Está en la página 1de 8

"

El régimen vigente en el actual Código Civil y


Comercial Argentino

El régimen vigente en el actual Código Civil y Comercial Argentino

El artículo 646 del Código Civil y Comercial de la Nación Argentina, establece que: "...Los
"
progenitores tienen el deber de respetar y facilitar el derecho del hijo a mantener relaciones
personales con abuelos, otros parientes o personas con las cuales tenga un vínculo afectivo...”. Se
incorpora aquí el deber de los progenitores de favorecer y garantizar la comunicación de los niños,
niñas y adolescentes con su familia extensa.

A su vez, el artículo 555 del CCyC se refiere al derecho de comunicación de los parientes con el niño.
En la Sección 2ª. Derecho de comunicación ARTÍCULO 555. Legitimados. Oposición, se dispone que:

Los que tienen a su cargo el cuidado de personas menores de edad, con capacidad restringida, o
enfermas o imposibilitadas, deben permitir la comunicación de estos con sus ascendientes,
descendientes, hermanos bilaterales o unilaterales y parientes por afinidad en primer grado. Si se
deduce oposición fundada en posibles perjuicios a la salud mental o física de los interesados, el juez
debe resolver lo que corresponda por el procedimiento más breve que prevea la ley local y
establecer, en su caso, el régimen de comunicación más conveniente de acuerdo a las circunstancias.

De esta manera, el derecho de comunicación es un derecho-deber que vela por la vinculación entre
personas unidas por cierto grado de parentesco. También, el nuevo cuerpo legal establece este
derecho en favor de otros beneficiarios, aquellos que "...justifiquen un interés afectivo legítimo..."
(Art. 556).Este derecho-deber se fundamenta en el derecho del niño a mantener vínculo con sus
progenitores, con sus parientes, y con todo referente afectivo.

Siendo que los progenitores tienen el deber de respetar y facilitar estas relaciones personales con
los abuelos, el incumplimiento infundado de este imperativo por parte de los progenitores
desencadena una situación de maltrato con relación a los abuelos.

El impedimento de contacto con los nietos, como acto de violencia contra el adulto mayor.

Desde los trabajos de investigación realizados, hemos observado que, en cuadros familiares
disfuncionales, se observan acciones hacia el adulto mayor, de mayor o menor grado de agresividad.
En este contexto, el impedimento de contacto con los nietos, -cuando resulta injustificado- cobra
relevancia, y atraviesa diferentes manifestaciones de violencia. La falta de contacto con los nietos
implica diversas inconductas que provocan: aislamiento hacia el anciano, indiferencia, descalificación
del abuelo frente a los nietos, y hasta negación del vínculo -caso del abuelo que ni tan siquiera le es
permitido "conocer" a sus nietos-.

El impedimento de contacto de menores de edad con padres NO convivientes, configura delito,


según el Código Penal Argentino: se prevén sanciones para el caso del padre o tercero que,
ilegalmente, impidiere u obstruyere el contacto de menores de edad con sus padres no
convivientes.34 Sin embargo, y por el momento, no existen este tipo de sanciones para aquellos que
impidan el contacto de los abuelos con sus nietos.35
En la República Argentina, algunos pronunciamientos judiciales han alertado sobre estas
manifestaciones, haciendo lugar al derecho de los abuelos al contacto con sus nietos, con fuertes
fundamentosen la doctrina del interés superior del niño.

Así, en los autos caratulados "H. R. c/ D. M. C. s/Régimen de visitas", se confirma el régimen de


contacto de abuelos con sus nietos dispuesto dentro de un ámbito terapéutico ajustado a la
problemática familiar. Los jueces de la Sala K de la Cámara Nacional de Apelaciones en lo Civil con
asiento en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, manifestaron que:

… la fijación del régimen de visitas se funda en el primordial interés del menor, y ante la oposición en
que puedan incurrir los representantes legales de los menores o incapaces, corresponde al Tribunal
corregir los abusos en que éstos puedan incurrir...

