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Estudiantes:
Ignacio Flores Cartes
Carmen González Quiroz
Profesor Guía:
Gabriel Salazar Vergara
I. Introducción .................................................................................................................4
1. El sujeto: juventud no militante .................................................................................5
2. Esta investigación y sus objetivos..............................................................................8
-1-
2.5 La complejidad del nuevo escenario ................................................................100
-2-
Dónde está el azul del cielo.
Dónde están tus ojos serenos.
Dónde se ha metido la dignidad
de aquellos que en su vida viven sin luchar.
Dime qué pasó con la naturaleza salvaje.
No te das cuenta de que por dinero
destruyen el mundo entero
y en complicidad estamos nosotros en medio.
Dónde está el verde del bosque
y el aullido de tu pecho indomable.
Se habrá perdido tu rebeldía
en este océano de porquería…
Ya no hay motivos para sonreír
Solo el deseo incontrolable de destruir.
-3-
I. Introducción
¿Desde dónde surge esta propuesta investigativa?, ¿qué sentido nos hace
indagar en este periodo y en estos sujetos?
De modo que, además del interés histórico que nos suscita esta investigación,
encontramos en ella una posibilidad de proyección a nuestros días, donde es posible
observar una concordancia y una continuidad en los procesos. En tiempos en que la ley
antiterrorista es invocada cada vez que es posible, de persecución a la nación mapuche,
de criminalización de quienes piensan distinto, de “caso Security”, de “caso Bombas”,
de compañeros caídos en recuperaciones, consideramos indispensable un análisis de los
antecedentes de nuestra realidad, que encontramos precisamente en esta propuesta
investigativa.
-4-
conocimiento y el entendimiento de los procesos históricos que abarcaremos, para
evidenciar las falencias que tuvo un momento que pudo ser de cambio, para integrarlo a
la experiencia subversiva popular, quizás para posibilitarlo.
1
Barría, Gabriela. “El Chaca, la Chica y el Jonny. Represión y muertes en el Chile Democrático.
Santiago, 1988-2008, 2012”. Recurso digital disponible en
http://tesis.uchile.cl/bitstream/handle/2250/111483/Barria%20Gabriela.pdf?sequence=1
-5-
que introducen en la subjetividad social, la autoestima política de los "beneficiarios",
de la oferta con que gobierno y agencias ordenan y regulan una demanda que de otro
modo se haría incontrolable.” 2
2
Rosas, Pedro. “Rebeldía, Subversión y Prisión Política”. LOM Ediciones, Santiago, 2004, pp. 50-51
3
Goicovic, Igor. “Del control social a la política social. La conflictiva relación entre los jóvenes
populares y el Estado en la historia de Chile”. Recurso electrónico disponible en:
http://www.scielo.cl/scielo.php?pid=S0718-22362000000100008&script=sci_arttext.
-6-
metas y sueños en sus vidas, hasta aquellas asociaciones en que han compartido
socialmente tales tensiones y han proyectado futuros colectivos” 4
4
Muñoz Tamayo, Víctor, “La juventud chilena y el derecho a construir sociedad. Una perspectiva
histórica”, Apuntes Sociología, Escuela de Verano 2004, pág. 8. Recurso digital en https://www.u-
cursos-cl mediante ingreso regulado con contraseña.
5
Duarte Quapper, Klaudio, “Rotundos Invisibles: ser jóvenes en sociedades adultocéntricas”, en
Cuadernos Teológicos, nº4, ed. Caminos, La Habana, 2003, p.18.
6
Dávila León, Óscar. “Juventud popular: Transitando por el trapecio ¿Con red o sin ella?”. Revista
Última Década, núm. 3, 1995, Centro de Estudios Sociales Valparaíso, pp. 5-6
-7-
respecto a las variables objetivas y subjetivas de la vivencia juvenil”. 7Lo que da paso a
la posibilidad de definir y concretar los proyectos inmediatos y futuros de los jóvenes,
proyectos que se encuentran en constante construcción en el ahora, lo que otorga valor a
la “temporalidad de la dimensión juvenil” en términos de tomar decisiones u optar por
algo que tiene lugar en el tiempo presente, y no únicamente como una previa del futuro
adulto.
7
Ibíd.
-8-
carácter represivo del Estado liberal, situándonos desde la experiencia de jóvenes
rebeldes provenientes de distintas poblaciones de Santiago y entre los años 1985 –
2010.
En pos de abarcar y cumplir con todas las aristas del objetivo de esta
investigación, lo abordaremos en primer lugar a través del análisis de la evolución del
carácter represivo del Estado entre los años 1985 y 1994, otorgando particular atención
a la rearticulación y formalización democrática del aparato represivo estatal. Esto, pues
consideramos necesario efectuar un análisis concreto de la evolución represiva del
Estado liberal desde la dictadura militar y hacia la democracia, estableciéndonos en la
denominada “transición”. Para ello es menester dar cuenta del proceso de rearticulación
y formalización represiva por parte del Estado democrático hacia los elementos
subversivos persistentes durante los primeros años de la década de los ’90, dando a
conocer el continuismo, transformación y perfeccionamiento de la represión dictatorial
desde allí y hasta nuestros días.
-9-
su propio aprendizaje y desarrollo y de la compleja relación con el sistema económico,
social y político imperante. De esta manera, podremos efectuar un balance histórico del
problema y efectuar, a su vez, una proyección del mismo carácter respecto de un
conflicto que se retroalimenta, re articula y resignifica en forma constante y que, por lo
pronto, cuesta creer terminará.
- 10 -
II. Contexto Histórico
La dictadura de Pinochet fue capaz de legitimar desde las alturas una dura
legislación “antiterrorista”, que ni siquiera define la naturaleza de dichos actos
- 11 -
“terroristas”. De esta forma, va a depender casi totalmente de la voluntad, criterio y
subjetividad de quien juzga la acción, otorgando dramáticas penas y castigos a los
acusados. En el mismo sentido, la obtención de pruebas y la defensa del imputado son,
por decir lo menos, dudosas; la presunción de la culpa justifica entonces duros tratos y
condiciones a los acusados. De esta manera, es visible que se trata de leyes, y
persecución, políticas y no meramente delictuales, aunque se anteponen discursos y
figuras de terrorismo y crimen hacia la opinión pública (a través de los medios de
comunicación y la prensa de masas) y el exterior. Es clara la intención de la autoridad
de preservarse a sí misma a toda costa, persiguiendo y aislando o eliminando elementos
determinados de la sociedad. Básicamente la idea consiste en deslegitimar la lucha
política y perseguir a los sujetos “terroristas”, depurando la sociedad y el sistema de
ellos, y haciéndoles perder cualquier motivo de lucha anti-sistémica. Así pues, el Estado
se legitima democrática e históricamente, mientras la represión se endurece y
perfecciona en forma continua, y se tilda de terroristas a los sujetos u organizaciones
que se contrapongan a la nueva “transición hacia la democracia plena”.
- 12 -
desmedro de los intereses de los más y, por tanto, en la repetición de las condiciones
socioeconómicas. En este sentido, la experiencia de jóvenes subversivos del periodo nos
resulta significativa desde su origen (inicios en la rebeldía), sus acciones, su forma de
abordar la política de aniquilamiento de la organización social rebelde, hasta su
proyección hacia el cambio de siglo.
8
Salazar, Gabriel, “La violencia política popular en las ‘Grandes Alamedas’. La violencia en Chile 1947-
1987 (Una perspectiva histórico popular)”. LOM Ediciones, segunda edición, 2006, p.53.
9
Ibid., p.59.
- 13 -
Aunque la dictadura militar hizo “volver a sus estaciones” al bajo pueblo, no
hizo desaparecer nunca las condiciones estructurales que otorgan tanta carga política e
histórica a la clase popular. Por el contrario, las agudizó, generando una situación más
crítica que antes del golpe y que derivó en una Violencia Política Popular mayor,
aunque distinta. La naturaleza ilegítima del régimen claramente provocaría violencia,
cuestionamiento y desacato, “porque ningún sistema liberal puro puede considerarse
definitivamente estabilizado si está, a la vez que dominando, generando una clase
popular en actitud VPP”. 10 Es decir, la presión de la dictadura agrietó pero no pulverizó
la VPP, que renació con renovadas armas para llegar a su clímax durante los años 1986-
1987, justo en el momento previo al plebiscito. En ese sentido, durante toda la fase
dictatorial de Pinochet no existió alguna otra variable política opositora que no fuera el
movimiento VPP 11.
Pero fue otro el éxito de la dictadura: tras 1985, dejar “fuera de juego” este
movimiento VPP, y así “la dictadura liberal pudo ser presentada a la clase popular no
como una fuerza antagónica destructiva, sino como una fuerza conductora de
configuración positiva, la única capaz de evitar el aceramiento del resorte VPP […]
Degollando así el horizonte socialista del proyecto histórico popular anidado en el
interior del movimiento VPP” 12. Pero hizo aparición una nueva generación dentro del
movimiento popular: los denominados hijos del golpe, la generación de los ‘80, hijos de
la agrietada generación del ‘68. Comenzó entonces una nueva búsqueda identitaria “de
oposición”, entre “la fracasada” generación anterior y los nuevos “hijos de la dictadura”,
que florecían con miedo, con agresividad y rabia, y, lo más importante, con
autoafirmación de sí 13; una refundación hecha no desde o por el Estado, sino por sí
misma.
Se producía así una refundación del sujeto popular entre los años 1973 y 1987,
que logró superar las viejas trabas clientelísticas de las generaciones anteriores, para
pasar desde la defensiva a una ofensiva directa contra la dictadura liberal: “después de
1973 el movimiento VPP desarrolló una significativa ‘cultura VPP’, que abarcó e
integró, en un sólo sistema de acciones directas, desde los valores universales del
simple ‘derecho a la vida’, hasta los valores tecnologizados de la ‘guerrilla o
10
Ibid., p.278.
11
Ibid., p.279.
12
Ibid., p.283.
13
Ibid., p.284.
- 14 -
terrorismo urbano’. […] Todos los elementos de la nueva cultura popular se
convirtieron en armas de lucha y elementos de acción subversiva contra el Estado”. 14
Pero hubo una segunda derrota. El fracaso del MIR en la instalación de las
guerrillas y el fracaso del FPMR en la operación Siglo XX; la primera derrota de la
nueva generación rebelde de los ‘80 (la segunda del movimiento popular de los últimos
años). Tras ello, el triunfo del NO, que más que “traer la alegría”, sólo agudizó los
procesos subjetivos e intersubjetivos de esta generación. De esta manera, se producía un
mayor desencanto de las organizaciones político-militares (partidarias) hacia el año
1987, “desencanto que, como alternativa, llevó a crear un grupo armado distinto, más
consecuente con las formas asociativas y culturales desarrolladas en los tardíos ‘70: el
Movimiento Juvenil Lautaro” 17; que surgió tras el colapso de las antiguas
organizaciones (a partir de 1987), y que llegó no para repetir fórmulas, sino para dar
paso a nuevas formas y fórmulas militares y revolucionarias, lejos de las políticas de
rehabilitación e integración ofrecidas por el Estado liberal (dictadura/democracia).
14
Ibid., pp.285-286.
15
Salazar, Gabriel; Pinto, Julio, “Historia contemporánea de Chile Vol.5. Niñez y juventud (Construcción
cultural de actores emergentes)”. LOM Ediciones, primera edición, 2002, p.234.
16
Ibid., p.243.
17
Ibid., p.244.
- 15 -
Sin embargo, esta nueva organización estuvo lejos de abarcar la totalidad de las
energías juveniles rebeldes y subversivas del periodo, puesto que una gran parte de
quienes se resistieron a creer en el espejismo del cambio democrático optaron por
alejarse de las estructurales organizativas de corte militante partidista y se plantearon la
rebeldía desde la autonomía y la horizontalidad.
La juventud de los ‘80 llegaba con una “nueva rebeldía”, más allá de las
derrotas y desarticulaciones de antaño vividas por la generación del ‘68. Es por ello que
gran parte de la juventud subversiva del periodo desarrolla sus lógicas organizativas
paralelamente al ocaso de los partidos de izquierda; viene con otra vivencia, directa,
diaria, violenta. La generación rebelde del ‘68 fue inspirada por un dolor y una rabia de
carácter global y latinoamericano frente a la colonización y la explotación imperialista,
una ideología, pero la nueva generación, escribe Salazar, es distinta: “la “vivencia” de
los adolescentes y jóvenes del ‘80 fue, en cambio, un dolor específicamente chileno,
fulminantemente empírico, vecinal, familiar y personal. Surgió de la vida diaria, a todo
lo largo de la niñez y juventud, no de una conversión ‘ideológica’ 18. Es esta juventud la
que configura y engrosa el accionar rebelde de la época, “este nuevo contingente vivió el
golpe siendo niño; supo del miedo que anonadó a sus padres; experimentó el
terrorismo ambiental producido por los cercos y balaceras desatadas por los militares
en las poblaciones; vivió la pérdida de empleo del padre o la humillación sufrida por
los viejos cuando debieron trabajar en el PEM y el POJH; supo cuánto dolía
abandonar los estudios para trabajar en cualquier cosa (incluida la prostitución
infantil) a fin de solidarizar con la quebrada economía hogareña; conoció la cultura
solidaria desarrollada por los grupos juveniles en los años ‘70, bajo el amparo de la
Iglesia, etc.”. 19
18
Ibid., p.254.
19
Ibid.
20
Moulian, Tomás. “Chile actual: anatomía de un mito”. LOM Ediciones, tercera edición 2002.
- 16 -
sociedad, contra los políticos negociadores, contra los prejuicios sobre la anomia 21 y el
estar ni ahí y contra el militarismo de los revolucionarios de antaño. Constituyen
producto autóctono de la población, de la juventud y de la década de los ‘80: no son
intelectuales ni militares ni leninistas.
Se enfrentaban así dos fuerzas, una subversiva y otra represiva (de la cual
debemos dar cuenta a cabalidad), en ofensivas permanentes: una en la búsqueda de la
caída del sistema y el otro en la búsqueda de aniquilación en presente y futuro de
cualquier germen subversivo organizado. De esta forma, “paralelamente al persistente
21
Concepto sociológico desarrollado por Emile Durkheim en el contexto de la modernidad, que se refiere
al momento en el que los vínculos sociales se debilitan y la sociedad pierde su fuerza para integrar y
regular adecuadamente a los individuos, generando fenómenos sociales alterados.
22
Rosas, Pedro, op. cit., p.187.
- 17 -
despliegue de las acciones rebeldes, ya desde los primeros meses de la década de los
‘90, el primer gobierno de la Concertación había comenzado a trazar un camino a la
‘pacificación’ que significaría la concentración de esfuerzos para lograr la detención y
encarcelamiento de los militantes rebeldes y la desarticulación de la acción político-
militar de las organizaciones revolucionarias” 23. Se privilegia ahora la detención y el
encarcelamiento (aislamiento) por sobre la eliminación física, para romper cualquier
vínculo entre los rebeldes y futuros subversivos.
23
Rosas, Pedro, op.cit., p.188.
24
Ibid., p.189.
25
Ibid.
- 18 -
estaban siendo planteadas por una nueva generación de combatientes que no vieron la
solución en la nueva democracia, sino más bien una agudización del hipócrita sistema.
Con todo el peso popular de la historia y el movimiento VPP desarrollado podemos
comprender la continuidad de su guerra (contra la continuidad sistémica) durante los
agitados años de la “transición” en la década de los ‘90.
Sin embargo, como ya hemos señalado, este nuevo gobierno viene aparejado
de una represión despiadada de los movimientos sociales y, para llevar a cabo
efectivamente su política represiva, y a la vez intentar separarse del sesgo autoritario y
brutal de la dictadura, el gobierno de transición implementó un perfeccionamiento de
los dispositivos y las políticas persecutorios: “el gobierno de Patricio Aylwin comenzó a
utilizar diversos métodos represivos, de mayor sofisticación incluso que los utilizados
por la dictadura. En 1991, se creó un nuevo servicio de inteligencia: el Consejo
Coordinador de Seguridad Pública, más conocido como "La Oficina"; la que nació con
dos misiones muy claras: la desarticulación de las organizaciones rebeldes que aún
continuaban actuando en el país y la persecución sistemática de cualquier opositor al
sistema”. 27
26
Faure, Eyleen, “Los locos del poder. Aproximación histórica a la experiencia del Movimiento Juvenil
Lautaro (1982-1997)”, 2006. Versión digital en
http://www.tesis.uchile.cl/tesis/uchile/2006/faure_e/html/index-frames.html
27
Ibid.
28
Ibid.
- 19 -
Respecto de este proceso, cabe destacar por un lado el esfuerzo esgrimido por
el nuevo gobierno por desmarcarse de los métodos represivos dictatoriales, ya
fuertemente condenados, en momentos que le resulta imperativo apagar cualquier foco
subversivo. Y por otro, la importancia de ejercer “mano dura” por el peso comparativo
que cae sobre el gobierno de Aylwin respecto de la figura y el gobierno dictatorial. En
este sentido Gabriela Barría señala que la creación de “la Oficina” ocurre en un
“contexto en el que el principal interés del gobierno es sostener su “independencia” de
las FFAA en materia de Seguridad Interior e Inteligencia. Recordemos la valiosa
función del procesamiento de información en pos de la toma de decisiones políticas que
hay detrás de estas actividades, sobre todo considerando que el gobierno de Aylwin
estuvo marcado por un sino constante de coerción ante la influencia política y
simbólica de Pinochet”. 29
Otro elemento utilizado para la mantención del orden en transición, que jugó
un rol fundamental, fue el discurso construido entorno a la delincuencia como enemigo
de la sociedad: “en los inicios del gobierno de Aylwin los discursos apocalípticos eran
un instrumento en la estrategia de construcción de la imagen de caos, el cual sería la
inevitable consecuencia del gobierno débil que se presagiaba”. 31En este contexto
también es posible identificar la “utilización” antes mencionada del régimen militar,
como instrumento pacificador de la sociedad, puesto que se erigía como modelo (pasado
y comprobado) de orden y sofocación del caos y la delincuencia, que comenzaba a
instalarse como mecanismo amedrentador: “el dispositivo de denuncia orquestada de la
delincuencia recrudecida, que intentaba que los chilenos echáramos de menos el
gobierno fuerte de Pinochet, libre de esa lacra, funcionó con eficacia en la
29
Barría, Gabriela. Op. cit.
30
Moulian, Tomás. Op. cit., p. 42
31
Ibid., p. 131
- 20 -
visibilización del problema. El tema de la delincuencia se ubicó en el primer lugar de
las preocupaciones ciudadanas en las encuestas de opinión pública y en la agenda
televisiva”. 32
32
Ibid., p. 132
33
Ibid., p. 205
34
Ibid., p. 207
35
Barría, Gabriela, Op. Cit.
- 21 -
respecto del anterior dictatorial. Para Moulian, “los únicos cambios significativos
aportados por la transición están concentrados en lo político”. 36
Esta definición nos permite comprender exactamente la actitud tomada por una
“oposición” que llega al gobierno tras una dictadura militar y que, sin embargo,
mantiene las lógicas llevadas a cabo por sus antecesores al momento de gobernar; esto,
producto del cambio negociado de gobierno. Para esto fue necesario alcanzar un
consenso entre las elites políticas, que permitiera crear una apariencia de cambio aun
perpetuándose el poder en las mismas manos: “En el caso chileno la reproductibilidad
(mantención con pequeños cambios de la política económica del Gobierno militar)
necesitaba de esa apariencia que era el consenso”. 39
36
Moulian, Tomás, op. Cit., p. 53
37
Ibid.
38
Ibid.
39
Ibid., p. 45
- 22 -
muro de Berlín” 40. Al mismo tiempo que resultaba imperante la negación y
principalmente el olvido del pasado reciente, para la consolidación de este “nuevo”
modelo político. Es por ello, insistimos, que urge aplacar los restos de disidencia
existentes, pues “la historicidad representaría la amenaza del retorno al comienzo
caótico, superado por el ‘pacto consensual’” 41.
40
Ibid., p. 47
41
Ibid., p. 51
42
Ibid., p. 141
43
Ibid., p. 333
- 23 -
Mientras pasa la estrella fugaz
acopio este deseo instantáneo
montones de deseos hondos y prioritarios.
Por ejemplo, que el dolor no me apague la rabia,
que la alegría no desarme mi amor,
que los asesinos del pueblo se traguen
sus molares caninos e incisivos
y se muerdan juiciosamente el hígado,
que los barrotes de las celdas
se vuelvan de azúcar o se curven de piedad
y mis hermanos puedan hacer de nuevo
el amor y la revolución.
Que cuando enfrentemos el implacable espejo
no maldigamos ni nos maldigamos,
que los justos avancen
aunque estén imperfectos y heridos
que avancen porfiados como castores,
solidarios como abejas,
aguerridos como jaguares
y empuñen todos sus noes
para instalar la gran afirmación,
que la muerte pierda su asquerosa puntualidad,
que cuando el corazón se salga del pecho
pueda encontrar el camino de regreso,
que la muerte pierda su asquerosa
y brutal puntualidad,
pero si llega puntual no nos agarre
muertos de vergüenza,
que el aire vuelva a ser respirable y de todos
y que vos muchachita sigas alegre y dolorida
poniendo en tus ojos el alma
y tu mano en mi mano.
Y nada más,
porque el cielo ya está de nuevo torvo
y sin estrellas
con helicóptero y sin dios.
