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Cualquier cosa, menos quietos

Número 34 - m a y o d e 2 012 - d i s t r i b u c i ó n g r a t u i t a - w w w. u n i v e r s o c e n t r o . c o m
2 contenido editorial número 34 / mayo 2012 3

4
Barcelona

6
Postales de
Bellavista
en 1974, cuando organicé el
Congreso Latinoamericano de

9
Literatura y, al lado de Vargas Llo-
sa, Clarice Lispector, Agustín Ya-
ñez y tantos otros, él no estaba en
el círculo del poder. Se había ido
Cervecería de nosotros y no podíamos traerlo
Cuervo más que como asistente a las con-
ferencias. Tampoco tenía —ese
día en que nos volvimos a encon-

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trar en las gradas del correo aéreo
de Cali, cuando salíamos de revi-
sar nuestros apartados de corres-
pondencia— la cara de asombro
que puso el día que llegué hasta el
Los veinte colegio San Luis a verlo ensayar su
golpes obra de teatro. Quien estaba frente
a mí era un hombre al que se le sa-

El tartamudo genial lía por los poros el exceso de dro-

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ga y le atormentaba estúpidamen-
te la angustia de no haber podi-
por Gustavo Álvarez Gardeazábal do ser como los demás. Me hizo de
frente el reclamo de por qué yo ha-
La Barca de
bía ayudado a los otros de su gene-
los Locos
ración a publicar sus obras en Mé-
Ilustraciones: Verónica Velázquez - José Sanín
xico y Argentina, pero no me dejó

A
contestar porque inmediatamente

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ndrés Caicedo era tartamu- Después de esa inolvidable sesión gentemente el papá de Andrés ayudó a me espetó que ya iba a salir en Col-

Repetir errores y operaciones do, pero tenía tanta fe en sí


mismo que lo primero que
pretendió ser fue actor de
empecé a leerle las obras de teatro que
escribía y los cuentos que me pasaba.
No se me borra de la memoria Berenice,
publicar y que también entregó al chile-
no que hizo la mejor biografía del suici-
da, pero no las encontré reseñadas. Ini-
cutura su novela ¡Que viva la mú-
sica!, el primer libro que editaría.
Me lo dijo con tanta rabia que la

H
Crónica teatro. Como no era tarta- un cuento que le comenté con tanta du- cialmente justifiqué su ausencia porque, satisfacción añorante que sentí en
del defraude ace diez años, en la rás, dicen los optimistas; se mul- zadas por intimidaciones de “los mudo suave sino bien pegado, nadie reza que después me dio pesar habérse- como eran cartas morbosas que hoy po- ese momento se frenó como si me
de SoHo operación Mariscal, tiplican los enemigos y los proble- combos” de San Antonio y Las Es- daba un peso por su actuación. Debió ha- lo destrozado, aunque no me duró mu- drían haberse leído como simplemen- hubiera encontrado con una pa-
la ciudad inaugu- mas, responden los pesimistas. tancias. berse dado cuenta muy pronto, y prefirió cho el dolor porque finalmente lo corri- te coquetas —y la orden imperial de la red. Así y todo le seguí conversan-
ró una fórmula con- También cambiaron los mo- Ahora las operaciones indis- convertirse en director de su propio gru- gió. Confirmé, leyendo sus textos produ- mamá y las hermanas todavía estaba vi- do y le acompañé las dos cuadras y
tra el mando de mi- dales colectivos de la comuna 13. criminadas parecen imposibles. po de teatro, por entonces al mando de cidos a una velocidad de vértigo, que no gente—, seguían siendo prohibidas. Me media que había de las gradas del
licias y paracos. La mala suerte le Asociaciones de víctimas, jóvenes Pero los grandes ejércitos en los su parcero mayor, Jaime Acosta. me había equivocado en la primera im- pareció obvio que, para poder seleccio- correo aéreo hasta el edificio Cor-
correspondió a la comuna 13. Po- contra la violencia, la biblioteca barrios que hasta hace poco eran Yo lo conocí cuando estaba montan- presión sobre su literatura, y seguí ilu- nar y construir treinta años después la kidi, donde tenía su apartamento y
licía y ejército fueron encargados de rigor como centro comunitario, un recuerdo están de nuevo dedi- do una obra de Ionesco en el teatrino del sionándome con todo lo que escribía. imagen del genio que tuvieron (sin dar- en donde unos días después iba a
UNIVERSO CENTRO de recuperar un territorio que lle- las escaleras eléctricas como par- cados a plantear desafíos: amena- colegio San Luis Gonzaga de los Herma- Fue por esos días cuando, mamados del se cuenta) en su casa, deberían ser fieles suicidarse.
Publicación mensual vaba 20 años en armas ajenas. Pa- que infantil. Todo ha vuelto a sus zan con volar puentes peatonales, nos Maristas, donde estudiaba. Quien nadaísmo y su populismo literario —ra- guardianes del criterio con el que qui- Llegué a mi casa e inmediata-
samos de las escaramuzas a las “justas” proporciones. Una violen- impiden las clases en los colegios, iba a ser su cuñado, Danilo Rodríguez, dicalmente odioso y excluyente— fun- sieron educarlo. Pero no fue así, estaba mente le escribí a Harold Alvara-
DIRECCIÓN Y FOTOGRAFÍA operaciones: helicópteros artilla- cia más llevadera. plantan sus ametralladoras .50 representante de arquitectura en el Con- dábamos el grupo “Los Dialogantes”, equivocado en mi apreciación; las cartas do Tenorio para contarle la buena
­—Juan Fernando Ospina dos, fusiles, granadas, fuerzas es- Pero parece que nunca se en las terrazas. Las ONGs mues- sejo Directivo de la Federación de Estu- que era más que nada el resumen de to- no aparecen sencillamente porque no es- nueva de la publicación de Andrés.
EDITOR peciales. La operación Mariscal aprende la lección. Y en las comu- tran los organigramas, la geogra- diantes de la Universidad del Valle, me dos quienes publicaban en “Página Nue- taban dentro del archivo de copias de las Harold vivía en Pasto, donde me
­—Pascual Gaviria dejó nueve víctimas civiles, la des- nas 8 y 9 se incuba algo parecido a fía de dominio de cada grupo, las había entregado el cuento de su cuñadi- va”. Isaías Peña Gutiérrez y el Dr. Rayo cartas que por ese tiempo hacíamos casi reemplazó como profesor de lite-
titución del comandante de poli- lo peor de la comuna 13. Mientras hojas de finanzas, los alias de los to para que lo publicara en “Página Nue- (Efraín Lezama) le dieron vida pública todos los que creíamos que íbamos a pa- ratura en la Universidad de Nariño
COMITÉ EDITORIAL sar a la historia como grandes escrito- y guardaba por mí y por mis des-
cía por excesos y la condena con- la ciudad recibe su sello de seguri- nuevos duros. La policía solo men- va”, una sección del suplemento domini- nacional al atrevimiento juvenil desde
­—Fernando Mora tra el Estado por una niña balea- dad las venganzas de más de 500 ciona algunos nombres y algunos cal de Occidente que manejábamos Car- sus columnas periodísticas, pero como res. Andrés, que ya por entonces se había cubrimientos literarios ese afec-
­—Juan Carlos Orrego da al pie de un teléfono público. hombres se encargan de torcer los ceros sobre las cabezas visibles. miña Navia y el suscrito. El texto era tan del grupo sólo Andrés y yo hicimos lite- asomado al abismo de la droga y se dejó to descomunal que toda la vida me
­—Guillermo Cardona Fue apenas la antesala de la ope- balances. El Personero dice que la Ahora se entiende por qué el al- golpeante como fue toda la literatura de ratura visible, su recuerdo se perdió. chupar por ella mientras su mamá y sus ha tenido. La víspera del suicidio,
­—Maria Isabel Naranjo ración Orión que vendría 5 meses policía se arrima donde le convie- calde anterior intentaba cada se- Andrés y no vacilé en publicarlo. Al no Caicedo era mucho pero muchísimo hermanas seguían protegiendo la virgi- Harold vendría desde Pasto a visi-
mas tarde. ne y algunos miembros de ONGs mana convertirse en jefe de po- saber decir gracias, y quedarle imposi- más vertiginoso que yo. Y dando saltos nidad de su culito, no quería dejar tes- tarle en el Corkidi y viviría en su
­—Alfonso Buitrago
En su momento esos operati- con prestigio detectivesco señalan licía y fiscal. Lo más triste es que ble manifestarse con su tartamudez por kilométricos se fue haciendo solo, cada timonio de ellas y, a todas seis, les puso presencia toda la película —que
DISEÑO Y DIAGRAMACIÓN vos renombrados parecían inevi- sospechas inevitables. la nueva administración solo con- el teléfono, me pidió que le conociera vez más lejos de nosotros. Yo intenté se- volteado el papel carbón con el que en- cada quien ha contado a su ma-
­—Lyda Estrada tables. El control de las milicias en Un estudio de La Corporación sidera soluciones burocráticas y acompañándole a un ensayo de su obra guirle el paso, tan velozmente como en tonces se sacaban las copias de las cartas nera— de la bravata con Patricia,
COORDINACIÓN COMERCIAL los barrios se había convertido en para la Paz y el Desarrollo Social tecnológicas: La secretaría de se- de teatro. todas las relaciones adolescentes, pero mecanografiadas. la compañera de entonces de An-
­—José Alejandro Zuluaga un desafío que amenazaba con ex- en las comunas 8 y 9 muestra un guridad como simple oficina para nos separó de un tajo la orden imperial Al revisarlas bien encontré, trein- drés, y las pastillas de Seconal que
­—Ramón Marulanda tenderse. Años de desidia estatal conflicto que involucra grupos ar- campañas de expectativa y las cá- de su mamá y sus hermanas que creye- ta y pico de años después, que todas te- terminaron matándolo unas horas
debían corregirse con una reac- mados que se disputan control te- maras en los postes de luz como ron, en conciliábulo, que me estaba ena- nían copiado por detrás el texto original, después.
DISTRIBUCIÓN Andrés, con un poco mas de for-
ción desmesurada. Firme, enérgi- rritorial, plazas de vicio, extorsio- presencia institucional. morando de él y terminaría haciéndole como sucedía cada vez que uno se equi-
­—Érika, Sebastián y Gustavo ca, según los políticos encargados nes y otras mañas. El mapa crimi- Han pasado 10 años de los el amor. Aun cuando yo era muy promis- vocaba y ponía el papel carbón al revés. mación y un poco menos de dro-
CORRECCIÓN en la época. Para muchos las em- nal de la zona tiene a Los Gaita- grandes operativos en la comuna cuo en aquellas épocas juveniles, a fina- Si esas cartas se publicaran podría mo- ga, habría sido el gran producto li-
www.universocentro.com

­—Paca y equipo UC bestidas de ejército y policía solo nistas como mayoría armada con 13. A un precio muy alto se logró les de la década del sesenta, no creo que dificarse la imagen mítica que han que- terario colombiano de finales del si-
ASISTENTE propiciaron un cambio de dueño. control sobre los barrios La Sierra, que en el occidente las 2 grandes lo hubiera hecho. Andrés no solo era feo rido construirle a Andrés, para que las glo XX. Las mujeres que lo rodea-
Las milicias perdieron su poder y Villa Turbay, Las Mirlas y Esfuer- tropas se convirtieran en 7 com- y daba la sensación de no haberse baña- generaciones futuras no entiendan la ron, desde su casa materna hasta su
­—Érika Acero
los paras llegaron a mandar en las zos de Paz Uno. Unos 200 hom- bos con menos alcance. Pero aho- do: era tartamudo; y yo, que provengo magnitud del genio que nos tocó presen- apartamento en el Corkidi, lo aho-
Es una publicación de la emboscadas y los filos. Digamos bres agrupados en 9 frentes dispu- ra tenemos en el oriente asoman de una familia en donde todos los hi- ciar. Por eso he preferido convocarlas a garon en su propia genialidad y no
Corporación Universo Centro que el Bloque Cacique Nutibara a tando pequeñas hegemonías con amenazas que hacen pensar otra jos varones del abuelo Gardeazá- la hoguera del olvido y recordar, mien- le dejaron ni siquiera el salvavidas
Número 34 - Mayo 2012 cambio de los Comandos Armados la banda de La Oficina. vez en las tanquetas subiendo por bal eran igual de gagos y tengo tras viva, la responsabilidad que le cupo del amor para que pudiera sobrea-
del Pueblo. Sin embargo es difícil Del 13 de mayo a la fecha han los callejones y los helicópteros siete primos que no arrancan a toda la sarta de mujeres que le rodea- guar. Ellas son las culpables de
15.000 ejemplares decir que las cosas no han cambia- sido asesinadas 5 personas ajenas rozando las terrazas. Y nunca sa- para hablar, debí haber vis- ron siempre e impidieron habérnoslo de- que el tartamudo no haya seguido
Impreso en La Patria do en la comuna 13. Al menos se al conflicto, han muerto 4 perso- bremos si se debe a la simple desi- to inconveniente el asun- jado vivo más tiempo. haciendo literatura. UC
terminaron las hegemonías. Don- nas vinculadas a los grupos arma- dia y corrupción policial, o a una to. A esta edad, ya no lo recuer- La última vez que me encon-
universocentro@universocentro.com de había un pequeño ejército que- dos en disputa, 2 personas han re- condena que tiene marcas repeti- do bien. tré con Andrés fue unos días antes de
dó un reguero de combos, cada sultados heridas por francotirado- das en nuestro almanaque. UC Solo me quedan seis cartas suyas, su muerte. Era un hombre más des-
uno con el encargo y la defensa de res en Las Estancias y Villa Tina que busqué con desespero en los libros baratado que su personaje. Ya no te-
DISTRIBUCIÓN GRATUITA algunas cuadras: Divide y reina- y cinco familias han sido despla- de su correspondencia, que tan dili- nía el odio en los ojos con que me miró
4 número 34 / mayo 2012 ­—otros centros

a sus casas ataviadas con un bouquet de ro-


sas, en tanto los caballeros se vean en la pe-
nosa y anticuada tarea de leer.
Uno de los barrios más festivos es el de
Gràcia, donde en marzo se celebra el Sant
Medir: fiesta de uno que se hiciera célebre
por salvar a un repostero quien, en gratitud,
peregrinara hasta el santuario de Collsero-
la repartiendo dulces a grandes y chicos. La
vecindad conmemora el hecho con carrozas,
cabalgatas, músicos y bailarines que lo emu-
lan al recorrer las vías lanzando caramelos.
Pero la celebración más emotiva tiene lugar
en agosto, cuando en el día de la Asunción
el barrio explota en su Festa Major. Los ve-
cinos disfrazan las plazas y callejuelas con
temas diversos, a fin de obtener el premio
a la mejor decoración. Así regalan siete días
de conciertos, desfiles, competencias y acti-
vidades para las familias y el millón de visi-
tantes que se adhieren al jolgorio.
En la plaza central de Gràcia se alzan du-
rante dicha semana los vigorosos Castellers:
populares torres humanas que pueden al-
canzar 8 niveles. Práctica que se remonta al
Siglo XVII, y la cual tiene indumentarias es-
peciales, música tradicional y técnicas com-
plejas. También hacen su aparición las pro-
cesiones de Gegants: enormes monigotes en
forma de reyes, reinas, princesas, condes,
duques y enanos garbosos que marchan ex-
hibiendo su nobleza. Cortejos que vienen en
romería desde el Siglo XV, cuando las figu-
ras tenían el fin de ilustrar las historias bí-
blicas al pueblo ignorante. A dichas usan-
zas folclóricas se suman los Correfocs: desfi-
les de fuego que datan del Siglo XII, los cua-
el Rey Juan Carlos I obstente el títu- les también son llamados Ball de diables. Es-
lo de Conde de Barcelona, o que allí tos cercavilas tenían como función produ-
estén afincadas las editoriales más cir una algarabía que diera a entender el co-

