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El gobierno es uno de los principales pilares operativos de toda forma de Estado.

 Es el
encargado de ejercer y administrar el poder político, si consideramos la rama ejecutiva del
poder. Se le denomina “gobierno” al conjunto de los dirigentes de una comunidad, y dentro de
un Estado republicano, al total de los ministros de una gestión, esto es, al “gabinete” de un
jefe de Estado, así como al jefe de Estado mismo. Se puede decir que es una de las que posee
mayor antigüedad y centralidad dentro de la historia del pensamiento político, la razón es que
se encuentra estrechamente relacionada con la definición de política (Orlandi, 2000). Pueden
faltar los partidos, los parlamentos, las elecciones, los aparatos burocráticos desarrollados,
pero no una estructura de gobierno (Cotta, 2008). El gobierno es el que dirige la vida de una
nación, por medio de mandatos, recomendaciones y con la cooperación de los gobernados.
Este mismo manda por medios de leyes y demás disposiciones de carácter general; pero
también puede tomar decisiones de carácter particular como decretos, acuerdos, órdenes,
instrucciones y decisiones administrativas. El gobierno tiene a su cargo la tarea de crear el
orden jurídico (Rojas, 1971).

 No puede ser elegido por el pueblo, o imponerse dictatorialmente.

 Se compone del Poder Ejecutivo, del Poder Legislativo y del Poder Judicial.

 Por lo general, no son permanentes, sino que cambia con el pasar del tiempo.

Estas son las definiciones formales de lo que tangiblemente es un Gobierno; pero sustancial e
intangiblemente el gobierno de un Estado comprende el conjunto de intereses vitales que
ejercita y defiende a través de los objetivos nacionales permanentes, estos son las pautas o
normas de conducta inalterables en el arte de gobernar, como la vigencia de la integridad
territorial, o la división del poder en tres ramas, para lo cual por periodos que varían entre
cuatro y seis años generalmente, se identifican cuales objetivos nacionales actuales, conducen
a la vigencia de los intereses vitales, cualquiera que sea la orientación ideológica y filosófica del
gobernante de turno.

En los gobiernos de América Latina, asi como los gobiernos del Caribe están experimentando
una metamorfosis en su modo de gobernar y sus estructuras de gestión. Estos cambios son
necesarios para atender mejor las crecientes expectativas de ciudadanos cada vez más
exigentes con la calidad de servicios que esperan y demandan del estado.

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