Está en la página 1de 28

Esic Market Economics and Business Journal

Vol. 51, n.º 2, mayo-agosto 2020, 411-437

Desde la eficiencia técnica económica


hacia la eficiencia medioambiental
Jesús Lucindo y Marisa Feijóo*
Universidad de Zaragoza

Recibido: 04-03-2020; aceptado: 13-06-2020; publicado: 06-07-2020

Resumen
Objetivo: determinar el comportamiento técnicamente eficiente para cualquier agente de
la economía siendo responsable de su actuación medioambiental.
Metodología: revisión del estado del arte de la literatura del análisis de la eficiencia técnica
desde una perspectiva medioambiental.
Resultados: determinar un comportamiento para una economía y eficiencia ecológica con
objeto de asumir un desarrollo sostenible.
Limitaciones: dada la modelización teórica desarrollada, los principales inconvenientes
son: no existencia con generalidad de modelos predictivos del coste del impacto medioam-
biental, no existencia de herramientas para recoger adecuadamente aquellos impactos que
se retrasan en el tiempo y, por último, limitaciones a la hora de investigar la influencia de
factores naturales incontrolables.
Implicaciones prácticas: guías de actuación para individuos, empresas y Estados para
satisfacer sus necesidades con el menor impacto en el medioambiente. Especial atención
para suministrar la toma de decisiones de un estudio adecuado para el diseño apropiado
de regulaciones medioambientales.

Palabras clave: eficiencia; producción; medioambiente; desarrollo sostenible.

Códigos JEL: D24, Q59.

Lucindo Blasco, J., y Feijóo, M., 2020, Desde la eficiencia técnica económica hacia la
eficiencia medioambiental, España, Esic Market Economics and Business Journal, 51(2),
411-437. Doi: 10.7200/esicm.166.0512.4

*
  Autor de correspondencia. e-mail:

ISSN 0212-1867 / e-ISSN 1989-3574


© ESIC Editorial, ESIC Business & Marketing School
DOI: 10.7200/esicm.166.0512.4
http://www.esic.edu/esicmarket
412 Jesús Lucindo y Marisa Feijóo

1. Introducción

El medioambiente y el desarrollo sostenible es uno de los temas más importantes


de discusión intelectual debido a la gran implicación en el desarrollo de nuestro mode-
lo socioeconómico actual. El concepto de sostenibilidad, de acuerdo con la Comi-
sión Mundial de Medio Ambiente y Desarrollo de la Organización de las Naciones
Unidas (ONU), se entiende como aquella capacidad de las actuales generaciones por
satisfacer sus necesidades sin comprometer la capacidad de futuras generaciones para
satisfacer las suyas propias. Dicha capacidad contiene, muy estrechamente relaciona-
dos entre sí, conceptos tales como son los económicos, sociales, medioambientales,
tecnológicos, etc. Sin embargo, una característica común es compartida por todos
ellos: escasez, la disponibilidad y el uso de cada uno de ellos es limitado.
Para dar respuesta al problema de la escasez, la economía tiempo atrás, gracias
a los planteamientos de la escuela neoclásica de finales del siglo xix y principios
del xx, conceptualizó novedosas ideas en torno al equilibrio parcial y general del
mercado, la economía del bienestar, los ciclos económicos, el monetarismo, la
competencia perfecta e imperfecta, etc.; todas estas aportaciones junto a otras más
recientes disponen todavía de gran vigencia en nuestros días. Algunos de los más
destacados autores de dicha escuela son León Walras (1834-1910), Alfred Marshall
(1842-1924), Francis Edgeworth (1845-1926), Vilfredo Pareto (1848-1923), Irving
Fisher (1867-1947), Arthur Pigou (1877-1959), entre otros.
El alumbramiento del término de eficiencia en la economía no vino por la apro-
ximación de un solo concepto, sino por la mediación de varios de ellos como son las
leyes de la oferta y de la demanda para la asignación de un equilibrio de mercado, así
como la economía del bienestar. De este modo, el término de eficiencia en economía
es la relación obtenida por el adecuado aprovechamiento de los recursos empleados
ante la comparación de usos alternativos disponibles. Dicho término es fundamen-
tal en el entendimiento de la propia economía como la organización del uso de los
recursos escasos para satisfacer las necesidades individuales o colectivas en donde
nadie puede mejorar su situación sin que empeore la de algún otro.
De este modo, tradicionalmente, el análisis de la eficiencia realizado por cual-
quier individuo u organización tiene por objeto optimizar a largo plazo su actuación
ceteris paribus a partir de unas sencillas reglas de actuación. Alcanzar una situación
en donde, en primer lugar, sus deseos sean satisfechos y, en segundo lugar, hacerse
con los medios conforme su capacidad para alcanzar tal situación.
A modo de reseña, aunque no es objeto del presente artículo, hay que destacar
la discusión existente por parte de la literatura moderna sobre la visión tradicional
de la eficiencia en la economía y la no inclusión de aspectos relevantes, tales como
la asimetría en la información por parte de los participantes (Arkerlof, 1970), la
existencia de externalidades (Baumol, 1972), la difícil existencia de mercados per-
fectamente competitivos y en equilibrio sin costes (Grossman y Stiglitz, 1980), la
ausencia de regulación pública en el mercado (Minsky, 1986) y la desigualdad social
en los mecanismos de asignación del mercado (Sen, 1995).
Desde la eficiencia técnica económica hacia la eficiencia medioambiental 413

Desde un nivel microeconómico, para obtener el adecuado uso de los elemen-


tos empleados por parte de los individuos, hasta un nivel macroeconómico, donde
empresas y Estados desean conseguir, respectivamente, un comportamiento produc-
tivo que les otorgue una ventaja competitiva en el mercado frente al resto de rivales,
o bien desean diseñar políticas públicas que contenten a sus ciudadanos con un
determinado nivel de gasto. Una cosa está clara, un mal análisis de la realidad origi-
nará una toma de decisiones perjudicial con la consecuente obtención de resultados
alejados de los objetivos propuestos. El análisis teórico de partida debe ser capaz
de tener en cuenta todas las variables necesarias para la evaluación posterior de la
actividad desempeñada.
Actualmente, la amenaza del deterioro ecológico puede lograr cambiar todo lo
que hasta ahora conocemos, y no se le ha dedicado hasta el momento la atención
suficiente que demanda su urgencia por actuar. La degradación del medioambiente a
causa del cambio climático global por la acción directa del ser humano es la mayor
fuente de incertidumbre a la que se debe enfrentar la humanidad en los años veni-
deros (Cook y otros, 2013). Según el Grupo Intergubernamental de Expertos sobre
el Cambio Climático (IPCC, en inglés Intergovernmental Panel of Climate Change)
de la ONU, la acumulación de emisiones de gases de efecto invernadero (emisiones
de dióxido de carbono, CO2, y, en menor medida, de metano, CH4, y de óxido de
nitrógeno, N2O) originadas por la actividad humana a lo largo de la historia están
causando el debilitamiento y la disminución de la capa de ozono de la atmósfera del
planeta Tierra. En la actualidad, las emisiones de CO2 han aumentado desde valores
preindustriales, aproximadamente de 280 ppm (partes por millón), hasta 379 ppm,
asimismo, las emisiones de CH4 lo han hecho, aproximadamente, hasta 1.774 ppb
(partes por billón), lo cual representa más del doble de su valor preindustrial y, por
último, las concentraciones de N2O son de 319 ppb, aproximadamente un 18% más
alto que su valor preindustrial. Tales incrementos están dando lugar a un cambio cli-
mático cuyas distorsiones pueden ser observadas en múltiples aspectos del medioam-
biente. Como, por ejemplo, la temperatura (estimación de un aumento global de,
aproximadamente, 1,0 °C con respecto a los niveles preindustriales, con un rango
probable de 0,8 °C a 1,2 °C), las precipitaciones (estimación de episodios de mayor
intensidad en zonas de latitud media y regiones tropicales húmedas), el nivel del mar
(confirmación durante el siglo xx de la elevación del nivel del mar a escala mundial
de unos 15 cm, cuyo ritmo no deja de acelerarse anualmente), los fenómenos natu-
rales extremos (alta probabilidad de mayor intensidad de ciclones tropicales en el
Pacífico, y el Atlántico Norte), etc. Según Stocker y otros (2013) el cambio climático
es consecuencia inequívoca de la influencia humana desde la década de 1950 a tenor
de las crecientes concentraciones de gases contaminantes en la atmósfera, cuyas
emisiones continuas causarán nuevos cambios en todos los componentes del sistema
climático, a menos que se reduzcan de forma sustancial y sostenida.
El análisis y la gestión del cambio climático han sido reconocidos como un
importante problema económico hace décadas (Nordhaus, 1977), sin embargo,
todavía permanecen en la actualidad importantes cuestiones económicas y sociales
414 Jesús Lucindo y Marisa Feijóo

