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Guillermo González Quintana, S.J.

EL MISTERIO DE LA_IGLESIA_
y SU REVELACION __

Este artículo quiere sugerir algunos Ahora bien, este camino único y salva-
puntos de reflexión sobre el misterio de dor es Cristo, a quien solo podemos en-
la Iglesia y la revelación bíblica de él, que contrar en su verdad y en su vida plena en
tal vez puedan interesarnos hoy. La am- la Iglesia, tal como El la instituyó, con
plitud de la materia y la naturaleza de es- caracteres y estructuras interiores y exte-
tas líneas señalan los límites y el modo de riores propias.
estas sugerencias.
La sinceridad con que emprendamos
1 LA MIRADA DE LA FE NECESARIA nuestro camino hacia Dios, la verdad de
PARA SABER LO QUE ES LA IGLESIA nuestra entrega a Cristo, la seriedad de
nuestra vida espiritual, implican la acepta-
ción consciente y libre de nuestro vivir en
Quien vive en la Iglesia y de la vida de la Iglesia y de la vida de la Iglesia. Esta
la Iglesia ha de tener por necesidad una vi- verdad liminar la recuerda así el Concilio
sión lo más exacta e íntima posible de lo Vaticano 11: "El Sagrado Concilio . . .
que Ella es en realidad. Así, no basta una apoyándose en la Sagrada Escritura y en
mirada exterior como puede ser propia de la Tradición, enseña que esta Iglesia pere-
un historiador o de un sociólogo, sino que grina, es necesaria para la salvación. Pues
ha de contemplarse a la única luz que sólamente Cristo es el Mediador y el cami-
ilumina su misterio: la luz de la fe. no de salvación, presente a nosotros en su
Cuerpo, que es la Iglesia ... por lo cual
La fe ilumina nuestra ruta hacia Dios. no podrían salvarse, quienes no ignorando
Es un camino indicado por El, y trazado que Dios fundó por medio de Jesucristo
con amor y sabiduría. El hombre no pue- la Iglesia católica como necesaria, con to-
de trazarse otro, porque es el único, y do, no quisieran entrar o perseverar en
fuera de él se pierde. ella" (1 l.
" Doctor en Teología, Weston College; Profesor de Eclesiología en la Facultad de TeOlogía, Uni-
versidad Javeriana, Bogotá.

(1) Lumen Gentlum 14,1.

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Así, pues, por voluntad de Dios, la ge el torrente fresco de su vida religiosa,
Iglesia es un elemento esencial de su plan pues lo pone en contacto directo e inme·
salvífica y ocupa lugar preeminente en la diato, como miembro vivo de su cuerpo,
historia de salvación. Más aún: esta histo- con Cristo que es la fuente.
ria de salvación se va desarrollando en
Ella y por Ella, pues es el sacramento uni- La Iglesia no es para el católico el ele-
versal del designio salvador de Dios. mento estabilizador de su propia y diná-
mica inspiración interior, sino que Ella
Se necesita, pues, conocer este papel origina en él, trasmite y sustenta la vida
primoridal de la Iglesia. No se trata de de Cristo, como también la regula en su
opiniones teológicas o de problemas hipo- aspecto externo de acuerdo con esta mis-
téticos o fronterizos, sino de iluminar con ma vida y sus exigencias. Esto es un ele-
la fe el camino que ha puesto Dios para mento específico de la vida religiosa cató-
que lleguemos a la intimidad de su amor. lica.
y esto es hoy más que nunca de una im-
portancia vital para el cristiano, en un Toda forma de cristianismo verdade-
mundo complejo y ante el cual se abre ro implica necesariamente el excluír la
uné! gama inmensa de interrogantes y un - posible unión con Dios si no se hace por
son ido confuso de voces que pueden ha- medio de Cristo, Unico Mediador, Pero el
cerlo perder su verdadera identidad de catolicismo señala que el medio vital de
católico, el sentido de su vida y el camino esta inserción real con Cristo es la Iglesia,
hacia Dios. Por eso nunca como hoyes en la que Cristo vive y actúa por medio de
necesario mirar el verdadero rostro de la su EspCritu, según la enseñanza del Nuevo
Iglesia con los ojos iluminados por la fe. Testamento y en particular de San Pablo.

2. LA IDENTIDAD ECLESIAL DEL No es, pues, posible según 'Ia verdad ca-
CATOLlCO -tólica, una existencia cristiana, que no sea
una existencia eclesial. Y esto lo iremos
La vida religiosa del fiel católico está viendo mejor a través de la explicación que
insertada profundamente en su vida ecle- haremos enseguida en la que muy imper-
sial. Esto es un distintivo característico fectamente se va vislumbrando el misterio
del catolicismo, pues la pertinencia a la de la Iglesia y su revelación.
Iglesia tiene, como vimos antes, una im-
portancia salvífica capital. 3. LA INCORPORACION A CRISTO SE
HACE VITALMENTE EN LA IGLESIA
Toda vida religiosa puede hacer nacer
una comunidad, dada la naturaleza social Ante todo es el medio vital en el que
del hombre y de la misma vida religiosa. nos ponemos en contacto personal con
Pero en el catolicismo la comunidad o la revelación de Dios en Cristo de una ma-
Iglesia, ocupa en su relación con Cristo y nera inmediata y en toda su pureza y con
con Dios un lugar no solo materialmente el dinamismo del Espíritu (2).
más amplio, sino que entra vitalmente en
esta misma relación. No solo externo sino Solamente por la Iglesia, en su Tradi-
interior a su vida religiosa. No es un mar- ción divino-apostólica, conocemos cuál es
co externo, ni una organización que cana- la Palabra de Dios y podemos interpretar-
lizaría su fuerza viva, sino que está en el la, profundizarla y aplicarla a la vida de
origen y le es interior. De la Iglesia emer una manera correcta (3). Esta verdad ca-

(2) Cfr. Dei Verbum. nn. 7-10; 12; 21; 23; 24; 25.

(3) Cfr. Del Verbum. nn. 8,3; 12.

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tólica la había expresado S. Agustín en no nos garantizara que los evangelistas
célebre frase: "Ego evangelia non crede- fueron guiados y sostenidos por una ins-
rem, nisi Ecclesiae catholicae conmoveret piración divina, para no ser inferiores a su
auctoritas" (4). misión (6), quedaríamos condenados a
fundar nuestro conocimiento de Cristo,
El más refinado análisis literario, con revelación plena del Padre, sólo en ~n eco
los métodos más científicos, nos podrá que hubiera tenido en la conciencia de
dar importantes conocimientos sobre el los evangelistas. Aunque este eco fuera
escrito bíblico y sus autores, pero sola- admirable, sinembargo no nos proporcio-
mente en la Iglesia tengo la garantía del naría ese contacto inmediato, personal e
Espíritu Santo de que estos escritos son infalsificable con Cristo y que requiere la
Palabra de Dios dirigida a mí. Y sólo en fe cristiana, sobrenatural sí, pero también
esta misma Iglesia podré penetrar, en mi digna del hombre racional y libre.
propia medida, en el misterio de Cristo
del que esta Palabra bíblica está llena, y Esto mismo lo expresan algunos ob-
que interpela mi fe. servando que Cristo no dejó un libro es·
crito p'or El mismo que contuviera la re-
"Los autores sagrados, escribieron los velación de su misterio, sino que dejó a la
cuatro evangelios escogiendo algunas co- comunidad, presidida por los Doce, el
sas de las muchas que ya se trasmitían de continuar su misma misión: "Como me
palabra o por escrito, sintetizando otras, envió mi Padre así os envío a vosotros"
o explicándolas atendiendo a la condición (7).
de las Iglesias; reteniendo en fin la forma
de proclamación, de manera que siempre Por otra parte, los evangelios no son
nos comunicaban la verdad sincera acerca anteriores a la Iglesia. Ellos aparecieron
de Jesús" (5). en su mismo seno, y son la expresión de
su fe y del kerigma y catequesis apostóli-
Ahora bien, si prescindiéramos de la cas (8). Constituyen la expresión inspira-
Iglesia, cuya misión continuadora de la de da por el Espíritu Santo en el seno de la
Cristo, es trasmitirnos o ponernos en con- Iglesia acerca del misterio de Cristo, y
tacto con la verdad vital que Dios nos destinado a toda lahumanidad. Son, pues,
quiere comunicar, con la garantía de la la enseñanza de la Iglesia sobre Cristo, pe-
asistencia del Espíritu Santo, podría pen- ro de un valor privilegiado y único (9).
sarse que acaso los hechos y palabras que
traen los evangelios pudieran ser material- Así tenemos, pues, que en nuestro
mente exactos, pero que su significación contacto directo con la revelación divina,
fuera errónea a causa de omisiones o de la Iglesia está presente y actuante. Este es
perspectivas de los discípulos sinceros uno de los grandes servicios de la Iglesia,
pero ininteligentes. Así, pues, si la Iglesia yeso la califica S. Pablo como "La Iglesia

(4) Contr. ap. Manlch. C. 5.


(5) Dai Varbum. n. 19.

(6) Ibid. Cfr. n. 11

(7) Mt. 2S, 1S-20; Jn.20,21; Cfr. Lumen Gentium. nn. 20,3;21,1.

(S) Cfr. Del Varbum. n1S,

(9) Cfr. Ibid.

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del Dios vivo, columna y fundamento de de enemigo en amigo, para ser heredero
la verdad" (10). según la esperanza de la vida eterna" (13).
La fe, pues, se expansiona por su misma
Este servicio lo cumple de diversas naturaleza en vida cristiana, en moral
maneras según el tipo y las circunstancias cristiana. El Concilio Vaticano II al hablar
históricas: ya sea comunicado de manera del oficio de los Obispos de enseñar nos
definitiva, con la salvación del Espíritu dice que ellos "son los maestros auténti-
Santo, un aspecto de la verdad salvadora; cos, es decir, dotados de la autoridad de
o guiando en forma ordinaria en esta ver- Cristo, que predican al pueblo que les ha
dad; ya apartando a los fieles de un error sido encomendado, la fe que ha de creer-
que amenaza la verdad práctica de la reve- se y ha de aplicarse a la vida (14). La se-
lación divina. El mismo Espíritu que asis- paración radical entre fe y praxis moral,
te a los pastores encargados de la Iglesia no su distinción, es ajena a la enseñanza
de este misterio o servicio, ilumina inte- católica. La fe no solo enriquece el enten-
riormente a todos los fieles de la Iglesia dimiento con la verdad de Dios, sino que
en el mismo sentido, de tal manera que es la raiz de la nueva vida divina que la
así se produce ese sentir unánime de la gracia hace penetrar en lo íntimo del ser
fe vivida y para la vida en toda la Igle- del hombre. La fe fructifica en las obras.
sia (11). Claro que el hombre puede interrumpir
su dinamismo de transformación; pero
En el seno de la Iglesia y por su acción entonces la fe permanece como un re-
se produce ese encuentro histórico con- sorte al que se mantiene comprimido pero
creto para cada cristiano con la verdad de que por su propia naturaleza tiende a ex-
Dios, que hace posible su entrega total y pansionarse. No seda una fe plena y per-
libre por medio de la fe. fecta (15).

4. EN LA IGLESIA SE EFECTUA Ahora bien, cuáles deben ser estos fru-


NUESTRA TRANSFORMACION EN tos de la fe, nos lo indica la Iglesiasiguien-
CRISTO do la enseñanza b (blica, aplicándola a las
diferentes circunstancias históricas en que
Según la enseñanza del Concilio Tren- encuentra el cristiano, y proporcionando
to "la fe es el principio de la humana sal- además el medio nutricio en que pueden
vación, y la raiz de toda justificación" desarrollarse y llegar a su plena madurez.
(12). Es el principio en la vida del hom- Por eso la Iglesia dirige esta fe viva y ac-
bre de una transformación profunda, que tuante, que transforma y une a Cristo y
el mismo Concilio llama justificación que que llamamos la moral cristiana. Esta mo-
no es sólo remisión de los pecados, sino ral hay que entenderla en toda su riqueza,
también santificación y renovación del no solo la que señala un "minimum" a la
hombre interior, por la voluntaria recep- fe y al amor, debajo del"cual no se puede
ción de la gracia y los dones, de donde el descender sin caer en el mundo del peca-
hombre se convierte de injusto en justo, y ID> que rompe con el amor y la salvación
(10) 1 Tlm.3,15;Cfr. Dlgnitatls Humanae. n. 14,3.

