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l - SOBERANIA DE DIOS

La soberanía de Dios era una expresión muy usada en la literatura religiosa.

Muchos de los que critican a los evangelicos, dicen que la Biblia, o las religiones,
son una herramienta para manipular a la gente.

Y tienen bastante razón, durante mas de 1500 años, la iglesia católica, manipuló
las enseñanzas biblicas, y la acomodaba a sus intereses.

Durante mucho tiempo, la Soberanía de Dios fue un tema muy utilizado en los
púlpitos de las iglesias.

El concepto de Soberania de Dios era utilizado para tapar la corrupción los curas
para y para mantener a la gente sometida y asustada. Eran tiempos de muchos
abusos y la autoridad estaba muy disputada entre la Iglesia Catolica y los reyes de
turno.

Aquella pobre gente, que, en su mayoría no sabian leer, que no tenian acceso a
una educacion como la que tenemos hoy, que trabajaban de sol a sol en pésimas
condiciones, dificilmente podian entender a un Dios que los castigaría por todo lo
que hicieran en contra el poder que los gobernaba, asi que agachaban la cabeza.

Lo hemos visto en peliculas, por no decir que aun lo vemos en algunos


predicadores.

Los evangelicos, aparecimos aproximadamente en el año 1500 de la mano de unos


reformadores llamados Calvino, Lutero, Zwinglio y otros que se opusieron a la
iglesia catolica y toda esa corrupción. Hubo algunos antes como John Wycliffe (un inglés, teólogo y
sacerdote que vivió entre 1330-1384) y el sacerdote alemán Jan Hus (c. 1369-1415).

Con la reforma, y el invento de la imprenta, la Biblia se difundió y llegó a


muchisima gente que aprendió a leer. De este modo, se pudo entender mejor
este concepto de Soberania de Dios.

Asi y todo, la Soberanía de Dios era una verdad que consolaba muchos corazones
y daba fuerza y estabilidad al carácter cristiano.
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Pero en este tiempo, hablar de la soberanía de Dios es como hablar en otro


idioma.

Es una lástima que la doctrina, que es la llave de la historia y fundamento de la


teología cristiana sea tan poco entendida y tan descuidada.

Sin embargo, lo el predicador precisa dar, no es lo que la congregación gusta más


de oír, sino lo que más necesita, es decir, aquellos aspectos de la verdad que le
son menos familiares, pero que son fundamentales para el crecimiento
espiritual".

Sabemos que mucha gente niega a Dios, niegan que Dios tiene control sobre todas
las cosas, y lo hacen sencillamente porque rechazan cualquier testimonio de la
Biblia, que para nosotros es la Palabra de Dios.

Muchos Cristianos, sin embargo, también parecen estar un poco inseguros del
poder y del control de Dios.

Son los que creen que Dios trata de salvar a los pecadores, pero no se muestran
muy seguros de que Dios puede salvarlos realmente.

Por ejemplo, están de acuerdo en que Dios nos manda todas las cosas buenas,
pero no admiten que Dios mande las guerras y las enfermedades, o lo que
consideramos, malo o negativo.

Aceptan que es Dios quien dirige a las buenas personas, pero dudan mucho que
los malos están también bajo Su dirección y control.

Una de estas verdades fundamentales que han sostenido las iglesias Calvinistas,
de la cual venimos los Bautistas, es la Soberanía de nuestro Dios.

La soberanía se refiere al absoluto, total gobierno y control sobre todas las


cosas, una potestad que sólo Dios tiene.

La soberanía de Dios no está limitada. Como no es algo que se le dió a Dios, sino
que, al crear todo, le pertenece, y por eso, no hay nada ni nadie que pueda
limitarla.
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En estos tiempo de derechos humanos, de apertura social, de auge de todas las


ideologias debemos tener en claro que nuestro Dios es un Dios de justicia (entre
otras caracteristicas), pero no es un Dios democratico, cuyo poder emerge del
pueblo, y sus gobernantes hacen la voluntad de la gente.

Su gobierno y autoridad le pertenece exclusivamente a El mismo, y Dios ejercita


plenamente este gobierno en Su creación. El es el Soberano. Nada ni nadie escapa
a Su regla.

Esta es una verdad vital. Si la desconocemos o la distorsionamos, estamos yendo


contra la Palabra de Dios.