- 24 -
III. Capítulo primero: Represión y persecución de la rebeldía
44
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- 25 -
adaptar a dicho marco de hierro su propia estrategia política, la oposición dio un paso
decisivo que puso en marcha el proceso de transición. Pues desde ese instante quedó
descartada cualquier alternativa opositora más radical, de ruptura y confrontación
directa con el régimen militar”. 45
La reforma constitucional de 1989 46, negociada entre tiras y aflojas por la Junta
de Gobierno y la oposición política de la época, constituye un hecho fundamental en el
proceso de transición, poniendo de manifiesto el carácter pactado de la misma. El
consenso alcanzado en torno a las modificaciones a la Constitución de 1980 dio como
resultado un texto sin mayores variaciones del original y, por sobre todo, la aceptación
de una Constitución redactada en dictadura para ser la base de la legalidad del próximo
gobierno democrático: “Hasta ese momento, la oposición había venido aceptando
solamente de hecho la Constitución de 1980, sin reconocerle, por el contrario,
legitimidad. De ahora en adelante, en cambio, entraría a comportarse como una
«fuerza constitucionalista», incluso reservándose el derecho a introducir, en el futuro,
nuevas reformas a la ley fundamental. De esta manera obtuvieron las Fuerzas Armadas
garantía suficiente de que el proceso de transición seguiría encauzándose dentro del
marco institucional y constitucional consagrado, cuyas modificaciones ulteriores en
todo caso aparecen difíciles debido a los resguardos consagrados en la propia
Constitución para regular su reforma” 47.
45
Brunner, José Joaquín. “Chile: claves de una transición pactada” Revista Nueva Sociedad Nro. 106,
1990, pp. 6-12. Versión digital en: http://www.nuso.org/upload/articulos/1844_1.pdf
46
Ley 18.825, véase en su versión digital de la Biblioteca del Congreso Nacional de Chile en :
http://bcn.cl/30bg
47
Brunner, José Joaquín, op cit.
- 26 -
“nunca cambio nada,…lo que perpetúa la democracia y lo que la mantiene
con las cadenas es una constitución política retrógrada que se creó en una base del
capitalismo…” 48.
“8.- Agréganse en el artículo 19, a continuación del inciso quinto del número
15°, los siguientes incisos:
"La Constitución Política garantiza el pluralismo político. Son
inconstitucionales los partidos, movimientos u otras formas de organización cuyos
objetivos, actos o conductas no respeten los principios básicos del régimen
democrático y constitucional, procuren el establecimiento de un sistema totalitario,
como asimismo aquellos que hagan uso de la violencia, la propugnen o inciten a ella
como método de acción política. Corresponderá al Tribunal Constitucional declarar
esta inconstitucionalidad.
48
Entrevista Ismael, 18/11/2013
49
Constitución Política de la República de Chile 1980.
- 27 -
Sin perjuicio de las demás sanciones establecidas en la Constitución o en la
ley, las personas que hubieren tenido participación en los hechos que motiven la
declaración de inconstitucionalidad a que se refiere el inciso precedente, no podrán
participar en la formación de otros partidos políticos, movimientos u otras formas de
organización política, ni optar a cargos públicos de elección popular ni desempeñar los
cargos que se mencionan en los números 1) a 6) del artículo 54, por el término de cinco
años, contado desde la resolución del Tribunal. Si a esa fecha las personas referidas
estuvieren en posesión de las funciones o cargos indicados, los perderán de pleno
derecho. … “ 50
50
Ley 18.825… op. cit.
51
Ley 19.047, versión digital de la Biblioteca del Congreso Nacional de Chile en: http://bcn.cl/uas
52
Ibíd.
- 28 -
de indulto” 53. Sin embargo, este conglomerado legal avala la aplicación de las leyes que
modifica, aun cuando éstas hayan sido redactadas en un contexto político y social
disímil, dando paso también a una caracterización y tipificación distinta tanto de los
delitos que normaban como de quienes los cometían, en claro desmedro de la lucha
social.
Tal es el caso de la Ley de Seguridad Interior del Estado 54. Esta ley que es
ratificada por el recién estrenado gobierno democrático, data de 1958 55 y constituyó el
marco legal para los delitos subversivos, previo a la existencia de la ley de conductas
terroristas durante la dictadura. Su aplicación es amplia, pues no necesita la
comprobación de pertenencia o militancia en algún grupo o movimiento subversivo,
mientras exista algún delito de los que tipifica como transgresor a la seguridad interna
de la nación. Además, esta ley se encuentra ligada al Ministerio del Interior como
organismo coordinador, que participa de los procesos que devienen de ella, lo que la
hace un instrumento de gran relevancia durante este periodo de transición. Las
modificaciones que sufre son principalmente respecto del agravamiento de las penas.
53
Arrate, Jorge y Rojas, Eduardo “Memoria de la izquierda chilena (1850-2000)”. Recurso digital
disponible en: http://www.archivochile.com/Izquierda_chilena/vision_gen/ICHvisiongen0016.pdf
54
Ley 12.927, versión digital de la Biblioteca del Congreso Nacional de Chile en: http://bcn.cl/1ldq
55
Fue también reformada en 1975.
56
Ley 18.314, versión digital de la Biblioteca del Congreso Nacional de Chile en: http://bcn.cl/19kl
57
Rosas, Pedro, op. cit. p.206
- 29 -
Una arista de gran relevancia que se introduce en la modificación de la ley de
Conductas Terroristas, es la figura de asociación ilícita terrorista, mediante la cual no
sólo se penaliza la comisión del delito de asociación ilícita, sino también la motivación
que existe para cometerlo. Además esta ley remozada penaliza incluso la intención o la
amenaza de cometer los delitos que describe: "Artículo 7°.- La tentativa de comisión de
un delito terrorista de los contemplados en esta ley será sancionada con la pena
mínima señalada por la ley para el delito consumado. Si esta última constare de un solo
grado, se aplicará lo dispuesto en el artículo 67 del Código Penal y se impondrá a la
tentativa el mínimo de ella. La amenaza seria y verosímil de cometer alguno de los
mencionados delitos, será castigada como tentativa del mismo. La conspiración
respecto de los mismos delitos se castigará con la pena correspondiente al delito
consumado, rebajada en uno o dos grados." 58
58
Artículo 5° de la ley 19.027, versión digital de la Biblioteca del Congreso Nacional de Chile en:
http://bcn.cl/1395
59
Entrevista Fermín, 23/10/2013
- 30 -
cometer un delito y pertenecer a un movimiento político…Este error jurídico ha sido
reconocido por las propias autoridades supremas del poder judicial.” 60
60
Rosas, Pedro, op. cit.
61
Ley 17.798, versión digital de la Biblioteca del Congreso Nacional de Chile en: http://bcn.cl/rif
62
Rosas, Pedro, op. cit., p. 153
63
Agregado en las modificaciones de las Leyes Cumplido. Ver recurso digital de la Biblioteca del
Congreso Nacional de Chile en: http://bcn.cl/uas o http://bcn.cl/rif
- 31 -
necesarias para acelerar la tramitación del proceso, así como las medidas
disciplinarias que fueren del caso.” 64
Es posible ver, entonces, que por medio de las Leyes Cumplido se realizó una
visible criminalización de los elementos subversivos que seguían constituyendo una
amenaza, aunque cada vez más débil, para la estabilidad política. A las reformas ya
mencionadas, se agregan las realizadas al Código Penal para definir sanciones
carcelarias (como el aislamiento) y aumentar diversas penas diferenciando a los
condenados antes y después de 1990 Sin embargo, aun con todas estas medidas
represivas desplegadas y respaldadas en lo legal, los grupos subversivos aún
continuaban operando en la escena política y realizando acciones de alto impacto, como
fue el asesinato del senador Jaime Guzmán el 1 de abril de 1991. Entonces resultaba
perentorio atacar con más fuerza a estas agrupaciones hasta lograr su dislocación,
aunque esto significara poner abiertamente de manifiesto la política represiva del
Estado.
Una de las leyes más significativas en este contexto, fue la ley sobre
Arrepentimiento Eficaz 65 o de “Delación Compensada”. También impulsada por el
ministro de justicia Francisco Cumplido, fue promulgada el año 1992, y establecía
beneficios carcelarios, rebajas de penas e incluso excarcelación para quien, habiendo
cometido un delito terrorista:
64
Ley 19.047, versión digital de la Biblioteca del Congreso Nacional de Chile en: http://bcn.cl/uas
65
Ley 19.172, versión digital de la Biblioteca del Congreso Nacional de Chile en: http://bcn.cl/1i5h
66
Ibíd
- 32 -
desarticulación de los mismos, o al menos su debilitamiento. Este mecanismo fue
encausado mediante el Consejo Coordinador de Seguridad Pública 67.
Las acciones de grupos subversivos fueron reiteradas durante los dos primeros
años de gobierno de Patricio Aylwin, pudiendo contar entre ellas:
- Rescate armado de un reo lautarista desde el Hospital Sotero del Río, con el
asesinato de un carabinero.
67
Características de este organismo en el siguiente apartado.
- 33 -
El asesinato de un senador de la República, como ya señalamos, fue un hecho
de alto impacto, y puso en evidencia la necesidad de acabar rápida y certeramente con
los grupos armados que hacían tambalear la tan ansiada estabilidad política y social.
Para concretar este objetivo, había que hacer uso de todos los instrumentos disponibles
e incluso crear aquellos con los que no se contaba. Es por esto que el presidente Aylwin
instruye la creación de un organismo civil 69 de inteligencia y seguridad, que ve la luz el
23 de octubre de 1991 mediante el Decreto Supremo N° 363 70: así nace el Consejo
Coordinador de Seguridad Pública, más conocido como “la Oficina”.
- Dirección: Jorge Burgos (DC). Era Jefe de Gabinete del Ministro del
Interior. En la administración Lagos fue Subsecretario del Interior y Diputado en los
periodos 2002-2006, 2006-2010 y actualmente para el periodo 2010-2014.
68
Rosas, Pedro, op. cit., p. 96
69
Durante la dictadura existieron organismos de inteligencia (DINA, CNI), pero estos eran de carácter
militar.
70
Versión digital de este decreto en la Biblioteca del Congreso Nacional de Chile: http://bcn.cl/9hnh
71
Entrevista Fernando, 27/12/2013.
- 34 -
- En el Departamento de Análisis se encontraba el militante PS Antonio
Ramos, quien “ofició de experto en guerra psicológica” y Lenin Guardia, analista
vinculado también a operaciones especiales en el campo de los grupos rebeldes y los
círculos donde estos se movilizan” 72
Dependiente del Ministerio del Interior este organismo surge, según dicta, de la
necesidad de que el presidente cuente con asesoría respecto de asuntos terroristas. Entre
sus facultades se contaban:
72
Rosas, Pedro, op. cit, p. 90.
- 35 -
h) Prestar cualquier otra asesoría en materias propias del Consejo, que le
fuere requerida por el Presidente de la República, de manera directa o a través del
Ministro del Interior.” 73
“…se dan cuenta que con la misma lógica, con los mismos personajes en
inteligencia no van a poder, si no pudieron en todos los ’80 ¿cachai?, descabezar los
movimientos políticos rebeldes, no lo iban a poder hacer en los ’90 siguiendo la misma
lógica, por lo tanto tenían que aplicar como la delación, la infiltración, el sapeo
directamente, el pago…” 74
“… la democracia fue más allá pa’ lograrlo, puso plata, delación compensada.
La delación compensada fue uno de los mejores inventos, te pagaban, te mantienen, hay
gente que todavía sigue mantenida ¿por qué? Por seguir delatando. Y viven bien. O
muchos otros trabajan en el gobierno y tiene trabajo hasta el día de hoy y ganan
grandes sueldos.” 75
73
Decreto supremo N° 363, versión digital de la Biblioteca del Congreso Nacional de Chile en:
http://bcn.cl/9hnh
74
Entrevista Marcelo, 30/09/2013.
75
Entrevista Ismael, op. cit.
- 36 -
durante tres meses recibiendo sueldo de la Oficina ($90.000) que le hacían llegar vía
télex” 76
“hay un asalto y a las 2 horas ya sabían más menos a qué tipo de personas
buscar y era, eso sólo obedece a la delación po ¿cachai?” 79
76
La Segunda, 6 de enero de 1997.
77
Entrevista Ismael, op. cit.
78
Ibíd.
79
Entrevista Marcelo, op. cit.
80
Más detalles de estas irregularidades en Valdivia, Verónica. “El rostro oculto de la transición”
81
Versión digital de este decreto en la Biblioteca del Congreso Nacional de Chile: http://bcn.cl/1jd8t
- 37 -
Informaciones 82, bajo el mando de un hombre de confianza del subsecretario de interior
Belisario Velasco, Isidro Solís.
82
Ley 19.212, versión digital de en la Biblioteca del Congreso Nacional de Chile en: http://bcn.cl/16u88
83
Entrevista Marcelo, op. cit.
84
Zapata, Victoria. “Cárcel de Alta Seguridad. Inhumanidad, represión y rebeldía” Editorial Mare
Nostrum, 2005, p. 31
- 38 -
“…era como un rumor que se escuchaba, como que se veía, de repente no, y de
repente se hizo realidad po. Era cuático po, brígido que se forme una cárcel sólo pa’ la
prisión política, sólo pa’ meter hueones presos políticos dentro de la hueá po…” 85.
Y se instaló oculta, como si se quisiera marginar y aislar aún más a estos reos,
pues fue situada dentro de la Penitenciaría: una cárcel al interior de otra.
De acuerdo a María Emilia Tijoux 86, la CAS tiene tres finalidades, “encerrar,
castigar y aniquilar a los militantes detenidos después del 11 de marzo de 1990” 87. Si
bien no se decía destinada exclusivamente para la prisión política, sino para presos de
alta peligrosidad en general, durante al menos diez años estos presos fueron los únicos
que conocieron su interior y su severidad. Dentro de la CAS se ejercía un “régimen
disciplinario especial basado en la segregación interna y externa. Una cárcel que
incorporó los fundamentos teóricos y el diseño estructural del panóptico y los últimos
avances de la criminología y el castigo carcelario”. 88
85
Entrevista Antonio, 05/11/2013.
86
Académica de la Universidad Arcis y profesora de sociología de los presos que cursan dicha carrera en
la CAS, en entrevista concedida a Victoria Zapata y citada por la misma en “Cárcel de Alta
Seguridad…” op. cit.
87
Zapata, Victoria; op. cit., p.33
88
Ibíd, p. 32
89
Ver anexos.
90
Ver el artículo de Beatriz Brinkmann “Alta Seguridad y Derechos Humanos”, publicado en la revista
Reflexión de CINTRAS, año 7, N° 21, junio de 1994, pp. 24-27. Versión digital en:
http://www.cintras.org/textos/reflexion/r21/revista21completa.pdf
- 39 -
“…ahí tenían una cárcel que era especialmente para todos. Ahí era donde
todo podía, todos podían llegar a estar algún día. Así cuando se genera la cárcel de
Alta Seguridad, se sigue estimulando el enfrentamiento…” 91
“por más que hayan habido hechos políticos militares armados ¿cachai? hasta
el ’96, ’97, hasta el año ’93, ’94 ya teniai claro de que militarmente la hueá estaba
perdida y que no te ganó los milicos, que sobreviviste a los milicos, sobreviviste 17
años de dictadura pero no fuiste capaz de sobrevivir ni siquiera al gobierno de Aylwin
po.” 92
91
Entrevista Ismael, op. cit.
92
Entrevista Marcelo, op. cit.
93
Zapata, Victoria; op. cit., p. 13
- 40 -
El concepto de Seguridad Ciudadana aparece en la escena luego del declive del
paradigma de la Doctrina de Seguridad Nacional, que tuvo lugar en el contexto
internacional de Guerra Fría, y que estuvo detrás del accionar de las dictaduras
latinoamericanas entre 1950 y fines de 1980.
A nivel internacional, la caída de Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas
bajo el yugo hegemónico del neoliberalismo implicó el cese de la guerra contra el
comunismo, lo que en términos de seguridad generó también una transformación,
puesto que “durante el período de Guerra Fría primaron los conceptos de seguridad
enfocados a la perspectiva estatal desde un prisma eminentemente militar. En la
actualidad se aprecia una transición hacia un concepto de seguridad más
comprehensivo, que permita alcanzar la paz, estabilidad internacional y la protección
de los individuos y las comunidades.” 94
De esta noción, se desprende la lucha contra la delincuencia que se presenta
como “nuevo” fenómeno (en tanto que se acrecienta) característico de las sociedades
neoliberales, como consecuencia de las graves desigualdades que el sistema genera de
manera intrínseca. Allí, entonces, radica el problema de fondo que favorece o genera las
condiciones para la comisión de delitos.
En términos del combate de la delincuencia, la noción de Seguridad Ciudadana
abre dos aristas: la represiva y la ciudadana. Ambas se conjugan en una sociedad donde
la sociabilización se relaciona cada vez más estrechamente con el consumo y donde los
lazos de confianza social se resquebrajan; contexto en el que las figuras represivas
ligadas a la seguridad, como la policía, asumen un papel preponderante en el orden
social, rol que es reconocido y hasta solicitado por la comunidad ha roto sus vínculos
dando paso a la suspicacia : “En un mundo que ahora se percibe más frágil, más
incierto y que deja al “ciudadano” vulnerable ante los vaivenes del mercado y las
dinámicas de exclusión, la desconfianza se constituye como el vínculo social
preponderante. Los discursos de la Seguridad Ciudadana, ponen principalmente al
aparato policial como el ente externo que regula y organiza. Donde antes había un
patrón y luego un Estado, ahora se sitúa en forma predominante la figura del policía. A
él se le reclama el orden, la seguridad y la protección que el Estado ni el mercado
brindan. El supuesto continúa siendo que es necesaria la presencia de un ente externo
organizador que garantice un orden que no se garantiza a sí mismo […] Este llamado
94
Fuentes Lillo, Claudia. “Seguridad Humana y Seguridad Nacional: Relación Conceptual y Práctica”.
Academia Nacional de Estudios Políticos Estratégicos, Anepe. Santiago de Chile, 2004, p. 7
- 41 -
al Estado para que se manifieste aunque sea sólo en su rol vigilante y represor,
conlleva una exacerbación paranoica frente al Padre-Estado-Represor y se traduce en
un vínculo social basado en la sospecha.” 95
En el Chile post dictatorial de los ’90, la batalla contra la delincuencia se asocia
además a la que se da contra el “extremismo”, ambos elementos que han de ser
neutralizados en favor del orden y la paz social. A propósito de este fin, tanto el
gobierno de “transición” como la “oposición” derechista alcanzaron un consenso en
torno al fondo y a las formas que debían adoptar las fuerzas represivas en función de
atacar efectivamente ambos objetivos.
Como capitalización de este consenso, y como muestra de la unívoca voluntad
del poder político por protegerse a sí mismo y generar las condiciones necesarias para el
desarrollo pleno del modelo neoliberal, el 3 de abril de 1992 se funda Paz Ciudadana,
“una institución autónoma cuyo principal mentor, mecenas y presidente de la
organización es el poderoso dueño de El Mercurio, Agustín Edwards. En su directorio
figuran connotadas personalidades de todos los sectores políticos, académicos,
públicos y privados, representantes de la nueva clase político-empresarial, entre ellos
se encuentra: Sergio Bitar (PPD), ex ministro de Minería de Allende, ministro de
Educación del Gobierno de Ricardo Lagos y además empresario; Bernardo Matte
(RN), el menor de los hermanos Matte, su familia es dueña de la Compañía
Manufacturera de Papeles y Cartones (CMPC); José Joaquín Brunner (PPD), ex
Ministro Secretario General del Gobierno de Eduardo Frei, y ex Presidente del
Consejo Nacional de TV. En la actualidad, Sebastián Piñera lo nombró miembro del
nuevo directorio de Chilevisión; Carlos Cáceres, ex Ministro del Interior de la
dictadura militar, empresario y fundador del Instituto Libertad y Desarrollo, y
presidente de Chile-Tabacos; vinculado a la campaña de Hernán Büchi en 1989;
Mónica Jiménez de la Jara (PDC), participó activamente en la campaña presidencial
de Patricio Aylwin, y dirige una fundación de nombre ‘Participa’; Guillermo Luksic,
Consejero del Centro de Estudios Públicos (CEP), empresario y director del Banco de
Chile; Carlos Bombal (UDI), Senador de la República por Santiago Oriente; Edmundo
Pérez Yoma (PDC), ministro de Defensa del Gobierno de Eduardo Frei, empresario, ex
95
Valle, Manuela. “Seguridad Ciudadana: El último llamado a la Seguridad de los ciudadanos en
Democracia”. En: Primer Simposio Nacional de Investigación sobre Violencia y Delincuencia. Instituto
de Sociología Pontificia Universidad Católica de Chile y Fundación Paz Ciudadana, pp. 225-226
- 42 -
Cónsul General de Chile en Bolivia. Además, cuenta con la colaboración de los medios
de comunicación”. 96
Los miembros de esta institución plantean como el objetivo principal de la
misma el combate a la “delincuencia” y al “extremismo”, pues consideraban que estos
fenómenos estaban en abierto desarrollo en la realidad chilena de la época: “A
comienzos de la década de los ’90, la sociedad chilena enfrentó un fenómeno
inesperado de fuerte incremento de la delincuencia, tanto en número de delitos, como
en la diversificación de sus formas y la violencia con que muchos de ellos eran
perpetrados. Asimismo, se detectaron, en ciertos casos, formas diferentes de
organización para la actividad delictiva. Incluso, se registraron graves casos de
delincuencia extremista que se había supuesto que desaparecerían con el
restablecimiento de la plena democracia en ese año, y síntomas de expansión de redes
de narcotráfico hacia Chile…” 97
En función de alcanzar la neutralización de estas amenazas, Paz Ciudadana se
planteó planes de acción que dijeran relación tanto con la prevención de ellas así con su
represión; a saber: “se establecieron las prioridades de acción en los campos de la
modernización del sistema judicial penal, de las policías, del sistema penitenciario-
carcelario, del sistema de estadísticas delictivas, de diseño de canales de cooperación
interactiva entre las autoridades y la población, de difusión de técnicas de prevención,
y en general de transferencia de conocimientos y tecnología antidelictiva de avanzada,
recolectada de experiencias internacionales exitosas, así como la promoción del inicio
de investigación académica propia, en Chile, en temas relacionados con prevención y
contención de la delincuencia y rehabilitación del delincuente”. 98
Las repercusiones sociales tras la creación de Paz Ciudadana, y de la noción de
Seguridad Ciudadana en general, fueron nefastas, puesto que llevaron a la
estigmatización de parte de la población (los “delincuentes” y los “extremistas o
terroristas”) e infundieron el temor en el resto de ella (los “ciudadanos”). En relación a
la delincuencia, cabe rememorar la conocida campaña de “Don Graf”, difundida a través
de los medios de comunicación, y que invitaba a temerle a la omnipresente delincuencia
y a encerrarse en las casas, cerrando así las puertas a la sociabilización en vecindarios,
barrios y poblaciones.
