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VIOLENCIA CONTRA MAGISTRADOS,
JUECES Y FUNCIONARIOS JUDICIALES
YDEL MINISTERIO PUBLICO*
Guido Bonilla Pardo**
confusión, ha creado un clima de resigna- nal y que además crean condiciones para
ción que no ha impulsado respuestas inte- el surgimiento de formas paraestatales de
grales sino coyunturales y a corto plazo al represión y justicia privada. Por último, se
problema de la violencia en Colombia. constituye, a partir de la militarización del
régimen político del gobierno de Turbay
La invitación a la lectura de las siguientes Ayala (1978-1982), lo que algunos analistas
páginas, así como el examen de los cuadros llamarían después el "poder local insurgen-
estadísticos, es un llamado de alerta para te", es decir, la consolidación de la presencia
Colombia y para su judicatura. En momen- político-territorial de la guerrilla en deter-
tos en que la Constitución Política de 1991 minadas zonas agrarias del país.
cumple un año de vigencia, y en que las
conversaciones con la Coordinadora Gue- Lo anterior no excluye que otros factores
rrillera Simón Bolívar se encuentran sus- como la delincuencia común, personas o
pendidas y se presenta un incremento en la agentes particulares e incluso los sicarios
actividad de guerra, vale la pena llamar la propiamente dichos, también hayan tenido
atención sobre este particular estudio. La en determinados momentos una participa-
aplicación efectiva de las nuevas institucio- ción, aunque'poco significativa, en la vio-
nes democráticas creadas por la Constitu- lencia contra los jueces.
ción de 1991 y las demostraciones inequí-
vocas de voluntad de paz por las partes en De otra parte, tanto la represión estatal y
conflicto, deben ser ejercitadas en la Co- la permisibilidad de los gobiernos colocaron
lombia de hoy para mejorar el panoramý a los jueces que instruyen o conocen los
de los derechos humanos, porque de lo con- procesos penales como "carne de cañón",
trario seguirán muriendo muchos colombia- pues las disposiciones legales que crimina-
nos, y entre ellos los jueces y abogados. lizaron los fenómenos y comportamientos
señalados anteriormente no fueron acompa-
Sin un sistema judicial adecuado, cons- ñadas, por el alto riesgo que implica su
truido sobre bases democráticas, eficaz y juzgamiento, de medidas complementarias
reconocido porla población, no es posible que garantizaran su seguridad personal.
la vigencia de un Estado de derecho ni la
preservación de los derechos humanos. La interrelación de los fenómenos mencio-
nados con la actitud estatal y gubernamental
La violencia contra magistrados, jueces y también fueron definiendo, en el desarrollo
otros funcionarios de la rama jurisdiccional del complejo fenómeno de la violencia co-
y del Ministerio Público entre 1979 y 1991 lombiana, cinco períodos de atentados y
está definida básicamente por tres fenóme- homicidios, que por su gravedad y contun-
nos, que condicionan a su vez el comporta- dencia y por el claro propósito de eliminar
miento de los factores que intervienen en al administrador de justicia condicionan la
ella. dinámica: la violencia contra la rama ju-
dicial.
En primer término, están las nuevas moda-
lidades delictivas y la conformación de fuer- Estos cinco períodos están delimitados por
tes asociaciones criminales vinculadas con los siguientes años: el primero, entre 1979
el tráfico de narcóticos. En segundo térmi- y 1982; el segundo, entre 1983 y 1984; el
no, se verifica lo que se podría llamar un tercero, entre 1985 y 1988; el cuarto, entre
cambio o "refinamiento" de los tradiciona- 1989 y 1990; y el quinto 1991. En esta
les instrumentos y medios de represión y periodización conviene destacar la existen-
control político del Estado contra el movi- cia de una preocupante tendencia al agrava-
miento popular y de oposición que se habían miento del fenómeno, tal y como nos lo
conocido durante la etapa del Frente Nacio- muestran tanto los promedios anuales de
Violencia contra magistrados, jueces y funcionarios judiciales y del Ministerio Público 205
violencia en general como los de homicidios orgánico, contra la rama judicial. Los fac-
y atentados en particular, que para 1979- tores y protagonistas actúan más en res-
1982 son de 4.25 y 2.75; para 1983-1984, puesta a situaciones específicas o coyuntu-
de 10 y 3.5; para 1985-1988, de 17.25 y rales, muy particulares. Este es un período
10.5; para 1984-1990 de 18.5 y 10; y para donde la rama judicial como tal no es el
1991 de 22 y 9. objetivo, sino determinados jueces en con-
creto.
