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LAS AVENTURAS DE TOM SAWYER

CAPITULO 1

La tía Poly estaba buscando a Tom. La anciana se bajó los anteojos y miró en el cuarto. Después se los subió y
volvió a mirar.
Lo encontró y le preguntó qué era eso pegajoso; Tom se hizo el que no sabía y la tía le dijo que ella sabía que era
dulce, y lo retó porque le había dicho que no comiera. Le dijo que lo iba a despellejar vivo.
Tomó una vara y Tom le dijo que tenía algo detrás, cuando ella se dio vuelta, Tom aprovechó para escaparse.
La tía se quedó refunfuñando y pensando cuándo se daría cuenta de sus burlas. Dijo que Tom tenía el diablo en el
cuerpo y que es hijo de su hermana muerta.
La tía piensa que debe ser más dura con él, ponerle más penitencias, aunque sea huérfano. Ese día se había
escapado del colegio, por lo tanto el sábado lo haría trabajar.
Cuando Tom volvió a su casa se puso a ayudar a Jim, un niño de color que vive con la tía Poly y la ayuda, a hacer
leña antes de la cena. Y le contó sus aventuras a Jim. Sid, que era su hermanastro, ya había terminado su tarea
con las astillas.
Mientras cenaban, la tía le hacía preguntas con malicia para tratar de sacarle información. Gracias a Sid, que
descubrió que tenía la camisa cosida con negro, mientras que la tía la había cosido con blanco, fue descubierto
que no había ido a la escuela por ir a nadar. Volvió a escaparse, no sin antes prometerle una paliza a Sid por
haberlo descubierto.
Iba caminando por la calle silbando cuando apareció delante de él un forastero, vestido de traje: sobrero,
chaqueta de paño azul, cortada y elegante, pantalones, zapatos y corbata con cintas de colores vivos.
Empezaron a decirse cosas hasta que se trenzaron en una pelea, revolcándose por el piso. La pelea la ganó Tom, y
cuando dejó ir al forastero, éste tomó una piedra y se la tiró a la espalda. Tom lo corrió y así descubrió dónde era
su casa. Lo esperó en la vereda pero salió la madre y lo echó tratándolo de ordinario y peleador. Tom se fue pero
prometió que ese niño se las iba a pagar.
Cuando llegó a su casa era tarde y cayó en una trampa que le había tendido su tía, la cual le dijo que el feriado del
día siguiente (sábado) quedaba suspendido y tendría que trabajar.

CAPITULO 2

El sábado era un día hermoso. Tom apareció con un balde de cal y una brocha, para pintar una cerca que le
pareció grandísima.
Jim salió con un balde a buscar agua. Cuando regresó a la hora Tom le pidió que pintara un pedazo y él le iba a
buscar más agua. Jim le dijo que la patrona le había ordenado eso y no podía hacer otra cosa. Pero Tom lo
convenció de que no iba a pasar nada, le prometió que le daría una bolita blanca.
Tom se puso a pensar que muy pronto los chicos que tenían asueto pasarían muy pronto por donde estaba el
trabajando y se reirían de él.
Luego tomó la brocha nuevamente y se puso a pintar. Al rato aparecieron los chicos, entre ellos Ben Rogers, que
era del que más temía las burlas Tom.
Ben venía a los saltos y comiéndose una manzana, a los alaridos y cantando tilín tilín, tilín, tilón. Representaba a
un barco, el Gran Misuri.
Tom siguió pintando, pero Ben le dijo que estaba trabajando porque estaba pagando lo que había hecho. Tom le
dijo que no lo había visto venir.
Ben lo invitó a nadar burlándose. Tom le dijo que a él le gustaba el trabajo de pintar porque no todos los días un
chico podía hacerlo.
Ben le pidió que le dejara pintar un poco, pero Tom le dijo que no, porque solo un chico entre 2000 podía hacerlo
bien.
Ben al escuchar esto le insistió, le ofreció el corazón de la manzana, luego le ofreció toda la manzana y ahí Tom le
dio la brocha y se sentó a la sombra a comerse la manzana.
Vinieron muchos muchachos a burlarse que terminaban pintando.
Cuando llegó la tarde, Tom había logrado muchas riquezas, a cambio de prestar la brocha y la cal; un cornetín, un
trozo de vidrio azul, un carrete, una llave, una tiza, un soldado de plomo, un par de renacuajos, un gatito tuerto,
un collar de perro, el mando de un cuchillo, etc.
Pasó una hermosa tarde y la cerca tenía tres manos de cal, que se terminó.
Tom descubrió uno de los principios fundamentales de la conducta humana: para que alguien quiera algo hay que
hacérselo difícil de conseguir.

