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Rector:
Facultad de Derecho
Coordinador de Posgrado:
1
EL PELIGRO PARA LA COMUNIDAD
ASESOR:
I. INTRODUCCIÓN .......................................................................................................... 1
EXCEPCIÓN .......................................................................................................................................... 7
COLOMBIA ....................................................................................................................................... 9
ESTRICTO ………………………………………………………………………………………...36
BALANCE ............................................................................................................................................ 40
preventiva ……………………………………………………………………………………...48
BALANCE ............................................................................................................................................ 80
COLOMBIANO ............................................................................................................................... 85
constitucional ................................................................................................................................ 86
DE 2016 ……………………………………………………………………………………….102
comunidad …………………………………………………………………………………….102
3. Evaluación del fin cuestionado a la luz del Art. 250.1 de la Constitución Política115
5. La visión limitada de un análisis armónico y sistemático del Art. 310 del CPP ... 120
II
D. EL PRINCIPIO PRO HOMINE COMO FORMA DE SUPERACIÓN DE LA
V. CONCLUSIONES....................................................................................................... 141
NACIONALES................................................................................................................................... 157
NORMATIVIDAD.............................................................................................................................. 163
III
I. INTRODUCCIÓN
Al estudiar la detención preventiva se encuentra que tanto la doctrina, como la
sentido lato, al no estar consagrado dentro de los derechos y garantías que se ofrecen
ser realizado solo de la confrontación de los derechos que trae el Pacto de San José de
Costa Rica. Esa tarea conlleva un análisis más trascendental en tanto “(…) algunos
1
en intangibles, dependiendo del contexto y profundidad con el que se desarrolle el conflicto
americano “un régimen de libertad personal y de justicia social, fundado en el respeto de los
derechos esenciales del hombre”4, que elimina en sus cláusulas de interpretación las que
vinculación del art. 7 de la CADH al orden interno, lo cual deriva en una mengua de
2
como parámetro de constitucionalidad, con los alcances y consecuencias que
por tanto, amerita un tratamiento que potencialice sus efectos, cuanto más si se
que los eventos en que se habilite la privación de la libertad, las condiciones que
Lo propio ocurre con la presunción de inocencia, uno de los pilares del proceso
penal, que emerge como lo único real y cierto en el proceso5, al punto que su
pena”6.
3
punible, del proceso o de la pena, también resalta la imposibilidad de afectar la
libertad como forma de salvaguarda del proceso, sin delimitación de las condiciones
que lo permitan, las que no solo deben examinarse desde la perespectiva legal, esto
es, del mayor o menor desarrollo en el orden jurídico interno, sino a partir de su
IDH y de los informes que sobre el tema ha rendido la CIDH, en especial los ofrecidos
compatibilidad.
Más adelante se identifica la postura de la Corte IDH sobre los fines que
línea jurisprudencial que se traza, tanto en el escenario del derecho a la libertad, como
en el de la presunción de inocencia.
al cual su restricción debe ser mínima, acorde con los principios de excepcionalidad,
4
El análisis de la información obtenida permite concluir que el criterio en
250.1 de la Constitución Política (CP), desde el cual se proyectan las posturas que
de la cada vez mayor amplitud otorgada a ese criterio como fundamento para su
5
de las posturas de la Corte IDH y la CIDH sobre el tema, lo cual prescinde de su
verdadera valoración.
Esa situación se hace más visible frente al principio pro homine y al ejercicio del
comunicación, desde donde hacen eco las posturas que demandan mayor rigor en la
restricción de la prerrogativa.
riesgos que reclamos como esos traen para los derechos humanos. Así lo pone en
camino más expedito para ocultar las deficiencias estructurales del Estado,
cuestionamientos más profundos, como aquellos que reclaman el lugar que la libertad
6
CAPÍTULO I
en estados de excepción8 de que trata el artículo 27.2, siendo ese el criterio para su
estricto (Art. 93 inc. 1º CP), está inescindiblemente ligado a otros derechos y garantías
(Art. 9).
arbitrariedad.
estados de excepción siempre que no lleguen al extremo de convertirse en una suspensión (…).”. Sin
embargo, la Corte IDH en Opinión Consultiva OC-8/87 del 30 de enero de 1987 referida al habeas
corpus durante suspensión de garantías, refiere sobre el uso de los términos "Suspensión de
Garantías"; "suspend(er) las obligaciones contraídas", "suspensión de los derechos " y "derecho de
suspensión”. (…) Del análisis de los términos de la Convención en el contexto de éstos, resulta que no
se trata de una "suspensión de garantías" en sentido absoluto, ni de la "suspensión de los derechos " ya
que siendo estos consustanciales con la persona lo único que podría suspenderse o impedirse sería su
pleno y efectivo ejercicio. La Corte estima útil tener presente esas diferencias terminológicas a fin de
esclarecer los fundamentos conceptuales sobre los cuales responde la presente consulta, sin perjuicio
de las cuales la Corte utilizará la expresión empleada por la Convención de "suspensión de garantía".
Lo anterior es útil para destacar, por una parte, que ese será el entendimiento que se le dará al término
suspensión empleado a lo largo de este trabajo, y por otra para entender su uso en algunos de los
textos a los que aquí se acude, como quiera que mientras la Corte Constitucional puede referirse a los
vocablos limitación o restricción, los textos de la Corte IDH aluden a suspensión, claro está bajo el
significado aquí referido.
8
A. APROXIMACIÓN AL BLOQUE DE CONSTITUCIONALIDAD EN
COLOMBIA
por el Estado colombiano mediante la Ley 16 de 19729, “Por medio de la cual se aprueba
la Convención Americana sobre Derechos Humanos "Pacto de San José de Costa Rica”,
En él, los Estados Parte asumen unos compromisos de respeto de los derechos
las medidas necesarias para hacerlos efectivos (Art. 1º y 2º). En caso de no haberse
las medidas necesarias para hacerlo. No atender esos compromisos puede conllevar
9
entender qué derechos, valores y principios pueden estar depositados en otros
objetivo común: garantizar el más alto nivel de protección a la dignidad humana de toda
en igualdad de rango que los contenidos constitucionales. De ahí que deba ser
considerado como parámetro de control a ese nivel, con mayor razón si su alcance
10
La Carta de 1991 prevé varias cláusulas de apertura al bloque de
según la cual “Los tratados y convenios internacionales ratificados por el Congreso, que
reconocen los derechos humanos y que prohíben su limitación en los estados de excepción,
sentido lato, referido a “aquellas disposiciones que tienen un rango normativo superior al de
las leyes ordinarias, aunque a veces no tengan rango constitucional, como las leyes
14COLOMBIA. CORTE CONSTITUCIONAL. Sala Plena. Sentencia C-327 del 22 de junio de 2016. M.P.
Gloria Stella Ortiz Delgado. Disponible en: http://www.corteconstitucional.gov.co/RELATORIA-
/2016/C-327-16.htm#_ftn66. Consulta: febrero 24 de 2019, la cual cita en este punto la Sentencia C-063
del 4 de febrero de 2003. M.P. Marco Gerardo Monroy Cabra. Disponible en: http://www.-
corteconstitucional.gov.co/relatoria/2003/c-067-03.htm. Consulta: febrero 24 de 2019. Algunas de ellas
son el artículo 9º según el cual “Las relaciones exteriores del Estado se fundamentan en la soberanía
nacional, en el respeto a la autodeterminación de los pueblos y en el reconocimiento de los principios
del derecho internacional aceptados por Colombia. (…)”; artículo 53 en punto a la prevalencia de los
convenios internacionales de trabajo ratificados por Colombia; artículo 94 o cláusula de derechos
innominados; artículo 102 referido a la modificación de los límites en virtud de tratados aprobados por
el Congreso, debidamente ratificados; artículo 214, según el cual no podrán suspenderse los derechos
humanos ni las libertades fundamentales en estados de excepción.
15COLOMBIA. MINISTERIO DE JUSTICIA Y DEL DERECHO. Constitución Política de Colombia,
1991.
11
estatutarias y orgánicas, pero que sirven como referente necesario para la creación legal y para
desde la sentencia C-295 del 29 de julio de 1993, entiende que la prevalencia otorgada
excepción, de manera que debe ser interpretada con el artículo 214-2 de la CP17.
A la par de esa importante delimitación, señala que “(…) los derechos humanos,
para los fines y propósitos del artículo constitucional en estudio, son aquellos rigurosamente
esenciales para el individuo, valga citar a título de ejemplo, el derecho a la vida, a la integridad
16Estas definiciones de bloque de constitucionalidad en sentido estricto y en sentido lato han sido
reconocidas por la jurisprudencia de la Corte Constitucional, entre otras en COLOMBIA. CORTE
CONSTITUCIONAL. Sentencias C-327 de 2016, op. cit. COLOMBIA. CORTE CONSTITUCIONAL.
Sentencia C-582 de 1999 M.P. Alejandro Martínez Caballero. Disponible en: http://www.corte-
constitucional.gov.co/relatoria/1999/c-582-99.htm, que encuentra sustento en COLOMBIA. CORTE
CONSTITUCIONAL. Sentencia C-358 del 5 de agosto de 1997, M.P. Eduardo Cifuentes Muñoz.
Disponible en: http://www.corteconstitucional.gov.-co/relatoria/1997/c-358-97.htm y COLOMBIA.
CORTE CONSTITUCIONAL. Sentencia C-191 del 6 de mayo de 1998. M.P. Eduardo Cifuentes Muñoz.
Disponible en: http://www.corte-constitucional.gov.co/relatoria/1998/C-191-98.htm cuyo origen está en
COLOMBIA. CORTE CONSTITUCIONAL. Sentencia C-225 del 18 de mayo de 1995, M.P. Alejandro
Martínez Caballero. Sentencia Disponible en: http://www.corteconstitucional.gov.co/relatoria/1995/C-
225-95.htm.
17COLOMBIA. CORTE CONSTITUCIONAL. Sala Plena. Sentencia C-295 del 29 de julio de 1993. M.P.
Carlos Gaviria Díaz. Disponible en: http://www.corteconstitucional.gov.co/relatoria/1993/C-295-
93.htm. Consulta: abril 19 de 2019
18 Ibídem.
12
aluda a los derechos que no pueden ser objeto de suspensión en estados de excepción.
Sin embargo, la decisión en cita realiza una mención que no puede ser
considerada fortuita, sino de tal relevancia que permitirá entender que, si bien la
goza de una característica esencial: su inescindibilidad al ser humano. De ahí que una
anularla.
Ello le otorga una ventaja que se verá reflejada en el tratamiento que debe
(…) [y junto a estos casos] otros referidos a privaciones de libertad que se desarrollan dentro
de un proceso penal, a menudo bajo la cobertura de la legislación interna pero sin cumplir las
Esa corta alusión, sin embargo, no basta para darle el tratamiento integrador
que ello trae consigo. De ahí que corresponde verificar si esa forma de releer el
también las implicaciones frente a los parámetros de protección que se fijan en los
19ANDREU, Federico. et al. Convención Americana sobre Derechos Humanos: comentada. México:
Suprema Corte de Justicia de la Nación; Bogotá, Colombia: Fundación Konrad Adenauer, Programa
Estado de Derecho para Latinoamérica, 2014. Xv. p. 182.
13
examinar el valor de la CADH y la interpretación que realizan los organismos
LIBERTAD PERSONAL
Un inicial intento de aproximación puede darlo la idea general que todos los
dicho:
“(…) si lo que distingue el “Bloque de Constitucionalidad” en sentido estricto
y en sentido lato es esencialmente un problema de jerarquía constitucional, entonces
deberían hacer parte del bloque en sentido estricto todas las normas que tienen fuerza
y jerarquía constitucional, sin importar cuál es la cláusula de remisión. Y por ende
tanto los tratados de derechos humanos incorporados por la cláusula jerárquica del
inciso primero del artículo 93, como aquellos otros tratados incorporados para efectos
hermenéuticos por la cláusula interpretativa del inciso segundo de ese artículo, tienen
rango constitucional y deben entenderse como normas integrantes del “Bloque de
Constitucionalidad” en sentido estricto.”20
incisos 1º y 2º del Art. 93 CP, señala cómo la Corte Constitucional debió incluir allí
todos los tratados sobre derechos humanos ratificados por Colombia, precisamente en
tanto los derechos constitucionales deben ser interpretados de conformidad con los
deben ser acogidas por los operadores judiciales de forma vinculante, con mayor
14
Con todo, lo cierto es que el rastreo de las decisiones de la Corte
21COLOMBIA. CORTE CONSTITUCIONAL. Sala Plena. Sentencia C-147 de marzo 8 de 2017. M.P.
Gloria Stella Ortiz Delgado. Disponible en: http://www.corteconstitucional.gov.co/relatoria/2017/C-
147-17.htm#_ftn49. Consulta: abril 18 de 2019; COLOMBIA. CORTE CONSTITUCIONAL. Sentencia C-
327 de 22 de junio de 2016. M.P. Gloria Stella Ortiz Delgado. Disponible en:
http://www.corteconstitucional.gov.co/RELATORIA/2016/C-327-16.htm. Consulta: Abril 18 de 2019;
COLOMBIA. CORTE CONSTITUCIONAL. Sentencia C-750 de julio 24 de 2008. M.P. Clara Inés Vargas
Hernández. Disponible en: http://www.corteconstitucional.gov.co/RELATORIA/2008/C-750-08.htm.
Consulta: Abril 18 de 2019; COLOMBIA. CORTE CONSTITUCIONAL. Sentencia C-394 de 23 de mayo
de 2007. M.P. Humberto Antonio Sierra Porto (A.V). Disponible en: COLOMBIA. CORTE
CONSTITUCIONAL. http://www.corteconstitucional-.gov.co/relatoria/2007/C-394-07.htm. Consulta:
Abril 18 de 2019; COLOMBIA. CORTE CONSTITUCIONAL. Sentencia C-191 de mayo 6 de 1998. M.P.
Eduardo Cifuentes Muñoz. Disponible en: http://www.corteconstitucional.gov.co/relatoria/1998/C-191-
98.htm. Consulta: Abril 18 de 2019. En ella se plantea el concepto de bloque de constitucionalidad en
sentido lato; COLOMBIA. CORTE CONSTITUCIONAL. Sentencia C-225 de 18 de mayo de 1995. M.P.
Alejandro Martínez Caballero. Disponible en: http://www.corteconstitucional.gov.co/relatoria/1995/C-
225-95.htm. Consulta: Abril 18 de 2019. Aunque se considera que en esta sentencia el concepto de
bloque de constitucionalidad fue sistematizado de manera definitiva, precisando que la expresión
“bloque de constitucionalidad” fue utilizada antes del 95, lo fue en el entendimiento según el cual la
Constitución Política es un bloque armónico de preceptos que debe interpretarse de manera global y
sistemática, tal como se destaca la COLOMBIA. CORTE CONSTITUCIONAL. Sentencia C-067 de 4 de
febrero de 2003. M.P. Dr. Marco Gerardo Monroy Cabra. Disponible en: http://www.corte-
constitucional.gov.co/relatoria/2003/c-067-03.htm. Consulta: Abril 18 de 2019. También Sentencia C-295
de 29 de julio de 1993. M.P. Carlos Gaviria Díaz. Disponible en: http://www.corteconstitucional-
.gov.co/relatoria/1993/C-295-93.htm. Consulta: Abril 18 de 2019. Resulta de gran relevancia en cuanto
determina los presupuestos a partir de los cuales puede considerarse la vinculación de los tratados y
convenios internacionales al bloque de constitucionalidad, esto es el reconocimiento de un derecho
humano, y de la otra que sea de aquellos cuya limitación se prohíba durante los estados de excepción,
en el cual además destaca la importancia de la libertad personal.
22 COLOMBIA, CORTE CONSTITUCIONAL. Sala plena. Sentencia C-394 de mayo 23 de 2007. M.P.
Humberto Antonio Sierra Porto. A.V. Disponible en: http://www.corteconstitucional.gov.co-
/relatoria/2007/C-394-07.htm. Consulta: abril 18 de 2019. El M.P. plantea algunas razones por las cuales
considera la “incorrección” del criterio acogido desde la COLOMBIA. CORTE CONSTITUCIONAL.
Sentencia C- 191 del 6 de mayo de 1998, que desarrolla el bloque de constitucionalidad en sentido lato,
como quiera que “en primer lugar, desdibuja el concepto y funcionalidad que motivó la incursión del
concepto de bloque de constitucionalidad –como concepto general- en el ordenamiento colombiano y,
15
No obstante, cabe preguntarse si existe otra forma de concebir la libertad
Esa vinculación determinará en buena medida las razones para sostener que
excepción, a partir del ámbito que, en suma, todas ellas protegen, cual es que la
arbitrariedad.
en segundo término, debido a que tal creación sugiere una comprensión impropia de las relaciones que
se establecen entre las leyes ordinarias y estos dos tipos de ley desarrollados en los artículos 151 y
siguientes del texto constitucional.” Solo en esta decisión y por vía de aclaración de voto se evidencia
una discrepancia en punto al manejo de dicho concepto, sin que el rastreo de otras, como las que se
han escogido para este trabajo, exteriorice una postura en términos semejantes. Otras han mostrado
disparidad de criterios en punto al tratamiento de específicos instrumentos internacionales o su
inclusión al ordenamiento jurídico, como se extrae de la COLOMBIA. CORTE CONSTITUCIONAL.
Sentencia C-048 de 2 de febrero de 2017. M.P. Alberto Rojas Ríos. Disponible en: http://www.corte-
constitucional.gov.co/relatoria/2017/C-048-17.htm. Consulta: mayo 22 de 2019. Decisión referida a la
Declaración Universal de Derechos de los Animales y COLOMBIA. CORTE CONSTITUCIONAL.
Sentencia C-035 de 8 de febrero de 2016. M.P. Gloria Stella Ortiz Delgado. Disponible en: http://www.-
corteconstitucional.gov.co/relatoria/2016/c-035-16.htm#_ftnref191. Consulta: mayo 22 de 2019. A.V.
Magistrado Gabriel Eduardo Mendoza Martelo, la cual plantea que los Principios Pinheiro y Deng no
tienen fuerza vinculante, y en consecuencia, no podrían hacer parte del bloque de constitucionalidad,
sin embargo, constituyen pautas relevantes de interpretación, en materia de desplazamiento interno y
restitución de las viviendas y el patrimonio de los refugiados y las personas desplazadas.
23Art.27 Núm. 2: 3 (Derecho al Reconocimiento de la Personalidad Jurídica); 4 (Derecho a la Vida); 5
(Derecho a la Integridad Personal); 6 (Prohibición de la Esclavitud y Servidumbre); 9 (Principio de
Legalidad y de Retroactividad); 12 (Libertad de Conciencia y de Religión); 17 (Protección a la Familia);
18 (Derecho al Nombre); 19 (Derechos del Niño); 20 (Derecho a la Nacionalidad), y 23 (Derechos
Políticos), ni de las garantías judiciales indispensables para la protección de tales derechos.
16
personal, de modo que su examen integraría el denominado bloque de
las garantías judiciales mínimas (Art. 8 CADH) que sí tienen esa connotación, pues tal
algunas de las garantías de la libertad personal sean casi idénticas a ciertas garantías del
debido proceso. Pueden citarse a título de ejemplo el derecho a ser procesado sin demora, el
con mayor razón cuando la declaratoria de un estado de excepción, no puede ser tan
entenderse como inderogable toda garantía judicial que por su naturaleza y especialmente por
preservar los derechos humanos y las libertades fundamentales que no pueden suspenderse
Entre las garantías judiciales inderogables, como el autor en cita destaca, están,
17
cuando no estén descritas en el Art. 27.2 de la CADH “ (…) debe entenderse que tienen
tal calidad, dado que su misma naturaleza y la función de protección que desempeñan en los
estados de excepción y en los conflictos armados, exige que los derechos humanos intangibles
que los derechos humanos y las libertades fundamentales susceptibles de suspensión temporal,
De lo anterior se extrae, por una parte, que esas garantías se orientan tanto a la
como aquellas que puedan llegar a serlo y, por otra, que el listado contenido en el Art.
“un régimen de libertad personal y de justicia social, fundado en el respeto de los derechos
aquellas que supriman el goce y ejercicio de los derechos y libertades allí reconocidos,
privación de libertad, esto es, las razones que la motivaron, como aquellas en las que
26 Ibídem.
27ORGANIZACCION DE ESTADOS AMERICANOS. Convención Americana sobre Derechos
Humanos, op. cit.
