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La ‘normalidad’ del abuso

Febrero 18, 2019 - 11:35 p. m. Por: Gloria H.


https://www.elpais.com.co/opinion/columnistas/gloria-h/la-normalidad-del-
abuso.html

Era parte del paisaje, de lo masculino y lo femenino, de lo que se


consideraba propio de los hombres. Tenían el derecho, el poder, el
falo, la necesidad, ¿qué más daba lo que hicieran? El silencio tácito de
quienes lo debían ver como normal (que un hombre abuse de su
cuerpo), les dio todas las licencias para propagarlo, repetirlo, volverlo a
hacer y ni siquiera sonrojarse.

Era tan natural que muchos ni siquiera se acuerdan porque era ‘tan
natural’ y, ¿cómo van a marcar como especial la conducta habitual y
repetida? ¿Cómo? Era natural, parte de su comportamiento de
machos. ¿Por qué tanto escándalo? ¿Cómo van a recordar un caso
‘especial’ si fueron tantos? ¿Cómo ubicar a alguna mujer diferente si
bastaban unos senos o unas caderas para sentir que les pertenecían?
Cualquiera que fuera la dueña de esos atributos, ese cuerpo les
pertenecía a ellos. ‘Úselo’, disfrútelo, está a su servicio.

No disminuía su capacidad de liderazgo, ni de poder. No tenían ni


siquiera miedo de que los delataran (eran muchísimas), no importaba
porque ‘era natural’ su comportamiento y todas debían aceptarlo como
parte de su condición de mujeres. Era vox populi, pero como era
corriente, nadie debía sorprenderse. No se imaginaron nunca que
habría un despertar, que habría un límite, que habría un momento de
conciencia que los obligaría a responder. Así sea en su estúpido “son
persecuciones”, “no es verdad”, pero todos parecen cortados con la
misma tijera.

Son hijos del poder, dueños del poder, abusadores del poder,
embriagados con el poder. Óscar Arias, Él, Donald Trump, los actores,
el padre o el hermano, el sacerdote, el tío, hombres poderosos que
creyeron que el mundo de la mujer les pertenecía. Ya existen las
denuncias y un cierto límite. Pero como el poder masculino es
‘ilimitado’ creen que no les pasará nada. Creen que su mismo poder
los protege. Y lo siguen repitiendo, total ¡es natural!
En muchos hogares, en el lugar del trabajo, donde los médicos o los
sacerdotes, en lugares ‘aparentemente’ confiables, ¿dónde no ha
sucedido? ¿Cuál es el escenario que está ‘limpio’ de pecado? El
abuso es tan desproporcionado que invadió totalmente la relación de
hombres y mujeres. Y luego hay sorpresa por la conducta sumisa de la
mujer, por su poca autoestima: no se la explican. Y ahora, después del
inicio del despertar, la sorpresa se da por la ‘rabia’ con que se
reclama. Hay asombro por la expresión de esta ira histórica,
acumulada de siglos y de víctimas. Para muchos histeria, drama,
exageración. Algunos ‘no se lo creen’, les parece que las mujeres se
están vengando ‘injustamente’. ‘No es para tanto’, ellas también ‘lo
han disfrutado’. ¿Será que sí?

Hay que mirar para adelante, claro está. Pero no se puede permitir
que siga sucediendo. El miedo en la mujer no se suprime porque ‘el
poder del poder’ es demoledor. El abuso con el cuerpo, con las
emociones y sentimientos, la humillación con el lenguaje, cargarle la
responsabilidad de la culpa “a dónde me haces llegar,” no se soluciona
de un día para otro. Pero la idea es denunciar, hablarlo, expresarlo. Y
en caso de duda, investigar, no dejar pasar por alto porque los indicios
pueden llevar a un posible abusador. Crea cuando le hablen de abuso.
Puede estar salvando el futuro de una eventual víctima.

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