A su vez, establecieron que:

... la ley reconoce el derecho de los abuelos a gozar de un régimen de visitas con respecto a sus
nietos. De ahí que, para suspender el ejercicio de ese derecho deben existir causas graves que así lo
aconsejen...”. Se sostuvo también que: “...en principio, debe regir la natural relación entre abuelos y
nietos, siendo excepcional su denegación o suspensión, debiendo rechazarse sólo en los supuestos
en que resulte inconveniente para la formación de los menores, afectando la salud moral o física de
aquéllos (conf. art. 376 bis del Código Civil)....(Fallo de la Cámara Nacional Civil – 13/11/2014.
Publicado en elDial.com - AA8D00)

Lo que debe procurarse a través del presente decisorio es no solo reconocer en abstracto el derecho
de comunicación de los abuelos y nietos sino convertirse en un instrumento eficaz para que dicho
derecho se concrete en la práctica del modo más adecuado para preservar el interés superior de los
niños...",
y que"...el ejercicio de la patria potestad de la progenitora sobre los menores no puede revestir un
carácter absoluto y excluyente del pleno reconocimiento de los derechos de éstos de mantener
relaciones con sus parientes..."37.

Situaciones como las que dieran lugar a los pronunciamientos referidos, provienen de rencillas y
desavenencias familiares en las que, a más de resultar directamente afectados los menores, y ser
necesario privilegiar el interés superior del niño, se observan dolorosas situaciones que perjudican
también a los abuelos. Muchas veces esos abuelos son ancianos que se encuentran en estado de
vulnerabilidad, sea por su edad, género, o situación socioeconómica. En particular, los adultos
mayores de escasos recursos económicos son los más perjudicados por enojosas situaciones
familiares, y los que menos defensas tienen al momento de conseguir asistencia jurídica gratuita y
de calidad.

4.2. La mediación como recurso para el abordaje y mitigación del impedimento de contacto de
adultos mayores con sus nietos

La mediación acorta los tiempos en el abordaje de los conflictos y aporta valores fundamentales
como la celeridad: el anciano es un ciudadano que no puede esperar largos tiempos por una
respuesta judicial a sus reclamos. La mediación ofrece un medio rápido para tratar los asuntos que
puedan ser abordados en ese ámbito; la escucha: la mediación provee de un ambiente propicio para
conversar. En un momento en que la sociedad suele ignorar las necesidades de los ancianos, el
hecho de participar en la mesa de mediación comporta par el adulto mayor el valor de escuchar y ser
escuchado; la tranquilidad: La mediación proporciona un ambiente no agresivo –no adversarial-, que
es propicio para que los adultos mayores se acerquen con tranquilidad al reclamo de sus derechos;
la economía: la mediación resulta un recurso más económico a la hora de hacer valer derechos.

Hemos dicho en anteriores estudios que la opción jurisdiccional, suele presentar para el adulto
mayor lo que hemos dado en llamar magnificación negativa de la inobservancia del principio de
celeridad procesal, provocando un daño directo al anciano: esta inobservancia está restando tiempo
a quien ya no tiene tiempo. Esta magnificación se patentiza cada día más en el sistema previsional
argentino, en el que cientos de miles de reajustes jubilatorios esperan en los estantes de los
tribunales. Desde el sistema constitucional argentino, el debido proceso deviene delas garantías
consagradas en el artículo 18 de la Constitución Nacional. También el artículo 8 de la Convención
Americana de los Derechos Humanos dispone que toda persona tiene derecho a ser oída, con las
debidas garantías y dentro de un plazo razonable. Y aquí es donde es preciso alertar sobre las
implicancias de tal enunciado: la morosidad de los procesos afecta directamente al adulto mayor,
quien no posee tiempo de espera para largos juicios.

La falta de celeridad procesal sigue empeorando cuando, como decía MORELLO (1991) los jueces se
encuentran "sitiados", agobiados por una presión en cantidad y calidad de conflictos, muchos de los
cuales "...no revisten el carácter de verdaderas controversias…"(pp. 9-11). De esta manera, el
aparato judicial se encontraría sobre exigido fuera de sus capacidades y, por tanto, lejos de brindar
un adecuado servicio de justicia. Esta circunstancia afecta en mayor medida a los grupos vulnerables
-económicos, sociales- quienes tienen menos herramientas para soportar el peso de demoras y
costos. En el contexto de las situaciones de falta de contacto entre abuelos y nietos, la dilación de los
procesos también afecta a los menores: la falta de contacto con sus abuelos, mientras los mayores
dirimen sus diferencias en estrados judiciales, sega la posibilidad de los niños de vivir esta relación
en las distintas etapas de la niñez y adolescencia.