18
se cumple. Su efecto irradia a la vida, la integridad personal y el derecho de la
Dentro de ellas no deben ignorarse las finalidades por las cuales una persona
proceso penal.
personal; por esa razón, aún cuando ésta última pueda ser objeto de suspensión, las
particularidades que conlleven tal afectación adquieren una especial importancia que
impide su observación aislada o excluyente del Art. 27.2 de la CADH, con mayor
28COLOMBIA. CORTE CONSTITUCIONAL. Sala Plena. Sentencia C-187 de 15 de marzo de 2006. M.P.
Clara Inés Vargas Hernández. Disponible en: http://www.corteconstitucional.gov.co/relatoria/2006/c-
187-06.htm. Consulta: febrero 16 de 2019. A propósito del examen de constitucionalidad del “Proyecto
de Ley Estatutaria No. 284/05 Senado – 229 /04 Cámara “por la cual se reglamenta el artículo 30 de la
Constitución Política”.
29CORTE INTERAMERICANA DE DERECHOS HUMANOS. Opinión Consultiva OC-8/87 del 30 de
enero de 1987. El Habeas Corpus bajo suspensión de garantías (Arts. 27.2, 25.1 y 7.6 Convención
Americana Sobre Derechos Humanos). Disponible en: http://www.corteidh.or.cr/cf/Jurisprudencia-
2/busqueda_opiniones_consultivas.cfm. Consulta: marzo 10 de 2019. En los argumentos de la CIDH al
elevar la consulta, la Corte IDH destacó: “Aún respecto de la libertad personal, cuya suspensión
temporal es posible en circunstancias excepcionales, el hábeas corpus permitirá al juez comprobar si la
orden de arresto se apoya en un criterio de razonabilidad, tal como la jurisprudencia de tribunales
nacionales de ciertos países que se han encontrado en estado de sitio han llegado a exigirlo. Sostener lo
contrario, esto es que el Poder Ejecutivo no se encontraría obligado a fundamentar una detención o a
prolongar ésta indefinidamente durante situaciones de emergencia, sin someter al detenido a la
autoridad de un juez que pueda conocer de los recursos que reconocen los artículos 7.6 y 25.1 de la
Convención importaría, en concepto de la Comisión, atribuirle al Poder Ejecutivo las funciones
específicas del Poder Judicial, con lo cual se estaría conspirando contra la separación de los poderes
públicos que es una de las características básicas del estado de derecho y de los sistemas
democráticos.”
19
“(…) Se trata de la principal garantía de la inviolabilidad de la libertad
personal. Su relación genética y funcional con el ejercicio y disfrute de la libertad,
física y moral, no limita su designio a reaccionar simplemente contra las detenciones o
arrestos arbitrarios. La privación de la libertad, de cualquier naturaleza con tal que
incida en su núcleo esencial, proceda ella de un agente público o privado, justifica la
invocación de esta especial técnica de protección de los derechos fundamentales, cuyo
resultado, de otra parte, es independiente de las consecuencias penales o civiles que
contra éstos últimos necesariamente han de sobrevenir si se comprueba que su
actuación fue ilegítima o arbitraria. (…)”30.
viable su restricción, las condiciones que así lo avalen no pueden ser arbitrarias, pues
en ese caso puede tener cabida el hábeas corpus como mecanismo de defensa.
30COLOMBIA. CORTE CONSTITUCIONAL. Sala Plena. Sentencia C-301 de 2 de agosto de 1993. M.P.
Eduardo Cifuentes Muñoz. Disponible en: http://www.corteconstitucional.gov.co/relatoria/1993/c-301-
93.htm. Consulta: abril 18 de 2019. La sentencia en comento además de formular tan importante
definición destaca la relación entre el derecho a la libertad y la presunción de inocencia y el carácter
cautelar de la detención preventiva. Ello en el marco del estudio de las normas que postergaban la
aplicación de aquellas que regulaban la libertad provisional, en delitos de competencia de los jueces
regionales, y que eran más favorables. Análisis que contrasta con aquél que conllevó en esa misma
sentencia a declarar la constitucionalidad de las normas que regulaban ni más ni menos que la garantía
de habeas corpus (art. 1 y 2 Ley 15 de 1992), pese a que su regulación no se hizo por vía de una ley
estatutaria y pese a que limitaba su ejercicio al conocimiento de determinadas autoridades judiciales y
en el marco del proceso penal, tal como quedó planteado en uno de los S.V. por los Magistrados Jorge
Arango Mejía, Carlos Gaviria Díaz y Alejandro Martínez Caballero. De esta también se destaca que
entre los cargos que se formularon por el actor, además de la contradicción de las normas
constitucionales, estaban aquellos que cuestionaban su conformidad con los arts. 7.6 y 8 de la CADH;
sin embargo, respecto de ellas se consideró que había conformidad. En todo caso, deja en evidencia
que las reclamaciones en punto al control de las normas internas a partir de los tratados de derechos
humanos, ha sido una permanente preocupación, no con un propósito distinto sino al de lograr mayor
protección de los derechos fundamentales a partir de su entendimiento en instrumentos
internacionales, pese a lo cual incluso escenarios tan importantes como los surgidos en el seno de la
Corte Constitucional realmente no fueron entendidos, o al menos no con la amplitud buscada.
20
deben ser ajustadas a “las exigencias de la situación”, resulta claro que lo permisible
en unas de ellas podría no serlo en otras. La juridicidad de las medidas que se adopten
para enfrentar cada una de las situaciones especiales a que se refiere el artículo 27.1
dependerá, entonces, del carácter, intensidad, profundidad y particular contexto de la
emergencia, así́ como de la proporcionalidad y razonabilidad que guarden las
medidas adoptadas respecto de ella. (…).
24. La suspensión de garantías constituye también una situación excepcional,
según la cual resulta licito para el gobierno aplicar determinadas medidas restrictivas
a los derechos y libertades que, en condiciones normales, están prohibidas o
sometidas a requisitos más rigurosos. Esto no significa, sin embargo, que la
suspensión de garantías comporte la suspensión temporal del Estado de Derecho o
que autorice a los gobernantes a apartar su conducta de la legalidad a la que en todo
momento deben ceñirse. Estando suspendidas las garantías, algunos de los límites
legales de la actuación del poder público pueden ser distintos de los vigentes en
condiciones normales, pero no deben considerarse inexistentes ni cabe, en
consecuencia, entender que el gobierno esté investido de poderes absolutos más allá́
de las condiciones en que tal legalidad excepcional está autorizada. Como ya lo ha
señalado la Corte en otra oportunidad, el principio de legalidad, las instituciones
democráticas y el Estado de Derecho son inseparables (cf. La expresión "leyes" en el
artículo 30 de la Convención Americana sobre Derechos Humanos, Opinión
Consultiva OC-6/86 del 9 de mayo de 1986. Serie A No. 6, parr. 3) (Negrillas del texto).
21
39. La Corte debe destacar, igualmente, que si la suspensión de garantías no
puede adoptarse legítimamente sin respetar las condiciones señaladas en el párrafo
anterior, tampoco pueden apartarse de esos principios generales las medidas
concretas que afecten los derechos o libertades suspendidos, como ocurriría si tales
medidas violaran la legalidad excepcional de la emergencia, si se prolongaran más
allá de sus límites temporales, si fueran manifiestamente irracionales, innecesarias o
desproporcionadas, o si para adoptarlas se hubiere incurrido en desviación o abuso de
poder.
40. Si esto es así es desde todo punto de vista procedente, dentro de un Estado
de Derecho, el ejercicio del control de legalidad de tales medidas por parte de un
órgano judicial autónomo e independiente que verifique, por ejemplo, si una
detención, basada en la suspensión de la libertad personal, se adecua a los términos en
que el estado de excepción la autoriza. Aquí el hábeas corpus adquiere una nueva
dimensión fundamental. (…)”31
CADH, se reconoce como un derecho susceptible de suspensión sin más, pues goza
Así las cosas, lejos de plantearse un listado cerrado de derechos cuyo ejercicio
no puede ser menguado, expone su amplitud de cara a las situaciones que habiliten la
excepcionalidad declarada por un Estado; allí, aquellos que pueden ser restringidos
22
la teleología que reconoce a la persona humana como fundamento y finalidad de
cualquier institucionalidad normativa y (ii) por la no formulación escrita y expresa de
un mandato jurídico de exclusión que determine que solamente reduzca a los listados
establecidos en sus articulados, los derechos intangibles (…)”32.
dentro de los derechos que no pueden ser objeto de suspensión, puede resultar
inocencia “que no es algo que se presuma o conjeture durante el proceso, sino que es un
auténtico factum hasta que recaiga la sentencia”33, como una de las referidas garantías
del examen de las normas atinentes a la detención preventiva en el marco del Decreto
2700 de 1991 y la Ley 600 de 2000, señala inicialmente que, de la confrontacióndel Art.
taxativa que, como aquí se sostiene, es equívoca-, como también a los efectos de la
presunción de inocencia, para referir sólo sobre este último su integración al bloque
respecto a la libertad, así como de alguna manera sienta las bases para establecer su
esencial. De otro modo la medida, que tiene una finalidad eminentemente cautelar,
tercera consiste en algunos corolarios relativos al trato de personas bajo investigación por un delito y a
presos sin condena.”
36COLOMBIA. CORTE CONSTITUCIONAL. Sala Plena. Sentencia C-774 de Julio 25 de 2001. Op. cit.
“Frente a la presunción de inocencia, la Corte considera que los (sic) disposiciones de los tratados
internacionales sobre derechos humanos ratificados por Colombia, sí forman parte del bloque de
constitucionalidad, toda vez que, la presunción de inocencia es un derecho humano, el cual no es
susceptible de limitación o restricción en los estados de excepción, ya que sí derecho al debido proceso
y el principio de legalidad no admiten restricción alguna, según lo dispone el artículo 27 de la Ley 16
de 1972, que ratifica la Convención Americana sobre Derechos Humanos, menos aún la presunción de
inocencia derecho fundamental a partir del cual se edifican las garantías jurídicas citadas.”
37En referencia a su vinculación con el principio de legalidad -a propósito de la indeterminación que
ofrecía el concepto de detención preventiva en la norma constitucional (Art. 28)- aunque encontró que
el Art. 250 definía las funciones de la Fiscalía, como la de asegurar la comparecencia de los presuntos
infractores por vía de la medida de aseguramiento, afirma que “[p]ara la completa determinación del
concepto de detención preventiva (…) la Constitución ha dejado un espacio a la potestad de
configuración del legislador, la cual sin embargo, no está exenta de límites, puesto que debe ejercerse
de manera que respete tanto la naturaleza cautelar de la figura como los principios y derechos
constitucionales. (…)”.
24
En esa decisión, pese a que se toma en consideración el artículo 250 de la
fundamentales del proceso penal, también el respeto por la legalidad. De ahí que,
pese a la limitación de la que pueda ser objeto la libertad en ese ámbito, sólo será
legítima si ellas se satisfacen en tanto se erigen en “un límite a la actuación del Estado en
Debe entenderse, sin embargo, que tanto en esa oportunidad, como ahora,
humana.
proceso penal, tal como lo ha decantado la Corte Constitucional39, sino que, por
38COLOMBIA. CORTE CONSTITUCIONAL. Sala Plena. Sentencia C-003 de 18 de enero de 2017. M.P.
Aquiles Arrieta Gómez. Disponible en: http://www.corteconstitucional.gov.co/relatoria/2017/C-003-
17.htm. Consulta: abril 19 de 2019.
39COLOMBIA. CORTE CONSTITUCIONAL. Sala Plena. Sentencia C-327 de 10 de julio de 1997. M.P.
Fabio Morón Díaz. Disponible en: http://www.corteconstitucional.gov.co/relatoria/1997/C-327-97.htm.
Consulta: mayo 18 de 2019. También COLOMBIA. CORTE CONSTITUCIONAL. Sentencia C-106 de
10 de marzo de 1994. M.P. José Gregorio Hernández. Disponible en: http://www.corte-
constitucional.gov.co/relatoria/1994/C-106-94.htm. Consulta: mayo 19 de 2019. En esta última se
realizan importantes afirmaciones al examinar la constitucionalidad de las normas que regulaban la
detención preventiva (art. 375, 387 y 388 del Decreto 2700 de 1991) en tanto reafirma la presunción de
25
tratarse de un derecho que acompaña a la persona en toda la actividad investigativa y
26
de juicio, sus finalidades no pueden ser equiparadas a aquellas que determina la
pena, como quiera que las exigencias de orden sustancial y procesal que rodean su
a la persona por la comisión de un delito (…) pues es sabido que esta última tiene por
haberse surtido un juicio con la plenitud de las garantías que integran el debido proceso.”40
de sus características y “en plena concordancia con los criterios legales interpretados a la luz
de las normas constitucionales y “de conformidad con los tratados internacionales sobre
40 COLOMBIA. CORTE CONSTITUCIONAL. Sala Plena. Sentencia C-327 de julio 10 de 1997. op. cit.
41Paradójicamente en esa decisión que examina la constitucionalidad de algunos de los apartes de las
normas del Art. 388 y 397 del Decreto 2700 de 1991, que determinan las condiciones de imposición de
una medida de aseguramiento de detención preventiva, normas que, si bien con unos estándares de
protección sustancialmente menores a los que actualmente prevé la Ley 906 de 2004, señalan la
viabilidad de la afectación de la libertad personal en orden a garantizar el desarrollo del proceso, sin
que ello determine una mengua a la presunción de inocencia. Sin embargo, llama la atención, en
consonancia con lo que se ha expuesto en este trabajo, que aun cuando se reconoce la importancia de
los tratados sobre derechos humanos que pueden regular la materia (CADH y PIDCP), controvierte
por una parte su consideración en punto al derecho a la libertad personal, al tratarse de un derecho
susceptible de suspensión en estados de excepción, con lo cual niega su inclusión por vía del bloque de
constitucionalidad, sin que se haga alguna distinción en punto a la clasificación que ha establecido la
Corte Constitucional, esto es bloque estricto y lato senso. De igual modo niega su examen para
establecer la adecuación de las normas al ordenamiento jurídico, impidiendo de tajo la posibilidad del
ejercicio del control difuso de convencionalidad como herramienta hermenéutica que poco a poco ha
ganado espacio en la jurisprudencia de ese alto tribunal. Específicamente dijo: “Así las cosas, los
tratados internacionales invocados por el demandante, en la parte relativa a la libertad personal no
forman parte del bloque de constitucionalidad y el hecho de que la Carta política disponga que los
derechos en ella consagrados deberán interpretarse de conformidad con los tratados internacionales
que, por estar ratificados por Colombia tienen fuerza en el ordenamiento jurídico interno, no implica
que sin reunir los requisitos a los que se ha aludido, en forma automática adquieran una prevalencia
27
El Sistema Interamericano42 no es ajeno a esos postulados e insiste en que la
libertad personal sea afectada de manera mínima; por ello incluso en perspectiva del
que no les ha conferido la Carta Política que, siendo norma de normas, tiene supremacía (art. 4 C.P.),
por lo mismo, el examen abstracto de la preceptiva legal acusada se efectuará tomando como referente
la Constitución que es el marco supremo y último para determinar la validez de cualquier norma legal
que deba ser confrontada con ella. Entenderlo de otro modo implicaría otorgarle a las normas de los
tratados internacionales el mismo rango de las normas superiores que les sirven de sustento o derivar
la inconstitucionalidad de una ley a partir de su comparación con otra norma legal.”
42 COMISIÓN INTERAMERICANA DE DERECHOS HUMANOS. Informe No. 66/01. Caso 11.992.
Dayra María Levoyer Jiménez vs. Ecuador. 14 de junio de 2001. párr. 46. Disponible en:
https://www.cidh.oas.org/annualrep/2001sp/Ecuador11.992.htm. Consulta: mayo 19 de 2019. Citada
también por: COLOMBIA. CORTE CONSTITUCIONAL. Sala Plena. Sentencia C-121 de 22 de febrero
de 2012. M.P. Luis Ernesto Vargas Silva. Disponible en: http://www.corteconstitucional.gov-
.co/relatoria/2012/C-121-12.htm. Consulta: mayo 19 de 2019. Entre otras normas, examinó del numeral
3º del Artículo 310, Modificado por la Ley 1142 de 2007, artículo 24, y por la Ley 1453 de 2011, artículo
65, mismo que, referido al criterio atinente al peligro para la comunidad, contemplaba como uno de los
parámetros para la estructuración de ese riesgo “El hecho de estar acusado, o de encontrarse sujeto a
alguna medida de aseguramiento, (…)” el cual se encontró contrario al derecho a la presunción de
inocencia por lo cual se declaró su inexequibilidad, en tanto “Se desconoce este aspecto de la garantía
de inocencia presunta cuando a decisiones provisionales y precarias sobre la probable responsabilidad
penal de una persona, se le imprimen efectos negativos extraprocesales, cual si se tratara de una
sentencia condenatoria en firme, y a la manera de un antecedente penal, se presentan como indicativas
de peligrosidad. (…)”.
43 COMISIÓN INTERAMERICANA DE DERECHOS HUMANOS. Informe No. 12/96. Caso 11.245.
Giménez vs. Argentina. 1º de marzo de 1996. Disponible en: http://hrlibrary.umn.edu/cases/1996/ -
Sargentina12-96.htm. Consulta: mayo 19 de 209. Se precisa que “El objetivo de la detención preventiva
es asegurar que el acusado no se evadirá o interferirá de otra manera en la investigación judicial. La
Comisión subraya que la detención preventiva es una medida excepcional y que se aplica solamente en
los casos en que haya una sospecha razonable de que el acusado podrá evadir la justicia, obstaculizar
la investigación preliminar intimidando a los testigos, o destruir evidencia. Se trata de una medida
necesariamente excepcional en vista del derecho preminente a la libertad personal y el riesgo que
presenta la detención preventiva en lo que se refiere al derecho a la presunción de inocencia y las
garantías de debido proceso legal, incluido el derecho a la defensa.”. Es oportuno enfatizar que, en él,
28
Así se colige que el desconocimiento de la presunción de inocencia torna
además de informar de esa relación entre la libertad personal y la presunción de inocencia, delimita las
situaciones que de manera excepcional dan cabida a una detención preventiva referidas a las cautelas
necesarias para la protección del proceso y que se orientan a la garantía de comparecencia y de no
obstrucción a la justicia. También citado por: COLOMBIA. CORTE CONSTITUCIONAL. Sala séptima
de revisión. Sentencia T-827 de 10 de agosto de 2005. M.P. Humberto Antonio Sierra Porto. Disponible
en: http://www.corteconstitucional.gov.co/relatoria/2005/T-827-05.htm#_ftnref15. Consulta: mayo 19 de
2019. Esta resulta importante en cuanto examina la situación de un investigador del CTI, que tras ser
vinculado a un proceso penal fue declarado insubsistente, al considerarse la ocurrencia de una
inhabilidad sobreviniente. Dentro de los argumentos que se ofrecen en orden a tutelar los derechos del
actor, se hace un recorrido ilustrativo sobre las discusiones que entraña este derecho, particularmente
en punto a su vinculación al derecho a la libertad personal, como también al principio de legalidad. Así
mismo hace una importante referencia a los riesgos procesales que la detención preventiva pretende
conjurar al sostener que “(…) Ante esta postura, se siguen esgrimiendo varios argumentos por medio
de los cuales se intenta ofrecer una justificación a la detención preventiva dentro de los que se destacan
principalmente dos. De un lado, se ha dicho que la detención preventiva se justifica para evitar que el
imputado altere las pruebas y, de otro, se ha afirmado que la detención preventiva se justifica para
contrarrestar el peligro de fuga del imputado. Ambas argumentaciones coinciden en otorgarle a la
detención preventiva un carácter eminentemente procesal y cautelar. (…). No resulta sin embargo
demasiado claro que sea la medida de detención preventiva la única capaz de contrarrestar ese riesgo
y que pueda hacerlo de una manera proporcionada. Algunos han sugerido, por ejemplo, utilizar una
detención por el tiempo estrictamente necesario para interrogar al imputado. De este modo, se
produciría una limitación de la libertad personal mucho más breve que la prisión preventiva (…) La
presunción de inocencia que se conecta tanto con la garantía de libertad del imputado como con el
derecho de defensa y contradicción, solo tiene sentido cuando se deja en libertad al sindicado para
poder realizar una efectiva defensa, para allegar a su favor las pruebas que considere conducentes y
pertinentes y para controvertir las que se ofrecen en su contra. El temor de que el imputado escape y
la necesidad de capturarlo y detenerlo para que no lo haga, es justificado en casos extremos. No se
puede perder de vista, sin embargo, y más tratándose de un ámbito como el del derecho penal, que los
casos extremos son tan solo unos cuantos, esto es, que tales casos constituyen la excepción y no la
regla.”
