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⁵⁵ *Deben expulsar a todos los habitantes de esa tierra, pues si no lo hacen, los que queden

les harán la vida imposible como las astillas en los ojos o como las espinas en el cuerpo; les
causarán problemas en la tierra donde habiten.*
(PDT Nm 33:55)

Los israelitas habían pasado mucho tiempo en el desierto, habían recorrido un largo camino
hasta llegar a la tierra prometida y en ese caminar, se habían encontrado con muchas
personas, con muchos pueblos, pero Dios les da una advertencia antes de entrar a la tierra
prometida, que ellos tenían que desechar cualquier cosa que hubieran adquirido durante el
trayecto de su peregrinar, incluyendo las relaciones con esas personas.

Antes de llegar a Cristo, recorrimos un camino donde adquirimos hábitos, adquirimos


amistades y muchas cosas que definitivamente no tienen nada que ver con el reino de los
cielos.

Y que hoy, también Dios nos advierte a través de su palabra que debemos desechar todo
eso, para poder caminar de manera correcta en sus caminos para entrar al reino de los
cielos en santidad dando honor y gloria a nuestro salvador y señor.

Es por eso que debemos despojarnos de todo el pecado que nos asedia y transformar
nuestra mente con la palabra de Dios cada día. Y aunque habrán cosas que nos dolerán
como dejar la amistad de personas o hábitos arraigados fuertemente en nuestras vidas, es
mejor que desechar a Dios, pues la ganancia no tiene comparación.

Amado Dios y Padre celestial, por favor ayúdeme a no dejar que mi viejo yo, traiga dioses
ajenos, traiga malas costumbres, que me lleven a pecar contra usted, que me hagan
ofenderle y me alejen de mi comunión con usted, por el contrario, ayúdeme a cada día ir en
pos de la santidad, buscando agradarle en todo, para que al final de mis días pueda llegar

🛐
delante de su presencia y escuchar de su boca el decir, bien buen siervo y fiel, sobre poco
has sido fiel, sobre mucho te pondré, entra en el gozo de tu señor.

KDH

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