Dados estos conflictos, entendemos que el recurso de la mediación comporta una herramienta
eficaz que brinda un espacio de diálogo no adversarial y de celeridad, en aras de tratarlos problemas
de contacto entre nietos y abuelos.

__________________________________________________________________________________

La sala II de la Cámara de Apelaciones en lo Civil, Comercial, Laboral y de Minería de Neuquén hizo


lugar a un pedido de régimen de comunicación provisorio entre una abuela paterna y un menor de
edad, ya que no se acreditaron las razones que permitan entender que puede haber algún riesgo o
perjuicio para el niño, tal como agregaba la madre de este.

En el caso “L. C. H. E. c/ S. J. A. s/ régimen de comunicación”, la abuela de un menor inició las


actuaciones por la supuesta conducta obstruccionista de la demandada (su ex nuera y madre de su
nieto), quién, desde su punto de vista, complicó todos y cada uno de los encuentros pautados para
ver al menor.

Pedido de comunicación con su nieto

La actora sostuvo que no se advertía de que manera perjudicaría al niño la posibilidad de que ella
comparta, en forma provisoria, un encuentro semanal, los días miércoles de 15,00 a 16,30 horas,
durante tres semanas, y de 15,00 a 17,30 horas a futuro.
Y remarcó que el deseo de la demandada era que el vínculo no continúe fortaleciéndose y, por ello,
se oponía constantemente a cualquier posibilidad de encuentros, que impliquen desprenderse unas
horas del niño.

Reconoció que el niño M. se encontraba trabajando cuestiones de motricidad en un Centro de


Infancias, pero que la demandada ya no lo lleva por la alta probabilidad de que el progenitor
participe en las terapias, y si bien las terapistas sostuvieron que, en ese espacio, no se considera
conveniente la participación de otro familiar, ello en modo alguno implica que el vínculo entre la
abuela y su nieto no pueda darse en otro espacio.

La sentencia interlocutoria de primera instancia fijó un régimen de comunicación entre la actora y su


nieto, por lo que la demandada interpuso recurso de apelación.

Los cuestionamientos de la madre del menor

La madre del menor se agravió por entender que la decisión de grado afectaba gravemente la salud
psicoemocional del niño, que se valoró en forma errada los hechos y la prueba.

Insistió en que no hubo ningún incumplimiento de la su parte, porque los encuentros que no
pudieron realizarse, tenían causas de justificación.

Los camaristas Patricia Clerici y José Noacco indicaron que el art. 555 del Código Civil y Comercial
reza: “Los que tienen a su cargo el cuidado de personas menores de edad, con capacidad restringida,
o enfermas o imposibilitadas, deben permitir la comunicación de éstos con sus ascendientes,
descendientes, hermanos bilaterales o unilaterales y parientes por afinidad en primer grado”.

“Si se deduce oposición fundada en posibles perjuicios a la salud mental o física de los interesados,
el juez debe resolver lo que corresponde por el procedimiento más breve que prevea la ley local y
establecer, en su caso, el régimen de comunicación más conveniente de acuerdo a las
circunstancias”, agrega.

Pedido de más pruebas

“El derecho a la comunicación se refiere a la posibilidad de acceder, ejercitar y obtener ayuda y


colaboración necesarias para mantener y preservar el vínculo paterno-filial con cada uno de sus
progenitores, con los demás parientes y con las personas que resulten familiarmente significativas,
siendo responsabilidad del Estado proveer ayuda y colaboración para garantizarlo, sea en forma
directa o indirecta”, explicaron.

En el caso concreto, explicaron que la recurrente solicitó el diligenciamiento en segunda instancia de


distintos medios probatorios: informativa al Centro de Infancias, testimonial de la pediatra Suárez y
evaluación del niño por parte del gabinete interdisciplinario.

Y sostuvieron que, en realidad, no existe denegatoria alguna de estas pruebas en la primera


instancia. “Si bien no todas fueron ofrecidas en el escrito de contestación de demanda, de todos
modos la jueza de grado ha tenido presente los medios probatorios ofrecidos en esa oportunidad
para el momento procesal oportuno”, explicaron.

