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OTROS LIBROS DE EDICIONES CINCO

CRISIS, RUPTURA
AL SUR DEL CANTO, Suma Paz.
APOYOS GRUPALES EN LA CRIANZA INFANTIL, Rosa Jaitin. Y SUPERACION
CONCEPCION DE LA ENFERMEDAD MENTAL SEGUN ENRIQUE
PICHON-RIVIERE, LA (TEORIA DE LA ENFERMEDAD UNICA'. ), Ana
P. de Quiroga. l.
CONSECUENCIA ANTIMARXISTA DE RODOLFO MONDOLFO, LA, Análisis transicional en psicoanálisis
José Ratzer.
CONVERSACIONES CON ENRIQUE PICHON-RIVIERE. SOBRE EL individual y grupal
ARTE Y LA LOCURA, Vicente Zito Lema.
CRITICA DE LA VIDA COTIDIANA,Ana P. de Quiroga y Josefina Racedo.
CRITICA DE LA VIDA COTIDIANA EN COMUNIDADES CAMPESI-
NAS, Josefina Racedo.
DINAMICA CORPORAL, Susana Kesselman.
ENFOQUES Y PERSPECTIVAS EN PSICOLOGIA SOCIAL, Ana Pam-
pliega de Quiroga.
EXISTENCIALISMO, EL, Henri Lefebvre (distribución). René Kaes, André Missenard,
FREUD: LOS SUE:fil'OS DE LA BURGUESIA, Jorge lmhoff. Raymond Kaspi, .Didier Anzieu,
GERONIMA, Jorge Pellegrini. Jean Guillaumin, José Bleger
PEDAGOGIA, DIALOGO Y CONFLICTO, Paulo Freire, Isabel Hemán-
dez, M. Gadotti, S. Guimaraes.
PROCESO DE CONSTITUCION DEL MUNDO INTERNO, Ana Pampliega
de Quiroga.
PROCESO EDUCATIVO SEGUN PAULO FREIRE Y ENRIQUE PI-
CHON-RIVIERE, EL, Paulo Freire, Ana Pampliega de Quiroga.
COLECCION
TEMAS GRUPALES POR AUTORES ARGENTINOS, Volumen I y Il. TEXTO Y CONTEXTO
TERAPIA DEL . STRESS - UN METODO DE RELAJACION, Fidel dirigida por Ana R de Quiroga
Moccio.
UN MARCO DE I< EALIDAD, Osvaldo Peusner. EDICIONES CINCO

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INTRODUCCION AL ANALISIS TRANSICIONAL

RENE KAES

La cns1s: en la serenidad de la retrospección fingimos creer que,


surgiendo como un todo, nos há sorprendido. Es una de las carai::terísti-
cas de la crisis aparecer así, imprevistamente y .en la masividad de lo
único. Pero, producida la irrupción, la crisis comienza a perfilarse en una
lústoria pasada y los recuerdos reaparecen revelando .sus causas, sus
orígenes, e incluso, sus soluciones. Sólo entonces recordamos las grandes
fracturas que han marcado la soñada y .lisa superficie del mundo, de las
cosas y de la lústoria, y que sufrimos en nuestro fuero interno variadas y
múltiples cicatrices: trazas de sucesivos sacudimientos que, a través de
ecos anestesiantes, hemos experimentado en nuestro cuerpo, en nuestros
afectos, en nuestros vínculos y nuestros saberes. Y más allá de la crisis
de la cultura, de la comunicación y de la sociabilidad que nos fue
brutalmente revelada en 1968, es necesario recordar a Valéry profetizan-
do la muerte de nuestras civilizaciones después de la de Dios y de
aquella que es su clara conse·cuencia: la del hombre. Y cuando ayer
nomás, destronada la metafísica y reemplazada por la psicosociología, se
creía comprobar la muerte de la familia y de las instituciones inmediata-
mente después de la muerte de lás ideologías, entramos definitivamente
en la era del duelo permanente . L¡¡ urgencia de los hechos encubre y