CAPITULO 3

Tom entró a la habitación donde estaba su tía medio adormecida. Esta pensaba que hacía rato que él había
dejado de pintar y no lo creía que estaba todo hecho, como le dijo él.
Cuando vió toda la cerca pintada y bien encalada, se asombró mucho y gritó ¡Alabado sea Dios! ¡Nunca lo hubiera
imaginado!
Tom le pidió permiso para ir a jugar y ella lo dejó, pero antes le dio la mejor manzana. Tom le sacó una rosquilla y
se fue dando saltos.
Vió a Sid subiendo la escalera que daba a las piezas altas, y le tiró con terrones para vengarse de haberlo
descubierto con la tía Poly por no ir a la escuela.
Saltó la cerca y se fue a la plaza del pueblo para jugar a la batalla con los chicos.
Él era general de uno de los ejércitos junto con Joe Harper que era del otro, y no luchaban, sino que daban las
órdenes. El ejército de Tom ganó, contaron los muertos e intercambiaron prisioneros.
Cuando volvía a su casa, pasó por la casa de Jeff Thatcher y vió una hermosa niña en el jardín, de la que se
enamoró.
Se quedó mirándola hasta que la niña se fue adentro, pero antes tiró una flor, que el tomó antes que llegara al
piso y se la puso en un ojal, cerca del corazón. Volvió a la casa y estuvo ahí hasta la noche, pero la niña no salió.
En su casa, la tía se dio cuenta que algo le pasaba, lo retó por las piedras que le tiró a Sid y cuando quiso agarrar
azúcar la tía le pegó. Él le dijo que a Sid no le pegaba cuando hacía lo mismo, y la tía le dijo que a él había que
ponerle un límite.
Sid quiso agarrar azúcar para provocarlo cuando la tía se fue a la cocina, pero se le engancharon los dedos en la
azucarera y tiró todo al suelo, rompiéndola. Tom sintió una especie de alegría.
La tía se enojó mucho y le pegó a él pensando que lo había hecho. Tom le gritó que lo había hecho Sid, pero ella
no le pidió perdón por el golpe y lo justificó a Sid.
La tía se arrepintió pero no dijo nada para no perder autoridad, aunque sentía una gran culpa. Tom aprovechó
esto y se puso en un rincón exagerando su pena, esperando que la tía le pidiera perdón.
El pensaba qué haría su tía si lo trajeran muerto del río.
Cuando su prima Mary volvió, luego de una semana de campo, Tom salió y vagabundeó por la orilla del río, donde
se sentó en un tronco a contemplarlo. Hubiera deseado morir ahogado. Se acordó de su flor, la sacó y pensó si la
niña lloraría si él moría, o si lo consolaría si lo viera así.
Luego volvió a pasar por la casa de su amada, vio una vela encendida a través de una ventana y pensó si estaría
ella allí. Pasó la valla y se acostó sobre el pasto, con la flor sobre el pecho y ahí se quedó muy triste, pensando que
si moría allí ella lo vería a la mañana.
De pronto se abrió la ventana y una criada le tiró un baldazo de agua. Se levantó de un salto y se fue corriendo.
Cuando se iba a acostar Sid se despertó pero no dijo nada porque le vió los ojos amenazantes.
CAPITULO 4

Al otro día, cuando se terminó el desayuno la tía Poly reunió a toda la familia para las prácticas religiosas, y
empezaron las plegarias. Tom se puso a trabajar para aprender sus versículos, Sid ya se los sabia de antes. Tom
solo se aprendió 5, y eligió el versículo “Sermón de la montaña” porque era el más corto.
A la media hora Mary agarro el libro y le empezó a tomarle lección. Como no lo sabía bien, le dijo que lo
estudiaría un poco más y que si lo aprendía le iba a dar un regalo. Lo aprendió muy bien, entonces Mary le dio
una navaja que, aunque no cortaba nada, le encantó.
Después Mary le dio una palangana y un jabón, se sentó en una banco, mojó el jabón y tiro el agua en el piso
como si se hubiera bañado y entro a la cocina. Pero Mary se dio cuenta, entonces él se bañó pero mal. Mary lo
bañó y cuando terminó, Tom era un hombre nuevo.
Luego Mary saco un traje para ponerle que Tom solo se había puesto los domingos durante dos años. Le llamaban
“el otro traje” porque solo tenía ese el de todos los días. Aunque a él no le gustaban, le puso un par de zapatos, y
así se fueron los tres a la escuela dominical.
Ya en la Iglesia, Tom canjeó diferentes objetos por vales de colores que tenían los otros chicos. En la clase se
portó mal, como siempre.
El maestro comenzó a tomarles lección, y la mayoría de los niños estaban flojos. Era costumbre que por los
versículos que sabían se conseguían vales de color: el azul era por recitar dos versículos, diez azules equivalían a
un rojo, y diez rojos equivalían a uno amarillo. Por diez amarillos, el superintendente regalaba una Biblia al
alumno. Y el que la conseguía, se hacía famoso.
Ese día llegaron el Juez del pueblo, el abogado Tatcher con su señora y su hija a la Iglesia, para entregar la Biblia.
Cuando Tom la vió se quería hacer ver de cualquier manera para que ella se diera cuenta que él estaba allí.
Pero ningún escolar tenía los vales amarillos necesarios, y entonces Tom Sawyer se adelantó con nueve vales
amarillos, nueve rojos y diez azules y pidió la Biblia. Nadie esperaba que él fuera quien pedía la Biblia, pero tenía
los vales y eran legales. Subieron a Tom al estrado y proclamaron la gran noticia. Era la sorpresa más grande de
los últimos diez años, y Tom se convirtió en todo un héroe.
Todos estaban muertos de envidia pero los que peor estaban eran los que le habían canjeado los vales a Tom, se
sentían defraudados.
Cuando Tom fue presentado al juez, este lo felicitó y como suponía que no sabía los dos mil versículos necesarios
para ese premio, comenzó a hacerle preguntas. Le preguntó el nombre de los dos primeros discípulos que fueron
elegidos. Tom no podía decir nada, entonces la señora del juez le dijo que se lo dijera a ella. Y Tom dijo: ¡David y
Goliat!

CAPITULO 5

A las diez y media las campanas de la Iglesia tocaron y la gente fue acudiendo para el sermón matinal. Todo el
pueblo concurrió y los niños de la escuela dominical se sentaron junto a sus padres y familiares. A Tom lo
pusieron lejos de la ventana, para que no se tentara con el campo ese día de verano.
El Pastor indicó qué iban a cantar, dio algunas noticias y luego comenzó el sermón, que a Tom le interesó en una
parte que decía que un león y un cordero estarían juntos y un niño pequeño los conduciría. Después volvió a
aburrirse hasta que se acordó que tenía un bicho “pelliquero”, de ese tipo escarabajo, en una caja de pistones. Lo
tomó y el escarabajo se agarró de su dedo, entonces Tom sacudió su mano y el escarabajo cayó al piso patas para
arriba, y allí quedó porque no podía darse vuelta.
Entró un perro y se acercó a él. Se puso a jugar, hasta que el bicho le pellizcó el hocico, y lanzó un alarido
lanzando el escarabajo más adelante, con lo cual muchos en la Iglesia se tentaron. Al rato se fue de nuevo a
donde estaba el escarabajo y jugó otro poco, hasta que vió una hormiga y se fue detrás de ella, olvidándose. Pero
luego se sentó sin darse cuenta encima del escarabajo, y ahí quedó prendido el bicho en la panza del perro, que
corrió por toda la Iglesia dando alaridos, hasta que su dueño lo sacó afuera por la ventana y se fue corriendo a los
gritos.
Tom se fue contento a casa luego de la Iglesia, pero preocupado porque el perro se había llevado su bicho.