sin resolver (Hsiang y Kopp, 2018). Entre ellas, la integración en los análisis de
eficiencia de los aspectos resultantes de la degradación medioambiental a causa del
cambio climático. El análisis tradicional presentado ya no es válido, puesto que la
omisión de las variables asociadas al impacto de la contaminación distorsionará
significativamente los resultados en la estimación de la eficiencia, perjudicando gra-
vemente la posterior toma de decisiones en individuos, empresarios y responsables
políticos (Song y otros, 2012).
La necesidad de realizar adecuadas evaluaciones de la eficiencia para la toma de
decisiones correctas es una necesidad del más inmediato presente. Por indicar varios
ejemplos de los múltiples análisis empíricos realizados, Camarero y otros (2013) ela-
boran el análisis de la eficiencia, incluyendo aspectos medioambientales, y su grado
de convergencia en 22 países de la OCDE (Organización para la Cooperación y el
Desarrollo Económico) durante el periodo 1980-2008. Obtienen tres conclusiones
principales. Primera, existe una tendencia global creciente en la capacidad de las
economías de producir más bienes y servicios con menos impacto para el medioam-
biente, motivado por la creciente regulación de emisiones de dióxido de carbono en
los países desarrollados. Segunda, los países más eficientes a nivel medioambiental
son Suiza, Noruega, Suecia y Dinamarca; por el contrario, los peores son Portugal,
España, Grecia, Hungría, Turquía, Canadá y Estados Unidos. Tercero y último, la
formación de clubes de convergencia entre países, es decir, se está produciendo una
convergencia, por un lado, entre los países con mejor actuación medioambiental y,
por otro lado, entre los países con peor actuación. Y cada vez el grado de separa-
ción entre ambos clubes se está incrementando. Asimismo, Sanz-Díaz y otros (2017)
analizaron la eficiencia medioambiental de España en el periodo 2005-2012 con res-
pecto al resto de los veintiocho países integrantes de la Unión Europea. El resultado
indica que la actuación medioambiental de España es más similar a la de los países
del Este de Europa (República Checa, Eslovaquia, Croacia, Eslovenia y Hungría),
recientemente incorporados a la Unión, que a los países de su entorno. Los autores
argumentan que la fuerte desinversión de los últimos años en energías renovables y
en tecnologías cada vez más limpias de producción por parte del sector privado y
público es el principal argumento para que España figure en la última posición entre
los países de su entorno en actuación medioambiental.
La literatura en torno a la medición de la eficiencia se ha apoyado fundamen-
talmente, gracias a los buenos resultados obtenidos, en la metodología de fronteras
basadas en técnicas paramétricas, o bien en técnicas no paramétricas. En el primer
caso, es necesario especificar una forma funcional con parámetros definidos de la
frontera eficiente y mediante estimación econométrica encontrar los valores que
conforman dicha frontera. De este modo, la desviación respecto a la frontera vendrá
dada por dos posibles elementos: uno que recoge la propia ineficiencia y otro que
refleja el término aleatorio estocástico. Este método es habitualmente conocido como
análisis de frontera estocástica (SFA, en inglés Stochastic Frontier Analysis). Sirvan
de referencia los trabajos precursores de dicha modelización, Aigner y Chu (1968);
Aigner, Lovell y Schmidt (1977); y Meeusen y Den Broeck (1977). En el segundo
Desde la eficiencia técnica económica hacia la eficiencia medioambiental 415

caso, la frontera eficiente no tendrá una forma funcional específica y mediante pro-
gramación lineal matemática se deberán encontrar los valores que la conforman.
La desviación será determinista, en el sentido de que toda ella vendrá de la propia
ineficiencia existente, y en ningún caso a un término aleatorio. Este último método
se le conoce habitualmente como análisis envolvente de datos (DEA, en inglés Data
Envelopment Analysis), y es siendo el más utilizado para la investigación gracias a
su flexibilidad (Emrouznejad y otros, 2008), pero cuyo principal inconveniente es
la falta de propiedades estadísticas en los resultados obtenidos con la programación
matemática (Seiford y Thrall, 1990; Fried y otros, 1999; Fried y otros, 2002). Véan-
se los trabajos pioneros de Charnes, Cooper y Rhodes (1978); Charnes, Cooper y
Rhodes (1981); y Banker, Charnes y Rhodes (1984).
En el presente artículo el objetivo será evaluar el estado del arte acerca del análisis
de la eficiencia técnica mediante una perspectiva económica, desde sus orígenes con
un enfoque limitado al buen uso de los recursos escasos para obtener el mejor de los
resultados posibles, hasta las formulaciones recientes más preocupadas en incorporar
el posible impacto medioambiental para la toma de decisiones eficientes. El resto del
artículo se encuentra estructurado del siguiente modo: en la sección 2 se repasa el naci-
miento y la posterior evolución de la eficiencia técnica desde una perspectiva estric-
tamente económica. La sección 3 mostrará a través de la metodología más empleada
por la literatura, técnicas no paramétricas, la estimación de la eficiencia mediante el
número índice de Malmquist. A continuación, la sección 4 recogerá los nuevos plan-
teamientos del análisis de la eficiencia incluyendo la degradación medioambiental oca-
sionada por la acción humana. Finalmente, se ofrecen las conclusiones en la sección 5.

2. Origen del análisis de la eficiencia técnica

Fue Koopmans (1951), mediante el análisis de la producción de una empresa, el


primer autor en centrarse en la eficiencia técnica, afirmando que una combinación
factible de factores (inputs) y productos (outputs) es técnicamente eficiente, dada
una tecnología, siempre y cuando es imposible aumentar la producción de algún
producto o reducir algún factor empleado sin reducir simultáneamente al menos la
producción de otro producto o aumentar al menos otro factor. Inspirado en dicho
trabajo, Farrell (1957) añadió a la eficiencia técnica un nuevo concepto, el de eficien-
cia asignativa, que él llamó eficiencia en precios. La eficiencia asignativa consiste en
elegir, de entre las combinaciones de inputs y outputs técnicamente eficientes, aquella
que resulta más barata según los precios de los inputs.
Una empresa que muestra ineficiencia en precios está usando erróneamente algu-
no de sus factores, esto es, no está maximizando su producto para un conjunto de
factores dado (ineficiencia técnica), o está empleando erróneamente la combinación
de factores dado su precio, esto es, no está usando los factores en la proporción
óptima dado su precio para producir un determinado nivel de producto (ineficiencia
asignativa), o ambas cosas.
416 Jesús Lucindo y Marisa Feijóo

Para Leibenstein (1966), la mayoría de las ineficiencias tienen su origen en errores


de gestión y/u organización, afirmando que son debidas, primero, a una mala elección
del plan de producción (ineficiencia asignativa) y, segundo, a una mala implantación del
plan de producción (ineficiencia técnica).

Figura 1.  Origen de la eficiencia en la economía

Eficiencia
técnica

Eficiencia
asignativa

Fuente: Elaboración propia.

Las medidas de eficiencia técnica de Koopmans y de Farrell están inspiradas


en propuestas radiales, dado que aluden al hecho de que miden la máxima reduc-
ción equiproporcional de todos los factores con un mismo nivel de producción o,
alternativamente, el mayor aumento equiproporcional en la producción que podría
obtenerse empleando los factores en la misma cantidad. Contemplan aumentos de
los productos o reducciones de los factores, pero todos ellos en la misma proporción,
por lo que son invariantes ante cambios en las unidades de medida.
Sin embargo, este tipo de medidas presentan un problema importante, y es que
no detectan todas las posibles situaciones en las que existe ineficiencia técnica, ya
que esta puede deberse a un empleo excesivo de ciertos factores, no de todos ellos.
Es decir, la teoría determina claramente cuál es el estándar eficiente que compara la
actividad económica que desarrollan las empresas, pero en la práctica no resulta tan
sencillo estimar las funciones de comportamiento económico eficientes para cada
empresa. Según Seitz (1970) y Afriat (1972), el modelo teórico desarrollado por
Farrell (1957) para la estimación de la función de producción eficiente es aplicable a
una amplia variedad de posibles funciones de comportamiento.
A partir de las funciones de distancia que requieren únicamente datos acerca de
la cantidad de factores y productos del modelo, Charnes, Cooper y Rhodes (1978)
plantearon, mediante el uso de técnicas de programación lineal, para un conjunto
de “unidades de toma de decisión” (DMU, en inglés Decision Making Unit) la
selección de comportamientos eficientes para cada una de ellas, de entre todos los
posibles, con objeto de construir una envolvente de observaciones eficientes (fronte-
ra eficiente). Este término alude al hecho de que no es posible ser más eficiente que
las empresas situadas en la frontera. De este modo, es posible estimar la eficiencia
técnica en función de la distancia que separa el comportamiento de la DMU con
respecto a la frontera. Una ventaja de dicho modelo es la posibilidad de reducir un
Desde la eficiencia técnica económica hacia la eficiencia medioambiental 417

escenario general de múltiples factores y productos a un solo factor y producto sin


necesidad de especificar una forma funcional a priori ni tampoco otorgar pesos o
ponderaciones.
La hipótesis de partida para dicho análisis fueron rendimientos constantes de
escala, es decir, cuando el cambio en la relación de la función de producción entre
factores y productos es proporcional. Dicho método de estimación de la eficiencia
técnica se denomina habitualmente como análisis envolvente de datos (DEA, en
inglés Data Envelopment Analysis).
Igualmente, Charnes, Cooper y Rhodes (1981) ampliaron el modelo DEA pre-
sentado mediante una orientación al factor o bien, al producto. La frontera eficiente
orientada al factor será aquella que representa todas las posibles combinaciones de
factores con igual cantidad resultante de producción. Y la frontera eficiente orien-
tada al producto será aquella que representa todas las posibles combinaciones de
producción con igual cantidad empleada de factores. La estimación de la eficiencia
técnica mediante la orientación al factor o al producto únicamente otorgará igual
resultado cuando se cumpla la hipótesis de rendimientos constantes de escala. Esta
nueva representación indica la no dependencia en la estimación de la eficiencia téc-
nica del nivel de precios en los datos utilizados de factores y de productos.
Posteriormente, Banker, Charnes y Rhodes (1984) adaptaron la técnica al caso
de un modelo de rendimientos variables de escala, dando lugar a la posibilidad de
que el cambio en la estimación de la eficiencia viniera dado, a su vez, por un cambio
simplemente en la eficiencia, o bien por un cambio dado por la escala.