Geografía Universal
influyentes de la lengua castellana. mienzo del guateque, y cuyo quéhacer ha
No obstante a las ideas separa- devenido en saturnales de pólvora.
tistas y a la defensa de las tradicio- Pero lo más notorio quizás sea la esca-

Barcelona
nes locales, la inmigración y multi- tológica visión del mundo en Catalunya. Es
culturalidad es manifiesta. Similar sabido que en la Península Ibérica los rega-
a Mac Donald’s en los Estados Jun- los de navidad son traídos el 6 de enero por
tos, los paquistaníes han erigido sus los Reyes Magos. El 24 de diciembre, los ni-
amables tiendas en cada manzana, ños catalanes tienen otro ritual, cuyo perso-
donde es posible adquirir produc- naje es el eximio Tió de Nadal. Se trata de
por Silvio Bolaño Robledo tos de Europa y Oriente. Así mismo
abundan los restaurantes de Dön-
un tronco fascinante que es llevado a casa
el día de La Inmaculada, el cual se acomo-
ner kebab, cuyo precio económico da con una manta que lo cuida del invierno.
y carne lícita (animales sacrifica- El Tió tiene ojos y sonrisa y es amado por los
Ilustracion: Cachorro dos de acuerdo al proceder islámico niños, quienes lo alimentan con ternura du-


que la define halal), la han converti- rante 16 días, y a través de aquello que pue-
do en la comida tradicional del Viejo da comer un tronco mágico. Ceremonia que
Barcelona es como Buenos Ai- como los bares y lugares de esparci- Mundo. Según las cifras del Ajunta- concluye en Navidad, cuando al aullido co-
res, pero sin hipódromo...”, de- miento que los demás europeos visi- ment, los paquistaníes lideran la ta- lectivo de canciones inocentes de la gui-
cía nuestro padre Gardel. Lo tan a fin de colmar sus necesidades bla d’estrangers, seguidos por los la- sa de: “Tió, Tió, caga torró/ D’aquell tan bo/
cual no implica que a los ca- estéticas, etílicas y cortesanas. De tinos que emigran con la esperanza Si no en tens més/, Caga diners!...”, los infan-
talanes les resulten anti- ahí que suelan hallarse grupos de de cumplir el sueño catalá, merced a tes agarran al Tió a bastonazos a fin de que
páticos los caballos, aun- entre tres y doce suecas apostadas la lengua y cultura común. Así pues, cumpla su misión, que es a saber la de cagar
que hayan suprimido de sus plazas en lance erótico por las terrazas del a los paquis les siguen los italianos, dulces. Ceremonia coprofílica que nos ense-
las estatuas ecuestres del generalísi- centro, un plato codiciado por don- los ecuatorianos y los chinos. Lo an- ña lo relativo que puede llegar a ser la sucie-
mo Franco. Fortuna análoga a la pa- juanes, sífilis y herpes. terior en cuanto a inmigrantes lega- dad, la cual deja a los adultos el gusto por
decida por los dragones, pues desde Pero no todo allí es color de bra- les, quienes adquieren el compromi- todo tipo de dulces hechos en forma de ex-
que San Jordi (que es como llama- gas rosa. Los vestigios de la brutali- so de integrarse a la festiva y escato- crementos que puedes comprar en los toldi-
mos a San Jorge en catalán) matara dad de la Guerra Civil y de la repre- lógica sociedad barcelonesa. llos de la Gran Vía de las cortes catalanas.
al dragón, no se ha vuelto a asomar sión de la dictadura permanecen en La reivindicación de la identidad Lo anterior se ajusta al inagotable es-
reptil alado alguno por las pedrego- la memoria de los catalanes. En la se refleja en su colorido calenda- fuerzo por construir y comprender una me-
sas costas mediterráneas. San Jordi Plaça de Sant Felipe Neri, por ejem- rio de verbenas, las cuales ponen en moria colectiva. Escribir la historia como
es el protector de Barna, así como de plo, pueden verse rastros de la me- evidencia un eclecticismo de tradi- proyecto de filiación que se refleja por ejem-
otras villas europeas que celebran tralla con la que fueran asesinadas ciones modernas, cristianas y paga- plo en la planeación urbanística, a través de
como propia la proeza del caballero decenas de civiles durante los bom- nas. Es tal el caso de la celebración dos trascendentales obras de arquitectura:
de Capadocia. Es proverbial la ojeri- bardeos. Los herederos de aquellos de San Jordi. Cuentan los hagiógra- el Monasterio de la Sagrada Familia, inaca-
za que sienten los europeos por los mártires son concientes de que la fos que de la sangre del finado dra- bado e inacabable, telúrico, inhumano, sen-
dragones, al punto de que en ciertas República perdió la guerra, y tratan gón brotó un rosal del cual nuestro sual, con sus grúas como saurios metálicos
lenguas orientales el mismo ideo- de evitar las usanzas que les recuer- héroe cortó una flor para la prince- que afirman la atemporalidad del work in
grama europeo signifique el que sien- den una herencia compartida con el sa. Su día es el 23 de abril, fecha en progress; y los trabajos perennes en la mura-
te tirria hacia un dragón. mundo hispánico. Para algunas per- que murieran William Shakespea- lla romana de Barcino (que es como los lati-
El legado de la Edad Media es sonas mayores resulta incluso ofen- re y Don Miguel de Cervantes, en nos llamamos a Barcelona), construída hará
evidente en la ciudad condal, por lo sivo que las interpelen en la vitupe- 1616. Azar que fuera intrascenden- dos mil años, en época de Augusto. De esta
cual es menestar hablar de santos, rada lengua de Góngora. Compleja te si los genios de la industria edito- manera, en la imaginaria e irreal línea cro-
dragones y doncellas. En la arqui- situación que configura la paradoja rial y floricultores catalanes no hu- nológica, el discurso de la ciudad progresa
tectura del Barrio Gótico, del Born de una ciudad cuya notoria Oficina bieran decretado que ese día era me- hacia el futuro de su pasado. UC
y el Raval, así como en el estilo va- de Turismo (publicitada con Woody nester regalar a la mujer con una
riopinto de las obras de San Antonio Allen y el Pep Guardiola), acostum- rosa y al hombre con un libro. Es no-
Gaudí, se revela el esplendor del me- bra a promocionarla cosmopolita e table cómo las avenidas se atiborran
dioevo catalán. Grandeza que fun- incluyente. La paradoja tiene hon- de floristas y libreros por San Jordi,
ge de imán para los turistas, tanto duras avivadas por hechos como que lo cual hace que las damas regresen
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jugo. Aunque en el bongo no hay guar- die quiere irse pues, de los patios de agi- co y media de la tarde. Herido y ofen- en el segundo semestre de 2010: “Puerto
dias –están apostados en los túneles–, te, es el único donde hay solo un cacique. dido, se acercó a la reja que separa los Triunfo es lo contrario a Bellavista: es lo
durante los 45 minutos que dura el reco- guardianes de los presidiarios, conocida peor, es el infierno”.
rrido, los reclusos respetan la fila, siem- — como “rastrillo”, y anunció a los gritos Llega al patio dos –de mediana segu-
pre en movimiento. Cuando hay proble- su intención de “enrastrillarse”, es de- ridad– un miércoles a las nueve de la no-
mas todos lo saben de antemano, y alre- A veces, aprovechando la abundancia cir, declararse en peligro y exigir cambio che, esposado de pies y manos. Lo uni-
dedor de los involucrados se arma un co- de presos piratas y sin mujer, una prosti- de patio: “Eso es gravísimo, porque lla- forman con un pantalón y una camisa de
rrillo, “como en una pelea de gallos”. Na- tuta ofrece su cuerpo para rifar entre los man al cacique del patio y le dicen: ‘oiga, color caqui y raya naranjada en los cos-
die interviene; si alguno lo hace los de- reclusos, “porque en la cárcel todo es po- qué es lo que pasa con este interno, cómo tados, y unas botas que, no se sabe bien
más siguen el ejemplo, y cuando eso su- sible”. La mujer envía fotos en poses pro- así que aquí no puede vivir’”. En el ras- por qué, en la prisión se conocen como
cede llegan los guardias con sus gases y vocadoras, desnuda, o casi, y con toda la trillo, mientras se hacía la investigación “las Ricky Martin”. Las botas cierran con
“todos llevan del bulto”. seriedad del caso los dueños del negocio de rigor, el hombre permaneció hasta el velcro porque están prohibidos los cor-
En el cuarto hubo una vez un hombre “patinan” por celdas y pasillos exhibién- martes, cuando amenazó con huelga de dones y los cinturones, pues muchos de
moreno, “niche”, a quien le gustaba cam- dolas y anotando en una lista a los par- hambre. Como el periódico lo había he- los presidiarios saben que no saldrán vi-
biar de patio con frecuencia y “patinar” ticipantes. Juega con la lotería de Me- cho visible afuera, las autoridades carce- vos de allí. Al hombre le asignan una cel-
por todos los pasillos haciendo negocios. dellín, y según la ocasión el premio in- larias temieron un chasco mediático. Los da que debe compartir con otros tres re-
Pagaba condena por el robo de un celu- cluye también marihuana, almuerzo, guardianes le decían que pidiera trasla- clusos y en la que nunca hay agua.
lar y le faltaban dos meses para salir li- chámber y perico: “Prácticamente el pla- do al patio dieciséis, “El Poblado de Be- Los patios son herméticas moles de
bre. Un par de semanas antes, en el patio to debe ser completo, y es normal, eso es llavista”, el “estrato nueve” de la prisión, cemento “al estilo de las cárceles ameri-
quinto, le había fiado un bluyín a un se- normal”. y él lo hizo. canas”, donde día y noche hace cerca de
ñor en dos mil pesos. El tiempo pasaba y A las nueve o diez de la mañana del 35 grados de temperatura. La comida no
el señor no saldaba su cuenta, entonces día pactado, la mujer entra a la cárcel — está mal pero el agua llega dos veces al
el “niche” lo citó en el bongo. Mientras como una visita normal, vestida nor- día, tibia y turbia, y el servicio médico
circulaba la fila, el “niche” apuñaló en el mal, y a la tarde aban- El patio dieciséis es es precario porque ningún profesional
cuello al señor, que ante los ojos de los dona la cárcel junto a de máxima seguridad. de la salud se amaña en esas tierras leja-
reclusos se desangró lentamente hasta novias y esposas, nor- Fue construido como nas y de aire “malsano”. Los programas
morir. Los reclusos patinaban en la san- mal. Como ella, es nor- A las cuatro anexo –lejos de los de- de redención de penas son pocos, como
gre mientras desfilaban por la escena del mal que otras prostitu- y media de más patios y diferente pocos son los empleados, pero las solici-
crimen, porque pase lo que pase la fila tas pidan a algún pre- a ellos en todo– para al- tudes de permisos y libertades condicio-
del bongo nunca se detiene. so que las incluya en la la mañana bergar a quienes cobijó la nales se tramitan más pronto que en Be-
lista de visitantes, para comienza el Ley de Justicia y Paz. Sus llavista.
— entrar y hacer su día en tres pisos están habita- A las seis de la mañana todos los re-
la cárcel, dada la nece- día, y todos, dos por cerca de cincuen- clusos son sacados de sus celdas, y, bajo
El patio cuatro es un edificio de cua- sidad. Como con la rifa, excepto los ta reclusos, entre guerri- el sol, obligados a permanecer hasta las
tro pisos, pero solo ocupa tres porque el en este sentido la cosa lleros, paramilitares y al- cuatro de la tarde, cuando vuelven al en-
último, antes conocido como La Guya- es seria, pues la visita que pagan gunos delincuentes co- cierro de sus celdas. Uniformados, nu-
na –lugar de castigo–, fue adaptado para es sagrada como pocas al cacique munes. Las “celdas”, una merados y vigilados, los presos matan el
recibir delincuentes bellanitas. Los pa- cosas en esa cárcel don- por preso, son “apartaes- tiempo en medio del calor: “para el co-
sillos y celdas no se cierran nunca, por- de a las prostitutas, nor- un impuesto tudios” con baño, ducha, mún de los presos un día es nada y se la
que en el exterior no caben los presos:
fue construido para aproximadamente
malmente, se les dice
taxis.
para dormir lavamanos, cocineta, la-
vadero, sala comedor,
pasan sentados por ahí, recibiendo sol o
durmiendo en un corredor”. Las visitas,
250 y hoy lo habitan cerca de 1.700. La hasta tarde, cama y un armario. La una vez al mes, son la única oportunidad

