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INICIATIVA CON PROYECTO DE DECRETO POR EL QUE REFORMA Y DEROGA DIVERSAS

DISPOSICIONES DEL CÓDIGO CIVIL FEDERAL, EN MATERIA DE PROHIBICIÓN DEL


MATRIMONIO INFANTIL, SUSCRITA POR LA DIPUTADA SOFÍA GONZÁLEZ TORRES E
INTEGRANTES DEL GRUPO PARLAMENTARIO DEL PVEM

Quienes suscriben, diputada Sofía González Torres y diputados federales integrantes del Partido Verde Ecologista
de México de la LXIII Legislatura, con fundamento en lo dispuesto por el artículo 71, fracción II, de la
Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos; y 6, numeral 1, fracción I, 77 y 78, del Reglamento de la
Cámara de Diputados, sometemos a consideración de esta asamblea la presente iniciativa con proyecto de decreto
que reforma y deroga diversas disposiciones del Código Civil Federal en materia de prohibición del
matrimonio infantil, al tenor del siguiente:

Planteamiento del problema

El derecho a elegir y aceptar libremente el matrimonio está reconocido en la Declaración Universal de Derechos
Humanos de1948, que admite que el consentimiento no puede ser libre y completo cuando una de las partes
involucradas no es lo suficientemente madura como para tomar una decisión con conocimiento de causa sobre su
pareja.

Por su parte, la Convención sobre la eliminación de todas las formas de discriminación contra la mujer de 1979,
estipula que el compromiso matrimonial y el casamiento de un niño o niña no tendrán efectos jurídicos y que se
deben tomar todas las medidas necesarias, incluidas las legislativas, para especificar una edad mínima de
matrimonio.

Asimismo, el artículo 1 de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos establece: que “En los
Estados Unidos Mexicanos todas las personas gozarán de los derechos humanos reconocidos en esta Constitución y
en los Tratados Internacionales de los que el Estado Mexicano sea parte, así como de las garantías para su
protección...”.

La nueva Ley General de Derechos de Niñas, Niños y Adolescentes que fue publicada en el Diario Oficial de la
Federación el 4 de diciembre de 2014, ha constituido uno de los grandes logros legislativos más recientes en lo que
hace a la protección de los derechos humanos de ese sector poblacional, quienes por su propia naturaleza puede ser
un grupo vulnerable, debido a las diversas circunstancias que los rodean.

Es importante señalar que, en términos del artículo 5 de dicha Ley General, se establece que serán considerados
como niñas y niños los menores de 12 años de edad, mientras que los que se encuentren entre 12 y 18 años de edad
serán considerados como adolescentes; al respecto, la Convención sobre los Derechos de los Niños señala que
todos los menores de 18 años serán considerados como niños. De ese modo es que dicha ley busca combatir y
erradicar aquellas circunstancias que generen afectaciones a los derechos humanos de las niñas, niños y
adolescentes en nuestro país y que, por ende, obstaculizan su sano desarrollo, llegando a comprometer su
integridad física e incluso su vida.

Ante estos antecedentes normativos queda claro que el matrimonio infantil viola los derechos humanos de un niño
o una niña, pero sin duda se trata de la forma más generalizada de abuso sexual y explotación de las niñas. Algunas
consecuencias negativas son la separación de la familia y los amigos, la falta de libertad para relacionarse con las
personas de la misma edad y participar en las actividades comunitarias, y una reducción de las oportunidades de
recibir una educación.
El matrimonio infantil también puede acarrear trabajos forzados, esclavitud, prostitución y violencia contra las
víctimas. Puesto que no pueden evitar las relaciones sexuales ni insistir en el uso del preservativo, las novias
menores de edad se exponen a graves riesgos para su salud, como los embarazos prematuros, las infecciones
transmitidas sexualmente y, cada vez más, al VIH/Sida.

Es por ello que presento ante esta soberanía esta iniciativa con la finalidad de eliminar el matrimonio infantil en
nuestro Código Civil Federal que, como argumentaré, constituye una práctica violatoria de derechos humanos, por
lo que mi propuesta normativa abonará en una medida legislativa progresiva y en pro del interés superior de la
niñez.