Figura 2. Análisis de la eficiencia técnica con rendimientos variables de escala mediante


metodología DEA

Cambio
por eficiencia
Estimación
eficiencia
técnica
Cambio
por escala

Fuente: Elaboración propia.

Banker y Morey (1985) y Banker y Morey (1986) demostraron el buen funcio-


namiento de la metodología DEA ante la existencia de factores y productos fijos,
esto es, incontrolables para la estimación de la eficiencia en el comportamiento de la
DMU. En dicho escenario, el ejercicio empírico realizado en sus trabajos estima la
eficiencia mediante la oportunidad en aquellos factores (vía ahorro) y productos (vía
ganancia de estos) controlables únicamente.
Una nueva variante para la estimación de la eficiencia técnica fue introducida
mediante el empleo de índices de eficiencia. Caves, Christensen y Diewert (1982)
418 Jesús Lucindo y Marisa Feijóo

mostraron que, en la práctica, los números índices, entendidos como la medida esta-
dística que permite comparar una magnitud en dos situaciones diferentes, resultan
muy útiles por poseer las siguientes propiedades matemáticas. Uno, valor acotado
entre uno y cero, es decir, el valor uno se alcanza cuando existe eficiencia técnica
y el valor cero implica ineficiencia absoluta. Dos, proporcionalidad en el resultado
obtenido ante la reducción o el aumento de la cantidad empleada de factores o de
productos, esto es, homogeneidad en la función de producción dado que presenta
un comportamiento multiplicativo de escala constante. Y, por último, tres, tanto
la eficiencia técnica orientada hacia los factores como hacia los productos son
invariantes ante los cambios en las unidades de medida de estos. Igualmente, en un
escenario de rendimientos constantes, ambos índices numéricos orientados hacia los
factores o hacia los productos coincidirán, resultado que no se dará ante rendimien-
tos variables. En dicho artículo, ellos hicieron uso de los índices de Törnqvist y de
Malmquist, aunque con mayor preferencia por el segundo, dado que se trata de una
generalización del primero con un mayor número de implicaciones posibles ante
situaciones más diversas.

3. Índice de productividad de Malmquist

Dicho índice fue ideado por Malmquist (1953) como un indicador para una
función de producción con una tecnología constante de una empresa que otorga la
relación entre la máxima producción posible de un solo producto con respecto a un
conjunto de factores. En dicho caso, el progreso tecnológico es considerado neutro
en el sentido de que a largo plazo la curva de la función de producción se desplazará
únicamente como consecuencia del progreso tecnológico, ya que es posible obtener
un determinado nivel de producción con una menor cantidad de factores consumidos
de una manera proporcional.
No será hasta Solow (1957) cuando se distinga entre las medidas de productividad
monofactorial (la medida de producción para un único factor) y multifactorial (para
un conjunto de factores). Considerando igualmente el progreso tecnológico neutro, la
curva de la función de producción se desplazará como un efecto acumulativo a raíz
del incremento de la producción con respecto a todos los factores. Gracias a dicho
trabajo, el índice de Malmquist es ampliado a un índice de productividad multifacto-
rial, también denominado total, que tiene en cuenta el agregado de la producción y
de los factores que intervienen en todas las medidas monofactoriales, permitiendo así
tener en cuenta al mismo tiempo todos los factores productivos utilizados.
El problema de medir la productividad surge en la realidad cuando una empresa
produce más de un producto utilizando más de un factor, sin embargo, la teoría
matemática de los números índice resuelve dicha cuestión siempre y cuando la fun-
ción de producción sea lineal, homogénea y flexible.
El índice de Malmquist propuesto por Caves, Christensen y Diewert (1982)
para su utilización en la estimación de la eficiencia técnica consiste en el cálculo de
Desde la eficiencia técnica económica hacia la eficiencia medioambiental 419

índices a partir de funciones de distancia, por lo cual no requiere disponer de datos


de precios u otras ponderaciones, sino simplemente de datos cuantitativos. A partir
de las funciones de distancia se podrá establecer en qué medida una empresa es efi-
ciente y, en caso de no serlo, el cómo y el porqué de esa ineficiencia en relación con
una eficiencia óptima del mercado para el conjunto de empresas. Este índice permite
medir el cambio en la eficiencia entre dos periodos. Un valor del índice superior a
uno indica que la eficiencia en el periodo posterior es superior a la del inmediato
anterior. Por el contrario, un valor inferior a uno indica que la eficiencia ha descen-
dido entre ambos periodos.
El cálculo del índice de Malmquist mediante técnicas no paramétricas y la uti-
lización de datos en panel permitió a Färe y otros (1994) profundizar en las posi-
bilidades de dicho índice a la hora de estudiar la evolución de la eficiencia entre
diferentes agentes y periodos. Partiendo de los supuestos de una fuerte disponibilidad
de factores y de productos (tal y como indica Kumar 2006, la fuerte disponibilidad
implica que un aumento o una reducción se puede realizar sin incurrir en ningún tipo
de perjuicio, es decir, la modelización permite incrementar o reducir dichos factores
y productos sin necesidad de renunciar a nada de ninguno de los dos; caso contrario
para la débil disponibilidad) y de rendimientos constantes de escala, la estimación
del cambio de la eficiencia técnica originada entre periodos puede descomponerse,
por un lado, en cambio en la tecnología empleada y, por otro lado, en cambio en
la propia eficiencia para el adecuado aprovechamiento de los factores. El primer
cambio se explica por una innovación en la tecnología empleada que modifica la
frontera de producción con el paso del tiempo. Y el segundo se manifiesta por un
efecto “ponerse al día” (en inglés, catch-up), cuyo significado es la adopción a las
mejores prácticas de producción ya existentes para poder situarse en algún punto
de la frontera en cualquier momento. De este modo, se puede discernir que existen
dos posibles fuentes de ineficiencia por las cuales no se esté alcanzando la frontera
eficiente, la primera con motivo de no estar empleando adecuadamente la tecnológi-
ca existente y una segunda con motivo de no estar asignando convenientemente los
factores disponibles.

Figura 3.  Análisis de la eficiencia técnica con rendimientos constantes de escala mediante el
índice de Malmquist y metodología DEA

Cambio por la tecnología


empleada (efecto innovación)
Estimación
eficiencia técnica
Cambio por eficiencia
Fuerte disponibilidad (efecto adopción)
de factores y recursos

Fuente: Elaboración propia.


420 Jesús Lucindo y Marisa Feijóo

Posteriormente, estos autores introdujeron rendimientos variables de escala, lo


cual les permitió descomponer nuevamente el análisis de la eficiencia técnica en tres
componentes. Primero, un cambio en la tecnología empleada. Segundo, un cambio
puro en la propia eficiencia para el buen uso de los factores. Y, por último, un cam-
bio motivado por la escala variable en los rendimientos. Los dos primeros efectos
ya han sido explicados anteriormente. El efecto restante es un componente residual
que dependerá en exclusiva de la no proporcionalidad entre factores y productos del
modelo. Trabajos posteriores, como por ejemplo Grifell-Tatjé y Lovell (1995), han
demostrado la existencia sistemática de sobre y subestimación en el análisis de la
eficiencia mediante la evaluación del índice de Malmquist sobre el cambio de pro-
ductividad entre dos periodos ante rendimientos decrecientes y crecientes de escala
respectivamente.

Figura 4. Análisis de la eficiencia técnica con rendimientos variables de escala mediante el


índice de Malmquist y metodología DEA

Cambio por la tecnología


empleada (efecto innovación)

Estimación Cambio por eficiencia


eficiencia técnica (efecto adopción)

Fuerte disponibilidad
de factores y recursos
Cambio por escala

Fuente: Elaboración propia.