44 COLOMBIA. CORTE CONSTITUCIONAL. Sala Plena. Sentencia C-301 de 2 de agosto de 1993., op.
cit. Citada también en COLOMBIA. CORTE CONSTITUCIONAL. Sentencia C- 774 de 2001, op. cit. En
ella se define a la libertad así: “La Constitución asegura la inviolabilidad de la libertad de la persona
humana y lo hace de manera radical: "Toda persona es libre" (CP. art. 28). El núcleo esencial de la
29
Bien se dice que “la presunción de inocencia no es sólo una garantía de libertad y de
verdad, sino también una garantía de seguridad o si se quiere de defensa social: de esa
“seguridad” específica ofrecida por el estado de derecho y que se expresa en la confianza de los
ciudadanos en la justicia; y de esa específica “defensa” que se ofrece a éstos frente al arbitrio
punitivo.”46
colombiano.
libertad personal está constituido, de una parte, por la posibilidad y el ejercicio positivo de todas las
acciones dirigidas a desarrollar las aptitudes y elecciones individuales que no pugnen con los derechos
de los demás ni entrañen abuso de los propios y, de otra, por la proscripción de todo acto de coerción
física o moral que interfiera o suprima la autonomía de la persona sojuzgándola, sustituyéndola,
oprimiéndola o reduciéndola indebidamente. El artículo 28 de la CP., de un modo no taxativo,
enumera conductas que atentan contra el núcleo intangible de la libertad personal y que ilustran bien
acerca de sus confines constitucionales (…)”.
45 O’DONNELL, Daniel. op. cit. p.397. Quien además agrega que “Las disposiciones relativas a la
definición del derecho a la libertad se aplican a toda privación de ella, sea cual fuere su motivo. En
cuanto a las garantías, algunas rigen toda privación de libertad, mientras que otras están concebidas y
diseñadas específicamente para ser aplicadas en el ámbito penal. La mayoría de las garantías son
básicamente de carácter procesal, tales como el derecho a conocer las razones de la detención, el
derecho a ser informado de los cargos contra uno y a ser presentado ante un tribunal competente.
Estos instrumentos internacionales también contienen algunas garantías de carácter sustantivo que
tutelan el derecho a la libertad, en particular la prohibición de prisión por obligaciones civiles.”
46FERRAJOLI, Luigi. Derecho y razón. Teoría del garantismo penal. Madrid: Editorial Trotta S.A.
Primera reimpresión. 2014. p. 549.
47 Ibídem. p. 553.
30
incuestionable en cualquier tiempo, y que ha de entenderse no sólo desde la
limitación de la libertad como forma de salvaguarda del proceso, sin delimitación de las
debe satisfacer de manera inequívoca cada una de las exigencias que la habilitan,
algunas de carácter legal y otras del orden constitucional. Estas últimas incluyen el
desarrollo de las normas del bloque de constitucionalidad, pues si bien la ley puede
instrumentos internacionales.
CIDH, en el caso Alarcón y otros vs. Perú48; en la cual señaló que en estados de
detener no constituye una facultad ilimitada para las fuerzas de seguridad, por medio
de la orden judicial para detener a una persona no implica que los funcionarios
31
legalmente tal medida, ni que se anulen los controles jurisdiccionales sobre la forma
total. Existen principios subyacentes a toda sociedad democrática que las fuerzas de
seguridad deben observar para formalizar una detención, aún bajo un estado de
emergencia. Los presupuestos legales de una detención son obligaciones que las
Tales presupuestos son, en primer lugar, que las autoridades estatales siguen
militar, como medida cautelar, debe tener como único propósito evitar la fuga de un
competente, para que sea juzgada dentro de un plazo razonable o, en su caso, puesto
en libertad. Un Estado no puede imponer penas sin la garantía del juicio previo. En un
de una persona dentro de un juicio llevado con todas las garantías. La existencia de
32
Esa es sólo una muestra de cómo el Sistema Interamericano de Protección de
los Derechos Humanos, destaca la relación del principio de legalidad con la libertad
personal, al concretar la condiciones en las que procede su limitación, esto es, a partir
En el orden interno, la Ley 137 de 1994, “Por la cual se reglamentan los Estados de
del Estado, puede hacerse uso de las facultades excepcionales otorgadas al Gobierno
una específica hipótesis (Art. 38 literal f)), esto es respecto “de quienes se tenga indicio
con las causas de la perturbación del orden público”, y en los términos de la Sentencia C-
179 de 199452 que en todo caso, aún en circunstancias extremas, no puede ser
arbitraria53.
sentido “toca con la valorización del núcleo de derechos resistentes a los estados de excepción,
que dejará de ser núcleo duro si a él se le suman derechos sin una conexión clara, necesaria y
específica entre los que componen dicho núcleo y los que se le agreguen”54. Sin embargo, es
Humanos, que destacan el peso que cada uno apareja en el desarrollo del otro.
la posibilidad que el listado de derechos no suspendibles, sea más amplio del que la
esa suspensión en el ejercicio de los derechos se torne arbitraria, incluso respecto a los
Tales conclusiones tampoco son ajenas al alcance otorgado por la Corte IDH en
manera breve los hechos relacionados con los motivos fundados de la aprehensión o la identidad de la
persona y, si es el caso, poner a disposición de las autoridades judiciales competentes a la persona
aprehendida para que se investigue su conducta. Es pues una aprehensión material con estrictos fines
de verificación.”
54COLOMBIA. CORTE CONSTITUCIONAL. Sala Plena. Sentencia C-774 de Julio 25 de 2001. op. cit.
Aclaración de voto del Magistrado Manuel José Cepeda Espinosa, quien además cuestiona la
integración de la presunción de inocencia al bloque de constitucionalidad en sentido estricto.
55CORTE INTERAMERICANA DE DERECHOS HUMANOS. Caso Osorio Rivera y familiares vs. Perú.
Excepciones Preliminares, Fondo, Reparaciones y Costas. Sentencia de 26 de noviembre de 2013. Serie
C. No. 274. Párr. 120. Disponible en: http://www.corteidh.or.cr/docs/casos/articulos/seriec_274-
_esp.pdf. Consulta: junio 16 de 2019.
35
desaparición forzada de un ciudadano señalado de integrar un grupo armado ilegal,
hacer frente a la situación excepcional”, concluye que así como el hábeas corpus es una
no susceptible de suspensión.
SENTIDO ESTRICTO
Una de las primeras consecuencias que de manera amplia trae esa integración
56 COLOMBIA. CORTE CONSTITUCIONAL. Sala Plena. C-225 de mayo 18 de 1995. op. cit. Aun
cuando la referencia resulta antigua, lo cierto es que se mantiene vigente, en tanto se encamina a la
determinación del impacto en el ordenamiento interno de normas que tienen esa connotación,
imponiendo una carga profundamente importante, cual es la de adaptación del ordenamiento de
inferior jerarquía.
COLOMBIA. CORTE CONSTITUCIONAL. Sala Plena. Sentencia C-187 de marzo 15 de 2006. op. cit.
De manera general al Bloque de Constitucionalidad se también “(…) servir de i) regla de interpretación
respecto de la dudas que puedan suscitarse al momento de su aplicación; ii) la de integrar la
normatividad cuando no exista norma directamente aplicable al caso; iii) la de orientar las funciones
del operador jurídico, y iv) la de limitar la validez de las regulaciones subordinada.”
36
Esa actividad involucra a todas las ramas del poder público, tanto al legislativo
judicial en punto al contenido y alcance de los derechos pues: “(…) es evidente que si los
la normatividad interna, también las decisiones judiciales tienen que guardar respeto y
concordancia con ellas. De esta manera, no sólo el Legislador queda compelido a ello, sino
57 COLOMBIA. CORTE CONSTITUCIONAL. Sala Plena. Sentencia C- 458 de julio 22 de 2015. op. cit.
COLOMBIA. CORTE CONSTITUCIONAL. Sala Plena. Sentencia C-394 de mayo 23 de 2007. op. cit.
58
Citada también por: ECHEVERRI CALLE, Pablo. Incorporación del Derecho Penal Internacional al
Ordenamiento Jurídico Interno. Entre profundas lagunas y peligrosas antinomias. Bogotá: Ediciones
Nueva Jurídica. 2017. p. 67.
59COLOMBIA. CORTE CONSTITUCIONAL. Sala Plena. Sentencia C-035 de febrero 8 de 2016. op. cit.
Entre otras también Sentencia C-147 de Marzo 8 de 2017. op. cit. Sentencia C-288 de 21 de abril de 2009.
M.P. Jorge Iván Palacio Palacio. Disponible en: http://www.corteconstitucional.gov.co/-
relatoria/2009/C-288-09.htm#_ftn45. Consulta: mayo 22 de 2019. En ella en nota al pie No. 45. Dice: “La
Corte ha acogido el concepto de bloque de constitucionalidad procedente del derecho francés, para
señalar que (…) la revisión de constitucionalidad que corresponde a la Corte debe cumplirse no sólo
frente al texto formal de la Carta Política sino también atendiendo otras normatividades que i) aunque
no aparezcan formalmente en el texto constitucional son utilizados como parámetros de control de
37
leyes, reitera el rango constitucional, entre otras, de las normas que reconocen
las que integran el boque de constitucionalidad en sentido lato, con “un rango
normativo superior a las leyes ordinarias”, “sirven como referente necesario para la creación
De ahí que los instrumentos internacionales de ese nivel deberán ser acogidos
por una doble vía: i) por tratarse de normas con jerarquía constitucional y ii) de
constitucionalidad vía remisión al tener jerarquía constitucional, ellos son los tratados internacionales
que reconocen derechos humanos y que prohíben su limitación en los estados de excepción (art. 93
superior), que se les ha denominado bloque de constitucionalidad estricto sensu y ii) aunque no tengan
rango constitucional configuran parámetros para examinar la validez constitucional de las normas
sujetas a control al estar por encima de las leyes ordinarias como son las leyes estatutarias y algunos
convenios internacionales de derechos humanos, calificados como integrantes del bloque de
constitucionalidad lato sensu (…).”
60CORTE CONSTITUCIONAL. Sala Plena. Sentencia C- 582 de 1999. op. cit. También citada en
Sentencia C-988 de octubre 12 de 2004. M.P. Humberto Sierra Porto Disponible: http://www.corte-
constitucional.gov.co/relatoria/2004/c-988-04.htm.
61ECHEVERRI CALLE, Pablo. op. cit. pp. 66-70. Tales consecuencias se extraen del aporte del autor en
ese ámbito, sobre el cual concretamente señala: Un importante aporte al respecto, concretamente, en las
que concierne al poder judicial, como son “i) resolver de fondo casos concretos, de cualquier
38
Como se ve, el tratamiento de una norma que integre el ordenamiento jurídico
por vía del bloque de constitucionalidad en sentido estricto, es distinto que cuando lo
desplazado por la interpretación que se haga respecto a otras normas con las que
de normas, como aquellas que regulan los fines de la detención preventiva, además de
bloque en “el máximo peldaño en la escala normativa (…) obliga a que toda la legislación
interna acondicione su contenido y ajuste sus preceptos a los estatutos por aquellas adoptados,
Así las cosas, los instrumentos internacionales, o las normas allí contenidas,
naturaleza, con fundamento en los principios y reglas incorporados. ii) Influye decisivamente sobre el
control de constitucionalidad ejercido por la CC sobre leyes, decretos leyes y decretos legislativos. (…).
iv) impacta los alcances, los presupuestos y la aplicación del control de constitucionalidad difuso,
ejercible por todos los jueces de la república (…)”, entre otras.
62COLOMBIA. CORTE CONSTITUCIONAL. Sentencia C-063 del 4 de febrero de 2003. M.P. Marco
Gerardo Monroy Cabra. Disponible en: http://www.corteconstitucional.gov.co/relatoria/2003/c-067-
03.htm. Consulta: febrero 24 de 2019.
39
parámetros imprescindibles para el proceso de control de constitucionalidad 63, lo cual
que se impongan necesariamente han de acoger el criterio que allí se fije, como una
Interamericano los parámetros que habilitan acudir a la medida más invasiva para ese
BALANCE
• El derecho a la libertad personal está estrecha e inescindiblemente ligado a otras
40
no solo en términos de legalidad, o ajuste al ordenamiento interno, sino también
de ausencia de arbitrariedad.
derecho inescindible al ser humano y que por ese hecho amerita un amplio
penal.
• En el terreno práctico una afirmación con ese alcance se manifiesta en: menores
64LONDOÑO AYALA, Cesar Augusto. op. cit p. 303 y ss. Se ha sostenido que tanto la amplitud del
concepto puede conllevar algunas dificultades respecto a la seguridad jurídica, el incremento de la
discrecionalidad judicial, e incluso el desarrollo de conceptos jurídicos indeterminados.
También UPRIMNY YEPES, Rodrigo. op. cit. p. 36.
65 De acuerdo a la Información que publica el INPEC, disponible en http://200.91.226.18:8080-
/jasperserver-pro/flow.html?_flowId=dashboardRuntimeFlow&dashboardResource=/public/DEV/-
dashboards/Dash__Poblacion_Intramural&j_username=inpec_user&j_password=inpec a 23 de mayo
de 2019, la población carcelaria asciende a un total de 121.792 personas privadas de la libertad, entre
hombres y mujeres, cuando su capacidad asciende hasta 80.236, con un hacinamiento carcelario de
41.556 (51,79%).
66COLOMBIA. CORTE CONSTITUCIONAL. Sala Tercera de Revisión. Sentencia T- 153 del 28 de abril
de 1998. M.P. Eduardo Cifuentes Muñoz. Disponible en: http://www.corteconstitucional.gov.co-
/relatoria/1998/T-153-98.htm. Consulta: abril 17 de 2019. COLOMBIA. CORTE CONSTITUCIONAL.
Sala Primera de Revisión. Sentencia T- 388 del 28 de junio de 2013. M.P. María Victoria Calle Correa.
41
privaciones injustas de la libertad e incluso por la menor afectación de la vida e
y Democrático de Derecho.67
preventiva, sino también los operadores judiciales en ejercicio del control difuso
o concentrado de constitucionalidad.
42
CAPÍTULO II
derecho a la libertad. Según él: “Toda persona es libre. Nadie puede ser molestado en su
desarrolla como norma rectora y como límite del poder punitivo del Estado,
perspectiva objetiva, (Art. 313 CPP), sino también en punto a la acreditación del
alguno o algunos de los riesgos por los cuales tenga cabida, y el análisis de la
43
Una adición de esa naturaleza resulta importante, al ampliar los motivos de la
cierto del proceso70 al asumir un papel comunicador para la sociedad, según el cual el
decisiones de la Corte IDH y la postura asumida por la CIDH en esta materia, con el
69 GUERRERO PERALTA, Oscar Julián. Fundamentos teórico Constitucionales del nuevo proceso
penal. Bogotá: Ediciones Nueva Jurídica. Re impresión Segunda Edición Ampliada. 2012. p. 469 y ss. El
autor destaca, en alusión al riesgo de no comparecencia, la dificultad en la diferenciación entre los fines
de la pena y de la detención preventiva en el derecho penitenciario, a partir del tratamiento
diferenciado de los condenados y los detenidos, al punto que los fines procesales de la detención
preventiva, pueden “hacer más severas consecuencias del internamiento para los detenidos que para
los condenados (…)”. Así mismo expone las dificultades de “mantener una posición teórica coherente
sobre lo que debe entenderse por un ‘fin procesal’”, y las transformaciones que sobre ese tema existen
desde la perspectiva constitucional.
70 SÁNCHEZ-VERA GÓMEZ TRELLES, Javier. op. cit. p. 31 s.s.
71COMISIÓN INTERAMERICANA DE DERECHOS HUMANOS. Informe sobre el uso de la prisión
preventiva en Las Américas. OEA/Ser.L/V/II. Doc. 46/1330 diciembre 2013. Disponible en:
http://www.oas.org/es/cidh/ppl/informes/pdfs/informe-pp-2013-es.pdf. Consulta: febrero de 2019.
44
A. LA PRISIÓN PREVENTIVA. LÍMITES PARA SU IMPOSICIÓN DE
HUMANOS
mecanismos para su protección (Art. 7) a través de las condiciones mínimas que han
norma en cita.
afirmar que “[n]adie puede ser privado de su libertad física, salvo por las causas y en las
condiciones fijadas de antemano por las Constituciones Políticas de los Estados Partes o por
las leyes dictadas conforme a ellas”, también al disponer que “[n]adie puede ser sometido a
72Artículo 7. Derecho a la Libertad Personal. “(…) 2. Nadie puede ser privado de su libertad física,
salvo por las causas y en las condiciones fijadas de antemano por las Constituciones Políticas de los
Estados Partes o por las leyes dictadas conforme a ellas. 3. Nadie puede ser sometido a detención o
encarcelamiento arbitrarios. (…) 5. Toda persona detenida o retenida debe ser llevada, sin demora,
ante un juez u otro funcionario autorizado por la ley para ejercer funciones judiciales y tendrá derecho
a ser juzgada dentro de un plazo razonable o a ser puesta en libertad, sin perjuicio de que continúe el
proceso. Su libertad podrá estar condicionada a garantías que aseguren su comparecencia en el juicio.”
73ORGANIZACCION DE ESTADOS AMERICANOS. Convención Americana sobre Derechos
Humanos, Pacto de San José. San José (Costa Rica). op. cit.
45
desarrollo del proceso. Lo anterior debe leerse en términos restrictivos, en orden a
generalidad.
A su vez debe leerse en términos del Art. 8.2 de la CADH, que consagra la
posibilidad que las personas afronten el proceso penal en esa condición hasta tanto se
desvirtúe.
Sin embargo, aún bajo las que pueden considerarse unas rigurosas condiciones
justificar una intervención de esa índole75, bien sea bajo el amparo de la legalidad o,
tal como la Corte IDH lo deja en evidencia en múltiples decisiones (Brasil 76, Perú77,
74GÓMEZ PÉREZ, Mara. et. al. Criterios y Jurisprudencia Interamericana de Derechos Humanos:
influencia y repercusión en la justicia penal. La Jurisprudencia Interamericana sobre prisión
preventiva. México: Universidad Nacional Autónoma de México - Instituto de Investigaciones
Jurídicas. 2014. p. 205. Disponible en: https://archivos.juridicas.unam.mx/www/bjv/libros/8/3817-
/24.pdf. Consulta: mayo 27 de 2019. Particularmente considera que la detención preventiva se
encuentra delimitada en los Art. 7.3 y 8.2 de la CADH.
75COMISIÓN INTERAMERICANA DE DERECHOS HUMANOS. Informe sobre el uso de la prisión
preventiva en Las Américas. OEA/Ser.L/V/II. Doc. 46/1330 diciembre 2013., op. cit. Y COMISIÓN
INTERAMERICANA DE DERECHOS HUMANOS. Informe sobre medidas dirigidas a reducir el uso
de la prisión preventiva en las Américas. OEA/Ser.L/V/II.163 Doc. 105 julio de 2017. Disponible en:
http://www.oas.org/es/cidh/informes/pdfs/PrisionPreventiva.pdf. Consulta: febrero 2019.
76CORTE INTERAMERICANA DE DERECHOS HUMANOS. Caso Gomes Lund y otros (“Guerrilha
Do Araguaia”) vs. Brasil. Excepciones Preliminares, Fondo, Reparaciones y Costas. Sentencia de 24 de
noviembre de 2010. Serie C. No. 219. Disponible en: http://www.corteidh.or.cr/docs/casos/articulos-
/seriec_219_esp.pdf. Consulta: mayo 29 de 2019.
46
El proceso penal no ha sido ajeno, pues a él se han trasladado pretensiones tan
amplias como ambiguas pueden ser, por ejemplo, cuando se argumenta el peligro
77CORTE INTERAMERICANA DE DERECHOS HUMANOS. Caso “Barrios Altos” vs. Perú. Fondo.
Sentencia de 14 de marzo de 2001. Serie C Núm. 75. Disponible en: http://www.corteidh-
.or.cr/docs/casos/articulos/Seriec_75_esp.pdf. Consulta: mayo 30 de 2019.
