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Esta es una copia digital de un libro que, durante generaciones, se ha conservado en las estanterías de una biblioteca, hasta que Google ha decidido
escanearlo como parte de un proyecto que pretende que sea posible descubrir en línea libros de todo el mundo.
Ha sobrevivido tantos años como para que los derechos de autor hayan expirado y el libro pase a ser de dominio público. El que un libro sea de
dominio público significa que nunca ha estado protegido por derechos de autor, o bien que el período legal de estos derechos ya ha expirado. Es
posible que una misma obra sea de dominio público en unos países y, sin embargo, no lo sea en otros. Los libros de dominio público son nuestras
puertas hacia el pasado, suponen un patrimonio histórico, cultural y de conocimientos que, a menudo, resulta difícil de descubrir.
Todas las anotaciones, marcas y otras señales en los márgenes que estén presentes en el volumen original aparecerán también en este archivo como
testimonio del largo viaje que el libro ha recorrido desde el editor hasta la biblioteca y, finalmente, hasta usted.
Normas de uso
Google se enorgullece de poder colaborar con distintas bibliotecas para digitalizar los materiales de dominio público a fin de hacerlos accesibles
a todo el mundo. Los libros de dominio público son patrimonio de todos, nosotros somos sus humildes guardianes. No obstante, se trata de un
trabajo caro. Por este motivo, y para poder ofrecer este recurso, hemos tomado medidas para evitar que se produzca un abuso por parte de terceros
con fines comerciales, y hemos incluido restricciones técnicas sobre las solicitudes automatizadas.
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que todo lo que hace es legal. No dé por sentado que, por el hecho de que una obra se considere de dominio público para los usuarios de
los Estados Unidos, lo será también para los usuarios de otros países. La legislación sobre derechos de autor varía de un país a otro, y no
podemos facilitar información sobre si está permitido un uso específico de algún libro. Por favor, no suponga que la aparición de un libro en
nuestro programa significa que se puede utilizar de igual manera en todo el mundo. La responsabilidad ante la infracción de los derechos de
autor puede ser muy grave.
El objetivo de Google consiste en organizar información procedente de todo el mundo y hacerla accesible y útil de forma universal. El programa de
Búsqueda de libros de Google ayuda a los lectores a descubrir los libros de todo el mundo a la vez que ayuda a autores y editores a llegar a nuevas
audiencias. Podrá realizar búsquedas en el texto completo de este libro en la web, en la página http://books.google.com
ADELA ZAMUDIO
CUENTOS BREVES
LA PAZ - BOLIVIA
PENNSYLVANIA
STATE UNIVERSITY
LIBRARY
IN
AL V
SN A
EA
TH
PE
1855
ADELA ZAMUDIO
Cuentos Breves
LA PAZ - BOLIVIA
215X
PROLOGO
II
III
IV
VIOLIN Y GUITARRA
"Firmado . León” .
O a la inversa .
"León - adorado mío, ingrato, cruel , jen
dónde estás ? Las bellas de Calacala me han roba-
de tu cariño . Me olvidas y yo me muero . -
Luz " .
gar ĉarga-cuernos co
Como preguntó León ¿Uds . han ha-
blado con ellas?
En la ciudad , ya ve Ud . , era en campo
neutral. Nos encontramos en el comercio con va-
rias de ellas y las invitamos al concierto de esta
noche.
20 ADELA ZAMUDIO
Tu 11140 la's
Hacía dos horas que *** 7
charlaban a solas en el corredor y ya se supone
de qué se ocupaban, cuando en tropel, y dando
resoplidos de cansancio se presentaron los chi-
quillos.
Venimos de Queroquero.
CUENTOS BREVES 21
-Y?
Primero han jugado un rato al michi-mo-
rongo y luego don León ha tocado un solo de
violín.
Las dos amigas, una junto a la otra, se ajus-
taron la mano en señal de inteligencia.
Los chicos refirieron en seguida , con grandes
exageraciones lo que habían visto y oído ; la tra-
ma urdida en contra de las que fuesen de Cala-
cala a oír el concierto , y el modo como habían
sido arrojados por León. Uno de ellos que era
embustero, agregó que aquel caballero los había
amenazado con darles de bofetadas .
Las dos amigas escuchaban estupefactas.