CAPITULO 6

El lunes por la mañana Tom no quería ir al colegio. Se inventó varios dolores corporales para quedarse en casa,
pero lo único que consiguió fue que su tía le arrancara un diente que se movía un poco. Poco después iba camino
al colegio mostrándole a todo el mundo una nueva forma de escupir por el hueco que había dejado el diente. No
tardó mucho en ver a Huckleberry Finn. Huckleberry Finn era el hijo del borracho del pueblo y era muy envidiado
por los demás chicos, ya que no tenía que ir ni a la escuela, ni a la iglesia, es decir, simplemente era libre y podía
hacer lo que le apeteciese cuándo y dónde quería. Huck y Tom tuvieron una charla sobre cómo se quitaban
verrugas. Uno de los métodos era ir de noche a un cementerio con un gato muerto. Huck tenía un gato muerto,
así que decidieron ir esta noche al cementerio. Tom le cambió el diente por una garrapata y se fue a la escuela.
Como siempre llegó tarde y cuando el maestro le preguntó que dónde había estado esta vez, le contestó que
había estado hablando con Huckleberry Finn. El maestro lo castigó y después lo sentó al lado de la hija del juez
Thatcher (que era precisamente lo que Tom había querido conseguir). Al principio, la chica lo ignoraba por
completo. Él le regaló un melocotón y, aunque al principio no quería aceptarlo, al final se lo quedó. Tom comenzó
a pintar algo en su pizarra, la chica era muy curiosa y quería ver qué era lo que había dibujado. Él se lo enseñó y
ella le dijo que quería que Tom le enseñase a dibujar. Después escribió algo en su pizarra tapándola con la mano
izquierda, pero Becky (así se llamaba la chica) quitó su mano y vio lo que había escrito. En la pizarra ponía: "Te
amo". Justo en este momento, el profesor cogió a Tom por la oreja y lo volvió a poner en su sitio.

CAPÍTULO 7

En una de las horas de clase, Tom estaba muy aburrido. Se metió la mano en el bolsillo y encontró allí la caja que
contenía la garrapata. La sacó y comenzó a jugar con ella empujándola con un alfiler. Su amigo Joe Harper, que
estaba sentado a su lado, sacó un alfiler de su chaqueta y empezó también a jugar con ella. Entonces Tom cogió
su pizarra, trazó una línea por el medio y le dijo a Joe que mientras que la garrapata estuviera en un lado de la
pizarra podía jugar Joe con ella, pero si se le escapaba y pasaba al otro lado de la pizarra, le tocaba a Tom hasta
que volviese a escapar. Estuvieron un rato jugando a esto, pero pronto se pusieron a discutir porque Tom había
tocado la garrapata estando ésta en el lado de Joe. De repente, ambos recibieron unos golpes fuertes en la
espalda. Habían estado tan concentrados en el juego que no se habían dado cuenta de que se había acercado el
maestro.
Cuando tocó la campana de mediodía, Tom le dijo a Becky que engañara a sus amigas y que volviera a la escuela
para que él pudiera enseñarle a dibujar. Así lo hicieron. Estuvieron dibujando pero pronto se cansaron y
comenzaron a hablar de otras cosas. Tom le preguntó si había estado comprometida alguna vez. Ella le contestó
que no, y él le preguntó si quería comprometerse con él. Ella aceptó y ambos se dijeron que se amaban. Luego se
besaron. Después Tom dijo sin querer algo sobre su anterior relación con Amy Lawrence y le partió el corazón a
Becky. Ella se puso a llorar y Tom trató de consolarla, entonces decidió irse. Se quedó afuera esperando que
Becky saliera a buscarlo pero no ocurrió, entonces se quedó pensando que la culpa era suya. Volvió a la escuela y
le dijo a Becky que no le gustaba nadie más que ella. Pero ella siguió llorando y no le respondió. Le dió un regalo
pero ella lo tiró al suelo. Entonces Tom se fue.
Ella salió al patio y lo llamó pero él no volvió.
Cuando tocó la campana y todo el mundo volvió a la escuela, Tom no estaba y Becky se encontraba muy, muy
triste.
CAPÍTULO 8

Cuando Tom se fue de la escuela, fue al monte donde tenía un escondite para algunas cosas dentro de un tronco
hueco. Pensó en Becky y en qué pasaría si él desapareciera por un tiempo. Pensó en ser payaso, soldado, irse con
los indios, y otras cosas más. Estuvo un rato pensando sobre lo que quería ser cuando fuera mayor y decidió
hacerse pirata. Se iría de su casa a la mañana siguiente, pero para ello tenía que buscar sus riquezas.
Abrió el tronco hueco de su escondite y sacó una bolita. Y se dio cuenta que lo que habían pensado con sus
amigos había fracasado. Según un hechizo que le habían hecho a aquella bolita con sus amigos, si la enterraban
durante dos semanas, deberían hallar allí todas las bolitas que se le habían perdido alguna vez. Como no era así,
cogió la canica y la tiró. Pensó que era obra de alguna bruja el que no estuvieran allí todas las bolitas.
Al rato pensó que por qué había tirado la bolita si podría tener al menos una. Sacó otra bolita del bolsillo y la tiró
en la misma dirección diciéndole “HERMANA BUSCA A TUS OTRAS HERMANAS” tres veces hasta que encontró la
otra.
De repente oyó un silbido. Sacó de otro escondite un arco y una flecha, una espada de palo y una trompeta de
hojalata y se quitó parte de su ropa.
Tocó la corneta y comenzó a correr hacia donde había sentido el silbido, que era Joe Harper y venía armado como
él. Representaron una pequeña escena del libro de "Robin Hood", lucharon con las espadas, hasta que Tom cayó
de espaldas pero encima de una ortiga, por lo que se levantó de un salto. Después se vistieron y cada uno regresó
a su casa.