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evoca la inminencia de la muerte . Verborrágica, la muerte manifestada 1;1 creadores. Es posible que no podamos encontrar una salida hacia la vida,
en los discursos que ella misma suscita para ser repre8entada , se burla de pero estamos obligados a buscarla. La crisis nos lleva a iniciar una crítica
nuestro miedo, pero sigue allí, pues nada puede contenerla. ¿Quién de la vida. Hace treinta y cinco años esta crítica de la vida cotidiana era
podrá contenerla sino un más allá, garantía del más acá? De la falta de el proyecto de H. Le fe bvre.
ser mantenido en el más acá, es decir, aquí y ahora, es de donde surge El psicoanálisis dispone de medios para otro tipo de crítica: la crisis
nuevamente la necesidad de ser más allá proyectado en un espacio y sus elaboraciones permanentes constituyen ad1¡uisiciones que especifi-
meta-físico, meta-psíquico, meta-social. La desaparición de las antiguas can el modo de existencia de la psique humana.
garantías del orden propias de todo sistema vivo, de lo humano, es el ' En efecto, a través de esta experiencia global ·de la crisis, de la que
<:lemento constitutivo capital de las disfunciones que caracterizan la sólo percibimos aspectos parciales, se precisa la figura del hombre animal
crisis multidimensional a la que debemos sobrevivir. No dejamos de de crisis, sujeto en crisis, agente crítico del juego intersubjetivo. Quizá
enfrentarla creando sobre los recientes escombros nuevas garantías: por porque sea animal crítico, y por ende animal psíquico y político; el
un lado, recurriendo al pasado -retomo al arcaísmo- , a las formas hombre deba administrar creativamente las instituciones de la crisis. El
regresivas de protección que constituyen evidentemente nuevas garantías hombre se especifica por la crisis y se reafirma por su precaria e
de inmortalidad: nuevos dioses, recrudecimiento de las formaciones ideo- indefinida resolución. Sólo vive por la creación de dispositivos contra la
lógicas, totalitarismo de grupos sectarios, paradójica idealización de 12 crisis que, a su vez, producen crisis posteriores. El hombre se crea
muerte; y por el otro, y no obstante estar atrapados en el movimiento hombre gracias a la crisis, y su historia transcurre entre crisis y resolu-
mismo de esas regresiones, recurriendo a la experimentación creadora de ción, entre ruptura y sutura. En este espacio del "entre", de vivas
nuevos estilos de relación y de expresión, a la búsqueda abierta ·a1 juego rupturas y mortales suturas, de fracturas mortificantes en uniones creati-
de los antagonismos, a los azares del desorden, a la invención de nuevos vas, en este espacio de lo transicional -eventualmente espacio transicio-
equilibrios. Nos encontramos aquí con aquello que hace poco tie,npo en nal-, se juegan todos los avatares de lo social, lo mental y lo psíquico
e1 lenguaje religioso se llamaba esperanza 1 , es decir, nos encontramos que juntos tejen, cuando nos ubicamos en la perspectiva del sujeto
con el deseo de vivir a despecho de -y no renegando de- la muerte . particular, la singularidad de una persona.
En su origen mismo, la entrada en él mundo es una entrada en la
crisis, es decir, una perturbación múltiple. Así, la premaduración crecien-
Entre ruptura y sutura, lo transicional te de la especie requiere una perfecta disposición del medio circundante.
La perfección de este medio, a la vez materno y material, funda el
Sin lugar a dudas esta preocupación por la crisis y esta expectativa sentimiento de la permanencia, de la seguridad y de la continuidad del
por comprender sus formas de elaboración, de poner en funcionamiento ·ser, y forma aquello que J. Bleger (cap. 6) llama el encuadre, es decir, el
las condiciones de su liberación, son una tentativa de la esperanza: es receptáculo de las partes no diferenciadas -psicóticas o simbióticas- de
necesario que un orden más allá (meta) soporte la anticipación creadora la personalidad. La importancia que cobran el medio y el encuadre
vital, aunque más no fuese el hombre y su saber sobre sus propias siempre se manifiesta por su carencia, que no deja de producirse y que
ilusiones. Pero precisamente no desconocemos cuál es el riesgo de positi- es necesaria para el crecimiento: esta carencia, esta debilidad, lleva al ser
vidad y cuáles son las ilusiones que pueden afectar una empresa que humano a la crisis. Al mismo tiempo, revelan al observador atento la
podría seguir siendo esencialmente intelectual, idealmente optimista, equi~alencia madre-encuadre-grupo, es decir, el acoplamiento psicosocial
proféticamente ya realizada. La disfunción de los sistemas eco-bio-psico- primitivo entre lo intrapsíquico y lo interpsíquico. ¿Cómo se supera la
sociológicos que actualmente se propaga en ondas catastróficas, no conlle- crisis? Diría que de esta manera: a la regulación psicosocial; mediatizada
va en ellas mismas el . dinamismo y los recursos de nuevos equilibrios por el grupo-madre que se intemaliza 2 progresivamente y que ·no deja de
1 A propósito de la utopía, véase Emest Bl'och, Das Prinzip Hoffnung (El 2 La madre-que-sostiene la situación respondiendo a las experiencias instintivas
principio esperanza), 1959. del niño, es interiorizada y forma parte del sí-mismo.

