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INSTITUCIÓN EDUCATIVA TÉCNICA AGRÍCOLA SAN JACINTO

San Jacinto Bolívar


Aprobado Mediante Resolución No 347 de diciembre 5 de 2003
Dane:113654000173-Nit:806.014.296 D.V: 8-Codigo Icfes:004671
Niveles de Preescolar, Basica, Media y Fines de Semana

MÓDULO DE CIENCIAS RELIGIOSAS

DIOS ES AMOR BUSCALO EL ESTÁ PRESENTE.


PRIMER PERIODO CIENCIAS RELIGIOSAS 7°
GUIA DE APRENDIZAJE No. 1
TEMA: LA FAMILIA COMUNIDAD DE AMOR.
OBJETIVO: Comprender el papel fundamental de la familia como primera escuela formadora de la personalidad de las
personas.
¿Qué enseña la Biblia acerca de la familia?
La familia está en el centro del plan de Dios para la felicidad y el progreso de Sus hijos. La Santa Biblia enseña que Dios
estableció a las familias desde el principio y nos muestra muchos ejemplos de familias fuertes. También nos enseña la
manera de tener una familia amorosa y feliz.
La primera familia: Adán y Eva
Los primeros habitantes de la tierra formaron una familia. Desde el principio, Dios bendijo y promovió las familias, y mandó
a Adán y a Eva: “Fructificad y multiplicaos; y henchid la tierra” (Génesis 1:28).
Honra a tu padre y a tu madre
Uno de los diez mandamientos que se dieron a Moisés en el Antiguo Testamento habla directamente de la relación que
existe entre padres e hijos: “Honra a tu padre y a tu madre, para que tus días se alarguen en la tierra que Jehová tu Dios
te da” (Éxodo 20:12).
Jesús enseñó sobre el matrimonio
Jesucristo enseñó que el matrimonio es santo y esencial en el plan de Dios: “[P]ero al principio de la creación, varón y
mujer los hizo Dios. Por esto dejará el hombre a su padre y a su madre, y se unirá a su esposa. Y los dos serán una sola
carne; así que no son ya más dos, sino una sola carne. Por tanto, lo que Dios ha unido, no lo separe el hombre” (Marcos
10:6–9).
Jesús cuidaba de Su familia
Jesús cuidaba de Su familia. A lo largo del Nuevo Testamento vemos
que Jesucristo mostró amor por los miembros de Su familia,
especialmente por Su madre, María. Aun estando en agonía en la
cruz Jesucristo manifestó preocupación por el cuidado de Su madre:
“Y cuando vio Jesús a su madre y al discípulo a quien él amaba, que
estaba presente, dijo a su madre: Mujer, he ahí tu hijo. Después dijo
al discípulo: He ahí tu madre. Y desde aquella hora el discípulo la
recibió en su casa” (Juan 19:26–27).
Los ejemplos en la Biblia enseñan la importancia de la familia
Algunos ejemplos muy conocidos de familias en la Biblia se
encuentran al principio del Antiguo Testamento.

• Abraham, Isaac y Jacob obedecieron el mandato de Dios de


casarse y tener hijos.
• Abraham y Sara ejercieron fe para poder disfrutar finalmente
de las bendiciones que recibieron al tener a su hijo Isaac (véase Génesis 21).
• Bajo la dirección del Señor, el siervo de Abraham viajó una larga distancia a fin de encontrar a Rebeca, una mujer
justa, para que fuera la esposa de Isaac (véase Génesis 24).
• Jacob, hijo de Isaac, trabajó durante muchos años para casarse y formar su propia familia, la cual llegó a ser la
casa de Israel (véase Génesis 29–30).
Las enseñanzas de Pablo
El apóstol Pablo a menudo hablaba acerca de las relaciones familiares. Él aconsejó:
“Hijos, obedeced a vuestros padres en el Señor, porque esto es justo. Honra a tu
padre y a tu madre, que es el primer mandamiento con promesa, para que te vaya
bien, y seas de larga vida sobre la tierra. Y vosotros, padres, no provoquéis a ira a
vuestros hijos; sino criadlos en disciplina y amonestación del Señor” (Efesios 6:1–
4).
ACTIVIDAD: 1
1. Describa las imágenes familiares.
2. Analicé la frase: Proverbios10, 1 (el hijo sabio alegra al padre, pero el hijo necio
es tristeza de su madre)
3. ¿Cuándo soy sabio y cuando soy necio?
La familia es una agrupación de personas cuyos miembros se hallan unidos por lazos de parentesco.
La familia nuclear está formada por papa, mama y los hijos.
El parentesco en la familia tiene las siguientes relaciones:
4. Escriba los ejemplos bíblicos de conformación de familia.
5. ¿Cómo se llama la relación de los esposos, la relación de los padres y la relación de los hermanos
6. Cuando Jesús estaba en la cruz vio a su madre y a su discípulo amado. ¿Qué fue lo que les dijo?
Toda relación de parentesco es basada por los vínculos de sangre.
7. ¿Qué fue lo que aconsejó el apóstol Pablo a cerca de las relaciones familiares?
En la familia si el niño recibe amor es un niño respetuoso, cariñoso, tratable, sociable, seguro de sí mismo. Se adapta
fácilmente a la sociedad. Pero si el niño no recibe amor es agresivo, irresponsable, violento, le cuesta adaptarse a la
sociedad
8. ¿Qué opinas y cuál es la mejor forma de crianza?
RECUERDE: Acercarse al matrimonio y a la familia de manera inconsciente, irresponsable pone en peligro el bienestar de
los miembros y de la sociedad.
9. ¿Qué opinas de esta afirmación?
Desde ya es necesario tomar en serio el tema del matrimonio y el de la familia que es vital para ti.
10. ¿Cuáles son mis compromisos con mi familia? ¿Qué aporto y que recibo de ella?