CAPÍTULO 9

Esta noche, Sid se durmió muy rápidamente. Tom no tenía sueño. Oyó que de una casa vecina espantaban un
gato y luego sintió un maullido. Se vistió y salió silenciosamente por el tejado y se encontró con su amigo Huck,
con quien salieron caminando para el cementerio. Cuando llegaron, se ocultaron bajo unos olmos al lado de la
tumba de Hoss Williams (que había sido recientemente enterrado). Mientras que estaban allí, tenían un poco de
miedo, y fue peor cuando de repente vieron venir a tres personas. En un principio pensaron que eran tres
demonios, pero luego se dieron cuenta de que eran humanos. Reconocieron las voces de Muff Potter, del indio
Joe y del doctor Robinson. Muff Potter y el indio Joe comenzaron a escavar la tumba de Hoss Williams y el doctor
se sentó apoyado en uno de los olmos. Cuando tocaron con las palas el ataúd del señor Williams, lo levantaron y
lo pusieron en el suelo. Lo abrieron, sacaron el cuerpo de Hoss y lo tiraron rudamente al suelo. El indio Joe pidió al
doctor que le pagara cinco monedas más. Éste dijo que ya les había pagado por adelantado. A consecuencia de
esto, los dos hombres comenzaron a discutir. El indio le dijo a Robinson que él no se olvidaba de cuando él lo
había echado de la cocina de su padre y tenía que pagar por eso.
Potter y Robinson empezaron a pelearse. Potter sacó una navaja, pero se le cayó al suelo. Robinson cogió una
tabla y derribó a Potter. En este instante, el indio Joe cogió la navaja de Potter y apuñaló a Robinson. Tom y Huck
se fueron corriendo. El indio Joe cogió la navaja y la puso en la mano del aún inconsciente Potter, esperó a que
éste se despertara, y le dijo que él (Potter) había matado a Robinson. Potter le pidió que no se lo contara a nadie
a nadie y el indio aceptó. Sin embargo, cuando Potter se fue corriendo, se le olvidó la navaja.

CAPITULO 10

Tom y Huck corrieron hasta llegar a una casa abandonada. Entraron e hicieron un pacto de que tendrían que
permanecer mudos para siempre sobre este asunto, si no, el indio Joe sería capaz de matarlos. Se juraron que no
iban a decir palabra, sino caerían muertos. Escribieron el juramento en una tablita que estaba en el piso y se
pincharon con un alfiler la yema del dedo y las apretaron hasta que les saliera sangre, y con esa sangre sellaron el
pacto en la tablita. Luego enterraron la tablita.
Alguien entró en la casa, pero ellos no se dieron cuenta. Un perro vagabundo empezó a ladrar. Cuando dejó de
hacerlo, oyeron los ronquidos de alguien. Se asustaron mucho. Se acercaron al lugar de donde venía el ruido,
vieron allí a Muff Potter durmiendo. Muy aliviados de que era Muff Potter y no el indio Joe, se fue cada uno a su
casa.
A la mañana siguiente Tom se levantó más tarde de lo normal. Sintió raro que no lo retaran cuando llegó a la
mesa y estaban todos terminando de desayunar.
Después del desayuno, tía Polly se puso a llorar y le dijo que cómo había podido hacerle esto (ya que Sid había
estado despierto cuando Tom llegó) y que si seguía así la iba a terminar matando de un disgusto. Pidió muchas
disculpas. Después, se fue al colegio meditabundo y triste. En la escuela encontró el adorno de latón (el día antes
se lo había regalado a Becky) envuelto en papel.

CAPITULO 11

Ese día, todo el mundo se enteró de la noticia. Tom fue al cementerio, junto con muchísima gente del pueblo que
se acercó para ver el espectáculo macabro. Allí se encontró con Huck. El indio Joe también estaba allí pero no
tenía ningún sentimiento de culpa. De repente llegó Muff Potter traído del brazo del sheriff y, reconocido por la
navaja, fue detenido. Además el indio declaró que había sido Potter.
Un día por la mañana, Sid contó que Tom hablaba por las noches cosas muy raras. Tía Polly primero lo interrogó, y
cuando Sid dijo que Tom gritaba ¡sangre!, ¡sangre!, dijo que eso era por el horrible crimen y que ella también
soñaba con él, así que no le dijo nada más a Tom. A partir de este, Tom dijo que tenía dolor de muelas y se
acostaba cada noche con una venda en la mandíbula para no hablar demasiado. Sin embargo, Sid por las noches
le quitaba la venda, le escuchaba hablar un rato y se la volvía a poner.
A Potter lo metieron en la cárcel, y Tom como para alivianar su conciencia, le llevaba cuantos regalos podía al
prisionero. La gente quería involucrar a Joe porque sabían que era profanador de tumbas, pero como le tenían
miedo no lo hicieron.

CAPITULO 12

Los ánimos de Tom estaban por los suelos porque Becky no venía al colegio desde hacía algunos días. Cuando tía
Polly notó esto, probó en Tom un tratamiento a base de agua. Éste, sin embargo, no sirvió. Al mes siguiente salió
al mercado una medicina nueva llamada "curalotodo", tía Polly no dudó en probarla en Tom. Tomó una
cucharada y se sintió realmente bien, pero él no quería tomarla más, así que empezó a pedírsela tantas veces a tía
Polly hasta que ésta le dijo que se la sirviese él mismo. Un día, Tom le dio una cucharada del "curalotodo" al gato
"Peter". Éste comenzó a saltar, a dar volteretas... hasta que saltó por la ventana rompiendo todas las macetas. Tía
Polly lo descubrió y pegó a Tom con el dedal en la cabeza. Pero cuando lo retó Tom le recriminó que ese efecto
terrible que había hecho en Peter también le había hecho a él, por lo que tía Polly se sintió con remordimientos y
los perdonó.
Unos días más tarde, vino Becky a la escuela, y Tom empezó a hacer tonterías como siempre cuando la veía para
hacerse notar. Hasta se cayó delante de ella. Lo único que dijo ella al respecto fue: "¡Bah! Algunos creen que son
muy graciosos. ¡Siempre destacándose! Y a Tom le rompió nuevamente al corazón.

