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Samuel Antonio Sanchez Carrillo


University of Guadalajara
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Seminario​ ​de​ ​titulación​ ​en​ ​Mercadotecnia.

El​ ​emprendimiento​ ​como​ ​una​ ​respuesta​ ​a​ ​la​ ​falta​ ​de​ ​oportunidad
laboral​ ​en​ ​los​ ​jóvenes​ ​Mexicanos.

Fonseca​ ​Arvizu​ ​Daniel


Sánchez​ ​Carrillo​ ​Samuel​ ​Antonio

Diciembre​ ​2017

1
Índice

I. Antecedentes…………………………………………………....3
II. Planteamiento​ ​del​ ​problema……………………………….....5
III. Justificación……………………………………………………..6
IV. Objetivos………………………………………………………….7
V. Preguntas​ ​de​ ​Investigación…………………………………...8
VI. Marco​ ​teórico…………………………………………………….8
6.1​ ​Definiciones​ ​y​ ​conceptos………………………………….9
6.2​ ​El​ ​emprendimiento​ ​como​ ​respuesta​ ​al​ ​desempleo…..17
6.3​ ​La​ ​Realidad​ ​del​ ​empleo​ ​de​ ​los​ ​jóvenes​ ​en​ ​Europa:​ ​El
caso​ ​España​ ​en​ ​su​ ​postura​ ​pro​ ​emprendimiento………...19
6.4​ ​Características​ ​y​ ​evolución​ ​de​ ​los​ ​egresados​ ​del
Sistema​ ​de​ ​Educación​ ​Superior……………………………...23
6.5​ ​Estructura​ ​y​ ​evolución​ ​del​ ​empleo​ ​de​ ​profesionistas..25
6.6​ ​El​ ​equilibrio​ ​en​ ​el​ ​mercado​ ​laboral……………………....27
6.7​ ​Actividad​ ​emprendedora,​ ​conocimiento​ ​y​ ​capacidad
de​ ​innovación…………………………………………………….33
VII.​ ​Marco​ ​Metodológico………………………………………………..35
VIII.​ ​Resultados…………………………………………………………..36
IX.​ ​Conclusión…………………………………………………………….38
X.​ ​Referencias...…………………………………………………………..40

Índice​ ​de​ ​Tablas


Tabla.​ ​1...…………………………………………………………..​ ​10

2
I.​ ​ ​Antecedentes​ ​históricos.

Saavedra G, María Luisa; Tapia S., Blanca (2012) en su artículo el entorno


sociocultural y la competitividad de la PYME en México hacen un análisis
competitivo del país, índices de pobreza y ocupación , además presenta algunos
resultados de los distintos programas para el apoyo a emprendedores “México
emprende” en donde a pesar de haber un gran crecimiento en las pymes estas sólo
representaron​ ​el​ ​1.6%​ ​de​ ​los​ ​empleos​ ​que​ ​el​ ​país​ ​necesitaba​ ​en​ ​ese​ ​momento.

En la revista EAN de Colombia se publicó una reseña del libro titulado


Emprendimiento: Diferentes aproximaciones del 2013. Donde uno de los autores
del libro toma diferentes aspectos del emprendimiento, tales como la capacitación
al emprendimiento social, de la empresa familiar a la responsabilidad social
empresarial​ ​y​ ​las​ ​dificultades​ ​de​ ​financiamiento​ ​y​ ​estrategias​ ​para​ ​obtenerlo.

En la revista REVESCO 2013 los autores Lejarriaga Pérez de las Vacas, Bel Durán
y Martín López en su estudio “El emprendimiento colectivo como salida laboral de
los jóvene: análisi del caso de las empresas de trabajo asociado”, realizado a los
jóvenes de españa con una metodología descriptiva llegaron a las conclusiones en
una primera instancia de que los más afectados por las crisis económicas y
laborales son los jóvenes, sin embargo es en el emprendimiento colectivo una
respuesta​ ​clara​ ​para​ ​la​ ​crisis​ ​que​ ​enfrentaba​ ​España.

En el año 2014 la Doctora María Soledad Parra Miranda escribió un artículo para la
universidad Alberto Hurtado de Chile titulado “Emprender en tiempos de crisis” habla
sobre los distintos tipos de emprendimiento y donde es que se dan estos diciendo
que en el tiempo de crisis aumenta el emprendedor por necesidad que al contrario
del emprendedor por oportunidad decide emprender porque desesperadamente
necesita un ingreso para su familia y que estos difícilmente pueden aportar a un
crecimiento​ ​de​ ​la​ ​economía​ ​de​ ​un​ ​país.

3
En el año 2015 Marcelo Abad V. Presenta el artículo con el título “El
emprendimiento una herramienta para el combate contra crisis y la depresión
económica, en una investigación documental llega a la pequeña conclusión de que
el emprendimiento es una respuesta de alto valor para las naciones que deben
enfrentar los efectos de las depresiones económicas ya que aumenta el nivel de
cambio,​ ​genera​ ​empleos​ ​y​ ​aporta​ ​bienestar​ ​a​ ​la​ ​población.

María Minniti doctora en economía por la universidad de Nueva York, en su artículo


en el 2016 titulado el emprendimiento y el crecimiento económico de las naciones
habla de la política del emprendimiento en donde según la autora existe una política
abierta y que propicia el crecimiento del emprendimiento sin embargo el crecimiento
de la economía por medio del emprendimiento no hay una respuesta ya que el
emprendimiento depende del pib de cada país, llega a la conclusión que los distintos
tipos​ ​de​ ​emprendimiento​ ​aportan​ ​en​ ​la​ ​innovación​ ​a​ ​la​ ​nación.

En el año 2016 OCDE/CEPAL/CAF realizaron un estudio sobre el panorama en


América Latina, titulado “Perspectivas económicas de América Latina 2017
Juventud, Competencia y Emprendimiento” realizan un análisis de la situación
económica del país y cómo esta afecta a los jóvenes de los distintos países. En el
apartado para México llegan a la conclusión de que el país es consciente de que el
desempleo y la falta de formalidad en los jóvenes es un problema que se puede
solucionar con el profesionalismo del emprendimiento, por lo que en los últimos
años ha ido implementando políticas que favorecen el emprendimiento junto a
instituciones.

4
II.​ ​Planteamiento​ ​del​ ​problema

En la actualidad uno de los problemas que ha sido tema de estudio por su


complejidad e importancia, es aquel que trata sobre la crisis de empleo a la que se
enfrenta la sociedad mexicana (García, 2015). Los jóvenes son el estrato de la
sociedad que se ve más afectado por la crisis del empleo datos empíricos dictan
que ​La escasez laboral de la mano de obra juvenil se ha mantenido a través del
tiempo, observando que la disminución de las tasas de participación y el aumento
del desempleo son más acentuados entre ellos (​Salas, Minor Mora, & Oliveira,
Orlandina,​ ​2011).
Cabe recalcar que los efectos de la crisis de empleo es un tema que se viene
arrastrando desde la década de los 70 según Toledo en el 2006 citado por García,
2015.
Dicha crisis en el empleo vista desde el entorno microsocial no solo afecta a la
población que no tuvo la oportunidad de acceder a una educación universitaria sino
que la crisis alcanzó a todos los estratos de la sociedad con estudios universitarios
sin ellos o incluso de posgrado (García, 2015), ya que obtener un título universitario
en México no es de gran importancia para la cuestión laboral y de salarios (García-
Hernández, 2017). es por eso que los mismos jóvenes buscan maneras alternativas
de generar ingresos, y es partiendo de esta premisa que el auge del
emprendimiento ha tomado revuelo en los últimos años, donde el objetivo de los
jóvenes es en convertirse en el próximo prodigio de los negocios creando su propia
empresa y siendo su propio jefe. Se nos presenta entonces el emprendimiento
como una manera sencilla de responder a la problemática de la falta de
oportunidades laborales, existen incluso diversos programas desarrollados a nivel
local​ ​y​ ​nacional​ ​que​ ​“facilitan”​ ​la​ ​posibilidad​ ​de​ ​emprender​ ​un​ ​negocio.
Es en este punto donde los datos comienzan a sobrepasar la realidad. Según datos
del INADEM mencionados por Jair López en un artículo para la revista el financiero
en el año 2016 dice que el 75% de las Start Up cierran apenas llegan al segundo
año de operaciones y sólo el 25% de estas permanecen más allá de este tiempo, lo
que nos indica un alto índice de fracasos para aquellos que emprenden un negocio
nuevo, Sugey Villa Sánchez citada por Nayeli Meza Orozco en un artículo para la

5
revista Entrepreneur en el año 2016 plantea que del total de los emprendedores que
un pequeño porcentaje de los jóvenes emprende por necesidad es decir que es la
única opción para generar ingresos ya que no pueden conseguir un trabajo que
satisfaga sus necesidades, este tipo de emprendedores corresponde al 23% del
total de los emprendimientos en México, el porcentaje restante son emprendedores
por oportunidad, es decir que toman en cuenta una necesidad y buscan satisfacerla
mediante​ ​un​ ​servicio​ ​y​ ​a​ ​partir​ ​de​ ​ahí​ ​generan​ ​un​ ​negocio.
Este​ ​es​ ​el​ ​panorama​ ​para​ ​los​ ​jóvenes​ ​y​ ​para​ ​los​ ​jóvenes​ ​emprendedores​ ​en​ ​México.

