Está en la página 1de 1

Golfo y Tambor

En un lugar algo lejano existía un loro llamado Golfo y un conejito blanco llamado
Tambor, ellos eran muy buenos amigos desde muy pequeños; siempre se
contaban todo. Otro de sus amigos más recientes era un sapo llamado Toto.
Resulta que a Golfo le gustaba una guacamaya muy bonita llamada Daisy.
Tambor también estaba enamorado en secreto de la guacamaya, pero creía que
su amigo se enojaría. Un día estaban Golfo y Tambor hablando como era su
costumbre, en ese momento pasó Daisy y ambos se quedaron observándola.
Tambor dijo: “Oye Golfo, escuché a Toto decir que le gustaba Daisy y que la
enamoraría antes que tú, no creo que debamos juntarnos con él” a lo que Golfo le
contestó: “Ay no, no sabía, ¿pero qué le pasa? Yo le había dicho que a mí me
gustaba Daisy, pero que bueno que lo mencionas así sabré que no es un
verdadero amigo”.
Golfo pensaba lo peor de Toto y lo evitaba a donde quiera que iba. Un tiempo
después Daisy comenzó a recibir regalos de un admirador secreto, por lo que
Golfo supuso que eran de Toto, y fue a reclamarle. Toto lo negó todo; él no sabía
de qué hablaba Golfo: “Yo nunca le haría algo así a un amigo, y menos a ti”. Golfo
estaba indignado porque él creía saber la verdad y que Toto lo negará le parecía
hipócrita. Cierto día Golfo volaba por el bosque cuando alcanzó a ver a Daisy, por l
o que decidió seguirla para ver que hacía. Daisy entró en una pequeña
cueva, Golfo entró silenciosamente y se escondió atrás de una piedra. Escuchó
que Daisy reía y hablaba con alguien y al momento de ver quien era descubrió que
era Tambor. No quería creerlo, Tambor era su mejor amigo desde muy pequeños,
no podía ser cierto. Decidió enfrentarlo y descubrió que a Tambor le gustaba Daisy
desde tiempo atrás. Golfo se sintió muy mal por cómo había tratado a Toto, por lo
que decidió ir a pedirle disculpas. Comprendió que Toto siempre dijo la verdad, y
Tambor siempre le estuvo mintiendo en frente de sus propios ojos. Dejó que Daisy
y Tambor fueran felices y entendió que Toto siempre fue un buen amigo.
Moraleja:
La verdadera amistad no se trata de quién vino primero o de quién te conoce más
tiempo. Se trata de quién llegó y nunca se fue.
-Ángeles G. y Karla O.

También podría gustarte