Lectura complementaria: El amor en familia


Formar a nuestros hijos en la afectividad es ayudarlos a desarrollar su capacidad de amar. El amor se transmite
principalmente en la familia.
LA FAMILIA
"La familia es una íntima comunidad de vida y amor" cuya misión es "custodiar, revelar y comunicar el amor" con cuatro
cometidos generales (Familiaris Consortio): *Formación de una comunidad de personas. *Servicio a la vida.
*Participación en el desarrollo de la sociedad. *Participación en la vida y misión de la iglesia.
Aprender a Amar
La capacidad de amar es resultado del desarrollo afectivo del ser humano durante los primeros años de su vida. El
desarrollo afectivo es un proceso continuo y secuencial, desde la infancia hasta la edad adulta.
La madurez afectiva es un largo proceso por el que el ser humano se prepara para la comunicación íntima y personal con
sus semejantes como un Yo único e irrepetible; y que debe desencadenarse al
primer contacto del niño con el adulto perpetuándose a lo largo de su existencia.
A pesar de que el hombre fue creado por Dios con una capacidad innata para
amar, el crecimiento y la vivencia del amor se realizan a través de la experiencia
que el hombre va adquiriendo a lo largo de toda su vida. En el contexto
individual de cada persona, esta experiencia se ubica en su familia. En la familia
es donde se hace posible el amor, el amor sin condiciones; los padres que
inician la familia con una promesa de amor quieren a sus hijos porque son sus
hijos, no en razón de sus cualidades. "La familia es un centro de intimidad y
apertura".
Es en el seno familiar donde cultivamos lo humano del hombre, que es el enseñarlo a pensar, a profundizar, a reflexionar.
Es en el ámbito de la familia donde el hombre aprende el cultivo de las virtudes, el respeto que es el guardián del amor, la
honradez, la generosidad, la responsabilidad, el amor al trabajo, la gratitud, etc. La familia nos invita a ser creativos en el
cultivo de la inteligencia, la voluntad y el corazón, para poder contribuir y prepararnos íntegramente hacia la sociedad. El
amor de la familia debe trasmitirse a la sociedad.
La familia es el primer ambiente vital que encuentra el hombre al venir a este
mundo y su experiencia es decisiva para siempre.
"La familia, dice Juan Pablo II, es la primera y más importante escuela de amor".
"La grandeza y la responsabilidad de la familia están en ser la primera
comunidad de vida y amor, el primer ambiente en donde el hombre puede
aprender a amar y a sentirse amado, no sólo por otras personas, sino también
y ante todo por Dios".
Todo se relaciona con el misterio del Padre que nos ha creado por amor y para
que amemos. Nos ha hecho a su imagen y semejanza, todos somos hijos suyos
iguales en dignidad. Para revelarnos su paternidad de amor "nos hace nacer
del amor" de un hombre y de una mujer e instituye la familia; ella es el lugar del
amor y de la vida, o dicho de una mejor manera: "el lugar donde el amor engendra la vida".
Amor conyugal, modelo de amor para los hijos.
"La familia es la primera y fundamental escuela de sociabilidad, como comunidad de amor encuentra en el don de sí misma
la ley que le rige y le hace crecer. El don de sí que inspira el amor mutuo de los esposos, se pone como modelo y norma
del don de sí que debe haber en las relaciones entre hermanos y hermanas y entre las diversas generaciones que conviven
en la familia. La comunión y la participación vivida cotidianamente en la casa, en los momentos de alegría y de dificultad
representan la pedagogía más concreta y eficaz para la inserción activa, responsable y fecunda de los hijos en el horizonte
más amplio de la sociedad"(Familiaris Consortio)
Amor filial: es el amor que profesamos a nuestra familia y amigos. “Y el segundo es semejante: Amarás a tu prójimo como
a ti mismo.” Amor eros: es el amor que tiene una relación sexual (con nuestra pareja). … Y ahora permanecen la fe, la
esperanza y el amor, estos tres; pero el mayor de ellos es el amor. “Amor filial: entre padres e hijos (por extensión entre
ancestros y descendientes). … Amor a los principios: depende de la aplicación de una norma o regla que es “amada”. Por
ejemplo, el amor al principio de ayudar al débil, a la norma de si/no hacer con otros lo que, si/no queremos que ellos nos
hagan, etcétera.
GUIA No. 2
TEMA: JESUCRISTO NACE EN UNA FAMILIA.
OBJETIVO: Comprender el significado de la y contribuir en la práctica de valores humanos.
El hijo de Dios que es Jesucristo nació en Belén hace más de dos mil años.
Sus padres adoptivos son: María y José. Jesucristo es descendiente de la familia de David.
La familia de Jesús se estableció en Nazaret, de allí se refugiaron en Egipto por la persecución del rey Herodes, cuando
este murió la familia regreso a Israel a la ciudad de Nazaret. Jesús es el hijo de Dios quien a través del conocemos y
amamos a Dios.
Los valores de la familia de Nazaret son: piedad, sencillez, compromiso, respeto,
trabajo, amor, apoyo, obediencia.
Jesús vivió en una familia.
Para entender el mensaje de Jesús debemos entrar en un camino de
autoconocimiento. Podremos construirlo en conjunto con nuestras familias y con
otros cristianos. Al acercarnos a la Palabra de Dios, comprendemos cómo los
actos de Jesús pueden ser un ejemplo para nuestras vidas. Como nosotros,
Jesús vivió en una familia y gracias a ello nos puede mostrar un camino de amor,
redención, cuidado constante y convivencia
La sagrada Familia de Nazaret.
Jesús nació en Belén de Judea, un pueblo al sur
de Palestina. Sus padres, María y José, eran dos pastores que vivían en el pequeño Pueblo
de Nazaret. Unos meses antes, el ángel Gabriel visitó a María, que ya estaba comprometida
con José, para anunciarle que sería la madre del Hijo de Dios. Según el Evangelio de Lucas,
del Nuevo Testamento, el ángel le dijo a María: “El poder del Dios altísimo descansará sobre
ti como una nube” (Lucas 1,26-38). Así se conformó la Sagrada Familia de Nazaret. La familia
de Jesús se constituyó a partir de la buena noticia de su nacimiento. Durante esos días, a un
que vivían en la región de Galilea, María y José tuvieron que viajar hasta Belén. El Nacimiento
de su hijo los tomó por sorpresa y al no haber alojamiento en este pueblo, vivieron el parto
en un establo. Según el Evangelio de San Lucas, un ángel anunció el nacimiento del niño a
un grupo de pastores que se encontraba cerca: “No tengan miedo porque les traigo una buena noticia, que será motivo de
alegría para todos. Hoy les ha nacido en el pueblo de David un Salvador, que es el Mesías, el Señor, como señal
encontrarán ustedes al niño envuelto en pañales y acostado en un establo” (Lucas 2, 8-16).
La importancia de la familia de Jesús.
Al nacer en una familia, Jesús comenzó sus aprendizajes en un camino de
acompañamiento constante. Sus padres incentivaron sus primeros acercamientos a Dios.
Primero, fueron al templo y le presentaron su hijo recién nacido al Señor. Unos años
después lo encontraron en el templo, escuchando a algunos maestros y haciéndoles
preguntas. Desde ese momento, Jesús ya se preparaba para transmitirles a otros
hombres su mensaje, como lo hizo después a través de sus parábolas. En su palabra Él
decía que “gozaba del favor de Dios y de los hombres” (Lucas 2,41-51). Con la compañía
de sus padres, Jesús fue comprendiendo su misión. A la vez, ellos asumieron su papel
como pareja, acompañándose y colaborándose entre sí. La importancia de esta unión
radica en su valor como comunidad: dos seres humanos se unieron y recibieron el
mensaje de Dios para criar a un hijo amorosamente. La familia de Jesús encarna su
testimonio como Hijo de Dios y su amor para con nosotros.
La familia en las enseñanzas de Jesús. El Nacimiento de Jesús personificó el amor de
Dios para con el mundo. Su vida en la tierra es un ejemplo para seguir por todos los
hombres, pues en su persona se manifiestan los valores que Dios quiere que hagamos
parte de nuestra vida. Por esto, en la familia de Jesús se encuentran muchos de estos valores, como lo indica el Evangelio
de Mateo cuando transmite las enseñanzas de Jesús: “dónde están dos o tres reunidos en mi nombre, allí estoy yo en
medio de ellos” (Mateo 18, 20). Jesús comenzó a predicar el mensaje de Dios alrededor de los treinta años, cuando fueron
sus primeros viajes por Galilea. En esa región ganó adeptos que seguían sus enseñanzas, y fue en esos momentos cuando
empezó a hablar de sus seguidores como miembro de su familia, “porque cualquiera que hace la voluntad de mi Padre que
está en el cielo, ese es mi hermano, mi hermana y mi madre” (Mateo 12,46-49). Así, los que siguen a Jesús hacen parte
de su familia.
El sentido de familia creado por los vínculos espirituales de la fe.
La familia de Jesús se constituyó sobre el segundo mandamiento: “Ama a tu prójimo como a ti mismo” (Mateo 22,34-40).
Los evangelios nos muestran cómo Jesús y su familia practicaron actitudes como la confianza, la Esperanza, la fe y amor
filial, para así llevar a cabo el plan propuesto por Dios por cada uno de ellos. Sus enseñanzas sobre la experiencia familiar
tuvieron que ver con su propia vivencia, si mentada en la fe en el mensaje divino de obediencia, y servicio de justicia para
con los más necesitados. Luego de que Jesús fue crucificado y antes de volver a donde su Padre, dijo a los apóstoles:
“Aunque ustedes estén tristes, su tristeza se convertirá en alegría. Cuando una mujer va a dar a luz, se aflige porque le ha
llegado la hora; pero después que nace la criatura, se olvida del dolor a causa de la alegría de que haya nacido un niño en
el mundo” (Juan 16, 20-22). Para Jesús, la familia es el espacio para dar testimonio de la vida en el amor que él mismo
predicó, tanto entre los esposos como entre los padres y los hijos. En la carta a los Efesios, uno de los primeros cristianos,
Pablo, se refiere a la vida conyugal así: “Esposos, amen a sus esposas como Cristo amó a la Iglesia y dio su vida por Ella”
(Efesios 5, 25-26). ¿Qué podemos aprender de nuestra familia? La iglesia católica recoge el mensaje de Jesús y brinda
enseñanzas de acompañamiento a la Vida familiar. En su transmisión de la Palabra divina sobre la familia, esta nos enseña
que es necesario buscar el sentido de la comunidad, y que éste se encuentra en Dios mismo, pues fuimos creados como
seres sociales para vivir en comunión y en sociedad, pero de la forma en la que Jesús lo predicó. La familia es el camino
de la Iglesia, “un camino que, por medio de la vida conyugal y familiar, lleva al Reino de los cielos” (Mateo 7, 14) carta a
las familias de Juan Pablo II, 1994
ACTIVIDAD: 2
1. Escriba la ubicación del nacimiento de Jesús.
Biblia: Lea Lucas 1,35; 22,70 - Mateo 16,16 - Mateo 3,17; 17,5 - Juan 3,16
2. Lea y escriba las citas bíblicas diciendo de ¿qué trata cada una de ellas?
3. Según el evangelio de san Lucas ¿cuál fue el anuncio que hizo el ángel a un grupo
de pastores que estaban cerca?
Lea escriba y responda Lucas 2,41 - 52:
4. ¿Cuál fue la actitud de los padres frente a su hijo?
5. ¿Qué les responde el hijo y a que se refiere?
6. ¿Por qué fue importante la familia de Jesús en su vida?
7. ¿Cuál es el mensaje bíblico de Jesús a las familias?
8. ¿Luego de que Jesús fue crucificado y antes de volver a donde su Padre: ¿Qué dijo a los apóstoles?
9. Escriba los valores de la familia de Nazaret.
10. ¿Dónde se refugió la familia de Jesús y por qué?
LECTURA COMPLEMENTARIA: LA FAMILIA DE JESÚS
La vida en familia de Jesús, José y María, en cuanto a lo exterior, no se diferencia mucho de cualquier otra familia
pobre. José en su carpintería y María en sus quehaceres domésticos. Vida sencilla, con sus alegrías y sus penas.
José y María vivieron dedicados siempre a la educación de su Hijo. Le enseñaron a rezar y a conocer la Santa Biblia.
Ellos, respetando el modo de ser y la misión que tenía que cumplir su Hijo, supieron educarle para que en todo fuera
servidor de Dios y del prójimo.
Era la familia de un carpintero-albañil del interior del país. Saben del sufrimiento de los que salen en busca de trabajo.
Supieron lo que es el hambre, la sed, el cansancio; la vida insegura, falta de trabajo y sin techo. Sufrieron en carne
propia lo que es el desprecio.
Jesús, ya jovencito ayudaría en la carpintería, y más tarde, cuando murió José, tuvo que trabajar para
alimentar a su mamá.
No pensemos que la Sagrada Familia era una familia sin problemas. Ellos, como nosotros, tuvieron toda clase de
problemas. Pero supieron resolver sus problemas a base de diálogo, con mucho respeto y amor mutuo.
En aquella familia estuvo presente lo mejor que puede haber en una casa: el favor de Dios, su gracia y su palabra. El
centro de aquella familia fue JESUS. Esto quiere decir que la presencia de Jesús no excluye los problemas. La familia
ideal no es la familia donde no hay problemas, sino la que, teniendo a Dios como centro, está unida por un auténtico
amor. Pues donde hay amor, allí está Dios.
Todo esto se simboliza en el extraño episodio del Niño cuando se quedó en el templo sin decir nada a sus padres. El
Evangelio señala expresamente que ni María ni José comprendieron lo que el joven Jesús hizo y dijo en aquella
ocasión, pero supieron respetarlo. Jesús puso la voluntad del Padre Dios por encima de las costumbres y la autoridad
familiar de este mundo. Dios es el centro y la norma suprema de todo.
Pero Jesús volvió con ellos a su casa y siguió viviendo bajo la autoridad de sus padres. Y así fue adelantando en
saber, en madurez y en favor ante Dios y los hombres.
4. Lectura de la Palabra de Dios: Lucas, 2, 39-52
Una vez que cumplieron todo lo que ordenaba la Ley del Señor, volvieron a Galilea, a su ciudad de Nazaret.
Y el niño crecía, se desarrollaba y estaba lleno de sabiduría. Y la gracia de Dios estaba con él.
Los padres de Jesús iban todos los años a Jerusalén para la fiesta de la Pascua y, cuando cumplió doce años, fue
también con ellos para cumplir con este precepto. Al terminar los días de la fiesta, mientras ellos regresaban, el niño
Jesús quedó en Jerusalén sin que José lo supiera, ni tampoco su madre. Creyendo que se hallaba en el grupo de los
que partían, caminaron todo un día y, después, se pusieron a buscarlo entre todos sus parientes y conocidos. Pero,
como no lo hallaron, prosiguiendo su búsqueda, volvieron a Jerusalén.
Después de tres días lo hallaron en el Templo, sentado en medio de los maestros de la Ley, escuchándolos y
haciéndoles preguntas. Todos los que lo oían quedaban asombrados de su inteligencia y de sus respuestas. Al
encontrarlo, se emocionaron mucho y su madre le dijo: "Hijo, ¿por qué te has portado así? Tu padre y yo te
buscábamos muy preocupados". Él les contestó: "¿Y por qué me buscaban? ¿No saben que tengo que estar donde
mi Padre?"
Pero ellos no comprendieron lo que les acababa de decir. Volvió con ellos a Nazaret, donde vivió obedeciéndoles.
Su madre guardaba fielmente en su corazón todos estos recuerdos
Mientras tanto, Jesús crecía en sabiduría, en edad y en gracia, tanto para Dios como para los hombres.
GUIA No. 3
TEMA: LA FAMILIA EN EL PLAN DE DIOS.
OBJETIVO: Reconocer que el amor es fundamental en la formación e integración de una familia con principios y valores
humanos.
La pareja humana es creada por amor y para amar, el hombre y la mujer están hechos para amar y
ese fruto del amor nace un hijo como signo de amor, y de unidad. El plan de Dios para la pareja
consta de tres aspectos: 1. La filiación o relación del hombre con Dios viva como hijo de Dios, escuche
y practique la palabra de Dios, haga oración, vaya a culto, y de testimonio del amor de Dios
2. La fraternidad o relación de hermanos: los esposos vivan como hermanos ayudándose,
respetándose, colaborándose, etc. ya que lo único que hace diferente al hombre y a la mujer es la
parte biológica y lo físico. Estos dos seres se complementan para procrear, amarase y ayudarse a
ser más y mejores personas.
3. Libertad o señorío: cuiden y protejan la naturaleza ya que de ella sacan el sustento para sus vidas.
Jesús les dice a sus discípulos: Amaos los unos a los otros como yo os he amado.Jn.13, 34.
Ellos le preguntan: ¿Cuál es el primer mandamiento? Jesús responde: El Señor, nuestro Dios, es el
único Señor, y amaras al Señor tu Dios con todo tu corazón, con toda tu alma, con toda tu mente y
con todas tus fuerzas. Añadió: El segundo es: Amaras a tu prójimo como a ti mismo. No existe otro mandamiento mayor
que estos. Mc.12, 29-31.
El tema que vamos a reflexionar: “LA FAMILIA SEGÚN EL PLAN DE DIOS”, la Santa Madre Iglesia nos lo presenta en el
catecismo, en el capítulo segundo pág. 484 y siguientes donde se nos explica el cuarto mandamiento: Honra a tu padre y
a tu madre para que se prolonguen tus días sobre la tierra que el Señor tu Dios te va a dar.
La observancia de este mandamiento lleva consigo una recompensa, además nos procura frutos espirituales y temporales
de paz y prosperidad. Y, al contrario, la no observancia trae graves daños para las comunidades y las personas humanas.
Naturaleza de la Familia:
La más universal de todas las relaciones es la de los hijos con sus padres. Por eso el cuarto mandamiento va dirigido
expresamente a los hijos. Luego que la comunidad ha sido formada por el mutuo consentimiento de los esposos, la familia
trabaja por el bien de ellos mismos, la procreación y educación de los hijos, todo esto en un clima de amor entre los padres,
los hijos que forman en la familia relaciones personales y responsabilidades de unos con los otros.
El hombre y la mujer, la familia fueron creados por Dios nuestro Padre, en igualdad de dignidad para que el bien común
fuese un don para todos los miembros de la familia, pero, eso implica, responsabilidades, derechos y deberes que cada
uno debe asumir para entre todos alcanzar el bien común.
La Familia Cristiana:
Es llamada Familia Cristiana, la que vive en Cristo, Iglesia doméstica, porque es una comunidad donde se vive de Fe,
Esperanza y Caridad. Es una comunión de personas que refleja la comunión del Padre, del Hijo en el Espíritu Santo; como
la actividad de la Familia es procreadora y educativa refleja la obra creadora de Dios, por tanto, está llamada a participar
en la oración y el sacrificio de Cristo. La oración de cada día y la lectura de la Palabra de Dios fortalecen en ella la caridad.
También la Familia Cristiana es Evangelizadora y Misionera.
En las relaciones que se dan en el seno de la Familia basadas en el respeto mutuo, hay sentimientos de afecto, cariño e
interés de los unos por los otros, propósito común de los esposos para cooperar en la educación de los hijos que requiere
de ambos, entrega, dedicación, mucho amor y paciencia.
Deberes de los miembros de la Familia
Deberes de los Padres
Los padres no solo procreamos a los hijos, sino que también le damos educación moral y formación espiritual, cuando los
padres faltamos a estos deberes, difícilmente puede suplirse. Por lo tanto, el derecho y el deber de la educación son para
los padres primordiales no lo pueden dejar en manos de nadie.
Debemos mirar a los hijos como hijos de Dios y respetarlos como personas humanas. Enseñarles la ley de Dios y con
nuestro ejemplo mostrarle como ser obedientes a su voluntad.
Crear un hogar donde la ternura, el perdón, el respeto, la fidelidad y el servicio desinteresado sean la norma de vida. Que
en el seno de la familia se aprenda la abnegación, el sano juicio, el dominio de sí, que aprendan a dar prioridad a las
dimensiones espirituales e interiores que a los materiales e instintivas. Sepamos reconocer ante los hijos nuestros propios
defectos, y así nos hacemos más capaces de guiarlos y corregirlos. Enseñarles a guardarse de los riesgos y las
degradaciones que amenazan a la sociedad.
Debemos educarlos en la fe desde su más tierna edad ayudándoles a crecer con el ejemplo y la palabra de acuerdo con
el Evangelio. Enseñarles a orar y a descubrir su vocación de hijos de Dios. La parroquia ayuda a la familia con la catequesis,
como también el colegio o escuela que han elegido según sus convicciones cristianas.
La caridad de Cristo nos exige a otorgarnos mutuo perdón por las ofensas, las querellas, las injusticias, las omisiones.
Ofrecernos afecto mutuo.
Enseñarles según van creciendo a dar buen uso de la razón y la libertad. Tener cuidado los padres de no presionar a sus
hijos ni en la elección de profesión ni en la de su futuro cónyuge, si, en una relación de confianza los hijos pueden pedir su
parecer y consejo y recibirán los consejos juiciosos sobre todo cuando se proponen fundar un hogar.
Deberes de los hijos
Los hijos menores y mayores de edad deben respeto a su padre y a su madre nacido del vínculo y el afecto natural que
los une. Es exigido por el precepto divino.
La gratitud para quienes, mediante el don de la vida, su amor, su trabajo, les han ayudado a crecer en estatura, en sabiduría
y en gracia por todo esto y mucho más debemos honrar a nuestros padres siendo dóciles y obedientes con ellos pues son
nuestros guías, amar la instrucción que nos dan, no ser arrogantes y escucharlos cuando nos reprenden.
Cuando los hijos son mayores de edad tienen responsabilidad con sus padres en la medida que puedan, deben prestarle
ayuda material y moral en los años de la vejez y durante sus enfermedades, así como en momentos de soledad o de
abatimiento. Ver: Si 3,2-6 y Si3, 12-13.16.
La armonía de la vida familiar está basada en el respeto filial y en las relaciones entre hermanos y hermanas. Ver Ef4, 2.
Tener gratitud también hacia todos aquellos de los que recibimos el don de la fe, la gracia del bautismo, y la vida de la
Iglesia. Como los abuelos, pastores, catequistas, maestros amigos.
La Familia y el Reino de Dios
La vocación primera del cristiano es seguir a Jesús. Mt 10-37.
Hacerse discípulo de Jesús es aceptar la invitación a pertenecer a la familia de Dios a vivir conforme con su manera de
vivir. El que cumpla la voluntad de mi Padre celestial, este es mi hermano, mi hermana y mi madre. Mt 12, 49.
Cuando un hijo recibe el llamamiento de Dios para seguirle en virginidad por el Reino ya sea vida consagrada o ministerio
sacerdotal los padres deben acoger y respetar con alegría y acción de gracias ese llamamiento.
ACTIVIDAD: 3
1. Coloree las imágenes y qué relación tienen con el contenido del tema
Biblia: Lea y escriba Génesis 1,26-28; 2,18.20-25 y responda:
2. ¿A imagen de quien fue creado el hombre?
3. ¿Qué quiere decir fueron creados a imagen y semejanza de Dios?
4. ¿Cuál fue el mandato que les dio Dios con respecto a la creación?
5. ¿De qué aspectos consta el plan de Dios para las parejas?
6. ¿Qué exclamó el varón cuando vio a la mujer? y ¿Qué significado tiene?
Pensemos en una familia ideal:
7. ¿Cómo serían las relaciones entre los esposos?
8. ¿Cómo serían las relaciones entre los padres e hijos y los hermanos?
9. ¿Cómo serían las relaciones entre las demás familias? Justifique sus respuestas.
10. ¿Responda las preguntas que están en la lectura complementaria?
Lectura complementaria: La familia en el plan de Dios.
La familia es ese lugar querido por Dios para cada persona, donde pueda
desarrollarse en un ambiente de amor, de aceptación, cariño y confianza. Por:
Francisco de Paula Cardona Lira | Fuente: Catholic.net
Dios ha creado al hombre a su imagen y semejanza: llamándolo a la existencia por amor, lo ha llamado al mismo tiempo
al amor.
Y, el hombre al amar responsablemente, establece un compromiso de amor al casarse. Los nuevos esposos se
comprometen a ayudarse mutuamente, a buscar el bien de los dos, y a procrear y educar a los hijos.
Este es el origen de la familia. Esa comunidad de amor, formada libremente por el consentimiento de los esposos, donde
todos sus integrantes crecerán como personas, y se ayudarán entre todos a alcanzar su fin último, la salvación eterna.
