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Asignatura de Criminología
HISTORIA DE LA
CRIMINOLOGÍA
En Colombia se EN COLOMBIA pueden distinguir varios
períodos en relación con la Criminología. El primero de
ellos es el anterior a la importación y surgimiento de la disciplina, período en el cual no se
la necesitó por cuanto el control social se ejercía fundamentalmente por la religión y por el
dominio espacial de los trabajadores en l gran des haciendas.
2. SURGIMIENTO DE LA CRIMINOLOGIA
Se experimenta así una necesidad de legitimación del sistema y con mayor razón de
los mecanismos de control. Es pues, en este momento cuando la cuestión penitenciaria ad
quiere su mayor realce. En 1931 se dicta el primer Código Penitenciario, en 1935 se crea el
Instituto de Antropología y Pedagogía Penitenciaria (que funcionaba como anexo de la
cárcel), se organiza la Dirección General de Prisiones y varios penalistas se dedican a
escribir sobre el tema. Paralelamente, se reforman también los principales instrumentos
jurídicos, entre los que se destaca la adopción de un Nuevo Código Penal (1930) y de un
Nuevo Código de Procedimiento Penal (1938). Estas reformas coinciden plenamente en la
aceptación integral de los postulados positivistas, siendo el Código Penal, en gran medida
una copia del Código Ferri, recogiendo en su contenido la teoría de la defensa social y el
estudio de la personalidad antisocial como fundamentos punitivos.
El hecho de que se requiriera romper con la Escuela Clásica del Derecho Penal, y la
necesidad de imponer un nuevo orden interno, quedaron plasmados en la nueva legislación
Además, en el campo académico y oficial, son pocos los que se interesan por legitimar, a
posteriori el sistema penal. Este se legitima, en primera instancia, por sí solo, con las pocas
instituciones que surgen, y los pocos estudiosos del tema.
Es, en cierta forma tan evidente, esta autolegitimación del sistema penal, que dos
personas que se destacan por su pensamiento progresista, asumieron acríticamente los
postulados ferrianos. Hacemos referencia a Jorge Eliécer Gaitán, quien en 1938 en una
conferencia sobre “Derecho Penal y Criminología”, expresa su teoría acerca de los
“instintos perversos” en relación con el orden social, y a Luis Carlos Pérez, quien en sus
obras, aceptaba sin reparos estas tesis. No podemos dejar de señalar cómo Gaitán fue el
abanderado de los sectores populares y campesinos, y que Pérez mantiene una posición de
izquierda suficiente mente reconocida.
Sin embargo, hay que anotar cómo del período comprendido entre 19J y 19ó8, no
hay en el campo de las publicaciones más que la citada de Pérez y uno que otro esfuerzo
disgregado por difundir la Criminología.
Es por esto que se da una reacción violenta, que viene a denotar con el asesinato de
Jorge Eliécer Gaitán, como resultado de un proceso que se venía gestando desde el
momento mismo en que el partido liberal asume el poder, en detrimento de su tradicional
contendor, el partido conservador, en 1930.
Es pues, una época de violencia, en la que los partidos tradicionales que arman, que
se prolonga por más de quince años, en la que se establece una sangrienta lucha por el
poder, lucha generada al interior mismo de las clases dominantes, pero pie, sin embargo,
afecta en mayor medida a los sectores populares, especialmente al campesino. De paso, sine
esta violencia para incrementar la población urbana, por abandono de las tierras, las cuales
son usurpadas posteriormente por los terratenientes. Dada esta situación, ninguna función
podía cumplir la criminología. Si, “las instituciones tradicionales de control social, iglesia,
familia, vecindario, como las más actuales -derecho penal- se mostraron insuficientes para
controlar la situación” (Ibídem, pg. 23) a menos aún quedaba campo de acción para la
Criminología.
El Derecho Penal fue reemplazado por mecanismos más directos y más eficaces,
generalmente violentos mediante los cuales se pretendía restablecer el orden significativa
mente alterado. Se acudía corrientemente a las ejecuciones sin fórmula de juicio, sin
respaldo legal alguno, lo que hacía que no fuera necesario ningún tipo de legitimación para
ejercer el poder sobre aquellas personas que lo resistían. Es así como durante esta época no
existe una mayor preocupación por las Ciencias Criminológicas, dejándose al Derecho
Penal, en sí mismo, el mínimo de legitimación que se necesitaba.
Durante el ejercicio de los dos primeros períodos presidenciales del Frente Nacional
el liberal Alberto Lleras Camargo y el conservador Guillermo Lean Valencia, median te
maniobras violentas unas veces, y engañosas otras (no hay que olvidar que fueron los
dirigentes de los partidos tradicionales quienes patrocinaron e incitaron la violencia, por lo
que tenían relativo control sobre los sectores comprometidos en ella) se logra en buena
parte la “pacificación del país”.
De este período, así como de los inmediatamente anteriores, hay que destacar cómo
la legislación de excepción fue la predominante, ubicando gran parte del control en manos
de los militares. Así, se explica también como, en gran medida, no era necesaria la
legitimación de este control, por parte de teorías criminológicas de ninguna especie.