III.​ ​Justificación

En el presente trabajo de investigación proponemos a investigar cómo los efecto de


la crisis laboral que se vive en el país desde hace algunos años motivan a los
jóvenes a generar empresas en busca de una mejor oportunidad, a esto se le suma
que en los jóvenes mexicanos, el 49% considera la opción de emprender como una
carrera​ ​deseable​ ​(GEM,2016).
Se investigará además cuáles son los efectos del emprendimiento para la
economía del país. La economía no es uniforme se conforma por ciclos, ciclos que
tienen ciertas repercusiones en los países por ejemplo las crisis, la falta de
desempleo, la disminución en la calidad de vida de los habitantes etc. el
emprendimiento es una alternativa que genera un valor agregado para la economía,
crea nuevas fuentes empleo, aumenta el intercambio y mejora la calidad de vida de
los​ ​pobladores​ ​(Abad,​ ​2015).
Es una realidad que nivel mundial es una constante en los últimos años que en las
generaciones jóvenes aparezca el deseo de emprender, y con el auge del internet
hace que sea más sencillo el comenzar una empresa, el cambio en el entorno y el
percibir a un emprendedor como un profesional ha ayudado a que la idea de
autoemplearse sea más atractiva para los jóvenes, considerándose una carrera
profesional​ ​más​ ​(Casilda​ ​&​ ​Bustillo,​ ​2016).
Hoy en día los emprendedores son cada vez más jóvenes siendo entre una edad de
los 25 y 34 años los que mayor participación tienen en este rubro según datos de la

6
GEM en el 2016. La mayoría de los emprendimientos en México nacen del tipo de
emprendimiento por oportunidad, es decir que por la falta de buenos empleos los
jóvenes deciden emprender identificando oportunidades de su alrededor
comenzando así un negocio con capacidad de crecimiento (Parra-Miranda,M,S
2016). Estos emprendedores en etapas tempranas pueden llegar a generar hasta
seis​ ​empleos​ ​(GEM,​ ​2016).
México según el Global Entrepreneurship Monitor por sus siglas (GEM) en el 2016
ocupaba el lugar 46 de 60 en deseabilidad de ser emprendedores y aunado a esto
ha ido mejorando sus políticas en cuanto al emprendimiento desde el 2012
encontrando en él una respuesta al desempleo y la falta de formalidad en los
jóvenes creando tanto instituciones como el INADEM y diferentes programas que
apoyan a los emprendedores de manera económica, en consultorías y apoyos
diversos haciendo que poco a poco se profesionalice al emprendedor con la
esperanza de que las acciones que se lleven a cabo por este grupo de personas
ayuden a la economía, generen empleos y aumente la formalidad en los jóvenes
mexicanos.

IV.​ ​Objetivos
Objetivo​ ​general.
De qué manera emprendimiento es una respuesta a la falta de oportunidad laboral
en​ ​los​ ​jóvenes​ ​mexicanos.
Objetivos​ ​ ​específicos
● ​ ​Describir​ ​el​ ​panorama​ ​laboral​ ​para​ ​los​ ​jóvenes​ ​en​ ​México
● Describir​ ​cómo​ ​la​ ​crisis​ ​económica​ ​ ​motiva​ ​a​ ​los​ ​jóvenes​ ​a​ ​buscar​ ​otras
maneras​ ​de​ ​generar​ ​recursos.
● ​ ​Describir​ ​qué​ ​oportunidades​ ​existen​ ​de​ ​emprendimiento​ ​para​ ​los​ ​Jóvenes
● Desarrollar​ ​cómo​ ​el​ ​emprendimiento​ ​afecta​ ​en​ ​la​ ​economía​ ​del​ ​país
● El​ ​rol​ ​de​ ​las​ ​universidades​ ​en​ ​el​ ​emprendimiento​ ​en​ ​México

V.​ ​Preguntas​ ​de​ ​Investigación

7
General
¿ De qué manera el emprendimiento es una respuesta a la falta de oportunidad
laboral​ ​en​ ​los​ ​jóvenes​ ​mexicanos?
Específicas
¿​ ​Cuál​ ​ ​es​ ​el​ ​panorama​ ​laboral​ ​para​ ​los​ ​jóvenes​ ​en​ ​México?
¿De qué forma la crisis económica motiva a los jóvenes a buscar otras maneras de
generar​ ​recursos?
¿Cómo​ ​afecta​ ​a​ ​los​ ​jóvenes​ ​la​ ​falta​ ​de​ ​oportunidades​ ​laborales?
¿Qué​ ​oportunidades​ ​tienen​ ​los​ ​jóvenes​ ​para​ ​comenzar​ ​a​ ​emprender?
¿Hasta​ ​dónde​ ​el​ ​emprendimiento​ ​afecta​ ​o​ ​beneficia​ ​a​ ​la​ ​economía​ ​del​ ​país?

VI.​ ​Marco​ ​Teórico

8
6.1​ ​Definiciones​ ​y​ ​conceptos
El análisis pretende explorar diversas vertientes del emprendurismo, primero hay
que entender que es el emprendurismo y el emprendedor. Dentro de la gama de
estudios sobre el emprendedurismo se pueden detectar tres vertientes. En la
primera de ellas, se encuentran los trabajos de los investigadores que se preocupan
por definir el concepto y su forma de evaluarlo (Herenkson, 1988; Paniagua, 2002;
Krause, 2004; Hisricha, 2005;Lerma, 2007; Longenecker, 2007; González-Molina,
2008), todos ellos coinciden en que la palabra emprendedor se deriva de la palabra
francesa entre prender, cuyo significado es emprender, encargarse de,
comprometerse, o de la palabra entrepreneur que significa aquella persona que
monta​ ​su​ ​propio​ ​negocio​ ​por​ ​la​ ​necesidad​ ​de​ ​ser​ ​su​ ​propio​ ​jefe.

Los mismos autores también estudian las características básicas que distinguen a
las personas emprendedoras en términos generales: detectar oportunidades de
negocios, evaluar y desarrollar una idea; conseguir los recursos necesarios; evaluar
y asumir riesgos; analizar las condiciones del mercado; poner en marcha un negocio
y​ ​planificar​ ​el​ ​futuro.

En la segunda vertiente se encuentran las aportaciones de los autores dedicados al


tema de emprendimiento social (Morrison, 2002; Puchol, 2005; Rodeiro, 2008;
González y Frank, 2010; Melián y Campos, 2010), quienes relacionan la visión
emprendedora ya sea con la lucha contra la exclusión social laboral o bien, con el
desarrollo​ ​de​ ​proyectos​ ​empresariales​ ​con​ ​utilidad​ ​social.
La tercera vertiente agrupa los estudios referidos a la función de la universidad
como promotora de una visión emprendedora (Clark, 1998;Dalmau, Alonso y
Colomer, 2003; Etzkowitz, 2003; 1607 Jiménez-Sáez y Arroyo-Vásquez, 2006),
donde se destacan las características de las universidades y su aportación al
fortalecimiento​ ​del​ ​emprendedurismo.

Según el proyecto DeSeCo (2005) de la Organización para la Cooperación y


Desarrollo Económico (OCDE), las competencias son habilidades para satisfacer
con éxito exigencias complejas en un contexto determinado. A decir de Perrenoud

9
(2008), las competencias son una capacidad que utiliza varios recursos tanto
cognitivos como no cognitivos para enfrentar ciertas situaciones; no son sólo
conocimientos, habilidades o actitudes, sino acciones que integran y movilizan
recursos. Las competencias profesionales se adquieren en el proceso de formación,
pero​ ​se​ ​fortalecen​ ​en​ ​la​ ​práctica​ ​laboral.

Tabla​ ​1.​ ​Definiciones​ ​y​ ​conceptos​ ​del​ ​emprendedurismo


TEORÍAS AUTORES

En este periodo el concepto de


emprendedurismo se identificaba con el
administrador de la empresa, donde existía un
alto grado de incertidumbre. Una condición
necesario del emprendedor era su buen juicio y

EMPRENDEDURISMO su habilidad para obtener recursos para la


EN​ ​EL​ ​SIGLO​ ​XIX producción​ ​(Longenecker,​ ​2007).

Con Alfred Marshall el concepto del


emprendedurismo consistió en la habilidad de las
personas en reducir los costos de la producción
(Hisricha,​ ​2005).

Kitzner considera que el emprendedurismo se da a


través el aprendizaje informal, cuando las
personas encuentran una oportunidad de negocio
que​ ​no​ ​está​ ​siendo​ ​explotada​ ​(Paniagua,​ ​2002).

Para Shumpeter es una actividad que perturba el


equilibrio existente, es decir, es una actividad de
destrucción creativa que altera el equilibrio de la
economía. El riesgo y la incertidumbre del
emprendedor se minimiza cuando se obtienen
recursos para financiar el proyecto (Krause,
2004).

10
Para Knigtlcitado en Krause (2004), el
emprendedurismo debe tener estos tres
elementos: liderazgo en cambios e innovaciones;
adaptabilidad al cambio y soporte del riesgo en
eventos​ ​fortuitos.

Son todas aquellas actividades de un


individuo o grupo dirigidas a iniciar actividades
económicas en el sector formal bajo una forma
legal de negocio. Esta definición deja fuera a
todas las personas que realizan actividades
dentro del sector informal de la economía (Lerma,
EMPRENDEDURISMO 2007).
EN​ ​EL​ ​SIGLO​ ​XX
Henrekson (1988) asegura que el
emprendedurismo debe tener cuatro
características básicas. La creación de una
empresa debe estar sujeto a una oportunidad
como respuesta a un cambio; se deben realizar
actividades específicas que pueden ser
productivas o improductivas; la actividad se
dirigirá a aquella que les brinde mayores
ganancias y la actividad puede ser realizada
individualmente​ ​o​ ​por​ ​equipos.

El término es aplicable cualquier intento llevado a


cabo por los individuos de empezar una nueva
empresa así como cualquier intento de
autoemplearse. Desde este punto de vista son
emprendedores los taxistas y vendedores
ambulantes, entre otros, por lo que es posible que

11
pertenezcan al sector informal de la economía
(González-Molina,​ ​2008).

Es la habilidad de manipular recursos para obtener


nuevas​ ​oportunidades​ ​de​ ​negocio​ ​(OCDE,2001).

Dentro de los conceptos de emprendedurismo destacan los autores que definen las
características que deben tener los emprendedores. Para Paniagua (2002) es
aquella persona que crea su propio negocio por diferentes razones, entre las que se
encuentran: huir de la estructura empresarial y poner en práctica sus ideas
creativas,​ ​ser​ ​socialmente​ ​útil​ ​a​ ​la​ ​comunidad​ ​y​ ​a​ ​sí​ ​mismo.

Lerma (2007) afirma que la figura del emprendedor ha sido definida por economistas
y sociólogos quienes coinciden en que es una persona que inicia, hace, logra y
construye una empresa de la nada. 1609 Para González-Molina (2008) el
emprendedor debe reunir una serie de características básicas y necesarias, pero
aunque se puede decir que esta persona nace tiene que contar con una
determinada formación ya que una buena idea con una mala preparación
usualmente​ ​lleva​ ​al​ ​fracaso.