Recordemos, también, que Dios ha creado al hombre para que día a día crezca como persona, sea mejor, se desarrolle.
y, ¿cuál será el mejor lugar para que el hombre desde que nace, crezca? ¿Cuál será ese gimnasio donde se ejercite
naturalmente como persona? ¿Acaso no es la familia? Sí. Indudablemente, la familia es ese lugar querido por Dios para
cada persona, donde pueda desarrollarse en un ambiente de amor, de aceptación, cariño y confianza. Será ese lugar
donde aprenda a amar a los demás, a compartir, a conocer a Dios.
Ya en la naturaleza vemos cómo los animales cuidan a sus cachorros, los protegen, los alimentan: los leones, durante los
dos primeros años de vida requieren a sus padres para subsistir. Poco a poco, la leona los va enseñando a cazar, a
cuidarse de sus enemigos. Así, llegado el día, el cachorro, convertido en león, podrá vivir por sí mismo.
Si Dios ha dotado a los animales de una familia donde aprendan a vivir según su especie, ¿no habrá dotado al hombre, a
quien ha creado a su imagen y semejanza por amor, de un lugar donde aprenda a vivir como persona, a vivir de acuerdo
a su fin último? Ese lugar es la familia, comunidad de amor donde el hombre crece y aprende a vivir como hijo de Dios.
Así pues, la familia se origina cuando un hombre y una mujer se unen en matrimonio y se complementa y crece, al llegar
los hijos. Cuando éstos nacen, se inicia la gran responsabilidad de los papás para educarlos como personas que han de
crecer, tanto físicamente, como humanamente. Sí, los hijos nacen necesitados de todo. Los papás, poco a poco, se irán
esforzando para que sus hijos tengan todo lo necesario: alimentación, casa, vestido, estudios, recreación. Pero, sobre todo,
les proporcionarán su amor y cariño para que ellos crezcan día a día y sean mejores personas. Se esforzarán para que
aprendan a ser responsables, colaboradores, generosos, honestos, laboriosos, honrados, fieles, amigables, ordenados, a
tomar buenas decisiones, a hacer buen uso de su libertad, Cuidarán, además que ellos se acerquen a Dios, que se
preocupen desde pequeños en amar al Señor, a vivir como sus hijos, que deseen alcanzar su salvación eterna.
Dios nos ha dado a la familia como la mejor escuela de crecimiento como personas. En su Providencia Divina nos la ha
dado. Ha querido a la familia como ese lugar donde todos sus miembros se ejerciten y robustezcan como personas. Pues
Él ama a cada persona y busca para cada uno lo mejor. ¡Qué gran responsabilidad tienen los padres de familia con sus
hijos! ¡Qué gran responsabilidad tienen los esposos con ellos mismos!
¿Qué serán los miembros de la familia en el futuro? Serán lo que con cariño y amor hayan crecido.
Podemos tomar como ejemplo, la Sagrada Familia: San José, la Santísima Virgen María y Jesús. Como hombre, ésta fue
la familia donde creció Jesús. Ahí aprendió y se formó.
1. ¿Qué enseña la Iglesia sobre la familia?
La Iglesia enseña que la familia es uno de los bienes más preciosos de la humanidad.
2. ¿Por qué es un bien tan precioso?
La familia es un don tan precioso porque forma parte del plan de Dios para que todas las
personas puedan nacer y desarrollarse en una comunidad de amor, ser buenos hijos de
Dios en este mundo y participar en la vida futura del Reino de los Cielos: Dios ha querido
que los hombres, formando la familia, colaboren con Él en esa tarea.
3. ¿Dónde están revelados los planes de Dios sobre el matrimonio y la familia?
En la Sagrada Escritura -la Biblia-, se narra la creación del primer hombre y de la primera
mujer: Dios los creó a su imagen y semejanza; los hizo varón y mujer, los bendijo y les
mandó crecer y multiplicarse para poblar la tierra (cf. Gen 1,27). Y para que esto fuera
posible de un modo verdaderamente humano, Dios mandó que el hombre y la mujer se
unieran para formar la comunidad de vida y amor que es el matrimonio (cf. Gn 2,19-24).
4. ¿Qué beneficios trae formar una familia como Dios manda?
Cuando las familias se forman según la voluntad de Dos, son fuertes, sanase y felices;
hacen posible la promoción humana y espiritual de sus miembros contribuyendo a la
renovación de toda la sociedad y de la misma Iglesia.
5. ¿Cómo ayuda la Iglesia a los hombres para que conozcan el bien de la familia?
La Iglesia ofrece su ayuda a todos los hombres recordándoles cuál es el designio de Dios
sobre la familia y el matrimonio. A los católicos corresponde de modo especial comprender
y dar testimonio de las enseñanzas de Jesucristo en este campo.
6. ¿Cómo es posible realizar plenamente el proyecto de Dios sobre el matrimonio y la
familia?
Sólo con la ayuda de la gracia de Dios, viviendo de verdad el Evangelio, es posible realizar
plenamente el proyecto de Dios sobre el matrimonio y la familia.
7. ¿Por qué hay tantas familias rotas, o con dificultades? ¿Por qué a veces parece tan
difícil de cumplir la voluntad de Dios sobre el matrimonio?
Adán y Eva pecaron desobedeciendo a Dios y desde entonces todos los hombres nacen
con el pecado original. Este pecado y los que comete cada persona hacen difícil conocer
y cumplir la voluntad de Dios sobre el matrimonio. Por eso Jesucristo quiso venir al mundo:
para redimirnos del pecado y para que pudiéramos vivir como hijos de Dios en esta vida
y alcanzar el Cielo. Hace falta la luz del Evangelio y la gracia de Cristo para devolverle al
hombre, y también al matrimonio y a la familia, su bondad y belleza originales.
8. ¿Qué consecuencias tiene para toda la sociedad no cumplir el plan de Dios sobre la
familia y el matrimonio?
Cuando la infidelidad, el egoísmo y la irresponsabilidad de los padres respecto a los hijos son las normas de conducta,
toda la sociedad se ve afectada por la corrupción, por la deshonestidad de costumbres y por la
violencia.
9. ¿Cuál es la situación de la familia en nuestra sociedad?
Los cambios culturales de las últimas décadas han influido fuertemente en el concepto tradicional de la familia. Sin
embargo, la familia es una institución natural dotada de una extraordinaria vitalidad, con gran capacidad de reacción y
defensa. No todos estos cambios han sido perjudiciales y por eso el panorama actual sobre la familia puede decirse que
está compuesto de aspectos positivos y negativos.
10. ¿Qué aspectos positivos se notan en muchas familias?
El sentido cristiano de la vida ha influido para que en nuestra sociedad se promueva cada vez más: una conciencia más
viva de la libertad y responsabilidad personales en el seno de las familias; el deseo de que las relaciones entre los esposos
y de los padres con los hijos sean virtuosas; una gran preocupación por la dignidad de la mujer; una actitud más atenta a
la paternidad y maternidad responsables; un mayor cuidado a la educación de los hijos; una mayor preocupación de las
familias para relacionarse y ayudarse entre sí.
11. ¿Qué aspectos negativos encontramos en las familias de nuestro país?
Son muchos y todos ellos revelan las consecuencias que provoca el rechazo del amor de Dios por los hombres y mujeres
de nuestra época. De modo resumido podemos señalar: una equivocada concepción de la independencia de los esposos;
defectos en la autoridad y en la relación entre padres e hijos; dificultades para que la familia transmita los valores humanos
y cristianos; creciente número de divorcios y de uniones no matrimoniales; el recurso fácil a la esterilización, al aborto y la
extensión de una mentalidad antinatalista muy difundida entre los matrimonios; condiciones morales de miseria,
inseguridad y materialismo; la emergencia silenciosa de gran número de niños de la calle fruto de la irresponsabilidad o de
la incapacidad educativa de sus padres; gran cantidad de personas abandonadas por falta de familia estable y solidaria.
GUIA No. 4
TEMA: EL PECADO DESTRUYE A LA FAMILIA.
OBJETIVO: Analizar como el pecado destruye la familia y de paso la sociedad.
La familia diseñada por Dios para ser un ambiente de gestación y desarrollo de la salud de sus integrantes; es por efectos
del egoísmo y el pecado, un ambiente que lastima y enferma a quienes la integran.
La capacidad con que Dios dotó al hombre de comunicar vida inmortal y bienaventurada, fue corrompida por la caída de
Adán.
El hombre engendra vida conforme a su propia semejanza: le comunica a su hijo vida
física y su naturaleza pecaminosa.
Romanos 5:12 Como el pecado entró en el mundo por un hombre, y por el pecado la
muerte, así la muerte pasó a todos los hombres, por cuanto todos pecaron.
Debió ser grande la frustración de Adán y de Eva, al gestar a su primer hijo después
de haber recibido la promesa de un redentor, sin embargo, dan a luz a un fratricida.
Los sociólogos afirman, que la familia es una de las causas más importantes en la
gestación de la violencia en la sociedad.
La falta de afecto paternal, los celos y las contiendas entre hermanos convierten a la
familia en un ambiente enfermante más bien que un ambiente de salud.
Si los padres tomaran conciencias de que son ellos los que les transmiten la
naturaleza egoísta a sus hijos, deberían conducirles a buscar de la gracia que viene
de Dios para traer vida espiritual para sus hijos.
La voluntad de Dios es que la familia viva unida en el amor y sean felices, pero se ve
interferido por el pecado. ¿Qué es la serpiente? La biblia la representa como la astuta, la sagaz, la envidiosa, la mentirosa,
la mejor amiga con apariencia de bien la falsa que destruye a la pareja.
Adán y Eva Dejan de oír y obedecer la palabra de Dios, se dejan llevar por la serpiente (pecado).
La serpiente puede ser.
1. Los falsos amigos que invitan al hombre a descuidar el hogar con el alcohol, droga y
prostitución.
2. Los falsos amigos que siembran en la pareja celos que acaban con el amor.
3. Los falsos amigos que conducen a los jóvenes al vicio.
4. Los medios de comunicación cuyos programas son de infidelidad, violencia.
5. Novios inmaduros e irresponsable de una aventura a la separación y al divorcio.
6. El egoísmo.
Son muchas familias destruidas por estos falsos amigos. El pecado divide y enfrenta a la
familia ocasionando dolor y sufrimiento. Se le olvida al pecador que Dios es el creador, el
legislador, el dueño de la vida.
El árbol en la biblia simboliza a Dios con todos sus derechos el hombre toma el derecho
de la sabiduría o fruto y por desobedecer es sacado del paraíso. El hombre quiso ser
Dios.
El desnudo y esconderse es signo de cobardía, de miedo de culpabilidad. Culpar el uno
al otro es no aceptar su culpa de haber fallado. La desnudez es sentir vergüenza de haber pecado.
Sacar la costilla del varón significa que la mujer es su compañera no su esclava. Huesos de mis huesos y carne de mi
carne significa que el hombre y la mujer son iguales ante Dios.
El árbol de la vida es Jesucristo. El árbol de la ciencia es el conocimiento del bien y el mal.
Arrastrarse y comer polvo significa que cuando se está en pecado el hombre anda mal, destruido y no progresa.
ACTIVIDAD 4
BIBLIA:
Lea y escriba del libro de Génesis 3,1-19 y responda:
1. ¿Cuáles son las características de la serpiente?
2. ¿Qué le prometió la serpiente a la mujer?
3. ¿Qué hizo la mujer con el fruto? ¿A quién le dio a comer?
4. ¿Qué hizo la pareja cuando oyeron a Dios?
5. ¿Quién acuso a el hombre? ¿La mujer a quién le echó la culpa?
6. ¿Cuál fue la sentencia para el hombre, la mujer y la serpiente?
7. Dibuje la serpiente, el árbol, el fruto y bíblicamente ¿qué significa o simboliza cada uno?
8. Tres compromisos para evitar el pecado en mi familia
9. ¿Qué aprendí y para que me sirve?
10. ¿Qué nos dice Génesis 3,12-13 y que dicen las imágenes?
Lectura complementaria: La familia: como el pecado la corrompió.
La situación actual de las familias.
Al ser una familia un conjunto de intereses egoístas pugnando por prevalecer, muchas de las conductas antisociales de la
actualidad tienen su origen en la situación actual de las familias.
Los padres forman una familia con base a objetivos equivocados.
Hay beneficios legítimos que Dios ha otorgado a la familia:
La alegría de vivir acompañado, el dar y recibir afecto, el deleite de una adecuada vida sexual, el pertenecer a un núcleo
familiar, la dicha de tener hijos.
Estos objetivos se pueden convertir un fin en sí mismo. La motivación es recibir beneficios.
El problema es que, si establecemos familias con base a necesidades egoístas y de gratificación personal, la familia se
convierte en la meta más alta de la vida y termina transformándose en un ídolo. Siendo Dios, sólo, un excelente medio
para alcanzar esa felicidad familiar.
El progreso material se constituye en la razón del esfuerzo de muchas de estas familias.
Trabajan desmedidamente para alcanzar lo deseado y siguen trabajando para mantener lo alcanzado.
El estado de la sociedad actual atenta contra la estructura misma de la familia
Esta sociedad de consumo compuesta por múltiples intereses que pugnan por prevalecer, intenta por todos los medios
disgregar a la familia.
– El debilitamiento del compromiso en las relaciones
El divorcio, la falta de casamientos, la precariedad de las relaciones, lo superficiales y transitorias hace que los vínculos
familiares sean muy débiles y la sociedad de hoy se pueda caracterizar como una sociedad sin padres.
– Las relaciones extrafamiliares
La familia de hoy no da respuesta a todas las necesidades que los integrantes de las familias necesitan. En especial para
los hijos quienes buscan respuestas fuera de la familia, en asociaciones de tipo tribal. Grupos en los que muchas veces se
prestan al desarrollo de todo tipo de transgresiones; violencia, droga, alcohol, sexo, etc.
– El machismo. Establece una caricatura grotesca de la hombría de la cual aún quedan muchos resabios. Sin embargo, al
querer corregirla se va a otro extremo. Hoy la varonilidad está en crisis.
– El feminismo. Provocando que la mujer vea con desagrado la valiosa tarea de ser madre, inyectando intereses de
realización personal fuera de la maternidad y menospreciando la tarea de la mujer como ama de casa.
– Los avances tecnológicos. Tienden a que cada uno encuentre su satisfacción en forma individual.
Todo apunta a que cada uno esté conectado a una terminal en su habitación que le satisfaga de todas sus
necesidades prescindiendo de quien está conviviendo con él. Ser mujer, hoy, es complicado. Eres esposa, madre, ama de
casa, empleada en una compañía, chofer de los niños, amiga de tu esposo, consejera de otras amigas y sacerdotisa del
hogar. ¡Sí! También debes velar por tu esposo y tus hijos, por sus vidas espirituales y la tuya misma.
Job 22:23-26 «Si te humillas, y te vuelves al Todopoderoso, y alejas el mal de tu casa, y si miras aun el oro más
precioso como si fuera polvo, como piedras del arroyo, el Todopoderoso será entonces tu oro y tu plata en
abundancia. Él será tu alegría, y podrás mirarlo con confianza».
¿Qué significa alejar el mal de tu casa? ¿Erradicar los malos pensamientos? ¡Sí! ¿Dar una educación buena a tus hijos?
¡Sí! ¿Respetar y ser fiel a tu esposo? ¡Sí!… y también ser sacerdotisa en la familia. Acompañar espiritualmente a tu esposo.
Si él aún no se ha dado cuenta, ayudarlo a convertirse en un verdadero hombre de Dios. Cuidar la vida espiritual de tu
familia es cuidar de cada uno de sus integrantes.
Las familias en general sacaron a Dios de sus hogares y le dieron lugar a lo que les pervierte, destruye y corrompe. La
condición para que la bendición del Señor se derrame sobre tu familia es que te vuelvas a él de todo corazón. Una vez lo
hagas poseerás el poder para alejar de tu casa todo aquello que no edifica. Hoy es el día de volver a los brazos de aquel
que fundó la familia. Hoy es el día de sacudirnos de toda perversión, dureza e insensibilidad y empezar a darle el tiempo,
espacio y lugar que Dios se merece en nuestros hogares.
Es tiempo de hacer del culto familiar un hábito. Leer la Biblia, orar, ayunar, compartir juntos en armonía. Poner nuestras
limitaciones y adversidades, unidos en oración, delante de Dios. Caminar unánimes en las decisiones y pasos que vayamos
a dar como familia.
Quizás en tu hogar se necesite restaurar la economía, la unidad, la paz, la armonía, el amor familiar. Cualquier situación
será restaurada cuando te vuelvas de todo corazón al Señor y desarraigues de tu casa toda pelea, división y competencia.
Hazlo con la responsabilidad y el compromiso ante Dios de restaurar la relación con aquel que da sentido a la vida, y tu
hogar será un lugar de refugio para los integrantes de tu familia.
¿Qué lugar ocupa en tu familia la Palabra de Dios?
Vislumbramos el amor perfecto de nuestro Padre Celestial por nosotros en el profundo amor que muchos
padres tienen por sus hijos. Todos podemos experimentar el amor del Padre Celestial a medida que nos
acercamos a Él, y podemos compartir ese amor con nuestras familias.
¿Cuál es el propósito de una familia?
Las familias son centrales en el plan de Dios. Son el bloque fundamental de las sociedades fuertes. En las familias
podemos sentir amor y aprender cómo amar a otros. La vida es difícil y necesitamos personas para apoyarnos. El hogar
es un refugio donde podemos recibir consejo, apoyo y amor.
La caída del hombre
En el libro de Génesis de la Biblia se registra que poco después de la creación ‘a la imagen de Dios’, los
primeros seres humanos fueron probados. Cuenta la Biblia de un intercambio con una “serpiente”. Siempre se
ha entendido universalmente que la serpiente es Satanás; un adversario de Dios. En la Biblia, Satanás se
enfrenta generalmente hablando por medio de otra persona. En este caso él habló a través de una
serpiente. El intercambio se registra de esta manera.
SEGUNDO PERIODO CIENCIAS RELIGIOSAS 7°
GUIA DE APRENDIZAJE No. 5
TEMA: LUCES Y SOMBRAS DE LA FAMILIA HOY.
OBJETIVO: Analizar por qué los valores humanos en nuestra familia se encuentran en crisis y que acciones se deben
tomar para recuperarlos.
Analicé la frase: Proverbios 10,1 (el hijo sabio alegra a los padres, pero el hijo necio es tristeza de Sus padres) No hay
duda de que en la realidad y en la conciencia de lo que es la familia hay un conjunto de rasgos positivos, que son adquisición
y patrimonio de nuestro tiempo. “En efecto, por una parte existe una conciencia más viva de la libertad personal y una
mayor atención a la calidad de las relaciones interpersonales en el matrimonio, a la promoción de la dignidad de la mujer,
a la procreación responsable, a la educación de los hijos; se tiene además conciencia de la necesidad de desarrollar
relaciones entre las familias, en orden a una ayuda recíproca espiritual y material, al conocimiento de la misión eclesial
propia de la familia, a su responsabilidad en la construcción de una sociedad más justa”
Las luces se refieren a los valores que viven las familias hoy como son:
1. Libertad personal para actuar en beneficio de los demás.
2. Mejor calidad en las relaciones interpersonales en el matrimonio.
3. Promoción y dignidad de la mujer.
4. Procreación responsable
5. Dedicación a la educación de los hijos.
6. Ayuda entre las mismas familias.
Las sombras se refieren a los anti valores y estos son:
1. Egoísmo. Libertinaje, mentiras.
2. Se toma a la persona como objeto.
3. Padres que han perdido la autoridad frente a sus hijos.
4. Muchos divorcios.
5. Esterilización, aborto.
6. Pobreza, miseria
7. No se traen hijos estos generan gastos, no dejan gozar la vida.
Qué hacer ante los anti valores: vivir
en el amor, volver a Dios, practicar los mandamientos y lo que dice la biblia,
defender los derechos humanos, vivir los valores del evangelio: amar, servir y
perdonar. Y vivir una sana moral es decir tener buen comportamiento.
En la parábola del trigo y la mala hierba (Mateo 13,24-30) su significado es: el
campo o la tierra es la mente y el corazón del hombre donde Dios siembra
semillas de amor, de paz, sinceridad, solidaridad, comprensión. Que les dan
felicidad a la persona y a la familia.
El sembrador de la noche es el maligno, siembra semillas de odio, mentira,
egoísmo, orgullo, llevando a la familia a la desorganización y sufrimiento con
dolor.
10 luces sobre la familia que el Papa Francisco ofrece
1. El matrimonio y la familia. En todo el mundo, la institución más apreciada
de la humanidad es la familia. Sin embargo, los jóvenes tienen miedo a crear una familia, aumentan las separaciones y los
divorcios, siendo los hijos las primeras víctimas. Conviene fortalecer el matrimonio y preparar mejor al matrimonio.
2. Los hijos. Conviene fomentar más la atención de los padres para con sus hijos, de modo que la organización del
trabajo debe adecuarse al servicio de la familia para que los padres dediquen tiempo a los hijos. Los padres son los
primeros y principales educadores de los hijos. ¿Cometen errores? Claro, pero lo compensan con el afecto. Nunca
sustituirán a los padres la escuela, el gimnasio, el municipio, ni los poderes públicos.
3. El noviazgo. La alianza de amor entre el hombre y la mujer no se hace de un día para el otro, requiere tiempo, que se
conozcan bien antes de entregarse el uno al otro para siempre. No existe el “matrimonio express”. La Iglesia, en su
sabiduría, custodia la distinción entre ser novios y ser esposos —no es lo mismo—. Cuando se llega a la unión de los
cuerpos antes del matrimonio puede conllevar alguna herida duradera.
4. Abuelos. La sociedad tiende a “descartar” a los viejos, “pero el Señor no”. También la ancianidad contiene una gracia
y una misión: la ancianidad es una vocación. Es importante para los más jóvenes la fidelidad que han tenido los abuelos
en su matrimonio, a pesar de las dificultades.
5. Los niños. Los niños son un “gran don” para la humanidad, “pero también son los grandes excluidos porque ni siquiera
se les deja nacer”. Se puede juzgar una sociedad por el modo con que trata a los niños. “Los niños —en su sencillez
interior— llevan consigo la capacidad de recibir y dar ternura. Ternura es tener un corazón “de carne” y no “de piedra”,
como dice la Biblia (cf. Ez 36, 26)”.
6. Los hermanos. El vínculo de fraternidad que se forma en la familia entre los hijos, si se da en un clima de educación
abierto a los demás, es la gran escuela de libertad y de paz. En la familia, entre hermanos, se aprende la convivencia
humana, cómo se debe convivir en sociedad. “Es precisamente la familia la que introduce la fraternidad en el mundo”.
7. La pobreza. Todos conocemos a alguien que dice: Papá está sin trabajo, mamá no tiene trabajo. La falta o la pérdida
del trabajo, o su gran precariedad, inciden con fuerza en la vida familiar, poniendo a dura prueba las relaciones.
La miseria social golpea a la familia y en algunas ocasiones la destruye. Luchar contra la pobreza.
8. La enfermedad. La debilidad y el sufrimiento de nuestros afectos más queridos y más sagrados, pueden ser, para
nuestros hijos y nuestros nietos, una escuela de vida —es importante educar a los hijos, los nietos, en la comprensión de
esta cercanía en la enfermedad en la familia— y llegan a serlo cuando los momentos de la enfermedad van acompañados
por la oración y el afecto.
9. Luto. Todas las familias experimentan el luto, la muerte de uno de sus miembros. El amor nos custodiará hasta el día
en que cada lágrima será enjugada, cuando «ya no habrá muerte, ni duelo, ni llanto, ni dolor» (Ap 21, 4). Si nos dejamos
sostener por esta fe, la experiencia del luto puede generar una solidaridad de los vínculos familiares más fuerte, una
nueva apertura al dolor de las demás familias, una nueva fraternidad con las familias que nacen y renacen en la
esperanza.
10. El perdón. El perdón ha de estar presente siempre en la familia, entre los esposos, entre los hermanos, entre los
padres y los hijos. Puede ser que “vuelen los platos” entre los esposos, pero al final del día deben hacer las paces, deben
perdonarse. El perdón es el reflejo de la misericordia de Dios.

