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Árboles, pulmones de la ciudad

Un árbol solitario no puede hacer todo un bosque. Sin embargo, los árboles juntos,
mediante un lenguaje secreto, son capaces de crear ecosistemas que amortiguan el calor
y el frio extremos, almacenar agua y producir aire húmedo.

Dentro de la toda flora que caracteriza a nuestra ciudad y región Piura encontramos al
Algarrobo, un árbol que, gracias a sus múltiples cualidades como alimento, forraje, abono,
madera y medicina, aporta, desde tiempos ancestrales, muchos beneficios al hombre; Así
también es materia prima para el desarrollo de diversas actividades económico-
productivas.
Los avances tecnológicos y la modernización han significado evolución en muchos
aspectos para Piura, a su vez han ocasionado pérdidas, sobre todo, en el ecosistema. Uno
de los proyectos de modernización y ampliación más reciente de nuestra ciudad se
desarrolló en la avenida Sánchez Cerro; dejó pérdidas irremplazables de algarrobos que se
encontraban en esta avenida.
Pero ¿Realmente era necesario talar los árboles en la Av. Sánchez Cerro? Sembrar
árboles es una actividad que armoniza al hombre con su ambiente y además lo
compromete con las generaciones sucesivas. Motivemos la defensa del medio ambiente,
cultivemos la siembra y el cuidado de nuestra flora.
Tomemos conciencia de que nuestros árboles son los pulmones del mundo, no sólo dan
buena vista y pertenecen al ornato sino también son indispensables para el ecosistema.
Nuestra ciudad no sólo merece una mejora y modernización sino también tiene el
potencial y los recursos necesarios para convertirse en una urbe sostenible para la
defensa y crecimiento de nuestro medio ambiente.
Si cada uno de nosotros plantara un árbol, la Ciudad del eterno calor, en unos cuantos
años, tendría una capa protectora invisible de oxígeno que no solo ayudaría a que
respiremos aire más puro, sino que también ayudaría a controlar el intenso calor que
sufrimos todos los piuranos.
Según estudios de Marcelo Moscoso Pantoja, consultor ambiental independiente, “Se
requieren 22 árboles para suplir la demanda de oxígeno de una persona al día.” Con esto,
nos vamos dando cuenta de cuán importante son los árboles para el ayer, el hoy y el
mañana. No obstante, sin tomar responsablemente la situación de nuestro planeta, de
nuestras ciudades, seguimos reduciendo, cada vez más y más, la posibilidad de poder
respirar aire limpio y puro e inconscientemente evitamos darnos cuenta de cuánto daño le
hace esto a las futuras generaciones.
Marcelo Moscoso Pantoja también menciona que “Entre los años 2000 y 2012, se
perdieron unas 230 millones de hectáreas de árboles”. Solo imaginemos cuánto oxígeno
estamos perdiendo solo por no preservar o respetar a la naturaleza.

Piura es una de las ciudades más calurosas de Perú. No solo porque nos encontremos al
norte de nuestro país, que ya de por sí es caluroso, sino también porque la cantidad de
árboles que almacena es diminuta.

¿Qué medidas podemos tomar para contrarrestar el sofoco que sentimos a cada
momento del día en Piura? Planes o estrategias ecológicas que pretendan hacer urbe de
la mano de la naturaleza, sin optar por dañar a nuestras áreas verdes, sería lo óptimo.
Como ciudadanos de a pie, podríamos buscar un lugar estratégico y accesible en nuestra
ciudad y plantar un árbol, así, dos días a la semana darle cuidado necesario. El internet te
puede instruir en un santiamén. Otra alternativa sería presentarle ideas o proyectos
ecológicos a las organizaciones gubernamentales que se encargan del ornato de nuestra
ciudad.

En fin, si tienes mucho calor, planta un árbol. Si crees que es difícil, siembra una plantita
pequeña. Todo acto en pro de la naturaleza, ayuda.

RICARDO ARCE PEREZ


FACULTAD DE ARQUITECTURA Y URBANISMO

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