Autores como Longenecker (2007) consideran que uno de los indicadores para
medir el emprendedurismo es la tasa de autoempleo, las cual se mide sobre el
número de autoempleados sobre el total de la fuerza de trabajo, sin embargo esta
medida no puede dar información sobre las actividades innovadoras y no refleja
verdaderamente la idea de una visión emprendedora. Ante esto, Henrekson (1988)
indica que la tasa de autoempleo es un mal indicador para esta medida ya que
existen otras razones por las una persona decide buscar el autoempleo y no
precisamente por tener esta visión, como lo es la búsqueda de la sobrevivencia o la
pertenencia​ ​a​ ​la​ ​economía​ ​informal.

Destacar que el emprendurismo como modelo de crecimiento económico parece ser


una respuesta factible a las necesidades del nuevo mercado laboral que se está

12
planteando cada vez más la relación entre su independencia, su apoyo a la
comunidad y el crecimiento basado en ideas propias y también, como un
mecanismo​ ​social​ ​para​ ​comprender​ ​su​ ​entorno.

Para ello tenemos que definir el emprendurismo social, existen muchos conceptos
del emprendedor social; una de sus principales características es que buscan la
creación de empresas que sean viables técnica y financieramente pero su principal
objetivo consiste en luchar contra la exclusión socio-laboral y la distribución del
ingreso​ ​inequitativo.

Según Puchol (2005) ser emprendedor social implica tener los siguientes rasgos:
ser capaz de reconocer una necesidad, reunir los recursos necesarios y realizar
acciones para poner a disposición de la comunidad aquellos bienes y servicios que
se necesitan sin olvidar las obligaciones ante la sociedad y asumiendo los riesgos
que se presenten, no solamente los financieros sino incluyendo los asociados a la
organización​ ​social.

Rodeiro (2008) considera que el emprendedor social es una persona comprometida


con su comunidad por lo que requiere un capital tanto humano como social para
llevar a cabo su idea. Este 1610 autor considera que las empresas como
organizaciones sociales no están aisladas de su entorno, sino que requieren de todo
un sistema de relaciones con el capital social, entendido como el valor agregado
que​ ​generan​ ​los​ ​clientes,​ ​proveedores,​ ​accionistas​ ​y​ ​grupos​ ​de​ ​interés.

González y Frank (2011) por su parte, consideran que el emprendedor social tiene
dos elementos que no se pueden separar: un componente personal que es
consistente con la búsqueda de independencia, libertad y beneficios económicos y
otro componente social, relacionado con el compromiso con los empleados y el
deber de obtener resultados económicos, sociales, cooperativos, públicos y
cognitivos.

13
Morrison (2002) menciona que el emprendedor social reúne una serie de criterios
sociales y económicos que no se pueden separar. En términos sociales es el
resultado de iniciativas de grupos de ciudadanos con poder de decisión para
distribuir los beneficios obtenidos y en términos económicos es una actividad
continua de producción, con un elevado grado de autonomía, de riesgo económico
y​ ​trabajo​ ​remunerado.

Para Melián y Campos (2011) en épocas de crisis el emprendimiento debe estar


asociado a un pensamiento social, considerando una dimensión local que garantice
la creación de mercados regionales y locales; una dimensión empresarial y
económica, que promueva no sólo la eficiencia sino también la eficacia,
consolidación del empleo y el crecimiento económico; una dimensión ético-social,
donde se genere la creación de cooperativas pero con un pensamiento
comunitario,​ ​compromiso​ ​ético​ ​y​ ​participación​ ​ciudadana.

La universidad como promotora del emprendedurismo La función de las


universidades como un elemento clave en la formación de emprendedores ha sido
estudiada por varios autores (Clark, 1998, Dalmau, Alonso y Colomer, 2003;
Etzkowitz, 2003; Jiménez-Sáez y Arroyo-Vásquez, 2006) tanto en universidades
europeas​ ​como​ ​estadounidenses.

Clark (2004) asegura que la misión de la actual universidad es ser una


organización flexible con una interacción social y económica, capaz de adaptarse a
los cambios del ambiente y buscar recursos adicionales para financiar la
investigación, la enseñanza y el modelo emprendedor. Para Etzkowitz (2003) las
universidades deben realizar dos tareas críticas: la primera consiste en fomentar el
emprendedurismo a través de un modelo emprendedor propio que sea dinámico,
en donde se motive y sensibilice a los alumnos en la necesidad de la misión
emprendedora, mientras que la segunda se centra en el apoyo al desarrollo de
empresas, en donde se buscan, reconocen y desarrollan las oportunidades de
negocios, la puesta en marcha de las empresas y su crecimiento. Dalmau, Alonso
y Colomer (2003) consideran que la visión emprendedora fomentada por las

14
universidades deben tener los siguientes elementos: investigación, enseñanza,
apoyo al desarrollo de empresas, formación y consultoría, y los siguientes
procesos:​ ​el​ ​reconocimiento​ ​y​ ​desarrollo​ ​de​ ​la​ ​y​ ​la​ ​creación​ ​de​ ​valor.

Jiménez-Sáez y Arroyo Vásquez (2006) consideran que un modelo emprendedor


generado por las universidades debe tener tres elementos: primeramente debe
desarrollar el apoyo a los futuros emprendedores por medio de la sensibilidad
personal y empresarial, propiciar la innovación y creatividad y desarrollar las
habilidades y competencias emprendedoras en los alumnos;en segundo lugar,
apoyar la creación de empresas por medio del acceso a financiamiento -capital de
riesgo, entidades financieras y posibles socios-, la incubación y servicios
-alojamiento, servicios y contactos- y proporcionar redes comerciales -acceso a
clientes, proveedores y socios comerciales- y en tercer lugar, apoyar al desarrollo
de las empresas a través de la supervisión durante los primeros años para apoyar
el crecimiento, la creación de redes para el desarrollo de la investigación y
desarrollo -acceso a socios tecnológicos y acceso a laboratorios de investigación y
desarrollo-​ ​y​ ​proporcionar​ ​servicios​ ​tecnológicos.

González y Frank (2011) aseguran que la universidad es la encargada de


potencializar las capacidades y competencias de los emprendedores. Esta visión
extensionista de las instituciones de educación superior permitirá un desarrollo
integral​ ​del​ ​emprendedor​ ​y​ ​su​ ​corresponsabilidad​ ​en​ ​el​ ​desarrollo​ ​social.

La función de las universidades como un elemento clave en la formación de


emprendedores ha sido estudiada por varios autores (Clark, 2008, Dalmau, Alonso
y colomer, 2013; Etzkowitz, 2013; Jiménez-Sáez y Arroyo-Vásquez, 2016) Tanto
en​ ​universidades​ ​europeas​ ​como​ ​estadounidenses.

Clark (2008) Asegura que la misión de la actual universidad es ser una


organización flexible con una interacción social y económica, capaz de adaptarse a
los cambios del ambiente y buscar recursos adicionales para financiar la
investigación, la enseñanza y el modelo emprendedor. Para Etzkowitz (2013) las

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universidades deben realizar dos tareas críticas: la primera consiste en fomentar el
emprendurismo a través de un modelo emprendedor propio que sea dinámico, en
donde se motive y sensibilice a los alumnos en la necesidad de la misión
emprendedora, mientras que la segunda se centra en el apoyo al desarrollo de
empresas, en donde buscan, reconocen y desarrollan las oportunidades de
negocios, la puesta en marcha de de las empresas y su crecimiento.Dalmau,
Alonso y Colomer (2003) consideran que la visión emprendedora fomentada por
las universidades deben tener los siguientes elementos: investigación, enseñanza,
apoyo al desarrollo de empresas, formación y consultoría, y los siguientes
procesos:​ ​el​ ​reconocimiento​ ​y​ ​desarrollo​ ​de​ ​la​ ​y​ ​la​ ​creación​ ​de​ ​valor.

Jiménez-Sáez y Arroyo Vásquez (2006) consideran que un modelo emprendedor


generado por las universidades debe tener tres elementos: primeramente debe
desarrollar el apoyo a los futuros emprendedores por medio de la sensibilidad
personal y empresarial, propiciar la innovación y creatividad y desarrollar las
habilidades y competencias emprendedoras en los alumnos;en segundo lugar,
apoyar la creación de empresas por medio del acceso a financiamiento -capital de
riesgo, entidades financieras y posibles socios-, la incubación y servicios
-alojamiento, servicios y contactos- y proporcionar redes comerciales -acceso a
clientes, proveedores y socios comerciales- y en tercer lugar, apoyar al desarrollo
de las empresas a través de la supervisión durante los primeros años para apoyar
el crecimiento, la creación de redes para el desarrollo de la investigación y
desarrollo -acceso a socios tecnológicos y acceso a laboratorios de investigación y
desarrollo-​ ​y​ ​proporcionar​ ​servicios​ ​tecnológicos.

González y Frank (2011) aseguran que la universidad es la encargada de


potencializar las capacidades y competencias de los emprendedores. Esta visión
extensionista de las instituciones de educación superior permitirá un desarrollo
integral​ ​del​ ​emprendedor​ ​y​ ​su​ ​corresponsabilidad​ ​en​ ​el​ ​desarrollo​ ​social.

6.2​ ​El​ ​emprendimiento​ ​como​ ​respuesta​ ​al​ ​desempleo

16
Son muchos, pero no muy variados, los documentos de las diferentes instituciones
europeas en relación con el tema de los jóvenes. Y esa relevancia cuantitativa no
sorprende, ya que simplemente los datos del desempleo de este colectivo son tan
alarmantes y preocupantes que, sin duda, obligan a que se adopten medidas.
Ahora bien, la Unión Europea, debido a su margen de maniobrabilidad, de un lado,
y a su voluntad e intereses, de otro, no se mueve más que en el campo de la
propuesta y de las recomendaciones, por lo que son los estados miembros los
verdaderos protagonistas en la lucha contra el desempleo juvenil; aunque no sólo
en ello, ya que su ámbito de actuación debe extenderse a otras parcelas, con las
que este desempleo está íntimamente relacionado y sobre las que ya ha llamado la
atención la Unión Europea, como la inclusión social, la salud, la cultura, etc.