Postales de Bellavista
necesidad lo ha transformado hasta casi — comida es más abundan- que tienen de cambiarse el uniforme por
derrumbarlo: está lleno de cambuches y
tienen que te y mejor, y los presos su “ropa de civil”. Los visitantes son reci-
de agujeros que los reclusos han abierto Los demás patios de levantarse. tiene su propia bibliote- bidos en un patio dispuesto solo para ese
para dejar que entre el aire y vigilar lo Bellavista son “especia- ca, sus propios centros de fin al que no se puede entrar nada, y los
por Paula Camila O. Lema que sucede afuera.
Como los demás patios de agite, está
les”, y sus reclusos nun- atención médica y odon-
ca se alimentan de la misma comida del tológica, sus propios talleres y progra-
implementos de aseo deben ser enviados
al penal por correo certificado.
despierto las 24 horas. A las cuatro y me- bongo. El once es para empleados del go- mas de disminución de penas: ningún
dia de la mañana comienza el día, y to- bierno y no pasa de 200 internos; no se preso del patio dieciséis tiene necesidad —
Ilustración: Cano dos, excepto los que pagan al cacique un roba, no se mata, pero de todas formas de mezclarse nunca con los de los demás
impuesto para dormir hasta tarde, tie- se puede conseguir cualquier cosa. El patios y para no perder el privilegio, “to- A la mesa de un restaurante, en un

A
nen que levantarse. Se desayuna a las diez es el de los viejos, mayores de sesen- dos marchan como un relojito, como pi- pueblo caliente, húmedo y pegajoso, un
cinco y media, se almuerza a las nue- ta años, y lo habitan menos de un cen- sando algodón”. hombre recuerda su vida en el presidio.
las cinco y media de la tar- sus compañeros y remitido a la cárcel en cualquier momento. “Allá cada cual pasillo, y a ellos, allí, otros reclusos co- ve y media, se come a las dos de la tar- tenar de reclusos que pasan los días es- El calor empieza a derretir la entrevista
de de un miércoles de fi- de Puerto Triunfo por un director recién tiene que respetar, sin importar quién nocidos como “cachorros”. de. En la mañana y la tarde salen del pa- cuchando radio y jugando cartas o domi- — en el preciso momento en que recuerda
nales de noviembre un llegado, donde pasará sus últimos cin- sea, pero también cada cual, cuando le Cuando hay tropel todos los presos se tio quienes necesitan atención médica nó. El seis, el de la comunidad terapéuti- la tarde que le notificaron libertad “con-
hombre cruza la puerta co meses de encierro como el preso 888. da la gana, le falta el respeto al que sea”. involucran; están curtidos de calle y de y quienes para reducir su pena validan ca, es para aquellos reclusos que duran- Es medio día en el patio dieciséis. El dicional”. El hombre no suda una gota,
del patio cuatro de la cár- Seis meses después, en un pueblo calien- Todo es un negocio, y los negocios es- violencia y cuando no, la cárcel entrena la primaria, aprenden ebanistería o ha- te dos meses han participado en las pre- hombre está haciendo gallinas de ma- pero ahí, en el preciso momento, llora.
cel Bellavista. Viene de te, húmedo y pegajoso, sentado a la mesa tán escritos en piedra: se transan sema- en la práctica. Si alguien queda debien- cen algún curso: tres días de estudio o comunidades de los demás patios; si sus dera en su taller cuando escucha a los Cuando todo ha terminado ofrece para
pasar los últimos diez años de su vida de una parada de carretera, y sin gran- nalmente y lo que se debe se paga: “uno do será llamado a cuentas en un rincón de trabajo equivalen a un día menos de intenciones son sinceras, el interno irá al guardias pronunciar sus nombres y ape- la venta una gallina de las que apren-
en la calle, ahora encuentra una soledad des alegorías, el hombre dará su testimo- allá tiene que ser honrado, tiene que lejos de los ojos de los guardias, y si la encierro. Luego, entre cinco y seis de la patio seis y allí convivirá durante diecio- llidos. Le dicen que tienen cinco minutos dió a hacer en Bellavista, da las gracias,
similar en el umbral de un pasillo de la nio de la vida en el presidio. ser responsable, tiene que ser hombre y vuelta es con chuzo, el otro habrá de te- tarde, los presos regresan a sus celdas y cho meses con otros cuarenta internos para empacar porque sale en remisión dice a la orden. Tras despedirse, toma-
cárcel. El pasillero, bajo órdenes del pa- marchar como hombre y hablar como ner chuzo también. Por eso se dice que pasillos, que pueden rondar a su antojo mientras recibe “tratamiento terapéuti- para otro centro penitenciario. Le dicen rá un bus con dirección al pueblo en que
trón del patio, le pregunta quién es y si — hombre”. “uno en la cárcel no tiene amigos”, sino hasta las ocho. Después, encerrados en co”. El trece es para los presos que traba- que es en serio, que se apure. El hombre vive con su mamá. Se sentará con ella a
tiene con qué pagar dormida –celda, ca- Las visitas son los fines de semana. conocidos que están en la buena, porque el pasillo, esperan que vuelva el día para jan en el “rancho”, como le dicen al lugar se entera de que será enviado a la prisión la mesa, trabajará la madera, ofrecerá
marote, “carretera”–. Como no tiene, se La cárcel Bellavista es el Estableci- Del preso que visitan durante un tiem- en la mala se esfuman. “Esa es la vida de que todo empiece de nuevo. donde procesan los alimentos, y se los ve de máxima seguridad de Puerto Triun- puerta a puerta sus gallinas. Parecerá,
acomoda en el pasillo junto a medio cen- miento Penitenciario y Carcelario de po y después olvidan se dice que “le co- cárcel, y esa es la cárcel, y eso es real, y En los intervalos tediosos los presi- siempre de blanco, con mallas y cachu- fo, en predios de la Hacienda Nápoles, entonces, como si en verdad su vida hu-
tenar de presos. Tendrá que esperar a Medellín pero queda en Bello. Sobre ella gieron la curva”, y al que nadie visita le eso es normal, porque en la cárcel todo diarios juegan cartas, dominó, ajedrez chas. inaugurada tras la bendición de un cura biera regresado a la normalidad. UC
que sean las nueve de la noche y la ac- dice en la página oficial del Inpec: “con dicen “pirata”. Los que sí tienen dolien- lo que ocurre es normal”. y microfútbol. El patio huele siempre a Hay, además, un anexo para enfer-
tividad se modere para poder dormitar, orgullo se puede decir que es el Centro tes están autorizados a recibir a diez per- marihuana y a cigarrillo, y todo el día re- mos mentales en el que conviven una
porque allí nadie duerme. de Reclusión más pacífico de Latinoa- sonas, tres por visita. Los domingos son — tumba la música –vallenato, salsa, guas- veintena de reclusos. La enfermera, que
Custodiado por los guardias debió mérica”. Fue abierta hace 35 años para las visitas conyugales femeninas y los sá- ca–: “hay partes donde uno no puede ni “también debe estar loca”, les suminis-
atravesar una puerta de diez metros por dar cabida a 1.700 presos y hoy alberga a bados las masculinas, porque “también En Bellavista las deudas siempre se hablar, y no se puede decir nada”. A ve- tra drogas y hace las veces de madre. Se
cinco, y reparar en un letrero entre cíni- cerca de 7.300. La imagen del hombre es hay mucho preso que le llega su esposo, pagan, y “a cualquiera lo pueden matar ces toman chámber, un licor artesanal sientan, caminan, cantan rancheras, de-
co y cordial que reza “Bienvenidos a Be- la de un pueblo con dieciséis patios que su amigo, y es normal y es muy respeta- por un fósforo”. Las cuentas se arreglan que los dueños del negocio elaboran con claman poesía, miran fijamente al visi-
llavista”. En el lugar conocido como “el hacen las veces de barrios del “estrato ble”. El primer domingo de cada mes es en el “bongo”, como le dicen al lugar fruta o jugos podridos, azúcar y levadu- tante para pedirle cigarrillos, y de vez
túnel” ha tenido que esperar la entre- uno al nueve”. Cuatro de ellos –el dos, el la visita de los niños, casi una fiesta, y el donde se distribuye el alimento. Cada ra, descomponen con tornillos y hier- en cuando negocian con carros, fincas,
vista con la junta de patios; luego, en lo cuarto, el ocho y el quinto– se conocen patio se decora con globos y los internos patio desfila por su comida, y es indis- ven con lo que tengan a mano. Algunos aviones y barcos imaginarios. Viven do-
que se conoce como “el tren”, los recién como los del “agite”, porque “en el mo- se disfrazan de payasos y reparten torta. pensable, para evitar trifulcas, que ja- leen en la biblioteca del patio, los más pados y, a decir del hombre, “son inter-
llegados se han repartido por los patios mento menos sospechado cualquier cosa La autoridad son los reclusos porque más se crucen allí los habitantes de dos acomodados matan el tiempo en sus cel- nos que prácticamente han matado y
asignados. Para salir de allí, treinta y puede pasar”: una asonada, un tropel, los guardias son apenas cuatrocientos. patios distintos. Los “parlantes” –presi- das, enfrente del televisor y del ventila- han comido del muerto”.
cinco meses después, no en libertad sino una huelga de hambre, una “volante” – Al señor que manda le dicen “cacique”, diarios que hacen las veces de comunica- dor, y los que están afuera eluden la caca
en remisión a otro penal, tendrá que que es cuando guardias armados de pe- y hay que pedirle permiso hasta para dores– anuncian con algún gesto la hora de las palomas “porque si a vos una palo- —
atravesar catorce puertas. rros y gases entran a requisar cada rin- dormir: “lamentablemente en la cárcel de la alimentación; a eso le dicen “sonó ma te caga, te hacen la bulla más verraca
Reseñado con el número 277707, re- cón–. En esos patios se juntan delincuen- vos no sos dueño de vos, y como vos en el bongo”. Los reclusos atienden el lla- y te gritan: cagao, cagao, cagao”. En los Por haber creado el periódico y pro-
sidirá quince meses en el patio cuarto y tes de todo tipo, cerca de 5.500, según el la cárcel no valés nada, no podés decir mado con prisa: todos quieren llegar pri- entreactos, el parlante notifica diligen- movido la rehabilitación al hombre lo
otros quince en el dieciséis. En el cuar- hombre. nada”. El don tiene alrededor suyo una mero a ese inmenso salón y, bien enfi- cias, audiencias y libertades. A veces hay tildaron de sapo, y un día lo hicieron
to dejará el bazuco y creará para los re- “En la cárcel todo es prohibido, pero cohorte de reclusos que lo protegen y se lados, entrar a alguno de los cuatro tú- peleas, a veces hay volantes, y hay que desfilar por el pasillo para recibir gol-
clusos un periódico y una comunidad todo se puede”. Las reglas de juego son encargan de hacer cumplir sus órdenes: neles en que otros reclusos redimen su estar siempre alerta, pero del cuarto na- pes de todos los internos. Eran las cin-
terapéutica. Será castigado por ello por estrictas pero están prestas a romperse los “pasilleros” le rinden cuentas de cada condena llenando cocas con sopa, seco y
5 habitaciones
Cervecería Cuervo
8 número 34 / mayo 2012 número 34 / mayo 2012 9
escritores
homenajes
Truman Capote Por Guillermo Cardona por Juan Hincapié