96
Zapata, Verónica; op. cit., pp. 24-25
97
Historia de Paz Ciudadana: www.pazciudadana.cl Citado en Zapata, Verónica. Op. cit., p. 25.
98
Ibid.
- 43 -
Respecto de la acción rebelde y de las organizaciones sociales que se planteaban
en contra del gobierno pseudo democrático y del modelo económico heredado de la
dictadura, las consecuencias también se dejaron sentir, ya que este paradigma de la
Seguridad Ciudadana puso a la población en contra de sus reivindicaciones y acciones
por considerarlas fuera de lugar en el alegre panorama de consumo democrático y por
atentar contra la normalidad, el orden y la paz social tan anheladas tras la experiencia
dictatorial.
Adaptándose a las condiciones de este periodo de “transición”, las nociones de
seguridad y orden social adquirieron nuevos tenores, siendo los poderes políticos y
económicos sus principales impulsores. Así, el aparataje represivo desplegado por el
nuevo orden democrático jugó todas sus cartas, legales, sociales y políticas, en función
de ganarle la mano a la rebeldía, acallándola, criminalizándola, penalizándola y
recluyéndola.
99
Moulian, Tomás, “Limitaciones a la transición a la democracia en Chile”, en Proposiciones 25, 1994,
p.26.
- 44 -
“democracia protegida”, prolongando la institucionalidad autoritaria de la dictadura y
obteniendo la requerida “paz” a costa de la mutilación democrática. Más allá de la
derrota vivida por los movimientos sociales y partidarios democráticos durante la
primera mitad de los 80, los grandes triunfadores fueron Pinochet y la Constitución del
‘80 que supieron superponerse y consagrarse hasta el día de hoy, aun perdiendo el
plebiscito.
Tras sobreponerse a las crisis de los años ‘83-‘84, Pinochet se volcó a ampliar
y profundizar aún más los resguardos previstos constitucionalmente mezclando poder,
represión, proyecto y legitimación. De esta manera, el nuevo esquema se veía reducido
a la reproducción socioeconómica preexistente, limitando a la sociedad en su capacidad
democrática y transformadora. Se había creado una transición protegida, dentro de un
marco legal establecido; así pues, “el sistema democrático no produce dinámicas de
cambio, sino sólo tendencias a la reproducción de lo existente, mediante cambios
adaptativos” 100. Sobre eso, encontramos también la presencia y el poder de los militares
en la toma de decisiones durante la transición, sobre todo en materia de Derechos
Humanos y Constitución, manipulando el miedo, fortaleciendo la imagen de Pinochet y
fomentando el temor a la “involución”. “Una triple combinación: una Constitución que
consagra una democracia representativa imperfecta, apoyada en los poderes fácticos
de las Fuerzas Armadas y sobre una derecha que defiende esos privilegios
‘proteccionistas’” 101.
100
Ibíd., p.28
101
Ibíd., p.30
102
Brunner, José Joaquín, “Chile: claves de una transición pactada”, en Celis Ramírez, Susana,
“Rebeldía y Utopía, Castigo y Represión. Políticas represivas en el primer gobierno de la
Concertación”, reportaje para optar al título de Periodista, USACH, 2010, p.38.
- 45 -
‘revolucionado’ por Pinochet, a las condiciones de una democracia competitiva” 103. Se
debilita también de esta manera las bases culturales de la integración, barridas por las
del éxito individual y el consumo. Hay un volcamiento hacia lo privado, un
desligamiento de lo público y una obsesión adquisitiva, condenando la asociatividad. Se
crea de esta forma una visión fatalista y depresiva, una derrota en los ‘70 y un miedo a
los ‘80, los vencidos del ‘73 y del ‘86; un mercado implacable y un Pinochet que
siempre gana, reafirmado ahora por una nueva élite política que pide olvido y tolerancia
hacia el pasado, y tolerancia cero “hacia abajo” en el presente.
103
Ibíd., p.31. Para mayor profundización, véase Moulian, Tomás, “Chile actual. Anatomía de un mito”,
LOM ediciones, tercera edición, 2002, pp.330-333.
104
Valenzuela Setter, Sebastián, “Pacificación de los movimientos subversivos en Chile. Análisis de las
política represivas entre 1987 y 1994”, tesis para optar al grado de licenciado en Historia, Universidad de
Chile, 2006, p.17.
- 46 -
estrechos que marginaliza y criminaliza todo lo restante” 105. Así pues, debe reprimirse
todo aquello que resulte fastidioso políticamente, y, para ello, es requerido un consenso
social amplio que lo permita y avale, sin cuestionar la ampliación del radio de acción
del poder político y su brazo represivo, como condición garante del nuevo orden
democrático.
Así pues, más allá de las (re) formulaciones legales y materiales realizadas por
la Concertación (principalmente las leyes Cumplido, la creación de la “Oficina” y la
construcción de la CAS), también se trabajó fervientemente en lo que fue la
resignificación tanto de la represión misma como de la rebeldía y la subversión. Fue una
ardua tarea de “resignificación simbólica” de los grupos e individuos rebeldes y sus
acciones. Los rebeldes dejan de ser considerados sujetos políticos y son convertidos,
desde el poder, en delincuentes comunes que atentan contra el orden y la tranquilidad de
la población en el nuevo escenario “de la alegría”; ya no son militantes “extremistas” o
sujetos subversivos, sino que ahora son delincuentes y/o “terroristas”. “Si bien siempre
105
Olarieta Alberdi, Juan Manuel, “Transición y Represión Política”, en Revista de Estudios políticos
(Nueva Época) n°70, octubre-diciembre 1990, España, p.255.
106
Entrevista a Fermín, op. cit.
- 47 -
se persiguió a los integrantes de movimientos rebeldes en Chile […] nunca se había
hecho desde la esfera del delito común, al contrario se le perseguía desde la vertiente
política; la cual solo había permitido articular un movimiento subversivo cada vez más
fuerte y organizado” 107. Se busca de esta manera el rechazo social transversal hacia
dichos elementos a la vez que se les castiga como delincuentes comunes.
107
Valenzuela Setter, Sebastián; op.cit.
108
Entrevista a Luis, 08/01/2014
109
Entrevista a Antonio, op. cit.
110
Rosas, Pedro; op. cit.
- 48 -
hampón, el cual solo busca la satisfacción y el lucro personal antes de buscar una
respuesta revolucionaria a los problemas sociales, políticos y económicos” 111.
“Los subversivos eran como el premio mayor pa’ la policía po, llevarse en
cana a un Lautaro o alguien del Frente era como el premio gordo pa’ los locos y en la
tele era como “que nadie se atreva a hacer lo que hacen ellos o se van presos o se
mueren” po ¿cachai? […] La prensa nunca salió cuestionando el accionar policial po,
solo cuestionaban el accionar de los cabros po, ‘los malos’”. 114
111
Valenzuela Setter, Sebastián; op.cit.
112
Entrevista a Fernando; op. cit.
113
Valenzuela Setter, Sebastián; op. cit., p.11.
114
Entrevista a Antonio; op. cit.
- 49 -
Apuntemos que el Estado reconoce presos y ejecutados políticos solo hasta marzo de
1990, en adelante, ya no existen dichas categorías.
Es posible decir que la presión no era ejercida sólo por los subversivos, sino
también por la misma derecha (la oficial) y los militares, a los que debía darse signos
claros de gobernabilidad y estabilidad, a la vez que se otorgaba garantías como la
amnistía y la anulación de casos judiciales frente a eventos como el “boinazo”.
“Entonces una de las principales tareas que tenía la Concertación en su primer
gobierno, era asegurar la gobernabilidad del país desmintiendo los pronósticos de
caos, desgobierno y conflicto de los partidarios del régimen saliente que habrían puesto
en peligro la legitimidad ‘por desempeño’ de la todavía frágil democracia
reconstituida, dando pretexto para posibles intentos de regresión política” 115. A la
presión de la derecha se sumaba el descontento de los sectores populares que aspiraban
a nuevas expectativas con la llegada de la democracia y que podían ser fácilmente
“gatilladas” por los sectores rebeldes, pues las condiciones sociales, políticas y
económicas no avanzaron hacia una mejora, sino todo lo contrario, excluyeron aún más.
Debía frenarse en seco la inestabilidad sociopolítica “de abajo” y, para ello, era
menester que los sectores populares condenasen la acción subversiva vista como mera
acción delictual.
115
Boeninger, Edgardo, “Democracia en Chile, lecciones para la gobernabilidad”, editorial Andrés
Bello, Santiago, 1998, p.381.
- 50 -
mismo discurso de la tele y los diarios, en el sentido de decir que ya todo esto estaba
fuera de lugar, que ahora todo lo podíamos arreglar dentro del dialogo, de la
conversación, pero que la violencia estaba fuera de lugar, eso da rabia”. 116
“Está todo el discurso del sin sentido de seguir siendo rebelde po, porque se
supone que la llegada de la democracia así como la vendieron los locos es que llegó la
alegría po, aquí ya no hay que hacer nada más. […] ‘La hiciste, la lograste y ahora
podemos todos vivir en paz, somos todos hermanos, no pasó ni una hueá’ cachai. Pero
en realidad la hueá no era así po, y aquel que se daba cuenta de eso, que asumía una
posición, era, puta, una lacra social de alguna manera así para la gran masa, para la
116
Entrevista a Luis; op. cit.
117
Entrevista a Ismael; op. cit.
- 51 -
mayoría de la población que también se deja influenciar en ese tiempo enormemente
por la prensa po. Que la prensa a su vez hizo su trabajo también po, la prensa se alineó
así con la llegada de la dicha democracia y ya se dejó de lado así todo… toda
expresión, todo pensamiento, todo movimiento que no estuviera acorde con los
principios democráticos establecidos por la transición, era una amenaza, una estupidez
así o… o eran hueones locos”. 118
Nada podía empañar el retorno pacífico a la Democracia y por ello existía una
clara línea de acción frente a la subversión: la desarticulación, pacificación y
aniquilamiento. A los nuevos “delincuentes-terroristas” se les aplicaba persecución
especial, les eran aplicadas leyes antiguas y nuevas referentes a terrorismo y crimen
político, se les ajusticiaba muchas veces en el lugar de los hechos (no como un criminal
cualquiera), se les infiltraba mediante la oficina y se les construyó una Cárcel de Alta
Seguridad; ¿cómo negar entonces su condición de perseguidos, presos y ejecutados
políticos?
118
Entrevista a Fernando, op. cit.
119
Son altamente ejemplificadores los casos de la Matanza de Apoquindo o el asesinato de Marco Ariel
Antonioletti.
120
Eduardo Frei Ruiz-Tagle, sobre el caso de Apoquindo en “Sangre en las Condes”, diario La Nación,
Santiago, 31 de octubre de 1993.
- 52 -
culpables; es decir, la impunidad aplicada a los militares y policías de la Dictadura, era
ahora extrapolada a las fuerzas de orden de la Democracia.
“…los locos como que la profesionalizan la hueá, […] han logrado hacer que
la represión se vea como una hueá que no está po, como que la invisibilizan de cierta
manera. Entonces, puta, la represión sigue siendo igual de cruda pero es como
menos…menos patente, es más latente, está así…está constantemente en tu vida pero la
gente por lo general no se da cuenta.” 121
“Y eso es lo que le sirve a ellos, por ejemplo, hasta el día de hoy para legitimar
los gastos de defensa, los gastos de plata en carabineros, en los ratis, eso es lo que
legitima su actuar po, como todavía hay focos subversivos y como en ese tiempo
todavía habían muchos focos subversivos, era justificado que ellos utilizaran más
recursos para reprimirlos, ‘como no los vamos a reprimir si siguen habiendo y no hay
razón para que ellos sigan teniendo armas’. […] Un grupo de taimados o cabeza de
pistolas no podían seguir pensando en esa forma de actuar, no se justificaba bajo
ningún punto de vista. Había que darles y donde duele”. 124
121
Entrevista a Fernando, op. cit.
122
Celis Ramírez, Susana, “Rebeldía y Utopía, Castigo y Represión. Políticas represivas en el primer
gobierno de la Concertación”, reportaje para optar al título de Periodista, USACH, 2010, p.104.
123
Valenzuela Setter, Sebastián; op.cit.
124
Entrevista a Ismael, op. cit.
- 53 -
Así pues ya no existían los rebeldes subversivos, sino solo delincuentes,
terroristas que siembran el terror contra la ciudadanía en su conjunto, contra su
estabilidad, contra la paz y la gobernabilidad: la exclusión política en una primera
etapa dará lugar a la exclusión judicial.
- 54 -
en torno al repudio sin contemplaciones de la acción rebelde, en general, la nueva
concepción de seguridad, la necesidad global de control social bajo el rótulo de la
pacificación no respondían a una pura cosmética democrática en relación al pasado.
Por el contrario, la nueva fase de gestión del modelo requería de la erradicación en
breve plazo de la sostenida actividad rebelde” 129. Podemos decir, entonces, que la
represión política no sólo continuó desde la dictadura sino que, aún más, se perfeccionó,
“resignificó” y legitimó profundamente. El Estado se posicionaba como el legítimo
protector de la Democracia, y no como el autoritario déspota de la Dictadura.
“Puta, los medios de comunicación siempre son del poder po, van a estar a
favor del poder y van a tratar de que la gente esté también a favor del poder. La tele te
lava el cerebro, en el fondo tratan de que la población diga ‘ah ya pero pa’ qué siguen
peleando si estamos en democracia’, si los hueones salen todo el día diciendo en la tele
que estamos en Democracia, que somos un pueblo libre, que tenemos derecho de
expresión. […] Si muestran la represión es como pa’ decirle a la población, a la
ciudadanía que nadie se atreva a ser rebelde, que nadie se atreva a atacar a los
símbolos del Estado, y menos aún que nadie se atreva a atacar a los símbolos del
mercado”. 130
129
Rosas, Pedro; op. cit, p.95.
130
Entrevista a Antonio, op. cit.
131
La Tercera, 1 de junio de 1990.
132
La Nación, 2 de junio de 1990.
133
La Tercera, 5 de junio de 1990.
- 55 -
- “Exhiben armas descubiertas a subversivos”. 135
- “El violentismo no es una materia que preocupe solo al gobierno, sino que a
toda la comunidad chilena, y por eso mismo, todos los chilenos deben reaccionar y
responder ante este violentismo”. 137
- “El año transcurrido desde marzo de 1990, nos demuestra, en forma tan
elocuente como dramática, que la amenaza terrorista sigue vigente. La creencia de que
el advenimiento de la plenitud democrática haría desistir a los terroristas de sus
desquiciados afanes, se ha visto crudamente contradicha por los hechos”. 138
134
La Tercera, 1 de noviembre de 1990.
135
La Nación, 3 de octubre de 1992.
136
La Nación, 24 de noviembre de 1993.
137
Enrique Krauss, Ministro del Interior, La Tercera, 2 de junio de 1990.
138
Jaime Guzmán, Senador UDI, La Tercera, 23 de marzo de 1991.
139
Rodolfo Stange, Director de Carabineros, La Tercera, 15 de noviembre de 1990.
140
Comunicado del Episcopado, La Tercera, 15 de noviembre de 1990.
- 56 -
perfeccionamiento del aparato represivo estatal inhumano que aislaba, reprimía,
perseguía y en último caso aniquilaba total (asesinaba) o parcialmente (recluía en la
CAS). El esfuerzo ciudadano y estatal debía volcarse en conjunto hacia la lucha contra
aquel terrorismo delictual, ilegitimo y descontextualizado bajo (en) las normas de la
Democracia. De esta manera, poco a poco fueron detectándose, seleccionándose,
infiltrándose y desarticulándose los focos subversivos (que identificaban la continuidad
del sistema dictatorial y la impunidad de los opresores de ayer y hoy) que operaban aún
bajo el “nuevo régimen democrático”, y que eran tratados oficial y mediáticamente
como delincuentes comunes. “Debemos reconocer una enorme contradicción la de
considerar al sujeto subversivo como un delincuente para efectos mediáticos a la vez
que ser considerado como un terrorista de Estado para efectos judiciales” 141.
“…implementan miedo, te dicen que tení que tener miedo. Si querí vivir
tranquilo ten miedo, tenle miedo al Estado, si no, tenemos esto y esto…” 142
141
Valenzuela Setter, Sebastián; op.cit.
142
Entrevista a Antonio, op. cit.
- 57 -
“El horizonte va desde la formulación de discurso hasta la eliminación política
recíproca en la cual la idea del aniquilamiento político policíaco-militar a través de la
‘pacificación’, ‘lucha antiterrorista’ y ‘seguridad ciudadana’ provoca un constante
deterioro y desgaste de carácter inevitable en la fuerza propia de los rebeldes y de otra
parte de tensión y concentración represiva por parte del Estado, particularmente
‘limitado’ aunque no anulado por las nuevas condiciones de reconversión represiva
que imponía la transición democrática. Por ello era útil y necesario llamarlos
‘terroristas’; quedaban aislados” 143.
143
Pedro Rosas, op.cit., editorial Septiembre Negro, 2010, p.189
- 58 -
IV Capítulo segundo: Los hijos de la Dictadura. El largo camino de la
resistencia.
De nuestros miedos
nacen nuestros corajes
y en nuestras dudas
viven nuestras certezas.
En los extravíos
nos esperan hallazgos,
porque es preciso perderse
para volver a encontrarse.
- 59 -
En función de esto, identificamos tres principales pilares sobre los cuales los
jóvenes pobladores de los ’80 construyeron sus identidades personales las que, en cierto
sentido, confluyeron en una identidad colectiva. Familia, iglesia y población
constituyeron elementos fundamentales para nutrirlas, mezclándose en la construcción
social de los sujetos y derivando en estas identidades.
144
Jelin, Elizabeth, “Los trabajos de la memoria”. Siglo XX editores, 1998, p. 20.
145
Stern, Steve J., “De la memoria suelta a la memoria emblemática: hacia el recordar y el olvidar como
proceso histórico (Chile, 1973-1998)”, en Garcés, Mario (compilador), Memoria para un nuevo siglo”,
Lom ediciones, 2000.
- 60 -
Identidades en cuya construcción cada sujeto toma parte, haciéndose cargo de
sí mismo, su historicidad y de la consistencia entre lo individual y su correlación con lo
colectivo, de manera que “para fijar cierto parámetros de identidad, el sujeto
selecciona ciertos hitos, ciertas memorias, que lo ponen en relación con otros. Estos
parámetros, que implican al mismo tiempo resaltar algunos rasgos de identificación
grupal con algunos y de diferenciación con otros para definir los límites de la propia
identidad, se convierten en marcos sociales para encuadrar las memorias”. 146
146
Jelin Elizabeth; op. cit., p. 25
- 61 -
Sin embargo, no existe un tipo de familia en particular que propenda per se a la
identificación con la rebeldía, ni una influencia ni experiencia singular que se ejerza
sobre los sujetos y que decante necesariamente en una visión determinada del mundo;
de manera que, en la diversidad y disimilitud de cada familia y su propia historia, es que
anidan las bases de las distintas identidades personales que darán paso a la convergencia
en una identidad rebelde común.
Es así como se torna de la mayor relevancia analizar las posturas y visiones que
tuvieron las familias de estos jóvenes respecto de la realidad sociopolítica que vivía el
país durante el periodo en que vivieron su infancia y adolescencia, ambas etapas de gran
apego y cercanía con su núcleo familiar, y que estuvieron marcadas por el sesgo
represivo de la dictadura militar.
“Mi familia son cuatro personas: mis papás, mi hermana… y es una familia
así como bien unida. Mis papás por un lado siempre fueron así de orientación
marxista-leninista, militantes, ellos pertenecían al MIR y eran personas bien integras
en su vida diaria. Como que siempre nos enseñaron a mí y a mi hermana, eh… a que
había que pensar un poquito”. 147
- 62 -
Miguel, dentro del proceso histórico del MIR ¿cachai?, nos contaba también…
experiencias de él y nos hablaban acerca de cómo funcionaban no sé po, los
sindicatos, los vecinos, la pobla…”. 148
“Mi papá me enseñó una frase cuando yo era muy chico, que era una frase que
le dijo Miguel Enríquez a Salvador Allende: si el gobierno y el estado tiene su ejército,
el pueblo debe tener su propio ejército, que los defienda a ellos, porque nadie va a
defender al pueblo de los intereses del estado, a no ser que sea un estado
revolucionario. Por lo tanto, nosotros creíamos que teníamos esta labor, nosotros
teníamos que enfrentarnos a ellos, no había, no había otra forma”.
“mi papá era un comunista que tenía la casa llena de libros, entonces como
que siempre tuve una formación teórica grande, de corte más marxista y todo, si el loco
era comunista obrero vieja escuela”. 149
148
Ibíd.
149
Entrevista a Fermín, op. cit.
