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LA ERA DE LA
REVOLUCIÓN
1789-1848
ERIC HOBSBAWM
Esta reseña no pretende ser un mero resumen de la obra, internet está plagado de
resúmenes y estimo que es mucho más provechoso realizar un análisis estructural y una
valoración de la obra en su conjunto.
La obra que estamos analizando se enmarca dentro de una trilogía, a saber: La era
de la Revolución, 1789-1848; La era del Capital, 1848-1875 y La era del Imperio, 1875-
1914. Con esta trilogía y junto a Historia del siglo XX1 Hobsbawm traza una un denso y
profundo arco con el que recorre la historia de los últimos doscientos veinte años.
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The Age of Extremes en su versión original
sociales de importante magnitud entre los diferentes estados, como en la mentalidad
colectiva de la sociedad industrializada.
En el capítulo con el nombre tan singular de La carrera abierta al Talento estudia
como las transformaciones político-económicas propiciaron el surgimiento y la llegada a
posiciones preminentes de personas que no debían su posición al renombre de su linaje
ni de su riqueza original, sino más bien, a la capacidad de mediante los negocios, la
inversión y especulación la capacidad, en cierta medida debida al ingenio, de medrar
económica y socialmente.
En el capítulo siguiente, El Trabajador Pobre, con especial habilidad consigue
transmitir el vivir y el morir de las masas trabajadoras, angustia porqué sabe recrear a la
perfección la opresión y la insalubridad de aquellas primigenias comunidades de obreros
industriales hacinados en ciudades.
Los capítulos 12 y 13, Ideología religiosa e ideología secular, son muy interesantes
por que muestran tanto la evolución como las diferentes funcionalidades de las
corrientes de pensamiento, religioso o filosófico, respecto al estrato social que las
esgrime y respecto al estrato que las sufre, especialmente sugestivo es el capítulo de
Ideología secular puesto que realiza un recorrido por la filosofía política desde Hobbes
hasta Marx, arguyendo los razonamientos de cada corriente y sus intentos de aplicar su
teoría o contrateoría en tal o cual estado o sociedad.
En Las Artes analiza el florecimiento en la literatura, la música y las artes plásticas
de una potente corriente de grandes artistas cuyas obras aún tienen renombre en la
actualidad en el pensamiento colectivo, intenta establecer este florecimiento con la doble
revolución, también analiza la corriente romántica y sus peculiaridades.
El último capítulo, La Ciencia, es tremendamente emocionante puesto que es el
periodo donde se consolida el método científico y donde se dan los primeros pasos en la
consolidación de áreas del saber tales como la química, la biología, la geología, la física,
la psicología o la sociología, las matemáticas, la lingüística etc como disciplinas
científicas. Supone el despertar de la oscurantista época anterior. Carnot, Lavoisier,
Darwin, Marx, Gauss, Hamilton etc y lo crucial que sus avances científicos supusieron
para la concepción de la sociedad del mundo que les rodeaba y los consiguiente cambios
mentales a la hora de comprender e interpretar la realidad.
Termina con un epilogo titulado Conclusión: Hacia 1848, en el que intenta sintetizar
y resumir las conclusiones de la obra, siendo el último párrafo realmente sublime:
“En 1831 ya había escrito Víctor Hugo que oía –el ronco son de la revolución,
todavía lejano, en el fondo de la tierra, extendiendo bajo cada reino de Europa sus
galerías subterráneas desde el túnel central de la mina que es Paris-. En 1847 el sonido
era estentóreo y cercano. En 1848 se produjo la explosión.”
Para terminar con los aspectos formales del libro hay que añadir que acompaña con
siete mapas de Europa en diversos momentos del periodo que estudia la obra y también
con una tabla estadística y un gráfico.
Ahora bien, tras un somero vistazo por encima de la obra pasaremos a comentar
algunos detalles de forma más profunda:
Algo similar ocurre con la comparativa entre países, está bien, es positivo, pero su
exceso a veces abruma, en este aspecto se junta una peculiaridad, al ser Hobsbawm
británico no deja de tener ese retrogusto anglocentrista o britanocéntrico, y es que
encontramos muchas más referencias comparativas entre cualquier país e Inglaterra que
entre países continentales. Se asemeja un tanto a esos presentadores de documentales de
viajes, que constantemente se deshacen en comparaciones entre el país visitado y su
omnipresente Inglaterra.
Es por tanto obligado darse cuenta de la importancia que tiene en la ciencia histórica
la transmisión de su saber, es fundamental darse cuenta que a veces un relato histórico
bien construido vale más que un infinito aluvión de datos, fechas, nombres o como en el
caso concreto que analizamos, un detallado y pormenorizado compendio de la
producción textil de hasta la última fabrica británica, los datos dan fuerza a la narración,
pero su exceso la asfixia.
Con todo, y por no querer pecar de excesiva exquisitez, este es un libro esencial
para cualquier individuo que desee adentrarse en el conocimiento de la edad
contemporánea, pero su aprovechamiento vendrá en gran medida determinado por los
conocimientos iniciales que tenga el lector, siendo conscientes de que su lectura sin una
aproximación previa significara, aunque recomendable, un desaprovechamiento del libro
a perderse multitud de matices y enfoques por la incapacidad de apreciarlos o
comprenderlos.
2
Les Canuts, canción popular de los tejedores de Lyon, con cuyo extracto se inicia uno de los capítulos.