(11) Cfr. Lumen Gentium. n. 12,1.

(12) Denzinger E. El Magisterio de la Iglesia. Cfr. n. 801.

(13) Ibid. Cfr. No. 799.

(14) Lumen Gentium. No. 25.

(15) Denz. nn. 808 V 838.

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traída por Cristo, sino que dinamiza hasta en la vuelta del hijo pródigo a su Padre:
la perfección de la santidad, según la me- "Recibid el Esprritu Santo. A quienes
dida de la gracia. perdoneis los pecados les quedan perdo-
nados; a quienes se los retengáis les que-
Esta dirección de la Iglesia, regida a su dan retenidos" (18). De manera análoga,
vez por el Espíritu Santo, es necesaria en la gracia de Cristo, que comunica el Espí-
todo este proceso de transformación inte- ritu, fluye abundante en 105 demás sacra-
rior, para nutrir y guiar al cristiano, y mentos que tienen su culmen en la Euca-
como principio auténtico de discernimien- ristía, y en los cuales la Iglesia muestra su
to espiritual, que señala el camino y la naturaleza de sacramento universal de sal-
meta y libra de descarríos. La historia de vación, en la que Cristo continúa su mi-
la Iglesia muestra que los devíos de la mo- sión salvífica, de reconciliación y unión
ral y del progreso verdadero espiritual ha- con Dios y con los demás hombres, y así
cia Cristo, no son siempre originados en la comprendemos "que la restauración pro-
frialdad o tibieza, sino en el apartarse de metida que esperamos, ya comenzó en
la verdadera fe, y de la vida espiritual que Cristo, y es impulsada por la misión del
de ella fluye y que señala la Iglesia. Esta Espíritu Santo, y por El continúa en la
vida espiritual es rica y variada, pero po- Iglesia, en la cual por la fe somos instruí-
see sinembargo rasgos esenciales, claros y dos también acerca del sentido de nuestra
firmes. vida temporal, en tanto que con la espe-
ranza de los bienes futuros llevamos a ca-
La vida de la fe, que se concreta en la bo la obra que el Padre nos ha confiado
moral cristiana, no es dirigida por ella co- en el mundo y labramos nuestra salva-
mo algo exterior, sino que expresa su di- ción" (19).
namismo interno y las leyes propias de es-
ta vida, que es en realidad una participa- Claro está que la Iglesia no es el origen
ción de la vida misma de Dios, que se nos de la gracia ni de los sacramentos, sino
ha comunicado como puro don gratuito que los recibe de Cristo y los conserva in-
por el Hijo Unico del Padre. El evangelis- tactos en su esencia según el modo queri-
ta S. Juan nos dice: "A todos los que la do por El. De la misma manera que Ella
recibieron (la luz que es Cristo) les dió no es la fuente de la Revelación, sino que
poder de hacerse hijos de Dios a los que la recibe y la conserva sin alteración, así
creen en su nombre" (16). Ella recibe y transmite la gracia de Cristo
por la acción del Espíritu en los sacra-
El bautismo que nos da la Iglesia y nos mentos. En una palabra, la Iglesia es el
incorpora a Ella como sus miembros vivos, medio en 'el que tomamos inmediato con-
nos comunica esta gracia de filiación. Si tacto con Cristo que es la fuente de la
por desgracia el cristiano por el pecado la Verdad y de la gracia.
pierde, la encuentra en la Iglesia por el sa-
cramento de la penitencia o reconcilia- En todo sacramento hay un ministro
ción "por el que se aplica a los ca idos des- que lo es de Cristo y de su Iglesia. No hay
pués del bautismo el beneficio de la muer- verdadero ministro de Cristo que no sea
te de Cristo" (17). En este sacramento la de la Iglesia. Toda administración válida
Iglesia está presente y toma parte activa de un sacramento supone la intención de
(16) Jn.1.12.

(17) Cfr. Dansinguar. n 894.

(18) Jn. 20,23; Cfr. Luman Gantlum. n. 11,2.

(19) Luman Gantlum. n.48,2.

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hacer lo que hace la Iglesia (20), que es la 5. LA IGLESIA EJERCE SU ACCION
dispensadora por voluntad de Cristo de la COMO SOCIEDAD HISTORICA y
gracia que confiere el Espíritu en cada VISIBLE
uno de ellos. . ............... .
Dada la naturaleza visible e histórica
Así, pues, dado el lugar que ocupan los del hombre, la Iglesia ejerce su actividad
sacramentos en la economía cristiana de inmanente a nuestra vida religiosa, encar-
salvación, se comprende muy bien la pro- nada en una sociedad visible, histórica,
fundidad e inmanencia de la Iglesia en la concreta, en lo que se asemeja a Cristo su
vida del católico. Como se ve, esta inma- Señor y fundador y que actúa en Ella,
nencia no es transitoria sino durable. No
es una simple necesidad pedagógica, pues El Concilio Vaticano 11 reitera esta en-
la Iglesia interviene activamente en en- señanza con especial vigor: "Cristo Me-
gendrar al hombre como cristiano y en la diador Unico, estableció su Iglesia Santa,
contfnua conservación y desarrollo de su comunidad de fe, de esperanza y de cari-
vida en Cristo. La edad de la madurez dad en este mundo como una trabazón
cristiana o el "adulto cristiano" n.o se visible, y la mantiene costantemente, y
puede entender como una emancipación por la cual comunica a todos la Verdad y
de los vínculos con la Madre Iglesia, sino la Gracia. Así, pues, la sociedad dotada de
por el contrario, en el aceptar cada vez órganos jerárquicos y el Cuerpo místico
con más conciencia, responsabilidad y li- de Cristo, la reunión visible y la comuni-
bertad esta actividad maternal. dad espiritual, la Iglesia terrestre y la Igle-
sia dotada de bienes celestiales, no han de
La maternidad de la Iglesia no es como considerarse como dos cosas, sino que
la de una madre terrena, cuyos hijos solo forman una única realidad compleja,
tienen necesidad de ella durante cierto constituída por un elemento humano y
tiempo. Es de un orden superior y espi- otro divino. Por no pequeña analogía, se
ritual. No es una madre de la que se va asemeja al misterio del Verbo encarnado.
desligando el cristiano a medida que avan- Pues como la naturaleza sirve al Verbo di-
za sino que en ella y por ella el hijo de vino como órgano vivo de salvación a El
Dios se une cada vez más a Cristo. Nadie, indisolublemente unido, de forma seme-
por "adulto" que se estime, puede enor- jante la unión social de la Iglesia sirve al
gullecerse de recibir la Verdad y la Vida Espíritu de Cristo, que la vivifica para el
de Dios sino como miembro vivo de ese incremento del Cuerpo" (Ef. 4,16) (21).
Pueblo de Dios.
La Iglesia es, pues, esencialmente una
No la instituyó Cristo sólo para los sociedad visible, y no solamente porque
enfermizos y débiles espiritualmente que está compuesta de hombres, cuya natura-
no pueden marchar sólos. Ella es según leza comporta un elemento visible social,
expresión de San Pablo el "pleroma" de sino porque estructuralmente, como Igle-
Cristo, es decir, donde se ejerce la plenitud sia, es sociedad visible e histórica para
de la acción salv ífica de Cristo muerto y re- ejercer su acción, dirigida por el Espíritu
sucitado en toda la dimensión de la histo- en este mundo visible e histórico.
ria humana. En ella actúa su acción re-
dentora y unitiva con Dios Padre en el Como sociedad concreta tiene sus Ií-
Espíritu Santo. jTlites reconocibles y la pertenencia a

(20) Cfr. Denzlnger. n. 854.

(21) Lumen Gentlum. no. 8,1.

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Ella en la forma plena y ordinaria no es confesamos una, santa, católica y apostó-
un hecho puramente interior sino que se lica, la que Nuestro Señor entregó des-
verifica por la recepción del bautismo pués de su resurrección a Pedro para que
conferido por un ministro de la Iglesia. la apacentara (Jn. 21,17) confiándole a él
Sin duda que ello resulta de una elección y a los demás apóstoles su difusión y go-
divina. Pero esta vocación y recepción por bierno (Mt. 28,18 etc), y la erigiÓ para
Dios, se verifica en su forma ordinaria por siempre como columna y fundamento de
un acto de la Iglesia como tal: la adminis· la verdad (Cfr. 1 Tim. 3,15). Esta Iglesia
tración del bautismo, lo mismo que en los constitu ída y ordenada en este mundo
demás sacramentos en que se comunica como una sociedad se realiza en la Iglesia
con abundancia la gracia redentora de católica, gobernada por el sucesor de Pe-
Cristo. dro, y por los Obispos en comunión con
él" (24).
Por esto "a la sociedad de la Iglesia se
incorporan plenamente los que poseyen- No es, pues, ella una organización en-
do el Espíritu de Cristo, reciben íntegra- tre otras varias que se pudieran elegir,
mente sus disposiciones y todos los me- sino que es "Ia única Iglesia de Cristo", y
dios de salvación depositados en Ella, y se por su misterio y su acción ocupa un lu-
unen por los vínculos de la profesión de gar insustituíble en la vida del cristiano.
fe de los sacramentos, del régimen ecle-
siástico y de la comunión a su organiza- Pero se debe advertir de nuevo muy
ción visible con Cristo, que la dirige por claramente, que esta mediación de la Igle-
medio del Sumo Pondfice y los Obispos" sia no sólo no sustituye la única e insusti-
(22). tuíble mediación de Cristo, sino que es su
instrumento, que además no hace media-
La Iglesia es visible e histórica en la es- ta la comunicación con Cristo y con
tructura fundamental dada por Cristo y Dios en el Espíritu, sino que ella precisa-
aparece también como tal en los diversos mente la hace inmediata y personal. El
"ministerios" o "servicios" tanto Jerár- Espíritu Santo por medio de las acciones
quicos como laicales. Los diversos caris- visibles eclesiales pone al fiel en inmedia-
mas que el Espíritu concede libremente a to contacto con Cristo y con Dios.
los miembros de la Iglesia, sirven para el
bien de la comunidad y se manifiestan vi- La Iglesia está, pues, constantemente
siblemente en su ejercicio, y son regula- presente en el diálogo de Dios con el al-
dos no sólo por la fe y la caridad común, ma, e interviene activamente como me-
sino por el auténtico y visible Magisterio dio vital para hacerlo inmediato y sin per-
de la Iglesia (23). turbar su intimidad; antes por el contrario,
apoyándolo y nutriéndolo con la verdad y
Es, pues, una Iglesia bien concreta, his- la gracia de Cristo que por ella se comu-
tórica y visible compuesta por determina- nica. A quien no comprenda esto, se le
das personas. Cuál sea esta Iglesia, nos lo escapa el misterio de la Iglesia tal como
dice el Concilio Vaticano 11, fundándose la instituyó Cristo como prolongación
en la Escritura, la tradición divino-apostó- histórica de su contínua acción redentora,
lica y en los hechos históricos: "Esta es la que fusiona en admirable síntesis institu-
única ~glesia de Cristo que en el símbolo ~ción y contínuo acontecimiento salvífico.

(22) Lumen Gentium. n 14,2.

(23) Ibid. nn. 7,3 V 12,2.

(24) Ibid. n.8,2.