ACTIVIDAD:5
De las citas bíblicas anteriores responda las siguientes preguntas:
1. ¿Quién sembró el trigo? ¿Quién sembró la maleza?
2. Enumere las luces que da el papa Francisco
3. ¿Cuál es la suerte del trigo? ¿Cuál es la suerte de la maleza?
4. Escoja 5 luces de las que da el papa Francisco e interprételas.
5. ¿Qué hace la mala hierba con el trigo?
6. Dibuje las escenas:
7. ¿Qué valores vives en tu familia? Colócalos dentro de un corazón
8. ¿Qué anti valores se viven en tu familia? Y ¿qué hacer para evitarlos?
9. Dibuja un corazón roto y escribe allí tres anti valores. Con sus causas y
consecuencias.
10. Tres compromisos para ayudar a tu familia a vivir los valores.

Lectura complementaria: Situación de la familia en el mundo de hoy


La Iglesia al servicio de la familia
1. LA FAMILIA. En los tiempos modernos, ha sufrido quizá como ninguna otra institución, la acometida de las
transformaciones amplias, profundas y rápidas de la sociedad y de la cultura. Muchas familias viven esta situación
permaneciendo fieles a los valores que constituyen el fundamento de la institución familiar. Otras se sienten inciertas y
desanimadas de cara a su cometido, e incluso en estado de duda o de ignorancia respecto al significado último y a la
verdad de la vida conyugal y familiar. Otras, en fin, a causa de diferentes situaciones de injusticia se ven impedidas para
realizar sus derechos fundamentales.
La Iglesia, consciente de que el matrimonio y la familia constituyen uno de los bienes más preciosos de la humanidad,
quiere hacer sentir su voz y ofrecer su ayuda a todo aquel que, conociendo ya el valor del matrimonio y de la familia, trata
de vivirlo fielmente; a todo aquel que, en medio de la incertidumbre o de la ansiedad, busca la verdad y a todo aquel que
se ve injustamente impedido para vivir con libertad el propio proyecto familiar. Sosteniendo a los primeros, iluminando a
los segundos y ayudando a los demás, la Iglesia ofrece su servicio a todo hombre preocupado por los destinos del
matrimonio y de la familia. (1)
De manera especial se dirige a los jóvenes que están para emprender su camino hacia el matrimonio y la familia, con el
fin de abrirles nuevos horizontes, ayudándoles a descubrir la belleza y la grandeza de la vocación al amor y al servicio de
la vida.
6. La situación en que se halla la familia presenta aspectos positivos y aspectos negativos: signo, los unos, de la salvación
de Cristo operante en el mundo; signo, los otros, del rechazo que el hombre opone al amor de Dios.
En efecto, por una parte existe una conciencia más viva de la libertad personal y una mayor atención a la calidad de las
relaciones interpersonales en el matrimonio, a la promoción de la dignidad de la mujer, a la procreación responsable, a la
educación de los hijos; se tiene además conciencia de la necesidad de desarrollar relaciones entre las familias, en orden
a una ayuda recíproca espiritual y material, al conocimiento de la misión eclesial propia de la familia, a su responsabilidad
en la construcción de una sociedad más justa. Por otra parte no faltan, sin embargo, signos de preocupante degradación
de algunos valores fundamentales: una equivocada concepción teórica y práctica de la independencia de los cónyuges
entre sí; las graves ambigüedades acerca de la relación de autoridad entre padres e hijos; las dificultades concretas que
con frecuencia experimenta la familia en la transmisión de los valores; el número cada vez mayor de divorcios, la plaga del
aborto, el recurso cada vez más frecuente a la esterilización, la instauración de una verdadera y propia mentalidad
anticoncepcional.
En la base de estos fenómenos negativos está muchas veces una corrupción de la idea y de la experiencia de la libertad,
concebida no como la capacidad de realizar la verdad del proyecto de Dios sobre el matrimonio y la familia, sino como una
fuerza autónoma de autoafirmación, no raramente contra los demás, en orden al propio bienestar egoísta.
Merece también nuestra atención el hecho de que en los países del llamado Tercer Mundo a las familias les faltan muchas
veces bien sea los medios fundamentales para la supervivencia como son el alimento, el trabajo, la vivienda, las medicinas,
bien sea las libertades más elementales. En cambio, en los países más ricos, el excesivo bienestar y la mentalidad
consumística, paradójicamente unida a una cierta angustia e incertidumbre ante el futuro, quitan a los esposos la
generosidad y la valentía para suscitar nuevas vidas humanas; y así la vida en muchas ocasiones no se ve ya como una
bendición, sino como un peligro del que hay que defenderse.
La situación histórica en que vive la familia se presenta pues como un conjunto de luces y sombras.
Esto revela que la historia no es simplemente un progreso necesario hacia lo mejor, sino más bien un acontecimiento de
libertad, más aún, un combate entre libertades que se oponen entre sí, es decir, según la conocida expresión de san
Agustín, un conflicto entre dos amores: el amor de Dios llevado hasta el desprecio de sí, y el amor de sí mismo llevado
hasta el desprecio de Dios.
Discernimiento evangélico.
Dado que los designios de Dios
sobre el matrimonio y la familia
afectan al hombre y a la mujer en su
concreta existencia cotidiana, en
determinadas situaciones sociales y
culturales, la Iglesia, para cumplir su
servicio, debe esforzarse por
conocer el contexto dentro del cual
matrimonio y familia se realizan hoy
(8).
Este conocimiento constituye,
consiguientemente, una exigencia
imprescindible de la tarea
evangelizadora. En efecto, es a las familias de nuestro tiempo a las que la Iglesia debe llevar el inmutable y siempre nuevo
Evangelio de Jesucristo, y son, a su vez, las familias, implicadas en las presentes condiciones del mundo, las que están
llamadas a acoger y a vivir el proyecto de Dios sobre ellas. Es más, las exigencias y llamadas del Espíritu Santo resuenan
también en los acontecimientos mismos de la historia, y, por tanto, la Iglesia puede ser guiada a una comprensión más
profunda del inagotable misterio del matrimonio y de la familia incluso por las situaciones, interrogantes, ansias y
esperanzas de los jóvenes, de los esposos y de los padres de hoy (9).
A esto hay que añadir una ulterior reflexión de especial importancia en los tiempos actuales. No raras veces, al hombre y
a la mujer de hoy día, que están en búsqueda sincera y profunda de una respuesta a los problemas cotidianos y graves de
su vida matrimonial y familiar, se les ofrecen perspectivas y propuestas seductoras, pero que en diversa medida
comprometen la verdad y la dignidad de la persona humana. Se trata de un ofrecimiento sostenido con frecuencia por una
potente y capilar organización de los medios de comunicación social que ponen sutilmente en peligro la libertad y la
capacidad de juzgar con objetividad.
Muchos son conscientes de este peligro que corre la persona humana y trabajan en favor de la verdad. La Iglesia, con su
discernimiento evangélico, se une a ellos, poniendo a disposición su propio servicio a la verdad, libertad y dignidad de todo
hombre y mujer.
El discernimiento hecho por la Iglesia se convierte en el ofrecimiento de una orientación, a fin de que se salve y realice la
verdad y la dignidad plena del matrimonio y de la familia.
Tal discernimiento se lleva a cabo con el sentido de la fe (10), que es un don participado por el Espíritu Santo a todos los
fieles (11). Es, por tanto, obra de toda la Iglesia, según la diversidad de los diferentes dones y carismas que, junto y según
la responsabilidad propia de cada uno, cooperan para un más hondo conocimiento y actuación de la Palabra de Dios. La
Iglesia, consiguientemente, no lleva a cabo el propio discernimiento evangélico únicamente por medio de los Pastores,
quienes enseñan en nombre y con el poder de Cristo, sino también por medio de los seglares: Cristo “ los constituye sus
testigos y les dota del sentido de la fe y de la gracia de la palabra (cf. Act2, 17-18; Ap 19, 10) para que la virtud del Evangelio
brille en la vida diaria familiar y social” (12). Más aún, los seglares, por razón de su vocación particular, tienen el cometido
específico de interpretar a la luz de Cristo la historia de este mundo, en cuanto que están llamados a iluminar y ordenar
todas las realidades temporales según el designio de Dios Creador y Redentor.
El “ sentido sobrenatural de la fe” (13) no consiste, sin embargo, única o necesariamente en el consenso de los fieles. La
Iglesia, siguiendo a Cristo, busca la verdad, que no siempre coincide con la opinión de la mayoría. Escucha a la conciencia
y no al poder, con lo cual defiende a los pobres y despreciados. La Iglesia puede recurrir también a la investigación
sociológica y estadística cuando se revele útil para captar el contexto histórico dentro del cual la acción pastoral debe
desarrollarse y para conocer mejor la verdad; no obstante, tal investigación por sí sola no debe considerarse, sin más,
expresión del sentido de la fe.
Dado que es cometido del ministerio apostólico asegurar la permanencia de la Iglesia en la verdad de Cristo e introducirla
en ella cada vez más profundamente, los Pastores deben promover el sentido de la fe en todos los fieles, valorar y juzgar
con autoridad la genuinidad de sus expresiones, educar a los creyentes para un discernimiento evangélico cada vez más
maduro (14).
Para hacer un auténtico discernimiento evangélico en las diversas situaciones y culturas en que el hombre y la mujer viven
su matrimonio y su vida familiar, los esposos y padres cristianos pueden y deben ofrecer su propia e insustituible
contribución. A este cometido les habilita su carisma y don propio, el don del sacramento del matrimonio.
GUIA No. 6
TEMA: VARON Y MUJER UNA SOLA TAREA.
OBJETIVO: Comprender que la mujer y el hombre son fundamentales en la formación armoniosa de una familia.
Creación del hombre y de la mujer.
FUNDAMENTACIÓN: El hombre y la mujer son la obra
perfecta de la creación de Dios, porque son inteligentes y
tienen una relación de amistad con Dios. Dios puso la
creación a su disposición; pueden alimentarse, construir
sus casas, hacer sus ropas... Pero, así como Dios se lo dio
todo, también les pide que lo cuiden con mucho amor. Ese
mismo mandato es para nosotros. Vendrán otras
generaciones que necesitarán de todo eso que disfrutamos
nosotros hoy, y es nuestra responsabilidad cuidar la
creación de Dios.
CONSTRUYENDO EL APRENDIZAJE • Iluminando con la Palabra de Dios.
Contexto de la Lectura Dios crea al hombre y a la mujer como personas que deben construirse a sí mismas a lo largo de
su existencia, conforme aprenden a vivir. Su vida es una misión, un camino para construir y recorrer. Nada lo reciben hecho
por haber venido a la vida. Sin embargo, reciben unos dones como son la existencia, la libertad, la inteligencia y la voluntad,
para que, a través de ellos, puedan descubrir su misión, cultivando y desarrollando su camino. El hombre y la mujer son la
imagen natural que Dios hizo para que, mirándole a ellos, se pueda descubrir a Dios. De esta manera se puede afirmar
que “la gloria de Dios es el hombre y la mujer vivientes”. Por eso decimos que el hombre y la mujer son hijos de Dios,
porque Él les ha dado su vida divina y los ha llamado hijos. Ser hombre o mujer es lo más importante que se puede ser,
por eso Dios siempre los ha revalorizado. Jesucristo nos hace comprender que ha hecho pasar al hombre desde el egoísmo
al amor de Dios. De esta manera Dios ha compartido toda su obra creadora con el hombre, en la cual se desenvuelve.
La soledad no es buena: todos tenemos la necesidad de los demás. Porque somos seres sociales por naturaleza porque
procedemos del amor de un hombre y una mujer. El amor es el sentimiento divino procede de Dios y el hombre lo manifiesta
para compartir la vida con su sexo opuesto y así formar una familia.
El hombre no puede vivir sin amor, porque la vida no le haya sentido, sino participa del amor es un ser infeliz, amargado.
Desde el amor el hombre entiende que estar solo no es bueno. Dios creó macho y hembra. Diferencias:
1. Biológica sus órganos genitales
2. Psicológicas: sus sentimientos y comportamientos.
Estas diferencias son para complementarse, ayudarse, amarse y realizarse como personas. Iguales para una misma tarea:
la masculinidad se refiere a la manera del ser del hombre y la feminidad se refiere a la manera del ser mujer.
Los hombres y las mujeres somos iguales en derechos deberes y obligaciones. El hombre y la mujer se complementan
para:
1. Procrear. 2. Educar los hijos 3. Cuidar el hogar 4. Construir la sociedad
5. Fomentar la fe 6. Realizar buenas obras y acciones 7. Cuidar y proteger
la naturaleza.
ACTIVIDAD:6
Biblia.
Lea Génesis 1, 27 y responda:
1. ¿Qué me enseñan las dos imágenes?
2. La mujer es más débil que el hombre ¿en qué aspectos?
3. El hombre construye la sociedad y la mujer cuida y protege el hogar.
4. ¿Quiénes educan a los hijos?
5. La ausencia del padre ¿qué consecuencias traen en el hogar?
6. ¿Por qué la soledad no es buena?
7. ¿Para qué se complementan el hombre y la mujer?
8. ¿Qué debemos mejorar en mis relaciones con el otro sexo?
9. La ausencia de la madre ¿qué consecuencias traen en el hogar?
10. ¿Para qué se complementan el hombre y la mujer?
Lectura complementaria: Hombre y Mujer.
El ser humano o la persona humana es creado como hombre y mujer:
“Hombre y mujer los creó” (Gén. 1, 27b).
En el Génesis encontramos aún una segunda descripción de la creación del hombre –varón y mujer- (cfr. Gén. 2,18-25):
“Dijo luego Yahveh Dios: no es bueno que el hombre esté sólo. Voy a hacerle una ayuda adecuada… De la costilla que
Yahveh Dios había tomado del hombre formó una mujer y la llevó ante el hombre. Entonces éste exclamó: Esta vez sí que
es hueso de mis huesos y carne de mi carne. Esta será llamada mujer (issah) porque del hombre/ varón (is) ha sido
tomada...” (Gén. 2, 18. 22-23).
En la segunda descripción de la creación del hombre, el lenguaje con el que se expresa la verdad sobre la creación del
hombre, y especialmente la mujer, es diverso, y en cierto sentido menos preciso; es podríamos decir, más descriptivo y
metafórico, más cercano al lenguaje de los mitos conocidos en aquel tiempo. Sin embargo, no existe una contradicción
esencial entre los dos textos.
El texto del Génesis 2,18-25 ayuda a la comprensión de lo que encontramos en el fragmento conciso del Génesis 1, 27-28
y, al mismo tiempo, si se leen juntos, nos ayuda a comprender de un modo todavía más profundo la verdad fundamental,
encerrada en el mismo, sobre el ser humano creado a imagen y semejanza de Dios, como hombre y mujer.
En la descripción del Génesis (2,18-25), la mujer es creada por Dios “de la costilla” del hombre y es puesta como otro “yo”,
es decir, como un interlocutor junto al hombre, el cual se siente solo en el mundo de
las criaturas animadas que lo circunda y no halla en ninguna de ellas una “ayuda”
adecuada a él. La mujer, llamada así a la existencia, es reconocida inmediatamente
por el hombre como “carne de su carne y hueso de sus huesos” (cfr. Gén. 2,25) y por
eso es llamada “mujer”.
El hebreo juega con la palabra “´is” = hombre/varón y su femenino “´issah” = mujer y a
la letra varona/hembra. En el lenguaje bíblico, este nombre indica la identidad esencial
con el hombre: “´is-´issah”, cosa que, por lo general, las lenguas modernas,
desgraciadamente, no logran expresar: “esta será llamada mujer (´issah) porque del
varón (´is) ha sido tomada” (Gén. 2, 25).
Los textos bíblicos proporcionan bases suficientes para reconocer la igualdad esencial
entre el hombre y la mujer desde el punto de vista de su humanidad. Ambos desde el
comienzo son personas, a diferencia de los demás seres vivientes del mundo que los
circunda. La mujer es otro “yo” en la humanidad común.
Desde el principio aparecen como “unidad de los dos”, y esto significa la superación de la soledad original, en la que el
hombre no encontraba “una ayuda que fuese semejante a él” (Gén. 2,20). ¿Se trata aquí solamente de la “ayuda”, en orden
a la acción, a “someter la tierra”, (cfr. Gén. 1, 28)?
Ciertamente se trata de la compañera de la vida con la que el hombre se puede unir, como esposa, llegando a ser con ella
“una sola carne” y abandonando por esto a “su padre y a su madre” (cfr. Gén. 2,24). La descripción “bíblica” habla, por
consiguiente, de la institución del matrimonio por parte de Dios en el contexto de la creación del hombre y de la mujer,
como condición indispensable para la trasmisión de la vida a las nuevas generaciones de los hombres, a la que el
matrimonio y el amor conyugal están ordenados: “Sed fecundos y multiplicaos y henchid la tierra y sometedla” (Gén. 1,
28).
Hacia una interpretación contextualizada de Efesios 5:22-24
El gran tema de Efesios es la unidad en la diversidad operada por Dios a través de la muerte y resurrección de Jesucristo:
Unidad de todo el cosmos. Capítulo 1 (1:9-10, 20-23); unidad entre judíos y gentiles. Capítulos 2 y 3 (2:14-16); unidad en
la Iglesia. 4:1– 5:21 (4:4-6); unidad en la familia 5:21 – 6:9 (5:21); unidad contra las fuerzas del mal 6:10-20.
El primer principio para mantener la unidad en la familia (así como en la Iglesia) es someterse unos a otros en el temor de
Dios (5:21). No es la sujeción vertical y jerárquica de unos a otros, sino de todos entre sí (Ver 1 Co. 7:4).
Cuando en 5:23 se habla del marido como “cabeza” de la mujer, se emplea el término “kefalé” que significa “fuente”. Así
como “cabecera de río” o “cabecera de valle”. En ningún escrito griego del siglo I, ni dentro ni fuera del Nuevo Testamento,
se emplea kefalé en el sentido de “autoridad”. En Efesios 5:23 se habla que hay un vínculo muy fuerte de unión entre el
hombre y la mujer, porque, en la creación, Dios usó al hombre como fuente de vida de la mujer (Gn. 2:22), así como en la
redención Cristo es fuente de vida de la Iglesia. La enseñanza de Efesios 5:23 no es la “autoridad” del marido sobre su
esposa; sino la unión entre ambos.
Cuando en 5:22 se habla de las esposas “sujetas” a sus maridos, se utiliza la forma pasiva del verbo (jupatasso) que
implica “seguir voluntariamente el ejemplo del otro”, antes que la forma activa del mismo (jupakúo) que implica
subordinarse.
Por tanto, en Efesios 5:21-33 se enseña que la forma de mantener la unidad en la familia es la mutua sujeción. Se insta a
las esposas a seguir voluntariamente el ejemplo de sus esposos en virtud de que Dios usó al hombre como fuente de vida
de la mujer en la creación. Se enseña al esposo a amar y entregarse a sí mismo por su esposa. En ninguna parte de este
pasaje se enseña que el hombre es autoridad sobre la mujer.
Conclusiones
Necesitamos restablecer la total y completa equidad hombre-mujer según el propósito original de Dios en la creación, no
es una “propaganda feminista”. Es un mandato de la Palabra de Dios. La Biblia no hace énfasis en los roles diferenciados
del hombre y de la mujer en el hogar. No habla que el hombre tenga autoridad especial sobre su esposa. Todo lo contrario,
enfatiza en la necesidad de equidad/igualdad entre ambos porque esta fue la voluntad de Dios antes de la entrada del
pecado.
Hoy es un imperativo central lograr la equidad de género (en la familia, en la Iglesia y en la sociedad) como requisito: a)
para el desarrollo integral de los pueblos, b) para una democracia real y pluralista, c) para impactar con los valores del
Reino de Dios a nuestras sociedades. Sostener en este contexto que el hombre es cabeza/autoridad sobre la mujer, es
apartarse de la enseñanza bíblica. Es dejar de ser sal y luz del mundo.
En la actualidad, las iglesias evangélicas deben escoger entre ser fieles a la Palabra de Dios e involucrarse activamente
en lograr la equidad de género como parte central de nuestra misión evangelizadora, o asumir una postura conservadora
que busca mantener las estructuras patriarcales en la familia a raíz de una interpretación descontextualizada y equivocada
de Efesios 5: 22-24.
GUIA No. 7
TEMA: EL AMOR DEL HOMBRE Y LA MUJER.
OBJETIVO: Comprender que para formar una familia el elemento fundamental es el amor.
Gracias al amor se une el hombre y la mujer para dar vida (hijo) el cual representa el amor
y la unidad.
El amor es un sentimiento humano de aprecio, afecto a… los padres deben traer los hijos
a la vida con amor y responsabilidad para satisfacerle sus necesidades.
El verdadero amor familiar es el conyugal es decir entre esposos, porque allí hay:
responsabilidad, madurez, solucionan problemas.
Tres opiniones acerca del amor:
1. Materialista: el amor es solo atracción física, biológica y genital no hay sentimientos,
solo relación sexual biológica.
2. Espiritual. Unión del alma del espíritu, hay sentimientos, comunión se rechaza la
relación sexual.
3. Acto de toda la persona: alma y cuerpo.
Características del amor autentico:
1. Humano: sensible y espiritual
2. Total: comparte todo su ser y lo que tiene
3. Fiel y exclusivo: le dedica su vida a la persona amada,
la elegida.
4. Fecundo: procrear con responsabilidad.
¿Cómo entienden el amor hombres y mujeres?
Parece que el amor no es igual para hombres y mujeres, o al menos, no lo viven de la
misma manera. ¿Crees que tú eres más romántica y detallista y él, en cambio, es más
directo y simple? Es bastante común. Te explicamos las principales diferencias entre los
hombres y las mujeres a la hora de vivir y sentir el amor.
1. ¿Cómo nos enamoramos las mujeres?
Las mujeres tendemos a idealizar al hombre. Cargamos a sus espaldas todas
nuestras expectativas de lo que esperamos del amor. Nos sacrificamos y
esperamos, en silencio, que él se dé cuenta y nos compense.
2. ¿Por qué los hombres necesitan distanciarse?
Los hombres necesitan distanciarse para volver a recuperar su autonomía. La
mujer entiende este distanciamiento como un rechazo. La clave está en entender
su necesidad de distancia y no tomarla como una amenaza.
3. ¿Por qué un hombre necesita soledad?
Cuando le acontece un problema, el hombre no habla. Permanece en silencio y se encierra tras una muralla
infranqueable. Es entonces cuando no nos escucha y no contesta a las preguntas. En esa soledad, el hombre
busca sentirse autónomo para solucionar su problema: "Yo solo puedo. No necesito tu ayuda. Gracias".
4. ¿Por qué los hombres no hablan?
Cuando una mujer tiene un problema, la mejor medicina es quedar con sus amigas y hablar, hablar y hablar...
Después de un rato de conversación, el problema es menos problema y la mujer se siente mejor. Un hombre, en
cambio, actúa diferente. "El hombre se mete en su cueva", así lo explica el famoso libro Los hombres son de
Marte, las mujeres de Venus.
5. ¿Por qué para la mujer es más difícil separar sexo y amor?
Para un hombre, el sexo es sexo, el amor es amor. Para una mujer, en cambio, todo está interrelacionado y son
pocas las féminas que no busquen en el sexo, amor y cariño. La clave está en la estructura de nuestros cerebros.
El cerebro de los hombres está dividido en compartimentos: el sexo está en una caja, el amor en otra. En el
cerebro de la mujer todo está interrelacionado: en el sexo hay algo de amor y en el amor debe haber sexo.
6. ¿Qué buscan en el amor hombres y mujeres?
Las mujeres buscan sentirse valoradas y amadas. Los hombres, en cambio, buscan sentirse útiles. Lo que atrae
a un hombre de una mujer es su aspecto físico. Una mujer, en cambio, se fija más en la inteligencia y el estatus.
"Los hombres se enamoran por los ojos y las mujeres por el oído", una frase que tiene mucho de cierto.
Aun aquellos que no conocen mucho de la Biblia conocen algo de 1 Juan 4:8: “El que no ama no conoce a Dios, porque
Dios es amor”. La Palabra no nos enseña que Dios tiene amor, sino que Él es la personificación misma del amor. Así como
vemos que Dios es santo y poderoso, podemos decir que una de las características de Dios es que Él es amor, y la máxima
expresión de Dios como amor fue a través de su Hijo Jesucristo (1 Juan 4:9).
ACTIVIDAD: 7
1. ¿Cómo comienza la relación de amor entre un hombre y una mujer?
2. Escribe tres manifestaciones de amor
3. Escribe una canción de amor. ¿Qué mensajes y expresiones tiene?
4. ¿Por qué hay que traer los hijos con amor y responsabilidad?
5. Dibuje o pegue una imagen que se relacione con el tema.
6. Dibuja un corazón y escribe tres valores del amor
7. ¿Cómo te estás preparando para amar auténticamente?
8. Escriba tres opiniones acerca del amor.
9. ¿Qué respondió Jesús sobre el matrimonio?
10. Escriba cuatro características del amor auténtico.
Lectura complementaria: ¿Qué dice la biblia sobre el matrimonio?
Jesús respondió: — ¿No han leído las Escrituras? Allí está escrito que, desde
el principio, “Dios los hizo hombre y mujer” —y agregó—: “Esto explica por qué
el hombre deja a su padre y a su madre, y se une a su esposa, y los dos se
convierten en uno solo”. Como ya no son dos sino uno, que nadie separe lo
que Dios ha unido. (Mateo 19,4-6)
Hace 2,000 años atrás, Jesús fundamentó un argumento sobre el matrimonio
en una observación sencilla del orden de creación: los seres humanos son
hombres o mujeres. No hace falta ningún tipo de convicción religiosa para
reconocer lo que naturalmente se ha dictado a través del tiempo: uniones a
largo plazo de hombres y mujeres crean las familias que, a su vez, crean la
sociedad.
¿Qué es “matrimonio”?
Primero, el matrimonio no se define, sino que se describe.
El matrimonio no fue inventado por el ser humano – es fundamentado en la
naturaleza. Es una característica fija del orden natural.
Por lo tanto, el matrimonio es una unión natural y a largo plazo, entre un hombre y una mujer, que es protegida, privilegiada
y celebrada por la cultura, dado el importantísimo rol que juega en la civilización. Como grupo, por regla general y por
naturaleza, las relaciones matrimoniales producen la próxima generación.
Esta descripción ha determinado la estructura de toda civilización desde el principio del tiempo. Los matrimonios
conyugales comienzan familias – que son los bloques que construyen la sociedad.
Licencias Matrimoniales no crean matrimonios
El matrimonio es anterior a las licencias matrimoniales (es decir, anterior al reconocimiento formal de parte de la cultura) y
el matrimonio seguiría existiendo sin dichas licencias. El matrimonio, como una institución legal, sencillamente describe la
institución natural que ya existía. Es como cuando un explorador hace un mapa de una tierra desconocida: la delinea y la
describe, no la define ni se inventa otra cosa. Por lo tanto, como el estado no hace matrimonios, no los puede redefinir –
es algo ya establecido que el estado reconoce.
¿Qué dice la Biblia?
Sencillo: Varón + Mujer = Familia Nuclear
Esta es la unión original que Dios intención. Conocemos que esto es cierto porque así fue que creó a las primeras dos
personas: Adán y a Eva (UN hombre, UNA mujer). Es así de sencillo.
Interesantemente, hay personas que piensan que lo que dice la Biblia de las mujeres es misógino porque dice que las
esposas deben sujetarse a sus esposos. Sin embargo, es importante destacar que muchas veces se intercambia la palabra
“sujetar” con “subordinar” – pero NO es lo mismo.
El pensar que la mujer se tiene que subordinar ante su marido NO es lo que Dios propuso y engaña sobre cuáles son los
