiene su origen a nivel macromolecular, en la acción de las radiaciones
ionizantes sobre las moléculas de ADN (ácido desoxirribonucléico) que juegan una importante
función en la vida celular. Esta acción puede producir fragmentaciones en las moléculas de ADN,
dando origen a:
٭Aberraciones cromosómicas.
٭Muerte celular.
٭ De carácter somático, daños en el propio individuo, que puede ser inmediato o diferido.
La relación dosis-respuesta puede ser probabilística (efecto estocástico), no existiendo una dosis
umbral, o bien puede haber una relación directa causa-efecto (efecto no estocástico o gradual) lo
que ocurre a partir de una determinada dosis denominada "dosis umbral" (0,25 Sv).
Relación dosis-respuesta
El individuo está expuesto a una fuente de radiación no dispersa, externa al mismo y no hay un
contacto directo con la fuente. Puede ser global o parcial.
Contaminación radiactiva
El organismo entra en contacto directo con la fuente radiactiva, la cual puede estar dispersa en el
ambiente (gases, vapores o aerosoles) o bien depositada en una superficie. Puede ser interna o
externa.
Formación e información
Límite de dosis.
Son los valores que pueden recibir las personas expuestas y que nunca deben ser sobrepasados
aunque pueden ser rebajados de acuerdo con los estudios de optimización y justificación adecuados.
Los límites anuales de dosis se encuentran recogidos en el “Reglamento de Protección Sanitaria
contra radiaciones Ionizantes, R.D. 783/2001, de 6 de julio” , si desea consultar su contenido lo
tiene disponible en BIBLIOTECA. La vigilancia radiológica constituye parte esencial de todo
programa de prevención de riesgos de las instalaciones radiactivas para poder garantizar que ni los
trabajadores ni el público en general, reciban dosis de radiación indebidas o superiores a los límites
establecidos.
Medidas dosimétricas
En toda instalación radiactiva debe llevarse a cabo un control dosimétrico individual y ambiental,
en función de la clasificación de la zona y del tipo de radiación emitida.
Por razones de vigilancia y control radiológico, los trabajadores profesionalmente expuestos, se
clasifican en dos categorías:
Categoría A: Personas que no es improbable que reciban dosis superiores a 3/10 de alguno de los
límites anuales de dosis.
Categoría B: Personas que es muy improbable que reciban dosis superiores a 3/10 de alguno de los
límites anuales de dosis.
En las zonas controladas (trabajadores profesionalmente expuestos de categoría A) es obligatoria la
dosimetría individual que mida la dosis externa representativa de la dosis para la totalidad del
organismo. Si existe riesgo de contaminación parcial, se deberán utilizar dosímetros adecuados a las
partes potencialmente más afectadas. En el caso de existir riesgo de contaminación interna, los
trabajadores expuestos estarán obligados a la realización de medidas o análisis adecuados para
evaluar las dosis correspondientes. Las medidas dosimétricas deberán tener una periodicidad
mensual para la dosimetría externa y la periodicidad que en cada caso se establezca para la
dosimetría interna cuando exista riesgo de incorporación de radionucleidos.
Los trabajadores profesionalmente expuestos de la categoría B no están obligados al uso de
dosímetros personales, siempre y cuando se disponga de dosimetría de área o de zona en los lugares
de trabajo.
El sistema dosimétrico utilizado para la determinación de las dosis individuales será el adecuado
para cada tipo de radiación, siendo los más frecuentes el de placa fotográfica, el de
termoluminiscencia y el de cámara condensadora de lectura directa.
Es obligatorio registrar todas las dosis recibidas durante la vida laboral de los trabajadores
profesionalmente expuestos mediante un historial dosimétrico individualizado, que debe estar en
todo momento a disposición del trabajador. Estos historiales deben guardarse por un periodo
mínimo de 30 años, contados a partir de la fecha de cese del trabajador.
Vigilancia médica
Todo el personal profesional mente expuesto está obligado a someterse a un reconocimiento médico
con una periodicidad anual y dispondrá del correspondiente protocolo médico
individual izado, que deberá archivarse durante al menos 30 años desde el cese del trabajador en la
instalación radiactiva.
Al personal que se incorpore de nuevo a una instalación radiactiva se le deberá efectuar un examen
médico exhaustivo, según las especificaciones indicadas por el Consejo de Seguridad Nuclear, que
permita conocer su estado de salud, su historia laboral y, en definitiva, su aptitud para el puesto de
trabajo solicitado.
La vigilancia médica de los trabajadores profesionalmente expuestos, será realizada por un servicio
médico especializado, propio o contratado, que deberá estar debidamente autorizado por el órgano
de la Comunidad Autónoma competente en materia de sanidad, previo informe del Consejo de
Seguridad Nuclear.
Las funciones de protección radiológica son responsabilidad del titular de la instalación, siendo el
Consejo de Seguridad Nuclear quien decidirá si deben ser encomendadas a un Servicio de
Protección Radiológica propio del titular o a una Unidad Técnica de Protección Radiológica
contratada al efecto.
IRRADIACIÓN EXTERNA
Las normas básicas de protección contra la radiación externa dependen de tres factores:
Cuando hay riesgo de contaminación radiactiva, las medidas de protección tienen por objeto evitar
el contacto directo con la fuente radiactiva e impedir la
dispersión de la misma. Como norma general, el personal que trabaja con
radionucleidos deberá conocer de antemano el plan de trabajo y las
personas que lo van a efectuar. El plan de trabajo contendrá información
sobre las medidas preventivas a tomar, los sistemas de
descontaminación y de eliminación de residuos y sobre el plan de emergencia.
Las instalaciones radiactivas deberán estar proyectadas convenientemente para evitar o reducir al
mínimo posible la evacuación de residuos radiactivos al medio ambiente, tanto en régimen normal
de funcionamiento como en caso de accidente. Los residuos radiactivos exigirán una gestión
diferenciada y específica, totalmente separada de los sistemas de almacenamiento, tratamiento y
evacuación del resto de residuos.
Los residuos radiactivos deberán almacenarse en recipientes cuyas características proporcionen una
protección suficiente contra las radiaciones ionizantes, considerando las condiciones del lugar de
almacenamiento y la posible dispersión o fuga del material radiactivo. Los recipientes que
contengan residuos radiactivos estarán convenientemente señalizados.
Deberá llevarse un registro por duplicado para cada recipiente en el que se consignarán los datos
físicoquímicos y, si es posible, la actividad, así como los valores
máximos del nivel de exposición en contacto y a un metro de distancia del
recipiente y la fecha de la última medición efectuada.