Podemos decir cómo en los análisis empíricos realizados por la literatura un


valor de cualquiera de los componentes en los que se ha descompuesto el índice de
Malmquist mayor a uno denota una mejora en la eficiencia y, por tanto, una actua-
ción relevante respecto a periodos anteriores. Por el contrario, un valor inferior a
uno significa un retroceso en la eficiencia y un deterioro respecto a otros periodos.
Cada agente de la muestra para cada periodo temporal tendrá un valor discreto para
cada componente utilizado para analizar la eficiencia técnica. Un valor igual a uno
implicará las mejores prácticas del conjunto muestral correspondiendo a la frontera
eficiente. Por tanto, el grado de ineficiencia vendrá dado por la distancia entre el
dato resultante estimado y la frontera, dicha ineficiencia es considerada como un
subproducto o consecuencia del modelo estimado.
Recordemos antes de continuar cómo en el trabajo pionero de Farell (1957)
existían dos importantes requisitos a la modelización teórica realizada. Uno, la
Desde la eficiencia técnica económica hacia la eficiencia medioambiental 421

existencia de rendimientos constantes de escala y dos, la necesidad de fuerte disponi-


bilidad de factores y productos (Färe y Lovell, 1972). Tal y como indica Grosskopf
(1986), las medidas propuestas para la estimación de la eficiencia mediante técnicas
no paramétricas (programación lineal matemática) estarán condicionadas en gran
medida por el sesgo generado por las restricciones asumidas en la tecnología emplea-
da en la función de producción debido a la existencia de rendimientos constantes o
variables de escala, y a la fuerte o débil disponibilidad de factores.
Coelli y Rao (2005) han destacado que los rendimientos constantes de escala
son la única opción viable para el cálculo del índice de Malmquist por la existencia
de posibles sesgos a la hora de utilizar datos agregados en un panel de múltiples
periodos y agentes. Sin embargo, cuando se trabaja con datos de corte transversal
o con datos de panel, Culliname, Ji y Wang (2005) defienden el uso de un panel de
datos porque refleja la real eficiencia de cada agente, puesto que además de permitir
comparar a un agente con los demás, también permite medir su actuación respecto
a periodos distintos.
Estas reglas tradicionales de medición de la eficiencia técnica de la función de
producción sin más variables por definir en el modelo, así como los consiguien-
tes análisis empíricos que se hagan con base en ellas, encontrarán una y otra vez
todas las regulaciones medioambientales que se implanten como un efecto adverso
en la eficiencia. Estos hallazgos ignoran la característica clave de las regulaciones
medioambientales, que es desviar factores en actividades de reducción de los subpro-
ductos perjudiciales (contaminación de cualquier tipo de sustancia o elemento físico
en un medio) que son generados por la propia actividad productiva. Las medidas
tradicionales únicamente registran la no optimización en la relación entre factores
disponibles y productos generados. Por tanto, la regulación medioambiental no
debería tener por objetivo el disminuir las actividades productivas que originan los
subproductos perjudiciales, sino que debería tener por objetivo reducir directamente
dichos bienes dañinos. Dicho enfoque erróneo de la política medioambiental tiene
su origen en un análisis teórico fallido en donde se obvian los productos indesea-
bles generados cuyos precios habitualmente no están disponibles (a excepción, por
ejemplo, del comercio de derechos de emisiones de CO2) (Kumar, 2006). Los nuevos
métodos deben conjuntamente medir la eficiencia técnica en la producción insepara-
ble de los productos deseables e indeseables, la no separabilidad puede ser interpre-
tada como una estimación más realista del esfuerzo necesario por cada agente para
ser eficiente (Scheel, 2001).

4. Análisis de la eficiencia técnica incluyendo la actuación


medioambiental

Desde Färe y otros (1989) la literatura económica es consciente de la existencia


de subproductos indeseables, así como la necesidad de cuantificar la carga de las
acciones regulatorias de política medioambiental que restrinjan la capacidad de
422 Jesús Lucindo y Marisa Feijóo

los agentes para generar dichos subproductos en su normal actividad productiva.


Dichos autores propusieron desarrollar e implantar una medida de evaluación apli-
cable a un modelo de múltiples factores y productos en donde los agentes puedan
producir tanto productos deseables como indeseables. Su trabajo teórico sigue los
planteamientos de Pittman (1983), quien fue el primer autor en tratar de modo
diferenciado los productos deseables y los indeseables, sin olvidar a estos últimos en
su análisis posterior. Sin embargo, existen dos importantes diferencias con respecto
a la estructura planteada por Pittman. En primer lugar, el análisis de Färe y otros
construye un modelo no paramétrico de tecnología lineal, con base en los trabajos
de Farrell (1957), para generar medidas de eficiencia dado el tratamiento asimétrico
entres factores, productos deseables y no deseables. El requisito asumido de tecnolo-
gía lineal les permite cuantificar la disponibilidad fuerte o débil para los productos
indeseables a raíz de la introducción de una regulación ambiental por parte de una
autoridad que restringa la cantidad permitida generada en la producción. En un
principio, en su modelo se restringe la disponibilidad de los productos indeseables
(en el sentido que un aumento o una reducción de estos se realizará con algún tipo
de coste o perjuicio para el agente, esto es, dado el axioma de unión nula del modelo
de funciones de distancia, una reducción de los productos indeseables únicamente
se podrá lograr disminuyendo el nivel de producción del bien deseable). Los autores
consideran no razonable asumir débil disposición para los productos no deseables y
fuerte disposición para los productos deseables, puesto que implicaría que los malos
productos que son considerados un subproducto de los buenos podrían ser libre-
mente dispuestos sin ningún coste. Por dicho motivo, finalmente se decide aplicar
la débil disposición para todo tipo de productos. En segundo lugar, al hacer uso de
un modelo no paramétrico, Färe y otros únicamente necesitan disponer de datos de
cantidad para los factores y ambos tipos de productos. Pittman, en su artículo, por
el contrario, al utilizar una metodología paramétrica necesita de la utilización de
una mayor cantidad de fuentes de datos, entre ellas hay que destacar la necesidad
de variables proxy que reflejen el precio implícito o precio sombra de los productos
indeseables (dichos precios reflejan el impacto de la regulación medioambiental a la
cual se enfrentan las empresas y, por tanto, puede usarse para evaluar su efectivi-
dad, Färe y otros, 1993). Finalmente, el análisis de la eficiencia técnica tendrá por
objetivo la búsqueda de aquella función de producción para un agente, dada una
tecnología, en donde se logre la máxima diferencia equiproporcional posible entre el
incremento de todos los productos deseables y la reducción de todos los indeseables,
además de lograr la máxima reducción posible de todos los factores productivos.
La conclusión obtenida en su artículo sugiere un cambio de filosofía en los análisis
de eficiencia realizados hasta el momento, a partir de su trabajo la medición de la
eficiencia en empresas, industrias, países o cualquier otro tipo de agente podrá ser
muy engañosa si se ignoran los subproductos indeseables y el grado de restricción
regulatoria para estos.
Consecuentemente, la mayor parte de los estudios realizados recientemente
han buscado medir la eficiencia técnica de los agentes incluyendo su actuación
Desde la eficiencia técnica económica hacia la eficiencia medioambiental 423

medioambiental con objeto de mostrar correctas guías de actuación (Tyteca, 1996


y 1997). La actuación medioambiental se evalúa a partir de distintos elementos que
registran los posibles impactos de los agentes en el medio cuya modelización poste-
rior son los denominados productos indeseables. Para ello, la metodología empleada
puede ser, como ya ha sido comentado anteriormente y de modo tradicional en la
literatura, modelos paramétricos, o bien modelos no paramétricos. Sin embargo, se
constata por la reivindicación de trabajos recientes, como es el análisis envolvente
de datos (en inglés, DEA), el método más idóneo teóricamente, aunque en última
instancia será la decisión del investigador el mejor de los juicios a la hora de abordar
tal cuestión. Yang y Pollit (2009 y 2010) señalaron entre sus ventajas la robustez de
los métodos de programación lineal, así como la flexibilidad a la hora de introducir
nuevas variables atribuibles al medioambiente, pero que no son ni un factor ni un
producto del proceso productivo. También la existencia de una frontera eficiente en
el desempeño ambiental puede ser vista como un objetivo de calidad ecológica que
alcanzar. Zaim (2004), con la construcción de un índice de intensidad de la contami-
nación mediante la metodología DEA y haciendo uso de las funciones de distancia,
verifica cómo dicho modelo es perfecto para agregar pesos asignados a las emisiones
individuales para el cálculo agregado de la intensidad de la contaminación, cuya
determinación es endógena a cada agente de la muestra, permitiendo de un modo
fácil su sustitución entre diferentes indicadores de presión ambiental.
Lozano y Gutiérrez (2008) destacan que los principales elementos de degradación
medioambiental son la población, la producción y, por último, el consumo energé-
tico (en donde se hace hincapié en señalar el porcentaje de energía de origen fósil
empleado y el mix entre las distintas fuentes de energía empleadas para su genera-
ción). En la misma línea, Du y otros (2017) señalan el crecimiento económico como
el principal causante de la contaminación y su relación directa con el incremento de
las temperaturas en Estados Unidos y en la Unión Europea. Jeon y Sickles (2004)
indican una mejora mínima en la eficiencia bajo una modelización que incluya el
coste medioambiental para un estudio de la tasa de crecimiento de la producción en
todos los países de la OCDE desde 1980 a 1990. Meleddu y Pulina (2018) también
destacan como un importante determinante de la calidad medioambiental el gasto
público. A partir del análisis empírico realizado mediante el índice de Malmquist
para un panel de datos de 21 regiones en Italia en el periodo 2004-2011 demostraron
cómo la implantación de políticas expansivas del gasto público en tiempos de rece-
sión económica impulsan la eficiencia medioambiental. Siendo una señal evidente
para todos los responsables políticos de no priorizar un posible rápido crecimiento
no sostenible medioambientalmente en tiempos de crisis, puesto que las externalida-
des negativas ocasionadas por ello volverán más temprano que tarde a perjudicar a
la economía.
Existe el debate en la literatura acerca de la modelización de la contaminación
inherente en condiciones normales a la producción (externalidades negativas). Por
un lado (Dyckhoff y Allen, 2001), está la consideración de tratar la contamina-
ción como un factor propio de la producción, lógicamente un factor de incidencia
424 Jesús Lucindo y Marisa Feijóo