CAPITULO 13

Debido a las circunstancias en las que vivía Tom ahora, llorando, decidió marcharse del pueblo y dedicarse a la
mala vida. Por el camino se encontró con Joe Harper, que justamente también iba a irse de casa porque su madre
lo había pegado por algo que él no había hecho. Fueron a buscar a Huck y éste también se anotó con ellos.
Quedaron para esta noche en la isla de Jackson y decidieron hacerse piratas. Cuando por la noche llegaron a la
orilla del río, tomaron una balsa que no era de ellos y remaron hacia su isla, donde harían su base de operaciones.
Encendieron un fuego, cenaron y empezaron a hablar de sus cosas. Un poco más tarde se acostaron. Huck se
durmió muy rápido, pero ni Tom, ni Joe fueron capaces de dormirse sin rezar antes y los comenzó a atormentar la
voz de la conciencia porque habían robado comida de sus casas y se habían ido sin avisar.

CAPITULO 14

A la mañana siguiente, Tom fue el primero en despertarse. Estuvo un rato observando la naturaleza y decidió
despertar a sus compañeros. Nada más levantarse, fueron corriendo a darse un baño. Fueron a pescar para el
desayuno y frieron pescado y tocino. Por la tarde escucharon unos sonidos muy raros. Fueron a la costa de la isla
que daba al pueblo y vieron el barco de vapor de la ciudad con un montón de gente e iba dando cañonazos. Esto
significaba que alguien se había ahogado. De repente a Tom se le ocurrió que a buscaban era a ellos. Cuando se
hizo de noche encendieron la hoguera. Huck y Joe se durmieron pronto, pero Tom se levantó, tomó algunas
cortezas de árboles y otros elementos que le parecieron importantes, salió en puntas de pie y cuando pensó que
ya no podía oírlo corrió hacia el banco de arena.

CAPITULO 15

Tom cruzó el río y fue a casa de su tía. Allí, miró por la ventana y vio a tía Polly, Mary, Sid y la señora Harper
sentados en la cocina, hablando. Entró sigilosamente por la puerta y se escondió debajo de la cama. Oyó la
conversación de su tía y la señora Harper. Ambas decían que estaban muy arrepentidas de haber pegado alguna
vez a Joe y a Tom y, si volviesen ahora, nunca más los volverían a tocar. Así continuó la conversación, hasta que se
marchó la señora Harper. Tía Polly, Sid y Mary se acostaron y, cuando estuvo seguro de que su tía estaba
durmiendo, Tom salió de debajo de la cama. Antes de irse le dio un beso a tía y estuvo a punto de dejar en la
mesilla de noche una corteza de árbol en la que había escrito que no estaban muertos para que ella no se
preocupara por él. Después volvió al río, robó la balsa y regresó a la isla. Cuando llegó ya era de pleno día. Contó
su historia a sus compañeros y durmió hasta el mediodía.

CAPITULO 16

Después del almuerzo fueron a buscar huevos de tortuga y encontraron un montón. El viernes Joe y Huck
decidieron volver a casa, hasta que Tom les contó un secreto que los hizo permanecer en la isla. Más tarde, Huck
enseñó a fumar a sus compañeros y estos, aunque al principio aguantaron muy bien, después se sintieron muy
mal, se adentraron en el bosque y allí, completamente pálidos, se quedaron dormidos. Después de cenar, Huck se
preparó su pipa y también les ofreció a Tom y a Joe prepararles la suya, pero estos le dijeron que no se
encontraban bien y que ahora no querían fumar. Luego escucharon ruidos raros. Los tres chicos se arrimaron al
fuego. Ellos empezaron a ver para los lados pero no veían nada. Al rato, llegó una horrible tormenta. Los chicos
corrieron e intentaron refugiarse en su tienda, pero ésta se fue volando. Finalmente se refugiaron debajo de un
árbol muy grande.
Cuando cesó la lluvia tuvieron suerte y encontraron algunas ramas secas y volvieron a encender la hoguera.
Comieron el jamón. Estuvieron hasta por la mañana sentados alrededor de la hoguera comentando su aventura.
Luego se acostaron en el banco de arena. Por la tarde decidieron ser indios durante unas horas. Se lo pasaron
muy bien jugando en la arena y en el bosque y por la noche no les quedó otro remedio que fumar la pipa de la paz
para cenar juntos. Tom y Joe al principio no querían pero era necesario para hacer las paces. Así que lo intentaron
de nuevo y esta vez no estuvo tan mal. Llegaron a la conclusión de que podían fumar, pero sin pasarse.
CAPITULO 17

El sábado por la tarde nadie estaba tranquilo en el pueblo. Becky fue, sin darse cuenta, a la escuela y estuvo allí
en el patio hablando sola sobre las cosas que le habían ocurrido con Tom en cada uno de los rincones y lugares de
la escuela y se sintió mal por lo que le había dicho .
Un poco más tarde pasaron por allí una serie de chicos y chicas compañeros de Tom y de Joe que empezaron a
discutir sobre quién había visto y hablado el último con los desaparecidos.
El domingo, después de la escuela dominical, todo el pueblo asistió a la iglesia vestido de luto. Mientras que el
cura aún estaba hablando, de repente entraron Tom, Joe y Huck por la puerta de la iglesia y el cura no se lo podía
creer. Poco a poco el resto de la gente también los vio y, en un santiamén, estaban todos encima de ellos besando
y abrazándolos. Tom pidió a su tia que se alegrara también por Huck.
Ese día, recibió mas abrazos y sopapos que nunca.