El estudio de estos períodos que se explican
a continuación se hace desde la cobertura Sin embargo la situación no deja de ser
regional y desde los factores y motivaciones grave. Once casos (2.75 por año)2 , y que
de la violencia. se relacionan directamente con el ejercicio
Teniendo en cuenta que en el análisis de la del cargo (casos claros), fueron atentados
violencia en Colombia no existe un manejo y homicidios. Estas modalidades de violen-
definitivo de los factores y sus motivacio- cia ocurrieron en nueve departamentos, la
nes, situación que se hace más difícil mayor cobertura territorial que alcanzó en
cuando las fuentes consultadas arrojan una todo el período abarcado en el estudio'.
información muy general, en la investiga-
ción se desarrolló un proceso de clasifica- Es decir, entre 1979 y 1982 el atentado y
ción y correlación de la información, a fin el homicidio fueron el recurso preferencial
de identificar diferentes factores y motiva- para castigar severamente las actuaciones
ciones. Para el efecto, se tuviero en cuenta de los jueces. El resto de casos 4 amenazas
especialmente los casos claros'.! de muerte, un allanamiento ilegal y un in-
.cendio al despacho de una juez, no menos
En el aspecto de la autoría, la investigación preocupantes por supuesto, apenas tuvieron
no pretende individualizar responsabilida- una presencia geográfica reducida (tres de-
des, asunto que le corresponde estricta- partamentos)'.
mente a las autoridades judiciales. Se in-
tenta sí, determinar el factor desde donde
se origina el hecho violento hasa donde la 2. La medida que con mayor precisión nos
correlación entre las circunstancias, el ca- muestra la tendencia al agravamiento de
rácter de la víctima y las posibles motiva- la violencia contra los jueces y funciona-
ciones que lo permitan. Es un análisis causal¡ rios judiciales y del Ministerio Público
de la responsabilidad, en el cual-se identi- es el promdio anual de homicidios y
ficaron a los agentes estatales, l 9 s parami- atentados claros de los períodos defini-
litares, el narcotráfico, la guerrilla, la delin- dos: para 1979-1982, 2.75; para 1983-
1984, 3.5; para 1985-1988, 10.5; para
cuencia común y los agentes particulares,
1989-1990, 10 y para 1991, 9. Todos los
como los más significativos actores de la datos y cifras estadísticas que aparecen
violencia contra los jueces. en el presente acápite están desagregadas
en los tabulados que se anexan al final
1. PERIODO 1979-1982 del capítulo.
Ahora bien, si tenemos en cuenta que du- Medellín, en hechos relacionados básica-
rante estos años los atentados y homicidios mente con procesos por tráfico ilegal de
fueron ocurriendo esporádicamente podría- drogas, uno, y ajuste de cuentas entre gru-
mos señalar que la violencia contra los jue- pos de narcotraficantes, el otro. Incluso la
ces y funcionarios de la rama se presenta actividad criminal del narcotráfico tiene re-
inicialmente como un fenómeno no orgáni- ferencias anteriores, como es el caso de
co, ni geográficamente localizado, sino dis- Mariela Espinosa Arango, que desde 1976,
perso e incluso excepcional, con poco im- cuando se desempeñaba como juez munici-
pacto, salvo las huelgas y protestas del gre- pal de Itagüí (área metropolitana de Mede-
mio y los pronunciamientos de algunos co- llín), fue objeto de serias amenazas contra
legios de abogados y columnistas de prensa. su vida a raíz de un proceso por la incauta-
ción de 39 kilos de cocaína, circunstancia
La situación de Medellín, departamento de que determinó la detención de dos personas.