Argumentación

La participación de menores de edad en el matrimonio ha sido muy común en nuestro país por décadas, lo cual ha
sido propiciado por aspectos de tipo social y cultural, propias de la idiosincrasia de nuestro país o determinadas
regiones del territorio nacional, ya que las mismas familias de los menores o incluso, los usos y costumbres que se
llevan a cabo en algunas comunidades indígenas de donde son originarios éstos, han fomentado dicha práctica; sin
embargo, ello ha sido motivo para que se cometan abusos o conductas tipificadas como delitos sobre dichos
menores, tales como la trata de personas u otras conductas análogas a la esclavitud, lesiones, incluso poniendo en
riesgo su vida.

Desafortunadamente las niñas, por su sola condición, son quienes podrían ser las principales víctimas debido a la
discriminación por razón de género que se sigue presentando, lo cual contribuye para el desarrollo de diversos
problemas tales como el abandono de sus estudios, embarazos a temprana edad, mortalidad materna, mortalidad
neonatal, transmisión intergeneracional de la pobreza y la limitación de oportunidades de niñas, niños y
adolescentes, entre otros, circunstancias que se agudizan en el caso de las niñas que son pertenecientes a grupos
étnicos.

México enfrenta un gran problema de matrimonio infantil. De acuerdo con la Encuesta Nacional de la Dinámica
Demográfica (ENADID) de 2014, nos revela que al menos una de cada cinco mujeres entra en unión conyugal
antes de cumplir los 18 años de edad.

El matrimonio infantil, también denominado matrimonio a edad temprana, es cualquier matrimonio en el que al
menos uno de los contrayentes sea menor de 18 años. Por su parte, el Comité para la Eliminación de la
Discriminación contra la Mujer de la Organización de las Naciones Unidas establece que el matrimonio infantil es
considerado como una forma de matrimonio forzoso, ya que no se cuenta con el consentimiento pleno, libre e
informado de una de las partes o de ninguna de ella.

El matrimonio infantil, en la mayoría de las ocasiones, viene acompañado de embarazos y partos precoces, los
cuales, desafortunadamente, generan altas tasas de mortalidad y morbilidad materna. Datos del Fondo de las
Naciones Unidas para la Infancia (Unicef) señalan que las muertes relacionadas con el embarazo son la causa
principal de mortalidad para las niñas de entre 15 y 19 años de edad, ya estén casadas o solteras, en todo el mundo.

Asimismo, otros datos interesantes que nos proporciona el máximo organismo internacional protector de la niñez
nos dicen que el 36 por ciento de las mujeres de 20 a 24 años de todo el mundo se casaron o vivían en pareja antes
de cumplir los 18 años; así también, que el matrimonio de niñas es más frecuente en África subsahariana y en Asia
meridional. En el Níger, el 77 por ciento de las mujeres entre 20 y 24 años se casaron antes de cumplir los 18. En
Bangladesh, la tasa era del 65 por ciento.
Otra de las consecuencias del matrimonio infantil es la deserción escolar, debido a que las niñas comienzan una
vida en pareja en la cual, por usos y costumbres de las familias, deben atender las necesidades de su esposo, cuidar
a sus hijos e incluso trabajar; de igual forma, en algunos casos los adolescentes deben buscar el sustento de su
recién conformada familia por lo que, desafortunadamente, deben abandonar sus estudios, dejando trunca su
educación y formación.

Asimismo, no podemos dejar de lado que el fenómeno del matrimonio infantil representa un mayor riesgo de
violencia doméstica para las niñas que en algunas ocasiones son obligadas a casarse con hombres de mayor edad,
desgraciadamente esta situación se ve reflejada con mayor frecuencia entre jóvenes hablantes de lengua indígena;
las cuales presentan proporciones muy elevadas de matrimonio infantil, superiores a 40 por ciento en Chiapas,
Guerrero y Veracruz, como lo señalan las cifras de la ENADID 2014.