A el análisis se centrara en la situación de los jóvenes en el mercado de trabajo


pero sin que se pierda nunca la perspectiva de que el problema de este colectivo
trasciende el meramente laboral; y más exactamente, las medidas laborales
adoptadas, si es que han existido, a nivel europeo, y su, si se permite la licencia,
traspo- sición a nivel nacional. Esta trasposición, en España, ha tomado carta de
naturaleza en dos documentos. Por un lado, en la Estrategia de Emprendimiento y
Empleo Joven (2013–2016) nacida, según se contiene en su texto, del “diálogo y
participación” con los interlocutores sociales, entre los quedan incluidos, además
de sindicatos y organizaciones empresariales, representantes de los autónomos y
de la economía social. Esta génesis es consecuencia obligada de la voluntad
comunitaria, que recomienda encarecidamente a los estados miembros que en sus
planes y estrategias de lucha contra el desempleo juvenil se tome muy en
consideración –es más, que se cuente activamente– a los agentes e interlocutores
sociales.
Curiosamente, y por el contrario, España no ha convocado, en el diseño de la
Estrategia, a otros colectivos de gran relevancia en la materia como es el caso de
las asociaciones de jóvenes. Por consiguiente, el Estado español ha dado sólo un
cumplimiento parcial, en este punto, a las propuestas comunitarias. La Estrategia,
aprobada el 12 de marzo de 2013, consta de 100 medidas, 85, con una aplicación
y puesta en funcionamiento a medio y largo plazo, y 15, con un efecto inmediato.

17
Mientras que las primeras, en una primera valoración de conjunto, no son otra
cosa, en su casi totalidad, que medidas obvias carentes de contenido, y que debido
a su falta actual de desarrollo se mueven en el ámbito de lo futurible; las segundas,
se han convertido en el convenido, primero, del Real Decreto Ley 4/2013 de
medidas de apoyo al emprendedor y de estímulo del crecimiento y de la creación
de empleo (en adelante, RDL 4/2013) y, después, en la Ley 11/2013 del mismo
nombre. En esencia, ni el RDL ni, con posterioridad, la Ley difieren, en absoluto, de
las propuestas de la Estrategia. Cuestión bien distinta es comprobar si esas
medidas responden a las orientaciones y recomendaciones comunitarias y, más
exactamente, a la Garantía juvenil. Si se acude a la Estrategia, como a la Ley, la
respuesta tiene que ser afirmativa. De hecho, en la primera, la propia Ministra
suscribe que “es coherente con las recomendaciones e iniciativas que, sobre esta
materia, ha realizado la Unión Europea, en particular con los objetivos y
planteamientos de la llamada “Garantía Juvenil” recientemente propuesta por la
Comisión Europea”, aunque, a renglón seguido, se reconoce que se “desarrolla
buena parte de las recomendaciones específicas o líneas de actuación que
propone el documento” comunitario. O sea, que no hay una transposición completa
de esta medida europea o, si se prefiere, existe una confesión pública de que esa
Garantía Juvenil no se ha recepcionado en toda su extensión. Ahora bien, y va a
ser el objeto de este trabajo, hay que comprobar si la parte que se ha desarrollado
responde, por entero, a los objetivos y documentos comunitarios o si, por el
contrario, no ha sido más que una libre reinterpretación de dichas pretensiones.
Esta adecuación es la que permitirá determinar si, en efecto, como se ha
publicitado desde el Ministerio de Empleo y Seguridad Social, se han cumplido o
no los deberes por parte del Estado español. A lo que hay que añadir que no basta
con el mero cumplimiento formal de la voluntad de la Unión Europea, puesto que la
efectividad de cualquier política de empleo está totalmente condicionada por la
realidad del mercado de trabajo sobre el que pretende actuar; y en esto, sí que se
puede adelantar que la Ley 11/2013, como ya hacía el RDL 4/2013, y algo menos
la​ ​Estrategia,​ ​no​ ​han​ ​sabido​ ​ni​ ​afrontar​ ​el​ ​reto,​ ​ni​ ​aportar​ ​soluciones.

18
6.3 La Realidad del empleo de los jóvenes en Europa: El caso España en su
postura​ ​pro​ ​emprendimiento

No es necesario detenerse en la dramática situación en relación con el empleo


–aunque no sólo con él– de los jóvenes en Europa. Los datos son suficientemente
ilustrativos a estos efectos. Aún siendo así, tampoco se debe caer en el error de
pensar que se está ante un problema nuevo y desconocido. Es más correcto
afirmar que se trata de un viejo problema, que se ha visto agravado como
consecuencia de la crisis económica. Prueba de ello es que muchos documentos
comunitarios mantienen el mismo discurso desde principios de este siglo; y lo que
es más preocupante, muchos de ellos se limitan a mantener las mismas medidas y
propuestas; hasta tal punto es así, que muchas de las reflexiones vertidas en esos
momentos​ ​son​ ​perfectamente​ ​trasladables​ ​a​ ​la​ ​actualidad.

Y eso no quiere decir que las mismas proviniesen de seres visionarios, sino que la
realidad de la juventud no es tan distinta y, por no serlo, que no se han adoptado
las medidas adecuadas a nivel europeo ni, por supuesto, a nivel nacional. Medidas
caracterizadas, normalmente, por un enorme continuismo y falta de imaginación de
sus artífices pese a la cantidad ingente de órganos, reuniones formales e
informales, encuentros, etcétera, que se incorporan a la agenda comunitaria. Sin
perjuicio de un análisis detenido de los datos de empleo y de desempleo de los
jóvenes en el capítulo precedente de esta obra, hay que indicar, en este momento,
que la tasa de desempleo de los jóvenes en Europa se situó, en el tercer trimestre
de 2012, en el 22.7% más de 5 millones de desempleados, por tanto, muy por
encima del 9.2% de la tasa general de desempleo; al tiempo que su paro de larga
duración es, del mismo modo, muy elevado Aunque este es el dato central, hay
que continuar con la radiografía de la situación de los jóvenes, puesto que los
restantes y desesperanzadores parámetros, conjuntamente con el anterior, deben
servir de base al diagnóstico y, por consiguiente, al diseño de las medidas de
empleo. Así, las posibilidades de los jóvenes de encontrar empleo son muy bajas
sólo el 29.7%, de los que tienen entre 15 y 24 años, desempleados en 2010,
encontraron empleo en 2011; hay un alto índice de abandono escolar, lo que, a

19
efectos de empleo, se traduce en que el 54.2% de los jóvenes no están trabajando
cuando, sin embargo, el 70% lo quiere hacer; son muchos los jóvenes, quizás por
el llamado efecto desánimo, que no llevan a cabo una búsqueda activa de empleo
por ejemplo, el 12.4% de los jóvenes desempleados, aún queriendo trabajar, no
buscaron empleo en el segundo trimestre de 2012; el 12.9% lo que supone
aproximadamente 7.5 millones de los jóvenes entran en la “nueva” categoría de
ninis,​ ​es​ ​decir,​ ​sin​ ​empleo​ ​y​ ​sin​ ​educación​ ​o​ ​formación.

Pero la situación, siguiendo con los datos de la Unión Europea, no mejora para los
jóvenes empleados. En 2012, el 42% de los mismos había firmado un contrato
temporal –cuatro veces más que los adultos– y el 32% a tiempo parcial –el doble
de los adultos–. Todos estos datos ponen de relieve la situación intolerable, en
todos los sentidos, en la que se encuentran los jóvenes, que son, como repite
hasta la saciedad la Unión Europea, el futuro de nuestra economía y de nuestra
sociedad, por lo que no hay que ser especialmente avispado para saber que los
remedios y las soluciones tienen que ser inmediatas. Es un problema que no
admite el largo plazo; y quizás los poderes públicos han confiado demasiado en él.
Por ejemplo, en el programa de actuación comunitaria iniciado en 2010, al hilo de
las actuales directrices para el empleo, se ha diseñado ciclos trienales de
actuación; encontrándonos, hoy en día, en el inicio del segundo (2013–2015). Pues
bien, los avances que se han tenido –si nos remitidos a las señaladas tasas de
desempleo junto con las de abandono prematuro de la escuela o las de formación
universitaria– son tan escasos que, como mínimo, deberían obligar a las instancias
comunitarias a un profundo replanteamiento de la estrategia joven y, por ende, la
de los diferentes estados miembros. De hecho parece que la Unión ya es
consciente​ ​de
esta necesidad cuando reconoce que “se necesita urgentemente una respuesta
más​ ​rotunda...[ya​ ​que]​ ​está​ ​en​ ​juego​ ​el​ ​futuro​ ​económico​ ​y​ ​social​ ​de​ ​Europa.