Antioquia, no está comprendida en la ante- Como consecuencia de las detenciones, en
rior consideración, pues de los cuatro he- 1980 y 1981, cuando la doctora Espinosa
chos claros ocurridos, el período en tres de Arango se desempeñaba como juez 13 penal
ellos (dos asesinatos y el incendio de varios del circuito de Medellin, sufrió dos atenta-
juzgados penales del circuito), además de dos dinamiteros, ambos sin consecuencias
que la autoría recae sobre el narcotráfico, personales. Finalmente, cuando se desem-
muestra que desde un comienzo se generó peñaba como magistrada del Tribunal Supe-
allí un polo de continua violencia contra rior de Medellín, el 12 de noviembre de
los jueces. 1989, fue asesinada 5 .
juez tercero penal de Pasto, departamento nizado por personal adscrito a la policía
de Nariño, varios años después6 . locaP.
Otro de los factores que en estos cuatro La delincuencia común en este período tam-
años aparece significativamente vinculado bién interviene en la violencia contra los
a la violencia contra jueces y funcionarios jueces. El 24 de enero de 1980 grupos de
es el de los agentes estatales'. Aunque es contrabandistas que operaban en la frontera
un tanto complejo determinar las motivacio- colombo-venezolana asesinan en la ciudad
nes de estos agentes, o lo que perseguían de Cúcuta, departamento de Norte de San-
con una y otra actuación ilegal o arbitraria, tander, a la magistrada y presidenta del Tri-
se detecta que los lugares donde aparecen bunal Superior de esa jurisdicción, Perla
claramente involucrados son zonas de con- Betty Vélez de Prada. El 31 de julio de
tinuos operativos de contrainsurgencia, 1982 es herido en un atentado, en la ciudad
como el Meta y Arauca. En el allanamiento de Barranquilla, Atlántico, el juez primero
ilegal a la residencia de la juez 56 penal de del circuito del municipio de El Banco, de-
Bogotá, es más clara su relación con viola- partamento de Magdalena, en hecho atri-
ciones a los derechos humanos, en tanto buido a una banda dedicada al robo de ga-
que esta funcionaria en muchas oportunida- nado y de la cual el juez había dispuesto
des tramitó recursos de habeas corpus ante la detención de uno de sus integrantes.
la Brigada de Institutos Militares (hoy Bri-
gada Trece del Ejército), intentando resol- Por último es pertinente hacer algunas con-
ver la situación jurídica a los que, detenidos sideraciones sobre varios casos en que, a
en estas instalaciones militares y por regla pesar de la exploración de fuentes de infor-
general víctimas de torturas, se les sindi- mación, no ha sido posible precisar la auto-
caba de delitos políticos. ría. De éstos, tres están relacionados con
la corrupción administrativa. En un caso
En este período aparece también la violen- (una amenaza), al juez se le advertía peren-
cia paramilitar que irrumpe en 1981 con el toriamente que se retirara del proceso que
atentado del que quedó gravemente herida venía conociendo, sobre una contratación
la juez segunda de instrucción criminal de administrativa dolosa y falsificación de do-
Pereira, departamento de Risaralda, ocu- cumento público en 1975 en que se vieron
rrido el 10 de julio. La juez investigaba seriamente comprometidos el presidente de
exitosamente el homicidio de la juez 11 de la Cámara de Representantes y otros siete
instrucción criminal de esta misma ciudad, miembros de esa corporación ; en otro (un
ocurrido unas semanas antes. Según infor- atentado), el juez conoció la millonaria es-
mes oficiales posteriores, el "escuadrón de tafa contra la administración de impuestos
la muerte" que supuestamente atentó contra de Barranquilla y las denuncias de falsedad
la juez segunda, dedicado a campañas de en jubilaciones de empleados de las empre-
"limpieza social", estaba básicamente orga-
7. Nos referimos específicamente a las Fuer- 9. Ver El Tiempo, del 30 de abril de 1980,
zas Militares, la Policía y a el Departa- pp. 1A y 15A, y del 30 de enero de 1981,
mento Administrativo de Seguridad, p. 5D; El Espectador, del 28 de enero de
DAS. 1981, p. 25A.
208 Guido Bonilla Pardo
sas públicas de esa misma ciudad' , y en el fiación del problema. Por una parte la co-
último (una amenaza), el juez conoció el bertwa geográfica de los casos claros se
proceso por el robo de un cheque de más limita a seis departamentos. Por otra, en
de nueve millones de pesos de las oficinas tan sólo dos años (1983-1984), en términos
de la contraloría del Ministerio de Obras absolutos, los hechos de violencia aumenta-
Públicas". roa de 17 casos claros en cuatro años ( 1979-
1982) a 20 y el promedio anual de homici-
dios y atentados pasó de 2.75 en el primer
II. PERIODO 1983-1984 período a 3.5 en este segundo período.
lo. Ver El Tiempo del 3 de enero de 1981, Otros casos en los que el narcotráfico se
pp. IA y 3A, y El Heraldodel 3 de junio vio involucrado están más relacionados con
de 1981. p. 1OA. incautaciones, tráfico ilegal de estupefa-
cientes y la promulgación de las normas
II. Ver El Espectador de abril 24 de 1981,
p. 20A.