Por ende, agregaron que la prueba ofrecida ha de ser oportunamente diligenciada ante el juzgado de
origen; en tanto que también puede la recurrente plantear ante la jueza de grado la necesidad de
aportar otros elementos probatorios (informativa y testimonial de reconocimiento), lo que será
resuelto cuando se plantee.

La resolución

Excepto la situación descripta en la denuncia realizada por la demandada contra su expareja,


señalaron que no existían otros elementos que permitan entender que puede haber algún riesgo o
perjuicio para el niño en mantener vinculación con su abuela paterna.

Como el menor presenta crisis de llanto si se lo aleja de su mamá, ya que el apego entre ellos es muy
fuerte, consideraron conveniente que la vinculación entre la abuela paterna y el niño sea progresiva,
con el objetivo que M. supere esa reticencia inicial a través de la familiarización con la persona de la
actora y acostumbramiento a su presencia.

Por ende, el régimen de comunicación provisorio debe mantenerse en tanto un encuentro semanal -
los días miércoles-, pero mediante una instrumentación paulatina.

Valla contra el ejercicio abusivo

En el artículo “Autonomía progresiva del menor: derechos fundamentales y conflicto con los
adultos”, publicado en Temas de Derecho de Familia, Sucesiones y Bioética de Erreius, María de las
Mercedes Ales Uría explicó que “el ejercicio del derecho de comunicación por los beneficiarios del
artículo 555 del CCyCo. importa una valla contra el ejercicio abusivo de la patria potestad por parte
de quienes la detentan, y encuentran como límite el bienestar del menor”.

“No existiendo causales que justifiquen la oposición a la comunicación, aquel que impida en los
hechos el desenvolvimiento de una normal relación entre parientes podrá ser objeto de medidas
cautelares impuestas por el juez de la causa tendientes a asegurar la relación con el beneficiario,
según el artículo 557”, enfatizó la especialista.

__________________________________________________________________________________

OBJETO: PROMUEVE DEMANDA - DERECHO DE COMUNICACIÓN


EXCMO.
TRIBUNAL DE FAMILIA

Benito Ramón Ruíz Díaz, de nacionalidad argentino, titular del D.N.I.N° 34.511.524, de ocupación
comerciante, con domicilio real en B° El Palomar Mz. 33 Casa 09, de esta Ciudad, por derecho propio
y con el patrocinio letrado del Sr. Pedro S. Barrios, Abogado M.P. 3365 C.P.A.F, constituyendo
domicilio a los efectos legales en B° Juan D. Perón Mz. 24 C 1, de esta ciudad, como mejor proceda
en derecho, ante V.S. comparecemos y respetuosamente decimos:

I) OBJETO: Que vengo a solicitar se ordene judicialmente mi derecho a mantener co-municación con
mi nieta SILVIA NAHIARA RUÍZ DÍAZ, de 1 año de edad, D.N.I. N° 54.949.562, que actualmente
convive con su progenitora la Sra. LOURDES LILIA-NA ZALAZAR, D.N.I. N° 38.140.962, en el domicilio
sito en B° Eva Perón Mz. 35 Casa 5, de esta ciudad, en base a las siguientes consideraciones de hecho
y de derecho que a continuación expongo:
I) HECHOS: Mi hijo Nelson Matías Ruíz Díaz, mantuvo una relación amorosa y de convivencia con la
Sra. Zalazar, fruto de la misma nació mi nieta SILVIA NAHIARA, el día 16 de febrero del año 2016,
conforme surge de la respectiva partida que acompaña la presente demanda.
Que luego del nacimiento de mi nieta, la relación entre los progenitores se torno in-estable, por lo
que después de múltiples desavenencias, decidieron dar terminada la misma.
Posteriormente, mi hijo tuvo que trasladarse a la ciudad de Clorinda por razones laborales, a partir
ese momento comenzaron los problemas; la Sra. Zalazar buscó entor-pecer el normal desarrollo del
vínculo paterno-filial, no contestaba las llamadas, no per-mitía que mi hijo pudiera retirar a mi nieta
–como era común luego de la separación-, y en ocasiones, tampoco me permitía ver a Silvia.
Que a fin de organizar la vida de su hija, Nelson propone a la Sra. Zalazar elaborar un Plan de
Parentalidad en los términos previstos en el art. 655 C.C.Y C.N, dicha propuesta es rechazada, por lo
que decide iniciar las acciones legales correspondientes.

