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Cinco años pasaron, cuando finalmente Cyrus se embarcó, a explorar qué habría sido de los
pequeños Novas. Irían a Xenon y Arcadia.
Xenon: Xenon estaba habitado por seres pequeños y de múltiples ojos. Al llegar, Syrus
fue recibido con un grupo de aquellos seres con anticipación, algo en sus pequeñas
antenas les aviso de su llegada. Vio con lágrimas en sus ojos a Nova, completamente
blanco y con un pelaje muy muy largo. Había desarrollado antenas tales como los seres y
sus ojos poseían un tercer parpado protector, Nova estaba irreconocible, de hecho, allí era
llamado Tarhot. Que significaba “blanco”. Nova era una bola peluda que muy poco se
asemejaba a un gato terrestre y sus costumbres eran nadar en el helado rio, ¡el gato amaba
el agua!, pronto supo que era más Tarhot que Nova, y partió fascinado por lo que vio.
Arcadia: El siguiente en el mapa era Arcadia, un planeta rosa, y habitado por seres
vegetales de una inmensa inteligencia. Allí Nova era del tamaño de un tigre y tenía el
pelaje rosa debido a las densas partículas de la atmosfera que pintaban todo. Vivía asilado
en una montaña con vida propia, que lo había aceptado como un parásito de relación
simbiótica. Nova se encargaba de alejar las plantas invasoras y dormía sobre las suaves
fibras que crecían de a montones en el lugar. Allí nova era agresivo, feral, no tenía
nombre y vivía para cazar. Syrus salió espantado.
Syrus, al volver a la tierra, aprendió que el minino que estaba a su lado era, realmente Nova. No
un pequeño y blanco amante del agua helada y no un enorme y rosa tigre salvaje. Nova era su
gato de tres patas, temperamental y necio, amante de estar entre los brazos de su dueño. Con
único origen y único nombre. Nova no podría ser Nova sin ser todo ello. Por eso en aquellos
planetas ese minino no podría ser Nova, hay algo más allá de su nombre, tristemente no mágico,
más bien algo como destino. Nova estaba destinado a ser Nova.
2) Ninguno gana
Russell pensaba que los nombres propios eran descripciones definidas que se utilizan para
referirse indirectamente a los objetos a los que se refieren, en lugar de ser términos simples que
se refieren directamente a ellos. La teoría de nombres propios sostiene que estos son
descripciones definidas y que su significado es la descripción asociada con ellos. Según esta
teoría, el nombre "El Bosco " significa la descripción "el hombre que pintó el jardín de las
delicias y fue miembro de una familia de pintores y al igual que su padre y abuelo, se especializó
en la creación de trípticos y retablos religiosos.", y su referencia está determinada por la
existencia y la singularidad de la persona que cumple esa descripción. Ahora con Logo pasa lo
mismo, cuando utilizamos el nombre propio "Logo" para referirnos a un perro, en realidad
estamos utilizando la descripción definida "el perro llamado Logo”. Supongamos que estamos en
un parque y vemos a un perro que no conocemos. Si alguien nos pregunta: "¿Cómo se llama ese
perro?", y alguien que sabe que ese perro se llama Logo nos responde: "Ese perro se llama
Logo", estamos utilizando un nombre propio para referirnos a ese perro específico. Sin embargo,
según la teoría de Russell, en realidad estamos utilizando la descripción definida "el perro
llamado Logo" para referirnos a ese perro.
En este caso creo que ni usted, abuelita, ni el gruñón tengan de hecho razón y esa es la magia del
asunto. Nos nombres propios si existen en el lenguaje, y cumplen cierta función, hay utilidad en
su inutilidad. Creo que soluciona el problema porque nombrar en este mundo es suficiente con
dar la descripción definida y esta está atada, indirectamente sí, al nombre propio. El mismísimo
permanece ya que sí que hay trivializaciones en el habla, pero todo se soluciona si tomamos
como recurso a la descripción definida, incluso, si hablamos de ficciones. Pero, la
predigistización es algo extrema y poco funcional en el mundo. Por ello, creo que es mejor llegar
a un lugar donde ambos se horroricen o se reconcilien, la interpretación es libre.