S
“Soy alcohólico, soy drogadicto, soy ho- que, a sangre fría, conforman una de las les el propio Truman Capote es en una in educación académica, pobres Con el éxito el mayor de los Cuervo De la cervecería Cuervo en
mosexual, soy un genio”, decía Truman obras más vigorosas de la literatura es- inmensa mayoría de los casos, también -“muchas veces no se encontra- no olvido a su amigo de infortunio en la Medellín solo queda un libro de
Capote, el irreverente y cáustico hijo de tadounidense de la última mitad del siglo protagonista y estrella del relato, pese a ba en su casa para comer”-, sol- guerra; y estando Hincapié ya en Mede- contabilidad con cartas comercia-
Nueva Orleans que le confesó a Marilyn XX. Sus libros reúnen por igual cuentos, considerar bastante penosa la tarea de teros, virginales, cultos, viaje- llín le ofreció la franquicia de la Cerve- les de un tal: J.M. Vargas V. El de-
Monroe, adorable criatura, que él lo que relatos, semblanzas y apuntes de viaje, enfrentarse todos los días con una hoja ros, cerveceros y hasta santos, según ra en esta ciudad a su hijo mayor, Juan cir de Fernando Vallejo al cono-
realmente quería ser en la vida era baila- llenos de inteligencia y buen humor, don- en blanco, rebuscar algo entre las nubes Fernando Vallejo; así fueron los herma- Hincapié. Así nació la Cervecería Cuer- cerlas fue “si tiene errores de or-
rín de tap. Es fácil imaginarlo en la habi- de lo sórdido y lo trivial se suceden con y traerlo aquí abajo. En su obra, todo vo en Medellín en el año 1870. Para la fe- tografía, sí son del Terrible”, y sí
nos Cuervo: Ángel María y Rufino José.
tación de su casa en Hamptons Beach, naturalidad, a caballo de una prosa limpia está por descifrar, porque el entronque Ángel combatió en la guerra civil del cha Leopoldo otro de los hijos del Gene- que los tiene. Vargas Vila también
con gabinetes y repisas para guardar y fresca. Creador del género de la no fic- final de la trama siembra el gusanillo de 60, una de tantas del siglo XIX en estas ral Hincapié, vivía en casa de los Cuer- tuvo tratos comerciales en esta
las innumerables y sólo a veces valiosas ción, siguió confundido y confundiendo a la duda. A lo mejor todo tiene una expli-
tierras, en ella conoció al General Do- vo en Bogotá y estudiaba medicina. Eran historia.
chucherías que compraba en sus viajes. todos por esa senda en la cual el lector cación más sencilla y tenebrosa, como al
mingo Hincapié, quien siempre se la- familias afines en oficios y partidos. La cervecería Cuervo en Bo-
Ahí, en esa cama, con su mesa de traba- nunca sabe distinguir entre la verdad y la final de Féretros tallados a mano, cuando
mento de perder su fortuna en manos de En un principio las instalaciones de gotá fue vendida por los herma-
jo, con cientos de lápices afilados, lejos invención. Fue además un buceador de el hierático Bob Quinn explica las extra-
los Liberales triunfadores. La guerra, la la cervecera en Medellín fueron en Pa- nos Cuervo a finales de la déca-
del bullicio de Nueva York y los hoteles nuevas formas de narrar sus historias, ñas muertes de los diez integrantes de
pobreza y el resentimiento terminaron lacé con Perú, pero las buenas aguas de da de 1870. El dinero les alcanzo
y los estudios de cine y los talk shows con diálogos sucesivos que dejan en- la comisión del río Azul, asegurando que
por unirlos. Santa Elena motivaron llevarla al corre- para vivir holgadamente el resto
de televisión, debió imaginarse y escribir trever un dominio total de la técnica del fue la mano de Dios, “Su voluntad”.
y pulir y corregir los cientos de escritos reportaje, la crónica y el cine, en las cua-
Ángel tuvo éxito al crear una cerve- gimiento. Por los problemas que impli- de su vida en Paris. Ángel Murió
cera en Santa fe de Bogotá cuando co- caba el transporte desde la montaña re- en 1898 y Rufino en 1912.
rría el año de 1867. Allí lavaba las bote- tornó a la ciudad para ocupar la vieja ca- En la Librería Los Libros de
Por Sergio Álvarez llas, y él mismo hacía la cerveza; mien- sas donde hasta hace unos años funcio- Juan, en Medellín, se conservan
Wiliam Faulkner tras Rufino hacía de cobrador entre nó el DAS, en la Calle Ayacucho. Aun se dos fotos inéditas y algunas car-
Siempre he pensado en William de su novela Fabula pegado en las hombre contra los deseos que exigen chicherías y borrachos, dedicado a re- ve el portón ancho hecho para el paso tas de Don Rufino José Cuervo, el
Faulkner como en una especie de paredes acrecienta mis sospechas. ser saciados. Esas hojas pegadas en coger el dinero y tonar notas para sus de las carretas con los toneles. La cerve- libro de cuentas de la cervecería
pastor protestante que se dedicaba Tal vez, detrás del hombre de campo los muros podrían ser imágenes de “Apuntaciones críticas sobre el Lenguaje cería cerró sus puertas a finales del año y las etiquetas de las botellas ex-
a escribir para exorcizar los fantas- que a veces se convertía en libertino Cristo o frases contundentes para Bogotano”. 1895. puestas al público. Y al tiempo. UC
mas pecaminosos que le carcomían en Hollywood, sí existía un predica- mantener viva una fe. Mirando una y
la imaginación. Los personajes ator- dor acosado por la vanidad, la lujuria otra vez la foto, me queda más fácil
mentados y crueles de sus novelas y la violencia. Esa cama escueta, la imaginarlo rezando, que retozando
están teñidos de culpa, de desampa- mesa sencilla y la ausencia de deco- con Meta Carpenter Wilde, la hermo-
ro y de una agresividad social nacida rado son profundamente religiosas. sa secretaria de un estudio de cine,
del prejuicio y el exceso moral. Esta Solo un lugar tan limpio puede alber- con la que durante años, le fue infiel a
habitación de monje, con el esquema gar la incesante lucha interior de un su abnegada mujer. la. El método utilizado para encon- dre en la cocina, medio dormida al paré ahí, agregué mi nuevo oficio al su-
trar el punto óptimo de la cerveza me lado de las botellas de vinagre, con la mario de mis títulos inconclusos. Lle-
dio la idea para hacer mis notas: ano- diferencia de estar Ángel caminado gué a presentarme sin vacilación con la
taba Ángel la fecha de inicio del pro- de un lado a otro, alzando los brazos siguiente expresión “Soy Rufino Cuer-
Víctor Hugo Por Pablo Montoya
ceso y éste detallado en cada paso en y pasándose las manos por la cabeza vo, cervecero y filólogo, antes que nada
Víctor Hugo escribía de pie. Un alto poco cursis, y en la que no aparece el y sombría de la Plaza de los Vosgos, una ficha en la cual incluía la califica- en abierto conflicto con la cantidad lo primero.”
pupitre, al lado de la ventana, en su pupitre y la cama esenciales, es arduo en la que el escritor se sentía habitar ción que daba al resultado. Para mis de envases de cerveza acumulados en
habitación de la Plaza de los Vosgos, imaginar algo de la grandeza literaria en los núcleos excelsos de la realeza. Apuntaciones hice lo mismo; creé un la bodega. Me vio Ángel y con mirada —
con tintero y pluma de la época, lo o los intríngulis íntimos del escritor. Entre una habitación y la otra se tejió sistema de fichas con todas las anota- de soldado abatido me dijo “No puedo
atestigua. Desde él, estuviese en Pa- Pero hagámoslo y evoquemos tan un itinerario de proyectos artísticos ciones usando una palabra por tarje- sólo Rufino, debemos contratar perso- Disfruté sintiéndome útil y vino
rís o en el exilio, y entre las pausas de solo la agitación romántica de las sá- casi todos milagrosamente realizados. ta y comparándola luego con los ejem- nal y no estoy seguro que podamos cu- pronto la recompensa; mis recorri-
su escritura caudalosa, él miraba un banas y los almohadones y unas hojas Un crecimiento político que partió de
afuera escurridizo de hombres y de manuscritas en esos tálamos sosteni- loas a la monarquía y culminó en la por Marco Mejía plos que extraía de los clásicos; Eze-
quiel me ayudó años después a perfec-
brir estos nuevos costos.” Sentí como
si un ángel me hiriera con su espada,
dos entre la entrega y el cobro me pu-
sieron en contacto con lugares y perso-

E
olas. Víctor Hugo dormía en una cama dos sobre portentosas maderas. Son práctica de un republicanismo utópi- cionar la técnica organizando en una reviví mi deplorable pusilanimidad y nas que de no haberme involucrado en
que hoy llamaríamos sencilla. Y desde dos, en realidad, las piezas hugueanas co. Entre cama y cama, una sucesión n las minas era costumbre en- caja de cartón los temas que investiga- algo, como una bofetada en mi ser, sa- el negocio jamás hubiera sabido de su
esa alcoba salían pasos que condu- que es aconsejable visitar. La solitaria de llantos de amor, de templanza ante tre los obreros el consumo de ba en cada vocablo. cudió mi indecisión, y así como des- existencia. Sacaba mi tiempo para es-
cían, con la frecuencia de los faunos y luminosa de Guernesey: allí Hugo las persecuciones y las alabanzas y el chicha, no sólo para saciar la Lenta pero con paso seguro la cer- ciende un emperador del trono, abdi- cuchar sus conversaciones, descubrí
palpitantes, a los lechos de su espo- acostumbraba cerrar los ojos para es- inmedible espectro de sus coitos pro- sed, sino para perder la cabe- veza fue logrando aceptación, prime- cando de su orgullo para dar la mano expresiones naturales, plenas de sig-
sa, su amante oficial y sus sirvientas. cuchar la voz de Dios y luego se ponía líficos. Entre sábanas y plumas, por za. En Bogotá las chicherías abundaban ro en un círculo muy restringido entre a un hombre cualquiera, bajé y agru- nificado que empecé a recopilar; así
En esta fotografía de museo malo- a enviar sus mensajes solidarios a los supuesto, la obra, tan vasta como el pero no las frecuentaban los más pu- los amigos y conocidos y luego, propa- pando una docena de botellas dije “Lo que en el trámite del negocio empecé
grada, con sus bermejos y caobas un miserables del mundo. Y la angosta mar y la tierra, que aún leemos. dientes y el vino o el brandy traído de gada su fama, en las fondas y taber- haré yo.” Cortante y contundente fue a demorarme más de la cuenta, porqué
Europa se agotaba en pocos días. Hacía nas. Ángel lo hacía todo: producción, mi frase. Se quedó Ángel atónito vién- agregué- y lo puse ya permanentemen-
falta una bebida que, sin ser chicha ni embotellamiento, tapado con corchos; dome como me perdía en la puerta del te- mis pesquisas sobre los usos del ha-
Flannery O’Connor Por Fernando Mora Meléndez limonada, satisficiera con nobleza los distribución, cobro, lavado de barri- sótano. bla que en boca de la gente del común
gustos en los salones y tabernas. Así na- les y botellas. En ese círculo giraba, Una ráfaga de felicidad se apode- fui descubriendo, admirado del inge-
¡Oh Connor! ció la cervecería. mientras yo, como siempre inoperan- ró de mí; consideré un triunfo mi pri- nio y lo acertado de sus usos. Encontré
Más débil que un flan en la tormenta te, estaba en la academia, con absolu- mera entrega y vine por más. Crecía el un espacio de aprendizaje en las tien-
El cuerpo de Flannery avanza a trompicones por el cuarto. — to consentimiento de Ángel que no me asombro de Ángel que no pudo modu- das de las cuales me volví adicto, has-
Pone las muletas a un lado como si fueran el exvoto anticipado permitía ayudarle en sus faenas: “Us- lar palabra, y terminé aquella noche ta que mi asidua presencia se convirtió
Por sobrevivir a su último relato: En ese sótano montó Ángel la inci- ted a lo suyo Rufino y yo a lo mío, y con el efecto de sentirme digno en tan en paisaje, y terminé dueño de una in-
Prófugos varados y fanáticos sureños cruzan piente fábrica de cerveza y se metió a llévese ésta idea en su cabeza: lo mío elemental tarea y con los días me hice visibilidad que usufructué hasta el can-
Las secas planicies de sus páginas. investigar cuánta literatura existía so- es para que usted haga lo suyo.” digno del orgullo de ser cervecero; al sancio. Accedí asimismo a incursionar
Un amargo regusto en sus palabras la redime de sus penas. bre su elaboración. Ardua tarea por- El imprevisible éxito desbordó su principio percibía ciertas miradas sus- en la contabilidad y me hice experto en
Escribir es traicionar al mundo en que se vive que la hizo en solitario. Después de mu- capacidad y lo vi al final de una tarde picaces, o alguna salida socarrona en aquello que antes era para mi alfabeto
Y ver sufrir a sus héroes es una forma de alivio. cho leer y luego experimentar, después desesperado y ofuscado, soltando ra- algún paisano pasado de tragos como indescifrable. UC
Dormida se ha quedado encima de una biblia rota.
de mucho errar y sobre la ceniza rena- yos y centellas: el sótano tronaba. Me la que escuché en boca de cierto rival
Ahora flota sobre una balsa, del Missisipi hasta Illinois, cer, después de encontrar el procedi- asomé discreto por las escaleras que de mi padre, que dijo, como para que
Para entender otra vez, lejos de casa, miento que logró recopilar entre ensa- daban a la parte baja y le contemplé, todos oyeran: “Vean en lo que han pa- Tomado de la novela Cuervo.
Que un hombre bueno es difícil de encontrar. yo y ensayo, descubrió por fin la fórmu- tal como una vez, descubrí a mi ma- rado los hijos del doctor Cuervo.” No Marco Mejía. Otraparte Editores. 2011

Por Pascual Gaviria


Marcel Proust
Proust describió sus habitaciones viendo el mundo desde su arca, do en un armazón de papeles super-
como arcas, nidos, jaulas, urnas. “a pesar de que estaba cerrada puestos que darían para siete tomos.
Cada nuevo cuarto le imponía los y de que la noche reinaba sobre Había descubierto un mundo fasci-
esfuerzos propios de adaptarse a la tierra”. Llegó al extremo de fo- nante de las ventanas para dentro:
un nuevo país: “Sé lo que puede rrar con corcho las cuatro paredes “Mi pequeña Louisa, llevo una vida
sufrirse las primeras noches mien- de su apartamento en el bulevard fantástica. Ya no salgo nunca, y me
tras nuestra alma está sola y debe Haussmann. No a la manera de un levanto a eso de las once de la noche,
aceptar el color del sillón, el tic- pájaro armando su nido, sino de un cuando me levanto. Lo que me con-
tac del péndulo, el olor del cubre- insecto receloso cubriendo su cue- suela de que usted no esté en París
piés…” El asma lo obligó muchas va. Tenía ocupaciones distintas a la es que si estuviera no la vería nunca;
veces al encierro, a la introspec- simple visita al espejo o la distrac- siempre merced a un ataque imprevis-
ción, a la memoria y la neurosis. ción con el fuego de la chimenea. to, ya no me atrevo a concertar una
Alcanzó a compararse con Noé, Sus libretas se estaban convirtien- cita. En fin, una vida encantadora.”
10 número 34 / mayo 2012 número 34 / mayo 2012 11