4. RESURGIMIENTO DE LA CRIM1NOLOGIA
Sin embargo, eran teorías sin ningún respaldo histórico, que se apoyaban en
realidades extrañas a nuestro medio. El consenso encontró siempre otras manifestaciones de
refuerzo o la reacción oficial violenta.
Coincidimos con Juan Bustos, cuando afirma que el estudio jurídico penal esta
“limitado exclusivamente a una conceptualización ética-filosófica en relación a la norma
jurídica, y al sujeto responsable” (BUSTOS, Juan. Criminología Crítica. Universidad de
Medellín, 1984, pg. 174). De hecho, el que hubiera una total inexistencia de un derecho
penal crítico, la tradición jurídica continental y la ausencia de sociología dieron como
resultado que el positivismo se nos presentara como escuela jurídica ya consolidada,
tomando el resultado (legitimación del sistema penal) convertido en Código Penal.
Es pues la del 60 una década estable, marca da por la alianza para el progreso, los
cuerpos de paz etc, que garantizan un consenso más o menos armónico, a la vez que da
lugar a la apertura de un cierto espacio cultural, dentro del cual empiezan a desarrollarse las
ciencias sociales fundadas en el modelo funcionalista norteamericano, con la contribución
de los organismos internacionales, en lo que la profesora del Olmo llama la
transnacionalización del control social.
5. LA CRIMINOLOGIA CRÍTICA
Bergalli afirma que. “las expresiones del control social (penal) en América Latina
han sido particularmente severas en los últimos años. Podría afirmarse que esa severidad ha
aumentado en forma directa y en sentido proporcional a la agudización con que se ha
revelado el proceso de dependencia de las economías nacionales (BERGALLI, Roberto.
.Criminología Crítica (comp). Universidad de Medellín, 198 pg.180)
Esto, en el plano de las ciencias sociales, y como quiera que existe una democracia
formal que da espacio para la crítica, así sea académica y siempre que allí se mantenga,
genera una crisis de legitimación en el sistema, inicialmente preconiza da por los partidos
de izquierda (representado en aumentos electorales, presencia en la universidad, sindicatos,
En adelante, todo conflicto social más o menos agudo es enfrentado con represión
penal, lo que aumenta su crisis de legitimación dando lugar a un mayor auge del enfoque
crítico.
Por estas razones es que afirmamos que la criminología apenas aquí comienza en
Colombia con una real existencia y proyección.
6. CARACTERISTICAS
6.1 Es una criminología importada, intuitiva, por ausencia de tradición, sin respaldo
histórico ni empírico, salvo algunas excepciones que actualmente propone alternativas de
investigación sobre la historia de nuestro sistema penal.
6.3 Es una corriente creciente. De muy pocos exponentes que tenía en sus inicios, hoy
vemos corno casi todas las universidades, en este aspecto, se declaran críticas. Para
corroborarlo, basta mirar el contenido de las reuniones de profesores, el programa mínimo
del creciente interés por celebrar foros y las participaciones internacionales.
6.4 Es una criminología exclusivamente académica sin mayor relevancia por fuera de la
Universidad, o por fuera del enfrentamiento entre penalistas y criminólogos.
6,5 Por lo mismo, está totalmente aislada de los movimientos sociales, sindicales y
políticos, y sin próximas o previsibles relaciones, Esta falta de compromiso bien puede
explicarse porque la criminología la seguirnos haciendo los aboga dos penalistas.
6.7 Teóricamente inconsciente: son notables aún confusiones entre paradigmas, mezclas
teóricas autoexcluyentes, falta de claridad en definiciones teóricas, etc. También esto
proviene de carencia de fundamentación teórica en ciencias sociales diferentes a las
jurídicas y que es difícil de superar. Mientras este mínimo de claridad no se logre, no será
posible construir una te criminológica colombiana.
Sin embargo, vale la pena anotar cómo ha tenido a nivel de literatura, una gran difusión. En
escasos 10 años de producción bibliográfica criminológica, se ha sobrepasado en cantidad y
calidad toda aquella que se produjo desde el surgimiento mismo de la disciplina en
Colombia.
Además de los varios libros escritos sobre la materia, existen publicaciones periódicas de
contenido bastante satisfactorio principalmente en Bogotá, Medellín y Cali, en las que se le
da especial importancia a la difusión de esta corriente.
7. PERSPECTIVAS
7.1 Probablemente siga un desarrollo crítico ojalá con referencia concreta a la historia y la
realidad colombiana, comenzando por hacer la historia del sistema penal (formal y real) en
conexión con las diversas fases del modo de producción capitalista y dependiente.
La “política” criminal siempre responderá a condicionantes sociales que van lejos de una
justificación teórica coherente, Es posible en este camino encontrar ocasionales
coincidencias entre planteamientos alternativos y políticas oficia 1 es.
7.3 No hay entonces por ahora, salvo esas ocasionales coincidencias, posibilidades c de que
propuestas alternativas tengan canales efectivos hacia el poder para presionar su puesta en
práctica. El sistema Penal seguirá siendo utilizado (su severidad aumenta o disminuye)
según necesidades de enfrentar conflictos sociales expresados en delincuencia p lítica o
común.