150
Entrevista a Ismael, op. cit.
- 63 -
constitutivas de un pensamiento personal de cuestionamiento y crítica autónomo, no
meramente impuesto o transmitido por su núcleo familiar. Entonces, la teoría fue
contrastando y aportando a la construcción identitaria de estos jóvenes, tal como nos lo
menciona Antonio, cuyo padre detenido desaparecido también militó en el MIR, gracias
a lo cual tuvo acceso a literatura de izquierda:
“ya cuando uno es más grande, doce, trece años, empezai a cachar más, a
tener más mente y empezai a cuestionarte las hueás, las cosas te hacen sentido. Yo
siempre he sido bueno pa’ leer entonces… leía sobre marxismo, me hacía sentido, leía
sobre lo poco que llegaba de anarquismo y me hacía sentido. Ahí uno se va
diferenciando políticamente, se va definiendo”. 151
151
Entrevista a Antonio, op. cit.
152
Lira, Elizabeth, “Reflexiones sobre memoria y olvido desde una perspectiva psico-histórica”, en
Garcés, Mario (compilador), “Memoria para un nuevo siglo”, LOM ediciones, Santiago, 2000, p. 71.
- 64 -
“ya después no supe nada más de mi viejo porque el ‘80 desapareció (…) mi
viejo era militante del MIR… puta, participó en una acción, en verdad nunca supe,
nunca quise preguntar, y en realidad nunca me quisieron contar bien, pero al loco se lo
llevaron preso y no volvimos a saber de él (…) de pendejo mi vieja como que se quiso
desligar. Ahora entendí ya más viejo que era por miedo, pa’ que yo no hiciera hueás
parecidas po. Pero de chico siempre tenía el bichito, siempre supe que los milicos lo
desaparecieron también po, nunca me engañaron”. 153
“Es que cuando estai en una familia que no, que tiene miedo, no se habla
mucho de eso po, hasta cuando ya catorce, quince años empezai a darte cuenta, en mi
caso junto con mi familia, como va pasando la cosa y vai de a poco interiorizándote, en
una familia que no era marxista pero si era de izquierda, te vai de a poco sacando los…
¿cachai?, los temores”. 154
Con otros matices, el temor a que los hijos vivieran episodios violentos e
inhumanos invadió también a quienes sufrieron la represión en forma de exilio y
retornaron al país con hijos adolescentes como Luis:
153
Entrevista a Antonio, op. cit.
154
Entrevista a Marcelo, op. cit.
- 65 -
“era raro porque a pesar de que mi papá estaba clandestino y ponía en riesgo
su vida permanentemente, igual ellos tenían temor de que… lo cual igual entiendo…
tenían temor de que yo me expusiese a esos riesgos po, más aun que yo era un niño”. 155
155
Entrevista a Luis, op. cit.
156
Ibíd.
157
Ibíd.
- 66 -
Resulta, entonces, significativa la influencia de la esfera familiar en la
conformación de los sujetos y su pensamiento político, especialmente en los casos
analizados, donde la militancia o adherencia política de izquierda decanta en los más
jóvenes de la familia, con matices diversos en función de las experiencias familiares
vividas relacionadas a la represión dictatorial, a la memoria transmitida por los mayores,
al grado de compromiso político ligado a la militancia, y a la historia familiar particular
de cada núcleo.
“Era un lugar que pasaba piola, por decirlo así. La iglesia era puta
fundamental, porque ahí podíai que estar el sábado o el domingo, podiai tomar once
con tus amigos pero se generaban esos vínculos siempre po. Ahí era donde nosotros
- 67 -
empezamos a coordinarnos así como no sé po, amigos que fuéramos al colegio o en
otros colegios de ahí mismo, de la zona”. 158
“Por ejemplo, ahí coordinábamos que el lunes ciertas calles tenían que
amanecer con cosas pegadas, entonces, nosotros, el domingo en la noche salíamos y
pegábamos donde nos tocaba pegar a nosotros y hacia que el lunes en la mañana
estuviera pegado no se po, de Cardenal Caro con Independencia hasta la Palmilla,
toda esa parte de Cardenal Caro llena de tallarines”. 159
Instancia religiosa, que para algunos jóvenes resultaba una excusa para
reunirse, organizarse o escaparse a alguna protesta; finalmente, para compartir, crear
lazos e identificarse con un grupo de intereses y motivaciones comunes:
“Tú te metí a grupos ¿cachai? como dentro de la iglesia que a la larga eran
disfraces po, mis viejos me meten en un… a como confirmación de ahí voy viendo po,
como trece, catorce años, que más encima coincidió con la edad de que ya, por la
época que yo nací, ya estaban todas las protestas y vai, de a poco te vai como no sé po,
decíais que ibai a jugar a la pelota, te arrancabai y ibai a las barricadas, a los paros, a
las protestas nacionales, todo eso te vai metiendo po ¿cachai?, vai viendo con tus
amigos o vai cachando que están en la misma y vai viendo po”. 160
“Un año, no me acuerdo la verdad en que año exacto pero llegó a trabajar así,
en la parroquia, un cura que había sido vocero del MIR que era Rafael Maroto que fue
un cura así bien conocido, con harta historia, fue buscado en un momento. Y él llegó
158
Entrevista a Ismael, op. cit.
159
Ibíd.
160
Entrevista a Marcelo, op. cit.
- 68 -
ahí y hacía el trabajo parroquial po, se juntaba mucho con los jóvenes, y él era un
caballero que tenía así una formación política, el loco creía así en, en cómo se llama
esto, en la labor social de la iglesia 100%, y política, porque había una labor política
de la iglesia. Porque él hablaba de que Dios no podía estar del lado de los que
tuvieran el poder y los que tuvieran más dinero, si los desposeídos estaban ahí po, era
el lugar donde a él le correspondía estar, pudiendo entregar un grano de arena”. 161
De manera que, no sólo los jóvenes pudieron desplegar con relativa libertad
acciones tendientes a manifestarse políticamente, sino que también las comunidades
pudieron conocer e identificarse con el mensaje de justicia promovido por la iglesia con
discurso social, perdiendo el temor a la dictadura de Pinochet al saberse una comunidad,
con apoyo de personas a quienes reconocían como autoridades (aunque fueran
eclesiásticas) y que hacían público su discurso en oposición a la dictadura y su política
represiva, y al ir socializando con sus vecinos:
“Mi familia la verdad no era muy política la verdad, pero sí era católica,
entonces no se hablaba mucho de marxismo ni de política en la familia pero si a través
de la iglesia se fue perdiendo un poco el miedo, y a finales ya de los ’80 eh empezaron
no sé po mis mismos viejos a salir a la calle, a perderle el miedo a los milicos”. 162
161
Ibíd.
162
Entrevista a Marcelo, op. cit.
163
Entrevista a Ismael, op. cit.
- 69 -
“Después terminamos todos como compartiendo en la calle po ¿cachai?, bien,
y sobre todo a partir de las comunidades cristianas de base que se daban en las
parroquias en ese tiempo eran, la mayoría si no era creyente por lo menos participaba
o ocupaba las instancias de las comunidades cristianas pa’ poder dialogar
políticamente, disfrazado pa’ que los milicos no cacharan”. 164
“Habían militantes del Frente, había harta persona del Frente, que se movían
a través de la iglesia Si po, los que hacían los talleres de catequesis finalmente. Ahí
llegan cabros más viejos y que sabían más (…) Entonces, ahí pueden ver si tú vai a
estar en la parroquia trabajando y si estai trabajando en la parroquia soy una persona
más pública, porque la gente te ve más igual po, entonces te quedai como ahí y tení que
hacer ciertas cosas, trabajar con los niños ¿cachai?, que era algo que se daba caleta y
mucho era trabajar con niños”. 165
164
Entrevista a Marcelo, op. cit.
165
Entrevista a Ismael, op. cit.
- 70 -
misma, vai perdiendo el miedo, tení una red de apoyo que es desde la misma
iglesia”. 166
“Sobre todo a partir del ’86, cuando la iglesia cierra las comunidades
cristianas de base y te quedai sin espacio, y sobre todo cuando hay un cambio en la
dirección de la iglesia y empieza el sapeo desde la iglesia”. 167
166
Entrevista a Marcelo, op. cit.
167
Ibíd.
- 71 -
Durante la década de los ’80, la población albergaba prácticamente la totalidad
de las instancias sociales dentro de las cuales los jóvenes pobladores del periodo
desarrollaban los diversos aspectos de su vida cotidiana: el hogar, la escuela, la iglesia,
los círculos de amistades. Todos espacios de socialización que dotaban de dinamismo a
las poblaciones, a la vez que nutrían las bases identitarias de los jóvenes y daban paso a
la conformación de sus propias redes de afinidades y complicidad.
“Eso me hizo ser lo que soy ahora igual po, o lo que fui después. Tiene mucho
que ver donde nací y la resistencia del lugar con las decisiones que yo tomé después en
mi vida y…de dar un paso a la lucha, a la resistencia, como se le quiera llamar po, o al
ataque como se le llama ahora también”. 168
En esta línea, los jóvenes de los ‘80 inician el relato sobre los orígenes de su
identidad rebelde hablando de las poblaciones en que nacieron y crecieron:
168
Entrevista a Fernando, op. cit.
169
Entrevista a Antonio, op. cit.
- 72 -
“Nací en el ’72, en agosto, y nací en una de las poblaciones que fue bastante
combativa durante la dictadura, yo nací en Conchalí, en la Juanita Aguirre y allá en la
calle había mucho policía, mucho militar”. 170
De la misma forma, se nutren los relatos con historias oídas hace años a los
padres y a la gente antigua de la población, a los propios protagonistas o testigos del
pasado de resistencia que ha marcado el nombre de la población; relevándose así la
transmisión oral de la historia como un elemento fundamental para la conservación de la
misma y el cuidado de la vida social y comunitaria característica que allí se ha forjado
durante décadas:
“Los viejos eran los que siempre te contaban lo que pasaba en la población,
que la Juanita Aguirre era una población combativa, entonces que era una población
que no se podía perder. Que uno así, no podía de ser de la Juanita Aguirre o no podía
no sentirse identificado con la historia del lugar, que era un lugar que había así,
luchado históricamente po, lucharon por sus casas primero, entonces después que
consiguieron las casas lucharon por otras cosas y ahí llegó la dictadura y había que
seguir luchando, no se podía dejar la lucha”. 172
170
Entrevista a Ismael, op. cit.
171
Entrevista a Marcelo, op. cit.
172
Entrevista a Ismael, op. cit.
173
Ibíd.
- 73 -
fuente directa de información que se los dieran a conocer. Así, la historia de la
población se va convirtiendo en un relato conocido por todos los pobladores y, en
ocasiones, transciende los límites territoriales, conformándose una caracterización
propia del lugar. En este sentido, se reconocen los elementos distintivos del propio
espacio territorial, así como los de otras poblaciones, incluso tildándolas de
“emblemáticas” en lo relativo a la resistencia y la rebeldía:
“La Juanita Aguirre y todo ese lado es medio combativo, como que se tomaban
calles, tampoco cuático al nivel no se po, el nivel de otras poblas más emblemáticas,
que hay varias… como la villa Francia que sería de las más reconocidas, pero sí,
siempre se han hecho cosas de cortes al menos. Además todo ese sector fue una toma,
La Palmilla todos esos lados, un poco antes sipo, entonces fue marcado un poco por la
barricadas en las noches, pa’ las fechas simbólicas y pa’ otros días también
‘normales’”. 174
“El típico acoso policial nomás que yo creo que se vivió en todas las
poblaciones, porque igual no hubo tanto muerto ni na’ por ahí, creo. Lo típico de todos
lados, carros policiales dando vuelta, allanamiento a las casas, los helicópteros, pero
más que eso no tanto, si el ambiente ya era represivo en la sociedad po, entonces
aumentaba un poco más nomás por estar en la periferia y en un sector más
poblacional”. 175
174
Entrevista a Fermín, op. cit.
175
Ibíd.
- 74 -
“Vivir en la Bandera igual es distinto po. La presencia de la resistencia a la
dictadura en ese espacio era fuerte, era cotidiana, una cosa de todos los días; de cierta
manera igual ahí era un poco más abierta que en otros lugares (…), más que nada por
la presencia policial que había en el lugar, que era un acoso constante policial y
militar po, entonces la gente que se crió en esos tiempos, que nació en dictadura o un
poco antes y se fue criando en ese espacio, fue asumiendo una posición frente a la
vida”. 176
“Es distinto ser rebelde en un contexto así que en otro, porque un rebelde en
una población donde ha sido así una población marginal, que ha sido acosada
constantemente por el poder, por la autoridad es distinto a un loco que surge así en no
sé po en una región que no sea Santiago ¿cachai?, o en una comuna culiá que no sea
así como…que se han dado casos que no sea una comuna tan popular po ¿cachai?, o
una población en realidad”. 177
176
Entrevista a Fernando, op. cit.
177
Ibíd.
178
Entrevista a Ismael, op. cit.
- 75 -
“El primer choque siempre es con la figura de autoridad, con la presencia de
los milicos en las calles de tu pobla, con el hecho de que hayan habido vecinos
desaparecidos ¿cachai?, locos que mataron…”. 179
“La postura anticapitalista viene… puta viene como consecuencia de tener una
vida así, una vida de mierda yo creo y estar consciente de eso”. 180
Al mismo tiempo, esta identificación con el lugar de origen dice relación con
las lógicas y prácticas propias de la vida en población y su cotidianeidad. En palabras de
Ismael:
“Era fuerte el rollo de la población po, era súper fuerte. Tú conocíai no sé po,
habían como, no sé, cinco colegios ahí mismo en la población, teniai compañeros que
iban en un colegio más allá, conocíai a los hermanos, y así… era fuerte el rollo de que
conociai mucho a la gente con la que te veíai”. 181
179
Entrevista a Fernando, op. cit.
180
Ibíd.
181
Entrevista a Ismael, op. cit.
- 76 -
finalmente te generaba una formación de joven cristiano ¿cachai?, y dentro de eso
estaba todo lo social también”. 182
“Vecinos más viejos, papás de amigos que cuando ya te ven que estai en la
misma se atreven a dialogar más, te van contando su experiencia, te vai dando cuenta
que están metidos en hueás similares y vai de a poco dialogando y, como te decía antes
que en el caso de mis viejos que no eran políticos, no…no tenía un referente interno al
hogar que fuera en ese aspecto, entonces lo tuve que ir a buscar y dónde lo encontré,
tuve la suerte de estar en un sector ¿cachai? con harta actividad comunitaria, que se
daba la conversación, también se daba el sapeo pero sobretodo se daba la
conversación franca con varios de los vecinos”. 183
“Alguien que te juntabai era tu vecino de una cuadra más allá… y el papá
podía ser detenido en su domicilio y su hermano podía ser torturado o podía estar
preso ¿cachai? Y…ya en ese sentido, puta tu imagen paterna se mantiene pero, tú
empezai a conocer, a ver lo que le pasó a otra persona. Entonces, entendí que el
hermano de un hueón está preso y el hermano de él sigue mucho o puede seguir mucho
el ejemplo de este otro hermano po, entonces estás vinculado mayormente”. 184
182
Ibíd.
183
Entrevista a Marcelo, op. cit.
184
Entrevista a Ismael, op. cit.
- 77 -
enriqueciéndose con relatos y experiencias de los viejos, pero también experimentando
las propias en la medida en que se asociaban en torno al cariño, la confianza, los ideales
y la complicidad.
Es en este escenario en el que estos jóvenes pobladores dan sus primeros pasos
en la rebeldía a través de acciones directas que hablaban sobre su resistencia activa a la
dictadura militar y sus políticas represivas. Al comienzo, estas pequeñas acciones
pudieron formar parte de la imitación de cosas que se veían en lo cotidiano, pero fueron
afianzándose en la propia convicción con el tiempo:
“En la misma pobla, uno de chico por pelusón salía a apañar a las barricadas,
camotear a los pacos, siempre se hizo eso como un juego que no se entendía mucho,
pero después ya más adolescente se iba dándole todo el corte político y contenido más
social”. 185
“De repente igual hay locos que son viejos dentro de la villa o de los piños
motivaos; como que van cachando que puta, erís de confianza po… entonces de partida
no es como que te aburrai de tirar piedras y agarrí una tuna y salgai a disparar po,
pero puta de repente ser como ayudista, ¿cachai?, esas eran las primera acciones que
puta, teníai más riesgo”. 186
“De pendejo uno veía como los vecinos más grandes participaban en cosas y,
no sé po de participar en una…puta de ir a una velatón, de participar en una olla
común…de ahí un paso a tirar un cadenazo no es nada po, o a participar en una
185
Entrevista a Fermín, op. cit.
186
Entrevista a Antonio, op. cit.
- 78 -
barricada así, es una cosa, una consecuencia no más po que va con el tiempo cada vez
siendo de mayor edad se va participando en cosas más puntudas, por decirlo de alguna
manera”. 187
“A los trece años, ya estaba así, no militando pero era casi pre-militante de
un grupo de la zona, que era así de orientación mirista igual, ¿cachai?, entonces como
que ahí tenía una formación en la que los locos te sacan a pegar, empezai a hacer como
pequeñas cositas y pequeñas cositas te forjan lo que tú vai pensando y lo que vai
sintiendo del período”. 188
Sea cual fuera la manera o el medio a través del cual los jóvenes pobladores de
la década del ’80 dieran sus primeros pasos concretos en la acción rebelde, lo claro es
que tanto sus motivaciones como su visión de la realidad política del país se
encontraban en estrecha relación con su crecimiento y desarrollo dentro de sus
respectivas poblaciones. La pertenencia a un territorio con memoria histórica de lucha y
resistencia, las lógicas inherentes a la vida poblacional tendiente a lo comunitario y el
sentimiento de identificación con una identidad de clase, se conjugaron para constituir
un cimiento sólido sobre el cual sentar las bases de sus identidades personales desde la
misma infancia.
187
Entrevista a Fernando, op. cit.
188
Entrevista a Ismael, op. cit.
- 79 -
2. Evolución de la identidad y la praxis en la juventud poblacional
‘80 – ‘90
- 80 -
De esta manera, se identifica a sí mismo y grupalmente no sólo por el factor
cronológico (generacional), sino también por las condiciones de existencia y por las
acciones que llegan a desplegarse en el tiempo y el espacio, contextualmente
apropiados. Viven en la población, viven lo popular, y generan un sentimiento más o
menos común frente al sistema aplastante en el que viven tras experiencias unificadoras
de acción social. Así comienzan a hacerse cada vez más protagonistas de una historia de
resistencia sociopolítica un tanto descontinuada por la generación anterior, y que queda
cada vez más en sus propias manos: “ya sea chocando frontal y violentamente con
agentes o símbolos del sistema social, ya sea negándolo a través de prácticas
asociativas con que los sujetos se desvinculan de las ofertas de integración, las formas
de resolución del conflicto social colocan siempre en el centro al joven poblador, sus
vivencias y sus sueños” 189.
Dicho “sueño americano en Chile” era prácticamente inviable para las familias
pobladoras y la juventud lo sabe; ante este escenario, es entendible que se haga tan
lógico volcarse a las relaciones interpersonales con “sus pares”, estrechadas por la
189
Olavarría Araya, Braulio, “Ni anómicos ni desintegrados: tres generaciones juveniles y un Proyecto.
Proceso histórico de cambios en las prácticas sociales y políticas de la Juventud urbano-popular de las
comunas de La Granja, San Ramón y La Pintana (Chile), entre 1973 y 2000”, tesis para optar al grado de
Licenciado en Historia. Universidad de Chile, Santiago, enero de 2003, p.20.
190
Ibíd., pp.33-34.
- 81 -
realidad cruda en un principio, y muchas veces afianzadas más tarde por factores
ideológicos y/o políticos, es decir, lo social primero, luego lo político, en un sentido
general: “La identidad social refiere a una definición de clase, es decir, a un sentido de
pertenencia a un mundo popular escindido del orden dominante e impuesto. […] Muy
ligada a ello, la identidad política corresponde al momento en que la identificación
clasista se vuelve sujeto de una acción orientada en última instancia al cambio social.
Por tanto, ‘lo social’ en el discurso juvenil, refiere a un estado definido por el orden,
mientras que ‘lo político’ apela a una actitud que dicho estado social cualifica
proyectivamente” 191. En ese sentido, las protestas nacionales de los años 1983 y 1984
jugaron un rol fundamental en lo que significó la ampliación de lo social y lo local hacia
una proyectualidad política nacional. Si bien resultaron ser un fracaso en tanto terminar
con el régimen (junto con la operación siglo XX posteriormente), sí se tradujeron en una
fuerte experiencia en que los jóvenes fueron capaces de reiniciar el camino de sus
predecesores reivindicando lo poblacional como plataforma principal de resistencia y
lucha: “así como los jóvenes de 1975 encontraron su referente en la UP, los de 1986-87
lo tuvieron en la movilización social de principios de los ochenta” 192.
191
Ibíd., p.54.
192
Ibíd., p.64.
193
Ibíd., p.67.
- 82 -
protagonistas las dinámicas propias de asociatividad y acción de la juventud de
población. “Estos jóvenes se apropiaron del espacio de sus poblaciones marginales y
desarrollaron un conjunto de acciones de desobediencia que fueron más allá de las
intenciones y las orientaciones de los dirigentes políticos de la oposición” 194.
194
Weinstein, José, “Los jóvenes pobladores en las protestas nacionales (1983 – 1984). Una visión
sociopolítica”, CIDE, Santiago, 1988, p.5.
195
De ahí probablemente la aglomeración de grupos de distinta índole: “volados”, militantes, parroquias
de base, “pelusones”, etc., que reconocen finalmente la represión, la marginación y al Estado mismo
como el enemigo común.