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6. LA IGLESIA NO ES UN SIMPLE todas sus actividades, hasta el último ca-
HECHO SOCIOLOGICO SINO UN non de su Código, no puede ser otro que
MISTERIO el de concurrir directa o indirectamente a
este fin" (26).
Por las consideraciones anteriores y las
que luego se harán, se ve con claridad que Pero de esta misión estrictamente reli-
la Iglesia no es un simple hecho sociológi- giosa, nos dice el Concilio "emanan un
co. Ni por su origen, que depende sólo de encargo, una luz, y unas fuerzas que pue-
un libre designio del Padre, que se realiza den servir para establecer y consolidar, se-
históricamente por el Hijo con la acción gún la ley divina, la comunidad humana"
del Espíritu Santo. Ni por su estructura, (27).
que si tiene analogías con una sociedad
compuesta de hombres, no se contiene en Ahora bien, su estricta misión religiosa
sus límites sino que la desborda en cada consiste "en anunciar el reino de Cristo y
uno de sus elementos visibles, que encar- de Dios, de establecerlo entre todas las
nan, y son manifestación de una realidad gentes, y (la Iglesia misma) costituye en la
superior, que en ellos y por ellos obra. Ni tierra el germen y el principio de este rei-
por sus medios de acción, que no son los no". y en su peregrinar histórico "mien-
de la ciudad terrena: "Ia eficacia que pue- tras va creciendo poco a poco, anhela el
de aportar la Iglesia al mundo de hoy con- reino consumado, y desea ardientemente
siste, precisamente, en esa fe y caridad unirse con su Rey en la gloria" (28).
convertidas en fuentes vitales; n.o en nin-
guna especie de poderío exterior, que se La Iglesia está, pues, investida y lleva
haya de ejercitar por medios humanos", adelante una misión histórica perfecta-
nos dice el Concilio Vaticano II (25). Ni mente específica, que es restaurar todas
por su finalidad; "Ia misión propia que las cosas en Cristo; y no solamente las
Cristo confió a su Iglesia no pertenece al restaura en su propio valor, sino que las
orden poi (tico, económico o social: el fin impulsa hacia un fin histórico, cuando
que le asignó es de orden religioso". Esta "con el género humano, también el uni-
doctrina católica expuesta por el Concilio, verso entero, será perfectamente renova-
se hace muy explícita en unas palabras de do en Cristo" (29). En esto consiste la lla-
Pio XII, al quien el mismo Concilio remi- mada misión escatológica de la Iglesia, o
te en la nota a este lugar. Dice en ellas el sea la consumación definitiva de la obra
Papa: " Su Divino fundador Jesucristo no redentora de Cristo.
le ha dado a la Iglesia ningún encargo, ni
fijado ningún fin de orden cultural. El fin No es, pues, la Iglesia una simple reali-
que Cristo le asigna es estrictamente reli- dad humana sociológica, sino una realidad
gioso . . . La Iglesia debe conducir los social histórica que encarna una realidad
hombres a Dios, a fin de que se entreguen de orden sobrenatural. Esto lo expresa el
a El sin reserva ... La Iglesia no puede Concilio Vaticano II llamado a la Iglesia
perder jamás de vista este fin estrictamen- "misterio", o también "sacramento o se-
te religioso, sobrenatural. El sentido de ñal e instrumento de la (ntima unión con

(25) Gaudium at Spas. no. 42,3. Cfr. Jn. 18,33·36.

(26) Ibldan. no. 42,2. Cfr. nota 11.

(27) Ibidan. no. 42,2.

(28) Luman Gantlum. no. 5,2.

(29) Luman Gantlum. no. 48,al.

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Dios y de la unidad de todo el género hu- cardar la analogía que existe entre el mis-
mano" (30). terio de la Iglesia y el de Cristo su funda-
dor. Los judíos contemporáneos de Jesús
Con la palabra misterio no quiere sig- que no creían en El, lo veían, oían sus
nificarse algo irreal o confuso, o comple- palabras, pero según la profunday punzan-
tamente inaccesible. El misterio cristiano te expresión de Jesús tomada de los pro-
es siempre una realidad divina con- fetas: "viendo no vean, y oyendo no en-
cretísima que se nos revela en Cristo y se tiendan" (31), no veían en El sino un
manifiesta en una forma sensible. Asr, el hombre entre los otros hombres, y es-
misterio esencial y plenario de Jesucristo, cuchaban sus palabra como simples pala-
Verbo de Dios, que se nos manifiesta en bras humanas, y así por falta de fe, se les
su naturaleza humana asumida por El. escapaba su misterio. En cambio, los
Así, el misterio de la . Iglesia, en la que discípulos por la fe, penetraban en su rea-
Cristo y el Espíritu actúan el designio sal- lidad del Hijo de Dios hecho verdadero
vador de Padre, se manifiesta en una hombre. De la misma manera, los que no
sociedad concreta e hist6rica. Así, los sa- tienen la luz de la fe, pueden ver la Igle-
cramentos, signos sensibles y eficaces de sia, pero no ven más allá de una simple so-
la gracia de Cristo, que se nos dan en la ciedad humana. En realidad no la cono-
Iglesia sacramento universal. cen, y se les escapa su misterio. En cam-
bio los que tienen fe, acceden a su reali-
Por lo tanto, si se quiere hacer ocupar dad de misterio análogo al de Cristo, y
a la Iglesia el lugar que le corresponde en maravillosamente adaptado al hombre
la vida del cristiano, es necesario que en que es también un espíritu encarnado.
ella se reconozca a la luz de la fe su ca-
rácter de misterio. Con frecuencia se con- Quien conoce a Cristo s610 como hom-
sidera a la Iglesia desde un punto de vista bre, no lo conoce. Quien s610 lo conoce
simplemente exterior, y entonces se esca- como Dios, tampoco lo conoce. Es Dios
pa el punto de vista de la fe que se profe- verdadero y hombre verdadero, sin confu-
sa en el "credo", en el que la existencia sión de naturalezas pero indisolublemente
de la Iglesia y su naturaleza son objeto unidas en la Persona del Verbo. Este es su
de nuestra fe. misteriol Lo mismo la Iglesia: quien no ve
en ella sino una realidad sociol6gica, no la
Pero se dirá: puesto que la Iglesia cató- conoce. Quien ve s610 sus dones sobrena-
lica es algo cuya existencia cada uno pue- turales, tampoco la conoce. Ella resulta
de comprobar, c6mo puede ser un miste- de la unión indisoluble y sin confusión de
rio 7 Esta pregunta acusa la falsa idea que estos elementos. Y este es sin duda su
se tiene del misterio cristiano. Y como lo misteriol
anotábamos antes el misterio es una reali-
dad concreta divina, riquísima y profunda, La Iglesia refleja en su misterio, el de
que se conoce por la revelaci6n recibida Aquel que la fundó. De El recibió su pro-
en la fe, y que se manifiesta en una forma funda estructura mistérica que la une a El
sensible que la significa y la pone en con- indisolublemente como la Esposa al Espo-
tacto corl nosotros. so. Ella nació, según la expresión de los
Padres de la Iglesia, del costado de Cristo
Si se busca una comparación que ilus- muerto en la cruz (32), que sel'iala su "co-
tre estas reflexiones, nada mejor que re- mienzo y expansión", y que significa que
(30) Ibldan. no. 1.

(31) Cfr. Le. 8,10.

(32) Cfr. Luman Gantlum. no. 3

251
Ella no tiene con Cristo muerto y resuci- sino en el siglo futUro. Sinembargo está
tado las mismas relaciones que cualquier ya presente en la tierra, formada por la
sociedad humana con su fundador, sino reunión de los hombres, es decir por
relaciones mucho más profundas, contí- miembros de la ciudad terrestre, que son
nuas y vitales. llamados para formar en la historia del gé-
nero humano la familia de los hijos qe
El misterio de la Iglesia nos introduce, Dios ... Esta familia reunida a causa de
pués, en el ámbito del misterio de la en- los bienes celestiales y enriquecida por
carnación y de la obra redentora de Cristo, ellos, ha sido constitu ída y ordenada en
y necesariamente en el misterio trinitario, este mundo como una sociedad por Cristo,
porque toda la Iglesia viene de esas alturas y equipada de medios aptos para una
misteriosas como nos lo recuerda el Con- misión visible y social. .. Esta cOllJpene-
cilio Vaticano II resumiendo la fe cris- tración de la ciudad terrestre y de la ciu-
tiana de todos los tiempos. Por eso al ter- dad celeste, no es perceptible sino por la
minar su exposición de esta doctrina cató- fe; más aún, es un misterio permanente
lica, cita la famosa frase de San Cipriano: para la historia humana, la cual hasta el
"Así se manifiesta toda la Iglesia como día de la plena revelación de la claridad
"una muchedumbre reunida por la unidad de los hijos de Dios, seguirá perturbada
del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo" por el pecado. La Iglesia persiguiendo su
(33). Frase que no hace sino recordar que finalidad salvífica, no sólo otorga al hom-
para ser introducidos en la Santa Iglesia bre la particif,lación de la vida divina, sino
por el bautismo, lo somos en el nombre que refleja de cierto modo su luz sobre
del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. todo el universo, especialmente porque
sana y eleva la dignidad de la persona hu-
mana, afianza la consistencia de la socie-
7. LA REVELACION DEL MISTERIO dad, e impregna la actividad cotidiana del
DE LA IGLESIA hombre de un sentido y significado más
profundo" (34).
La Iglesia, como acabamos de ver, es
una realidad sobrenatural que se encarna De lo que antecede se ve el desenfoque
en un cuerpo social concreto en el que ac- del simple historicismo y sociologismo
túa Cristo y su Espíritu. De aquí que para eclesiológico, a las que se escapa el verda-
conocerla en su verdad se necesita la reve- dero ser y actividad de la Iglesia. Por eso
lación y la fe. No basta la ciencia histórica el verdadero teólogo acude necesariamen-
o sociológica, aunque ellas rectamente te a la divina Revelación fuente primaria
usadas pueden ayudar, dado que la Iglesia de un conocimiento cierto y profundo de
asume todo lo humano parél valorarlo; pu- la Iglesia. Revelación que se nos comuni-
rificarlo y darle su sentido profundo, su ca por la Sagrada Escritura y la Tradi-
perfección y su proyección trascendente. ción divino-apostólica: "Va que la Sagra-
da Escritura es la Palabra de Dios en
El Concilio Vaticano II expresa esta cuanto que se consigna por escrito bajo
verdad con claridad:! "La Iglesia que pro- la inspiración del Espíritu Santo, y la Sa-
cede del amor del Padre Eterno, ha sido grada Tradición trasmite integramente a
fundada en el tiempo por Jesucristo re- los sucesores de los Apóstoles la Palabra
dentor, y congregada en el Espíritu San- de Dios, a ellos confiada por Cristo Señor
to, tiene una finalidad salvífica y escato- y por el Espíritu Santo'l para que a la luz
lógica, que no se puede lograr plenamente del Espíritu de la Verdad, con su predica-
(33) Ibldem. no. 4,2.

(34) Gaudlum et Spes. no. 40,2 y 3.

252
ción fielmente la guarden, la expongan y 8. LA IGLESIA "PUEBLO DE DIOS",
difundan; de donde se sigue que la Iglesia "NUEVO ISRAEL"
no deriva solamente de la Sagrada Escri-
tura su certeza acerca de todas las verda- Al comenzar el Concilio Vaticano 11 a
des reveladas. Por eso se han de recibir tratar sobre la expresión bíblica "pueblo
ambas (la Sagrada Escritura y la Tradi- d~ Dios", trae una enseñanza católica im-
ción) con un mismo espíritu de piedad" portante. Nos dice: "Quiso el Señor santi-
(35). ficar y salvar a los hombres no individual-
mente y aislados entre sí, sino constituir-
Acude también el teólogo subsidiaria- los en un pueblo que lo conociera en la
mente, para el aspecto visible de la Igle- verdad y le sirviera santamente" (37). Es-
sia, a la analogía con las otras sociedades to quiere decir, que el designio salvffico
humanas, pero teniendo presente que es de Dios se realiza de una manera social,
una simple analogía, es decir, que lo que no en el individuo como tal, sine en el in-
se dice en las ciencias históricas y sociales dividuo como miembro de un pueblo,
de otras sociedades, solo se aplica en un Asf que el individuo para participar de es-
aspecto a la Iglesia, y que aun en ese as- te designio salvador en Cristo, tiene que
pecto hay una diversidad y una diferen- pertenecer o relaeionarse con este pueblo,
cia insalvable, dada su estructura mis- que es el pártador de la salvación.
térica.
La Iglesia es, pues, un pueblo, pero
"un pueblo de Dios", es decir, reunido
La riqueza del misterio de la Iglesia por la libre voluntad de Dios, no por la
viene expresado en la Revelación en múl- simple voluntad humana, como otros pue-
tiples formas, de las cuales ninguna ago- blos. Por eso el hombre es llamado por
ta su contenido, pero señalan uno de los Dios a la Iglesia. y recibido en ella.
aspectos, por lo cual siempre hay que
tenerlas todas presentes aunque se hable En esto se ve que la palabra pueblo no
de uno sólo aspecto. se aplica a la Iglesia sino de una manera
análoga, pues es un pueblo especial, cuya
constitución y reunión viene de lo alto,
En el Nuevo Testamento se encuentran como el mismo Cristo (38).
unas ochenta expresiones para hablar de
la Iglesia. El Concilio Vaticano ante tanta Dada la significación que se da hoy dfa
riqueza, no quiso recordarlas todas, pero a la palabra pueblo en el lenguaje ordina-
agrupó muchas de ellas en torno a cuatro rio, debem6s anotar que al aplicarlo a la
temas: la vida pastoril, la vida agrícola, la Iglesia no se quiere significar una parte de
construcción y la vida de familia (36). la sociedad contrapuesta a· una aristocra-
Sinembargo destacó algunas de ellas por cia o a los estamentos de gobierno, sino
su importancia pregnante con relación a que incluye a todos los miembros de la
la Iglesia, v.g. "pueblo de Dios" "reino de Iglesia, sea cualquiera la función que en
Dios", "Cuerpo de Cristo". Dediquemos a Ella desempeña. Todos son "pueblo de
ellas unas breves reflexiones. Dios", sin ninguna contraposición de tipo

(36) Dei Verbum. no. 9.