Una de las cuestiones de llamar la atención, es que la tendencia de las uniones tempranas ha variado poco en las
nuevas generaciones. La ENADID 2014, demuestra que de 8 millones de mujeres entre 15 y 54 años que se
unieron conyugalmente antes de los 18 años; las mujeres de 50 a 54 años, el 25.3 por ciento se unieron antes de los
18 años y el grupo de 20 a 24 años, 21.4 por ciento se unió antes de tener la mayoría de edad, una pequeña
diferencia que nos demuestra que a pesar de los años, el matrimonio infantil persiste por diversos factores que
trascienden las generaciones. Además, en el grupo de 20 a 24 años, 15.4 por ciento ya son madres y 3.7 por ciento
de las mujeres se unieron antes de cumplir los 15 años.

Así, es importante que toda la legislación, criterios y demás normatividad que regulen los derechos de las niñas,
niños y adolescentes en nuestro país, tanto a nivel federal, como local, sea armonizada con la Ley General de
Derechos de Niñas, Niños y Adolescentes, para hacer un combate más efectivo a esas circunstancias que colocan
en riesgo o vulnerabilidad a ese sector de la población, buscando mejorar su calidad de vida y propiciarles
condiciones para acceder a un desarrollo integral durante esa etapa, así como en su vida adulta.

Debido a que es una obligación del Estado mexicano garantizar la máxima protección de los derechos
fundamentales de los menores de edad, resulta necesario eliminar de la legislación, aquellas disposiciones cuyo
contenido ha permitido que sus derechos hayan sido vulnerados, tal como sucede al momento de que se ven
involucrados en la celebración de un matrimonio, ya sea que se celebre entre menores de edad o entre un adulto y
un menor de edad, situación que aún es regulada en diversos preceptos del Código Civil Federal.

El espíritu de esta disposición se encuentra basado en el principio del interés superior de la niñez, mismo que tiene
el carácter respeto a los derechos humanos de los menores de edad e implica el desarrollo de los menores de edad y
el ejercicio pleno de sus derechos, los cuales deben ser considerados como criterios rectores para la elaboración de
normas y la aplicación de éstas en todos los órdenes relativos a la vida del niño, así como también podemos
entenderlo como el derecho a vivir en condiciones de bienestar y a un sano desarrollo integral, con la finalidad de
que los menores de edad vivan en condiciones que permitan su desarrollo, bienestar, crecimiento saludable y
armonioso, tanto físico como mental, material, espiritual, ético, cultural y social, lo cual se encuentra previsto en el
artículo 27 de la Convención sobre los Derechos de los Niños.

Asimismo, durante 2015, el Comité de los Derechos del Niño de las Naciones Unidas ha encomendado a México:

“A la luz de la observación general número 18. (2014) adoptada de manera conjunta con el Comité para la
Eliminación de la Discriminación Contra la Mujer, el Comité recomienda al estado parte que asegure la efectiva
implementación del artículo 45 de la LGDNNA, asegurando que la edad mínima para contraer matrimonio por
parte de niñas y niños sea establecida en 18 años en las leyes de todos los estados. El Estado parte debe también
implementar programas integrales de sensibilización sobre las consecuencias negativas del matrimonio infantil en
niñas, teniendo como población objetivo a los familiares, maestros y líderes indígenas.”
La tendencia a prohibir la celebración del matrimonio a los menores de edad es acorde con el principio de
progresividad de los derechos humanos, puesto que busca evitar que estos adquieran prematuramente aquellas
obligaciones legales y morales que de dicha figura se emanan, ya que al asumir este tipo de cargas les impediría
acceder y disfrutar de aquellos derechos y circunstancias propias de su edad, generando el riesgo de que su
desarrollo personal pueda quedarse inconcluso, colocándolos en una situación de desventaja a corto plazo, muy
común que abandonen sus estudios y propensos a sufrir problemas de diversa índole que afectan su desarrollo y
posibilidades de progreso a mediano plazo; además de que es una edad en la que no se ha alcanzado una madurez
mental suficiente para dimensionar la gran responsabilidad que implica un matrimonio, o lo que realmente se busca
de una pareja y de la vida misma.

En este sentido, la Ley General de los Derechos de Niñas, Niños y Adolescentes, que es nuestra norma máxima en
la materia señala, con base lo establecido en la Convención de los Derechos del Niño, en su artículo 45 que las
leyes federales y de las entidades federativas en el ámbito de sus respectivas competencias, establecerán como edad
mínima para contraer matrimonio los 18 años.