En definitiva y en conclusión, puede admitirse que las premisas de partida de la


Unión Europea son las correctas por ser las lógicas; ahora bien, hay que dar un
paso más, hay que adoptar medidas que hagan realidad dichas premisas; y es en

20
esta segunda fase del proceso, en la que quiebra. Y ello, a pesar del tímido cambio
de rumbo acaecido con el diseño de la garantía juvenil. Esta ha supuesto dejar a
un lado el mundo de las vaguedades para instituir una medida real y, por supuesto,
aplicable.
Es cierto, a fin de que el discurso no resulta sesgado, que el margen de
maniobrabilidad comunitaria, pese a todo, no es particularmente amplio debido al
reparto de competencias en materia de empleo, pero no hay que olvidar tampoco
que, por aplicación del principio de subsidiariedad comunitaria, su intervención
tendría que ser más incisiva, puesto que la ineficacia, en términos generales, de
los estados miembros está más que puesta de manifiesto. El caso paradigmático
es España. Nuestra tasa de desempleo juvenil, se situaba a finales de 2012, y
según datos de la EPA recogidos en la Estrategia de Emprendimiento y Empleo
Joven, en el 55.1% para los menores de 25 años de ellos, el 35% son parados de
larga duración–; y esta tasa está por debajo de la realidad, si se parte, como hace
nuestra política de empleo, de que joven es toda persona por debajo de los 30
años. Pero los datos no son más afortunados con respecto a los jóvenes
ocupados. El 82.3% tiene contratos temporales, mientras que el 51% son
trabajadores a tiempo parcial; con la importantísima precisión, en sendas
ocasiones, de que son temporales y/o a tiempo parcial de forma involuntaria. Por
todo, la necesidad de adoptar rápidamente medidas que contrarresten este
desastroso resultado se hacía, y se hace, imperiosa –o, con palabras de la
Estrategia española, “inmediata y decidida”–. De hecho, la actuación tendría que
haber sido más temprana, puesto que las medidas que se adoptaron con la
reforma laboral de 2012, a juicio de la Unión Europea, fueron ineficaces e
inadecuadas como instrumentos para “mejorar las oportunidades de empleo de los
jóvenes”. Con lo cual, hay que confiar en que esta nueva intervención no responda,
en exclusiva, a la voluntad gubernamental de rendir cuentas a Europa y, en
cambio, olvide y desatienda las necesidades de los jóvenes españoles y, lo que es
más​ ​importante,​ ​las​ ​repercusiones​ ​de​ ​las​ ​medidas​ ​sobre​ ​el​ ​mercado​ ​de​ ​trabajo.
De acuerdo con las declaraciones de la propia Ministra de Empleo y Seguridad
Social, España ha hecho los deberes. Ahora bien, no cabe ocultar que la labor
española ha supuesto, en puridad, una relectura o reinterpretación libre, sesgada e

21
intencionada de las observaciones comunitarias siendo este el verdadero
problema, como se verá en estas páginas, de la efectividad de la Estrategia y de la
reforma contenida en la Ley 11/2013. Y para comprobarlo, basta con acudir, como
se​ ​va​ ​a​ ​hacer​ ​en​ ​el​ ​siguiente​ ​epígrafe,​ ​a​ ​las​ ​fuentes​ ​de​ ​la​ ​Unión​ ​Europea.

1.3 Condicionantes demográficos del mercado laboral de profesionistas en


México

La transición demográfica en México, aunque inició su tercera etapa desde


mediados de la década de los setenta, ha tenido repercusiones importantes en el
comportamiento poblacional en la década de los noventa. Este fenómeno afectó al
mercado laboral desde dos ópticas: el crecimiento de la población en edad de
recibir educación y el crecimiento de la población en edades activas que demandan
empleo.

El descenso de las tasas de natalidad y fecundidad, así como de las de mortalidad,


se ha traducido en una paulatina disminución de las tasas de crecimiento natural
de la población (1.7% anual en el 2000); este crecimiento, además, se disminuye
0.3% anual por efecto de la emigración neta de mexicanos al exterior, de los cuales
una​ ​fracción​ ​(calculada​ ​en​ ​12​ ​000​ ​anuales)​ ​es​ ​de​ ​profesionistas.

Los efectos de los notables cambios en la demografía del país han sido tres
principalmente: ​a) El descenso de la población en edades infantiles y jóvenes como
proporción de la población nacional; ​b) el aumento de la población en edades
activas,​ ​y​ ​c)​ ​el​ ​aumento​ ​-absoluto​ ​y​ ​relativo-​ ​de​ ​la​ ​población​ ​de​ ​la​ ​tercera​ ​edad.

Las consecuencias de estas mutaciones son múltiples, pero por su incidencia en la


conformación de los mercados de trabajo destacan dos: ​a) la reducción del
dinamismo de la población en edades de recibir educación, y ​b) el aumento del
crecimiento de la población económicamente activa (PEA). Como consecuencia de
ambas, la demanda en la educación primaria ha mermado en las últimas décadas;
por el contrario, se ha acentuado la matrícula en los niveles de secundaria, media

22
superior y superior, en especial en esta última y en posgrado y, por tanto, se ha
acrecentado la proporción de la población de 14 años y más con estudios de
secundaria​ ​y​ ​mayores.

Respecto al aumento de la PEA, en los noventa crecieron las tasas de


participación de la población de 1-2 años y más, especialmente debido al
incremento de las tasas femeninas de participación. Las mayores tasas de
crecimiento de la población en edades activas, por otra parte, se tradujo en un
mayor dinamismo de la PEA del país a una tasa anual promedio de 3.6% en los
noventa. Ello se tradujo en poco más de un millón de nuevos entrantes cada año al
mercado de trabajo del país, de los cuales una fracción (aproximadamente uno de
cada cuatro) son profesionistas, es decir, aquellos que egresan de las
universidades​ ​e​ ​instituciones​ ​de​ ​educación​ ​superior​ ​del​ ​país.

6.4 Características y evolución de los egresados del Sistema de Educación


Superior

De acuerdo con información de SEP-ANUIES, el número de egresados de nivel


superior en México pasó de 149,000 en 1991 a 268,000 en 2000. Por su parte, los
egresados con posgrado (que son parte de las cifras anteriores) pasaron de 9 885
a 28,943 en el mismo período. Eso se reflejó en diferencias sustanciales en las
tasas de crecimiento medio anual de los egresados de instituciones públicas y
privadas.

Si se considera que aunque la proporción de jóvenes en edad universitaria que


accedieron al sistema de educación superior pasó de 15 a 20 por ciento, puede
constatarse que las instituciones públicas continúan siendo la piedra angular del
sistema de educación superior del país. No obstante, resulta también claro que en
ese lapso perdieron parte de su importancia relativa al pasar de 80 a 70 por ciento
de la oferta total de egresados. En el posgrado, las instituciones de educación
superior (IES) privadas avanzaron de 16.7 a 47.7 por ciento, lo que significa que
dentro de poco uno de cada dos graduados de programas superiores a la

23
licenciatura egresaron de entidades privadas, cuyo número se elevó de 218 en
1991 a 737 en 2000; el número de sus egresados de licenciatura y posgrado creció
de 29 833 a 80 279. Estos elementos indican que las IES privadas son actores
cada​ ​vez​ ​más​ ​importantes​ ​en​ ​el​ ​panorama​ ​de​ ​la​ ​educación​ ​superior​ ​del​ ​país.
Otro cambio relevante fue la desconcentración de la matrícula de licenciatura y
posgrado. En este sentido, el Distrito Federal, Jalisco y Nuevo León, registraron
crecimientos medios anuales de 5.7, 4.7 y 4.7 por ciento, respectivamente,
menores a 6.7% observado en el país en su conjunto. En otras diez entidades la
tasa de crecimiento media anual fue superior a 10%. Como consecuencia de esta
dinámica, el coeficiente de Gini pasó de 0.277 a 0.138 entre 1991 y 2000, lo que
indica la notable desconcentración territorial de la producción de egresados
universitarios durante la década. El otro rasgo distintivo de la evolución de la oferta
de egresados en el período fue la mayor participación de las mujeres, que en 1970
fue​ ​de​ ​15.5%,​ ​en​ ​1980​ ​de​ ​29.8%,​ ​en​ ​1990​ ​de​ ​40.3%​ ​y​ ​para​ ​2000,​ ​51.03​ ​por​ ​ciento.

Pese al crecimiento de los egresados y la mayor participación de las mujeres, la


estructura de la oferta de egresados de 1991 y de 2000 es estadísticamente
similar. De hecho, la concentración en las primeras 20 carreras es de más de 80%,
lo que sugiere que las casi 1 000 instituciones de educación superior públicas y
privadas repartidas en todo el país formaron, sin acuerdo previo, un conjunto de
egresados cuyo perfil de carreras es estadísticamente muy similar en 1991 y en
2000.

La oferta de egresados creció 6.7% anual mientras que la economía mexicana


registró 3.5%, por lo cual la oferta de egresados se enfrentó a un mercado laboral
poco capaz de ofrecer las oportunidades para quienes salían de las universidades
en empleos en correspondencia con su formación. Este desequilibrio tiene
implicaciones directas en el mercado laboral, las cuales se analizan más adelante.
Paralelamente también tiene efectos importantes en el sistema educativo, al
destacar una dificultad estructural para garantizar la inserción en el mundo del
trabajo profesional de sus egresados. Con ello se desdibujan los innegables logros
educativos​ ​alcanzados​ ​por​ ​el​ ​país​ ​en​ ​los​ ​últimos​ ​diez​ ​años.

24
6.5​ ​Estructura​ ​y​ ​evolución​ ​del​ ​empleo​ ​de​ ​profesionistas

Las posibilidades de creación de empleos adecuados está determinada por las


características y comportamiento de la economía nacional. Durante los años
sesenta y setenta se observó un crecimiento sostenido de la economía; sin
embargo, para los ochenta la economía sufrió severas y repetidas crisis recesivas.
En la segunda parte de ese decenio, se impulsó una agenda de profundos cambios
estructurales que tendieron a abrir la economía mexicana al exterior y orientarla
hacia mayores niveles de competencia; como resultado de esos procesos, en los
noventa la economía mexicana se caracterizó por el predominio del sector externo,
especialmente de carácter manufacturero, en tanto se rezagó el crecimiento de los
sectores orientados al abastecimiento del mercado interno, en especial los
servicios​ ​y​ ​el​ ​comercio.

El dinamismo del sector exportador no fue capaz, sin embargo, de impulsar el


crecimiento acelerado de la economía en su conjunto, la cual creció 3.5% anual
entre 1990 y 2000, mediado por la profunda crisis de 1995. Pese al lento
crecimiento de los noventa, el empleo de mano de obra creció a tasas más
dinámicas (3.6% anual), lo que implicó una caída de la productividad media de la
mano de obra. Por otra parte, el crecimiento de una fracción sustantiva del empleo
se​ ​habría​ ​dado​ ​en​ ​el​ ​llamado​ ​sector​ ​informal​ ​urbano​ ​de​ ​la​ ​economía.

Existen pruebas claras que muestran que el empleo habría sido más dinámico para
las personas con mayores niveles de escolaridad; particularmente dinámico fue el
de los profesionistas que registró 6.1% medio anual. El dinamismo del empleo de
las mujeres fue mayor que el de varones y existe una estructura de edades más
avanzada en la actualidad que al inicio de la década. Se observa también que la
mayoría mantiene una posición en la ocupación vinculada al trabajo asalariado y
en​ ​menor​ ​proporción​ ​en​ ​el​ ​trabajo​ ​por​ ​su​ ​cuenta​ ​son​ ​patrones.