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ser proyectada en el encuadre y la fonna, se adjunta y articula la ~( donde reunificamos la dispersión de nuestro ser corporal en Ja imago
regulación propiamente psíquica de la actividad fantasmática de sutura, que conforma su unidad. El retomo de aquello que los garantes "meta"
de llenado, de restablecimiento de aquello que, para el observador, es el de un orden o de una unidad permitirán definir: la explosión, la
objeto del sujeto. El reemplazo psíquico que asegura la continuidad del indigencia originaria, el caos, son un factor suplementario de desorden y
adentro depende vitalmente del reemplazo psicosocial que, desde afuera, de angustia aniquilante . Aquí Narciso muere por obra de un fragmento
establece la función del contenedor y la matriz grnpal de la identidad. de su espejo quebrado. Para sobrevivir, y quizá para vivir, deberá crear
Las otras crisis de crecimiento, adolescencia, crisis de la edad intermedia, aquello que era virtual en el espejo y designarse desde ese momento
entrada en la vejez, sólo pueden ser elaboradas y superadas por las apartándose de su imagen captada en los ojos de la madre.
propiedades conjuntas de la actividad intrapsíquica, del encuadre y del Entrada en el mundo, actualización de la crisis, presencia de Ja
entorno psicosocial. Las formaciones de la personalidad que desde este muerte pero, necesariamente, creación . La creación es la alternativa que
momento pueden considerarse grupales, siempre serán conmocionadas: la la vida opone a los componentes letales de la crisis. Las condiciones que
imagen del cuerpo, los complejos, las redes identificatorias, las imagos, la hacen posib1e la creación es uno de Jos temas mayores del análisis
imago del aparato psíquico. transicional. Es necesario crear no solamente los dispositivos aptos para
Y tanto lo grupal como lo cultural están comprometidos en la superar la crisis, sino también los conceptos específicos para pensarla.
génesis y solución de la crisis, sobre todo en la capacidad de aportar un En su propio orden, el psicoanálisis aparece como una de las vías de
aparato psicosocia! que asegure la continuidad supletoria y Ja contención acceso y de trabajo pertinentes para pensar y tratar lo impensable de
de la experiencia de ruptura. toda crisis: la descentración narcisista que caracteriza a toda ruptura de
Si Ja crisis es vivida como una muerte es porque de esta manera se equilibrio social y la reubicación axial de todo proyecto creador. Y sin
m'.¿rca la connotación generalmente amenazadora de las perturbaciones embargo, prácticamente no existe en el psicoanálisis una elaboración
que se manifiestan en un sistema vivo. Sabemos que la aparición de la teórica de la crisis.
crisis en los sistemas edificados para asegurar la seguridad, la continui-
dad, la sujeción, la conservación y la reposición es siempre vivida como Quisiera examinar aquello que se produce cuando tenemos que vivir
una exposición a la muerte. Como escribía O. Fenichel en 1945 ,'"las y elaborar una experiencia de ruptura en la continuidad de las cosas, de
estructuras individuales creadas por las instituciones ayudan a conservar sí mismo, de las relaéiones con nuestro medio circundante, es decir, una
esta.s mismas instituciones" 3 . La crisis de uno amenaza la liquidación del experiencia de crisis. Más precisamente me referiré a lo que comprende-
otro, parcial o totalmente. Las instituciones delimitan efectivamente el mos y practicamos cuando recibimos una demanda de tratamiento o de
núcleo básico de la identidad por medio de los grupos. Las instituciones formación personal, y cuando respondemos a ello proponiendo una
y las mentalidades constituyen Jos metasistemas que nos con tienen situación que juzgamos apta para sostener el trabajo psíquico de elabora-
organizando nuestros encuadres, sin los cuales no podríámos vivir si no ción de la crisis que generalmente subtiende la demanda. Adelantaré que,
pudiésemos depositar en ellos la parte psicótica de nuestra personalidad, con respecto a lo que aquí tratamos, una de las car.acterísticas de la
si no pudiésemos, cuando el encuadre se debilita, extraer de sus partes situación operativa que proponemos es la de ser una situación de grupo;
todavía no diferenciadas algunos aspectos creativos. Y precisamente encaramos así algo de la dimensión psicosocial -y más_ precisamente
debemos sobrevivir creativamente a los grandes sismos de la historia, a grupal, a mi entender- del funcionamiento psíquico. Por lo tanto,
las grandes fracturas sociales, al quebranto de las culturas, en suma, a proponemos un dispositivo y un encuadre propio para una elaboración
la desaparición real y fantaseada de los garantes metasociales, metafísi- de la personalidad en crisis -gracias a una estrategia grupal. Después de
cos, metalógicos: a los contenedores de nuestras angustias e ideales, a esto pasaremos a examinarlo.
aquello que nos ha hecho lo que somos. " Por análisis transicional entiendo el ejercicio de una práctica psico-
El primer contenedor es la madre, y su rostro el primer espejo analítica centrada en la elaboración de la experiencia de la crisis a través
de la mediación de un trabajo sobre las dimensiones psicosociales y
3 Citado por J. Bleger (1966, trabajo reproducido en el cap. 6 de esta obra). sobre todo grupales de la personalidad.