negativa en el proceso productivo. Basado en la argumentación de que origina


costes (en la necesidad de contratar servicios de purificación medioambiental) para
las empresas y, por tanto, siempre desearán reducirlos tanto como les sea posible.
Es decir, dichos factores de producción indeseables pueden ser reducidos en función
de la gestión que se haga de ellos. Y, por otro lado (Zaim y Taskin, 2000), están
aquellos otros que consideran la contaminación como un producto generado en el
proceso productivo, en el sentido de que son productos “peculiares” en los cuales
la atención está centrada en su minimización. Dichos productos indeseables pueden
ser reducidos únicamente en la misma proporción de la disminución del nivel de
producción del producto deseable. Sin embargo, esta última premisa también ha
suscitado una gran polémica dada la hipótesis sobre el grado de disponibilidad de
los productos indeseables que se asuma (esto es, se asuma la existencia o no de una
regulación ambiental que los limite de algún modo).
Como resumen del debate antes planteado para la degradación medioambiental
y su modelización como un factor o producto, véase la siguiente figura. Se puede
percibir como deseable desde un punto de vista ecológico la reducción de la conta-
minación considerada un factor productivo del proceso, así como la normal produc-
ción del bien deseable. Caso contrario, será indeseable ecológicamente el consumo
de factores productivos extraídos del medioambiente, así como la contaminación
considerada un producto indeseable.

Figura 5.  Categorización de la degradación medioambiental como factor o producto según


su incidencia

Categoría
Bueno Neutro Malo
Posición

Factor productivo Factor productivo Reducción

Producto Producto Contaminación

Deseable Indeseable
Indiferente
ecológicamente ecológicamente

Fuente: Dyckhoff y Allen, 2001.

Hailu (2003) defiende la idea de que es posible para un agente incrementar los
productos deseables, disminuir los indeseables y también disminuir los factores de
producción (por tanto, se asume una fuerte disposición de los productos indesea-
bles). La justificación para ello es el cambio tecnológico venidero que se pueda dar, el
cual puede ser totalmente insospechado. Es posible el nacimiento de una tecnología
Desde la eficiencia técnica económica hacia la eficiencia medioambiental 425

más limpia y eficiente que permita con menos recursos aumentar la producción y
disminuir la contaminación.
Por el contrario, Färe y Grosskopf (2003) asumen la hipótesis de la débil dis-
ponibilidad de productos indeseables que origina que dichos productos solamente
puedan ser reducidos en igual proporción a una disminución de los productos
deseables, dado que estos últimos originan a los primeros. La argumentación se
basa en la consideración de las leyes físicas (cantidades finitas y escasas generan
exactamente lo mismo, cantidades finitas y escasas) para reflejar el coste de opor-
tunidad asociado a los productos indeseables, para disminuirlos será necesario
dedicar unos factores para limpiar la contaminación ocasionada, que originará
disponer de menos factores para producir productos deseables originando en últi-
ma instancia producir menos productos indeseables. Kuosmanen (2005) señala que
dicha propuesta implica la asunción de que todos los agentes de la muestra deban
realizar una disminución uniforme de factores productivos, sin embargo, ello no
está en línea con lo indicado por la literatura en donde la disminución únicamente
se hará por aquellos agentes con menores perjuicios potenciales. Dicho autor indica
que la débil disponibilidad a la hora de reducir factores productivos para reducir
la producción tanto de bienes deseables como indeseables se podría formalizar en la
existencia de agentes inactivos en la muestra.

Figura 6.  Débil y fuerte disponibilidad de los productos indeseables

Regulación ambiental Regulación ambiental


estricta laxa

Débil disponibilidad Fuerte disponibilidad


productos indeseables productos indeseables

Coste de oportunidad Sin coste de oportunidad


regulación regulación

Actividades de reducción Sin actividades de reducción


contaminación contaminación

Fuente: Elaboración propia.

La estimación de la eficiencia técnica, teniendo presente la incidencia medioam-


biental, es el cálculo del coste de oportunidad resultante de los productos deseables
que se dejan de generar entre una función de producción cuya tecnología está carac-
terizada por el supuesto de fuerte y débil disponibilidad de productos indeseables.
426 Jesús Lucindo y Marisa Feijóo

En otras palabras, la estimación de la eficiencia también podría ser medida según


el impacto de la regulación medioambiental, concebido en términos de todas aque-
llas actividades necesarias que realizar para alcanzar el estándar regulatorio de
contaminación.
Mediante el modelo de frontera no paramétrica (metodología DEA) y asumiendo
la hipótesis de débil disponibilidad de los productos indeseables a raíz de una regula-
ción ambiental (implícitamente maximizar los productos deseables significa incurrir
en algún tipo de coste para reducir los subproductos contaminantes), los estudios
han presentado el cálculo de la eficiencia en presencia del impacto medioambiental
mediante dos alternativas (Zofio y Prieto, 2001; Färe, Grosskopf y Pasurka, 2007).
La principal diferencia entre ambas alternativas es la manera en que la eficiencia es
medida.
Primera, las funciones de distancia direccionales (radiales). Corresponde a la
visión clásica en donde la tecnología de la función de producción no cambia en tér-
minos medioambientales a pesar de disponer de información relevante de los impac-
tos negativos de la producción. Dichas funciones implican de modo equiproporcio-
nal incrementos o reducciones de los productos deseables e indeseables, resultando
imposible una expansión de los primeros y una contracción de los segundos simul-
táneamente. Existe una relación positiva entre los niveles de producción para ambos
productos. La estimación de la eficiencia viene dada por la medición del máximo
aumento en la producción para una misma cantidad de factores. De este modo, no
se evalúa el impacto medioambiental del proceso. Dado el supuesto de débil dispo-
nibilidad de los productos indeseables y su reducción, en función del cumplimiento
de la regulación ambiental, el coste de oportunidad es la reducción de los productos
deseables también, puesto que no es posible discriminar entre ambos tipos.
Y segunda, las funciones de distancia hiperbólicas (no radiales), en donde la tecno-
logía de la función de producción registra el impacto medioambiental generado. Por
tanto, existe una relación negativa entre los productos deseables e indeseables. La
evaluación medioambiental es medida a raíz del intercambio generado entre ambos
tipos de producción. Dichas funciones representan simultáneamente incrementos de
los deseables y reducciones de los indeseables. La estimación de la eficiencia viene
dada por el daño medioambiental, esto es, la medición del máximo aumento de los
productos deseables con la máxima reducción de los indeseables. Dado el supuesto
de débil disponibilidad de los productos indeseables y su reducción, en función del
cumplimiento de la regulación ambiental, se origina un coste de oportunidad para
aquellos factores que son empleados en tecnologías “limpias” de reducción de los
productos indeseables en lugar de su empleo en maximizar la producción.
Ambas alternativas son explicadas en la Figura 7 a partir del trabajo de Zofío
y Prieto (2001). La frontera 0FBCE representa la máxima eficiencia a partir de
una combinación de productos deseables (p) e indeseables (q) en función de unos
factores y una tecnología de producción. En dicha situación no hay ninguna regu-
lación ambiental, existiendo una fuerte disponibilidad de productos indeseables.
En cambio, la frontera 0ABCE representa la máxima eficiencia bajo la hipótesis de
Desde la eficiencia técnica económica hacia la eficiencia medioambiental 427

una débil disponibilidad de productos indeseables a partir de la presencia de una


regulación. Es decir, representa la frontera de producción medioambiental asumien-
do en la estimación de la eficiencia la valoración de la contaminación generada.
Todas las empresas, con independencia de si su función de producción no registra
la contaminación ocasionada (función radial) o sí lo hace (función no radial), desde
un punto cualquiera (k) de su función tendrán por objetivo alcanzar la frontera
medioambiental (k’) para maximizar la eficiencia de su proceso. Sin embargo, si la
autoridad pública establece un estándar ecológico a la producción de los productos
indeseables que imponga su congestión en un nivel determinado (qQ), las empresas
presentan dos comportamientos bien diferenciados si la tecnología de su función de
producción evalúa el impacto ambiental de sus procesos. Aquella empresa repre-
sentada mediante función radial se desplazará desde (k’) hasta (k’’) para cumplir
el estándar ecológico, disminuyendo los productos indeseables, pero también los
deseables (coste de oportunidad regulación). Y la empresa con función no radial
igualmente se desplazará hasta (k’’) más allá de la frontera de producción medioam-
biental, puesto que para el nivel de congestión del producto indeseable (qQ) todavía
puede incrementar su producción deseable a expensas de incrementar el consumo
de factores para ser empleados mediante la innovación tecnológica en disminuir la
contaminación ocasionada (el coste de oportunidad de la regulación implica el uso
de factores para disminuir los productos indeseables en lugar de ser utilizados para
incrementar los deseables).