Luego el rapaz principal se acercó al oído de
su hermana que abrió su monetario y le dió rea-
les para que fuese a gastarlos con sus amigos en
la heladería .
La policía secreta recibía su propina.
Después de esto, Berenguela alzó los ojos al
cielo lanzando un suspiro y se explayó en lar-
gas consideraciones acerca de las veleidades e in-
consecuencia de los hombres .
Pero era preciso terminar la noche de algún
modo más agradable y entraron en la sala a ju-
gar carga-cuernos con Marcial.
Por la primera vez Berenguela se mostró
amable con él, y cuando quedaron solas hizo
grandes elogios del joven. Sentía benevolencia y
hasta ternura por él; ¿ no era el único que se
había negado a ir a Queroquero ?
22 ADELA ZAMUDIO
Si fino y tierno
su afecto fuera .
hoy no estuviera
lejos de aquí.
1
Estaba más sosegada. Una larga amonesta-
ción del sacerdote acabó de tranquilizarla , pero
al dar cuenta de lo que le pasaba volvió a con-
moverse.
Anoche, dijo, con escándalo de toda la
vecindad que se apercibió de ello, ha introducido
a esa mujer a mi propia casa. Qué debo hacer,
seguiré callando? Consentiré semejante ejemplo
para mis criadas, para mis hijitos. Qué me toca
hacer?
EL MILAGRO
* * *
EL VERTIGO
SAGENCA torva
más de un sujeto de siniestra catadura
la horrible mirada de ocho ojos y oculto el agui-
jón envenenado , dispuesto a herir.
La fiesta, pastoril en la mañana , habíase con-
vertido al declinar la tarde , en carnaval frenéti-
co. Grupos de chupadoras aclamaban a la Dio-
sa rindiendo culto a Baco en el cáliz sabroso de
las flores. La inmensa mascarada , ensordecida
por su propio zumbido universal , iba y venía en
corso inacabable al rededor del prado. Allá rui-
rosa y estridente estudiantina de cigarras aquí
grotesco grupo de panzudos moscardones ceñi-
dos de luciente tornasol azul y verde, agitando
sus alas de velillo a guisa de panderetas -- Más
lejos saltarines y tijeretas, o bien, comparsa ale-
gre de mariposas luciendo luengas faldas cuyos
colores chillones contrastaban con el tocado aris-
tocrático de las neurópteras de breves alas y fi-
gura esbelta.
Junto a aquel prado, corría un arroyo de dos
metros de ancho , que para aquellos seres diminu-
tos tenía el aspecto de un río navegable. Muchos
sedientos hundían la trompa en su corriente. No
lejos de la orilla, bajo una piedra sombreada por
obscura parietaria, bohemio artista, un Grillo,
tranquilo expectador de aquel tumulto , ocultaba
su pobre traje y su figura desgarbada.
Caía la tarde. Luciolas diligentes encendían
ya focos de luz. La fiesta iba a concluir. Un so-
plo de la brisa estremeció un rosal que inclinaba
sus flores sobre las aguas. Cayeron varios péta-
60 ADELA ZAMUDIO
RENDON Y RONDIN
EL VELO DE LA PURISIMA
YO TE BENDIGO
LA RAZON Y LA FUERZA
LA CONCIENCIA
EL PRIMER TREN
EL DIAMANTE
FRAGMENTO
Yo sonreí.
No es tan arriesgado como te parece, mur-
muré con calma. Muchas veces, siendo niño, he
llevado a cabo empresas casi tan peligrosas , por
alcanzar un nido de pichones. Hoy tengo otro
capricho ...
Ella medía el precipicio con ojos espantados.
No lo harás, dijo con seriedad, se lo avi-
saré a tu hermana .
Ella no podrá impedirlo.
¡ Por Dios ! exclamó, alarmada por mi ai-
re decidido , ¿ estás loco ? ¡ No lo harás !
Yo volví a sonreir.
Me míró entonces un instante de un modo
irresistible, casi despreciativo .
Y si yo te rogase, si te ordenase que no
lo hicieras ?, dijo , cambiando de tono.
Déjame con mis caprichos y mis sueños ,
murmuré, fingiendo amargura, ¿ qué te importo
yo ?
EL DESCONOCIDO
LA FELICIDAD
PENSAMIENTOS
Zamudio
Cuentos Breves
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