Lección N°5 LA OBRA DE CRISTO

Consideramos a Jesús como nuestro sustituto

Debemos vivir un estilo de vida que manifieste a Jesucristo en medio de una cultura impía/incrédula.
Considerando el padecimiento de Jesús como nuestro modelo estándar. Cristo sufrió por nosotros en la
cruz para darnos un ejemplo de la forma en que nosotros también debemos de sufrir con paciencia en
medio de un trato injusto. Cristo fue tratado injustamente a pesar de que el era perfecto. El nos da el
modelo perfecto de la paciencia duradera.

Jesucristo sufrió no solo como un ejemplo a seguir, sino él sufrió como nuestro sustituto. 1 Pedro 2:24 él
mismo llevó nuestros pecados en su cuerpo sobre el madero para que nosotros, estando muertos a los
pecados vivamos a la justicia, y por cuya herida fuimos sanados.

La doctrina de la expiación es que Cristo tomó nuestro lugar en la cruz como nuestro sustituto.

2 Corintios 5:21 Al que no conoció pecado, por nosotros lo hizo pecado, para que nosotros fuésemos
hechos justica de Dios en él (para estar en una relación correcta con Dios por medio de Cristo)

Gálatas 3:13… Cristo nos redimió de la maldición de la ley, habiéndose hecho maldición por nosotros.
Pues escrito está: Maldito todo el que es colgado en un madero.

Si Cristo no es mi sustituto entonces sigo ocupando mi lugar de pecador condenado. Si mis pecados y mi
culpabilidad no son transferidos a él y él nos los recibe entonces se quedan conmigo. Si él no cargó mi
condena entonces debo soportarla yo.

No es inmoral pensar que Dios encarnado tomó el pecado del hombre y lo cargó, porque no estamos
imponiendo sobre Dios algo que él no quiera. Esto no mancha su santidad. Esto no se trata de transferir
la culpabilidad de un hombre culpable a otro hombre inocente. Dios decide voluntariamente ser nuestro
sustituto. El quiere que el pecado sea castigado y el quiere ser la víctima que lleve el castigo. Jesús
voluntariamente tomó sobre si nuestros pecados.

Algunos creen que Jesus fue un mártir, un gran ejemplo de sufrir por una causa y morir por ella, pero
mártir puede ser ejemplo de sufrimiento, pero no puede ser un sustituto. Jesucristo no fue un mártir, él
fue nuestro sustituto.

1 Pedro 3:18 Cristo padeció una sola vez por los pecados, el justo por los injustos, para llevarnos a Dios

Llevar el pecado/iniquidad significa sufrir el castigo.

Israel llevó sus pecados por el desierto durante 40 años.

Cuando los espías entraron a la tierra prometida por 40 días regresaron y dijeron al pueblo que no se
acerquen a la tierra, hay gigantes ahí, no podremos con ellos nos destruirán, entonces Dios les dijo por
tu incredulidad y falta de confianza en mí los castigaré y anduvieron errantes 40 años por el desierto.
Dios los castigó haciéndolos vagar por el desierto durante 40años.

Números 14:33,34 vuestros hijos andarán pastoreando en el desierto 40 años y ellos llevarán vuestras
rebeldías, hasta que vuestros cuerpos sean consumidos en el desierto. Conforme al número de los días
de los 40 días en que reconociste la tierra, llevaréis vuestras iniquidades cuarenta años, un año por
cada día, y conoceréis mi castigo.
Ezequiel 18:20 El alma que pecare, esa morirá, el hijo no llevará el pecado del padre, ni el padre
llevará el pecado del hijo, la justicia del justo será sobre él, y la impiedad del impío será sobre él.

Jesucristo llevó el pecado/castigo. La irá de Dios contra el pecado fue puesta sobre él en lugar de ser
puesta sobre nosotros

Jesucristo no se convirtió en un pecador. La escritura dice que el se hizo pecado por nosotros. El cargo el
castigo que nos correspondía, pero no solo fue la muerte física, sino también la espiritual: Dios mío, Dios
mío, porque me has desamparado (El grito de la muerte espiritual – la separación de Dios)

Jesucristo tomo el castigo para satisfacer a un Dios Santo.

Jesucristo no solo se hizo pecado por nosotros, sino que el cargó el castillo por nosotros en su propio
cuerpo en la cruz.

Lo hizo para transformarnos de pecadores en santos. Lo hizo para cambiarnos para regenerarnos.

El propósito de la obra sustitutiva de Cristo es que podamos salir del pecado, y vivamos a la justicia de
Dios, para tener un modelo de vida nueva. Morimos al pecado para resucitar a una vida nueva. Somos
salvos para apartarnos del pecado.

Consideramos a Jesús como nuestro pastor

Jesucristo llevó el castigo por todos y debido a eso hemos vuelto al pastor y guardián de nuestra alma.

Apoc. 12:11 y ellos le han vencido por medio de la sangre del Cordero y de la palabra del testimonio
de ellos, y menospreciaron sus vidas hasta la muerte.