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PROYECTO FINAL

Entregable 1. Recorrido virtual INEC


SEGUNDA INVESTIGACION
CONCLUSION

Una vez analizados y contrastados los resultados producto de la interpretación jurídica

de las fuentes legales, doctrinales y jurisprudenciales que permitieron describir los

supuestos de ejecución integral a la víctima del delito de asesinato, se derivan las

siguientes conclusiones:

• La reparación integral a la víctima es un derecho constitucional con base en el derecho

internacional. En forma especial la Organización de las Naciones Unidas garantiza a los

sujetos pasivos que han sufrido daños a través de la infracción de la ley que sean

reparados sus derechos infringidos y reciban un trato acorde a su condición de víctimas.


• Los instrumentos legales que conforman el derecho positivo ecuatoriano adoptan los

mecanismos de reparación integral a la víctima del delito de asesinato a través de la

indemnización de daños materiales e inmateriales y la rehabilitación, en los casos que

resulte procedente, que deriva de las circunstancias que rodean al hecho punible.

• La legislación vigente define el tipo penal de asesinato ya sea por acción u omisión en

la forma culposa, dolosa o preterintencional, por lo que la intención del legislador

consiste en resarcir los daños generados con ocasión de la muerte de una persona,

respondiendo por ellas conforme a derecho.

Entregable 2. Noticias e investigación especializada

Los Ríos, Guayas y Manabí son las provincias más afectadas por la ola de violencia.

La Policía Nacional de Ecuador informó este sábado que, tres semanas después de haber
comenzado el año, el país ya contabiliza 180 crímenes violentos, cifra muy superior a
los 75 que se reportaron en igual periodo de 2021.
De acuerdo con el cuerpo armado, las provincias de Los Ríos (centro), junto a Guayas y
Manabí (oeste) son las más afectadas por la ola de violencia, principalmente en
hechos ligados a la modalidad del sicariato.

Por otro lado, durante el pasado año la nación suramericana tuvo una tasa de 13.13
homicidios por cada 100.000 habitantes, índice que expertos valoran como el peor de
los últimos 10 años.

Esta estadística toma en cuenta más de 320 asesinatos ocurridos en las cárceles. Durante 2021
se agudizó la crisis del sistema penitenciario ecuatoriano.

La ciudad de Guayaquil (provincia de Guayas) y los vecinos cantones Durán y Samborondón


sobresalen como las áreas más golpeadas por la violencia, además de Quito, la capital
del país.

Medios locales informan que en lo que va del 2022, en el área de Guayaquil, Durán y
Samborondón suman 72 muertes violentas (en todo enero de 2021 se reportaron 29),
de las cuales 33 sucedieron en Guayaquil.

En recientes declaraciones a medios de prensa, el viceministro del Interior, coronel Max


Campos, consideró que detrás de muchos de los homicidios se hallan los ajustes de
cuentas, vinculados con el narcotráfico y las disputas entre grupos del crimen
organizado por el control de territorios y economías ilícitas. Otra significativa cifra de
homicidios se asocia con asaltos que terminan en muerte violenta.

El funcionario precisó que durante 2021 se incautaron 210 toneladas de droga y que el tráfico
de estas sustancias aumentó, entre otras cuestiones, por la porosidad de las fronteras y
porque el crimen organizado trasnacional aprovechó la emergencia sanitaria
provocada por la pandemia para incrementar su producción y trasiego.
Campos consideró que en el corto plazo hay que acometer acciones de mitigación de esta
situación y a largo plazo hay que fomentar una cultura de legalidad y paz, aunque no
precisó de qué estrategias se valdrá el Gobierno del presidente Guillermo Lasso para
hacerlo y revertir la situación de inseguridad.

Hasta el momento, el Ejecutivo ha accionado a través de decretar estados de excepción,


reforzar controles policiales y encargar a las Fuerzas Armadas que apoyen en velar
por la seguridad en las calles, pero sin obtener los resultados esperados. 

(JDO, 2022)

Entregable 3. Obtén datos de una muestra


La información estadística que sirve de sustento para el presente análisis ha sido tomada

mayoritariamente tanto de estudiantes y personas entrevistadas. Para la última década

del siglo anterior se constata un crecimiento progresivo de la tasa de homicidio por

100.000 habitantes a nivel del país, pasando de 11.4 en el año 1991 a 16.49 en el año

2000

(Tabla # 1)

Porcentualmente el incremento de la tasa de homicidios en el Ecuador entre el año 1991 y el

2000 es de 44.52%. A partir del 2001 hasta el 2008, las tasas por homicidio en el

Ecuador (Tabla # 2) se mantienen en ascenso, aunque porcentualmente su incremento

es menor al de la década anterior, puesto que en los ocho años se aprecia un 12.75%

de elevación.