CORTE INTERAMERICANA DE DERECHOS HUMANOS. Caso La Cantuta vs. Perú. Fondo.
Sentencia de 29 de noviembre de 2006. Serie C Núm. 162. Disponible en: http://www-
.corteidh.or.cr/docs/casos/articulos/seriec_162_esp.pdf. Consulta: mayo 30 de 2019.
78 CORTE INTERAMERICANA DE DERECHOS HUMANOS. Caso Cabrera García y Montiel Flores
vs. México. Excepción Preliminar, Fondo, Reparaciones y Costas. Sentencia de 26 de noviembre de
2010. Serie C. No. 220, párr. 93 Disponible en: http://www.corteidh.or.cr/docs/casos/articulos-
/seriec_220_esp.pdf. Consulta: mayo 29 de 2019. No debe perderse de vista el voto razonado del Juez
Ad Hoc Eduardo Ferrer Mac-Gregor Poisot, párr. 7, en el que, a propósito del ejercicio del control de
convencionalidad, destaca su relevancia, por ejemplo “con la valoración sobre la legalidad de una
detención. La actuación de los órganos nacionales (incluidos los jueces), además de aplicar la
normatividad que los rige en sede doméstica, tienen la obligación de seguir los lineamientos y pautas
de aquellos pactos internacionales que el Estado, en uso de su soberanía, reconoció expresamente y
cuyo compromiso internacional asumió. A su vez, la jurisdicción internacional debe valorar la
legalidad de la detención a la luz de la normatividad interna, debido a que la propia Convención
Americana remite a la legislación nacional para poder examinar la convencionalidad de los actos de las
autoridades nacionales, ya que el artículo 7.2 del Pacto de San José remite a las “Constituciones
Políticas de los Estados partes o por las leyes dictadas conforme a ellas” para poder resolver sobre la
legalidad de la detención como parámetro de convencionalidad. Los jueces nacionales, por otra parte,
deben cumplir con los demás supuestos previstos en el propio artículo 7 para no violentar el derecho
convencional a la libertad personal, debiendo atender de igual forma a la interpretación que la Corte
IDH ha realizado de los supuestos previstos en dicho numeral.”
79CORTE INTERAMERICANA DE DERECHOS HUMANOS. Caso Maritza Urrutia Vs. Guatemala.
Fondo, Reparaciones y Costas. Sentencia de 27 de noviembre de 2003. Serie C. No. 103, párr. .65 y 66.
Disponible en: http://www.corteidh.or.cr/docs/casos/articulos/seriec_103_esp.pdf. Consulta: mayo 29
de 2019.
CORTE INTERAMERICANA DE DERECHOS HUMANOS. Caso Bámaca Velásquez Vs. Guatemala.
Fondo. Sentencia de 25 de noviembre de 2005. Serie C. No. 70 párr. 141-144 Disponible en:
http://www.corteidh.or.cr/docs/casos/articulos/Seriec_70_esp.pdf. Consulta. mayo 29 de 2019.
80CORTE INTERAMERICANA DE DERECHOS HUMANOS. Caso Juan Humberto Sánchez Vs.
Honduras. Excepción Preliminar, Fondo, Reparaciones y Costas. Sentencia de 7 de junio de 2003. Serie
C. No. 99, párr. 78 y 86. Disponible en: http://www.corteidh.or.cr/docs/casos/articulos/seriec-
_99_esp.pdf. Consulta: mayo 29 de 2019.
47
para la comunidad como criterio que justifique una medida de aseguramiento de
detención preventiva81.
Por esa razón, el instrumento en cita, impone unos límites dentro de los cuales,
En esa dirección, las decisiones de la Corte IDH ilustran las condiciones en las
cuales la libertad puede afectarse en el proceso penal, y se han ratificado por cuenta
detención preventiva
presente investigación.
81FERRAJOLI, Luigi. Escritos sobre derecho penal. Nacimiento, evolución y estado actual del
garantismo penal. Buenos Aires: Editorial Hammurabi s.r.l. 2014. p.p. 293-310.
82 CORTE INTERAMERICANA DE DERECHOS HUMANOS. Caso Juan Humberto Sánchez Vs.
Honduras. 2003., op. cit. párr. 78 en el cual se precisa: “Según el primero de tales supuestos
normativos, nadie puede verse privado de la libertad sino por las causas, casos o circunstancias
expresamente tipificadas en la ley (aspecto material), pero, además, con estricta sujeción a los
procedimientos objetivamente definidos en la misma (aspecto formal). En el segundo supuesto, se está
en presencia de una condición según la cual nadie puede ser sometido a detención o encarcelamiento
por causas y métodos que -aún calificados de legales- puedan reputarse como incompatibles con el
respeto a los derechos fundamentales del individuo por ser, entre otras cosas, irrazonables,
imprevisibles o faltos de proporcionalidad” Criterio citado, entre otros, en Caso Bámaca Velásquez.
párr. 139.
48
Esa distinción -examinada de tiempo atrás por esa Corporación83- es abordada
estupefacientes.
de la forma más concreta posible, han de fijarse las causas y condiciones de privación
de la libertad.
Esa labor demanda no sólo la valoración del caso objeto de examen, sino
también de la normatividad que a nivel interno orienta la actividad del Estado, como
Específicamente expresa:
“En suma, no es suficiente que toda causa de privación o restricción al derecho
a la libertad esté consagrada en la ley, sino que es necesario que esa ley y su aplicación
respeten los requisitos que a continuación se detallan, a efectos de que dicha medida
no sea arbitraria: i) que la finalidad de las medidas que priven o restrinjan la libertad
sea compatible con la Convención. Valga señalar que este Tribunal ha reconocido
como fines legítimos el asegurar que el acusado no impedirá el desarrollo del
49
procedimiento ni eludirá la acción de la justicia85; ii) que las medidas adoptadas sean
las idóneas para cumplir con el fin perseguido; iii) que sean necesarias, en el sentido
de que sean absolutamente indispensables para conseguir el fin deseado y que no
exista una medida menos gravosa respecto al derecho intervenido entre todas aquellas
que cuentan con la misma idoneidad para alcanzar el objetivo propuesto. Por esta
razón el Tribunal ha señalado que el derecho a la libertad personal supone que toda
limitación a éste deba ser excepcional86, y iv) que sean medidas que resulten
estrictamente proporcionales87, de tal forma que el sacrificio inherente a la restricción
del derecho a la libertad no resulte exagerado o desmedido frente a las ventajas que se
obtienen mediante tal restricción y el cumplimiento de la finalidad perseguida.
Cualquier restricción a la libertad que no contenga una motivación suficiente que
permita evaluar si se ajusta a las condiciones señaladas será arbitraria y, por tanto,
violará el artículo 7.3 de la Convención88.”
Esa decisión hace visibles dos aspectos de suma importancia. Por una parte,
protección, promoción y respeto de los derechos humanos por los Estados Parte. Se
85Cfr. CORTE INTERAMERICANA DE DERECHOS HUMANOS. Caso Servellón García y otros, supra
nota 17, párr. 90, y Caso Acosta Calderón vs. Ecuador. Fondo, Reparaciones y Costas. Sentencia de 24
de junio de 2005. Serie C No. 129. párr. 111.
86Cfr. CORTE INTERAMERICANA DE DERECHOS HUMANOS. Caso Palamara Iribarne vs. Chile.
Fondo, Reparaciones y Costas. Sentencia de 22 de noviembre de 2005. Serie C No. 135, párr. 197, y
Caso García Asto y Ramírez Rojas vs. Perú. Excepción Preliminar, Fondo, Reparaciones y Costas.
Sentencia de 25 de noviembre de 2005. Serie C No. 137. párr. 106.
87Cfr. CORTE INTERAMERICANA DE DERECHOS HUMANOS. Caso "Instituto de Reeducación del
Menor" vs. Paraguay. Excepciones Preliminares, Fondo, Reparaciones y Costas. Sentencia de 2 de
septiembre de 2004. Serie C No. 112. párr. 228.
88Cfr. CORTE INTERAMERICANA DE DERECHOS HUMANOS. Caso García Asto y Ramírez Rojas,
op. cit, párr. 128.
50
evidencia entonces que una decisión que afecte tal prerrogativa puede ser legal desde
penal, ante la tensión de los derechos que se hallan en juego, sino la necesidad de fijar
tanto el procedimiento, como las condiciones que así lo avalen, que no tienen una
su desarrollo.
respectivamente, en el cual se reitera que “(…) “nadie puede ser sometido a detención o
encarcelamiento por causas y métodos que -aun calificados de legales- puedan reputarse como
incompatibles con el respeto a los derechos fundamentales del individuo por ser, entre otras
con base en el criterio expuesto en el caso Chaparro Álvarez y Lapo Íñiguez- que “se
requiere que la ley interna, el procedimiento aplicable y los principios generales expresos o
imprevisibilidad. (…)”.
52
Vale decir que la decisión ratifica uno de los aspectos tratados en líneas
anteriores y que atañe de manera directa a la libertad personal, al afirmar que “(…)
pública.”.
ordenamiento jurídico.
alcances de una medida creada con fines cautelares y excepcionales. Esta afirmación
curso del proceso, sino a satisfacer unos fines de carácter preventivo general o
93Cfr. CORTE INTERAMERICANA DE DERECHOS HUMANOS. Caso Osorio Rivera y Familiares vs.
Perú., op. cit. párr. 120
53
preventivo especial94 que competen a la pena, no así a una medida provisional. No de
otra forma se entiende cómo una persona de la cual se presume su inocencia, deba ser
salvaguardarla.
dos vías. La primera, a partir del contenido del derecho a la libertad personal, en cuyo
examen se fijan las condiciones que eventualmente habilitan una medida restrictiva,
contenido de las garantías procesales. Nótese que pese a tratarse de dos derechos con
excluyentes; por el contrario, tienen puntos de encuentro, que incluso los hacen
54
inescindibles, como se planteó en precedencia, de tal manera que comparten
consistente y uniforme mantiene sobre esta materia. Con ese propósito se abordarán
expuesto, esto es ¿Cuáles son los fines de la prisión preventiva en el proceso penal?
al patrón fáctico, esto es, situaciones que hubieren examinado las actuaciones de los
de las más recientes, la proferida en el caso mujeres víctimas de tortura sexual en Atenco
vs. México96.
Resulta importante, no sólo por ser la más reciente, sino porque además
concreta la postura que en esa materia tiene fijada esa Corporación; en ella se resuelve
95LÓPEZ MEDINA, Diego Eduardo. El derecho de los jueces. Obligatoriedad del precedente
constitucional, análisis de sentencias y líneas jurisprudenciales y teoría del derecho judicial. Segunda
Edición. Bogotá: Legis Editores S.A. p. 148.
96CORTE INTERAMERICANA DE DERECHOS HUMANOS. Caso mujeres víctimas de tortura sexual
en Atenco vs. México., op. cit párr. 250 – 251. Los hechos valorados en la sentencia se relacionan con la
detención de un grupo importante de personas, algunas involucradas en la protesta social originada en
las políticas públicas de re organización del espacio público y reubicación de floristas en Texcoco y San
Salvador de Atenco, en esos hechos se verifican la detención de 50 mujeres, 31 de las cuales refirieron
hechos de violencia sexual, algunas no se encontraban participando en los actos de protesta que se
desarrollaban. La decisión se ocupa de examinar, entre otros, las condiciones de detención que
respecto de 11 de ellas se verificó.
CORTE INTERAMERICANA DE DERECHOS HUMANOS. Caso Amrhein y otros Vs. Costa Rica., op.
cit. párr. 353-355.
55
el problema en mención, como también sienta las bases para limitar el derecho a la
afirma:
“251. Esta Corte ha dicho que para que la medida privativa de la libertad no se
torne arbitraria debe cumplir con los siguientes parámetros: i) que su finalidad sea
compatible con la Convención; ii) que sea idónea para cumplir con el fin perseguido;
iii) que sea necesaria, es decir, absolutamente indispensables para conseguir el fin
deseado y que no exista una medida menos gravosa respecto al derecho intervenido;
iv) que sea estrictamente proporcional, de tal forma que el sacrificio inherente a la
restricción del derecho a la libertad no resulte exagerado o desmedido frente a las
ventajas que se obtienen mediante tal restricción y el cumplimiento de la finalidad
perseguida, y v) cualquier restricción a la libertad que no contenga una motivación
suficiente que permita evaluar si se ajusta a las condiciones señaladas será arbitraria y,
por tanto, violará el artículo 7.3 de la Convención[97]. Asimismo, la Corte reitera que la
privación de libertad del imputado sólo debe tener como fin legítimo el asegurar que
el acusado no impedirá el desarrollo del procedimiento ni eludirá la acción de la
justicia [98]. El peligro procesal no se presume, sino que debe realizarse la verificación
97Cfr. CORTE INTERAMERICANA DE DERECHOS HUMANOS. Caso García Asto y Ramírez Rojas
vs. Perú. Sentencia de 25 de noviembre de 2005. Serie C No. 137. párr. 128 y 129, y Caso Amrhein vs.
Costa Rica. Excepciones Preliminares, Fondo, Reparaciones y Costas. Sentencia de 25 de abril de 2018.
Serie C No. 354. párr. 356.
98Cfr. CORTE INTERAMERICANA DE DERECHOS HUMANOS. Caso Servellón García. Sentencia de
21 de septiembre de 2006. Serie C No. 152, párr. 90, y Caso Amrhein y otros vs. Costa Rica., op. cit.
párr. 353.
56
del mismo en cada caso, fundado en circunstancias objetivas y ciertas del caso
concreto [99].” (Subrayas y negrilla fuera del texto).
desconocimiento del plazo razonable. Concluye que el Estado violó el artículo 7º,
de revisión periódica, de modo que sus fines no se prolonguen más allá de las
En ese orden afirma que “(…) las autoridades internas deben ofrecer los
fundamentos suficientes que permitan conocer los motivos por los cuales se mantiene la
restricción de la libertad, la cual, para que sea compatible con el artículo 7.3 de la Convención
99Cfr. CORTE INTERAMERICANA DE DERECHOS HUMANOS. Caso Barreto Leiva vs. Venezuela.
Fondo, Reparaciones y Costas. Sentencia de 17 de noviembre de 2009. Serie C No. 206. párr. 115, y
Caso Wong Ho Wing vs. Perú́. Excepción Preliminar, Fondo, Reparaciones y Costas. Sentencia de 30 de
junio de 2015. Serie C No. 297. párr. 250.
Cfr. CORTE INTERAMERICANA DE DERECHOS HUMANOS. Caso Bayarri vs. Argentina., op. cit,
100
y Caso J. Vs. Perú. Excepción Preliminar, Fondo, Reparaciones y Costas. Sentencia de 27 de noviembre
de 2013. Serie C No. 275. párr. 163.
CORTE INTERAMERICANA DE DERECHOS HUMANOS. Caso mujeres víctimas de tortura sexual
101
57
Como se anticipó, cuando se habla de la obligación del Estado de no afectar la
libertad más allá de los límites necesarios para asegurar que no se obstaculice el
únicas finalidades concebidas por la Corte IDH, precisamente para hacer una realidad
la excepcionalidad en su aplicación.
102 CORTE INTERAMERICANA DE DERECHOS HUMANOS. Caso Herrera Espinoza y otros vs.
Ecuador. Excepciones Preliminares, Fondo, Reparaciones y Costas. Sentencia de 1 de septiembre de
2016. Serie C. No. 316. Párr. 142-143 y 148-149. Disponible en: http://www.corteidh.or.-
cr/docs/casos/articulos/seriec_316_esp.pdf. Consulta: junio 10 de 2019. En el marco de una operación
de lucha contra el narcotráfico se capturó e impuso prisión preventiva a varios ciudadanos, en
desarrollo de la “Operación Linda” en la cual se allanaron varios inmuebles y capturan a 12 personas,
entre ellas las 4 víctimas, quienes fueron procesados y finalmente condenados. Se alegan distintas
violaciones a derechos humanos, entre ellas libertad personal, derivada de la arbitrariedad en la
prisión preventiva, en tanto el ordenamiento interno en su momento la permita con base a indicios
respecto al delito y su autoría “sin considerar el carácter excepcional de la misma, ni su uso a partir de
una necesidad estricta, y ante la posibilidad de que el acusado entorpezca el proceso o pudiera eludir a
la justicia.”, y en tanto se prohibía la libertad solo en consideración al delito, dejando de lado el análisis
de necesidad de la misma y de los fines antes descritos, por lo cual consideró que la prisión preventiva
violó el contenido del Art. 7.3 de la CADH.
CORTE INTERAMERICANA DE DERECHOS HUMANOS. Caso Argüelles y otros vs. Argentina.
Excepciones Preliminares, Fondo, Reparaciones y Costas. Sentencia de 20 de noviembre de 2014. Serie
C. No. 288. párr. 119-122, 130. Disponible en: http://www.corteidh.or.cr/docs/casos/articulos-
/seriec_288_esp.pdf. Consulta: junio 10 de 2019. Los hechos materia se relacionan con el proceso penal
militar adelantado en contra de 32 integrantes de la Fuerza Aérea señalados por el supuesto delito de
defraudación militar. En tanto algunas de las irregularidades alegadas se verificaron con anterioridad
al reconocimiento de la competencia contenciosa de la Corte IDH, se examina en ese caso las
actuaciones adelantadas con posterioridad a ese reconocimiento, entre ellas están las atinentes a la
detención preventiva, para cuyo examen reiteró, entre otros, los fundamentos para su imposición y su
vigencia a lo largo del proceso penal, que no son otros a que el detenido no afectará el desarrollo
eficiente de la actividad investigativa ni evadirá la justicia. En conclusión, “al omitir valorar si los fines,
necesidad y proporcionalidad de las medidas privativas de libertad se mantenían durante
aproximadamente tres años, afectó la libertad personal de los acusados y, por tanto, violó los artículos
7.1 y 7.3 de la Convención Americana”.
58
CORTE INTERAMERICANA DE DERECHOS HUMANOS. Caso Barreto Leiva vs. Venezuela., op. cit.
párr. 111, 114-116 y 121. El señor Barreto Leiva fue procesado por hechos que “constituían
malversación genérica agravada de fondos públicos”, siendo “condenado a un año y dos meses de
prisión y a otras penas accesorias como responsable del delito de malversación genérica agravada en
grado de complicidad”. Entre los cuestionamientos al desarrollo de dicho proceso, están los atinentes a
la violación del derecho a la libertad personal y presunción de inocencia (Art. 7.3, 7.5 y 8.2), al
considerarse que la detención preventiva, más allá de fundamentarse en unos indicios de
responsabilidad no se motivó en punto a los fines procesales perseguidos; ahí, en consonancia con el
criterio que sobre el punto ha sentado esa Corporación, señala que “aún verificado este extremo, la
privación de libertad del imputado no puede residir en fines preventivo-generales o preventivo-
especiales atribuibles a la pena, sino que sólo se puede fundamentar [...] en un fin legítimo, a saber:
asegurar que el acusado no impedirá el desarrollo del procedimiento ni eludirá la acción de la justicia”.
CORTE INTERAMERICANA DE DERECHOS HUMANOS. Caso Bayarri vs. Argentina., op. cit. párr.
74 y 110. En el análisis en punto a la temporalidad de la detención preventiva, supedita su
compatibilidad a la fundamentación en “la necesidad de asegurar que el detenido no impedirá el
desarrollo eficiente de las investigaciones ni eludirá la acción de la justicia”, sin que la gravedad del
delito y las características personales del autor sean suficientes para tal fin. El ciudadano Juan Carlos
Bayarri de acuerdo a la demanda de la CIDH, fue privado de la libertad sin orden judicial, sin que su
captura se hubiere producido en flagrancia, a través de medios contrarios a la CADH y mantenido en
detención preventiva por lo menos 13 años, lo cual desconoció el plazo razonable, dentro del “sumario
iniciado por la comisión de secuestros extorsivos reiterados en la causa No. 4227, caratulada “Macri,
Mauricio. Privación Ilegal de la Libertad””, en contravía de los artículos 7.5, 7.2, 7.1 y 8.2 de la CADH.