Consideremos esto a la luz de lo que nos enseña la Biblia.

Primero que nada, el concepto de Soberanía de Dios empieza por el hecho de


que El ha formado el universo por medio de Su poderosa Palabra y que El lo
sostiene.

Tan solo este concepto supera nuestra propia capacidad humana para imaginar el
alcance de una creacion como esta. Apenas sabemos lo que hay en nuestra propia
galaxia. En tiempos biblicos, ni se sabia qué era una galaxia, asi que recien
estamos empezando a saber un poco mas de esto y nos falta muchisimo por
aprender y conocer. Ni siquiera podemos calcular cuantas estrellas vemos en el
cielo.

Y ya sabamos que cada estrella que vemos, puede ser un sistema solar, como el
nuestro y estan a millones de kilometros de distancia. Sin embargo, lo que vemos
y no vemos en este universo, todo fue creado por este Dios, a quien adoramos.

Están tambien los que declaran ser ignorantes del origen de este universo.
Algunos sugieren de que quizás siempre exitió. Pero la Biblia nos dice
simplemente en Gen. 1:1, “En el principio Dios creó los cielos y la tierra” .
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Y Hebreos 11:3 declara, “Por la fe entendemos haber sido constituido el


universo por la palabra de Dios, de modo que lo que se ve fue hecho de lo que
no se veía.”

¡Imagínense! Dios creó el universo. Creemos eso!. Creemos que El mismo está por
encima de él y no está limitado por ese universo.

Cuando Salomón oró en la dedicación del templo en Jerusalén decía, “Pero ¿es
verdad que Dios morará sobre la tierra?” He aquí que los cielos, los cielos de
los cielos no te pueden contener; ¿Cuánto menos esta casa que yo he
edificado?” (I Reyes 8:27).

Pero la Soberanía de Dios no está limitada a la creación de todas las cosas por
medio de Su Palabra.

Un segundo punto, es que El, en su Soberanía, dirige y gobierna todas las cosas
que suceden, todos los fenomenos que se producen.

Dios coloca al mar dentro de sus límites: “¿Quién encerró con puertas el mar,
cuando se derramaba saliéndose de su seno?” (Job 38:8).

O como dice en Salmos 147:8, “El es quien cubre de nubes los cielos, El que
prepara la lluvia para la tierra, El que hace a los montes producir hierba”. No
tendria que sorprendernos que el Dios soberano haga que cada gota de lluvia
caiga donde El quiere.

El poder de Dios se extiende sobre las aves de los cielos y aún sobre los cabellos
que caen de nuestras cabezas. Jesús dijo, “¿No se venden dos pajarillos por un
cuarto? Con todo, ni uno de ellos cae a la tierra sin vuestro Padre, pues aún
vuestros cabellos están todos contados” (Mat. 10:29-30).

Otro hecho controvertido es que el poder de Dios dirige las guerras, la epidemias,
enfermedades y los vientos que azotan el planeta.

No sólo El, como Dios, manda la paz, sino que El causa también la guerra.
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El no sólo da la salud, sino que El también envía la enfermedad y la muerte. Isaías


45:7 dice, “que formo la luz y creo las tinieblas, que hago la paz y creo la
adversidad, Yo Jehová soy el que hago todo esto.”

También leemos en el Salmo 46:8, “Venid, ved las obras de Jehová, que ha
puesto asolamientos en la tierra.” Cuando, como Cristianos escuchemos o nos
encontremos con los huracanes o tornados terribles, cuando veamos la miseria de
las enfermedades, cuando veamos la ruina y la destrucción que producen las
guerras, digamos como Job: “Jehová dio, y Jehová quitó; sea el nombre de
Jehová bendito”

Hay algo mas asombroso, mas llamativo o mas extraño sobre la Soberanía de Dios.
Este puede ser el tercer punto; y es que Su gobierno se extiende aún sobre los
hombres malvados, sí, y aún sobre el mismo diablo.

Muchos niegan esto. Muchos están convencidos que Dios influye y dirige a los
hombres buenos, pero creen que los hombres malos y el diablo están fuera de su
gobierno.

Sabemos que Dios puede frustrar los planes del diablo, pero si aceptamos que
está fuera de Su autoridad, estariamos admitiendo que está limitando el poder y
la Soberania de Dios. En ningun momento de toda la historia biblica, el diablo
pudo salirse con la suya ni superar o vencer a Dios.