Es del caso mencionar, que como vivimos a poca distancia, visitaba regularmente a la niña, incluso la
llevaba a mi domicilio donde compartía tiempo con sus tíos y su abuela Silvia Eugenia, quien
conforme puede apreciarse en las actuaciones “FRANCO SILVIA EUGENIA S/ RESTRICCIÓN DE LA
CAPACIDAD (CURATELA)”. EXPTE. N° 1885/15, no puede gobernarse a sí misma, debido a la
enfermedad que la atormenta y que no le permite tener una existencia independiente, pero aún así
es capaz de exteriorizar sus emociones puesto que, cada vez que su nieta pasaba tiempo con ella, se
podía observar la alegría y felicidad en rostro.
Pero, de manera repentina e injustificada, la posibilidad de ver a nuestra nieta fue cortada por la Sra.
Zalazar, lo cual más allá de la tristeza que me provoca en lo personal, no puede desconocerse que
también afecta a la niña, con quien se fue forjando un vínculo afectivo profundo, basta mencionar
que es una niña especial y sumamente cari-ñosa, pero actualmente se ve privada de la compañía y
cariño que le hemos dado en todo momento.
Insisto en que no existen motivos que justifiquen la decisión de la madre de mi nieta para
prohibirme una adecuada comunicación con Silvia Nahiara; no es justo que por algunas
contrariedades con mi hijo, toda nuestra familia se vea impedida de compartir tiempo con la niña.
Por otra parte, si bien los primeros tiempos pude comunicarme telefónicamente con la progenitora
para saber de mi nieta, actualmente, ya ni siquiera eso es posible debido a la actitud desplegada por
la Sra. Zalazar.

Sentado lo anterior, (…) “cabe señalar que el derecho de los abuelos a solicitar la fijación de un
régimen de visitas respecto a sus nietos se sustenta en que el aporte de los abuelos a la formación
de los menores es una contribución -salvo prueba en contrario- a su desarrollo espiritual, a la
formación general, a la transmisión de su historia familiar, a suministrar, por qué no, todas aquellas
expresiones de afecto hacia su descendencia que tal vez las obligaciones laborales y las exigencias
familiares, les hicieron retacear a sus propios hijos. Y los progenitores no tienen derecho a privar a
sus hijos de esa riqueza, porque ello además constituye un derecho natural y sólo su ejercicio
disvalioso obliga a suspender ese aporte…” (C. Civ., Com. Minas Paz y Trib. Mendoza, Sala 2º, “O., O.
y A., A. s/ régimen de visitas”, 13/04/2007; SJA 10/12/2008; Abeledo-Perrot on line).
“Desde otro aspecto corresponde destacar que el ejercicio de la responsabilidad parental de la
progenitora sobre el menor, no puede revestir un carácter absoluto y ex-cluyente del pleno
reconocimiento de los derechos de éstos de mantener relaciones con sus parientes, no pudiéndose
impedir sin justa causa y fehacientemente acreditada” (Cámara de Apelaciones en lo Civil, Comercial
y Minería de Viedma, 17/03/2011, ``L.C.A. y L.M.E. c/ M.L.B. , LLPata-gonia 2011(junio) 340).

Asimismo, hago presente que no existe perjuicio alguno para la salud física o mental de Silvia
Nahiara que pudieren derivarse del derecho de comunicación peticionado, siendo por el contrario
absolutamente perjudicial la actitud asumida por su madre.

En virtud de todo ello, y conforme lo prescribe el art. 555 del CCyC, es que solicito a V.S. proceda a
ordenar judicialmente el ejercicio del derecho de comunicación entre el compareciente y la niña
SILVIA NAHIARA RUÍZ DÍAZ, que me es negado por su progenitora, en atención a los vínculos
afectivos generados entre ambos y derivados de la relación antes detallada, cuya preservación y
resguardo se impone.

IV) SOLICITA COMO MEDIDA CAUTELAR URGENTE SE FIJE RÉGIMEN PROVISORIO.