roles dentro del matrimonio. Es MUY diferente a que las esposas “se sometan” (que es lo que dice la Biblia) a que sean
“subordinadas” (véase 1 Pedro 3:1; Efesios 5:22).
La diferencia es clave.
Someterse (o sujeción) es algo voluntario; es rendirse a la autoridad de otro. No es algo que es obligado o impuesto. Sin
embargo, “subordinar” es clasificar algo como inferior en orden con respecto a algo (los esposos, en este caso). Esta
segunda NO es como Dios lo intencionó.
Se puede pensar de esta manera: Sumisión es como ir a bailar. Él va a donde ella y le pide bailar. Si ella accede, ella va
con él. Mientras bailan, él la guía y ella lo sigue. Si no, ¡estarían constantemente pisándose los pies! Cuando eso sucede,
se pasa más tiempo quejándose que bailando.
Las implicaciones de la subordinación también son interesantes porque la Biblia le pone un deber al esposo con su esposa.
Como cabeza del hogar, las responsabilidades de varón son mayores. Tienen que honrar a sus esposas (1 Pedro 3:7),
amarlas (como a sus propios cuerpos) y SACRIFICARSE por ellas – así como Cristo lo hizo por Su Iglesia (Efesios 5:25-
33). Si el esposo subordinase a su esposa, no pudiese cumplir su función bíblica como esposo.
El esposo no la a ella ve como incapaz o inferior a él. El varón la trata (no la estima) como vaso más frágil (1 Pedro 3:7).
Es decir, se tratan con ternura y cuidado, no porque se piense que ellas son inútiles, sino porque se aman de verdad.
El Yugo Desigual
El “yugo desigual” es, en realidad, una recomendación que mantiene y protege al seguidor de Cristo. Me explico: como
Dios es amor (1 Juan 4:8), una persona que no es cristiana, no conoce a Dios. Por lo tanto, esa persona no sabe lo que
es amor. Eso significa que esa persona nunca podrá amar (a menos, claro, que entregue su vida a Cristo). Dios quiere lo
mejor para sus hijos.
GUIA No. 8
TEMA: EL MATRIMONIO ES UN SACRAMENTO
OBJETIVO: Analizar y comprender que el matrimonio es una comunión de amor y
compromiso con Dios.
EL matrimonio es una alianza unión o pacto de amor entre un hombre y una mujer
para formar una familia. Características del amor matrimonial:
1. Pacto de unir las vidas
2. Mutuo consentimiento
3. Comunidad de vida y amor
4. Educar a los hijos.
El matrimonio es un sacramento porque es establecido por Dios, así como Jesús entregó su vida por la iglesia
de la misma manera los esposos deben amarse mutuamente. Sacramento: signo visible de lo invisible.
El sometimiento no es dominación ni humillación es compartir, ayudarse, servirse y realizarse como persona.
Lo que Dios ha unido que no lo separe el hombre, porque DIOS no está de acuerdo con el divorcio, el matrimonio
es indisoluble es decir que no se puede separar.
El Sacramento del Santo Matrimonio.
Cristo mismo elevó la institución natural del matrimonio a la dignidad de un sacramento durante su ministerio público.
Hizo su primer milagro en una boda (Juan 3: 1-11) y enseñó que el matrimonio en el Nuevo Pacto es permanente y santo
(Mateo 19: 3-9). Los apóstoles enseñaron sobre la belleza y el significado del matrimonio en todo el Nuevo Testamento (1
Pedro 3: 1-12). San Pablo incluso enseñó (Efesios 5: 21-33) sobre el misterio de la relación entre los miembros de la Iglesia
y Cristo el novio como análogo a la relación entre marido y mujer en el sacramento del Matrimonio.
El Matrimonio Cristiano es un sacramento que ordena que el esposo y la esposa se sirvan unos a otros. Este servicio se
basa en la virtud cristiana de la caridad y se realiza con un espíritu de cuidado y preocupación por el bien del cónyuge y
los hijos siguiendo el ejemplo de Cristo. Si este sacramento proporciona gracia para la salvación del individuo, es solo
como un fruto secundario. El efecto principal de la gracia del sacramento sirve para fortalecer la unidad de la pareja y
profundizar su amor y afecto para que su servicio amoroso les ayude a acercarse a Dios. El objetivo final del matrimonio
es lo mismo que la vida cristiana; para responder a la gracia de Dios y ser feliz con Él en el cielo para siempre.
Hecho para amar ... hecho para la familia
Dios es la fuente del amor, por lo que su papel en la familia es insustituible. De hecho, "el hombre no existiría si no fuera
creado por el amor de Dios y constantemente preservado por él" (Constitución Pastoral sobre la Iglesia en el Mundo
moderno, 19) ¿Qué es una familia? Más importante aún, ¿qué es la familia cristiana? Es la unión amorosa de un hombre
y una mujer con el propósito de la procreación y la crianza de los hijos. Desde el punto de vista cristiano, el matrimonio es
un sacramento, instituido por Cristo.
Algunos Fariseos se acercaron a él y lo pusieron a prueba, diciendo: "¿Es lícito que un hombre se divorcie de su esposa
por cualquier causa?" Él respondió: "¿No has leído que desde el principio el Creador" los hizo hombre y mujer "y dijo:" Por
esta razón, un hombre dejará a su padre y a su madre y se unirá a su esposa, ¿y los dos se convertirán una carne?
Entonces ya no son dos, sino una sola carne. Por lo tanto, lo que Dios ha unido, ningún ser humano debe separarse. Le
dijeron: 'Entonces, ¿por qué ordenó Moisés que el hombre le diera a la mujer una carta de divorcio y la despidiera?' Él les
dijo: 'Debido a la dureza de vuestros corazones, Moisés les permitió divorciarse de sus esposas, pero desde el principio
no fue así. Te digo que quien se divorcia de su esposa (a menos que el matrimonio sea ilegal) y se case con otro comete
adulterio. ”-Mateo 19: 3-9
El propósito del matrimonio sirve no solo al cuidado de los hijos, sino también a la "comunión y el bien de la pareja".
(Compendio del Catecismo, 338) La institución de la familia ha sido la base de la sociedad a lo largo de la historia humana.
La familia transmite cultura, costumbres y fe a cada generación. En pocas palabras, donde va la familia, allí va la sociedad.
Los miembros de la familia moderna enfrentan una batalla cuesta arriba para mantenerse fieles a la sagrada confianza que
han recibido de Dios para ser una escuela viva de amor. Como lo enfatizó el Vaticano II: "El bienestar de la persona
individual y de la sociedad humana y cristiana está íntimamente relacionado con la condición saludable del ... matrimonio
y la familia" (Vaticano II, Constitución Pastoral sobre la Iglesia, 47).
La familia y la fidelidad.
"La Iglesia es la familia de Dios en el mundo". -Benedicto XVI, Deus Caritas Est, 25
En esta familia hay cuatro unidades. La unidad más grande es la Iglesia universal dirigida por el papa. Luego está la
diócesis con el obispo como su cabeza. Luego está la parroquia con el pastor como su 'padre'. La unidad más pequeña es
la iglesia doméstica; La familia católica dirigida por la madre y el padre que trabajan juntos para guiarse mutuamente y a
sus hijos en la lucha por la santidad. "Los Cristianos y todos los hombres que tienen en alta estima [a la familia] se regocijan
sinceramente por las diversas formas en que los hombres de hoy encuentran ayuda para fomentar esta comunidad de
amor y perfeccionar su vida, y por la cual los padres reciben ayuda en su elevado llamamiento" (Vaticano II, Constitución
Pastoral sobre la Iglesia, 47). El apoyo a la vida familiar es de suma importancia para los católicos.
El Matrimonio requiere fidelidad mutua para la vida. La permanencia del vínculo conyugal les da a los cónyuges la libertad
de la vida conyugal vivida sin temor al abandono y les ayuda a perseverar en la fidelidad entre ellos y con Dios.
La clave para entender el carácter indisoluble (permanente) del matrimonio no es verlo como una regla impuesta desde el
exterior, sino como una promesa esencial que fluye de los votos y la naturaleza del matrimonio. “Optar por el matrimonio
de esta manera expresa una decisión genuina y firme de unir caminos, pase lo que pase. Comprometerse exclusiva y
definitivamente con otra persona siempre implica un riesgo y una apuesta audaz.” (Papa Francisco, La Alegría del Amor,
132) En este sentido, el matrimonio puede ser lo más arriesgado que uno puede hacer en el transcurso de la vida. Sin
embargo, vale la pena el riesgo porque, "este 'sí' les dice que siempre pueden confiar el uno en el otro, y que nunca serán
abandonados cuando surjan dificultades o se presenten nuevas atracciones o intereses egoístas" (Papa Francisco, La
Alegría del amor, 132)
Situaciones difíciles: la familia bajo ataque
Como ha sido desde el principio cuando después de "los dos se convirtieron en una sola carne" fueron tentados por la
serpiente; el matrimonio sigue siendo el objetivo favorito de Satanás. Hoy, la belleza de la vida familiar "no se refleja en
todas partes con igual brillo, ya que la poligamia, la plaga del divorcio, el llamado amor libre y otras desfiguraciones tienen
un efecto oscuro. Además, el amor matrimonial con demasiada frecuencia es profanado por el amor propio excesivo, la
adoración al placer y las prácticas ilícitas "como la anticoncepción, la esterilización y el aborto (Vaticano II, Constitución
Pastoral sobre la Iglesia, 47).
ACTIVIDAD: 8
1. ¿Qué significado tienen las imágenes?
2. ¿Por qué es importante el matrimonio con la bendición de Dios?
Biblia: Lea Efesios 5, 22-33 y responda:
3. ¿Qué les dice san pablo a los esposos y a las esposas?
4. ¿Con qué compara san pablo el amor del hombre y la mujer?
5. ¿Qué parecido encontramos entre el amor de Cristo por su iglesia y el amor del
hombre y la mujer?
6. Escriba las características del amor matrimonial.
7. ¿Cuáles son las características del amor matrimonial?
8. ¿Cuál es el secreto para que el matrimonio sea consistente?
9. ¿Cuáles son las necesidades en que se fundamenta la relación humana?
10. El sometimiento no es dominación ni humillación es compartir, ayudarse, servirse y realizarse como persona.
(Verdadero o Falso)
Lectura complementaria: “Lo que Dios ha unido, que nunca lo separe el hombre” (Mt 19, 6)
Dios no sólo hizo al hombre y a la mujer para vivir su Relación de matrimonio en
tal Unidad que ella los hiciese ser “imagen y semejanza de Dios mismo”. En cada
pareja de quienes se casaron enamorados, es Dios quien los hizo el uno para el
otro. Dios los llamó a cada uno desde ese otro. Dios hizo que terminaran
encontrándose. Cuando por fin se encontraron ambos, sintieron lo que dijo el
primer hombre al ver a la mujer hecha para él: “esto es distinto” (Gén 2, 23). Eso
fue su enamoramiento. El secreto para que ese matrimonio sea consistente está
en que mantengan siempre firme, como cosa de Dios, el enamoramiento con el
que se casaron y en el que Dios se gozó al verlo.
Pero con las manos pecadoras de ambos, con las de sus padres o hermanos que debieron dejar de serlo como Dios lo
quiso cuando estos dos se casaron (Gén 2, 24), y con las manos del “mundo”, que son todos los demás organizados a su
manera, “el hombre” puede romper el lazo con que Dios los unió, y la hermosa realidad de ser Uno como Dios, como Dios
mismo los unió (Mt 19, 6) para amarse con un Amor semejante al Amor con el que Dios ama. Lo que Dios ha unido, lo
separará el hombre.
La vida de relación entre los hombres, y también la relación de pareja en el matrimonio, se funda en necesidades humanas
que ya hemos mencionado: la de “ser amado”, la de “ser valorado”, y la de “pertenecer a otros” a la vez que “mantener la
propia autonomía”. Esas cuatro necesidades se ven satisfechas cuando, en el matrimonio, los dos de la pareja mantienen
la fidelidad en el amor que los hace ser uno en lugar de dos. Desde esa satisfacción provienen los sentimientos de felicidad,
gozo, gratitud, paz, ilusión, confianza, emoción, fortaleza, y otros parecidos.
Pero cuando cualquiera de esas necesidades se ve insatisfecha, brotan los sentimientos de tristeza, vaciez, soledad,
fracaso, desilusión, amargura, desánimo, dolor por estar herido, y los sentimientos semejantes. Cuando alguna de dichas
necesidades se ve amenazada, se siente temor, angustia, alarma, miedo, desorientación, inseguridad, preocupación, y
otros sentimientos así. Cuando, en alguna de las mencionadas necesidades, uno se ve agredido, bloqueado, impedido, lo
que siente será enojo, cólera, rabia, odio, resentimiento, confusión, desesperación, u otros sentimientos parecidos.
Desde situaciones así, cada uno puede optar por buscarse una salida de diversas maneras. Acaso tratando de recuperar
la satisfacción de esa necesidad en algo fuera del matrimonio, como irse con los amigos a divertirse, buscar sus
pasatiempos personales prescindiendo de su pareja, ver televisión, ir al cine o ver películas, aunque sea en su propia casa,
navegar en internet, darse a la bebida, buscar otra mujer u otro hombre, acaso dedicarse al apostolado en la Parroquia o
donde fuere.
También puede optar por buscarse alguna compensación satisfaciendo más otra de esas cuatro necesidades, cuando es
en una en la que se encuentra insatisfecho: por ejemplo, desatender el ser amado, que no lo encuentra, con lograr el ser
valorado como inteligente, hábil, conocedor de muchas cosas, ser muy estimado profesionalmente, u otros valores en los
que se vea reconocido. O viceversa, al no verse valorado, compensarlo con mirar los muchos aspectos en que puede
gozar de ser amado y la mucha gente que le ama, trabajando el que esto sea más verdad.
TERCER PERIODO CIENCIAS RELIGIOSAS GRADO 7º
GUIA No. 9
TEMA: LA CELEBRACION DEL SACRAMENTO DEL MATRIMONIO.
OBJETIVO: Comprender que el amor sincero es la clave para tener un matrimonio estable y duradero.
Para recibir digna y efectivamente el sagrado matrimonio debe haber: fe y amor. Dios mismo es el autor del matrimonio
nos creó para amar para dar vida. Dios le da su compañera igual al hombre en deberes y derechos (sacada de una costilla
del varón). El amor busca el bien de la persona amada, desea que sea feliz.
Amar a Dios y amor mutuo entre el hombre y la mujer. Porque el amor es
la esencia del matrimonio. Ser felices, educar a los hijos y satisfacerles
sus necesidades, Invitamos a las personas a la celebración matrimonial
para que sean testigos de la nueva unión y respeten ese nuevo
matrimonio.
Los contrayentes o recién casados declaran públicamente su amor
mutuo. Compromiso es libre y que quieren vivir en el señor y se
comprometen a educar a los hijos. El matrimonio es consentimiento
mutuo (no obligado) donde se declara: te quiero a ti… Como esposa. Te
quiero a ti… como esposo. Compromiso matrimonial: ayudarse,
respetarse amarse.
El Sacramento del Santo Matrimonio
Cristo mismo elevó la institución natural del matrimonio a la dignidad de
un sacramento durante su ministerio público.
Hizo su primer milagro en una boda (Juan 3: 1-11) y enseñó que el
matrimonio en el Nuevo Pacto es permanente y santo (Mateo 19: 3-9).
Los apóstoles enseñaron sobre la belleza y el significado del matrimonio en todo el Nuevo Testamento (1 Pedro 3: 1-12).
San Pablo incluso enseñó (Efesios 5: 21-33) sobre el misterio de la relación entre los miembros de la Iglesia y Cristo el
novio como análogo a la relación entre marido y mujer en el sacramento del Matrimonio.
El Matrimonio Cristiano es un sacramento que ordena que el esposo y la esposa se sirvan unos
a otros. Este servicio se basa en la virtud cristiana de la caridad y se realiza con un espíritu de
cuidado y preocupación por el bien del cónyuge y los hijos siguiendo el ejemplo de Cristo. Si
este sacramento proporciona gracia para la salvación del individuo, es solo como un fruto
secundario. El efecto principal de la gracia del sacramento sirve para fortalecer la unidad de la
pareja y profundizar su amor y afecto para que su servicio amoroso les ayude a acercarse a
Dios. El objetivo final del matrimonio es lo mismo que la vida cristiana; para responder a la
gracia de Dios y ser feliz con Él en el cielo para siempre.
Hecho para amar ... hecho para la familia
Dios es la fuente del amor, por lo que su papel en la familia es insustituible. De hecho, "el
hombre no existiría si no fuera creado por el amor de Dios y constantemente preservado por
él" (Constitución Pastoral sobre la Iglesia en el Mundo moderno, 19) ¿Qué es una familia? Más importante aún, ¿qué es la
familia cristiana? Es la unión amorosa de un hombre y una mujer con el propósito de la procreación y la crianza de los
hijos. Desde el punto de vista cristiano, el matrimonio es un sacramento, instituido por Cristo.
Algunos Fariseos se acercaron a él y lo pusieron a prueba, diciendo: "¿Es lícito que un hombre se divorcie de su esposa
por cualquier causa?" Él respondió: "¿No has leído que desde el principio el Creador" los hizo hombre y mujer "y dijo:" Por
esta razón, un hombre dejará a su padre y a su madre y se unirá a su esposa, ¿y los dos se convertirán una carne?
Entonces ya no son dos, sino una sola carne. Por lo tanto, lo que Dios ha unido, ningún ser humano debe separarse. Le
dijeron: 'Entonces, ¿por qué ordenó Moisés que el hombre le diera a la mujer una carta de divorcio y la despidiera?' Él les
dijo: 'Debido a la dureza de vuestros corazones, Moisés les permitió divorciarse de sus esposas, pero desde el principio
no fue así. Te digo que quien se divorcia de su esposa (a
menos que el matrimonio sea ilegal) y se case con otro comete
adulterio. ”-Mateo 19: 3-9
El propósito del matrimonio sirve no solo al cuidado de los hijos,
sino también a la "comunión y el bien de la pareja". (Compendio
del Catecismo, 338) La institución de la familia ha sido la base
de la sociedad a lo largo de la historia humana. La familia
transmite cultura, costumbres y fe a cada generación. En pocas
palabras, donde va la familia, allí va la sociedad. Los miembros
de la familia moderna enfrentan una batalla cuesta arriba para
mantenerse fieles a la sagrada confianza que han recibido de
Dios para ser una escuela viva de amor. Como lo enfatizó el
Vaticano II: "El bienestar de la persona individual y de la
sociedad humana y cristiana está íntimamente relacionado con
la condición saludable del ... matrimonio y la familia" (Vaticano
II, Constitución Pastoral sobre la Iglesia, 47).
Situaciones difíciles: la familia bajo ataque
Como ha sido desde el principio cuando después de "los dos se convirtieron en una sola carne" fueron tentados por la
serpiente; el matrimonio sigue siendo el objetivo favorito de Satanás. Hoy, la belleza de la vida familiar "no se refleja en
todas partes con igual brillo, ya que la poligamia, la plaga del divorcio, el llamado amor libre y otras desfiguraciones tienen
un efecto oscuro. Además, el amor matrimonial con demasiada frecuencia es profanado por el amor propio excesivo, la
adoración al placer y las prácticas ilícitas "como la anticoncepción, la esterilización y el aborto (Vaticano II, Constitución
Pastoral sobre la Iglesia, 47).
ACTIVIDAD: 9
1. ¿Qué es lo más necesario para contraer matrimonio?
2. ¿Quién es el autor del matrimonio?
3. ¿Por qué hay invitados en la celebración matrimonial?
4. ¿Qué declaran públicamente los casados?
5. ¿Cuáles son los compromisos matrimoniales?
6. ¿Qué le dijo Tobías a Sara la noche de su boda?
7. ¿Qué dijo Sara a su esposo?
8. ¿Qué busca el amor en la persona amada?
9. Orar es colocar la vida entera bajo la mirada de Dios. (Verdadero
o Falso)
10. ¿Cuál es el papel de los hijos en el matrimonio?
Lectura complementaria: Para mejorar la lectura lea, lea y lea.
LECTURA DEL LIBRO DE TOBÍAS 8, 5-10 (Texto de la Vulgata)
La noche de su boda, Tobías dijo a Sara:
-Somos descendientes de un pueblo de santos, y no podemos unirnos como los paganos que no conocen a Dios.
Se levantaron los dos y, juntos, se pusieron a orar con fervor.
Pidieron a Dios su protección.
Tobías dijo:
-Señor, Dios de nuestros padres, que te bendigan el cielo y la tierra, el mar, las fuentes, los ríos y todas las criaturas que
en ellos se encuentran. Tú hiciste a Adán del barro de la tierra y le diste a Eva como ayuda. Ahora, Señor, tú lo sabes: si
yo me caso con esta hija de Israel, no es para satisfacer mis pasiones, sino solamente para fundar una familia en la que
se bendiga tu nombre por siempre.
Sara, a su vez, dijo:
-Ten compasión de nosotros, Señor, ten compasión. Que los dos juntos vivamos felices hasta nuestra vejez.
"Yo me casaré por la Iglesia, desde luego. Es muy importante casarse por la Iglesia".
¡Cuidado! El matrimonio, por sí mismo, incluso el de los que no creen en Dios ya es algo muy importante. Dios bendice la
unión de todos los que responden con lealtad a las exigencias del amor
humano, de sus alegrías y responsabilidades.
Pero es mucho más reconfortante -y tiene más exigencias- conocer a Dios y saber que Él está en el centro del amor. Orar
es colocar la vida entera bajo la mirada de Dios. Orar es escuchar a
Dios, ponerse a su disposición, para responder a sus deseos y dar a nuestra vida todo su verdadero sentido. Orar es amar.
Libro del Génesis 1, 26-29. 31
Entonces dijo Dios: "Hagamos al hombre a nuestra imagen, según nuestra semejanza;
y que les estén sometidos los peces del mar y las aves del cielo, el ganado, las fieras
de la tierra y todos los animales que se arrastran por el suelo. Y Dios creó al hombre
a su imagen; lo creó a imagen de Dios, los creó varón y mujer. Y los bendijo
diciéndoles: "Sed fecundos, multiplicaos, llenad la tierra y sometedla; dominad los
peces del mar, las aves del cielo y todos los vivientes que se mueven sobre la tierra".
Dios miró todo lo que había hecho, y vio que era muy bueno.
Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los cristianos de Éfeso: Ef 5, 21-33
Hermanos: Practicad el amor a ejemplo de Cristo que nos amó y se entregó por
nosotros. Someteos unos a otros por consideración a Cristo.
Las mujeres deben respetar a su marido como al Señor, porque el varón es la cabeza de la mujer, como Cristo es la
Cabeza y el Salvador de la Iglesia que es su Cuerpo.
Así como la Iglesia está sometida a Cristo, de la misma manera, las mujeres deben respetar en todo a sus maridos. Maridos,
amad a vuestra esposa, como Cristo amó a la Iglesia y se entregó por ella, para santificarla. El la purificó con el bautismo
del agua y de la palabra, porque quiso para sí una Iglesia resplandeciente, sin mancha ni arruga y sin ningún defecto, sino
santa e inmaculada.
Del mismo modo, los maridos deben amar a su mujer como a su propio cuerpo. El que ama a su esposa se ama a sí
mismo. Nadie menosprecia a su propio cuerpo, sino que lo alimenta y lo cuida. Así hace Cristo por la Iglesia, por nosotros,
que somos los miembros de su Cuerpo. Por eso, el hombre dejará a su padre y a su madre, para unirse a su mujer, y los
dos serán una sola carne.
Este es un gran misterio: y yo digo que se refiere a Cristo y a su Iglesia.
En cuanto a vosotros, cada uno debe amar a su mujer como a sí mismo, y la esposa debe respetar a su marido.
GUIA No. 10
TEMA: EL AMOR ES LA VIDA DEL MATRIMONIO.
OBJETIVO: Comprender que el matrimonio es un compromiso para disfrutar y vivir juntos una vida nueva.
La voluntad de Dios es que el matrimonio sea indisoluble, es decir no separación. Porque lo que ha unido Dios no lo separa
el hombre “ya no son dos sino uno solo”. Con estas palabras se ratifica la ley de Dios dichas por Jesús. Es unión de
personas, se prometieron amarse, respetarse, ser felices ante Dios y la comunidad. La
infidelidad se da cuando uno de los cónyuges o esposos
rompe con el compromiso matrimonial. El adulterio es tener
relaciones fuera del matrimonio. Infidelidad y adulterio es
romper el compromiso, traición, engaño, ofensa a Dios, a
la sociedad a la familia, burla al sacramento del
matrimonio. El infiel o adultero es inmaduro, egoísta, sin
control moral y de baja autoestima. La fidelidad es señal de
amor maduro, unidad y bienestar para la familia.
Versículos de matrimonio sobre el amor: que todos
sepan del vínculo que los une
¿Qué mejor que la Biblia para recordar y vivir lo que es el
amor verdadero? En medio de los afanes del trabajo, el
estudio y la organización del matrimonio, estos pasajes bíblicos son un alto en el camino para meditar sobre lo que será la
base de su vida en pareja: el amor de acuerdo con la Biblia. ¿Para qué buscar su significado en libros que no reflejan la
autenticidad y el valor del amor genuino? Amarán cada una de estas lecturas bíblicas para bodas, tanto como
los 100 versículos de amor para fortalecer su relación de pareja.
Texto 2: 1ª Juan 3:16-18
16. Sabemos lo que es el verdadero amor porque Cristo dio su vida por nosotros. Entonces nosotros también debemos
dar la vida por nuestros hermanos.
17. Pero si alguien es rico, y ve a su hermano en necesidad y no siente el deseo de ayudarlo, ¿cómo puede vivir el amor
de Dios en él?
18. Hijitos, nuestro amor no debe ser sólo de palabras, pues el verdadero amor se demuestra con hechos.
Texto 3: Los Salmos
Salmos 33:5 Él ama que se haga justicia y se establezca el derecho. La tierra está llena del fiel amor del Señor.
Salmos 42:8 El Señor me muestra su fiel amor todos los días. Por la noche yo le canto y elevo una oración al Dios que
me dio la vida.
Salmos 103:8 El Señor es compasivo y misericordioso, es paciente y abunda en fiel amor.
Salmos 143:8 Muéstrame tu fiel amor por la mañana, porque en ti he puesto mi confianza. Pongo mi vida en tus manos,
muéstrame lo que debo hacer.
Texto 4: 1ª Pedro 4:7-11
7. El final de todo está cerca, así que manténganse sobrios y sepan controlarse. Eso los ayudará a orar.
8. Y, sobre todo, ámense profundamente, porque el amor es capaz de perdonar muchas ofensas.
9. Reciban a todos en su casa sin quejarse.
10. Cada uno de ustedes recibió un don espiritual que debe ser utilizado para servir a los demás. Así serán buenos
administradores del generoso amor que Dios les ha dado en tantas formas.
11. El que hable, que hable de acuerdo con las palabras de Dios; el que sirve, que sirva con el poder que Dios da. Que
todo lo que hagan sea para alabar a Dios por medio de Jesucristo, a quien pertenecen el poder y la gloria para siempre.
Así sea.
Texto 5: Colosenses 3: 13-14
13. No se enojen unos con otros, más bien, perdónense unos a otros. Cuando alguien haga algo malo, perdónenlo, así
como también el Señor los perdonó a ustedes.
14. Pero lo más importante de todo es que se amen unos a otros porque el amor es lo que los mantiene perfectamente
unidos.
Texto 1: 1ª Corintios 13:4-8
4. El amor es paciente y bondadoso. El amor no es envidioso. No es presumido ni orgulloso.
5. El amor no es descortés ni egoísta. No se enoja fácilmente. El amor no lleva cuenta de las ofensas.
6. No se alegra de la injusticia, sino de la verdad.
7. El amor acepta todo con paciencia. Siempre confía. Nunca pierde la esperanza. Todo lo soporta.
8. El amor no tiene fin.
ACTIVIDAD: 10
Biblia: Lea Mateo 19,1-11 y responda:
1. ¿Qué le preguntaron los fariseos a Jesús y que les respondió?
2. ¿Cuál es la frase con que presenta Jesús la unidad y la indisolubilidad del matrimonio?
3. ¿Cuál es la frase con que defiende Jesús la fidelidad en el matrimonio?
Biblia: Lea 1Corintios 13, 1-8 y responda:
4. ¿Porque el amor es perfecto?
5. ¿Qué es el amor para mí y como lo demuestro?
6. ¿Qué significa la frase? “Porque lo que ha unido Dios no lo separa el hombre”
7. ¿Cuáles son las palabras dichas por Jesús que ratifican la ley de Dios?
8. ¿Qué significa el adulterio?
9. ¿Cómo es el infiel o adultero?
10. Escribe la cita bíblica cantar de los cantares 6,9 y explica que entiendes.

