CARTA A DIOS

Durante mi trayecto en esta vida yo sabía que existías, sin embargo no te sentía
en mi vida.

Me enseñaban de ti para hacerme saber que por medio de ti tendría felicidad, sin
embargo la buscaba por otro camino.

Me invitaban a tu casa pero yo no quería ir y cuando quise las puertas estaban

cerradas por lo que pensé que tú no querías que yo fuese, sin embargo tú me
esperabas más adelante.

Sacaste todo pensamiento negativo de mí a través de la música y de los

sentimientos que la gente mencionaba de ti, incluso me acuerdo que te sentí
cuando dos Ángeles me sumergieron en el agua y encima sucedió en el mejor
lugar, en tu casa.

Sé que te debo mucho pues tú has hecho mucho por mí antes de haber nacido,
sé qué cometí y que aún cometo errores pero también sé que puedo
solucionarlos si acudo a ti.

También gracias a ti no solo logro ablandar mi corazón, también lo puedo abrir

para que de él salgan miles de emociones, perdones y bendiciones para dar.

¡Wow! ¿Quién diría que a través de estas palabras pudiera saber más de ti? Creo
que solo tú y tu Hijo lo saben.

Algunos están leyendo esta carta, algunos la están oyendo y puede que hayan
algunos que estén haciendo ambas y sé que lo que me pone más feliz es que tú,
mi amado Padre Celestial sea el primero que junto a su Hijo la hayan visto ser
creada.

Les pido y les pediré perdón por los fallos que haya cometido y que pueda llegar
a cometer y a la vez les agradezco por saber que a pesar de eso tienen sus
brazos y corazones abiertos dispuestos a perdonarme.

A mi Padre Celestial y a mi Hermano Jesucristo quiero decirles que jamás los

abandonaré y que mi corazón siempre los amará.