12. Como "guerra sucia- se entiende la repre- 13. Esta capital es además la sede del Tribu-
sión de movimientos populares hecha en nal Superior cuya jurisdicción abarca
forma violenta, ilegal y parainstitucional también a los departamentos de Arauca,
mediante acciones criminales clandesti- Guainía. Guaviare, Vichada y Vaupés.
nas como la desaparición forzada, las eje-
cuciones extrajudiciales selectivas y las 14. Grupo paramilitar denominado "Muerte
masacres colectivas. a Secuestradores".
Violencia contra magistrados, jueces y funcionarios judiciales y del Ministerio Público 209
gaciones que adelantó la Procuraduría Ge- tirado de la policía D Tobón y dos agen-
neral de la Nación en tomo a la creación, tes de la policía judicial. El hecho fue per-
financiamiento y actividades criminales del petrado por un grupo de aproximadamente
grupo paramilitar MAS. 30 paramilitares de Pl:¡o Boyacá el I1 de
abril de 1984. Se llevó a cabo mientras los
A finales de 1982 el procurador Carlos Jimé- funcionarios se desplaian de la zona rural
nez Gómez conformó una unidad investiga- de ese municipio hacia Cimitarra, Santan-
tiva de instrucción criminal de cinco jueces der, también en la gión del Magdalena
para que indagaran a nivel nacional lo rela- Medio-'.
cionado con el caso del MAS. De esta uni-
dad se destacó la investigación adelantada La guerrilla, que en esta etapa aparece vin-
por el juez 17 de instrucción criminal de culada al secuestro del consejero de Estado
Villavicencio en Arauca y que determinó y hermano del presidenie de la República,
la detención de la tesorera del Fondo Gana- Jaime Betancur Cuarts, no representa toda-
dero de Arauca, un concejal del municipio vía un factor sígnificaivode violencia con-
araucano de Saravena y dos sargentos reti- tra los jueces- .
rados del ejército. Esta decisión fue apelada
ante el Tribunal Superior de Villavicencio, Este cuadro de motivaciones y responsabi-
corporación que en ponencia de su sala pe- lidades muestra no sólo los cambios en el
nal. la ratificó para todos los sindicados, carácter de la violencia en el país, sino tam-
exceptuando la señora tesorera del Fondo bién cómo poco a poco unos y otros de los
Ganadero. factores que la generan se van entrecruzan-
do, a tal punto que u~w pueden usufructuar
Estas decisiones judiciales ocasionaron las la infraestructura criminal de los otros. En
siguientes consecuencias: el juez instructor el caso de la juez 19 de instrucción criminal
y dos magistrados del Tribunal Superior de Medellín, que con anterioridad reseña-
fueron amenazados de muerte el 25 de mos, tanto el narcotráfnco, como escuadro-
marzo de 1983, el presidente de esa corpo- nes de la muerte, paramilitares y agentes
ración, Miguel Chávez Rey, fue asesinado estatales por la misma época la amenazaron
el 16 de mayo de 1983 y, finalmente, en de muerte. También se observa en el caso
septiembre 30 de 1984, se conocieron pú- de los magistrados del Tribunal Superior y
blicamente las amenazas de que venía el juez 17 de instrucción criminal de Villa-
siendo objeto el propio procurador general,
Carlos Jiménez Gómez .
Otro caso que se relaciona con las investi- 20. El grupo de invesigadores realizaba di-
versas diligencias relacionadas con crí-
gaciones de la Procuraduría sobre violación
¡nenes atribuidos al MAS. Ver CPDH.
a los derechos humanos fue el múltiple se- Boletín de Preum., mayo 18 de 1984, p. -
cuestro, por varios días, del abogado visi- 3. Como dato e~, se sabe que el sitio
tador Alfonso López Ramírez, el oficial re- donde fueron seuestidos los investiga-
dores se le conoce actualmente como el
"alto de la procw~aría".