25
Para evaluar la "calidad" de los empleos de los profesionistas se distinguen tres
grupos de ocupaciones: el Grupo 1 incluye ocupaciones típicas desarrolladas por
profesionistas; el Grupo 2 comprende ocupaciones de carácter comercial, técnico y
operarios calificados, y el Grupo 3 incorpora ocupaciones que pueden ser
desarrolladas indistintamente por personas con y sin educación profesional en su
mayor parte. Del análisis estadístico se derivan dos conclusiones de mucha
relevancia: ​a) una mayoría absoluta (60%) de profesionistas mexicanos se
emplean en ocupaciones preferentemente profesionalizantes (Grupo 1), y ​b) se
detecta, sin embargo, un crecimiento mayor del número de profesionistas en
ocupaciones de los grupos 2 y 3 durante la década, lo que estaría sugiriendo una
relativa saturación del primer grupo de ocupaciones que influyó en el
comportamiento​ ​del​ ​mercado​ ​laboral​ ​como​ ​se​ ​menciona​ ​más​ ​adelante.

La estructura de la ocupación de los egresados de las diversas carreras, aunque


diferente y con notables contrastes entre las mismas, permite identificar varios
patrones ocupacionales: ​a) 39 carreras se orientan preferentemente a ocupaciones
del Grupo 1 ; ​b) nueve redujeron su orientación preferencial al Grupo 1 y pasaron a
los grupos 2 y 3, y ​c) cinco carreras mantienen su orientación preferencial a
emplear a sus egresados en ocupaciones del Grupo 2. Pese a esas regularidades,
todas las carreras aumentaron -en mayor o menor proporción- el número de sus
egresados en ocupaciones residuales del Grupo 3 durante la década, lo que
confirma la relativa saturación del empleo en las ocupaciones más
profesionalizantes, y la necesidad de emplearse que ha tenido una fracción
creciente de profesionistas en ocupaciones para las cuales no parece ser
necesaria​ ​la​ ​alta​ ​calificación​ ​que​ ​les​ ​podría​ ​otorgar​ ​su​ ​título​ ​universitario.
El análisis sectorial de la información permite también destacar algunas
conclusiones pertinentes: ​a) el sector servicios -y en menor medida el comercial-
constituyen las actividades económicas más relevantes en materia de empleo de
profesionistas, en la medida en que siete de cada diez de éstos encuentran empleo
en esos sectores; ​b) el sector manufacturero -cuyas exportaciones han guiado el
crecimiento económico del país en el último decenio- no constituye un sector
relevante desde el punto de vista del empleo de profesionistas; por el contrario, su

26
importancia relativa se redujo, y ​c) los sectores dinámicos en materia de empleo
profesional ya señalados -servicios y comercial- aumentaron significativamente su
empleo en el Grupo 3 de ocupaciones que, como ya se ha dicho, tiene un carácter
residual, en tanto que los demás sectores redujeron la importancia del empleo en
el​ ​Grupo​ ​1​ ​de​ ​ocupaciones,​ ​esto​ ​es,​ ​las​ ​de​ ​carácter​ ​profesionalizante.

6.6​ ​El​ ​equilibrio​ ​en​ ​el​ ​mercado​ ​laboral

La información de las dos fuentes estadísticas -registros administrativos de


SEP-ANUIES y muestras de los censos de población- fue confrontada con el objeto
de establecer la naturaleza del equilibrio entre oferta y demanda de profesionistas
durante el decenio de los noventa. En este sentido, se realizaron adecuaciones
que toman en cuenta las tasas de atracción y el incremento de la población inactiva
a lo largo de la década, cuya confronta permite detectar que, a nivel agregado, las
magnitudes de oferta y demanda decenal de profesionistas en México fueron
asombrosamente​ ​similares.

En términos agregados, la oferta neta de profesionistas acumulada durante la


década ascendió a 1.9 millones de personas, en tanto que la demanda agregada a
1.8 millones de profesionistas. El excedente neto de oferta fue de 135,000
personas, es decir, 7% de la oferta acumulada en el decenio. En términos
generales, el mercado de profesionistas en México, no obstante el magro
desempeño de la economía en la década, habría sido capaz, después de todo, de
colocar activamente a casi la totalidad de los egresados del sistema de educación
superior​ ​del​ ​país.

No obstante, si se tiene en cuenta la "calidad" de las ocupaciones (Grupo 1), el


saldo relevante del mercado laboral sería el constituido por la oferta neta menos la
demanda de este grupo, que habría ascendido a poco más de un millón de plazas.
Ello significa un excedente de oferta de profesionistas cercano a los 880 000
personas durante el decenio, la mayoría de los cuales se habría empleado en
ocupaciones de los grupos 2 y 3. Ello quiere decir que sólo 55 de cada 100

27
egresados netos lograron colocarse en ocupaciones profesionalizantes (Grupo 1);
el resto habría encontrado trabajo en ocupaciones menos especializadas (grupos 2
y 3). Lo anterior pone de manifiesto dos conclusiones: ​a) el número de egresados
necesarios para laborar en ocupaciones de carácter profesional fue mucho menor
que el número total de egresados del sistema de educación superior del país
durante la década, y ​b) el que el excedente de oferta de profesionistas encuentre
empleo en ocupaciones de carácter residual, sugiere que los egresados
universitarios desplazan de esas labores productivas a personas con menores
niveles de educación formal. Este fenómeno, por lo demás, no es privativo de
México:​ ​en​ ​la​ ​actualidad​ ​se​ ​registra​ ​en​ ​muchos​ ​países​ ​del​ ​mundo.

La desagregación por carreras deja ver un elevado grado de asociación estadística


entre las magnitudes de la oferta y la demanda, es decir, carreras que muestran
elevada oferta, registran a la vez elevada demanda y viceversa. De hecho, la
correlación estadística entre ambas variables es positiva y significativa, lo que
indica que el mercado emplea a los egresados del sistema, independientemente de
la carrera que hayan cursado, lo que pone de manifiesto una notable flexibilidad de
la demanda a las condiciones de oferta de profesionistas que genera el sistema de
educación​ ​superior​ ​del​ ​país.
Además, vale apuntar que las condiciones del mercado laboral para la mayoría de
las carreras muestra también un marcado excedente de oferta. De hecho, la
magnitud absoluta y relativa del saldo relevante permite clasificar el desempeño en
el mercado laboral en cinco conjuntos de carreras profesionales: ​a) con exceso de
demanda (una carrera); ​b) con exceso poco significativo de oferta en términos
absolutos y relativos (una carrera); ​c) con exceso de oferta poco significativo en
términos absolutos pero elevado en términos relativos (19 carreras); ​d) con exceso
de oferta en términos absolutos y relativos (11 carreras), y ​e) carreras críticas con
muy acentuado exceso de oferta, tanto en términos absolutos como relativos (14
carreras).
En este apartado se presentan los principales conceptos en que se basa la
definición de la tipología de las regiones en relación con su comportamiento

28
innovador, así como las teorías del emprendimiento con base en los derrames del
conocimiento.
Existe un amplio reconocimiento de que el conocimiento y la innovación están
arraigados al territorio, por lo que cualquier política de desarrollo local está
obligada a potenciar los procesos de innovación desde la dimensión regional para
que tenga éxito (Llisterri y Pietrobelli, 2011). El papel del espacio territorial ha sido
ampliamente discutido en la ciencia regional y también ha tenido un rol decisivo en
la perspectiva del análisis económico. A pesar de las diferencias existentes entre
las distintas propuestas de los denominados «modelos territoriales de innovación»
(Moulaert y Sekia, 2003), todos coinciden en adjudicar un alto grado de importancia
a las externalidades y a la proximidad geográfica como factor explicativo de la
innovación​ ​(Albuquerque,​ ​2006).
La importancia de la proximidad territorial para generar capacidades de innovación
ha sido tema recurrente en la extensa bibliografía sobre los modelos regionales de
innovación. La mayor parte de la literatura considera que el proceso de aprendizaje
y el conocimiento generado son factores con atributos locales, de arraigo o
adherencia ​(stickiness) al territorio, que explican su escasa movilidad y la
existencia de capacidades localizadas y distribuidas desigualmente por los
espacios​ ​territoriales​ ​(Navarro,​ ​2009)
La justificación de esa adherencia del conocimiento al territorio se explica
fundamentalmente desde la perspectiva evolucionista y en contraposición a las
tesis neoclásicas, por el hecho de que una parte importante del conocimiento tiene
carácter tácito y no es codificable. Para Lundvall , la transmisión del conocimiento
tácito depende del capital humano, de la interacción y convivencia de las personas
entre las que se transmite el conocimiento, que compartan códigos y determinadas
formas comunes a determinados contextos, como el idioma, las normas,
identidades; todo lo anterior genera confianza para que pueda tener lugar el
proceso de trasmisión. Por lo que desde esa perspectiva, la proximidad se
consideró​ ​al​ ​inicio​ ​una​ ​condición​ ​necesaria​ ​para​ ​la​ ​transmisión​ ​del​ ​conocimiento.
Por otro lado, recientemente el debate académico también ha puesto en duda la
necesidad de la proximidad física para la transmisión del conocimiento, a partir de
que consideran superada la dicotomía entre conocimiento tácito y explícito que

29
prevaleció en una parte importante del pensamiento científico sobre la teoría del
conocimiento​ ​hasta​ ​finales​ ​de​ ​la​ ​década​ ​de​ ​los​ ​noventa​ ​(Howells,​ ​2002).