CORTE INTERAMERICANA DE DERECHOS HUMANOS. Caso Acosta Calderón vs. Ecuador., op.
cit. párr. 111. Es el caso de un ciudadano colombiano, procesado en Ecuador por un delito de tráfico de
estupefacientes, detenido y al cabo de varios años condenado, actuación en la que, sin embargo, se
habría incurrido en múltiples irregularidades que determinaron, entre otros, la violación del derecho a
la libertad personal y la consecuente afectación a la presunción de inocencia, en tanto la privación de
libertad fue arbitraria y excesiva, por lo cual se consideró la vulneración del Art.8.2 de a CADH. En ella
se sostiene la obligación del Estado de “no restringir la libertad del detenido más allá de los límites
estrictamente necesarios para asegurar que aquél no impedirá el desarrollo eficiente de las
investigaciones ni eludirá la acción de la justicia”, para lo cual insiste en el carácter cautelar y no
preventivo de la misma, el plazo razonable en su duración y en su carácter excepcional.
En el voto concurrente del Juez Sergio García Ramírez, amplía la valoración de esa medida cautelar y
advierte de la expansión en su utilización como resultado de lo que él denomina “la “desesperación y
exasperación” de la sociedad —la opinión pública o las corrientes que la informan y administran—
frente al auge de la delincuencia”, lo cual lo atribuye a la inoperancia de otras vías de control social,
siendo ella la ruta más expedita, en condiciones además complejas dado el estado de las prisiones; y
más adelante reitera los fines que la acompañan a la prisión preventiva, como “medida cautelar: sirve a
los fines inmediatos del enjuiciamiento; atiende a las necesidades apremiantes de éste; permite que
fluya y concluya en términos razonables y que la sentencia sea cumplida, no burlada. Aunque entrañe,
inevitablemente, fuerza aflictiva, no debe adquirir formalmente esa calidad: no debe constituir pena o
medida penal que cargue a un individuo con la pérdida o el menoscabo de un derecho fundamental
para atender fines ajenos —y a menudo remotos— del proceso que se le sigue. Obedece, entonces, a
necesidades procesales imperiosas e inmediatas, a saber: la efectiva sujeción del inculpado al
59
indispensables en la determinación de la procedencia de la medida cautelar de
Así se extrae del caso Amrhein y otros vs. Costa Rica103, que abarca buena parte
de los criterios de la Corte IDH para la procedencia de la prisión preventiva, como los
fines procesales que persigue; reitera que ellos son evitar la obstrucción o evasión de
enjuiciamiento que se le sigue (existe, indeseable, la alternativa del juicio en ausencia, que provoca otro
caudal de problemas) y la buena marcha de éste” condiciones que en todo caso han de estar
debidamente demostradas, no siendo suficiente su alegación. En la misma línea afirma que de esos
fines se excluyen otros como “la prevención general de delitos o el aleccionamiento social. Bien que se
prevenga el crimen, y bien que la sociedad perciba que el poder público provee a la seguridad
colectiva y reduce la impunidad. Estos datos de la política criminal —como otros elementos de ella—
pueden y deben ser atendidos por el Estado con medios diversos. Por ello la jurisprudencia de la Corte
ha rechazado las disposiciones que excluyen la libertad del inculpado en forma genérica, sin atender a
las necesidades del caso concreto, sólo en función del delito que ha cometido. Esto implica una suerte
de “prejuicio” legislativo sobre la pertinencia de la libertad o la prisión, que deben ser resueltas en
cada caso —no genéricamente— conforme a las probadas circunstancias de éste, atendiendo a la
presencia del inculpado en el juicio y a la marcha regular del enjuiciamiento. (…)”.
CORTE INTERAMERICANA DE DERECHOS HUMANOS. Caso Suárez Rosero vs. Ecuador. Fondo.
Sentencia de 12 de noviembre de 1997. Serie C. No. 35. párr. 77. Disponible en: http://www-
.corteidh.or.cr/docs/casos/articulos/seriec_35_esp.pdf. Consulta: junio 6 de 2019. En esta oportunidad
se examina de igual manera la privación de la libertad de un ciudadano, verificada en desarrollo de un
operativo que de acuerdo a las autoridades estatales se encaminaba a la desarticulación de un grupo
de delincuencia dedicada al tráfico de estupefacientes a nivel internacional, actuación en la que, no
obstante, se presentan una multiplicidad de irregularidades en las actuaciones que se encaminaron a la
privación del derecho a la libertad del señor Rafael Iván Suárez Rosero. De la decisión se resalta el
incumplimiento del Estado frente al deber de adecuación del ordenamiento interno, particularmente
frente a normas que excluyen a un grupo de personas del derecho a ser liberadas y el deber de
observar el plazo razonable, en el marco del derecho a la presunción de inocencia (Art. 8.2 de la
CADH) del cual se deriva “la obligación estatal de no restringir la libertad del detenido más allá́ de los
límites estrictamente necesarios para asegurar que no impedirá́ el desarrollo eficiente de las
investigaciones y que no eludirá́ la acción de la justicia, pues la prisión preventiva es una medida
cautelar, no punitiva.”
CORTE INTERAMERICANA DE DERECHOS HUMANOS. Caso Amrhein y otros vs. Costa Rica.,
103
60
la justicia; la motivación suficiente que la soporte, la limitación en su vigencia, la
mantengan.
razonable, cuanto más si la prórroga autorizada, aun cuando estaban avaladas por el
tribunal constitucional del país demandado “al ampliar los supuestos y condiciones de
inocencia, en tanto “existe una obligación estatal de no restringir la libertad del detenido
más allá de los límites estrictamente necesarios para asegurar que aquél no impedirá el
cual declaró al Estado responsable por la violación de los artículos 7.1, 7.3 y 7.5 de la
CADH.
104 CORTE INTERAMERICANA DE DERECHOS HUMANOS. Caso Servellón García y Otros vs.
Honduras. Fondo, Reparaciones y Costas. Sentencia de 21 de septiembre de 2006. Serie C No. 152. párr.
90 Disponible en: http://www.corteidh.or.cr/docs/casos/articulos/seriec_152_esp.pdf. Consulta: junio 3
de 2019. El caso examina la detención ilegal, tortura y ejecución extrajudicial de 4 jóvenes señalados de
pertenecer a las pandillas juveniles de Honduras (maras), quienes son privados de la libertad en
desarrollo de una operación de capturas indiscriminadas, sin orden judicial, sin que hubiere mediado
una situación de flagrancia y con el propósito de sustraerlos evitar disturbios durante los desfiles que
se realizarían para celebrar el día de la Independencia Nacional, en suma, para garantizar la seguridad
61
indicios suficientes que permitan suponer razonablemente la culpabilidad de la persona
seguridad pública, como ocurre en el caso en comento, ese aspecto para nada es
impacto que genera una decisión en ese sentido, es necesario que ella se sujete a las
uso radica en esos principios y su adecuación legal, de tal manera que no se traduzca
justicia y deja en claro que: “Las características personales del supuesto autor y la gravedad
del delito que se le imputa no son, por si mismos, justificación suficiente de la prisión
pública. Por eso se declara su responsabilidad por la violación, entre otros de los derechos contenidos
en el Artículo 7 Numerales 7.1, 7.2, 7.3, 7.4 y 7.5 de la CADH.
105CORTE INTERAMERICANA DE DERECHOS HUMANOS. Caso López Álvarez vs. Honduras.
Fondo, Reparaciones y Costas. Sentencia de 1 de febrero de 2006. Serie C. Caso 141. párr. 66-69.
Disponible en: http://www.corteidh.or.cr/docs/casos/articulos/seriec_141_esp.pdf. Consulta: junio 7 de
2019.
62
normas que disponen la procedencia de esa medida cautelar, sólo en atención al
delito investigado.
libertad personal solo puede afectarse en ausencia de otros medios menos lesivos, y,
Lo propio ocurre en el caso Tibi vs. Ecuador107 en la cual no sólo se examinan las
condiciones indispensables para la prisión preventiva, sino además, uno de los votos
63
Por ello reclama volver la vista sobre esos escenarios, para avanzar “a nuevas
importante de los Estados suscriptores del Pacto de San José de Costa Rica para
ciertos delitos de suma gravedad --así, el terrorismo y el narcotráfico--, han determinado una
progresos y retornar a sistemas o medidas que ya mostraron sus enormes deficiencias éticas y
prácticas. (…)”109.
Por lo visto, las decisiones de la Corte IDH son consistentes en los límites
fijados a la prisión preventiva, y mantienen, desde por lo menos el año 1997110, una
postura uniforme y constante de los criterios que operan como sus fines.
libertad personal.
109 Ibídem.
110Como se citó en precedencia (ver nota al pie No. 102), en la construcción de la línea jurisprudencial,
se identifica el caso Suárez Rosero vs. Ecuador (1997), como la sentencia hito de la Corte IDH en el
examen de la privación de la libertad como medida cautelar, y en la cual precisa la obligación de
respetar el plazo razonable cuando ella se ha impuesto, como también las finalidades que debe
perseguir esto es, “asegurar que no impedirá el desarrollo eficiente de las investigaciones y que no
eludirá la acción de la justicia, pues la prisión preventiva es una medida cautelar, no punitiva.”
64
consagración de dos específicas circunstancias que la habilitan: no comparecencia y
obstrucción a la justicia.
la gravedad de los mismos, son criterios que propician la cada vez más fuerte postura
aquella que plantea la justificación de una medida restrictiva bajo la premisa del
Los casos examinados son el reflejo del esfuerzo de la Corte IDH de consolidar
los derechos humanos como límite al poder punitivo del Estado, al otorgar
herramientas que restrinjan las medidas que afecten la libertad, como se colige de los
casos Suarez Rosero vs. Ecuador, Barreto Leyva vs. Venezuela y López Álvarez vs.
sobre esas medidas, pese al impacto que al derecho a la libertad entrañan, bien sea
por ausencia de motivación o insuficiencia, de ahí que en todos los casos se declara la
111 FERRAJOLI, Luigi. Escritos sobre derecho penal., op. cit. p.295-298. El autor plantea unas
importantes críticas a la utilización de la percepción de inseguridad ciudadana y al miedo por la
criminalidad como formas que viabilicen el derecho penal de una forma mucho más represiva como
expresión del populismo punitivo, la cual envía varios mensajes “El primer mensaje es aquél clasista
según el cual la criminalidad -la verdadera criminalidad, aquella que atenta contra la “seguridad” y
que debe ser prevenida y perseguida- es solamente la de la calle (…) El segundo mensaje (…) significa
únicamente “seguridad pública”, declinada en las formas del orden público de policía y de los
recrudecimientos punitivos antes que en aquellas del Estado de derecho (…) Un tercer mensaje (…)
Consiste en la enfatización y en la dramatización de la inseguridad: en fábrica, en breve, del
miedo.(…)”.
65
B. RICARDO CANESE VS. PARAGUAY. UN CASO PARTICULAR
Corte IDH también contempla el peligro para la comunidad como riesgo admisible
que ella no aborda un análisis de convencionalidad- que las normas del ordenamiento
mencionadas y desde los fundamentos de las decisiones adoptadas por la Corte IDH,
no así de sus dichos de paso, resulta imperativo determinar cuál es el contexto fáctico
proceso penal, de tal manera que se pueda precisar el significado de los derechos que
sociales y personalidades” del Paraguay, presentó denuncias (…) respecto de las actividades de
66
Itaipú, así como sobre la supuesta evasión de impuestos de dicha empresa con base en un
investigadas.”114.
que se destaca su candidatura como presidente, otro de los candidatos lo fue el señor
Wasmosy.
presentan querella en su contra, pese a que sobre ellos nada se había dicho, motivo
contra de ese ciudadano se haya impuesto una medida de restricción del derecho a la
114 CORTE INTERAMERICANA DE DERECHOS HUMANOS. Caso Ricardo Canese vs. Paraguay.
Fondo, Reparaciones y Costas. Sentencia de 31 de agosto de 2004. Serie C. Caso 111. op. cit.
115 Ibídem.
67
La decisión fue apelada y modificada al revocar por el delito de injuria,
de vicisitudes entre las que están las negativas a autorizar sus salidas del país, en
(Art. 8.1, 8.2 y 8.2.f)) y principio de retroactividad de la norma penal más favorable
(Art. 9). En el examen del derecho a la libertad de circulación (Art. 22), dada la
la copia del expediente del proceso penal seguido contra la presunta víctima, la cual
fue aportada por el Paraguay, no consta una decisión o resolución emitida por el juez
de la causa que estableciera como medida cautelar la prohibición de salir del país del
ocho años y casi cuatro meses. Asimismo, al resolver sobre la restricción impuesta al
señor Canese, el 22 de agosto de 2002 la Sala Penal de la Corte Suprema de Justicia del
Paraguay señaló que, ante el hecho de que “la Sentencia Definitiva ejecutoriada no
inclu[ía] ninguna prohibición” de salir del país, se deducía que tal prohibición “fue
116 Ibídem.
68
descarta el presupuesto de legalidad y al referirse a la necesidad de la medida señala
lo siguiente:
“129. Después de haber analizado la legalidad de la restricción, la Corte
considera indispensable destacar que las medidas cautelares que afectan la libertad
coinciden en que para aplicar tales medidas cautelares en el proceso penal deben
pena privativa de libertad ni cumplir los fines de la misma, lo cual puede suceder si se
cuestión fáctica debatida no resulta ser semejante a aquellas que han sido examinadas
previamente, como quiera que para nada se alude al aspecto medular que permite la
Fondo, Reparaciones y Costas. Sentencia de 31 de agosto de 2004. Serie C. Caso 111. op. cit.
69
cual es el desarrollo de procesos penales en los que las personas hayan sido afectadas
El segundo, que en todo caso, ese debate tampoco gira en torno al alcance de
Precisamente por eso es que de las decisiones aquí referidas ninguna cita como
de prisión preventiva.
cual el peligro para la comunidad es un riesgo admitido por la Corte IDH, expuesta
que resulta ajeno al análisis de violación de los derechos que allí se encontraban en
118LÓPEZ MEDINA, Diego Eduardo., op. cit. p. 218. Sobre las definiciones de obiter dicta y ratio
decidendi.
70
interpretación de precedentes119, al negar la consistencia de los fines de la prisión
preventiva trazados por la Corte IDH, a partir de una decisión que resulta ajena
posturas que sobre el tema se hubieren trazado, y examinar con mayor profundidad
decisiones de la Corte IDH en cuanto a la prisión preventiva, extrae los fines a los que
en este acápite se alude120, sin que dentro de ese análisis se incluya uno distinto;
conveniente, a los gobiernos de los Estados miembros para que adopten medidas progresivas en
favor de los derechos humanos dentro del marco de sus leyes internas y sus preceptos
71
constitucionales, al igual que disposiciones apropiadas para fomentar el debido respeto a esos
derechos”121.
Parte el ejercicio de las acciones necesarias para cumplir con uno de los principios
esa causa, expone un problema complejo “de diseño legal, deficiencias estructurales de los
72
sistemas de administración de justicia, amenazas a la independencia judicial, tendencias
a partir del estudio de las condiciones que imperan en esa materia y en el que
preventiva124.
libertad no puede conllevar unos efectos adversos mayores de aquellos que apareja
libertad, y finalmente el equilibrio que debe existir entre el respeto de los derechos
73
una medida de aseguramiento, no desarrollan tal aspiración, por el contrario, como el
Allí de igual forma destaca cómo desde hace aproximadamente dos décadas el
como son:
“(i) La detención preventiva debe ser la excepción y no la regla; (ii) los fines
decretar la detención preventiva de una persona; (iv) aún existiendo fines procesales,
en el sentido de que no existan otros medios menos gravosos para lograr el fin
personal; (v) todos los aspectos anteriores requieren una motivación individualizada
que no puede tener como sustento presunciones; (vi) la detención preventiva debe
decretarse por el tiempo estrictamente necesario para cumplir el fin procesal, lo que
implica una revisión periódica de los elementos que dieron lugar a su procedencia;
y cuando sea procedente deberá aplicarse durante el plazo más breve posible.”127
74
Estos no son otros sino aquellos desarrollados en la jurisprudencia de la Corte
IDH, de los que resalta el carácter procesal que sustenta los fines legítimos y
obstrucción de la justicia.
Incluso toma como referente los “Principios y buenas prácticas sobre la protección
de las personas privadas de la libertad en Las Américas”128, entre ellos la libertad personal
acuerdo con los límites estrictamente necesarios para asegurar que no se impedirá el desarrollo
Es decir, son esos y no otros los fines de la restricción temporal y cautelar del
los riesgos procesales que atentan contra ese fin. Por lo tanto, es contrario a esta
75
interpretación pro homine, el que se justifique la detención previa al juicio en fines
en el futuro o la repercusión social del hecho. No sólo por las razones expuestas, sino
146. Por otro lado, y como se señala con claridad en el presente informe, la
contenidas en la ley; pues, es posible que por vía legal se establezcan causales o
sentido, la Corte Interamericana ha establecido que “[l]a legislación que establece las
causales de restricción de la libertad personal debe ser dictada de conformidad con los
Y aunque advierte que las causas de las dificultades que en este campo existen,
legislativo, cuando se insta a las acciones necesarias para “corregir el rezago procesal y
Fondo, José, Jorge y Dante Peirano Basso, Uruguay, 6 de agosto de 2009, párr. 81 y 84; COMISIÓN
INTERAMERICANA DE DERECHOS HUMANOS. Informe No. 77/02, caso 11.506, Fondo, Waldermar
Gerónimo Pinheiro y José Víctor Dos Santos, Paraguay, 27 de diciembre de 2000, párr. 66.
CORTE INTERAMERICANA DE DERECHOS HUMANOS. Caso Servellón García y otros vs.
130
76
decisiones que tengan efectos restrictivos en la libertad, acorde a los lineamientos
El balance que ofrece ese informe corrobora que el marco normativo que
regula la prisión preventiva en Las Américas, en algunos casos contraría “las normas y
estándares del Sistema Interamericano”, y que las reformas adoptadas por algunos de los
la libertad se rompe, cuando los motivos que la sustentan, a pesar de su origen legal,
de la presunción de inocencia.
política pública las acciones de prevención previas a la activación del sistema judicial
132 Ibídem p. 17. Concretamente el Informe recomienda: “adoptar las medidas necesarias para corregir
el rezago procesal y fortalecer los sistemas de justicia; implementar el uso de otras medidas cautelares
distintas del encarcelamiento previo al juicio; garantizar que las autoridades judiciales apliquen la
medida cautelar de la detención preventiva motivadamente, en estricto cumplimiento del plazo
máximo legal, y de conformidad con los estándares internacionales; que esta decisión sea revisada
periódicamente, de forma tal que se verifique la vigencia de las razones que la motivaron; que los
procesados cuenten con recursos judiciales efectivos para impugnar la aplicación de la prisión
preventiva; establecer sistemas eficaces y accesibles de defensa pública; realizar las reformas legales
necesarias para limitar la utilización de esta medida, especialmente en el caso de los delitos no
violentos y menos graves; promover un verdadero cambio de paradigma en la concepción de la
procedencia y necesidad de la prisión preventiva; adoptar las medidas necesarias para garantizar la
independencia del poder judicial, y la independencia y autonomía de las defensas públicas.”
77
respecto a la población de mayor vulnerabilidad, más aún frente a la población
dirigidas a reducir el uso de la prisión preventiva en Las Américas del año 2017134,
pues aun cuando la misma CIDH reconoce algunos avances de los países frente a esa
Muestra de ello es que al día de hoy existen retrocesos en esa materia, como
como se refleja en la Ley 1908 de 2018 “Por medio de la cual se fortalecen la investigación
justicia y se dictan otras disposiciones”, que a su vez reitera y amplifica los criterios a
Otro tanto ocurrió con la Ley 1786 de 2016137 cuando postergó la entrada en
78
periodo comprendido entre el inicio del juicio oral y la lectura de fallo o su
equivalente138.
En éste último informe, se hace una afirmación valiosa a los resultados de esta
anticipada “desde los niveles más altos del Estado y la administración de justicia” debe
personal en lo relacionado con la prisión preventiva, de tal manera que los principios
que inspiran sus finalidades procesales sean una realidad tangible en el ordenamiento
traduce en una mayor protección de los derechos humanos que el proceso penal
puede afectar.
79
constitucionalidad declarada en Sentencia C-469 de 2016, es incompatible con el
BALANCE
• La reserva legal y judicial que acompaña a la libertad, desde la perspectiva
por decisión de autoridad judicial competente, sino por los motivos definidos
preventiva. De ahí la CADH surge como instrumento que las limita, pues
80
que la CADH y su intérprete auténtico -la Corte IDH- contemplen. Esto indica
que los límites a la libertad personal en el proceso penal pueden ser legales
Interamericano.