A los fines de regularizar esta situación, solicito a V.S. con carácter cautelar y ur-gente la fijación de
día y hora para el ejercicio de este derecho a mantener comunicación con mi nieta SILVIA NAHIARA.
Sin perjuicio de lo anterior, solicito, se permita retirar a la niña del domicilio de su progenitora y
trasladarla a mi domicilio denunciado ut su-pra, por lo menos dos veces por semana y con una
duración mínima de 3 horas por día, y que con una frecuencia de un fin de semana de por medio la
niña menor de edad pueda pasar la noche en el denunciado domicilio, todo ello con la finalidad de
compartir tiempo con su familia y atento a lo informado respecto de la salud de su abuela Silvia
Eugenia, ésta tenga la oportunidad dentro de sus posibilidades de disfrutar de su nieta y vice-versa.

IV.- A) PROCEDENCIA DE LA MEDIDA


Es procedente la medida cautelar solicitada debido a que la demandada se ha empe-ñado en
entorpecer el normal ejercicio del derecho de comunicación con nuestra nieta, lo cual representa un
ejercicio abusivo de la Responsabilidad y absolutamente contrario al mejor interés de Silvia Nahiara.
Por su parte, surge del nuevo Código Civil y Comercial de la Nación, título VII, capítulo 3, que se
ocupa de los deberes y derechos de los proge-nitores, art. 646, inc. e, el deber de los padres de
“respetar y facilitar el derecho del hijo a mantener relaciones personales con abuelos, otros
parientes o personas con las cuales tenga un vínculo afectivo".

IV.- B) VEROSIMILITUD DEL DERECHO


Con relación a este requisito resulta suficiente la mera existencia del vínculo invo-cado, Marisa
Herrera expresa en relación al mentado art. 555 que el mismo “enumera quienes son los parientes
que tienen un derecho subjetivo familiar como el derecho de comunicación. Por lo tanto, a estos les
cabe solo demostrar el vínculo jurídico, siendo que la carga de la prueba sobre el perjuicio que
significa restablecer la comunica-ción pesa en quien o quienes se oponen, debiendo esgrimir cuáles
son las razones de dicha conducta impeditiva y obstruccionista” (cfr. Herrera, Marisa, su comentario
al art. 555 en “Código Civil y Comercial de la Nación Comentado”, Dir. Herrera, Marisa, Ca-ramelo,
Gustavo y Picasso, Sebastián, Tomo II, pág. 270, Infojus, Bs. As., 2015).

IV.- C) PELIGRO EN LA DEMORA.


De más está decir que la medida cautelar solicitada, de verse frustrada, vulneraría el interés de la
niña menor de edad, privilegiando la conducta obstruccionista de la proge-nitora, ocasionando
enormes perjuicios que serán difíciles de reparar en la edad adulta. “Sólo se pueden denegar el
contacto cuando existan razones valederas que evidencien su inconveniencia para la adecuada
formación de los menores en razón de los perjuicios psíquicos y/o físicos que pudieran ocasionarles”
(Novellino Norberto, “Tenencia de menores y régimen de visitas producido el desvínculo
matrimonial”, Ed. García Alonso, Bs.As., 2008, p. 100).
V) PRUEBA
DOCUMENTAL: A los fines de la presente se acompaña:
1) Partida de nacimiento de la niña menor de edad Silvia Nahiara Ruíz Díaz,
2) Fotocopia de DNI del accionante,
3) Exposición Policial N° 433/17 S.R.A.
4) Exposición Policial N° 422/17 S.R.A.

VI) DERECHO
Fundo esta acción en el art. 555, y sigtes. y concordantes, del Código Civil y Co-mercial de la Nación.
art. 232 C.P.C.C., aplicable por reenvío procesal y concordantes, Convención sobre los derechos del
niño. Jurisprudencia y doctrina aplicable.

VII) PETITORIO
Por todo lo expuesto a V. S. decimos:
1) Me tenga por presentado, por parte en el carácter invocado y por constituido el domi-cilio legal
indicado.
2) Se cite y emplace a la demandada, para que dentro del plazo y bajo apercibimiento de ley,
comparezca a estar a derecho y conteste la demanda.
3) Se resuelva admisible y se conceda con carácter de urgente la cautelar solicitada a los fines de
establecer un régimen de comunicación provisorio.
4) Oportunamente, haga lugar a la presente acción, y se fije un régimen de comunicación.
Proveer de conformidad,
SERÁ JUSTICIA.-

También podría gustarte