(36) Cfr. Lumen Gentium. no. 6.

(37) Lumen Gentium. no. 9,1.

(38) Cfr. Jn. 8,23.

253
poi ítico o sociológico. Claro que en la Ella en primer lugar y de manera prin-
Iglesia hay diversos ministerios y dones cipal vuelve a Dios a las personas a quie-
otorgados por el Espíritu Santo, y que nes incorpora como miembros arrancán-
Ella tiene una estructura fundamental je- dolas del pecado y santificándolas. La
rárquica y laical dada por el mismo Cristo, Iglesia, pueblo de Dios, dice el Concilio,
pero esto no contrapone a los miembros "constitu ído por Cristo, en orden a la co-
de este pueblo, ni los hace pertenecer más muni6n de vida, de caridad y de verdad,
o menos a él, sino que todos participan de es empleado también por -El como instru-
la dignidad de miembros de este pueblo. mento de la redención universal, y es en-
A este respecto enseña el Concilio Vati- viado a todo el mundo con luz del mundo
cano 11: "EI pueblo elegido de Dios es y sal de la tierra" (41).
uno: "un Señor, una fe, un bautismo"
(Ef. 4,5); común la dignidad de los miem-
bros por su regeneración en Cristo, co- Pero en la creación, como hay perso-
mún la gracia de hijos, común la vocación nas, también hay cosas, Y por mediaci6n
a la perfección, una la salvación, una la de las personas, punto de confluencia del
esperanza, y una la indivisa caridad. Ante universo, todas las cosas deben ser devuel-
Cristo y ante la Iglesia no existe, pues, de- tas igualmente a su jerárquica destinaci6n
sigualdad alguna en razón de estirpe o na- primitiva. La Iglesia tiene sus bendiciones
cimiento, condición social o sexo... y si para ellas. Bendice no solo objetos de pie-
es cierto que algunos por voluntad de dad, que ayudan como símbolos para re-
Cristo, han sido constituídos para los tornarnos a Dios, sino todas las cosas de
demás como doctores, dispensadores de que se !:irve el hombre, y que le fueron
los misterios y pastores, sinembargo se da dadas por Dios en la creaci6n, o son fruto
una verdadera igualdad entre todos en lo de su actividad sobre esta misma crea-
referente a la dignidad y a la acción co- ci6n, cooperando así con la maravillosa
mún" (39). acci6n creadora. Bellamente dice el Con-
cilio a este respecto: "Una cosa hay cierta
para los creyentes: que la actividad huma-
a. La Iglesia "pueblo de Dios" en el con- na individual y colectiva, es decir, el con-
junto del plan divino. junto ingente de los esfuerzos realizados
por el hombre a lo largo de los siglos para
La Iglesia se sitúa en la historia de sal- mejorar su condici6n de vida, considera-
vación en el orden del retorno del hombre do en sí mismo, responde a la voluntad
y del universo hacia Dios en Cristo. Es de Dios. El hombre creado a imagen y se-
una de las piezas maestras de esta historia mejanza de Dios, recibió el mandato de
de salvación. someter la tierra y cuanto en ella se con-
tiene, gobernar el mundo en la justicia y
Dios no abandonó su obra de creaci6n, santidad, y reconociendo a Dios como
alejada de El por el pecado, sino que por Creador de todo, relacionarse a s( mismo
medio de Cristo y en el Esprritu Santo la y todo el universo con Dios, de modo que
vuelve de nuevo hacia sr, y el medio his- con el sometimiento de todas las cosas
t6rico concreto y presente a todas las ge- al hombre, sea admirable el nombre de
neraciones para realizar este designio es la Dios en el mundo. Esto vale de los que-
Santa Iglesia (40). haceres más ordinarios. Porque los hom-

(39) Luman Gantlum. no. 32,2.3.

(40) Cfr. Ibldam no. 2.

(41) Ibldam. no. 9,2.

254
bres y mujeres que mientras se ganan con el abiertamente o quienes tratan de ponerlo
trabajo el sustento para sí y sus familias or- al servicio de su orgullo o de su egoísmo.
ganizan su trabajo de modo que resulte Pero donde quiera que una voluntad cu'
provechoso para la sociedad, con razón pable no le pone obstáculos, él difunde la
pueden pensar que con ese mismo trabajo virtud redentora.
desarrollan la obra del Creador, sirven al
bien de sus hermanos y contribuyen de mo- Este "pueblo de Dios" es obra de Cris-
do personal a que se cumplan los designios to, es su redención que marcha en la histo-
de Dios en la historia" (421. ria en forma de "pueblo" guiado por el
Espíritu. Nunca la Iglesia ha sido un
Así, pues, la Iglesia es el punto de en- "getto", como tratan de calificarla los
cuentro, en el cual toda la obra del Crea- que no han comprendido su peregrinar
dor retorna a su origen. Es el sacramento histórico. Siempre movida por el Espíri-
del mundo, la forma de adoración y ben- tu se ha dirigido al mundo, y a pesar de las
dición de todo el universo, que le da su fronteras que se le quieren imponer, sobre
sentido divino a la tierra. La misión de la todo las que pasan por el corazón del
Iglesia es invadir con invasión pacífica to- hombre, sigue su marcha peregrinante ha-
da la tierra para santificarla, y así efectuar cia su meta, encarnando la virtud redenti-
"la consagración del mundo" de que nos va de Cristo.
habla el Concilio (431.
Este pueblo llegará al fin de su peregri-
Ya Santo Tomás de Aquino, de mane- naje, a su tierra prometida. Allí la Iglesia
ra lapidaria, había dicho de la Iglesia que quedará transformada en la Jerusalén ce-
es "reditus creaturae rationalis in Deum", leste (441. Desaparecerá todo aquello que
el volver de la creatura racional a Dios. En era el bagaje necesario en su peregrinación
esto se dice todo, porque por voluntad de histórica. Hoy todavía una parte de la
Dios la creatura racional se inserta al cos- Iglesia es peregrina, mientras que otra
mos. .acompaña ya en su gloria a Cristo resuci-
tado. En el final, todo el pueblo de Dios,
Es necesario, pues, considerar a la Igle- llegará a la consumación bienaventurada.
sia como la depositaria de la fuerza re- Por eso en todas las épocas de su historia,
dentora y purificadora que le comunica este pueblo de Dios, iluminado en lo más
Cristo en el Espíritu, como el "pueblo de íntimo de su ser por la esperanza cristiana,
Dios" en el sentido fuerte y bíblico de es- la fe y el amor, vive en perpetua tensión
ta expresión. De aquí que sea necesario hacia su meta definitiva.
implantarla en todas partes, porque tiene
que comunicar a todos la virtud redentora
de Cristo. En esto arraiga su catolicidad y b. La Iglesia, "pueblo de Dios", objeto de
su dinamismo misionero. preparaciones providenciales

Sin duda, que habiendo hecho Dios al En el desarrollo del plan histórico de
hombre libre, y dándole espacio para ejer- salvación, Dios fué preparando la apari-
citar esta libertad, que puede ser mal usa- ción de la Igle!::ia. Esta preparación se ve-
da, este pueblo de Dios encuentra de he- rifica en la historia por medio del pueblo
cho resistencias. Hay quienes lo rechazan de Israel. Esta enseñanza de la Revelación
(42) Gaudium et Spes. no. 34,1.2.

(43) Lumen Gentlum. no. 35,2.

(44) Cfr. Apoc. Cap. 21 y 22.

255
la declara así el Concilio Vaticano 11: titutiva de este pueblo como pueblo de
Dios "eligi6 como pueblo suyo al pueblo Dios. Esta alianza tiene pues una caracte-
de Israel con quien estableci6 una alianza, rística única: entre Israel y Dios se esta-
y a quien instruy6 gradualmente manifes- blecen lazos peculiares y misteriosos, que
tándose a sí mismo y a sus divinos desig- se proyectan en el futuro. Dios será el ver-
nios a través de la historia, y santificándo dadero Señor de Israel, y los hombres que
lo para Sr. Pero todo esto lo realiz6 como lo gobernarán lo harán en su nombre y
preparaci6n y figura de la nueva alianza con su autoridad. Tal es el sentido de la
perfecta que había de establecer en Cris- teocracia en Israel, que no sería posible
to, y de la más plena revelación que ha- en otros pueblos. La unión de Dios con
bía de hacer por el mismo Verbo de Dios Israel tendrá una intimidad que los profe-
hecho carne. "He aqu í que llega el tiem- tas comparan con los esponsales. Todo es-
po, dice el Señor, y haré una nueva alian- to tiene un carácter religioso, pero el pIa-
za con la casa de Israel y con la casa de no temporal aparece muy de relieve.
Judá. Pondré mi ley en sus entrañas y las
escribiré en sus corazones, y seré Dios pa- La vocación, la promesa y la alianza,
ra ellos, y ellos serán mi pueblo ... Todos van adquiriendo con la predicaci6n de los
desde el pequeño al mayor me conocerán, sucesivos profetas características cada vez
afirma el Señor" (45). Nueva alianza que más espirituales y universales. Anuncia-
estableció Cristo en su sangre (46), convo- ron a un pueblo que repetidamente aban-
cando un pueblo de entre los judíos y los donaba sus lazos de alianza con Dios, que
gentiles que se condensara en unidad, no sólo un "resto" tendría parte en el cum-
según la carne sino en el Espíritu, y cons- plimiento de las promesas, porque el
tituyeran un nuevo pueblo de Dios" (47). cumplimiento de ella, no consistía en una
observancia exterior de la Ley que la ex-
Por eso la Iglesia es llamada, siguiendo presaba, sino que existía una justicia inte-
a San Pablo, el "verdadero Israel de Dios", rior y espiritual, que implicaba una recta
del cual el primero no era sino su prepara- disposición del corazón. En su predica-
ción y figura. Israel antiguo vino a ser ción empiezan a enseñar de cuando en
pueblo de Dios, por un llamamiento, una cuando, que los pecadores de Israel que-
promesa, y una alianza. Su liberación de dan excluídos de la herencia del pueblo,
Egipto es una preparación, y una señal mientras que los justos de otras naciones
de la ampl ia y progresiva liberación futu- pueden ser asociados por la integración al
ra que termina en la Iglesia en su estadio pueblo elegido.
final.
Jeremías, Ezequiel, Zacarías hablan de
La vocación y la promesa la tenemos una nueva alianza que superará la antigua.
en Abraham. Dios lo lIam6 y le prometi6 y de hecho esta nueva y definitiva alianza
que tendría un hijo de Sara, hijo que hu- será históricamente sellada con la sangre
manamente no podía esperar. Este hijo de Cristo en la cruz, se concluirá con el
vendría a ser el padre de un gran pueblo. nuevo pueblo que es la Iglesia, que lleva a
la plenitud de su realización el anuncio
Con Moisés, cumple Dios lo que se profético. En la institución de la Eucaris-
proponía con su llamamiento y promesa tía, actualización perpetua del único sa-
que culmina en una alianza, que es cons- crificio de la cruz, Cristo instaura la nueva
,
(45) Jar.31,31-34.

(46) Cfr. 1 Coro 11,25.

(47) Luman Gantium. no. 9,1.