Figura 7. Medición de la eficiencia para el desempeño ambiental a partir de una función


radial y no radial con metodología DEA

Función radial Función no radial


p p

Q B k’’ Q B
F F
k’
k’
A C A C

k’’

R R
k=(pk ,qk) k=(pk ,qk)

0 qQ qB E q 0 qQ qB E q

Fuente: Zofío y Prieto, 2001.

Según la presente descripción gráfica, las medidas radiales presentan las ganancias
en la eficiencia a expensas del medioambiente. Dichas medidas no son válidas para
evaluar la actuación ambiental del proceso productivo en donde existe el deseo de
428 Jesús Lucindo y Marisa Feijóo

eliminar o, al menos, reducir la generación de productos indeseables. De este modo,


las medidas no radiales estiman la eficiencia de la producción ambiental mediante la
prevención y la integración del medioambiente en la producción.
Estudios recientes (Sueyoshi, y Goto, 2012; y Sueyoshi, y Goto, 2017) han deter-
minado nuevos planteamientos para la metodología DEA en donde la estimación de
la eficiencia para cada agente debe evaluar la actuación medioambiental mediante
el denominado criterio unificado. La eficiencia unificada consta de la eficiencia
operacional (cuya medición es la maximización de los productos deseables dado un
nivel de factores) y de la eficiencia ambiental (cuya medición es la minimización de
los productos indeseables dado un nivel de factores). Una vez actualizada la meto-
dología DEA para la contabilización de los productos indeseables, destacan en las
medidas no radiales dos conceptos para saber el cómo contabilizar la reducción de
los productos indeseables.
Los mismos autores teorizan la capacidad natural y de gestión. La capacidad natu-
ral indica la disminución de los factores para disminuir la producción de los produc-
tos indeseables al mismo tiempo que se aumentan los productos deseables tanto como
sea posible. Este tipo de estrategia medioambiental pertenece a la visión convencional
en donde la regulación ambiental influye negativamente en la actividad productiva.
Capacidad de gestión indica el incremento de los factores para incrementar la produc-
ción deseable al mismo tiempo que se reduce la de los indeseables. La contaminación
resultante de la producción disminuirá en función de la investigación para conseguir
una mayor innovación tecnológica y al uso de nuevos sistemas de gestión empresarial;
la regulación ambiental proporcionará a las empresas incentivos para hallar nuevas
oportunidades de negocio fomentando su competencia y, de este modo, siendo posible
alcanzar una mayor prosperidad productiva (Porter y Linde, 1995).

Figura 8.  Medición de la eficiencia unificada con metodología DEA y funciones no radiales,
según la capacidad natural y de gestión para la reducción de los productos indeseables

g&b E
D
C
B

g K & bK K
J
I
H
G
F

0 xK x

Fuente: Sueyoshi, T. y Goto, M., 2017.


Desde la eficiencia técnica económica hacia la eficiencia medioambiental 429

La Figura 8 muestra el análisis de la eficiencia de la valoración medioambiental


en un agente decisor (K) para una combinación dada de productos deseables (gK),
indeseables (bK) y de factores (xK). El modelo nos indica la curva para la frontera efi-
ciente de los productos deseables por encima de la curva para la frontera eficiente de
los indeseables porque la primera tendrá por objetivo la maximización de la produc-
ción deseable y la segunda la minimización de la indeseable. Bajo dichas premisas,
el decisor (K) podrá optar por disminuir o incrementar el consumo de factores con
objeto de reducir la contaminación generada en su actividad. Si opta por la primera
opción, hará uso de la capacidad natural para ello y si opta por la segunda opción,
lo hará en función de la capacidad de gestión.
En primer lugar, si opta por la capacidad natural, el agente se podrá desplazar de
su actual situación (K) hacia distintas alternativas posibles en función de su deseo de
maximizar los productos deseables (A, B y C) según un criterio de eficiencia operacio-
nal, o bien minimizar los productos indeseables (F y G) según la eficiencia ambiental.
La mejor opción dada la capacidad natural para reducir los productos indeseables
disminuyendo el uso de factores será incrementar lo máximo posible la producción
de los deseables (A, B y C), lo que significará estar en un escenario de ralentización
económica con motivo de la existencia de una regulación ambiental que impulsa el
descenso de la contaminación. Y, en segundo lugar, si opta por la capacidad de ges-
tión, el agente se desplazará igualmente desde (K) hacia las distintas alternativas posi-
bles en función de un criterio operacional (D y E) o ambiental (H, I y J). En este caso,
la mejor opción dada la capacidad de gestión para reducir los productos indeseables
aumentando el uso de factores será disminuir lo máximo posible la producción de
los indeseables (H, I y J), al mismo tiempo que se incrementa la producción deseable
gracias a la innovación tecnológica y de gestión empresarial, no siendo la regulación
un obstáculo para un mayor nivel de crecimiento sostenible.
El objetivo final de la medición de la actuación medioambiental en el análisis
de la eficiencia técnica es estudiar el mejor comportamiento posible con respecto
al daño ambiental ocasionado en la normal actividad de cada uno de los agentes
participantes en la sociedad: un individuo, una empresa, o un Estado. Un compor-
tamiento que una economía y eficiencia ecológica (denominado como ecoeficiencia
por parte de la literatura reciente). Según el Consejo Empresarial Mundial para el
Desarrollo Sostenible, la ecoeficiencia se logra mediante la producción de bienes y
servicios a precios competitivos que satisfacen las necesidades humanas, al tiempo
que se reducen progresivamente los impactos medioambientales, así como la intensi-
dad de los recursos empleados a lo largo de todo su ciclo de vida. Los investigadores
poseen especial interés en el sector público con objeto de suministrar a los respon-
sables políticos información seria y firme para la mejora en el diseño de políticas
medioambientales en defensa de planteamientos de desarrollo sostenible cumpliendo
los compromisos de disminución de la contaminación generada por el ser humano.
430 Jesús Lucindo y Marisa Feijóo

5. Discusión y conclusiones

Se ha realizado una revisión de la literatura en torno al análisis de la eficiencia


técnica desde una perspectiva económica para evaluar la adecuación o no de los
comportamientos de cualquier agente involucrado en dicho proceso con especial
atención al estudio del diseño adecuado para la regulación medioambiental promo-
vida por los Gobiernos.
Gracias al uso de técnicas de programación lineal, las tradicionales medidas de pro-
ductividad han sido la base para la selección de comportamientos eficientes para cada
uno de los agentes implicados en una función de producción en donde la optimización
entre factores productivos utilizados y productos generados fuera la máxima posible.
De este modo, construir una envolvente de observaciones eficientes en donde estimar
la eficiencia técnica de cada agente en función de la distancia que separa su compor-
tamiento con respecto a la frontera sin necesidad de especificar una forma funcional
ni tampoco disponer de datos de precios u otras ponderaciones, sino simplemente de
datos cuantitativos. Habitualmente dicha modelización se denomina análisis envolven-
te de datos (DEA, en inglés Data Envelopment Analysis).
El empleo de números índices ha sido ampliamente utilizado en la literatura,
puesto que permite comparar una magnitud en dos situaciones diferentes. A la hora
de analizar la eficiencia, el índice de productividad de Malmquist ha sido el más
predominante por la flexibilidad presentada ante cualquier situación. La utilización
de técnicas no paramétricas y datos en panel permite descomponer la estimación
del cambio de la eficiencia técnica originada entre periodos temporales diferentes,
por un lado, en cambio en la tecnología empleada y, por otro lado, en cambio en la
propia eficiencia. Incluyendo los rendimientos variables de escala, daría lugar a un
nuevo componente originado por la escala de estos.
Sin embargo, el análisis tradicional ignora por completo la producción de exter-
nalidades negativas en el medioambiente, así como de todos los factores dedicados
para su eliminación. En función de dicho análisis, todas las regulaciones medioam-
bientales destinadas a limitar las actividades productivas que residualmente originen
contaminación tendrán un efecto adverso en la eficiencia. El análisis teórico falla
obviando la existencia de resultados no deseables (contaminación medioambiental
de cualquier tipo) dado que no existen habitualmente precios para ellos.
La investigación ha desarrollado nuevos planteamientos para buscar aquellos
comportamientos de los agentes, dada una tecnología de producción, en donde
se logre la máxima diferencia posible entre el incremento de los bienes deseables
y la reducción de las externalidades contaminantes negativas, además de lograr la
máxima reducción posible de todos los factores productivos. Actualmente, existe un
amplio debate sin consenso aparente en torno a la relación directa entre las exter-
nalidades negativas y el nivel de producción en el sentido de si es posible reducir
la contaminación originada con incrementos o no en los productos deseables. La
modelización acerca de cómo introducir teóricamente la generación de productos
deseables e indeseables está justamente bien entendida según ha demostrado la
Desde la eficiencia técnica económica hacia la eficiencia medioambiental 431