196
Weinstein, José, op.cit., p.25.
197
Ibíd., p.49.
- 83 -
Pero el aprendizaje político no es lineal, ni unidireccional. La crítica y la
oposición a determinadas formas de organización y participación también forman parte
del quehacer político de la juventud, que, pasada la infancia, adquiere mayor grado de
autonomía y conocimiento concreto de lo político. En ese sentido, los pilares
identitarios de la rebeldía no son estáticos (aunque podrían llegar a serlo) en la
evolución política de la juventud de los ochenta: “la distancia cultural
intergeneracional genera, en consecuencia, potencialidades de acciones colectivas de
juventud orientadas hacia transformaciones principalmente culturales. Los valores, las
costumbres y las prácticas son puestas en duda por la acción de los jóvenes que
introducen innovaciones culturales” 198. En la misma línea, Eduardo Valenzuela
reconoce al menos cuatro vertientes de acción de la juventud: las conductas de
retraimiento o evasión, las conductas de retraimiento organizado, las conductas de
rebelión anómica, y las conductas de movilización política organizada 199. Como
podemos suponer, al menos estas cuatro formas de acción colectiva colisionarían en
algún momento con la coerción estatal: desde los volados, pasando por las comunidades
parroquiales de base y los rebeldes no organizados, hasta los militantes; es decir, el
germen de la rebeldía en la población, viniese de donde viniese, es casi transversal a la
juventud.
198
Ibíd., p.84.
199
Ver en Valenzuela, Eduardo, “La rebelión de los jóvenes”, Ediciones SUR, Santiago, 1984, pp. 94-95.
200
Entrevista a Fernando, op.cit.
- 84 -
Continuando con la realidad territorial y las causas de una postura rebelde,
Fernando continúa diciendo:
“Se supone que uno lucha por un bien mayor po, pero también hay… bueno,
motivaciones personales así muy subjetivas, que es como que uno no podría estar
viviendo así, cachando que el mundo es una porquería, y estar muy tranquilo y negarlo,
pero también hay como…hay hueás prácticas que te hacen así, no sé po, sobre todo si
lo hacís desde la población te hacen recuperar pequeñas cosas.” 201
“Pa’ mí al principio era como abacanado, ‘soy terrible rebelde y ando ahí, le
tiro piedra a los pacos’. Después crecí, madurai, te vai dando cuenta que la rebeldía no
tiene que llevarse en la boca sino que en la mente y en las acciones po. Puta el solo
hecho de no tragarme las cuestiones que me decían que tenía que creer, que tenía que
quedarme callado, que tenía que andar con miedo… eso ya me convertía en un rebelde
po. Incluso, puta incluso era medio punky entonces hasta en mi vestimenta trataba de
imponer mi rebeldía po ¿cachai?” 202.
“…eso tuvo que ver así fundamentalmente con que, no sé po, había por
ejemplo cabros de nuestra edad que aparecían muertos. Entonces como que ahí te
201
Ibíd.
202
Entrevista a Antonio, op.cit.
- 85 -
chocaba más, de repente, no sé po, habían desaparecido un par de cabros, habían
matado a otro. Ahí surge como… un poco antes surge lo de los hermanos Vergara, que
lo que uno sabía era que, puta, mataron a un par de cabros, pero después ese par de
cabros podiai ser tú con tu amigo, como podía ser tu vecino, ¿cachai? Y como la
información nunca era real, entonces siempre podiai ser el malo tú, aunque fuerai a
comprar pan” 203.
“…en ese tiempo yo era más chico pero igual ya estaba vi’o… y ahí como que
partió una identidad de rebeldía con respecto a lo que está impuesto, con respecto a
todo el tiempo de mierda que había tocado vivir, a los muertos, entonces ahí fue como
rebeldía […] Entonces yo creo que en ese tiempo partió, y que se aumentó obviamente
con toda la farsa culiá del plebiscito y de la salida pactá’ del chuchetumare cuando ya
estaba más grande” 204.
203
Entrevista a Ismael, op.cit.
204
Entrevista a Fermín, op.cit.
- 86 -
“centristas” antes golpistas y ahora opositoras. El eslogan de la llegada de la alegría con
la vuelta a la democracia fue en gran medida una conjunción de esperanzas para el
mundo popular, y más específicamente para los grupos mayores, derrotados de antaño.
Por otra parte, la juventud popular nunca conoció una alegría, nació y creció bajo un
mismo régimen y creó sus propias expresiones y asociaciones en la misma población.
Por ende, no tenían mayor referente partidario ni figura política confiable, más bien los
invadía todo lo contrario: la desconfianza y la rabia.
“…en verdad yo igual era pendejo, y cuando ganó el NO, puta salí a la calle a
celebrar po’, con mi familia y pa’ mí era como un… el hecho de decir esta hueá por fin
se acabó; por fin se acabó lo que había pasado con mi viejo, con los hermanos
Vergara, con el Toño, con todos los presos y asesinados en Dictadura po. Eso… ahí
tenía 15 años y creía todavía en el viejito pascuero po, después ya tenía, como el 92,
93, cuando todavía funcionaba la Oficina, puta ahí ya era más grande y tenía más
mente po, 18, 19 años, empezai a darte cuenta que las hueás siguen igual po… siguen
pasando los pacos, cada 11 te disparan, te gasean, los pacos con sus hueás de
guerra…” 205
205
Entrevista a Antonio, op.cit.
- 87 -
vendieron la mula diciendo que iba a ser mejor, que íbamos a estar felices, que la
alegría iba a venir y todas esas mierdas po.” 206
De esta forma, un joven en genérico vio el cambio político desde una brutal
dictadura a una democracia igualmente represiva, con su propio sistema de inteligencia,
y que no hizo más que profundizar un sistema económico liberal que claramente nunca
los favoreció. De la misma forma, es posible apreciar cómo se reconoce en la clase
política antigua y nueva un enemigo inhumano y mentiroso. Así pues, constituyeron los
jóvenes el grueso de la población resistente o al menos desconfiada a la transición a una
democracia pactada e impuesta y desconocida. Luis nos complementa al respecto,
aludiendo bajo su lectura a la naturaleza de la transición democrática cuando nos dice:
- 88 -
plebiscito y el cambio de mando permitido por la propia dictadura, que ya no se erguía
con la fuerza de antaño:
“…el eslogan era muy bueno, ‘la alegría ya viene’, la diferencia es que
nosotros nunca luchamos por esa alegría, entonces, no había alegría que ver. Sólo
seguíai viendo a los pacos y seguíai viendo que pasaban cosas; ya no era por ejemplo
en la tanqueta, ahora veíais así camionetas raras y siempre habían hueones raros,
entonces la represión pasó de ser explícita a ser implícita, a andar con 8 ojos abiertos
porque ya eran más desgraciaos. Cuando llega la democracia, los hueones que
pertenecían a grupos armados del PS, del PC, se dan vuelta la chaqueta y empiezan a
trabajar para el gobierno y no hay nada peor que un hueón que haya sido así, que sepa
cómo funciona la cosa; ahora es del otro lado, es más represivo, es mucho más
represivo”.
208
Entrevista a Marcelo, op.cit.
- 89 -
coercitivos. Algunos jóvenes militantes/simpatizantes terminan de sufrir una gran
“decepción” de los partidos de la antigua resistencia ahora gobernantes, mientras que
los no militantes profundizan su rechazo hacia toda la maquina partidaria de Estado. El
“no estar ni ahí” típico de los noventa hace referencia hacia el rechazo o indiferencia de
los jóvenes a la política formal e institucional que se desmedra en pos de nuevas lógicas
político-organizativas que se han ido desarrollando informalmente hasta nuestros días, y
que significaron (significan) un mayor problema para el Estado aún después de
desarticulados los grupos militares de izquierda durante los años noventa.
“…manteníamos una continuidad en la lucha, que esto no iba a cesar, que esto
no cesaba. Así que nosotros no íbamos a parar el enfrentamiento, no hay razón de ser
por la que… por la cual bajar las armas o por la cual deponer un enfrentamiento. No
existía razón alguna… así que creo que a ninguno le cabe en la cabeza que tuviéramos
que cambiar nuestro modo y apaciguarlo. Nosotros no creíamos que podíamos ser
como ellos, ellos se dieron vuelta la chaqueta y trabajaron pa’ otros y nos buscaron a
nosotros.” 209
209
Entrevista a Ismael, op.cit.
- 90 -
postura muchas veces “inentendible” para la juventud militante o no. Ver a antiguos
compañeros colaborando con la consolidación del modelo implantado (o reimplantado)
por la dictadura fue un hecho de dura asimilación, que produjo (o indujo) también a un
cambio táctico de la rebeldía organizada o no. Muchos militantes optaron por
desvincularse de sus partidos o terminaron haciéndolo por la represión y consiguiente
desarticulación de los mismos. Finalmente militantes y no militantes acabaron en gran
medida por radicalizar sus posturas apartados de los partidos políticos, ahora con una
mayor madurez revolucionaria que en la adolescencia bajo el escenario dictatorial.
210
Entrevista a Fernando, op.cit.
- 91 -
lógicas partidarias de las generaciones anteriores (otros terminaron por defraudarse
después). Por otra parte no sintieron profundamente la derrota del ’73 como sus padres e
irradiaban el enérgico ímpetu propio de la juventud. Habían encontrado dinámicas
organizativas nuevas, horizontales y territoriales, y tenían además repulsión por la
figura policiaco-militar y de autoridad en general ¿Por qué habría de ocurrir entonces
una nueva radicalización más allá de la postura rebelde ya aprehendida?
Otro joven del período, que ingresó a estudiar al ex Pedagógico y encontró allí
nuevas afinidades a principios de los noventa nos habla de una nueva mentira, una
nueva derrota, y una nueva evolución propia:
211
Ibíd.
- 92 -
culiao de la salida pactada, y que al final se empezó a masacrar y destruir y
desarticular a todos los grupos armados y a perseguir identidades subversivas,
¿cachai? Ahí como que viene el crecimiento más grande mío, en cuanto a teoría y
práctica igual po’, porque igual ahí te poní más choro además” 212.
…y ahí está el tema de que la gran mayoría del movimiento social chileno se
compra ese discurso po’: se compra que lo importante es la democracia, es subir un
poco la vida material que tengai a través del chorreo ¿cachai?; es que te comprai que
tení un hueón que está a cargo de presidente que te va a cambiar la vida y se acabó po’
hueón… se acabó, y el que no esté conforme con eso, puta pa’ eso está la pasta y pa’
eso hay otras hueás …” 213.
- 93 -
social. Cuando la política de izquierda se vuelca solo a la lucha por los Derechos
Humanos, y olvida por completo la bandera de la revolución volviéndose contra ella,
muchos jóvenes terminan por categorizarla como antagonista. El anterior joven
poblador (no militante, aunque simpatizante del MJL) realiza una lectura y análisis de la
izquierda de los noventa desde la continuidad de su posición revolucionaria y socialista
frente al nuevo gobierno. Reproducimos:
“Yo creo que en los años ’90 fue desde la izquierda un tema que se centra casi
toda en la lucha en los derechos humanos, en la memoria ¿cachai?, en los presos
políticos, por lo menos durante todos los ’90. Y eso es una estrategia de la izquierda
misma, creo yo, para quitarle peso o validez incluso, pero sobretodo quitarle el peso
real y centrar la mirada de la izquierda hacia los derechos humanos, hacia la
reivindicación, hacia la exigencia de una justicia desde el Estado, más que a la toma
de… tomar la justicia en las propias manos, la venganza, o también, y principalmente,
en ver de que, claro, la izquierda pedía justicia pero no pedía socialismo, revuelta,
revolución o como sea. Ya se dieron por perdidos desde la izquierda misma,
renunciaron a sus ideales y vieron que ya la lucha en el plano económico social ya
estaba perdida, y por lo tanto quedaba rescatar como valores de izquierda en torno a
los delitos de lesa humanidad, a los valores de justicia, de no perdón ni olvido; a tratar
de juzgar a un par de personajes oscuros pero nada más allá de eso ¿cachai? Y creo
que eso es un discurso bien articulado desde la izquierda misma para debilitar la
opción de agitación social.
- 94 -
No hay un cuestionamiento a partir de los años ’80 de realmente si lo que se
busca es el socialismo o no. Tú mirai, puta no sé po hueón, cada discurso del 11 de
septiembre de la Concertación, te dicen que lo que se perdió el 11 de septiembre del ’73
fue la democracia, y yo creo que le hubierai preguntado a cualquiera en el año ’73, y
nadie estaba preocupado por la democracia po’: todos estaban tristes, enojados o lo
que fuese porque se perdía el camino al socialismo, no la democracia po ¿cachai?.
Entonces te metieron en la cabeza ese discurso de que lo importante era la democracia,
era la capacidad de decidir, por mientras que el sistema te seguían siendo los mismos
hueones de siempre y vo seguíai estando igual de cagao que siempre no más po” 214.
- 95 -
Hemos identificado, al mismo tiempo, una evolución clara en la identidad
pobladora y rebelde durante el proceso dictadura-democracia, al mismo tiempo que una
necesidad de modificar y/o mutar los propios mecanismos y formas de lucha.
“…puta eran caleta po’. De partida reivindicar la acción de los locos que
fueron asesinados en la dictadura, la necesidad de que existiera justicia, la necesidad
de que los locos que tenían que estar presos estuvieran presos. Había millones de
cuestiones por qué luchar, desde que el pinocho culiao no fuera senador vitalicio, que
no lo viéramos todos los días en la tele, hasta que aparecieran los compas muertos. Yo
quería siempre que apareciera mi viejo y había compas que estaban en la misma
parada po’.
Ya después vai dejando de lado esas cuestiones y como que es una lucha
constante. Después nuestra lucha se convirtió en hacer, en demostrarle a la ciudadanía,
la gente, que la dictadura no había terminado po’, que no existía una democracia, y
que los locos nos iban a seguir cagando a través principalmente de las leyes po’: la ley
de educación, ¿cachai?, la hueá de los ataos de la salud, la privatización de nuestra
vida en el fondo” 215.
215
Entrevista a Antonio, op.cit.
- 96 -
Así pues, y como ya dijimos en algún momento, el plebiscito y la transición
democrática no constituyeron para nuestros individuos de estudio un triunfo, sino más
bien una derrota: la legitimización de un sistema liberal y la des legitimización de la
lucha rebelde. Ahora bien, la lectura realizada fue de no bajar los brazos, los ánimos ni
incluso las armas (caseras y/o de fuego en caso de tenerlas). La transición habría
constituido un proceso pactado por las élites antiguas y nuevas, es decir, habría
constituido un proceso ajeno y no válido ni legítimo para las clases populares. Un
entonces joven nos dice:
“No es que yo diga la vía armada sí o la vía armada no. No creo que haya
soluciones así abstractas que sirvan para todas las situaciones de igual forma,
considero súper válidas y de hecho comparto también las luchas que se siguieron
dando durante la democracia, las acciones armadas, justamente por cómo se llevó a
cabo la transición” 216.
Ahora bien ¿de qué forma podría llevarse a cabo la continuidad de una lucha
socialmente deslegitimada y oficialmente reprimida? Si no se creía en el partidismo y
menos aún en los partidos políticos chilenos ¿cómo hacerlo?
216
Entrevista a Luis, op.cit.
- 97 -
Los testimonios nos ayudan a comprender e identificar la “nueva”
asociatividad política de los jóvenes crecidos con Pinochet, que alcanzan mayor
madurez política iniciado el proceso de restauración democrática. Un joven de la Villa
Portales nos relata refiriéndose a la forma de organización política barrial en la
transición Pinochet-Transición:
Otro joven nos habla también al respecto, manteniendo una lógica similar,
aunque desde el espacio de la universidad:
“…entré a estudiar al sector de Macul con Grecia y soy parte, todo el mundo
más menos de izquierda tiene un cierto sentido político y ya soy ‘parte de’, empezai
como redes de apoyo y de a poco te vay integrando más en el trabajo político po’. El
tema es que al final uno se queda, yo por lo menos me quedo particularmente en el
trabajo político desde la comunidad y desde la universidad y no necesariamente en una
participación militante activa, ¿cachai?” 218.
217
Entrevista a Antonio, op.cit.
218
Entrevista a Marcelo, op.cit.
- 98 -
Nuevamente, aunque desde otro espacio, se hace alusión al trabajo político
territorial no formal, aunque sí asociado y construido horizontalmente desde una base
“afín”. Los denominados “piños de resistencia” requieren de las redes de apoyo
mencionadas para lograr un ataque considerable al status quo desde los diferentes
espacios y frentes de resistencia no partidistas. La “afinidad” se hace particularmente
notable y hasta indispensable; otro relato hace alusión a ello:
“Debe haber sido por la hueá de mi viejo, por haber tenido tanto libro
comunista y todo, pero como que al tiro caché que había algo malo en la jerarquía y en
la autoridad, y como en la organización formal militarista. Así que siempre, siempre de
hueón como dice el coco, siempre independiente, siempre autónomo pero uniéndote con
afinidades para hacer hueás po’ ¿cachai?, con locos que están en las mismas, que vai
cachando. Los mítines ¿cachai?, y ahí mismo vai cachando… los mismos amigos de
uno… primero llegai por el vacile y la rabia nomás, pero después te mantení porque
hay un piso mínimo, básico, que te lleva haciendo acciones en función de cómo está el
contexto. Entonces hay una organización formal no po’, pero un piño sí, siempre estuve
con un piño” 219.
219
Entrevista a Fermín, op.cit.
- 99 -
2.5 La complejidad del nuevo escenario
“Claro, se pierde ese apoyo que tení, y ya pasai a ser el hueón que está
reclamando por reclamar; ya te empiezan a llamar cabeza de pistola, ya empezai con
otros términos y obviamente la represión ya al ser más selectiva a finales de los ’80…
ya es precisamente porque ya es más… los apoyos sociales ¿cachai?, la base de apoyo
que te da la misma comunidad ya la perdiste, sobre todo después del ’88 cuando ya
todo el mundo está esperando solamente que se vaya Pinocho y que cambien el
gobierno, ya perdís todo eso po’” 220.
- 100 -
revolucionarios post año ’89. Para la juventud subversiva las condiciones represivas no
cesaron ni disminuyeron, más bien, se transformaron y hasta agudizaron. Refiriéndose a
la violencia coercitiva ejercida desde el Estado iniciada la Democracia:
“Era cuático po, brígido que se forme una cárcel sólo pa’ la prisión política,
solo pa’ meter hueones presos políticos dentro de la hueá po. Entonces como que te
cagai de miedo, pero a la vez decí ‘puta estamos haciendo las hueás bien porque los
locos nos tienen miedo po’… pero sí, tuvimos que redoblar nuestros cuidados, nuestra
seguridad ¿cachai?. Hubieron caleta de locos que se salieron, otros nos chantamos un
tiempo, era peligroso, nadie quería caer en esa hueá po. Más encima las leyes sobre
prisión política nunca se ablandaron po’, sino que, puta, se recrudecieron hasta el día
de hoy” 222.
221
Entrevista a Antonio, op.cit.
222
Ibíd.
- 101 -
“Había que actualizarse obviamente en lo que uno quería hacer, porque
habían cambiado los métodos, ahora eh… no sé, tus mismos compañeros eran los que
te estaban delatando, o tus mismos compañeros eran los que estaban así trabajando
con la inteligencia del Estado. Entonces, sabían cómo operabai po’, había que tener
una eh, una reestructuración” 223.
“Te veías más atado de manos po, porque de repente salían las típicas viejas
de ‘oh por qué tiran piedras, por qué se agarran con los pacos si ya terminó la
Dictadura’. Y cómo le haciai entender a la vieja que la Dictadura en realidad no había
terminado… Más encima era doble tarea po, ya no era solo enfrentarse, más encima
223
Entrevista a Ismael, op.cit.
224
Entrevista a Luis, op. cit.
- 102 -
tení que empezar a hacer propaganda. Entonces ahí hubo un cambio también desde
nuestras formas, desde nuestras prácticas cotidianas de enfrentarnos po” 225.
225
Entrevista a Antonio, op. cit.
- 103 -
V. Capítulo tercero: Los hijos de la subversión. Balance histórico y
proyección en las formas de organización y resistencia política, 1990 - 2015.
226
En Álbum homónimo, 2015
- 104 -
1. Para una evaluación de lo realizado
- 105 -
1.1 Impacto de la resistencia respecto del sistema
Este hecho marcó sin duda al país en su conjunto, puesto que ponía término, al
menos nominalmente, a diecisiete años de un severo régimen dictatorial para dar paso a
un regreso a la democracia, aunque esto distara mucho de representar un cambio
sustancial en las condiciones de vida de los sujetos y no se encontrara en relación a los
profundos propósitos del accionar juvenil rebelde de la época. Aun así, la caída del
dictador es reconocida como un paso adelante en ese camino:
227
Entrevista a Fernando, op. cit.
- 106 -
encima de las prioridades de quienes ostentarían el democrático poder político de los
’90:
“Se fue el Pinocho, pero llegó el Aylwin que es básicamente lo mismo po, o
sea, ¿qué? El Aylwin no mandaba a matar gente con los milicos pero el loco es
funcional a los Chicago Boys tanto o más que Pinochet. Entonces, en cuanto a
efectividad en ese aspecto, yo creo que claro, si hay algo efectivo es que se fuera el
Pinocho, la figura del Pinocho, la figura del fascista, es así ya casi un acto simbólico
porque los poderes económicos agarraron el país y ya decidieron ‘ya, el milico ya no
nos sirve, los marxistas ya están aniquilados, los marxistas ya no existen tampoco acá,
o sea existe el Partido Comunista que tiene menos convocatoria que iglesia musulmana
acá y démosle, pasémosle la pelota un rato a estos hueones”. 228
228
Entrevista a Claudia, 13/04/2014.