256
alianza en su sangre diciendo: "Este caliz Cuando la Iglesia sale del Cenáculo, ya
es la Nueva alianza en mi sangre, que va a animada por el Espíritu Santo, y comien-
ser derramada por vosotros" (48). Por za a dar sus primeros pasos en la historia,
eso la eucaristía es algo constitutivo del los Apóstoles anuncian a los judíos que
pueblo de Dios, y se ha llamado con ra- las promesas y preparaciones hechas por
zón el "corazón de la Iglesia". De aqu í la Dios han tenido su cumplimiento. El ver-
importancia y responsabilidad de las suce- dadero Israel ya existe, y sus verdaderos
sivas generaciones cristianas, de reunirse dones le han sido concedidos.
el domingo en torno a la mesa eucarística,
donde se ratifica su credencial de verda- La palabra Iglesia con la que se designa
dero pueblo de Dios, fundado en la Nueva a este nuevo Israel, es una palabra feliz-
Alianza en la sangre de Cristo, "quien fué mente expresiva, porque contiene la idea
entregado por nuestros pecados y fué re- de llamamiento, vocación, y de pueblo
sucitado para nuestra justificación" (49). reunido, y no una simple unión de indi-
Este es uno de los profundos significados vidualidades. Las promesas se realizan
del sacrificio eucarístico, con relación a la pues socialmente, y la "existencia cristia-
Iglesia. na", no es concebible sino en la unidad de
la sociedad eclesial a la que se ingresa. La
Iglesia como tal, es la que adquiere la he-
Los bienes prometidos en esta Alianza rencia de los bienes celestes, y los indivi-
Nueva, no son bJenes temporales, aunque duos sólo en cuanto miembros de ella. Es
ya empezamos a participar de ellos en esta un pueblo organizado para peregrinar en
vida, sino bienes divinos, que el Nuevo la historia, pero destinado a ser una co-
Testamento expresa en diversas formas: munidad celeste en la plenitud del Reino
"herencia incorruptible" (50), "herencia de Dios.
del Reino de Cristo" (51), "herencia de la
vida eterna" (52), "acceso a la Jerusalén
celeste" (53), "comunión de vida con
9. LA IGLESIA Y EL REINO DE DIOS
Dios" (54), etc.
Hay otra expresión en la Escritura que
La Iglesia es pues la plenitud de Israel, se relaciona íntimamente con el misterio
pero una plenitud desbordante que la ha- de la Iglesia y revela aspectos importantes
ce un nuevo pueblo, llevando a su perfec- de su naturaleza y misión. Esta expresión
ción, pero en un nuevo plano original y es: "Reino de Dios", o "Reino de los cie-
superior, los elementos constitutivos del los", en la que la palabra "cielos" sustitu-
pueblo de Israel, tales como "elección", ye a la palabra Dios, según la costumbre
"promesa", "alianza", y enriqueciéndose de los judíos de no usar el nombre de
con nuevos elementos propios de este Dios, sino un equivalente, para mostrar su
nuevo Israel de Dios. reverencia y adoración hacia Dios.

(48) Le. 22,20;

(49) Rom. 4,25.

(50) 1 Pedro 2,4.

(51 ) Ef.5,6.

(52) Tit.3,7.

(53) Cfr. Hebr. 12,22.

(54) Cfr. 1 Coro 1,9;1 Jn. 1,3.

257
El entender la realidad que se revela en Juan fué preso marchó Jesús a Galilea, y
esta expresión bíblica tiene gran impor- proclamaba la Buena Nueva de Dios: el
tancia en la eclesiología y librará de con- tiempo se ha cumplido y el Reino de Dios
cepciones erróneas tanto del pasado co- está cerca (56).
mo del presente.
Era en verdad el gran anuncio, el cum-
a_ Cristo predica y realiza el Reino de plimiento de la gran esperanza de Israel,
Dios. la inauguración de los tiempos finales (es-
catológicos), con la coronación de la gran
El sentido religioso y espiritual del obra de Dios sobre el hombre, que acae-
Reino de Dios que ya había empezado a cería en la Parus(a o segunda venida de
comprenderse en el Antiguo Testamento Cristo.
sobre todo por la predicación de los pro-
fetas, culmina en Cristo. Al revés de lo La razón de la predicación y de las
obras de Cristo es el realizar la venida y el
que muchos esperaban, el Reino de Dios
establecimiento de este Reino (57). La
sobre 105 hombres, no es un reino tempo-
idea profunda de esta predicación y de es-
ral y político del pueblo de Dios. No es la
tas obras de Cristo, es el establecer que
restauración terrena del reino de Israel.
los tiempos definitivos del amor salvador
En este sentido las palabras de Jesús pro-
de Dios se han abierto. Por eso es el tiem-
nunciadas ante Pilatos son decisivas: "Mi
po de las bodas(58), es el tiempo de la co-
reino no es de este mundo (como los de
secha (59), es el tiempo del vino nuevo
este mundo). Si mi reino fuese como los
(60). Desde el momento en que Cristo es-
de este mundo, mi gente habría combati-
tá presente, el Reino de Dios está presen-
do, para que yo no fuese entregado a los
te. Por eso dice San Lucas en frase signi-
jud íos. Pero mi reino no es de aquí" (55).
ficativa, y marcando claramente las etapas
El reino y la realeza de Dios de que se tra-
de la historia de salvación: "La Ley y los
ta, es un Reino de amor salvífico de justi-
ficación y de paz, que penetrará la inte- profetas llegan hasta Juan, desde ahí co-
rioridad de la persona humana, desborda- mienza a anunciarse la Buena Nueva del
rá sobre lo que la rodea, comenzando en Reino de Dios, y todos se esfuerzan por
el tiempo para tener su plenitud en la entrar" (61).
eternidad.
Pero Cristo, no sólo predica, sino que
Cuando Cristo apareció e hizo el cen- expresa en sus actos y obras, que El es en
tro de su predicación el Reino de Dios sí mismo y en su misión, el Reino y su
no habló de una cosa desconocida par~ instaurador. Pasaje significativo a este
los judíos. Lo que era verdaderamente respecto es el de Lucas: "Vino a Nazaret
nuevo era el contenido y la promulgación donde se había criado, y según su costum-
~e la venida del Reino. "Después que bre entró en la sinagoga el día sábado, y
(55) Jn.18,36.

(56) Me. 1,14-15.

(57) Cfr. Me. 1,38; Le. 4,43.

(58) Me. 2,19-20.

(59) Mt. 9,37-39;

(60) Me.2,22.

(61) Le. 16,16.

258
se levantó para hacer la lectura. Le entre- hijo, a quien pondrás por nombre Jesús.
garon el libro del profeta Isaías, y desen- El será grande y se llamará Hijo del Altí-
rrollando el volumen halló el pasaje don- simo, y el Señor Dios ie dará el trono de
de estaba escrito: El Espíritu del Señor David su padre; reinará sobre la casa de
sobre mí porque me ha ungido, me ha en- Jacob por los siglos, y su reino no tendrá
viado a anunciar a los pobres la Buena fin" (66). Así lo comprende la Virgen Ma-
Nueva, a proclamar la liberación a los cau- ría, al decir en su canto del "Magníficat":
tivos, y la vista a los ciegos, para dar liber- "Acogió a Israel su siervo, acordándose de
tad a los oprimidos, y proclamar un año la misericordia, como había prometido a
de gracia del Señor. Enrrollando el volu- nuestros padres, en favor de Abraham y
men lo devolvió al ministro y se sentó. su linaje por los siglos" (67).
En la sinagoga todos los ojos estaban fijos
en El. Comenzó pues a decirles: Esta es-
critura que acabáis de oir, se ha cumplido Por esta gran fidelidad de Dios, el mi-
hoy" (62). nisterio personal de Cristo se dirigió ex-
clusivdmente al pueblo de Israel. San Pa-
blo explica este sentido profundo de la
La persona de Cristo y sus signos mila- actitud de Cristo diciendo: "Pues afirmo
grosos son la irrupción del Reino de Dios que Cristo se puso al servicio de los cir-
en la historia humana. Los milagros de cuncisos, para honrar la veracidad divina,
Jesús, son, como dice muy bien el Padre para dar cumplimiento a las promesas he-
de Grandmaison: "el Reino de Dios en chas a los patriarcas" (68).
hechos" (63). Significan y autentican su
misión de establecedor del Reino. Así
los presenta el mismo Jesús a los enviados La venida de Cristo es la venida del
de Juan el Bautista (64). y en esta pers- Reino. El mismo es el Reino. Por eso en-
pectiva tienen su pleno sentido las pala- trar en el Reino es hacerse discípulo de
bras de Jesús después de la curación de un Cristo. Rehusar seguirle es excluirse del
endemoniado ciego y mudo: "pero si por Reino. Los evangelistas nos hacen perci-
el Espíritu de Dios expulso yo los demo- bir esta verdad cuando la palabra Cristo
nios, es que ha llegado a vosotros el Rei- en textos paralelos puede sustituirse sin
no de Dios" (65). inconveniente por la de Reino. Así, V.g.
Mateo nos dice: "v todo el que haya de-
jado casa, hermanos, hermanas, padre,
y este Reino se presenta como el cum- madre, hijos o hacienda por mi. .. here-
plimiento fiel por Dios de la promesa he- dará la vida eterna" (69). El mismo tex-
cha a Israel. En el anuncio a María le dice to en San Lucas dice: "Nadie que haya
el Angel: "concebirás y darás a luz un dejado casa, mujer, hermanos, padres e

(62) Le. 4,16-21.

(63) L. de Grandmaison, Jésus-Christ ·t. 2. p.366.1929.

(64) Mt.11,4-5.

(65) Mt.12,28.

(66) Le. 1,31-33.

(67) Le. 1,54-55.

(68) Rom. 15,8.

(69) Mt.19,29.

259
hijos, por el Reino de Dios, quedará sin Este Reino que se ha de aceptar líbre-
recibir ... la vida eterna" (70). mente es, ante todo, un don gratuito de
Dios a los hombres: "No temas pequeño
Esto le dasu profundidad radical al mis- rebaño, porque a Vuestro Padre le ha pa-
terio del Reino, que en realidad consiste recido bien daros a vosotros el Reino"
en el gran misterio de comunión con Dios (76). y la parábola de las bodas del Reino,
en Cristo y su Espíritu. inculcan a la vez la gratuidad del llama-
b. Algunas características del Reino de miento y la responsabilidad de la respues-
Dios. ta (77). Para acoger ese gran don de Dios
se necesita la verdad de la humildad y de
El Reino según la ptedicación de Cris-
la sencillez que reconoce su propia insu-
to se caracteriza por una gran liberación
ficiencia ante Dios: "Yo os aseguro si no
espiritual del pecado, anunciada ya por
cambiáis y os hacéis como los niños, no
Jeremias y Ezequiel (71), expresada en
entraréis en el Reino de los Cielos.
palabras y hechos: el Reino es la destruc-
Así, pues, quien se haga pequeño como
ción del dominio del mal, de Satán. Esta
este niño, ese es el mayor en el Reino de
es la verdadera esclavitud del hombre, de
los Cielos" (78). y las bienaventuranzas
la cual sólo puede liberar Cristo (72). Por eso
no son otra cosa que la alabanza de aque-
la primera condición para entrar en el Rei-
llos que se ponen en una actitud de ver-
no es la "conversión" (73), y por eso Jesús
dad y sinceridad ante Dios, reconociendo
comienza su predicación proclamando:"EI
su pobreza y necesidad religiosa y total
tiempo se ha cumplido y el Reino de Dios
con respecto a Dios de quien dimana todo
está cerca, convertíos y creed en la Buena
don perfecto que le llega al hombre, sien-
Nueva" (74).
do él mismo en su propia existencia un
El Reino de Cristo que es misterio de don del amor de Dios. Es la aceptación
conversión y de perdón es por lo mismo profunda de la pobreza radical del hom-
misterio de penitencia y de libre opción, bre, necesaria para fundar en la verdad la
y en este sentido es la máxima responsa- vida religiosa auténtica, que se abre al
bilidad en este mundo. Para adquirirlo es don salvífico del Reino de Dios en Cristo
necesario, si las circunstancias lo deman- Jesús.
dan, hacer los mayores sacrificios aun el
de la misma vida: "Si alguno viene a don- Este Reino que se ofrece a todos los
de mí y no me prefiere (semíticamente se hombres es, pues, universal tanto en pro-
dice: odia) a su padre, a su madre, a su fundidad porque debe penetrar hasta la
mujer, a sus hijos, a sus hermanos, y has- intimidad de la persona humana, como en
ta su propia vida, no puede ser discípulo extensión en cuanto abarca a todos 105
mío" (75). hombres, con la condición de que sea
(70) Le. 18,29; Cfr. también: Mt. 16,28; Me. 9,1.