• Por esa razón, no basta su regulación legal, sino que se requiere su ajuste a los
derecho en comento.
81
Sistema Interamericano, dentro de los que reconoce los fines legítimos de la
prisión preventiva.
personal, así como de los informes sobre el uso de la prisión preventiva en Las
Américas y el de las medidas para reducirla, es viable encontrar que los fines
interno, permite sostener que, aún cuando desde la perspectiva legal se busque
82
CADH y el desarrollo de la Corte IDH pretende eludir, cual es la arbitrarierad.
83
CAPÍTULO III
DERECHOS HUMANOS?
Hasta aquí lo dicho da cuenta de la discrepancia entre la consagración legal del
explícitas las razones por las cuales tal fin, contenido en los Art. 296, 308.2 y 310 del
Humanos.
Para tal efecto, se debe examinar tanto el orden interno, como la sentencia C-
469 de 2016, que recoge en buena parte esos argumentos, lo cual permitirá acreditar si
tal consagración contraría el Pacto de San José de Costa Rica y el desarrollo que sobre
84
A. LA PROHIBICIÓN DE LA PRIVACIÓN ARBITRARIA DE LA LIBERTAD
PENAL COLOMBIANO
Como se anticipó, la Corte IDH, desde el caso Gangaram Panday vs. Surinam142
consistente, tal como lo pone en evidencia el caso Yarce y otras vs. Colombia143 en el
Ellos entrañan una profunda relevancia y es que el examen de las medidas que
detención preventiva, no sólo se confronta con el marco legal que así la regula, sino
Constitución (Art. 250.1 CP), permite inicialmente dar por satisfechas las exigencias
142 CORTE INTERAMERICANA DE DERECHOS HUMANOS. Caso Gangaram Panday vs. Surinam.,
op. cit.
143 CORTE INTERAMERICANA DE DERECHOS HUMANOS. Caso Yarce y otras vs. Colombia., op.
cit.
144No obstante, también deben reconocerse las reformas legislativas que han conllevado retrocesos
importantes en la excepcionalidad en la aplicación del instituto en comento, las que agregan elementos
en que limitan el acceso a la libertad. Por ejemplo, la Ley 890 de 2004 aumenta los extremos punitivos
de todos los delitos, teniendo en mente la entrada en vigencia del Sistema penal con tendencia
acusatoria; la Ley 1142 de 2007, “Para la prevención y represión de la actividad delictiva de especial
impacto para la convivencia y seguridad ciudadana” determinó en su momento que la gravedad y
modalidad de la conducta eran suficientes para la procedencia de la detención preventiva, lo cual fue
posteriormente aclarado por la Corte Constitucional en Sentencia C- 1198 de 2008, la cual precisó que
además, debía establecerse si se cumplían los fines de la medida de aseguramiento en términos de los
85
1. Normas que fundamentan la detención preventiva en el ordenamiento
constitucional
dignidad humana, y uno de sus fines es, en términos del Art. 2º, “promover la
a todas las personas, en su vida, honra, bienes, creencias, y demás derechos y libertades (…)”.
condiciones en las que se puede limitar, con sujeción a la reserva legal y judicial que
art. 308, 310 y 312 del CPP, esa legislación adiciona un criterio objetivo para la prosperidad de la
detención preventiva (Art. 313.4) y establece una lista de delitos respecto de los que se hace
improcedente su sustitución por domiciliaria (314 parágrafo). Por su parte la Ley 1453 de 2011, cuyo
objeto también es la garantía de la seguridad ciudadana, incrementan los términos para acceder a la
libertad personal, realiza incrementos punitivos y establece exclusión de subrogados. A través de la
Ley 1472 de 2011, por la cual se adoptan algunas medidas en contra de la corrupción, consagra nuevos
tipos penales y sanciones específicas en esa materia, exclusión de beneficios, incrementa la lista de
delitos para los que no procede la sustitución por detención domiciliaria. Esas circunstancias también
fueron advertidas por la CIDH, en el Informe sobre el uso de la prisión preventiva (pp. 35-36). De
manera más reciente la Ley 1908 de 2018, en la lucha contra los grupos armados organizados, establece
nuevos tipos penales, fija otros incrementos punitivos, aumenta los términos de duración del proceso,
consagra un listado de por lo menos 10 situaciones que determinarían el peligro para la comunidad de
manera objetiva en punto al peligro futuro y la no comparecencia (Art. 313A), incrementa los términos
para acceder a la libertad entre 400 o 500 días y contempla una vigencia de la detención preventiva de
entre 3 y 4 años. Nótese que el delito de Concierto para delinquir agravado (Art. 340 inc. 2º) señala en
el mínimo de la pena 8 años, lo que indica que de acuerdo a los términos fijados para esos procesos, la
detención preventiva puede incluso llegar a equivaler a la mitad de la misma. La Ley 1786 de 2016 por
su parte postergó la entrada en vigencia de la Ley 1760 de 2015, en punto a la nueva causal de libertad
entre el inicio del juicio y el anuncio del sentido del fallo (Art. 317.6) y el término de duración de la
medida de aseguramiento.
COLOMBIA. MINISTERIO DE JUSTICIA Y DEL DERECHO. Constitución Política de Colombia,
145
1991.
86
ello implica. En él se dispone que “Nadie puede ser molestado en su persona o familia, ni
mandamiento escrito de autoridad judicial competente, con las formalidades legales y por
previa, estricta y cierta por el legislador, y además que en las autoridades judiciales
Estado. Es así que los requisitos que conllevan su limitación pueden ser explicados,
Sin embargo, esa posibilidad debe vincularse al Art. 29, esto es, el derecho al
tornan rigurosa la posibilidad de afectación, en tanto “(i) deben ser decretadas por
accederán; (ii) con carácter eminentemente provisional o temporal; y (iii) bajo el cumplimiento
de los estrictos requisitos que la Constitución y la ley prevén. Adicionalmente, (iv) deben estar
imposición”147
87
otras, “[s]olicitar al juez que ejerza las funciones de control de garantías las medidas
penal
eventual restricción -los jueces con funciones de control de garantías- previa solicitud
de la fiscalía y las condiciones que la hacen procedente, esto es: “(…) cuando resulte
irrazonable o desproporcionada.”
el tratamiento normativo del instituto en comento. Así, el Art. 295 del CPP ratifica la
evaluación de su procedencia.
El Art. 296 de esa obra hace lo propio en punto a retomar las prenombradas
finalidades que habilitan la detención preventiva. Con ese norte, se consignan los
88
Los primeros se desarrollan en el Art. 313 del ordenamiento procesal penal,
como un primer filtro, en tanto se escogen los comportamientos delictivos que, desde
investigables de oficio con pena igual o mayor a 4 años150; los delitos de que trata el
148COLOMBIA. CORTE CONSTITUCIONAL. Sala Plena. Sentencia C-392 de 6 de abril de 2000. M.P.
Antonio Barrera Carbonell. Disponible en: http://www.corteconstitucional.gov.co/relatoria/2000/C-392-
00.htm. Consulta: agosto 19 de 2019.
149COLOMBIA. CORTE CONSTITUCIONAL. Sala Plena. Sentencia C-392 de abril 6 de 2000., op. cit
Este criterio objetivo contenido en la Ley 906 de 2004, es la prolongación de aquél que en su momento
consagró el Decreto 2700 de 1991 (Art. 397), y que se mantiene tras la creación de los Jueces Penales del
Circuito Especializado, a través de la Ley 504 de 1999. El Art. 25 de ésta última fue objeto del examen
de constitucionalidad, y los argumentos que se esgrimen para así declararlo refieren a la libertad de
configuración legislativa “(…) en razón de la comisión de ciertos delitos, según la naturaleza y
gravedad de éstos, o en los casos de flagrancia, o atendiendo las circunstancias en que ellos ocurrieron,
o de los antecedentes del procesado, etc.” Y que la modificación introducida en la norma demandada
“(…) sólo consistió en determinar que la detención es posible para todos los delitos de competencia de
los jueces penales del circuito especializado, que antes lo eran de los jueces regionales.”
150 COLOMBIA. CORTE CONSTITUCIONAL. Sentencia C-327 de julio 10 de 1997., op. cit. En cuanto
al límite mínimo de la pena, como criterio para considerar la procedencia de la detención preventiva,
esa Corporación evalúa el contenido del Decreto 2700 de 1991 (Art. 397 Núm. 2º) que lo fija en 2 años.
Allí, nuevamente acoge el criterio de libertad de configuración legislativa lo cual “(…) le permite, de
conformidad con sus preferencias de política criminal, escoger causales de detención preventiva”, cuyo
límite radica en “los criterios de razonabilidad y proporcionalidad”, mismos que la dotan de su
carácter excepcional. En ese sentido concluyó que: “Al señalar en el cuestionado numeral 2o que la
detención preventiva procede “cuando el delito que se atribuya al imputado tenga prevista pena de
prisión cuyo mínimo sea o exceda de dos años”, el legislador se atuvo a un criterio de carácter objetivo
que, ante todo, atiende a la gravedad del hecho, establecida a partir del monto de la pena, y en ello no
encuentra la Corte que se haya consagrado una causal arbitraria que comporte el sacrificio excesivo de
la libertad en aras de la finalidad de actuar en contra del delito, como tampoco encuentra violación de
la Carta Política en el atacado numeral tercero, que contiene la lista taxativa de los delitos que en el
criterio del legislador merecen la detención, porque las conductas allí referidas atentan contra bienes
jurídicos que se juzgan de importancia para el logro de la convivencia y ya la Corte ha indicado que “el
control social mediante la protección de bienes jurídicos fundamentales constituye la razón de ser del
derecho penal”, y que la correspondiente indicación de los bienes jurídicos tenidos por valiosos y que
son, por ende, merecedores de protección, es tarea que dentro de la estructura de un Estado de
Derecho compete al legislador. (…)”. Aun cuando el límite en 2 años era realmente bajo para
contemplar la posibilidad de una medida de aseguramiento de detención preventiva, no sólo se trató
89
Título VIII del Libro II del Código Penal, cuando la defraudación sobrepase la cuantía
4 reformas legislativas. No pasa desapercibido que cada una amplía las condiciones
capturada por conducta constitutiva de delito o contravención, dentro del lapso del año
capturas ilegales.
de un criterio válido y admisible desde la perspectiva de la política criminal, sino que además halló
respuesta en la reiterada libertad de configuración legislativa.
151 CONGRESO DE LA REPÚBLICA. Ley 1142 de 2017., op. cit.
152COLOMBIA. CORTE CONSTITUCIONAL. Sala Plena. Sentencia C- 425 de 30 de abril de 2008. M.P.
Marco Gerardo Monroy Cabra. Disponible en: http://www.corteconstitucional.gov.co/relatoria/2008/C-
425-08.htm. Consulta: agosto 19 de 2019. Expresamente señaló: “Es lógico suponer que dos capturas en
el mismo año a la misma persona podría ser un indicador de la necesidad de la medida privativa de la
libertad no sólo para evitar la multiplicación del delito o la dedicación asidua a la realización de
90
libertad de configuración legislativa irrumpe como criterio definitivo de la política
comento que, en todo caso, evidencia un claro propósito: la prevención del delito.
Ese lapso, posteriormente se extendió a tres años, en la Ley 1453 de 2011153, que
es el que se mantiene vigente. A su vez la Ley 1826 de 2017154 agregó que “[e]n el
supuesto contemplado por el inciso anterior, se entenderá que la libertad del capturado
representa peligro futuro para la sociedad en los términos de los artículos 308 y 310 de este
código.”.
cual se conoce el concepto del Ministerio de Justicia y del Derecho. En él retoma los
criterios expuestos en la sentencia antes citada, y señala respecto a la norma que: “(…)
conductas reprochables penalmente que implican un claro peligro para la sociedad, sino para evitar la
fuga o la obstrucción de la justicia por parte de quién ha demostrado tener cierto desprecio por la
administración de justicia. Por lo tanto, esa medida podría ser un instrumento útil y eficaz para
proteger los derechos de la sociedad y de las víctimas.” Y agrega que frente a esas capturas que operan
en flagrancia o por orden judicial “(…) el juez de control de garantías evalúa una situación objetiva y
verificable que consiste en la “repetición” de conductas reprochables penalmente en un término
bastante reducido, la cual puede ser valorada por el juez como un elemento relevante de la necesidad,
adecuación y proporcionalidad de la medida de aseguramiento consistente en la detención
preventiva.”. Una u otra justificación tienen un mismo propósito -ajeno a una medida cautelar- como
lo es la prevención del delito.
153 COLOMBIA. CONGRESO DE LA REPÚBLICA. Ley 1453 de junio 24 de 2011., op. cit.
COLOMBIA. CONGRESO DE LA REPÚBLICA. Ley 1826 (12 de enero de 2017). Por medio de la
154
cual se establece un procedimiento penal especial abreviado y se regula la figura del acusador privado.
Santa Fe de Bogotá, D.C.: Diario Oficial No. 50.114 de 12 de enero de 2017.
155CORTE CONSTITUCIONAL. Radicado D-13147. Disponible en: http://www.corteconstitucional-
.gov.co/secretaria/ConsultaC/normas.php. Consulta: agosto 20 de 2019.
91
frente a manifestaciones delictuales que la puedan atemorizar u ofuscar e impedir al mismo
presunción de inocencia y que “la expresión peligrosidad es consecuencia del empleo de una
técnica legislativa deficiente, y ha señalado que en realidad este término implica la decisión
92
pretende explicar en la lucha contra los grupos armados organizados y de
Lo cierto es que esos elementos de orden objetivo no son suficientes, solo son el
participación; esa inferencia alude a “(i) un juicio de valor parcial e inacabado, (ii) un
componente de reflexión basado en una realidad fáctica comprobada, (iii) una valoración de
pronóstico, (iv) un juicio de prevención, (v) un juicio de valor concreto, no abstracto y (vi) un
6. Haber sido capturado o imputado dentro de los tres años anteriores, por conducta constitutiva de
delito doloso.
7. Cuando las víctimas sean defensores de Derechos Humanos o hagan parte de poblaciones con
especial protección constitucional. Se pondrá especial énfasis en la protección de mujeres, niñas, niños
y adolescentes, quienes han sido afectados por las organizaciones criminales objeto de esta ley. Este
enfoque tendrá en cuenta los riesgos específicos que enfrentan las mujeres contra su vida, libertad,
integridad y seguridad y serán adecuadas a dichos riesgos.
8. La utilización de menores de edad en la comisión de delitos por parte del grupo.
9. Se tendrá en cuenta los contextos y las particularidades del territorio, incluidas las problemáticas y
actores presentes en el que evidencia la amenaza, el riesgo y la vulnerabilidad.
10. Se tendrán en cuenta los informes emitidos por la Defensoría del Pueblo.”
COMISIÓN INTERAMERICANA DE DERECHOS HUMANOS. Informe sobre el uso de la prisión
160
93
El espíritu cautelar de la medida no puede exigir un conocimiento distinto en
esta etapa del proceso, sino uno “inacabado” y por tanto “discutible y verificable en
víctima. 3. Que resulte probable que el imputado no comparecerá al proceso o que no cumplirá
la sentencia”.
investigación se ha verificado.
94
Cada uno se desarrolla en el orden procesal y delimita las condiciones en que
motivos graves y fundados que permitan inferir que el imputado podrá destruir, modificar,
95
“1. La continuación de la actividad delictiva o su probable vinculación con organizaciones
Ley 1453 de 2011, que reformó la causal 3ª, al agregar como criterio del peligro para la
“motivos fundados que permitan inferir que podrá atentar contra ella, su familia o sus bienes”.
165 COLOMBIA. CONGRESO DE LA REPÚBLICA. Ley 1312 (9 de julio de 2009). Por medio de la cual
se reforma la Ley 906 de 2004 en lo relacionado con el Principio de Oportunidad. Santa Fe de Bogotá,
D.C.: Diario Oficial No. 47.405 de 9 de julio de 2009.
166 Ibídem.
167 COLOMBIA. CORTE CONSTITUCIONAL. Sala Plena. Sentencia C-121 de febrero 22 de 2012., op.
cit. En concreto dice: “Es evidente que el imputado o acusado que se encuentre cobijado por una
medida de aseguramiento o por una formulación de acusación, está amparado por el principio de
presunción de inocencia, por lo que resulta contrario al artículo 29 superior equiparar, como lo hace el
inciso 3º del artículo 310 del CPP., estas situaciones procesales en las que aún no se ha desvirtuado la
presunción de inocencia, con otros institutos como los mecanismos sustitutivos de la pena privativa de
la libertad, que presuponen la existencia de una condena. (…) Una de las dimensiones de la presunción
de inocencia, tal como se dejó establecido en los fundamentos jurídicos 30 a 36 es la necesidad de que
las personas sometidas a proceso penal, sean tratadas de manera distinta a aquellas sobre las cuales ya
pesa una sentencia condenatoria, por haber sido oídas y vencidas en un proceso surtido conforme a la
ley. Se desconoce este aspecto de la garantía de inocencia presunta cuando a decisiones provisionales y
precarias sobre la probable responsabilidad penal de una persona, se le imprimen efectos negativos
extraprocesales, cual si se tratara de una sentencia condenatoria en firme, y a la manera de un
antecedente penal, se presentan como indicativas de peligrosidad”
96
Finalmente, en el riesgo de no comparecencia (Art. 312), además de la
determinado por el domicilio, asiento de la familia, de sus negocios o trabajo y las facilidades
que tenga para abandonar definitivamente el país o permanecer oculto. 2. La gravedad del
daño causado y la actitud que el imputado asuma frente a este. 3. El comportamiento del
imputado durante el procedimiento o en otro anterior, del que se pueda inferir razonablemente
de la pena.”168
cuando el Art. 315, en principio, las prevé para delitos con pena mínima no mayor a 4
168COLOMBIA. CONGRESO DE LA REPÚBLICA. Ley 1312 (9 de julio de 2009). Por medio de la cual
se reforma la Ley 906 de 2004 en lo relacionado con el Principio de Oportunidad. Santa Fe de Bogotá,
D.C.: Diario Oficial No. 47.405 de 9 de julio de 2009.
169PEDRAZA JAIMES, Miguel Ángel. La reforma a la detención preventiva. Bogotá: Ediciones Nueva
Jurídica. 2017. p. 79-89. A partir de esa reforma al ordenamiento procesal penal en materia de prisión
preventiva, propone desde una interpretación sistemática, la procedencia de las medidas no privativas
de la libertad por fuera de las condiciones fijadas en el Art. 315 del CPP. Lo cual adquiere sustento,
tanto en el principio pro homine, como en la afirmación de la libertad y la interpretación restrictiva que
debe operar en esta materia.
170COMISIÓN INTERAMERICANA DE DERECHOS HUMANOS. Informe sobre el uso de la prisión
preventiva en las Américas., op. cit. p.p. 19 y 28. Este pone en evidencia los problemas estructurales
97
Aquella fijó la condición ineludible de probar ante los jueces con funciones de
que acompañan al uso de la prisión preventiva como “el retardo o mora judicial, generado a su vez por
otra serie de disfuncionalidades y deficiencias estructurales más profundas de los sistemas judiciales;
la falta de capacidad operativa y técnica de los cuerpos policiales y de investigación; la falta de
capacidad operativa, independencia y recursos de las defensorías públicas; las deficiencias en el acceso
a estos servicios de defensa pública; la falta de independencia judicial, en algunos casos los jueces se
abstienen de decretar medidas cautelares por temor a ser sancionados o removidos de sus cargos y
otras veces ceden ante las presiones mediáticas; la existencia de legislación que privilegia la aplicación
de la prisión preventiva y que restrinja la posibilidad de aplicación de otras medidas cautelares; la falta
de mecanismos para la aplicación de otras medidas cautelares; la inversión de la carga prueba,
paradigmas y prácticas judiciales arraigadas que favorecen el empleo de la prisión de manera que es el
acusado quien debe probar que la prisión preventiva no debe ser ordenada; los preventiva sobre otras
medidas; la corrupción; el uso extendido de esta medida excepcional en casos de delitos menores; y la
extrema dificultad en conseguir su revocación una vez ha sido dictada.”. Particularmente en el caso de
Colombia señala que: “la detención preventiva también es utilizada para “forzar a los procesados a
que colaboren aceptando cargos o aportando pruebas en contra de otros sospechosos”, razón por la
cual “los fiscales imputan y solicitan la prisión preventiva, aun cuando no tengan suficiente
evidencia”. Es decir, utilizando la detención como una herramienta de investigación. En un contexto
en el que existen importantes presiones sociales, mediáticas e incluso provenientes de las propias
autoridades públicas en torno a la efectividad de la represión penal, frente a la delincuencia y la
impunidad” (Toma como fundamento el texto: DPLF, Independencia judicial insuficiente, prisión
preventiva deformada – Los casos de Argentina, Colombia, Ecuador y Perú, 2013, pág. 98, 65-113)
COMISIÓN INTERAMERICANA DE DERECHOS HUMANOS. Informe sobre medidas dirigidas a
reducir el uso de la prisión preventiva en las Américas., op. cit.