CAPITULO 18

El gran secreto de Tom era regresar al pueblo a su propio funeral y lo logró.


El lunes por la mañana, mientras que desayunaban, tía Polly y Mary estuvieron hablando con Tom. Tía Polly se
quejó de que Tom no se había acordado de ella en toda esta semana. Él le dijo que había soñado con ella y le
contó toda aquella historia de cuando él fue por la noche a su casa y se escondió debajo de la cama, pero le dijo
que había sido un sueño. Sid quiso hablar porque no le creía a Tom ese cuento, pero la tía lo mandó a callar. El
salió para la escuela y la tía para la casa de la mamá de Joe para contarle el increíble sueño de Tom.
Más tarde en la escuela, Tom no paraba de coquetear con Amy Lawrence. Esto puso muy celosa a Becky y ella
empezó a mirar las estampas de otro chico para darle celos a Tom. Después dejó tirado a ese chico y él, para
vengarse de Tom (ya que por su culpa Becky lo había utilizado), le llenó la cartilla de tinta. Becky lo vio y al
principio quería contárselo a Tom, pero luego decidió que se olvidaría para siempre de él y que no se lo contaría.

CAPÍTULO 19

Cuando Tom llegó a casa, su tía estaba algo enfadada. Resultó que ella había ido a ver a Sereny Harper para
contarle todo aquello del sueño, pero ya Joe le había dicho a su madre que Tom había regresado por la noche a su
casa y lo había oído todo. Tía Polly se creyó que Tom sólo vino para reírse de ella. Él le dijo que no había sido así,
que llevaba una corteza de árbol en el bolsillo aquella noche en la que había escrito que no estaban muertos, que
sólo se habían ido a hacer piratería y que antes de irse le había dado un beso.
Tía Polly no lo creyó, pero le pareció una mentira muy tierna la de Tom y decidió perdonarlo. Cuando Tom se fue
sacó la chaqueta que había llevado mientras fue pirata y luego de dudar varias veces, segura de que le había
mentido, miró dentro del bolsillo. De verdad allí estaba la corteza escrita. A tía Polly le entró tal alegría que habría
perdonado a Tom todos y cada uno de sus pecados.

CAPÍTULO 20

En el camino al colegio vio a Becky. Le pidió que le perdonara lo que había hecho el día anterior en el recreo. Ella
no quiso saber nada de él y le dijo que no la molestara más.
El profesor Bobbins tenía un libro, al que todos los alumnos del colegio deseaban echarle un vistazo, pero nadie lo
había visto jamás. Cuando Becky pasó por delante del pupitre del maestro, vio que la llave del cajón en el que
éste guardaba su libro estaba puesta. Miró a su alrededor y cuando se aseguró de que nadie la observaba, giró la
llave y abrió el cajón. Sacó el libro y comenzó a hojearlo. De repente se dio cuenta de que Tom estaba detrás suya
y sin querer rompió una página del libro. Lo volvió a guardar en el cajón. Ella estaba segura de que Tom iba a
chivarse de eso.
Cuando entraron en clase, el profesor zurró a Tom por lo de la cartilla llena de tinta. El maestro sacó su libro y ,
cuando vio la página rota, preguntó a toda la clase, uno por uno, quién había sido. Cuando le preguntó a Becky
estuvo a punto de descubrirla, pero Tom se levantó rápidamente y dijo que había sido él. El maestro le volvió a
pegar e incluso le castigó después de clase, pero todo esto no le importó, porque sabía que allí fuera estaría Becky
esperándolo cuando saliese.
Esa noche se fue a la cama pensando en cómo vengarse del chico que había manchado con tinta la tarea, pero se
durmió pensando en que Becky le había dicho que era noble.

CAPÍTULO 21

Las vacaciones se acercaban y, con ellas, también el día del gran examen. El maestro en esta época pegaba a los
chicos más que antes para que el día del examen (en el que estarían presentes los padres, el alcalde, etc) todo
fuera perfecto. Por las constantes palizas que les pegaba el maestro los chicos se querían vengar. Muchos chicos
recitaron fragmentos de algunas obras (Tom se quedó en blanco y tuvo que sentarse) y las chicas leyeron trabajos
que ellas mismas habían escrito. Después de que eligiesen a la ganadora, el maestro comenzó a dibujar un mapa
de América en la pizarra para examinar a sus alumnos de geografía. Empezó a dibujar y la gente se reía de él. Él
pensaba que era porque el mapa le estaba saliendo muy mal, así que, iba borrando y empezaba de nuevo. Pero la
gente no estaban riéndose de eso, sino de un gato colgado encima suyo que bajaba lentamente sujetado por una
cuerda. Cuando alcanzó la cabeza del señor Dobbins, agarró la peluca y tiraron de la cuerda hacia arriba. ¡Las
vacaciones habían comenzado!

Capítulo 22

A principios de verano Tom ingresó en la “nueva orden de cadetes del antialcoholismo” de la que se separó muy
pronto. Becky se había ido a Constantinopla a casa de sus padres. Unos días más tarde llegó un circo al pueblo y
después de esto estuvieron algunos días jugando al circo. Luego Tom tuvo sarampión y estuvo dos semanas
acostado en la cama. Cuando volvió a salir por primera vez a la calle, de repente, todo el mundo se había vuelto
muy religioso (incluso Huckleberry Finn). Esa noche hubo una fuerte tormenta y Tom pensó que sería porque él
era el único que no se había vuelto tan religioso y que con esta tormenta se moriría. No murió, pero sí recayó en
el sarampión y estuvo tres semanas sin salir de casa. Pasadas tres semanas vio que algunos de sus amigos
también habían recaído en la enfermedad.