(71) Jar. 31,34; Ez. 36,25; Cfr. Mt.l,21.

(72) Cfr. Jn. 8,31·36; Cfr. Mt. 12,28.

(73) Mt.9,12·13.

(74) Me. 1,15.

(75) Le. 14,26-32.

(76) Le. 12,32.

(77) Mt.22,l-14.

(78) Mt. 18,3·4.

260
aceptado libremente. Ya los profetas ha- Dicho en otras palabras, el Reino de Dios
bían entrevisto esta universalidad, que se existe en dos estadios: históricamente en
afirma en todas partes en el Nuevo Testa- el tiempo, en su realización incoativa, y
mento tanto en palabras como en hechos. en su plenitud en un final metahistórico.
"Y os digo que vendrán muchos de orien-
te y occidente a ponerse a la mesa con El Nuevo Testamento no disocia estas
Abraham, Isaac y Jacob en el Reino de dos perspectivas. Al mismo tiempo que es
los Cielos" (79). Palabras que anuncian una realidad presente, histórica en su de-
la universalidad del Reino, pero que en la sarrollo, es en su plenitud una realidad fu-
segunda parte del texto indican que si no tura. Es como una semilla que se siembra
es aceptado libremente, entonces, aun los y debe fermentar toda la masa (82). Aún
pertenecientes al pueblo de Israel si no lo se vive la fase transitoria que tiende a su
aceptan, "serán hechados a las tinieblas fase definitiva, que se expresa como "rei-
de fuera". no del Padre". Es clásica en este respecto
la enseñanza de San Pablo hablando de la
Después de su resurrecclon afirmará coronación de la obra salvífica de Cristo:
Jesús con toda solemnidad y con toda su "Luego el fin, cuando entregue a Dios Pa-
fuerza esta universalidad. Dirigiéndose a dre el Reino, después de haber destru ído
sus apóstoles, núcleo del nuevo Israel que todo principado, dominación y potestad"
substituye al antiguo les dice: "Me ha si- (83), es decir, a todos los poderes enemi-
do todo poder en el éielo y en la tierra. gos del Reino de Dios.
Id pues y haced discípulos a todas las
gentes, bautizándolas en el nombre del Por no distinguir esta doble perspecti-
Padre y del Hijo y del Espíritu Santo, y va neotestamentaria se ha incurrido en el
enseñándoles a guardar todo lo que os he error de suprimir una de ellas, principal-
mandado. Y sabed que yo estoy con vo- mente su estadio progresivo e histórico.
sotros todos los días hasta el fin del mun-
do" (80). Es la proyección histórica del Siendo el Reino algo que progresa ha-
Reino. cia una plenitud final. se impone la espe-
ra y la vigilancia que inculcan ciertas pa-
El día de pentecostés, cuando el Espí- rábolas evangélicas (84).
ritu Santo enviado por Cristo sobre los
Doce y la Iglesia naciente, empieza a rea- Pero por qué esta etapa de desarrollo?
lizarse históricamente esta universalidad Sencillamente porque el Reino, don gra-
del Reino. La Iglesia primitiva con una tuito de Dios, debe ser objeto de una op-
conciencia impresionantemente dinámica, ción libre del hombre, y hay por lo tanto
empezó su obra de implantación en el que dar un espacio al ejercicio de esta li-
mundo del Reino de Dios. bertad humana, que está en el centro de
su ser de hombre y constituye su máxi-
Pero esta implantación del Reino será ma dignidad. Desde este punto focal se
progresiva y tiende a su plenitud futura. entiende en su trascendencia la parábola
(79) Mt.S,11.

(SO) Mt.2S,1S-20.

(S1) Mt.13,31-32.

(S2) Mt.13,33.

(S3) 1 Coro 15,24; Cfr. Mt. 13,41-43.

(S4) Mt. 25,1-30.

261
del sembrador (85), y las otras parábolas pueblo de Dios, heredero de Israel, que
que delinean fuertemente la responsabili- tendrá por misión continuar la misión de
dad humana (86)_ Cristo de establecerlo en el trascurso de la
historia. El Reino no es, como algunos di-
De aquí también p.-oviene el carácter cen, sólo "un acontecimiento de gracia"
entremezclado del Reino en su etapa de sino un acontecimiento en una institución
desarrollo, que según las opciones libres, que lo perpetúa y actualiza en cada mo-
comprenderá a la vez zizaña y buen trigo, mento histórico. Lejos de contradecirse el
buenos y malos peces etc (87). Teniendo acontecimiento de gracia del Reino con la
en cuenta esta enseñanza evangélica, na- institución visible durante su etapa de im-
die podrá escandalizarse justamente que plantación y crecimiento, podemos decir
esto se compruebe históricamente en la que la exige para su verdadera inserción
etapa del desarrollo del Reino. histórica, y ser un acontecimiento real
para los hombres que no son puro espíri-
c. La Iglesia, germen del Reino, conti- tu, sino espíritus encarnados, y a los cua-
nuadora de la misión de Cristo. les el misterio del Reino tiene que ser re-
velado en forma perceptible para ellos y
A pesar de la fidelidad de Dios, su Rei- armónicamente con su naturaleza visible
no es rechazado por aquellos que debían e histórica.
ser los primeros en acogerlo. Lo que de-
bía ser continuidad y cumplimiento, vino Por eso Cristo al revelar su propio mis-
a ser ruptura y drama, del que la cuádru- terio, se nos revela como verdadero "Hijo
ple tradición evangélica nos da doloroso del hombre" que implica en realidad su
y elocuente testimonio. Sinembargo la trascendencia, pero que también afirma
fidelidad de Dios no fallará. Por el contra- su indudable realidad de hombre unido al
rio, de manera sorprendente, al morir en "pueblo de los santos" (89). El se pre-
la cruz a manos de su pueblo infiel, lo ha- senta como Pastor y Mesías, y jamás en la
ce en sacrificio de redención por él y por Escritura del Mesías se presenta separado
todos los hombres para implantar el Rei- del pueblo mesiánico, ni al Pastor sin re-
no. y con los israelitas fieles funda su baño.
Iglesia el nuevo Israel de Dios.
Al desarticular esta conexión íntima
En el Antiguo Testamento ya se había que existe en la revelación del plan salvífi-
enunciado este drama de la infidelidad de ca de Dios en Cristo, entre El y el Reino
Israel y de la fidelidad de Dios en múlti- y el pueblo de Dios, se entiende el erFor
ples formas, especialmente en la figura del de muchos, que condensa aquella famosa
Siervo de Yahve y en la profecía del frase que se atribuye a Alfredo Lisy, mo-
"Resto" fiel (88) con el que perpetuaría dernista de principios del siglo: "Cristo
su pueblo. predicó el Reino de Dios y tuvo por mi-
sión establecerlo ... y resultó la Iglesia".
Así, el Reino de los Cielos quedará li- A la luz de la Escritura se ve muy bien
gado en su período histórico a un nuevo por qué resultó la Iglesia; porque Ella es
(85) Mt. 13,3-24.

(86) Le. 19,11·27.

(87) Mt. 13,34·51.

(88) Cfr. Is. 4,3 y Cfr. nota Biblia de Jerusalén a este versreulo.

(89) Cfr. Dan. 7,13·14y7,27.

262
la continuadora y la que actualiza la mi- y no habéis queridol Pues bien, se os va a
sión de Cristo de predicar y establecer el dejar desierta vuestra casa" (92).
Reino de Dios hasta que venga su pleni-
tud, y en Ella y por Ella se va establecien-
do. El Concilio Vaticano II expresa así es- Su misión era, pues, el reunir a todo
ta verdad católica: "La Iglesia, enriqueci- Israel; pero este lo rechaza, y no se puede
da con los dones de su Fundador, obser- evitar la consecuencia de este rechazo.
vando fielmente sus preceptos de caridad,
de humildad y de abnegación, recibe la
Teniendo en cuenta este hecho depen-
misión de anunciar el Reino de Cristo y
diente de la libre voluntad de los hombres,
de Dios, de establecerlo entre todas las
Jesús manifiesta su intención de organizar
gentes, y constituye en la tierra el germen
el pequeño "resto" fiel que lo acompaña
y el principio de este Reino" (90).
y al que el Padre va a dar el Reino: "No
temáis pequeño rebaño, porque a vuestro
Por eso Cristo no se contenta con pre-
Padre le ha parecido bien daros a vosotros
dicar el Reino, sino que poco a poco va
el Reino" (93). Será el Nuevo Israel for-
poniendo los fundamentos de la organiza-
mado del "resto" profetizado, y que so-
ción comunitaria del Nuevo Israel, que se-
ciológicamente será distinto del antiguo
rá portador del Reino a los hombres de
Israel, aunque religiosamente es su conti-
todas las generaciones, y lo va realizando
nuación y plenitud. Este Nuevo Israel se-
en si mismo hasta su cumplimiento final.
rá su Iglesia (94), pero Ella será el fruto
de su sacrificio redentor, y por eso des-
En primer lugar y ya desde el princi-
pués de hablar de su Iglesia, habla abier-
pio de su actividad va reuniendo discípu-
tamente de su sacrificio (95), como ver-
los al rededor suyo. Es un grupo pero
dadero Siervo de Yahve que muere por
bien pronto aparece como específico.
el pueblo (96). El evangelio de Mateo po-
"Entonces se le presenta a los discípulos
ne en gran relieve estos tres hechos: re-
de Juan y le dicen: por qué mientras no-
chazo de Israel, propósito de Cristo de
sotros y los fariseos ayunamos, tus discí-
fundar su Iglesia, y sacrificio redentor que
pulos no ayunan?" (91).
termina en el triunfo de la resurrección y
misión solemne de los Doce y por ellos
Hay que notar sinembargo que a los
de su Iglesia al mundo.
comienzos no se trataba de separación
con el pueblo de Israel; por el contrario
Jesús procura evitar la ruptura: "Jerusa: Jesús entre sus mismos discípulos ha-
lén que matas a los profetas, y apedréas a bía organizado una estructura especial,
los que a tí son enviados! Cuántas veces que aparece nítidamente en la cuádruple
he querido reunir a tus hijos, como una tradición evangélica. Para ello escoge de
gallina reúne a sus polluelos bajo las alas, entre sus discípulos a "los Doce". Esta

(90) Luman Gantlum. no. 5,2.

(91) Cfr. Mt. 9,14;12,2; Me. 7 ,2-5; 9,38; Le. 12,1 ss.

(92) Mt. 23,37·39; Cfr. Le. 19,41-42.

(93) Le. 12,32.

(94) Mt. 16,18.

(95) Mt. 16,21.

(96) Cfr. 15. 53.

263
escogencia está subrayada en los evan- La función que les da Jesús los liga es-
gelios con especial cuidado (97). pecialmente con El y su misión. Marcos
dice: "Instituyó doce, para que estuvie-
ran con El, y para enviarlos a predicar con
Por otra parte en estas narraciones poder de expulsar 105 demonios" (102).
aparece en primer lugar la iniciativa de es decir de derribar el imperio del mal y
Cristo y su libre elección. "Y llamó a los establecer el Reino.
que quiso", dice Marcos (98). En segundo
lugar el sentido profundo de este gratuito De ellos espera Jesús una adhesión pe-
llamamiento aparece en el simbolismo del culiar como aparece en el Evangelio de S.
número Doce. Serán Doce, como los Do- Juan al narrar el evangelista el abandono
ce patriarcas de las Doce tribus de Israel. de muchos discípulos después de su ense-
Es simplemente el Nuevo Israel que nace ñanza del Pan de Vida. "Desde entonces
del "resto" profetizado. muchos de sus discípulos se volvieron
atrás y ya no andaban con El. Jesús dijo
entonces a los Doce: también vosotros
El nombre que se dió a "los Doce" en
queréis marcharos?" (103).
la primitiva Iglesia, y que parece provenir
del mismo Cristo, indica la función que
A ellos confía progresivamente antes
deben desempeñar en el Nuevo pueblo. Se
de la misión final, determinados ministe-
los llama Apóstoles, es decir, "enviados",
rios y poderes (104). Serán también partí-
los cuales según el pensamiento jud ío im-
cipes de su destino doloroso, pero tam-
plicaba la representación de la persona
misma que lo envía. Esta idea es clara en bién de su triunfo final: "Vosotros sois
los que habéis perseverado conmigo en
la mente de Jesús, cuando al enviar a los
mis pruebas; yo por mi parte dispongo un
Doce a su primera misión les dice: "Quien
Reino para vosotros, como mi Padre lo
a vosotros recibe a mí me recibe, y quien
dispuso para mí, para que comáis y be-
me recibe a mí, recibe a Aquel que me ha
báis a mi mesa em mi reino, y os sentéis
enviado" (99). Yen otra ocasión: "El que
sobre tronos para juzgar a las doce tribus
os escucha a vosotros a mí me escucha; y
de Israel" (105).
el que os rechaza, a mí me rechaza; y el
que me rechaza a mí, rechaza al que me
ha enviado" (100). Y después de su resu- Pero aun dentro de este grupo de "los
rrección dice a los Doce de manera mis- Doce", uno de ellos, Pedro, tiene un ofi-
teriosa y solemne: "Como el Padre me cio principal. La cuádruple tradición
envió, así yo os envío" (101). evangélica lo atestigua claramente en múl-

(97) Mt. 10.1-4; Me. 3,13-19; Le. 5,-1-11; 6,12-16; Jn. 1,3555.

