“Los primeros depositarios o receptores de ese amor
servicial deben ser los integrantes de nuestra propia familia.”
En una de las ocasiones que los discípulos vinieron a
Jesús, le preguntaron quién podría ser el primero de entre todos ellos, y Él les respondió: “el de ustedes que quiera ser grande, que se haga el servidor de ustedes, y si alguno de ustedes quiere ser el primero entre ustedes, que se haga el esclavo de todos; hagan como el Hijo del Hombre, que no vino a ser servido, sino a servir y a dar su vida como rescate por una muchedumbre” (Mateo 20:26-28).
El servicio fue una de las mayores manifestaciones del
amor de Cristo hacia nosotros. Sin embargo, es obvio que su servicio era una respuesta natural de su amor. Lo que debe inspirarnos a servir es el amor. No para obtener alabanza y mérito, sino por un amor puro, no sólo incondicional sino sacrificial.
El servicio fue una de las mayores manifestaciones del
amor de Cristo hacia nosotros. Desde que inició su ministerio en la tierra, tras ser bautizado por Juan el Bautista, nuestro Señor dedicó su tiempo a enseñar sobre el reino de los cielos, sanar a los enfermos, ayudar a los necesitados, preparar a sus discípulos, ¡resucitar a los muertos!. “EL VERDADERO PODER ESTA EN EL SERVICIO” “Nunca olvidemos que el verdadero poder es el servicio, y que también el Papá, para ejercer el poder, debe entrar cada vez más en ese servicio que tiene su culmen iluminoso en la cruz; debe poner sus ojos en el servicio humilde, concreto, rico de fe, de san José y, como él, abrir los brazos para custodiar a todo el pueblo de Dios y acoger con afecto y ternura a toda la humanidad, especialmente los más pobres, los más débiles, los más pequeños… Solo él sirve con amor sabe custodiar”.
(Papá Francisco, Homilía 19 de marzo del 2023)
LA NECESIDAD DE DEPURAR EL SERVICIO
RELIGIOSO Desde el comienzo de Su obra a lo largo del universo, Dios ha predestinado a muchas personas para que lo sirvan, incluyendo a aquellos de toda condición social. Esta obra suya hace más evidente para las personas la sabiduría y la omnipotencia de Dios, y los principios de Su obra en la tierra. Dios ha venido realmente a la tierra para hacer Su obra, para contactar con las personas de tal modo que puedan conocer Sus acciones con mayor claridad. Hoy veis que todos los que sirven ante Dios lo hacen con Su guía y con la obra del Espíritu Santo, y porque son personas que buscan la verdad.
En la obra de Dios y en las palabras de Dios, Él no hace
referencia a las cosas antiguas que ocurrieron antes, Él no investiga en el antiguo almanaque. Entonces si tú, como ser humano, siempre te aferras a las cosas del pasado, si te niegas a dejarlas ir, y las aplicas como una fórmula rígida, mientras que Dios ya no obra usando los medios que usaba antes, entonces, ¿no son perturbadoras tus palabras y tus acciones?