Está en la página 1de 2

Un robot en la junta directiva

La adopción tecnológica es una actitud empresarial. Es algo que tiene que estar metido en
el ADN de la organización. Su adopción no es una opción: es una obligación.

Sundar Pichai, el CEO de Google, sorprendió hace unas semanas al referirse a la


Inteligencia Artificial y el Machine Learning, calificándolos como inventos del tamaño y el
impacto que para la humanidad han tenido la electricidad o el fuego. Pichai no es
propiamente conocido por sus exageraciones y está por demás en una posición
privilegiada, por la empresa que dirige, para observar lo que se está logrando y lo que se
viene en esta materia.

A pesar de lo alcanzado hasta el momento, todavía estamos en una etapa embrionaria.


Según una encuesta reciente de MIT, si bien el 85% de los ejecutivos considera la
inteligencia artificial como una tecnología importante que permitirá construir ventajas
competitivas, solo una de cada cinco empresas las ha incorporado a sus productos o
procesos, y menos del 39% tiene una estrategia definida a este respecto.

La razón subyacente, ante la dimensión de las posibilidades y del cambio futuro, esta de
una parte en la ignorancia y el miedo a lo desconocido, y de otra parte a visiones de
alguna manera apocalípticas que amenazan todos y cada uno de nuestros puestos de
trabajo incluyendo,porque no, incluso los de alto nivel como el puesto mismo de miembro
de junta directiva.

Ya existen aplicaciones que han venido siendo utilizadas para introducir la Inteligencia
Artificial en nuestra vida diaria. Las hay que ayudan a detectar enfermedades, dirigir el
tráfico en las ciudades, componer piezas musicales, dejar organizado nuestro funeral,o
ayudarnos a salir de la depresión.

Twitter, por ejemplo, acaba de presentar una tecnología capaz de recortar las imágenes
que los usuarios suben a la plataforma de una manera que preserve la parte interesante.
No es por supuesto una tecnología revolucionaria, es simplemente una pequeña mejora
incremental. Otro algoritmo, en Canadá, examina perfiles en redes sociales e intenta
prevenir posibles suicidios, la segunda causa de muerte en el país entre los jóvenes. Las
hay para dejar nuestra última voluntad, para ayudarnos a negociar un descuento, para
leernos un mail o para sacarnos de aprietos cuando vamos manejando (Siri es el mejor
ejemplo por si creía que usted nunca lo había utilizado).

La adopción de estas tecnologías avanza a velocidad de crucero. Ingenuos los que piensan
que de una parte no tocará su industria, y de otra que operamos en escenarios que poco o
nada tienen que ver con su manejo. Sin excepción, la inteligencia artificial tocará nuestro
que hacer.

En Colombia, sobre todo a nivel del grupo humano involucrado en los gobiernos
corporativos de las empresas, el tema poco o nada se está estudiando. Se mira de reojo
como si ciencia ficción se tratara, dejando este espacio para el cierre de las sesiones
cuando ya relajados se habla igual de tecnología como de los chismes políticos del
momento.

La adopción tecnológica es una actitud empresarial. Es algo que tiene que estar metido en
el ADN de la organización. Su adopción no es una opción: es una obligación. Los mayores
cambios en el paisaje empresarial global los está habilitando la tecnología y los ganadores
serán aquellos que se apalancan en ellos para modificar su plan de negocio para seguir
vigentes antes que les revoquen su licencia para operar.

Las compañías que no inviertan en machine learning e inteligencia artificial perderán


oportunidades para ser más competitivas, para facturar mas, para diferenciar su oferta de
valor, y para atraer talento que aún no resulta fácil de encontrar. Mientras algunos se
plantean ambiciosas reflexiones filosóficas sobre el futuro de la humanidad para las que
nadie tiene aún respuesta, otros se dedican a extraerle partido. Los ganadores van un par
de pasos adelante. Estamos ad portas de la mayor revolución que jamás haya sufrido la
humanidad. Da miedo por supuesto, pero enterrar la cabeza es de lejos la peor estrategia:
al menos la más ingenua.

También podría gustarte