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E
xisten muchas ideas sobre quién o qué tenía con la Ainulindale, como si fuera una
inspiró exactamente la cosmogonía de la explicación teológica de la misma y al mismo
Tierra Media, si fueron otras mitologías tiempo un texto sencillo, fácil de leer y que a
y leyendas nórdicas, el libro del Génesis o los mí me inspiraba el mismo amor que Tolkien por
primeros versículos del Evangelio de San Juan, la belleza de toda la creación. A continuación ,
que comienzan con las mismas palabras que la intentaré hacer un pequeño resumen compa-
Ainulindale, y hasta San Agustín o Santo Tomás rativo de la parte 3 de esta interesante obra.
de Aquino. Lo más probable es que no fuera
una sola idea, sino el conjunto de muchas. Ya en el inicio de esta parte se puede apre-
ciar una característica común con Tolkien: la
Leyendo el oficio de lectura del día 14 de PALABRA, y quien haya leido algo sobre el
enero de este año, me encontré como texto profesor de Oxford sabrá que, al contrario que
patrístico un fragmento de la Disertación de otros autores, para él fue primero la palabra
San Atanasia, obispo, contra los gentiles, en con- y después la historia; es más, creó la mitolo-
creto el punto 43, en el que pone tres ejemplos gía para dar vida a las palabras. San Atanasio,
para ilustrar la relación de la Palabra con el de la misma manera, pone en primer lugar la
Universo y explicar su creación mediante ella. palabra de Dios con esta frase: «Dios, por su
Cito textualmente uno de ellos: propia palabra, le dio al universo el orden que
tiene». La palabra aparece como elemento que
«Un coro está compuesto de diferentes organiza el caos que existía en el vacío, que en
personas, niños, mujeres y ancianos, y cuando el caso de llúvatar fue el canto inspirado a los
el conductor da el signo, cada uno emite sonido Ainur: «Y al fin la música y el eco de la música
de acuerdo con su naturaleza y poder, mien- desbordaron volcándose en el vacío, y ya no
tras que todos componen una sola armonía». hubo vacío».
Por un momento, cualquiera podría pensar En esta primera parte ya hemos podido ver
que estaba leyendo uno de tantos artículos o dos conceptos coherentes entre ambas obras:
libros que existen sobre el Legendarium, y se primero, que la fuente de todo lo creado está
me pasó por la mente que el mismo Tolkien en Dios o llúvatar mediante su palabra y según
hubiese leído esta disertación de San Atanasio, sus designios, y segundo, que hay un equili-
algo que no sería de extrañar dado lo cultivado brio que se establece por una acción continua;
que estaba en la lectura y en su fe católica. A no hay una creación inicial que se abandona y
medida que fui ahondando en esta obra, más queda aislada en el tiempo y el espacio, sino
me sorprendía la cantidad de similitudes que que se deja al cuidado de alguien, por un lado,
San Atanasio comienza a hablar de las fuer-
zas opuestas en la naturaleza, del calor y del
frío, de la humedad y de la sequedad, de la luz
yde la oscuridad. Según él, si no hubiera un ser
superior a quien estas fuerzas obedecieran,
habría un continuo enfrentamiento entre todas
ellas, y así desaparecería el equilibrio del que
hemos hablado al principio y que reina en toda
la naturaleza. Como diría el padre de la teoría
del Big Bang, el científico y sacerdote católico
Georges Lamaitre, «el científico cristiano sabe
que todo ha sido hecho por Dios, pero sabe
también que Dios no sustituye a sus criaturas.
La actividad divina omnipresente se encuentra
por doquier esencialmente oculta». Del mismo
modo que llúvatar luchó contra Melkor para
que no prevaleciera su discordancia, la armo-
nía que rige el cosmos no es una casualidad,
sino que están dirigidas por Dios, como afirma
Santo Tomás de Aquino en sus cinco vías.
Podemos leer de qué manera San Atanasia Recordemos que el único capaz de crear
expresa este equilibrio constante que tiene es llúvatar y que Melkor, por envidia, dedica
toda la creación: «Todas las cosas subsisten todos sus esfuerzos a destruir aquello a lo que
por la palabra y la sabiduría de Dios, y ninguna los Valar van dando forma en Arda. Intenta por
cosa creada habría tenido una existencia fija si todos los medios crear conflicto con la crea-
no hubiera sido hecha por la razón, y esa razón ción, ya que él mismo desea tener súbditos y
es la palabra de Dios»; y el parecido sustancial ser llamado señor, pero por encima de toda
que tiene con este fragmento de la música de su voluntad está la del único, que ha enviado
los Ainur, cuando llúvatar se dirige a Melkor al vacío la llama imperecedera para poder dar
al ver las intenciones que tiene de «entretejer forma a la música, de la misma manera que el
asuntos de su propia imaginación» en el tema universo fue hecho mediante la palabra y uno
que él les había inspirado: «Y tú, Melkor, verás solo es su creador.
que ningún tema puede tocarse que no tenga
en mí su fuente más profunda, y que nadie Tenemos también en el texto de Tolkien las
palabras que llúvatar dice a Ulmo, y que res-
puede alterar la música a mi pesar.»
ponden a esta idea de San Atanasio: «Melkor