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A.A.P.P~Q.
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Este análisis, que intenta articular una concepción de la personalidad recae sobre la solidaridad de los apoyos, y el psiquismo es entendido
y del grupo a una situación de crisis, me ha llevado a formular algunas como construcción-destrucción, movifiliento de apoyattiras y retiro de
hipótesis generales sobre las relaciones, reveladas por la crisis, entre las mismas, de aperturas y cierres, de crisis y creación, movimientos que
psiquismo individual y formación grupal y entre perturbación sistémica y presuponen estructuras relativamente estables: dichas estructuras están
vivencia de la ruptura. provistas por Ja: configuración de los soportes fundamentales propiós de
una persona o de un conjunto de personas (por ejemplo, un grupo).
l. REFERENCIAS PARA PENSAR LA CRISIS El modelo freudiano de elección anaclítica de objeto y el de la
barrera de protección (y de· contacto) sugieren una representación del
La crisis produce la necesidad de buscar apoyo, de encontrar refuer- proceso de apoyo múltiple, es decir, la readaptación transformadora de
zo y confortación, y la perturbación, a sú vez, la necesidad de crear lo apoyado por lo apoyante en un espacio intermedio de apoyatura que
nuevas regulaciones que produzcan placer. Más tarde, pero siempre en podemos imaginar como un pasaje estanco de comunicación o de aisla-
una tonalidad que revela el fondo depresivo de la pérdida de apoyo, se miento entre dos espacios heterogéneos.
manifestará quizás el problema de asegurarse y de saber cómo subsiste el Doble serniabertura por lo tanto, pues no se trata solamente del
psiquismo, sobre qué y de qué subsiste: origen, apoyo, moldeado y espacio de contacto y de protección entre el psiquismo y su apoyo, sino
consistencia, la crisis revela, gracias a la perturbación, la base, líi regula- de semiaberturas entre los soportes mismos. Estos no son de igual
ción y los recursos del ser, es decir, en forma más técnica, los apoyos naturaleza, y el psiquismo no se apoya de la misma manera sobre el
anaclíticos del psiquismo. Mucho más profundamente, en la crisis y en cuerpo, sobre la madre o sobre el grupo, aunque evidentemente se
la experiencia de la depresión no solo descubrimos múltiples apoyos sino establezca un juego de equivalencias entre el registro de lo real, lo
también sus secretas imbricaciones. imaginario o lo simbólico.
Todo apoyo no solamente tiene como característica fundamental la
de pertenecer a una red de apoyaturas, sino también de estar en "apoyo
1. Los apoyos múltiples y la estructuración grupal del ·psi- mutuo", es decir que aquello que se apoya tiene la posibilidad de servir,
quismo a su tumo, de apoyo a lo que sostiene. La relación madre-bebé-padre
puede ser descrita de esta manera, e incluso la pareja amorosa o la
La idea de un apoyo múltiple encuentra su raíz en el pensamiento relación pedagógica. La calidad de "apoyo mutuo" de la apoyatura
de Freud, como he intentado demostrarlo en un trabajo reciente depende de la existencia del espacio libre de apoyatura (el pasaje