Los veintisiete golpes


De cómo se rompieron los lazos familiares en Bojayá

por Alfonso Buitrago Londoño


Fotografía Adrián Franco

L
a muerte de 119 seres humanos, La segunda hija, Mercedes, murió con
ocurrida el 2 de mayo de 2002 en su hija Yarleisis, 8 años, hija de Élmer Mar-
Bojayá, todavía produce estupor, tínez, “Papito”, y con Angie Carolina, “Me-
indignación y rechazo. Hace nue- llita”, 18 meses, que era hija de José Virgi-
ve años, en la introducción de la lio Machado, quien quedó con dos hijos vi-
investigación periodística El bordado de la vos Ceneida, 4 años, y José Eduardo, 18 me-
vida y muerte de un pueblo*, realizada a pro- ses. Mercedes tuvo dos maridos y Élmer,
pósito de la conmemoración del primer ani- por su parte, tuvo tres mujeres: Mercedes,
versario de la masacre de Bojayá, teníamos Luz Mary y Yeny Adriana. De ellas perdió
el convencimiento, sin embargo, de que dos: Mercedes y Yeny y de las tres perdió
esos sentimientos por sí solos no arrojaban sus hijos: Yarleisis, John Fredy, 8 años, hijo
luces sobre lo que había pasado y grababan de Luz Dary, y Elena, 6 meses, hija de Yeny.
en la conciencia colectiva una cifra que no La tercera hija, Elvia, murió con sus dos
ofrecía respuestas a la violencia. hijos: Moisés, 2 años, y “Niñito”, 2 meses.
El caso de la población de Bojayá era “Chilapo”, como le decían a su esposo, se
particular porque, al contrario de otros quedó sin esposa ni hijos.
pueblos que han sido destruidos por la gue- Emiliano y Ana Cecilia, el segundo ma-
rra, su destrucción no fue tanto física como trimonio de la primera generación de los
espiritual. ¿Cómo entenderla? Del total de Palacios, tuvieron 6 hijos (4 mujeres y 2
víctimas, logramos identificar los lazos fa- hombres). Uno de ellos también murió: Ja-
miliares de 80 de ellas, que pertenecían a milson, 7 años. Los 5 que sobrevivieron:
24 familias. Baldomiro, Luz Dary, Luz del Carmen, Yis-
En la familia extensa negro-Pacífico los ney y “Pascuala” quedaron huérfanos y sin
hijos son la primera línea de fuerza de la fa- un hermano. Luz Dary, a su vez, perdió a
milia, que gira alrededor del padre. En la su hija Daisy, 5 años, fruto de su unión con
segunda línea están los tíos y los sobrinos, Benjamín, quien también perdió a Hercilia,
que actúan a favor de la madre. En tercer 9 años, que tuvo con Orfelina. En total 27
lugar están los abuelos paternos y maternos golpes en una sola familia.
equilibrando las fuerzas. Por último, están La pipeta arrojada por la guerrilla de las
los demás parientes que refuerzan el poder Farc sobre la iglesia de Bojayá rompió en
de la madre. Si muere el padre, salta un hijo pedazos los lazos familiares de los Palacios
y asume el papel. Igualmente, si muere la y de otras 24 familias. Abuelas y abuelos,
madre, una hija restablece el equilibrio. madres y padres, hijos y hermanos, huérfa-
De las 24 familias identificadas, los Pa- nos y viudos, vecinos y amigos, que habían
lacios sobresalen por el impacto de su tra- tejido por generaciones la vida de un pue-
gedia. ¿Qué sucede cuando una familia, blo. Al ver en su árbol genealógico cada una
como la Palacios, pierde de un golpe a vein- de esas rupturas, con los mismos ­— o aun
tisiete de sus miembros? con mayor— estupor, indignación y recha-
zo, se entiende mejor lo que pasó hace diez
Los golpes años en Bojayá. UC
Ese 2 de mayo murieron veintisiete per-
sonas ligadas a los Palacios. De la primera
generación murieron Benjamín, “Mochito”,
46 años, y Emiliano, 53 años y sus esposas Arbol Genealógico
Rosalba Chaverra, “Quiriquilla”, 44 años, y Las líneas horizontales que conectan dos
Ana Cecilia Chaverra, 40 años, respectiva- individuos indican un matrimonio [en el caso
mente y primas entre sí. de la familia extensa afrodescendiente del
Benjamín y Rosalba tuvieron 11 hijos Pacífico colombiano pueden representar
(7 mujeres y 4 hombres) y murieron 8 (seis uniones de hecho]; las líneas verticales
mujeres y dos hombres): Luz del Carmen, indican la progenie del matrimonio. Las
cruces señalan los fallecimientos (Tomado de
25 años; Mercedes, “Fiestera”, 22 años; El- Servicio a domicilio
Lunes a sábado
Genética Moderna de Francisco Ayala y John

Girardot
via, 20 años; Emerita, 13 años; Rosalba, 10
años; Crescencio, 8 años; Yesenia, 6 años; Kiger. Fondo Educativo Interamericano, 1984,
pág. 70). Cigarrería
Venta de licores y confitería
Víctor, 4 años. Los 3 que sobrevivieron: El-
vis, Benjamín y Yusnay quedaron sin pa-

Cra 43 Nro 52-65


dres y sin 8 hermanos. *Investigación realizada por los periodistas
Luz del Carmen, la primera hija de Ben-
jamín y Rosalba, murió con sus 5 hijas:
Nectalí Cano y Alfonso Buitrago y el fotógrafo
Fredy Builes, publicada por el periódico El
**José Eduardo y
Angie Carolina eran
Cerveza Tels. 239 5180 - 239 6044
Geidy, Raquel, Yaseira, Eisy y Eida. Su es- Mundo el 30 de abril de 2003. mellizos
poso Heiler perdió a toda su familia.
“Generalidades como la omnipresencia del ladrillo
a la vista, la teja de barro, la colorida decoración de los
balcones. Particularidades como los antejardines florecidos
y los grandes balcones que encontramos en las casonas
sobrevivientes de Belén, Buenos Aires, Laureles o Robledo;
la arquitectura simple y repetitiva de las casas de San Joaquín,
Aranjuez o Castilla; las calles estrechas y curvilíneas
de San Javier, Popular o Manrique alto, con sus escalas
infinitas y sus fachadas caóticas, heterogéneas, personalizadas,
en permanente construcción”.
Daniel Carvalho.

Poblado Robledo Manrique Popular

3/16 Valentina Canseco 11/16 Valentina Canseco 9/16 Valentina Canseco 14/16 Valentina Canseco

Medellín al sol y al agua


Valentina Canseco
Grabados en placas solares
tinta negra sobre papel
Serie de 48 grabados de las
16 comunas de Medellín

2011

Medellín al sol y al agua* es una obra interdisciplinaria que busca,


desde una mirada artística y urbanística, suscitar reflexiones sobre el
valor patrimonial de la ciudad. A través de recorridos por los diferentes
barrios y comunas de Medellín se plasman perspectivas que hacen
visibles las particularidades estéticas, que interrogan nuestra relación
con el espacio cotidiano. Arte Central
* Valentina Canseco y Daniel Carvalho, Beca de Creación, modalidad Dibujo y
grabado, Alcaldía de Medellín, 2011. www.facebook.com/MEDELLIN.solyagua
14 número 34 / mayo 2012 número 34 / mayo 2012 15

Caído
del zarzo
Elkin Obregón S.

INEXISTENCIAS

1 A los cien años de la muerte de Rafael Pom-


bo, casi todos los elogios apuntan a sus ver-
sos infantiles. Versos que en rigor no son suyos,
simplemente los tradujo del inglés, y hasta creo
que por encargo. Sus versiones son estupendas,
pero son eso, versiones. Por cierto, fue además
un gran traductor de poetas franceses, ingleses,
norteamericanos, italianos. Todo se nos queda
en alabar a Simón el Bobito. En realidad se llama
Simple Simon. Y así, los demás…

2 Muchos caen en eso, pero no escribió Jorge


Isaacs una novela llamada La María. Se lla-
ma así, con artículo adelante, un hospital para
tuberculosos en Medellín. El nombre, sospe-
cha uno, se inspiró en la heroína de Isaacs, cuya

Palabras de fuego
muerte la leyenda popular atribuyó a ese mal.
No lo dice el libro, sin embargo, donde no se es-
pecifica la enfermedad que consumió a la dulce
judía, novia de Efraín y, en algún momento, de
El teatro anarquista de La Barca de los Locos toda América. Me incluyo.

por Mauricio Hoyos 3 “Todo vale nada y el resto vale menos”, reci-
tan los jubilados en sus bares y cafés, al calor
del anís de Legrís, citando a León de Greiff. Nun-
ca escribió esto el cantor de Bolombolo. “Todo
Fotografías Bibiana Ramírez no vale nada si el resto vale menos”, se lee en su
poema Balada de la fórmula definitiva y para-

L
Sorprendía que fueran tan descono- cargado, y los tres actores se aproxi- nardo. En el parque no leen el manifies- tas por varios grupos en Me- cho tiempo, murió de sida. Otros es llevado a escena y ellos lo zaran- dojal, dedicado a Jovica y a Tisaza, compañeros
a primera vez que vi a Bernar- cidos, aunque no en las viejas salas de man al centro de la rotonda. Hay seis ve- to pero lo reparten en fotocopias. Les dellín (el Taller de la Universi- han corregido su rumbo porque dean, lo ponen y lo disponen ha- panidas.
do Ángel tenía un maletín de
viaje en la mano y una pañole-
Medellín, pues en todas los conocen.
Pero su verdadero espacio es la calle. Y
las instaladas en los márgenes del esce-
nario. Ya han enrollado el letrero rojo
llaman “manifiestos”, pero son más bien
poemas. En ellos no explica las obras,
dad de Antioquia, que después
sería la Facultad de Teatro, el grupo
quieren tener uno y el teatro no lle-
va a ninguna parte.
ciéndolo partícipe de ese vértigo.
Cuesta aterrizar, pero no siempre 4 Otras inexistencias. Aunque se lee algo pa-
recido, “Ladran, Sancho, señal de que ca-
balgamos” no aparece en el Quijote. Ni apare-
ta anudada al cuello. Recuerdo especialmente el Parque Bolívar, su es- que permanece en el suelo mientras ca- pero todos abordan la intrincada bús- de Bellas Artes), hasta que viajó a vale la pena. “¡La obra que dice algo
su rostro, viejo y joven: el ca-
bello cano, el semblante muy tranquilo;
cenario de los jueves, donde se han pre- lientan. Cuando Bernardo ha humeado queda, el complicado gesto. De pronto Bogotá con el fin de audicionar para La locura no deja rastro, no razona y punto!”, ce “Elemental, mi querido Watson” en los rela-
tos de Sherlock Holmes; como tampoco se des-
sentado durante veinte años. Los veo lle- todo, el grupo se reúne en el centro del alguien, inocente de poesía, iletrado por el Teatro Popular de Bogotá (TPB). Los veo discurrir frente a la cáma- escribe Bernardo categóricamente
su saludo sobrio, respetuoso, sin pala- gar con las maletas cargadas de utilería, escenario y todos gritan al unísono: completo, se encuentra descifrando co- Allá mostró el monólogo del taba- en el manifiesto 215 (son cientos). cribe al genial detective ataviado con la gorra de
ra en un breve documental: Otras vo-
bras. Lo seguía Lucía: así han debido en- no mucha, como para un viaje corto. Pa- —¡La barca de los locos presenta…! sas como: co de Chéjov, una y otra vez. Como En un pueblo de Antioquia una caza escocesa a cuadros que luego le han adju-
ces, otras reconditeces, de 1999. Ber-
trar a todas partes desde las últimas tres recen inofensivos, cuerdos, nada raro El grito espanta las palomas. Ape- “En nuestro teatro los pies descalzos actor del TPB alcanzó alguna fama, vez un juez salió persiguiéndolos dicado ilustradores y cineastas. Por último, “Play
nardo Ángel es un cincuentón de
décadas. Quedé prendado. Eran senci- en apariencia salvo por la pañoleta en el nas hay algunas personas sentadas en evidencian que pisamos/ terreno consa- corrían los setentas. Pero se aburrió con un cuchillo. Sus desnudos en it again, Sam” es frase jamás pronunciada en la
calva pronunciada, enjuto, con un
llos y afilados, de hablar rápido, curti- cuello de Bernardo Ángel. Ellos dos son la rotonda. Quien se deja atrapar por grado por los dioses.../Inmolamos el pa- de ese teatro mercachifle. Cuando Fredonia (donde hicieron Aúllan los mítica Casablanca, de Michael Curtiz. Se llama
bigote negro, el cabello cano y en-
dos de experiencia, en la plena madu- La Barca de los Locos, un grupo de tea- una obra de La Barca no puede zafar- sado en el presente/ lo dejó les escribió un panfleto en lobos) hicieron que el cardenal Ló- de ese modo una película de Herbert Ross (Sue-
sortijado sin cortar. Se revuelca por
rez. Bernardo me pareció un monje que tro anarquista, místico, callejero, que ha se fácilmente, acción y discurso confa- dado que los mitos son glorias mo- el que les decía “futuras momias del pez Trujillo los descomulgara. En ños de un seductor, en español), protagonizada
el patio de muros altos, de unos tres
hubiese quemado sus hábitos… y su mo- mantenido la pureza en su marginalidad bulan para que eso suceda, apretándolo ribundas/ Ideas que envejecen con el teatro nacional”. Recorrió grupos España hasta se horrorizaron por- por Woody Allen, Dianne Keaton y el fantasma
metros por tres, primer lugar de en-
nasterio. Cuando Lucía lo conoció, supe durante tres décadas. a uno contra sí mismo y contra la obra, hombre/ Rocío de vetustez en nuestra montando a Peter Weiss, a Enrique que actuaban descalzos y los cen- de Boogie.
cuentro de La Barca, en la terraza
mucho tiempo después, se dijo: “el tea- Llegan temprano a la rotonda del que transcurre siempre en un solo acto, carnes.../ Improvisación de mundos.../ Buenaventura, hasta que un día, en suraron. En Venezuela una mujer Después de esas inexistencias, una existen-
del difunto Kike. Se anuda y se des-
tro vive todavía”. No conocía a un hom- Parque Bolívar. A un lado algunos tipos abrupto, convulsionado. A veces parece Este teatro es acto ritual contra los pode- Medellín, unos muchachos, mari- les dijo que iban contra la dignidad cia. Hace unos años le aposté a una amiga cin-
anuda el pañuelo en el cuello. Ca-
bre que encarnara el actor puro, el “ac- juegan ajedrez y fuman marihuana, ti- que las cosas comienzan, pero no hay co- res de la muerte... huanos, peludos, muy desadapta- humana. Otros han creído que son co mil pesos (de los de antes), que Borges no era
mina de un lado para otro, vibran-
tor santo” del que hablase Jerzy Gro- ran perico. Frente a la rotonda unos pe- mienzo, ni se anticipa el final, ni vemos Agonía sobre el césped.../ Delirios dos, lo invitaron a dirigir un grupo. brujos, que lo suyo no es el teatro el autor de esto, “Me duele una mujer en todo el
do con las palabras. Así es él, un to-
towski. lados juegan cartas y se insultan. Es la en algún punto el nudo. Aquí el drama que la locura otorga a sus amantes...” Bernardo Ángel les llegó con el tex- sino la magia negra. La madre de cuerpo”, verso tan lamentable como antiborgia-
rrente. Kike es un tipo calvo de bi-
Vi sus cuatro montajes más fuertes: colada huidiza y cambiante que tiene de es la flor que estalla, al decir de Ángel. El nombre del grupo hace referencia to de La Monja, sobre una religiosa Bernardo soñó una vez que el diablo no. Perdí la apuesta. Sí, Borges lo cometió. Tam-
gotico hitleriano y risa fácil, con
La monja, Aúllan los lobos, Ni héroes ni fondo Lucía mientras hace su larga ruti- Nada de poéticas aristotélicas. La Barca a Boch, ‘El Bosco’, que pintó bacanales que celebra extraños rituales frente le decía: bién se mueren los médicos.
una ternura que mana de cada ges-
mártires y Rumbo a las indias, cuatro na de calentamiento. Bernardo en cam- es un diálogo abrupto, brutal, inhóspi- surrealistas siglos antes del surrealismo. a un cristo lenguaraz que se baja de to. Había estudiado comunicación —El alma de Bernardo es mía.
obras emblemáticas. No las comprendí.
Ni siquiera podía decir de qué trataban.
bio no calienta de ese modo: hace algu-
nos saltos con el lazo y ya está. El res-
to, volcado ante el público indefenso. Va
directo al inconsciente. Y al final, cosa
Habría que hablar de los tesoros que han
encontrado por esas lides Bernardo y Lu-
la cruz. Fue el principio de un lar-
go salto al vacío, que no termina.
social. Desertó: era otro renuncian-
te. Tenía el instinto del actor. Dice
Llevan una vida de eremitas. No
fuman, ni beben, ni trasnochan.
CODA
Yo había visto y leído algo de teatro ab- Hace unos días, tratando de organizar mi exi-
to del tiempo previo está por ahí, ab- rara, llueven los aplausos como palo- cía: una firme enemistad contra el siste- Kike hacía de monja, Bernardo lle- Kike: “descubrimos que nuestro ca- Hacen yoga y caminan cuatro
surdo, pero esto ni siquiera era absurdo. gua biblioteca, me topé con El buen salvaje, de
sorto, esquivo, impaciente. Quince mi- mas en desbanda. Nadie puede resumir ma, sin sutiles concesiones de obsecuen- gó hacer de monja. Hoy día la hace mino era ese, no era el camino ofi- horas todos los días. Bernardo Án-
Rompía toda linealidad. Cualquier clasi- Eduardo Caballero Calderón, para mí una de las
nutos antes de las seis de la tarde Lucía la obra, el observador objetivo es aniqui- cia, sin máscaras ni maquillajes (jamás Lucía. Pero la primera obra que se- cial; no era el teatro establecido gel escribe en las cafeterías del cen-
ficación caía por insuficiencia. mejores novelas colombianas de todos los tiem-
da una vuelta por el parque con un pito lado por la palabra hirviente. lo usan). Requiere cierta pureza este ex- dujo a Lucía fue Ni héroes ni márti- y aceptado, era la locura”. Y luego tro, en las bancas de los parques.
Esto era distinto. ¿Teatro de la cruel- pos. Dejando a un lado las de siempre, añadiría
para atraer la atención. El pito alcanza humar gritos enterrados bajo las lápidas res, un drama de sombras vehemen- apuntala Bernardo, caminando de No para de escribir. Por eso
dad? Tal vez Artaud iba en La Barca. Se
pronuncia apenas su nombre y el rostro
todos los ángulos del parque. Bernardo Trashumantes de la carne. Nos devuelven la fe en que tes con música de Wagner. Desde aquí para allá, tras recitar el texto siempre hay manifiestos y poemas
al menos dos, tan buenas como esa: Cuatro años
a bordo de mí mismo, de Eduardo Zalamea Borda,
bate el incienso. Geométricamente, so- Los he visto presentarse en teatros, el arte todavía tiene mucho qué hacer en entonces han montado una veintena de Edward Albee, Historia del zooló- y obras que acaso jamás sean mon-
de Bernardo Ángel se transfigura, adop- y Catalina, de Elisa Mújica. Libros memorables,
bre el escenario, recuerda su juventud casas, bares, donde el grupo araña re- las trincheras de la vida. de obras, que barajan en el Parque gico: “pero no una locura que estaba tadas.
ta el gesto mefistofélico. “Sin un ele- que ya pocos recuerdan, y que las editoriales de
de seminarista, cuando encontró su vo- giones distintas del inconsciente. Se Bolívar, para el gusto nada refinado allende a nosotros, sino una locura No concibe la vejez, intuye otras
mento de crueldad en la base de todo es-
pectáculo —decía Artaud—, no es posi-
cación por los misterios y por el teatro. adaptan a cualquier espacio, “nos hemos Abandonarlo todo de los espectadores. que ya estaba incorporada en los te- vidas en las que siguió el mismo ca-
hoy olvidan y olvidarán. A propósito, le oí afir-
mar hace poco a Álvarez Gardeazábal que Pax,
El humo ya crea una atmósfera de litur- presentado hasta en cuatro baldosas”, se Lucía, exprofesora universita- Algunos de sus actores han teni- jidos de nuestra mente, de nuestras mino.
ble el teatro. En nuestro presente esta- de Lorenzo Marroquín, era nuestra mejor nove-
gia. Muchas veces, viendo el mismo ri- burla Lucía. Viajeros descalzos por mun- ria, exsocióloga, exciudadana. Aban- do una muerte trágica. Uno se col- células, porque era la locura con la Jamás está satisfecho, a los 67
do de degeneración, solo por la piel pue- la. No será para tanto, pero el hecho es que tam-
tual, pienso que ángeles y seres de otras dos desconocidos. donó esa vida por el teatro, y Bernar- gó de un árbol frente a su madre. El que la sociedad nos había acunado”. años ninguna certeza alivia su sem-
de entrarnos otra vez la metafísica en el bién me la encontré en mis anaqueles (libro here-
esferas atienden este llamado. En lugares cerrados acostumbran do abandonó el camino del sacerdo- otro se arrojó de un edificio. Kike, Cada obra es como un circui- blante. O, tal vez, la certeza de la
espíritu”. dado, y nunca leído), y me propongo echarle una
Cuando son las seis en punto ya está siempre leer algún manifiesto de Ber- cio: son dos renunciantes. Dio vuel- que navegó con ellos durante mu- to eléctrico. A veces un espectador nada. UC
ojeada, por si acaso. Seguiré informando. UC
16 número 33 / abril 2012 número 34 / mayo 2012 17