Para Doloreux y Parto (2004) se debe a que la competitividad se alcanza a escala


regional debido a la existencia de ese nivel de capacidades institucionales,
estructuras establecidas, así como de conocimiento y habilidades propias. Por otra
parte, también se fundamenta que estos tipos de análisis se basan principalmente
en el concepto de cómo las industrias tienden a concentrarse en regiones
específicas, así como por la existencia de políticas descentralizadas, donde las
regiones​ ​constituyen​ ​el​ ​marco​ ​de​ ​aplicación​ ​(Porter,​ ​1990).
Por otra parte, Heijs (2001) señala que, en muchas ocasiones, cuando se habla de
un Sistema Nacional de Innovación (SNI) se suelen explicar las características del
mismo a partir de una región específica. Así, los procesos de creación, difusión y/o
absorción del conocimiento de la tecnología producida localmente o importada
dependen de las instituciones, organizaciones y agentes que influyen en la
capacidad​ ​de​ ​aprendizaje​ ​regional.
Los estudios de clasificación de naciones y regiones según los esfuerzos y
resultados en materia de innovación y desarrollo tecnológico tienen una tradición
de casi una década, sobre todo en Europa, con investigaciones acerca de los
sistemas​ ​regionales​ ​europeos​ ​y​ ​por​ ​países.
El origen de muchos de esos trabajos de clasificación y elaboración de tipologías
reside en el trabajo de Stern, Porter y Furman (2002) acerca de la determinación
de la capacidad de innovación de los países. Estos autores desarrollaron el
concepto de capacidad de innovación nacional, entendiéndose esta última como la
habilidad de un país para producir y comercializar un flujo determinado de
innovación a lo largo del tiempo. (Stern et al 2002), en correspondencia con los
enfoques teóricos mencionados, identificaron los factores que determinan la
capacidad de innovación nacional a partir de 3 entornos diferentes: la
infraestructura común de la innovación, el entorno de innovación específico de los
clústeres,​ ​y​ ​la​ ​calidad​ ​de​ ​los​ ​vínculos​ ​entre​ ​las​ ​2​ ​dimensiones​ ​anteriores.

30
Otros trabajos de gran relevancia en el campo de la medición de las capacidades
de innovación son los de Archibugi y Coco (2004,2005), los cuales construyeron el
Índice ArCo o Indicador de Capacidades tecnológicas, compuesto por 3
subíndices: el de creación tecnológica (patentes y artículos científicos), el de
infraestructura tecnológica (Internet, teléfono, consumo de electricidad) y el de
habilidades humanas (matrícula terciaria científica, años de escolaridad e índice de
alfabetismo). Este índice les permitió construir una tipología de naciones y
diferenciarlas según los esfuerzos y los resultados obtenidos en el área de la
construcción​ ​de​ ​capacidades​ ​de​ ​innovación.
Precisamente, de la importancia del carácter regional en los estudios vinculados a
la innovación surge la necesidad de diferenciar los propios sistemas regionales
dentro de una nación, y por lo tanto definir tipologías de Sistemas Regionales de
Innovación en función de los recursos y resultados relacionados con los mismos
(Martínez-Pellitero,​ ​2002).
Paralelamente a los estudios sobre los procesos de innovación a nivel nacional, la
importancia de la innovación a nivel regional ha sido puesta de manifiesto en varios
trabajos dirigidos a medir la innovación y construir tipologías que permitan clasificar
las regiones. En el caso de España en particular, son muy relevantes los trabajos
del Instituto de Análisis Industrial y Financiero (IAIF) de la Universidad
Complutense de Madrid destinados a construir una tipología de los sistemas
regionales de innovación (Martínez-Pellitero, 2002; Buesa, Heijs y Martínez
Pellitero, 2002; Buesa, Heijs, Baumert y Martínez Pellitero, 2003) y de establecer
cuáles son los factores determinantes de la capacidad innovadora en las regiones
para el caso de España (Baumert y Heijs, 2002; Buesa et al., 2003). Estos autores
construyeron el índice IAIF de la innovación regional, el cual está compuesto por 4
índices parciales que miden: el entorno regional y productivo, el entorno
universidad,​ ​el​ ​entorno​ ​administración​ ​pública​ ​y​ ​el​ ​entorno​ ​empresa.
Recientemente, un estudio chino revela los avances en la identificación de los
factores que determinan la capacidad de innovación regional en ese país (Yang,
Lee y Lin, 2014). Encontraron que aquellas regiones que tienen ratios más
elevados de inversión privada en I + D y empresas de propiedad extranjera, así

31
como estrechas relaciones universidad, industria y gobierno, experimentan una
capacidad​ ​de​ ​innovación​ ​superior.

En América Latina, en particular, hay pocos estudios con propósito de construir


tipologías y clasificar los países y regiones por sus capacidades de innovación y
esfuerzos de desarrollo tecnológico. Probablemente uno de los estudios pioneros a
nivel de toda la región fue el realizado por la CEPAL en 2007 (Lugones, Gutti y le
Clech, 2007). En este trabajo se determinó la productividad total de los factores
(PTF) en un primer apartado, y en el segundo se elaboró una clasificación de los
países con base en 4 grupos de indicadores: indicadores de base tecnológica, de
infraestructura, de esfuerzos y de resultados. A partir de lo anterior, se obtuvo una
medición de los esfuerzos y resultados obtenidos por dimensiones separadas y en
su conjunto, aunque, según los autores, solo una mirada integral permitiría evaluar
los resultados logrados. Ante una ausencia de datos sobre innovación en las
empresas para la mayoría de los países, se constató la heterogeneidad de los
procesos de innovación y, sobre todo, que no existen avances significativos en la
construcción de capacidades tecnológicas y de innovación, aunque algunos países
hayan mostrado mejores resultados en algunos indicadores (patentes). Solo un
país mostró un incremento en la PTF que representa una reducción de la brecha
con relación a Estados Unidos (Costa Rica). Como resultado de la evaluación
realizada se propuso que los gobiernos de América Latina se involucren con
políticas más activas de promoción de las capacidades de innovación y desarrollo
tecnológico.
En el presente apartado se ha discutido sobre los estudios que abordan el análisis
de la capacidad de innovación regional y de su medición. Debido a que el propósito
de este trabajo persigue también relacionar la capacidad de innovación con los
esfuerzos emprendedores por regiones, en el siguiente subapartado se aborda el
análisis teórico de la actividad emprendedora como fuente de capacidad de
innovación centrándose en la teoría del derrame del conocimiento del espíritu
empresarial.

6.7​ ​Actividad​ ​emprendedora,​ ​conocimiento​ ​y​ ​capacidad​ ​de​ ​innovación

32
Ante las insuficiencias de la nueva teoría del crecimiento económico (Romer, 1990)
y la función de producción de conocimiento en relación con la explicación de
capacidad de innovación de un territorio, Acs, Audretsch y sus colaboradores han
desarrollado la teoría del derrame del conocimiento del espíritu empresarial
(Audretsch, 1995; Audretsch y Keilbach, 2005; Acs y Armington, 2006; Audretsch,
Keolbach y Lehman, 2006; Acs, Audretsch, Braunerhjelm, Carlsson, 2009; Dilaver,
Bleda y Uyarra, 2014). El contenido fundamental de esta perspectiva consiste en
que los emprendedores, a través de la creación de nuevas empresas, desempeñan
un papel importante en la comercialización de nuevos conocimientos desarrollados
por instituciones de investigación o (generalmente grandes) empresas, las cuales
no están interesadas en comercializar los frutos de su investigación. Las
oportunidades empresariales en este escenario se revelan en la aparición de
nuevos conocimientos como resultado de la actividad de I + D y de agentes
económicos emprendedores que descubren sus valores potenciales de
comercialización, a diferencia de las empresas o instituciones establecidas que
prefieren no explotarlos. Esto es consistente con las características del
conocimiento como insumo o factor de producción diferente a los factores
tradicionales de producción (capital y trabajo): alto grado de incertidumbre, alto
grado​ ​de​ ​asimetrías​ ​y​ ​altos​ ​costos​ ​de​ ​transacción.

La explotación de las oportunidades por los emprendedores también depende de la


cultura emprendedora y otras barreras a la actividad empresarial, tales como
restricciones financieras y las restricciones reguladoras (Acs et al., 2009).
Formulan​ ​la​ ​teoría​ ​del​ ​derrame​ ​de​ ​conocimiento​ ​de​ ​la​ ​iniciativa​ ​empresarial​ ​como:
donde E es la decisión emprendedora en términos de probabilidades; π* son los
retornos esperados por la apertura de nuevas empresas, K es la función de
conocimiento acumulado, θ es la proporción de conocimiento no comercializado
por las firmas establecidas, C es la cultura de fomento de la actividad
emprendedora, ω es el salario de la empresa establecida y β son las barreras
individuales​ ​e​ ​institucionales​ ​para​ ​la​ ​actividad​ ​emprendedora.

33
La teoría del derrame de conocimiento de la iniciativa empresarial sugiere un
importante canal de transmisión de los derrames de conocimientos que contribuyen
a una mejor comprensión del mecanismo del crecimiento económico impulsado por
el conocimiento y la innovación. En esa perspectiva se identifican los nuevos
conocimientos como fuentes de oportunidades empresariales. Muy importante
también es que se identifica el emprendimiento como un mecanismo que hace
posible los derrames de conocimiento, recuperando el eslabón perdido entre el
nuevo conocimiento o la actividad de I + D, la innovación y el crecimiento
económico. Esto es consistente con los descubrimientos de ​(Michelacci 2003),
según el cual la carencia de capacidad empresarial puede dar lugar a bajos
rendimientos de la actividad de I + D. También (Braunerhjelm, Acs, Audretsch y
Carlsson, 2010) han encontrado un efecto positivo de los derrames de
conocimiento de la iniciativa empresarial en el crecimiento económico después de
controlar​ ​la​ ​actividad​ ​de​ ​I​ ​+​ ​D.

VII.​ ​Marco​ ​Metodológico

Enfoque
Para la presente investigación determinamos un enfoque Mixto ya que a pesar de
hacer la recopilación de datos de fuentes secundarias muchas de estas llevaron a
cabo una investigación de carácter cuantitativo y los datos obtenidos en algunos
casos formaron parte del estudio de esta investigación. Sobre el enfoque mixto
Sampieri dice que existen gran variedad de fuentes de información que pueden
generar una idea de investigación es a partir de est información que el investigador
crea el enfoque con el que decide llevar su investigación habla además de que el
enfoque llamado mixto donde se combinan los dos grandes tipos de enfoque el
cualitativo​ ​y​ ​el​ ​cuantitativo.

Tipo​ ​de​ ​Investigación​ ​.