171COLOMBIA. CORTE SUPREMA DE JUSTICIA. Sentencia STP7221-2018. Radicación N° 98507, del
31 de mayo de 2018. M.P. Luis Guillermo Salazar Otero. En ella, sin embargo, se comparte el criterio
según el cual basta la argumentación respecto a la única medida que se considere procedente, sin
necesidad de examinar la integridad de las contenidas en el art. 307, exigencia que, si bien puede
satisfacer el deber de motivación suficiente, mantiene si resolver la carga de prueba que se exige para
la determinación de la gradualidad de la medida.
98
3. Evaluación del orden interno frente a la legalidad y prohibición de
como unos estándares ineludibles y que deben ser acogidos por los Estados Parte.
proporcionalidad se mantengan.
principio, encuentra sustento en el Art. 250.1 de la CP, con unas importantes cargas
para quien la solicita y mayores aún para su imposición. De allí es factible concluir
con los límites que el orden internacional en materia de derechos humanos ha fijado.
99
decisiones de la Corte IDH y las recomendaciones de la CIDH, como se dispone en el
penal.
(Art. 250.1) como legal (Art. 2, 295, 296, 308 a 313 CPP), resulta deficiente frente al
personal, al considerar el peligro para la comunidad como uno de sus fines, pese a
para hacer efectiva la protección más amplia que se ofrece a la libertad personal (Art.
Convención, como es el caso de los Arts. 296, 308.2 y 310 del CPP. Todo en el marco
del Art. 7.3 de la CADH, según el cual “3. Nadie puede ser sometido a detención o
100
Esa conclusión adquiere especial relevancia en el ámbito del derecho a la
presunción de inocencia, el cual determina que “el resultado del proceso, condena o
absolución se encuentra abierto hasta que sea dictada la sentencia (…) [de ahí que] [l]a única
función inmediata para la presunción de inocencia es, por tanto, la protección del proceso
protección, e incursionan en un ámbito que resulta ajeno, al suponer que “el proceso no
101
B. LA ILEGITIMIDAD DEL PELIGRO PARA LA COMUNIDAD COMO FIN
adecuación del ordenamiento interno a los estándares internacionales sobre los fines
preventiva.
fundamentó.
perspectiva contraria a la naturaleza del derecho a la libertad personal, tal como aquí
para la comunidad
La sentencia se ocupa del examen de constitucionalidad del Art. 310 del CPP,
COLOMBIA. CORTE CONSTITUCIONAL. Sala Plena. Sentencia C-774 de Julio 25 de 2001., op. cit.
178
102
a 7, que establecen los supuestos en los cuales puede atribuirse a la libertad un
materia penal, como la potestad del legislador “para establecer los procedimientos
judiciales en los diversos campos de regulación del sistema jurídico, incluido el del proceso
penal (i). Posee una amplia competencia para adoptar modelos de investigación, de acusación y
este ámbito le está impedido, por una parte, crear intromisiones desproporcionadas en las
pueden ser puestas en riesgo durante los procedimientos (iii) y, por otra parte, le está proscrito
injerir injustificadamente en las garantías procesales que disciplinan el ejercicio del derecho de
castigar (iv).”180
180 COLOMBIA. CORTE CONSTITUCIONAL. SALA PLENA. Sentencia C- 469 de 2016., op. cit.
103
Así mismo, examina los fundamentos y límites de las medidas de
destaca la reserva legal y judicial que acompaña una decisión que afecte la libertad.
preventiva, entre ellos: “la determinación inequívoca de los motivos por los cuales procede la
personal.”181
los eventos en los que una medida de esa naturaleza puede tener cabida, siendo esa
una potestad del legislador que no puede dejarse al arbitrio del operador judicial.
En ese sentido, aunque las normas que regulen esta materia generen espacios
más adelante.
181 Ibídem.
104
así, a que el legislador prevea afectaciones a la libertad personal del imputado solo
de manera extraordinaria. Si bien son medidas provisorias y preventivas, dado que
materialmente conllevan una drástica intervención en los derechos del investigado, el
Congreso únicamente está habilitado para crearlas en observancia de un régimen de
prevalencia de la libertad dentro del proceso y, por ende, solo con carácter
estrictamente excepcional. (Negrillas fuera del texto)
Lo anterior se manifiesta en especial en el ámbito de la técnica legislativa
empleada en el diseño de las medidas de aseguramiento. Pese a que el legislador
puede fijar una detallada serie de requisitos aparentemente estrictos para la
imposición de privaciones a la libertad personal, esto también puede ser compatible
con un modelo amplio y robusto de medidas de aseguramiento si el esquema
regulativo apela a condiciones objetivas o a circunstancias que, en la realidad, se
verifiquen en la mayoría de los casos. El legislador debe, por ello, utilizar una
regulación que en la práctica no traiga como resultado la expansión de esas medidas,
sino que, al contrario, tiendan a su aplicación restrictiva.”182
Tal afirmación permite a su vez garantizar otros límites sustanciales, como los
posibilidad de restricción del derecho, en tanto mayores sean los beneficios que se
La gradualidad por su parte, conduce también a que por una doble vía se
examine la procedencia de una medida restrictiva; esto es, a partir del “esquema
182 Ibídem.
105
diferencial de cautelas previsto por el legislador” y en el proceso de selección de la medida
que una medida privativa de la libertad adquiere sustento. Allí destaca su ajuste al
el alcance de los incisos 1 y 2 del Art. 93 de la CP, de los cuales se extraen dos
del inciso 1º como “una típica cláusula de remisión de fuentes formales que adquieren la
aquí en el incremento de las fuentes. Para que los tratados sean recepcionados en el sistema
jurídico y hagan parte de él al mismo nivel de la Carta, en todo caso se requiere que reconozcan
Del inciso 2º dice que “[m]ediante esta norma, el Constituyente fija la obligación de
106
lugar a aquello que la Corte ha denominado la función integradora y la función
interpretativa del bloque de constitucionalidad.”183
por la Corte IDH, como también el alcance de los criterios de la CIDH, como fuente
IDH, deben procurarse interpretaciones conciliadoras y armónicas entre sus textos, que
tiendan a ampliar el ámbito de protección de los derechos y a mantener la idea de unidad que
sino a las circunstancias y hechos, que puedan hacer, en menor o mayor medida,
En ese contexto, sostiene que, conforme la Sentencia C-774 de 2001, ese fin
107
artículo 1 C.P. y en el fin del Estado de asegurar la convivencia pacífica de la comunidad (art.
2 C.P.). Así mismo, el propósito esencial del Estado y de las autoridades de garantizar la
de los habitantes en su vida, honra, bienes y demás derechos y libertades proporcionan una
comunidad.”185
cuenta con un importante respaldo constitucional, no sólo por las normas a partir de
las cuales se desarrolla, sino también por los límites que el juez constitucional debe
como forma de acreditación del peligro para la comunidad, del cual infiere que:
“Lo indicado implica, por un lado, que la interpretación del derecho a la
185 COLOMBIA, CORTE CONSTITUCIONAL, Sentencia C-774 del 25 de julio de 2001., op. cit.
108
posibilidad de otras justificaciones de la privación preventiva de la libertad, como
su papel puede ser desarrollado gracias a la necesidad de que los preceptos que
Y concluye que:
“La Sala considera así que el fin de la medida de aseguramiento bajo examen
Corte IDH, de acuerdo con la cual, la detención preventiva del imputado procede para
186CORTE INTERAMERICANA DE DERECHOS HUMANOS. Caso Ricardo Canese vs. Paraguay., op.
cit.
187 Ibídem.
109
antes bien, se ve complementada con la justificación prevista en el Código y
comunidad.”188
CONSTITUCIONAL Y CONVENCIONAL
es absoluta, particularmente frente a los derechos y garantías que pueden ser objeto
188 Ibídem.
189COLOMBIA. CORTE CONSTITUCIONAL. Sentencia C-387 de junio 25 de 2014 M.P. Jorge Iván
Palacio Palacio. Disponible en: http://www.corteconstitucional.gov.co/relatoria/2014/C-387-14.htm.
Consulta: junio 21 de 2019. Entre los criterios específicos que debe observar el legislador al elaborar las
normas penales destaca: (i) El principio de necesidad de la intervención penal relacionado con el
carácter subsidiario, fragmentario y de última ratio. (ii) El principio de exclusiva protección de bienes
jurídicos en la garantía de los valores esenciales de la sociedad. (iii) El deber de observar la estricta
legalidad. (iv) El principio de culpabilidad. (v) El deber de garantizar los derechos constitucionales y la
aplicación de los convenios internacionales de derechos humanos (bloque de constitucionalidad). (vi)
El deber de respetar los principios de razonabilidad y proporcionalidad.
190 COLOMBIA. CORTE CONSTITUCIONAL. Sala Plena. Sentencia C-774 de Julio 25 de 2001., op. cit.
110
Entre ellos están la Constitución y los tratados internacionales de derechos
humanos191, los cuales someten al legislador “(…) al contenido material de los derechos
ajuste de sus limitaciones, como las que imponen sus fines legítimos y que solo la
expreso de la Constitución (Art. 28). También de aquél que por vía del bloque de
visto, tampoco lo es; por el contrario, la regla general es que la persona permanezca
desdibuja su excepcionalidad.
legal por parte de los diversos Estados, pues éstos están compelidos a respetar unas
premisas estructurales básicas impuestas por la comunidad de naciones. Por ello, para
percatarse de los verdaderos cimientos del proceso penal de hoy, debe hacerse, un
191 COLOMBIA. CORTE CONSTITUCIONAL. Sala Plena. Sentencia C-181 de 13 de abril de 2016. M.P.
Gloria Stella Ortíz Delgado. Disponible en: http://www.corteconstitucional.gov.co/relatoria/2016/C-
181-16.htm. Consulta: junio 20 de 2019 y Sentencia C-387 de junio 25 de 2014., op. cit.
192 Ibídem.
111
procesal y, desde luego, por las interpretaciones autorizadas que de ellos se han hecho
(…)”193.
Así las cosas, la libertad de configuración legislativa no puede ser una forma
virtud de la cual los Estados Parte se comprometen a “adoptar, con arreglo a sus
legislativas o de otro carácter que fueren necesarias para hacer efectivos tales derechos y
libertades.” (Art.2).
pareciera que la cárcel se erige como la alternativa más práctica, en la solución de los
necesarios, en orden a la consecusión del interés general, aún a pesar de ser contrarios
193URBANO MARTÍNEZ, José Joaquín. La nueva estructura probatoria del proceso penal. Hacia una
propuesta de fundamentación del sistema acusatorio. Bogotá: Ediciones Nueva Jurídica. Cuarta
reimpresión de la Segunda Edición. 2016. p. 37.
194 Ver notas al pie 76 a 80.
112
que un Estado democrático, en la búsqueda de la anhelada convivencia pacífica, no se
puede permitir.
cuestión alude a aquellos de índole formal, dejando explícito que será el legislador el
que establezca las condiciones en las que pueda afectar la libertad personal, y que en
las autoridades judiciales recae de manera exclusiva esa competencia. También señala
medida más invasiva para la persona y de ahí su consideración como una medida de
Por esa razón resulta llamativo el hecho, que a pesar de esa pretensión de
última ratio como principio que irradia el sistema penal, y que se refleja también en la
detención preventiva195, se admitan fines que potencializan su uso (Art. 310 del CPP),
afirmación que se respalda precisamente por las reformas legislativas que siguieron a
113
Allí el carácter excepcional de la medida se diluye, para permitir un examen
proporcionalidad reciba en buena parte la carga para evitar su uso injustificado, como
evento que ella sea procedente respecto a ciertas conductas cometidas en contra de
niños, niñas y adolescentes, lo cual acredita “la tendencia a reducir los espacios de
eventos en los que puede aplicarse200, lo cierto es que aún con esas especificidades, se
ofrece una circunstancia adicional a las que prevé el Sistema Interamericano y con
ello un margen de decisión más amplio para su imposición, lo que permite reconocer
su arbitrariedad.
Política
En esa posición se encuentran los Art. 1 y 2 de la CP, y junto a ellos, el Art. 250.
cuando no contemple una forma particular para dar cumplimiento a tal función, le
No obstante, es posible evaluar otras que satisfagan el mismo fin, sin afectar de
que, de acuerdo a lo examinado, guarda más una pretensión preventiva del delito.
como debe cumplirse esa función. Una, hasta el momento acogida por el legislador y
los operadores judiciales desde las más altas esferas, según la cual dicho precepto
normativo avala la detención preventiva, como remedio a los distintos riesgos, como
201 LONDOÑO AYALA, Cesar Augusto. Medidas de aseguramiento., op. cit. p. 107 y ss.
202COLOMBIA. C+++++++ORTE CONSTITUCIONAL. Sala Plena. Sentencia C-469 de agosto 31 de
2016., op. cit.
115
el peligro para la comunidad, a pesar de no integrar aquellos estándares fijados por el
Sistema Interamericano.
formas de protección fuera del proceso penal204 de tal manera que el orden interno sea
mismo contrario a la CADH, sino que la interpretación otorgada para sustentar un fin
de la detención preventiva ajeno a los parámetros del Pacto de San José puede serlo,
ejecución de la sentencia206.
Las consecuencias de ese tratamiento resultan ser profundas, toda vez que: i)
conforme el Art. 93, inc.1º, de la CP, ese derecho pasa a formar parte del bloque de
ahí su alcance resulta determinante para la resolución de casos en los que ese derecho
ese sentido tan restrictivo, pues establece el artículo 250 numeral 1: “y la protección a la comunidad, en
especial las víctimas”, y así́ lo reiteran el principio rector del artículo 2o y el artículo 295 de la ley 906
de 2004. es solo en el artículo 308 de esta última, que no es norma constitucional ni es principio rector,
que se utiliza la expresión “peligrosidad para la comunidad”, la cual aparece de nuevo en el artículo
310 que contiene ya en el título de la norma esta denominación (…)”.
207REATEGUI SÁNCHEZ, James. En busca de la prisión preventiva. Lima: Jurista Editores, 2006. p.
242. En apoyo de José I. Cafferata Nores (Medidas de coerción en el Nuevo Código Procesal de la
Nación, Buenos Aires, 1992), Cesar San Martín Castro (Derecho Procesal Penal, Lima, 2003) y Alberto
Binder (Introducción al Derecho Penal, Buenos Aires, 2004). Citado por: PEDRAZA JAIMES, Miguel
Ángel., op. cit. p. 47.
208ECHEVERRI CALLE, Pablo., op. cit. 66-70. En este punto acogiéndose las consecuencias que del
bloque de constitucionalidad en sentido estricto extrae el autor.
118
Sin embargo, en esa decisión, se descarta su valoración atendiendo tal
naturaleza, pues da por sentada la forma de incorporación de ese derecho por vía del
desarrollo que trae el Art. 7º (7.3) de la CADH, ha de atenderse desde una perspectiva
meramente interpretativa.
profiere la Corte IDH, en el caso Ricardo Canese vs. Paraguay cuyo análisis se hizo en
Cuando en esa sentencia se afirma que los fines reconocidos para la detención
preventiva “no puede[n] leerse de forma cerrada y excluyente con la posibilidad de otras
209 No se puede perder de vista que la Sentencia C-469 de 2016, acoge la postura planteada en el
Informe 2 del 11 de marzo de 1997. En el cual se sostiene que: “Cuando las autoridades judiciales
evalúan el peligro de reincidencia o comisión de nuevos delitos por parte del detenido, deben tener en
cuenta la gravedad del crimen. Sin embargo, para justificar la prisión preventiva, el peligro de
reiteración debe ser real y tener en cuenta la historia personal y la evaluación profesional de la
personalidad y el carácter del acusado. Para tal efecto, resulta especialmente importante constatar,
entre otros elementos, si el procesado ha sido anteriormente condenado por ofensas similares, tanto en
naturaleza como en gravedad.”. Disponible en: http://www.cidh.oas.org/annualrep/97span/-
Argentina11.205.htm
119
5. La visión limitada de un análisis armónico y sistemático del Art. 310 del CPP
propósito del peligro para la comunidad como riesgo admisible para la detención
frente a los fines que persigue una medida cautelar no punitiva, siendo ese es un
control social211.
210 COLOMBIA. CORTE CONSTITUCIONAL. Sala Plena. Sentencia C-469 de agosto 31 de 2016., op.
cit.
COMISIÓN INTERAMERICANA DE DERECHOS HUMANOS. Informe sobre el uso de la prisión
211
120
Con mayor razón cuando la limitación de los conceptos de protección a la
que se han verificado importantes violaciones a los derechos humanos. De ahí que
proceso, serán esos y no otros lo que deban ser acogidos por el ordenamiento interno.
Por esa razón, resulta contradictorio sostener que en esa decisión se propone la
CADH, pero que ello se haga de forma inconsistente con los lineamientos que en
la permite.
ALUDIDA INCOMPATIBILIDAD
conjugar, por una parte, la supremacía de la Constitución como norma de normas (CP
art. 4º) y, por otra, la prevalencia de los tratados ratificados por Colombia que
121
reconocen los derechos humanos y prohíben su limitación en los estados de excepción
Una de las formas como esa integración puede llevarse a cabo son los
Se ha entendido por la doctrina como “una regla general del derecho de los
derechos humanos (subyacente a todo el derecho de los derechos humanos) mediante la cual,
vía interpretación o adecuación normativa, se busca asegurar que en toda decisión se alcance el
212 CORTE CONSTITUCIONAL. Sala Plena. Sentencia C-042 del 1 de febrero de 2017., op. cit.
213 Ibídem.
214 AGUIRRE ARANGO, José Pedro. La interpretación sobre la Convención Americana de Derechos
Humanos. Revista de derechos humanos, 5(8). 2007. pp. 76-77. Disponible en: http://www.corteidh-
.or.cr/tablas/R22853.pdf. Consulta: junio 25 de 2019. Destaca dentro de los principios de interpretación
de los derechos humanos los atinentes a: a) pro cives, favor libertatis o pro homine. b) El principio de
progresividad o de integralidad maximizadora del sistema, c) El principio de retroalimentación
recíproca entre el derecho interno y el derecho internacional de los derechos humanos, d) El principio
de indivisibilidad de los derechos, e) El principio de eficacia directa o auto ejecutividad de los derechos
humanos, f) El principio de interpretación teleológica o finalista g) Las normas que limiten o restringen
el ejercicio o goce de los derechos humanos siempre deben aplicarse en sentido restrictivo.
DRNAS DE CLÉMENT, Zlata. La complejidad del principio pro homine. Jurisprudencia Argentina, I,
215
No. 12. 2015. pp. 98-111. Disponible en: http://www.corteidh.or.cr/tablas/r33496.pdf. Consulta: junio 26
de 2019.
122
Es decir, aquél no sólo se activa dentro de un ejercicio hermenéutico, sino
disposición constitucional relativa a derechos de la persona, debe preferirse aquella que mejor
armonice con los tratados de derechos humanos, dentro del respeto del principio de
favorabilidad o pro hominem, según el cual, deben privilegiarse aquellas hermenéuticas que
sean más favorables a la vigencia de los derechos de la persona”217 lo cual se expresa como
una forma de “zanja[r], en términos favorables al ser humano, la tensión entre el orden
consagración de un fin adicional para la prisión preventiva, aun cuando resultan más
la comisión de delitos.
