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En esos días de Campo de Mayo los casinos de las guarniciones militares eran
caja de resonancia de lo que ocurría dentro del gobierno nacido del golpe
militar de 1943. De esas horas Lanusse guarda alguna que otra experiencia:
“Nos hacen ir a una reunión en el Colegio Militar en la cual Perón habla y
despotrica contra los civiles. Me fastidiaban sus opiniones. ¿Quién es este que
habla así?
Porque Perón delante de los militares hablaba contra los civiles, con los
obreros hablaba contra los militares, con los militares en contra de los
obreros. Eso era típico de Perón en ese entonces.” El destino va llevando al
joven oficial a distanciarse del coronel Perón. Más concretamente lo hará en
septiembre de 1951, al plegarse a la conspiración castrense del
general Benjamín Menéndez y en las décadas del sesenta y setenta cuando es
comandante en jefe del Ejército y presidente de facto de la Nación.
Este bárbaro, la información más importante que quería transmitirnos era que
se había decidido convocar a elecciones. Para fin de año o para el próximo
año va a haber elecciones. Pero claro, dijo que lo que se estaba haciendo en
estos años tiene que proyectarse, entonces se ha pensado en que el Presidente
de la República debe ser un hombre como el coronel Perón.
Claro, en el Ejército tendrá que estar alguien que sepa seguirlo, seguir las
cosas de Perón, ese alguien podría ser yo, por ejemplo. Salimos de esa reunión
diciendo que ´éste está loco, tarado´, pero hubo generales, coroneles y
oficiales que aplaudían.”
En sus dichos y apuntes privados, Lanusse habrá de anotar sin tanto detalle
algo que, según él, era el resultado de lo que había generado Perón en la
oficialidad joven del Ejército. Lo escribió así: “Hay un episodio que no hice
público en mis relatos.
Los alumnos de la Escuela de Guerra, creo que por el año 1944 o 1945, puede
haber sido, tenían planeado secuestrar a Perón y si era necesario
asesinarlo.” Identifica al capitán Rosendo Fraga, uno de esos alumnos, quien
llegaría años más tarde a un alto puesto castrense durante la presidencia
de Arturo Frondizi.
Las palabras de Eduardo Ávalos generaron tanto disgusto que pocos días más
tarde Perón participa en otra reunión con la oficialidad en Campo de Mayo.
“Perón era más astuto, no hablo de él, hablo de la próxima declaración de
guerra al Eje, hablo del gesto generoso que había tenido Mister Stetinius
(Secretario del Departamento de Estado) de tendernos una mano y había
permitido incorporarnos a las Naciones Unidas, y que íbamos a declarar la
guerra que era conveniente y necesario para el país.” La Argentina declaró
la guerra a Alemania y Japón el 27 de marzo de 1945.
“En fin, opinó Lanusse, me cuesta explicar esas horas, no puedo. Observando
los acontecimientos desde Chajarí, con mis 27 años, con las noticias precarias
que nos llegaban…no hubo firmeza en quienes manejaban la situación,
pareciera que es una constante en la historia.
En sus prolijos apuntes Tanco relata que con otros amigos de Perón se acercan
al Hospital Militar Central y logran reunirse con él, recién llegado de la
prisión en la isla Martín García.
Sin decidir nada, Farrell logra que Ávalos se encuentre con Perón para tratar
el asunto en su departamento de la calle Posadas entre avenida Callao y
Ayacucho. Durante el encuentro los dos jefes militares acuerdan un encuentro
con miembros de Campo de Mayo el lunes 8 de mayo. En la oportunidad
Perón iba a escuchar las opiniones de sus camaradas. Si la oficialidad no lo
respaldaba el dueño de casa dijo que pediría su retiro, en caso contrario
Ávalos debería irse a su casa.
La escena terminó más tarde en el despacho del propio Perón que se fue
llenando de gente. Tras el arribo de los generales Pistarini, von der Becke y el
ministro Quijano, se le comunico que Farrell había tomado la decisión de
relevarlo de todos los cargos. Sin perder su actitud, el coronel tomando un
lápiz y papel redactó la renuncia a sus cargos, el retiro del Ejército y salió del
salón para volver a su casa donde lo esperaba su pareja.
Con la jugada por Nicolini, Perón había cometido “uno de los más grandes
errores de su carrera política, semejante a las consecuencias que pudo tener, al
error cometido en 1955 cuando entró en lucha contra la jerarquía eclesiástica,
causa determinante de su caída”, comentó Bonifacio del Carril en
sus Memorias dispersas. Agregando que no solo se debió a eso, sino también
a su relación íntima con Eva Duarte.
Clarín anuncia la renuncia de Perón a todos sus cargos
del 17 de octubre
Perón en el balcón de Plaza de Mayo la noche del 17 de octubre
“¡No, déjese de joder! Esta gente está exacerbada, nos van a quemar la Casa
de Gobierno…Venga, hable”. Perón se dirigió al balcón y pronuncio un
discurso, todo lo demás es reiteradamente conocido.