19. Ver CPDH. Itinerariode la represión ofi- 21. La fracción "Ni m paso atrás, liberación
cial. militar y paramilitar, agosto de o muerte". NIJPALOM, de ELN, que se
1983, p. 49: Itinerario de 1984 y 1986, atribuyó el secw~, quería ante todo
pp. 50 y 35 respectivamente. El Especta- hacer pública suoposición al proceso de
dor, dic. 15 de 1982, p. 1OA, enero 28 paz que el presi~ Belisario Betancur
de 1983 p. 9A, agosto 27 de 1987, p. iniciaba. Varias snaaas después el con-
13A. El Tiempo, feb. 23 de 1983, pp. sejero Betancur Cuartas fue liberado por
¡Ay 13A. sus captores en la ciudad de Bogotá.
. Violencia contra magistrados, jueces y funcionarios judiciales y del Ministerio Público 211
vicencio, cómo dentro de las estructuras del muestra una situación más que preocupante,
paramilitarismo participan tanto miembros pues se registró un 73.9% de todos los casos
de las Fuerzas Militares como civiles. claros del período, 51.
Por el asesinato del director del diario El militar, un mes después de ocurridas varios
Espectador, Guillermo Cano Isaza, atri- magistrados del Tribunal Superior de Tunja
buido a narcotraficantes y perpetrado el 17 fueron amenazados; y el 5 de septiem 7 re de
de diciembre de 1987, se suceden varios ese año, la juez segunda de orden público de
hechos. Primero fueron amenazados el 10 Bogotá", recibe amenazas de muerte.
de abril de 1988 el juez 71 y el 5 de septiem-
bre el juez 89 de instrucción criminal de En los casos donde se ven involucrados di-
Bogotá, quienes instruían el proceso. Des- rectamente miembros del Ejército Nacio-
pués, el 29 de marzo de 1989, fue asesinado nal, fueron amenazados, el 6 de noviembre
el abogado representante de la parte civil, de 1987 un juez 11 de Instrucción Criminal
Héctor Giraldo Galves, y el 16 de agosto de Bucaramanga y el 3 de marzo de 1988
de ese mismo año fue asesinado el magis- el Procurador Regional de Barrancabermeja.
trado del Tribunal Superior de Bogotá Car-
En este período se presentaron, también,
los Emesto Valencia García, quien cono-
dos casos motivados por investigaciones
cía, en segunda instancia, dicho proceso.
por corrupción administrativa: en enero 12
En lasdos instancias se encontraron méritos
de 1987, una amenaza de muerte contra el
para llamar a juicio a personas vinculadas
juez promiscuo de Piojó, Atlántico y el 7
al llamado "Cartel de Medellín ' 9 .
de abril de ese mismo año, un atentado
Ahora bien, el panorama de la violencia contra el juez quinto superior de Cali, Valle
paramilitar y oficial mantiene la tendencia del Cauca32 .
al amedrentamiento de los funcionarios: de
diez casos claros donde estos grupos apare-
cen vinculados, nueve son amenazas de
del proceso penal que se abrió fueron vincu-
muerte. En relación con las investigaciones lados como responsables los civiles Gon-
judiciales y disciplinarias por ejecuciones zalo Pérez, Henry Pérez, Marcelo Pérez,
extrajudiciales y desaparición forzada, es Hemán Giraldo, Adán Rojas, Reinaldo
asesinado un fiscal superior del Distrito Ju- Rojas, Fidel Antonio Castaño Gil, César
dicial de San Gil, Santander, y amenazados Augusto Cura Demoya, Reynel Guzmán,
un juez de instrucción criminal de Bogotá Víctor Hugo Martínez, Mario Usaga y el
y otro de Bucaramanga, Santander, el pro- alcalde de Puerto Boyacá, Luis Alfredo
curador delegado para la Policía Judicial y Rubio Rojas, vinculados a los grupos pa-
el procurador regional de Barrancabermeja. ramilitares de Puerto Boyacá y Córdoba;
los militares mayor Luis Felipe Becerra
A raíz de las masacres de Urabá, perpetradas Bohórquez, cabo primero Félix Antonio
en marzo de 1988°, tal vez las acciones crimi- Ochoa Ruiz, capitán Marco Fidel Men-
nales más representativas de la violencia para- dieta Sierra, adscritos al Batallón Voltí-