El diablo y las personas malignas que el maneja, ni siquiera pueden levantar un


dedo sin que escapen del control absoluto de Dios.

Sin embargo, Dios es también soberano con respecto a los hombres malos.

En Exodo, capítulos 3 y 4, tenemos la historia de Moisés, que había huido de


Egipto y pasó 40 años en el desierto cuidando las ovejas de su suegro, Jetro.

De repente, Dios se le apareció y le dió instrucciones de presentarse al Faraón


con el mandato de dejar salir al pueblo de Dios de Egipto. El pueblo de Dios
estaba esclavo en Egispto
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Entonces Dios le dijo a Moisés, “Cuando hayas vuelto a Egipto, mira que hagas
delante de Faraón todas las maravillas que he puesto en tu mano; pero yo
endureceré su corazón de modo que no dejará ir al pueblo,” No es cierto de
que el Faraón primero endureció su corazón y que después Dios lo haya
endurecido. Antes aún de que el Faraón estuviese enterado de la existencia de
Moisés, Dios enfatiza: “yo endureceré el corazón del Faraón” (Ex. 4:21).

Como resultado, el Faraón endurece su corazón. Y a pesar de que fue Dios quién
endureció el corazón del Faraón, aún así, el mismo Faraón es hecho responsable y
es terriblemente castigado, con las diez plagas que todos conocemos.

¿Y por qué Dios endureció el corazón del Faraón? El apóstol Pablo responde con
las palabras de Romanos 9:17: “porque la Escritura dice a Faraón: Para esto
mismo te he levantado, para mostrar en ti mi poder, y para que mi nombre
sea anunciado por toda la tierra.”

Hay otros ejemplos en las Escrituras. En I de Reyes 22, donde Acab busca consejo
en profetas que no eran de Dios, referente a pelear una guerra contra Siria.
Todos estos profetas (falsos) le dijeron a Acab que fuera seguro a la guerra
porque la ganaría.

Pero, entonces Acab llamó al profeta de Dios, a Micaías.

Micaías le explicó a Acab de que fue Dios quien puso un espíritu de mentira en las
bocas de los falsos profetas, para que Acab fuera destruído en esa guerra.

Dios era soberano aún sobre estos falsos profetas.

Pero, también hay más, porque aún el mismo diablo está bajo el directo control
de Dios. Posiblemente, la evidencia más clara de esto se está en el libro de Job.

En el primer capítulo leemos que Satanás se presenta delante de Dios. Dios


hablaba con Satanás y le dice de Job, quien era “varón perfecto y recto,
temeroso de Dios y apartado del mal.”
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Satanás le contesta “Sí, pero Job tiene una buena razón para temerte: siempre
has puesto un muro de protección alrededor de él, de su casa y de sus
propiedades. Hiciste prosperar todo lo que hace. ¡Mira lo rico que es! Por qué no
extiendes tu mano y le quítas todo lo que tiene?, ¡Vas a ver como te maldecirá en
tu propia cara!”

En el versículo 12, Dios le dice a Satanás, “He aquí todo lo que tiene está en tu
mano; solamente no pongas tu mano sobre él.”

Así que Dios le dio a Satanás un poder específico pero limitado para probar al
pobre de Job, poniendolo contra las cuerdas para que maldijera a Dios.

Pero aún, hay más evidencia revelada de la Soberanía de Dios. Este es un cuarto
punto. Este Dios Todopoderoso, a través de Su propio poder, salva a Su creacion
del pecado y la muerte y los lleva a la gloria celestial. Muchos predicadores dan
la sensacion de que Dios no tiene todo el poder para salvar al pecador. Sugieren
que Jesús se para fuera del corazón del pecador y que insistentemente llama a
esa puerta.

Hay una corriente que sostiene que la desición hacia la salvación deberá ser
tomada por el hombre. Pero en Jeremías 31:18-19, leemos, “Conviérteme y seré
convertido, porque tú eres Jehová mi Dios. Porque después que me aparté
tuve arrepentimiento, y después que reconocí mi falta, herí mi muslo; y me
avergoncé y me confundí, porque llevé la afrenta de mi juventud.”