literatura examinada, sin embargo, todavía no existe una respuesta satisfactoria para
cómo contabilizar la reducción de los bienes indeseables (Dyckhoff y Allen, 2001).
En realidad, es difícil pensar actualmente en la existencia de bienes contaminantes
a coste cero para algún agente de la economía tanto en la presencia de regulaciones
como en ausencia de ellas. La mayor conciencia ambiental en la sociedad requiere
inequívocamente la débil disponibilidad de los bienes indeseables. De este modo, es
necesario tratar a los bienes indeseables y deseables asimétricamente en términos de
su disponibilidad.
Como resultado de toda la literatura expuesta, la regulación medioambiental
deberá focalizar su actuación en una combinación de medidas de mitigación (con
resultado en el presente) y adaptación (en el futuro) para afrontar el desafío del
cambio climático. El desarrollo de medidas de mitigación ahora puede reducir la
generación de productos indeseables para el medioambiente y las medidas de adap-
tación, mediante la innovación en tecnología y gestión organizativa, pueden reducir
en el futuro la generación de dichos productos evitando la implantación de nuevas
medidas de mitigación. Ambas medidas deben promover un cambio técnico cuyas
ganancias de eficiencia enfaticen más actividades medioambientalmente sostenibles.
Nuestra aportación esclarece que toda regulación medioambiental para la maxi-
mización de la eficiencia técnica no debe limitar en ningún momento la actividad pro-
ductiva de los agentes; en su lugar su foco debe estar en limitar la generación de bienes
indeseables (externalidades negativas contaminantes), así como la intensidad de los
factores empleados. Esto es, toda regulación medioambiental debe intentar maximi-
zar la producción y minimizar la contaminación y los recursos (relación inversa). El
único modo para lograrlo es mediante la innovación en tecnología y gestión organi-
zativa. Por tanto, nuestra aportación dictamina cómo la regulación medioambiental
debe ser una combinación de medidas que impulsen la reducción presente y la miti-
gación futura del impacto de la producción sobre la naturaleza con base en el apoyo
de una tecnología cada día más “limpia” y al fomento de una gestión organizativa
cada día más consciente de su impacto ecológico entre sus objetivos empresariales.
Los próximos pasos en el análisis de la eficiencia técnica, asumiendo el inter-
cambio económico y medioambiental originado, pueden ser como bien apuntan
Macpherson, Principe y Smith (2010) el desarrollar modelos teóricos que capturen
las dinámicas temporales, dado que muchos impactos medioambientales no se mues-
tran en el corto plazo, sino que se retrasan en el tiempo. Dicho desarrollo tiene la
limitación de que muchas fuentes de datos poseen escalas temporales inconsistentes.
Asimismo, otra posible mejoría del modelo sería investigar la influencia de factores
naturales incontrolables (como por ejemplo la topografía) en el análisis envolvente de
datos, dado que dicho modelo no recoge bien los términos aleatorios. Otro camino
para explorar sería la creación de una frontera ecoeficiente, tal y como ya hicieron
Korhonen y Luptacik (2004), mediante la metodología de fronteras basadas en téc-
nicas lineales no paramétricas. Dicha frontera se descompondría en el análisis de la
eficiencia técnica (entendido del modo tradicional) y la eficiencia ecológica (con base
en la maximización del ratio entre productos deseables y productos indeseables).
432 Jesús Lucindo y Marisa Feijóo

Declaración de conflictos de interés

Los autores declaran que no presenta conflictos de interés con relación a la inves-
tigación, autoría o la publicación de este trabajo.

Financiación

El autor no ha recibido apoyo financiero para la investigación, por autoría y/o la


publicación de este trabajo.

Bibliografía

Afriat, S. N., 1972, Efficiency estimation of production functions. International


Economic Review, 13 (3), 568–597.
Aigner, D. J., y Chu, S. F., 1968, On estimating the industry production function.
The American Economic Review, 58 (4), 826–839.
Aigner, D. J., Lovell, C. A. K., y Schmidt, P., 1977, Formulation and estimation
of stochastic frontier production function models. Journal of Econometrics, 6,
21–37.
Arkelof, G. A., 1970, The market for “Lemons’’: Quality uncertainty and the market
mechanism. The Quarterly Journal of Economics, 84 (3), 488–500.
Banker, R. D., y Morey, R. C., 1985, Efficiency analysis for exogenously fixed inputs
and outputs. Operations Research, 34 (4), 513–521.
– 1986, The use of categorical variables in data envelopment analysis. Management
Science, 32 (12), 1613–1627.
Banker, R. D., Charnes, A., y Cooper, W. W., 1984, Some models for estimating
of technical and scale inefficiencies in data envelopment analysis. Management
Science, 30 (9), 1078–1092. doi:10.1287/mnsc.30.9.1078
Baumol, W. J., 1972, On taxation and the control of externalities. The American
Economic Review, 62 (3), 307–322.
Camarero, M., Castillo, J., Picazo-Tadeo, A. J., y Tamarit, C., 2013, Eco – efficiency
and convergence in OECD countries. Environmental and Resource Economics,
55 (1), 87–106. doi:10.1007/s10640-012-9616-9
Caves, D. W., Christensen, L. R., y Diewert, W. E., 1982, The economic theory of
index numbers and the measurement of input, output and productivity. Econo-
metrica, 50 (6), 1393–1414. doi:10.2307/1913388
Charnes, A., Cooper, W. W., y Rhodes, E., 1978, Measuring the efficiency of deci-
sion making units. European Journal of Operational Research, 2 (6), 429–444.
doi:10.1016/0377-2217(78)90138-8
– 1981, Evaluating program and managerial efficiency: An application of data
envelopment analysis to program follow through. Management Science, 27 (6),
668–697. doi:10.1287/mnsc.27.6.668
Desde la eficiencia técnica económica hacia la eficiencia medioambiental 433

Coelli, T. J., y Rao, D. S. P., 2005, Total factor productivity growth in agriculture: a
Malmquist index analysis of 93 countries, 1980–2000. Agricultural Economics,
32 (s1), 115–134. doi:10.1111/j.0169-5150.2004.00018.x
Cook, J., Nuccitelli, D., Green, S., Richardson, M., Winkler, B., Painting, R., Way, R.,
Jacobs, P., y Skuce, A., 2013, Quantifying the consensus on anthropogenic global
warning in the scientific literature. Environmental Research Letters, 8, 1–7.
Cullinane, K., Ji, P., y Wang, T., 2005, The relationship between privatization and
DEA estimates of efficiency in the container port industry. Journal of Economics
and Business, 57 (5), 433–462. doi:10.1016/j.jeconbus.2005.02.007
Du, D., Zhao, X., y Huang, R., 2017, The impact of climate change on developed
economies. Economics Letters, 153, 43–46.
Dyckhoff, H., y Allen, K., 2001, Measuring ecological efficiency with data envelop-
ment analysis (DEA). European Journal of Operational Research, 132, 312–325.
Emrouznejad, A., Parker, B. R., y Tavares, G., 2008, Evaluation of research in
efficiency and productivity: A survey and analysis of the first 30 years of scho-
larly literature in DEA. Socio-Economic Planning Sciences, 42 (3), 151–157.
doi:10.1016/j.seps.2007.07.002
Färe, R., y Grosskopf, S., 2003, Nonparametric productivity analysis with undesi-
rable outputs: Comment. American Journal of Agricultural Economics, 85 (4),
1070–1074. doi:10.1111/1467-8276.00510
Färe, R., y Lovell, C. A. K., 1978, Measuring the technical efficiency of production.
Journal of Economic Theory, 19, 150–162.
Färe, R., Grosskopf, S. & Pasurka, C., 2007, Environmental production functions
and environmental directional distance functions. Energy, 32 (7), 1055–1066.
doi:10.1016/j.energy.2006.09.005
Färe, R., Grosskopf, S., Lovell, C. A. K., y Pasurka, C., 1989, Multilateral producti-
vity comparisons when some outputs are undesirable: A nonparametric approach.
The Review of Economics and Statistics, 71 (1), 90. doi:10.2307/1928055
Färe, R., Grosskopf, S., Lovell, C. A. K., y Yaisawarng, S., 1993, Derivation of sha-
dow prices for undesirable outputs: A distance function approach. The Review
of Economics and Statistics, 75 (2), 374–380.
Färe, R., Grosskopf, S., Norris, M., y Zhang, Z., 1994, Productivity growth, tech-
nical progress, and efficiency change in industrialized countries. The American
economic review, 84 (1), 66–83. Recuperado de: https://www.jstor.org/stable/
pdf/2117971.pdf
Farrell, M. J., 1957, The measurement of productive efficiency. Journal of the Royal
Statistical Society: Series A (General), 120 (3), 253–290. doi:10.2307/2343100
Fried, H. O., Lovell, C. K., Schmidt, S. S., y Yaisawarng, S., 2002, Accounting for
environmental effects and statistical noise in data envelopment analysis. Journal
of productivity Analysis, 17 (1-2), 157–174. Recuperado de: https://link.springer.
com/content/pdf/10.1023/A:1013548723393.pdf
Fried, H. O., Schmidt, S. S., y Yaisawarng, S., 1999, Incorporating the operating
environment into a nonparametric measure of technical efficiency. Journal of
434 Jesús Lucindo y Marisa Feijóo