geros, con sede en el municipio de Apar-
tadó, y los jefes del narcotráfico Gonzalo
Rodríguez Gacha y Pablo Emilio Escobar
29. Ver El Espectador, abril 10 de 1988, p. Gaviria. Ver informe Consejería..., p. 4.
3. Semana, septiembre 13 de 1988, p.
33. Informe de derechos humanos, C- 31. Como consecuencia de estas amenazas fue
NEP, septiembre de 1988. asesinado en mayo de 1989 su señor padre,
abogado Alvaro González Santana. VerIn-
30. Las masacres ocurrieron en las fincas ba- forme de derechos humanos. CINEP,
naneras "Honduras" y "La Negra" y en mayo de 1989 y CPDH. Boletín de Prensa,
los campamentos obreros del corregi- N? 4, mayo-junio de 1989. La juez, por la
miento de "Punta Coquitos", en el muni- gravedad de las amenazas tuvo que salir,
cipio de Turbo (Urabá antioqueño). Por protegida por el gobierno, fuera del país.
los móviles y responsables, las tres masa-
cres fueron posteriormente integradas en 32. Ver El Heraldo,enero 12 de 1987, p. 4B
un solo proceso penal. En el desarrollo y El Tiempo, abril 8.de 1987, p. 12C.
Guido Bonilla Pardo
-
en la fuerza de choque de un proyecto para- Antioquia con 18 casos claresF qtlWreSi'
estatal que tendrá un violento impacto en sentan el 46. 1% de todos los casos claros
los años siguientes. del período, y entre ellos diez atentados y
homicidios, el 55.6%, es el departamento
más crítico. Su capital, Medellín, es la ciu-
IV. PERIODO 1989-1990 dad más violenta en lo que respecta a los
jueces. En su área metropolitana ocurren
A. Cobertura regional 13 de los 18 casos claros y siete de los diez
atentados y homicidios registrados en el de-
Las consecuencias de las estrategias guber- partamento.
namentales y las respuestas hacia los facto-
res de violencia que intentan neutralizar, Otros puntos críticos son el departamento
son, en este período, para la rama judicial de Santander, donde se presentan cuatro
dramáticas. homicidios, dos de ellos perpetrados el 18
de enero de 1989, en la inspección de La
La violencia contra los jueces y funciona- Rochela, por el grupo paramilitar "Los Ma-
ros judiciales y del Ministerio Público, que setos", que asesinaron además de los dos
llega a 39 casos claros en estos dos años, jueces a otros diez funcionarios judiciales.
representa para la -rama judicial uno de los En Bogotá, donde se registraron un atentado
períodos más violentos que haya tenido que y cinco amenazas de muerte. También se
soportar. presentaron atentados y homicidios en
Quinchía, departamento de Risaralda, y en
En 1989-1990, la cobertura geográfica de el municipio de Miraflores, departamento
los casos claros, que mantiene una tenden- del Guaviare.
cia ascendente, alcanza nueve departamen-
tos. Y si bien para los casos de atentados
y homicidios, el cubrimiento departamental B. Los factores y las motivaciones de vio-
se mantiene con respecto al período anterior lencia
(seis casos) es la cobertura municipal la que
nos permite ver la gravedad de la tragedia En este período, el más crítico de la violen-
de los jueces: en II localidades se presentan cia contra los jueces y funcionarios judicia-
20 casos claros, o sea 10 por año". les, no sólo por la intensidad sino también
por la agregación de factores que intervie-
nen en ella, presenta una dinámica diferen-
cial en cuanto a las motivaciones, en rela-
comienzo encontraron aliados dentro de
ción a los períodos anteriores.
las Fuerzas Armadas. ganaderos y tradi-
cionales finqueros como lo denunciara el
procurador general de la Nación en 1983. En esta etapa el narcotráfico es responsable
de cinco amenazas y siete atentados y homi-
35. Es sobre todo en este período cuando la cidios. Especialmente son objeto de los ata-
violencia contra la justicia se toma cró- ques los jueces que instruían o fueron cono-
nica, pues tanto los 39 casos claros en ciendo los hechos de violencia y terrorismo
general, como los 20 homicidios y aten- propiciados por el narcoterrorismo, y los
tados en particular, ocurridos en estos dos que de tiempo atrás venían conociendo pro-
años se originan en procesos judiciales
personalmente dirigidos por las víctimas;
circunstancias que no podemos verificar
en el caso de las dos tomas del Palacio de las tres ramas del poder público, que
de Justicia del 6 y 7 de noviembre de tenían los magistradosde-a-CeorteSupre-
1985. a pesar de que era claro que el ma, fue lo que llevó al comando del M- 19
carácter de alto tribunal y cabeza de una a realizar la primera toma del Palacio.