Lectura complementaria: Para mejorar la lectura lea, lea y lea.


El amor nace por pequeños detalles y muere por falta de ellos
Recuerdo esas miradas intensas que traspasaban mi alma, sus manos acariciándome el rostro, sus lindas y hermosas
cartas de amor y esa melodía que me dedicó cuando fuimos novios;
la mayoría de las ocasiones siempre me regalaba flores, chocolates o
muñecos de peluche. Todos esos pequeños detalles provocaron que
me enamorara de mi esposo perdidamente.
Al pasar los años, decidimos unir nuestras vidas para formar una
familia; como era lógico, la relación fue transformándose en algo
rutinario y monótono por la llegada de los hijos y las múltiples
responsabilidades y obligaciones que teníamos que ejercer cada uno
para tener una estabilidad. En fin, muchas cosas provocaron que
esos detalles se fueran desvaneciendo.
Por tal razón, existieron días enteros que mis lágrimas no cesaban al
pensar que el amor en mi matrimonio se había terminado;
incluso llegué a imaginar que ya no era tan atractiva y seductora,
por ello que mi esposo había dejado de tener detalles de amor.
Por fortuna estaba equivocada. Al enfrentar mis sentimientos y
exponer mis dudas estas se fueron despejando; hoy por hoy los dos
estamos trabajando para que esos detalles nunca dejen de fortalecer nuestra relación, ya que estábamos a un punto de
experimentar una separación.
Del esposo para la esposa: textos bíblicos sobre la mujer en el matrimonio
Si eres un novio que desea sorprender a su futura esposa, la Biblia contiene textos maravillosos inspirados en ella. Son
lecturas que hablan sobre su razón de ser y la importancia en la vida de todo hombre. No pierdas la oportunidad de
encontrar un pasaje bíblico para ser leído durante la ceremonia de matrimonio y, de paso, para enamorar aún más a
la mujer que compartirá contigo el resto de tu vida.
Texto 6: Génesis 24: 42 – 44
42. Cuando llegué hoy a la fuente, dije: “Oh señor, Dios de mi amo Abraham, haz que mi viaje sea un éxito.
43. Estoy aquí, delante de esta fuente, haz que la mujer que salga a buscar agua y yo le diga: ‘Por favor, baje su cántaro
para que yo pueda beber’,
44. y ella me responda: ‘¡Beba, y también le daré agua a sus camellos!’, sea la mujer que el Señor ha elegido para el hijo
de mi amo”.
Texto 7. Cantar de los cantares 6: 7- 9
7. Tus mejillas bajo tu velo parecen cortes de granada.
8. Aunque haya sesenta reinas, ochenta concubinas e infinidad de mujeres.
9. Para mí solo existe una mujer, mi amada perfecta, mi paloma. Ella es la hija favorita de su mamá. Cuando las jóvenes
la ven, la alaban; hasta las reinas y las concubinas la alaban.
Texto 8: Génesis 2: 22-24
22. Después, de esa parte de su costado el Señor Dios hizo una mujer y se la llevó al hombre.
23. El hombre dijo: «¡Al fin! ¡Esta es hueso de mis huesos y carne de mi carne! La llamaré “mujer”, porque fue sacada del
hombre».
24. Por esa razón el hombre deja a su papá y a su mamá, se une a su esposa y los dos se convierten en un solo ser.
Texto 9: Proverbios 31: 28-31
28. Sus hijos hablan bien de ella, y su esposo la alaba y dice:
29. «Hay muchas mujeres buenas, pero tú eres la mejor de todas».
30. La gracia y la belleza son engañosas, pero la mujer que respeta al Señor es digna de alabanza.
31. Que se le dé el reconocimiento que merece; y se le felicite en público por todo el bien que ha hecho.
Texto 10: Cantar de los cantares 1: 12-15
Canta la amada
12. Mi perfume cubre al rey mientras descansa a mi lado en su lecho.
13. Mi amado es como una bolsita de mirra que pasa la noche entre mis pechos.
14. Mi amado es como un ramillete de flores de alheña de los viñedos de Engadi.
Canta el amado
15. ¡Oh, amada mía, eres hermosa! ¡Eres realmente muy hermosa!
Tus ojos son palomas.
GUIA No. 11
TEMA: EL MATRIMONIO EN LA SOCIEDAD.
OBJETIVO: Interpretar el sacramento y la unión en matrimonio como un acto de integración social.
EL matrimonio no es un asunto privado de la pareja es social. Y
como acontecimiento social que es el matrimonio tiene unas leyes
que lo regulan. Estas leyes protegen los intereses del matrimonio,
los esposos, hijos están orientados por el bienestar del matrimonio
y de la sociedad- A este conjunto de leyes de costumbres de una
sociedad se denomina: institución matrimonial. El matrimonio es un
contrato social, la ley civil colombiana define el matrimonio: contrato
solemne por el cual un hombre y una mujer se unen con el fin de
vivir juntos, de procrear y auxiliarse mutuamente. Los hijos y los
esposos tienen unos derechos y deberes reconocidos y defendidos
por la ley. El divorcio civil: cuando la pareja no cumple con los
derechos y deberes, la convivencia se hace insoportable, hay
maltrato, malas palabras, infidelidad, no hay respeto, golpes,
insultos etc. siempre y cuando demuestre tales hechos la ley dará el
divorcio.
Aspectos referentes al amor humano.
Un hecho sobresaliente en nuestro medio cultural en lo tocante a la
relación de pareja es el machismo. El varón se considera dotado de
una superioridad connatural frente a la mujer. En la relación de
pareja se supone que tiene que haber un sometimiento de la mujer
al hombre en todos los aspectos de la vida. Son múltiples las
manifestaciones de machismo en el proceso de convivencia de una pareja prototipo en nuestra sociedad. Mencionemos
algunas más significativas: La mujer debe dedicarse a labores
domésticas mientras el varón se ocupa de la producción
económica para sostenimiento del hogar. Se suele decir: el
hombre trabaja; la mujer no, ella está en la casa. El hombre
manda, la mujer obedece. El domicilio de la pareja es
determinado por el varón. La mujer debe seguir al varón a
dondequiera él se desplace. La mujer no puede ausentarse de
la casa sin autorización del varón. Ni puede dedicarse a ninguna
actividad sin aprobación del hombre. El varón, en cambio es
autónomo, él toma sus decisiones y las comunica a la mujer y
ella debe aceptarlas sin discusión. El hombre impone el ritmo de
vida de la pareja, establece las formas de comportamientos,
define la forma de relación interna y la forma de relacionarse
con la sociedad. Muy relacionada correlativamente con el
machismo está la esclavitud de la mujer. Más que una compañera la mujer frecuentemente se constituye en esclava del
varón: está a su servicio, su vida gira alrededor de los servicios que tiene que prestar el varón. No posee autonomía, carece
de capacidad de decisión, permanece en continua y creciente dependencia del varón. Imposible ocultar el influjo de la
religión en este fenómeno del machismo en nuestro medio. Existen muchos estudios modernos que señalan la incidencia
de doctrinas religiosas y teológicas en esta lamentable situación de la pareja s , cuyas causas son: una lectura inadecuada
de la Biblia, el influjo de percepciones filosóficas orientadas a justificar ciertas estructuras sociales, determinadas
orientaciones sociológicas y políticas claramente interesadas en mantener el predominio del hombre sobre la mujer en la
sociedad6 • El Papa Juan Pablo II se ha visto en la necesidad de redactar un documento en el que procura denodadamente
superar esta visión religiosa y teológica sobre la mujer, intentando refutar las proposiciones hasta ahora sostenidas en la
Iglesia Católica sobre el tema.
ACTIVIDAD: 11
1. ¿Qué es la institución matrimonial?
2. Desde el punto de vista civil ¿cuál es la definición del matrimonio?
3. ¿Cuáles son las causas del divorcio?
4. ¿Porque la iglesia no acepta el divorcio?
5. ¿Cuándo admite la iglesia el divorcio?
6. ¿Cuándo se hace insoportable la convivencia en una relación?
7. ¿Qué hizo el padre para someter a prueba el amor de su hija?
8. ¿Qué le dijo el rey a su hija cuando le pidió que le hablara del matrimonio?
9. ¿Cuáles fueron los sentimientos que experimento la princesa en la prueba de su padre?
10. ¿Qué opina del matrimonio?
Lectura complementaria: Para mejorar la lectura lea, lea y lea.
Un cuento sobre el matrimonio
Había una princesa que estaba locamente enamorada de un capitán de su guardia y, aunque sólo tenía 17 años, no tenía
ningún otro deseo que casarse con él, aún a costa de lo que pudiera perder.
Su padre que tenía fama de sabio no cesaba de decirle:
– No estás preparada para recorrer el camino del amor. El amor es
renuncia y así como regala, crucifica. Todavía eres muy joven y a
veces caprichosa, si buscas en el amor sólo la paz y el placer, no es
este el momento de casarte.
– Pero, padre, ¡Sería tan feliz junto a él!, que no me separaría ni un
solo instante de su lado. Compartiríamos hasta el más profundo de
nuestros sueños.
Entonces el rey reflexionó y se dijo:
– Las prohibiciones hacen crecer el deseo y si le prohíbo que se
encuentre con su amado, su deseo por él crecerá desesperado.
Además, los sabios dicen: “Cuando el amor os llegue, seguidlo,
aunque sus senderos son arduos y penosos”.
De modo que al fin le dijo a su hija:
– Hija mía, voy a someter a prueba tu amor por ese joven. Vas a ser encerrada con él cuarenta días y cuarenta noches. Si
al final siguen queriéndose casar es que estás preparada y entonces tendrás mi consentimiento.
La princesa, loca de alegría, aceptó la prueba y abrazó a su padre. Todo marchó perfectamente los primeros días, pero
tras la excitación y la euforia no tardó en presentarse la rutina y el aburrimiento. Lo que al principio era música celestial
para la princesa se fue tornando ruido y así comenzó a vivir un extraño vaivén entre el dolor y el placer, la alegría y la
tristeza. Así, antes de que pasaran dos semanas ya estaba suspirando por otro tipo de compañía, llegando a repudiar todo
lo dijera o hiciese su amante.
A las tres semanas estaba harta de aquel hombre que chillaba y aporreaba la puerta de su recinto. Cuando al fin pudo salir
de allí, se echó en brazos de su padre agradecida de haberle librado de aquel a quién había llegado a aborrecer. Al tiempo,
cuando la princesa recobró la serenidad perdida, le dijo a su padre:
– Padre, háblame del matrimonio.
Y su padre, el rey, le dijo:
– Escucha lo que dicen los poetas de nuestro reino:
“Dejad que en vuestra unión crezcan los espacios. Amaos el uno al otro, más no hagáis del amor una prisión. Llenaos
mutuamente las copas, pero no bebáis de la misma. Compartid vuestro pan, más no comáis del mismo trozo. Y permaneced
juntos, más no demasiados juntos, pues ni el roble ni el ciprés, crecen uno a la sombra del otro”.
Autor Desconocido
Creación y Redención
3.1. El matrimonio, querido por Dios
Todo ha sido creado en Cristo, por Cristo y para
Cristo. De ahí que aun cuando el matrimonio haya
sido instituido por Dios creador, llega a ser, sin
embargo, una figura del misterio de la unión de
Cristo-Esposo con la Iglesia-Esposa, y se
encuentra en cierto modo ordenado a ese
misterio. Este matrimonio, cuando es celebrado
entre bautizados, es elevado a la dignidad de
sacramento propiamente dicho y su sentido es,
entonces, hacer participar en el amor esponsalicio
de Cristo y de la Iglesia.
3.2. Inseparabilidad de la obra de Cristo
Cuando se trata de dos bautizados, el matrimonio
como institución querida por Dios creador es
inseparable del matrimonio sacramento. La
sacramentalidad del matrimonio de los bautizados
no lo afecta de manera accidental, como si esa
calidad pudiera o no serle agregada: ella es
inherente a su esencia hasta tal punto que no
puede ser separada de ella.
3.3. Todo matrimonio de bautizados debe ser sacramental
La consecuencia de las proposiciones precedentes es que, para los bautizados, no puede existir verdadera y realmente
ningún estado conyugal diferente de aquel que es querido por Cristo. En este sacramento la mujer y el hombre cristianos,
al darse y aceptarse como esposos por medio de un consentimiento personal y libre son radicalmente liberados de la
«dureza de corazón» de que habló Jesús (cf. Mt 19, 8). Llega a ser para ellos realmente posible vivir en una caridad
definitiva porque por medio del sacramento, son verdadera y realmente asumidos en el misterio de la unión esponsalicia
de Cristo y de la Iglesia. De ahí que la Iglesia no pueda, en modo alguno, reconocer que dos bautizados se encuentran en
un estado conyugal conforme a su dignidad y a su modo de ser de «nueva creatura en Cristo», si no están unidos por el
sacramento del matrimonio.
3.4. El matrimonio «legítimo» de los no-cristianos
La fuerza y la grandeza de la gracia de Cristo se extienden a todos los hombres, incluso más allá de las fronteras de la
Iglesia, en razón de la universalidad de la voluntad salvífica de Dios. Informan todo amor conyugal humano y confirman la
«naturaleza creada» y asimismo el matrimonio «tal como fue al principio». Los hombres y mujeres que aún no han sido
alcanzados por la predicación del Evangelio, se unen por la alianza humana de un matrimonio legítimo. Éste está provisto
de bienes y valores auténticos que le aseguran su consistencia. Pero es preciso tener presente que, aun cuando los
esposos lo ignoren, dichos valores provienen de Dios creador y se inscriben en forma incoativa en el amor esponsalicio
que une a Cristo con la Iglesia.
3.5. La unión de los cristianos inconscientes de las exigencias de su bautismo
Sería, pues, contradictorio decir que cristianos,
bautizados en la Iglesia católica, pueden
verdadera y realmente operar una regresión,
contentándose con un estatuto conyugal no
sacramental. Eso sería pensar que pueden
contentarse con la «sombra», mientras Cristo les
ofrece la «realidad» de su amor esponsalicio.
Sin embargo, no pueden excluirse casos en que,
para ciertos cristianos, la conciencia esté
deformada por la ignorancia o el error invencible.
Esos cristianos llegan a creer, entonces, que
pueden contraer un verdadero matrimonio
excluyendo al mismo tiempo el sacramento.
En esta situación, son incapaces de contraer un
matrimonio sacramental válido, puesto que
niegan la fe y no tienen la
intención de hacer lo que hace la Iglesia. Pero, por otra parte, no deja por ello de subsistir el derecho natural a contraer
matrimonio. Son, pues, capaces de darse y aceptarse mutuamente como esposos en razón de su intención, y de realizar
un pacto irrevocable. Ese don mutuo e irrevocable crea entre ellos una relación psicológica que se diferencia, por su
estructura interna, de una relación puramente transitoria.
Ello, no obstante, dicha relación no puede en modo alguno ser reconocida por la Iglesia como una sociedad conyugal no
sacramental, aunque presente la apariencia de un matrimonio. En efecto, para la Iglesia no existe entre dos bautizados un
matrimonio natural separado del sacramento, sino únicamente un matrimonio natural elevado a la dignidad de sacramento.
3.6. Los matrimonios progresivos
Las consideraciones anteriores demuestran el error y el
peligro de introducir o tolerar ciertas prácticas, que
consisten en
celebrar sucesivamente, por la misma pareja, varias
ceremonias de matrimonio de diferente grado, aunque en
principio conexas entre sí. Tampoco conviene permitir a un
sacerdote o a un diácono asistir como tales a un
matrimonio no sacramental que bautizados pretendieran
celebrar, y tampoco acompañar esta ceremonia con sus
oraciones.
3.7. El matrimonio civil
En una sociedad pluralista, la autoridad del Estado puede
imponer a los novios una formalidad oficial que haga
pública ante la sociedad política su condición de esposos. Puede
también dictar leyes que ordenen en forma cierta y correcta los
efectos civiles que derivan del matrimonio, así como los derechos y
deberes familiares. Es necesario, sin embargo, instruir a los fieles
católicos en forma adecuada acerca de que esta formalidad oficial,
que se denomina corrientemente matrimonio civil, no constituye
para ellos un verdadero matrimonio. No hay excepción a esta regla,
sino en el caso en que ha habido dispensa de la forma canónica
ordinaria, o también si, por la ausencia prolongada del testigo
calificado de la Iglesia, el matrimonio civil puede servir de forma
canónica extraordinaria en la celebración del matrimonio
sacramental[16]. Por lo que se refiere a los no cristianos, y frecuentemente también a los no católicos, dicha ceremonia
civil puede tener un valor constitutivo, sea para el matrimonio legítimo, sea para el matrimonio sacramental.
GUIA No. 12
TEMA: LA FAMILIA COMUNIDAD DE PERSONAS
OBJETIVO: Entender que la familia es una comunidad de personas que deben vivir para ayudarse unos a otros.
La familia está fundamentada y vivificada en el amor de personas. Su deber es
unirse, amarse, respetarse, ya no son dos sino uno, donde hay dialogo, servicio.
Deberes de los hijos hacia los padres: Amarlos, respetarlos, obedecerles sus
consejos tienen la experiencia y desean lo mejor para
uno.
Socorrerlos en la enfermedad y ancianidad. Deberes
de los padres hacia los hijos cuidarlos, protegerlos.
satisfacerles sus necesidades físicas, afectivas,
espirituales. ayudarlos y orientarlos por el buen
camino. brindarles un hogar. Los padres son los
primeros educadores en la fe y el amor para los hijos.
Enemigos de la familia: infidelidad, adulterio, divorcio,
la unión libre.
La familia es una comunidad de personas y una institución
Desde los principios de la humanidad la familia existe como respuesta a las necesidades y
a la naturaleza del ser humano
Por: Salvador Casadevall | Fuente: Catholic.net
El mundo se ha modernizado en gran manera.
Casi diríamos que no ha habido nada que no haya sufrido tremendos cambios en los últimos cien años. En este periodo
ha habido más cambios que en toda la existencia anterior de la humanidad.
No podía salvarse de ello la familia. Han nacido varios tipos de familia, ¿En cuál está la nuestra?
Toda familia tiene dos aspectos que debemos tener en cuenta cuando reflexionemos sobre
qué familia es la nuestra.
La familia es una comunidad de personas y una institución.
Desde los principios de la humanidad la familia existe como respuesta a las necesidades y a
la naturaleza del ser humano.
Fue creado por Dios varón y mujer. Ambos se atraen y este atractivo, al madurar, se convierte
en amor y los lleva a dejar a sus padres para unirse en un nuevo hogar al que después llegan
los hijos.
Esta comunidad de personas que comparten toda una vida tiene que atender a una serie de
necesidades muy diversas, así como responder a lo que sociedad y Dios esperan de ella.
La comunidad familiar satisface la necesidad de amor y complementación de hombre y mujer.
Después, cuando ambos se convierten en padres, tienen la misión de atender el desarrollo
total de la persona de cada hijo, lo que quiere decir, darles amor, aceptación, respeto, orientaciones, valores y normas,
además de satisfacer sus necesidades de alimento, abrigo e instrucción.
Ya no se trata sólo de que el matrimonio se quiere, se ayuda y sea feliz: ahora encabeza una familia y necesita que la
sociedad la proteja y le ayude a alcanzar sus fines.
Por eso, aunque al principio y fundamento de toda familia es la relación de amor, necesita también ser reconocida como
institución.
¿En qué consiste este aspecto institucional de la familia?
Se dice que la familia es la célula básica de la sociedad; esto es, que el conjunto de nuestra comunidad, del país y del
mundo está formado por familias donde el ser humano nace, aprende a ser persona, a amar, a relacionarse con los demás
e integrarse como individuo útil a la comunidad y a ejercer responsablemente su libertad.
Por esto el matrimonio es reconocido por la sociedad civil como un bien y les da derechos y responsabilidades entre sí y
para con los hijos.
Por eso el matrimonio entre cristianos es un sacramento, una presencia viva del Cristo Nupcial en el hogar que da a los
esposos la gracia y la iluminación para cumplir su misión.
Para desarrollarse sanamente, la familia debe cuidar de ser una buena comunidad y una buena institución.
¿Qué sucede cuando una familia sólo presta atención a uno de estos aspectos?
¿Qué pasa cuando sólo pienso en ser comunidad o sólo institución?
Hay familias que no le dan importancia a lo institucional.
Para los que se van a vivir en pareja no encuentran razón para atarse mediante un casamiento civil o una alianza
matrimonial ante Dios, pues para ellos el amor es suficiente y dicen no necesitar ceremonias, firmas o testigos.
Piensan que las reglas o normas van contra la libertad de las personas.
Estas familias en un gran porcentaje no tienen estabilidad y suelen romperse cuando el amor, lo único que aceptan, tropieza
con dificultades.
Son como un tren que pretende caminar sin rieles.
Muchas de las familias desintegradas fracasaron por no prestar atención a este aspecto institucional.
Sin orden ni estructura no pudieron ni siquiera amarse eficazmente.
Cuando en la familia no se ha construido una relación de amor, no hay comunión y participación y se presta toda la atención
al orden, a las reglas, a las normas y obligaciones de cada uno, la familia pierde su alma. Es un hogar sin alma.
Todos hacen lo que les corresponde, pero nadie crece como persona porque el amor es lo único que forma seres humanos.
Esta familia tal vez no se rompa porque le presta mucha atención a cumplir con lo firmado, pero no podrá cumplir
adecuadamente sus deberes hacía sus miembros ni tampoco hacía la sociedad.
Hay que combinar institución con comunidad de amor, única manera de que todos vivan formándose amorosamente, viven
la felicidad que no tiene fin y además cumplen haciendo el bien a toda la sociedad.
Hacen el bien, viviendo el bien.
Hacen el bien, viviendo bien.
Se dice que la familia es el pilar del desarrollo.
Cuando el mundo empezó a hablar de desarrollo, se dio cuenta que la familia además de ser el principal sostén de lo
espiritual y lo afectivo, era un pilar del desarrollo.
No hay ninguna organización ni pública ni privada que preste servicios sociales básicos con la eficiencia con que lo hace
una familia bien articulada.
Lo que la familia hace por los niños en educación en la temprana edad, hábitos para la buena salud y la enseñanza de
conductas morales es casi insustituible.
En EE.UU. donde de todo se hace estadística, también lo hicieron con las influencias que la familia tiene para sus hijos.
Aquella familia en la que hay un solo progenitor, mayormente madre sola, eran dos veces más propensos a ser expulsados
o suspendidos en la escuela, a sufrir problemas de conducta y a tener dificultades con sus compañeros.
ACTIVIDAD: 12
Biblia.
Lea Efesios 6,1- 4 y responda:
1. ¿Qué les aconseja pablo a los hijos?
2. ¿Cuál es el mandamiento?
3. ¿Cuál es su promesa?
4. ¿Qué les aconseja san pablo a los padres y como deben corregirlos?
5. Dibuje un corazón alegre y escriba tres características de la unión
6. Dibuje un corazón roto, triste, ¿escriba tres características de la desunión?
7. ¿Cuál es el deber de la familia?
8. ¿Cuáles son los deberes de los padres Hacia sus hijos?
9. ¿Cuáles son los enemigos de la familia?
10. ¿Qué hace usted para contribuir a la unión familiar?
Lectura complementaria: lea, lea y lea.
Mi maravillosa familia
Me llamo Ainara, tengo 8 años y vivo con mi mamá. Como mi mamá trabaja los sábados y los domingos, los viernes vamos
a dormir a casa de mis abuelos para que cuiden de mí. Como ya son un poco mayores, también me toca a mí cuidar de
ellos, aunque ellos no lo saben. Cuando mi mamá se va a trabajar me dice: “si les pasa algo a los abuelos me llamas”.
Entonces un día mi abuela se cayó al suelo y mi abuelo no podía levantarla, entonces llamé a mi mamá al trabajo y ella
me dijo: “Ainara, al lado del teléfono hay un aparato con un botón rojo que es de tele asistencia. Púlsala y cuando contesten,
explicas lo que le ha pasado a la abuela”. Yo llamé y se puso un médico. Le conté que mi abuela estaba caída en el suelo
y me dijo el médico que en cinco minutos estarían en casa, que no me preocupase. Llegaron varias personas, levantaron
a mi abuela del suelo y la sentaron en el sofá. Cuando llegó mi mamá me felicitó porque me había portado como una niña
responsable y mayor. Yo me sentí muy bien por haber podido ayudar a mis abuelos. Era como si hubieses crecido en un
momento. ¡Me sentí muy feliz!
La primera familia: Adán y Eva
Los primeros habitantes de la tierra formaron una familia. Desde el principio, Dios bendijo y promovió las familias, y
mandó a Adán y a Eva: “Fructificad y multiplicaos; y henchid la tierra” (Génesis 1:28).
Honra a tu padre y a tu madre
Uno de los Diez Mandamientos que se dieron a Moisés en el Antiguo Testamento habla directamente de la relación que
existe entre padres e hijos: “Honra a tu padre y a tu madre, para que tus días se alarguen en la tierra que Dios tu Dios te
da” (Éxodo 20:12).
Jesús cuidaba de Su familia
Jesús cuidaba de Su familia. A lo largo del Nuevo Testamento vemos que Jesucristo mostró amor por los miembros de
Su familia, especialmente por Su madre, María. Aun estando en agonía en la cruz Jesucristo manifestó preocupación por
el cuidado de Su madre: “Y cuando vio Jesús a su madre y al discípulo a quien él amaba, que estaba presente, dijo a su
madre: Mujer, he ahí tu hijo. Después dijo al discípulo: He ahí tu madre. Y desde aquella hora el discípulo la recibió en su
casa” (Juan 19:26–27).
Las enseñanzas de Pablo
El apóstol Pablo a menudo hablaba acerca de las relaciones familiares. Él aconsejó: “Hijos, obedeced a vuestros padres
en el Señor, porque esto es justo. Honra a tu padre y a tu madre, que es el primer mandamiento con promesa, para que
te vaya bien, y seas de larga vida sobre la tierra. Y vosotros, padres, no provoquéis a ira a vuestros hijos; sino criadlos en
disciplina y amonestación del Señor” (Efesios 6:1–4).
CUARTO PERIODO CIENCIAS RELIGIOSAS 7º
GUIA No. 13
TEMA: LA FAMILIA AL SERVICIO DE LA VIDA.
OBJETIVO: Comprender que el amor es la base fundamental en la conformación de la familia.
EL matrimonio y el amor conyugal (entre esposos) están ordenados por su
propia naturaleza a: La procreación con responsabilidad. A la educación de
los hijos Dios creó Hombre y Mujer los bendijo: creced y multiplicaos. Donde
el hijo o hija es producto del amor, el cual representa la unidad. Él dueño de
la vida es Dios, la iglesia o comunidad de creyentes en Dios está en contra
del aborto. Quitar la vida es actitud egoísta, no dejar que desarrolle sus
sueños, su proyecto de vida. Quitar la vida es pecado. Hay muchas parejas
que no tienen hijos por las
siguientes razones:
--Hay mucha población. --
Muchos gastos.
--Mucha guerra, violencia. --
No hay que traerlos para sufrir.
Estas actitudes son egoístas,
de miedo, desconfianza. La
educación de los hijos: Los padres son los primeros educadores de los hijos,
los deben educar en el amor, la fe en Dios, enseñarles buenos modales,
prepararlos para la vida, que sean buenos ciudadanos y honestos cristianos,
brindarles buen ejemplo, prepararlos para que sean útiles para la sociedad, que sean servidores, colaboradores, busquen
la paz, la justicia.
Paternidad responsable:
Son los acuerdos entre los esposos cuántos hijos van a tener, como satisfacerles sus necesidades. Y traerlos con amor y
responsabilidad.
La enseñanza del Catecismo sobre la familia
La familia es con razón llamada la célula fundamental de la sociedad humana. De hecho, estamos acostumbrados a pensar
en la familia como el lugar donde vivimos y transmitimos nuestra fe católica, sin poner demasiada atención en cómo ella
misma responde a un preciso de salvación en Cristo, que Dios nos ha revelado en la Sagrada Escritura.
El cuarto mandamiento.
La enseñanza de la Iglesia sobre la familia se encuentra en la parte que corresponde al tercer "pilar" del Catecismo. Allí se
trata acerca de la vida en Cristo, y, en particular, sobre cómo aquello que Dios reveló en Jesús y nos donó en el Bautismo
debe ser puesto en práctica en nuestras vidas, esforzándonos por hacer lo que es bueno y evitar lo que es malo. Esta
sección sobre la vida moral del cristiano usa como base el Decálogo, o los Diez Mandamientos, que fue revelado por Dios
a Moisés en el Monte Sinaí. Jesús mismo confirmó el valor del Decálogo cuando dijo: "si quieres entrar en la vida, guarda
los mandamientos” (Mateo 19,17). La enseñanza de Jesús acerca del doble mandamiento del amor: amar a Dios sobre
todas las cosas y al prójimo como a uno mismo, es un resumen de los Diez Mandamientos. Mientras los primeros tres
mandamientos se refieren al amor a Dios, los otros siete tocan el amor al prójimo.
El Cuarto Mandamiento nos dice, "Honra a tu padre y a tu madre." El Catecismo empieza por presentarnos la enseñanza
de la tradición de la Iglesia: "El cuarto mandamiento encabeza la segunda tabla. Indica el orden de la caridad. Dios quiso
que, después de Él, honrásemos a nuestros padres, a los que debemos la vida y que nos hayan transmitido el conocimiento