En el 2005 se registraron un total de 2411 muertes por homicidio, lo cual representa el

número y la tasa más alta del período. Si se compara la tasa correspondiente al 2000
(16.49) con la del 2005 (18.24), observamos que el incremento porcentual en dicho

quinquenio es de 10.61%, cifra que está muy por debajo de lo acontecido en la última

década del siglo XX, periodo en el que el incremento se estableció en 44.52%. En el

Distrito Metropolitano de Quito, el primer año de este siglo se inicia con una tasa de

homicidios de 14.78 y en forma paulatina desciende hasta llegar al 2009 con 9.74

fallecimientos por cada 100.000 habitantes

(Tabla # 3)

Es interesante comparar lo acontecido a lo largo de los ocho primeros años del siglo XXI.A

nivel país las tasas de homicidio presentaron un incremento paulatino, aunque no

severo, del 12.75%, mientras que el Distrito Metropolitano de Quito acusó un

descenso en cifras porcentuales de 13.11%. En números absolutos, en el Distrito

Metropolitano de Quito, durante el 2001 se registraron 280 homicidios, en el 2008 un

total de 236, y en el 2009, el número de muertes por esta causa disminuyó a 204

fallecimientos. Contrasta esta situación con lo que sucede en otras provincias y

ciudades del país. Así, según declaración hecha por la Presidencia de la República en

el elciudadano.gov.ec, publicada el 9 de enero del presente año, la provincia del

Guayas presentó en el 2008 una tasa de homicidios de 28 por 100.000 habitantes y

para el año 2009 la tasa bajó a 25.A su vez, Obando yVera en el Diario Expreso del
12 de marzo de 2010 muestran las provincias con más altas tasas de homicidio en el

2009, ver Tabla # 4. Provincias que para el año 2004 mantenían similares

características (Barreto, 2007)

Para la ciudad de Guayaquil, la fuente arriba citada señaló una tasa de homicidios de 18.91

para el año 2009, lo cual significa el doble de lo que acontece en la capital

ecuatoriana. En base a los datos del PNUD (citado en Acero,s/f), en la Tabla # 5

constan las capitales y las otras ciudades de los países de la región ubicados en orden

descendente según sus tasas de homicidios correspondientes al 2006. Quito pertenece

al grupo intermedio, de un lado está muy distante de San Salvador y de Caracas,

ciudades que para ese año fueron las que más homicidios registraron. De otro, es

evidente la distancia relativamente corta de Quito con las dos ciudades que mostraron

las tasas más bajas de la región: Asunción y Santiago. En la Tabla # 6,

correspondiente al periodo 2001 – 2009, se presentan los porcentajes de homicidios

del Distrito Metropolitano de Quito según el sexo de sus habitantes. Ahí se observa

que la gran mayoría de víctimas son hombres, en una relación de siete víctimas

varones por cada mujer. Tomando como referencia lo acontecido en el 2008, ver tabla

# 7, el grupo de edad en que se ubica la mayoría de las víctimas es de 16 a 30 años,

tanto para hombres como para mujeres. En los varones sigue el grupo de 31 a 46 años

y en las mujeres el de 47 a 61 años.


Es muy complejo identificar la razón o la causa que llevó al victimario a cometer un

homicidio. Sin embargo, en base a las apreciaciones de la Policía Judicial y el registro

que lleva el Observatorio Metropolitano de Seguridad Ciudadana, aparecen las riñas

como la principal causa de este delito, seguida muy de cerca por el asalto con

intenciones de robo y luego los sentimientos de venganza. El detalle de las

denominadas causas aparece en la Tabla # 8


El 70% de los homicidios se encasillan en las tres principales causas antes señaladas. En

cerca del 10% de los casos no ha sido posible aclarar el motivo del homicidio y se

mantiene bajo el acápite en investigación. Uno de cada cuatro homicidios son

consecuencia de las riñas, hecho que nos permite afirmar que son actos no

premeditados, sino fruto de las circunstancias del momento y de la incapacidad de los

actores para buscar soluciones pacíficas a los conflictos. Entre los años 2001 y 2008

en el Distrito Metropolitano de Quito se ha producido un total de 2.066 homicidios

(INEC, s/f) De acuerdo al Gráfico # 1, los medios utilizados para este fin han sido los

siguientes: armas de fuego 37.36%, armas blancas 35.43%, ahorcamiento,

estrangulamiento, sofocación y uso de fuerza corporal el 11%. En el 15,9% no ha sido

factible especificar el medio utilizado. El fin de semana es el período propicio para

eventos sociales y deportivos en los cuales el consumo de alcohol y la posibilidad de

confrontaciones violentas son una constante en nuestra cultura. Entre los tres días que

conforman el fin de semana se comete el 61.48% de todos los homicidios. Así, el

sábado es el día con mayor registro de muerte por homicidios, el 24.25% de las

muertes por esta causa se cumplieron en ese día de la semana durante los años 2007 y

2008. Seguido del domingo con 22.34% y luego el viernes con 14.89%. El más bajo

porcentaje se visibiliza en el jueves con 8.51%. Ver Gráfico # 2. En la tabla # 9 se

aprecia la distribución espacial de los homicidios en el Distrito Metropolitano de

Quito durante los años 2007 al 2009.


otros
17%

armas blancas
37%
fuerza corporal
11%

armas de fuego
35%

lunes
11%
domingo
22%
martes
10%

miercoles
9%

sabado jueves
24% 9%

viernes
15%

lunes martes miercoles jueves viernes sabado domingo


Los sectores ubicados en la periferia de la ciudad, como los valles de los Chillos, Calderón y

Tumbaco acusan las cifras porcentuales más bajas de homicidios. En el resto de la

ciudad, la distribución es homogénea. Un hecho que llama la atención y

comprendemos que es de difícil abordaje, es la ausencia de información sobre los

victimarios, al menos de aquellos que han sido identificados y juzgados.

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