Violencia contra magistrados, jueces y funcionarios judiciales y del Ministerio Público 217
cesos, contra el "Cartel de Medellín", por en este período, unos pocos días antes del
incautación y tráfico ilegal de drogas'. asesinato del candidato presidencial por el
partido liberal Luis Carlos Galán Sarmien-
La mayor parte de las amenazas del narco- to, perpetrado en la noche del 18 de agosto
tráfico contra la rama judicial, especial- de 1989 y los asesinatos, en cambio, ocu-
mente de Antioquia y Bogotá, se presentan, rren principalmente después del magnici-
dio, el cual determinó que el presidente Vir-
gilio Barco declarara al narcotráfico una
"guerra total".
36. Así en escasos once meses que llevaba
el proceso penal que se abrió por el ase-
sinato del procurador general de la Na- La crisis en la situación de los derechos
ción, Carlos Mauro Hoyos (enero 25 de humanos también se refleja en esta etapa
1989), la fiscal, cuarta superior de Mede- en las amenazas, atentados y homicidios de
llín, que actuaba ante el juzgado de cono- que fueron víctimas los jueces o funciona-
cimiento el 4 de agosto de 1989, fue te- rios encargados de investigar ejecuciones
lefónicamente amenazada de muerte, mo-
extrajudiciales o masacres, perpetradas por
tivo que determinó su retiro del caso, y
paramilitares o directamente por agentes es-
el 12 de diciembre de ese mismo año, el
fiscal que la remplazó fue asesinado. Ver tatales.
Informe Consejeríapresidencial..., julio
10 de 1990 y octubre 19 de 1991, pp. 40 Otro de los factores que durante este pe-
y 94; Informe de derechos humanos, CI- ríodo aparece vinculado a la violencia con-
NEP, diciembre 1989; CDPH.Boletín de tra los jueces y que en 1986 tenía como
prensa,enero de 1990, p. 47. En enirevis- antecedente la colocación de un petardo en
tas con autoridades judiciales de Antio- el juzgado promiscuo de Bosconia, Cesar,
quia se confrontaron estos datos. es la guerrilla, especialmente el ELN y las
FARC38 .
También el 15 de agosto de 1989 fueron
amenazados el juez primero de orden pú-
blico de Bogotá, quien conocía el aten-
tado dinamitero del 30 de mayo de ese 37. En relación con las ejecuciones extrajudi-
año contra el general Miguel Maza Már- ciales fueron amenazados los jueces sép-
quez, director en ese momento del Depar- timo de orden público de Medellín (4 de
tamento Administrativo de Seguridad, agosto de 1989) y un juez de orden pú-.
DAS, y otro juez, también de esa jurisdic- blico de Bogotá (6 de julio de 1990). El
ción, quien conocía el homicidio del go- 18 de enero de 1989 se registra una de
bernador del departamento de Antioquia, las más dramáticas acciones criminales
médico Antonio Roldán Betancourt. Ver de los paramilitares contra los jueces del
CDPH. Boletín de Prensa, octubre de país, la masacre de "La Rochela".
1980, pp. 60 y 66; La Prensa, agosto 24
de 1989, Informe Consejería Presiden- En lo que respecta a las investigaciones
cial..., pp. 64 y 109. por masacres el panorama es aún más
grave. Las responsabilidades de estos he-
El 16 de ese mismo mes fue asesinado chos recae básicamente en paramilitares
en Bogotá el magistrado del Tribunal Su- (cinco casos), agentes estatales (tres ca-
perior de Bogotá Carlos Ernesto Valencia •sos), y en un caso esta responsabilidad
García, quien conoció en segunda instan- no ha sido posible determinarla.