de Dios. Estamos obligados a honrar y respetar a todos los que Dios, para nuestro bien, ha investido de su autoridad”.
Aquí vemos, en forma concreta, el paso del "amor a Dios" al “amor al prójimo", comenzando por la familia, sede del amor
entre padres e hijos que el Catecismo llama "célula original de la vida social”.
"El cuarto mandamiento se dirige expresamente a los hijos en sus relaciones con sus padres, porque esta relación es la
más universal,” dice el Catecismo. Pero el cuarto mandamiento "se refiere también a las relaciones de parentesco con los
miembros del grupo familiar. Exige que se dé honor, afecto y reconocimiento a los abuelos y antepasados. Finalmente se
extiende a los deberes de los alumnos respecto a los maestros, de los empleados respecto a los patronos, de los
subordinados respecto a sus jefes, de los ciudadanos respecto a su patria, a los que la administran o la gobiernan”.
En el mundo de hoy, donde las cuestiones de orden público están muy a menudo enfocado hacia los derechos y libertad
del individuo, el Catecismo trata al individuo como miembro de una familia, y a la familia en relación con la sociedad; habla
de los deberes de los hijos y de los padres, de los ciudadanos y de las autoridades civiles. Enfatiza la dimensión social de
la existencia humana, y suministra un antídoto importante contra la creciente visión fragmentaria, y fundamentalmente
antisocial, de la humanidad. El Catecismo remarca un aspecto importante cuando nos recuerda que el cuarto mandamiento
"presenta" – establece el fundamento – para los mandamientos subsiguientes, que se ocupan del respeto a la vida [no
matarás], del matrimonio [no cometerás adulterio], de los bienes temporales [no robarás], y de la palabra [No darás
testimonio falso contra tu prójimo]." Es decir, el cuarto mandamiento "constituye uno de los fundamentos de la doctrina
social de la Iglesia”.
Matrimonio y familia en el plan de Dios.
Uno de los grandes desafíos de los últimos tiempos, es el intento, en sociedades secularizadas, de cambiar las leyes que,
durante siglos, incluso milenios, han reconocido el plan de Dios para el matrimonio y la familia como se presenta en el
orden de la Creación, y que constituye un patrimonio común para toda la humanidad gobernada por la ley natural. Este
hecho viene confirmado por la revelación que Dios hizo sobre la creación, el matrimonio y la familia, desde los primeros
capítulos del libro del Génesis, al inicio de la Biblia. Allí leemos: “creó, pues, Dios al ser humano a imagen suya, a imagen
de Dios le creó, hombre y mujer los creó. Y los bendijo Dios, y les dijo: «Sed fecundos y multiplicaos y henchid la tierra y
sometedla»” (Génesis 1, 26-28). Y en otro sitio leemos: “por eso deja el hombre a su padre y a su madre y se une a su
mujer, y se hacen una sola carne” (Génesis 2, 24).
He aquí la base de la enseñanza de la Iglesia que el Catecismo presenta citando al Concilio Vaticano II: “el mismo Dios es
el autor del matrimonio”. [El Catecismo llega a decir, “la vocación al matrimonio se inscribe en la naturaleza misma del
hombre y de la mujer, según salieron de la mano del Creador”. Y más adelante dice, “Al crear al hombre y a la mujer, Dios
instituyó la familia humana y la dotó de su constitución fundamental”.
Por esta razón la Iglesia ha enseñado siempre la importancia de la familia como la unidad fundamental de la estructura de
la sociedad: “La autoridad, la estabilidad y la vida de relación en el seno de la familia constituyen los fundamentos de la
libertad, de la seguridad, de la fraternidad en el seno de la sociedad”. Por lo tanto, debido a que la familia “es anterior a
todo reconocimiento por la autoridad pública; se impone a ella”. Porque el matrimonio y la familia tienen su base en el orden
creado, confirmado por la Revelación explícita de Dios, la Iglesia se opone necesariamente a la aprobación de leyes
humanas que abandonen o anulen este orden, tales como el caso de las leyes que reconocen los “matrimonios” entre
personas del mismo sexo o también los “matrimonios” polígamos. Las leyes humanas y las decisiones judiciales que no
respeten esta enseñanza fundamental inmutable son contrarias a la ley de Dios, y deben ser consideradas, con toda razón,
injustas.
En circunstancias como éstas, podría ser útil recordar la enseñanza del Catecismo acerca de los deberes de los ciudadanos
con respecto a las leyes injustas, ilustrados desde la perspectiva del cuarto mandamiento: “el ciudadano tiene obligación
en conciencia de no seguir las prescripciones de las autoridades civiles cuando estos preceptos son contrarios a las
exigencias del orden moral, a los derechos fundamentales de las personas o a las enseñanzas del Evangelio. El rechazo
de la obediencia a las autoridades civiles, cuando sus exigencias son contrarias a las de la recta conciencia, tiene su
justificación en la distinción entre el servicio de Dios y el servicio de la comunidad política. «Dad al César lo que es del
César y a Dios lo que es de Dios» (Mateo 22,21). «Hay que obedecer a Dios antes que a los hombres» (Hechos 5, 29)”.
Es particularmente importante, hoy en día, que los esposos y padres conozcan la enseñanza de la Iglesia sobre el
matrimonio y la familia para poder dar su legítimo aporte a la vida política de la sociedad en la que viven. Es parte de la
vocación de la familia cristiana contribuir efectivamente a la creación de una sociedad con leyes justas. Para esta tarea el
Catecismo constituye una ayuda indispensable.
ACTIVIDAD: 13
1. ¿Cuál es mi actitud ante el nacimiento de un bebe? 2. ¿Por qué es tan esperado el hijo en el matrimonio?
3. ¿Cómo vive un matrimonio sin hijos?
4. ¿Qué significan los hijos para la familia? 5. ¿Qué es paternidad responsable?
6. Enseñanzas de las imágenes. 7. Cuáles son las razones por las cuales muchas parejas deciden no tener hijos?
8. Los padres deben educar a sus hijos en el… 9. ¿Qué se le trunca a un ser humano cuando se le quita la vida?
10. ¿Qué le enseña este tema?
Lectura complementaria: La familia al servicio de la vida
Estar al servicio de la vida, transmitirla y protegerla,
escriben, son actos que derivan naturalmente de la
realidad profunda del amor conyugal. Ser una familia
significa estar abiertos y dispuestos a acoger la vida,
defenderla y educar a las futuras generaciones a que
crean en ella. "Los esposos que han asumido la
responsabilidad de la procreación y que gozan de la
experiencia de construir una familia, están llamados a
mostrar al mundo que vale la pena tener hijos, que es
hermoso dar a la sociedad y a la Iglesia hijos bien
formados y que no hay ninguna razón para tener miedo".
Estar al servicio de la vida en una familia, no implica
solamente abrirse al misterio de la procreación, sino que
además puede tomar la forma de la acogida amorosa a
niños que son víctimas del abandono, del hambre, niños
necesitados de amor y cuidado.
De esta manera el encuentro con los padres adoptivos
puede ser una oportunidad para estos niños de retornar
a la vida. "La adopción, incluso cuando no está marcada
por la infertilidad - dicen - se convierte en una especie
de desafío, una forma concreta de apostolado familiar y de expresión de la fecundidad de la experiencia conyugal".
Dios siempre tiene un proyecto de amor para la realidad de la familia. El secreto es aprender a confiar en este proyecto,
porque de esto, afirman, depende el futuro de nuestra sociedad.
GUIA No. 14
TEMA: MISION DE LA FAMILIA EN LA IGLESIA.
OBJETIVO: Analizar el papel que debe jugar la familia en la iglesia y en el mandato de Dios.
La primera comunidad cristiana es un modelo de vida:
- Escuchan la palabra de Dios -Hacen oración (el padre nuestro)
-Comparten los bienes de la naturaleza -Ayudan a los más necesitados
La iglesia domestica (comunidad de creyentes en Dios) está conformada por muchas familias cristianas.
La familia tiene la misión de: ---Enseñar la fe y el amor a Dios y a las personas.
---Evangelizar es decir llevar el mensaje de Jesús (el amor), leer y practicar la palabra de
Dios.
—Practicar los mandamientos y realizar buenas obras de misericordia.
La iglesia doméstica ha recibido la fe de Jesucristo viven de acuerdo a ella, y viven como
la primera comunidad cristiana.
La familia cristiana por su unión conyugal y el compromiso de fidelidad, indisolubilidad (no
separación) fecunda. La familia debe fomentar: la fe en Dios, enseñar la vida, obras de
Jesucristo y cumplir con los mandamientos.
La vida del matrimonio en la Iglesia.
Los esposos, a través de su amor conyugal
descubren su identidad y misión dentro de la Iglesia
“Los esposos cristianos participan [del amor nupcial de Cristo por la Iglesia] en cuanto
esposos, los dos, como pareja (...). Y el contenido de la participación en la vida de
Cristo es también específico: el amor conyugal comporta una totalidad en la que todos
los componentes de la persona -llamada del cuerpo y del instinto, fuerza del
sentimiento y de la afectividad, aspiración del espíritu y la voluntad-; apunta a una
unidad profundamente personal que, más allá de la unión en una sola carne, conduce
a no tener más que un solo corazón y una sola alma; exige la indisolubilidad y la
fidelidad en la donación recíproca definitiva; y se abre a la fecundidad” .
La específica vocación de los esposos cristianos a la santidad se realiza por medio de
su caridad conyugal. Es a través de ella como descubren su ser y su misión dentro de
la Iglesia. Es su misma vida conyugal, vivificada en Cristo, la gran aportación que realizan a la vida de la Iglesia.
El crecimiento en el amor mutuo
. Los medios propios de crecimiento en el amor mutuo, como son el diálogo conyugal, la apertura a la vida, la oración en
común, la mutua corrección, el discernimiento de la voluntad de Dios en sus propias vidas y en la educación de sus hijos,
van a ser ahora el cauce de su participación del amor de Cristo a su Iglesia. Para ello, nunca pueden olvidar que la
expresión más alta de la entrega de Cristo es el sacrificio de la Cruz.
En la conciencia de la vocación a la que han sido llamados está la raíz de la serenidad y la esperanza con que los esposos
cristianos han de afrontar las dificultades que les puedan sobrevenir. ¡El amor de Cristo que participan es más fuerte que
las dificultades! La conciencia de esa realidad deberá constituir el hilo conductor de la espiritualidad matrimonial. El
sacramento del matrimonio es una expresión eficaz del poder salvífico de Dios, capaz de llevarlos hasta la realización
plena del designio divino sobre sus vidas.
Crecimiento en la fe, la esperanza y la caridad
La misma vida de los esposos está marcada entonces por ese “mutuo sometimiento” que es el propio de la Iglesia a Cristo
(cfr. Ef 5,21). Su vida no puede reducirse a un proyecto privado; el fortalecimiento y crecimiento de su comunión de vida
está ligado al crecimiento en fe, esperanza y caridad que conforma la vida de la Iglesia. Es un modo específico de vivir la
realidad de la comunión de los santos por la que “todo el cuerpo, trabado y unido por todos los ligamentos que lo unen y
nutren según la operación de cada miembro, va obrando mesuradamente su crecimiento en orden a su conformación en
la caridad” (Ef 4,16).
Vitalidad de los matrimonios cristianos, para la vitalidad de la Iglesia
Por todo ello, la vitalidad de la misma Iglesia está en gran medida vinculada a la vida
auténticamente cristiana de los matrimonios. De ningún modo se les puede
considerar una parte poco significativa de la vida eclesial. El matrimonio como
vocación eclesial es todavía una realidad no suficientemente valorada en nuestras
comunidades y no pasa muchas veces de ser una afirmación nominal. La pastoral
familiar debe comenzar por la revitalización de esta conciencia eclesial de los
matrimonios cristianos, para que sean, no sólo miembros activos de propio derecho
dentro de la Iglesia, sino también con una misión específica de la que son los
responsables y para la que han de contar con la ayuda y los medios necesarios para
llevarla a plenitud.
Lugar privilegiado para la transmisión de la fe
Ámbito del despertar religioso
Como “iglesia doméstica” se da en la familia una realización verdadera de la misión
de la Iglesia. La primera manifestación de esta misión es la transmisión de la fe. En este punto la familia, como comunión
de personas, se ve como el lugar privilegiado para esta transmisión, en especial en el momento que se denomina “despertar
religioso”.
La fe no es sólo una serie de contenidos, sino la realidad del plan de Dios realizado en Cristo y vivido en la Iglesia. A partir
del contenido humano de las relaciones familiares se revelan a los hijos los elementos fundamentales de la vida humana,
las respuestas primeras y más verdaderas de quién es el hombre y cuál es su destino. Este despertar a la vida humana se
realiza en la familia, donde se introduce al niño progresivamente en toda la gama de experiencias fundamentales en las
que va a encontrar las claves para interpretar su mundo, sus relaciones, el sentido y el fin de su vida.
ACTIVIDAD: 14
BIBLIA: Lea Hechos 2,42-47 y responda:
1. ¿Por qué es una comunidad de amor?
2. ¿Por qué es una comunidad que comparte el pan?
3. ¿En qué nos damos cuenta de que sirven a los necesitados?
4. ¿De qué maneras voy a enseñar el amor y la fe a Dios?
5. Tres actitudes religiosas en tu familia.
6. ¿Qué me enseña cada imagen?
7. ¿Quiénes están en cada una de las imágenes?
8. ¿Por qué la primera comunidad cristiana es un modelo de vida?
9. ¿Cuál es la misión que debe cumplir una familia?
10. ¿Qué debe fomentar la familia cristiana?
Lectura complementaria: La misión de la familia – Matrimonio y familia
1. ¿Cuál es la misión de la familia?
La familia tiene la misión de revelar, custodiar y comunicar el amor. Ese amor es el reflejo del Amor de Dios a los hombres
y del Amor de Cristo a su Iglesia. Sólo en un ambiente amoroso puede el hombre aprender a desplegar plenamente su
personalidad y alcanzar la meta que Dios propone a
todo hombre: la santidad. La familia es el medio querido por Dios para que los hombres colaboren
ordenadamente en su decreto Creador y Salvador.
2. ¿Cuál es la dignidad de la familia?
Por su misión, por su origen y por su naturaleza es muy grande la dignidad de la familia.
En el plano meramente natural, por voluntad expresa de Dios, es el fundamento de la sociedad -y por
eso merece especial solicitud por parte de la autoridad civil-. Pero, además, es parte del
fundamento
de la Iglesia y uno de los medios querido por Dios para realizar su crecimiento.
3. ¿Cuál es la fuerza que unifica a la familia?
La fuerza que unifica a la familia es el amor. El amor es mucho más que un sentimiento.
Los sentimientos son pasajeros, y están relacionados con factores físicos, biológicos y
emocionales que son cambiantes. El verdadero amor es estable, permanente y
sacrificado. Es el amor lo que convierte la mera convivencia en vida familiar.
4. ¿Cómo es el verdadero amor?
El verdadero amor abarca la totalidad de la persona: tiende a hacer a los esposos un solo
corazón y una sola alma (Hch. 4,32); es fiel y exclusivo hasta la muerte; es fecundo, es
abnegado. Es fruto de la caridad (cf. 1Cor 13). Y debe crecer continuamente.
5. ¿Cómo se entiende el amor de los esposos desde una perspectiva cristiana?
Los esposos deben quererse con un amor que también sea sobrenatural: porque se ven como un don
de Dios del uno para el otro y porque se reconocen mutuamente como hijas de Dios. De este modo también en el
matrimonio se puede vivir el culmen de la perfección que es la caridad.
6. ¿Cómo realiza la familia su misión?
La familia realiza su misión principalmente en cuatro áreas: a) formando una comunidad de personas; b) estando al servicio
de la vida; c) participando en el desarrollo de la sociedad; y, d) participando en la vida y misión de la Iglesia.
CATECISMO DE LA FAMILIA YDEL MATRIMONIO Padre Fernando Castro y Jaime Molina
La pastoral familiar, para ayudar a la familia a vivir plenamente y realizar su misión
Precisamente por esta íntima relación entre la familia cristiana y la Iglesia, la familia cristiana en cuanto comunión de
personas es, por propio derecho, una comunión eclesial y un foco de evangelización. El primer elemento de la pastoral
familiar es la misma vida cristiana de las familias. Este es el centro, el motor y el fin de toda pastoral que quiera ser en
verdad familiar. No podrá consistir en actividades ajenas al vivir de la familia o a espaldas de su realidad, sino que, partiendo
del protagonismo de la familia para llevar a cabo la misión recibida del mismo Cristo, la Pastoral familiar prestará todas las
ayudas necesarias: anuncio del evangelio, asistencia en la vida de oración y sacramental, ayuda en las dificultades
específicas de convivencia, educación y problemas familiares. De este modo, la Pastoral familiar les ayuda a llevar a
plenitud su vida familiar.
La Iglesia, como sacramento de salvación de los hombres, necesita de las familias cristianas para llevar a cabo su misión.
Existen dimensiones específicamente familiares de la evangelización que sólo se pueden llevar a cabo adecuadamente en
el ámbito familiar y por el testimonio valiente y sincero de las familias cristianas. El desconocimiento de esta realidad
conduce a una pastoral que se convierte en una estructura separada de la vida y es un mal servicio a la causa del Evangelio.
GUIA No. 15
TEMA: FAMILIA Y SOCIEDAD.
OBJETIVO: Comprender que las familias son las formadoras de las comunidades.
La familia es formadora de personas: es claro que la sociedad está conformada por muchas familias, los miembros de la
sociedad han nacido en unas familias donde se comparte afecto, trabajo, cualidades, bienes, y se organizan para buscar
el bien común.
Lo que se aprende en familia se lleva a la sociedad, la sociedad comienza en la familia, ella es la que educa, forma
personas. La familia educa en: buenos modales, hábitos, comportamientos, en la fe en el amor y el afecto y lo social. La
familia escuela de valores sociales: se deben vivir y practicar los siguientes valores:
1. Comunión y participación.
2. Respeto a la dignidad de la persona.
3. Autoridad que conlleva a la obediencia, y respeto.
4. La solidaridad.
5. La justicia Las familias además están llamadas a organizarse a reclamar sus
derechos y a cumplir con sus deberes, trabajar por el bien común.
Transformar la sociedad de manera sana y de progreso, buscando satisfacer
las necesidades de los demás.
Llamadas a luchar por: la educación, la salud, la vivienda, el trabajo, la
alimentación etc. Todos unidos lucharemos todo lo
anterior alcanzaremos.
EL SENTIDO DEL PARALELISMO ENTRE LA FAMILIA Y LA IGLESIA COMO FAMILIA
“La Iglesia es una familia espiritual y la familia es una pequeña Iglesia”, lo recordó el Papa
Francisco durante su catequesis de este miércoles 9 de septiembre en la plaza de San Pedro.
"La comunidad cristiana es la casa de aquellos que creen en Jesús como la fuente de la
fraternidad entre todos los hombres", explicó el Papa.
"En los Evangelios, la asamblea de Jesús tiene la forma de una familia y de una familia
hospitalaria, no de una secta exclusiva, cerrada: nos encontramos Pedro y Juan, pero también
el hambriento y el sediento, el extranjero y el perseguido, la pecadora y el publicano, los
fariseos y la multitud".
"La familia y la parroquia son dos lugares en donde se realiza esta comunión de amor que
encuentra su fuente última en Dios mismo. Una Iglesia de verdad según el Evangelio no puede no tener la forma de una
casa acogedora con las puertas abiertas siempre. Las iglesias, las parroquias, las instituciones con las puertas cerradas
no se deben llamar iglesias, se deben llamar museos".
Texto completo de la catequesis del Papa en italiano traducido al español
Queridos hermanos y hermanas ¡buenos días!
Quisiera hoy detener nuestra atención en el vínculo entre la familia y la comunidad cristiana. Es un vínculo, por así decir,
“natural”, porque la Iglesia es una familia espiritual y la familia es una pequeña Iglesia (cfr. Lumen Gentium, 9).
La Comunidad cristiana es la casa de aquellos que creen en Jesús como la fuente de la fraternidad entre todos los hombres.
La Iglesia camina en medio de los pueblos, en la historia de los hombres y de las mujeres, de los padres y de las madres,
de los hijos y de las hijas: esta es la historia que cuenta para el Señor. Los grandes eventos de las potencias mundanas
se escriben en los libros de historia, y allí permanecen. Pero la historia de los afectos humanos se escribe directamente en
el corazón de Dios; y es la historia que permanece eternamente. Es este el lugar de la vida y de la fe. La familia es el lugar
de nuestra iniciación – insustituible, indeleble – a esta historia.
Esta historia de vida plena que terminará en la contemplación de Dios para toda la eternidad en el cielo, pero que comienza
en la familia y por eso, es tan importante la familia.
El Hijo de Dios aprendió la historia humana por este camino, y la recorre hasta el final (cfr. Eb 2,18; 5,8). Es bonito volver
a contemplar a Jesús y ¡los signos de este vínculo! Él nació en una familia y allí “aprendió el mundo”: una tienda, cuatro
casas, un pueblo. Y, sin embargo, viviendo por treinta años esta experiencia, Jesús asimiló la condición humana,
acogiéndola en su comunión con el Padre y en su misma misión apostólica. Después, cuando dejó Nazaret y comenzó la
vida pública, Jesús formó a su alrededor una comunidad, una “asamblea”, es decir una con-vocación de personas. Este es
el significado de la palabra “iglesia”.
En los Evangelios, la asamblea de Jesús tiene la forma de una familia y de una familia hospitalaria, no de una secta
exclusiva, cerrada: nos encontramos con Pedro y Juan, pero también el hambriento y el sediento, el extranjero y el
perseguido, la pecadora y el publicano, los fariseos y la multitud. Y Jesús no cesa de recibir y de hablar con todos, también
con quien no espera más encontrar a Dios en su vida. ¡Es una lección fuerte para la Iglesia! Los discípulos mismos han
sido elegidos para cuidar esta asamblea, esta familia de huéspedes de Dios.
Para que sea viva hoy esta realidad de la asamblea de Jesús, es indispensable reavivar la alianza entre la familia y la
comunidad cristiana. Podremos decir que la familia y la parroquia son dos lugares en donde se realiza esta comunión de
amor que encuentra su fuente última en Dios mismo. Una Iglesia de verdad según el Evangelio no puede no tener la forma
de una casa acogedora con las puertas abiertas siempre. Las iglesias, las parroquias, las instituciones con las puertas
cerradas no se deben llamar iglesias, se deben llamar museos.
Hoy, esta es una alianza crucial. «En contra de los “centros de poder” ideológicos, financieros y políticos, volvemos a poner
nuestras esperanzas en estos centros ¿de poder? ¡No! en centros del amor. Nuestra esperanza está en estos centros del
amor. Centros evangelizadores, ricos de calor humano, basados en la solidaridad y la participación» también en el perdón
entre nosotros. (Pont. Cons. Para la familia, Papa Francisco sobre la familia y sobre la vida 1999-2014 LEV 2014, 189).
Reforzar el vínculo entre la familia y la comunidad cristiana es hoy indispensable y urgente. Cierto, es necesario una fe
generosa para reencontrar la inteligencia y la valentía para renovar esta alianza. Las familias a veces dan un paso atrás,
diciendo que no están a la altura: “Padre, somos una pobre familia y también un poco destartalada”, “no somos capaces”,
“tenemos ya tantos problemas en casa”, “no tenemos la fuerza”. Es verdad. Pero ninguno es digno, ninguno está a la altura,
¡ninguno tiene las fuerzas! Sin la gracia de Dios, no podremos hacer nada. Todo se nos da gratuitamente. Y el Señor no
llega nunca a una nueva familia sin hacer algún milagro. ¡Recordemos lo que hizo en las bodas de Caná! Si, el Señor, si
nos ponemos en sus manos, nos hace hacer milagros, pero esos milagros de todos los días cuando está el Señor en esa
familia.
Naturalmente, también la comunidad cristiana debe hacer su parte. Por ejemplo, buscar superar actitudes demasiado
directivas y demasiado funcionales, favorecer el diálogo interpersonal y el conocimiento y la estima recíproca. Las familias
tomen la iniciativa y sientan la responsabilidad de llevar los propios dones preciosos para la comunidad. Todos debemos
ser conscientes que la fe cristiana se juega en el campo abierto de la vida compartida con todos, la familia y la parroquia
deben cumplir el milagro de una vida más comunitaria para la sociedad completa.
En Caná, estaba la Madre de Jesús, la “madre del buen consejo”. Escuchemos nosotros sus palabras: “Hagan todo lo que
él les diga” (cfr. Jn 2, 5). Queridas familias, queridas comunidades parroquiales, dejémonos inspirar de esta Madre
hagamos todo lo que Jesús nos dirá y ¡nos encontraremos frente al milagro, al milagro de cada día! Gracias.
ACTIVIDAD:15
1. ¿Por qué la familia es la formadora de personas?
2. Tres ejemplos que se aprenden en la familia y se llevan a la sociedad, ilustre con dibujos.
3. ¿Cuáles son los valores sociales?
4. Las familias unidas deben luchar por…
5. Conceptos de: comunión, justicia, sociedad, familia, bien, obediencia, autoridad, solidaridad.
6. Escriba los valores sociales que debe practicar la familia.
7. Describa el mensaje de las imágenes.
8. La familia está llamada a luchar por:
9. Escriba los cinco aspectos que amenazan a la familia en la actualidad.
10. La familia en su diario vivir debe construir no sólo en su hogar sino también en la sociedad. ¿Qué significado tiene
ese enunciado?
Lectura complementaria: Misión de la familia en la sociedad
La Familia es la íntima comunidad de Vida y de Amor (Gaudium et Spes, 48). En la sociedad actual es muy importante
hacer conciencia de que no hay mejor lugar donde la vida y el amor sean el motor y al mismo tiempo el fruto.
La Familia recibe la misión de custodiar, revelar y comunicar el amor como reflejo vivo y participación real del amor de Dios
por la humanidad y del amor de Cristo por la Iglesia, su esposa. (Familia Consortio)
En la Familia se aprenden las Virtudes y Valores del Evangelio, convirtiéndose en una Comunidad de Santificación.
La familia tiene una misión específica de gran relevancia dentro de la sociedad, de ahí la conciencia que deben tomar los
padres en formar a los hijos. Enriqueciéndolos con valores espirituales y morales que los preparen para enfrentar el mundo
actual con tantos peligros que nos desvían del camino correcto.
La familia ideal acepta, apoya y quiere… pero también… educa, estimula y proyecta a sus miembros.
Los padres se convierten en verdaderos testigos de evangelización cuando son ellos los primeros que viven e invitan a
vivir a sus hijos la fe. Sin necesidad de llegar a realizar grandes obras, sencillamente viviendo el respeto, el amor, la
comprensión y la responsabilidad cristianamente.
¿Cómo queremos sociedades comprensivas, si no hay comprensión entre los esposos y los hijos en el hogar?
¿Cómo queremos sociedades solidarias si dentro de la casa cada uno se busca nada más
a sí mismo?
Actualmente la familia está amenazada por
-Falta de Amor
-La sobreprotección
-La pérdida de identidad de sus miembros
-Nuevas ideologías como el Hedonismo, Vértigo a la novedad
-Relativismo en los valores
El valor de la familia se basa fundamentalmente en la presencia física, mental y espiritual
de las personas en el hogar, con
disponibilidad al diálogo y a la convivencia, en un marco de respeto; haciendo un esfuerzo por cultivar los valores de la
persona misma y así trasmitirlos y enseñarlos.
La familia es un equipo en el que cada miembro es único y posee habilidades que le permiten a la familia crecer.
La familia cristiana está llamada a poner al servicio de la sociedad su propio ser y obrar.
La familia es Iglesia Doméstica, y debe estar al servicio de la Iglesia y del mundo.
La familia en su diario vivir debe construir no sólo en su hogar sino también en la sociedad.
«Vayan por todo el mundo y proclamen el evangelio a toda creatura…»
GUIA No. 16
TEMA: CARTA DE LOS DERECHOS DE LA FAMILIA.
OBJETIVO: Comprender que las familias tienes unos derechos que se deben cumplir como seres humanos.
1. A existir y progresar dignamente.
2. Ser responsable de la vida de sus hijos y educarlos.
3.Intimidad conyugal y familiar.
4. Profesar su fe
5.Educar a los hijos.
6. Vivienda y salud.
7. Expresión.
8. Crear asociaciones.
9. Proteger a los menores de la droga, alcohol y pornografía. 10.
Tiempo libre, la recreación.
11. Anciano a una muerte digna.
12. Emigrar y volver a su país.