productivity Analysis, 12 (3), 249–267. Recuperado de: https://link.springer.com/


content/pdf/10.1023/A:1007800306752.pdf
Grifell-Tatjé, E., y Lovell, C. A. K., 1995, A note on the Malmquist productivity
index. Economics Letters, 47, 169–175.
Grossman, S. J. & Stiglitz, J. E., 1980, On the impossibility of informationally effi-
cient markets. The American Economic Review, 70 (3), 393–408.
Grosskopf, S., 1986, The role of the reference technology in measuring productive
efficiency. The Economic Journal, 96, 499–513.
Hailu, A., 2003, Nonparametric Productivity Analysis with Undesirable Out-
puts: Reply. American Journal of Agricultural Economics, 85 (4), 1075–1077.
doi:10.1111/1467-8276.00511
Hsiang, S., y Kopp, R. E., 2018, An economist’s guide to climate change science.
Journal of Economic Perspectives, 32 (4), 3–32. doi:10.1257/jep.32.4.3
Jeon, B. M., y Sickles, R. C., 2004, The role of environmental factors in growth
accounting. Journal of Applied Econometrics, 19, 567–591.
Koopmans, T. C., 1951, Efficient allocation of resources. Econometrica: Journal of
the Econometric Society, 19 (4), 455–465. Recuperado de: https://www.jstor.org/
stable/pdf/1907467.pdf
Korhonen, P. J., y Luptacik, M., 2004, Eco-efficiency analysis of power plants:
An extension of data envelopment analysis. European Journal of Operational
Research, 154 (2), 437–446. doi:10.1016/s0377-2217(03)00180-2
Kumar, S., 2006, Environmentally sensitive productivity growth: A global analysis
using Malmquist–Luenberger index. Ecological Economics, 56 (2), 280–293.
doi:10.1016/j.ecolecon.2005.02.004
Kuosmanen, T., 2005, Weak Disposability in Nonparametric Production Analysis
with Undesirable Outputs. American Journal of Agricultural Economics, 87 (4),
1077–1082. doi:10.1111/j.1467-8276.2005.00788.x
Leibenstein, H., 1966, Allocative efficiency vs. “X–efficiency”. The American Eco-
nomic Review, 56 (3), 392–415.
Lozano, S., y Gutiérrez, E., 2008, Non-parametric frontier approach to modelling the
relationships among population, GDP, energy consumption and CO2 emissions.
Ecological Economics, 66 (4), 687–699. doi:10.1016/j.ecolecon.2007.11.003
Macpherson, A. J., Principe, P. P., y Smith, E. R., 2010, A directional distance
function approach to regional environmental–economic assessments. Ecological
Economics, 69 (10), 1918–1925. doi:10.1016/j.ecolecon.2010.04.012
Malmquist, S., 1953, Index numbers and indifference curves. Trabajos de Estadísti-
ca, 4 (1), 209-242. https://doi.org/10.1007/bf03006863
Meleddu, M., y Pulina, M., 2018, The efficiency of the public intervention on the
environment: Evidence based on non-parametric and parametric approaches.
Journal of Cleaner Production, 183, 744–759. doi:10.1016/j.jclepro.2018.02.134
Meeusen, W., y Den Broeck, J., 1977, Efficiency estimation from Cobb–Douglas
production functions with composed error. International Economic Review, 18
(2), 435–444.
Minsky, H., 1986, Stabilizing an unstable economy. Yale University Press.
Desde la eficiencia técnica económica hacia la eficiencia medioambiental 435

Nordhaus, W. D., 1977, Economic growth and climate: the carbon dioxide problem.
The American Economic Review, 67 (1), 341-346. Recuperado de: https://www.
jstor.org/stable/pdf/1815926
Pittman, R. W., 1983, Multilateral Productivity Comparisons with Undesirable Out-
puts. The Economic Journal, 93 (372), 883. doi:10.2307/2232753
Porter, M. E., y Linde, C., 1995, Toward a new conception of the environment–com-
petitiveness relationship. Journal of Economic Perspectives, 9 (4), 97–118.
Sanz-Díaz, M. T., Velasco-Morente, F., Yñiguez, R., y Díaz-Calleja, E., 2017,
An analysis of Spain’s global and environmental efficiency from a European
Union perspective. Energy Policy, 104, 183-193. https://doi.org/10.1016/j.
enpol.2017.01.030
Scheel, H., 2001, Undesirable outputs in efficiency valuations. European Journal of
Operational Research, 132, 400–410.
Seiford, L. M., y Thrall, R. M., 1990, The mathematical programming approach to
frontier analysis. Journal of Econometrics, 46, 7–38.
Seitz, W. D., 1970, The measurement of efficiency relative to a frontier production
function. Journal of Agricultural Economics, 52 (4), 505–511.
Sen, A., 1995, Rationality and social choice. The American Economic Review, 85
(1), 1–24.
Solow, R. M., 1957, Technical change and the aggregate production function. The
Review of Economics and Statistics, 39 (3), 312–320.
Song, M., An, Q., Zhang, W., Wang, Z., y Wu, J., 2012, Environmental efficiency
evaluation based on data envelopment analysis: A review. Renewable and Sustai-
nable Energy Reviews, 16 (7), 4465–4469. doi:10.1016/j.rser.2012.04.052
Stocker, T. F., Qin, D., Plattner, G. K., Tignor, M., Allen, S. K., Boschung, J., y Mid-
gley, P. M., 2013, Climate change 2013: The physical science basis. Contribution
of working group I to the fifth assessment report of the intergovernmental panel
on climate change, 1535. doi:10.1017/cbo9781107415324.023
Sueyoshi, T., y Goto, M., 2012, DEA radial and non–radial models for unified
efficiency under natural and managerial disposability: Theoretical extension by
strong complementary slackness conditions. Energy Economics, 37, 700–713.
– 2017, Methodological comparison among radial, non–radial and intermediate
approaches for DEA environmental assessment. Energy Economics, 67, 439–453.
Tyteca, D., 1996, On the Measurement of the Environmental Performance of
Firms— A Literature Review and a Productive Efficiency Perspective. Journal
of Environmental Management, 46 (3), 281–308. doi:10.1006/jema.1996.0022
– 1997, Linear programming models for the measurement of environmental perfor-
mance of firms—concepts and empirical results. Journal of productivity analysis, 8
(2), 183–197. https://link.springer.com/content/pdf/10.1023/A:1013296909029.
pdf
Yang, H., y Pollitt, M., 2009, Incorporating both undesirable outputs and uncontro-
llable variables into DEA: The performance of Chinese coal-fired power plants.
European Journal of Operational Research, 197 (3), 1095–1105. doi:10.1016/j.
ejor.2007.12.052
436 Jesús Lucindo y Marisa Feijóo

– 2010, The necessity of distinguishing weak and strong disposability among unde-
sirable outputs in DEA: Environmental performance of Chinese coal-fired power
plants. Energy Policy, 38 (8), 4440–4444. doi:10.1016/j.enpol.2010.03.075
Zaim, O., 2004, Measuring environmental performance of state manufacturing
through changes in pollution intensities: a DEA framework. Ecological Econo-
mics, 48 (1), 37–47. doi:10.1016/j.ecolecon.2003.08.003
Zaim, O., y Taskin, F., 2000, Environmental efficiency in carbon dioxide emissions
in the OECD: A non–parametric approach. Journal of Environmental Manage-
ment, 58, 95–107.
Zofío, J. L., y Prieto, A. M., 2001, Environmental efficiency and regulatory stan-
dards: The case of CO2 emissions from OECD industries. Resource and Energy
Economics, 23, 63–83.
Desde la eficiencia técnica económica hacia la eficiencia medioambiental 437

Datos de los autores

Nombre: Jesús Lucindo Blasco


Cargo: Programa doctorado en Economía
Escuela/Facultad: Facultad de Economía y Empresa
Universidad: Universidad de Zaragoza
Dirección: Gran Vía 2, 50005 Zaragoza, España
Teléfono: 976 762 633
Correo electrónico: 534278@unizar.es
ORCID: 0000-0001-6435-5239

Nombre: Marisa Feijóo


Cargo: Profesora Titular de Universidad
Escuela/Facultad: Facultad de Economía y Empresa
Universidad: Universidad de Zaragoza e Instituto Agroalimentario de Aragón (IA2)
Dirección: Gran Vía 2, 50005 Zaragoza, España
Teléfono: 976 762 633
Correo electrónico: mfeijoo@unizar.es
ORCID: 0000-0001-9819-8649

También podría gustarte