mente: no amigo, no tengo un peso; y


ante los casos de insistencia me man-
tengo firme diciendo: yo no trabajo,
estoy desempleado; a veces añado a

Crónica
esto último un lapidario: yo también
estoy necesitando platica; esta sen-
tencia provoca la huida del limosnero

del defraude
y con ella llega mi libertad y una con-
ciencia tranquila. Así sucedió esta tar-
de con un tipo sospechoso, siempre es

de SoHo
sospechoso cuando alguien que clara-
mente no conoces te saluda con una
cursi amabilidad. Antes de que confe-
sara la verdadera razón por la que se
sentaba a mi lado, este parásito me de-
mostró su afición por el grupo La Pes-
tilencia. Con su olor le hacía un home-
naje a la banda pero para apartar las

Estilario
por Mauricio Ospina dudas entonó sus melodías en un par
de ocasiones. El pestilente también fue
exitosamente apartado por mi honesta
estrategia.
Ilustración: Verónica Velásquez Dicen que Jesús, la versión adulta
del niño que está en los brazos de Ma-
ría Auxiliadora, se le presenta a los ne-
cesitados en forma de un humilde y
vulgar cristiano; recuerdo esto cuan-
por Raúl Trujillo do veo que ante mis muchachas se ha
parado un vendedor callejero de perió-
dicos, bajo su sobaco izquierdo sostie-
Exclusivo para UC desde Buenos Aires ne su mercancía amarillista mientras
con la mano derecha agarra un muslo
de pollo contra el que arremete sin pie-
dad. He ahí al improvisado salvador de
recuerda una multifunción que en los hombres y potencial cliente de un
tiempos de calle, cana y tecno, viene necesitado. Yo, que momentos antes
bien tener caletas donde tanto jugue- me preguntaba por el paradero de las
te guardar. El cuello arriba, elegante dos terceras partes de la santísima tri-
cortaviento para que el frío sereno en nidad, estaba seguro que aquel sería la
la nuca no degüelle al amanecer. Me justificación de mi jornada laboral. Y
anima que sea marrón, envejecida, tuve el honor y la gloria de que la apa-
vintage. Contener en terra-cotta, tie- rición me hablase y entre nosotros se
rra cocida o barro de madre pacha, a dio esta conversación:
nosotros latinos nos estimula la ener- —¿Pura teta no más, cierto?

H
gía ancestral, antídoto de la nostalgia —Sí, sobre todo teta, una que otra
gótica y de negro total. e regresado a casa. Lue- León, Juliana Galvis, Alejandra Azca- liadora. Yo pensaba, y eso me lo en- pela un poquito más pero sobre todo
El negro, al interior, de pies a ca- go de varios meses fue- rate, Claudia Bahamon y el angelito de seño la revista, que el sexo era la me- en las últimas. Estas están viejitas y
beza resalta la piel que aunque tri- ra del país he vuelto como Lina Marulanda. Con esta última vacilé jor estrategia de ventas. Pero hay sor- aquí solo se ve teta y culo.
gueña luce aquí blanqueada por con- aquel hijo que gasto pró- un poco, no quería irrespetar a la difun- presas piadosas. Nada menos sen- —Ah sí, culo también. Pero casi
traste. De los suburbios llegó ese po- digamente los ahorros del ta pero se me pasó la patanería y me de- sual que una mujer con delantal sos- todo es teta. Si uno quiere ver mas tie-
der que caracterizó a la primera de la último año. Tengo como prueba mis bol- cidí conmemorar lo maja que fue. teniendo a un niño en sus brazos. Sin ne que comprar la Playboy.
tribus urbanas, el punk, una joven ac- sillos vacíos. Por estos días me presiona Los tenis enmudecieron los pasos de embargo ella atraía a su negocio a mi- —¿Le paso alguna para que la ojee?
titud crítica antisistema y glamurosa la urgencia de dinero: ¿cómo conseguir- los gallinazos, me percate de ellos cuan- les de fieles clientes ¡Qué ironía! In- ¿Cuál quiere?
oscura se abría un espacio a metros lo mientras responden a los currículos do me alcanzaron sus sombras estando cluso las estúpidas palomas preferían —Sí, páseme aquella de allá.

C
de su majestad. El ícono Edward Scis- que he repartido en una estrategia que aun de rodillas ante estas mujeres dig- el templo; por supuesto, es la casa del Fue aquí que el divino índice se es-
omo un penacho flamean- sorhands de la exitosa dupla Bur- se asemeja a la física de una granada de nas de venereación. La ágil mirada de los espíritu santo, por eso el estado debe- tira para señalar a la elegida y aquella
te van los rizos cobre ha- ton-Deep, le agrega inocencia pero fragmentación? Pues bien, debo hacer carroñeros saltaba de un escote a una ría conferirles a todas las iglesias una elegida es Zharick León. Al ver esta es-
cia el cielo, animados por igual se recrea en el Black, la estéti- uso del morro de viejas desnudas y semi- entrepierna, de unas tetas a un culo y licencia como palomeras, protecto- cena digna de la Capilla Sixtina pien-
una energía terrenal. Dos ca leather salida del sex shop con tan- desnudas que están guardadas en mi ha- de nuevo a unas tetas; cuando llegaban ras de la corporeidad del espíritu san- so: qué buen gusto tiene chuchito.
trenzas finas de elfo cuel- tos cortes como costuras y cremalle- bitación en poses sugestivas, una enci- a una transparencia afilaban la mira- to y nada más. ¿Pero qué hay del pa- —Esa me gusta. Yo me la llevo.
gan y adornan, enmarcan- ras, el aspecto de sutura, parchwort ma de la otra, apiladas en mi biblioteca da y la sostenían por algunos segundos, dre y del hijo, donde andarán este par Bien, este fue mi santo y seña. Des-
do el rostro donde justo en medio el por segunda piel. Muy cerca ya del esperando un poco de acción que las sa- sus cataratas temblaban, luego lo hacían de varones que, como tales, deben pués de esto empaque las revistas cui-
brillo de los ojos miel, una sonrisa píca- cosplay en juego de apariencia, mu- que del letargo en el que las he confina- todo de nuevo. Me senté sin musitar pa- adorar las mujeres? ¿Me compraran dando de limpiarle el polvo y las mi-
ra y juguetona pareciera recordarnos chos de los cierres no funcionan como do por largo tiempo. No me cabe duda, labra, estaba convencido que estas rei- alguna revista? radas indecentes que cayeron sobre
a los habitantes de Las Tierras Medias, tal pero funcionan al re-crear. mi vieja colección de revistas Soho me nas se revenderían solas. Un par de mi- El desempleo nos permite mante- las páginas expuestas a este pueblo
donde transcurre la saga Tolkien. Lue- Barrocos, los códigos boudoir hará ganar unos pesos. nutos después la desbandada de viejos nernos fieles a la verdad. Es una de de avechuchos desplumados. Tendré
go sabremos que la magia y poder de como redes o ataduras venidas del Vivo en Itagüí, un nido de gallinazos, se apartó de mis muchachas. Soho había sus no pocas ventajas. Me siento muy que venir de nuevo si no consigo traba-
esta hechicera están en marcar la piel corset de un lado, se equilibran con una mezcla de pueblo y ciudad que pa- defraudado mi confianza, mi negocio no bien cuando un limosnero me pasa re- jo pronto. Mis niñas no me pueden de-
con sueños. Ahora que están de moda un juego de cierres. Dos glamures de dece los males de ambas categorías. Su era tan seguro como prometía. vista y puedo contestarle orgullosa- fraudar. UC
—son parte del inicio del fenómeno usos, de maneras de llevar y ajustar parque principal esta ocupado por pan- —Debe ser un problema pensional —
de la cultura pop— los súper héroes y la prenda al cuerpo, algo sobre lo que dillas de viejos pensionados amantes de me dije— ¡Sí, eso es! El raquítico siste-
heroínas, nosotros tenemos a nuestra poco se ha dicho pero que para casi los relojes de pulsera, para ellos el mal ma pensional de este país no le permite a
Súper Demo, de energía positiva. Valga todos es pleno de valor. Tejer al atar, mayor de esta generación es el teléfono un cansado y pobre viejo darse un senci-
aclarar que fue imposible no incluir la rasgar al cerrar, aruñar y abotonar. celular, un aparato ininteligible, usurpa- llo gusto navideño como pagarse la fina
imagen con la chaqueta biker motoci- Habría sido lindo decir cremallera, dor de la honorífica tarea de traducirnos estampa de su muchacha preferida. Pero
clista estilizada a la anatomía femeni- que es más onomatopéyica que cie- el mensaje del tiempo. volverán, o vendrán otros. Estas mujeres
na, conservando el mismo instinto rudo rre, pero pocos me entenderían ya. ­—¿Para qué la necesidad de ese apa- son una tentación irresistible para este
y de alta resistencia y combate con que Y para levitar sobre la tierra no rato si tan solo a unos pasos en cualquier pueblo de coperas.
la hiciera fetiche de los rebeldes Mar- solo los tacos de princesa te elevan, dirección alcanzamos a un antropoctu- El reloj de la iglesia y mi celular es-
lon Brando en el 53, al protagonizar esas botas moto-rocker fashioniza- pus que nos extiende uno de sus tentá- taban de acuerdo en la medida del tiem-
con un modelo clásico de la marca Per- das de plataforma son el mejor ejem- culos por la módica suma de doscientos po. Pasaron dos horas y no vendía la pri-
fecto, la película Salvaje de László Be- plo de otra versión pero igual de efi- pesos el minuto? ¿A ver… para qué ca- mera de segunda. Durante este tiem-
nedek. El mismo modelo llevado por la caz. Nada aparentemente más indi- rajos? po se habían acercado algunos curiosos
mítica banda punk The Ramones. cado para la ciudad que se descalza A estos viejos de pantalón con tenis con cara de no comprar, me provocaba
Demo, experta en pieles, no lleva- cuando se quiere desarmar. Los có- yo los veía con cierta admiración. Estos espantarlos como las moscas molestas
ría para protegerse de tanto germen digos de correas y ataduras se hacen neoluditas iban a salvarme el día depo- que eran. Un niño regordete, de unos
Patricia, La Demonio y roce que abunda a la intemperie un
material sintético, ¡no!... mejor cue-
militares y despiertan el imaginario
de agresión por seguridad… ¡qué gran
sitando todas las riquezas que traían en-
cima a cambio de las mujeres en pelota
diez años, sentado muy cerca chorrea-
ba su helado por su boca cuando descu-
Tatuadora ro duro que bataneado —vivido— logra
el tacto y la suavidad del dulce amigo
confusión! UC en 2D que exhibiría ante ellos. Con emo-
ción me di a la tarea de acomodar en me-
brió las carnes jugosas y libres de mis
muchachas, imagino que para él debió
y compañero que nos envuelve y abra- dio del parque de Itagüí a Paula Andrea ser una experiencia religiosa, justo allí,
za. Con cierres en cobre a la vista nos Betancur, Patricia Castañeda, Zharick en frente de la iglesia de María Auxi-
18
Desde la insignificancia de un diálogo twittero.
Una imagen y una historia del tranvía ligero.

