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Los derechos de las niñas, los niños y los adolescentes han sido consagrados de manera
particular en la Convención Internacional sobre los Derechos del Niño, la misma que
reconoce a los niños, niñas y adolescentes como sujetos de derecho. Esta Convención fue
ratificada por el Estado Peruano el 4 de setiembre de 1990.
Es importante destacar que en toda medida que el Estado peruano adopte en materia de
niñez y adolescencia debe prevalecer el interés superior del niño con la finalidad de respetar,
garantizar y satisfacer los derechos de los niños, niñas y adolescentes como personas en
proceso de desarrollo.
Las niñas, los niños y los adolescentes constituyen uno de los sectores más vulnerables de
la población.
La propuesta del nuevo Código del Niño y Adolescente elaborada por la Comisión de Justicia
y Derechos Humanos del Congreso ha generado preocupación en la sociedad civil,
especialmente en las instituciones que trabajan por la niñez y la adolescencia, por la inclusión
de una serie de disposiciones que significan un retroceso en los derechos de la infancia.
2006: Congreso de la República realizó un fórum para analizar el Código de los Niños y
Adolescentes concluyendo que era necesario formar una Comisión Revisora de dicho
cuerpo legal.
2011: Presentan proyecto de ley del Nuevo Código de los Niños, Niñas y Adolescentes.
2012: En mayo de este año la Comisión de Justicia y Derechos Humanos del Congreso
emite dictamen y presenta texto sustitutorio llamado “Código de la Niñez y
Adolescencia, el cual representa un retroceso y una violación a los derechos de los niños,
niñas y adolescentes.
RADIOGRAFÍA DE LOS ASPECTOS PREOCUPANTES DEL NUEVO
CÓDIGO DEL NIÑO Y ADOLESCENTE
La nueva propuesta del Código del Niño y Adolescente contiene algunas disposiciones que
contravienen lo señalado en diversos instrumentos internacionales y nacionales en materia
de niñez y adolescencia, siendo uno de los aspectos más graves que no recoge las
recomendaciones del Comité de los Derechos del Niño y, además, no guarda coherencia con
lo establecido en el recientemente aprobado “Plan Nacional de Acción por la Infancia y
Adolescencia 2012-2021”.
En el Perú el uso del lenguaje inclusivo es un mandato legal que debe efectuarse en todas
las comunicaciones escritas y documentos que se elaboren en todas las instancias y niveles
de gobierno (Artículo 4.3° de la Ley N° 28983, Ley de Igualdad de Oportunidades entre
mujeres y hombres).
La visibilización de la niña o las niñas a través del uso del lenguaje inclusivo es una necesidad
y una oportunidad para que puedan generarse planes, programas o políticas en todos los
niveles de gobierno, y así eliminar la situación de discriminación que atraviesan las mujeres
desde que son niñas.
Propuesta: Cumplir con la obligación del uso del lenguaje inclusivo tanto en el título como en
el contenido del nuevo Código.
Se incorpora la supervisión y/o autorización de los padres y madres para el ejercicio de los
derechos de acceso a la información, libertad de expresión, libertad de opinión, reunión y
asociación de niñas, niños y adolescentes. Condicionar el ejercicio de estos derechos a la
supervisión y/o autorización paterna o materna constituye un obstáculo para la
consolidación de la participación infantil, la cual resulta fundamental para el bienestar y
desarrollo integral de las y los menores de edad en tanto pone de manifiesto sus
capacidades en diversos espacios.
Un aspecto grave de la nueva propuesta es que se elimina la participación de los niños, niñas
y adolescentes en los Consejos Consultivos de diversas instancias de gobierno con lo cual
entra en contradicción con el artículo 17° del texto propuesto por el propio dictamen en el que
sí se reconoce el derecho a la participación de la niñez y adolescencia en actividades que se
realicen en diferentes espacios e incluso en aquellos que ellos mismos generen.
El texto propuesto por el nuevo Código “prohíbe todo tipo de violencia física y psicológica,
tortura u otras formas de trato degradante”. Sin embargo, no hace referencia expresa a la
prohibición de la violencia sexual contra la niñez y adolescencia, a pesar que otros artículos
del mismo texto (22°, 50° y 187°) sí se refieren puntualmente a este tipo de violencia.
Esta omisión no permite visibilizar la violencia sexual como una de las formas más graves de
violencia que enfrentan los niños, niñas y adolescentes debido a su especial situación de
vulnerabilidad. Este tipo de violencia no solo vulnera el derecho a la integridad física y
psicológica, el derecho a la vida, el derecho a la libertad de la niñez y adolescencia, sino que
afecta también su dignidad como seres humanos.
Además tampoco se prohíbe de forma expresa el castigo físico y humillante como mecanismo
de corrección o disciplina para los niños, niñas y adolescentes. No elimina el término
“corrección moderada” contenido en el artículo 74°, inciso d) del actual Código,
referido a los deberes y derechos de los padres, término que fue cuestionado durante todos
estos años por su carácter subjetivo..
Se desconoce el derecho que tienen los y las adolescentes mayores de 14 años a acceder a
servicios de información en salud sexual y reproductiva y se otorga responsabilidad a
padres/madres para decidir respecto a la información y educación de sus hijos o hijas
adolescentes en este tema.
Esta propuesta olvida que la protección del derecho a la salud por parte del Estado se acentúa
en el caso de los y las adolescentes pues se encuentran en proceso de desarrollo gradual.
Los estándares internacionales de derechos humanos de los órganos de Naciones Unidas
señalan expresamente las/los adolescentes deben acceder a servicios de salud sexual y
reproductiva. En concreto, el Perú ha recibido recomendaciones específicas de los Comités
ONU para mejorar sus políticas públicas en esta materia.
Luego pasaron muchos años hasta que el cambio de las ideas se hizo claro en los escritos de
muchos intelectuales. Por ejemplo., en París, en 1927, Gabriela Mistral (poetisa chilena,
ganadora del Premio Nobel de Literatura en 1945) dijo:
“El único camino para empezar una nueva organización del mundo, el único tema que tal vez
pueda unir a los adversarios en la aceptación de reformas en grande es la infancia”.
Esto lo dijo después de la Primera Guerra Mundial (1914 – 1918). Pero, lamentablemente,
luego se produjo la Segunda Guerra Mundial (1939 – 1945).
La noción del interés superior del niño o niña significa que el crecimiento de las sociedades
depende en gran medida de la capacidad de desarrollar a quiénes actualmente se encuentran
en esta etapa de la vida de la humanidad. Desde esta perspectiva, dicha prioridad no es
producto de la bondad de la sociedad adulta o de los sistemas de gobierno, sino que
constituye un elemento básico para la preservación y mejoramiento de la raza humana.
¿Qué significa que la Convención sobre los Derechos del Niño sea un instrumento
jurídicamente vinculante?
La Convención sobre los Derechos del Niño es el primer instrumento internacional
jurídicamente vinculante que incorpora toda la gama de derechos humanos: civiles,
culturales, económicos, políticos y sociales.
En 1989, los dirigentes mundiales decidieron que los niños y niñas debían de tener una
Convención especial destinada exclusivamente a ellos, ya que los menores de 18 años
precisan de cuidados y protección especiales, que los adultos no necesitan. Los dirigentes
querían también asegurar que el mundo reconociera que los niños y niñas tenían también
derechos humanos.