229
Ibid.
- 107 -
Al ver reducido el piso social de sus reivindicaciones, quienes siguieron en la
senda de la rebeldía se encontraron luchando cada vez más solos contra un sistema que
no se había modificado. El escaso o nulo interés de la gran mayoría de la población por
resistir a él se explica por la victoria que vieron en el fin de la dictadura y el arribo de
promesas de justicia a los muertos y torturados en ese periodo, pero también por el
minucioso y exhaustivo trabajo del poder en orden de normalizar frente a la población el
impacto de su injerencia y sus repercusiones a nivel social. Así, repuesta la normalidad
democrática, no cabía espacio a resistencias de ningún tipo, ya que el flamante
neoliberalismo ya rendía sus frutos y abría posibilidades a todos; o al menos esa era la
impresión que se daba a la gente. En función de esto, el rol de los medios de
comunicación fue fundamental para mantener el status quo social e integrar a una gran
mayoría a una nueva etapa del país, etapa que estaría marcada por el desinterés en las
cuestiones políticas y la fascinación por el consumo, ambos elementos que
proporcionarían una relativa paz social:
230
Entrevista a Fernando, op. cit.
- 108 -
“para peor, el sistema toma sus resguardos como tirar más….como no sé po,
leyes represivas, darle más… no sé cómo decirlo…darle mayor importancia al control
social. En ese sentido, el sistema sí hizo eco de nuestras acciones, pero como para
tomar medidas para seguir controlando po”. 231
231
Ibid.
232
Entrevista a Claudia, op. cit.
- 109 -
de vida ligadas al directo impacto de las políticas socioeconómicas del gobierno
dictatorial, así como la historia de lucha y conciencia social propia de las poblaciones
surgidas de tomas de terreno, se conjugaron para conformar un espacio que abarcó tanto
el rechazo y la oposición al régimen como las reflexiones y acciones de lucha en su
contra:
“claro, después del plebiscito los milicos se fueron, los pacos quedaron, ojo,
los milicos se fueron a sus cuarteles pero las calles quedaron igual llenas de pacos”. 235
233
Ibid.
234
Entrevista a Fernando, op. cit.
235
Ibid.
- 110 -
debilitamiento de la articulación poblacional de resistencia, puesto que limita los
espacios de organización y da paso a la búsqueda de otros nuevos:
“el barrio ya no tiene en este momento la fuerza que tenía hasta los ’80
porque, por ejemplo, las comunidades cristianas de base era una utilización que la
gente le daba a los espacios que daba la iglesia que eran espacios con menos
intervención directa del estado pa’ poder organizarse po, pero no era que porque sí
fueran todos católicos o cristianos ¿cachai?, te daba… ocupabai ese espacio ¿cachai?
y ese espacio la iglesia lo cerró porque también la iglesia ya no le interesaba hacer
crítica tampoco…” 236
Sin embargo, estos factores no son los únicos que determinan el proceso de
desmovilización de las poblaciones como espacios de resistencia, ya que la ofensiva del
sistema económico se deja caer sobre la gente que ya tranquila con el fin de la
dictadura, da la bienvenida al símbolo de esta nueva etapa de neoliberalismo en
consolidación, el consumo:
“se vive una locura en torno a la apertura del mercado, la gente se pone a
consumir brígido, entonces como que esta iniciativa popular que estaba desde los ’80
tenía que ver con cosas mucho más concretas que hoy día estaban siendo resueltas por
el mercado. En los ’80 el problema de hambre se resolvía con la gente organizándose y
haciendo ollas comunes, en los ’90 el problema del hambre se resuelve con la gente
endeudándose”. 239
236
Entrevista a Marcelo, op. cit.
237
Entrevista a Claudia, op. cit.
238
Entrevista a Fernando, op. cit.
239
Entrevista a Pablo, 23/04/2014
- 111 -
Sumado a lo anterior, las políticas de seguridad ciudadana y la inserción del
temor como estado de alerta constante, ya no el temor a la represión sino el temor a los
pares criminalizados, hacen que la vida comunitaria en las poblaciones que fuera tan
rica en las décadas precedentes, disminuya y de paso paulatinamente a la reclusión
voluntaria de las personas en sus casas:
“a partir de los ’90 la gente se tiende a encerrar cada vez más en su casa y
ocupar menos su barrio”. 240
240
Entrevista a Marcelo, op. cit.
241
Entrevista a Pablo, op. cit.
242
Entrevista a Marcelo, op. cit.
- 112 -
Sin embargo, no todo es perder puesto que, más allá de la influencia del
aparataje económico represivo del sistema, los valores fundamentales de la población se
mantuvieron en aquellas con larga y profunda historia combativa, aquellas que
conmemoraban sus fechas significativas y también las de la dictadura, las que
continuaron con la solidaridad entre vecinos aunque fuera en menor medida. Tales
experiencias dan paso en la segunda mitad de la década de los ’90 a una vuelta sobre
esos valores de antaño y a una revaloración de la historia y la trayectoria poblacional,
especialmente en aquellas poblaciones emblemáticamente combativas:
“entre el ‘85 y el ‘95 han tenido, si, igual permanecieron movilizadas. Lo que
es que, claro, se fue atenuando todo, claro, mucho, mucho, mucho. Pero después como
que, existen varios grupos o colectivos o grupos afines que empezaron a rescatar como
la memoria de la población y empezaron a hacer cosas interesantes. Entonces ahí está
el ejemplo de grupos como que, pequeños grupos que resisten en la Victoria, en Villa
Francia, en Lo Hermida.” 243
“entonces, en ese aspecto de que la pobla deja de ser el lugar pa’ organizarse,
empieza adquirir mayor así como importancia los otros espacios así como, no sé po,
creo yo el espacio de la casa de estudios, por ejemplo” 244
243
Entrevista a Fernando, op. cit.
244
Ibid.
- 113 -
1.3 La subjetividad rebelde
“en lo personal… o sea, como que el triunfo entre comillas o lo que a uno le
puede llegar a enorgullecer es que no compró la pomá po, no se la creyó, que no se
desmovilizó después del maquillaje que le dieron a este sistema po, que no se creyó el
cuento”. 245
245
Ibid.
- 114 -
“En ese sentido, lo que pasa yo creo que como en el aspecto personal…
obviamente como terminar ya con el desencanto de… o sea, no terminar con el
desencanto, sino que desencantarse completamente ya ¿cachai?, terminar de
desencantarse por decirlo de alguna manera con las estructuras tradicionales de
organización piramidales y propias de la política oficial po o tradicional po, porque
pa’ que vamos a estar con cosas, o sea los frentistas podrán haber sido muy
antidictadura pero eran locos con un pensamiento más… o sea, eran bien cuadrados
pa’ sus cosas…” 246
“… no sé po, darse cuenta que el asunto no es tan así, que no tiene por qué
haber una militancia, un sufrir por el partido, una especie de sacrificio constante
siendo que siempre había gente que dirigía y que sí o sí recibía mejor parte de la torta
po, y no estar dispuesto a ser un peón en una lucha po”. 247
“ahí uno se da cuenta que hay que tomar la lucha desde un ámbito más
personal, de uno mismo, darse cuenta las cosas que… cómo el sistema está en uno
246
Entrevista a Claudia, op. cit.
247
Entrevista a Fernando, op. cit.
- 115 -
mismo. Pensar más allá de la figura icónica del dictador, o del presidente de turno…
cuál es el verdadero enemigo y dónde está…” 248
“por ejemplo, en esos años no era tema el machismo po, o sea los grupos
subversivos, piramidalmente organizados sobre todo, eran súper machistas, y era un
tema que no se tocaba y sólo se empezó a tocar en cuanto a la reflexión, reflexiones
personales de compañeras que comenzaron a hacer eso y que después compañeros
empezaron a replicarlo o a retomarlo, porque en realidad obviamente la cuestión de
género es mucho anterior, pero no existía mucha reflexión en torno a eso”. 249
248
Entrevista a Claudia, op. cit.
249
Entrevista a Fernando, op. cit.
250
Entrevista a Claudia, op. cit.
- 116 -
“yo creo que se van planteando otras formas de ver también la vida, de ver la
vida mucho más desde las bases, desde tu casa, desde tu grupo de amigos, te vai dando
cuenta que la transformación también pasa por ese plano y no por la conquista del
poder, porque finalmente el poder político no es… es un brazo más del poder
económico no más po. Entonces, creo yo que es una década triste los ’90 en general,
políticamente, socialmente, es la época de asumir la derrota y es la época de empezar a
ver hacia donde avanzar po”. 251
“pero yo creo que ya hay un desencanto tan grande en ese momento, tan
grande con… no sólo con la mierda q esta encima de ti, con los locos poderosos, sino
con la gente… con la gente de a pata po, q te cruzai en la calle… hay un desencanto, y
se busca encontrarte con tus pares, que piensan como tú también y sustraerse de esa
realidad, a través de pequeños triunfos y pequeños espacios liberados…. No es muy
ambicioso en realidad… es vivir no más, vivir y dar cara cada vez q se pueda dar cara,
reconocer quien es tu enemigo y cada vez q se pueda atacarlo… Eso, hay como un
asumir una situación y hacerle frente desde todas las aristas posibles, desde uno
fundamentalmente, ¿cachai?”. 252
251
Entrevista a Marcelo, op. cit.
252
Entrevista a Claudia, op. cit.
- 117 -
2. La especificidad del escenario noventero
- 118 -
2.1 Afinando la puntería: y ahora, ¿quién es el enemigo?
Pero, ¿qué pasa con aquellos que se resisten a creer en ese escenario soñado y
que solo ven continuidad donde les dicen que hay un cambio?, ¿qué reflexiones hicieron
al respecto?, ¿qué implicancias tuvieron estas en la identificación de un propósito frente
al cual rebelarse?
Sabemos que el derrocamiento del dictador fue considerado por los jóvenes
rebeldes de la época como un acto simbólico, un efímero y limitado triunfo que no tuvo
relación con una transformación profunda en las raíces del sistema: el cambio de un
títere por otro. No obstante, la dictadura militar durante la década de los ’80 de todas
formas constituyó un objetivo claro al que resistir y contra el que luchar y atacar; de
manera que fue necesario repensar acerca del adversario a enfrentar, ponderando la
diferencia entre el sistema político y el económico que lo sustenta:
“también hubo que darle una vuelta a la idea como del enemigo que cambia en
ese momento y que se mantiene hasta el día de hoy. Puta, hasta los ochenta luchaba
contra la dictadura po, y eso era; pero en los noventa ¿qué pasa cuando la dictadura se
acaba? ya no está ese enemigo, ya era. Ahora es la democracia, entonces ¿quién viene
ahora?: el capitalismo”. 253
253
Entrevista a Diego, 03/05/2014.
- 119 -
Y esto no se produjo por la inexistencia de una presencia visible del sistema
económico en lo cotidiano ni por desconocimiento, sino porque el régimen político
dictatorial, la figura alegórica del dictador y la cruda represión ejercida en el periodo se
erigían como un objetivo inmediato a atacar, lo más visible y lo que causaba más
repulsa. Pero las cavilaciones que tuvieron lugar en las mentes y en los corazones de
estos jóvenes rebeldes decían relación con el desarrollo de una nueva etapa, en la que se
hacía necesario plantearse directamente en oposición a aquellos elementos heredados
del periodo que finalizaba y que ahora formaban la base a partir de la cual se instauraba
la normalidad democrática:
“lo que pasa es que… uno tiene que como regular un poco el objetivo, pero
alguna diferencia entre la democracia de Pinochet, no era mucho. Nosotros siempre
nos planteamos en contra del tipo de sistema que había, el tipo de formas que existían,
más allá de si fuera sólo una imagen la que obligaba a organizarse por el fin primero,
que era sacar a un hueón que estaba así…. Pero detrás de eso, hay una Constitución
Política, detrás de eso hay así un sistema entero que solventa una desigualdad po. El
capital no es sólo el presidente de turno o el dictador de turno… es como, todos
¿cachai?”. 254
- 120 -
“obviamente, pa’ los que fuimos criados y crecidos en esa época, es raro po,
es raro… no teniai el muro, tu enemigo ya estaba en todos lados y no era un enemigo
claro, los mismo hueones que eran tus amigos ahora eran tus enemigos, y se trastocó
un poco todo el orden po hueón. El ellos y nosotros, el bien y el mal ya no estaba, y en
realidad tuviste que desde cero prácticamente, con la experiencia de los años
anteriores y todo, pero desde cero como proyecto social, empezar a pensarlo desde
cero po.”. 256
“…en los ’90 ya solo el modelo te terminó mostrando esa verdad, que el
capitalismo no estaba en una fase crítica terminal, que siempre tiene crisis pero que va
a avanzar, y que tú tení que buscar otras formas po”. 258
256
Entrevista a Guillermo, 09/05/2014.
257
Entrevista a Marcelo, op. cit.
258
Ibid.
- 121 -
2.2 Las nuevas formas organizacionales
Luego, encontramos aquella corriente que no tenía que ver específicamente con
la idea de la lucha armada militante, pero que sí sirvió como una especie de semillero o
de entorno sobre el cual se definieron combatientes y, en general, secuaces de la
subversión. Esta vertiente, cuyo desarrollo en Santiago que ya hemos descrito y
analizado, tiene que ver con la dinámica de organización social y popular que se vive en
los sectores populares, principalmente en las poblaciones, las que fueron azotadas por la
dictadura militar, tanto por sus medidas represivas como por sus políticas económicas y
sociales, caracterizadas por la segregación y la marginalización asociada a la represión
política. En estos entornos, poblaciones periféricas, principalmente, y también nuevos
barrios periféricos, se desarrollaron una serie de organizaciones sociales, algunas más
autónomas que otras, algunas inclusive vinculadas a la Iglesia.
- 122 -
ciudadana, además del desinterés por lo político, asociado a la idea del surgimiento de
civiles profesionales responsables de la política que serían los encargados de resolver
los grandes problemas que existían a nivel de país. Junto a esto, la Concertación se
dedica a perfeccionar la idea de democracia protegida que había instalado Jaime
Guzmán, para lo cual era preciso en ese momento alejar a los sectores populares de la
posible participación política en la toma de decisiones. A estos factores directos de
desarticulación política de la organización rebelde, se suman los efectos de la bullente
economía neoliberal.
De esta forma, observamos que durante la primera mitad de los ’90 se produce
un terrible aniquilamiento de las organizaciones armadas, y en la segunda mitad de los
’90 se ocasiona el abatimiento de las organizaciones sociales y populares que habían
optado diez o quince años atrás por un proyecto de organización y de autonomía.
“la idea del joven noventero, no me acuerdo qué sociólogo inventa el concepto
de la anomia, que es el cabro joven que no está ni ahí po, el desencanto. Pero, en
general, realmente no había tal desencanto, el desencanto era una forma nueva de
- 123 -
organización no más po ¿cachai? Si, finalmente, la cultura del espectáculo siempre ve
la hueá que quiere ver no más po; si lo pensai ahora todavía hay cultura de desencanto
po, pero los procesos de organización siempre son subterráneos, siempre, nunca son
muy visibles”. 259
En este panorama, vemos que el desencanto que existe desde la vereda rebelde
está ligado en gran medida a las condiciones de vida de los jóvenes de los ’90, pero
también a las derrotas de los procesos organizativos anteriores, que constituyen el
antecedente inmediato de lo que se pretende construir y que, por lo tanto, se siente como
cercano, hasta propio, como una herencia directa de sueños subversivos desbaratados:
“Si bien te muestran que existe un desencanto juvenil entorno a todo, porque
se entiende que los noventa son una mierda porque existe todavía prisión política,
porque existe todavía pobreza, porque finalmente la única hueá que dejó en las
poblaciones y en los jóvenes la dictadura fue la pasta po, entonces ni siquiera tení una
droga bacán pa pasarla bien. Pero todo eso va con una hueá, va con una
rememoración de algo, porque te sentí también parte de algo; te sentí parte de todos los
hueones que se murieron antes po. 260
“el no estoy ni ahí marcó esa década, porque efectivamente la gran mayoría
de la gente no estaba ni ahí po, pero los que sí estaban un poco más despiertos o
conscientes, fueron hablando, se fueron construyendo y, finalmente, ellos
desarrollaron cosas distintas a lo que había po” 261
259
Entrevista a Diego, op. cit.
260
Entrevista a Diego, op. cit.
261
Entrevista a Marcelo, op. cit.
- 124 -
las organizaciones rebeldes, especialmente del Frente Patriótico Manuel Rodríguez, y a
la desarticulación de las organizaciones subversivas militantes que aun resistían, como
el Movimiento Juvenil Lautaro. La divulgación masiva a través de los medios de
comunicación de las acciones de estos “terroristas” de la democracia, así como de las
embestidas que recibían, caló hondo en las mentes de aquellos rebeldes autónomos que
comprendieron entonces la continuidad sistémica estructural oculta en la transición
democrática:
“Si lo pensai, fue el ’93 o ‘94 que fue la masacre de Apoquindo que se
murieron los cabros del Lautaro eran puros pendejos po; y esa hueá pasó en transición
cuando todavía seguían habiendo caleta de hueás que son terriblemente fuertes pa’l
inconsciente colectivo de un joven po. Puta el escape de los hueones del Frente, que se
siguen muriendo cabros… Todo es un continuismo de la dictadura, entonces viene toda
esta forma nueva de organizarse entorno a distintas hueás, pero el discurso es
básicamente el mismo”. 262
- 125 -
“en los ’90 se empieza a dar una participación en los lugares de estudio mayor
y mucho más crítica a la política tradicional y, entendiéndose política tradicional como
los partidos formales o los partidos como importantes como el Partido Socialista, el
Partido Comunista, la Democracia Cristiana, la UDI, también una crítica a la otra
militancia, que era como la militancia de los grupos más puntudos como son el Frente
o MIR […] Y empiezan a organizarse en colectivos, culturales muchos y otros más
puntudos, más políticos, con proyecto educativo… Y empiezan otras lógicas.”. 264
“ya cuando se desarticula toda esa hueá en los ’90, con la cuestión de la
Oficina, queda como un germen en varias poblaciones y en varias universidades, que
fue bajo una dinámica bajo la que se juntaron caleta de cabros que fue la idea del
colectivo; fue una hueá súper en boga. Todos eran de un colectivo y había millones de
colectivos ¿cachai?; y todos los colectivos se declaraban como colectivos que eran
autónomos y que eran horizontales”. 265
“desde una organización horizontal po, y fue algo que por lo menos pa’ Chile
fue algo súper distinto, y eso creo que parte a tomar más fuerza, brígidamente, desde
los ’90…” 266
264
Entrevista a Fernando, op. cit.
265
Entrevista a Diego, op. cit.
266
Entrevista a Marcelo, op. cit.
267
Entrevista a Guillermo, op. cit.
- 126 -
En este sentido, la organización en colectivos de interés u objetivo común, se
tomó distancia de las formas organizacionales ochenteras, desmarcándose de sus lógicas
partidistas e institucionalizadas, y constituyéndose a partir de la autonomía, la
horizontalidad y la oposición al sistema (o a algún elemento específico de él), agitando,
levantando propaganda y realizando acciones de crítica y resistencia. Esto, sin duda
alguna, constituyó un cambio significativo respecto de las formas ya probadas de
organización rebelde, marcando una diferencia con los combatientes que se organizaron
en las décadas de los ’70 u ’80:
- 127 -
propósito de cada colectivo, en general ligadas a la agitación y la propaganda. Cabe
destacar, además la generación de material propio, como fanzines, publicaciones o
registros audiovisuales:
“Se pierde así la lógica del militante, tú empezai a participar no más po. Toda
esa participación tenía un trasfondo, y ese trasfondo es interesante. Se establecen
también las jornadas, 'vamos a hacer una jornada, no sé, muralista'; se mete también la
tecnología, empiezan a hacer pantallazos, intervenciones audiovisuales, producciones,
registros propios, de todo ¿cachai?”. 270
“eran casi todos los cabros rematados del Lautaro ¿cachai?, que bueno eran
los cabros que inauguran el CAS, puta era un apoyo constante a los presos del Kamina
Libre en su momento, mucho colectivo así anticarcerlario”. 271
“en este minuto también entra caleta la idea de la educación popular. Está
lleno de preus populares, casi todos los colectivos sacaron una publicación y tenían
preu popular...”. 272
270
Entrevista a Paula, op. cit.
271
Ibid.
272
Ibid.
- 128 -
que este antecedente influye en la lucha rebelde y subversiva posterior: ¿cambio o
continuidad?
- 129 -
jerárquicas de organización dieron paso a orgánicas colectivas de mayor informalidad y
paralelismo en las relaciones políticas de cada grupo. Esta idea es quizás la más
reconocible a partir de los primeros años de la década de los noventa y hasta nuestros
días:
“…es que yo creo que lo más importante que podís rescatar - igual es un
recorrido súper largo desde la mitad de los ochenta hasta ahora -, si hay algún
continuismo así como entrados los noventa hasta ahora es la idea del abandono del
partido y que se pone bien en boga y se pone de moda esta idea de la horizontalidad
principalmente. Yo creo que esa hueá es como el motor más importante desde los
noventa hasta acá, ¿cachai?” 273
Claro está los procesos de organización desde los años noventa y hasta hoy en
día no se han traducido en el mundo popular en un retorno a los partidos políticos, más
bien todo lo contrario, se han traducido en una exacerbación del rechazo hacia los
partidos y la política formal, y en el levantamiento de alternativas populares con un
mayor grado de territorialidad y autonomía, que han significado incluso asambleas
territoriales en diversas comunas de la región metropolitana y en otras zonas del país.