(98) Me. 3,15.

(99) Mt. 10,40.

(100) Le. 10·16.

(101) Jn.20-20.

(102) Me. 3,14;

(103) Jn.6,66-67.

(104) Mt. 10,1; Me. 3,15; 6,7-13; Le.9,1 ss.

(105) Le. 22,28.

264
tiples detalles y textos de importancia En el Nuevo Testamento hay cuatro
capital. Y los Hechos de los Apóstoles al listas de los nombres de "los Doce", y en
ocuparse de Pedro y de su actividad en la todas ellas siempre se nombra de primero
Iglesia naciente en los doce primeros ca- a Pedro, aunque los nombres de los demás
pítulos, relieva su situación entre "los ocupan diversos lugares. Es diciente la
Doce" de manera significativa. Cuando fórmula con que San Mateo introduce es-
Pedro es hecho prisionero, anota San Lu- ta lista: "Primero Simón llamado Pedro"
cas: "Así pues, Pedro estaba custodiado (111). Pero sobre la amplia base de múl-
en la cárcel, mientras la Iglesia oraba insis- tiples detalles neotestamentarios que in-
tentemente por él a Dios" (106). Las car- dican el lugar preeminente de Pedro, se
tas de San Pablo muestran bien la impor- destacan textos de importancia capital,
tancia que daba el apóstol de los gentiles que explican con claridad y unifican to-
a Pedro, a quien él llama "Roca", según el dos estos detalles. Así. V.g. el llamado tex-
nombre que le puso el mismo Cristo. Lo to de la promesa, que explica y da todo
cita como el primer testigo de la resurrec- su significado al cambio de nombre de
ción, (107) y en la polémica carta a los Simón en el de Pedro (Roca), y que hizo
Gálatas nos cuenta cómo al subir a Jeru- el mismo Jesús en un momento crucial de
salén después de su conversión: "Subí su vida en que Pedro le reconoce como el
para conocer a Cefas (Roca) y permanecí verdadero Mesías. Pedro, en efecto, será
quince días en su compañía" (108), y aun por voluntad de Cristo, la roca para edifi-
en su diferencia con Pedro respecto al car su Iglesia, de tal manera que puede re-
comportamiento que se había de tener en sistir todos los embates. Cristo le confiará
el espinoso problema de las relaciones en- las llaves del Reino, como a intendente
tre los cristianos venidos del judaísmo y fiel, la potestad de atar y desatar en este
de los gentiles, muestra Pablo precisamen- mundo, y sus desiciones en virtud de esta
te en su celo ardoroso y polémico, la im- potestad recibida de Cristo serán ratifica-
portancia capital que tenía para él y para das por Dios en los cielos (112). Antes de
los primitivos cristianos la actitud de Pe- padecer confiere a Pedro la misión de
dro (109). Según los Hechos de los Após- confirmar en la fe a sus otros compañeros
toles, es a Pedro a quien se hace la reve- (1131, y ya resucitado, pronto a desapare-
lación de admitir a los gentiles a la Iglesia cer visiblemente de este mundo, nomltra
y recibir el bautismo y el Espíritu Santo y a Pedro con una triple reiteración pastor
a Pedro también corresponde sostener la de su rebaño, del cual es él el Supremo
primer polémica sobre este punto con los Pastor (1141. La más refinada hipercríti-
judeo-cristianos (110). s.a, ha fracasado al tratar de reducir el

(106) Hechos 12,5.

(107) 1 Coro 15,5.

(108) Gal.1,18.

(109) Cfr. Gal. 2,1-14;

(110) Cfr. Hechos cap. 10-11.

(111) Mt. 10,1-4; Me. 3,16-19; Le. 6,13-16; Hechos 1,13;

(112) Cfr. Mt. 16,16·19.

(113) Le. 22,32.

(114) Jn.21,15-17.

265
significado trascendental de esta testifica- animada por el Espíritu Santo, la llama
ción y amplia base neotestamentaria. San Pablo "Cuerpo de Cristo".

Hay que notar aquí también que a ese Esta expresión revelada no sólo no se
grupo de "los Doce" así estructurado con contrapone con lo anterior, sino que nos
su cabeza Pedro, el mismo Jesús le con- hace profundizar en otro aspecto del mis-
firió el poder de "atar y desatar" (115). terio de la Iglesia, mostrándonos en hon-
dura su dimensión vertical, es decir su re-
Queda, pues, organizado por Cristo "el lación con Cristo y el Espíritu Santo, y su
Resto", el "pequeño rebaño", "el nuevo dimensión horizontal, a saber las mutuas
Israel de Dios", germen y portador del relaciones de los miembros de este cuerpo
Reino hasta el fin de la historia. Pero la entre sí, los ligamentos que los unen, y el
vivificación de esta organización social vital dinamismo de su acción.
hecha por Jesús durante su vida terrestre
será fruto de su muerte redentora y su re- Digamos, pues, algo de esta rica dimen-
surrección, cuando el Espíritu Santo sión interna del pueblo de Dios, sin pre-
tome posesión de ella el d ia de Pentecos- tender más que dar algunos puntos de re-
tés como se lo anunció el Señor Jesús el flexión.
día de su ascención: "recibiréis la fuerza
del Espíritu Santo, que vendrá sobre vo- a. El Cristocentrismo del pueblo de Dios.
sotros, y seréis mis testigos en Jerusalén,
en toda Judea y Samaria y hasta los con- La expresión "cuerpo de Cristo" signi-
fines de la tierra" (116). fica, ante todo, nuestra íntima unión vi-
tal con Cristo muerto y resucitado que se
De aquí que la oración de estos hijos verifica en la Iglesia por medio del Espíri-
del Reino de Dios, que va creciendo en la tu Santo. No es evidentemente una unión
Iglesia, y se va estableciendo por su ac- física con el cuerpo natural de Cristo na-
ción, sea la que enseñó el mismo Jesús: cido de la Virgen María, aunque haga rela-
"venga a nosotros tu Reino". Y que su ín- ción a él, ni sólamente una unión moral
tima aspiración como nuevo pueblo de como puede existir en una sociedad natu-
Dios, y su tensa esperanza histórica vaya ral, sino que se hace esta unión "en algo
hacia su realización definitiva con la se- que no es natural, sino de orden superior;
gunda "venida; de Cristo Redentor para más aún, que es en sí mismo absoluta-
culminar su obra. Por eso se cierra el Apo- mente infinito e increado, a saber, el Es-
calípsis y con él la Biblia con aquella sú- píritu Divino, que como dice el Angélico
plica del cristianismo primitivo: "Ven "el mismo y único, une y llena toda la
Señor Jesús (117). Iglesia" (118). Esta clase de unión sobre-
natural de Cristo y de la Iglesia ya desde
10. LA IGLESIA "CUERPO DE CRIS- la antigüedad cristiana se llama "mística",
TO" para distinguirla de la unión física o sim-
plemente moral a las que inmensamente
A esta Iglesia concreta, constituída por supera. Por eso se llama a la Iglesia "Cuer-
Cristo con sus estructuras peculiares y po místico de Cristo" significando esta

(115) Mt. 18,18.

(116) HechoI1,8.

(117) Cfr. Apoc. 22,17·20.

(118) Cfr. Plo XII Enclcllca "Mystlcl Corporls". A.A.S.35 (1943) 221-225.

266
unión realísima pero de orden superior De este Cuerpo m ístico, Cristo es la
y divino. Cabeza, formándose así según la noble y
profunda expresión' de San Agustín: "EI
El Concilio Vaticano " nos dice: "a Cristo total", a saber, Cristo y la Iglesia.
sus hermanos convocados de todas las Cuál sea la grandeza y eminencia de esta
gentes los constituyó m ísticamente como Cabeza y su acción sobre su Cuerpo la
su Cuerpo, comunicándoles su Espíritu". Iglesia, la describe así el Concilio siguien-
y enseguida indica cómo se hace en con- do a San Pablo: "EI es la imagen de Dios
creto esta comunicación vital con estas invisillle, y en El fueron creadas todas
palabras: "Ia vida de Cristo en este Cuer- las cosas. El es antes que todos y todo
po se comunica a los creyentes que se subsiste en El. El es la Cabeza del Cuerpo
unen realmente a Cristo paciente y glori- que es la Iglesia. El es el principio y el pri-
ficado por medio de los sacramentos" mogénito de los muertos, para que tenga
la primacía sobre todas las cosas" (124).
(119). Porque. con el bautismo nos confi-
El domina con la excelsa grandeza de su
guramos con Cristo: "Porque también to-
poder, los cielos y la tierra, y llena de ri-
dos nosotros hemos sido bautizados en un
quezas con su eminente perfección y con
mismo Espíritu para formar un solo cuer-
su acción todo el Cuerpo de su gloria que
po" (120). Rito sagrado con el que se re-
es la Iglesia (125).
presenta y se efectúa la unión con la
muerte y resurrección de Cristo: "Pues
hemos sido sepultados en el bautismo, pa-
ra participar en su muerte, mas si hemos Esta vivificación por parte de la Cabe-
sido injertados en El, por la semejanza de za de todo el Cuerpo, es la que provee a
su muerte, también igualmente lo seremos su crecimiento mediante los ligamentos
por la de su resurrección" (121). En la estructurales puestos por El, de acuerdo
fracción del pan eucarístico, participando con la precisa enseñanza del apóstol Pa-
igualmente del cuerpo del Señor, nos ele- blo: "EI Cuerpo entero alimenti¡ldo y tra-
vamos a una comunión con El, y entre bajado por las coyunturas y ligamentos,
nosotros mismos: "Siendo un solo pan, crece con crecimiento divino" (126). Yel
todos formamos un solo cuerpo, pues to- sentido de este crecimiento vital es hacia
dos participamos de un mismo pan" la perfección de Cristo (127), hasta llegar
(122). Así todos nosotros quedamos he- "al estado del hombre perfecto, a la ma-
chos miembros de su Cuerpo" (123). durez de la plenitud de Cristo (128).

(119) Cfr. S. Tomás. Sumo Th. 111. q. 62.a.5 ad 1.

(120) 1 Coro 12,13;

(121) Rom. 6,4-5.

(122.1 lCor.10,17;

(123) 1 Coro 12,27; Lumen Gent. 7,1.2.

(124) Cfr. Col. 1,15-18.

(125) Lumen Gent. 7,4.

(126) Col. 2,19.

(127) Cfr. Ef. 4,11-16.

(128) Ef.4,13.

