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Érase una vez, en una tierra lejana, un pequeño pueblo llamado IUPAC. El pueblo estaba habitado
por toda clase de elementos, cada uno con sus propiedades y personalidades únicas.
La reunión se llevó a cabo en la plaza del pueblo, donde se dieron cita todos los elementos. El
hidrógeno, el elemento más liviano de todos, sugirió que deberían comenzar a buscar en los
bosques cercanos. Oxígeno, que siempre pensaba rápido, sugirió que preguntaran a los pájaros y
animales si habían visto al rey. Los guerreros Hierro y Titanio, que siempre estaban listos para la
acción decidieron que era hora de salir a buscar a otros pueblos y reinos ya que IUPAC se estaba
volviendo un caos.
De repente, se escuchó un fuerte ruido y todos se giraron para ver qué estaba pasando. Era Cobre,
quien siempre ha sido conocido por su comportamiento impulsivo y algo alocada ya que esta en
todo. ¡Cobre había encontrado una pista! Había descubierto una nota que decía: "Estoy cautivo en
las cuevas de oro. Por favor, ven y rescátame".
Sin pensarlo dos veces, los elementos se dispusieron a rescatar al Rey Argón. Cruzaron por el río
de los 3 hermanos, los gemelos Hidrógeno y el hermano mayor Oxigeno que le pidió a los
elementos que exterminaran una plaga de cloro de su rio, finalmente llegaron a las cuevas de Oro.
Podían oír la voz del rey y sabían que se estaban acercando. Pero la cueva estaba custodiada por
un feroz golem hecho de una combinación de Cromo, Cobalto y Níquel dando a si un poderoso
metal. Los elementos tenían miedo, pero no se rindieron. Usaron sus propiedades únicas y
combinaron sus fuerzas para derrotar al golem
Finalmente, encontraron al Rey Argón, que estaba débil y cansado. Había estado cautivo por el
golem, que había exigido un rescate por su liberación. Los elementos se alegraron de ver a su rey
sano y salvo, y lo llevaron de vuelta a la aldea.