Se definió esta investigación como una investigación del tipo documental ya que se
recopiló, analizó y se hizo una crítica de material de fuentes de información según
Alfonso, I citado por el profesor Oneyda Mengo en el año 2009 define la

34
investigación documental como “procedimiento científico y proceso sistemático de
indagación, recolección, organización, análisis e interpretación de información o
datos en torno a un determinado tema”. Sobre la investigación documental también
se dice que es una técnica que consiste en la selección y recopilación de
información por medio de lectura, crítica de distintos documentos, dicha
investigación puede ser de revistas, material de hemerotecas, tesis, libros etc.
(Baena,1985).

Tipo​ ​de​ ​estudio


Este es un estudio del tipo descriptivo ya que se recolectó información y se trató de
explicar una realidad en concreto. Según Sampieri, Fernández y Baptista 2010 los
estudios del tipo descriptivos explicativo están dirigidos a explicar las causas de los
eventos​ ​sean​ ​físicos​ ​o​ ​sociales​ ​dando​ ​a​ ​conocer​ ​porque​ ​ocurre​ ​un​ ​fenómeno.
Este tipo de estudios pretenden medir o recolectar información de manera
independiente​ ​o​ ​conjunta​ ​sobre​ ​las​ ​variables​ ​a​ ​las​ ​que​ ​se​ ​refiere​ ​ ​(Arias,​ ​2006).

Metodología​ ​general
El procedimiento que se llevó a cabo para la realización de esta tesis fue
recolección de información importante en revistas, tesis, artículos, reportes de
organizaciones. Se hizo el uso del programa excel para el apoyo en la organización
de​ ​los​ ​datos​ ​a​ ​manera​ ​de​ ​fichas​ ​bibliográficas.
En cuanto al universo y muestra fueron los jóvenes emprendedores de la república
mexicana.

VIII.-​ ​Resultados

El​ ​panorama​ ​laboral​ ​para​ ​los​ ​jóvenes​ ​en​ ​México


De acuerdo con datos de la OCDE de 2017 el panorama no luce nada esperanzador
para los jóvenes en el país, la economía de Latinoamérica se verá desacelerada
durante el 2017, dicha situación que afectará a los más de 163 millones de jóvenes
latinoamericanos.

35
Dicho informe menciona que en países como México, Argentina, Brasil y Paraguay,
cerca del 60 por ciento de los jóvenes trabajadores en un empleo informal seguirán
desempeñándose hasta un año después y únicamente el 30 por ciento podrá
encontrar​ ​estabilidad​ ​en​ ​un​ ​empleo​ ​formal.

La​ ​crisis​ ​económica​ ​ ​motivación​ ​para​ ​los​ ​jóvenes​ ​a​ ​emprender


En 2008, durante la crisis más reciente, el emprendimiento, ciertamente no fue la
respuesta popular dentro del camino a la estabilización. El rescate a empresas y la
activación de la actividad económica fueron prioridades a nivel político y
empresarial. Recientemente la polaridad de esta se ha invertido, sobre todo en la
población joven de los países en desarrollo, los cuales enfrentan el desempleo de
manera predominante. Cabe resaltar que un estudio reciente, muestra que, el 75%
de los emprendimientos en México fracasa (El financiero, 2017) y del 25% restante
el 50% fracasa dentro de los primeros tres años por falta de ingresos (El financiero,
2017). Es cierto que la crisis estimula las oportunidades para emprendimiento, pero
la nula educación financiera y falta de instrumentos y herramientas, vuelven
imprácticos​ ​los​ ​emprendimientos.

Oportunidades​ ​existen​ ​de​ ​emprendimiento​ ​para​ ​los​ ​Jóvenes


Con respecto a emprendimiento en México, el estudio revela que se presenta un
porcentaje menor que en la región (Latinoamerica). Del total de jóvenes
trabajadores el 5% lo realizan por cuenta propia y 2% son empleadores, a
comparación de 16 por ciento y 2 por ciento respectivamente en América Latina y el
Caribe.
El 17 por ciento de los emprendedores jóvenes en México de entre 18 a 29 años,
inician sus empresas propias debido a la necesidad. Dicha cifra está por debajo del
promedio regional con 26 por ciento, según datos de la red mundial de
investigadores​ ​de​ ​la​ ​iniciativa​ ​empresarial​ ​Global​ ​Entrepreneurship​ ​Monitor​ ​(GEM).
Esto nos indica que el rendimiento de México respecto al emprendurismo aún se
encuentra muy lejos de la media en comparación con Latinoamérica, esto abre
muchas oportunidades para que los jóvenes aprovechen los vacíos y empiecen a
generar​ ​dividendos​ ​basado​ ​en​ ​la​ ​factibilidad​ ​del​ ​negocio​ ​o​ ​empresa​ ​que​ ​consideren.

36
El​ ​emprendimiento​ ​y​ ​sus​ ​efectos​ ​en​ ​la​ ​economía​ ​del​ ​país
Es difícil medir el impacto real en la economía del país, pero en 2013 veiamos que
las pymes aportan el 48% del PIB (Forbes, 2013), sería aventurado decir cuántos de
estos son emprendimientos, pero es una realidad que la mayoría de las empresas
pequeñas​ ​y​ ​medianas​ ​están​ ​relacionadas​ ​con​ ​estos​ ​emprendimientos.

El​ ​rol​ ​de​ ​las​ ​universidades​ ​en​ ​el​ ​emprendimiento​ ​en​ ​México
Queda totalmente probado que las universidades y el crecimiento en el
emprendurismo tiene una relación directa, ya que éstas fungen como una
incubadora y un motivante para que los jóvenes muestren sus proyectos como lo
menciona Javier Arreola en los núcleos de innovación e incubación que visitó en Tel
Aviv, Singapur y Sao Paulo (Arreola, J 2014) y que más que una moda que prolifera
en los centros de estudios, son verdaderas maquinarias para acelerar negocios,
esto tiene beneficios tripartitos, ya que no solo es el emprendedor quien toma
partido, sino la sociedad y la universidad también ven retribuido en manera de
apoyo económico el asistir en estas necesidades, además, es una inversión para el
futuro​ ​del​ ​país.

General
Seguirán existiendo oportunidades y apoyos para realizar esfuerzos ligados a
promover empresas, ya que son el motor económico - político del país, pero se
necesita una mayor educación financiera y desarrollar herramientas que reduzcan el
fracaso, en aras de crear más empleos, entre otros beneficios que promulgan una
mejor convivencia cuando existe un bienestar económico. Se puede decir que el
empleo y las empresas siempre estarán ligados de muchas maneras ya que
dependen directamente el uno del otro, y que si bien, las crisis siempre serán un
motivo para nuevas oportunidades, el emprendimiento solo es una pieza más dentro
de la incertidumbre que se genera en esos desencuentros económicos. Cabe
resaltar que es una excelente propuesta para incentivar el crecimiento y que las
universidades se conecten con la realidad de los jóvenes siempre será nutritivo, en
todo caso, no permanecer de manera contemplativa y ser parte del engranaje

37
favorece y genera confianza en un modelo que cada vez genera más adeptos
dentro​ ​del​ ​concepto​ ​y​ ​el​ ​mundo​ ​empresarial.

IX.-​ ​Conclusión
Se pueden determinar muchos supuestos válidos, ya que es un fenómeno
relativamente nuevo en la literatura aunque siempre había existido dentro del medio.
Encontramos que los jóvenes mexicanos responden a este estímulo en primer lugar,
debido a la precariedad de los salarios ya que en general existen oportunidades
pero son un espejismo de una situación que cada vez se repite más en todos los
ámbitos del sector laboral, la brecha salarial entre los puestos bajos versus los
intermedios es increíblemente grande y requiere una cantidad de tiempo que no
está en función de los requerimientos de los jóvenes mexicanos, asimismo, como
adendum, tenemos que mencionar que entre las jóvenes mexicanas en específico,
prolifera en mayor medida la diferencia en el salario, es por ello que la respuesta
natural es iniciar el proceso de iniciarse en el mundo empresarial, el cual permite, en
mucho de los casos, administrar el tiempo, los recursos y los esfuerzos sin
descapitalizarse económicamente y físicamente en un trabajo que probablemente
nunca​ ​les​ ​remunere​ ​de​ ​la​ ​misma​ ​manera.
En general el panorama futuro siempre ha lucido grisáceo desde la perspectiva de
todo aquel con una capacidad analitica dentro del promedio, parecia logico que el
estado de bienestar buscado siempre se tiene que poner en tela de juicio con todas
las hecatombes que suceden alrededor nuestro, es muchas veces donde surgen las
oportunidades para todos aquellos emprendedores que logran o han logrado
cambiar un poco la sintomatología de un lúgar donde todos habitamos pero
ciertamente nadie dispone de tiempo y recursos para acelerar el cambio o para ser
parte del mismo. Es prudente decir que las universidades han tratado de permear en
buena medida este modelo para fomentar la creatividad y habilidad de los
estudiantes, pero a su vez, el fracaso se encuentra en las complicaciones para
conseguir los recursos y que estas ideas y tal vez sueños, puedan convertirse en
una​ ​realidad.

38
El estudio arroja varios datos interesantes acerca de lo que significa emprender en
nuestro país y sus consecuencias en distintas áreas como la economía. A
continuación, retomamos algunos de los datos más interesantes que arrojó el
mismo.
Estos​ ​son​ ​algunos​ ​de​ ​los​ ​puntos​ ​destacados​ ​del​ ​estudio​ ​en​ ​forma​ ​resumida:
● México tiene una economía basada en la eficiencia (con fortaleza en la
manufactura)
● La mayoría de sus emprendedores son impulsados más por oportunidad que
por​ ​necesidad
● Esto quiere decir que muchos emprenden como una decisión forzada por
falta​ ​de​ ​empleo
● La​ ​mayor​ ​participación​ ​es​ ​de​ ​personas​ ​entre​ ​25​ ​y​ ​34​ ​años
● 6.9%​ ​es​ ​la​ ​tasa​ ​de​ ​emprendedores​ ​establecidos​ ​en​ ​México
● México se ubica en el lugar 46 de 60 en cuanto a deseabilidad de ser
emprendedor
● 49% de las personas considera que emprender, es una opción de carrera
deseable
● 34%​ ​de​ ​las​ ​personas​ ​tiene​ ​miedo​ ​al​ ​fracaso
● 10% de los emprendimientos en etapa temprana espera generar más de 6
empleos

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