Ahora bien, esta autonomía que (re) comenzó a levantarse y desarrollarse con
el paso del tiempo, podemos atribuirlo en mayor o menor medida al germen de la
juventud popular post-dictadura y las novedades específicas que con ellos surgieron
durante la transición democrática. Quizás la novedad más significativa la constituyó el
surgimiento y la multiplicación de los denominados “colectivos” populares, que además
de horizontales, se auto declaraban en su mayoría también como “autónomos”:
273
Entrevista a Diego, op. cit.
274
Ibid.
- 130 -
La horizontalidad y la autonomía se hacen ejes claves en las nuevas organizaciones,
fuesen colectivo o no; pero el tercer punto, el “anti-capitalismo” constituirá al menos
una novedad semántica. El antiguo enemigo se había retirado voluntariamente,
cerciorando mediante un pacto político su legado, por ello el enemigo ya no era
Pinochet, sino su legado: el liberalismo. A partir de allí y muy visiblemente hasta
nuestros días, la mayor parte de las organizaciones populares no partidistas se
reivindican como “anti-capitalistas” en su amplio significado. La oposición a un sistema
social, político y económico determinado es el concepto clave en la continuidad de una
lucha resistente desde años inmemoriales:
“Yo creo que en realidad las nuevas formas tienen que ver con nuevas voces
sobre prácticas ya desarrolladas, ¿cachai?... no sé po hueón, estoy pensando en los
enfrentamientos callejeros en Macul, ¿cachai?, por ponerte un ejemplo. O sea, los
enfrentamientos callejeros en Macul empiezan en los ’80, se desarrollan durante todos
los ’90, están presentes en la década del ’00 y posterior, pero lo que va cambiando
sobre la misma puesta en escena es el discurso que se instala ¿cachai?, entonces yo
275
Entrevista a Paula, op. cit.
- 131 -
creo que ahí hay como una transformación. Yo creo que lo otro tiene que ver con
empezar a levantar organizaciones políticas, que a veces vienen desde lo social, desde
lo cultural inclusive, y cada vez como que se van filtrando más hacia lo político
netamente como un espacio de organización para ejercer alguna forma de presión,
medio, o simplemente ataque en contra del orden y eso tiene que ver con romper un
poco este paradigma de yo para pertenecer a una organización política que busque eso
tenga que ser militante de un partido.” 276
276
Entrevista a Pablo, op. cit.
277
Entrevista a Diego, op. cit.
- 132 -
panorámicamente determinados puntos clave al respecto, enfocándose en el discurso y
la acción de grupos y/o colectivos rebeldes desde la década de la transición, hacia
nuestros días y en relación al pasado:
“En los ’90 igual se continuaron con prácticas subversivas armadas ¿cachai?
de recuperación, de asaltos, de qué sé yo, de barricadas ¿cachai?, caleta po hueón. Yo
creo que no sé, esa hueá nunca paró de existir y, de hecho, yo creo que nunca ha
parado de existir ¿cachai? O sea, yo creo que la subversión nunca ha parado de existir
en Chile, desde el inicio de la resistencia a la dictadura, ¿cachai? Sin embargo,
permanentemente se ha actualizado su discurso, porque se valida po’, y se busca
validar, y se actualiza también al nuevo contexto capitalista po’ ¿cachai?, al nuevo
contexto también político local po’ ¿cachai?, porque no sé po’, la derecha, la izquierda
se van también actualizando, y surgen sus nuevas generaciones, con sus nuevos
discursos ¿cachai?... Es obvio que el poder también actualiza su lenguaje, y así
también actualiza el lenguaje los que también quieren destruir ese poder po’ ¿cachai?
Yo no creo que existan puntos… o sea, si bien hay puntos de quiebre, que son como de
diferencia, pero no existe un punto de desmemoria ¿cachai?, a eso es lo que iba a
llegar, que igual como que existe un respeto hacia la memoria subversiva de los ’80,
incluso a sus estructuras partidistas ¿cachai?, a su nivel operativo ¿cachai?, a su nivel
de resistencia, a su nivel de sobrevivencia y existencia po ¿cachai? Yo creo que eso es
importante, eso es un legado… y a su tragedia po’”. 278
278
Entrevista a Francisco, 27/02/2014.
- 133 -
po: deconstruímos la imagen del dictador y puta tenemos la imagen del anticapitalismo,
deconstruímos la imagen del anticapitalismo y construimos la del antiautoritarismo
¿cachai?”. 279
Es quizás este último punto, lo popular, el que con el paso de los años, con una
mayor teorización e ideologización, comienza a dejarse un tanto de lado. Hoy en día, si
bien se reivindica constantemente la naturaleza popular de los sujetos y su potencial
transformador, no se eleva con orgullo la categorización, por ejemplo, de obrero; quizás
por el retroceso del marxismo-leninismo que, a diferencia de las décadas anteriores, ya
no implanta en el inconsciente colectivo el Socialismo como futuro implacable, ni el rol
histórico del proletariado como único constructor del mismo. Más bien, muchas
organizaciones comienzan a desmarcarse ideológicamente de ello, negando cualquier
forma de poder, incluso el poder popular. Pero la continuidad de la idea del ‘pueblo’
fue una constante hasta muy recientemente.
“…la idea del pueblo también era incuestionable, todos creían en el pueblo,
todos creían en lo popular. Esa es una idea netamente ochentera; yo creo que esa idea
entra en tensión como hace cinco años donde hay grupos que se desmarcan de esa hueá
y están en contra. Entonces fueron caleta de años donde el continuismo es el mismo,
porque con un poco de años más o años menos es el mismo sujeto histórico que está en
lucha; cambia quizás el enemigo que ya no es el tirano ni el dictador pero en el fondo
es el sistema que dejó el tirano, que dejó el dictador, y que bautiza el
anticapitalismo” 280.
- 134 -
horizontalidad y la autonomía. La línea de continuidad la establecerá principalmente el
planteamiento rebelde de oposición y resistencia a un mismo sistema, y el
reconocimiento de un enemigo común, que, pese a la serie de transformaciones teórico-
ideológicos o de simple lectura de la realidad y construcción discursiva, sigue estando
presente al final de la discusión de toda una red de resistencia y ofensiva colectiva y
rebelde, aun con el paso de los años.
Por su parte, los métodos y/o lógicas de organización, así como el propio
discurso, poco a poco comienzan a desarrollarse y teorizarse con el tiempo. Variados
relatos concuerdan en que la década de los 90, y con ello la denominada tríada de la
nueva organización (autónoma, horizontal y anti-capitalista) alejada de las jerarquías y
los partidos, implanta el germen de nuevas lógicas que seguirán multiplicándose y
desarrollándose hasta nuestros días, pero que tienen un florecer visible a partir de los
años 2000. En cierta medida podemos establecer una línea de continuidad con el paso
de los años, que nos denota que hubo antes un ejercicio práctico de organización
política horizontal y no jerárquico, que con los años se multiplicó y comenzó recién a
teorizarse e ideologizarse; el discurso se releía en la práctica misma para recién en la
década siguiente y subsiguiente darle una relectura ideológica. Un testimonio logra
ejemplificarnos:
“Si finalmente te dai cuenta, asumís una derrota, ¿vai a seguir planteando el
estalinismo? ¿Vai a seguir planteando el marxismo-leninismo o maoísmo ‘o nada’? No
se po, terminarías como los albanos encerrados y pensando que el mundo sigue en los
años 30 po. El capitalismo avanzó, el mundo social también se fue modificando junto
con el capitalismo pero en contradicción, y si no hubieras asumido esa derrota no
habrías avanzado a nada de eso. Ese fracaso de los ochenta, asumir ese fracaso en los
noventa, dio paso a reflexiones que se terminan ya plasmando en hechos a partir de los
años 2000, finales de los noventa: la proliferación de las escuelas populares, la
influencia de Paulo Freire... cuando llegan cabros a crear esa hueá no parten desde
Freire generalmente, parten de su experiencia organizacional, de su experiencia
barrial o en universidades o lo que sea, y después van conociendo y ligando otros
conocimientos a la educación libertaria pero en general parten de la necesidad de
- 135 -
juntarse y la necesidad de proyectar algo distinto y desde abajo po, ese es el brillo
noventero”. 281
“Existe esa praxis revolucionaria que quiere romper. Que se está organizando,
que no le teme a la repre, que cada vez aprende nuevas formas, y que cada vez se
quiere nutrir de nuevos métodos, hacer otro tipo de cosas cachay. Es fome que haya
gente en cana, siempre ha habido gente en cana, pero eso te demuestra que se están
cometiendo errores en cosas pero se están haciendo las cosas po. Y eso implica que hay
otros cabros que están aprendiendo de esos errores” 282.
281
Entrevista a Marcelo, op. cit.
282
Entrevista a Valeria, op. cit.
- 136 -
desde allí hacia el presente pudimos establecer elementos de continuidad, aunque
siempre bajo una lógica de relectura constante; es esa la riqueza sembrada por nuestros
sujetos.
Una primera diferenciación acaecida con el transcurso del tiempo bajo los
gobiernos democráticos lo constituyó la multiplicación y diversificación de
organizaciones y colectivos declarados contrarios al nuevo régimen de la Concertación.
Ya no era necesariamente la militancia formal ni la participación en el partido político la
forma predilecta de organización política, más bien, con la organización informal como
método predilecto, se amplían las posibilidades de organización entorno a intereses,
acciones y discursos muy variados. Con el paso del tiempo se agudizará la multiplicidad
de discursos e intereses hasta llegar a una gran amalgama de posibilidades hacia la
actualidad.
“Lo que sí fue interesante yo creo de toda esa transición es que ese
continuismo igual tuvo que ver caleta con formas súper rupturistas de participar y
hacer política. En los noventa, puta no sé po, es la explosión de organizarse en torno a
una banda de rock por ejemplo, porque en los ochenta ¿dónde te organizabai? Entorno
a la parroquia culiá nomás po, en la comunidad de base que era donde podiai estar y
hacer tus pequeñas hueás po. Pero en los noventa resurgen las unidades muralistas,
organizaciones culturales, puta en los noventa es la hueá del punk po y en los dos mil el
hip-hop, por ejemplo” 283.
283
Entrevista a Diego, op. cit.
- 137 -
a otros cabros más, y finalmente tenís cabros que son parte como de ocho colectivos
distintos po (risas). Al cabro le gusta hacer murales va para allá, le gusta que se yo,
salir a la calle y tenía amigos pa’ salir a protestar; se juntaba con otros de un taller de
fútbol y tenía un piño que hacía barricadas cachay; participaban de un millón de
hueás” 284.
284
Entrevista a Paula, op. cit.
285
Entrevista a Diego, op. cit.
- 138 -
pensar como una mera casualidad que el mayor proceso de aprendizaje y re-teorización
rebelde llegue con los años 2000; tras grandes protestas a nivel internacional contra el
capitalismo mundial y la globalización. La integración cabal de Chile en el capitalismo
internacional produjo reacciones y una mayor radicalidad al respecto de quienes se
declaraban anti-capitalistas, de quienes recogían un legado de resistencia y subversión
de décadas anteriores, y de quienes eran capaces de aprehender nuevas lecturas y
actualizar su discurso y ampliar sus formas constantemente. Un testimonio establece un
punto de inflexión clave a nivel internacional, que desbordaría en nuevos aprendizajes e
ideologizaciones a nivel nacional:
“Yo diría, entre el fin de los ’90 y un punto de inflexión potente que yo creo
que tiene que ver como con la cumbre de la APEC el 2004, ¿cachai?, que es cuando
empiezan a aparecer así caleta de voces ya con un rollo político que se diferenciaba de
los ’90 ¿cachai?, ya no sólo con este rollo de memoria y resistencia visceral, y puta que
nos sacaron la chucha y mira lo mal que estamos, sino que empezó a aparecer un
anticapitalismo más radical ¿cachai? que abordaba distintas perspectivas, o sea, el
286
Entrevista a Francisco, op. cit.
- 139 -
anticapitalismo ya no era un monotema de algún sector político, sino que más amplio, y
desde una lectura más anárquica, desde una lectura libertaria, que fuera más
autonomista aun ¿cachai?” 287
“Yo creo que el quiebre es como la APEC. Pa' mí la APEC es como el punto de
inflexión en la hueá, como que el aletargamiento se rompe, cuando se sale a la calle
una cantidad enorme de gente pero como de entre comillas una nueva generación. Tu
veías que la hueá estaba convocada por el Partido Comunista y por hueones así, esos
locos tenían la idea de dirigir una marcha muy tranquila, pero de ahí se empiezan a
encontrar afinidades que no necesariamente se conocían pero tenían un objetivo claro
que era ir a atacar a la policía, demostrar que en Chile no estaban bien las hueás, que
no querían que vinieran esos culiaos, y se desarrolla ese tipo de organización 'afín'.
Eso como que después tiene su réplica el 2006 con la movilización de los pingüinos;
esos son dos hitos pa' mí en tanto quiebre. Y empiezan a salir colectivos de gente que
quería cosas precisas no más po’, y no una organización eterna.” 288
287
Entrevista a Pablo, op. cit.
288
Entrevista a Antonio, op. cit.
- 140 -
“…no tienen ningún rostro: se ven hueás, se ven manos; podiai tener a cinco
colectivos trabajando juntos, que se aunaban bajo un tópico común po,
informalmente… Quizás también ha cambiado en algo porque también los objetivos se
han ampliado un poco: antes era impensable que un cabro en una marcha se fuera a
pitiar una iglesia po ¿cachai?, eso no pasaba porque era ahí donde te juntabai a hacer
las cosas po [risas]. Son ramificaciones de una misma expresión” 289.
A partir del año 2000 es posible entonces establecer una ruptura o, más bien,
una complejización de la postura rebelde de los jóvenes noventeros y la nueva juventud
más bien adolescente. Comienza a tener lugar una radicalización de las posturas, los
discursos y de las acciones realizadas por los grupos que operan en resistencia y/u
ofensiva. Es muy probable que no sea mera coincidencia que sea durante esta década
que comienzan a (re) surgir y aprehenderse las ideas libertarias, que comienzan a
sustentar teórico-ideológicamente el tipo de organización informal, la naturaleza
autónoma y horizontal de la misma, así como la acción directa. La semilla de la
organización y la reflexión autónoma implantada predilectamente en los noventa,
comenzará a dar fruto en la década siguiente, que presenta un panorama más álgido y
radicalizado de parte de los sujetos rebeldes:
289
Entrevista a Diego, op. cit.
290
Entrevista a Paula, op. cit.
- 141 -
(escasamente sustentada en forma teórica) continúan vigentes y llevan a nuestros sujetos
rebeldes y a los nuevos sujetos, secundarios en su mayoría, a plasmarlos a una mayor
escala que, por ejemplo, la del colectivo y las redes que él pudiere generar.
Encontramos así el caso de la creación de la ACES en el mundo secundario el año 2000,
que apareció justamente a propósito de derribar los últimos coletazos visibles de la
antigua política partidista y jerarquizada:
Eran recogidos muchos de los conceptos teóricos que traían en gran medida las
ideas libertarias y que poco a poco comenzaban a calar en las organizaciones autónomas
y asociadas de todo tipo. Al mismo tiempo se radicalizaban las posturas y los discursos,
haciéndose visibles también en las protestas callejeras en que incluso comienza a
considerarse desde allí (y hasta hoy) al Partido Comunista como reaccionario y guardián
del status quo; si bien ya existía un rechazo casi transversal de la juventud hacia los
partidos, durante la década del 2000 se les hace frente directamente incluso a través de
291
Entrevista a Pablo, op. cit.
- 142 -
la violencia mutua. Hay una marcada radicalización y elevamiento de los valores de
autonomía y horizontalidad que venían desarrollándose a partir de los años anteriores.
“En esos tiempos, dos miles, se hace presente claramente la lucha callejera:
salir a la calle a agarrarse con los pacos, eventualmente agarrarse con los comunistas,
romper propiedad privada y propiedad pública. Todo eso claramente con fundamento
ideológico en gran parte de la gente que participa en esos hechos. Se hace una
constante” 292.
“Ahora por ejemplo, la presencia en las calles de los capuchas en este caso, ha
sido mayor y el grado de violencia ha ido subiendo, por un mayor desencanto; se hace
mucho esto de tomarse las marchas. Las marchas se han convertido en un espacio para
manifestarte violentamente. Son marchas convocadas por movimientos sociales en
general, algunas por partidos políticos como la marcha del 11; pero llegan estos
sujetos, se toman el lugar y lo transforman po, lo convierten en otra cosa”293.
292
Entrevista a Antonio, op. cit.
293
Entrevista a Fernando, op. cit.
- 143 -
década siguiente la que aportará con el sostén teórico a partir, básicamente, de los
planteamientos del Anarquismo:
“…Por eso hay caleta de colectivos que se van a acercar un poco más a la
idea rojinegra o a la idea un poco más libertaria; también el Anarquismo se empieza a
meter caleta en los noventa dentro de la organización de los jóvenes. Por esto se pone
también en tensión caleta de hueás con las antiguas formas de organización más
partidista, más vertical, con trabajo político de masas ¿cachai? Entonces es como toda
una mezcla bien rara, es como una amalgama de varias ideas. Por un lado entran
caleta de ideas del Anarquismo, las ideas de cuestionar las jerarquías, la idea de la
horizontalidad principalmente, la idea de la autonomía y la autogestión”. 294
294
Entrevista a Diego, op. cit.
295
Cabe al menos mencionar el caso del Kolectivo Kamina Libre, formado a mediados de la década de
los noventa por antiguos combatientes pertenecientes en su mayoría al MAPU-Lautaro, recluidos en la
CAS, y que tras hacer abandono de sus militancias se acercan a ideas más autogestivas y libertarias. La
finalidad del colectivo lo constituye la discusión, la agitación y la acción anticarcelarias, por la liberación
de los y las prisioneros y prisioneras recluidos en Chile y el mundo. El aporte del KKL fue trascendental
en las luchas rebeldes y subversivas a partir de los noventa y en el aprendizaje político de muchos sujetos
que abrazarán ideales libertarios desde allí y en adelante. Ver declaración fundacional en anexos.
- 144 -
capitalista globalizado. Pero ¿Por qué se fortalece el Anarquismo (en su más amplia
expresión) ahora y no antes? Un testimonio logra englobar en gran medida nuestro
propio análisis del fenómeno:
296
Entrevista a Marcelo, op. cit.
- 145 -
“Igual algunos conceptos nombrados son un poco más nuevos, onda 2000 en
adelante, porque en ese tiempo no se hablaba de grupo de afinidad ni de informalidad:
es una práctica que se asimila y que se da naturalmente pero que como teoría viene
después cachay. Se sustenta desde el extranjero después, con ideas del post-
anarquismo, onda Bonanno, que escribe que la forma de organización tiene que ser el
grupo de afinidad, que el grupo tiene que conformarse para una instancia específica
con un objetivo específico, y eso fue un cambio de paradigma gigante para muchos
cabros. Por eso por ejemplo yo pienso que hoy en día se pierde caleta la idea del
colectivo atemporal que duraba millones de años; nace la crítica que creo que es súper
importante en cuanto a que cuando tu organización dura mucho tu organización se
vuelve un fin en sí mismo, es una huea pésima, porque tu objetivo se diluyó po” 297.
Ahora bien, la acción mediante los grupos de afinidad acabará en gran medida
con algunos intentos libertarios de programa político en tanto proyecto, o será quizás la
complejidad de lograr aquello lo que desembocará en la acción por afinidad. Notable
fueron los intentos del Congreso de Unificación Anarco Comunista 298 de coordinar el
actuar anarquista de los distintos grupos a nivel nacional, pero las ansias de convertirse
en una organización de masas terminó por jugar en contra, disolviéndose
posteriormente, al mismo tiempo que se complejizaba y diversificaba aún más “la
escena” anárquica en Chile. Complementando el testimonio anterior entorno a la
sustentación teórica de los grupos de afinidad, un segundo relato plantea una postura
similar, pero aludiendo a hechos concretos de la política anarquista, cada vez más
potente:
297
Entrevista a Diego, op. cit.
298
El Congreso de Unificación Anarco Comunista (C.U.A.C.) se constituyó en 1999 y además de
plantearse como una coordinación anarquista, pretendió constituirse en una organización de masas
libertaria sin precedentes en Chile. Planteó la necesidad de elaborar un programa a nivel nacional,
creando una estructura y posicionándose social, cultural y políticamente en el país.
- 146 -
discurso que se instala acá… puta, yo diría que hay que seguirle como un poco la pista
al rollo de lo libertario y lo anárquico en Chile, y tiene que ver con un fenómeno post
2002-2003; o sea yo diría que eso nace incluso después como del desarme del CUAC
¿cachai? como que el CUAC si bien logra ser como la organización más visible y más
reconocible dentro de la órbita libertaria de fines de los ’90, principios del ’00, nunca
llega a desarrollar un discurso como ese, y de hecho se ve como tensionado a propósito
de personas que venían ya con esta idea como más insurrecta, que ven cómo se va
detonando este quiebre y, bueno, al final se separan todos los monos y ahí hay igual
como una especie de renacer del rollo anárquico en Chile y ahí va a aparecer como la
discursividad de la afinidad, de estos grupos operativos que se reúnen para desarrollar
un solo tipo de acción y luego disolverse, etcétera, etcétera” 299.
“Yo creo que sobre todo la idea de reunirse por afinidades principalmente es
la esencia de cómo te partí ya juntando mediado los noventa en adelante. Ya no tiene
que llegar un loco y decirte 'ya compañero usted mañana parte a Calama', y partiste a
Calama po. Aquí tu hací finalmente lo que querí -no porque nadie te puede decir nada y
‘soy el hueón más libre del mundo’-, sino que porque no queremos replicar jerarquías,
no queremos replicar poderes que finalmente limitan tu capacidad de decidir, de hacer
y de construir po. Y las asambleas territoriales creo que son el desarrollo de ese
299
Entrevista a Pablo, op. cit.