A
pasitrote bajaba Alejandro por
la calle de San José, abanicán-
dose con una carta voluminosa.
Faltaban minutos para las tres
y tenía prisa de alcanzar el correo.
Al llegar a la esquina de la calle 13
se detuvo contrariado. No podía pasar,
el camino estaba totalmente obstruido,
como con una barricada inmensa, por
un carro del tranvía descarrilado, un mi-
lord de la Compañía Urbana que iba de-
trás, un landó destartalado que subía
con su postillón de jipijapa grasiento y
ruana mugrosa, y un enorme carro de la
Empresa de Tracción que venía por la se-

Tranvía Ligero
gunda Calle Real lleno de trastos viejos,
cargado como un elefante de la antigüe-
dad.
Una parihuela que conducían dos
mozos cinchados por los hombros, ates-
tada de loza, se había detenido también,
lo mismo que dos criadas que conducían
por Clímaco Soto Borda
una mesa de bronce llena de parásitas
y camelias, y lo mismo que una silla de
manos, cuya cortinilla levantaba cada
momento una garra y dejaba ver la cabe- Los pasajeros se bajaron para quitar -Una... dos... tres... -gritó el presiden- estilo de Vizcaya, arrancaron echando
za de un viejo blanco, casi muerto, pare- al enfermo un peso de encima y queda- te con la voz de Estentor. los pulmones, y el carro siguió como por
cido a la estatua del comendador. ron únicamente en la última banca un - ¡Hmmm! --exclamaron los hércules sobre rieles.
El descarrilamiento paralizaba brus- ciego, un sacerdote y una señora que no al tiempo. ¡Nada! El carro quieto. Petit Manchester se puso de nuevo en
camente la vida de aquel pedacito de podía hacer la gracia por motivos ajenos - ¡El otro! Una... dos... movimiento. Había mucha luz, mucho
Manchester. a su voluntad y que representaba peso y - ¡Hmmm! calor, mucho ruido. Alejandro, que ob-
Los mozos de cuerda descargaban medio. El gigante de madera levantó las rue- servaba atento las maniobras, vio el re-
sus fardos; los dependientes que abrían Dos mulas enclenques, exánimes das de atrás y se desplomó. Rejo a las loj de San Francisco. Era más de la hora.
en la calle bultos suspendían la tarea y como dos ratones tirando un buque, bajo mulas... Nada. El gigante había caído Se resignó a dejar la carta y se la echó al
se quedaban alelados con la pata de ca- una lluvia de azotes y de insultos, hacían mal. Se hizo el otro esfuerzo y el carro bolsillo. Al evocarte...
bra y el martillo en la mano; los ciclis- esfuerzos sobremulares para sacar del quedó en su puesto. Un soplo de satisfac- Velarde pasaba y lo llamó. Le fasti- Tango querido, siento que
tas paraban sus máquinas y se desmon- atolladero al carro paralítico, su compa- ción corrió por la multitud. Todo el mun- diaba estar solo. tiemblan las baldosas de un
taban; las mujeres veían el suceso a pru- ñero inseparable. do sintió alivio, menos las mulas. Empe- -¿Ya estás desocupado? -le dijo. bailongo y oigo el rezongo de
dente distancia; los peatones se tranca- Por fin los conductores de otro carro zaba para ellas la danza macabra. -Hace un momento salí de todo. ¿Qué mi paraiso
ban; los corrillos se abrían en alas, ha- que llegaba, los del carro enfermo, los Los pasajeros volvieron a montar: quieres hacer? Enrique Santos Discépolo
bía gentes asomadas en los balcones y a postillones de los coches, los hombres de cuatro o cinco hombres de un salto y tres -Cualquier cosa. Lo que tú quieras.
las puertas de los almacenes. Una nube la parihuela, los de la silla de manos y al- señoras con miedo y trabajo poniendo en Alejandro le conté el suceso con de- Calle 53 No 43-59 Maracaibo
compacta de emboladores, policiales,
vendedores de cigarrillos, viejas, mendi-
gunos mozos de cuerda, una docena de
hércules bogotanos reunidos bajo la pre-
vergüenza pública las pantorrillas gor-
das, de medias blancas y unas botas con
talles horribles y bajaron por Santo Do-
mingo. UC Tel. 239-3580
gos, vagos, fámulas, cachacos y artesa- sidencia de un policial de aspecto jupite- tamañas orejas, como debieron ser las
nos rodeaba al paciente, un enorme ca- riano, después de una corta sesión deli- del rey Midas.
rro caído de medio lado como una casa berante, resolvieron meterle el hombro Las pobres acémilas, después de otro
en ruinas. al armatoste. baño de rejo y algunas excitaciones al Tomado de la novela Diana Cazadora

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20 número 34 / mayo 2012 número 34 / mayo 2012 21
Contra el TLC Vs. Por el THC
No hace falta indagar mucho para entender la diferencia
entre los errantes en nubes de bareta de la Marcha
Cannábica, y los trabajadores de la del Primero de Mayo
que en los últimos cuatro años siempre terminan aspirando
gases lacrimógenos. Dos marchas realizadas con unos
pocos días de diferencia en Medellín; dos formas de ver
el mundo; dos formas de lucha que solo en UC se pueden
combinar.

No es un festivo más
por Sergio Valencia
Fotografías Juan Fernando Ospina

P
ese a que una de las consig- do al suicidio a miles de ellas” (sic). Por
nas grita feroz que “es un día eso “este injusto mundo solo correspon-
de rebelión, no de descanso”, de derribarlo”. Y enseñan que “el comu-
la del Primero de Mayo es una nismo, como toda ciencia, no se desarro-

Caminando entre nubes


marcha de fantasía. Para re- lla a la manera en que se prepara una la-
memorar el levantamiento de un gru- saña”. Algo tan difícil de entender como
po de obreros norteamericanos en el si- lo que predica el volante de la CUT a los
glo XIX, se reúnen en las calles de todo curiosos del barrio que se asoman a los
el mundo miles de trabajadores, desde balcones: “La tercerización laboral pre-
hace más de 100 años. Exigen año tras cariza el empleo”. Por el contrario, el vo-
lante de la Asociación de Empleados de
por Pascual Gaviria
año que cese la explotación capitalista.
“Algún día lo lograremos”, piensan. la Justicia es clarísimo: después de invi-
Impresiona que lo sigan haciendo. tar a la marcha para “iniciar una madu-
Fotografías Juan Fernando Ospina

U
Sorprende que marchen organizados los ra reflexión acompañada de la reposada
sindicatos, al menos por un día, que uni- imaginación constructiva, de tal suerte
fiquen sus reclamos y dediquen imagina- que se despliegue un abanico de fuerzas na nube alta amenazó amén de quienes armaron descomuna- do o sabe recitar la cartilla de DDHH
ción a sus comparsas y algo de novedad que permita al fin vislumbrar las posibi- toda la tarde del sába- les baretos como huesos maltrechos. Re- con una soltura increíble. Entre risas le
a las pancartas. Es alucinante lo elemen- lidades de unión en función de un futuro do con uno de los torren- cuerdo tres líderes de las arengas y la pregunto si eso es libreto, simpatía o to-
tal de su protesta vigilada por tanta poli- posible…”, enfatiza en que “habrá cami- ciales de comienzos de utilería: el uno llevaba una pancarta que lerancia, Vea, nosotros estamos acos-
cía erizada. seta para los participantes”. mayo. Una nube baja, es- decía “cultiva tus derechos”, la otra ves- tumbrados a lidiar con el horror, con los
En Medellín, la marcha proletaria es Pero temo que uno de los pocos cam- pecie de telaraña pegajo- tía de blanco y en su corona de enferme- asesinos, los violadores, entonces en rea-
fantástica porque sigue siendo la misma. bios que ha tenido la gloriosa marcha sea sa, protegió la caminada desde el Teatro ra lucía la estrella verde, y el último te- lidad no le veo misterio. El hombre me
Se niega a cambiar. Hoy en que todo se la marca de su fin. Se trata de la apari- Pablo Tobón, bajando por La Playa, reco- nía fresca su tarea escolar con la hoja de deja desarmado en la mitad de la calle,
transforma en un espabilar, los obreros ción del comején capucho. Esos que han rriendo la Oriental hasta desembocar, puntas sobre el icopor. más tranquilo de lo que ya estaba, y gas-
persisten en lucir camisetas con dibujos logrado por la fuerza de sus explosivos vía San Juan, en las estridencias monta- Son las cuatro de la tarde, la hora to la última pregunta con sus cálculos de
de puños en alto, hoz y martillo, y abre- asustar a los marchantes en los últimos ñeras de la Plaza de las Luces que es to- convenida, y nadie da la orden de salida asistencia, Algo más de 10.000, me dice.
viaturas ilegibles (fedetcocdean, sinthol, 4 años. Los que se cuelan por delante y davía un pedrero. Y digo caminada y no ni encabeza el mitin somnoliento. Unos Queda claro que los policías son los más
sintraemsdes… y así por los siglos de las por detrás, sin ser invitados, y dislocan marcha porque quienes salimos ese día a bajan por La Playa arrastrando los pies preparados, después de quienes camina-
siglas), en medio de música autóctona y la marcha hasta convertirla en una repe- fumar moño a la vista de todos, a rascar para dar inicio al recorrido y otros su- mos entre el humo, para asumir la lega-
detrás de un camión que carga inmensos tida faena de encapuchados versus poli- sin esconderse, a lucir los baretos más ben en busca de su parche. Los vendedo- lización como una decisión natural.
parlantes que vociferan contradicciones cías. Quizás por eso se visten de negro y estrambóticos y las pipas más rebusca- res de galletas íntegras de moño y sán- La invitación a una cerveza en la es-
como esta: ¡Por una sociedad mejor, pro- no dejan ver sus caras, iguales al Esmad, das, no tenemos ni organización ni con- duches vegetarianos advierten al públi- quina de Girardot con la Playa nos de-
gresista, democrática y de izquierda! su pareja de baile. signas comunes ni enemigos ni patroci- co zombie: “Coman algo que en mitad tiene a mirar el desfile. Muchas veces se
No cambia. Hay volantes, como el Con sus papabombas lograrán, si na- nadores. Se trataba tan solo de dejar una de marcha les da un babiao”. Los ven- han descrito estos tumultos con la ex-
que repartió el Grupo Comunista Revo- die se les planta, que el necesario Prime- constancia que se desvanece en el aire. dedores de cerveza no arrugan la nariz presión “ríos humanos” y la verdad es
lucionario de Colombia, que proclaman ro de Mayo no sea un festivo más sino un De vez en cuando aparecía la frase en medio del humo: “por mí que fumen, que en este caso se nota algo de estanca-
que “el mundo es un horror para miles festivo menos. UC infantil en la boca de un propagandis- eso les da más sed”. De pronto, sin orden miento. Cuando parece que todo ha que-
de millones de personas, incluso llevan- ta que había logrado vencer el maras- ni silbato ni megáfono, la caminata co- dado suspendido y se puede oír la que- tes ciudades de América Latina aparecen
mo del ambiente: “¡qué viva la marigua- mienza a rodar Playa abajo, silenciosa, brada debajo de la calle, algo empieza a muy cerca de las secciones de curiosida-
na!”. Entre los cercanos algunos respon- seguida por la mirada sorprendida de al- retumbar a lo lejos, un redoble se acerca, des. Pero esto no es solo un juego de des-
dían con risas que eran a la vez bocana- gunos transeúntes desentendidos y por crece, llega hasta la esquina acompaña- vergüenza como dicen algunos que se to-
das y otros soltaban el estribillo más por los vecinos desde los balcones. Dos seño- do de gritos y botellas quebradas. Se ha pan con la caminada. La opinión públi-
inercia que por entusiasmo. Gritarle vi- ras entradas en canas se inclinan sobre desatado una estampida que sube como ca es la única que podrá mover a los polí-
vas a una planta es una costumbre más la baranda para preguntar de qué se tra- avalancha por La Playa y arrastra sillas, ticos hacia medidas que no incluyan po-
propia de las fiestas patronales en las ta todo ese humo y ese desgano, mien- deja gente por el suelo, arrebata los za- licías y jueces para tratar con los consu-
plazas de mercado que de las marchas tras un activista entrado en greñas salta- patos de quienes corren, hace que las se- midores. En Estados Unidos por primera
por la reivindicación de los derechos ba intentando entregarles una hoja con ñoras salten por las ventanas al interior vez, luego de 42 años de repetir la mis-
individuales. Pero así es la caminata las explicaciones respectivas. Una se- de los locales y que los tenderos tiren las ma pregunta por parte de Gallup, una
Cannabica en Medellín: mezcla de bazar cretaria pasa hablando por celular: “… rejas en medio de gritos y advertencias. mayoría (50% Vs 46%) está de acuerdo
popular y juvenil con transgresión risue- es que en el centro hay una marcha de Pasan dos minutos de tensión en medio con la legalización de la marihuana.
ña y franca de quienes siempre han fu- mariguaneros y hay unos tacos horri- de una tienda recién convertida en un También yo logré sentirme mayoría
mado al escondido, desquite contra la bles…”. Un taxi le dice a su pasajero que sótano con treinta inquilinos sudorosos. en medio de la marcha. Llegando a San
autoridad policial y parche de fin de se- le ha pedido llevarlo al centro para unir Las rejas se levantan de golpe, entran Juan decidimos darle una mirada a la
mana de los institutos técnicos y las uni- su barillo a la procesión: “¿Al centro? Ay la luz y el aire, los que hace unos minu- iglesia de San Antonio que estaba en ple-
versidades del centro, reunión amor- mijo allá están todos esos mariguanas ti- tos corrían desorbitados ahora bajan ri- na misa. El padre parecía hablar desde
fa para beber garrafas de vino Cando- rando piedra…”. sueños preguntando por los motivos del un más allá inducido por una neumonía,
roso de lulo y algo de cerveza. No falta- Llegando a Girardot le planto conver- pánico. Las parejas se reencuentran y se daba su sermón apagado a no más de
ron quienes escribieron sus consignas o sación a uno de los policías que acom- abrazan, los parches se reclaman la bo- quince fieles que aguzaban el oído y pe-
construyeron un disfraz para la ocasión, pañan la caminada. Su radio y su edad tella de vinacho perdida, las aguas vuel- dían por la salud de su pastor; así debía
indican que es uno de los jefes del ope- ven a correr mansas. Voy donde el poli- ser si tenían algo de caridad cristina. Es-
rativo. Le pregunto si ya había esta- cía ya conversado para preguntarle por tábamos en el umbral del templo cuando
do en una de estas humaredas, Sí, estu- ese súbito cambio de ambiente, Quién pasó una beata arrugada señalándonos
ve en la de hace dos años, hoy hay mu- sabe qué se les apareció, usted sabe más con sus palabras, Cochinos, gas, gas, qué
cha más gente. Y a usted cómo le pare- que yo sobre qué es lo que están viendo, perdición, qué horror… Así siguió hasta
ce este cuento, le digo pensando que me me dice con una risita burlona. perderse entre las bancas vacías; logró
demoraré en encontrar una respuesta Ahora avanzo acompañado de los re- que esa iglesia se viera arrinconada, di-
sincera, Esta es la marcha más tranqui- porteros de agencias internacionales. minuta, de espaldas al mundo que cami-
la del año, esto para mí es una marcha… Ellos calculan entre 15.000 y 20.000 naba en otro mundo en busca de la Plaza
cultural, hay mucha gente que vive así, personas. Algunos hicieron el traba- de las Luces. UC
que le gusta consumir y eso hay que res- jo rápido y ya están mandando sus esce-
petarlo. O el policía está medio marea- nas. Las fotos de las marchas en diferen-
22 número 34 / mayo 2012

