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CARTA PARA MI VIEJO:

El día que te vi partir, es un día que hasta la fecha no e podido olvidar, haberte visto dar tu ultimo suspiro
y cerrar tus ojos, tan calmado, tan callado, es una imagen que no puedo borrar de mi mente, recuerdo que
yo quería que alguien me dijera que lo que mis ojos veían no era real, que nada era verdad, que no era
cierto que tu habías partido, que no era cierto que tú te habías ido con Dios… El dolor más grande de mi
vida fue ese día que te vi partir, yo quería sacarte de ese cajón y que tu corazón volviera a latir, yo no
podía aceptar que tú ya no estabas con vida… Que ya no me estabas mirando, que nunca más ibas a tocar
mis manos. Me negaba a aceptar por completo que tu habías dejado de vivir, el día que yo te vi ahí, yo
sabía que mi vida ya no iba a ser la misma, como iba a ser la misma si tu ya no ibas a estar, si ya mis ojos
no te iban a volver a ver, si mis oídos ya no te iban a escuchar, si estas manos ya no te iban a sentir… aún
hay días en los que siento que no puedo respirar por la angustia, la mayoría de las noches lloro tu partida.
Ver a toda tu familia ahí reunida, escuchar sus llantos, sus lamentos, sentir esa tristeza, es algo que no e
podido borrar de mi mente, dicen que algún día nos volveremos a ver, te juro que me encantaría que
fuera mañana, ¡que fuera hoy! No me queda mas que confiar y tener fe en que algún día nos volveremos a
ver, como me gustara escuchar de ti que en el cielo estas mejor, que allá arriba te tratan como tu
realmente te lo mereces, quizás… quizás, solo así el dolor seria un poco menos, el día que te vi en un cajón
cambio mi vida por completo y es que pensaba que serias eterno, siempre te vi como un roble, fuerte, sin
ninguna dolencia incluso en tu agonía seguía pensando en que Dios haría la obra y te sanaría, seguía
esperando aquel milagro en tu vida, me costó entender que tu labor en esta tierra ya estaba completa,
nunca pensé que algún día tendría que decirte adiós, que tu ultimo suspiro iba a hacer en mis brazos,
nunca pensé que seria yo la que viviera ese proceso… no sabes cuantas veces me e preguntado que
hubiese pasado si Dios te hubiese dejado más tiempo, pero sé que hubiese sido egoísta de mi parte pedir
que no partieras… y es que también e sido cobarde, hay veces en los que me encanta pensar que solo
andas de viaje, disfrutando de la vida, disfrutando cada asadito posible junto con la copita vino, pero no
escucho llamadas, no veo fotos de eso, no siento que alguien venga golpeando fuerte la puerta para
contarme las copuchas o venir a regalonear a mis niñas con las mandarinas y gomitas de siempre, No
sabes cuanto daría por poder volver el tiempo atrás, poder disfrutar cada momento contigo, poder volver
escuchar cada historia repetía que antes me aburrían pero que hoy daría todo por volver a escucharlas de
tu boca, no sabes cuanto daría por volver a encontrar esos papeles en la mesa que decían “para el
puchito” y es que no hablo de lo material, solo quiero volver a vivir momentos contigo, solo quiero volver
a sentirme niña entre tus abrazos que calmaban todo, esos abrazos apretados que muchas veces casi me
sacaban el omoplato pero me llenaban el corazón de amor…

¿Te cuento algo? ¡Te VI! ¡Vi el gozo y regocijo que tienes allá arriba! Te vi tan contento, tan feliz, ¡tan tú!
Que me calmó el corazón, que hermosa la manera en la que te mostraste, esta carta te la escribí el 9 de
diciembre, ¡y hoy 10 en la noche recibí mi tan anhelada respuesta! Donde menos lo esperaba y de la
manera más linda, no niego que siempre te voy a extrañar, que cada situación me hará recordarte, que en
cada festividad se me caerán mis lagrimas al no verte en la mesa conmigo pero será solo por mi egoísmo
porque mi alma queda tranquila al saber que estás cerca de Dios y que estás realmente gozoso, espero me
des las fuerzas para seguir avanzando en esta carrera y algún día poder volvernos a abrazar… Gracias por
haber sido mi abuelo, gracias por mimar tanto a mis niñas, gracias por dejarme estar en tu agonía, gracias
por permitirme cuidarte, gracias por siempre haber sido tú, gracias por haberme permitido haberte dicho
absolutamente todo en vida, gracias por enseñarme que ante tus ojos éramos todos iguales, gracias por
haber sido el mejor, ya que aunque muchos digan que no fuiste el mejor vecino, padre o esposo… yo SI
conocí la MEJOR VERSIÓN DE TI…

¡AUNQUE MI CORAZÓN DEJE DE LATIR SIEMPRE TE VOY A AMAR, EN ESTA VIDA Y EN LA DE ARRIBA!

ATTE: TU NIETA, CATITA

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