Capítulo 23

Muff Potter seguía en la cárcel. Generalmente no tenía visitas, excepto las de Tom y Huck que le llevaban a veces
un poco de tabaco y algunas cerillas. En el pueblo se hablaba muy mal sobre Potter, y Tom y Huck no podían
aguantar eso.
Llegó el día del juicio. Todo el pueblo se reunió en el juzgado y Potter fue interrogado. Siempre que el juez
preguntaba algo al abogado de Potter, éste decía que no tenía nada que decir al respecto. De repente el abogado
llamó a declarar a Thomas Sawyer y el juez accedió. Empezó a hacerle preguntas sobre el crimen y él dijo toda la
verdad. Cuando llegó a la parte en la que mencionaba que el indio Joe había matado al Doctor, el mestizo saltó
por la ventana y huyó.

Capítulo 24

Después de hablar del crimen en el juzgado, Tom no dormía bien por las noches debido a que tuvo numerosas
pesadillas con el indio Joe. Huck estaba muy aliviado de no haber tenido que hablar ante el juez, gracias a la fuga
del indio. Huck había ido antes del juicio a la casa del abogado y la había contado toda la historia y, aunque éste
prometió no decir nada, nunca podían estar seguros de ello.

Capítulo 25

Ahora Tom estaba en una edad en la que quería encontrar y desenterrar un tesoro. Así que le preguntó a Huck si
quería venir con él y éste aceptó. Tom le dijo que todos los tesoros estaban enterrados en una isla, debajo de una
rama que sobresale de un árbol muerto justo en el sitio donde donde cae la sombra a medianoche, o en el suelo
de una casa encantada.
Tom y Huck fueron a un sitio donde había varios árboles muertos y empezaron a cavar. No encontraron nada y se
acordaron de que tenía que ser a medianoche. Así que volvieron por la noche y cavaron, de nuevo sin resultado
alguno. Decidieron dejar los árboles e intentarlo con la casa encantada.

Capítulo 26

Al día siguiente querían ir a la casa encantada, pero se acordaron de que era viernes (un día de mala suerte) y
decidieron ir al día siguiente. La tarde del viernes la pasaron jugando a Robin Hood.
El sábado al mediodía ya estaban en la casa encantada. Dejaron sus herramientas apoyadas al lado de la puerta y
fueron al piso de arriba. Mientras que estaban allí arriba, de repente observaron a dos individuos que se
acercaban a la casa. Se tumbaron en el suelo y miraron por los agujeros que había en el suelo de madera. Uno de
los dos resultó ser el indio Joe, que había estado desde hacía varios días en la ciudad pero siempre disfrazado. Al
otro no lo conocían. El indio decidió echarse una siesta mientras que el otro "vigilaba". Pero el otro también se
quedó dormido. Sin embargo, Tom y Huck no se atrevieron a bajar y salir de la casa. Cuando ya estaba casi
anocheciendo, se despertó el indio y dio una patada al otro para que se despertase. Estuvieron hablando algo de
un tesoro de 650 monedas de plata que querían dejar en aquella casa. De repente vieron las palas y los picos de
los chicos al lado de la puerta y vieron que tenían tierra fresca. El indio sospechó algo y empezó a subir las
escaleras. Los chicos tuvieron tal suerte que, cuando estaba en medio de las escaleras, éstas se rompieron y no
los vio.
Mientras que el indio y su compañero intentaban enterrar las monedas de plata, se encontraron una caja llena de
monedas de oro. Decidieron enterrar el tesoro en la número dos en la cruz. Luego se marcharon y Tom y Huck
volvieron a casa. En el camino pensaron que la venganza de la que hablaba Joe podía ser contra ellos, luego se
dieron cuenta que si era así, era solo contra Tom que lo había descubierto.

Capítulo 27

Al día siguiente Tom se creía que toda aquella aventura había sido un sueño. Por la tarde vio a Huck y éste le
recordó que no lo había sido, sino que había sido real. Pensaron sobre qué podría ser el número dos. Primero
pensaron en una casa, pero luego pensaron que podría ser número de la habitación de una posada. Tom fue a los
dos únicos hoteles que había en el pueblo y el dueño de uno de ellos le dijo que la habitación número dos nunca
se usaba, que parecía embrujada y que la noche anterior había visto luz adentro. Decidieron conseguir todas las
llaves que pudieran para tratar de abrir la puerta de esa habitación que daba a un callejón y estar atentos por si
acaso venía allí el indio Joe.

Capítulo 28

La noche del jueves fue una noche muy oscura. Tom y Huck habían decidido probar todas las llaves de tía Polly
para ver si alguna abría la puerta de aquella habitación. Tom probó las llaves, mientras que Huck vigilaba el
callejón. De repente Tom echó a correr y ambos no se pararon hasta salir casi del pueblo. Tom le contó a Huck
que había intentado abrir la puerta con las llaves, pero al final resultó que ésta estaba abierta. Tom entró y casi le
pisó la mano al indio Joe que estaba borracho y durmiendo en el suelo.
Decidieron que a partir de ahora Huck estaría todas las noches de guardia y si alguna noche veía salir al indio,
llamaría a Tom para que robase la caja.

Capítulo 29

Becky había vuelto a la ciudad y decidió hacer su merienda campestre al día siguiente. Al principio, Becky iba a
quedarse después de la excursión en la casa de Susan Harper, pero Tom la convenció para que viniera con él a ver
a la viuda Douglas. En la excursión se lo pasaron todos muy bien. Se adentraron en las cuevas, jugaron y rieron
mucho. Luego volvieron al pueblo.
Huck estaba vigilando el callejón. De repente vio como dos hombres salían de la taberna con una caja debajo del
brazo. Los siguió y se pararon en la casa de la viuda Douglas. Eran los mismos hombres que ya habían visto en la
casa encantada, el indio Joe y otro más. El indio quería torturar a la viuda por todo lo que le había hecho su
marido (fue juez) y quería que el otro le ayudara en esto. Cuando Huck oyó eso, se fue silenciosamente a avisar al
galés y a sus dos hijos. Éstos vinieron y se encargaron del asunto.