261
Este dinamismo profundo y cristocén- antes bien lo alimenta y lo cuida con ca-
trico que mueve a toda la Iglesia hacia su riño, lo mismo que Cristo a la Iglesia,'
Cabeza, exige en todos los miembros una pues somos miembros de su Cuerpo". La
acción consciente de asimilación vital e unión, pues, de amor entre los esposos
interior, no una simple mímica externa, o cristianos, es un símbolo sacramental que
solamente una asimilación moral. Por eso indica y representa otra gran unión de
el Concilio nos dice recordando la ense- amor mucho más alta y misteriosa de
ñanza de San Pablo y de todo el Nuevo donde dimana, que es la de Cristo y de la
Testamento: "Es necesario que todos los Iglesia. Por eso concluye San Pablo:
miembros se asemejen a El, hasta que "Gran misterio es este, lo dio respecto a
Cristo quede formado en ellos" (129). Cristo y a la Iglesia" (133).
Por eso somos asumidos en los misterios
de su vida, configurados con El, consepul- b. El Espíritu Santo, "Espíritu de Cristo"
tados y resucitados juntamente con El, y la Iglesia
hasta que correinemos con El. (130). Pere-
grinos todavía sobre la tierra, siguiendo Para verificar esta unión vivificante
sus huellas todavía en el sufrimiento y en con su Cuerpo, Cristo "nos concedió par-
la persecusión, nos unimos a sus dolores ticipar de su Espíritu, que siendo uno
como el Cuerpo a la Cabeza, "padeciendo mismo en la Cabeza y en los miembros,
con El, para ser con El glorificados" de tal forma vivifica, unifica y mueve to-
(131 ). do el Cuerpo, que su operación pudo ser
comparada por los Santos Padres, como el
servicio que realiza el principio de la vida,
La unión vital de Cristo Cabeza y de la o el alma, en el Cuerpo humano" (134).
Iglesia su Cuerpo, está cimentada en el
amor salvífica que Cristo tiene a este Aquí está una de las radicales diferen-
"Nuevo Israel", que es la culminación cias de la Iglesia con cualquier sociedad
perfecta y en plenitud impensable del humana, porque ella es "nuevo pueblo de
amor esponsalicio de Dios por su pueblo Dios", Cuerpo m ístico, sacramento uni-
elegido que proclamaron los profetas versal de salvación, porque Cristo envió
(132). San Pablo lo expresa así: "Cristo sobre Ella su Espíritu vivificador, que la
amó a la Iglesia y se entregó así mismo anima y hace vivir todos los dones de la
por Ella para santificarla, purificándola redención que operó Cristo con su muerte
mediante el baño del agua en virtud de la y resurrección.
palabra, y presentándola resplandeciente
a sí mismo, sin que tenga mancha arruga La acción del Esp íritu Santo en la Igle-
ni cosa parecida, sino que sea santa e in- sia es toda ella cristificante, y sería repetir
maculada. Así deben los maridos amar a sus el error de los montanistas de principios
mujeres como a sus propios cuerpos; por- elel siglo tercero, el pensar una acción del
quenadieaborreciójamás su propio cuerpo, Espíritu como separada de la obra y de la

(129) Gal.4,19.

(130) Cfr. Filo 3,21;2 Tim.2,11; Ef. 2.6; Coi.12,2.

(131) Cfr. Rom. 8,17.

(132) Cfr. Biblia de Jerusalén la nota a Os. 1,2.

(133) Ef. 5,21-32.

(134) Lumen Gentium no. 7,6.

268
acción de Cristo, "porque la restauración blo: "Pues del mismo modo que el cuerpo
prometida que esperamos, ya comenzó en es uno, aunque tiene muchos miembros,
Cristo, es impulsada con la misión del Es- no obstante su pluralidad, no forman más
píritu Santo, y por El continúa en la que un solo cuerpo, así también Cristo"
Iglesia" (135). (142).

El Espíritu Santo, Espíritu de vida, o Pero esta unidad orgánica sobrenatu-


fuente de agua que salta hasta la vida eter- ral, no implica la pérdida de la personali-
na (136), "habita en la Iglesia yen los co- dad de cada uno, sino por el contrario su
razones de los fieles como en un templo promoción máxima como la de un hijo de
(137), en ellos ora y da testimonio de su Dios. Podríamos decir que en el Cuerpo
adopción de hijos (138). Con diversos do- místico, obtiene el hombre su más grande
nes jerárquicos y carismáticos dirige y en- personalización, al adquirir en Cristo y
riquece con todos sus frutos a la Iglesia por la acción del Espíritu, la máxima ex-
(139). a la que gu ía hacia toda la verdad pansión temporal y eterna de todas las
(140). Y unifica en comunión y ministerio. virtualidades de su "yo" en sí mismo y en
Hace rejuvenecer a la Iglesia por la virtud su relación con Dios y con sus hermanos
del evangelio, la renueva costantemente, los hombres en una superior unidad.
y la conduce a la unión consumada con su "Porque en un solo Espíritu hemos sido
Esposo" (141). todos bautizados para no formar más
que un Cuerpo, judíos y griegos, esclavos
Así pues todo el ser y la acción de la y libres. Y todos hemos bebido de un solo
Iglesia, Cuerpo de Cristo, está animada Espíritu" (143).
por el Espíritu Santo, y este es su miste-
rio que en Ella vive y se revela, y le da
Como personalidades independientes
una dimensión impresionante, que San
y libres todo esto está condicionado a la
Pablo expresa llamándola Cuerpo de
recepción responsable de estos dones de
Cristo.
Cristo por la acción de su Espíritu, usan-
do bien del excelso don de la libertad ba-
C. Dimensión horizontal del Cuerpo jo la acción de la gracia, y contribuyendo
místico así a la perfección de la Iglesia peregrina.

La Iglesia aunque compuesta de múlti- Tampoco esta unidad profunda místi-


ples personas, costituye una unidad orgá- ca y orgánica, impide la diversidad de
nica sobrenatural, real ísima, que es com- miembros con diversas funciones ministe-
parable al cuerpo humano según San Pa- riales y de dones, sino por el contrario la
(135) Ibldem no. 48,2;

(136) Cfr. Jn. 4,14;7,38-39.

(137) Cfr. 1 Coro 3,16;6,19.

(138) Cfr. Gal. 4,6; Aom.8,15-16 y 26.

(139) Cfr. Ef. 4,11-12; 1 Coro 12,4; Gal. 5,22.

(140) Cfr. Jn. 16,13.

(141) Lumen Gentium no. 4,1.

(142) 1 Coro 12,12.

(143) 1 Coro 12,13.

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exige: "En efecto, el cuerpo no se compo- "bajo la autoridad del Obispo, santifi-
ne de un solo miembro sino de muchos" can y rigen la porción de la grey del Se-
(144). Esta doctrina paulina la resume ñor a ellos encomendada, hacen visible en
así el Concilio: "También en el Cuerpo de cada lugar a la Iglesia universal, y prestan
Cristo hay diversidad de miembros y de eficaz ayuda a I¡:¡ edificación del Cuerpo
ministerios. Uno mismo es el Espíritu que total de Cristo" (149).
distribuye sus diversos dones, para el bien
de la Iglesia según sus riquezas y la diver- Formando este Cuerpo de Cristo, jun-
sidad de los ministerios (145). Entre to- tamente con sus Obispos, sacerdotes y
dos estos dones sobresale la gracia de los diáconos, están todos los fieles cristia-
Apóstoles, a cuya autoridad subordina el nos, que participan de igual dignidad de
mismo Espíritu incluso a los carismáticos" ser miembros de este Cuerpo, y contribu-
(146). yen según los dones del Espíritu a la edi-
ficación del mismo (150). En efecto, se-
De este ministerio apostólico dice el
gún lo enseña la doctrina católica: El Se-
mismo Concilio expresando la fe de la
ñor Jesús "a quien el Padre santificó y
Iglesia: "Creemos que el Señor entregó to-
envió al mundo (151) hizo partícipe a to-
dos los bienes del Nuevo Testamento a un
do su Cuerpo místico de la unción del
solo Colegio Apostólico, a saber, el que
Espíritu con que El está ungido, puesto
preside Pedro, para constituir un sólo
que en El todos los fieles se constituyen
Cuerpo de Cristo en la tierra, al que tie-
en sacerdocio santo y real, ofrecen a Dios
nen que incorporarse totalmente todos
por medio de Jesucristo, sacrificios espiri-
los que de alguna manera pertenecen al
tuales, y anuncian el poder de quien los
pueblo de Dios" (147).
llamó de las tinieblas a su luz admirable.
Al rededor de este cuerpo apostólico al No hay pues miembro alguno que no ten-
que sucede el cuerpo episcopal a cuya ca- ga su cometido en la misión de todo el
beza está el Romano Pontífice, se cohe- Cuerpo, sino que cada uno debe glorifi-
siona este Cuerpo místico y tiene su má- car a Jesús en su corazón y dar testimo-
xima expresión cuando "en todo altar, nio de El con espíritu de profecía" (152).
reunida la comunidad bajo el ministerio
sagrado del Obispo, se manifiesta el sím- Así que todos los fieles cristianos "ob-
bolo de aquella caridad y unidad del tienen el derecho y la obligación del apos-
Cuerpo místico de Cristo, sin la cual no tolado, por su unión con Cristo Cabeza.
puede haber salvación" (148). Orgánica- Ya que insertos por el bautismo en el
mente unido al ministerio apostólico, Cuerpo Místico de Cristo, robustecidos
está el ministerio de los sacerdotes que por la confirmación en la fortaleza del

(144) 1 Coro 12,14.

(145) 1 Coro 12,1-11.

(146) Luman Gantium. no. 7,3.

(147) Unltatis Radintegratio. no. 3,5; Cfr. Chrlstus Dominus. no. 1.

(148) Luman Gantium no. 26,1.

(149) Iblden no. 28,3.

(150) Cfr. Ibldan no. 32,3; Prasbyt. Ordlnls. n. 9,1.

(151) Jn.1,36.

(152) Prasbyt. Ordlnls no. 2,1; Cfr. Luman Gantlum no. 33,1.

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Espíritu Santo, son destinados al apos- a Dios, y con la que desean participar a
tolado por el mismo Señor" ( 153). todos los hombres en los bienes espiritua-
les tanto de la vida presente como de la
y todo este Cuerpo de Cristo, con su venidera" (155).
diversidad de ministerios y dones, se diri-
ge a todos los hombres de todas las épo-
cas de la historia, "urgido por el deber de Estas pocas ideas manifiestan la rique-
propagar la fe y la salvación de Cristo, za de revelación sobre la Iglesia, conteni-
tanto en virtud de mandato expreso, que da en la doctrina de San Pablo al llamarla
heredó de los Apóstoles el orden de los "Cuerpo de Cristo". Es la expansión glo-
obispos, con la cooperación de los pres- riosa de Cristo muerto en la cruz y resuci-
bíteros, juntamente con el sucesor de Pe- tado que la inunda con el don vivificante
dro, y sumo pastor de la Iglesia, como en de su Espíritu: "Pues Dios tuvo a bien ha-
virtud de la vida que Cristo comunicó a cer residir en El toda la plenitud, y recon-
sus miembros" de quien todo el Cuerpo, ciliar por El y para El todas las cosas, pa-
trabado y unido por todos los ligamentos cificando mediante la sangre de su cruz,
que lo unen y nutren para la operación lo que hay en la tierra y en los cielos"
propia de cada miembro, crece y se forta- (156). "Bajo su pies sometió todas las
lece en la caridad" (154). Y a esta acción cosas y le costituyó Cabeza suprema de la
misionera son impulsados "los miembros Iglesia, que es su Cuerpo, la plenitud del
de la Iglesia por la caridad con que aman que lo llena todo en todo" (157).

(153) Apostolicam Actuositatem. no. 3,1; Cfr. Ibidem. no.3,4.

(154) Ad Gentes dlvinitus. no. 5,1.

(155) Ad Gentes divo no. 7,2.

(156) Col. 1,19-20.

(157) Ef.1,22-23.

BIBLlOGRAFIA

Como la bibliografía sobre la Iglesia es abundantísima, parece más práctico indicar


algunas fuentes más accesibles.

(1) Para las obras antes del Concilio Vaticano 11, existe una bibliografía muy completa en: Salaverri
Joaqu(n S.L "De Ecclesia Chrlstl". Coleccl6n B.A.C. t.61. pp. 509-512.

(2) Para los treinta aFios inmediatos antes del Concilio puede verse: Ylles M. J. Congar, "Santa
Iglesia". Ed. Estela S.A. 1965. PP. 397-630.

(3) Después del Concilio la bibliografía es inmensa sobre todo en monografías. Se puede encon-
trar lo substancial de ella en: P. Fayne. "La Iglesia". 2 vol. Ed. Herder. 1974. En el vol. 1.
pp.18-20 y al comienzo de cada uno de los capítulos. Puede también consultarse: Collantes
Justo S.L "La Iglesia de la Palabra", 2 vol. Coleecl6n B.A.C. tt, 338 Y 339. En el vol. 1. pp.
XXIX·XL y al final de cada uno de los capítulos.

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