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INTRODUCION: Como en otro tiempo, los hijos de Israel, guiados en la noche por la
columna de fuego, pasaron de la esclavitud de Egipto a la libertad, así ́ también
nosotros, iluminados por la luz del Cirio Pascual, seguiremos a Cristo, que sale
resplandeciente del sepulcro. Iniciemos nuestra procesión.
Todos caminaremos detrás del Cirio pascual, recién bendecido y encendido, Jesús
resucitado es la columna luminosa que precede los pasos del pueblo de Dios,
peregrino en medio de las tinieblas de este mundo. Avancemos tras él y
aclamémoslo. En tu Luz vemos la luz (Salmo 36,9):
La Iglesia en la Vigilia Pascual proclama a toda voz que las tinieblas han sido vencidas.
El inicio de la Vigilia habla del paso de las tinieblas a la luz, de la noche al día. Las
tinieblas simbolizan el pecado y la muerte; la luz simboliza a Cristo Resucitado. El cirio
pascual simboliza a Cristo resucitado significando que Cristo, “Luz del Mundo”,
ilumina la vida de los hombres con su Resurrección. Somos el Nuevo Pueblo de Dios,
nacido de la Pascua; peregrinos seguimos a Cristo resucitado, nuestro Camino, a
través de esta vida hacia la Patria Celestial.
Cantamos…
Nosotros, el nuevo Pueblo de Dios, nacido de la Pascua, tenemos a Cristo que ilumina
nuestro caminar por la tierra. ¡Cristo es nuestra luz! ¡Él es nuestro guía! ¡Él es el
Maestro vivo y cercano que camina ante nosotros abriéndonos camino! Unidos en la
fe y la alegría: ¡le aclamamos! a la luz del Cirio Pascual, el mismo Cristo, nos irá
comunicando a todos su luz; comuniquemos esa luz a quien tenemos junto a
nosotros, en actitud fraterna.
EN CADA PÁRRAFO HACEMOS UNOS MINUTOS DE SILENCIO…
La luz en medio de las tinieblas resplandece. Si crees que Jesús es la luz que
necesitas, recíbelo; y la luz hará huir las tinieblas en ti. Jesús es luz en medio de las
tinieblas.
La luz no se apaga, sino que continua brillando aun si esta en medio de las tinieblas.
Esto nos debería hacernos considerar como es nuestro testimonio. Tal vez nos
podemos preguntar:
Como es que algunas veces brillamos y otras no? porque será que algunas veces
somos la luz para con aquellos que nos rodean, y otras pareciera que estamos en su
misma condición de tinieblas.
CANTAMOS…
¡Nos vamos a comprometer firmemente a ser hombres nuevos! Mas luminosos por la
fe, más firmes por la esperanza, más ardientes por el amor.
El cristiano tiene que ser luz. Brillar ante los hombres como antorchas que son
portadoras de la Palabra de Vida… Es muy lindo testificar nuestra fe, anunciar nuestra
esperanza, proclamar nuestra caridad en una noche como hoy…Pero que pasara
cuando volvamos al trabajo, a la clase, a las tareas cotidianas….
Ser luz es lo cotidiano. Ser luz en el Señor, vivir a través de la fe los acontecimientos
de la historia, comprometer la fe en lo cotidiano. ¡Testifiquen la fe, irradien la fe,
proclamen la fe, sean ardientes testigos de Cristo que es la luz! Ser hombre nuevo es
ser hombre de luz.
ORACION:
Ayúdame, Señor, a ser luz para los demás. A que mis ojos puedan ser los tuyos. A que
mi abrazo transmita tu fuerza. A que mi sonrisa te acerque a los otros. A que mis
manos lleven tus caricias. A que mis pies abran caminos hacia Ti. A que mi presencia
deje entrever, aunque sólo sea por un rato, la parte de mi vida que Tú habitas.
Ayúdame, Señor, A ser luz para los demás. AMEN
Jesucristo, nuestro Rey y Señor, que quiso sentarse en el trono de la cruz, muriendo
en él, resucitó! volvió a la vida. Ninguna penuria, ni ningún sacrificio, ninguna
tentación nos apartaría del amor de Dios, si meditáramos más en la Resurrección de
Cristo. Porque ella acompaña una promesa: «nuestra propia resurrección». Y se
acrecentará nuestro deseo de resucitar con Él. Y en pos de esa resurrección no habrá
sacrificio que no aceptaremos gustosos. Porque lo que el mismo Jesucristo hizo -
abrazar la cruz- lo hizo porque sabía que iba a resucitar.
Bendito sea Jesucristo que no se quedó inmóvil en el sepulcro, sino que victorioso
salió de él. Es lo que celebramos en esta bendita noche de la vigilia pascual.
El Señor te ha colocado en este camino para que te pongas en marcha y “des mucho
fruto” (cf. jn 15,16). Es el camino de la Esperanza; hermoso como la esperanza que lo
ilumina. ¿Cómo no tener esperanza si caminas con Jesús y vas al Padre?
* El secreto de este camino es triple:
* Partir: “Renunciar a uno mismo
* Hacer la tarea: “Tomar la propia cruz cada día”
* Perseverar “Seguir al Maestro”
* Si has renunciado a todo sin renunciar a ti mismo, en realidad no has renunciado a
nada, porque poco a poco volverás a apegarte a todo lo que habías dejado.
Señor Jesús, en el camino de la esperanza, desde hace dos mil años, tu amor, como
una ola, ha arrollado a muchos peregrinos. Ellos te han amado con un amor
palpitante, con sus pensamientos, sus palabras y sus acciones. Te han amado con un
corazón más fuerte que la tentación, más fuerte que el sufrimiento y más aún que la
muerte. Ellos han sido en el mundo tu palabra. Su vida ha sido una revolución que ha
renovado el rostro de la Iglesia.
El mundo perdido en pecado se vio: Jesús es la luz del mundo; mas en las tinieblas la
gloria brilló: Jesús es la luz del mundo.
¡Ven a la luz; no quieras perder gozo perfecto al amanecer! Yo ciego fui, mas ya
puedo ver. ¡Jesús es la luz del mundo!
Vivir en él vuelve la noche en día: Jesús es la luz del mundo; andemos en luz y
sigamos al guía: Jesús es la luz del mundo.
¡Ni soles ni lunas el cielo tendrá: Jesús es la luz del mundo; la luz de su rostro lo
iluminará: Jesús es la luz del mundo.
"A la espera de las alegrías que el creador pone en nuestro camino son
insuficientes si no ahondamos en el anuncio de la pascua, canto gozoso de
la resurrección que transfigura el dolor y la tristeza del ser humano."