{1978b). Además, la vida creativa de Freud sugiere enfáticamente la estanco). Este espacio .psíquico es el del contrato de apoyatura, es decir,
existencia de un apoyo cuádruple que creo es fundamental; el apoyo la relación de reciprocidad en el placer y el beneficio del apoyo mutuo.
sobre el cuerpo, sobre la madre, sobre el grupo (en aquello que mediati- Podemos encontrar (o reencontrar) fácilmente una base analógica del
za del orden social y cultural mediante formas y procesos propios) y placer de apoyo en el placer de estrechar o ser estrechado y en el del
sobre el sí-mismo [soi] o sobre ciertas formaciones psíquicas. La falla estar en grupo (o en racimo). Aclaremos que el placer de encontrar una
accidental de uno de estos apoyos siempre moviliza en Freud un movi- apoyatura "en mutuo apoyo" es tanto el de la complementariedad
miento de depresión y el recurso, o el retomo, a un apoyo más sólido como el del antagonismo (apoyo sobre el adversario). Un ejemplo de
sobre el cual pueda basarse y tomarlo como modelo para crear. contrato de apoyatura es el de la relación entre el líder y su grupo.
La hipótesis que propongo no significa solamente la adición de dos Los aspectos narcisistas y sociales de este contrato son fácilmente
nuevos apoyos a los habitualmente reconocidos en la teoría psicoanalíti- detectables.
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ca (el apoyo de .la pulsión sobre el cuerpo y el del objeto de amor sobre De todo esto es posible deducir que, manifestada la ausencia irreme-
la madre), sino que pretende significar que toda formación psíquica está . diable de un apoyo necesario para la formación del psiquismo, se produce
multi-apoyada y que, en caso de que ciertos apoyos fracasen, sobrevienen una grave perturbación psíquica, sin que sea posible reconstruir, median-
notables variaciones cualitativas en dicha formación. Por ende, el acento te un vicario juego de prótesis, los soportes indispensables para la vida; o
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cuando se produce un debilitamiento de los soportes (desapoyatura), o la primera concierne a sus propiedades formales. En efecto, estas forma-
incluso cuando se llega a abolir el espacio de apoyatura provocando una ciones constituyen conjuntos cuyos elementos discretos y diferenciados
sutura del soporte y de la fonnación psíquica. El análisis del grupo están en interrelación por medio de una ley o pri11cipio de composición;
primario proporciona ejemplos notables de estas perturbaciones y de sus este conjunto delimitado mantiene su identidad y su coherencia a través
incidencias patológicas. La familia psicótica podría ser caracterizada por de las modificaciones provenientes del interior o del exterior que nq pue-
la ausencia o por la sutura de los espacios de apoyatura. Este juego de den menos que afectarlo; por lo tanto, estas formaciones están altamen-
desapoyaturas y reapoyaturas aparece implicado en todas las situaciones te comprometidas en un proceso formativo o terapéutico a través del