Cuestión que sólo es atendida por 21 entidades federativas, a la fecha de presentación de esta iniciativa,
únicamente las entidades federativas restantes establecen los 18 años para contraer matrimonio, pero con
excepciones y dispensas a la edad, o establecen edades mínimas de 14 o 16 años para mujeres y 16 o 18 para
hombres.

De la misma forma, como ya analicé, el Código Civil Federal no cumple con lo establecido en la Ley General de
los Derechos de las Niña, niños y Adolescentes, ni con lo establecido por los tratados internacionales, ni por las
recomendaciones hechas en la materia por el Comité de los Derechos del Niño; de hecho en él persisten las
dispensas para permitir el matrimonio entre infantes como el hecho de establecer edades mínimas para el
matrimonio o incluso el hecho de contemplar la emancipación como un derecho derivado del matrimonio.

Armonizar el Código Civil Federal con la Carta Magna y la Ley General de Derechos de Niñas, Niños y
Adolescentes en materia de prohibición a los menores de edad para contraer matrimonio contribuirá a la paulatina
solución de diversos problemas que actualmente afrontan los jóvenes mexicanos, como lo es el embarazo a
temprana edad y diversas consecuencias inherentes a ello. Por lo tanto, la finalidad de reforzar la regulación y
protección que propongo en esta Iniciativa pretende derogar y reformar aquellas disposiciones legales que permiten
celebrar el matrimonio entre menores de edad, lo cual constituirá un paso más en la defensa y protección de los
derechos de este sector de la población.

Tenemos que sumar todas las voluntades de los legisladores, para seguir perfeccionando el andamiaje jurídico en
materia de protección infantil con el objetivo de impulsar una nueva visión de los derechos humanos que nuestra
Constitución y los Tratados Internacionales nos mandatan en pro de mejorar la calidad de vida de las niñas, niños y
adolescentes de nuestro país.

Por las consideraciones expuestas, en mi calidad de diputada federal integrante del Grupo Parlamentario del
Partido Verde Ecologista de México en la LXIII Legislatura de la Cámara de Diputados del honorable Congreso de
la Unión, someto a consideración de esta honorable asamblea el siguiente:

Proyecto de decreto que reforma y deroga diversas disposiciones del Código Civil Federal

Único. Se reforman la fracciones I y V del artículo 98, el artículo 100, la fracción II del artículo 103, el artículo
148, la fracción I del artículo 156, el artículo 172, el primer párrafo de artículo 187 y el primer párrafo del artículo
272; y se derogan el artículo 93, la fracción II del artículo 98, la fracción IV del artículo 103, los artículos 149 al
155, la fracción II del primer párrafo y el segundo párrafo del artículo 156, los artículos 17 y 181, el segundo
párrafo del artículo 187, el segundo párrafo del artículo 209, los artículos 229, 237, 238, 239, 240, el tercer párrafo
del artículo 272 la fracción II del artículo 443, el artículo 451, la fracción II del artículo 624 y el artículo 641 para
quedar como sigue:

Artículo 93. Se deroga

Artículo 98. Al escrito a que se refiere el artículo anterior, se acompañará:

I. El acta de nacimiento que compruebe que es mayor de edad y una identificación oficial vigente de los
pretendientes.

II. Se deroga;

III. y IV. ...

V. El convenio que los pretendientes deberán celebrar con relación a sus bienes presentes y a los que adquieran
durante el matrimonio. En el convenio se expresará con toda claridad si el matrimonio se contrae bajo el régimen
de sociedad conyugal o bajo el de separación de bienes. No puede dejarse de presentar este convenio ni aun a
pretexto de que los pretendientes carecen de bienes, pues en tal caso, versará sobre los que adquieran durante el
matrimonio. Al formarse el convenio se tendrá en cuenta lo que disponen los artículos 189 y 211, y el Oficial del
Registro Civil deberá tener especial cuidado sobre este punto, explicando a los interesados todo lo que necesiten
saber a efecto de que el convenio quede debidamente formulado.