Sin embargo, ese alcance debía en principio ser verificado respecto al Pacto de
San José de Costa Rica y al desarrollo que sobre esa materia ha elaborado la Corte
123
IDH, la cual ofrece una delimitación más clara de procedencia, circunscrita a la
salvaguarda del proceso. La respuesta que arroje permitirá fijar la interpretación que
caso el propósito que se fija en la consagración de un fin adicional a los del sistema
cual considera se determina a través de “circunstancias objetivas que permiten prever esa
124
posibilidad”, pero también -en un fin de prevención especial- cuando pretende sustraer
armas de fuego o armas blancas, cuando el punible sea por abuso sexual con menor
organizada, aluden a la mayor gravedad en el delito, siendo ese también uno de los
(Art. 314 Par. 1 del CPP, o Art. 199 de la Ley de infancia y adolescencia), en cuanto se
De otra parte, la prevención general positiva se abre paso cuando, tal como lo
125
“(…) en gran medida por la percepción de algunos sectores de que el uso
del populismo penal, “crea una puerta giratoria” por donde salen los delincuentes al
poco tiempo de haber sido aprendidos; o bien, porque se considere que determinados
delitos por su gravedad o porque se presentan con cierta frecuencia deben conllevar
cautelar (…)”220
aparejadas unas consecuencias severas desde las etapas iniciales del proceso. De esa
concretamente señaló:
“En particular, las tendencias o mecanismos legislativos que promueven
causal de peligro de fuga a hipótesis que la alejan de su lógica cautelar, por ejemplo, al
compatibles con la Convención como son asegurar que el acusado no impedirá el desarrollo del
proceso ni eludirá la acción de la justicia, la idoneidad, proporcionalidad y la motivación suficiente de
la medida. Así mismo hace una importante precisión y es que el fin de impedir que la libertad del
imputado resulte un peligro para la seguridad de la sociedad tiene un sentido abierto que puede
permitir fines no acordes con la Convención, lo cual hace indispensable establecer si aquél está
acompañado “de un factor o criterio que pudiera considerarse que busca un fin cautelar y que justifica
la necesidad de la medida en el caso concreto”, sin que sean suficiente “la gravedad de la pena
asignada al delito” y “el número de delitos que se le imputare y el carácter de los mismos”, que no
justifican la prisión preventiva. Allí encontró acreditado en uno de los casos la violación del derecho a
la presunción de inocencia y al derecho a no ser sometido a detención arbitraria consagrado en el
artículo 7.3 de la Convención.
222COMISIÓN INTERAMERICANA DE DERECHOS HUMANOS. Informe sobre medidas dirigidas a
reducir el uso de la prisión preventiva en las Américas 2017., op. cit. p. 61
223COMISIÓN INTERAMERICANA DE DERECHOS HUMANOS, Informe sobre el uso de la prisión
preventiva en las Américas, párr. 88.
224 Ibídem.
127
mecanismos procesales de excarcelación225. Al respecto, la CIDH reitera que no existe
evidencia empírica que demuestre que las políticas que se sustentan en mayores
225 Estas tendencias fueron analizadas por la CIDH en su informe de 2013. COMISIÓN
INTERAMERICANA DE DERECHOS HUMANOS, Informe sobre el uso de la prisión preventiva en
las Américas, párr. 88.
226 Ibídem, párr. 100.
227 DRNAS DE CLÉMENT, Zlata., op. cit. p. 104.
128
cara al contenido del Art. 310 del CPP, es el acogimiento de la interpretación más
acorde a la persona.
según la cual “los órganos del Estado en el marco de sus competencias, deben tomar en
cuenta la CADH y la interpretación que sobre ésta ha realizado la propia Corte (…) los
Estados deben cumplir las obligaciones asumidas sin poder invocar para su incumplimiento el
Al referir a los órganos del Estado se alude a todas las ramas del poder
público, desde luego se incluye el poder judicial, que con mayor razón debe velar por
129
Este es el mecanismo que ha puesto en evidencia las acciones u omisiones de
los Estados, así como las deficiencias en materia de protección de estos derechos,
judicial que, con la invocación de la defensa o protección del Estado, los han afectado
Cuando menos desde el año 2006232 se contempla que una de las obligaciones
de los Estados Parte es adoptar las “medidas legislativas o de otro carácter” (Art. 2
CADH) necesarias para lograr la efectividad de las libertades y derechos que allí se
consagran.
asumen su defensa.
231CORTE INTERAMERICANA DE DERECHOS HUMANOS. Caso Castillo Petruzzi y otros vs. Perú.
Fondo, Reparaciones y Costas. Sentencia de 30 de mayo de 1999. Serie C Núm. 52. párr. 204.
Disponible en: http://www.corteidh.or.cr/docs/casos/articulos/seriec_52_esp.pdf. Consulta: abril 27 de
2019, “Tal como lo ha señalado este Tribunal, está más allá de toda duda que el Estado tiene el derecho
y el deber de garantizar su propia seguridad. Tampoco puede discutirse que toda la sociedad padece
por las infracciones a su orden jurídico. Pero por graves que puedan ser ciertas acciones y por
culpables que puedan resultar los reos de determinados delitos, no cabe admitir que el poder pueda
ejercerse sin límite alguno o que el Estado pueda valerse de cualquier procedimiento para alcanzar sus
objetivos, sin sujeción al derecho o a la moral. Existe un amplio reconocimiento de la primacía de los
derechos humanos, que el Estado no puede desconocer sin violentar.”
232CORTE INTERAMERICANA DE DERECHOS HUMANOS. Caso Cabrera García y Montiel Flores
vs. México., op. cit. párr. 225 En esta decisión también el voto razonado del juez ad hoc Eduardo Ferrer
Mac-Gregor Poisot, alude al origen de la doctrina del control de convencionalidad, como también a la
importancia del control difuso de convencionalidad como herramienta para la efectividad de los
derechos humanos.
233 Ibídem. párr. 19.
130
La forma en que puede materializarse es por vía de la doctrina del control de
convencionalidad, a través del cual se permite el examen de las normas del orden
José, y, como se dijo, el alcance ofrecido por la Corte IDH234, cuya interpretación no
solo surte efectos para un Estado parte en concreto, sino para el conjunto de
Es decir, más allá que los jueces y tribunales -y en general las autoridades que
integran las distintas ramas del poder público- se encuentren sometidos al principio
de legalidad236, también deben hacer cumplir las normas de la CADH y sus tratados
concurrentes “lo que implica que con los controles de legalidad y constitucionalidad, deben
los derechos humanos. Esa es una cuestión que, lejos de ser exclusiva de los Estados,
ofrecen, no como mecanismo que mengüe su soberanía, sino como uno que
131
deben ser un instrumento de apoyo de las autoridades judiciales y en el ámbito de sus
competencias.
limitadas.
132
adecúa a su contenido lo que permite la declaratoria de exequibilidad, de todas
Así, al año siguiente a aquél en que la Corte IDH concretó dicho concepto con
judiciales de los Estados Parte240, que involucra a los jueces de todas las jerarquías, la
133
Al menos esa es la idea que planteó en Sentencia C-291 de 2007241 al referir que:
“(…) las normas que hacen parte del bloque de constitucionalidad, no constituyen referentes
de la Constitución.”.
emerge del temor al sometimiento de las altas cortes por la Corte IDH, en lo que
entendido que no hay posibilidad de que los operadores judiciales realicen el examen
241CORTE CONSTITUCIONAL. Sala Plena. Sentencia C-291 de 25 de abril de 2007. M.P. Manuel José
Cepeda Espinosa. Disponible en: http://www.corteconstitucional.gov.co/relatoria/2007/c-291-
07.htm#_ftnref26. Consulta: abril 30 de 2019, en alusión a la Sentencia C-028 de enero 26 de 2006. M.P.
Humberto Antonio Sierra Porto. Disponible en: http://www.corteconstitucional.gov.co/relatoria-
/2006/C-028-06.htm. Consulta: abril 30 de 2019. Allí se precisa la libertad de configuración legislativa
en materia penal, concretamente en lo atiente a establecer tipos penales, al tiempo que reconoce que
esa libertad de configuración legislativa, si bien encuentra fundamento en el principio democrático y la
soberanía popular tiene ciertas restricciones derivadas de la CP. “interpretada a la luz de las normas
que conforman el bloque de constitucionalidad -sea para determinar el contenido de las cláusulas
constitucionales existentes, o para proveer parámetros específicos en ausencia de disposiciones
constitucionales expresas y por remisión específica de los artículos 93, 94 y 44
Superiores”(COLOMBIA, CORTE CONSTITUCIONAL, Sentencia C-329 de 29 de abril de 2003 M.P.
Álvaro Tafur Galvis).
242 COLOMBIA, CORTE CONSTITUCIONAL. Sala Plena. Sentencia C-586 de octubre 26 de 2016., op.
cit. Aclaración de voto.
COLOMBIA. CORTE CONSTITUCIONAL. Sala Plena. Sentencia SU-355 de 11 de junio de 2015 M.P.
243
los derechos fundamentales y los derechos humanos, que ha sido abordado de formas
distintas, esto es con mayor o menor amplitud en las diferentes etapas de evolución
/2015/SU355-15.htm. Consulta: abril 20 de 2019. A.V. Magistrado Alberto Rojas Ríos. En esta ocasión se
precisa de la necesidad por una parte “La Corte, como órgano de cierre, debe rectificar su rumbo en
ejercicio del control de convencionalidad y asumir un cambio de jurisprudencia que armonice la
interpretación del numeral 6º del artículo 277 de la Constitución, con el artículo 23 de la Convención
Americana de Derechos Humanos (…)” ello a propósito de la sanción de inhabilitación de los derechos
políticos adoptada por la Procuraduría General de la Nación en el caso de Gustavo Francisco Petro
Urrego, y en virtud del criterio fijado por la Corte IDH en el caso López Mendoza vs Venezuela, según
el cual aquella “sólo puede ser adoptada por una autoridad judicial.”.
Por otra parte, en A.V. de la Magistrada (E). Miriam Ávila Roldán, además de referirse a la
importancia de la adecuación del ordenamiento a los estándares fijados por la Corte, en el caso
expuesto se establece el carácter vinculante de las decisiones de la Corte IDH al constituir doctrina
autorizada para la interpretación de la CADH y de ahí su exigibilidad frente a las distintas autoridades
entre ellas la propia Corte Constitucional, en tanto “(…) la Convención es el instrumento de Derechos
Humanos más importante en el ámbito regional, cuyas cláusulas hacen parte del ordenamiento
jurídico interno, con jerarquía constitucional, por vía del bloque de constitucionalidad (art. 93 C.N.).
De manera que la sentencia López Mendoza al aclarar el alcance del artículo 23 de la Convención no es
simplemente un pronunciamiento internacional con valor puramente doctrinario para la Corte
Constitucional, sino un verdadero precedente vinculante y una pauta imprescindible para interpretar
adecuadamente una norma del bloque de constitucionalidad. (…)”.
244 COLOMBIA. CORTE CONSTITUCIONAL. Sala Plena. Sentencia C-586 de octubre 26 de 2016., op.
cit. “Al preguntarse por la relación existente entre el derecho interno y el Derecho Internacional de los
Derechos Humanos, que incluye el Derecho Interamericano, dentro del conjunto de actividades
desplegadas para la defensa de la Constitución por la Corte Constitucional, es posible identificar
cuatro etapas o períodos que caracterizan los modos de recepción y la utilización de ese derecho en
Colombia.
2.1. El primer período corresponde la de la vigencia de la Constitución de 1886 y va hasta la expedición
de la Carta de 1991. Durante el mismo la Convención Americana y el derecho convencional no
tuvieron ningún valor normativo, ni siquiera como criterio marginal que pudiera ser usado en la
solución de casos concretos, como se evidencia al considerar la jurisprudencia de la Corte Suprema de
Justicia. (…)
2.2. El segundo período corresponde a la vigencia de la Constitución de 1991y la primera década de su
aplicación, que registra la formulación del bloque de constitucionalidad como instrumento de
135
inclusión del derecho convencional y del Derecho Interamericano, propiciado por el establecimiento de
la jurisdicción constitucional y el ejercicio de las funciones de la Corte Constitucional. Durante esta
etapa ocurren tres cosas: La Corte Constitucional comienza a incluir como marco normativo de sus
decisiones el derecho convencional, reseñando los instrumentos que obligan a Colombia por ser Estado
parte o Estado suscriptor; en segundo lugar, introduce la figura el bloque de constitucionalidad,
asignándole elementos dogmáticos y sustantivos; para en tercer lugar, incorporar los tratados y las
reglas provenientes de cortes internacionales y órganos de vigilancia internacional, como “criterios
relevantes” para efectuar el control de constitucionalidad, superando de esta manera las estrecheces
operativas que traía la consideración del derecho convencional, desde las simples leyes aprobatorias
del tratado público.
2.3. La década del dos mil da lugar a la tercera etapa, que concurre además con las condenas proferidas
por la Corte Interamericana en contra de Colombia por paramilitarismo, el crecimiento del derecho
convencional y con la recepción académica del Derecho Procesal Constitucional en el país. Las
condenas contra Colombia, las construcciones dogmáticas sobre los derechos de las víctimas, la
construcción del derecho a la reparación integral y la primera aplicación de la justicia transicional en la
negociación con los paramilitares desarrollada con base en la Ley 975 de 2005, evidenciaron la
necesidad de tomarse en serio el derecho convencional y el Derecho Interamericano, de modo tal, que
la jurisprudencia de la Corte Interamericana comenzó a ser utilizada como recurso argumental
recurrente de los fallos de la Corte Constitucional, de la Sala Penal de la Corte Suprema de Justicia y de
la Sección Tercera del Consejo de Estado. (…)
2.4. La cuarta etapa y actual puede ser caracterizada como de integración, en el sentido que en el
cumplimiento de sus funciones, la Corte Constitucional usa intensamente el derecho convencional y la
jurisprudencia interamericana. Para el efecto basta referir casos emblemáticos como la Sentencia C-936
de 2010 que declaró la inexequibilidad de la Ley 1312 de 2009 por la que pretendía otorgar el principio
de oportunidad a los paramilitares; la Sentencia C-771 de 2011, que en decisión dividida declaró la
constitucionalidad de algunos apartes de la Ley 1424 de 2010 que contiene beneficios judiciales de alta
intensidad para los desmovilizados; las sentencias C-715 de 2012, C-099 de 2013 y C-795 de 2014, entre
otras, relacionadas con la constitucionalidad de enunciados contenidos en la Ley 1448 de 2011, llamada
Ley de víctimas la Sentencia C-579 de 2013, que declaró la constitucionalidad del Acto Legislativo 1 de
2012, que contiene el “marco jurídico para la paz”; la Sentencia C-577 de 2014, que reiteró la
declaratoria de constitucionalidad del Acto Legislativo 1 de 2012, precisando sus reglas de aplicación;
la Sentencia C-458 de 2015, sobre los derechos de las personas en condición de discapacidad; o la
Sentencia C-297 de 2016, que examinó la constitucionalidad del artículo 2 de la Ley 1761 de 2015 “Por
la cual se crea el tipo penal de feminicidio como delito autónomo y se dictan otras disposiciones”.
En esos casos se advirtió que la jurisprudencia interamericana y el derecho convencional eran un
“criterio relevante” para hacer control de constitucionalidad, precisando además en algunos de ellos,
que “no constituyen referentes autónomos de control de constitucionalidad, de manera que la Corte
Constitucional no es juez de convencionalidad”; lo que no es cierto, pues lo que esos fallos y muchos
otros evidencian, es que la Corte Constitucional sí es juez de convencionalidad, que aplica el derecho
convencional, así diga que no lo hace y que por lo mismo, ejerce control de convencionalidad desde
hace tiempo.”
136
Ello se refleja también en Sentencia C-469 de 2016245, de la cual se cuestiona no
solo la constitucionalidad del peligro para la comunidad, como criterio para la prisión
de la CADH.
legislativa “no solo para penalizar conductas, sino también para elaborar modelos de
procesamiento acordes con la política criminal que pretenda promover, con los momentos y
requerimientos de tipo histórico y político y las razones de conveniencia pública que crea
facultad que, en todo caso, como se ha visto, encuentra sus límites en los principios
atinente a la probable vinculación con organización criminal del numeral 1º del art.
310 de la Ley 906 de 2004) con el contenido de la CADH, lo que de suyo implicaba el
ejercicio del control de convencionalidad difuso por cuenta del más alto tribunal en
245COLOMBIA. CORTE CONSTITUCIONAL. Sala Plena. Sentencia C-469 de 31 de agosto de 2016., op.
cit.
246 Ibídem.
137
procurarse interpretaciones conciliadoras y armónicas entre sus textos, que tiendan a ampliar
el ámbito de protección de los derechos y a mantener la idea de unidad que subyace a ese
estándar normativo.”
i) el derecho que se integra por ese camino deberá hacerlo en la plenitud en que lo
aplicado en ese caso, determinaba la inexequibilidad de las normas que regulan dicho
fin, al resultar contrarias a la CADH, tal como las reglas sobre la interpretación de los
derechos contiene el Pacto de San José, según las que “[n]inguna disposición de la
presente Convención puede ser interpretada en el sentido de: a) permitir a alguno de los
Estados Partes, grupo o persona, suprimir el goce y ejercicio de los derechos y libertades
138
reconocidos en la Convención o limitarlos en mayor medida que la prevista en ella” (Art. 29
CADH).
implica por parte de los Estados el ejercicio de las acciones necesarias que garanticen
deberes de contención, como evitar promulgar normas que impidan su libre ejercicio,
De ahí que las restricciones impuestas al derecho a la libertad por vía legal, al
ámbito que se pretende contener, cual es la ampliación de criterios que habiliten una
BALANCE
• Desde el punto de vista legal la detención preventiva en el ordenamiento
los Art. 2, 295, 296 y 307 a 313 del CPP. Estas normas han sido susceptibles de
139
como los de proporcionalidad, razonabilidad, gradualidad o
excepcionalidad249.
interno.
• A pesar que dicho fin de la detención preventiva fue sometido a examen ante
140
desarrollo por vía de la jurisprudencia de la Corte IDH, se hizo sin dar
V. CONCLUSIONES
Aun cuando el efecto de la vinculación al bloque de constitucionalidad en
sentido estricto se haga más nítido en ausencia de normas que se ocupen de regular
141
arbitraria de la libertad, que, conforme al desarrollo elaborado en el primer capítulo,
No podría ser de otra forma si esa dimensión del derecho a la libertad hunde
principio de legalidad.
Sin embargo, esa es una perspectiva que no ha sido abordada por la Corte
Constitucional. Así lo ratifica la Sentencia C-469 de 2016, cuando parte del estudio de
acción de la justicia.
142
Esos pronunciamientos destacan dos aspectos importantes. Por una parte, que
esa legalidad deberá estar acorde con los lineamientos que la CADH y su intérprete
protección, promoción y respeto de los derechos humanos por los Estados Parte, lo
cual evidencia que una decisión que afecte esa prerrogativa puede ser legal desde la
amerite.
del CPP), consagra un fin adicional para legitimar la medida privativa de la libertad,
no sólo por la contradicción con los lineamientos fijados por la Corte IDH o la CIDH,
sino por cuanto entraña el desconocimiento de los estándares allí fijados en punto a la
jerarquía que puedan considerarse contradictorias (Art. 250.1) debe ser zanjada desde
principio pro homine, garantiza para el caso concreto la escogencia del estándar más
143
acompañará a la persona hasta que se profiera sentencia condenatoria y se encuentre
injusticia250 y de arbitrariedad.
tránsito a cosa juzgada constitucional. Aun así, puede encontrarse un vacío y es que,
propuesta en construcción.
250 BINGHAM, Tom. El Estado de Derecho. Ciudad de México: Tirant lo Blanch. 2018. p. 139
144
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Decretos-leyes 2790 de 1990, 2271 de 1991, 2376 de 1991, Ley 65 de 1993, Ley 333 de
1996 y Ley 282 de 1996 y se dictan otras disposiciones. Santa Fe de Bogotá, D.C.:
164
COLOMBIA. CONGRESO DE LA REPÚBLICA. Ley 599 (24 de julio de 2000). Por la
cual se expide el Código Penal. Santa Fe de Bogotá, D.C.: Diario Oficial No. 44.097 de
cual se modifica y adiciona el Código Penal. Santa Fe de Bogotá, D.C.: Diario Oficial
165
COLOMBIA. CONGRESO DE LA REPÚBLICA. Ley 1142 (28 de junio de 2007). Por
medio de la cual se reforman parcialmente las Leyes 906 de 2004, 599 de 2000 y 600 de
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otras disposiciones en materia de seguridad. Santa Fe de Bogotá, D.C.: Diario Oficial
gestión pública. Santa Fe de Bogotá, D.C.: Diario Oficial No. 48.128 de 12 de julio de
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2012. Por medio del cual se establecen instrumentos jurídicos de justicia transicional
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2018.
Colombia, 1991.
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