Capítulo 30

A la mañana del día siguiente, Huck fue a la casa del galés y éste le invitó a desayunar y a que se acostara en una
cama libre que tenía. Vinieron mucha gente a la casa del galés y éste tuvo que contar la historia una y otra vez.
Cuando fueron todos a la iglesia por el incidente del indio y de su compañero, tía Polly y la señora Thatcher se
dieron cuenta de que sus hijos no estaban. Se mandó a un montón de gente a buscarlos en las cuevas, pero no los
encontraron. Huck se puso enfermo y la taberna se cerró porque allí se guardaban bebidas alcohólicas.

Capítulo 31

Al principio Tom y Becky estaban muy contentos jugando con los demás al escondite. Se escondieron, nadie los
encontró y se fueron adentrando cada vez más en las cuevas. Cuando se dieron cuenta ya se habían perdido.
Menos mal que aún les quedaban algunos trozos de velas. Pasaron por un lugar en el que había murciélagos.
Éstos apagaron una de las dos velas y después no querían volver a pasar por allí para que no se les apagaran
ambas velas, ya que entonces estarían perdidos. Después de unas horas también se apagaron las últimas velas y
se quedaron a oscuras. Becky tenía mucho miedo y estaba muy cansada, así que se sentaron y durmieron un rato.
Luego siguieron explorando. Una vez oyeron las voces de algunos buscadores, pero se iban alejando y no
escucharon los gritos de Tom. Mientras que seguían buscando el camino, de repente vio al lado de una roca una
mano que sujetaba una vela. Vio el resto del cuerpo y reconoció al indio Joe. Soltó un grito y el indio se fue
corriendo, pensando que era otra persona. No dijo nada de esto a Becky, para no preocuparla. Finalmente, ella se
quedó sentada al lado del manantial y él siguió explorando con una cuerda de barrilete.

Capítulo 32

Una noche, cuando ya todo el pueblo estaba durmiendo, sonaron las campanas y todos salieron a la calle. ¡Qué
alegría! Habían encontrado a los niños.
Tom tuvo que contar la historia una y otra vez, y no perdió detalle. Contó que había ido a explorar dos galerías
más y que al final de una tercera vio un agujero con luz al final. Soltó la cuerda (porque no llegaba) y sacó la
cabeza y los hombros por el agujero. Vio el gran río Missisipi. Volvió y avisó a Becky, y ésta al principio no quería
creerle, pero finalmente la convenció. Salieron de la cueva y vieron pasar un bote, le contaron su increíble historia
a los hombres que iban en él y estos los llevaron a su casa. Cuando ya estaba oscureciendo, los llevaron al pueblo.
El viernes Tom fue a visitar a Huck, pero no le dejaron verlo. Volvió el sábado y tampoco pudo hablar con él. El
domingo sí pudo verle, pero sin contarle cosas excitantes.
La gente del pueblo había encontrado el cadáver del compañero del indio flotando en el río.
Un día, cuando Tom iba a ver a Huck pasó antes por la casa de Becky, su padre le contó que había dejado cerrar
la entrada con una puerta metálica. Tom se asustó y, cuando los demás le preguntaron por qué, les dijo que el
indio Joe aún estaba en la cueva.

Capítulo 33

La noticia de que el indio aún estaba en la cueva se extendió a una velocidad alucinante. Cuando abrieron la
puerta de la cueva, vieron al indio Joe muerto, con su navaja rota a su lado. Había intentado partir la puerta con la
navaja, pero no lo había conseguido. Al funeral del indio asistieron mucha gente y todos dijeron que se lo pasaron
muy bien. Unos días más tarde, Tom visitó a Huck y se fueron a un lugar tranquilo para poder hablar. Tom le dijo
que ya sabía dónde estaba el tesoro y que si quería ir a buscarlo ahora mismo. Huck aceptó, y fueron por el río
hasta el sitio por donde habían salido Tom y Becky de la cueva. Entraron por el agujero y, sujetando siempre unos
hilos de cometa, se adentraron en la cueva. Vieron el manantial, la vela pegada en la pared... Luego Tom dirigió a
Huck al Lugar donde había visto al indio. Allí había una cruz pintada encima de una roca. Empezaron a cavar.
Primero no tuvieron mucho éxito, pero luego cavaron debajo de la roca, quitaron unas tablas, entraron en una
grieta que había debajo de la roca y siguieron esta grieta. Al final encontraron otra caverna en la que encontraron
el tesoro y más cosas. Metieron el oro en bolsas y salieron de la cueva. Iban a esconder el oro en el granero de la
viuda Douglas, pero en camino para allá, se cruzaron con el galés, que los llevó a la casa de la viuda. Allí había una
fiesta preparada para el galés y sus hijos por haberla salvado del indio. A Tom y a Huck les dijeron que subiesen
para lavarse y vestirse y que luego se uniesen a la fiesta.

Capítulo 34

Al principio Huck no quería bajar a la fiesta, pero luego sí lo hizo. La viuda dijo que quería que Huck se quedase a
vivir con ella y que ella le daría una educación y en un futuro le montaría un negocio. Entonces Tom dijo que a
Huck no le hacía falta, ya que era rico. Todo el mundo quería reírse, pero entonces Tom salió un momento y
volvió con los sacos llenos de oro. Lo contaron y allí había más de 12.000 dólares. Todos los presentes se
quedaron boquiabiertos.

Capítulo 35

A partir de aquel día, todos los ciudadanos empezaron a cavar en todas las casas encantadas que encontraban,
pero no encontraron ningún tesoro.
Huck estuvo tres semanas viviendo en la casa de la viuda y luego desapareció. Lo buscaron durante dos días pero
no lo encontraron. Al tercer día, Tom fue a uno de los barriles que había en la calle y encontró a Huck durmiendo
dentro. Lo despertó y empezaron a hablar sobre por qué Huck había dejado a la viuda. Huck le dijo a Tom que se
quedara con su parte del dinero y que se había marchado de aquella casa porque era todo demasiado organizado
y limpio.
Finalmente Tom ofreció a Huck ablandar un poco a la viuda y que Huck volviera con ella. Huck aceptó y a cambio
Tom le admitiría en su banda de ladrones.

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