VI. al VII. ...

Artículo 100. El Juez del Registro Civil a quien se presente una solicitud de matrimonio que llene los requisitos
enumerados en los artículos anteriores, hará que los pretendientes reconozcan ante él y por separado sus firmas.
Las declaraciones de los testigos a que se refiere la fracción III del artículo 98 serán ratificadas bajo protesta de
decir verdad, ante el mismo Juez del Registro Civil. Éste, cuando lo considere necesario, se cerciorará de la
autenticidad de la firma que calce el certificado médico presentado.

Artículo 103. Se levantará luego el acta de matrimonio en la cual se hará constar:

I. ...

II. Que cuentan con al menos 18 años;

III. ...

IV. Se deroga;

V. al IX. ...

...

...

Artículo 148. Para contraer matrimonio, tanto el hombre como la mujer, necesitan haber cumplido
dieciocho años de edad.
Artículo 149. Derogado

Artículo 150. Derogado

Artículo 151. Derogado

Artículo 152. Derogado

Artículo 153. Derogado

Artículo 154. Derogado

Artículo 155. Derogado

Artículo 156. ...

I. La falta de edad requerida por la ley;

II. Derogado

III. a X. ...

Derogado

Artículo 172. El marido y la mujer tienen capacidad para administrar, contratar o disponer de sus bienes propios y
ejercitar las acciones u oponer las excepciones que a ellos corresponden, sin que para tal objeto necesite el esposo
del consentimiento de la esposa, ni ésta de la autorización de aquél, salvo en lo relativo a los actos de
administración y de dominio de los bienes comunes.

Artículo 173. Derogado

Artículo 181. Derogado

Artículo 187. La sociedad conyugal puede terminar antes de que se disuelva el matrimonio si así lo convienen los
esposos.

... Derogado

Artículo 209. Durante el matrimonio la separación de bienes puede terminar para ser substituida por la sociedad
conyugal.

... Derogado

Artículo 229. Derogado

Artículo 237. Derogado

Artículo 238. Derogado


Artículo 239. Derogado

Artículo 240. Derogado

Artículo 272. Cuando ambos consortes convengan en divorciarse, no tengan hijos y de común acuerdo hubieren
liquidado la sociedad conyugal, si bajo ese régimen se casaron, se presentarán personalmente ante el Juez del
Registro Civil del lugar de su domicilio; comprobarán con las copias certificadas respectivas que son casados y
manifestarán de una manera terminante y explícita su voluntad de divorciarse.

...

Derogado

...

Artículo 443. ...

I. ...

II. Derogado

III. ...

Artículo 451. Derogado

Artículo 624. ...

I. ...

II. Derogado

Artículo 641. Derogado

Transitorio

Único. El presente decreto entrará en vigor al día siguiente de su publicación en el Diario Oficial de la Federación.

Dado en el Palacio Legislativo de San Lázaro, a los 24 días del mes de octubre de 2017.

Diputados: Jesús Sesma Suárez (rúbrica), Sofía González Torres, Arturo Álvarez Angli, Jorge Álvarez López, Rosa Alicia Álvarez Piñones, José
Antonio Arévalo González, Alma Lucía Arzaluz Alonso, María Ávila Serna, Omar Noé Bernardino Vargas, Paloma Canales Suárez, Jesús Ricardo
Canavati Tafich, Juan Manuel Celis Aguirre, Lorena Corona Valdés, José Alberto Couttolenc Buentello, Sharon María Teresa Cuenca Ayala, Daniela de
los Santos Torres, Andrés Fernández del Valle Laisequilla, Evelyng Soraya Flores Carranza, José de Jesús Galindo Rosas, Daniela García Treviño, Edna
González Evia, Yaret Adriana Guevara Jiménez, Leonardo Rafael Guirao Aguilar, Javier Octavio Herrera Borunda, Lía Limón García, Nancy López
Ruiz, Uberly López Roblero, Mario Machuca Sánchez, Cesáreo Jorge Márquez Alvarado, Virgilio Mendoza Amezcua, Cándido Ochoa Rojas, Samuel
Rodríguez Torres, Emilio Enrique Salazar Farías, José Refugio Sandoval Rodríguez, Adriana Sarur Torre, Miguel Ángel Sedas Castro, Edgar Spinoso
Carrera, Francisco Alberto Torres Rivas, Claudia Villanueva Huerta y Enrique Zamora Morlet.

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