A
islarse, del torbelli- viosas a grandes trancadas. El bi- Es un afiebrado para quien la
no social, de la solici- gote, los altos pómulos, la frente imaginación creadora es una for-
tación política, de la despejada, le da un aire de galán ma de la hipocondría. “Escribo
parranda literaria, es –su mujer es Rita Macero, una fa- con los nervios del estómago y lo
lo que necesita, y lo mosa belleza del cine mexicano-, pago con una úlcera duodenal y
ha conseguido instalándose en un pero los redime una mirada inten- una colitis crónica.” Desde que en-
frondoso y arcaico caserón “pro- sa, inquieta, en la que se concen- fermó supo, como quien se ve os-
pio de una novela de Emily Brön- tra toda una dinámica introspec- curamente condenado a la salva-
te”, en un tranquilo suburbio resi- tiva. “Pregúntenme lo que quie- ción, que el camino del paraíso
dencial, San Ángel Inn, donde los ran. Yo soy una maquinita de ha- pasa por el infierno. “Porque in-
amantes de la arquitectura colo- blar”, nos dice, con la urbanidad tuyo eso escribo novelas”, decla-
nial han levantado sus tapias en- del que se roza a diario con micró- ró hace un tiempo ante un audito-
tre los bejucos, rodeándose de vi- fonos y reflectores. Lo seguimos a rio absorto, en una conferencia a
gas, escotillones, verjas de hie- través de un patio oscuro, desde el lo Mailer que se convirtió, según
rro y otros desechos rescatados de que vislumbramos un jardín con su propia descripción, en una es-
propiedades en demolición o de columpios y macizos de flores, a pecie de strip-tease público. “Sólo
los bazares y anticuarios de la La- las sombras de un gabinete rústi- por eso vivo, y vivo como escribo,
gunilla. Es un barrio asoleado en co, y subiendo al trote por una em- por exceso y por insuficiencia, por
el que se confunden amablemen- pinada escalera de caracol llega- voluntad y por abulia, por amor y
te lo añejo y lo moderno, la facha- mos a una espaciosa habitación en por odio.” Citó a Mailer, otro po-
da patricia y el galpón. Hay calles la que se destaca una gran chime- seído, y veterano de muchos aten-
tortuosas que desembocan en ca- nea feudal rodeada por estante- tados públicos: “Se escribe con
llejones sin salida, y jardines fra- rías de libros que se elevan hasta todo lo que está vivo para uno: el
gantes con piscinas y patios en- un distante cielo raso. Los trechos amor, la violencia, el sexo, las dro-
de pared entre el enmaderamien- gas, la pérdida, la familia, el tra-

x 10
losados. Los taxis que llegan del
centro por la autopista se pier- to están tachonados con estampas bajo, la derrota. Pero se escribe
den en estos parajes remotos don- de Picasso y pinturas abstractas, sobre todo con algo que no le im-
de trinan los pájaros y se enros- y decoran los rincones máscaras porta a nadie sino al escritor.” Lo
can las madreselvas en los árboles de piedra, estatuillas en pedesta- que eso puede ser, no hace falta
dormidos. Al medio día los obre- les y torturadas escultoras de hie- nombrarlo. A Fuentes le viene de
ros indios encienden sus fuegos en rro forjado. En un rincón retirado lejos.
las veredas, bajo sus toldos, don- con ventana, una especie de tras- “Yo escribo desde muy niño y
de se reúne toda la familia para puesta, hay un gran escritorio en tengo cosas publicadas en Chile,
comer, acuclillándose de espaldas el que se amontonan los papeles, por ejemplo, de cuando tenía doce
a la calle, por donde pasan retum- y en el centro del cuarto, frente a o trece años: cuentos en el Boletín
bando los últimos convertibles. la chimenea, se agrupan divanes del Instituto Nacional de Chile, en

Carlos Fuentes La casa de Fuentes se oculta en y canapés almohadillados en tor- la revista del Grange de cuando yo
un recodo. Hace un fresco agra- no a una mesita de café donde se estudiaba allí, etcétera.”
dable, y el dueño de casa nos re- tambalean pilas de revistas, todas Su vieja pasión recibió el se-

o la nueva heregía cibe en el portón, en camisa azul


abierta, impecables pantalones
al día, y libros recientes de autores
norteamericanos: Mailer, Flan-
llo oficial en 1954 cuando un es-
critor mexicano, Juan José Arreo-
blancos y zapatos de tenis. Es lo- nery, O´Connor. Charlando socia- la, fundó una editorial para escri-
por Luis Harss cuaz y campechano, con una la-
bia muy mexicana, chispean-
blemente, con una taza de café,
nos acomodamos en los suntuosos
tores jóvenes llamada Los Presen-
tes. “Entonces”, dice Fuentes, “to-
te, ágil e inmediatamente seduc- almohadones. Fuentes, de buen dos los que teníamos fiebre empe-
tora. Ríe, se alborota y se recom- humor, se sienta en el suelo, esti- zamos a escribir como locos para
pone, se queda pensativo, con los rando las piernas, luego recogién- la editorial”. UC
ojos encendidos, se repudia mo- dolas, para apoyar los codos en las
destamente, sonrojándose como rodillas, mientras fuma un ciga- Tomado del libro Los Nuestros. Luis
un niño y quema energías ner- rrillo tras otro. Harss. Editorial Sudamericana. 1966.

Bocas de ceniza por Camilo Jiménez

Las paradojas de Pío Baroja

S
us ideas pueden resultar odio- • A los perros se les tiene más cariño; a • El escritor verdadero tiene una • A una opinión radical, muchos lla-
sas, porque siempre iba a la los gatos, al menos yo sí, más estimación. preocupación, que parece a los demás an- man improperio.
contra, siempre pensaba y de- El perro parece un animal de una época tipática por su oficio y por su obra; en cam- • El escritor que emplea las palabras
cía lo que pensaba a su propio cristiana; el gato, en cambio, es comple- bio, el simulador no la tiene, y esto lo hace que ha oído, sobre todo desde niño, les da
modo. ¿Cristiano? ¿Monárquico? ¿Ab- tamente pagano. El perro es un animal un más simpático. un sabor especial de verdad, de autentici-
solutista? Sí, pero también los contra- poco histérico, parece que quisiera querer • Tenemos algunos el vicio de escribir. dad, que no tienen casi nunca cuando las
rios. Para Miguel Sánchez-Ostiz, quien más de lo que quiere, entregar su alma al Es difícil curarlo. Únicamente si se dispu- toma del diccionario.
hace el prólogo y la selección de Opi- amo; el gato supone que un momento de siera de dinero y de medios de distracción • Se dice que en las costumbres y en
niones y paradojas, Baroja seguía a ra- sentimentalismo es una concesión ver- se podría mitigar ese morbo. la moda se busca lo higiénico y lo natural.
jatabla la sentencia de Julien Benda: gonzosa. El gato realiza el ideal de Robes- • Si fuéramos más sensatos, si tuviéra- Las mujeres no llevan corsé, porque es an-
“Etiamsi omnes, non ego” (aunque to- pierre de la libertad. Como bonito, no hay mos ideas sólidas, no podríamos vivir. La tihigiénico; pero no se ve qué higiene pue-
dos, yo no). otro animal doméstico que se le asemeje. frivolidad es un bien que nos otorga la pro- de haber en llevar tacones de a palmo y en
Médico, de familia distinguida de Tiene, además, su casta una fijeza y una videncia. embadurnarse los labios con una porque-
San Sebastián, donde nació, don Pío inmovilidad completamente aristocráti- •¿Gaudí? Yo no quisiera vivir en una ría roja.
Baroja publicó su primer libro en 1900, cas; en cambio, el perro es una masa blan- de esas casas que tienen las puertas para- • Entre la moralidad liberal y la mora-
un conjunto de relatos de corte costum- da con la que se hace lo que se quiere. bólicas y los balcones torcidos y las venta- lidad conservadora no hay más diferencia
brista titulado Vidas sombrías. Y no se • Casi todos los corrientes españoles nas irregulares; me parecería que me ha- que la del taparrabos. Entre los conserva-
detendría hasta su muerte en 1956: pu- tienen, como las monedas, cara y cruz. bía vuelto loco o que me encontraba pre- dores, esta prenda pudorosa tiene un poco
blicó más de sesenta novelas, siete vo- Cara semítica y cruz cristiana. so de los ensueños de una digestión difícil. más de tela, pero no mucho más. UC
lúmenes de memorias, así como libros • Articulistas: unos pedantes que quie- • Sólo el hombre completamente estú-
de ensayo y crítica literaria. Agrupó sus ren lucirse diciendo tonterías desde su pido es perfectamente normal.
novelas en trilogías y tetralogías aun- casa. • Por mucho que se quiera, la historia
que no tuvieran mucho en común. Lo • Una vida vulgar, contada con deta- es una rama de la literatura que está some-
que sí comparten todas ellas es la visión lle y con sencillez, puede ser para mí ame- tida a la inseguridad de los datos, a la ig-
algo amarga de la vida, el poder de la na y entretenida; en cambio, una vida lle- norancia de las causas de los hechos y a las
observación, la idea picante y amarga, na de accidentes, explicada con una retóri- tendencias políticas y filosóficas que co-
Pío Baroja,
la frase breve y clara. Opiniones y pa- ca pretenciosa, me parece aburrida e inso- rren por el mundo.
Opiniones y
radojas, publicado por la editorial Tus- portable. • Según López Silva y sus amigos, mo-
paradojas,
quets en 2000, recoge fragmentos or- • No hay ninguna ley, ni física, ni me- dernista y esteta eran palabras sinónimas
Barcelona, Tusquets,
ganizados a manera de diccionario, y tafísica, ni matemática, que obligue por de pederasta. Esta insólita opinión de un
2000. Prólogo y
es una amplia puerta de entrada a una necesidad a que el hombre del campo sea burgués amanerado y tenedor de libros selección de Miguel
obra inmensa y desigual, pero alimenti- un idiota, ni a que la mujer también del tuvo su éxito. Sánchez-Ostiz.
cia para cualquier lector de hoy. campo tenga que oler a ajo.

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