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Bosquejo para grupos familiares,

Serie DISCIPULOS, Activados para permanecer en la doctrina.

Discípulo Disciplinado
Acciones que te llevan a la victoria
Objetivo de la Serie: Que el creyente se convierta en un discípulo de Jesucristo para
llevar una vida cristiana victoriosa.
Objetivo del bosquejo: Motivar y guiar al nuevo convertido a establecer acciones
relacionadas con los hábitos de la oración, la lectura de la Biblia y la práctica del ayuno.

Cita Bíblica: Juan 15:4-5,8 “Permaneced en mí, y yo en vosotros. Como el pámpano no


puede llevar fruto por sí mismo, si no permanece en la vid, así tampoco vosotros, si no
permanecéis en mí. 5Yo soy la vid, vosotros los pámpanos; el que permanece en mí, y yo
en él, éste lleva mucho fruto; porque separados de mí nada podéis hacer. (…) 8En esto es
glorificado mi Padre, en que llevéis mucho fruto, y seáis así mis discípulos”.
Introducción: La iglesia es tan grande como su vida de oración y lectura y meditación
en la Palabra de Dios. Esas dos disciplinas, junto al ayuno provocan que la iglesia sea
potenciada y experimente unción, milagros y el poder de Dios. Todo cristiano debe orar
más, leer y meditar más en la Biblia y ayunar. Esas necesidades son puestas por el Espíritu
Santo para todo cristiano; pero cuando un nuevo convertido inicia su nueva relación con
Cristo de esta manera, crece de manera extraordinaria. Si tienes años de ser creyente
evalúa tu situación y analiza si necesitas ser activado, reactivado o potenciado.
Conoce tres acciones que te llevan a ser un discípulo disciplinado y victorioso:

1. Lee la Biblia y crece como cristiano. Leer la Biblia te ayuda a conocer


más a Dios, a conocer sus promesas que te ayudan a comprender cuanto Él te ama.
Leer la Biblia produce que recibas en tu vida lo siguiente:
• Fortaleza para vencer tentaciones. Salmos 119:11 DHH “He guardado tus
palabras en mi corazón para no pecar contra ti”. Al leer la Biblia te alimentas
espiritualmente y estas fortalecido para vencer la tentación.
• Fortaleza para momentos de dificultad. Salmos 119:49-50 (Paráfrasis)
“Tus promesas son mi única esperanza. Ellas me dan fortaleza en todas mis
tribulaciones. Cómo me reconfortan y me reavivan”. La Biblia contiene promesas
para ti que te darán esperanza y fortaleza ante la dificultad.
• Fortaleza cuando hay tristeza. Jeremías.15:16 “Fueron halladas tus
palabras, y yo las comí; y tu palabra me fue por gozo y por alegría de mi corazón;
porque tu nombre se invocó sobre mí, oh Jehová Dios de los ejércitos”. La palabra
de Dios puede cambiar tu tristeza en gozo que llena el corazón.
• Sabiduría para tomar decisiones correctas. Salmos 119:105 DHH “Tu
palabra es una lámpara a mis pies y una luz en mi camino”. En la Biblia
encuentras consejo divino para cualquier decisión que tengas que tomar.

2. Practica la oración diariamente. La oración te ayuda a vencer la


tentación y preocupaciones, a tener buen testimonio y ver respuestas cuando pides.
Al orar sigue estas recomendaciones:
• Habla con Dios como con un amigo. Mateo 6:7-8 “Y orando, no uséis
vanas repeticiones, como los gentiles, que piensan que por su palabrería serán
oídos. 8No os hagáis, pues, semejantes a ellos; porque vuestro Padre sabe de qué
cosas tenéis necesidad, antes que vosotros le pidáis.”. Platica con Dios, con
sinceridad sin tratar de ocultar si estas triste, decepcionado o frustrado porque Él
es tu amigo. Sé sincero y respetuoso con Dios y cuéntale lo que te sucede.
• Dedica un tiempo diario para orar. Daniel 6:10 “Cuando Daniel supo
que el edicto había sido firmado, entró en su casa, y abiertas las ventanas de su
cámara que daban hacia Jerusalén, se arrodillaba tres veces al día, y oraba y
daba gracias delante de su Dios, como lo solía hacer antes ”. Daniel tenía la
costumbre de orar tres veces al día. Dedica tiempo diario para orar dándole
prioridad al Señor en tu vida. Al dedicar tiempo todos los días para orar, recuerda
tener un lugar privado o específico en donde no seas interrumpido.
• Presenta ante Dios tus peticiones de oración. Santiago 4:3 “Pedís, y
no recibís, porque pedís mal (...)”. Elabores una lista de peticiones antes de
comenzar a orar y pide con fe a Dios. Tener una lista te ayuda a ver respuestas y te
hace amar a Dios y a crecer en fe.

3. Practica el ayuno con constancia. Practicar el ayuno, te vuelve más


como Jesús, pues eres transformado para bien, y eres habilitado para ver milagros,
señales y prodigios, siendo efectivo en tu servicio a Dios.
Algunas características que debe tener el ayuno que practicas son:
• Humildad. 1º Reyes 21:27-29 “Y sucedió que cuando Acab oyó estas palabras,
rasgó sus vestidos y puso cilicio sobre su carne, ayunó, y durmió en cilicio, y
anduvo humillado. 28Entonces vino palabra de Jehová a Elías tisbita, diciendo:
29¿No has visto cómo Acab se ha humillado delante de mí? Pues por cuanto se ha

humillado delante de mí, no traeré el mal en sus días; en los días de su hijo traeré
el mal sobre su casa”. Si te humillas, la Biblia asegura que serás exaltado. Dios se
compadeció de Acab, porque él se humilló. Al humillarte estar adorando a Dios.
• Sinceridad. Nehemías 9:1-2 “El día veinticuatro del mismo mes se reunieron
los hijos de Israel en ayuno, y con cilicio y tierra sobre sí. 2Y ya se había apartado
la descendencia de Israel de todos los extranjeros; y estando en pie, confesaron
sus pecados, y las iniquidades de sus padres”. La sinceridad es necesaria al ayunar,
pues te ayuda a confesar tus pecados y faltas ante Dios, y muestra que ayunas con
todo tu corazón, lo cual agrada a Dios y te ayuda a alcanzar la bendición.
• Firmeza. Ester 4:16 “Ve y reúne a todos los judíos que se hallan en Susa, y
ayunad por mí, y no comáis ni bebáis en tres días, noche y día; yo también con
mis doncellas ayunaré igualmente, y entonces entraré a ver al rey, aunque no sea
conforme a la ley; y si perezco, que perezca”. Dios vio la firmeza y determinación
de Ester y de su pueblo y alcanzó su petición.
Conclusión: Orar y ayunar, junto a la meditación provocada por la lectura de la Palabra
de Dios, produce cristianos que de verdad son discípulos disciplinados y comprometidos
con el Señor.

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