CUANDO LLEGA EL AMOR:


Nosotros somos seres que necesitamos de amor, este se hace real cuando
es correspondido.
El verdadero amor es el del hombre y la mujer porque es mandato divino.
El auténtico amor abarca la totalidad de la persona, sus pensamientos, sentimientos, su manera de ser: pensar, sentir y
actuar, por esta razón debemos tomar en serio y respetar a la persona que amamos.
Pasos en falso:
-Acabamos de conocer a una persona y ya le decimos que la amamos.
-Adolescentes que ha temprana edad ya se besan no han quemado la etapa de la vida.
-Los que juegan a ser marido y mujer y más tarde fracasan.
¿Qué es lo ideal?: ser delicado, prudente, dejar crecer nuestro cuerpo en toda su
integridad preparase para amar y ser amado.
Cada edad tiene su propia manera de sentir, y vivir el amor.
ACTIVIDAD: 16
1. A cada derecho de la familia escriba un deber.
2. El auténtico amor: ¿Qué abarca en la persona?
3. ¿Cuáles son los pasos en falso que damos al conocer una persona?
4. ¿Por qué debemos cuidarnos y evitar esos pasos falsos?
5. ¿Qué es lo ideal para la persona?
6. Para no fracasar en la relación lo ideal sería:
7. Escriba el derecho 3 de la carta presentada por la santa sede.
8. Explique el siguiente paso en falso “Los que juegan a ser marido y mujer y más
tarde fracasan”
9. Para usted ¿qué es el verdadero amor?
10. ¿Para qué le sirve este tema en la vida?
Lectura complementaria: RESUMEN DE LA CARTA DE LOS DERECHOS DE LA FAMILIA
PRESENTADA POR LA SANTA SEDE.
A TODAS LAS PERSONAS, INSTITUCIONES Y AUTORIDADES INTERESADAS EN LA MISION DE LA FAMILIA EN
EL MUNDO CONTEMPORANEO.
22 de octubre de 1983
Artículo 1: Todas las personas tienen el derecho de elegir libremente su estado de vida y por lo tanto derecho a contraer
matrimonio y establecer una familia o a permanecer célibes.
Artículo 2: El matrimonio no puede ser contraído sin el libre y pleno
consentimiento de los esposos debidamente expresado.
Artículo 3: Los esposos tienen el derecho inalienable de fundar una familia y
decidir sobre el intervalo entre los nacimientos y el número de hijos a
procrear, teniendo en plena consideración los deberes para consigo.
Artículo 11: La familia tiene derecho a una vivienda decente, apta para la vida
familiar, y proporcionada al número de sus miembros, en un ambiente
físicamente sano que ofrezca los servicios básicos para la vida de la familia
y de la comunidad.
Artículo 12: Las familias de emigrantes tienen derecho a la misma protección que se da a las otras familias.
Análisis.
La “Carta de los Derechos de la Familia” fue hecha y aprobada por el Sínodo de Obispos en 1980, el Papa Juan Pablo II
aprobó el voto del sínodo para que formularan una carta en donde plasmaran los derechos fundamentales de la familia y
dirigida a todos organismos y autoridades interesadas.
La Carta no es una exposición teológica, dogmática o moral del matrimonio y de la familia. Tampoco es un código de
conducta destinado a las personas o a las instituciones que se dirige.
La Carta, es una simple declaración de los principios de la familia y tiene la finalidad de presentar a todas las personas los
derechos inherentes de la familia. x

Deberes y derechos de una familia


Todos nosotros tenemos derechos y deberes que cumplir dentro de nuestra familia, derechos como: alimentación,
vestuario, vivienda, salud, recreación, y otros. Así como también deberes como: responsabilidad, respeto, trabajo, amor, y
demás. La Biblia nos insta a que cumplamos nuestros deberes para con nuestra familia, proveyendo lo necesario para su
subsistencia y preservación de los valores espirituales y morales para vivir una vida quieta y reposada delante de Dios
siempre. En nuestro estudio consideraremos los derechos que tienen los miembros de una familia y también los deberes
de cada uno y como estos se relacionan entre sí dando énfasis a los valores espirituales.

DERECHOS DE LOS MIEMBROS DE UNA FAMILIA


A- Derechos de los padres.
Formar una familia. Efesios 5.31, Mt. 19.4 – 6, Heb. 13.4
Ser respetados y honrados por sus hijos. Efesios 6.1 – 3
A la intimidad sin interferencias. 1 tesalonicenses 4.3 – 5
Ser reconocidos por su comunidad como familia. 1 Ts. 4.12
B- Derechos de los hijos.
Ser amados por sus padres. Pr. 3.12, Jn. 5.20, Tito 2.4
Protección de parte de sus padres, así como Dios lo hace. Sal. 121.7 – 8
Alimentación. Mateo 7.7 – 11
Instrucción en todas las áreas de la vida. Proverbios 22.6
C- Derechos de los ancianos.
Ser cuidados y respetados en su hogar. Tito 2.2 – 4
Recibir honra de parte de sus hijos. Efesios 6.2
Ser alimentados o mantenidos por su familia. 1 Timoteo 5.7 – 8, 16
Que su testamento sea dado hasta después de su muerte. Heb. 9.16,17

DEBERES DE LOS MIEMBROS DE UNA FAMILIA.


A- Deberes de los padres.
Amar a su familia y mostrarlo por medio de sus hechos y conducta. Efesios 5.21, 25,
Ser buen ejemplo para sus hijos en todo. 1 Timoteo 4.12
Instruir a sus hijos en el camino del Señor. Proverbios 22.6
Proveer económicamente para su familia. 1 Timoteo 5.8
Proteger a su familia y orar por ellos. 1 Ts. 5.16 – 18
Solucionar los problemas que se le presenten. Colosenses 3.15
B- Deberes de los hijos.
Honrar y obedecer a sus padres. Efesios 6.1
Recibir la instrucción y disciplina de parte de los padres. Pr. 4.20 – 27
Colaborar con las actividades que conciernen a la familia. Ga. 6.2, 10
Ser responsables con los compromisos adquiridos. Tit. 2.7
Buscar los caminos del Señor y ser buen ejemplo de los demás. Eclesiastés 11.9 – 10, 12.1
C- Deberes de los ancianos.
Ser diligentes en el servicio a Dios y a su familia. Lc. 2.25 – 32
Aportar su experiencia para que los hijos aprendan. 1 Reyes 2.1 – 2
Procurar no ser una carga para su familia. 1 Tim. 5.16
No exasperar a sus hijos. Ef. 6.4
Bendecir y orar a su familia. 1 Reyes 2.1
CONCLUSIÓN.
Si bien todos somos parte de una familia, y gozamos de su cariño de sus beneficios y de la gracia del señor que nos ha
permitido la vida y el privilegio de ser parte de la gran familia de Dios, debemos cumplir nuestros deberes y de algún modo
exigir nuestros derechos y hacer las cosas buenas delante del Señor, sabiendo que el Señor Dios siempre estará con
nosotros, ayudándonos a salir adelante, si usted ha estado solo y no sabe qué hacer, Dios está esperando que usted
vuelva a casa, no importa que haya cometido algún error, usted puede arrepentirse, pues Dios le espera y él es amplio en
perdonar. Véase en Lucas 15 la parábola del hijo prodigo

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