- 147 -
trabajo, de unirse con tus vecinos, de hablarse con tus amigos, con los que están en la
misma, para pensar en proyectar otras cosas. Lo veo como un trabajo o una historia de
continuidad. No niego mi influencia de los setenta u ochenta, pero creo que a partir de
los noventa, de esas nuevas formas que nacen desde la derrota se empieza a proyectar,
y el fruto de ese pensarse se ve 15 años después, 20 años después y ahora. Ojalá se
mantenga y ojalá de frutos de verdad, pero creo que por lo menos le veo una línea
continua, no veo un quiebre entre los noventa y los dos mil, como si lo veo entre los
ochenta y los noventa, que veo fuertemente un quiebre” 300.
300
Entrevista a Marcelo, op. cit.
- 148 -
con el transcurso de los años, haciéndose realmente más visibles durante la década
siguiente:
“Como que en los ’90 emergen muy tibiamente algunas voces disidentes, pero
que en realidad se van a hacer como más visibles en la primera parte de los 2000,
¿cachai? Entonces, yo diría que el periodo que es como más atractivo en ese sentido,
donde uno logra ver como emerger, o inclusive como instalación de discursividades y
de prácticas más como que de nuevo empiezan a destellar es ese periodo como 2000 –
2004 ¿cachai?” 301.
“Y eso es lo que entrega los noventa, el principio de esta reflexión; junto con,
por ejemplo, en los noventa son las primeras manifestaciones, huelgas de los pingüinos,
que terminan ya en 2001 y 2006 siendo masivas a un nivel nacional. Pero en general
parten desde los noventa en esas formas de reorganizarse, de sacarse los miedos, de
proyectar. Eso es algo que en los noventa, más allá que yo creo que fue una década
mala socialmente, por lo menos esta década siguió con la reflexión y sobre todo para
darte cuenta de qué forma te tení que ir organizando, pensando, construyendo
autónomamente para no caer en los mismos vicios que caímos en los ochenta po'” 302.
301
Entrevista a Pablo, op. cit.
302
Entrevista a Marcelo, op. cit.
- 149 -
Si bien el trabajo en los sectores populares no logra reavivar la antigua
tradición asociativa poblacional (porque los problemas ya no se solucionan mediante la
comunidad sino mediante el endeudamiento individual), sí se logra mediante el trabajo
de la década del noventa un resurgir de iniciativas comunitarias y de resistencia, así
como una ofensiva anti-sistémica más radical durante la década del dos mil. Existe una
continuidad, o más bien una maduración, de las prácticas noventeras en las décadas
posteriores con la asimilación de las ideas anárquicas que terminarán por otorgar una
aún mayor complejidad teórico-ideológica a los grupos u organizaciones combativas, y
una mayor radicalidad a las acciones con el abrazamiento de las ideas insurreccionales.
Las lógicas de acción y organización de los sujetos rebeldes/subversivos mantienen una
estructura más o menos permanente a lo largo de, al menos, dos décadas:
“…este como comillas ‘regreso a la pobla’ tiene que ver también con decir:
‘bueno, pero venimos con estas ideas ¿cachai?, y hoy día nuestras ideas tienen que ver
con que no queremos estar unos encima de otros, por tanto nos vamos a basar en una
dinámica de horizontalidad; tiene que ver con que no queremos ser parte de este como
juego o circo del poder y, en consecuencia, nos vamos a plantear desde una manera
mucho más autónoma y, además de todo lo anterior ¿cachai? no estamos dispuestos a
hacerles cariño a quien nosotros consideramos que es como el mundo que nos oprime,
sino que queremos combatir’ ¿cachai?, y ahí viene como el rollo de la radicalidad
¿cachai? Y yo creo que ese terreno, el que se va a instalar, bueno…aquí yo no soy muy
bueno pa’ las fechas, te diría que es la primera parte de la década del ’00 ¿cachai?,
2000-2005, como que en eso se estaba transitando. Y bueno, ahí se empiezan a depurar
los discursos, empieza a aparecer mucho más fuertemente como un discurso ya
marcadamente anárquico que antes no existía” 303.
303
Entrevista a Pablo, op. cit.
- 150 -
definida por la izquierda partidista (revolucionaria o no), y que se planteó desde cero
para ver una maduración o germinación tras una década de historia y de aprendizaje:
“Como proyecto social empezar a pensarlo desde cero, y eso fue como las
grandes cosas de los noventa y que no se ve plasmado sino hasta 10, 15 años después,
cuando ves pingüinos y otros locos organizándose horizontalmente en asambleas,
planteando cosas no sólo peticionistas sino tomarse la educación u otro ámbito y
ejercerlos. 10, 15 años después se empieza a ver, pero es algo que se empieza a
plantear quizás a finales de los ochenta o principios de los noventa cuando se empieza
a romper con las estructuras orgánicas de la izquierda y sobre todo con la idea de la
izquierda que era ‘Socialismo o nada’” 304.
“No era de extrañar el ver compañeros y compañeras de antes del 2005 que
estuvieran instalados como en una clave mucho más colectiva y comunitaria, ¿cachai?
desde una discursividad mucho más popular ¿cachai?, que cinco años después tú te
encontrabai a esos mismos compañeros y compañeras pero desde un rollo como más
radical ¿cachai?, como que se encaminó más hacia ese rollo como de la neo subversión
¿cachai? […] Pero, si tú te dai cuenta ese trabajo quizás por poquito que haya sido,
por delimitado en el tiempo, generó que se abriera otro rollo discursivo, otras prácticas
más, y que esas personas continuaran en esas sendas de luchas en general
¿cachai?” 305.
- 151 -
proyección de nuevas formas y lógicas. En la misma línea, podemos establecer dichas
formas y lógicas como el puntapié inicial de un proceso político de rearme, de reflexión
y de reconstrucción discursiva y práctica, y podemos establecer la década siguiente
como un período de germinación de las ideas planteadas por dicho puntapié, en tanto
asimilación, relectura, radicalización y teorización posteriores.
306
Entrevista a Francisco, op. cit.
- 152 -
“Hoy día, a diferencia de quince años atrás, yo creo que la gran diferencia es
cuantitativa ¿cachai?; o sea, antes uno podía… así poco menos que había como una
escena de la organización en Santiago y tú podiai funar a todos los locos po’ ¿cachai?
y las locas. Hoy día no, hoy día hay así caleta de cabros organizados, caleta de piños,
caleta de rollos, caleta de… y todos son neo algo ¿cachai? no sé hueón, así hay neo
anarquistas, neo situacionistas, neo marxistas, neo guevaristas, como que tú pensai…
igual eso es cuático, porque se está tratando como de re leer ¿cachai? discursos,
proyectos políticos que a lo mejor ya también quedaron atrás ¿cachai? pero que en ese
afán de no querer soltar la hueá ¿cachai? es así ‘tratemos de reactualizarlo’, y eso es
cuático ¿cachai? Igual en ese periodo como del 2005 pa’ acá, yo creo que también
claro ahí sería, o sea, no se puede invisibilizar tampoco como cierta radicalidad que
emerge del discurso más anárquico insurreccional que ya se había venido construyendo
en los últimos cinco años, pero que aquí decide como pasar del discurso a una
dinámica ofensiva mucho más clara” 307.
- 153 -
el contexto actual de confrontación estatal-liberal y rebeldía (no partidaria) es posible
obtener algunas conclusiones y/o visiones sobre un futuro próximo en tanto transcurso
de un conflicto históricamente transversal.
308
Entrevista a Marcelo, op. cit.
- 154 -
“Existe una generación que rompe con esa hueá, que en los colegios ahora se
hagan los cortes de calle, que en los colegios salgan los cabros encapuchados a
agarrar con fuego a los pacos. Eso es que se está retomando y se está retomando de
buena forma. Porque quizás no son cabros anarcos o que son comunistas, pero los
cabros están saliendo a la calle, están reconociendo cuál es su enemigo, están
accionando contra su enemigo y están reivindicando a sus compañeros que luchan y se
zarpan contra esta hueá de mierda, que puede ser una compañera en Arica o un
compañero en Perú” 309.
“Claro po, ese como arrojo de decir aquí estamos y ponemos bombas ¿cachai?
igual va a generar que sea súper visible ¿cachai? Por eso te digo que hay que tenerlo
súper presente po ¿cachai?, o sea, era un rollo que antes no estaba, y ese rollo a su vez
empieza como a radicalizarse en sí mismo ¿cachai?, y varia gente va a empezar
también como a seguir una línea después como más radical aun ¿cachai? que lo va a
309
Entrevista a Valeria, op. cit.
- 155 -
acercar como al nihilismo o a ciertas… al neo nihilismo ¿cachai?, o a ciertas
dinámicas de negación que inclusive van a llegar a generar una tensión con todo este
entorno precedente que se había venido construyendo que tenía que ver con la
dinámica del trabajo territorial o dinámicas en general de trabajo más colectivo
¿cachai? Entonces en el afán de negarlo todo, cualquier experiencia de organización
podría significar también una experiencia, no sé po hueón… jerárquica o de lo que los
cabros dicen como rechazar ¿cachai? Y eso también genera una tensión ¿cachai? una
tensión que hoy día se vive como latentemente, y que yo no sé dónde va a terminar esa
hueá ¿cachai?” 310.
“Y ahí falta también como que todos esos piños que se proyectan también en la
lucha violenta ¿cachai?, destructiva al sistema, también se sitúen desde esa perspectiva
de la recuperación también de la tierra ¿cachai?, la recuperación del cuerpo ¿cachai?,
ahí entablándose también el rollo contra la iglesia, el rollo del feminismo, el rollo de la
ecología, de los pueblos indígenas. Yo creo que lo naciente va a emerger desde ahí
hueón, va a emerger así como, yo encuentro que en este momento así lo que se está
bullendo ¿cachai?, a lo que se está apuntando, es como a cosas concretas, territorios
concretos [...] Sabemos que las cosas las tenemos que hacer uno mismo, nosotros
310
Entrevista a Pablo, op. cit.
- 156 -
mismos ¿cachai?, pero de dónde po’ ¿cachai?, cómo realmente nos liberamos po’,
¿vivimos libres realmente? Y esa actitud de no sólo resistencia, sino que también de
ofensiva, y que en algún momento de crisis va a provocar la unión de estos sectores
como expoliados po ¿cachai?, no sólo explotados sino que también expoliados, porque
en definitiva es un saqueo po’, es un despojo de los territorios, del territorio del cuerpo
y del territorio de la tierra po ¿cachai? Yo eso veo, y ojalá que también todos los
sectores anti sistémicos ¿cachai? así se reúnan en esas condiciones po’” 311.
“…me siento como más hijo, más como de gente, de la gente que fue mayor
que yo, fue así gente que estuvo en cana, que peló el ajo ¿cachai?, que escapó, que
fue… que juraba que la iba a hacer toda po’ ¿cachai?, y que juraba que lo iba a hacer
en tres años ¿cachai? Y yo creo que… y esa hueá es respetable totalmente ¿cachai?, y
yo creo que eso… si existe alguna apuesta seria, tiene que obviamente que no olvidar
eso, porque también olvidarlo es una arrogancia po’ ¿cachai?, una soberbia a toda esa
gente que lo dio todo po’ ¿cachai? Y, por otro lado, yo también creo que si existe
311
Entrevista a Francisco, op. cit.
- 157 -
también una posibilidad de, no sé po’, de superación del estado actual de las cosas, es
también tomando esa enseñanza, claramente, y si no se toma va a cagar también po’
¿cachai? No sé po’, un grupo mega armado también se va a constituir en una
estructura ¿cachai? desarraigada de su espacio, y va a cagar po’ ¿cachai?, va a cagar
por falta de infraestructura y falta de espacio, va a ser ahogada inmediatamente” 312.
“Desde chico, y no lo digo como un gran mérito sino que como algo que es no
más po’, he asumido que la vida vale ser vivida… en la medida que uno esté
rebelándose constantemente contra el poder, contra el poder estatal, el poder
económico, el poder en general. Yo siento que a partir de mi vivencia he llegado a ese
camino, a entender que la rebeldía debe ser algo permanente, tratar de ser consecuente
con las formas que creo que son las que se deben llevar po’. En ese sentido he
312
Ibid.
- 158 -
intentado dirigir mi rebeldía y con esas personas he buscado o hemos buscado dar la
pelea” 313.
313
Entrevista a Luis, op.cit.
- 159 -
VI. Conclusiones
314
Pedro Rosas, op.cit., p.323.
- 160 -
y una civil, y enmarcada en un trato de continuidad económica, social y constitucional
de la dictadura de Pinochet. Debiese legitimar y reafirmar la democracia un sistema
heredado (y recibido) para hacerlo estable y gobernable nacionalmente; para ello,
actuando ahora como fuerza constitucionalista, la Concertación convenía en acabar con
lo que la dictadura no pudo: la rebeldía y la subversión.
- 161 -
de la población, encerrando a la ciudadanía más y más en sus hogares, socializando
nada más que con el televisor pagado en “cómodas cuotas”.
- 162 -
capitalismo de Pinochet y el odio visceral a las fuerzas de orden constituirán elementos
claves en la asociatividad de los sujetos que reconocían un enemigo común en el Estado
perpetuador del sistema y en los partidos que ahora lo componían y que ahora también
reprimían.
- 163 -
Ahora bien, como dijimos anteriormente, se hace de gran complejidad
establecer determinadas mediciones entorno a las variables trabajadas, pero sí es posible
al menos identificar aproximaciones. Comprendiendo la forma de organización que
comenzó a desarrollarse por la juventud post-plebiscito, se hace complejo también
establecer cotejos en cuanto a logro de objetivos, por la heterogeneidad de los grupos y
la diversidad que se planteaba en cuanto a los mismos. Se hace complicado traspasar
aprendizajes, experiencias, saberes y acciones a términos medibles o a una mayor o
menor efectividad; será la propia intencionalidad y una determinada fijación de
objetivos ya sea a nivel micro o macro lo que permitirá al menos establecer cierto
impacto en relación a la propia finalidad deseada.
- 164 -
capital, estableciendo un pie en la memoria comunitaria de cooperativismo y
solidaridad.
Sin embargo, el mayor impacto que nos lleva a un balance positivo dentro del
contexto noventero, lo constituirá el propio “cambio de switch” de los sujetos
declarados en rebeldía. Si bien la juventud rebelde vivió su propia derrota con la vuelta
a la democracia, fue capaz de iniciar un nuevo proceso de aprendizaje que se extiende
hasta nuestros días, sentando las bases de la horizontalidad, la autonomía y la
autogestión, por ejemplo, en la organización socio-política. Las estructuras verticales
quedaban atrás, y aunque era recogido su legado, se inicia un proceso propio, nuevo, un
puntapié hacia el futuro, un vuelco hacia la cotidianeidad y la vida misma, hacia la
“alegre rebeldía” del día a día, en tanto se hace necesario vivir en función de los propios
valores y en búsqueda de la felicidad como bien social superior. Se inicia así un
repensar más profundo de la realidad y de la propia subjetividad, una lectura y relectura
constante, donde los antivalores se encuentran tanto fuera como dentro de cada sujeto y,
por ende, deben resistirse y subvertirse en cada dimensión e instancia, en la
normalización de la cotidianeidad. Así los pequeños colectivos, los pequeños espacios,
las pequeñas acciones y la vida misma se declaraban en oposición a un sistema opresivo
y de inequidad, más allá de plantear el antiguo y definitivo “Socialismo o barbarie”.
- 165 -
De la misma manera, la “novedad” por excelencia en tanto organización
durante los noventa y hacia el futuro lo constituirá el colectivo, organizado entorno a
intereses y/o propósitos comunes y definidos. Se rechazaba entonces las jerarquías y las
estructuras piramidales (que caían poco a poco) pues no representaban los valores
propugnados por la nueva lectura social de organización, que veía al otro como un igual,
comprometido y confiable. Se dejaba atrás la idea de la militancia, incluso muchos
miembros de colectivos pertenecían en realidad a una serie de colectivos, lo que
informalmente fue construyendo contactos y confianzas que permitirían la acción
coordinada contra el sistema de una u otra forma: agitando, atacando, levantando
propaganda, elevando comunidad, publicando de manera audiovisual o escrita, etcétera,
en función siempre de los propios propósitos definidos. Así, el colectivo se alza bajo la
denominada triada que perdurará en la organización informal: horizontal, autónomo y
anticapitalista.
- 166 -
culturales, circenses, musicales, de choque, etcétera serán algunas de las muestras de la
riqueza de las redes organizativas que se construyen hasta hoy; bastaba con organizarse,
por ejemplo, en torno al hip-hop, el punk o una barra de fútbol: en todos lados se ven
manos, aunque no se ven rostros ni firmas. Al mismo tiempo, el escenario capitalista
internacional y la integración cabal de Chile en él, traerá consigo nuevos aprendizajes
ligados también a una mayor radicalidad de los sujetos y las organizaciones rebeldes,
que poco a poco comienzan a ideologizarse, acercándose en gran medida a las ideas
libertarias. Las formas mantienen entonces su esencia, aunque se actualizan y releen
constantemente estableciendo sus discursos y sus objetivos propios, discutiendo en
cierta medida el cómo pero manteniendo el por qué y el contra quién.
Sentaron entonces las décadas de los ’70 y ’80 las bases identitarias y los
pilares fundamentales de un posicionamiento clave de la juventud rebelde frente a la
dictadura y luego frente a la democracia. Los ’90 iniciarán así un nuevo proceso de
reflexión y organización diferenciado del anterior, sentando algunas bases políticas y
prácticas que permanecerán en el tiempo en el enfrentamiento contra el “poder
- 167 -
democrático”, que mantenía lo más sombrío de la dictadura. Se sienta así la reflexión y
el aprendizaje bajo una mirada a la memoria histórica pero con la vista al futuro,
sacudiéndose las ya aniquiladas formas y la derrota democrática del plebiscito, para
mirar la realidad y darle una nueva lectura, más compleja, sentando un ejercicio
reflexivo inacabable. Los noventa constituyen un puntapié inicial que germinará en gran
manera durante los años dos mil, y que terminará radicalizándose e ideologizándose en
adelante en todos los espacios, en los antiguos y en los emergentes.
Hoy por hoy, nuevas generaciones de jóvenes asimilan con gran facilidad
muchas de las concepciones y prácticas desarrolladas a lo largo de tres décadas por la
rebeldía, que se sacudió e inició una nueva travesía en el constante enfrentamiento con
el poder y la dominación. Para la juventud de antaño, en cierta medida criada en el
leninismo, constituyó un proceso complejo de reflexiones, de memorias y de nuevos
proyectos, que culminaron en décadas de aprendizaje y de experiencias que, como la
memoria histórica, se hacen constantes. Aunque se quiebre con el pasado y con sus
estructuras, las historias de vida de quienes se declararon rebeldes se convierten en una
visión permanente a la vez que un cable a tierra en la búsqueda de un bien superior, un
horizonte y quizás una utopía. Mientras exista la dominación, la explotación, la opresión
y la injusticia la rebeldía se hará y se rehará, más nunca culminará.
- 168 -
reemplazándolas por otras que hagan de la vida misma una historia de alegría; antes de
eso sólo nos queda la “alegre rebeldía”, leída y releída, hecha y rehecha, a lo largo de la
Historia de poder y dominio.
- 169 -
ni llamarán calidad de vida
a la cantidad de cosas.
Los cocineros no creerán que a las langostas
les encanta que las hiervan vivas.
Los historiadores no creerán que a los países
les encanta ser invadidos.
Los políticos no creerán que a los pobres
les encanta comer promesas.
La solemnidad se dejará de creer que es una virtud
y nadie, nadie tomará en serio a nadie
que no sea capaz de tomarse el pelo.
La muerte y el dinero perderán sus mágicos poderes
y ni por defunción ni por fortuna
se convertirá el canalla en virtuoso caballero.
La comida no será una mercancía
ni la comunicación un negocio,
porque la comida y la comunicación
son derechos humanos.
Nadie morirá de hambre
porque nadie morirá de indigestión.
Los niños de la calle no serán tratados como si fueran basura
porque no habrá niños de la calle.
Los niños ricos no serán tratados como si fueran dinero
porque no habrá niños ricos.
La educación no será el privilegio de quienes puedan pagarla
y la policía no será la maldición de quienes no puedan comprarla.
La justicia y la libertad, hermanas siamesas,
condenadas a vivir separadas
volverán a juntarse bien pegaditas espalda contra espalda.
En Argentina, las locas de plaza de mayo
serán un ejemplo de salud mental
porque ellas se negaron a olvidar
en los tiempos de la amnesia obligatoria.
Seremos imperfectos porque la perfección
seguirá siendo el aburrido privilegio de los dioses,
Pero en este mundo,
en este mundo chambón y jodido
seremos capaces de vivir cada día como si fuera el primero
y cada noche como si fuera la última.
- 170 -
VII. Anexos
- 171 -
Esquema de La “Oficina”
- 172 -
Patio de la CAS
- 173 -
- 174 -
Declaración Kolectivo Kamina Libre, fundación.
¿Kienes Somos?
- 175 -
¨KUANDO NACE EL KOLEKTIVO?
Al llegar a prisión, entre el 90 y 92, kada uno de nosotros era militante del
Partido Mapu-Lautaro, pero en los años y produkto de diskrepancias kon la direxión y
su manera de interpretar la aktual realidad social del país y del movimiento popular y
revolucionario, y el komo enfrentar esta nueva y ya vieja etapa, ke es el encierro, nos
llevó a romper kon nuestra organización de origen.
- 176 -
(*) Álvaro Rodríguez Escobar salió en libertad en enero de 2003.
Fuente: http://www.nodo50.org/kaminalibre/
- 177 -