En un viaje misionero, Pablo habla de unas mujeres adorando junto al río cerca
de Filipos. Una de estas mujeres, Lidia, creyó, entonces leemos, “y el Señor
abrió el corazón de ella para que estuviese atenta a lo que Pablo decía”
(Hechos 16:14).

Finalmente, la Soberanía de Dios fue evidente en la crucifixión de Jesucristo.


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Cuando examinamos lo que sucedió en la cruz, podría suponerse que algo salio
mal. Casi parecería que Dios hubiera perdido el control, como si Satanás estuviera
por tener la victoria. Pero, eso es exactamente lo que no sucedió.

Dios tenía todas las cosas bajo control en la cruz. Todo lo que pasó, pasó de
acuerdo con Su gran propósito. Pedro lo explica a los que lo escuchaban en
Pentecostés cuando él les dijos, “a este Jesús, entregado por el determinado
consejo y anticipado conocimiento de Dios, prendisteis y matasteis por manos
de inicuos, crucificándole” (Hechos 2:23).

Una version mas simplificada dice: “Y a ese hombre, que, según el plan de Dios
fue entregado, ustedes lo mataron, crucificándolo por medio de hombres
malvados. “

Así, Dios usó el asesinato de Jesús, a manos de hombres despiadados, para


cumplir Su propósito y manifestó su gloria resucitándolo luego.

Con este mismo soberano e inmenso poder, Dios continua animándonos a


perseverar en la fé y la salvacion. Leemos en Filipenses 1:6, “estando persuadido
de esto, que el que comenzó en vosotros la buena obra, la perfeccionará hasta
el día de Jesucristo.”

Este Dios Soberano ha revelado Su absoluto control sobre todas las cosas y sobre
toda criatura al salvarnos del pecado y llevarnos al cielo con todas sus glorias.

¿Entonces, es importante que el Cristiano se afirme en estas definiciones de la


Soberanía de Dios?

¡Definitivamente si!

La razón misma para que todo el universo exista es de que el Nombre de Dios
pueda ser exaltado. Todo lo que ha sucedido, y todo lo que está por ocurrir sirve
al propósito de glorificar a Dios.

Todo lo que nos rodea en el mundo, intenta por todos los medios, que la verdad y
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la soberania de Dios se vean desacreditadas. Vemos como el hombre sin Dios


introduce todo aquello que exalta al hombre, aquello que exalte el poder o la
habilidad del hombre o aquello que justifica (o pretende justificar) que el hombre
tiene alguna capacidad o mérito para merecer algo de Dios. El hombre
constantemente está queriendo desplazarlo y quitar a Dios del control absoluto.

Los Cristianos fieles creemos y confesamos que la doctrina verdadera está


fundada sobre la indiscutible e irrefutable realidad de un Único y Soberano
Dios.

Cualquier argumento que modifique este fundamento, lo rechazamos sin dudarlo


y como Hijos de Dios, debemos apuntar a profundizar el conocimiento de esta
verdad.

Tengamos ciudado de nuestra naturaleza, cuando pretenda hacernos creer que


somos tan independientes, tan libres del poder y de la autoridad de Dios, que
podemos hacer lo que queramos sin hacernos cargo de las consecuencias.

La persona que no busca el rostro de Dios en oración, y encuentra su satisfaccion


en la tecnologia, la ganancia de dinero o poder, en las drogas o cualquier tipo de
placeres, no entendió la Soberanía de Dios.

Este Dios que maneja el poder en el univereso, que hace y deshace, que da la
vida y la quita, que hace que los sistemas del planeta funcionen para darnos la
vida, ese es el Dios que escucha y puede contestar a mi oración. Mi Dios dirige
todas las cosas para mi bien “todas las cosas ayudan para bien, esto es, a los que
conforme a su propósito son llamados.” (Rom. 8:28).

¡Hermanos, qué gran provilegio tengo al poder confesar la Soberanía de Dios


sobre mi vida y sobre mis circunstancias! Por esto “estoy seguro de que ni la
muerte, ni la vida, ni ángeles, ni principados, ni potestades, ni lo presente, ni
por lo venir, ni lo alto, ni lo profundo, ni ninguna otra cosa creada nos podrá
separar del amor de Dios que es en Cristo Jesús, Señor nuestro” (Rom. 8:38-
39). Esto es verdad porque Dios es el Dios Soberano.
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¡Gracias a Dios que El lo es!

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