de crisis y de cambio; es una dimensión de la transicionalidad, como grupo. Lo que llanio imago de la psique, imago y complejo familiar,
veremos más adelante 4 • fantasía originaria, redes identificatorias, corresponden a esta propiedad
Estos apoyos mutuos de la apoyatura tejidos en redes que se formal.
alteran, cambian y se recrean, definen la tensión específica del aparato La segunda razón para considerarlas grupales proviene de su origen
psíquico en sus solidaridades bio-psico-sociológicas. Tengo la impresión en la apoyatura grupal. He demostrado en otro lugar (1977b) que la
de que esta tensión, este juego amámico, económico y tópico, fonnan el serie de equivalencias madre-grupo y cuerpo-grupo podían ser detectadas
objeto mismo del análisis grupal. tanto en la experiencia psicoanalítica y religiosa, como en la etnológica
Esta hipótesis de una apoyatura múltiple del psiquismo que integra y etológica. Estas equivalencias han sido confirmadas profusamente por
la dimensión de la apoyatura grupal en mutuo apoyo, me lleva a la observación de los grupos psicoanalíticos de formación y terapia y por·
proponer un fundamento a la otra perspectiva que he desarrollado en
mis investigaciones sobre el aparato psíquico grupal: el psiquísmo se
construye a través de la apoyatura grupal y algunas de sus fonnaciones
) el análisis de las relaciones entre la estructura familiar y la psicosis (G .
Pankow).
Y por último, la tercera razón pero rio la menos importante, es que
están estructuradas como grupos "del adentro". Llegué a esta concep- las formaciones grupales del psiquismo poseen una función organizadora
ción en el transcurso de mis estudios sobre las representaciones de en el proceso grupal: contribuyen a la construcción y orientación de las
grupo, en tanto éste es objeto de catexias por parte del psiquismo. conductas grupales. Gran parte de m'is análisis de grupos están basados
Según esta hipótesis, las representaciones se encuentran organizadas por en la existencia de esta propiedad. El tipo y el modo de la fónnación
un cierto número de fonnaciones psíquicas inconscientes que poseen grupal movilizada confieren a cada grupo concreto, en un momento
cualidades notables; estas fonnaciones son la imagen del cuerpo, la dado o pennanentemente, su carácter específico para los individuos que
imago de la psique, las imagos y los complejos familiares, las redes lo componen. En mi obra sobre el aparato psíquico grupal (1976a) he
identificatorias, las fantasías originarias. Pude constatar dos cosas: la analizado en numerosos casos cómo la construcción del espacio grupal
primera es que para que estas fonnaciones puedan ser fonnuladas como cuestiona las funciones simbólicas de la. imagen del cuerpo (y sobre todo
representaciones deben apoyarse previamente sobre representaciones so- de la piel), qué procedimientos de asignación de lugares y de organiza-
ciales, sobre un ya-dicho colectivamente articulado; la segunda, es que ción de relaciones de objetos son movilizados en el proceso grupal por
estas formaciones que yo califico de grupales por razones que pasaré a las fantasías originarias, y cómo la estructura grupal de las instancias de
exponer, tienen una relevancia manifiesta en el proceso grupal mismo y la tópica interna se encuentra proyectada, distorsionada y organizada en
mantienen entre ellas relaciones de antagonismo, de encubrimiento o de los grupos.
mutuo apoyo. Al proponer la consideración de lá apoyatura múltiple y las forma-
Califico estas formaciones psíquicas como grupales por tres razones: ciones grupales del psiquismo, he intentado forjar dos conceptos que
hacen posible la articulación entre lo intrapsíquico por una parte, y lo
4 Fn esta perspectiva toda reorganización creadora está condicionada por una grupal y lo institucional por la otra; toda articulación admite la existen-
desapoyatura; la obra misma es el resultado de un proceso de reapoyos y de cia de elementos separados por un vacío y unidos por un espacio
recomposiciones. Véase rrú contribución "Esprit de corps et création mythopoétique intermedio.
dans les processus de groupe", en J. Guillaumin y otros, 1979.
( Lo intermedio: en el análisis transicional y en la transicionalidad
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esta noción es central, como lo es, por otra parte, en Winnícott, en


Roheim, en Hermann. Noción central en la hipótesis de la apoyatura
múltiple, sirve para precisar la imagen del pasaje estanco de apoyatura:
lo intermedio es una instancia de comunicación: aquello que pertenece a
A y a B por los elementos que poseen en común; entre dos términos
separados, discontinuos, en la separación, lo intermedio es una media-
ción, una vinculación en lo mantenido-separado; por lo tanto es una
instancia de articulación de diferencia, un lugar de simbolización. Lo
intermedio es, por último, una instancia de conf/ictualización: de oposi-
ción entre elementos antagónicos. Por obra de estos tres caracteres, lo
intermedio asegura una función de puente sobre una ruptura sostenida:
un pasaje, una re actualización.
En cierta manera, la crisis se produce, desde el punto de vista del
sujeto, por los fracasos de esta articulación.

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