cia el caso del asesinato del director del
diario El Espectador, periodista Gui- 38. El 29 de abril de 1990 es asesinado el
llermo Cano Isaza. Ver Informe de dere- juez promiscuo de Miraflores, Guaviare,
chos humanos, CINEP, agosto de 1989; Luis Eduardo Galvis, en hecho atribuido
CDPH. Boletín de Prensa, octubre de a un frente de las FARC. El 17 de mayo
1989, pp. 55 y 56; Informe Consejería de 1989 son secuestrados por una célula
Presidencial... p. 54. del ELN, en el municipio de Chitagá,
Guido Bonilla Pardo
Aunque sus motivaciones son difícilmente sentan asociados a circunstancias más loca-
determinables, estos hechos se presentan les y particulares, situación que muestra una
en zonas donde la guerrilla ha tenido tradi- tendencia a la desarticulación geográfica y
cionalmente una presencia política y territo- posiblemente orgánica entre la violencia
rial. contra la rama judicial y los factores que
la promovieron en los períodos anteriores,
sobre todo la del narcotráfico y la de los
V. AÑO 1991 paramilitares, que han sido los de mayor
incidencia en el fenómeno estudiado.
A. Cobertura regional
Segundo, la cobertura territorial se reduce
Este es un año en el que los niveles de de diez departamentos afectados en el pe-
violencia contra los jueces y funcionarios ríodo 1989-1990 a siete, y la cobertura mu-
ganan en intensidad, tendencia que podría nicipal, aunque amplia, doce localidades
estar mostrando el inicio de un nuevo ciclo. afectadas, se muestra un tanto dispersa,
En 1991 se registraron 22 hechos claros, pues los casos sucedidos prácticamente no
cifra que comparada con la del año inmedia- mantienen relación unos con otros.
tamente anterior representa un aumento del Tercero, en cifras globales, Arauca, Bogo-
46.7%, y relacionada con las registradas tá, Antioquia y Valle del Cauca son los
anualmente en toda la etapa que abarca el puntos más críticos; pero por las circunstan-
estudio (1979-1991) es la tercera cifra más cias regionales Arauca es el departamento
alta. Los atentados y homicidios que pasa- que presenta una situación especialmente
ron de ocho en 1990 a nueve en 1991, pa- grave: en esta región, escenario de una
recen confirmar la tendencia al recrudeci- aguda crisis social y un prolongado con-
miento de la violencia contra los jueces y flicto armado, la situación para la rama ju-
funcionarios judiciales. dicial es preocupante, pues la guerrilla tiene
prácticamente paralizada la administración
Ahora bien, este crecimiento de la violencia
de justicia.
contra los jueces tiene características nue-
vas. Primero, a pesar que los niveles de
atentados y homicidios tienen una tendencia B. Los factores y motivaciones de la vio-
ascendente, sólo el asesinato del exministro lencia
de Justicia Enrique Low Murtra (30 de abril)
y el atentado contra una juez sin rostro (l0 En 1991 el comportamiento de los factores
de agosto), ambos sucedidos en Bogotá, se de violencia, como se insinuó anteriormen-
relacionan respectivamente con la extradi- te, tuvo cambios significativos. Primero,
ción y las masacres de Urabá, móviles que cuatro amenazas, un secuestro, un homici-
en los períodos anteriores determinaron, or- dio y una masacre convirtieron en este pe-
gánicamente, hechos de violencia contra la ríodo a las guerrillas de las FARC y del
rama judicial. Los otros seis casos se pre- ELN en el principal factor de violencia con-
tra los jueces y funcionarios » .
Norte de Santander, dos magistrados del
Tribunal Superior de Pamplona. El 26 de 39. El hecho más grave atribuido a un frente
junio de ese mismo año otro comando de de las FARC, que opera en la región del
esa misma organización capturó y des- Sumapaz, suroriente del departamento de
pués "ajustició" a la juez promiscuo de Cundinamarca, fue la masacre de una co-
Pailitas, Cesar, y el 27 de junio de ese misión del Juzgado 75 de Instrucción Cri-
mismo año, otro comando del ELN "eje- minal de Bogotá, perpetrada el 26 de no-
cuta- al juez segundo de orden público viembre en la vereda La Unión, zona rural
de Bucaramanga, Santander. de Usme, municipio anexo a Bogotá.
Violencia contra magistrados, jueces y funcionarios judiciales y del Ministerio Público 219